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PARTE I:
● Gottfried K. Tenía nueve años y medio cuando su abuela lo llevó a la
Clínica Pediátrica del Hospital Universitario a que lo examinaran. Sus
expresiones faciales resultaban tan difíciles de interpretar, que la primera
doctora que le hizo una exploración, una joven psicóloga llamada Anni
Weiss, dio por sentado que era «débil mental».
○ Era un niño muy listo y aplicado en sus estudios.
○ En casa y en compañía de adultos, Gottfried parecía alegre y
conforme, pero los cambios más mínimos en su rutina lo
desconcertaban.
○ Cuando estaba triste, empezaba a moverse con nerviosismo, a
soltar risitas y a hablar bajito. Se comportaba de la misma manera
cuando estaba contento, a su abuela le resultaba difícil determinar
cómo se sentía en cada momento.
○ Solía olvidarse de cepillarse los dientes y de bañarse y requería
ayuda incluso para atarse los cordones de los zapatos.
○ Parecía incapaz por naturaleza de comportarse de manera
apropiada en público.
● Weiss esperaba analizar aquel caso con sus colegas, en concreto con un
pediatra de voz suave que recientemente se había unido al personal y
parecía sentir un interés especial por los niños sensibles y dotados que
habían sido desterrados por sus iguales. Su nombre era Hans Asperger.
● Weiss nos abre otra ventana valiosa para atisbar la personalidad de los
trabajadores de la clínica en un artículo sobre cómo realizar «entrevistas
de juego» con niños en una guardería.
○ En lugar de establecer un programa estricto de citas con los niños,
sencillamente les hizo saber que tenía juguetes si querían jugar. La
respuesta de cada niño a tal ofrecimiento le revelaba mucho acerca
del pequeño incluso antes de dar comienzo las sesiones de
entrevistas formales.
○ Las sesiones de juego de Weiss estaban diseñadas para ofrecer a los
niños la máxima libertad de expresión. Observando como cada
niño actuaba en esta situación, Weiss era capaz de calibrar su
capacidad para la adaptación social, la imaginación y el disfrute
espontáneo.
● Michaels confesaba que la estrategia de la clínica parecía «más un arte
que una ciencia», sin embargo, también reconocía que las ambiciones de
aquel arte trascendían con creces la mera formulación de un diagnóstico.
○ El objetivo de Asperger y sus colegas no era otro que «determinar
las capacidades innatas del niño, los componentes alterables de su
personalidad, las causas de su conducta patológica, aquello que
mejor garantizará su felicidad personal, seguridad y bienestar
social, cuál es su lugar adecuado en la familia y la sociedad, cuáles
son sus objetivos y ambiciones personales y cómo puede todo ello
hacerse realidad».
PARTE II:
● En su primer día en la clínica, Gottfried no hizo más que llorar. Sus
lágrimas fueron remitiendo, pero seguía entristeciéndolo tener que
permanecer allí durante un mes, atrapado en un entorno desconocido
junto a desconocidos.
○ Sus intentos de persuasión cayeron en saco roto, pero arrojaron luz
sobre la esencia insólitamente lógica de la mente de Gottfried. Para
ser un niño que se tenía por inmaduro, desplegaba una madurez de
comportamiento sorprendente.
○ Si un médico o una enfermera dedicaba un momento a escucharlo,
el rostro de Gottfried parecía iluminarse y llenarse de alegría, pero
no parecía importarle qué adulto le prestara atención.
○ Poco a poco, Gottfried se adaptó a su nueva vida en el hospital. Los
ritmos repetitivos del programa diario parecían serenarlo.
○ Siempre prefería deambular solo, a menos que los niños estuvieran
organizando un juego. Y entonces convencía a un miembro del
personal adulto compasivo de que se integrará en el grupo.
○ Gottfried parecía horrible la idea de cumplir con las reglas, pero las
quebrantaba de todos modos sin darse cuenta, como si
sencillamente se le hubieran olvidado
○ Weiss entregó al niño una serie de imágenes desordenadas que
retrataban la captura y domesticación de un oso bailarín. Le pidió
que pensara una historia que encajara con las imágenes y que las
colocara en la secuencia apropiada.
■ Gottfried se quejó de que le era del todo imposible ordenar
correctamente la secuencia de imágenes sin conocer primero
la historia.
○ Gottfried era muy inteligente, pero su inteligencia no quedaba
consignada en las pruebas estándar que se realizaban en la clínica
○ Al principio, su altanería molestó a Weiss, pero con el tiempo
acabó por entender que Gottfried no pretendía ser maleducado.
