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TEMA 1: CONCEPTO DE PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

1. Introducción
La psicología del lenguaje, o psicolingüística, se decida a estudiar la forma en que los seres humanos procesamos el
lenguaje. Su objetivo es explicar cómo comprendemos y producimos el lenguaje, es decir, cuáles son los mecanismo
cognitivos y cerebrales que nos permiten expresar nuestras ideas y sentimientos a través de sonidos y entender los mensajes
de otros. Aunque en el pasado en el pasado se hicieron distinciones entre psicología del lenguaje y psicolingüística, hoy en día
se consideran intercambiables y, por tanto, equivalentes.
La psicología del lenguaje forma parte de la psicología cognitiva, dedicada al estudio de la mente humano, es decir, a
conocer cómo percibimos la información que nos llega del exterior, cómo la procesamos y almacenamos, cómo razonamos y
solucionamos problemas, etc. En un principio, los psicólogos del lenguaje se dedicaban a investigar los mecanismos
cognitivos que nos permiten comprender y producir el habla. Sin embargo, en los últimos años, con el desarrollo de nuevas
tecnologías de investigación, se interesan también por conocer los mecanismo neuronales responsables del procesamiento
lingüístico. Los dos campos básicos de la psicología del lenguaje son la comprensión y la producción, y la adquisición del
lenguaje.
El lenguaje es una realidad polifacética y multidisciplinar que puede abordarse desde diversas perspectivas
epistemológicas. La disciplina más relacionada es la lingüística ya que su objeto de estudio es el lenguaje por lo que estudia
los elementos formales que constituyen una lengua y las reglas que rigen la relación de esos elementos. Las características de
los estímulos que interesan a los lingüistas y psicólogos son muy diferentes. También son diferentes las metodologías
empleadas. La lingüística emplea el método racional (reflexionar sobre materiales verbales) y la psicología del lenguaje usa el
método científico (recoger datos empíricos y verificar hipótesis sobre el uso del lenguaje).
Además, la lingüística parte de materiales verbales creados en situaciones ideales, mientras que la psicolingüística
parte de materiales producidos en situaciones reales, con defectos y errores. Por tanto, a los lingüistas les interesa el lenguaje
como producto acabado, externo a quien lo ha generado. En cambio, a los psicolingüistas les interesa el proceso que ha dado
lugar a ese producto. A pesar de las grandes diferencias, se mantienen estrechas relaciones entre ambas disciplinas ya que la
lingüística proporciona información sobre los componentes del lenguaje, básica para enfocar los estudios de la
psicolingüística.

1.1. Componentes del lenguaje


El lenguaje está organizado en una jerarquía de componentes de distinta complejidad.
 Fonemas: unidad más pequeña que establece distinciones de significado en una lengua. No se debe confundir los
fonemas, que son unidades abstractas, con los fonos o sonidos fonéticos, que son las realizaciones acústicas de cada
fonema. El castellano tiene 24 fonemas: 5 vocales + 19 consonantes, pero esta cifra varía en las diferente lenguas. El
tamaño típico del inventario fonémico está entre 20 y 37 fonemas, siendo la media 31 fonemas. Así, el castellano
está por debajo del promedio, pero dentro del tamaño típico.
 Palabras (morfemas): unidades más pequeñas cargadas de significado donde se incluyen raíces y prefijos y sufijos.
Todas las lenguas tienen 2 clases diferenciadas de vocabulario: palabras de contenido con significado pleno y
palabras de función o functores sin contenido semántico pleno, pero que modifican las relaciones de significado de
las primeras. Ambos tipos son necesarios y cumplen funciones diferentes: los functores son esenciales para formar la
estructura sintáctica de la oración, y las palabras de contenido para aportar la información. Su distribución es muy
desigual: las palabras de contenido son miles y forman una clase abierta donde se incorporan continuamente nuevos
vocablos. Las de función constituyen una clase cerrada donde apenas se incorporan nuevos. A pesar de ser muy
pocas, su uso es muy frecuente en el lenguaje.
 Oraciones (sintaxis): la sintaxis se refiere al nivel de organización superior que permite combinar las palabras para
formar oraciones. En realidad, las oraciones constituyen la verdadera unidad de significado del lenguaje humano.
Nadie emplea una única palabra para comunicarse, sino que realizan un acto predicativo. Todas las lenguas se basan
en la oración como elemento clave de comunicación y en ellas la oración básica se compone de una estructura
binaria formada por un sintagma nominal (sujeto) y un sintagma verbal (predicado). Todo hablante es capaz de
discriminar si una serie de palabras forman una oración gramaticalmente correcta. Incluso es posible extraer la
estructura sintáctica de una oración sin conocer el significado de las palabras.
 Discurso: nivel más alto de organización del lenguaje. Se sitúa en un plano supraoracional que implica varias
oraciones, pero no es simplemente la suma de ellas. Para que formen un discurso es necesario que esas oraciones
mantengan una unidad de sentido o coherencia. Además de la coherencia, hay otros fenómenos específicos que
emergen en el discurso, como son las inferencias (piezas de información que no están explícitas en el texto y que el
lector debe añadir para que haya coherencia). Dada su complejidad, es obligado que el lector/oyente gestione
inteligentemente sus recursos cognitivos con el fin de construir y recordar el sentido general del discurso sin perderse
los detalles.

