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En esta etapa, las propiedades del hormigón evolucionan con el tiempo, dependiendo de las
características y proporciones de los materiales componentes y de las condiciones ambientales
a que estará expuesto durante su vida útil.
La previsión de las propiedades. que posee el hormigón en una etapa determinada de este
proceso de endurecimiento no es posible en la actualidad deducirla directamente de las
características del proceso, sino que debe recurrirse a ensayos que evalúan en forma directa
dichas propiedades.
Estas propiedades son: la densidad, la resistencia, las variaciones de volumen y las propiedades
elásticas del hormigón endurecido.
Depende de la densidad real y de la proporción en que participan cada uno de los diferentes
materiales constituyentes del hormigón. Para los hormigones convencionales, formados por
materiales granulares provenientes de rocas no mineralizadas de la corteza terrestre su valor
oscila entre 2.35 y 2.55 kg/dm3.
La densidad normalmente experimenta ligeras variaciones con el tiempo, las que provienen de
la evaporación del agua de amasado hacia la atmósfera y que en total puede significar una
variación de hasta alrededor de un 7% de su densidad inicial.
Está relacionada con otras propiedades del hormigón, en particular con su resistencia y aislación
térmica, acústica y a las radiaciones.
Pueda. ser variada artificialmente, ya sea por debajo o sobre los valores señalados,
constituyendo en este caso los denominados hormigones livianos o pesados, respectivamente.
Los hormigones livianos se obtienen por medio de la incorporación de aire, ya sea directamente
en la masa del hormigón o incorporada en los áridos utilizando áridos livianos. Su densidad
puede alcanzar valores tan bajos como 0.5 kg/dm3 y se utilizan principalmente cuando se desea
obtener aislación térmica y acústica mayores que las del hormigón convencional.
Los hormigones pesados se obtienen mediante el uso de áridos mineralizados, cuya densidad
real es mayor que la de los áridos normales. Su densidad puede alcanzar valores hasta de 5.0
kg/dm3 y se utilizan principalmente cuando se desea obtener aislación contra las partículas
radiactivas.
En el Capítulo 9 se analiza con mayor detalle la aplicación de estos conceptos.
La resistencia es una de las propiedades más importantes del hormigón, principalmente cuando
se le utiliza con fines estructurales.
Por este motivo, los elementos estructurales deben ser dimensionados de manera que las
tensiones producidas no sobrepasen la capacidad resistente del material constituyente, lo cual
muestra la importancia de conocer esa característica.
El examen de las teorías de rotura de los materiales demuestra que esta capacidad resistente
debe ser evaluada principalmente para las tensiones normales (compresión y tracción) y de
corte.
En los párrafos que siguen analizaremos las características que éstas asumen en el caso del
hormigón.
El valor de resistencia obtenido en el ensayo no es, sin embargo, absoluto, puesto que depende
de las condiciones en que ha sido realizado. Entre estas condiciones, las de mayor influencia
son las que se analizan a continuación.
Se han establecido fórmulas que relacionan la resistencia obtenida en un tipo de probeta con la
que se obtendría para el mismo hormigón ensayado en otro tipo de probeta. A continuación, se
indican relaciones entre probetas cúbicas de 20 cm de arista con probetas cilíndricas de 15×30
cm:
Por otra parte, también existen coeficientes que relacionan la resistencia medida en probetas
de diferente dimensión, tales como los que se indican en la Tabla siguiente para probetas
cúbicas de 20 cm.(□ 20) y cilíndricas de 15 x 30 cm (015):
B Condiciones de Ejecución del Ensayo.
El ensayo debe ser ejecutado estrictamente en las condiciones establecidas en NCh 1037, de
las cuales las de mayor importancia son:
Para este objeto, las caras de apoyo de las placas de la prensa en que se efectúa el ensayo
deben estar terminadas de manera que sean lisas y planas, no debiendo existir desviaciones
superiores a 0.015 mm. Centrado de la carga de ensayo. La probeta de ensayo debe ser
colocada en forma centrada con respecto de la placa de la prensa, de manera que no se
produzca excentricidad en la aplicación de la carga de ensayo con respecto del eje de la probeta,
pues induce un momento de flexión y, con ello, tensiones de tracción que disminuyen el valor
final de resistencia.
Tipo de Cemento. El tipo de cemento empleado para la elaboración del hormigón condiciona su
resistencia a compresión, en particular la correspondiente a los primeros meses. Para los
cementos nacionales, pueden establecerse las siguientes cifras medias aproximadas:
Estas cifras varían de acuerdo a la procedencia del cemento, pero, en líneas generales,
demuestran que la influencia del tipo de cemento es menor para mayores edades, pudiendo
estimarse que para tiempos de alrededor de 6 meses ya es poco significativa.
De las relaciones que ligan ambos parámetros es conveniente mencionar las determinadas por
los investigadores Féret y Bolomey, los que han establecido las siguientes relaciones:
Los coeficientes k y K de ambas fórmulas dependen del tipo de cemento utilizado y deben
determinarse experimentalmente. Debe señalarse que, para los cementos nacionales, el
coeficiente K tiene los valores aproximados que se indican a continuación para ensayos
realizados a 28 días de edad:
Edad del hormigón. La resistencia del hormigón aumenta con su edad en forma prácticamente
indefinida, aun cuando el incremento es más fuerte inicialmente que en las etapas posteriores.
D Condiciones Ambientales.
En general, las condiciones ambientales a las cuales está sometido el hormigón durante su vida
útil ejercen una influencia importante sobre su resistencia y, en particular sobre su resistencia a
la compresión, aspecto que es sobre el cual existe mayor documentac1on relacionada con esta
materia.
Se indican a continuación algunos antecedentes de tipo general acerca de las influencias que
ejercen las condiciones ambientales de temperatura y humedad a que se encuentra sometido
el hormigón sobre su resistencia a la compresión.
En relación con la temperatura debe señalarse que su efecto puede ser aproximadamente
evaluado a través del concepto de madurez, definida como:
y que establece que hormigones con igual madurez tienen igual resistencia.
No existen, en cambio, investigaciones que resuman los efectos de la humedad ambiental sobre
la resistencia a compresión.
Ella permite observar la importante influencia que ejerce la humedad ambiente en que es
mantenido el hormigón y, en consecuencia, la necesidad de efectuar un debido curado del
hormigón en sus primeros días.
4.3.2. Resistencia a Tracción.
Esta incertidumbre empieza con la forma de ejecución del ensayo, existiendo tres formas
distintas para efectuarlo: por tracción directa, por flexión y por tracción indirecta, cada uno de
las cuales conduce a valores sensiblemente diferentes.
Actualmente el ensayo se efectúa adhiriendo una probeta prismática a las placas de la prensa
que aplica las cargas de tracción, lo que ha simplificado su ejecución.
Por otra parte, como el valor de resistencia a la tracción directa no es normalmente considerado
como parámetro de diseño, existen pocos estudios que lo correlacionen con los otros ensayos
de tracción o con el de compresión.
Este ensayo es aceptado más universalmente como medida de la resistencia a tracción del
hormigón, a pesar de presentar una duda en la validez de la hipótesis de Navier hasta la
producción de la rotura de la vigueta y de ser muy influenciado por la homogeneidad de su
fabricación.
Los ensayos de tracción antes descritos han sido correlacionados con la resistencia a
compresión por distintos investigadores. Los resultados medios obtenidos pueden resumirse en
la Tabla 4.1 que se incluye a continuación:
El tipo y magnitud de estas variaciones están afectados en forma importante por las condiciones
ambientales existentes de humedad y temperatura, y también por los componentes presentes
en la atmósfera.
La retracción hidráulica del hormigón se origina por dos causas principales: endógenas al
hormigón y de tensión superficial del agua acumulada en sus discontinuidades internas.
Las motivadas por causas endógenas se derivan de las variaciones de volumen producidas en
la pasta de cemento durante el proceso de fraguado y endurecimiento.
Esta variación consiste en una contracción, pues el volumen absoluto de los compuestos
hidratados es menor que el de los compuestos originales del cemento. Sin embargo, si el
ambiente está saturado de humedad, la absorción de agua por parte del gel produce una
dilatación que compensa la contracción, pudiendo llegar a generarse una pequeña dilatación si
la humedad se mantiene en forma permanente.
Por las razones indicadas, un alto contenido de C3A favorecerá una rápida y alta contracción
por causas endógenas.
Finura del cemento. Una mayor finura del cemento favorece también una evolución rápida de
sus propiedades, en particular de su fraguado y, en consecuencia, actuará en forma similar a la
indicada para su composición química.
Dosis de cemento. Dado que las variaciones por causas endógenas se originan en la pasta de
cemento, es evidente que una mayor proporción de pasta incidirá en su aumento. En
consecuencia, existirá una relación casi directa entre la dosis de cemento y la retracción
hidráulica por estas causas.
El valor de la retracción por esta causa queda condicionado por la finura del árido, siendo mayor
cuando ésta aumenta, puesto que ello implica una mayor cantidad de discontinuidades en la
masa del árido.
El valor global que alcanza la retracción hidráulica puede ser estimado mediante diversos
criterios que existen sobre la materia. De éstos se reproduce en la Figura 4.2 el preconizado
por el Comité Europeo del Hormigón (CEB), en el cual la evolución de la retracción se calcula
mediante la expresión
En la Figura 4.2 se reproducen los valores sugeridos por el CEB para dichos coeficientes.
Estos ensayos no han sido normalizados en nuestro país, pero sí lo están en normas extranjeras
como la ASTM C 157 o la AFNOR P 15 – 352.
Sin embargo, para su adecuada comprensión es conveniente tener presente que, por las
características que se han señalado para la retracción hidráulica, éste es un proceso progresivo,
puesto que sus dos componentes, la retracción endógena y la derivada de la tensión superficial,
varían en función del tiempo. La primera, a medida que se produce el fraguado y endurecimiento
de la pasta de cemento, y la segunda, según avanza el secado progresivo del hormigón.
Por otra parte, como ambas dependen de la humedad circundante, esta progresión se producirá
desde el exterior hacia la masa interna del hormigón, puesto que mientras el hormigón no pierda
por evaporación su agua de amasado, existirá internamente un ambiente saturado que se irá
secando progresivamente a medida que se produce el traspaso por evaporación hacia la
atmósfera.
Esta permite apreciar que se trata de un proceso relativamente lento, puesto que el valor final
de retracción a algunos centímetros de profundidad se logra sólo después de períodos
superiores a un año.
Para atenuar los efectos de la retracción hidráulica pueden tomarse distintas medidas, las que,
en esencia. se derivan de los factores que condicionan su magnitud y son las siguientes:
••contenido de C3A
••finura de molienda
La evaluación de la retracción térmica puede efectuarse a partir del valor de las temperaturas
producidas y de las características de dilatación térmica del elemento, puesto que la variación
de longitud producida por efectos térmicos tiene como expresión:
El coeficiente de dilatación térmico del hormigón tiene un valor promedio de , pero puede
variar significativamente de acuerdo a la naturaleza de los áridos particularmente cuando son
de constitución caliza, situación que, sin embargo, en nuestro país es poco común.
La ecuación de Fourier puede ser resuelta por cálculo computacional, por ejemplo, mediante el
método de los elementos finitos o por métodos aproximados como el propuesto por SCHMIDT.
Este último se basa en el principio que si el elemento para el cual se efectúa el cálculo se divide
en partes de longitud 61 en el sentido de flujo calórico y se elige la unidad de tiempo de cálculo
Para paliar los efectos derivados de la retracción térmica pueden tomarse algunas medidas,
como las que se describen a continuación:
Para atenuar los efectos derivados de la temperatura externa, la medida más eficaz
consiste en el aumento de la aislación térmica en los paramentos que limitan con el
exterior.
Para los efectos térmicos generados por el proceso de hidratación de la pasta de
cemento pueden tomarse diversas medidas, tales como las siguientes:
•Empleo de cementos de bajo calor de hidratación, aceptándose normalmente como tales
aquellos cuyo calor de hidratación a 7 días es inferior a 70 cal/g.
• Disminución de la temperatura interna del hormigón por alguno de los siguientes sistemas:
•• Reemplazo de parte del agua de amasado por hielo durante la revoltura en la hormigonera,
con lo cual se logra rebajar la temperatura inicial del hormigón colocado en obra.
•• Refrigeración del hormigón colocado, por circulación de agua fría a través de serpentines
embebidos en su masa.
• Planificación de las etapas de hormigonado de la obra de manera tal que sean de espesor
limitado, dejando transcurrir un lapso que permita la mayor disipación posible del calor generado
en ese tiempo. EI procedimiento habitual es relacionar el espesor de las etapas con el tiempo
de espera, de manera de dejar transcurrir un plazo de un día por cada 0.5 m de espesor de la
etapa.
El proceso de hidratación de la pasta de cemento deja una cierta proporción de cal libre, es
decir, sin participar en el proceso químico de fraguado.
Esta cal libre es susceptible de combinarse con el anhídrido carbónico del aire, produciendo
carbonato de calcio, combinación química que tiene un carácter contractivo, por lo cual el
espesor de hormigón afectado por él disminuye su volumen inicial, generándose la denominada
retracción por carbonatación.
Este proceso es importante en los hormigones sometidos a desgaste superficial, pues puede
llevar a desintegrar la zona afectada y proseguir su penetración hacia el interior por repetición
del mismo fenómeno. incluso en hormigones no sometidos a este tipo de solicitación, la
retracción por carbonatación contribuye a provocar la pulverización superficial característica de
los hormigones no curados convenientemente en sus primeros días.
Las propiedades plásticas son necesarias para evaluar el comportamiento a largo plazo en
elementos sometidos a tensión permanente.
En los párrafos que siguen se analizarán las características generales que estas propiedades
adquieren en relación con el hormigón.
Este es el caso del hormigón, cuya curva de relación tensión • deformación tiene la forma
indicada en la Figura 4.6, en la cual pueden observarse tres tramos característicos:
Esta forma se explica a través del comportamiento del hormigón a medida que la tensión
aplicada crece.
Debido a las características señaladas, para el cálculo estructural se definen distintos tipos de
módulos de deformabilidad, efectuándose la elección de acuerdo al caso particular del problema
en análisis. De éstos, los más utilizados corresponden a los siguientes: la tangente en el origen,
aplicable al análisis de problemas de tipo dinámico, en que la carga es aplicada en forma rápida
la tangente en un punto de la curva correspondiente a una tensión dada una secante entre dos
puntos determinados de la curva
Finalmente, debe señalarse que las características reseñadas establecen que el hormigón
presenta un comportamiento frágil, es decir, la rotura se presenta sin aviso, por la inexistencia
previa de un tramo de deformación aproximadamente constante a carga creciente.
A pesar del carácter frágil señalado para el hormigón para las cargas de velocidad normal de
aplicación, éste presenta un comportamiento plástico cuando una determinada carga
permanece aplicada un largo tiempo, produciéndose en este caso una deformación denominada
fluencia del hormigón, cuya forma característica es la señalada esquemáticamente en la Figura
4.7.
Los principales factores que condicionan la fluencia del hormigón son las características del
hormigón, principalmente el tipo y la dosis de cemento, la humedad ambiente, la magnitud de
la tensión aplicada y la edad del hormigón en el momento de su aplicación.
La forma en que influyen estos factores puede deducirse a través de algunos de los métodos
de evaluación propuestos, de los cuales se resume en la Figura 4.8 el correspondiente al Comité
Europeo del Hormigón (CEB), cuya aplicación es similar al señalado para el cálculo de la
retracción en la Figura 4.3.
El agua puede escurrir en el interior del hormigón a través de dos vías principales:
De esta manera, este análisis esquemático del mecanismo de escurrimiento del agua en el
interior del hormigón permite establecer en líneas generales las medidas que pueden esbozarse
para lograr un mayor grado de impermeabilidad:
a) Utilizar la razón agua/cemento más baja posible, compatible con la obtención de una
trabajabilidad adecuada para el uso en obra del hormigón.
b) Utilizar la dosis de cemento más baja posible, compatible con la resistencia y otras
condiciones que establezcan las especificaciones del proyecto.
c) Emplear un contenido apropiado de granos finos, incluido los aportados por el cemento, para
lograr un buen relleno del esqueleto de áridos del hormigón. La cantidad ideal de granos finos
puede establecerse a partir de los métodos de dosificación que se expondrá en el Capítulo 7,
particularmente de los métodos de dosificación granulométricos.
Estas medidas, si bien no permiten establecer a priori cuál será el coeficiente de permeabilidad
del hormigón, conducen a la obtención del hormigón más impermeable posible en las
condiciones prevista paras su uso.
a) Los de permeabilidad radial, en los que se utiliza una probeta cilíndrica con una perforación
central, desde la cual se aplica agua a presión, midiéndose el agua escurrida en un cierto
tiempo. Este tipo de ensayo permite determinar el coeficiente de permeabilidad por medio de
las fórmulas de escurrimiento en medios permeables.
b) Los de penetración del agua en el hormigón, en los cuales una losa de hormigón es sometida
a presión de agua por un lado y se mide la penetración del agua en su masa después de un
cierto tiempo. Este ensayo se utiliza generalmente en forma comparativa, aunque también
permite el cálculo del coeficiente de permeabilidad en forma similar a la del ensayo radial.
Durante toda su vida útil, el hormigón está permanentemente expuesto a las acciones
provenientes de agentes externos e internos, que pueden afectar su durabilidad si no se les
tiene debidamente en cuenta.
De acuerdo con su origen, estas acciones pueden ser producidas por agentes físicos o
químicos, presentando las características generales que se analizan en los párrafos que siguen.
Los agentes físicos que producen efectos de mayor importancia sobre el hormigón son los
derivados de las variaciones de tipo ambiental y los procesos erosivos.
Dependiendo del rango de variación de estos ciclos, principalmente de las temperaturas bajo
O°C, y del estado de saturación del hormigón, el agua contenida en sus poros puede
congelarse, produciéndose un proceso expansivo de gran magnitud que puede causar una
desintegración paulatina del hormigón.
Como criterio para evaluar la posibilidad de producción de este nocivo efecto puede
considerarse el establecido por la Norma ASTM C 33, que define el Índice de Meteorización,
expresado como el producto del promedio anual de días con temperaturas bajo y sobre cero
grados centígrado por el promedio anual de lluvia caída, expresado en centímetros.
En base a este Índice, se determina la calificación señalada en la Tabla 4.2
En caso de que el anterior análisis indique la posibilidad de producción del proceso, sus efectos
pueden estudiarse mediante ensayos de laboratorio que simulan los ciclos de hielo-deshielo
sobre una muestra del hormigón, cuya ejecución ha sido definida en algunas normas extranjeras
como la Norma ASTM C 666.
Estos ensayos son de difícil ejecución, pues requieren de largos plazos y de un equipamiento
complejo.
Por este motivo puede ser preferible tomar precauciones en caso de preverse posibles efectos.
Para ello, el recurso de mayor eficacia es el empleo de aire incorporado en el hormigón,
mediante el uso de un aditivo apropiado, cuya aplicación se analiza en el Capítulo 7. Las
burbujas de aire así introducidas en forma controlada, operan como cámaras de expansión,
impidiendo que los efectos expansivos del agua congelada se transmitan al hormigón y evitando
en consecuencia su acción destructiva.
Variaciones de humedad. Sus efectos son de menor importancia y por esa razón han sido
menos estudiados. Se manifiestan a través de ciclos alternativos de saturación y secado del
hormigón, los cuales por efecto de la tensión superficial del agua contenida en sus poros pueden
producir un proceso degradante.
En todo caso, su magnitud es pequeña y generalmente poco profunda y puede ser prevenida
mediante la aplicación de protecciones superficiales impermeables, como ser pinturas.
B Procesos Erosivos.
Los procesos erosivos de mayor importancia son los derivados de la abrasión mecánica y de la
cavitación.
Para atenuar los daños causados por este proceso es necesario aumentar la dureza superficial,
empleando hormigones de alta resistencia en la superficie del hormigón o bien aplicar un
tratamiento que produzca una película superficial de mayor dureza, como la silicatización
mediante productos ad hoc para este objeto.
De acuerdo con estos conceptos, puede deducirse que la forma de evitar o al menos atenuar
los efectos de la cavilación consistirá en mejorar la terminación de la superficie sometida al
escurrimiento. Para tener una visión del grado de calidad de terminación necesario para este
objeto, se indican a continuación las especificaciones que establece para este objeto el Bureau
of Reclamation, organismo norteamericano de gran prestigio y experiencia en el diseño y la
construcción de grandes obras hidráulicas :
Los valores señalados para las irregularidades máximas son de difícil obtención, en particular
las correspondientes a velocidades mayores de 30 mis.
Por otra parte, un aumento de la resistencia superficial del hormigón no produce efectos muy
significativos en la atenuación del proceso.
Por este motivo, actualmente se investiga el efecto producido por la incorporación de aire en los
flujos de alta velocidad, procedimiento que se ha demostrado altamente eficaz para este objeto.
La acción de los agentes químicos sobre el hormigón puede ser generada internamente en el
hormigón o bien provenir de acciones agresivas externas.
De este tipo de agentes se han citado dos, aportados por los áridos: la materia orgánica y los
compuestos que producen la reacción álcali-árido, de naturaleza expansiva.
Efecto de la materia orgánica. La presencia de materia orgánica, aportada por los áridos, afecta
el proceso de fraguado de la pasta de cemento, principalmente a través del contenido de ácido
tánico presente en ella. La magnitud de este efecto depende, por esta razón, de la cantidad y
del origen de la materia orgánica presente y su acción se manifiesta en general tanto sobre un
retardo del fraguado de la pasta de cemento, como sobre una disminución de las resistencias
iniciales del hormigón.
Por este motivo, es importante precisar la existencia de productos nocivos de este tipo, para lo
cual debe efectuarse el ensayo colorimétrico descrito en el párrafo c12 del Capítulo 2.
En el caso de existir materia orgánica en los áridos, generalmente es posible eliminarla mediante
un lavado profundo usando agua, en equipos adecuados para este objeto.
Efecto de los compuestos reactivos. En el Capítulo 2, párrafo C 1.1, se detalló este aspecto,
indicando los compuestos nocivos y los procedimientos para detectarlos, debiendo eliminarse
los áridos que posean estas características o, en su defecto, emplear cementos con bajo
contenido de álcalis, estableciéndose como tales aquellos cuyo contenido sea inferior a 0.6%.
Existen numerosos compuestos químicos que son susceptibles de producir ataques de distinta
magnitud sobre los elementos de hormigón. En la Tabla 4.3 se resume el efecto producido por
algunos ácidos minerales y soluciones de sales y álcalis presentes con mayor frecuencia en
contacto con las obras de hormigón.
En calidad de guía para esta materia se inserta a continuación la Tabla 4.4 que señala los tipos
de protección susceptibles de emplearse en diferentes casos.
En el caso particular de la acción de los sulfatos sobre el hormigón, el efecto puede ser atenuado
o eliminado empleando un cemento con bajo contenido de aluminato tricálcico, pues la reacción
destructiva respectiva se produce por la combinación de ambos compuestos, produciendo
sulfoaluminato de calcio, el cual es expansivo. Generalmente se fija como límite deseable un
porcentaje máximo de 5% de C3A cuando se espera un ataque severo, situación que es
susceptible de producirse cuando el contenido de sulfatos supera las 1000 ppm en solución
acuosa o 0.20% en muestras de suelo.