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ESCRITURA CREATIVA

UNIDAD 2

Prof. Carmelo Urso


CONTENIDO

Pág.
INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UNA FÁBULA CLÁSICA 4
REDACTA UNA FÁBULA DE ESTILO CLÁSICO 8
EJEMPLOS DE FÁBULAS ULTRACORTAS 12
EJEMPLOS DE FÁBULAS CORTAS, MEDIANAS Y LARGAS 22
Un amigo es aquel que te da la libertad de ser tú mismo.

El tipo más importante de libertad es ser tú mismo.

Jim Morrison, músico y poeta estadounidense

Cuando descubras quién eres, serás libre

Ralph Ellison, novelista y crítico literario estadounidense

No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder.

Aquellos que renuncian a la libertad para comprar

un poco de seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad

Benjamín Franklin, estadista y patriota estadounidense

Soy libre porque soy moralmente responsable de lo que hago

Robert A. Heinlein, escritor estadounidense de ciencia ficción

Quien niega la libertad a los demás, no la merece para sí mismo

Abraham Lincoln, abogado

y decimosexto presidente de los Estados Unidos de América

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INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UNA FÁBULA CLÁSICA

PROGRAMA DE ESCRITURA CREATIVA

DEL PROFESOR CARMELO URSO

PARA ESCRIBIR UNA FÁBULA CLÁSICA

SIGUE ESTAS INSTRUCCIONES.

UNO:

La fábula es un relato corto.

Es un tipo de cuento que imita la forma de hablar de las personas.

Por eso, utiliza palabras sencillas.

DOS:

Normalmente, tu fábula va a estar protagonizada por dos animales.

Si lo prefieres, puede ser protagonizada por dos plantas.

Si te parece mejor, puede ser protagonizada por dos flores.

Las fábulas modernas pueden estar protagonizadas por objetos o aparatos


que existen en nuestro tiempo. Si lo prefieres, elige dos objetos

Si quieres, mezcla flores y animales y plantas y objetos.

TRES:

La fábula tiene dos protagonistas.

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Esos dos personajes pueden tener un conflicto.

Hay tres tipos de conflicto:

a) Una discusión que se resuelve de manera pacífica; los dos personajes


ganan con la solución.

b) Una discusión que se resuelve de manera no pacífica; uno de los


personajes triunfa y el otro es derrotado… pero ambos sobreviven.

c) Una discusión se convierte en asunto de vida o muerte; un personaje se


come al otro personaje. (ejemplos: un gato se come a un ratón o un águila se come
a una culebra).

CUATRO:

Hay un tipo de fábula donde no existe conflicto entre los animales o plantas o
flores u objetos. En este tipo de fábula, cuentas la historia de una amistad o de
cómo un amigo ayuda a otro amigo a resolver un problema. Ambos personajes
terminan felices.

CINCO:

Céntrate en la acción y no en las descripciones de paisajes.

El paisaje puedes describirlo brevemente en el primer párrafo. Una o dos


líneas bastan.

Concéntrate en la narración y no en las descripciones de los personajes.

De tus personajes señala uno o dos elementos importantes: el color de los


ojos, su tamaño, el color de su pelaje o plumaje. Quizás algún elemento que lo
diferencie de los demás animales. Una o dos líneas de descripción son suficientes.

SEIS:

Tienes pocas líneas para resolver el conflicto de tus personajes.

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Puedes escribir tu primera fábula con tres párrafos. Cada párrafo representa
una de las partes de la estructura de la fábula.

a) En el primer párrafo presenta a tus dos protagonistas y el conflicto que


tienen. Si no tienen conflicto, describe su relación y explica por qué son amigos. Es
el inicio de la fábula.

b) En el segundo párrafo, desarrolla el conflicto. Narra cómo los animales


resuelven su problema en armonía o cómo se pelean sin buscar otro tipo de
solución. Es el desarrollo de la fábula

c) En el último párrafo, describe la solución del conflicto y coloca la


moraleja. Es el final de la fábula.

d) Si te sientes en capacidad, puedes escribir fábulas más largas.

SIETE:

Las fábulas tienen tres tipos de finales:

a) Si los dos protagonistas llegan a un acuerdo o cumplen sus sueños,


tendremos un final feliz

b) Si uno de los protagonistas triunfa y el otro pierde, tendremos un final


agridulce

c) Si los dos protagonistas terminan mal, tendremos un final trágico.