1.2. Rasgos del lenguaje


1) Canal vocal-auditivo: la recepción se realiza a través del canal auditivo. La emisión se realiza a través del canal
oral.
2) Transmisión irradiada y recepción direccional: la señal de la emisión circula en todas las direcciones posibles y
quien recibe el mensaje es capaz de saber de dónde viene.
3) Transitoriedad: habla de las emisiones, éstas son transitorias. En las Lenguas de Signos desaparecen rápidamente.
4) Intercambialidad: los participantes de una lengua pueden intercambiarse sus papeles.
5) Retroalimentación: somos conscientes de nuestras emisiones y de los efectos que producen en el receptor.
6) Especialización: cada lengua a que se especializa en cuestiones sociales, geográficas…
7) Semanticidad: propiedad que permite representar sucesos, objetos y acciones con un fin comunicativo. Las
expresiones lingüísticas deben tener un referente específico y constante en el mundo real o mental. Existe una
«intencionalidad» semántica, un propósito de referir un significado. Esta propiedad permite distinguir el acto
comunicativo lingüístico del simple acto de interpretación de señales procedentes del exterior (i.e. inferir fuego a
partir de la presencia de humo).
8) Arbitrariedad: la relación entre el símbolo y lo que representa (objetos, características, eventos) no es necesaria, es
convencional, por acuerdo cultural.
9) Carácter discreto: el lenguaje está estructurado a partir la combinación de un conjunto de elementos bien
delimitados (discretos), los fonemas, que por sí mismos carecen de significado, pero pueden suponer un cambio de
significado («gato»/«dato») en sus combinaciones. Cada uno de estos elementos se percibe como una categoría por
sus hablantes. Por ejemplo, el morfema «–a» suele marcar el caso femenino en español. Ese morfema/fonema se
percibe como un objeto discreto, de forma que no es posible especificar más o menos “-a” para indicar que el objeto
es más o menos femenino. Su valor categórico le confiere un carácter de «todo o nada».
10) Productividad o Generativo: se refiere el hecho de que, aunque las diferentes lenguas están compuestas por un
número finito de símbolos la cantidad total de mensajes que pueden cifrarse es potencialmente infinita. La
combinación de este principio con el de doble articulación permite que toda la historia del pensamiento humano
pueda codificarse combinando en diferentes secuencias únicamente 28 símbolos individuales.
11) Dualidad o doble articulación: se refiere al hecho de que el lenguaje es percibido como un conjunto de estructuras
solapadas. La primera articulación se refiere a las unidades dotadas de significado propio: los monemas. La segunda
articulación se refiere a los fonemas, que carecen de significado propio, pero pueden suponer diferencias semánticas.
Esta propiedad permite representar de forma independiente diferentes componentes del lenguaje: la forma, las
propiedades sintácticas y gramaticales, el significado…
12) Transmisión tradicional: indica que los lenguajes humanos se transmiten culturalmente de generación en
generación.
13) Capacidad de aprendizaje: criterio que nos indica que todas las lenguas son susceptibles de ser aprendidas.
14) Prevaricación: posibilidad de transmitir información falsa, es decir, mensajes emitidos con conciencia, sabiendo que
son falsas.
15) Desplazamiento: se refiere la propiedad que permite representar eventos y objetos que se encuentran alejados del
lugar actual: desplazamiento espacial, y el momento presente: desplazamiento temporal. No es necesario, por tanto,
la presencia del contenido para que pueda realizarse su referencia. Para indicar el desplazamiento temporal se
utilizan la morfología verbal y la adición de palabras. Se ha señalado que este rasgo está ausente en los sistemas de
comunicación usados por los animales.