PARTE III:
● En el transcurso de una década, Asperger y su personal examinaron a
más de doscientos niños que mostraban un compendio igual de
asombroso de torpeza social, habilidades precoces y fascinación por las
reglas, las normas y los programas.
● Algunos niños eran prodigios que fracasaban en la escuela porque sus
profesores interpretaban su manierismo pedante y su incapacidad de
acatar órdenes como una insurrección deliberada.
○ Incluso a los más talentosos de entre estos niños les costaba
aprender habilidades básicas para la vida como vestirse, bañarse y
comportarse con buenos modales en la mesa.
● Los niños con discapacidades más graves habían sido etiquetados como
«deficientes» e internados en psiquiátricos
Una joven psiquiatra rusa llamada Grunia Sukhareva había escrito acerca de
un grupo casi idéntico de personas jóvenes en Moscú dos años antes.
● El foco de su trabajo era un campo emergente de la psiquiatría: la psicosis
adolescente.
● Parecido a la esquizofrenia pero diferente porque estos jóvenes extraños
solían realizar mejoras espectaculares a lo largo del tiempo.
○ M. Sch. habían percibido que era distinto a sus hermanos ya de
bebé. Era sensible en grado sumo a los sonidos y se estremecía en
su cuna ante cualquier ruido. Estaba obsesionado con la
enfermedad, con la muerte y con los ataúdes. Incorporaba
reflexiones asombrosamente maduras en su discurrir.
■ Por su parte, su profesora de arte lo consideraba un
prodigio. Cuando se dejaba llevar por la música, «se
transformaba por completo —afirmaba Sukhareva— y
transmitía la impresión de ser un músico seguro y sensible».
○ Otro niño, M. R., había estudiado de manera autodidacta la guerra
de 1812 antes de los diez años y era capaz de narrar con detalle los
acontecimientos que habían desembocado en el conflicto.
○ A. D. sentía fascinación por los números y la contabilidad.
Mientras esperaba a que diera comienzo un partido, calculaba el
número total de espectadores que había en el estadio y luego salía
disparado hasta el vestíbulo de entrada para sumar a los que
llegaban tarde.
○ Un niño llamado K. A. explicó a sus niñeras que tenía previsto
impartir una conferencia sobre «el valor nutritivo de la lana de
algodón» y, en una ocasión, metió a hurtadillas una nota en el
maletín del médico en la cual lo declaraba miembro de «la
Sociedad de Perros Fritos».
○ Con sólo tres años de edad, P. P. dejó atónitos a sus padres al
sentarse ante el piano y reproducir sus melodías favoritas nota a
nota. Sukhareva lo describía como un niño sensible con «hondos
sentimientos por la belleza de la naturaleza»
● Para describir este curioso síndrome, Sukhareva propuso el término
«trastorno de personalidad esquizoide».
○ Estos niños no parecían estar atravesando un proceso de
enfermedad similar al trágico arco de la esquizofrenia, sino que
parecían constitucional y profundamente distintos de los demás
niños, más parecidos a uno de los arquetipos de Lazar que a
pacientes que podrían recuperarse en el futuro.
○ «Todos los pacientes afectados estuvieron bajo mi observación
durante varios años y parecieron realizar progresos considerables»
dijo Sukhareva.
● Aunque al parecer Asperger desconocía el trabajo de Sukhareva, él
también percibía paralelismos entre la condición de sus pacientes y la
esquizofrenia
○ En particular una tendencia hacia lo que Bleuler denominó «el
pensamiento autista», definido como una reflexión interna y el
embaucamiento en la fantasía. Aquellos niños perseguían sus
objetivos con tenacidad
PARTE V:
El Segundo Congreso Internacional sobre Eugenesia tenía por objetivo ser
mucho más que otra conferencia científica llena de personajes célebres.
Respaldado por la autoridad moral de los museos más prestigiosos de Estados
Unidos y publicitado en revistas como Science y Scientific Monthly,55 el
congreso pretendía ser nada menos que el punto de inflexión en la historia en el
que la especie humana asumía el control de su propio destino, en lugar de
confiarlo al proceso gradual de la selección natural.
● «La eugenesia es la dirección propia de la evolución humana».
● Henry Fairfield Osborn, el director del museo y encargado de
pronunciar el discurso de bienvenida, tenía muy presente la reciente
guerra en Europa.
