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FILOSOFÍA MEDIEVAL

La filosofía medieval es la perteneciente a la Edad Media, aproximadamente del año 400 al 1400. En ésta época la filosofía se
caracterizó porque tomaba como punto de referencia la Biblia o bien, el cristianismo. Es decir, la mayoría de los estudios
filosóficos fueron sobre Teología y Religión, dando por hecho que en la Biblia ya estaba la razón absoluta. Filósofos medievales
serían San Agustín y Santo Tomás de Aquino.
El renacimiento fue el movimiento que le siguió a la Edad media. Más o menos del 1400 al 1500. Se caracterizó porque la gente
tuvo una especie de "renacer" intelectual. Se dejó de tomar como punto de partida la Biblia, y se comenzó a usar la razón pura.
El renacimiento se dio a nivel filosófico, artístico, intelectual y científico. Se volvieron a tomar como ejemplos a seguir a los
griegos y a los romanos. Filósofos renacentistas serías Descartes o Rotterdam.

Teoría del Conocimiento en Agustín de Hipona

Actualizado: 9 nov 2018


San Agustín, aunque no comparte la idea de la reminiscencia, era un decidido platónico. Compartía con este autor la idea de que
existe una realidad superior que la que podemos captar con los sentidos. Esta realidad está formada por las esencias de las cosas
materiales. Pero aún más importante que estas esencias es la realidad de Dios. El conocimiento de estos niveles de realidad
conforma también el grado de perfección del conocimiento.

Para Agustín, entonces, se entiende que el conocimiento fundamental y más elevado es el conocimiento de Dios, que ha creado
todas las esencias universales inmateriales y eternas. Conocemos y aprehendemos la realidad gracias a la razón, que nos
permite crear conceptos verdaderos, como los conceptos matemáticos. Pero todo conocimiento comienza por una "primera
toma de contacto" que al no haberse visto todavía depurada, es el más inferior e imperfecto. Este primer contacto con la
realidad es el conocimiento que nos brindan los sentidos y es tan imperfecto como nuestra finitud humana.

Filosofía de san Agustín


Agustín escribió sobre las llamadas instancias arbitrales de la razón, que son las matemáticas, la lógica y el sentido común.

Estableció que estas instancias no provienen de los sentidos, sino de Dios, dado que son elementos universales, perennes y no
pueden venir de la mente del humano, sino de algo que sea superior a este.

La particularidad que tuvo este acercamiento de Agustín a Dios es que le atribuye el origen de las que llamó las instancias
arbitrales de la razón a través del pensamiento, no de elementos de la naturaleza o que pueden ser percibidos por los sentidos.

Entendimiento

Para Agustín, el entendimiento solo puede obtenerse a través de Dios. Indicó que el ser humano solo puede comprender la
verdad de las cosas si obtiene ayuda de Dios, dado que este corresponde al origen de todas las cosas y de las verdades que
existen.

Agustín expuso que la obtención de esta verdad se hace a partir de la introspección, a través de lo que denominó razón o alma,
cuya esencia es Dios.
Es decir, que los sentidos no son la vía para comprender la verdad de las cosas. Esto es porque lo obtenido a través de los
sentidos no es permanente, ni mucho menos eterno; por lo tanto, este conocimiento no es trascendental.

Otra de las ideas que expuso fue la inconformibilidad del ser humano todo el tiempo, en búsqueda de algo que sacie su sed
eterna.

Según Agustín, esto es porque el final de esa búsqueda es Dios; el ser humano viene de Dios, por lo que ya conoció lo más
elevado, y en su estadía en la Tierra no consigue nada que lo sacie porque nada se compara a Dios.

Niveles de pensamiento

Agustín determinó la existencia de tres niveles principales de entendimiento: se trata de las sensaciones, el conocimiento
racional y la sabiduría propiamente dicha.

Las sensaciones constituyen la forma más básica y primaria de acercarnos a la verdad y a la realidad. Este elemento es
compartido con los animales, razón por la cual es considerado como uno de los mecanismos más primitivos para obtener
conocimiento.

El conocimiento racional está ubicado en el punto medio de la escalera. Es propio de los seres humanos y tiene que ver con
llevar a la acción los pensamientos. A través de la sensibilidad, el ser humano obtiene conocimiento de lo que Agustín denominó
objetos sensibles.

El elemento característico de este conocimiento racional es que se toman en cuenta los sentidos para comprender aquellos
elementos tangibles y materiales, pero a través de la mente es posible analizarlos y considerarlos desde los modelos eternos y
no corpóreos.

Por último, en la cúspide de la lista se encuentra la sabiduría, que es tomada en cuenta considerando la capacidad que llegan a
tener los seres humanos de adquirir conocimiento eterno, trascendental y valioso sin hacerlo a través de los sentidos.

En lugar de utilizar los sentidos, los seres llegan al conocimiento por medio de la introspección y de la búsqueda de la verdad en
el interior de cada quien, que está representado por Dios.

Para Agustín, es Dios la base de todos los modelos y normas que existen, así como de todas las ideas que surgen en el mundo.

Alma racional

Es importante recalcar un concepto fundamental del pensamiento de Agustín. Consideraba que el alma era el vehículo a través
del cual era posible alcanzar el conocimiento, o las ideas de todas las cosas, encarnadas en la figura de Dios.

Sin embargo, Agustín determinó que solo el alma racional era capaz de llegar a este conocimiento. Esta concepción de
racionalidad es reflejo de que reconocía ampliamente la importancia de la razón, y su concepción de que esta no era enemiga de
la fe.

A la necesidad de la racionalidad, agrega también que el alma debe estar motivada por completo por el amor a la verdad y a
Dios, para así poder acceder al verdadero conocimiento.

FE YRAZÓN

Agustín indicó varias veces que la fe y la razón no eran incompatibles, sino que más bien se complementaban entre sí. Para él, el
verdadero opuesto de la fe no era la razón, sino la duda.

Una de sus máximas fue “entiende para que puedas creer, y cree para que puedas entender”, haciendo énfasis en que primero
debe comprenderse para luego poder creer.

Así mismo, explicó que el autoconocimiento era otra de las certezas a las que podía llegar el ser humano, y que debe estar
basado en el amor. Para Agustín, la felicidad plena estaba dada por el amor al conocimiento propio y a la verdad.

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