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Preußen/ Preussen
1525-1947
Bandera de Prusia
Prusia fue un Estado del mar Báltico entre Pomerania, Polonia y Lituania que
existió desde finales de la Edad Media.
Ubicación:
Modo de gobierno:
Economía:
En la segunda mitad del siglo XVIII bajo Federico II la economía del país sufrió
por las guerras perennes y costosas, bastantes interrupciones. Por otro lado
vino a través de la conquista de Silesia nuevas áreas económicamente
importantes (textiles, minerales) para el territorio de Prusia. Se logró un gran
progreso económico en cuanto a los cultivos y el trabajo. En particular, esto se
logró a través de la recuperación, cultivo y colonización de áreas por el
asentamiento de un gran número de agricultores y artesanos. También
promovió la expansión de las vías navegables; no, en cambio, la red de
carreteras, que siguieron en mal estado. Solo después de su muerte
comenzaron a construirse caminos pavimentados, que tenían un alto coste.
En la política comercial, Federico el Grande promovió especialmente la industria
de la seda. Para ello, numerosos fabricantes, trabajadores cualificados y
especialistas fueron llevados a Prusia y capacitaron a los trabajadores
domésticos y asistentes. Con los productos manufacturados y de artesanía
fabricados en el país, casi toda la demanda interna estaba satisfecha y se
obtienen también una de las principales exportaciones, proporcionando así las
importaciones de materias primas necesarias, que podrían ser fiscalmente más
que compensadas.
Religión:
Símbolos:
La bandera de Prusia está formada por un fondo blanco con dos filetes negros
arriba y abajo (los colores de Prusia) y en su lado central izquierdo está
centrado el escudo con las armas de Prusia.
Bandera de guerra de
Prusia (1895-1918)
Reyes de Prusia:
La casa reinante en Prusia era la dinastía Hohenzollern. Herederos de los
margraves y los caballeros teutónicos,. La importancia política de los
Hohenzollern creció con los siglos. Partiendo del primitivo condado de Zollern y
del burgraviado de Núremberg, la rama francona de esta familia llegó a regir el
Imperio alemán entre 1871-1918.
El margrave elector de Brandeburgo Federico III por razones de prestigio,
obtuvo el título de rey en Prusia, autorizado por el emperador Leopoldo I, a
cambio del apoyo prusiano durante la guerra de Sucesión española. A lo largo
del siglo XVIII fue creciendo el poder de los reyes prusianos. Vencieron a los
Habsburgo austríacos en las tres Guerras Silesias, aumentando
considerablemente su poder con la adquisición de Silesia. Federico II adoptó
el título de Rey de Prusia en 1772, el mismo año en que anexionó la mayor
parte de la Prusia Real en la Primera Partición de Polonia.
Tras la guerra franco-prusiana, Guillermo I de Prusia fue proclamado
"Emperador alemán" (y no "Emperador de Alemania") el 18 de enero de 1871
en el salón de los espejos del palacio de Versalles. Se fundó un único Estado
de carácter federal con el rey de Prusia como jefe de Estado, con el título
imperial y "presidente" o primus inter pares de los monarcas que se
federaron de los reinos de Baviera, Wurtemberg, Sajonia, el Gran Ducado de
Baden y el de Hesse. También quedaron incorporadas las ciudades libres de
Hamburgo, Lübeck y Bremen.
Con el fin de la Primera Guerra Mundial termina también el poder de la dinastía
al abdicar Guillermo II de Alemania. Tras la abdicación, el Reino de Prusia dio
paso al Estado Libre de Prusia, dentro de la nueva República de Weimar.
Ejercito de Prusia:
Historia
La Orden teutónica y el Ducado:
Federico I de Brandeburgo.
Brandeburgo-Prusia (1618-1701):
En 1618, la línea ducal prusiana masculina de la familia Hohenzollern dejó de
existir. Desde entonces, sus herederos, los margraves y electores de
Brandeburgo, gobernaron ambos países en unión personal. Esto significaba que
estaban en condición de feudo tanto del emperador como del rey de Polonia.
