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La lengua salvadoreña.

El español se origina del castellano, dialéctico romántico surgido en Castilla, debido a


sus contactos con otros idiomas y dialectos, especialmente con la lengua vasca, el
castellano evoluciona rápidamente.

Castilla impone su lengua a las demás regiones de la península Ibérica. En el sigo XI, XII
y XIII el castellano sufre una marcada influencia extranjera, adoptando un amplio
vocabulario de galicismos y provenzalismos, sin que se fijen aún sus reglas
gramaticales.

Alfonso X establece el castellano como lengua oficial de Cancillería, sentando la base


de la prosa.

A fines del sigo XIV y XV con la Divina Comedia de Dante y los triunfos de Petrarca,
llega, a España la poesía alegórica, destacándose a esta nueva orientación la poética
Juan de Mena y el marqués de Santillana.

Con el matrimonio de los reyes, Castilla y Aragón se impone el castellano como idioma
nacional.

En el siglo XV (1492) ocurren hechos que cambian radicalmente el panorama mundial


que establece los destinos de España y de su lengua:

 Enero: la toma de Granada se consuma la reconquista 800 años de imperio


musulmán llegan a su fin. El idioma árabe participó en la evolución del
castellano.
 Los musulmanes son expulsados de España y se establecen a lo largo del
mediterráneo, desde Italia a Turquía.
 En agosto Cristóbal Colón sale del Puerto de Palos (Huelva) a universalizar el
castellano y buscar nuevas rutas.
 Antonio de Nebrija presenta a la reina su famosa “gramática de la lengua
castellana”.

En 1493 se incorpora al vocabulario palabras como canoa, cacique, hamaca, Caribe,


cazabi entre otros.

“Sumario de la natural historia de las Indias” (1526) por Gonzalo Fernández de Oviedo
incluye no menos de 60 caribismos.

Comienzan aparecer en la literatura del siglo XVI especialmente por Cervantes y Lope
de Vega.

En 1504 los castellanos son autorizados para trasladarse a las Indias, tras la muerte de
la reina Isabel.
El castellano empieza a tener evolución y va tomando formas americanas antes de que
los conquistadores salgan de España.

Otro hecho es la incorporación de esta lengua a numerosos términos de minería


aprendidos en los puertos y barcos, y se introduce al español americanos verbos como:
amarrar, atracar, embarcar, fletar, abordar, virar, calafatear, etc. Y términos: bodega,
rancho, playa, timón, embarcadero, garete, maroma, verga, tajamar, farallón, bordo,
cabo, mazmorra, etc.

Todos esos términos son llevados a España y se extienden por toda la península. Las
modificaciones viajaron a las Indias en los siglos XVI y XVII y así el castellano deja de ser
dialecto de Castilla y pasa a convertirse a idioma español.

Se incorpora el indigenismo que da importantes modificaciones introducidas a los


indígenas en el español, que enriquece el vocabulario y altera radicalmente la
morfología y la sintaxis, provocando cambios semánticos.

El español en América

Hernán Cortés desembarca en Veracruz y emprende la conquista de Anáhuac (los


españoles han estado 25 años ya en las Antillas). Traen al continente un amplio
repertorio de voces caribes y términos de marinería.

Gracias a Jerónimo de Aguilar, que llevaba 10 años viviendo entre mayas, habla la
lengua perfectamente y a Malintzin mujer que habla maya y nahualt logra entenderse
con los zempoaltecas, que eran sometidos por el conjunto de seguidores de
Moctezuma y que a los españoles a sus posibles libertadores.

Arriba en valle mexicano y Cortés tiene la ventaja de armamento y de dos numerosos


ejércitos auxiliares indígenas.

Moctezuma ve en Cortés a Quetzalcóalt que retorna a gobernar los pueblos nahuas.La


brutalidad de Pedro de Alvarado hizo que los mexicanos reaccionaran y decidieran
combatir.

Con el predominio político y militar, los aztecas imponían su idioma, lo cual facilitó a
los españoles, ya que pudieron usar el nahualt como una lingua franca para
entenderse con otomíes, purépechas, zapotecas, etc. El vocabulario Caribe se
incorporó inmediatamente al nahualt.

