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Índice
Las famosas pataletas, por ejemplo, suelen ser momentos de frustración ante la
imposibilidad de poder comprender sus propios sentimientos. Estas actividades te
pueden ayudar a trabajarlas antes de que estallen.
1. Leer cuentos
Hay cuentos de todo tipo y hay muchos enfocados a comprender las
emociones desde una perspectiva infantil. A los niños les ayuda mucho ver reflejadas
sus emociones en historias cotidianas que bien podrían ser su vida: cuando no
quieren lavarse los dientes, en conflictos con amigos, cuando la cena no les gusta,
durante un partido de fútbol. Además, lo bueno de los cuentos y los libros es que
pueden trabajar diferentes emociones según la edad.
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Cuando Raquel lo veía pasar por el parque arrastrando los pies, cabizbajo, con ese
rictus de tristeza en la cara, se le partía el corazón.
Alfredo no levantó la cabeza, miraba algo en el suelo que lo tenía muy entretenido.
Raquel se agachó para verlo más de cerca. Un bebé gorrión se había caíd
del aárbol y piaba con todas sus fuerzas muy asustado.
A Raquel le dio una punzada en el corazón; su amigo nunca le había hablado tan
abiertamente de sus sentimientos.
De pronto bajaron del cielo dos pájaros más grandes y revolotearon alrededor del
gorrioncillo calmándolo, a la vez que Raquel le ponía la mano cariñosamente en el
hombro. Alfredo se fijó de dónde venían las aves, y vio el nido en una rama no muy
alta.
Alfredo se adelantó, tomó al bebé gorrioncillo en sus manos y escalando por el tronco
logró devolver al pequeño a su nido.
Cuando Raquel ayudó a su amigo a bajar del árbol vio que en su mirada había
cambiado algo; por primera vez, en mucho tiempo, sus ojos mostraban algo más
que tristeza.
- ¿Oyes eso? - preguntó Raquel.
Al llegar a la orilla vieron a un pobre gatito que, resbalando una y otra vez, se
agarraba a unas ramas para no caer al agua.
Alfredo corrió en su ayuda y pudo salvar al animal. De nuevo ese destello de brillo
asomó en su mirada.
- ¿Qué era eso que me querías enseñar? - preguntó Alfredo de repente, rompiendo el
silencio.
Alfredo corrió detrás de ella hasta que paró en un hermoso valle. Lo condujo por una
cueva hasta llegar a la parte de atrás de una preciosa cascada que caía al río. Las
gotas que formaban la bonita cortina de agua bañaron su cara, y entonces ocurrió
algo sorprendente: Alfredo suspiró y sonrió. Raquel al verlo feliz dio una sonora
carcajada y gritó:
- ¡Así me siento yo cuando te veo alegre!
Alfredo escuchó a su amiga y esta vez fue él quien la abrazó, siendo consciente de lo
que sentía en ese momento.
Gracias a todo lo sucedido esa tarde, Alfredo comprendió que la alegría está en
ayudar y en saber recibir el apoyo de los demás, en nuestra actitud ante la vida, y
aunque es normal que a veces estemos tristes, depende principalmente de nosotros ir
con ese brillo en los ojos, el paso ligero y la cabeza bien alta.
Tras leer este bonito cuento, te planteamos algunas actividades con las que podrás
trabajar con tus hijos la comprensión lectora y otros conceptos que han aprendido en
clase.
- ¿Y al gato?
- Cabizbajo
- Partirse el corazón
- No levantar cabeza
- Cascada
Dados todos los beneficios que estos ejercicios tienen para los niños, convertir parte
del cuento que habéis leído en un dictado puede ser una gran idea. Preparad papel y
lápiz (o bolígrafo, lo que tu hijo utilice) y díctales un extracto de esta historia, la
parte que más les haya gustado.
4. Dibujar emociones
¿Qué emociones conoces? ¡Vamos a dibujarlas! La idea es que los niños
desarrollen su creatividad a la vez que exploran mediante el dibujo y la pintura sus
propias emociones internas.
Los juegos y actividades para ayudar a trabajar las emociones en los niños son una
gran herramienta para su propia inteligencia emocional. Ayudarlos a conocerse a sí
mismos, a comprenderse y conocer cómo y cuáles son sus sentimientos es
fundamental para su desarrollo personal y social.
Seguimos recopilando un montón de juegos y actividades con los que los más
pequeños podrán identificar qué son los sentimientos, qué clases de sentimientos
podemos experimentar como seres humanos y cómo comprender los suyos propios.
¡Toma nota!
9. Jugar al SOY TÚ
Es un juego muy divertido en el que un jugador deberá disfrazarse y actuar como
algún miembro de la familia o de su entorno (por ejemplo, abuelo, mamá, hermana...).
Se puede añadir una situación (con tarjetas aleatorias) para que sea más dinámico y
divertido.
La idea es que los niños puedan elegir qué meter en sus botes de emociones. Por
ejemplo: corazones rosas en el del amor, en el del miedo se puede meter lana de un
color oscuro toda liada de manera que se relacione con la confusión del miedo, hojas
verdes en el de la calma...
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