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Benjamín tiene 3 años y parece que no le gusta estar con otras personas, prefiere jugar solo y
mover su tren de atrás para delante en las vías. Cuando está jugando con sus trenes, Benjamín
siempre está en movimiento, corriendo de la sala a la cocina y de regreso. Sus papás están
preocupados porque Benjamín no está hablando y no responde a su nombre.
Mira lo que le Gusta y le Disgusta a tu Hijo
Los papás de Benjamín no saben cómo ayudarlo a comunicarse, ni siquiera saben si los escucha
cuando le están hablando, pero sí saben muchas cosas acerca de él. Saben qué tipo de comida,
juguetes y actividades le gustan, así es que, aunque sus papás no se den cuenta de ello, esta
información es importante para ayudarle.
Cuando sabes lo que le gusta a tu hijo, sabes lo que puede ayudarle a comunicarse:
Algunos niños dan pistas claras acerca de sus preferencias y de las cosas que no les gustan, por
ejemplo, a tu hijo le gusta jugar siempre con el mismo juguete o le gusta llevarte hacia la puerta
de enfrente una y otra vez. En esas situaciones, es fácil darse cuenta de lo que le gusta. Pero
algunas veces, necesitas observar más detenidamente a tu hijo para descubrir sus preferencias.
Tal vez te des cuenta que a él le gusta brincar de arriba abajo, correr de un lado a otro o gatear
debajo de los muebles más de lo que tú piensas.
Las Cosas que a Tu Hijo le Gusta Hacer, Tal Vez sean Difíciles de Entender
Pensé que a todos los niños les encantaba el espagueti. ¿Por qué a Karla no?
Tu Hijo tal vez Haga otras Cosas que son Difíciles de Entender
Muchos niños que tienen TEA como los que se mostraron en las páginas anteriores, responden al
mundo que los rodea de formas inusuales. Esto es porque ellos tal vez no sienten las cosas del
mismo modo que tú o yo. Tu hijo puede ser hipersensible a ciertas sensaciones, lo cual significa
que sólo hace falta una pequeña cantidad de sensación para estimularlo mucho. Si tu hijo es
hipersensible tal vez llegue a ser retraído y trate de evitar las sensaciones que le molestan. Por
ejemplo, Cristopher, uno de los niños que fue descrito anteriormente, es hipersensible al sonido
de la aspiradora, por eso es que se cubre los oídos, para bloquear el ruido.
Al mismo tiempo tu hijo tal vez sea insensible a ciertas sensaciones y las busque demasiado porque
lo estimulan. Los niños que son insensibles al movimiento, son especialmente activos porque
buscan esas sensaciones que necesitan a través de estar corriendo de un lado para otro,
moviéndose y brincando. Por otro lado, hay otros niños que son insensibles a las sensaciones y
sin embargo son pasivos. Apenas reaccionan al mundo que los rodea porque no están teniendo
suficiente estimulación de el. Es posible que tu hijo haya mezclado reacciones con sensaciones-
tal vez sea hipersensible hacia algunas de ellas e insensible a otras. Muchos niños con TEA son
insensibles al lenguaje y no responden a éste, aun cuando otros sonidos los molesten. Si tu hijo
tiene problemas escuchando sonidos del lenguaje, va a ser difícil para él poner atención a lo que
dices. El comportamiento de estos niños en los dibujos de las páginas 3,4 y 5, con excepción de
Eduardo, pueden ser explicados por las sensaciones a las cuales ellos son hipersensibles o
insensibles. Como muchos niños con TEA, Eduardo, el pequeño niño que no sabe cómo pedalear
su triciclo debido a problemas motores, lo cual significa que es difícil para él planear y llevar a
cabo estos movimientos.
Si tu hijo tiene dificultades motoras, tal vez esté chocando con cosas o juegue con sus juguetes
de una forma repetitiva, ya que encuentra más fácil llevar a cabo un sólo juego de acción que
muchos. Hablar es difícil para algunos niños que tienen TEA, en parte porque hablar requiere llevar
a cabo una gran planeación motora con la boca, lengua y aparato fonoarticulador.
Eduardo tiene problemas con su triciclo. Es incapaz de planificar y llevar a cabo los movimientos
necesarios para montar y pedalear.
Une las preferencias y acciones de tu hijo para saber cómo percibe al mundo
Movimiento
Tacto
Vista
Oído
Olfato
Las cosas que ven, los sonidos, olores, lo que sienten y los movimientos que tu hijo disfruta o le
disgustan son llamados preferencias sensoriales. Si reconoces estas preferencias sensoriales
entenderás más fácil la conducta de tu hijo.
Esto te va a mostrar por dónde podrías empezar a ayudar a tu hijo para que aprenda a
comunicarse. Cuando tu hijo recibe información a través de los sentidos de su preferencia, tal vez
sea capaz de poner atención por más tiempo y aprender más. A través de ir identificando sus
preferencias sensoriales vas a saber qué actividades pueden ser más motivantes y placenteras
para los dos. Completa las listas de preferencias sensoriales de las páginas 10 a la 13 para que
estés al tanto de las sensaciones que tu hijo trata de llevar a cabo o evitar.
A Benjamín realmente le gusta correr. Pienso que me puedo unir y convertirlo en un juego. El papá
de Benjamín convierte lo que le encanta hacer en un juego interactivo.
Observa las preferencias sensoriales de tu hijo. Después marca en los cuadros las que apliquen.
MOVIMIENTO
brincar
moverse
girar
otros ___________________
otros ___________________
otros ___________________
TACTO
encogerse o acurrucarse en lugares muy apretados, por ejemplo: atrás del sillón
aplaudir
sujetar objetos
otros _________________
otros _________________
OÍDO
otros _________________
otros _____________
VISTA
Mi hijo es insensible a las cosas que ve y busca las sensaciones visuales a través de:
alinear cosas
otros ________________
Mi hijo es hipersensible a ciertas cosas que ve y trata de evitar algunas sensaciones visuales :
prefiere la oscuridad
parpadea constantemente
evita el sol
otros _______________
OLFTO Y GUSTO
otros ______________
otros __________________
Entiende el estilo de aprendizaje de tu hijo
Los estilos de aprendizaje están basados en la forma en que nosotros adquirimos información.
Podemos aprender a través de la vista, tocando y/ o escuchando. También tenemos diferentes
clases de memoria – algunos de nosotros recordamos hechos más fáciles que otros. Algunos
aprendemos detalles, mientras que a otros les gusta observar las grandes pinturas. La mayoría de
la gente tiene un estilo de aprendizaje preferido- es la forma en la que aprenden mejor. Así es que
tu hijo también tiene un estilo preferido de aprendizaje.
Muchos niños con TEA, como María, adquieren información memorizando cosas de manera
repetitiva. Estos niños recuerdan mucha información - como números y letras- cuando son
pequeños, y muchos hechos acerca de temas específicos cuando son más grandes. Sin embargo,
aun cuando pueden recitar la información palabra por palabra, a menudo no entienden lo que
están diciendo.
Aprendizaje Gestáltico
Muchos niños con TEA memorizan oraciones como frases en bloque, sin comprender el significado
de las palabras individuales. Los niños que procesan información de esta forma tienen un estilo
gestáltico de aprendizaje. Por ejemplo, si le das a tu hijo un juguete de baño y le dices: “ponlo en
el agua”, él puede hacerlo. Sin embargo, si tú le das el juguete de baño y le dices: “ponlo en el
mueble”, es probable que todavía lo lleve al agua. Tu hijo comete este error porque asocia una
oración que incluye la palabra “ponlo” con una acción específica, a pesar de que las otras palabras
en la oración tal vez sean diferentes.
Otros niños en cambio, aprenden a hablar usando palabras sueltas y gradualmente adquieren
frases de dos palabras y oraciones cortas. Los niños que son aprendices gestálticos, empiezan a
hablar repitiendo toda la oración. Los niños con este estilo de aprendizaje, tienden a recordar todo
acerca de una situación, pero frecuentemente son incapaces de elegir qué es importante y que no
lo es.
Por ejemplo, en el dibujo anterior, David tiene dificultad para producir su propia oración y decirle
a su papá cómo se siente. En vez de eso, repite la línea que ha memorizado de una canción y que
él asocia con estar triste.
Aprendizaje Visual
Si tu hijo disfruta mirando libros o viendo la televisión, tal vez sea un aprendiz visual. La mayoría
de los niños con dificultades del lenguaje aprenden mejor viendo cosas antes que oyéndolas. Dado
que la vista es su sentido más fuerte, a muchos de estos niños les atraen los dibujos de los libros
y los videos.
Aprendizaje Táctil
Si a tu hijo le encanta apretar botones, balancear la puerta de un lado a otro o puede descifrar el
más complicado juguete, es probable que sea un aprendiz táctil, que aprende mejor tocando las
cosas.
Aprendizaje Auditivo
Si tu hijo disfruta hablar y escuchar lo que otros hablan, tal vez sea un aprendiz auditivo, que le
gusta obtener información a través de lo que escucha. Es inusual para un niño con TEA tener un
estilo de aprendizaje auditivo.
Las observaciones de los estilos de aprendizaje de tu hijo te dan información adicional sobre cómo
lo puedes ayudar.
Si tu hijo tiene una buena memoria repetitiva, aprenderá mejor de las actividades que hace
de la misma manera. Esto tal vez incluye actividades numéricas y alfabéticas.
Si tu hijo es un aprendiz gestáltico, quizá aprenda a decir una oración completa antes que
palabras sueltas. Tu trabajo es ayudarlo a entender las partes de la oración.
Si tu hijo es un aprendiz visual, obtiene la información a través de las cosas que puede
ver. Por ejemplo, cuando le digas una palabra enséñale un objeto o dibujo real. Dale
oportunidades de aprender por medio de los dibujos en los libros o videos.
Comunicación
La comunicación se da cuando una persona manda un mensaje a otra. Puedes enviar el mensaje
de varias formas incluyendo expresiones faciales, gestos o palabras. Puedes enviar el mensaje por
diferentes razones, como para pedir ayuda o compartir una idea. La manera en la que te comunicas
se conoce como el “cómo” de la comunicación, y las razones por las cuales te comunicas, se conoce
como el “porqué”
Interacción
La interacción se da siempre que tú y tu hijo hacen cosas juntos y se responden el uno al otro.
Esta es la base de la comunicación de dos vías. Cada vez que tú y tu hijo interactúan, haces la
conexión que inicia la comunicación.
Debido a sus estilos de aprendizaje y necesidades sensoriales, todos los niños con TEA tienen
grados de dificultad para interactuar con otros.
Papá:- ¡Fuego, ayúdame! Mamá: -¡Creo que éste es el carro más grande!
¡A él solo le gustan las ruedas! Mauri: -Camión de volteo, carro de bomberos,
Es difícil para el papá de Carlos jugar Aunque Mauri puede hablar, si no hay
con él porque Carlos está más interesado interacción, él y su mamá no pueden
en ver las ruedas girar. Tener una conversación
Para tener interacciones exitosas, tu hijo necesita responder a los demás cuando se le acercan y
comenzar a tener iniciativa propia. Para tu hijo, puede ser más fácil responder que iniciar la
conversación. Si entiende lo que dices, puede responder a tus indicaciones y preguntas simples.
Sin embargo, es probable que inicie las interacciones solamente para satisfacer sus necesidades o
pedir algo. Quizá le tome un tiempo antes de iniciar una interacción para mostrarte algo o
simplemente para socializar.
Papá: -Dame el camión. Andrea: -¡Zapato!
Víctor responde a la indicación de papá Mamá: -Ataré tu zapato
Andrea inicia una interacción para pedir ayuda.
La habilidad de interacción de tu hijo también depende de su personalidad, la gente con quien está
y las cosas que hace. Conociendo la manera en la cual interactúa, puedes planear mejor cómo
ayudarlo a participar en las interacciones que encuentre agradables.
Algunos niños interactúan solo con sus padres Algunos niños son capaces de juntarse y
y familiares adultos en algunos juegos y actividades jugar con sus iguales.
Conoce cómo y porqué se comunica tu hijo
¡Tu hijo se comunica con más que palabras! Hay muchos caminos distintos para comunicarse y
algunos son más apropiados socialmente que otros. Incluso todas las cosas que tu hijo hace, como
mecerse, correr hacia atrás y adelante o mover sus dedos en frente de su cara, están comunicando
alguna cosa acerca de él.
quizá mueva su cuerpo acercándose a la gente o las cosas que le interesan o gire su cuerpo
hacia el lado contrario.
quizá mire o señale las cosas que quiere y entonces regrese a mirarte. Cambiar su mirada
entre un objeto y tu se llama atención conjunta. Eso significa que tu hijo puede comunicarte
sus intereses
La ecolalia es un término que describe la repetición de las palabras de otras personas. Es una
característica común en el habla de los niños con TEA.
Al principio, quizá tu hijo repita las palabras que ha escuchado sin entender su significado. Tal vez
haga esto por muchas razones distintas a querer comunicarte algo directamente. De hecho, quizá
ni siquiera estés en la habitación. Al repetir palabras y frases, tu hijo tal vez intente calmarse a sí
mismo, enfocar su atención en una actividad o simplemente practicar su habla.
La ecolalia es un buen signo. Muestra que la comunicación de tu hijo se está desarrollando. Quizá
pronto empiece a usar palabras repetidamente o frases para comunicarte algo. Por ejemplo,
después que repita lo que dices, quizá te mire o se acerque a un objeto. O quizá recuerde las
palabras que usaste para preguntarle si quería una bebida y luego use esas palabras memorizadas
para hacer una pregunta por sí mismo. Las palabras que tu hijo aprende por medio de la ecolalia,
abren la puerta para una comunicación significativa.
Tu hijo puede repetir palabras o frases, generalmente la última parte que se dice
inmediatamente después de escucharla. Esto se llama ecolalia inmediata.
Tu hijo puede memorizar, o producir palabras o frases que ha escuchado y usarlas un día,
una semana, un mes o un año después. Esto se llama ecolalia diferida. A menudo un niño
repite algo que ha escuchado en una situación emocionante. Por ejemplo, un pequeño
escucha a su mamá gritar: “¡deja eso!” cuando tomó un par de tijeras, entonces repite la
oración: “deja eso”, siempre que alguien parece estar enojado con él. En esta situación el
pequeño entiende cuando se usan las palabras, pero no lo que significan en realidad.
Tu hijo puede cambiar la frase que repite en un tono diferente o cambiar algunas de las
palabras en un esfuerzo de adaptarlas en diferentes situaciones. Esto se llama ecolalia
moderada y es un signo positivo que tu hijo entiende cómo usar las palabras
significativamente.
La comunicación de tu hijo puede ser pre-intencional. Puede hacer o decir cosas sin pensar que
éstas tienen un efecto alrededor de él. Por ejemplo, puede repetir palabras que conoce cuando no
hay alguien en la habitación, o puede alcanzar su juguete favorito cuando nadie lo está viendo.
Estas acciones se llaman comunicaciones pre-intencionales, porque tu hijo te envía mensajes sin
pensarlo. Sin embargo, puedes interpretar sus acciones como si se estuviera comunicando
directamente contigo.
Practicar algo.
Protestar o negarse. Las primeras protestas que tu hijo hace son respuestas generalmente
automáticas a las cosas que no le gustan. Cuando llora, voltea su cabeza o empuja tu mano
lejos, te está evitando más que tratando de decirte cómo se siente.
María está contando en voz alta, enfocada en el libro. Ella no sabe que su mamá le está
preguntando algo.
La comunicación de tu hijo puede ser intencional. La comunicación será más fácil cuando tu hijo
comprenda que lo que hace puede tener un efecto en otras personas. Comunicarse con el propósito
de enviar un mensaje se llama comunicación intencional y esto representa un gran paso para tu
hijo.
Tu hijo puede comunicarse intencionalmente por diferentes razones
Protestar o rechazar
Las protestas o rechazos sin intención se transforman en intencionales cuando tu hijo te envía un
mensaje directamente. Por ejemplo, en lugar de empujar tu mano, quizá te mira primero. O en
lugar de llorar o alejarse de ti cuando le ofreces algo que no quiere, puede sacudir su cabeza
diciendo “no”.
Solicitar
Tu hijo puede hacer una petición para hacerte saber que quiere
comida o bebida, un juguete, objeto o actividad, ayuda o permiso
para hacer algo.
Sara está haciéndole saber a su mamá Pablo mueve el cuerpo para pedir a su
que quiere algo del refrigerador. mamá que siga con el juego. Una señal
clara de que comienza a hacer peticiones
con fines sociales.
Cuando tu hijo comienza a comunicarse por razones distintas a satisfacer sus necesidades, está
haciendo progresos que lo llevarán a ser un comunicador eficaz.
Por ejemplo, tu hijo puede requerir tu ayuda para fines sociales como:
Pedirte que continúes con juegos físicos, que llamamos juegos infantiles con adultos, como
cosquillas o montar en las piernas de papi. Quizá te pida con su mano o moviendo
rápidamente su cuerpo para mostrarte que quiere jugar otra vez.
Obtener información.
Permitir que otros niños sepan que quiere jugar con ellos.
Tu hijo tal vez se comunica para responder a otros siguiendo sus indicaciones,
haciendo una elección o contestando preguntas.
-¡Adiós!
¿Qué es?
Tu hijo tal vez se comunica para hablar del pasado y del futuro.
-Daniel triste.
-¿Hola?
Comunicación continua intencional
cómo se comunica
porqué se comunica
su nivel de comprensión
Es importante identificar las etapas de comunicación de tu hijo para que tengas una idea clara de
lo que puede y no puede hacer, así como también lo que puedes esperar que haga después. Este
conocimiento te ayudará a sentar las bases para él y darle el tipo de apoyo que necesita.
Las descripciones de los niños en las cuatro etapas de comunicación te pueden ayudar a identificar
la que tu hijo está atravesando. Las cuatro etapas son:
No todos los niños pasan por todas las etapas en orden, algunos empiezan en la etapa de sus
propios intereses, progresan a través de las etapas de las peticiones y del comunicador precoz, y
eventualmente alcanzan la etapa de los compañeros conforme van creciendo. Otros niños pueden
tener características de varias etapas. Y, por supuesto, los niños hacen diferentes cosas
dependiendo de la gente con quien están, las situaciones que viven y de su propia y única
personalidad.
Una vez que hayas leído las descripciones de los niños en todas sus etapas, observa a tu hijo de
cerca durante la siguiente semana. Entonces llena la lista de cómo y porqué, que se encuentra en
el capítulo 2, para identificar su etapa de comunicación.
La Etapa de la Propia Agenda
Paola tiene 2 ½ años, es bastante independiente. Le gusta hacer la mayoría de las cosas por sí
misma, sin embargo, no le gusta jugar con juguetes. Su actividad favorita es jugar en el parque.
Siempre que ve a su madre lista para salir, Paola salta de arriba abajo con entusiasmo. Algunas
veces Paola trata de abrir la puerta sola. Pero cuando no puede alcanzar la manija, enseguida se
frustra y llora. Su mamá se asombra porque Paola nunca pide ayuda.
Paola nunca le pide a su mamá que la ayude a abrir la puerta. Un niño en la etapa de sus Propios
Intereses no te envía ningún mensaje directamente.
Un niño en la etapa de sus Propios Intereses da la impresión de querer jugar solo y que no le
interesa la gente que lo rodea. No entiende todavía que puede producir un cambio en a otras
personas enviándoles un mensaje, así que la mayoría de su comunicación es pre-intencional.
Observando sus movimientos corporales, gestos, chillidos y sonrisas te das cuenta cómo se está
sintiendo. Muchos niños pequeños están en la etapa de sus Propios Intereses cuando empiezan a
recibir un diagnóstico de TEA.
Puedes esperar que el niño de la etapa de sus Propios Intereses haga algo de lo
siguiente:
Sonría.
Se ría.
Alberto es un niño de 3 años que está en la etapa de las peticiones, y se comunica básicamente a
través de llevar o jalar a otros hacia lo que quiere. Durante el baño Alberto jala las manos de su
papá para pedirle que le haga más cosquillas; cuando quiere ir fuera, guía a su mamá a la puerta
principal. Alberto también jala a alguno de sus padres cuando quiere una galleta del tarro que se
encuentra en la cocina. Sus padres están frustrados porque es difícil atraer y mantener su atención.
Alberto le indica a su papá que quiere más cosquillas mirándolo y atrayendo la mano hacia su
panza.
El solicitante está empezando a entender que puede pedirte que hagan cosas llevándote o
jalándote
Un niño en la etapa de las peticiones está justo empezando a darse cuenta que sus acciones
puedan tener un efecto en ti. Jalándote o llevándote, es capaz de pedirte cosas que necesita o
disfruta. Le gustan, especialmente, los juegos físicos con adultos, como las cosquillas y el veo-veo
(taparlo con una manta y quitarla diciéndole: ¡buu! o ¡aquí estoy!); cuando haces una pausa
durante el juego, puede mirarte o mover su cuerpo para que continúes jugando.