La designación Brandeburgo-Prusia para los dominios Hohenzollern
ampliamente separados no es contemporánea, pero se ha establecido en la
historia para denotar el período de transición desde 1618 hasta la fundación del
Reino de Prusia en 1701 y, al mismo tiempo, la continuidad entre el Electorado
de Brandeburgo y dicho reino.
Brandeburgo fue uno de los territorios alemanes más afectados por la Guerra
de los Treinta Años. Grandes áreas fueron devastadas y despobladas. Para
evitar que el país se encontrara superado por vecinos más poderosos en el
futuro, Federico Guillermo, más tarde llamado El GranElector, siguió una
política de cambio cauteloso entre las principales potencias después de la
guerra, así como la construcción de un ejército poderoso y una administración
eficiente. Creó un ejército permanente que convirtió a Brandeburgo en un
aliado codiciado de las potencias europeas. Esto permitió al elector recibir
pagos de subsidios de varias partes. Creó su propia Armada de
Kurbrandenburg y en años posteriores persiguió proyectos coloniales en África
Occidental y las Indias Occidentales. Después de la fundación de la fortaleza
Gran Friedrichsburgo por la empresa Brandeburgo-African en la actual Ghana,
Brandenburg participó en el comercio de esclavos africanos.
En el interior, Federico Guillermo implementó reformas económicas e inició
amplias medidas para desarrollar su país económicamente debilitado. Entre
otras cosas, en 1685 en el Edicto de Potsdam, su respuesta al Edicto de
Fontainebleau del rey Luis XIV de Francia, invitó a miles
de hugonotes expulsados de Francia a establecerse en Brandeburgo-Prusia. Al
mismo tiempo, desautorizó las propiedades a favor de una administración
central absolutista. También sentó las bases para el servicio civil prusiano.
En 1657, el Elector logró liberar al Ducado de Prusia de la soberanía polaca
en el Tratado de Wehlau. La soberanía del ducado fue finalmente reconocida
en el Tratado de Oliva de 1660. Este fue un requisito previo crucial para su
elevación a la categoría de reino bajo el hijo de ElGran Elector. La victoria de
Suecia y Brandeburgo en la Guerra de Escania (1674-1679) permitió al
estado ampliar aún más su posición de poder a pesar de la falta de ganancias
de tierras. Durante su mandato, Federico Guillermo había convertido a
Brandeburgo, que anteriormente había sido relativamente insignificante, en el
segundo territorio más poderoso del Imperio después de Austria. Así, fue
colocada la primera piedra para el reino posterior.
A instancias de Federico Guillermo y su esposa Luisa Enriqueta de
Orange-Nassau, importantes estudiosos neerlandeses, especialmente de
la Universidad de Leiden, contribuyeron a la modernización del estado
Brandeburgo-Prusiano.
Reino de Prusia:
Escudo de Brandeburgo.
Federico Guillermo, el "Gran Elector" de Brandeburgo-Prusia, murió en 1688.
Sus propiedades pasaron a su hijo Federico III (1688-1701), que se convirtió
en el rey Federico I de Prusia (1701-1713). A excepción del ducado de Prusia,
todas las tierras de Brandeburgo formaban parte del Sacro Imperio Romano
Germánico, en esa época bajo el gobierno hereditario de la Casa de
Habsburgo.
Federico III obtuvo el consentimiento del emperador Leopoldo I, a cambio de
la alianza contra Francia en la guerra de Sucesión española, para adoptar (en
Königsberg, el 18 de enero de 1701) el título de "Rey en Prusia" con base en
sus territorios no imperiales. La fórmula rey en Prusia en lugar de rey de Prusia
se adoptó por no poder haber en el imperio más rey que el emperador y el de
Bohemia. El título pasó a ser de aceptación general con el Tratado de Utrecht.
Mariscal Blücher.
Ataque prusiano a Plancenoit.
Sin embargo, los esfuerzos del Gobierno Real para combatir el liberalismo, la
democracia y la idea de unificar a Alemania se vieron enfrentados a fuertes
restricciones económicas. Debido a la división de su territorio la unificación
económica de Alemania después de 1815 era del propio interés de Prusia. Por
lo tanto, perteneció a los miembros fundadores de la Unión Aduanera de
Alemania en 1834. La unión aduanera fue un impulso a la industrialización
alemana, en especial de Prusia y en lo político preparó las bases para la
unificación.
En Prusia las esperanzas liberales se vieron brevemente despertadas en 1840
por la llegada al trono el rey Federico Guillermo IV de Prusia, y por los pasos
dados hacia la formación de la unión de las Dietas provinciales, que llegó a
reunirse en abril de 1847; no obstante el debate de las reformas
constitucionales, conexión previa para la concesión de fondos, provocó un
punto muerto, y la Dieta se disolvió.
Antecedentes:
Desde principios del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, fue imponiéndose
la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del Sacro
Imperio Romano Germánico en un solo Estado alemán. Un paso importante en
este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello
contribuyeron, tanto los junkers, es decir, la aristocracia terrateniente
prusiana, como la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr.
En 1834, se produjo la unificación aduanera que sumó Prusia a otros Estados
alemanes previamente asociados en esta materia. Sin embargo, debido a las
diferencias entre Austria y Prusia, el proceso de unificación política no pudo
llevarse a cabo en la primera mitad del siglo XIX. Desde 1848 fue cada vez más
intensa la actividad de grupos nacionalistas que alentaban la formación de un
único Estado para todos los alemanes ante la crónica debilidad de los pequeños
Estados germanos entonces existentes.
Prusia y Austria eran muy distintas en los aspectos económicos, sociales y
políticos. Austria estaba configurada como un imperio centralista y autoritario
que gobernaba un territorio habitado por diferentes pueblos —eslavos,
alemanes, húngaros, rumanos e italianos— con distintas lenguas, religiones y
costumbres. Esta situación motivó frecuentes sublevaciones nacionalistas
contra la monarquía austriaca. La población prusiana, sin embargo, era mucho
más homogénea.
En lo económico, Austria no contaba con una burguesía poderosa capaz de
lograr un desarrollo industrial propio. El mantenimiento de un ejército y una
administración que garantizasen la unidad imperial le creó graves
dificultades financieras. Prusia, en cambio, experimentó un desarrollo
económico muy intenso en su parte occidental que la convirtió en el
referente del crecimiento industrial de los territorios alemanes. El aumento
de la producción de acero, carbón y hierro en la segunda mitad del siglo XIX
así lo demostró.
La Confederación Germánica:
Fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó a 39
Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la
presidencia de la Casa de Austria, para reemplazar al extinto Sacro Imperio
Romano Germánico destruido por Napoleón.
La Confederación no suponía ninguna concesión al creciente nacionalismo
alemán, ya que estaba bajo el control de la nobleza y de las casas reales,
ajenas al liberalismo nacionalista. El estallido de la Revolución alemana de
1848-1849 y el entusiasmo popular producido por ella mostró que, tarde o
temprano, los diversos Estados alemanes (39 en total) quedarían unificados en
un solo Estado, pero estaba aún por definirse si tal proyecto sería dirigido por
Prusia o por Austria, dando inicio al Dualismo Alemán.
Guerras de unificación:
Prusia ganó la guerra, la cual finalizó con el tratado de Praga. Este supuso la
anexión a Prusia de Hannover, Hesse, Fráncfort y los ducados de
Schleswing-Holstein. No obstante, en el caso austriaco, estos reconocieron la
finalización de la Confederación Germánica y, por tanto, su exclusión del futuro
Estado Alemán. Italia consiguió, por parte de Austria, la cesión de Venecia. Por
último, Prusia acabó con la anexión de los Estados del Sur de Alemania dentro
del Zollverein, así como sus ejércitos, bajo la autoridad de Prusia. Esta etapa
culminó con la creación, en julio de 1867, de la Confederación Alemana del
Norte (con la integración de 23 estado alemanes) bajo la organización de
Prusia. Prusia consiguió todos los objetivos consagrados en este tratado.
Guerra franco-prusiana:
Consolidación: