La reforma del Estado consta de cuatro componentes interrelacionados que buscan dar
solución a problemas correspondientes a las esferas económica, política y administrativa.
Dos componentes son de , también, se tiene de tipo económico-administrativo y el cuarto es de carácter más bien político.
En especial, el componente de la recuperación de la gobernación se refiere a que un
gobierno puede tener gobernabilidad gracias a que cuenta con los apoyos políticos necesarios para gobernar, sin embargo, lo hace mal por faltarle capacidad de gobernanza. La gobernanza consta básicamente de un nivel financiero referido a la superación de la crisis fiscal.
El aumento de la gobernanza se refiere a la capacidad que tiene el Estado de hacer
efectivas las decisiones del gobierno a través del ajuste fiscal que devuelve la autonomía financiera, en una reforma administrativa orientada a una gestión pública de corte gerencial, como también en la separación entre la formulación y ejecución de las políticas públicas.
En el campo presupuestario, las instituciones presupuestarias son el conjunto de reglas y
regulaciones que guían al proceso presupuestario, influencian directamente los resultados fiscales dado que determinan los mecanismos que regulan las relaciones entre los distintos agentes vinculados con la disciplina fiscal. La clasificación de programas en la ley de presupuesto es un residuo del presupuesto por programas aplicados en los sesenta. Su uso no aporta claridad sobre objetivos, planes y programas del gobierno, tampoco para relacionarlos estrechamente. Más aún, el manejo de caja de corto plazo junto a una progresiva desaparición del análisis de largo plazo ha conducido a generar inercias muy fuertes en el manejo presupuestario. Tomando como partida el presupuesto del año anterior, arrastrando con esta práctica, las políticas y errores del pasado. La existencia de condiciones técnico-políticas se interpreta en la inflexibilidad intertemporal del gasto público corriente, constituye una de las principales limitaciones en la programación y evaluación de políticas de gastos públicos sustentables.
En la evaluación de políticas públicas, uno de los criterios más precisos y ambiciosos es el
de sustentabilidad conocida como viabilidad temporal. Las políticas públicas no sustentables llegan a ser funcionales a ciertos objetivos, pero generan el suficiente nivel de conflicto como para terminar siendo abandonadas, siendo esto en un plano político y/o un plano físico-ambiental, interpretándose en agentes con suficiente poder que cuestionan los resultados de dichas políticas en el plano de las funciones económicas tradicionales del Estado: asignación, estabilización, distribución y/o crecimiento.
Este análisis es notorio bajo la perspectiva de que la recuperación de un crecimiento
sostenido en el Perú, debe estar esencialmente ligada a la adecuada atención de necesidades sociales y cumplimiento eficiente de las funciones del Estado. Sin embargo, para ello es necesario contar con políticas de gasto sustentables que eviten o minimicen aquellas fluctuaciones de la economía resultantes de políticas tipo stop-and-go, ciclos políticos, necesidad por ajuste y estabilización, etc., que afectan negativamente el mantenimiento, por ejemplo, de programas sociales. En los últimos años, en el Sector Público peruano han existido cuatro procesos presupuestarios paralelos: el del gobierno central, las empresas públicas, organismos reguladores y gobiernos locales (municipalidades provinciales y distritales). Primero bajo el ámbito de la Oficina de Instituciones y Organismos del Estado (OIOE) hasta 1997 y luego del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE), los tres últimos se formulaban y aprobaban autónomamente. El FONAFE comprendía más de 180 entidades que, desde 1999, han ido pasando gradualmente al ámbito de la Dirección Nacional de Presupuesto Público (DNPP), llegando a mantener cierto grado de su autonomía presupuestaria. Se trata de los organismos reguladores del Estado, las empresas prestadoras de servicios de saneamiento y las municipalidades que deben formular sus presupuestos de acuerdo a las directrices de la DNPP pero las etapas de aprobación y ejecución se mantienen autónomas.
En el estudio se trata de identificar y analizar los principales problemas del sistema
presupuestario peruano desde una perspectiva doble: la necesidad de reformar el sistema presupuestario en sí mismo y su articulación con una modernización de la administración pública.
El trabajo se divide en siete partes. Luego de esta introducción, se describe el proceso
presupuestario del gobierno central distinguiendo sus etapas: (i) programación y formulación, (ii) aprobación y ejecución, y (iii) control y evaluación. A continuación, en la parte III, se plantean y discuten algunos de los principales problemas inherentes al mencionado proceso, para luego presentar algunas reflexiones y comentarios vinculados con el ámbito presupuestario desde las perspectivas de la reforma del Estado, la modernización de la gestión pública y la experiencia internacional. En la parte V se esbozan de manera gruesa elementos para un nuevo sistema presupuestario en el Perú. Finalmente luego de los comentarios finales, en el anexo se incluye la relación de pliegos presupuestarios, programas funcionales y sectores institucionales, como también notas técnicas sobre el uso de indicadores de desempeño y la necesidad de un pacto fiscal en el Perú.