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03 Aspectos Practicos Nuevo Pacto 1, Leccion 3
03 Aspectos Practicos Nuevo Pacto 1, Leccion 3
TU ACTIVIDAD NO DETERMINA TU
IDENTIDAD
¿Imagínate si todo el cuerpo fuera un ojo? ¿Te imaginas a un ojo de 1,70 mts? Al encontrarse
con la gente les diría: “les presento a mi primo el ojo”.
1 Corintios 12:17
“Si todo el cuerpo fuese ojo donde estaría el oído...”
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¿Te imaginas una oreja del tamaño de una persona, sin pies ni manos? ¡Imagínate la situación!
¡Sería monstruoso!
1 Corintios 12:18-19.
“Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él
quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?”
Fíjate lo que el Apóstol aclara en este punto. Cada uno ocupa el lugar que Dios determinó en Su
eterna Sabiduría.
1 Corintios 12:21
“Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No
tengo necesidad de vosotros”.
Esto es bien importante. El mayor problema que enfrenta el Cuerpo de Cristo para expresarse
son los miembros individualistas. Cuando alguien dice: “estoy más allá de los problemas de los
demás, no me interesan”, está manifestando su egoísmo. Se rebelará contra la ley universal y
eterna que rige el funcionamiento normal del Cuerpo de Cristo: el amor Ágape. Si todo el
Cuerpo fuera egoísta, ¿te imaginas lo que podría suceder? Sería un grupo de gente egoísta.
¿Dónde terminaría el Cuerpo? Al expresar estas ideas, quiero ser lo más didáctico posible para
que entiendas que el Cuerpo debe manifestarse en tu Nación y en todo el mundo.
Por ejemplo, recuerdas cuando te entró arenilla en tus ojos. ¡Cómo molesta eso! La arenilla
permaneció allí sólo un día o dos, pero el ojo responde violentamente ante esa agresión. Algo tan
pequeño en la superficie del ojo lo dañaría si no fuera por una glándula que suelta una gran
cantidad de lágrimas. Cada una baña y limpia la superficie del globo ocular. Pero la cosa no
termina ahí, todo el cuerpo va en auxilio del pequeño ojo. La mano se levanta y se dirige hacia el
ojo para ayudarlo, porque la mano también se duele. Tus pies te llevarán hacia el lavamanos para
enjuagarte el ojo. Lo mismo sucede al quemarte un dedo en la cocina. Todo el cuerpo se resiente
por causa de la quemadura, pero la boca grita y las lágrimas comienzan a fluir de tus ojos. La
boca o los ojos no se quemaron, sino el dedo. Entonces, ¿por qué grita la boca y te caen lágrimas
de tus ojos? Los pies se moverán presurosos para buscar una jarra de agua para aliviar los
síntomas.
Aunque están sanos y no tienen problemas, se pondrán a disposición del resto del cuerpo para lo
que haga falta.
El cuerpo no es un parlamento:
El cuerpo está regido por una serie de leyes superiores a él mismo. La preservación de la
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integridad del cuerpo es una ley que rige y gobierna todas sus funciones. Cuando esta ley se
altera, estamos en presencia de un cuerpo enfermo que necesita ser tratado con urgencia, antes
que la evolución de la enfermedad te ponga en peligro de muerte. No siempre estas leyes que
rigen al cuerpo natural se manifiestan en la Iglesia.
Cuando se enferma alguna parte del Cuerpo de Cristo, es muy común ver hermanos diciendo:
“¡que se muera!”. Si al infectarte una uña vas con tu vecina para contarle tu problema y ella te
responde: ¡córtate el dedo! ¿Te lo cortarías sin más trámites? ¡No, que va! Consultarías al
médico para buscar una solución a tu problema. El profesional verá qué hace para curarte, quizá
deba removerte la uña para salvar el dedo. ¿Por qué te tomas todas estas molestias por una uñita
tan pequeña? Si al fin y al cabo te quedan otras nueve en las manos y diez más en los pies.
Cuando decides ir al médico para sanar tu dedo, ¡irás a la consulta con el resto de tu cuerpo!
Sería irreal si tu dedo toma el turno y se sienta en la sala de espera para ser atendido. Todo el
cuerpo protegerá al dedito enfermo hasta su completa restauración.
Aplicación de la lección
1. Busca el significado bíblico de:
- Función:
- Llamado:
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