OCHO:

Por su extensión, existen cuatro tipos de fábulas:

a) Las fábulas ultracortas son aquellas que tienen 80 palabras o menos.

b) Las fábulas cortas son aquellas que tienen entre 81 y 200 palabras.

c) Las fábulas medianas son aquellas que tienen una entre una y dos
páginas de extensión

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d) Las fábulas largas son aquellas que tienen más de dos páginas de
extensión.

NUEVE:

Las fábulas tienen una doble naturaleza: dramática y mecánica.

Sin conflicto no hay acción.

Sin acción no hay personajes.

Sin personajes no hay drama.

La parte dramática de la fábula está en la inevitable solución de su conflicto.

No existe tal cosa como “fábula clásica con final abierto”. La fábula tiene un
final claro, definitivo, cerrado.

La parte mecánica de la fábula está en su organización: dos personajes


principales; estructura inicio-conflicto-final-moraleja y el lenguaje sencillo, imitación
del habla humana.

DIEZ:

Las fábulas terminan con una moraleja, que es un mensaje de sabiduría.

A veces, esa moraleja es dicha por uno de los personajes de la fábula.

A veces, es mencionada por el autor.

Lee estas instrucciones varias veces, hasta que estén claras en tu mente.

Lee varias veces las fábulas que te enviaremos con esta lección.

Y en próximas semanas, serás capaz de escribir tus propias fábulas y


participar en concursos nacionales e internacionales de literatura.

¡HASTA LUEGO!

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ASIGNACIÓN:

REDACTA UNA FÁBULA DE ESTILO CLÁSICO,

DE ACUERDO A LO VISTO EN CLASE

UNO:

Antes que nada, asiste a la clase presencial o virtual que dictará el profesor

Luego, observa con atención los vídeos que el profesor haya colocado en

Internet.

DOS:

Lee con atención las fábulas contenidas en esta guía.

Selecciona tus favoritas. Observa el tono del narrador, el estilo de escritura, el

desarrollo de la trama, etc.

TRES:

Elige dos animales.

O dos flores.

O dos plantas.

O dos objetos.

O mézclalos como prefieras. Pero elige dos protagonistas.

Pueden ser de cualquier clase: reales o imaginarios; extinguidos o

mitológicos; grandes, pequeños o microscópicos.

Si eliges perros o gatos, especifica la raza (“El pinscher y el gato maltés”;

“el boxer y el gato persa”).

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CUATRO:

Evita el plagio. Evita copiar fábulas de otros autores.

El profesor dispone de un software para detectar los plagios o copias.

El plagio es un delito contra los derechos de propiedad.

Cultiva tu propia creatividad.

CINCO:

Evita usar combinaciones de animales comunes (“El gato y el ratón”, “El perro

y el gato”, “El lobo y las ovejas”, etc.). Hay muchísimos seres, desde la ballena

jorobada del Mar de Arabia hasta los virus, que pueden ser retratados en una

fábula.

Evita usar combinaciones de flores o plantas comunes.

Investiga. Hay cientos de miles de especies florales y botánicas sobre las

cuales nadie ha escrito una fábula

SEIS:

Ubica la fábula en un sitio concreto del planeta. Por ejemplo:

● “Había una vez un cristofué que volaba sobre la ciudad de Caracas…”.

● “Érase una vez una foca que avanzaba por un campo de hielo de

Groenlandia…”.

● “Un día, en el desierto del Sahara, un escorpión egipcio…”.

● “En cierta ocasión, una bacteria que viajaba en un tren de Buenos

Aires…”.

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SIETE:

Según lo visto en clase, la trama de la fábula puede incluir:

● Ningún conflicto (dos animales comienzan una amistad)

● Baja conflictividad (dos animales discuten sobre algo en lo que no

están de acuerdo y lo resuelven de manera pacífica)

● Mediana conflictividad (dos animales luchan… y uno vence al otro)

● Alta conflictividad (un animal, en virtud de su orden natural, se come al

otro)

Antes de comenzar a escribir, elige el nivel de conflictividad que tendrá

tu fábula.

OCHO:

Según lo visto en clase, la fábula puede tener tres tipos de final:

● Final feliz (los dos personajes terminan siendo amigos)

● Final agridulce (un personaje logra su objetivo y el otro no)

● Final trágico (los dos personajes acaban mal).

Antes de comenzar a escribir, elige qué tipo de final tendrá tu fábula.

NUEVE:

Una vez que hayas elegido a tu gusto los dos protagonistas, el tipo de

trama y el tipo de final de tu fábula, escribe libremente el texto en una hoja de

papel o el computador. En este punto no importan los errores ortográficos o

sintácticos. Deja que tu imaginación fluya sin interrupciones.

En cuanto a la moraleja, puedes colocarle una reflexión personal o citar una

frase famosa de un autor reconocido. En este caso, debes citar al autor, en forma de

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epígrafe, al principio de la fábula.

Esta primera versión es el Borrador.

DIEZ:

Si es necesario, reescribe una segunda versión en una hoja blanca o en tu

computador. Pídele a tu representante o una persona amiga que te ayude a corregir

TODOS los errores que hayas cometido. Esta versión, la “Definitiva”, debidamente

encabezada, enmarcada e identificada, es la que entregarás al docente.

Tu fábula tendrá un mínimo de 3 párrafos: uno para el comienzo; otro para el

desarrollo de la trama; otro para el final.

Si quieres redactar algo más largo, puedes escribir hasta DOS PÄGINAS.

Usarás la letra TIMES NEW ROMAN, 12 PUNTOS, INTERLINEADO DOBLE.

NO DEJES ESPACIOS ENTRE PÁRRAFOS.

¡MUCHA SUERTE!

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Ejemplos de fábulas ultracortas
HOTEL “EL FRANK”
Maryam Beatriz Márquez Diaz

Había una vez una guacamaya llamada Frank. Volaba sobre un río hermoso

y dijo:

—Tengo mucha sed. Tomaré agua.

Venía de muy lejos, ya que toda su familia era viajera y construía hoteles

para aves viajeras.

Frank pensó:

“Este es el lugar perfecto para construir mi hotel”.

Y comenzó a construirlo.

Un elefante se acercó y preguntó:

—¿Qué hace una guacamaya haciendo una casa tan grande?

—Estoy construyendo un hotel para aves viajeras.

—Estoy muy cansado y vengo de la Gran Sabana —respondió el elefante.

Frank pensó:

“¿Por qué no hacer un hotel para aves y animales terrestres?”.

Y comenzó a construirlo.

Tiempo después, el hotel de Frank se hizo famoso entre el cielo y la tierra.

Porque si te propones algo, puedes ayudar no solo a los de tu especie, sino a

todo el mundo…

(Texto ganador de la Categoría Infantil del VI Certamen Internacional de

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Microrrelatos “Javier Tomeo” en España, 2020)

NO JUZGUES A UN ANIMAL POR SU ESPECIE

Valeria Ávila

Había una vez un lobo que corría bajo la luz de la luna.

De pronto, a lo lejos, vio a un loro tirado en el suelo. Se acercó. Al ver que

estaba herido, el lobo le brindó su apoyo. Curó sus heridas y con el transcurso de

los días se volvieron mejores amigos.

Un día, el loro le preguntó al lobo:

—¿Por qué en lugar de comerme me ayudaste cuando estaba herido?

Respondió el lobo:

—No juzgo a un animal por su especie. Y cuando necesitabas ayuda, yo

también la necesitaba. Había perdido a mi manada. Estaba solo en el mundo.

Necesitaba la compañía que me estás dando. Los loros que conocí antes me

temían. Pero al verte herido, tuve el presentimiento de que eras diferente.

¡Aceptaste mi ayuda sin tenerme miedo por ser un lobo! Los de tu especie suelen

huir al verme. Pero contigo sentí algo distinto… y estuve en lo correcto. Por eso,

como te dije, no juzgo a un animal por su especie…

Hasta el día de hoy siguen andando juntos.

El lobo complementa al loro hablando sin parar.

Y el loro complementa al lobo escuchando sin interrumpir.

(Texto ganador de la Categoría Infantil, en la edición de diciembre de 2019, del VI

Certamen Internacional de Microrrelatos “Javier Tomeo”, en España)

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EL LORO, EL TORO Y LA PERSONA

Samuel Magdaleno

Un día, un loro encontró a un toro que lo quería matar. Entonces, se escondió

y vio a una persona. Y el loro le dijo:

—¡Ayúdame, por favor!

La persona respondió:

—Te ayudaré, pero con una condición: debes ser mi mascota.

El loro aceptó y pidió a la persona que matara al toro.

La persona mató al toro. Vendió su carne en el mercado.

Después, el hombre se llevó al loro: lo metió en una jaula.