1.3. Relación con otras disciplinas


Además de la lingüística, existen otras disciplinas con las que la psicolingüística tiene estrechos vínculos como
puede ser la sociolingüística (conocer cómo varían las formas lingüísticas en distintos grupos sociales o cómo influye el
lenguaje en la interacción social), y las disciplinas médicas que estudian los aparatos y órganos que intervienen en el lenguaje
como puede ser la foniatría (estudio del aparato fonador), la neurología (estudio de la actividad cognitiva) y las ciencias
computacionales como la inteligencia artificial (cómo simular y emular las capacidades lingüísticas de los seres humanos).
Por último, el reciente avance de las neurociencias supone una aportación evidente para los estudios del procesamiento
lingüístico, de forma que tanto los registros del funcionamiento del SNC, como los estudios de lesión aportan datos y desafíos
a la psicolingüística

2. Desarrollo histórico de la psicología del lenguaje


2.1. Antecedentes
Los estudios de psicología del lenguaje se iniciaron en el mismo momento en el que comenzó la psicología
científica (1879). Wundt concedió gran importancia al estudio del lenguaje ya que este arrojaba luz sobre la naturaleza de
la mente humana. Es considerado un maestro psicolingüista ya que escribió sobre muchos aspectos del lenguaje, además
de desarrollar una teoría sobre la producción del lenguaje basada en el concepto de la oración, ya que la consideraba la
unidad primaria del lenguaje. Wundt considera la producción del lenguaje como el proceso de transformación desde un
pensamiento completo y unitario a una secuencia organizada de segmentos de habla. Además, para él el habla tiene su
origen en al apercepción de una impresión general de la conciencia.
Durante las primeras décadas del S. XX se impuso el conductismo como paradigma dominante de la psicología.
Su alergia a abordar cualquier cosa que no fuera directamente observable llevó a los conductistas a desdeñar el estudio de
cualquier proceso mental, entre ellos los del lenguaje. Se concebía el lenguaje, o mejor dicho la “conducta verbal”, con el
mismo enfoque que los restantes comportamientos. Skinner trataba al lenguaje como una respuesta a los estímulos del
entorno que podía ser condicionada y reforzada por sus consecuencias. Dejaba de lado los aspectos nucleares que tienen
que ver con los procesos y las representaciones mentales subyacentes al lenguaje.
En la década de los años 50 se produjo un cambio de paradigma desde el conductismo a la psicología cognitiva,
lo que propició la aparición de la psicología del lenguaje. Las causas de este cambio se sitúan en una serie de factores
donde el origen se halla en la crisis y el agotamiento del conductismo como consecuencia de sus propias limitaciones, al
dejar fuera de su fo a los procesos mentales.
En el contexto de cambio de paradigma, el surgimiento de la psicolingüística fue uno de los factores que mejor
contribuyó a ese cambio. Su extraordinaria complejidad difícilmente permitía abarcarlo desde una óptica tan simple como
la basada en la relación estímulo-respuesta. Esta había rendido valiosos servicios al desvelar importantes leyes y
principios generales del aprendizaje, pero era manifiestamente insuficiente para entender una conducta tan compleja
como la lingüística. El lenguaje reclamaba el uso de conceptos como representaciones internas y procesos mentales si se
quería empezar a entenderlo en toda su magnitud.
En torno al año 1954 se originó el nacimiento oficial de la actual psicología del lenguaje. Poco después, en 1957
Chomsky, uno de los lingüistas más influyentes de. S.XX, publicó su libro Syntactic structures. En él plantea su
gramática transformacional y sienta las bases para un estrecha colaboración entre psicólogos y lingüistas. Para entender
la lógica interna del lenguaje, plantea la existencia de una estructura profunda que mediante transformaciones se
convierte en una estructura superficial, que es la que aflora en las palabras y frases que pronuncia el hablante. Su modelo
gramatical tenía una fuerte base psicológica y constituyó una fuente de hipótesis, la cual se puso a prueba durante varias
décadas.

2.2. Debate Skinner-Chomsky


La explicación del lenguaje desde el conductismo y desde el condicionamiento operante tiene su mejor
representante en la figura de Skinner. Skinner llevó los postulados conductistas sobre el lenguaje a su extremo más
radical: por una parte, negando la validez psicológica por su carácter mentalista y poco objetivo, de los conceptos del
lenguaje, símbolo o significado, y proponiendo su sustitución por el más genérico de “conducta verbal” y, por otra parte,
negando la validez de toda explicación psicológica de la conducta verbal más allá de los estímulos y las respuestas. Es
decir, cualquier explicación habría de basarse en el análisis funcional de las respuestas de los sujetos y de las
contingencias de refuerzo determinadas por el ambiente. Así, entiende el lenguaje como un conjunto de operantes o
repuestas verbales del sujeto adquiridas por el mero condicionamiento. Pretende explicar el lenguaje como un conjunto
de hábitos que se van formando durante la vida, sin necesidad de apelar a complejos mecanismos innatos o mentales.
Sus explicaciones sobre el lenguaje se basan en trabajos sobre ratas y palomas. Demostró que podía adiestrarlos
en la ejecución de una enorme variedad de tareas siempre y cuando se siguieran dos principios elementales: primero, las
tareas debían descomponerse en una serie de pasos cuidadosamente graduados, y segundo, había que recompensar
repetidamente a los animales en la medida en que sus respuestas se aproximaban a las deseadas. Según Skinner, gracias a
estos mecanismos es como se produce el aprendizaje humano, incluido el aprendizaje del lenguaje. Respecto al lenguaje,
lo único que hace falta es identificar las variables controladoras que permiten predecir ciertos enunciados lingüísticos.
Conceptualmente, la explicación skinneriana de la conducta verbal se asienta en la descripción de las secuencias de
estímulos y respuestas. De acuerdo con su valor funcional, Skinner clasifica las unidades de conducta lingüísticas en
varios tipos, como comportamientos repetitivos, textuales, intraverbales, etc.
Más tarde, Chomsky escribe una crítica muy dura a la posición de Skinner. Chomsky sostiene que las
secuencias sencillas y bien definidas de sucesos que ocurren en las cajas de las ratas y palomas no pueden aplicarse al
lenguaje humano, y que la terminología empleada en esos experimentos no puede extrapolarse al ámbito lingüístico. Gran
parte de la crítica se asienta en la enorme creatividad o productividad del lenguaje. La mayor parte de las oraciones que
dice un hablante, o que escucha un oyente, son nuevas gracias a esta propiedad clave del lenguaje. Además, la variedad
de “estímulos” que podrían estar asociados al lenguaje es impredecible.

2.3. Primeros pasos de la psicolingüística


Con Chomsky se inició un cambio profundo en la forma de concebir a psicolingüística, un cambio sobre el que
se articularían las investigaciones posteriores. Uno de los cambios más importantes fue el de considerar la oración como
la unidad fundamental del lenguaje. Se abandonan los estudios de palabras aisladas para centrarse en las oraciones, pero
no en todos los aspectos de la oración, solo en los sintácticos pues Chomsky deja fuera los contenidos semánticos y
comunicativos e intenta explicar las reglas sintácticas por las que se rige la oración.
En su libro, Chomsky expuso las principales características de su nueva gramática, la gramática generativa.
 Distinción entre lo que se considera la competencia del hablante y la actuación real. Dicha distinción es
transcendental en la delimitación de los campos de la psicología y la lingüística. Competencia es el conocimiento
que el hablante tiene de su lengua, y actuación es la puesta en práctica de esos conocimientos. De acuerdo con esta
distinción, la lingüística debe ocuparse de la competencia y la psicología de la actuación.
 Elaboración de unas reglas que permiten al hablante generar un sinfín de oraciones gramaticalmente correctas .
Dichas reglas son de 3 tipos: reglas de estructura de frase, reglas transformacionales y reglas morfofonémicas. Las
primeras se encargan de asignar etiquetas a las distintas palabras y frases para poder conexionarlas entre sí. Las
segundas operan sobre las oraciones ya formadas, unas son obligatorias y otras opcionales. Cuando se aplican solo
transformaciones obligatorias se producen las oraciones básicas o nucleares (a partir de ellas se generan todas las
demás). Cuando se aplican las opcionales se producen oraciones complejas. Finalmente, las últimas son las
encargadas de transformar las cadenas terminales en la mente en los sonidos fonéticos que constituyen la oración.
 Distinción entre estructuras superficial y profunda. La estructura profunda se refiere al significado que el hablante
trata de expresar, y la estructura superficial, a la forma gramatical concreta que se utiliza para expresar el
significado. De esta manera, un mismo significado puede expresarse de varias formas gramaticales diferentes.
La gramática generativa planteaba que los hablantes de una lengua debían conocer una serie de reglas que les
permitiesen producir y comprender oraciones correctamente formadas, lo cual resultaba difícil de explicar desde la
posición conductista. Para explicar los aspectos creativos de la conducta, la psicología conductista solo contaba con los
principios de generalización y transferencia, los cuales eran insuficientes.
El objetivo que se marcaron los psicolingüistas a partir de la teoría generativa fue trata de comprobar la realidad
psicológica de los componentes gramaticales de la teoría. Es decir, probar si las reglas propuestas por Chomsky para la
formación de oraciones son las mismas que utilizan las personas cuando producen o entienden oraciones. Se demostró
que los individuos tardan más tiempo en comprender oraciones que necesitan una transformación, como las P y N, que
las oraciones nucleares. Esto se debía a que para comprender una oración compleja es necesario desmontarla hasta llegar
a la oración nuclear. Muchos otros estudios parecían comprobar que los usuarios de la lengua utilizaban las reglas
propuestas por Chomsky.
Sin embargo, a pesar de los estudios realizados, esta orientación no duró demasiado. Desde el momento en que
empezaron a utilizarse metodologías más perfeccionadas y se introdujo el componente semántico, los resultados dejaron
de ajustarse a las predicciones de Chomsky. Cuando las oraciones N y P se presentaban dentro de un contexto adecuado
no son más difíciles de comprender ni de recordar que las oraciones nucleares.
A finales de los años 70 ya era aceptaba la idea de que la oración debe estudiarse dentro de un contexto más
amplio y de que el componente sintáctico sólo es insuficiente para explicar los procesos de comprensión y producción del
lenguaje. En consecuencia, hacia los años setenta la mayoría de los psicolingüistas ya habían renunciado a esa línea de
investigación chomskiana y comenzaban a incluir los componentes semánticos y pragmáticos. A partir de ahí, psicólogos
y lingüistas comenzaron a desarrollar sus teorías de forma autónoma. Los lingüistas se dedicaron al estudio de la
competencia, centrándose principalmente en las restricciones universales de las gramáticas sin prestar atención a la
actuación, y los psicólogos se dedicaron a la actuación haciendo caso omiso de la competencia.
Por otra parte, se toma también como objeto de estudio una unidad más pequeña que la oración: la palabra. La
palabra aislada se convierte en el centro de atención de los psicolingüistas, especialmente el reconocimiento visual de
palabras, que ha sido -y sigue siendo- uno de los temas más investigados de la psicolingüística.
Además, el desarrollo de la psicología cognitiva en los años 70 y 80 cambió el enfoque de la psicolingüística. En
esos años, se consideraba la mente como un ordenador que percibe la información del exterior, o input, procesa esa
información y produce un resultado o output. Los psicolingüistas, siguiendo ese enfoque, intentaron construir modelos,
generalmente basándose en «cajas» y «flechas», para explicar el procesamiento del lenguaje.
Como una alternativa a los modelos de cajas y flechas y de procesamiento serial surgieron los modelos
conexionistas. Estos modelos consideran que en nuestro léxico mental las palabras se encuentran conectadas entre sí y
con las unidades subléxicas, como las sílabas o las letras, formando una especie de red. Algunas de esas conexiones son
activadoras y otras son inhibidoras. Entre los modelos más influyentes de esos años destacan el PDP (procesamiento
distribuido en paralelo) de Rumelhart y McClelland (1981) sobre el reconocimiento de palabras escritas y el TRACE de
McClelland y Elman (1986) sobre el reconocimiento de palabras habladas.

3. Sistema de procesamiento lingüístico


La psicología cognitiva concibe la mente como un sistema de procesamiento en el que la información de entrada es
sometida a numerosas transformaciones a través de las distintas etapas. El sistema completo, o arquitectura cognitiva, está
formado por diversas estructuras o componentes relativamente estables que operan con representaciones internas. Desde el
paradigma basado en la metáfora del ordenador, se entiende que los procesos mentales funcionan de modo semejante a las
operaciones internas que ejecutan; de modo que en los procesos mentales es posible identificar un conjunto finito de estados
internos del sistema, denominados computacionales.
Por otra parte, todo sistema de procesamiento se enfrenta a un entorno continuamente cambiante con el que debe
interactuar para su supervivencia. Ha de ser capaz de extraer y manejar las covariaciones existentes en la estructura de los
datos que proceden de dicho entorno. Su actividad interna debe llevarlo a abstraer el “orden” existente en el ambiente. Los
sistemas compuestos por muchas unidades elementales de procesamiento, densamente interrelacionadas, constituyen un
mecanismo especialmente apropiado para extraer invarianzas a partir de una masa incesante y variable de datos de entrada.
Para entender el procesamiento de los datos de entrada, la psicología cognitiva postula que el sistema opera sobre
representaciones internas que el propio sistema genera a partir de los estímulos. Todo sistema cognitivo cuyo comportamiento
va dirigido a metas ambientales debe manejar representaciones internas del ambiente.
Desde el punto de vista de la psicolingüista, el interés principal se dirige a los procesos y las representaciones
producidas mientras se usa el lenguaje de las dos maneras: produciéndolo y comprendiéndolo. Cuando quiero comunicar una
idea, el sistema parte de esta intención inicial y de la representación mental del significado; inmediatamente, gracias a
transformaciones y procesos internos se llega a una representación fonética que se traduce en determinados movimientos
musculares. A la inversa, cuando comprendo el lenguaje la información del estímulo ingresa en el sistema y sufre un conjunto
de transformaciones que culminan en una representación interna del significado.

