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Cultura Gastronómica en Asia

Oriente y occidente; dos visiones distintas.

El continente asiático es el más grande del globo terráqueo. Su extensión abarca


más de 40.000.000 km2 y en él se encuentra el sesenta por ciento de la población
mundial. Sería imposible referirnos a la cultura gastronómica asiática en su
totalidad, por su variedad, riqueza y complejidad. Diferentes países, etnias,
religiones, lenguas, costumbres y comidas habitan y conforman a Asia. En este
ensayo hablaremos sobre algunas de sus gastronomías representativas.
Especialmente de aquellas que han cruzado el continente y que han llegado a
América.

Uno de los primeros relatos que conecta a Europa Occidental con Asia se encuentra
en los viajes de Marco Polo. Su crónica supone el primer contacto con la realidad
China, las primeras noticias de Japón y Tailandia, del actual Vietnam, del Tíbet, la
India y Birmania. Durante mucho tiempo este ha sido uno de los grandes referentes
sobre la geografía y el modo de vida en el Lejano Oriente.

De sus descripciones se puede concluir que para el siglo XIII los territorios asiáticos
eran fértiles, abundantes en aves y animales, entre estos los rebaños de jumentos y
ovejas. Sus habitantes se encontraban adaptados a los diferentes suelos y al
cambio de estaciones, durante la primavera, por ejemplo, se practicaba con
frecuencia la pesca. En cuanto a la agricultura, Marco Polo menciona extensos
cultivos de cebada, mijo, pazino, grano, uvas para el vino, dátiles y otros frutos. La
mención a la caza es repetitiva en varias de las regiones asiáticas, al igual que la
prevención del consumo de ciertos panes y trigos por el agua ácida en que se
producían. Especias como la canela, la sal, el aloe, el clavo, el jengibre, el espique,
el azúcar, la galanga, el ruibarbo y los dátiles ocupan gran parte de los relatos de
Marco Polo por las diferentes provincias orientales.
En cuanto a las prácticas religiosas relacionadas con la comida, se habla de viandas
puestas en nombre de los difuntos para ser probadas por sus almas. También de
una preparación previa a la cena en la que se reverenciaba a los ídolos untando su
boca con grasa de carne cocida, y a los dioses derramando el caldo de la misma
carne fuera de la casa para que recibieran su parte.

Ahora bien, más allá de las crónicas escritas, leyendas y mitos que se tejen
alrededor de toda gastronomía, es preciso enfatizar en otro aspecto clave de la
diversidad del continente asiatico.

Muchos son los factores que influyen en la gastronomía asiática, la religión, por
ejemplo, es un claro ejemplo de ello. Budistas, taoistas, cristianos, hinduistas,
judios, musulmanes, y muchos otros grupos sociales conforman este territorio con
sus particularidades. Ejemplificaré esto aquí:

Taoístas: El taoísmo, al estar íntimamente ligado con china, relaciona sus alimentos
con su tradición y símbolos. Para ellos existen cinco sabores básico que
corresponden con elementos de la naturaleza: dulce (tierra), salado (agua), picantes
fuego), amargo (metal). y agrio (madera). Estos elementos provocan diferentes
energías en nuestro cuerpo: frío, frescor, tibieza, calor, conocido como Yin y Yang.
Esto conforma un conjunto de prácticas y creencias que guían su alimentación.
Budistas: Los budistas con lacto-vegetarianos. Es decir,, se alejan de los alimentos
de origen animal.

Cristianos: El Cristianismo tiene la particularidad de ser la religión más extendida


en el mundo. Tanto occidente como oriente cuentan con fieles. En su texto sagrado,
la biblia, no hay restricciones en la alimentación.

Judios: Es muy común la presencia de pescado, lácteos y carne. También, los


grupos más estrictos con el cumplimiento de sus leyes como religión, solo permiten
el consumo de vaca, cabra y cordero; es prohibido comer cerdo o liebre. Esto

Hinduistas: En la comida hinduista (aunque no toda su población es vegetariana),


prevalece la comida sin carne, con verduras y especies.

Musulmanes: Parte de la dieta musulmana, sus comidas y sus prohibiciones,


aparecen en su texto sagrado; el Corán. No consumen carne de cerdo ni alcohol, y
sus platos son abundantes en especias y sabores fuertes.

Este conjunto de civilizaciones, de sociedades milenarias, dejan un enorme legado


al conocimiento gastronómico del mundo y permiten que podamos seguir
experimentando en la creación de nuevos platos. Es importante reafirmar lo valioso
y significativo que es mirar otra concepción del mundo, la riqueza que hay en sus
particularidades, para así poder incorporarlas a nuestra propia visión de las cosas.

Como conclusión, es importante pensar que a la hora de abordar un plato, no


solamente debemos hacerlo con nuestros sentidos, sinó también con una mente
instruida que conozca sus orígenes, su tránsito, y actualidad a través de los siglos,
aumentando así el valor cultural de cada plato.

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