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Rol 103-2008

Dueño no es responsable solidario si acredita que


automóvil fue utilizado contra su voluntad
Corte de Apelaciones de Antofagasta
08 de Septiembre de 2008

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 2314 del Código Civil, el que


ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado
a la indemnización, y por su parte el artículo 174, inciso 2º, de la Ley Nº
18.290, establece que el conductor, el propietario del vehículo y el tenedor
del mismo, a cualquier título, a menos que éstos último acrediten que el
vehículo fue usado contra su voluntad, son solidariamente responsables de
los daños y perjuicios que se ocasionen con su uso, sin perjuicio de la
responsabilidad de terceros de conformidad a la legislación vigente. La
presunción que establece esta última disposición, en cuanto a la
responsabilidad que le asigna al propietario del vehículo, debe ser
desvirtuada por éste, en cuanto a que el móvil de que se trate fue usado
contra su voluntad

TEXTO SENTENCIA
Antofagasta, ocho de septiembre de dos mil ocho.

VISTOS:

Se reproduce la sentencia en alzada, previa las siguientes eliminaciones:

a) Capítulo E) en el motivo sexto;

b) Motivo décimo; y la sustitución de la frase sin su consentimiento o autorización


expresa o tácita, por la similar contra su voluntad, se tiene en su lugar, además,
presente:

PRIMERO: Que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2314 del Código


Civil, el que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización, y por su parte el artículo 174, inciso 2º, de la Ley Nº
18.290, establece que el conductor, el propietario del vehículo y el tenedor del
mismo, a cualquier título, a menos que éstos último acrediten que el vehículo fue
usado contra su voluntad, son solidariamente responsables de los daños y
perjuicios que se ocasionen con su uso, sin perjuicio de la responsabilidad de
terceros de conformidad a la legislación vigente.

SEGUNDO: Que, la presunción que establece esta última disposición, en cuanto a la


responsabilidad que le asigna al propietario del vehículo, debe ser desvirtuada por
éste, en cuanto a que el móvil de que se trate fue usado contra su voluntad.

TERCERO: Que, en la especie, el demandado en su afán de acreditar que Cristian


Alejandro Tagle Larrondo utilizó el minibús de su propiedad, patente VH-6980,
contra su voluntad, aportó la prueba documental singularizada en el motivo quinto,
en cuyo Nº1) se refiere a la declaración jurada prestada por aquel el día 23 de
noviembre del 2006, en la cual expone que tomó y manejó el vehículo antes
individualizado, sin autorización ni c onsentimiento expreso o tácito del propietario
del móvil, el demandado Luis Valencia Ubilla, y además la prueba testimonial
rendida a fojas 80, que corresponde a la declaración de la testigo Susan Pérez
Castillo.

CUARTO: Que, del tenor de la contestación de la demanda rolada a fojas 57 y


siguientes, y de la declaración y respuestas de la testigo Susan Pérez Castillo, se
desprende que el demandado es un empresario que se dedica al arriendo de
vehículos y transporte de pasajeros, y en consecuencia, por tal calidad, tiene la
obligación de disponer todas las medidas preventivas y/o prohibitivas para evitar el
uso o manejo de tales máquinas por personas no habilitadas, en especial, por
aquellas que trabajan directamente en su establecimiento, cautela que no aparece
cumplida por el demandado, al dar lugar para que Tagle tuviera acceso a las llaves
del minibús, omisión que interpretada a la luz de la sana critica permite estimar
que no se preocupó de prohibir expresamente el uso del minibús que participó en el
accidente del día 21 de noviembre del 2006, lo que hace que no sea convincente la
declaración jurada de Tagle, si se tiene en cuenta la prestada judicialmente por la
testigo Pérez Castillo, que por una parte dice que el referido Tagle sacó el móvil sin
autorización del señor Valencia y más adelante agrega que habría sacado el móvil
desde el taller del demandando Valencia, aspectos que hacen dudar de la veracidad
de los dichos de ambos.

