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Prusia

Preußen/ Preussen

1525-1947

Bandera de Prusia

¿Qué fue Prusia?

Prusia fue un Estado del mar Báltico entre Pomerania, Polonia y Lituania que
existió desde finales de la Edad Media.

Ubicación:

Al principio, Prusia estaba ubicada en el mar báltico, en lo que hoy es


Kaliningrado, pero gracias a su expansionismo, este llegó a lo que hoy es
Alemania y partes de Polonia y Dinamarca.

Prusia en la Prusia dentro del


Confederación Germánica Imperio alemán (1918)
(1818)
Su formación:

Tras la promulgación de la Bula de Oro de Rímini en el siglo XIII, Federico II


Hohenstaufen, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y el duque
Conrado I de Mazovia dieron comienzo a las cruzadas bálticas con la
intención de cristianizar a los pueblos de la tierra de los prusios. Fue
entonces cuando la Orden teutónica se estableció en Prusia creando un
Estado independiente.

La cruzada había dejado considerables vacíos de población en el territorio,


problema que se resolvió fomentando la inmigración de población germana.

Después de la violenta conquista y cristianización del territorio, los caballeros


del orden entraron cada vez más en una crisis de legitimación. También
hubo conflictos con los países vecinos, Polonia y Lituania. En la batalla de
Tannenberg de 1410, los Caballeros finalmente sufrieron una derrota
decisiva contra Polonia y Lituania. Con la victoria Polaca sobre la Orden
Teutónica en la guerra de los Trece Años (1454-1466), se estableció la
Prusia Real en los distritos occidentales del Estado Monástico de la Orden
Teutónica.

Bandera de la Orden Teutónica

Modo de gobierno:

El reino de Prusia fue una monarquía absolutista hasta las Revoluciones de


1848 en los Estados germanos, tras las cuales Prusia se convirtió en una
monarquía constitucional, siendo elegido Adolf Heinrich von
Arnim-Boitzenburg ministro-presidente. Tras la primera constitución de Prusia,
se formó un parlamento bicameral. La cámara baja o Landtag era elegida por
todos los contribuyentes de impuestos, que fueron divididos en tres clases
según la cantidad de impuestos pagados. Esto permitió que sólo un tercio de
los votantes eligiesen al 85 % de los parlamentarios, asegurando un mayor
predominio de los elementos más prósperos de la población. La cámara alta,
que más tarde se bautizaría como Preußisches Herrenhaus ("Casa de los
Señores"), la elegía el rey. Él era el que ostentaba la autoridad total sobre el
ejecutivo y los ministros eran solo de su responsabilidad. Como consecuencia,
la clase de los grandes propietarios de tierras, los junkers, permaneció intacta,
sobre todo en las provincias orientales.

Economía:

Durante el reinado de Federico Guillermo I el Rey Sargento, se buscó la


ganancia económica y el enfoque de una política financiera duradera. Solo
gracias a un ordenado presupuesto estatal pudo convertirse en una de las
potencias económicas de Alemania en el siglo XVIII, dejando la expansión
militar a su hijo, Federico II el Grande. Un motor de la evolución positiva de la
economía centralizada fue el ejército prusiano, el cual precisaba de suministros
(en 1722 se funda una fábrica de armas), siendo el principal comprador de
armas el ejército. El comercio de hojas firmes de cobre son producidos para
uso civil (techado), calderas de cobre (cervecerías, fincas de calderas), piezas
de latón (contenedores, herrajes, bisagras) y productos de hierro y acero
(taladros, tijeras, cuchillos).

En la segunda mitad del siglo XVIII bajo Federico II la economía del país sufrió
por las guerras perennes y costosas, bastantes interrupciones. Por otro lado
vino a través de la conquista de Silesia nuevas áreas económicamente
importantes (textiles, minerales) para el territorio de Prusia. Se logró un gran
progreso económico en cuanto a los cultivos y el trabajo. En particular, esto se
logró a través de la recuperación, cultivo y colonización de áreas por el
asentamiento de un gran número de agricultores y artesanos. También
promovió la expansión de las vías navegables; no, en cambio, la red de
carreteras, que siguieron en mal estado. Solo después de su muerte
comenzaron a construirse caminos pavimentados, que tenían un alto coste.
En la política comercial, Federico el Grande promovió especialmente la industria
de la seda. Para ello, numerosos fabricantes, trabajadores cualificados y
especialistas fueron llevados a Prusia y capacitaron a los trabajadores
domésticos y asistentes. Con los productos manufacturados y de artesanía
fabricados en el país, casi toda la demanda interna estaba satisfecha y se
obtienen también una de las principales exportaciones, proporcionando así las
importaciones de materias primas necesarias, que podrían ser fiscalmente más
que compensadas.
Religión:

El Ducado de Prusia fue el primer estado en adoptar oficialmente el luteranismo


en 1525. A raíz de la Reforma, Prusia estuvo dominada por dos grandes
confesiones protestantes: el luteranismo y el calvinismo. La mayoría de la
población prusiana era luterana, aunque había minorías reformadas dispersas
en las partes centrales y occidentales del estado, especialmente en
Brandeburgo, Renania, Westfalia y Hesse-Nassau. En 1613, Juan Segismundo I
de Brandeburgo, Elector de Brandeburgo y Gran Duque de Prusia abjuró del
luteranismo y se convirtió al calvinismo, transfiriendo a su vez la Catedral de
Berlín de la Iglesia Luterana a la Calvinista. Después de que el Elector y sus
funcionarios de la corte calvinista elaboraron planes para la conversión masiva
de la población a la nueva fe en febrero de 1614, según lo dispuesto por la
regla de Cuius regio, eius religio dentro del Sacro Imperio Romano Germánico,
hubo serias protestas, con su esposa respaldando a los luteranos.

Símbolos:

El escudo y la bandera de Prusia presentaban ambos un águila negra sobre un


fondo blanco, símbolo heredado de los Caballeros Teutónicos y adoptado más
tarde por la dinastía de los Hohenzollern. Los Caballeros Teutónicos vestían de
blanco, llevando una cruz negra y dorada con el águila imperial en ella, lo que
acabó derivando en los símbolos nacionales de Prusia.
Tanto la bandera como el escudo prusianos, aunque mantuvieron los colores
negro y blanco con el águila como distintivo, variaron notablemente a lo largo
del tiempo. La primera bandera oficial, la del Ducado de Prusia, consistía
simplemente en un fondo blanco sobre el que destacaba, en el centro, el águila
prusiana, el mismo diseño que el del escudo. Diseños posteriores
correspondientes a otras épocas históricas incorporaron elementos tales como
la corona real (1701) o la esvástica nacionalsocialista (1933), así como
diferentes añadidos a la figura del águila (fundamentalmente rayos, espadas o
cetros).
Suum cuique ('a cada cual, lo propio'), originalmente el lema de la Orden del
Águila Negra (Hoher Orden vom Schwarzen Adler), máxima orden de
caballería prusiana creada por Federico I en 1701, llegó a utilizarse como lema
asociado a todo el Estado de Prusia. Asimismo, el lema alemán Gottmit uns
(literalmente, 'Dios con nosotros') también se empleó con frecuencia desde la
creación del Reino de Prusia, apareciendo en distintos escudos y estandartes,
sirviendo además de grito de guerra del ejército prusiano.
La Cruz de Hierro alemana (Eisernes Kreuz), alta condecoración militar creada
por Federico Guillermo III, concedida por primera vez durante las Guerras
Napoleónicas y de gran relevancia durante la Guerra Franco-Prusiana, también
se asociaba a Prusia y aparecía en banderas de guerra y emblemas navales
desde 1816 y en los estandartes reales de la familia Hohenzollern.
Prusia contó con un himno oficial de 1830 a 1840, antes de adoptar el himno
del Imperio Alemán, conocido como Preußenlied ('Canción de Prusia'). Fue
compuesto por August Neithardt para celebrar el aniversario de Federico
Guillermo III. Es famoso por su frase inicial “Ich bin ein Preuße, kennt ihr
meine Farben? ”("Soy un prusiano, ¿conocen mis colores?"), y por sustituir al
himno anterior, Borussia, que se había usado oficialmente desde el año 1820
Bandera de los Caballeros Teutónicos con el águila imperial (1410).