Y dijo el loro:

—¡Que mala suerte tengo! Solo tenía que matar al toro… ¡no encerrarme a

mí!

(Texto finalista del V Concurso de Microrrelatos “Letras y Más Letras”,


España, 2020)

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LOBO Y DINOSAURIO, AMIGOS HIGIÉNICOS

Fabio Stefano Savino Ramos

Lobo y Dinosaurio eran grandes amigos. Un día, Dinosaurio pidió ayuda a

Lobo porque tenía la casa en mal estado. Era verdad: la vivienda de Dinosaurio

estaba muy sucia, llena de barro, piedras y ramas. Además, la vecina era muy

gruñona.

Lobo quitó todo el barro con un coleto enorme; recogió las piedras y se las

entregó a animales que las necesitaban mucho más. La vecina era un perro. Así

que Lobo lanzó una rama tan lejos… que la vecina salió corriendo y no regresó

jamás.

Desde entonces, Dinosaurio vive feliz. Limpia y ordena su casa… como su

amigo Lobo.

(Texto ganador del Concurso de Microrrelatos #TODOVAASALIRBIEN,

Editorial San Pablo, España, 2020)

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EL MANZANO TRISTE

Elías Torres Anuel

En un hermoso bosque había una colina donde vivían los más grandes

árboles de manzanas. Pero había uno que nunca tenía ni una sola de estas frutas. Y

por eso, se sentía muy triste.

Una de las manzanas de los grandes árboles, al verlo tan triste, decidió

pedirle ayuda al viento:

—Amigo viento, ¿podrías llevar en tus alas unas semillas de manzana a ese

pobre arbolito?

—¡Claro que sí!

El viento llevó las semillas al manzano triste. Y las semillas se pegaron a sus

ramas. Y las ramas danzaron de alegría.

Al poco tiempo, el manzano triste comenzó a dar hermosas frutas, que se

movían cuando el viento las hacía bailar.

(Texto finalista del Premio Jordi Sierra i Fabra 2022, España)

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EL JARDÍN MÁS BONITO

Michelle Borjas

En cierto jardín vivía una Rosa de color rosado. Ella era la única habitante.

Después de mucho tiempo, creció en el lugar una Margarita. La Rosa, con un tono

de molestia y muy celosa, le preguntó:

—¿Cómo llegaste a mi jardín?

La Margarita le contestó:

—Me sembraron para hacerte compañía. Estabas muy sola. El jardín es muy

grande y hay espacio para nosotras y muchas flores más.

Y la Rosa, sonrojada de vergüenza, dijo:

—Es verdad. Así el jardín será el más bonito… porque tendremos flores de

todos los colores.

(Texto ganador de la Categoría Infantil del VII Certamen Internacional de

Microrrelatos “Javier Tomeo” en España, 2021)

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DE PASEO POR LA PLAYA

Erika Magdaleno

Cierta vez, un conejo morado y una cabra rosada paseaban por la playa.

Jugaban con una pelota de colores.

Después, almorzaron muy sabroso. El conejo morado comió una zanahoria;

la cabra rosada comió una manzana; pero habían olvidado recoger la pelota de

colores… y la marea se la llevó.

Se preocuparon, pues no sabían nadar. Pero tuvieron suerte: la marea les

devolvió la pelota.

—Guarden las cosas porque se pueden perder —les advirtió la marea.

(Texto finalista del V Concurso de Microrrelatos “Recuerda”,

España, 2020)

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EL HECHIZO DE UNICORNIO

Maryam Beatriz Márquez Díaz

Unicornio y Fénix eran grandes amigos. Pero a menudo, Fénix salía volando

sin razón.

Un día, el caballo blanco con barba de chivo le preguntó a Fénix el motivo de

sus huidas.

Entonces, el ave de alas doradas le contó:

—Amigo, mi belleza es celestial y mi vuelo terminal. Hombres y mujeres, por

igual, me quieren cazar. Quieren mis plumas de oro para darlas en ofrenda a los

dioses. Con tu magia, amigo mío, aleja a los cazadores. Te lo ruego.

—Lo haré—contestó Unicornio, sorprendido.

Noche y día, la magia de Unicornio a Fénix protegía. Pero cierta

vez, el caballo de patas de antílope y cuerno dorado se durmió… y los cazadores

quemaron a Fénix para despojarlo de cada una de sus plumas.

- Al despertar, el atormentado Unicornio formuló un hechizo y resucitó

a Fénix de entre sus cenizas, más hermoso que nunca.

Y jamás morirá, solo revivirá.

(Texto ganador del Premio Papagayo 2021 de la

Fundación BBVA Banco Provincial, Venezuela)

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FÁBULA DEL ROBLE CONVERTIDO EN VINO

Carmelo Urso

Había una vez un roble que crecía en un bosque sureño.

Y pensaba el roble: “Felicidad es asimilar la luz del sol, el agua de la lluvia y

los nutrientes de la tierra para transformarme en majestuoso árbol”.

Pero el árbol fue talado y convertido en barrica.

Y pensaba la barrica: “Felicidad es madurar este fruto de mi vientre y

transformarlo en grato vino”.

Y le tocó al vino ser embotellado.

Y pensaba el vino: “Felicidad es ser catado y convertirme en inolvidable

placer para quien me beba”.

Y el catador que probó el vino pensó a su vez:

“Para quien sabe vivir, cada cambio conlleva felicidad”.

(Texto ganador del Premio Nacional de Literatura “Stefanía Mosca”, 2017,

Venezuela)

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LA AGUJA EN EL PAJAR de EVA GARCÍA DORNET

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EJEMPLOS DE FÁBULAS CORTAS,

MEDIANAS Y LARGAS

GENUINO SACRIFICIO

SARA ESCALANTE

En el desierto de Kalahari una serpiente hambrienta buscaba algo de comer.

Un día halló un oasis donde descansaba una suricata de pelo oscuro. La

serpiente, acalorada y agotada, se detuvo a beber.

—¡Qué agua tan refrescante! —comentó la suricata.

—Supongo —respondió el reptil sin interés.

—Luego de un día de trabajo, nada mal.

—¿Trabajar? —preguntó confundida la serpiente.

La suricata explicó cómo los suyos excavaban constantemente en el suelo en

búsqueda de insectos. Pero calló al ver que la serpiente se movía intranquila.

—¿Qué sucede?

—Tengo hambre, pero no quiero comerte, suricata. No eres parte de mi dieta.

Dime dónde puedo saciar mi apetito.

—Te llevaré.

A mitad de camino, justo donde vivían las demás suricatas, la serpiente no

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resistió más.

—Necesito comer…

—¡No! Allí vive mi familia. Aún falta para llegar al sitio del que te hablé.

—Lo siento, pero debo devorar algo ahora. Y esa es la comida más cercana.

—Yo soy la comida más cercana. Almuerza y vete de aquí.

La serpiente asintió, emitiendo un chasquido.

Por un momento se detuvo.

Comer aquel animal contrariaba a su naturaleza.

Pero al ver la mansa disposición del otro, hizo un genuino sacrificio y lo

devoró.

(Texto finalista del VI Concurso de Microrrelatos “Javier Tomeo”, España,

2020)

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LAS DOS SEMILLAS

De la escritora estadounidense Patty Hansen

Dos semillas estaban juntas en el suelo primaveral y fértil.

La primera semilla dijo:

—¡Yo quiero crecer! Quiero hundir mis raíces en la profundidad del suelo que

me sostiene y hacer que mis brotes empujen y rompan la capa de tierra que me

cubre… Quiero desplegar mis tiernos brotes como estandartes que anuncien la

llegada de la primavera… ¡Quiero sentir el calor del sol sobre mi rostro y la

bendición del rocío de la mañana sobre mis pétalos!

Y así creció.

La segunda semilla dijo:

—Tengo miedo. Si envío mis raíces a que se hundan en el suelo, no sé con

qué puedo tropezar en la oscuridad. Si me abro paso a través del duro suelo puedo

dañar mis delicados brotes… Si dejo que mis capullos se abran, quizá un caracol

intente comérselos… Si abriera mis flores, tal vez algún chiquillo me arrancara del

suelo. No, es mucho mejor esperar hasta un momento seguro.

Y así esperó.

Una gallina que, a comienzos de la primavera, escarbaba el suelo en busca

de comida encontró la semilla que esperaba y sin pérdida de tiempo se la comió.

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A los que se niegan a arriesgarse y a crecer los devora la vida.

DESINTEGRADOS

Juan Rodrigo Urso

Dos mirlos peleaban entre las ramas de un abeto rojo, ubicado en el terreno

de la Central Eléctrica de Seira.

—¡Invadiste mi hábitat! ¡Largo! —chilló uno.

—¡Este sitio es ideal para mí! ¡Lo quiero! —chilló el segundo.

—¡Bien! Hagamos esto… El primero que corone la copa de aquel arce real se

queda con el lugar —propuso el primer mirlo.

Volaron a toda velocidad.

El invasor ganó; lo celebró cantando.

—¡No es justo! ¡Gana el primero en llegar a ese cedro! –retó el perdedor.

Durante horas compitieron; frenéticos, coronaron las copas de hayas, abetos,

bojes, robles, sauces, quejigos, abedules, pinos… y la secuoya de Seira, el árbol

más alto de Aragón.

No les bastó: coronaron los nimbos y cirros y estratos y cúmulos del cielo… y

por último el mismísimo sol.

Ascendían como cohetes, envueltos en llamas, cual meteoros.

Los candentes rayos solares los redujeron a nada.

Ambos se desintegraron en el aire; se transformaron en infinitesimal polvo,

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desde el pico hasta la cola.

De ellos, sólo quedó un leve humo negro…

(Texto ganador del V Certamen de Microrrelatos “Javier Tomeo”, España

2019)

LA ESTATUA Y EL MIRLO

Juan Rodrigo Urso

Había una vez una estatua que era única porque podía pensar. Y casi

siempre pensaba.

En medio de la plaza de una gran ciudad, rodeada del gentío que paseaba al

atardecer, la estatua, que levantaba una gran espada sobre la que estaba posado

un mirlo que no paraba de cantar, pensó:

“Me gustaría hacer otras cosas”.

“Para empezar, me gustaría dejar de levantar esta tonta espada”.

“Me gustaría viajar a otros países”.

“Ver películas…”.

“Ir al espacio…”.

“¡Tener novia!”.

“Y… dejar de ser una tonta estatua”.

El sol desapareció detrás de los rascacielos de la gran ciudad.

El mirlo abandonó la espada de la estatua y se echó a volar.

Y pensó la estatua:

“Mirlo, menos mal que dejaste de cantar. Porque tu canto me recuerda un par

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de cosas que nunca tendré, que nunca voy a lograr…”.

(Texto finalista del Concurso Internacional de Microrrelatos “Museo de la

Palabra”, 2012, España)

VIEJO PERO ÚTIL

Gabriel Torres Anuel

Una flor y un teléfono móvil se hicieron amigos porque vivían en la misma

casa. Su dueño siempre colocaba el teléfono en una mesita donde estaba la linda

flor en una maceta.

Un día, el teléfono móvil no quería encender. El dueño, con tono preocupado,

expresó:

—Hemos estado mucho tiempo juntos. Es hora de un cambio.

Al escuchar esto, el teléfono sintió miedo y le pidió auxilio a la flor:

—¿Me puedes ayudar? Necesito esconderme. No quiero que se deshagan de

mí por viejo e inservible.

La flor contestó:

—¡Claro que te ayudaré, eres mi mejor amigo! Te esconderé entre mis ramas

y hojas. Así nuestro dueño no te podrá ver.

Pero a la mañana siguiente, el dueño encontró el teléfono detrás de la flor,

por más que intentó ocultarse.

Pasaron varios días y la flor estaba muy triste por no ver a su amigo. Hasta

que, cierta tarde, escuchó un sonido familiar.

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Era el teléfono móvil que tenía una nueva apariencia. El dueño lo había

enviado a reparar. Al colocarlo en la mesa dijo:

—Has sido un aparato fiel y confío en ti. Solo necesitabas un poco de

mantenimiento.

Y la flor, muy contenta, le dijo al teléfono:

—Nuestro dueño actuó de manera justa. Porque aquel que fue buen servidor

en la juventud, no merece ser despreciado en la vejez.

(Texto ganador del Premio Papagayo 2021 de la

Fundación BBVA Banco Provincial, Venezuela)

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LA ENVIDIA MATA

Paola Escorcia

Como todas las mañanas en la sabana de Tripolitania el fuerte sol marcaba el

inicio del día. El león de Berbería era uno de los primeros en levantarse. Como

siempre, daba un largo paseo por la planicie. Le gustaba caminar entre los árboles

ya que su sombra resultaba tónica, refrescante.

Un día, entre las ramas de un árbol, se encontraba una arisca cobra que

guardaba rencor al felino. No era un ofidio cualquiera: era una cobra egipcia, la cual

se caracterizaba por su exacta precisión a la hora de atacar a sus oponentes.

El mayor deseo de la cobra egipcia era que el león de Berbería

desapareciera. Que se esfumara de su vida y de la sabana tripolitana sin dejar

rastro; la sierpe sentía una gran envidia hacia el felino. Le fastidiaba que el león

fuera más admirado que ella por su carisma y su tamaño; pero ella cambiaría eso.

Su plan era, en principio, de fácil ejecución. El león se caracterizaba por tener

un ego bastante grande. El reptil sabía que para que el león cayera redondito en su

trampa debía comenzar por halagarlo, adularlo.

Mientras el león seguía refrescándose bajo las copas de las acacias, la cobra

egipcia se posicionaba para salir y llevar a cabo su cometido. El felino se acercó lo

suficiente y la serpiente salió sorpresivamente a su encuentro. El león se frenó en

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seco, observando al reptil con mala cara.

—¡Ahg, cobra! ¿Acaso no notas por dónde vas? ¡Estás interrumpiendo mi

caminata! —exclamó furioso el león de Berbería.

La cobra sonreía para sus adentros.

—¡Oh, discúlpeme señor león! Me he perdido entre los arbustos y los árboles.

Y como no poseo un gran y maravilloso cuerpo como el de usted, se me dificulta

observar el paisaje —dijo apenada—. ¡Ojalá tuviera yo sus excelentes capacidades

de observación y percepción! ¿Usted podría ayudarme, alzándome sobre su

cabeza, para poder hallar el árbol en el que se encuentra mi familia?

El león contempló a la cobra con el mayor desprecio y desdén. Sin la más

mínima consideración.

—¿Y por qué piensas que ayudaría a una cobra como tú? Solo sirves para

andar arrastrada por el suelo —soltó de manera cortante el felino

La cobra ocultó la gran rabia que le producían las palabras despreciativas del

león. Se limitó a bajar la mirada. Se abstuvo de estropear su plan diciendo cuatro

disparates que le podían costar la vida. Recobró su compostura, fingió una mirada

desesperada y le propuso al león:

—¡Se lo suplico, gran señor! Sé que no soy nadie para subirme a su cabeza,

pero si lo hace le recompensaré de la mejor manera.

El león de Berbería lo pensó unos minutos en silencio. Luego, con aire de

superioridad, le dijo a la cobra egipcia:

—Está bien. Pero solo por esta vez. No pienso volver a permitir que tu sucia

piel roce mi noble pelaje.

Entonces, el león acercó lentamente su cabeza a la cobra, manteniendo su

mirada sobre ella.

Antes de que el felino se aproximara lo suficiente, la cobra dijo:

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—Por favor, gran señor, ¿podría cerrar los ojos? No quiero que algo de mi

suciedad caiga en ellos y dañe su vista.

El león, no muy convencido, accedió a la propuesta de la cobra. Cerró los

ojos, se aproximó lo suficiente y quedó justo frente a la serpiente.

El reptil, teniendo al león a su merced, abrió la boca de largos colmillos y se

acercó a su víctima.

En un acto reflejo, el león abrió los ojos y se apartó de la sierpe. Logró eludir

la mordida de su atacante, pero el ofidio egipcio le lanzó un certero escupitajo y el

veneno cayó de lleno en el ojo izquierdo del león; tras sentir un terrible ardor, el león

de Berbería abrió las enormes fauces y desgarró el cuerpo del reptil, acabando

instantáneamente con su vida.

El león rugía de rabia y agonía por el dolor que sentía. Corrió hacia el

riachuelo más cercano lo más rápido que le permitía su nublada vista. Allí trató de

aliviar el malestar del ojo herido con agua fresca.

Con el paso de las horas, la molestia cesó. El león de Berbería se

reincorporó, apartándose de la orilla del riachuelo. Resentido, decidió regresar al

hogar.

A casa se llevaba dos cosas: un ojo ciego y una gran enseñanza.

(Mención de Honor en el X CONCURSO INTERNACIONAL DE LA BIBLIOTECA


POPULAR DEL PARANÁ, 2019, REPÚBLICA ARGENTINA)

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Referencias Bibliográficas

Esopo.: Fábulas. Fábulas de Esopo. https://www.fabulasdeesopo.es/


Urso, C. (2022) Fábulas fantabulosas. Academia Urso. Caracas.

2022 CARMELO URSO

INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UNA FÁBULA CLÁSICA por Carmelo Urso se distribuye
bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0
Internacional.

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