QUINTO: Que, por otra parte no existe discusión en cuanto a que Tagle se
desempeñaba como pañolero y lavador de vehículos, lo que en la realidad práctica
implicaba que debía mover o accionar aquellos que eran objeto de su faena,
utilizando las llaves de las máquinas, actividad que más que prohibida, era
permitida por el demandado, pues de otra manera tales trabajos no podían ser
desarrollados en buena forma.

SEXTO: Que, de acuerdo a lo razonado, el análisis de la prueba rendida por la parte


demandada, no tiene la fuerza suficiente para desvirtuar la presunción de
responsabilidad que le atribuye el artículo 174, inciso 2do de la Ley N 18.290, razón
por la cual se reúnen los requisitos legales para acceder a la indemnización de
perjuicios perseguida por la actora, en su calidad de tercero civilmente responsable,
como propietario del minibús patente VH-6980-1, según lo acredita el documento
de fojas 30.

SEPTIMO: Que, atendido el mérito de las pruebas documentales a que se refiere el


motivo cuarto del fallo que se revisa, en especial la factura rolada a fojas 25, por
$4.349.570.-, por adquisición de repuestos, y la rendida en esta instancia a fojas
187, que corresponde a la factura Nº 3204, por $782.127.-,por pago de bono, no
objetadas de contrario, son instrumentos suficientes por la legalidad que revisten
para fundar presunciones en cuanto la actora Compañía de Seguros Generales
Consorcio Nacional de Seguros S.A. sufrió daños emergentes que debe ser reparado
en base a una indemnización que se fijará en la conclusión.

Por estas consideraciones y vistos además, lo prevenido en el artículo 186 y


siguientes del Código de Procedimiento Civil, SE REVOCA la sentencia apelada de
fecha dos de noviembre del año dos mil siete, escrita a fojas 128 y siguientes, y en
su lugar se declara que se acoge la demanda de fojas 57 y siguientes, y se condena
pagar al demandado LUIS ORLANDO VALENCIA UBILLA a la actora Compañía de
Seguros Generales Consorcio Nacional de Seguros S.A., a título de indemnización
de perjuicios por daños emergentes la suma de $5.131.697.-, con más los intereses
para operaciones no reajustables a contar de la fecha en que la presente sentencia
quede ejecutoriada y hasta su pago efectivo.

No se condena en costas al demandado por no haber sido totalmente vencido.

Regístrese y devuélvanse.

Rol N° 103-2008.

Redacción del abogado integrante señor Alfonso Leppes Navarrete.

Rol 2940-2006
Dueño de vehículo sólo puede librarse de responsabilidad
acreditando que fue usado contra su voluntad
Corte de Apelaciones de Concepción
27 de Junio de 2007

La demandada de autos es la propietaria del bus que guiaba el autor del


cuasidelito, resulta responsable solidariamente de los daños o perjuicios que
se ocasionen con su uso, a menos que acredite que el vehículo fue usado
contra su voluntad. Algunos autores estiman que en este caso existiría
responsabilidad objetiva, porque el propietario al dar el vehículo al
conductor ha creado el riesgo del accidente, y debe responder del mismo.
No tiene posibilidad de liberarse de esta responsabilidad aun probando la
debida diligencia o cuidado, o que el vehículo fue usado contra su voluntad
con su autoridad no pudo evitar el hecho ilícito, como es la regla del Código,
sino la falta del conocimiento o autorización, única forma de eludir la
responsabilidad. Cualesquiera sea el criterio al respecto, lo cierto que
establecida su calidad de propietario de móvil, la única manera de excusar
su responsabilidad, es acreditando que el vehículo fue usado contra su
voluntad

TEXTO SENTENCIA DOCTRINA CITADA


Concepción, veintisiete de junio de dos mil siete.

Visto y teniendo además presente:

1°.- Que la recurrente se alza en contra de la sentencia de primer grado,


solicitando que se enmiende y en su lugar resuelva concretamente lo siguiente:
Que, se tenga por rechazada la demanda con relación a lo otorgado por parte del
Tribunal a quo respecto del daño moral con expresa condenación en costas, y, en
definitiva, se declare que no ha lugar a la demanda respecto del daño moral
demandado en estos autos.

Funda su recurso, sosteniendo, que en autos no procede la responsabilidad extra


contractual civil por el hecho ajeno, toda vez que desarrolló toda la autoridad y
cuidado que su calidad de empleador le confería, no obstante lo cual no se pudo
impedir el hecho; que éste se produjo por culpa de la víctima, al transitar por calle,
debiendo hacerlo por la vereda, atendida su calidad de peatón; que se demanda
por dos regímenes de responsabilidad incompatibles, la del artículo 174, inciso 2°
de la ley 18.290 y la extra-contractual del Código Civil; y que el excesivo monto
fijado constituye un lucro sin causa.

2°.- Que respecto de la responsabilidad del conductor del bus en la colisión en que
resultó lesionado el actor, de autor de cuasidelito, ya fue determinado por sentencia
de 15 de julio de 2005, dictada en juicio oral de procedimiento simplificado, RIT
5757-2004 del Juzgado de Garantía de Concepción, la que se encuentra
ejecutoriada, de suerte que producen cosa juzgada en materia civil, conforme a lo
dispuesto en los artículos 178 y 180 del Código de Procedimiento Civil.

Entonces esta materia no puede ser revista en esta instancia, sino que conocer la
presunta responsabilidad solidaria del dueño de vehículo que conducía el
condenado.

3°.- Que siendo un hecho discutido, que la demandada de autos es la propietaria


del bus que guiaba el autor del cuasidelito, resulta responsable solidariamente de
los daños o perjuicios que se ocasionen con su uso, a menos que acredite que el
vehículo fue usado contra su voluntad (artículo 174 inciso 2° de la ley 18.290).

4°.- Que esta responsabilidad puede ser contractual o extra contractual,


dependiendo de ello, si existe contrato entre las partes.

El actor accionó de indemnización por responsabilidad extra contractual porque que


no existe contrato entre actor y demandada.

La fuente de la obligación la sitúa en el cuasidelito civil (artículos 2284 inciso 4° y


2314 del Código Civil), toda vez que no se la atribuye intención de ocasionar el
daño, sino que es producto de su culpa.

Distinto es el caso si se trata de una responsabilidad objetiva o subjetiva, lo que no


altera el origen ya indicado de la responsabilidad.

5°.- Que, algunos autores estiman que en este caso existiría responsabilidad
objetiva, porque el propietario al dar el vehículo al conductor ha creado el riesgo
del accidente, y debe responder del mismo.

No tiene posibilidad de liberarse de esta responsabilidad aun probando la debida


diligencia o cuidado, o que el vehículo fue usado contra su voluntad con su
autoridad no pudo evitar el hecho ilícito, como es la regla del Código, sino la falta
del conocimiento o autorización, única forma de eludir la responsabilidad. (Las
obligaciones, pág. 201, René Abeliuk)

Cualesquiera sea el criterio al respecto, lo cierto que establecida su calidad de


propietario de móvil, la única manera de excusar su responsabilidad, es acreditando
que el vehículo fue usado contra su voluntad (174, inc. 2° de la ley 18290, 1968 y
2320 Código Civil), lo que no hizo en la especie.

6°.- Que de la declaración de los testigos Hernández Rodríguez y Fernández


Maldonado a fs. 59 y 59 vta, respondiendo al punto de prueba N° 5, señalan, el
primero, que le ocasionó perjuicios, que no puede hacer prácticamente nada sin
movilidad en su brazo (daño moral); y el segundo, que el brazo le quedó inmóvil y
no puede hacer fuerza; contestes y no contradichos en esta materia, permiten
tener por probado la existencia del daño moral, cu yo quantum corresponde al
sentenciador.

7°.- Que para la doctrina, el daño moral estará constituido por el menoscabo de un
bien no patrimonial que irroga una lesión a un interés moral por una que se
encontraba obligado a respetarlo. (Carmen Domínguez Hidalgo, El daño moral,
Tomo I, pág. 84).

8°.- Que, atendida lo expresado por la apelante en su escrito 74, en cuanto


reprocha lo exagerado del monto fijado por el a quo por el daño moral, que se
aparta del criterio doctrinal y jurisprudencial que señala, se entiende que otorga
competencia a esta Corte para reducir su monto.