Escudo del Reino de Prusia.

La bandera de Prusia está formada por un fondo blanco con dos filetes negros
arriba y abajo (los colores de Prusia) y en su lado central izquierdo está
centrado el escudo con las armas de Prusia.

Cuando Prusia se convierte de ducado a reino en 1701 la bandera de estado o


de uso gubernamental era blanca con la primitiva águila negra prusiana
portando las insignias reales en su pecho estaba representado el monograma
de Federico I de Prusia, el primer Rey de Prusia. Al igual que los estados
alemanes, el reino de Prusia adoptó como bandera nacional y civil, esta era un
bicolor horizontal Negro y Blanco los cuales representaban a la casa real
prusiana, la Dinastía Hohenzollern. Esta bandera bicolor adoptada también en
1701 sería la versión resumida de la bandera prusiana hasta el final de la
segunda guerra mundial en 1945, siendo la bandera prusiana más usada.
La bandera de guerra, adoptada a fines de las guerras napoleónicas, era blanca
y en su centro estaba la primitiva águila negra prusiana portando las joyas de
la corona prusiana. En la esquina superior izquierda de la bandera se
encontraba la cruz negra, de origen teutónica, la cual sería utilizada para el
diseño de la famosa medalla militar prusiana, la Cruz de Hierro.
La bandera Negra-Blanca-Negra con el águila prusiana se adoptó en 1892
cuando tras la Unificación alemana de 1871, el reino prusiano formó parte del
Segundo Reich o Imperio alemán hasta 1918 cuando el imperio se transforma
en república.
Ya abolida la monarquía de la dinastía Hohenzollern en 1918, en 1919 se
crea la República de Weimar ya en la época de la joven república la bandera
del Estado Libre de Prusia era el mismo modelo pero versión republicana,
porque al águila negra se le retiró las insignias reales y en esta versión se la
muestra levantando vuelo.
Durante el comienzo del III Reich o Alemania nazi en 1933 se tomó como
modelo la bandera anterior ,pero se adoptó el águila militar prusiana llevaba en
sus garras llevaba una espada y unos rayos y arriba de la cabeza del águila
decía Gott mit uns, pero en su pecho llevaba la esvástica. Cuando el estado
prusiano se declaró extinto en 1947 las banderas se dejaron de usar, aunque
hoy en día las banderas reales son utilizadas por los monarquistas alemanes
leales y partidarios de la dinastía Hohenzollern.

Bandera real de Prusia Bandera del Ducado de


(1466-1772) Prusia (1525-1657)
Bandera estatal del Reino Bandera estatal del Reino
de Prusia (1701-1750) de Prusia (1803-1892)

Bandera civil de Prusia Bandera de guerra de


(1701-1935) Prusia (1816)

Bandera estatal del Reino Bandera real del Rey de


de Prusia (1750-1801) Prusia (1871-1918)
Bandera real del príncipe Bandera estatal del Estado
heredero (1871-1892) Libre de Prusia (1918-
1933)

Bandera estatal del Reino Bandera estatal del Estado


de Prusia (1892-1918) Libre de Prusia (1933-
1935)

Bandera de guerra de
Prusia (1895-1918)

Reyes de Prusia:
La casa reinante en Prusia era la dinastía Hohenzollern. Herederos de los
margraves y los caballeros teutónicos,. La importancia política de los
Hohenzollern creció con los siglos. Partiendo del primitivo condado de Zollern y
del burgraviado de Núremberg, la rama francona de esta familia llegó a regir el
Imperio alemán entre 1871-1918.
El margrave elector de Brandeburgo Federico III por razones de prestigio,
obtuvo el título de rey en Prusia, autorizado por el emperador Leopoldo I, a
cambio del apoyo prusiano durante la guerra de Sucesión española. A lo largo
del siglo XVIII fue creciendo el poder de los reyes prusianos. Vencieron a los
Habsburgo austríacos en las tres Guerras Silesias, aumentando
considerablemente su poder con la adquisición de Silesia. Federico II adoptó
el título de Rey de Prusia en 1772, el mismo año en que anexionó la mayor
parte de la Prusia Real en la Primera Partición de Polonia.
Tras la guerra franco-prusiana, Guillermo I de Prusia fue proclamado
"Emperador alemán" (y no "Emperador de Alemania") el 18 de enero de 1871
en el salón de los espejos del palacio de Versalles. Se fundó un único Estado
de carácter federal con el rey de Prusia como jefe de Estado, con el título
imperial y "presidente" o primus inter pares de los monarcas que se
federaron de los reinos de Baviera, Wurtemberg, Sajonia, el Gran Ducado de
Baden y el de Hesse. También quedaron incorporadas las ciudades libres de
Hamburgo, Lübeck y Bremen.
Con el fin de la Primera Guerra Mundial termina también el poder de la dinastía
al abdicar Guillermo II de Alemania. Tras la abdicación, el Reino de Prusia dio
paso al Estado Libre de Prusia, dentro de la nueva República de Weimar.

1701- Margrave elector de Brandeburgo, en 1701


Federico I
1713 obtiene el título de "Rey en Prusia".

Federico 1713- Hijo del precedente. Conocido como "El Rey


Guillermo I 1740 Sargento".

Hijo del precedente. Conocido como Federico


1740-
Federico II II el Grande, adoptó el título de rey de Prusia
1786
en 1772.
Hijo del príncipe Augusto Guillermo de
Federico
1786- Prusia, hermano de Federico II. Se
Guillermo
1797 convirtió
II
en rey porque su tío no tuvo hijos.

Federico Hijo del precedente. Durante su reinado,


1797-
Guillermo Prusia luchó en las Guerras
1840
III Napoleónicas contra Francia.

Hijo del precedente. Durante las


Federico revoluciones
1840- de 1848 rechazo la corona imperial de
Guillermo
1861
IV Alemania ofrecida por el parlamento de
Fráncfort.

Hermano del precedente. Tras la guerra


franco-prusiana, Guillermo I de Prusia fue
1861-
Guillermo I proclamado Emperador alemán. El Reino de
1888
Prusia pasa a formar parte del Imperio
alemán.

Hijo del precedente. Afectado por un


cáncer
Federico 1888-
de laringe falleció 99 días después de
III 1888
asumir
el trono.
Hijo del precedente. Es el último
emperador
Guillermo o káiser del Imperio alemán y el último rey
1888-
II de Prusia. Abdicó al final de la primera
1918
guerra mundial.