Caribismos que usamos: anona, bejuco, barbacoa, bija, bohío, cabuya, cacique,
caragüe, carey, comején, chicha, chaquira, guacamaya, guanábana, guayaba,
guayacán, guineo, hamaca, hanequén, higuera, huracán, macana, mamey, mangle,
marañón, naguas, niguas, papaya, tabaco, tuna, yuca.
Con la conquista de México se inicia una gran aventura de la lengua española en
Mesoamérica. La Ciudad de México, centro gubernamental de la nueva España, se
convierte en la importante capital colonial del continente.

En el colegio de Tlatelolco son acogidos los jóvenes aztecas pertenecientes de la


nobleza, de ese colegio salen destacados escritores e historiadores: Alvarado
Tezozómoc, Chimalpain, Alva Ixtlixóchilt, el padre Durán y otros literarios y científicos
que honran la cultura indígena.

Las zonas marginales

Distina fue la suerte del idioma en las llamadas zonas marginales del nuevo nahua,
porque hasta aquí no llegaron los conquistadores ni establecieron escuelas para
castellanizar a los indígenas. Los cuales aprendieron el español a la buena de Dios, en
el diario contacto que tenían con los conquistadores que muchos de los cuales aún no
pronunciaban bien.

Jorge A. Vivó Escoto demostró que hubo por lo menos cuatro migraciones
remontándose la primera a una época temprana como el siglo V de nuestra era.

Basándose en datos históricos, antropológicos lingüísticos, el Dr. Vivó sostiene que la


primera migración hacía Centroamérica partió de Cihuatán de la Costa de Jalisco y
Guerrero y vino a poblar algunas regiones de Guatemala, El Salvador y Honduras.

La segunda oleada fue del pueblo llamado Cohuixca, que también salió de la costa de
Guerrero. Este grupo se asentó en una zona marginal del actual departamento de la
Paz, República de El Salvador.

La tercera partió de las actuales estados de Veracruz y Chiapas que son nahuas
posteotihuacanos, fue la más numerosa que pobló la Zona Izalqueña, la sierra de
Apaneca y la Costa del Bálsamo.

Y finalmente ocurre la peregrinación nonualca, que se trata de un grupo que no es de


origen nahua pero que se había nahuatizado desde hace mucho tiempo, el cual
abandonó Cholula huyendo de la tiranía olmeca. Se mezclan cohuixcas y perdura en la
zona nonualca del departamento de La Paz, entendiéndose hacia Honduras y
Nicaragua.

La lengua nahuat

El nahuat es uno de los llamados idiomas polisintéticos a los cuales se agregan también
prefijos, infijos y sufijos.

En el nahuat original no existe lo que nosotros conocemos como artículo.


En El Salvador el nahuat original usa los demostrativos o los posesivos. Ejemplo: si le
preguntamos a un indígena como se dice “la casa”, responderá ini cali “esa casa” o
unu cali “mi casa”.

El prefijo posesivo nu- se ha covertido en ne y constituye actualmente un verdadero


artículo. Este cambio tuvo lugar en una época relativamente reciente por influencia del
español.

Entre los actuales hablantes todos los sustantivos han perdido definitivamente su
partícula terminal, aunque ya no se usan en posesivo sino con esta partícula ne,
independientemente haciendo veces de artículo.

Tacat “hombre” se dice ne taca

Sihuat “mujer” se dice ne sihua

De donde debemos suponer que este se derivó del prefijo posesivo nu- .

Hay en nahuat pronombres completos, semejantes a las del español.

Naja: yo Tejemet: nosotros.

Taja: tu Anmejemet: vosotros

Yaja: él Yejemet: ellos

Los semipronombres verbales son: ni-, ti-, cero, ti-, an-, cero. Con cero indicamos que
no existe semipronombre para la tercera persona.

En la segunda persona del singular y la primera persona del plural ni entre las terceras
personas, puede existir confusión, ya que los plurales agregan el sufijo pluralizante
–squet.

Ti panu, tú pasas ti-panu-squet, nosotros pasamos panu, él pasa

Panu-squet, ellos pasan

No existe en la lengua nahuat el infinitivo de los verbos. Para enunciarlos se usa la


forma más simple: la tercera persona del presente indicativo. Tampoco existen los
verbos ser y estar.
Por ejemplo: ista-cshuchit: flor blanca. Pero si se dice ne shuchit istac: la flor (es)
blanca, sin necesidad de enunciar un verbo.

Todos los verbos nahuas son regulares, con excepción de los verbos ir y venir, que
tienen conjugación especial. Chuca es él llora, chucachuca quiere decir él llora sin
parar.

Varios verbos sirven como auxiliares, siendo el principal nemi, vivir, que hace las veces
de estar.

Los semipronombres nominales sirven para sustantivar los verbos y los


semipronombres verbales para verbalizar el sustantivo.

Por ejemplo: Nitlasoj quiere decir “yo amo”, si se sustituye el prefijo verbal por el
prefijo posesivo y si se dice nutlasoj se estará diciendo “mi amor”.

Las palabras pueden unirse unas a otras y agregar prefijos y infijos, y sufijos para
formar nuevas palabras. Esta unión no es arbitraria sino que obedece a rígidas reglas
gramaticales, entre las cuales es indispensable señalar las siguientes:

a) cuando se unen dos sustantivos, el primero pierde su terminación, quedando


íntegro el segundo, el cual califica al primero, que permanece en genitivo. Tacat,
hombre y umit hueso, pueden unirse y formar nuevas palabras. Pero no es lo mismo
untacat (hombre de hueso) que tacumit (hueso de hombre).

b) Si el sustantivo se une a un adjetivo, éste va en primer lugar istacshuchit, “flor


blanca”; chilamat “amate rojo”. Sólo en contadas ocasiones, por razones eufónicas, se
coloca el adjetivo después del sustantivo.

c) cuando uno o más sustantivos se unen a un verbo, éste va al final: tacachihua, de


tacat, hombre y chihua, hacer. Hacer hombre, parir.

d) los numerales van siempre en primer lugar: macuilishuat, “cinco pétalos”;


chiconhuetsot, siete sauces; umpual, dos cuentas.

Nahuatización del español

La primera corriente de asimilación de vocablos nahuas al español fue provocada por


los propios conquistadores, quienes, al tropezar con plantas, animales y cosas que les
eran totalmente desconocidas y para los cuales no había nombre alguno en español, se
vieron forzados a adoptar el nombre nahua para designarlos, especialmente cuando se
trataba de alimentos. Los españoles ya traían un extenso vocabulario de palabras
caribes y aztecas, adquirido a su paso por México y en su larga estancia en las Antillas.
Los nombre nahuas fueron deformados en mayor o menor grado por los
conquistadores. Existen en eta lengua fonemas no usuales en el español, como ts,sh,tl
y terminaciones en t, tl o c, que los castellanos no lograban pronunciar.

Así el fonema sh se transformó en j y se dijo Acajutla en vez de Acashutla, ejote por


eshut, jilote por shilut. El fonema ts cambió a z y tsaput fue zapote, tsunte cambió a
zonte y tsupilot a zopilote. Las terminaciones en t, tl o c agregaron una e: elot-e, jocot-
e, chicot-e.

En Centroamérica la confusión fue mayor. Los aztecas que acompañaban a Alvarado


aztequizaron los nombres de lugares, animales, vegetales y cosas, y los españoles
extremaron la deformación. El Cuscatlán de nuestra República de El Salvador le fue
impuesto por los mexicanos, ya que el nahuat no existe el fonema tl. El nombre
original fue, Cuscatan. Cuauhcotoctitan se llama hoy Guacotecti y Cuahyo es Juayúa.
Seguramente los españoles castellanizaron numerosos verbos nahuas, agregándoles la
terminación –ar, como tapiscar, aguachimar, apachar, etc.

La segunda corriente, la más importante y la que más decisiva influencia ha ejercido


sobre el español que hablamos en El Salvador, se produjo cuando los indígenas, ya
establecida la colonia, comenzaron a hablar español, por el contacto diario que
tuvieron con los conquistadores. Comenzaron a deformar las palabras castellanas
pronunciándolas a su manera cambiando algunos fonemas por los del nahuat.

En primer lugar suprimieron toda la diferencia entre c,s y z, sustituyendo el fonema


nahua no sonoro que suena como una j suave. Por ejemplo: nojotros.

La ll cambió por una y muy marcada, que no sólo sustituyo aquel fonema sino que se
introdujo donde no existe. No sólo decimos cabayo, estrella, sino que la pronunciamos
separando el diptongo ia diciendo diya, habiya, teniya, entre otros.

En el aspecto morfológico, los nahuas trasladaron al español los patrones, formas y


procedimientos propios del polisintetismo. Unieron dos o más palabras, surgiendo así:
vapué(vaya pues), puesí (pues sí), vuá (voy a), vuaver (voy a ver), aloshte (ya lo
oíste), onde (donde), ondenó (donde no), etc.

Al polisintetismo nahua debemos también la gran cantidad de palabras compuestas


que usamos, palabras con una influencia nahua. Muchas de estas son híbridos español-
nahua. Como por ejemplo:

Patechucho, careculo, almemierda, metapalo, bocafloja, colegallo, patecuma,carepalo,


mediagua, comemierda, vuelacumbo entre otras.

Fueron igualmente trasladados al español gran cantidad de verbos nahuas,


castellanizándolos mediante la adicción de la terminación –ar. No se usaron las
terminaciones –er e –ir, probablemente debido a que los verbos irregulares del
español ocurren estas terminaciones, irregularidades que son desconocidas en la
conjugación de los verbos nahuas. Algunos verbos del castellano fueron regularizados
por los nahuas, especialmente el verbo ir.

En vez de ve, vete, veme dijeron í, andate, andame, formas usadas del habla popular,
que sustituyen las formas de ver por formas de andar.

A los verbos castellanos los nahuas agregaron generalmente un prefijo –a, -en, o –des:
a-probar, a-merecer, des-vaciar, des-cruzar, etc. En nahua es posible verbalizar todos
los nombres, procedimiento que fue trasladado al castellano y que se sigue usando en
la lengua salvadoreña: a-montonar, a-pantallar, en-colar, en-arenar, des-embuchar,
des-madrar, etc.

Es indudable que algunos de estos afijos se originaron en la región mesoamericana


dominada por la lengua nahua, determinando formas particulares de dicción.

Ejemplos:

Prefijos:

a-, des-, en-, in- (verbalizadores de sustantivos y adjetivos)

Sufijos:

-ada, -ida, sustantivos verbales: mirada, tracada, cocinada, calentada, penqueada,


fregada, burrada, leperada, pendejada. Conjunto de la misma clase: bueyada, indiada.
Capacidad: cucharada, tusada, vasada.

-al: cantidad, platal, cafetal.

-ar, -ear. Verbalizador: florear, colorear.

-azo. Aumentativo: hombrazo, buenazo.

-ción. Acción, generalmente substituye a –miento: entretención, manutención.

-dera. Repetición: bebedera, jugadera, gritadera.

-dor. Agente: borrador, echador, bebedor.

-dura. Resultado: mordedura, calentura.

-eco, -eca. Gentilicio típico nahua. En esta lengua todos los gentilicios se forman
mediante el sufijo –eca: tolteca, azteca, etc. Despectivo: boleco, dundeco, etc.

-erío, -ería. Colectivo: ranchería, papelerío, palabrerío, etc.

-ero. Oficio: relojero, cafetalero, algodonero, etc. Afición: gallero, futbolero, etc.

-ete. Despectivo: cuenterete, pendejete, etc.


-ón, -ona. Agente verbal: llorón, preguntón, faltón. Aumentativo: tristón, alegrón, etc.

-oso, -osa. Característica de sustantivos, adjetivos y verbos: latoso, agarroso, lodoso.

-udo. Cualidad exagerada del sustantivo: agalludo, berrinchudo, etc.

-ura. Adjetivos sustantivos: bonitura, feyura, chatura, etc.

Es en el dominio de la sintaxis donde los cambios han sido más numerosos y


espectaculares, al extremo de que podemos decir que el español se fragmentó en
América en numerosas formas dialectales, que son respecto al idioma original lo que el
castellano de los siglos XI y X fue respecto al latín.

Luego de haber indicado los cambios morfológicos introducidos en los verbos.


Respecto a su uso en la oración, podemos señalar:

1- la duplicación para indicar frecuencia. Al referirse a la lengua nahua, que en ella los
verbos adquieren el carácter de frecuentativos por duplicación. Este procedimiento fue
trasladado literalmente al castellano. Decimos grita y grita, llora y llora, brinca y
brinca, para indicar que la acción se prolonga en el tiempo.

Otra manera de hacer frecuentativos los verbos es anteponer los términos “y va de”,
“y dije a”.

2- Supresión del futuro. El tiempo futuro ha sido totalmente suprimido en el habla


salvadoreña, sustituyéndose por el presente progresivo o simploemente por el
presente. Jamás decimos “iré”, “vendré”, “saldré”, sino que vuir, vuavenir, vuasalir, o
simplemente “mañana voy a tu casa”, “vengo la próxima semana”, etc.

3. Alteración de los tiempos. Una de las más curiosas modificaciones de los verbos es el
uso del pasado en función de futuro, como es el caso de iba por iría.

Los nahuas trasladaron también el castellano sus numerosos diminutivos. Es por eso
que el salvadoreño o salvadoreña lo dice todo en diminutivo. Así no nos basta decir
que una cosa es chiquita. Decimos: chiquitía, chiquitiyita, etc. También diciendo:
adiosito, hasta lueguito, más tardecito, al ratito, arribita, frijolitos, tortillita, etc.

También en el nahuat se usan como sentido reverencial: virgencita, mi madrecita,


hermanita, como respecto y particular afecto.

También los diminutivos se usan para hacer más ofensivas las ofensas, hijueputa,
jodido, cabrón, o pueden ser términos cariñosos: cabroncito, jodidito, hijueputía, etc.

Curiosamente, usamos aumentativos con sentido de disminución. “la fiesta estuvo


tristona” quiere decir que estuvo poco triste. Feyón es poco feo, alegrón, no muy
alegre, etc. No decimos “ en casa” si no “en mi casa”, etc.
Los adverbios los usamos de una forma caótica. No diferenciamos claramente tiempo y
lugar, abundancia y escasez, longitud, distancia, velocidad y textura peso, cantidad y
calidad. Decimos por ejemplo, “correr duro” (rápido), “hablar duro” (alto), etc.

Usamos “bien”, adverbio de cualidad, por “muy” de cantidad, por ejemplo: el niño está
bien malo. En cambio usamos “bueno” por “bien”: está bueno pues. Invertimos los
adverbios de tiempo y lugar, sustituyendo donde por cuanto y viceversa. Un adverbio
de lugar substituye a un adverbio de tiempo.

Por ejemplo: allá (al tiempo) se volvieron a encontrar.

Otra forma curiosa de indicar lo inmediato, lo súbito, es la de anteponer a un gerundio


la preposición “en”. Por ejemplo: en llegando nos arreglamos.

Endenantes tiene un triple significado, dos de ellos contradictorios: lo que dije


endenantes, es lo que dije anteriormente. Endenantes llego, quiere decir, llegaré más
tarde. Endenantes está vivo, significa que vive de milagro.

Son de uso frecuente también numerosas frases adverbiales, entre las cuales:

De golpe y porrazo

A la pura penca

A media rienda

Al hilo

A puro pincel

Al rape

A puro pulso

Usamos igualmente numerosos adverbios de cantidad, vagos e indefinidos: algo,


alguito, un poco, un montón, un cerro, etc.

Onomatopeya- influencia nahua indiscutiblemente el abundante uso que hacemos de


la onomatopeyas..

Chachalaquear (nahuat) es charlar incesantemente.

Güirigüiri es chismorrear

Pen,pen,pen le metió tres balazos


Traca, traca, se empinó la botella

Preposiciones y conjunciones. Mántica señala:

1. uso múltiple de una misma palabra con funciones y significado distinto.

2. las inversiones de tiempo, lugar y modo.

3. el uso incorrecto o arcaico de algunas formas.

o Entre en vez de dentro. ( se fue entre el pozo)


o En sustituye a a (a veces)
o Ende sustituye a desde (ende que te vi)
o Tras indica lugar, tiempo o condición (tras que te lo dije te enojás)
o Delante sustituye ante y adelante (delante la gente)
o Fuera indica excepción (fuera de voz nadie lo sabe)
o Debajo sustituye a bajo (debajo la cama)
o Encima sustituye sobre (encima de la mesa)
o Enfrente de sustituye a frente a (enfrente de la puerta)
o Hasta puede indicar tiempo (hasta que llovió) o condición o estado (estoy
hasta la coronilla)

Cambios semánticos

Los nahuas introdujeron en el castellano una gran cantidad de cambios semánticos,


por la no comprensión del significado de los vocablos o por analogía.

Algunos cambios más notables son los siguientes:


Agarrar:

Atacar: le agarró calentura

Sorprender: los agarró besándose

Capturar: lo agarró la policía

Iniciar: agarró la borrachera

Tomar: le agarró la mano

Aguantar:

Sostener: aguantarme este volado

Alzar:

Guardar

Andar:

Ir: andate para allá

Hallarse:

Estar agusto: ya me hallo en esta casa

Arrojar:

Vomitar

Caer:

Llegar inesperadamente: les caí ayer

Pegar:

Iniciar: pegó la gran carrera

Lanzar: pegó un alarido

Dar: me pegó un susto

Apegarse: es bien pegado con el tata

Engañar: esa se la pega al marido


Salir:

Resultar: el tipo salió ladrón

Ir: salió al monte

Terminar: salió fregado

Aparecer: le salió un fantasma

Ver:

Visitar: fui a ver a mi comadre

Tener:

Sostener: teneme este cuento

Mantener: tenelo a raya

Detener: teneme ahí el ternero

Regarla, derramarla:

Echar a perder algo

Embrocar:

Inducir a error

Ensartar:

Comprometer

Encaramar:

Subir

Puyar:

Herir con puñal

Sentir:

Oír: anoche sentí los perros

Oler: siento a quemado


El proceso de cambio semántico fue mayor y más rápido en las llamadas zonas
marginales, donde la hegemonía española era débil y los hablantes gozaban de una
mayor libertad en el empleo de sus propios recursos.

Palabras comodines

Aparte de los señalados verbos, muchos nombres y adjetivos hacen las veces de
palabras comodines. Algunos de estos vocablos son de origen nahua. Entre los más
usados tenemos:

Cosa, cuestión, mierda, chunche, madre, cuento, babosada, mierda seca, tiliche,
desgracia, asunto, carajada, pendejada, etc.

Merecen una especial mención los términos “volado” y “vaya”.

Volado: cualquier objeto.

Hacer un volado: hacer un favor.

Andar volado: estar enamorado.

Estar feo el volado: estar mala la situación.

Venir volado: venir rápidamente, etc.

Vaya: está bien. Por nada

¡vaya!: exclamación.

Vaya pues: prevención, amenaza.

Ah vaya: ya entendí

Vaya niño: estese quieto

Vaya cosa: qué cosas suceden, etc.

Acentuación
Hay en nuestra manera de hablar, ciertos cambios de acentuación que no tienen nada
que ver con el voseo sino que implican formas muy particulares de dicción.

Podemos mencionar el sufijo –ó acentuado. Encontramos numerosos ejemplos en


nuestra literatura folklórica, como el texto “la Ciguanaba” de Salarrué.

Lengua y cultura en El Salvador

En El Salvador no hablamos español, sino una de las numerosas formas dialectales en


que se fragmentó el español en el continente americano.

El castellano, instrumento de dominio, impuesto desde arriba por un reducido grupo


de conquistadores a la inmensa masa de los conquistados, provocó desde los primeros
contactos una división de tipo clasista entre la lengua culta y habla popular. Los
españoles y más tarde los criollos, si bien adoptaron un amplio vocabulario nahuat,
conservaron celosamente la morfología y la sintaxis de su idioma original, adaptando
los vocablos indígenas a sus necesidades de expresión. El nahua, en cambio, aprende la
lengua impuesta sin conocer ni aplicar las norman que rigen el bien decir, pensando en
su propio idioma y traduciendo al castellano, trasladando así a la lengua adquirida sus
formas de pensamiento y de dicción, con lo cual introduce cambios radicales, tanto
morfológicos como sintácticos. Estos cambios fueron más profundos y notorios en las
zonas marginales, sin escuelas, ni letrados.

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