Para ello se tendrá en cuenta la intensidad de la lesión (lesiones graves) y como


estas la afectaron en su integridad física y psíquica, como asimismo en sus
relaciones con sus demás congéneres, lo que lleva estimar, como fin
compensatorio, la suma de diez millones de pesos.

Por estos fundamentos y lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes, se confirma


la sentencia de seis de julio de dos mil seis, escrita de fs. 63 a 72, con declaración
que se reduce el monto de la indemnización por daño moral que debe pagar la
demandada al actor a la suma de diez millones de pesos, sin costas, por haber
tenido motivo plausible para alzarse.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del ministro don Carlos Aldana Fuentes.

No firma la Señorita Fiscal Judicial doña Miriam Barlaro, no obstante haber


concurrido a la vista el acuerdo, por encontrarse ausente.

Rol N° 2940-2006.
- René Abeliuk: Las obligaciones, página 201.

- Carmen Domínguez Hidalgo: El daño moral, Tomo I, página 84.

Rol 1389-2006
Condiciones para demandar responsabilidad solidaria a
dueño de vehículo. Daño moral improcedente
Corte de Apelaciones de La Serena
12 de Diciembre de 2006
Si bien el artículo 174 de la Ley de Tránsito establece una solidaridad legal
respecto del dueño del vehículo causante de la colisión, la misma norma
contempla situaciones de excepción, debiendo, en consecuencia, acreditarse
los presupuestos fácticos de la solidaridad. En autos se está demandando el
cobro de una indemnización por daño moral pronunciado en un proceso
penal en el que el tercero no tuvo la calidad de parte, por lo que no resulta
pertinente que sus decisiones le sean oponibles, ni aun a pretexto de la
solidaridad legal invocada por la demandante, porque ésta y la
responsabilidad civil debe ser declarada en un juicio en que dicho tercero
cuente con la oportunidad de formular sus excepciones y defensas y en que
una sentencia determine el monto de los perjuicios, de modo que
careciendo el demandado de autos de legitimidad pasiva

TEXTO SENTENCIA
La Serena, doce diciembre de dos mil seis.

VISTOS:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus considerandos octavo a


decimoquinto, que se eliminan.

Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE:

PRIMERO: Que se ha interpuesto demanda ordinaria de cobro de pesos en contra


de don Félix Enrique Bugueño Bugueño solicitando se le condene a pagar la suma
de $ 15.000.000 como responsable solidario de los perjuicios causados a Guisseppe
Rodrigo Sepúlveda Toschnar por concepto de daño moral y en su calidad de
propietario del vehículo cuyo conductor fuera condenado por sentencia del tribunal
oral en lo penal de La Serena, invocando el artículo 2.320 del Código Civil e inciso
segundo del artículo 174 de la Ley de Tránsito.

SEGUNDO: Que en los autos Rol Nº 040002 6324-4 y por sentencia de fecha 6 de
abril de 2005 se condenó a Sebastián Enrique Bugueño Araya como autor del delito
de conducción de vehículo motorizado en estado de ebriedad causando lesiones
graves, dándose lugar a la acción civil, sólo respecto del daño moral por un monto
de $ 15.000.0000.

TERCERO: Que si bien el artículo 174 de la Ley de Tránsito establece una


solidaridad legal respecto del dueño del vehículo causante de la colisión, la misma
norma contempla situaciones de excepción, debiendo, en consecuencia, acreditarse
los presupuestos fácticos de la solidaridad.

CUARTO: Que en autos se está demandando el cobro de una indemnización por


daño moral pronunciado en un proceso penal en el que el tercero no tuvo la calidad
de parte, por lo que no resulta pertinente que sus decisiones le sean oponibles, ni
aún a pretexto de la solidaridad legal invocada por la demandante, porque ésta y la
responsabilidad civil debe ser declarada en un juicio en que dicho tercero cuente
con la oportunidad de formular sus excepciones y defensas y en que una sentencia
determine el monto de los perjuicios, de modo que careciendo el demandado de
autos de legitimidad pasiva, la demanda debió rechazarse.

Y visto, además lo dispuesto en el artículo 182 del Código de Procedimiento Civil, se


revoca la sentencia apelada de siete de agosto de dos mil seis, escrita a fs. 137 y
en su lugar se declara que no se hace lugar a la demanda de fs. 1, con costas.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro Marta Maldonado Navarro.

Rol 1389-2006

Rol 19-2006
Prueba rendida no logra acreditar que chofer haya
empleado auto sin conocimiento de dueño
Corte de Apelaciones de Copiapó
06 de Octubre de 2006

Este fallo aborda dos tópicos: 1) Prueba rendida no logra acreditar que
chofer haya empleado auto sin conocimiento de dueño 2) Improcedencia de
demanda por daño moral al no acreditarse efectividad de tal daño

TEXTO SENTENCIA SUMARIO 1 SUMARIO 2


Copiapó, seis de octubre de dos mil seis.

VISTOS:

Se reproduce la sentencia en alzada, previa eliminación de su considerando decimo


noveno.

SE TIENE EN SU LUGAR Y, ADEMAS, PRESENTE:

1°.- Que en lo que dice relación con las tachas deducidas en contra de los testigos
de la parte apelante, sin perjuicio de que efectivamente resultó demostrado que se
trata de dependientes de la parte que los presenta al juicio, aún considerando sus
dichos no puede estimarse que se encuentre acreditado en autos que el conductor
del vehículo causante de los daños lo haya empleado, conforme a lo que disponía el
artículo 174 de la Ley de Tránsito antes de la modificaón introducida por la Ley N°
20.068, sin su conocimiento o autorización expresa o tácita, pues se trata de dichos
vagos e imprecisos, sin que les conste a ninguno la efectividad del hecho fundante
de la exclusión de responsabilidad civil alegada.

Por lo demás de la propia inspección personal del Tribunal aparece acreditado que
las llaves de los vehículos del apelante se encontraban en las oficinas de su
empresa, en la práctica, a disposición del personal, lo que si se une a la
circunstancia que el accidente se produjo en la tarde de un día hábil, menos aún
puede considerarse acreditada su alegación de exculpación.

2°.- Que en lo que dice relación con el daño moral, esto es, el pesar, dolor o
angustia que sufre una persona en sus intereses extrapatrimoniales a consecuencia
de un hecho dañoso, si bien el mismo muchas veces puede deducirse de las
consecuencias que el hecho pueda producir, por ejemplo en el evento de lesiones o
incluso de daños de gran consideración, no ocurre lo mismo en el caso que nos
ocupa, en la medida q ue si bien la actora experimentó daños en la parte externa
de su vehículo de ello no puede derivarse, sin lugar a dudas, que efectivamente
haya padecido de un daño de esta naturaleza, por lo que su producción requería de
la rendición de prueba específica que en esta causa se echa de menos, de lo que
deviene que la demanda debe ser rechazada en este punto.

3°.- Que en nada altera el que la demandante, al absolver posiciones, indicara que
los daños de su vehículo fueron provocados por el vehículo que conducía don
Ricardo Araya Godoy, esto es, quien se detuvo inmediatamente atrás del vehículo
de la actora, pues ello obedece a un hecho objetivo, no discutido, cual es el que
existió una colisión en cadena, pero cuyo único responsable fue el conductor del
vehículo del apelante.

Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en el artículos 32 de la Ley N°


18.287, SE REVOCA la sentencia de veintiocho de julio de dos mil seis, escrita a
fojas 229 y siguientes, en cuanto a que por sus decisiones quinta y sexta condena a
los demandados civiles don Mauricio Sarmiento Campusano y a don Manuel
Cereceda Volados, a pagar solidariamente a la demandante la suma de $ 200.000
por concepto de daño moral y al pago de las costas de la causa, y SE DECLARA que
se les absuelve del pago del daño moral señalado, y que además se les exime del
pago de las costas de la causa por no resultar totalmente vencidos.

SE CONFIRMA en lo demás la referida sentencia, CON DECLARACION que se


absuelve de la demanda civil a la Sociedad Ricardo Araya y Compañía Limitada.