○ Osborn abrió su discurso con una nota agorera. «Europa, en un
autosacrificio patriótico en ambos flancos de la Guerra Mundial, ha
perdido una gran parte del legado de siglos de civilización, que ya
nunca podrá ser recuperado.»
○ Lo que sucedía era sólo que «500.000 años de evolución humana
[…] habían impreso determinadas virtudes distintivas así como
defectos en cada raza».
○ Concluyó su discurso afirmando que sus colegas científicos tenían
el deber de «iluminar al Gobierno en la prevención de la
propagación y multiplicación de miembros inútiles de la
sociedad, la propagación del retraso mental, de la idiocia y de
todas las enfermedades morales e intelectuales, además de físicas».
El presidente honorario del congreso era Alexander Graham Bell, inventor del
teléfono y el telégrafo.
● Niño prodigio, con un don fascinante para extraer datos, popularizó la
idea de la regresión hacia la media en la investigación estadística, inició
la ciencia forense al descubrir que cada persona posee unas huellas
dactilares únicas y cartografió los primeros mapas climatológicos.
El último día del congreso, los delegados subieron a autobuses que los
condujeron a realizar una exploración sobre el terreno en la Eugenics Record
Office (ERO), en Cold Spring Harbor, Long Island. Inaugurada en 1910, la
ERO era una organización con una influencia proverbial financiada por la viuda
del barón del ferrocarril Union Pacific, E. H. Harriman, la familia Rockefeller y
la Carnegie Institution.
● Hasta su cierre en 1939, la organización publicó como churros
centenares de artículos sobre temas como «apareamientos adecuados e
inadecuados» y el cuidado y la formación de «las clases mental y
físicamente deficientes».
● Uno de los principales intereses del instituto eran los trastornos
congénitos de la psique. Investigadores de campo desplegados por toda la
Costa Este recorrieron prisiones e instituciones mentales revisando
expedientes médicos, en un esfuerzo general por hacer un censo de los
portadores de raíces genéticas de enajenación mental, delincuencia,
perversión, demencia, melancolía, alcoholismo, tartamudez, ceceo,
vértigo, migraña, incontinencia urinaria nocturna, sonambulismo, espíritu
viajero y otras supuestas formas de degeneración.
● Las campañas para esterilizar a los residentes de los asilos mentales y
prisiones recibieron un impulso importante por parte de los expertos,
quienes declararon que las personas con trastornos del comportamiento
no sólo eran impedidas en el plano cognitivo, sino también en el moral.
○ En 1937, una encuesta en Fortune indicaba que dos tercios de los
lectores de la revista, gente influyente del mundo de los negocios,
estaba a favor de la esterilización forzosa de los pacientes
mentales.
○ En 1909, se había aprobado en California un estatuto que otorgaba
a los funcionarios de la sanidad pública el derecho a castrar de
manera forzosa a convictos y a los residentes de la California
Home for the Care and Training of Feebleminded Children, sito en
el condado de Sonoma.
PARTE VI:
Un día de 1920, Ewald Meltzer, director de la Casa Estatal de Katharinenhof
para Niños Deficientes Mentales No Educables de Sajonia, envió una encuesta a
los padres y tutores varones de casi doscientos niños bajo su tutela.
● A Meltzer le sorprendió descubrir cuántos de ellos respondieron de
manera favorable a la idea de «acortar sin dolor» las vidas de sus hijos.
De hecho, algunos contestaron que las autoridades relevantes deberían
hacer lo que consideraran oportuno, sin molestarse en pedirles su
consentimiento.
● Apoyo popular por las polémicas teorías del psiquiatra Alfred Hoche y el
experto en derecho penal Karl Binding, coautor de un libro publicado en
1920 y titulado The Liberation and Destruction of Life Unworthy of Life
(«Liberación y destrucción de vidas que no merecen vivir»).
● En 1927, el teólogo romano apostólico Josef Mayer proporcionó
cobertura clerical a Hoche y Binding con la publicación de un libro que
defendía que la esterilización forzosa de las personas «discapacitadas
mentalmente» estaba en total acuerdo con la ética y la tradición católicas.
● Grant concluía afirmando que las estrategias de Galton para alentar a los
hombres y las mujeres de las «clases que producían genios» a crecer y
multiplicarse no bastarían para contener la marea creciente de idiocracia.
En su lugar, instó a sus colegas eugenistas a desarrollar medios más
expeditivos para echar por la borda a los usurpadores foráneos y otras
formas de lastres humanos
● Un manual aparecido en 1913 escrito por Géza Hoffman y titulado Die
Rassenhygiene in den Vereinigten Staaten von Nordamerika («Higiene
racial en los Estados Unidos») se convirtió en un libro de referencia de
eugenesia aplicada para los estudiantes de biología alemanes. A
diferencia de sus homólogos estadounidenses, los eugenistas alemanes no
tenían previsto limitar sus esfuerzos a los manicomios, prisiones y
escuelas para deficientes mentales, sino que pretendían llevar las
implicaciones de la teoría eugenésica a su extremo entre la población
general.
● Cualquier ciudadano alemán que mostrara signos de esquizofrenia,
trastorno bipolar, epilepsia, ceguera o sordera hereditaria, enfermedad de
Huntington o alcoholismo podía ser esterilizado a la fuerza.
PARTE VII:
El tan esperado día de la Anschluss, la «unión» de Austria y Alemania, se
perfilaba en el horizonte.
● Pandas de civiles autodenominadas Rollkommandos se dirigieron
bramando hasta los grandes almacenes y comercios del barrio judío,
derribaron puertas, hicieron pedazos ventanas y escaparates, y arrojaron
el inventario en los camiones que aguardaban, en muchos casos con
ayuda de la policía.
● En un seminario nocturno para médicos impartido por las SS, el
neurólogo vienés Walter Birkmeyer sostuvo ante sus colegas: «Sólo la
pureza de nuestra raza y la salud de nuestros genes pueden salvar a
nuestro pueblo de la decadencia. Es nuestro deber como adeptos fanáticos
exterminar todo lo morboso, impuro y corruptor».
● La Universidad de Viena se transformó en el centro intelectual de un
movimiento académico que situó la Aufartung («mejora racial») y la
Rassenforschung («investigación racial») como prioridades de su
programa médico.
● En 1996, cuando un cirujano judío que trabajaba con un experto en el
Holocausto solicitó una investigación en la columna de cartas del JAMA,
la profesión médica no tuvo más remedio que admitir que llevaba casi
sesenta años enseñando a los estudiantes a convertirse en cirujanos con
pinturas de los cuerpos despellejados de niños discapacitados y presos
políticos.
● El 3 de octubre de 1938, Asperger pronunció la primera conferencia
pública sobre el autismo de la historia, en un salón de actos del Hospital
Universitario.
○ Reconoció que «el cambio riguroso en nuestra actitud» reclamado
por el Führer exigía a los profesionales de la medicina valorar la
salud del Volk por encima de las necesidades (e implícitamente, de
las vidas) de los pacientes individuales.
○ «Muchos de los casos que tratamos aquí son trastornos genéticos.»
Y a continuación habló con la boca pequeña acerca de la
obligación de informar de tales casos a los comités pertinentes: «En
tanto que médicos, debemos asumir las tareas que afloren en esta
área con plena responsabilidad».
○ «No pretendo hoy abordar el problema desde el punto de vista de la
salud pública, ya que entonces tendríamos que abordar las leyes
para la prevención de la transmisión hereditaria de enfermedades;
en su lugar, lo acometeremos desde el punto de vista de los niños
anormales. ¿Qué podemos hacer por estas personas? Eso es lo
que deberíamos plantearnos».
○ «No todo lo que se desvía de la línea y, por consiguiente, es
“anormal”, tiene que ser necesariamente “inferior”».
○ En primer lugar describió a un niño a quien su padre había llevado
a la clínica que presentaba un conjunto desconcertante de síntomas.
Tenía berrinches frecuentes y ataques de ira y se describía como
una persona nerviosa y «bastante melancólica». El niño tenía un
sentido de la audición de una agudeza asombrosa y se desvelaba
con el menor sonido en su habitación. Además, estaba obsesionado
con comer alimentos agrios. Su vocabulario y sintaxis eran de una
madurez fascinante para su edad y le encantaba analizar en
profundidad cuestiones filosóficas (descripción de Harro).
○ Todas aquellas cualidades en su conjunto componían la imagen
clínica de la psicopatía autista, explicó. Los dones especiales de
aquellos niños eran inextricables de sus impedimentos.
○ Y luego Asperger hizo un comentario que permite atisbar por
qué basó sus casos prototípicos en sus parlanchines pequeños
profesores en lugar de en los niños más profundamente impedidos
a quienes trató en instituciones. «Se me antojó más gratificante
escoger dos casos no demasiado severos y más prometedores
—afirmó— y explicar, en referencia a ellos, por dónde discurre
nuestro planteamiento terapéutico.»
○ El antiguo colega de Asperger, Erwin Jekelius, comenzó con el
asesinato de un hijo único a quien los médicos habían declarado
deficiente mental.
PARTE VIII:
El 20 de febrero de 1939, nació Gerhard Kretschmar, nació ciego,
intelectualmente discapacitado, con un solo brazo y media pierna y, además,
padecía convulsiones.
● Sus padres le pidieron al neurólogo jefe, Werner Catel “que lo pusiera a
dormir”. En su libro titulado Grenzsituation des Lebens («Situaciones
vitales extremas»), Catel decía de los niños como Gerhard «tales
monstruos… que no son más que una massa carnis», el término que el
teólogo Martín Lutero había utilizado para describir a las personas que
eran como un montón de carne insensible carente de alma.
● En agosto, la Comisión para el Registro de Enfermedades Hereditarias
Graves emitió un decreto que exigía registrar a todos los niños nacidos
con anormalidades congénitas de cualquier tipo. Se exigía a médicos y
comadronas que informaran de todos los casos de sordera, ceguera,
síndrome de Down, hidrocefalia, tics y otras afecciones ante la comisión.
A cambio, recibirían una pequeña suma por cada informe.
● Creación de un programa llamado Aktion T-4, abreviatura de
Tiergartenstrasse 4 El objetivo del programa era convertir los hospitales,
las clínicas y las instituciones a largo plazo en fábricas de muerte para los
portadores de discapacidades crónicas y enfermedades hereditarias. Para
proporcionar cobertura legal a los médicos y enfermeras que ya habían
empezado a asesinar a sus pacientes, Hitler dató aquella orden con fecha
de un mes antes.
● Así, las personas con discapacidades pasaron a ser casos terapéuticos
refractarios. Las leyes que promovían la eutanasia pasaron a llamarse
políticas de población negativa. El acto de matar se bautizó como
provisión de asistencia médica final. Y las clínicas para niños
discapacitados se bautizaron con el nombre de Kinderfachabteilungen,
«hospitales infantiles especializados».
● Basándose exclusivamente en estos formularios y sin ver siquiera a los
niños, el comité hacía las disposiciones necesarias con los funcionarios
sanitarios locales para que se transfiriera a los jóvenes pacientes
marcados con un signo más a las Kinderfachabteilungen.
● Bajo el liderazgo de Jekelius, Am Spiegelgrund se convirtió en el
principal hospital de asesinatos infantiles de toda Austria.
● A la mayoría de aquellos niños se les había diagnosticado deficiencia
mental, epilepsia o esquizofrenia, tres diagnósticos que con toda
probabilidad se emitían a los niños autistas en una época anterior a que el
autismo fuera una categoría diagnóstica establecida.
● Un proceso atroz denominado pneumoencefalografía, que comportaba la
sustitución de los fluidos craneales por aire o helio antes de radiografiar
sus cerebros y, finalmente, permitirles morir.
● Una enfermera llamada Anny Wödl comenzó a temer por el destino de su
hijo, Alfred, a quien había internado en Gugging al detectar que no
empezaba a hablar. (Como la abuela de Gottfried, Wödl intuía que su hijo
era muy inteligente y «lo entendía todo», pese al hecho de no saber
comunicarse verbalmente.)
● Wödl suplicó a Jekelius que al menos garantizara a su hijo una muerte
rápida e indolora, cosa que él le prometió. El 22 de febrero de 1941,
Alfred, con seis años, murió de «pulmonía» en Am Spiegelgrund. Cuando
Wödl vió el cadáver de su hijo, tenía señales evidentes de haber muerto
agonizando.
● A los cuarenta y nueve años, Aloisia falleció en una habitación llena de
monóxido de carbono en el centro de homicidios de Hartheim (Paula
Hitler defendía que Aloisia, prima segunda suya, merecía vivir.
● Tras una breve temporada entre rejas, Jekelius fue reclutado por la
Wehrmacht y enviado al frente ruso, donde al poco cayó preso de
soldados del Ejército Rojo y fue trasladado al campo de prisioneros de
Lubianka, en Moscú. Allí se valió su última nota al pie en la historia al
entablar amistad con un prisionero de guerra que posteriormente se
convirtió en paciente de Viktor Frankl, el psiquiatra que escribió El
hombre en busca de sentido, una autobiografía acerca de cómo sobrevivió
tres años en Auschwitz, Theresienstadt y Dachau.