Ejercito de Prusia:

El Ejército de Prusia (en alemán: Königlich PreußischeArmee) fue vital para


que Brandeburgo-Prusia se convirtiera en una potencia europea.
Tiene su origen en el pequeño número de mercenarios de Brandeburgo que
participaron en la guerra de los Treinta Años, cuando Prusia aún era un ducado
regido en unión personal por los margraves de Brandeburgo. Federico
Guillermo de Brandeburgo formó por primera vez un ejército permanente,
mientras que el rey Federico Guillermo I de Prusia aumentó drásticamente su
tamaño. El rey Federico II el Grande llevó a las tropas prusianas a la victoria en
las guerras de Silesia aumentando su prestigio.
El ejército fue claramente derrotado por Francia durante las guerras
napoleónicas de la cuarta Coalición. Sin embargo, bajo el liderazgo de Gerhard
von Scharnhorst, los reformadores prusianos modernizaron el ejército, el cual
participó en la guerra de la Sexta Coalición. Aunque los conservadores
detuvieron algunas de las reformas, el ejército se convirtió posteriormente en
un baluarte del gobierno de Prusia ("Prusia no es un Estado con Ejército, sino
es un Ejército con Estado").
Federico II el Grande.

Gerhard von Scharnhorst.

Historia
La Orden teutónica y el Ducado:

Tras la promulgación de la Bula de Oro de Rímini en el siglo XIII, Federico II


Hohenstaufen, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y el
duque Conrado I de Mazovia dieron comienzo a las cruzadas bálticas con la
intención de cristianizar a los pueblos de la tierra de los prusios. Fue entonces
cuando la Orden teutónica se estableció en Prusia creando un Estado
independiente. El emperador otorgó a los Teutones los privilegios de los
príncipes del Imperio, tales como el derecho de soberanía sobre los territorios
conquistados. La cruzada había dejado considerables vacíos de población en el
territorio, problema que se resolvió fomentando la inmigración de población
germana.

Después de la violenta conquista y cristianización del territorio, los caballeros


del orden entraron cada vez más en una crisis de legitimación. También hubo
conflictos con los países vecinos, Polonia y Lituania. En la batalla de
Tannenberg de 1410, los Caballeros finalmente sufrieron una derrota decisiva
contra Polonia y Lituania. Con la victoria Polaca sobre la Orden Teutónica en la
guerra de los Trece Años (1454-1466), se estableció la Prusia Real en los
distritos occidentales del Estado Monástico de la Orden Teutónica. A partir de
entonces, Prusia Occidental y Varmia estuvieron directamente bajo la corona
polaca como Prusia Real después de la Segunda Paz de Torun de 1466 y
fueron gobernados en unión personal por los reyes de Polonia de la dinastía
Jagellón. Después de la Unión de Lublin de 1569, la región quedó bajo
administración directa de la Corona del Reino de Polonia en la República de las
Dos Naciones. Esta región no volvería a unirse con el resto de Prusia hasta
1772 después de la primera partición de Polonia.

El Margraviato de Brandeburgo y los Hohenzollern:

Federico I de Brandeburgo.

El núcleo real del estado de los Hohenzollern de Prusia fue el Margraviato de


Brandeburgo, fundado en 1157 por Alberto I de Brandeburgo de la Casa de
Ascania tras conquistar el territorio poblado por eslavos. Después de la
muerte del último margrave ascaniano Valdemar en 1320, el país pasó
primero a la Casa de Wittelsbach, luego a la de Luxemburgo en 1373.
El hecho de que Brandeburgo finalmente entrase a estar controlado por la
entonces relativamente insignificante Casa de Hohenzollern se debió a la
controvertida elección real en 1410. Después de la muerte del rey Ruperto,
Segismundo de Luxemburgo y su primo Jobst de Moravia se presentaron a las
elecciones. Además, ambos reclamaron el título y la voz de un Elector de
Brandeburgo para sí mismos. Segismundo envió a su cuñado Federico VI de
Núremberg, Burgrave de Núremberg como su representante para emitir el voto
de Brandeburgo en su nombre. En octubre de 1410, los príncipes electores
eligieron a Jobst rey romano-alemán. Sin embargo, el nuevo rey murió el 18 de
enero de 1411 por una causa desconocida. Entonces, la corona finalmente fue
a Segismundo. Para agradecer a Federico por sus servicios en las primeras
elecciones y pagarle sus deudas, en 1415 el rey Segismundo confirió al
Hohenzollern la dignidad heredada de un margrave y elector de Brandeburgo.
En 1417 le otorgó formalmente el Kurmark y el cargo de arzobispo. A cambio,
el rico Federico le otorgó a su cuñado un préstamo con el que podría cubrir sus
costos de guerra en Hungría.

Brandeburgo-Prusia (1618-1701):
En 1618, la línea ducal prusiana masculina de la familia Hohenzollern dejó de
existir. Desde entonces, sus herederos, los margraves y electores de
Brandeburgo, gobernaron ambos países en unión personal. Esto significaba que
estaban en condición de feudo tanto del emperador como del rey de Polonia.
La designación Brandeburgo-Prusia para los dominios Hohenzollern
ampliamente separados no es contemporánea, pero se ha establecido en la
historia para denotar el período de transición desde 1618 hasta la fundación del
Reino de Prusia en 1701 y, al mismo tiempo, la continuidad entre el Electorado
de Brandeburgo y dicho reino.

Guerra de los treinta años:


Unos años antes de la guerra de los Treinta Años, durante la crisis de la
sucesión de Juliers-Cléveris, Brandeburgo también había asegurado el gobierno
sobre el Ducado de Cléveris y los condados de Mark y Ravensberg en la parte
occidental del Imperio. El país se libró inicialmente de la guerra misma. En
1625, sin embargo, estalló la etapa de la guerra entre Dinamarca y Baja
Sajonia, en la que se enfrentaron algunos de los estados protestantes del norte
de Alemania, liderados por Dinamarca y apoyados por Inglaterra y los Estados
Generales, la Liga Católica y el emperador. Después de la derrota del ejército
danés en la batalla de Dessau de abril de 1626, las tropas imperiales invadieron
Mark. El elector Jorge Guillermo se retiró al Ducado de Prusia fuera del imperio
y se vio obligado a formar una alianza con el emperador en 1627. A partir de
entonces, Brandeburgo sirvió a las tropas imperiales como área de despliegue y
retirada.
En julio de 1630, el rey sueco Gustavo II invadió en Usedom. Esto marcó el
comienzo de una nueva fase en la guerra de los Treinta Años. Cuando Gustavo
se mudó a Brandeburgo en la primavera de 1631, obligó al elector, su suegro,
a una alianza. Sin embargo, después de que las tropas suecas fueron
aplastadas en la batalla de Nördlingen (1634), la alianza protestante se disolvió
y Brandeburgo entró en una nueva alianza con el emperador. El Mark ahora
estaba ocupado alternativamente por oponentes y aliados. El elector se retiró
nuevamente a Königsberg en Prusia, donde murió en diciembre de 1640.
Su hijo Federico Guillermo se convirtió en el nuevo elector. El objetivo principal
de su política era pacificar el país. Trató de lograr esto compensando con
Suecia, que fue válida por dos años a partir del 24 de julio de 1641. En
negociaciones con el canciller sueco Axel Oxenstierna en mayo de 1643, los
Brandeburgeses lograron negociar un contrato que formalmente devolvió todo
el país a la administración electoral. Brandeburgo permaneció ocupado por los
suecos hasta la Paz de Westfalia en 1648. En dicho tratado, Brandeburgo-
Prusia pudo adquirir la Pomerania Central, el monasterio de Halberstadt y el
Principado de Minden, así como el derecho sobre el Arzobispado de
Magdeburgo, que entró en vigencia en 1680. Las ganancias del área totalizaron
aproximadamente 20 000 km².

Política de consolidación y reforma del gran elector:

El gran elector en la batalla de Fehrbellin, 1675.

Brandeburgo fue uno de los territorios alemanes más afectados por la Guerra
de los Treinta Años. Grandes áreas fueron devastadas y despobladas. Para
evitar que el país se encontrara superado por vecinos más poderosos en el
futuro, Federico Guillermo, más tarde llamado El GranElector, siguió una
política de cambio cauteloso entre las principales potencias después de la
guerra, así como la construcción de un ejército poderoso y una administración
eficiente. Creó un ejército permanente que convirtió a Brandeburgo en un
aliado codiciado de las potencias europeas. Esto permitió al elector recibir
pagos de subsidios de varias partes. Creó su propia Armada de
Kurbrandenburg y en años posteriores persiguió proyectos coloniales en África
Occidental y las Indias Occidentales. Después de la fundación de la fortaleza
Gran Friedrichsburgo por la empresa Brandeburgo-African en la actual Ghana,
Brandenburg participó en el comercio de esclavos africanos.
En el interior, Federico Guillermo implementó reformas económicas e inició
amplias medidas para desarrollar su país económicamente debilitado. Entre
otras cosas, en 1685 en el Edicto de Potsdam, su respuesta al Edicto de
Fontainebleau del rey Luis XIV de Francia, invitó a miles
de hugonotes expulsados de Francia a establecerse en Brandeburgo-Prusia. Al
mismo tiempo, desautorizó las propiedades a favor de una administración
central absolutista. También sentó las bases para el servicio civil prusiano.
En 1657, el Elector logró liberar al Ducado de Prusia de la soberanía polaca
en el Tratado de Wehlau. La soberanía del ducado fue finalmente reconocida
en el Tratado de Oliva de 1660. Este fue un requisito previo crucial para su
elevación a la categoría de reino bajo el hijo de ElGran Elector. La victoria de
Suecia y Brandeburgo en la Guerra de Escania (1674-1679) permitió al
estado ampliar aún más su posición de poder a pesar de la falta de ganancias
de tierras. Durante su mandato, Federico Guillermo había convertido a
Brandeburgo, que anteriormente había sido relativamente insignificante, en el
segundo territorio más poderoso del Imperio después de Austria. Así, fue
colocada la primera piedra para el reino posterior.
A instancias de Federico Guillermo y su esposa Luisa Enriqueta de
Orange-Nassau, importantes estudiosos neerlandeses, especialmente de
la Universidad de Leiden, contribuyeron a la modernización del estado
Brandeburgo-Prusiano.

Reino de Prusia:

El Reino de Prusia (en alemán, Königreich Preußen) fue un Estado europeo


que existió desde 1701 hasta 1918. Gobernado durante toda su existencia por
la rama franconiana de la dinastía Hohenzollern, originalmente estaba
centrado en Brandeburgo-Prusia. No obstante, y gracias sobre todo a su
poderío militar, logró expandirse territorialmente.

Desde la Prusia original hasta Brandeburgo:


El Ducado de Prusia tiene su origen en el establecimiento de los alemanes en
Prusia Oriental a partir del siglo XII. La provincia, que posteriormente recibió el
nombre de «Prusia Oriental», era hasta esa época el único territorio llamado
propiamente Prusia, ya que su nombre derivaba de sus originarios habitantes
prusianos bálticos, no alemanes, quienes fueron asimilados tras las Cruzadas
Bálticas y la Drang nach Osten. El régimen establecido por los alemanes en
Prusia recibió el nombre de Estado monástico de los Caballeros Teutónicos, y
aunque logró someter a los reinos cristianos de Lituania y Polonia, luego perdió
su hegemonía en diversas guerras contra estos últimos, siendo la guerra
polaco-teutónica (1519-1521) la que representó la derrota final. El último gran
maestre de la orden, Alberto de Brandeburgo-Ansbach, renunció entonces al
catolicismo, abrazando el luteranismo y juró vasallaje al rey de Polonia,
Segismundo el Viejo. Por su parte, el monarca polaco secularizó los territorios
de la Orden Teutónica y se los entregó a Alberto para él y sus herederos bajo
la forma del Ducado de Prusia.
Los Hohenzollern de Brandeburgo, primos del ahora duque Alberto de Prusia,
pretendieron incrementar sus dominios mediante el matrimonio. Aunque la
mayoría de estas uniones fueron improductivas desde el punto de vista
dinástico, la boda del margrave brandeburgués Joaquín II con Eduviges de
Polonia, hija del rey Segismundo el Viejo, le permitió obtener al primero la
garantía polaca de que si el linaje de Alberto se extinguía por la ausencia de
hijos varones, sus herederos recibirían el ducado de Prusia. Cuando el duque
Alberto murió en 1568, le sucedió su hijo, Alberto Federico de Prusia. Debido a
la debilidad mental de este último, surgió la posibilidad de que los Hohenzollern
de Brandeburgo accediesen al ducado prusiano, por lo que el Congreso polaco
se reunió en Lublin y, después de deliberar, ratificó la decisión de su rey.
En 1594, el margrave Joaquín Federico I de Brandeburgo, nieto de Joaquín II,
logró que su hijo Juan Segismundo se casase con la hija mayor de Alberto
Federico, Ana de Prusia, aumentando las probabilidades de heredar el ducado,
ya que el duque no tenía hijos varones. En 1603, Joaquín Federico logró
obtener la regencia de Prusia cuando se agravó la enfermedad mental del
duque; decidió afianzar aún más sus lazos con Prusia, y, cuando enviudó, se
casó con Leonor de Prusia, hermana de Ana. De esta manera, padre e hijo
tuvieron al duque de Prusia como suegro. El matrimonio de Juan Segismundo
con Ana tuvo doble beneficio, ya que esta era la hija mayor de María Leonor de
Cléveris, hermana mayor de Juan Guillermo de Cléveris, otro duque
mentalmente inestable que gobernaba estratégicos territorios cerca del Rin y
del camino español. Al morir Juan Guillermo sin hijos ni hermanos varones,
Juan Segismundo alegó tener derechos hereditarios, y fue un actor importante
en la Crisis de la sucesión de Juliers-Cléveris. Cuando el duque Alberto Federico
falleció en 1618 sin hijos varones que lo heredaran, el ducado de Prusia pasó a
Juan Segismundo. Así, Brandeburgo y Prusia quedaron en unión personal con
el heredero de la casa Hohenzollern, unión que duraría 300 años y que
inicialmente sería conocida bajo la dualidad Brandeburgo-Prusia. Juan
Segismundo murió al año siguiente, y lo sucedió su hijo, Jorge Guillermo de
Brandeburgo.
No obstante, y a pesar de que los Hohenzollern de Brandeburgo lograron
obtener ganancias territoriales importantes gracias a matrimonios estratégicos,
no estaban en condiciones de hacer valer su autoridad si su fuerza militar se
ponía a prueba. La guerra de los Treinta Años fue un desastre para
Brandeburgo, que fue ocupada sucesivamente por los bandos en conflicto,
arrasada y saqueada. En cambio, Prusia quedó fuera de los campos de batalla
y sirvió de refugio al margrave. El ambivalente Jorge Guillermo tampoco fue
capaz de sostener sus pretensiones hereditarias al ducado de Pomerania, y al
morir en 1640 entregó a su hijo, Federico Guillermo, un territorio muy
debilitado con una fuerza militar inferior a la de sus enemigos. A pesar de ello,
al finalizar la guerra en 1648, Brandeburgo-Prusia recibió la parte oriental de
Pomerania, un territorio mayor al que recibió Suecia, pese a que su importancia
militar era considerablemente menor. La explicación se encuentra en el
potencial de Brandeburgo-Prusia, no en su poderío actual. Las dos principales
dinastías en conflicto, los Borbones en Francia y los Habsburgo en Austria,
tenían planes similares aunque opuestos para el Electorado de Federico
Guillermo. Francia quería fortalecer a un Estado alemán para hacer contrapeso
a los Habsburgo austriacos, mientras que estos últimos querían fortalecer a
Brandeburgo para que hiciese contrapeso a Suecia, ya que desde 1648
compartirían fronteras.
A pesar de que la Paz de Westfalia premió territorialmente a Brandeburgo, al
igual que en 1618, los Hohenzollern no estaban en condiciones de defender sus
adquisiciones. Por este período, un consejero del elector Federico Guillermo
consideró en un informe que Polonia estaba buscando la oportunidad para
arrebatarle Prusia. Suecia estaba haciendo lo mismo con Pomerania, y los
territorios ganados en la sucesión de Juliers-Cléveris estaban a merced de las
Provincias Unidas. Para contrarrestar esta debilidad, el Elector de
Brandeburgo empezó a reforzar el ejército, llegando a tener 25 000 soldados
en
1655, suficientes como para desempeñar un papel importante en la batalla de
Varsovia como aliado de Suecia contra Polonia durante el "Diluvio". Federico
Guillermo logró obtener entonces la garantía del rey Carlos X Gustavo de
Suecia de que no intentaría arrebatarle Prusia, a cambio de jurarle vasallaje.
Sin embargo, apenas el ejército sueco se retiró al norte para luchar contra
Dinamarca, el Elector cambió de bando y se alió con el rey polaco. Leopoldo de
Habsburgo, quien era candidato al Imperio, quería contar con el voto de
Brandeburgo, por lo que presionó al rey polaco para que confirmase la
soberanía de los Hohenzollern sobre Prusia. De esta manera, el ejército de
Federico Guillermo lideró el ataque de la coalición austro-polaco-
brandeburguesa contra Suecia, logrando una victoria decisiva. Brandeburgo-
Prusia pudo así controlar toda la Pomerania, pero a pesar de su creciente
importancia militar, seguía siendo una potencia menor en la política
internacional, y le fueron arrebatadas todas sus ganancias territoriales en
esta guerra en el Tratado de Oliva, principalmente por presión francesa, que
ahora velaba por Suecia. El reconocimiento internacional del dominio
brandeburgués sobre Prusia fue entonces la única ganancia que los
Hohenzollern pudieron sacar de la guerra del Norte de 1655-1660.

1701: El crecimiento de Brandeburgo:

Escudo de Brandeburgo.
Federico Guillermo, el "Gran Elector" de Brandeburgo-Prusia, murió en 1688.
Sus propiedades pasaron a su hijo Federico III (1688-1701), que se convirtió
en el rey Federico I de Prusia (1701-1713). A excepción del ducado de Prusia,
todas las tierras de Brandeburgo formaban parte del Sacro Imperio Romano
Germánico, en esa época bajo el gobierno hereditario de la Casa de
Habsburgo.
Federico III obtuvo el consentimiento del emperador Leopoldo I, a cambio de
la alianza contra Francia en la guerra de Sucesión española, para adoptar (en
Königsberg, el 18 de enero de 1701) el título de "Rey en Prusia" con base en
sus territorios no imperiales. La fórmula rey en Prusia en lugar de rey de Prusia
se adoptó por no poder haber en el imperio más rey que el emperador y el de
Bohemia. El título pasó a ser de aceptación general con el Tratado de Utrecht.

1701-1740: El joven reino:


El nuevo reino de Prusia era muy pobre —todavía no se había recuperado
totalmente de la devastación de la guerra de los Treinta Años— y su territorio
abarcaba más de 1200 km, desde las tierras del Ducado de Prusia, en la
costa sureste del mar Báltico, pasando por el área central de los Hohenzollern
en Brandeburgo y terminando en los enclaves del Ducado de Cléveris,
Condado de Mark y Ravensberg, en Renania. En 1708, aproximadamente un
tercio de la población del ducado de Prusia fue afectada por la peste
bubónica. La peste llegó a Prenzlau en agosto de 1710, pero desapareció
antes de alcanzar la capital, Berlín, a solo 80 km.
La derrota de los suecos a manos
de Rusia, Sajonia, Polonia, Dinamarca-Noruega, Hannover y Prusia en la Gran
Guerra del Norte (1700-1721) marcó el final del dominio sueco en el litoral sur
del mar Báltico. En el Tratado de Estocolmo pruso-sueco (enero de 1720),
Prusia recuperó Stettin (Szczecin) y otras partes de las posesiones suecas en
Pomerania. Los Hohenzollern de Brandeburgo habían obtenido la reversión del
ducado de Pomerania desde 1472 (anteriormente, Pomerania ya había sido
anexionada a Brandeburgo-Prusia en 1648 por la Paz de Westfalia).
Durante este tiempo, el plan trazado por el gran elector alcanzó su clímax.
1740-1760: Las guerras de Silesia:

Adolph Menzel: Mesa redonda, el rey Federico II (centro)


en Sanssouci con Voltaire (izquierda) y los principales científicos de la Academia
de Ciencias de Berlín, 1750.

En 1740 subió al trono Federico II el Grande. Valiéndose de un supuesto


tratado de 1537 (vetado por el emperador Fernando I), por el cual partes de
Silesia pasarían a Brandeburgo tras la extinción de la dinastía Piast, Federico
invadió Silesia, lo que marcó el inicio de la guerra de Sucesión austríaca. Tras
la rápida ocupación de Silesia, Federico ofreció protección a la archiduquesa
María Teresa de Austria si la provincia volvía a su dominio. La oferta fue
rechazada, pero Austria encontró otros oponentes y Federico fue lo bastante
hábil para conseguir la cesión formal con el Tratado de Berlín de 1742.
Para sorpresa de muchos, Austria consiguió anular la ventaja de Prusia en la
guerra. En 1744, Federico invadió de nuevo regiones del Imperio para evitar
represalias y reivindicar, esta vez, la provincia de Bohemia. No tuvo éxito, pero
la presión francesa sobre Gran Bretaña, aliado de Austria, llevó a una serie de
tratados y acuerdos que culminaron en 1748 con la rúbrica del Tratado de
Aquisgrán, que restauró la paz y concedió a Prusia la mayor parte del territorio
de Silesia.
Humillada por la cesión de Silesia, Austria buscó una alianza segura con Francia
y Rusia, mientras que Prusia intentaba aproximarse a Gran Bretaña
("Revolución Diplomática"). Cuando Federico invadió Sajonia y Bohemia
durante unos pocos meses de 1756-1757, dio comienzo la guerra de los Siete
Años.
Esta guerra fue una lucha desesperada para los prusianos, y la forma como la
llevaron causó en Europa un gran respeto por las habilidades del ejército de
Federico. Enfrentándose simultáneamente a Austria, Rusia, Francia y Suecia y
teniendo solo como aliados a Hannover (y Gran Bretaña, en lo referente al
continente), Federico consiguió evitar importantes invasiones hasta octubre de
1760, cuando el ejército ruso ocupó por un corto periodo de tiempo Berlín y
Königsberg. Sin embargo, la situación se fue agravando hasta la muerte de la
emperatriz Isabel de Rusia. La ascensión al trono ruso del simpatizante de la
causa prusiana Pedro III alivió la presión en el frente oriental. Suecia también
abandonó entonces la guerra.
Al derrotar al ejército austríaco en la Batalla de Kunersdorf y confiando en el
continuado éxito británico contra Francia en el escenario de la guerra colonial,
Prusia fue, al fin, capaz de forzar un statu quo antebellum en el continente.
Este resultado confirmó el papel principal de Prusia en los Estados alemanes y
lo consolidó como una gran potencia europea.

1772, 1793, 1795: Particiones de Polonia:


Por el este y el sur de Prusia, la República de las Dos Naciones se había ido
debilitando gradualmente a lo largo del siglo XVIII. Preocupado por la creciente
influencia rusa en los asuntos polacos y por una posible expansión del Imperio
ruso, Federico participó en la primera partición de Polonia entre el Imperio
ruso,
Prusia y Austria en 1772 a fin de mantener el equilibrio de fuerzas. El reino
de Prusia anexionó la mayoría de las provincias polacas de Prusia Real,
incluida Varmia; al año siguiente, estas tierras anexionadas se organizaron
como una provincia, la de Prusia Occidental. El nuevo dominio se ligó a
Prusia Oriental, que anteriormente fue conocida como ducado de Prusia, con
Pomerania, uniendo entre sí los territorios orientales del reino.
A la muerte de Federico en 1786, su sobrino Federico Guillermo II continuó
interviniendo en las particiones, ganando una gran parte del oeste de Polonia
en 1793.
En 1795, tras la tercera partición de Polonia, el reino polaco dejó de existir. Un
gran territorio al sur de Prusia Oriental, incluida Varsovia, pasó a formar parte
de Prusia. Estas nuevas adquisiciones se organizaron en las provincias de
Nueva Silesia, Prusia del Sur y Nueva Prusia Oriental.
1806-1815: Guerras napoleónicas y reforma del estado:

Charles Meynier: Napoleón en Berlín. Después de la batalla de Jena, el ejército


francés entra en Berlín el 27 de octubre de 1806.

Karl von Hardenberg, uno de los reformadores del estado prusiano.

En 1806 fue abolido el Sacro Imperio Romano Germánico como resultado de


las victorias de Napoleón Bonaparte sobre Austria. El título de Kurfürst
(príncipe elector) de Brandeburgo ya no tenía sentido y se suprimió. Antes de
eso, el soberano Hohenzollern había ostentado muchos títulos, desde el de Jefe
de la Iglesia evangélica hasta el de rey, elector, gran duque y duque de varias
regiones y reinos bajo su gobierno. Desde 1806, fue simplemente rey de
Prusia.
Como consecuencia de la derrota prusiana en la batalla de Jena-Auerstedt en
1806, el rey Federico Guillermo III fue forzado temporalmente a huir a
Memel. Después del Tratado de Tilsit en 1807, Prusia perdió casi la mitad de
su territorio, incluidas las tierras ganadas en la Segunda y Tercera Particiones
de Polonia (que ahora se reducía al Ducado de Varsovia) en las tierras al
oeste del río Elba. Lo que quedaba del reino fue ocupado por las tropas
francesas (pagando Prusia todos los gastos de su manutención) y el rey
estuvo obligado a sellar una alianza con Francia y adherirse al Bloqueo
Continental.
Estas derrotas pusieron en evidencia las debilidades del modelo del Estado
absolutista prusiano y excluyó al reino del círculo de grandes potencias
europeas. Era necesaria una racionalización de la administración con el fin de
recobrar los márgenes presupuestarios pagando las reparaciones de guerra.
Esta modernización de Prusia fue iniciada en 1807. Para este propósito, el
estado prusiano tuvo que reformarse fundamentalmente para liderar y ganar
una futura lucha de liberación. Con las reformas Stein-Hardenberg bajo la
dirección de Freiherr vom Stein, Scharnhorst y Hardenberg, se rediseñó el
sistema educativo, en 1807 la servidumbre de los campesinos se abolió y se
introdujo en 1808 el autogobierno de las ciudades. En 1810, se introdujo la
libertad de comercio. La reforma del ejército comenzó en 1813 con la
introducción del servicio militar obligatorio general.
Tras la derrota de Napoleón en Rusia, Prusia se desvinculó de la alianza y
participó del lado de la Sexta Coalición durante las "Guerras de Liberación"
(Befreiungskriege) contra la ocupación francesa. Las tropas prusianas, bajo el
mando del Mariscal Gebhard Leberecht von Blücher, contribuyeron de forma
crucial en la batalla de Waterloo de 1815 a la victoria final sobre Napoleón.

Mariscal Blücher.
Ataque prusiano a Plancenoit.

Era de la restauración o periodo Vormärz:

Confederación Germánica, instaurada tras el congreso de Viena, no suponía el


estado unido que los alemanes deseaban.

Friedrich von Motz, ministro prusiano de Finanzas, allanó el camino para


el Zollverein, junto a su sucesor Karl Georg Maaßen.
I. (arriba) Divisiones aduaneras en Alemania antes de 1834.
II. (abajo) Zollverein a partir de su formación en 1834.

La recompensa de Prusia por contribuir a la derrota de Napoleón vino con el


Congreso de Viena, en el que Prusia recuperó la mayor parte de los territorios
perdidos e incluso ganó el 40 % del Reino de Sajonia y la mayor parte de
Renania. Muchos de los territorios anexados en la Tercera Partición de Polonia
fueron entregados a la Polonia del Congreso bajo el gobierno ruso.
A raíz de estas nuevas adquisiciones prusianas, el reino se reorganizó en diez
provincias. La mayoría, aparte de las provincias de Prusia Oriental, Prusia
Occidental y Posen, pasó a integrar la Confederación Germánica, que sustituyó
al extinto Sacro Imperio Romano Germánico.
La cuestión alemana fue solucionada parcialmente tras la creación de la
Confederación Germánica, federación flexible de los estados alemanes bajo la
guía austríaca, que existió desde 1815 hasta 1866, de cual Prusia formó parte.
A diferencia de la mayoría de los otros estados alemanes, Prusia no creó un
cuerpo representativo para el estado en su conjunto. En lugar de un Landtag
para toda Prusia, solo se convocaron los consejos de condado. El gobierno real
creía que podía prevenir más efectivamente las aspiraciones liberales de una
monarquía constitucional y derechos democráticos de participación. Con el
objetivo de combatir el liberalismo en Europa se forma la Santa Alianza entre el
rey Federico Guillermo III, el emperador austriaco y el Zar de Rusia.
En 1818 el gobierno prusiano suprimió los 67 distritos de aduaneros con que
contaba y eliminó las aduanas interiores. El ideólogo de esta reforma fue el
economista Friedrich List. List combatió la doctrina de libre comercio en las
relaciones exteriores y planteó el desarrollo industrial mediante la adopción de
medidas proteccionistas. Aunque siguió siendo absolutista, inició una
liberalización que le granjeó prestigio entre la poblaciones germánicas.
Berlín en 1839.

Sin embargo, los esfuerzos del Gobierno Real para combatir el liberalismo, la
democracia y la idea de unificar a Alemania se vieron enfrentados a fuertes
restricciones económicas. Debido a la división de su territorio la unificación
económica de Alemania después de 1815 era del propio interés de Prusia. Por
lo tanto, perteneció a los miembros fundadores de la Unión Aduanera de
Alemania en 1834. La unión aduanera fue un impulso a la industrialización
alemana, en especial de Prusia y en lo político preparó las bases para la
unificación.
En Prusia las esperanzas liberales se vieron brevemente despertadas en 1840
por la llegada al trono el rey Federico Guillermo IV de Prusia, y por los pasos
dados hacia la formación de la unión de las Dietas provinciales, que llegó a
reunirse en abril de 1847; no obstante el debate de las reformas
constitucionales, conexión previa para la concesión de fondos, provocó un
punto muerto, y la Dieta se disolvió.

Revolución alemana de 1848-1849:

Después de los levantamientos populares en el sudoeste de Alemania, la


revolución finalmente llegó a Berlín el 18 de marzo de 1848. Federico Guillermo
IV tuvo noticias de los acontecimientos revolucionarios en Austria, anunció su
disposición a convocar un parlamento nacional, pero en los combates de los
soldados y la multitud berlinesa, los primeros malinterpretaron las órdenes del
rey de no disparar y estalló la lucha. Al no saber cómo resolver la situación, el
rey trató de evitar una guerra civil ordenando la retirada de las tropas. La Dieta
Unida se reunió una vez más para resolver la convocatoria de una Asamblea
Nacional Prusiana. Al mismo tiempo que se reunía la asamblea prusiana, se
llevó a cabo la Asamblea Nacional Alemana, que se iba a reunir en Fráncfort del
Meno.
La Asamblea Nacional de Prusia recibió la tarea de trabajar con la Corona para
elaborar una constitución con ella. No menos importante, la política
constitucional de la Asamblea Nacional de Prusia condujo a una
contrarrevolución, a la disolución de la asamblea y a la introducción de una
constitución impuesta. Esto último distinguió a Prusia de Austria, donde la
constitución fue abolida por completo. Aunque la constitución impuesta de
Prusia conservó algunos puntos de la carta, restauró los privilegios centrales de
la corona. En 1850 fue revisada nuevamente. Sobre todo, el sufragio de tres
clases introducido en esta política determinó decisivamente la cultura política
de Prusia hasta 1918.
Unificación alemana:

Antecedentes:

Desde principios del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, fue imponiéndose
la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del Sacro
Imperio Romano Germánico en un solo Estado alemán. Un paso importante en
este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello
contribuyeron, tanto los junkers, es decir, la aristocracia terrateniente
prusiana, como la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr.
En 1834, se produjo la unificación aduanera que sumó Prusia a otros Estados
alemanes previamente asociados en esta materia. Sin embargo, debido a las
diferencias entre Austria y Prusia, el proceso de unificación política no pudo
llevarse a cabo en la primera mitad del siglo XIX. Desde 1848 fue cada vez más
intensa la actividad de grupos nacionalistas que alentaban la formación de un
único Estado para todos los alemanes ante la crónica debilidad de los pequeños
Estados germanos entonces existentes.
Prusia y Austria eran muy distintas en los aspectos económicos, sociales y
políticos. Austria estaba configurada como un imperio centralista y autoritario
que gobernaba un territorio habitado por diferentes pueblos —eslavos,
alemanes, húngaros, rumanos e italianos— con distintas lenguas, religiones y
costumbres. Esta situación motivó frecuentes sublevaciones nacionalistas
contra la monarquía austriaca. La población prusiana, sin embargo, era mucho
más homogénea.
En lo económico, Austria no contaba con una burguesía poderosa capaz de
lograr un desarrollo industrial propio. El mantenimiento de un ejército y una
administración que garantizasen la unidad imperial le creó graves
dificultades financieras. Prusia, en cambio, experimentó un desarrollo
económico muy intenso en su parte occidental que la convirtió en el
referente del crecimiento industrial de los territorios alemanes. El aumento
de la producción de acero, carbón y hierro en la segunda mitad del siglo XIX
así lo demostró.
La Confederación Germánica:
Fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó a 39
Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la
presidencia de la Casa de Austria, para reemplazar al extinto Sacro Imperio
Romano Germánico destruido por Napoleón.
La Confederación no suponía ninguna concesión al creciente nacionalismo
alemán, ya que estaba bajo el control de la nobleza y de las casas reales,
ajenas al liberalismo nacionalista. El estallido de la Revolución alemana de
1848-1849 y el entusiasmo popular producido por ella mostró que, tarde o
temprano, los diversos Estados alemanes (39 en total) quedarían unificados en
un solo Estado, pero estaba aún por definirse si tal proyecto sería dirigido por
Prusia o por Austria, dando inicio al Dualismo Alemán.

Bandera de la Confederación Germánica

Guerras de unificación:

Guerra de los Ducados:

La Guerra de los Ducados fue un conflicto militar que enfrentó a Austria y


Prusia contra Dinamarca en 1864, por el control de los ducados de Schleswig y
de Holstein, de población mayormente alemana pero bajo soberanía danesa.
Ante las pretensiones del monarca danés de anexionar ambos ducados a su
reino, Bismarck reclama en la Dieta de Fráncfort la intervención contra
Dinamarca. Ésta salió derrotada, por lo que debió ceder Schleswig-Holstein,
que a través del acuerdo en la Convención de Gastein en 1865 quedará
repartido los ducados. El ducado de Schleswig quedará bajo la administración
de Prusia, mientras que el ducado de Holstein quedó bajo la administración de
Austria. No obstante, Bismarck aprovechó el atractivo de la Zollverein para
imponer la influencia de Prusia en tales ducados, geográficamente muy
alejados de Austria propiamente dicha, alegando el "derecho de la
determinación de los pueblos", por lo cual debía respetarse el deseo de los
habitantes de los ducados para unirse económicamente (más tarde
políticamente) a Prusia. Austria, sin fuerzas para oponerse a la penetración
prusiana en los ducados, abandonó sus derechos sobre ellos. Indirectamente,
Bismarck también logró marcar la primacía prusiana sobre los austriacos entre
los otros estados germanos (Sajonia, Baviera, o Württemberg), aumentando el
prestigio de Prusia y debilitando las posibles alianzas de Austria.
Guerra austro-prusiana:

El objetivo de la guerra austro-prusiana de 1866 para los prusianos fue


expulsar a los austriacos de la Confederación Germánica y descartar toda
posible "unificación" en torno a la corona de Austria. Para ello, Bismarck se
sirvió de las tensiones políticas que hace décadas germinaban entre ambos
poderosos estados, siendo que para esas fechas Bismarck había impulsado el
desarrollo industrial de Prusia para convertirla en un enemigo temible ante
Austria.
Mientras este conflicto estaba en desarrollo, se aplicó la tesis del Zollverein:
aranceles preferenciales para los aliados de Prusia. En paralelo, la guerra
estallaba el 23 de junio.