Regístrese y devuélvase.

Rol N° 19 - 2006.
Prueba rendida no logra acreditar que chofer haya empleado auto sin
conocimiento de dueño

Aún considerando sus dichos (de los testigos) no puede estimarse que se encuentre
acreditado en autos que el conductor del vehículo causante de los daños lo haya
empleado sin su conocimiento o autorización expresa o tácita, pues se trata de
dichos vagos e imprecisos, sin que les conste a ninguno la efectividad del hecho.

Por lo demás de la propia inspección personal del Tribunal aparece acreditado que
las llaves de los vehículos del apelante se encontraban en las oficinas de su
empresa, en la práctica, a disposición del personal, lo que si se une a la
circunstancia que el accidente se produjo en la tarde de un día hábil, menos aún
puede considerarse acreditada su alegación de exculpación.
Improcedencia de demanda por daño moral al no acreditarse efectividad
de tal daño

En lo que dice relación con el daño moral, esto es, el pesar, dolor o angustia que
sufre una persona en sus intereses extrapatrimoniales a consecuencia de un hecho
dañoso, si bien el mismo muchas veces puede deducirse de las consecuencias que
el hecho pueda producir, no ocurre lo mismo en el caso que nos ocupa, en la
medida que si bien la actora experimentó daños en la parte externa de su vehículo
de ello no puede derivarse, sin lugar a dudas, que efectivamente haya padecido de
un daño de esta naturaleza, por lo que su producción requería de la rendición de
prueba específica que en esta causa se echa de menos.

Rol 330-2001
Demandado civil debe solidariamente daño emergente
cuando se acredita uso de vehículo sin conocimiento o
autorización de propietario
Corte de Apelaciones de San Miguel
05 de Diciembre de 2003

Los dichos de los testigos por su falta de inteligencia y precisión, apreciados


de acuerdo con las reglas de la sana crítica, en concepto de esta Corte son
insuficientes para dar por establecido que el inculpado usó el vehículo sin
conocimiento o autorización expresa o tácita de su propietario

TEXTO SENTENCIA
San Miguel, cinco de diciembre de dos mil tres.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada. Y teniendo además presente:

Primero: Que los dichos de los testigos Pedro Solimano y Jaime Rojas que se
consignaron el fundamento tercero del fallo en alzada, por su falta de inteligencia y
precisión, apreciados de acuerdo con las reglas de la sana crítica, en concepto de
esta Corte son insuficientes para dar por establecido que el inculpado Alejandro
Barrera Grieg usó el vehículo P.P.U. KN-8349 sin conocimiento o autorización
expresa o tácita de su propietario, por lo que dicha alegación del tercero civilmente
responsable formulada en el comparendo de fojas 24 no debe ser acogida.

Segundo: Que de la observación de las fotografías acompañadas a fojas 39 y 40


aparece que los daños sufridos por el automóvil Peugeot P.P.U NU-2068 de
propiedad del actor, no revistieron la entidad y magnitud que éste pretende, por lo
que aparece excesivo el monto que se habría pagado por su reparación según lo
indica la factura de fojas 45, y en consecuencia aplicando las reglas de la sana
crítica este monto se regulará en lo resolutivo de esta sentencia, y como dicho valor
se indica en moneda actual su reajuste se empezará a contar desde la fecha del
presente fallo.

Y visto a demás lo dispuesto en los artículos 32 y siguientes de la Ley Nº 18.287,


se confirma la sentencia apelada nueve de noviembre de dos mil, escrita a fojas 62
y siguientes, con declaración que los demandados civiles Alejandro Barrera y Carlos
Silva quedan condenados a pagar solidariamente a la actora la suma de un millón
quinientos mil pesos ($1.500.000) por concepto de daño emergente con reajustes
de acuerdo a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor desde
la fecha del presente fallo y con intereses corrientes para operaciones reajustables
desde que los deudores se constituyan en mora.

Regístrese y devuélvase.

Rol 330-2001

Pronunciada por los Ministros señor Pizarro, señora Egnem y Abogado Integrante
señor Labra.

Autoriza Secretario Titular señor Molina

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