Los procesos que se llevan a cabo mientras comprendemos el lenguaje son los
siguientes. La forma en que se representan los procesos u operaciones cognitivas es
mediante cajas o elementos dispuestos en un diagrama de flujo, en el que la
información fluye y va sufriendo transformaciones a u paso. Este flujo no ha de ser
necesariamente secuencial, ni tampoco es obligatorio que se agote un proceso antes
de pasar al siguiente. El objetivo del sistema completo es que la información que
ingresa con el estímulo desemboque en la construcción de una representación metal
del significado. La mayor parte de lo que sucede es opaco a la conciencia y ocurre
de forma rápida y automática, sin que se repare en ello. Son los dos extremos de la
cadena, los elementos más accesibles desde el nivel de conciencia.
En primer lugar, tenemos abajo el estímulo que ingresa en la arquitectura de
procesamiento psicolingüístico. La información acústica contenida en la onda del
habla es la materia prima con la que se nutre el sistema.
Mediante los procesos perceptivos del habla, la primera tarea consiste en la
identificación y activación de representaciones relativamente estables y discretas a
partir de una señal acústica continua y extremadamente variable. Estas
representaciones estables que el sistema tiene previamente almacenadas corresponderían a los fonemas de la lengua. Se trata
de una función bastante compleja dada la enorme variabilidad y versatilidad del estímulo.
Otro paso necesario es la identificación de las palabras o lexemas contenidos en la señal a través de los procesos
léxicos. Son las operaciones de acceso al “diccionario” o léxico mental, entendido como una hipotética estructura en la que se
guarda de forma organizada la información asociada a las decenas de miles de palabras que conoce el oyente. Son
mecanismos muy rápidos y eficientes ya que se identifica una unidad léxica entre miles.
El siguiente paso es el procesamiento sintáctico. Cuando comprendemos el lenguaje, no nos limitamos a extraer el
significado de palabras aisladas, sino que manejamos palabras organizadas en oraciones. Para comprender el lenguaje no es
suficiente acceder al significado de las palabras, sino que se debe elaborar una representación del significado oracional
combinando e integrando los significados individuales de las palabras sobre la base de una organización sintáctica y
semántica. En consecuencia, durante la compresión del lenguaje se lleva a cabo un análisis sintáctico de la oración que nos
permite extraer su estructura formal sintáctica y determinar sus unidades y qué relaciones de dependencia establecen entre
ellas. Se trata de un proceso de segmentación y se realiza de modo automático e inconsciente, sin acceso desde el nivel de la
conciencia.
Además, se debe realizar el procesamiento semántico del mensaje basándose en los significados léxicos y la
asignación correcta de los papales temáticos a las diferentes partes de la oración. Asimismo, debe construir una
representación proposicional completa del significado que porta la frase. Se trata, por consiguiente, de un procesamiento que
no es meramente formal, sino que depende de los significados de las palabras y de sus propiedades semánticas.
Por otra parte, comprender el lenguaje es algo más que extraer el sentido de oraciones inconexas entre sí. La
comprensión exige relacionar con coherencia las distintas partes del discurso para construir una representación global y
estructurada de su significado. Esta construcción se basa en procesos pragmáticos que hacen uso de información que está más
allá de la que aparece en el estímulo y que debe ser inferida por el oyente. La generación de dichas inferencias es posible
gracias al conocimiento extralingüístico sobre el mundo en general. Este conocimiento se halla almacenado en la MLP y está
organizado de tal manera que podamos activarlo inmediatamente siempre que sea necesario.
4. Cuestiones centrales en la psicología del lenguaje
4.1. Procesos abajo-arriba y arriba- abajo
Al observar el esquema general de procesamiento en la comprensión del lenguaje, lo primero que se viene a la
cabeza es que la información del estímulo influye desde abajo hacia arriba, desde los procesos perceptivos hasta los
semánticos y pragmáticos. Esto es el procesamiento abajo-arriba, procesamiento bottom-up o guiado por los datos. Sin
embargo, también se produce un procesamiento en sentido inverso, de arriba-abajo, top-down o guiado conceptualmente.
Los procesos superiores influyen sobre los inferiores facilitándoles la tarea. Así, por ejemplo, los procesos perceptivos se
beneficiarían de información descendente desde los niveles léxicos y oracionales, haciendo que su trabajo sea más rápido
y requiera menos información del estímulo. Una manifestación de este hecho es el denominado efecto del contexto.
Por lo tanto, hay que concebir toda la arquitectura cognitiva como un sistema dinámico que interactúa
continuamente en ambos sentidos. Como propiedad general del sistema cuanta más información fluye de arriba-abajo,
menos se necesita de abajo-arriba. Cuanto más poderoso es el efecto del contexto, menos información se requerirá desde
el estímulo.

4.2. Modularidad
La mente no es un todo uniforme e indiferenciado. Al igual que el cuerpo está compuesto por órganos distintos,
la mente podría tener componentes diferenciados que llevaran a cabo subprocesos dentro del conjunto general. Para
Fodor (1983) un módulo es un tipo de proceso con unas características particulares:
 Son específicos de dominio, es decir, están especializados en un tipo particular de estímulos y solo trabajan ante una
clase específica de información.
 Funcionan de modo obligatorio ante la presencia del estímulo apropiado. Es decir, en el momento en que está
presente la información específica sobre la que el módulo está especializado, este se activa inevitablemente.
 Están encapsulados, blindado ante cualquier otro proceso. Cuando un módulo se activa, su tarea no se ve afectada
por la acción de otro proceso.
 Son rápidos, realizan la actividad en un plazo de milisegundos.
 Son automáticos y su actividad es poco accesible a la conciencia. Su tarea es automática y autónoma, no se puede
intervenir en ella de forma controlada ya que el proceso es opaco a la conciencia. Solo se es consciente de los
productos finales, no de las representaciones intermedias generadas dentro del módulo.
Muchos autores se han preguntado si la función del lenguaje en su conjunto tiene propiedades modulares.
Chomsky y seguidores entienden que existe un “órgano del lenguaje” innato que funcionaría como un módulo separado
del resto del sistema cognitivo. En cambio, otros autores conciben el lenguaje como un proceso cognitivo más entre otro
y cuyo desarrollo dependería directamente del desarrollo cognitivo global. Por otro lado, a pesar de que muchos teóricos
no conciben el lenguaje como un módulo en su totalidad, sí que reconocen propiedades modulares en algunos de sus
componentes.

4.3. Autonomía o interacción en los procesos


A la vista del esquema general de la arquitectura cognitiva, nadie duda de que los distintos componentes
dependen y están relacionados entre sí. La pregunta se plantea con respecto al grado de autonomía de cada subproceso
mientras ejecuta su operación. En este punto 2 modelos se contraponen. El modelo autónomo no niega la
interdependencia de los componentes en cuanto a sus productos finales, pero considera que son autónomos durante al
ejecución interna de la tarea y esta no se ve alterada por influencias exteriores. En cambio, el modelo interactivo
considera que al interactividad alcanza al funcionamiento interno de los componentes cognitivos.
Ambos modelos poseen visiones divergentes. El primero considera que existe un analizador autónomo que se
pone en forma de forma automática e independiente y cuyo funcionamiento no se ve influido por otra información
externa. Después su producto es revisado por los procesos semánticos y pragmáticos y si existe incongruencia el
analizador puede retomar su trabajo y volver a generar otra estructura congruente, pero su cometido es completamente
autónomo o modular. Por el contrario, el modelo interactivo entiende que el procesamiento sintáctico está íntimamente
unido al semántico y desde el principio intervienen ambos tipos de información en la construcción de la estructura
sintáctica.

5. Métodos de investigación en psicología del lenguaje


Dentro de la psicología del lenguaje, podemos diferenciar un amplio abanico de estrategias metodológicas. Todas
tienen en común el hecho de contrastar las hipótesis con la realidad a través del método científico, es decir, son formas
diferentes de aplicar el método científico a través de la observación y la experimentación. La elección de una técnica concreta
depende del proceso que se quiera estudiar, de los planteamientos teóricos de los que se parta y de las tecnologías de las que
se disponga.
Tradicionalmente, para el estudio de la compresión se ha utilizado más la experimentación y para la producción, la
observación. Esto se debe a que es relativamente fácil manipular las variables de los estímulos que los sujetos van a
comprender, pero es realmente difícil manipular los estímulos que van a producir ya que la producción se origina a partir de
las ideas y los conocimientos del hablante. Por tanto, la observación no puede producir el fenómeno que se quiere estudiar,
mientras que la experimentación puede producir el fenómeno tantas veces como quiera.
En función del índice de respuesta diferenciamos 2 tipos de técnicas experimentales:
 Conductuales:
 Recuerdo: se basa en el supuesto de que los procesos de comprensión y memoria están íntimamente relacionados, de
manera que los resultados en las pruebas de memoria reflejan el nivel de compresión. Este supuesto tiene problemas
importantes y el principal es que no hay una relación tan directa entre lo que se comprenda y lo que se recuerda.
Muy utilizado para el estudio de unidades complejas.
 Tiempos de reacción: tiempo que trascurre desde que se presenta un estímulo hasta que el individuo emite una
respuesta. A pesar de que es una medida muy simple y sujeta a muchas variaciones, es el índice más objetivo ya que
mantiene una estrecha relación con la complejidad del proceso mental requerido para ejecutar la respuesta: cuanto
más tiempo exige la ejecución de la tarea, mayor es el número de operaciones mentales que requiere.
 Tiempo total: de la realización del proceso. La medición se realiza inmediatamente después de que se produce el
proceso. Ej. técnica: decisión léxica.
 Técnicas en curso: curso temporal del proceso. La medición se realiza durante el proceso. Ej. técnica:
Seguimiento de los movimiento oculares.
 Fisiológicas:
 Potenciales evocados: recogen los cambios de la actividad electrofisiológica generado por el cerebro.
 Técnicas de neuroimagen: recogen los cambios de activación cerebral.

5.1. Método de la psicolingüística


1) Análisis formal: característico de la lingüística y se orienta hacia el estudio del lenguaje como sistema estructurado.
Sus resultados proveen de un conjunto de descripciones que resultan imprescindibles para denominar y diferenciar
los distintos componentes de la conducta lingüística y sus desencadenantes. La terminología que ofrece este
conocimiento analítico resulta muy útil a la hora de describir variaciones en los estímulos y el contexto. Este análisis
también provee de teorías y propuestas racionales que señalan mecanismos de procesamiento que deberán ser
probados mediante datos conductuales y fisiológicos.
2) Estudio experimental: principal fuente de datos para el desarrollo del conocimiento psicolingüístico. Se desarrollan
en situaciones controladas y permiten al experimentador generar inferencias causales a partir de la manipulación de
las condiciones antecedentes a una conducta. Se registran diferentes parámetros de la respuesta: recuerdo, errores,
frecuencia y tiempo. El TR es una de las variables más utilizadas. El registro de movimientos oculares es una técnica
de registro on-line de la conducta cuando se produce la lectura. Nos sirve para conocer dónde está dirigida la
atención del sujeto en cada momento del procesamiento.
3) Estudio observacional: su desarrollo ha estado vinculado a los estudios de producción del lenguaje ya que estos se
prestan menos a la aplicación de la metodología experimental. Los más comunes consisten en corpus de errores,
estudios estadísticos donde se reflejan los errores espontáneos que se cometen durante el uso del lenguaje,
clasificados por tipos y cuantificados en frecuencia de aparición. Otro tipo de estudios observacionales ofrecen
información sobre la distribución de las pausas en el habla.
4) Simulación: es necesario ser totalmente explícito respecto a los supuestos y mecanismos propuestos, no hay
suposiciones ocultas. Un problema es que es preciso adoptar suposiciones que carecen de suficiente apoyo empírico.
Los primeros intentos de imitar el lenguaje por la inteligencia artificial (ELIZA, SHRDLU) dan la falsa impresión de
comprender el lenguaje. Los modelos conexionistas logran simular no solo la conducta lingüística sino los
mecanismos cerebrales subyacentes.
5) Neuropsicología: sus aportaciones al estudio del procesamiento del lenguaje proceden principalmente de:
 Estudios de lesiones: el conocimiento y análisis de la conducta lingüística de pacientes que han sufrido daño
cerebral y de la intervención para su recuperación aporta valiosa información para la comprensión del
procesamiento lingüístico.
 Estudios de neuroimagen: el desarrollo de nuevas técnicas para estudiar el funcionamiento del SNC permite
probar nuevas teorías y supuestos a partir de los registros del funcionamiento del córtex cerebral. Las
principales son el registro de potenciales evocados (ERP) y las técnicas de neuroimagen.

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