El niño que está en la etapa de las peticiones puede hacer cosas como las siguientes:
Pedir que continúes un juego físico como cosquillas o un juego de persecución con contacto
visual y / o sonreir y / o movimientos corporales y / o sonidos.
Seguir ocasionalmente indicaciones que le son familiares si puede ver lo que tiene que
hacer
A Sergio le gustan los juegos físicos, como de persecución y cosquillas, y quiere repetirlos una y
otra vez con sus padres y sus hermanos. La mamá lo sostiene de los hombros y dice, “en sus
marcas, listos, fuera...” y entonces espera a que él la mire y grite, “¡vamos!” para indicarle que
es tiempo de empezar la persecución. La mamá generalmente se cansa del juego antes que Sergio.
Algunas veces, Sergio empezará el juego con otras personas además de su mamá diciendo,
“¡vamos!”.
Sergio usa algunas otras palabras también. Casi siempre, pide a su mamá que le abra la caja de
pasas haciendo el signo manual de “abrir” que aprendió en el jardín de niños, y algunas veces dice
también, “abrir”.
El Comunicador Precoz puede consistentemente usar el mismo gesto, sonido o palabra para
preguntar por las cosas que le gustan y decirte que quiere seguir jugando.
El Comunicador Precoz ha empezado a usar gestos, sonidos, dibujos o palabras específicas para
preguntar por las cosas en situaciones que le motiven mucho como pedir sus juguetes y comida
favorita.
Cuando tu hijo es un comunicador precoz, sus interacciones sociales son más largas. Su
comunicación es más intencional, aunque continua comunicándose principalmente para pedirte
que hagas cosas por él. Sin embargo, ahora se ha dado cuenta de que puede usar la misma forma
de comunicación –gestos, sonidos, dibujos o palabras- de manera consistente en otras situaciones.
Por ejemplo, quizá pregunte por el jugo o su vídeo favorito, dándote un dibujo o diciéndote la
palabra, y continúe jalándote o llevándote para pedirte otras cosas, como salir de la casa.
Un comunicador precoz quizá empiece a repetir muchas cosas que escucha, algunas veces será
para comunicarte algo. Entenderá mucho de lo que le dices si tiene pistas visuales y hablas con
oraciones simples y cortas. Cuando finalmente interactúe contigo -llamándote por tu nombre,
señalando alguna cosa que quiere mostrarte y cambiando su mirada entre lo que le interesa y tú,
-¡Ha comenzado una comunicación de dos vías!
Cuando el comunicador precoz empieza a compartir sus intereses contigo, mirando algunas cosas
y después regresando su mirada a ti, ha desarrollado atención conjunta, un gran paso en el
aprendizaje de su comunicación.
El niño que está en la etapa del Comunicador Precoz puede hacer algunas cosas como las
siguientes:
Tomar más turnos en los Juegos Infantiles y jugar contigo por más tiempo.
Pedirte que continúes con algunos juegos físicos, como cosquillas o perseguirlo, usando las
mismas acciones, sonidos o palabras cada vez que juegues con él.
Hacer peticiones intencionales de cosas que le motiven (por ejemplo: comida, juguetes,
juegos físicos, pedir ayuda) usando dibujos, gestos o palabras.
Contestar si/ no, elegir y hacer preguntas como “¿qué es esto?” (ver capítulo 4, páginas
124-125)
La etapa de los Compañeros
Sebastián está en la etapa de comunicarse y jugar con compañeros. Disfruta interactuar con otras
personas y es hábil para mantener conversaciones cortas acerca de sus propios intereses. Sin
embargo, sus conversaciones se interrumpen a menudo porque no entiende lo que la otra persona
le está diciendo o porque no puede recordar las palabras que necesita usar. Cuando esto pasa, a
menudo repite en “eco” lo que su interlocutor le acaba de decir.
El Compañero es un comunicador más efectivo que los niños de las etapas anteriores, a menos
que tuviera dificultades en la producción del habla, él habla y puede mantener conversaciones
simples. También puede hablar acerca del pasado y del futuro, como lo que hizo en la escuela o
lo que quiere para su cumpleaños. Algunas veces los niños en esta etapa no pueden producir sus
propias palabras, pero se apoyan en palabras o frases memorizadas. Esto pasa más a menudo en
situaciones poco familiares o cuando no comprenden todo lo que se está diciendo.
Cuando un niño en la etapa de los Compañeros comunica sus propios intereses, no tiene ninguna
dificultad. Sin embargo, en situaciones poco familiares, a menudo tiene problemas para
comprender las reglas de conversación. Por ejemplo, puede que no considere si lo que dice tiene
sentido para quien lo escucha. Puede iniciar una conversación diciendo algo como: “yo fui ahí”, sin
darse cuenta de que su receptor no tiene idea de dónde es “ahí”. O puede iniciar una conversación
siempre con la misma oración memorizada, como: ¿de qué color es tu coche? o una frase de su
canción favorita.
A un niño en la etapa de los Compañeros le gusta jugar contigo y con otros niños, pero algunas
veces juega solo porque no está seguro de qué decir o hacer, especialmente en juegos
imaginativos. Él es mucho mejor en los juegos físicos, como correr o columpiarse o en los juegos
estructurados donde puede aprender las reglas.
El niño que está en la etapa de los Compañeros puede hacer algunas cosas como las
siguientes:
- pedir
- negarse
- saludar
- expresar sentimientos
- fingir algo
Resistiéndose a jugar con otros niños cuando no sabe qué hacer, como en juegos
imaginarios, los cuales dependen del lenguaje y la simulación.
Usando ecolalia cuando no entienda lo que alguno está diciendo o cuando es incapaz de
estructurar sus propias oraciones.
- Cometer errores gramaticales, especialmente con pronombres como “tu”, “yo”, “él”
y “ella”
- Cambiar de tema
Pasando por alto los mensajes que otra persona le está enviando a través de expresión
facial y lenguaje corporal.
No comprendiendo el sarcasmo o los juegos de palabras porque toma lo que otros dicen
literalmente
Cuando parece que tu hijo que no sabe cómo hacer las cosas o no es capaz de comunicarlas, es
natural querer ayudarlo. Pero si siempre haces las cosas por tu hijo, no le darás la oportunidad de
mostrarte que puede hacer más de lo que esperarías.
Mamá: -¡Ya casi termino! -No sabía que ella sola pudiera atarse los zapatos
Muchas veces, especialmente si tu hijo está en la etapa de sus Propios Intereses, puede que no
entienda qué es lo que esperas que haga. Es entonces que necesita que seas su “ayudante”
La siguiente lista de reglas del ayudante te servirá para identificar cuándo debes ser el ayudante
de tu hijo y lo que puedes hacer para proporcionarle la ayuda que necesita:
Pregúntale una vez y espera. Después pregúntale otra vez, agregando ayuda.
Pídele a tu hijo que haga algo y espera su respuesta. Si no hay respuesta pídeselo de nuevo. Al
mismo tiempo, de manera cuidadosa, guíalo para que haga lo que le pediste. Mira cómo la mamá
de Eric usa el “Rol de Ayudante” para ponerle su camiseta.
Mamá: -¡Brazos arriba! ¡brazos arriba, Eric! ¡Eric pon tus brazos arriba!
Eric necesita un poco de ayuda para responder a la solicitud de su mamá.
La mamá de Eric pregunta una vez y espera a que él le responda. Cuando no lo hace, pregunta
otra vez, levantando los brazos por arriba de su cabeza para ayudarlo a ponerse la camiseta.
Mamá: -¡Brazos arriba!
Al final de una semana, la mamá de Eric todavía necesita preguntarle una vez para que levante
sus brazos y después una vez más, pero ya no necesita darle tanta ayuda como antes. Ahora,
simplemente necesita tocar su hombro para recordarle que suba los brazos.
Mamá: -¡Brazos arriba Eric!
Si tu hijo no está interesado en interactuar contigo y rara vez demanda tu atención, es posible
creer que ésta es su manera de mostrarte su independencia. Sin embargo, aunque todos los niños
necesitan tiempo para ellos mismos, es muy importante que tu hijo aprenda cómo interactuar y
eso es algo que no puede hacer estando solo.
Persiste en tus intentos de unirte a lo que tu hijo está haciendo. Por ejemplo, si está viendo
televisión solo, siéntate cerca de él en el sofá. O, si está jugando con una cuerda, intenta jalarla
para llamar su atención. Puede enojarse y empujarte lejos, pero aun esto es preferible a no
interactuar en absoluto. Después de varios intentos, él se dará cuenta de que el juego puede ser
más divertido si te incluye. (para más sugerencias de cómo acercarse, ver el capítulo 3).
En lugar de dejar que tu hijo “haga sus cosas”, intenta que haga cosas contigo.
El Rol del que está “deprisa”
Algunas veces sientes la vida como una carrera contra el reloj. Piensa de todas las cosas que tienes
que hacer en la mañana: levantarte, bañarte, vestirte, vestir a tu hijo, hacer el desayuno, hacer
la cama, sacar al perro, etc. Probablemente te encuentras a ti misma con prisa para cumplir con
tu agenda. Todas estas ocasiones apresuradas son momentos en los que tu hijo podría estar
aprendiendo algo. No siempre es posible desacelerar, pero cinco minutos extra en el desayuno o
cuando estés cambiándote pueden hacer la diferencia. Recuerda que tu hijo necesita tiempo extra
para entender que está pasando alrededor de él y para pensar sobre qué es lo que él puede hacer
o decir. Tu hijo aprenderá mejor cuando tú dejes de correr y desaceleres un poco.
Probablemente juegues a muchas cosas con tu hijo como Cosquillas o Veo-Veo. Aún cuando no le
estás enseñando habilidades específicas durante esos juegos, al tenerte como su “Compañero” de
juego, está aprendiendo todavía mucho acerca de la comunicación.
Conforme tu hijo entiende más y se convierte en un comunicador más hábil, dejará de necesitar
tantas indicaciones de tu parte. En otras palabras, cuando tu hijo sea capaz de decir y hacer más,
¡puedes hacer y decir menos! Demasiadas preguntas y sugerencias pueden evitar que tu hijo inicie
sus propias conversaciones. Cuando estás en el rol del Compañero, deja que tu hijo te guíe y
después responde a lo que hace.
El Rol de Porrista
Todos los niños pueden beneficiarse con un ¡hurra! y un abrazo. Cuando recompensas los esfuerzos
de tu hijo por comprender y comunicarse, aumentas la probabilidad de que él intente hacer esas
cosas otra vez. Sin embargo, también es importante cómo lo elogias. Por ejemplo, cuando tu hijo
se termina toda la leche, si tú le dices: “¡buen trabajo!” es posible que se dé cuenta de que estás
contento, pero puede que no sepa lo qué significan las palabras: “¡buen trabajo!”. Debes dale
elogios descriptivos que le digan exactamente porque lo estás felicitando. Después que se termina
su leche, dile alguna cosa como: ¡hurra!, ¡se acabó toda la leche!. Para que después pueda hacer
la conexión entre tus palabras específicas y sus propias acciones.
Sin embargo, debes ser consciente de que puedes confundir a tu hijo con los elogios. Imagina
cómo te sentirías si estuvieras contando a un amigo algo importante y, en la mitad de la
conversación, dijera: ¡bien dicho! Probablemente encontrarías extraño que tu amigo te
interrumpiera y podrías olvidar lo que estabas diciendo. Tu hijo puede confundirse de la misma
manera si interrumpes sus intentos de comunicación con elogios.
Niño: -¡Carro! Niño: -¡Carro!
Mamá: -¡Bien dicho! Mamá: -Carro, ¡Muy bien! Vamos al carro
En vez de interrumpir la comunicación de tu hijo con palabras que quizá no entiende, intenta
premiarlo respondiendo directamente a lo que está tratando de comunicarte.
Sumario
En la primera parte de este capítulo revisamos los factores que afectan la comunicación de tu hijo.
Lo que a tu hijo le gusta y le disgusta, sus preferencias sensoriales y su estilo único de aprendizaje,
todo afecta su comunicación y te da señales de cómo puedes empezar a ayudarlo. En la segunda
parte de este capítulo, identificaste la etapa de comunicación de tu hijo basada en su habilidad
para interactuar; cómo se comunica, porqué se comunica y su comprensión. Sabiendo la etapa de
comunicación de tu hijo puedes darle la clase de ayuda que mejor se adapta para él. Como un
padre, asumes diferentes roles con tu hijo, dependiendo de tu personalidad, la personalidad de tu
hijo y la situación. Así que si llevas a cabo un mayor acercamiento entre ambos, están justo en el
camino para comunicarse.