Prusia ganó la guerra, la cual finalizó con el tratado de Praga. Este supuso la
anexión a Prusia de Hannover, Hesse, Fráncfort y los ducados de
Schleswing-Holstein. No obstante, en el caso austriaco, estos reconocieron la
finalización de la Confederación Germánica y, por tanto, su exclusión del futuro
Estado Alemán. Italia consiguió, por parte de Austria, la cesión de Venecia. Por
último, Prusia acabó con la anexión de los Estados del Sur de Alemania dentro
del Zollverein, así como sus ejércitos, bajo la autoridad de Prusia. Esta etapa
culminó con la creación, en julio de 1867, de la Confederación Alemana del
Norte (con la integración de 23 estado alemanes) bajo la organización de
Prusia. Prusia consiguió todos los objetivos consagrados en este tratado.

Guerra franco-prusiana:

El acto final fue la guerra franco-prusiana (1870), en la que Bismarck forzó


a Napoleón III de Francia a declarar la guerra a Prusia. Mediante la activación
de las alianzas alemanas pactadas tras la guerra austro-prusiana, los Estados
Germanos se unieron y derrotaron rápidamente a Francia. El conflicto marcó el
estallido de la tensión entre las dos potencias, que se acrecentó tras el fracaso
del proyecto de Napoleón III de anexar Luxemburgo, un evento que causó el
final de una relación relativamente equilibrada con la Prusia de Otto von
Bismarck. La tensión se hizo mayor debido a la creciente influencia, no tolerada
por Francia, ejercida por los Estados alemanes en el sur del río Meno, y la
dirección de Prusia ejercida dentro de la Confederación Alemana del Norte.
Esta victoria comandada por Prusia posibilitó la creación del Imperio alemán.
Guillermo fue proclamado káiser el 18 de enero de 1871 (justo 170 años
después de la coronación del primer rey prusiano, Federico I) en la Galería de
los Espejos de Versalles, mientras la capital francesa todavía se
encontraba asediada.
Por el Tratado de Fráncfort, Bismarck impuso una dura paz a Francia: le fueron
arrebatadas las provincias de Alsacia y Lorena, ricas en minas de carbón y de
hierro, además de imponérsele el pago de grandes sumas de dinero en
concepto de reparaciones de guerra.
Otto von Bismarck

Consolidación:

El Imperio alemán fue fundado el 18 de enero de 1871 tras la victoria de Prusia


en la guerra franco-prusiana y supuso la unificación de los diferentes Estados
alemanes en torno a Prusia, excluyendo a Austria, bajo el liderazgo del canciller
Otto von Bismarck. Se inició un período de gran desarrollo de la nación
alemana en todos los campos: económico, geográfico, político y militar.
Sin embargo, como los alemanes descubrieron, grandes discursos, banderas, y
multitudes entusiastas, una constitución, una reorganización política y la
provisión de una superestructura imperial; y la Unión Aduanera revisada de
1867 a 1868, todavía no hacían una nación.
Un elemento clave del Estado-nación es la creación de una cultura nacional,
con frecuencia aunque no necesariamente. A través de la política nacional la
Kulturkampf (1872 a 1878) que siguió un modelo político, económico, y de
unificación administrativa trató de ir en esa dirección, con una notable falta de
éxito, con algunas contradicciones en la sociedad alemana. En concreto, se
trataba de una lucha por el lenguaje, la educación y la religión. Una política de
germanización de las personas no alemanas de la población del imperio,
incluyendo los polacos y daneses, comenzó con el lenguaje, en particular, la
lengua alemana, la escolaridad obligatoria (germanización), y el intento de
creación de planes de estudio estandarizado para esas escuelas para promover
y celebrar la idea de un pasado compartido.
Bandera del Imperio Alemán

Prusia en el Imperio Alemán:

Desde la fundación del Imperio en 1871 hasta la Revolución de noviembre de


1918, la política alemana y prusiana estuvieron estrechamente vinculadas, ya
que el rey de Prusia era al mismo tiempo emperador alemán y el primer
ministro prusiano, a excepción de los cortos períodos de mandato de Botho zu
Eulenburg y Albrecht von Roon, siempre fue canciller del Imperio.
El Estado Libre de Prusia durante la República de Weimar
(1918-1933):

Estados federados de la República de Weimar. Prusia en color celeste.

El Tratado de Versalles estipuló la anexión de una parte del territorio de Prusia


a la recién restablecida Polonia, mientras que las ciudades prusianas del Báltico
Danzig y Memel fueron declaradas ciudades libres. Estas medidas dividieron
drásticamente el territorio prusiano, dejando a Prusia oriental totalmente
separada del resto de Alemania.
La llegada de la democracia llevó a la fundación del Estado Libre de Prusia y la
formación de un gobierno de coalición de socialdemócratas (SPD), católicos
(Partido de Centro) y liberales (DDP), la llamada coalición de Weimar, que
gobernó entre 1919 y 1932 (ampliada por el conservador DVP entre 1921 y
1925). Así, entre los estados federados de la República de Weimar, Prusia
podía considerarse como el "baluarte de la democracia".

El nacionalsocialismo y el fin de Prusia (1933-1947):

A partir de 1933, la recuperación de los territorios prusianos perdidos por el


Tratado de Versalles se convirtió en uno de los pilares del gobierno nazi. El 24
de octubre de 1938, el Gobierno alemán solicitó a Varsovia la devolución de la
Ciudad libre de Danzig (unida aduaneramente a Polonia) y el permiso para
tender una línea férrea y una carretera a través del corredor polaco, bajo el
estatuto de extraterritorialidad; Varsovia rechazó la solicitud. A este hecho se
suman denuncias sobre violencia y persecución que las fuerzas militares polacas
ejercían sobre los antiguos colonos rusos y prusianos cuyos asentamientos
habían quedado dentro del nuevo territorio polaco, persecuciones que
afirmaban tenían el objetivo de expulsar a los colonos rusos y prusianos del
territorio polaco y de esta forma se precipitó la invasión de Polonia el 1 de
septiembre de 1939, y lo que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial
Tiempo después, por decisión de los Aliados, Prusia fue declarada en 1947
oficialmente disuelta como unidad administrativa y Estado alemán. El territorio
prusiano que pasó a ser parte de la Alemania Oriental, fue dividido
administrativamente en
Brandeburgo, Sajonia-Anhalt y Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Ese
mismo año, las fuerzas de ocupación en el oeste del país también realizaron
una división administrativa, creando los Estados de Renania del
Norte-Westfalia (RNW), Baja
Sajonia, Hesse, Renania-Palatinado, Schleswig-Holstein y Baden-Wurtemberg.

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