puede sanarlas. Si nuestras heridas son mentales, Él puede sanarlas. Si nuestras heridas son emocionales, Él también puede sanarlas. Dios no solo sana las almas de los quebrantados; también venda nuestras heridas No puede haber verdadera limpieza en el corazón si no se sanan las heridas, pues una herida abierta esta propensa a infectarse, una herida abierta en el corazón se infecta de rencor, de odio, de amargura, de desanimo.
Es imprescindible que reconozcamos
que nuestro corazón esta amargado por las circunstancias de la vida, solo el Señor puede quitar de nuestro corazón todo aquello que no le agrada. DEBEMOS pedir a Dios que su amor llene nuestro corazón de gozo y alegria; debemos vaciar nuestro corazón de la amargura y llenarlo con el amor de nuestro Dios. Es necesario perdonar al que me ha ofendido aunque sienta que no puedo hacerlo, pues me han dañado mucho, me han ofendido muy profundamente, y seguramente eso es verdad, pero recuerda que no lo haras en tu fuerzas sino en las fuerzas de Dios pues te dice: