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07/03
Las cosas circulan porque las personas contraen obligaciones, en relaciones de deudor-acreedor.
Otra forma de que las cosas circulen o pasen de una persona a otra es la sucesión por causa de
muerte, pero nos corresponde ver la circulación de las cosas entre vivos, y las cosas circulan entre
vivos normalmente en relaciones personales o crediticias.
Esas relaciones o derechos personales o crediticias nos habían aparecido por primera vez en el art.
578 del Código Civil. Si nos damos cuenta, cuando estábamos estudiando los derechos reales,
habíamos analizado una especie de summa divisio entre los famosos derechos reales, que son
aquellos que tenemos sobre una cosa sin respecto de una determinada persona, y los derechos
personales, que son aquellos que solo pueden reclamarse respecto de determinadas personas, que
por un hecho suyo o por la sola disposición de la ley han contraído obligaciones correlativas.
Simplemente por la vía de la partición, habíamos partido las instituciones jurídicas en dos;
derechos reales y derechos personales.
Aquellos derechos que sólo pueden reclamarse respecto de determinada persona, son los
derechos personales (no ocurría lo mismo con los derechos reales, ya que tenía eficacia erga
omnes). No hay un vínculo jurídico preexistente entre dueño y poseedor.
Los derechos reales se pueden reclamar erga omnes. Los derechos reales pueden reclamarse sin
respecto de una determinada persona, eso nos dice que no hay un vínculo pre pactado por la ley
entre el dueño y el poseedor. Los derechos reales se oponen a los derechos personales, ya que el
art. 577 dice que sólo pueden reclamarse de ciertas personas que por un hecho suyo o por la sola
disposición de la ley, han contraído obligaciones correlativas.
Los derechos personales presuponen un vínculo previo, bien por un hecho propio o sea por que la
ley le impone la obligación. Los derechos personales, a diferencia de los derechos reales, suponen
un vínculo jurídico, llamado obligación.
Dicha obligación no nace de la nada, sino que nace, según el art. 578, de un hecho propio del
deudor, o de la sola disposición de la ley. Ese vínculo jurídico se llama obligación; ob ligare; ligado,
está atado, vinculado.
Desde mucho tiempo atrás fue así, en el Derecho Romano las fuentes de las obligaciones eran el
nexum (aquél negocio jurídico mediante el cual el propio deudor garantizaba con su propio cuerpo
el pago de la obligación), y el furtum (la sustracción ilícita de un objeto).
Luego ese catálogo se fue ampliando, a las fuentes de las obligaciones no extracontractuales, y
surgieron los créditos, el legado damnatorio, etc.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
En las Instituciones de Gayo se identifican dos fuentes de las obligaciones; para Gayo, podían nacer
de dos maneras, del contrato, y del delito.
En una obra posterior del mismo Gayo, amplía esta división en dos especies; ya no dice que las
obligaciones pueden nacer del contrato y del delito, nuestro art. 578 dice “por un hecho suyo”
(parecido mucho a un contrato) o “por la sola disposición de la ley” (se parece mucho a aquellos
casos en donde una persona queda obligada con otro, mediante obligaciones extracontractuales o
delitos).
Gayo dice que las obligaciones pueden nacer del contrato o del delito, pero también por otras
causas, es decir, se abandona esa bipartición original insuficiente (delito-contrato), por una
partición que ya no es en dos especies, sino que en tres (delito-voluntad-otras causas).
El mismo Justiniano en su libro Institutas, determina la última y final clasificación de las fuentes de
las obligaciones, que es la que usamos hasta el día de hoy. Ya no se trata de una división en dos,
como las Institutas de Gayo, ni en tres, sino que en cuatro.
El art. 1437 dice que las obligaciones nacen, ya sea de las voluntades de dos o más personas, como
de los contratos, ya sea de un hecho voluntario de la persona que se obliga y en los cuasicontratos,
como los delitos y cuasidelitos.
Esto nos dice que las obligaciones nace de un contrato o convención (que los hace sinónimos), en
los hechos jurídicos lícitos, como los cuasicontratos, o los hechos jurídicos ilícitos, como los delitos
y cuasidelitos, y finalmente, en la ley.
Las fuentes de las obligaciones, en el derecho civil, son las del art. 1437; las que se contraen con
convención, y las que se contraen sin convención. Las que se contraen sin convención, proviene de
un hecho voluntario de una de las partes o de la ley.
El art. 2284 divide las obligaciones que nacen con convención, de las que nacen sin convención. Las
que nacen de la ley, se expresan en ellas, si el hecho de que nacen es lícito, constituye un
cuasicontrato. Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito. Si el
hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, es un cuasidelito.
A pesar de que no está recogido en las Instituciones de Justiniano, Modestino ya hablaba de esto, y
decía que las obligaciones podían nacer de la ley.
Las fuentes de las obligaciones están determinadas por el legislador, precisamente en el art. 1437.
1. Aquellas que nacen del concurso real de la voluntad de dos o más personas, como en los
contratos o convenciones
2. Aquellas que surgen de un hecho voluntario de la persona que se obliga. Ese hecho
voluntario, según el art. 2284, puede ser lícito o ilícito. Cuando el hecho voluntario es lícito,
se llama cuasicontrato
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5. Ley
Se ha discutido si el art. 1437 es taxativo o no; fundamentalmente por dos formas de obligarse que
no aparecen mencionadas y que la doctrina y alguna jurisprudencia considera, los cuales son:
- La promesa unilateral
- Enriquecimiento sin causa
De estos derechos, nacen las acciones personales; de las obligaciones, nacen las acciones
personales, ya que si no hay una obligación, no hay acción personal, por lo que es importante
saber que la promesa unilateral o el enriquecimiento sin causa trae una legitimación activa o no, ya
que si no trae como consecuencia el ingresar a su patrimonio la legitimación activa, entonces no
hay obligación.
En cambio, si la promesa unilateral o un caso cualquiera de enriquecimiento sin causa que no esté
en la ley, podría crear como consecuencia que el afectado demande o no; si la jurisprudencia o la
ley dispone de legitimación activa para dichos casos, es fuente de obligación, sino no.
La jurisprudencia ha vacilado; en algunos casos considera que sí contrae obligación, en otros casos
no.
Nuestra fuente de las obligaciones está en el art. 1437, en el art. 2284 y en la jurisprudencia.
Se discute si la prestación siempre debe ser pecuniaria. La verdad es que nuestro ordenamiento
jurídico, cuando trata del objeto de la obligación, nos dice que toda declaración de voluntad debe
tener por objeto el dar, hacer o no hacer, con lo que principalmente, teniendo en cuenta las
abstenciones (obligaciones de no hacer), no resulta necesariamente claro que las prestaciones a las
que se obliga una persona sea pecuniaria, ya que el contenido de no hacer puede no tener
contenido pecuniario.
Es por esto que Claro Solar define la obligación como un vínculo jurídico en virtud del cual una
persona se encuentra en la necesidad de procurar a otra el beneficio de de un hecho o de una
abstención determinados de valor económico o simplemente moral.
Desde que las obligaciones pueden consistir en un dare, facere o non facere, resulta evidente que
el objeto de la prestación vaya más allá que el de una prestación económica. Sin embargo, es
evidente también que lo corriente sea que el objeto de la obligación sea un objeto moral.
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Las dos personas están determinadas. Sin embargo, el acreedor podría estar determinado solo en
el momento de que la prestación pueda ser exigida.
1. Contrato
El art. 1438 dice lo que el legislador entiende por contrato. Cuando estudiamos la teoría
general del acto jurídico, habíamos dicho que los negocios jurídicos podían ser
unilaterales, bilaterales o multilaterales. Los actos jurídicos de estructura bilateral se
podían dividir entre aquellos que creaban, aquellos que modificaban y aquellos que
extinguían derechos subjetivos.
Aquellos actos jurídicos que creaban derechos y obligaciones, se llamaban contratos (esa
era la teoría del negocio jurídico, que no está recogida en el Código Civil como tal). Existía
una relación de género-especie entre las convenciones y los contratos, de tal manera que
los contratos son convención, pero no toda convención es contrato.
Sin embargo, nuestro Código Civil los hace sinónimos, no solo en el art. 1438 sino que
también en el art. 1437.
El art. 1011 del Código Civil de Francia sigue a Pothier, quien decía que el contrato es una
especie de convención. La teoría del negocio jurídico, efectivamente, se funda en esa idea.
En nuestra doctrina, el contrato no es una convención, sino que una especie de convención
destinada a crear o a producir obligaciones. La verdad es que en nuestro código el contrato
y la convención son tratados de manera distinta, pero igualmente hay una relación entre
género-especie, no entre contrato y convención, sino entre acto y contrato.
El contrato es un acto, es una especie de acto. Como señalaba Pedro Lira Urquieta, la
sinonimia entre contrato y convención no se debía a un error del código, sino que a la
clasificación de las fuentes del art. 2284 de Andrés Bello.
Andrés Bello, en dicho artículo, dividía las obligaciones entre aquellas que se contraían con
convención y sin convención. Entre las que se contraen con convención, sólo está el
contrato, porque las demás son el cuasicontrato, el cuasidelito y la ley, y por lo tanto, no
hay ningún error en decir que contratos y convenciones, en esta orgánica, son lo mismo.
Así, en nuestro sistema, a pesar de la doctrina que considera que el art. 1438 y la primera
parte del art. 1437 trae un error del código, en nuestra ley, contrato y convención son lo
mismo.
El contrato, por lo tanto en Chile, es lo que nos dice el art. 1438 (más allá de la doctrina),
puesto que no hay un error, si tenemos en cuenta lo que nos dice el art. 2284, que califica
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las obligaciones convencionales o que se contraen con convención, como sólo aquellas que
provienen del contrato.
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Los artículos que hemos citado contemplan con mayores o menores interpretaciones lo
que el ordenamiento jurídico chileno denomina “sistema de fuentes de obligaciones”, el
cual no se sabe si es taxativo, y que contempla una serie de hechos o actos de los cuales se
desprenden una situación jurídica de carácter obligacional, donde participa un acreedor y
un deudor; siempre que hay un vinculo jurídico entre ellos, mediando una de las 5 fuentes
o alguna de las 2 que no están en ese art., estamos frente a una obligación, porque por un
hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas con
un acreedor, quien es titular de un crédito, y el deudor está obligado.
En el art. 1437 se verifica que estamos frente a un sistema de obligaciones que se cuelga
de la tradición inaugurada por Justiniano en su libro de las Instituciones. Este orden de
fuente de las obligaciones se engancha directamente del libro de Justiniano, el cual dice
que las obligaciones se pueden contraer por contrato, por cuasicontrato, por delito y por
cuasidelito.
El art. 1438 define el contrato o convención como un acto por el cual una parte se obliga
para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa.
La doctrina nacional suele decir que el art. 1438 tiene un error, y suelen decir que dicho
artículo confunde el objeto del contrato con el objeto de la obligación, porque el contrato
da origen a una obligación, y la obligación tiene por objeto dar, hacer o no hacer.
Algo interesante que nos aleja de la tradición francesa es que en Chile el contrato jamás
tiene como virtualidad transferir el dominio, ni transferir derechos reales. El contrato solo
crea obligaciones.
Los contratos pueden ser de muchas maneras; ya sea unilateral o bilateral; gratuito o de
beneficencia; principal o accesorio, etc.
2. Cuasicontratos
La breve referencia al art. 1437 resulta curiosa, porque el art. 1437 habla de un hecho
voluntario de la persona que se obliga, como la aceptación de una herencia o legado. No
resulta simple generar, por lo tanto, un concepto de cuasicontrato a partir del artículo
1437, porque hay veces en que una persona se queda obligada sin voluntad, e incluso
manifestando su voluntad contraria.
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Dicho artículo nos sirve porque nos había dicho que los cuasicontratos provenían de un
hecho voluntario, en circunstancias de que el legislador nos dice que hay cosas que se
puede quedar obligado contra la voluntad, el que administra contra la voluntad no queda
obligado salvo en cuanto se cumplan los requisitos.
Así, el cuasicontrato a pesar de las pistas que nos dan el art. 1437 y el 2284, no siempre se
origina de un hecho voluntario; claramente la comunidad hereditaria no se origina de un
hecho voluntario. Quizás es más simple tratar de decir que en general, los cuasicontratos
provienen de un hecho voluntario de la persona que se obliga, en la medida en que eso
sea posible.
Los cuasicontratos forman parte, según el art. 2284, de aquellas obligaciones que se
contraen sin obligación. Ese hecho no es convención, debe ser lícito y no proviene de la ley.
Claro, porque si ese hecho proviniera de la ley, entonces la fuente de la obligación no sería
el cuasicontrato, sino que de la ley, y cada vez que una fuente de la obligación nace de la
ley, debe expresarse en ella.
Por ello es complicado elaborar, como quien dice, una sistemática del cuasicontrato. Los
cuasicontratos no comparten elementos comunes, salvo uno; casi todos los cuasicontratos
comparten este elemento común; tratan de prevenir el enriquecimiento sin causa.
Como dice Planiol, el cuasicontrato no merece su nombre, porque la verdad es que la voz
“cuasi” significa “como si fuera contrato”, y por eso el nombre es raro, porque no tiene
nada de contratos.
En primer término, falta en ellos lo que es más importante en los contratos, que es la
voluntad, y ni siquiera hay voluntad tácita. La obligación que nace del cuasicontrato no es
obra de la voluntad, por ni una parte.
Además, nuestro legislador define, o describe el cuasicontrato como un hecho lícito, y para
Planiol ni siquiera es lícito, por lo que los cuasicontratos no debieran llamarse así, porque
el enriquecimiento sin causa es a expensas de un tercero que se empobrece, y eso es
contrario a la ley. Gayo no trata de generar una categoría donde no la hay, porque esas
figuras que hoy llamamos cuasicontrato son distintas; comparten sólo algunos elementos.
¿Cuáles son los cuasicontratos en nuestro ordenamiento jurídico? El art. 2285 nos dice que
hay tres principales cuasicontratos; la agencia oficiosa, el pago de lo no debido y la
comunidad.
El problema surge de la siguiente pregunta: ¿las 5 fuentes del art. 1437, son las únicas
fuentes de obligaciones reconocidas en el derecho chileno? La respuesta no es simple.
Para algunos autores no, para otros sí.
3. Delito
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4. Cuasidelito
5. Ley
En principio, no sería una fuente autónoma, acogiéndose al tenor literal del art. 1437 y
2284. Sin embargo, el enriquecimiento sin causa es el fundamento de los cuasicontratos, y
es un principio ordenador del derecho civil. Por ello, parte de la doctrina considera que el
enriquecimiento sin causa es una fuente autónoma de obligación.
Si dividimos la fuente de las obligaciones como lo hace la doctrina moderna entre acto
jurídico y hecho jurídico, rápidamente va a sancionar el enriquecimiento sin causa como un
hecho jurídico.
¿Cómo sabemos, a ciencia cierta, si algo como el enriquecimiento sin causa es fuente de
obligación autónoma? Lo primero que tendríamos que hacer es dirigirnos a la ley, pero la
ley no nos da esa respuesta. Si de un hecho que enriquece a una persona a costa de otro,
no surge una acción personal, entonces no hay fuente de obligación. Si el sistema permite
la interposición de acciones personales del tipo de la condictio, y que en Chile llamamos
actio in rem verso, cuando han ocurrido situaciones jurídicas que enriquezcan a una
persona, y empobrezcan a otra, sin que medie cuasicontrato, ni la ley, entonces el sistema
reconoce al enriquecimiento sin causa como una fuente autónoma de las obligaciones.
El enriquecimiento sin causa, parece ser más que un principio iluminador, sino que una
fuente autónoma que permite a los jueces acoger demandas cuando una persona se ha
enriquecido a costa de otro sin que medie contrato o cuasicontratos.
Ahora la pregunta es: ¿tiene requisitos o basta el enriquecimiento a costa de otro? No,
como toda fuente obligacional, el enriquecimiento sin causa tiene requisitos:
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No importa que sea vía un tercero (palos blancos); igualmente hay una relación de
causalidad.
La actio in rem verso es subsidiaria, así, aunque se cumplan los cuatro requisitos
recién dichos, si hay una acción especial, estamos frente a una fuente de la
obligación (ley), porque si la ley ha otorgado otra acción, debe sujetarse el
empobrecido a dicha acción, y no la acción de repetición o la actio in rem verso, ya
que es subsidiaria.
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El que paga lo que no debe enriquece a un tercero y se empobrece el mismo; hay una
razón de causalidad, el que gestiona negocios ajenos, hay una causa justificante. El
problema se produce cuando el legislador no ha provisto una fuente de obligación
especial. ¿Hay enriquecimiento sin causa? La pregunta queda abierta, pero el profesor cree
que sí, por razones de justicia.
El efecto que debe tener el enriquecimiento sin causa, es el nacimiento de una acción
personal, llamada actio in rem verso, y que trae como consecuencia la repetición de lo
ganado injustificadamente.
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En general, los actos jurídicos unilaterales no generan una obligación per se, sino que la
generan porque la ley les da esa virtualidad, por ejemplo, en el reconocimiento de un hijo
(genera obligaciones alimentarias) o la ordenación de un testamento (genera obligaciones
testamentarias, pero porque la ley lo dice).
Hay algunos casos en el código de comercio, en donde la oferta vincula, pero porque la ley
considera que la oferta vincula (en ciertas oportunidades la oferta podía generar una
especie de obligación, pero no per se, sino porque la ley de comercio lo dice así). Lo mismo
sucede con el art. 12 de la ley del consumidor, el cual vincula al proveedor que hace una
oferta, ya que debe atenerse a las condiciones ofrecidas, pero ese supuesto vinculo surge
porque la ley le otorga dicha virtualidad.
En ese caso, por lo tanto, no hablamos de una fuente autónoma de obligación, sino que
hablamos de la ley como fuente supletoria de obligaciones.
No se trata de dichos casos, sino que de ver en ciertos casos de declaración unilateral de
voluntad, no regidas por el legislador, puede generar obligaciones; se trata de casos extra
legales, en donde una persona con ciertos requisitos declara su voluntad de obligarse
unilateralmente. Los típicos casos son:
- La oferta de recompensa (art. 632)
- La oferta con plazo de espera.
Se trata, por ello, de una fuente completa de obligaciones; es difícil de imaginársela, igual
que el enriquecimiento sin causa, y si seguimos a Daniel Peñailillo, hay que ser
excesivamente prudente a la hora de proceder acciones.
En el Código Civil francés, la reconoce no como fuente autónoma, sino como estructura
autónoma.
Para autores como Peñailillo, puede aceptarse, y los requisitos para autores como él para
aceptarla como fuente autónoma es:
- Que sea indispensable para dar al caso una solución justa, considerando
primordialmente el impacto social que dicha declaración provocó.
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La declaración unilateral de voluntad sólo exige una parte, y eso basta para que de ella
nazcan obligaciones; la obligación nace sin esperar la presencia de otra parte. Cuando
vimos el art. 1437 y el art. 2284 vimos varias cosas; que había un listado, que habían
obligaciones con convención y sin convención. Si queremos hacer otro análisis de dichos
artículos, podríamos decir que las obligaciones pueden nacer estructuralmente unilaterales
y bilaterales, queriendo decir que para algunas obligaciones se necesita un sujeto, como en
los delitos y cuasidelitos, también en los cuasicontratos, y se necesita de dos sujetos en las
obligaciones con convención, y en la ley, no se sabe.
En general, podemos decir que estas dos fuentes de obligaciones extra código, son muy
discutibles y va a quedar entregado a la jurisprudencia su admisión o no. En Chile, la
mayoría de los autores clásicos (no los modernos) tienden a pensar que no son fuente
autónoma de obligaciones.
En Romano I y II, habíamos visto que no era posible concebir una obligación sin una
acción para su cumplimiento; así, si faltaba acción, no había obligación.
Fundamentalmente esto se producía en un sistema de ámbito familiar, y en la familia
romana, basada en un sistema patriarcal, por lo que quien se obligaba era el padre de
familia. Entre los alieni iuris podían haber obligaciones de índole moral, por ejemplo,
pero no estaban permitidos estar en juicio, por lo que no había una verdadera acción.
A dicha obligación se le llamaba obligación natural, ya que si se pagaba, no se podía
pedir devuelta lo dado.
No hay acción para exigir la restitución, o la prestación, pero que sin embargo,
pagadas, daban lugar a la solutio retentio.
Nuestro Código Civil recoge esta clasificación en los arts. 1470 y 1472.
Las obligaciones se estiman naturales no solo si por razón de ella no hay acción, sino
que cuando no se puede repetir lo pagado. Porque aunque se diga impropiamente que
los deudores naturales deben (porque la verdad es que no deben, ya que no hay
acción), se puede entender por abuso de la terminología que son deudores, y que
alguien recibió lo que debían.
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Así, por ejemplo, si alguien paga una obligación prescrita, es cierto que no había
acción, pero el que recibió no se enriquece sin causa; hay una causa económica.
Las obligaciones naturales, en nuestro código, están definidos en el art. 1470, y dicho
artículo nos dice que las obligaciones pueden ser civiles o meramente naturales. Son
civiles las que dan derecho para exigir su cumplimiento, es decir, las verdaderas
obligaciones que no se han desvirtualizado.
Las obligaciones naturales son aquellas que no confieren derecho para exigir su
cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para retener lo que se ha dado o pagado
en razón de ellas. Esto quiere decir que lo pagado en obligación natural, no es “pago
de lo no debido”.
La doctrina suele dividir las obligaciones naturales; las del 1) y 3) que califica como
obligaciones rescindibles o anulables, y las del 2) y el 4), las califica como obligaciones
civiles que dejaron de ser civiles por cualquier razón.
Si analizamos todos los números, nos daremos cuenta que son vínculos imperfectos,
en que bien pudo haber obligación, o en algún minuto hubo y ya no, y por lo tanto, no
se pueden cobrar. En todas ellas se permite retener lo pagado.
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● Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son,
sin embargo, incapaces de obligarse según las leyes, como los menores adultos.
Si uno se acoge al tenor literal, se refiere a los incapaces relativos en general, esa
obligación no repugna la lógica porque donde el legislador no ha distinguido que
incapaces son, debemos entender que todos los incapaces relativos están
incluidos, y bajo ningún respecto ningún incapaz absoluto puede ser, así un
incapaz demente no podrá cumplir una obligación natural porque lo dice el art.
1447, porque sus actos no producen ni aún obligaciones naturales.
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● Las que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige para
que produzcan efectos civiles; como la de pagar un legado, impuesto por un
testamento que no se ha otorgado en forma debida.
La discusión acá es si se produce a todos los actos jurídicos o solo los actos
jurídicos unilaterales. El Código Civil de Francia se limitaba a los actos jurídicos
unilaterales, pero según Claro Solar, sin que exista una determinación expresa y
siendo solo un ejemplo el del testamento, de ben ser actos bilaterales también.
Unos opinan desde que se declara la nulidad, y otros opinan desde que se
contrae la obligación. Más todavía, en este caso. La jurisprudencia, igual que en el
caso Nº1, no ha sido uniforme, aunque se inclina por la tesis segunda, aquella
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que dice que el negocio tiene lugar, no desde que se declara la nulidad por
sentencia firme.
A veces pasa en juicio que porque los clientes no proveen suficiente prueba a los
abogados, no hay suficiente prueba para declararla. Si el demandado después de
declararse que la obligación no existía, la paga, no puede repetir lo pagado.
No basta con que se pague; el inciso 4to del art. 1470 nos indica cuáles son los
requisitos para que opere la solutio retentio, es decir, la retención lícita de estos cuatro
casos, y para ello es necesario que:
¿Desde cuándo existen obligaciones naturales? Frente a esto, han habido dos posturas;
- Desde que se declara nula judicialmente
- Desde que se contrae
Nos preguntamos esto porque en Chile tenemos un sistema donde la nulidad opera
por sentencia, entonces cuando no se declara, no hay acto nulo.
En Chile, en general siempre se ha afirmado que la nulidad sólo produce sus efectos
una vez declarada, es decir, lo que nosotros hemos visto clásicamente como el efecto
de la nulidad declarada, y por lo tanto, una parte importante de la doctrina dice las
obligaciones naturales solo cuando son contraídas por el relativamente incapaz,
entonces se entiende que nace la obligación natural una vez declarada su nulidad
judicialmente.
En contra de esa postura, se sostiene que las obligación es natural desde que nace, es
decir, desde que hay conciencia de que se contrae con una persona incapaz, sin que
sea necesaria la declaración judicial.
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Como los autores han ido señalando otros casos de obligaciones naturales,
diseminados en el código, que en alguna medida son discutibles, sostener esta
primera posición implica negar a esos casos el carácter de obligaciones
naturales; ninguno de ellos generaría obligación natural.
Los esponsales no podrá pedir la multa si por parte de uno de los esposos
se hubiera estipulado a favor del otro para el caso que no se hubiera
cumplido lo prometido, pero si se hubiere pagado la multa, no podrá
pedirse su devolución.
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- Que el pago sea voluntario. Para algunos autores, ese voluntariamente debe
decir “a sabiendas de que lo que se paga es una obligación natural”. Para
autores como Peñailillo, es un requisito que no debe concurrir, a él le parece
que es extender demasiado el concepto.
- Que el que paga debe tener la libre disposición de sus bienes, porque el que
paga debe cumplir con el requisito de ser plenamente capaz, y con poder de
disposición sobre el objeto con el que se paga.
Art. 1628; la sustitución de una obligación antigua por una nueva, quedando la
antigua extinguida.
Así lo dice el art. 1472, pero esto exige que la garantía sea constituido por
terceros. ¿Cuál es el efecto de que la obligación natural pueda ser caucionada,
con una fianza por ejemplo? Muchos, porque en la fianza existe lo que se llama el
beneficio de exclusión; el fiador es un tercero que garantiza el pago, ante el cual
se puede dirigir una vez que al deudor principal se le han agotado los recursos, y
ese tercero tiene un beneficio de excusión, porque puede pedir que primero se
dirija contra el deudor principal, y el beneficio califica como una excepción
dilatoria. Así lo dispone, por lo demás el art. 2358 Nº3.
El art. 1471 dice que la sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el
naturalmente obligado, no extingue la obligación natural; dicho de otra manera, las
obligaciones naturales son imprescriptibles.
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Si ponemos atención a los art. 1438 y siguientes, podemos construir esta obligación
que no está per se en el Código.
● Obligación de dar
Una obligación de dar, ¿qué dice la doctrina? Es aquella que tiene por objeto
transferir el dominio o constituir un derecho real, así, si me obligo a constituir un
usufructo, la obligación es de dar, si me obligo a constituir una servidumbre, la
obligación es de dar.
● Obligación de hacer
Una obligación de hacer, son todas las que no son de dar, son de hacer o no hacer,
y que consisten en una conducta positiva, distinta a otra, como pintar un cuadro,
asumir una defensa jurídica, ir a pagar una cuenta, educar a un menor, lavar, etc.
● Obligación de no hacer
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La de hacer puede ser más o menos fungible; es fungible cuando realmente ese hacer
lo puede hacer cualquier persona; el hecho encomendado es irrelevante de quién lo
haga. En cambio, es no fungible cuando la determinación de quién lo hace resulta
esencial para el cumplimiento de la obligación, y en tal caso, la obligación de hacer es
según la persona.
La obligación de transportar una mercadería, puede ser fungible, pero las partes
pueden hacerla funcionar como una obligación para la persona; si le encomiendo el
transporte de un pasajero, no cualquiera puede hacer ese transporte.
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Por último, las obligaciones de no hacer puede ser un abstención pura, tolerar, el cual
consiste en una abstención total, en cambio el padecer, consiste en tolerar, como
tolerar que alguien construya a cierta altura.
Las obligaciones de no hacer, si son muy intensas, podrían tener problemas con las
garantías constitucionales.
La verdad es que depende, de cual sea la causa de la entrega, y de esto hay que atarse
a la opinión de Peñailillo; si la obligación que la sustenta la entrega es una obligación
de dar, como la compraventa, entonces la obligación de entregar es de dar, pero si es
una obligación de hacer, como el comodato, entonces la obligación de entregar es de
hacer.
Si la cosa está determinada solo en cuanto a su genero (10 sacos de maíz), v/s el
esclavo Estico, si la cosa es 10 sacos de maíz, no perece, puedo reponerla con otros 10
sacos de maíz. Es por esto que hay una obligación de quien da a entregar la cosa en un
buen estado.
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Este estado de mora, ¿tiene remedio? Sí, que ese estado de mora esté
negado a recibir, es decir, que el acreedor no quiera recibir. El efecto de la
mora del deudor es muy intenso para el deudor, por la siguiente razón; se
debe indemnización de perjuicios (art. 1557) desde que el deudor se ha
constituido en mora, y las obligaciones de no hacer, desde el momento de
la contravención.
° Por caso fortuito, cuando la cosa se pierde sin culpa del deudor. Las partes
pueden alterar estas reglas.
Las obligaciones positivas son las que exigen una actividad, como la de hacer o dar, y
obligaciones negativas, son las que exigen una abstención, como la de no hacer.
No tiene demasiada importancia, salvo por una cosa; las patrimoniales son las que la
prestación consiste en un objeto, hecho u abstención con contenido económico, y las
nos patrimoniales no, y esto tiene importancia por una discusión en relación con la
naturaleza de la obligación.
A veces, y lo normal es que así sea, uno debe una cosa; el objeto de la obligación
consiste en dar, hacer o no hacer una cosa (es lo corriente), pero por excepción, el
objeto de la obligación podría consistir en el cumplimiento de varias cosas.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El número de objetos que constituyen la prestación podrían ser de más de una cosa,
de más de un hecho, o de más de una abstención. La prestación sigue siendo una, pero
el número de objetos que contiene esta prestación es múltiple.
Hay que tener mucho cuidado de no calificar como obligación de objeto múltiple, las
obligaciones sobre una universalidad; ésas son de objeto único, porque debe una
biblioteca, un rebaño, etc.
Una cosa muy distinta es una obligación de objeto múltiple, el número de objetos que
constituyen la prestación son claramente más de uno, y no constituyen un conjunto.
● Acumulativas
Si revisamos el art. 1569 que habla del pago efectivo (el pago es la prestación de
lo que se debe), y aquí lo que se debe, es una obligación que contempla varias
cosas, y por lo tanto, la naturaleza del pago exige que para que haya verdadero
pago se deban dar todas esas cosas.
Ahora, como se deben varias cosas que como hay varias cosas, podrían darse en
el tiempo unas primeras y otras después; siendo una obligación, no puedo obligar
al acreedor a recibir por parte, deben darse todas en simultáneo, a no ser que el
acreedor acepte recibir en partes. Esta es una clara regla de la indivisibilidad del
pago, porque no existen distintas obligaciones; es una sola obligación de objeto
múltiple.
● Alternativas
El art. 1499 dice que la obligación alternativa es aquella por la cual se deben
varias cosas, de tal manera que la ejecución de una de ellas, exonera de la
ejecución de las otras. Esta definición dice que es “aquella por la cual se deben
varias cosas”, pero sea que la elección pertenezca al acreedor o al deudor, la
obligación se entiende cumplida cuando se paga por una de ellas.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
En general se entiende que las cosas que deben deberse, son cosas específicas,
ahora bien, resulta interesante la opinión de Alessandri que dice que podrían
derechos o varias abstenciones; su objeto no solamente se reduce a la obligación
de dar una cosa específica, sino que también podría tratarse de la obligación de
constituir un derecho, o la obligación de no hacer.
La elección es del deudor, salvo pacto contrario (art. 1500), por eso lo normal es
que la elección sea del deudor.
¿Cómo se cumple?
Debe ejecutar o pagar en su totalidad una de las cosas que se deba (art. 1500 inc.
1º), es decir, no puede obligar al acreedor a recibir por parte; debe la totalidad de
la cosa, debe cumplirla íntegramente.
Mientras no se elija, todas las cosas son debidas. Una vez que se elige, las demás
cosas pasan a ser como si nunca hubiesen sido debidas, quedan eximidas, dejan
de estar obligadas.
Cuando la elección es del deudor, el acreedor tiene limitada su acción; así el art.
1501 dice que siendo la elección del deudor, no puede el acreedor demandar
determinadamente una de las cosas debidas, sino bajo la alternativa en que se le
deben.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
elección es del acreedor, y alguna de las cosas perece por culpa del deudor, el
acreedor puede pedir a su arbitrio el precio de esa cosa, y la indemnización de
perjuicios o cualquiera de las cosas restantes.
El art. 1503 reafirma la regla del art. 1501 y 1502 inc. 2º; qué pasa si se pierde la
cosa alternativamente prometidas, subsiste la obligación alternativa de las otras,
y si una sola resta, el deudor es obligado a ella.
● Facultativas
El art. 1505 dice que la obligación es facultativa cuando tiene por objeto una cosa
determinada, pero concediéndose al deudor la facultad de pagar con ésta cosa o
con otra que se designa.
Hay un solo objeto debido, pero se designa una cosa de manera que el deudor y
no otra persona, puede elegirla para pagar bien.
El acreedor solo puede demandar el objeto señalado como debido (art. 1506); el
acreedor no tiene derecho para pedir otra cosa que aquella a que el deudor es
directamente obligado.
Si dicha cosa perece sin culpa del deudor, y antes de haberse éste constituido en
mora, no tiene derecho para pedir cosa alguna.
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Para la obligación facultativa, según el art. 1505, solo el deudor era quien estaba
facultado de extinguir esa obligación con otra cosa que se determinaba o
designaba en el mismo negocio (siempre es elección del deudor en la facultativa,
no así en la alternativa).
Nuevamente, en la obligación facultativa se debe sólo una cosa (lo que pasa es
que hay un derecho del deudor de extinguirla con otra), en cambio en la
obligación alternativa todas las cosas están afectas a la obligación, pudiendo el
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Esto es efecto del art. 1505 de nuevo; como la obligación alternativa, hay muchas
cosas que se deben, pueden ser tanto muebles como inmuebles, por lo tanto el
derecho debido va a traducirse en algo mueble o inmueble, según sea la elección.
¿Podrían haber más clasificaciones de las obligaciones en cuanto a su objeto? Sí, una
típica, doctrinal, es aquella que divide entre obligaciones de medio y obligaciones de
resultado.
Se dice en general que toda obligación es de medio, porque siempre todos los
deudores deben poner todos los medios para la ejecución correcta de la prestación;
sin embargo, si bien eso es cierto, se distingue de la obligación de resultado en que
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Hay casos que son más discutibles, como las estéticas. En obligaciones médicas, por
ejemplo, si había consultado un equipo médico, y dicho equipo médico me había
prescrito operarme la cadera derecha, pero me operan la izquierda, ese equipo médico
debe operarle la cadera que corresponde.
Además, si fuera seria, una declaración de voluntad real hace casi imposible el
cumplimiento, porque ¿qué voy a cumplir? Se hace imposible la ejecución, por lo que
el deudor se verá imposibilitado de cumplir, y el acreedor se verá imposibilitado de
exigir, y en último término, nos encontraremos ante un juez quien tendrá que
interpretar los términos del contrato.
Se entiende por obligación de especie aquella en que lo debido es una o más especies
determinadas de cierto género (como la vaca Mariposa, el esclavo Estico; es una
especie determinada de cierto género). En cambio, la obligación de género, que el
Código Civil se encarga en el art. 1508, es aquella que se debe indeterminadamente un
individuo de una clase o género determinado. Lo que se debe trae como consecuencia,
que en la obligación de género, el acreedor no puede elegir un individuo determinado,
porque eso no integra el contenido de la prestación, y por ello queda libre el deudor
entregando cualquiera de ellos, quedando así la obligación cumplida.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
sea de una calidad a lo menos mediana), que una obligación de especie (sólo se
entiende cumplida cuando se da la especie, como el art. 1590).
Como debe usted con esa cosa, y no con otra, y como no operan las cosas con que
puede hacerse el pago en el caso de las obligaciones genéricas del art. 1509, la pérdida
de la cosa que se debe, debe ser tratada de manera muy distinta, dependiendo de si la
obligación es de género o de especie.
En primer término, ya conocemos la regla del art. 1548, que nos dice que si esta es una
especie, contiene además la obligación de conservar la cosa hasta la entrega. Como la
cosa es irremplazable, es obvio que debe conservarla. La conservación implica custodia
jurídica y material, y así, por lo tanto, quien estaba obligado la destruye, la vende, la
enajena, pero no solamente eso, constituye un derecho real sobre ella, y traba su libre
circulación, o incluso un derecho personal, va a incumplir su obligación de conservar la
cosa hasta la entrega, y por eso es importante distinguir las obligaciones de género
respecto de las especies.
Si la cosa se pierde con culpa, tendrán que ver si es culpa leve, levísima o grave. Si la
cosa perece por caso fortuito, obviamente la obligación se extingue, salvo que el
deudor esté en mora, y probado el caso fortuito, el deudor queda liberado. SI no hay
caso fortuito, entramos al problema que estamos examinando, porque el art. 1549
decía que el deudor está obligado a emplear en el custodio de la cosa, el debido de
cuidado.
La pérdida de la cosa que se debe, y a eso le agregamos la pérdida por caso fortuito,
tenemos algo relevante; la custodia v/s culpa. Cuando el cuerpo cierto que se debe
perece, porque se destruye, deja de estar en el comercio, o desaparece, se extingue la
obligación, salvo excepciones:
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Siempre que la cosa perece por el deudor, hay una presunción de culpa
La prueba del caso fortuito incumbe a quien lo alega, por lo tanto el deudor debe
probar el caso fortuito, salvo que se haya hecho responsable de todo caso
fortuito.
Como a lo imposible nadie está obligado, y la cosa pereció, no debe la cosa, pero
varía de objeto; está obligado al precio de la cosa y a indemnizar al acreedor. Esta
misma regla opera en el caso que la cosa se pierda cuando el deudor está en
mora; si el cuerpo cierto perece durante la mora del deudor (está en mora en los
3 casos del art. 1551). Sin embargo, si el deudor está en mora, la regla se
mantiene, se debe el precio y la indemnización, varía de objeto. Misma regla se
aplica cuando la cosa perece estando en mora, ya no está al problema de culpa,
pero con el deudor estando en un estado jurídico de incumplimiento (mora), se
aplica la misma regla; la obligación varia de objeto. Sin embargo, si el deudor está
en mora y la cosa perece por caso fortuito que habría sobrevenido igualmente si
la cosa hubiese estado en poder del acreedor, sólo se deberá la indemnización de
perjuicios de la mora. Pero en caso fortuito, pudo no haber sucedido, se
mantiene la regla general (el precio y la indemnización).
El art. 1665 dice que si la cosa perdida reaparece, cuya existencia se ignoraba,
podrá reclamarle al acreedor el precio, pero no los intereses moratorios, ya que
se pierden. Si estando en mora, hubiera perecido igualmente, el deudor estará
obligado a probarlo.
El art. 1438 dice que cada parte puede ser una o muchas personas, así lo que nos dice
finalmente es que tanto la parte activa de la obligación (llámese acreedor), como la
parte pasiva de la obligación (llámese deudor), puede estar sujeta por uno o más
sujetos.
Es obvio que también podría ocurrir que ambas partes, tanto activa como pasiva, sean
sujetos múltiples. Lo normal es que las obligaciones se contraigan entre sujetos únicos,
de tal manera que Pepito contrata con María un arrendamiento, de manera tal que
desde el punto de vista de los sujetos, hay un deudor y un acreedor, y siendo un
contrato bilateral, son recíprocamente deudor-acreedor, de una misma prestación.
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Esto nos remonta al antiguo derecho de estipulaciones; ¿promete dar 100? Prometo.
Pero podría haber hecho la pregunta de la siguiente manera; ¿prometen darme 100?
Prometemos, y en tal caso hay un acreedor, y dos deudores.
Ellas podrían deber por cuota; 50 y 50, pero depende de como hayamos integrado
económicamente el cumplimiento de la prestación, para haber prometido de la
siguiente manera; ¿prometes darme 100? Prometo. ¿Prometes darme los mismos
100? Prometo. Eso genera un problema, porque podría dar paso a una deuda solidaria.
Lo corriente es que las obligaciones sean pactadas con sujetos únicos, pero nada
impide (y se hace corriente en la práctica bancaria) que se pacten con pluralidad de
sujeto.
El art. 1511 dice que en general, cuando se ha contraído por muchas personas, o
para con muchas personas, la obligación de una cosa divisible (si fuera indivisible,
nos vamos al problema de las cosas indivisibles, con reglas especiales – art.
1526), cada uno de los deudores, en el primer caso, es obligado solamente a su
parte o cuota en la deuda, y cada uno de los acreedores en el segundo, sólo tiene
derecho para demandar su parte o cuota en el crédito.
Esta definición debe completarse con la primera parte del art. 1526; si la
obligación no es solidaria ni indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo
exigir su cuota, y cada uno de los codeudores es solamente obligado al pago de la
suya.
Otra cosa muy distinta sería que la ley, la convención o el testamento haya
modificado esta regla general, convirtiendo la obligación en solidaria (caso en el
cual se podría dirigir contra cualquiera por el todo), o indivisible (caso en el cual
se podría dirigir contra cualquiera por el todo, lo que sin embargo, produciría
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Pluralidad de sujetos
Pero, sin embargo, debe ser de cosa divisible. De tal manera, hay una sola
prestación de varios sujetos obligados, cada uno a su cuota o parte en la
deuda. Si se deben varias cosas sin unidad en la prestación, hay varias
obligaciones, y no se da el caso de obligación mancomunada. Lo que
caracteriza como cuestión fundamental la obligación mancomunada es la
unidad de la prestación de una cosa divisible. Si lo que se debe es una cosa
indivisible, la obligación no es simplemente conjunta, sino que es
indivisible, y debe seguir la suerte del art. 1526 y siguiente.
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- Si la deuda se extingue por otro medio distinto del pago, rige la misma
razón; debe referirse sólo a la cuota.
- La cuota del insolvente no grava a los demás. Si hay cláusula penal, los
obligados mancomunadamente deben concurrir también
mancomunadamente al negocio general, es decir, que no la deben toda. La
cláusula penal es la indemnización de perjuicios que se pacta
convencionalmente; así por ejemplo contrato con Pepito un arrendamiento,
y en el caso de mora de Pepito, son 1.000 UF por la cláusula penal, y si son
varios obligados ¿la deben completa o la deben por parte o cuota? La deben
por parte o cuota, no deben la cláusula entera.
● Obligaciones solidarias
Si nos fijamos, el art. 1511 inc. 1º habla de cualquier cosa menos de las
obligaciones solidarias, lo que pasa es que el inc. 2º dice que entendida sea la
regla general, en virtud de la ley, testamento o convención, la obligación puede
ser insolidum, de manera tal de que si la solidaridad es activa, cada uno de los
acreedores puede pedir el total de la deuda, y si es pasiva, cada uno de los
deudores debe el total.
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Cuando tengo 2 personas a los cuales puedo dirigirme, sin que me puedan
oponer el beneficio de excusión, es más fácil cobrar. El beneficio de la excusión
está en la fianza, en cuya virtud donde hay una fianza, debo primero dirigirme
contra el deudor principal (si me dirijo primero contra el fiador, él tiene el
beneficio de excusión, para que se dirija primero contra el deudor principal), pero
acá no se puede oponer este beneficio.
Por ello, la solidaridad aparece en el mundo del derecho practico, como una
garantía muy eficiente, de uso muy común en el ámbito bancario, de manera de
facilitar el cobro. Otra de las formas que tienen para facilitar el cobro es mediante
garantías reales (prendas o hipotecas), pero la garantía se acaba en la cosa, y si la
cosa no es capaz por sí sola de satisfacer el crédito (una vez subastada) el
acreedor tiene que hacer fila con los acreedores del deudor.
TIPOS DE SOLIDARIDAD
− Según el tipo
° Activa: cuando hay varios acreedores.
° Pasiva: cuando hay varios deudores.
° Mixta: cuando hay tanto varios acreedores como deudores.
REQUISITOS DE LA SOLIDARIDAD
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- Pluralidad de sujetos
- Cada vinculo obligacional, puede tener distinta causa, por ejemplo, Pepito le
debe 100 a María, porque se los prestó (la causa de la obligación es un
contrato de mutuo), pero María presentó como codeudor solidario a Juan, y
lo hizo “de buena onda”, la causa de la obligación de Juan, ¿es un mutuo? La
mera liberalidad, pero la causa de la obligación de Pepito dice relación con el
contrato de mutuo, y la causa de la obligación liberadamente, es la mera
liberalidad, entonces es cierto que la prestación es única, pero los vínculos
jurídicos que pueden trazarse entre deudores solidarios y acreedor, son
claramente distintos. Esto por una razón simple; la solidaridad es una ficción
con fundamento económico, funcional, para garantizar al acreedor mayores
posibilidades de cobro, y con eso genera esta discordia.
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FUENTES DE LA SOLIDARIDAD
El art. 1511 inc. 2º nos damos cuenta que la solidaridad puede tener tres fuentes,
pero en virtud de estas tres, podrían alterarse las reglas del 1511 inc. 3º. De todas
maneras, podría haber obligaciones solidarias, solo si tiene como fuente de
obligación el acuerdo de voluntades, la ley o el testamento. Dicho de otra
manera, la solidaridad nunca se presume. Legado damnatorio es típica fuente de
obligación solidaria, en cuanto el testador puede obligar al heredero a dar, hacer
o no hacer.
Hay casos de solidaridad legal, como en la ley de tránsito (cuando una persona
choca un auto que está a nombre de otro). En la sociedad, cuando examinemos
el contrato de sociedad colectiva, quedan solidariamente obligado a obligaciones
de la sociedad.
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TIPOS DE SOLIDARIDAD
− Solidaridad activa
Tiene muy escasa aplicación, y del art. 1511 se puede sacar una definición
en armonía con el art. 1513; hay solidaridad activa cuando se debe una
misma cosa divisible solidariamente a más de un acreedor. Cualquiera de
los acreedores, en tal caso, puede exigir la totalidad de la deuda. Sin
embargo, si uno de ellos condujo demanda, sólo a él puede pagarse.
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- Teoría romana
− Solidaridad pasiva
Funciona como una garantía y tiene esta función económica que la hace
funcionar como una de las garantías personales más eficientes.
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° La extinción de la deuda
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La regla está revertida en el art. 1610 Nº3 (el art. 1610 contempla los
casos de subrogación legal); se efectúa la subrogación por el
ministerio de la ley y aún contra la voluntad del acreedor, en todos los
casos señalados por las leyes, y especialmente a beneficio del que
paga una deuda a que se halla obligado solidaria o subsidiariamente.
Si pagó el único interesado, por misma aplicación del art. 1522, no hay
contribución a la deuda.
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EXTINCIÓN DE LA SOLIDARIDAD
− Vía principal
- En cuanto a la renuncia
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− Vía consecuencial
● Obligaciones indivisibles
Así se desprende del art. 1524; la obligación es divisible o indivisible según tenga
o no por objeto una cosa susceptible de división, sea física, sea intelectual o de
cuota.
Todas las cosas son divisibles, pero la obligación de partir un caballo no puedo
hacerla entregando la cabeza, después la cola, etc. Pero también tendremos que
distinguir las obligaciones de dar, de hacer, porque en general las obligaciones de
hacer son indivisibles (no todas); pagar una suma de dinero, es divisible, pero
pintar un cuadro no tanto.
Todas las cosas materiales son divisibles, tanto material como intelectualmente
(incluso podemos dividir un átomo). Es por esto que debemos centrar nuestra
discusión en la prestación, y en la relación obligatoria, y por ello es distinto dar
una cosa, que hacer una cosa; es distinto el objeto naturaleza de la obligación,
por ello es distinto la posibilidad de dividir la prestación.
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Una cosa es la división material, que no interesa, y otra cosa es darnos cuenta
que la divisibilidad tendrá más en cuenta la función económica, por eso la
prestación será divisible cada vez que cada parte resultante de la división
material, sea proporcionalmente igual a la otra. Una mesa es divisible, pero si la
obligación es de entregar la mesa, y se pretende entregar por partes, primero
habrá que cortarla, y una pata no es proporcionalmente igual a la cubierta.
En cambio, si divido un café en dos, cada uno de los dos cafecitos que quedan son
proporcionales.
Es por esto que la definición del art. 1524 parece insatisfactoria, porque no tiene
en cuenta nada de su función económica, ni su valor, etc.
Las cuotas ideales, es decir, las divisiones intelectuales de una cosa, no bastan
para entender que todo lo relativo a esa cosa es divisible; hay que estar atentos a
la obligación a la cual me voy a someter en relación a esa cosa.
− Obligaciones de dar
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− Obligaciones de hacer
− Obligaciones de no hacer
TIPOS DE INDIVISIBILIDAD
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CARACTERÍSTICAS DE LA INDIVISIBILIDAD
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El problema solo tiene sentido cuando hay pluralidad de sujetos, porque cuando
hay unidad de sujetos, el pago siempre es indivisible, otra cosa es que el acreedor
consienta en dividirla. Así, cuando hay unidad de deudor, el deudor no puede
obligar al acreedor a recibir por partes, y por eso, no es tan raro que estudiemos
esto en las obligaciones con pluralidad de sujetos, porque cuando hay unidad de
sujetos, siempre el pago es indivisible.
EFECTOS DE LA INDIVISIBILIDAD
° Indivisibilidad activa
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Como se colige del art. 1527 parte final, cada uno de los acreedores
puede exigir el total de la prestación. Ahora bien, esta norma debe
leerse e conjunto con el art. 1532, donde se plantea una diferencia
clara del tratamiento de la indivisibilidad activa; siendo dos o más
acreedores de la obligación indivisible, ninguno de ellos puede, sin el
consentimiento de los otros, remitir la deuda o recibir el precio de la
cosa debida.
° Indivisibilidad pasiva
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⋅ Transmisibilidad
⋅ Divisibilidad de la indemnización
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Cada uno de los codeudores podrá ser entendido con los otros, es el caso
en que se debe una cosa cuya división causa mucho perjuicio, y si ocurre
esto, se puede obligar a la indivisibilidad de pago, de manera tal que cada
uno de los codeudores puede verse obligado para entenderse con los
demás, o que pague uno de ellos, quedándole la acción de contribución a
la deuda. La única manera en que puedo hacer un pago realmente
satisfactorio de una obligación contraída con pluralidad de sujetos, es
forzando a que me la pague íntegramente a uno de los codeudores, porque
la división del pago generaría más perjuicios.
Los casos de indivisibilidad de pago son razones que por la ley o por su
naturaleza, hace excepción a la regla general que es la divisibilidad de la
obligación. Cuando uno solo de los obligados cumple, se genera lo mismo que la
contribución a la deuda.
Una obligación pura y simple es aquella que produce sus efectos desde que la
obligación existe, es decir, que no tengan elementos que alteren sus efectos corrientes.
Las obligaciones sujeta a modalidad son aquellas a las cuales se le agregan uno o más
elementos accidentales, con los cuales produce efectos distintos de los que
normalmente genera, y a esa agregación, se le denomina “modalidad”.
Lo normal es que la obligación produzca sus efectos desde que queda perfecta, ahora
bien, los contratos y obligaciones no quedan perfectas todas desde el mismo
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
momento, y así por ejemplo, un contrato real (desde la entrega de la cosa) queda
perfeccionado en momento distinto que un contrato consensual (desde que las partes
acuerdan sus elementos esenciales), y a su vez, en distinto momento que el contrato
solemne (desde que se cumplen las solemnidades).
Lo importante es establecer que desde ese momento, la obligación produce todos sus
efectos, y por lo tanto, es exigible por el acreedor; nace en términos jurídicos, la
acción.
Nos interesa, ahora, las obligaciones sujetas a modalidad; las típicas son la condición
sujeta al plazo y al modo, pero hay innumerables otras no reguladas por la ley, como la
representación, que tiene como virtualidad también afectar la virtualidad de un
negocio. Las modalidades provienen generalmente de la voluntad de las partes, y se
denominan cosas que son accidentales a un contrato. Sin embargo, la ley suele
establecer también modalidades, plazos, e incluso condiciones, etc.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
● Obligaciones condicionales
Están tratadas en los arts. 1473 y 1493, sin embargo, deben tenerse siempre en
consideración las reglas relativas a las asignaciones testamentarias sujetas a
condición. Hay que tener presentes también los artes. 1070 y siguientes, relativos
a las asignaciones testamentarias.
Tanto es así, que el art. 1493 dispone expresamente que las disposiciones de las
asignaciones testamentarias se aplican a las convenciones en lo que no pugne
con los 20 artículos anteriores. Recíprocamente, en el art. 1070 inc. 3º dice que
(copiar art). Por lo tanto, el tratamiento de la condición no puede perder de vista
dos libros distintos del Código Civil; el libro relativo a las obligaciones
condicionales (arts. 1473 y siguientes) y el libro relativo a las asignaciones
testamentarias condicionales (arts. 1070 y siguientes).
El art. 1070 inc. 2º dice que la asignación condicional es aquella que depende de
una condición, es decir, de un suceso futuro e incierto.
Una mejor definición de “condición” es el hecho futuro e incierto del que depende
el nacimiento o la extinción de un derecho, y de su obligación correlativa.
Habíamos definido como el hecho futuro e incierto al cual se somete la eficacia
de un acto, ahora, esa eficacia podía suponer el nacimiento o la extinción de un
acto.
° Futuridad
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° Incertidumbre
Esto es, que no se sepa si va a ocurrir o no, y por ello la muerte nunca es
condición, porque eso no es incierto. El hecho es incierto.
Ahora, puede concurrir una condición con un plazo, e incluso, una condición,
un plazo y un modo. Puede preguntar ¿quedamos obligados en la medida en
que Pepito cumpla 25 años? Es una condición, porque es a futuro, e incierto
(quizá no llegue a esa edad).
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Bien podría suceder que una disposición, sea mortis causa, o sea intervivos,
quede sujeto a un hecho futuro e incierto, hasta cierto plazo o desde cierto plazo;
cumplido tal plazo, los efectos de esa disposición van a nacer o extinguirse.
Esto porque si bien la condición en el testamento forma parte de una gran parte
de estudio, que son las modalidades nominadas (plazo, condición y modo).
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° Pendiente
° Fallida
° Cumplida
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Es por esto que el art. 1490 distingue entre muebles e inmuebles, y también
distingue si estaba de buena fe, porque cualquiera se puede imaginar es que
si tengo una cosa sujeta a condición resolutoria, lo que más me conviene es
enajenársela a un amigo, y eso es un fraude.
Esta es una clasificación que admite dos caras; el hecho de ser posible o
imposible puede ser física o moralmente. El problema de que sean
físicamente posibles o imposibles se recoge en el art. 1475, 1456 y 1480; la
condición positiva debe ser física y moralmente posible. Esto es una cuestión
que parece lindar con la condición positiva; la condición positiva, en
términos del art. 1457 debe cumplir dos requisitos, debe ser física y
moralmente posible.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
las que están concebidas en términos ininteligibles (si una condición es poco
clara, simplemente se mira como imposible).
Las reglas están en el art. 1475 (condición positiva), art. 1476 (condición
negativa) y art. 1480 (condición suspensiva o resolutoria).
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Otra cosa distinta es que esta clasificación se haya hecho muy importante en
Chile a propósito de una condición tácita impuesta por ley, que es la llamada
“condición resolutoria tácita” del art. 1489, y que es tácita porque la ley dice
que “va envuelta” en los contratos bilaterales, no es necesario que las partes
la expresen (de hecho, si las partes la expresan, toma otro nombre, que es el
de pacto comisorio).
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Hay cuestiones que son naturalmente determinadas; “le doy 100 si usted no
tiene hijos”, es un hecho futuro e incierto, que naturalmente queda
determinado con la posibilidad que le da la madre naturaleza de tener hijos.
− Según el hecho reúna o no las exigencias que se han descrito para que
configure una condición, se distingue entre condición propia e impropia
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EFECTO RESOLUTORIO
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Derivado de lo anterior, y con lo prescrito del art. 1489 (que en los contratos
bilaterales va envuelta la condición de no cumplirse lo pactado) para el estudio
del efecto resolutorio se acostumbra distinguir tres situaciones; la condición
resolutoria ordinaria, la condición resolutoria tácita y el pacto comisorio.
⋅ Pendiente
⋅ Fallida
⋅ Cumplida
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Se dice que las partes entienden que si el otro incumple, hay derecho de
desvincularse de la relación contractual, pero eso no explica el problema
jurídico; el problema jurídico dice más bien con la ausencia de causa, de la
obligación correlativa en los contratos bilaterales, ya que cuando uno
incumple, decae la causa de la obligación correlativa, por lo tanto, lo natural
es que el contrato se desvanezca, y por lo tanto, se produzcan efectos a favor
del contratante diligente.
⋅ Es resolutoria
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⋅ Por el tenor literal del art. 1489 la aplica sólo a los contratos
bilaterales.
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Es por esto que las partes muchas veces elevan a esencial ciertas
cuestiones que son no tan importantes, como los plazos, entonces ellos
en uso de su autonomía, la elevan a esencial, de manera que no haya
ninguna duda que el incumplimiento de esa obligación, traiga como
consecuencia los efectos más graves, que son los efectos resolutorios.
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En el caso de quien esté llano a cumplir, se aplican las normas del art. 1552
que son las normas de la excepción de contrato no cumplido. Se está en
mora en los casos del art. 1551, y el art. 1552 también nos manda a los
contratos bilaterales, el cual dice que ninguno de los contratantes está en
mora mientras el otro no haya cumplido, por lo que para triunfar en la
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- Pacto comisorio
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EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN
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- Entre terceros
El problema se produce cuando la cosa salió del poder del deudor, porque la
enajenó; se produce un conflicto de interés, porque hay un señor que tiene
un derecho que le entreguen la cosa, pero la cosa está en manos de otro ya
que el deudor condicional se lo había entregado.
Ahora, las reglas respecto de los muebles y los inmuebles será distinta,
porque el art. 1491 establece una ficción para considerar ciertas personas
adquirentes terceras que están de mala fe, por el solo hecho de aparecer la
condición en el título respectivo.
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ACCION RESOLUTORIA
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Si revisamos el art. 1567 precisamente el Nº9 dispone como uno de los modos de
adquirir la llegada de la condición resolutoria, y como ya sabemos que la simple
llegada de la condición resolutoria no tiene ningún efecto, sino que debe ser
declarada, dicha condición sirve para después destruir el contrato.
¿Deben entablarse las acciones reales del art. 1490 y del art. 1491 en conjunto?
Difícilmente en la misma demanda, por lo tanto hay que ejercerlas conforme al
art. 18 del CPC; en un mismo escrito de demanda, pero no en la misma
presentación.
La acción resolutoria es mueble o inmueble según sea la cosa debida; reglas del
COT y del art. 580 del CC, esto será importante para determinar la competencia,
por ejemplo. La cuestión más relevante es, sin embargo, la prescripción; la acción
resolutoria tiene prescripción de 5 años contados desde que la obligación se hace
exigible, y el pacto comisorio tiene una regla distinta, porque la acción comisoria
o resolutoria del pacto comisorio prescribe en 4 años, y a diferencia de la
resolutoria, no desde que se hace exigible, sino que desde la fecha del contrato.
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Esto implica a su vez el modo de cumplir la obligación, que las partes han
probablemente entendido que lo fuese, y se resumirá que el modo más racional
de cumplirla es el que han entendido las partes (art. 1483). Por ejemplo, cuando
la condición consiste en pagar una suma de dinero a una persona incapaz, debe
entenderse racionalmente que la intención es pagarla al representante, y no se
entenderá cumplida si se hace el pago al incapaz y éste lo disipa.
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La definición del art. 1494 dice que el plazo es la época que se fija para el
cumplimiento de la obligación, pero es mejor ir al art. 1080, el cual previene que
las asignaciones testamentarias pueden estar limitadas a plazo, esto es, el día que
dependa el goce actual o la extinción de un derecho.
El plazo, que puede ser suspensivo o extintivo, hace depender el goce actual, la
exigibilidad, o la extinción, si es que es extintivo. Sin embargo, se define de
manera doctrinal un poco más pedagógica; el plazo es es todo hecho futuro y
cierto del que depende el ejercicio o la extinción de un derecho.
° Futuridad
° Certidumbre
Del art. 1494 podemos decir que los plazos pueden ser expresos o tácitos; el
plazo expreso es aquél manifestado en términos explícitos, y el plazo tácito
es el indispensable para cumplirlo.
Esto tiene mucha importancia con respecto de la mora, el art. 1551 nos dice
que el deudor está en mora en un caso de plazo expreso y en un caso de
plazo tácito; está en mora cuando no ha cumplido en el término estipulado
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(plazo tácito), y cuando no ha sido dada la cosa sino dentro de cierto espacio
de tiempo (plazo tácito).
Cuando se dice que un acto debe ejecutarse antes de cierto día, se entiende
válido si se ejecuta antes de la medianoche del último día de dicho espacio
de tiempo.
El plazo siempre debe ser cierto, pero puede ser tanto determinado como
indeterminado; se sabe que va a ocurrir, pero no se sabe cuándo, y puede
haber mayor o menor grado de indeterminación, pero el plazo siempre debe
ser cierto.
El plazo legal es aquél que tiene su origen en la ley, como el del pacto
comisorio, o el del art. 2200.
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− Plazo suspensivo
Así, por lo tanto, los arts. 1495 para la condición suspensiva, y el art. 1485
para el plazo suspensivo, son evidentemente distintos; la condición afecta a
la existencia misma de la obligación, mientras que el plazo afecta su
ejecución. Lo que se paga antes de cumplirse el plazo, no está sujeto a
restitución, mientras que lo que se hubiere pagado pendiente la condición
suspensiva, podrá repetirse mientras no se hubiere cumplido.
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° Vencimiento
° Renuncia
° Caducidad
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− Plazo extintivo
● Obligaciones modales
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Es por esto que debemos irnos al art. 1089 llamado “de las asignaciones
modales”, dispone que si se asigna algo a una persona para que lo tenga por suyo
con la obligación de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas obras o
sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un modo, y no una condición
suspensiva.
Para que el modo produzca efecto resolutorio, si cumplimos no pasa nada, salvo
que imponga la cláusula resolutoria de modo, sin embargo, esto no vale en los
contratos bilaterales, porque en los contratos bilaterales el incumplimiento del
contrato produce un efecto resolutorio, porque va envuelta.
− En caso de que, sin culpa del deudor, sea solamente imposible en la forma
especial prevista, podrá cumplirse en otra análoga que no altere la
substancia de la disposición, y que en este concepto sea aprobada por el
juez, con citación de los interesados (art. 1093 inc. 2º).
Los arts. 1545 y siguientes del Título XII del Libro VI bajo el epígrafe “del efecto de las obligaciones”
no solamente trata los efectos de las obligaciones, sino que también los efectos de los contratos. Es
cierto que los contratos son una fuente de la obligación, pero no es la única, por eso es necesario
tenerlo en cuenta. En el art. 1547 empieza a hablar de los problemas relativos al efecto de las
obligaciones propiamente tal.
Los efectos de las obligaciones son el conjunto de medios que la ley pone a disposición del
acreedor para obtener el cumplimiento íntegro y oportuno de la obligación. Dicho en términos
formales, la obligación confiere al acreedor una ventaja, el acreedor por causa de la obligación se
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Esa ventaja se hace efectiva, en el primer efecto de la obligación; el pago. El natural efecto de la
obligación es que el deudor pague, el poner al deudor en la necesidad de dar, hacer o no hacer
aquello a que se obligó.
El efecto de la obligación se vuelve interesante cuando hay incumplimiento, y por ello el derecho
pone a disposición del acreedor para hacer efectivo su derecho personal, fundamentalmente
cuando el deudor esté en mora, ciertos medios. Porque si no pusiere estos medios, el
incumplimiento de una obligación no tendría consecuencias, pero el derecho no puede aguantar
esto.
− Un derecho secundario y supletorio para obtener por equivalencia la prestación que se debe y
el resarcimiento de los daños, que es el derecho a la indemnización de perjuicios.
Con ello tenemos el panorama de los efectos de las obligaciones, que fundamentalmente operan
cuando el deudor no cumplen (porque el efecto natural de una obligación sea su cumplimiento),
pero si no se cumple, el derecho pone a disposición del acreedor ciertos medios para obtener el
cumplimiento forzado, la indemnización de perjuicios y los derechos auxiliares del acreedor.
Para entender esto, debemos dirigirnos en primer término al primero de los temas que deben ser
abordados a propósito de los efectos de las obligaciones; las obligaciones suponen un vínculo
jurídico que por la convención o la sola disposición de la ley ha puesto al deudor en una situación
de concurrir al pago, y de esas obligaciones surgen las acciones personales.
El asunto dice relación con el mal llamado derecho de prenda general de los acreedores;
el art. 2465 dice que toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su
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ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros,
exceptuándose solamente los no embargables designados en el art. 1618.
A este derecho que tienen los acreedores para perseguir todos los bienes muebles y raíces,
presentes y futuros del deudor, lo denomina la doctrina nacional como el derecho de
prenda general de los acreedores, sin los beneficios del derecho real de prenda
(obviamente, porque está mal llamado como derecho de prenda).
Si son todos los créditos de la misma categoría, se pagan a prorrata, y si hay créditos
privilegiados entonces tales acreedores se pagan primero. De este modo, las obligaciones
se ejecutan en el patrimonio del deudor vendiendo sus bienes para pagarse con el
producto.
El CPC en el art. 434 señala cuáles son los títulos que traen aparejada ejecución, que en
definitiva, se caracterizan porque acreditan la existencia de la obligación de un modo
fehaciente; no es necesario discutir sobre su naturaleza ni existencia, ni tampoco un juicio
declarativo para comprobar su carácter de título ejecutivo.
Tales son, por ejemplo, la sentencia judicial firme, la escritura pública, o el instrumento
privado reconocido o mandado a tener por reconocido.
Una obligación podría no estar prescrita, pero de igual forma no ser actualmente exigible
cuando hay un plazo o condición pendiente para su pago. La ejecución forzada, en suma,
será posible cada vez que resulte procedente entablar un juicio ejecutivo.
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El objeto del embargo, es sacar los bienes del comercio, de manera tal que finalizado
el procedimiento de ejecución, se proceda al remate o a las otras salidas que
contemple el código, para que los acreedores se paguen con el producto de los
bienes, a prorrata si no hay privilegios o hipotecas.
El deudor, por su lado, puede defenderse oponiendo las excepciones que contemple
el código, entre las cuales sobresalen la excepción de pago, pero también hay otras
excepciones, como la de prescripción o de transacción:
Se pagará en la medida en que los bienes alcancen, pero también podrán forzar
nuevas ejecuciones en la medida en que vaya adquiriendo nuevos bienes, salvo que el
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En estos tres casos se pide junto con la indemnización de la mora. En el caso del Nº3,
la obligación de hacer se transforma en una obligación de dar (ya no me interesa que
me construyas la muralla, págamela), y en este caso, se pedirá indemnización
moratoria + indemnización de perjuicios.
Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios (la destrucción o el
deshacer la cosa), en este caso será oído el deudor que se allane a prestarlo; hay un
derecho procesal a que el deudor de una idea de cómo hacerlo de otra manera.
CESIÓN DE BIENES
Hay un señor que está demandado ejecutivamente por uno o varios acreedores, y tiene
ciertos bienes, ¿cuáles son las actitudes del deudor? Pagar o no pagar (a veces querrá
pagar pero no tendrá los bienes suficientes) entonces va a hacer un acuerdo de un plan de
pago, pero podría suceder que el deudor quisiera entregar todos los bienes a el o los
acreedores, de manera de gozar con ciertas prerrogativas (esto se llama pago con cesión
de bienes), entregando todos sus bienes, salvo los inembargables, a el o los acreedores,
generándose efectos más benignos para el deudor.
El art. 1614 describe este mecanismo; la cesión de bienes es el abandono voluntario que el
deudor hace de todo lo suyo, a su acreedor o sus acreedores, cuando a consecuencia de
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Para obtener la cesión de bienes (art. 1616) el deudor debe probar su inculpabilidad en el
mal estado de sus negocios, siempre que alguno de los acreedores lo exija.
− Es universal, esto significa que comprende todos los bienes, derechos y acciones del
deudor, salvo los inembargables.
− Los acreedores serán obligados a aceptarla, salvo que se estén a los casos del art.
1617, que son los siguientes:
- Si el deudor ha enajenado, empeñado o hipotecado, como propios, bienes ajenos
a sabiendas.
- Si ha sido el deudor condenado por hurto o robo, falsificación o cualquiera de los
delitos señalados en el Párrafo 7 del Título IX del Libro II del Código Penal.
- Si ha obtenido quitas o esperas de sus acreedores
- Si ha dilapidado sus bienes
- Si no ha hecho una exposición circunstanciada y verídica del estado de sus
negocios, o se ha valido de cualquier otro medio fraudulento para perjudicar a
sus acreedores. Si no detalla el estado de sus negocios, tampoco están los
acreedores a aceptarlo.
Puede hacer cesión de bienes el deudor que no se encuentra en situación de pagar sus
deudas a consecuencia de accidentes inevitables; la cesión de bienes es un beneficio para
el deudor que se halla en la insolvencia por hechos que no le son imputables, a causa de
accidentes fortuitos.
Incumbe al deudor acreditar su inculpabilidad en el mal estado de sus negocios, pero sólo
a condición de que algún acreedor lo exija.
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− Las deudas se extinguen hasta la cantidad que sean satisfechas con los bienes cedidos.
− El que ha hecho cesión de bienes de buena fe (art. 1626 Nº6), goza de beneficio de
competencia. El beneficio de competencia está descrito en el art. 1625, y es el que se
concede a ciertos deudores para no ser obligados a pagar más allá de lo que
buenamente puedan, dejándoseles en consecuencia lo indispensable para una
modesta subsistencia, según su clase y circunstancias, y con cargo de devolución
cuando mejoren su fortuna.
¿Qué bienes no forman parte nunca de la cesión de bienes? Los bienes inembargables.
La ley determina la inembargabilidad de ciertos bienes, en el art. 1618 del Nº1 a Nº10 un
listado de bienes inembargables. Algunos de ellos son:
− El lecho del deudor, el de su cónyuge y de sus hijos, y la ropa necesaria para el abrigo
de todos ellos.
− Los libros relativos a la profesión del deudor.
− Los uniformes y equipos de los militares.
También en el CPC hay una lista de bienes inembargables, así como en las leyes especiales.
PRELACIÓN DE CRÉDITOS
Además la ley crea esta prelación de créditos de manera que los distintos coacreedores se
paguen preferentemente unos de otros, considerando una decisión que toma el legislador,
algunos acreedores con mejor beneficio y prioridad. Entonces, esto no es una injusticia,
sino un llamado de atención al acreedor a la hora de prestar plata sin garantía, porque lo
más probable es que no se pague nunca; si presta plata con garantía, sale beneficiado.
El legislador también por razones de bien común pone al Estado con alguna preferencia, el
legislador por razones de justicia laboral pone a los trabajadores con alguna preferencia, o
por razones humanitarias pone los gastos fúnebres con alguna preferencia.
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Este problema está consagrado originalmente en el CC, pero también en las leyes de
insolvencia de quiebra. La preferencia en general hace excepción a la igualdad legal de
todos los acreedores, y las preferencias son según el art. 2470 solamente el privilegio y la
hipoteca; estas causas de preferencia son inherentes a los créditos para cuya seguridad se
han establecido, y pasan con ellos a todas las personas que los adquieran por cesión,
subrogación o de otra manera.
− Los privilegios corresponden, según el art. 2471 los créditos de la primera, segunda y
cuarta clase.
− Las hipotecas corresponden a los créditos de la tercera clase, según el art. 2477.
El art. 2488 reafirma el principio que no deben interpretarse extensivamente, diciendo que
la ley no reconoce otras causas de preferencia que las indicadas en los artículos
precedentes.
Además, las preferencias se extienden a los intereses (art. 2491), si el crédito produce
intereses, sobre ese interés también hay preferencias. El acreedor no es balista (los que se
ponen en la cola), sino que acreedor preferente.
Las preferencias pueden ser privilegios (los créditos de la primera, segunda y cuarta clase)
o hipotecas (los créditos de la tercera clase):
Son créditos de la primera clase comprende de los que nacen de las causas que se
enumeran:
- Las costas judiciales que se causen en interés general de los acreedores
- Las expensas funerales necesarias del deudor difunto
- Los gastos de enfermedad del deudor
- Los gastos en que incurra para poner a disposición de la masa de bienes del
deudor, los gastos de administración del procedimiento concursal de liquidación
- Los artículos necesarios de subsistencia suministrados al deudor y su familia
durante los últimos tres meses
- Las indemnizaciones legales de origen laboral
- Los créditos del Fisco por los impuestos de retención y de recargo.
Estos créditos afectan todos los bienes del deudor, y no habiendo lo necesario para
cubrirlos íntegramente, preferirán unos a otros en el orden de su numeración; es
decir, además de ser de la primera clase, van en orden si es que no alcanzan, y si hay
varios dentro de uno, a prorrata.
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- El posadero (el hotelero) sobre los efectos del deudor, introducido en la posada y
hasta la concurrencia de lo que se deba; tiene una preferencia respecto de los
bienes que introdujo en el hotel.
- El acarreador o empresario de transportes sobre los efectos acarreados, hasta la
concurrencia de lo que se le debe por acarreo, con tal de que dichos efectos sean
de propiedad del deudor.
- El acreedor prendario sobre la prenda; la prenda es un derecho de garantía real
mueble, y es un crédito de la segunda clase.
El art. 2482 dice que se prefieren según las fechas y según las reglas especiales dadas
para ese artículo.
Las hipotecas de una misma fecha que gravan una misma finca preferirán unas a otras
en el orden de su inscripción. En este concurso se pagarán primeramente las costas
judiciales causadas en él, y después se paga el crédito hipotecario.
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Son aquellos que no gozan de preferencia; son los balistas, y se pagan a prorrata sobre
el sobrante de la masa concursada, sin consideración a su fecha.
Inmediatamente nos podemos dar cuenta que podemos distinguir dos clases de
indemnización, dependiendo de si el deudor no cumplió en absoluto o no cumplió
parcialmente, y/o retardó el cumplimiento.
Hay indemnización compensatoria en los dos primeros casos, porque consiste en dar al
acreedor el equivalente del cumplimiento total o parcial (es la suma de dinero que
equivaldrá al cumplimiento) y en el segundo caso, cuando hay retardo, hay una
indemnización moratoria.
Esto se extrae del art. 1558, el cual señala que la indemnización se extraer como
consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la obligación o de haberse
demorado en su cumplimiento.
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Ahora, también puede ocurrir que la obligación esté incumplida y es verdad, lo que da
lugar a que el acreedor que está frente a una obligación incumplida tenga derecho a exigir
un resarcimiento en dinero, equivalente a lo que él le hubiese interesado en el
cumplimiento de la obligación.
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EL CASO FORTUITO
En general, el caso fortuito hasta el siglo XVII decía relación con los imprevistos, y fue
sólo un jurista Vinnus el que agregó como elemento fundante del caso fortuito la
imposibilidad de resistir.
El caso fortuito, por lo tanto, debe ser imprevisto, y esto significa que las partes no lo
han podido preveer al celebrarse el acto o contrato (no poder preveer que vaya a
haber un terremoto). Hay ciertas circunstancias que normalmente deben preveerse,
por lo que el deudor debe tomar las medidas necesarias para que no le impidan el
cumplimiento, cuando no hay razón especial para creer en su realización.
Autores como Meza Barros dicen que no debe ser totalmente imprevisible, sino que
ordinariamente imprevisible (el profesor cree que esa distinción es incorrecta, porque
la ley no lo distingue, por lo que no nos corresponde distinguir).
Quien decidirá si el hecho es o no fortuito, es el juez, sobre la base de las pruebas que
se le presenten, y tendrá que juzgar si el hecho que se le presenta como interruptivo,
realmente es interruptivo, para lo cual deberá ver si era un hecho imprevisible, y en
segundo lugar, si era un hecho imposible de resistir.
El que tenga un elemento de ser imposible de resistir, quiere decir que el deudor no
puede hacer nada para evitarlo, que no está en sus manos para evitarlo (“no puedo
hacer nada para que deje de llover”, “no puedo hacer nada para no ser apresado por
los piratas”).
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- Cuando se produce por culpa del deudor (art. 1547 inc. 2º), en verdad no existe
propiamente un caso fortuito.
- Cuando sobreviene durante la mora del deudor, tampoco, en este caso, el deudor
es totalmente ajeno al hecho de constituirse el caso fortuito.
LA CULPA
La lex Aquila inaugura el concepto de culpa, y lo que exigía era que se hubiera actuado
con culpa, y lo que se entendía por culpa era la falta de cuidado, la negligencia. Es
decir, un juicio que si bien parece subjetivo (porque el comportarse de cierta manera y
no de otra es subjetiva) se juzga sobre bases objetivas, cómo se hubiese comportado
un buen “padre de familia” ante la misma situación, y el criterio del padre de familia
no es subjetivo, ya que puede elegir comportarse de una manera, pero lo convierte en
un mal padre de familia si se comporta de otra.
ESPECIES DE CULPA
- Culpa grave
Es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun
las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios
propios. Esta culpa, en materia civil, equivale al dolo.
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- Culpa levísima
La culpa, sin embargo, sin perjuicio de ser una misma cosa, se aprecia de manera
distinta en materia contractual y extracontractual:
Así, para determinar de qué clase de culpa se responde, debe estarse a lo señalado en
el art. 1547, que básicamente establece una distribución de culpa sobre la base del
otorgamiento de un beneficio de una parte, de otra parte o de ambas.
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naturaleza solo son beneficio al acreedor. Si vemos el art. 1222 se señala que a falta
de estipulación, sólo responderá por culpa grave.
Si vemos el art. 16 de la ley del consumidor, nos daremos cuenta que el legislador
encuentra abusivas, y por ende, no producen efecto alguno, las clausulas de extensión
absoluta de responsabilidad, por lo que dichas cláusulas son válidas en la medida en
que no sean absolutas.
EL DOLO
El dolo en general era un comportamiento que superaba a la culpa, que suponía una
intención positiva de engañar. El dolo, en materia contractual o de responsabilidad
contractual está definido en el art. 44 inc. final, el cual señala que consiste en la
intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad.
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Supone que está obligado a una prestación, con el fin de dañar el patrimonio o
persona del acreedor, es decir, ya no es una negligencia o comportarse como un mal
padre de familia, sino que es una conducta activa que supone querer dañar.
El art. 1459 particularmente para el dolo, señala que no se presume sino en los casos
previstos por la ley, y en los demás deberá ser probado.
Que el dolo no se presuma no quiere decir que la culpa grave tampoco se presuma; se
presume sobre pérdida de la cosa que se debe, que es un caso particular, y el que
responde por cualquier clase de culpa, responde por dolo.
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TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN
En general, los contratos y las obligaciones deben cumplirse siempre, sin embargo, no
habiendo un caso fortuito se plantea la pregunta de si es que la obligación se hace
excesivamente onerosa por causas sobrevinientes, puede quedar el deudor liberado
de ella.
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Eso quiere decir que no puede ser alterado ni por las partes, ni tampoco por el juez; la
actividad interpretativa del contrato no da para alterar sus condiciones. El problema
dice relación con lo siguiente; ¿pueden los tribunales eximir el cumplimiento de una
obligación que se ha hecho excesivamente onerosa por un cambio en las
circunstancias de manera abrupta en relación a la fecha de celebración del contrato?
Los requisitos que se plantean para que la teoría de la imprevisión sea acogida son:
- Que ese hecho que hace la obligación excesivamente más onerosa, sea ajeno a la
voluntad de las partes.
- Tiene que ser un contrato con ejecución diferida en el tiempo; si las prestaciones
eran de ejecución inmediata, no hay ninguna imprevisión.
Dos son los efectos de la aplicación judicial de una cláusula rebuc sic stanibus, de la
teoría de la imprevisión:
- Que el juez libere a las partes del incumplimiento, destruyendo el contrato (lo
cual no siempre se dará por los efectos radicales de destruir un contrato).
- Que el juez revise y adapte, sobretodo en la parte resolutiva del fallo, el contrato
ordenando un cumplimiento en términos razonables.
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El art. 1550 dice que el riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a
cargo del acreedor, salvo que el deudor se constituya en mora de efectuarla, o que se
haya comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas por
obligaciones distintas; en cualquiera de estos casos, será a cargo del deudor el riesgo
de la cosa, hasta su entrega.
Los efectos del art. 1551 son importantes; recordar que la mora como posición del
deudor, lo pone en una situación más incómoda.
¿Qué pasa cuando la cosa que se debe entregar, se pierde? ¿qué es el riesgo? El riesgo
designa el peligro al que está expuesto una cosa a perecer por caso fortuito, y que
pone a una persona, que puede ser el acreedor o el deudor, en posición de soportar la
pérdida.
- Que la cosa expuesta a perecer sea una especie o cuerpo cierto. Sólo la perdida
de esta clase de cosas acarrea la imposibilidad de cumplir la obligación; el género
no perece.
- Que esta cosa perezca mientras esté pendiente el cumplimiento; el art. 1550 dice
que debe haber nacido la obligación, o no debe haberse extinguido.
Tratándose de una obligación de entregar una cosa identificable, cuando esa cosa
se pierde, alguien debe soportar el peligro; a veces el deudor, a veces el acreedor,
y el legislador distribuye el riesgo dependiendo a veces de la naturaleza del
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En los contratos unilaterales una de las partes no contrae ninguna obligación, por
lo que el problema del riesgo no puede darse; la cosa dada en comodato o
entregada en depósito, cuando se pierde por caso fortuito, extingue simplemente
la obligación.
Sólo ahí estaríamos dentro del inc. 1º del art. 1550, y la cosa se perdería para el
acreedor; será un problema para el acreedor soportar que no le hayan entregado la
cosa, aunque haya pagado por ello, y eso parece ser injusto.
El riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre de cargo del acreedor. Por
lo tanto, el deudor queda libre de su obligación por la pérdida fortuita de la cosa
debida, pero el acreedor no queda liberado de su obligación recíproca y debe cumplir,
sin recibir nada en compensación.
El art. 1820 (compraventa) dispone que la pérdida de la especie o cuerpo cierto que
se vende, pertenece al comprador (acreedor) desde el momento de perfeccionarse el
contrato, aunque no se haya entregado la cosa.
Se dice que el legislador chileno se funda en el Código francés, pero el Código francés
supone que la compraventa transfiere el dominio por su solo contrato, y por ende es
muy natural que el comprador sea quien acepte el riesgo, pero en Chile la
compraventa no transfiere el dominio, siempre es necesario que el título traslaticio
(contrato de compraventa) venga acompañado de tradición.
Por lo tanto, se invierte el principio de que las cosas perecen por su dueño. Esta regla
tiene excepciones que está en el mismo art. 1550:
97
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Eso significaría estar actuando de mala fe, por lo que debe soportar los efectos
de su incumplimiento, y el legislador lo castiga.
¿Qué quiere decir esto en relación con el art. 1550? Que le va a tocar a ese deudor
que perdió la cosa, probar que lo perdió fortuitamente. Es decir, ese deudor tendrá
que probar su diligencia.
El art. 1672 dice que si el cuerpo cierto perece por culpa, la obligación subsiste, pero
varía de objeto y pasa a ser monetaria, con una excepción; que pruebe que la cosa
hubiera perecido de igual manera en manos del acreedor. En tal caso, solo debe los
perjuicios de la mora.
¿Se pueden alterar las reglas del riesgo? Sí, el deudor y el acreedor pueden pactar
todo tipo de responsabilidad, incluso la responsabilidad por caso fortuito en la
pérdida de la cosa que se debe.
Si la cosa se pierde durante la mora, el caso fortuito no exime al deudor, lo que pasa
es que ya no debe la cosa, sino que varía de objeto; es decir, debe su equivalente en
dinero.
La prueba del caso fortuito, dice que corresponde probar a quien la alega, puesto que
el que alega algo, debe probarlo.
98
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El inc. 3º del art. 1547 lo dice, y cada vez que una parte alegue caso fortuito, en la
sentencia interlocutoria de prueba se fijará como punto de prueba la existencia del
caso fortuito, y eso será cargo de quien la alega, normalmente el demandado.
El art. 1664 tiene la misma regla; el deudor es obligado a probar el caso fortuito que
alega, si estando en mora pretende que el cuerpo cierto hubiese perecido de igual
forma en manos del acreedor, también deberá probar esa circunstancia.
Para que un deudor deba indemnizar perjuicios, debe estar en mora. Así lo dice el art.
1557; se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido
en mora, o si la obligación es de no hacer desde el momento de la contravención.
La mora podía ser del deudor (que es lo corriente) pero también podría el acreedor
estar en mora de recibir, y ambas tienen efectos complejos para la persona que esté
en la situación de mora; normalmente la mora del deudor aumenta su
responsabilidad, y la mora del acreedor libera al deudor de ciertas obligaciones que
naturalmente le pertenecen.
El art. 1557 nos entrega una regla de responsabilidad por mora; se debe
indemnización de perjuicios desde la mora, con una regla especial para las
obligaciones de no hacer, ya que si es una obligación de no hacer se debe
indemnización de perjuicios desde el momento de la contravención. Si se ha obligado
a no divulgar, está en mora desde que divulga.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
sola voluntad del acreedor, como por ejemplo cuando se presta una cosa “hasta que
la pida devuelta”.
Si hay un plazo, la obligación se vuelve exigible a la llegada del plazo, sea éste expreso
(art. 1551 Nº1) o tácito (art. 1551 Nº2). Si la obligación no se ha hecho exigible, mal se
puede estar en mora, y tampoco hay mora si hay caso fortuito. El deudor no es
responsable de caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto espacio
de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla
Esto es lo que normalmente se llama “plazo tácito” referido en el art. 1444. Por
ejemplo, si yo le arriendo la casa por la temporada de verano, el plazo está fijado
tácitamente, la naturaleza de la obligación hace que si bien no tiene día cierto,
hace que esté pactado tácitamente, lo mismo cuando se obliga a comprar la
cosecha (no sabemos cuándo llega, pero al momento de llegar, llega).
El deudor podría dejar de estar en mora, si a su vez el acreedor también está en mora
en los contratos bilaterales, la regla se lee del art. 1552, por regla de “la mora purga a
la mora”; en los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora
dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se
allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos.
Que esté llano a cumplir no significa que haya cumplido materialmente, sino que esté
en disposición de cumplirla, y eso se va a materializar en el juicio porque cuando
ejercen la acción de incumplimiento, para demostrar que estoy llano a cumplir, tomo
un depósito a plazo con esa cantidad o deposito en la cuenta corriente del tribunal, y
con ello me saco la mitad del problema encima.
101
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Que las obligaciones deban cumplirse simultáneamente, si una de las partes goza
de un plazo, su contratante no goza de excepción, porque la obligación no se ha
cumplido; si se ha pactado que uno de los contratantes debe cumplir primero, no
puede justificar la excepción del art. 1552.
- El deudor que se encuentra en mora se hace responsable del caso fortuito (art.
1547 y 1672).
- Pone a cargo del deudor el riesgo de la especie o cuerpo cierto cuya entrega se
deba (art. 1550).
Se desprende del art. 1548 dispone que la obligación de dar una especie o cuerpo
cierto contiene la de conservarla hasta el momento de la entrega, so pena de
indemnizar perjuicios al acreedor que no se ha constituido en mora de recibir. El
legislador libera de ciertas obligaciones al deudor cuando el acreedor está en mora de
recibir, porque consiste en una negativa injustificada de recibir una prestación justa.
- El cuidado ordinario de la cosa que pesa sobre el deudor sólo lo obligará hasta la
culpa grave o dolo.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Se entiende por perjuicio toda disminución del patrimonio del acreedor, así como la
pérdida de la legítima utilidad que debía reportarle el contrato, y de que el
incumplimiento le priva.
La prueba de los perjuicios, por regla general, incumbe al acreedor como una
aplicación de las reglas generales que presiden el onus probandi.
16/05
Los perjuicios son disminuciones del patrimonio del acreedor, pero también la pérdida
de una ganancia a la que legítimamente tenía derecho ese acreedor producto del
incumplimiento de la obligación, o como consecuencia de ella, en la medida en que
los perjuicios sean ciertos o haya algún nivel importante de incertidumbre que se haya
producido.
Sobretodo ese requisito es importante, se ha fallado muchas veces que para ser
beneficiario del lucro cesante se requiere un grado de certidumbre (no total) pero que
debiese haberlo en cierta medida.
Se agregan como daños que califican jurídicamente como perjuicios, los daños
causados a la honra, honor, y en el caso de las personas jurídicas, la reputación, que
sean producto del incumplimiento obligacional.
Eso que hemos dicho es bastante obvio, no es tan fácil porque los juicios deben
cumplir ciertos requisitos (incertidumbre, relación causal), el problema sin embargo
es más complejo cuando habla del título y la evaluación (hasta dónde, cuánto, cómo,
de cuánto perjuicio se responde), y esto es muy complejo, porque las formas que se
pueden dar para la evaluación de perjuicios fundamentalmente se resumen en tres:
- Avaluación legal de perjuicios (art. 1559 sólo para obligaciones de pagar una
cantidad de dinero).
Cuando yo quiero demandar perjuicios, tengo que saber por cuánto puedo
demandar, porque a veces no se han producido perjuicios suficientes para
103
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
realizar una demanda, y además tengo que tener claro que tengo que probar los
perjuicios, y de hecho, hemos visto que la resolución que recibe la causa a
prueba siempre tendrá la naturaleza y monto de los perjuicios.
El art. 1559 dice que la ley hace la avaluación de los perjuicios solamente en las
obligaciones que tienen por objeto el pago de una cantidad de dinero.
El art. 1559 del CC está creado antes de la publicación de la ley 18.010 y antes de
la ley de protección al consumidor, y la ley sobre consumo financiero, y la ley
sobre intereses moratorios y gastos de cobranza.
Este artículo se trata de cómo se avalúan los perjuicios cuando hay que pagar una
cantidad de dinero y no se aplica la ley de operaciones de crédito de dinero, por
lo tanto se aplica a las operaciones simples de dinero (distintas a la de la ley
18.010).
⋅ Basta el hecho del retardo para que se presuman los intereses moratorios;
desde que el deudor está en mora, debe perjuicios, sin necesidad de
probarlo.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Si nos fijamos, esta es una ley que suprime básicamente o deja casi sin aplicación
las reglas del mutuo, porque lo corriente es que los mutuos recaigan sobre
dinero, y hasta la aplicación de la ley 18010 se regulaban por las normas del CC,
pero con la dictación de esta ley, las operaciones de mutuo, no solamente
bancario sino de todo tipo, quedan sujeto a esta misma ley, que altera las reglas
del art. 1559 sobre pago de intereses.
Podemos constituir interés toda suma que recibe o tiene derecho a recibir el
acreedor, a cualquier titulo por sobre el capital. Cualquier cosa que tenga
derecho de recibir sobre capital, constituye interés.
Son en pesos.
Es interés toda suma que se recibe o tiene derecho a recibir el acreedor por
sobre el capital reajustado.
Son en UF.
El art. 8 dice que se tendrá por no escrito todo pacto de intereses que excede el
máximo convencional, y en tal caso los intereses se reducirán al interés corriente
que rijan al momento de la convención.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
¿Qué debe el deudor que retarda? A diferencia del deudor que retardaba una
operación simple de dinero, aquí se deben los intereses desde la fecha corriente
del retardo y a las tasas que rijan durante ese retardo.
La gracia de esto es que hay que explicar con anticipación cuál es la tasa de
interés moratorio, y en la letra f) se dice que en todo crédito de consumo se debe
informar la tasa de interés moratorio en caso de incumplimiento y el sistema de
cálculo de los gastos que se genere.
Los intereses se aplicarán sólo sobre los saldos insolutos del crédito concedido
(art. 38). El art. 39 señala que cometerán infracción a la presente ley, los
proveedores que cobren intereses por sobre el interés máximo convencional a
que se refiere la ley 18.010 sin perjuicio de la sanción civil que se contemple en el
art. 8 de la misma ley, y la sanción penal que resulte pertinente.
Por lo tanto, ¿qué es lo que se debe? Lo que se debe en las operaciones simples
de dinero es el art. 1559, y si la operación es de crédito de dinero (ley 18.010)
rigen las leyes que hemos leído, con las normas de protección del art. 37 y las
leyes de protección al consumidor.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Este pacto figura en el mismo contrato y se señala en el art. 1535 que la cláusula
penal es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una
obligación, se sujeta a una pena, que consiste en dar o hacer algo en caso de no
ejecutar la obligación principal.
Las partes, mediante un acuerdo en el contrato señalan que para el caso del
incumplimiento total o parcial, o/y mora o simple retardo, el deudor se obligará a
pagar la cantidad de 10.000 UF al acreedor.
Esa cláusula penal tiene un limite en cuanto a su cuantía, no puede ser enorme,
ya que uno de los casos de lesión que vimos era la del art. 1544, la cláusula penal
no puede ser enorme.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
¿Puede el deudor pedir rebaja? Sí, el caso está en el art. 1539, si hay sólo
cumplimiento parcial, y el acreedor acepta la parte, tendrá derecho para que se
rebaje proporcionalmente.
El art. 1542 dice que habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se
hubiere estipulado, sin que pueda alegarse por el deudor que la inejecución de lo
pactado no le ha inferido perjuicio al acreedor o le ha producido beneficio.
Entonces, la avaluación judicial comprende lo que nos dice el art. 1556 del CC,
que toda indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro
cesante. El daño emergente va a equivaler a la prestación por equivalencia fijado
a dinero, es decir, lo que vale en dinero el cumplimiento de la obligación para el
acreedor, y el lucro cesante es lo que se determina como una ganancia a la que el
acreedor tenía legítimo derecho.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Sin embargo, el legislador sólo hace responsables en ambos casos (dolo y culpa)
de los perjuicios directos, y nunca de los perjuicios indirectos.
La ley distingue entre los perjuicios directos e indirectos y los perjuicios previstos
e imprevistos al tiempo de la celebración de contrato:
Un comprador compra una vaca enferma que contagia a las demás, como no
tiene animales, el comprador no cultiva sus tierras, como no cultiva sus
tierras, no paga sus compromisos, como no paga sus compromisos su
propiedad es vendida).
Por ello se cumple incluso en caso de dolo sólo por los perjuicios directos; el art.
1558 dice que si hay culpa, se responde de los perjuicios previstos o que
pudieron preverse al tiempo del contrato, en caso de dolo, sin embargo, se
responde de más; es responsable de todos los perjuicios de que fueron
consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la obligación (es decir,
es responsable de los perjuicios directos y los imprevistos, pero nunca los
indirectos).
¿Cuándo se debe entender que el deudor obra con culpa? Según el art. 1547.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
19/05
Resulta ser que si bien el acreedor tiene derecho de prenda general sobre todos los bienes
muebles e inmuebles, ese derecho de prenda general se puede frustrar por ciertas
actuaciones del deudor que lo empobrezcan, con la finalidad de disminuir o llevar hacer su
patrimonio, o incluso un patrimonio negativo, con la finalidad de defraudar a los
acreedores.
De manera que Nicole le debe 1.000 a Marcelo, sabe que la va a demandar, tiene una casa
y la “vende” a su amigo, de manera que una vez que la demande, se le transfiera; la venta
funcionaba como una cuestión más bien simulada.
La cuestión es importante, porque los derechos auxiliares de los acreedores lo que tienden
es a evitar que el derecho de prenda general se torne en una cuestión meramente
simbólica, y tenga un valor real, vale decir, que el derecho de prenda general sea garantía
del pago de las deudas al acreedor. El acreedor tiene que tener los medios adecuados para
velar por la integridad del patrimonio del deudor, de manera de que sus créditos puedan
ser cobrados.
Le interesa que los bienes no se deterioren en manos del deudor, por eso que cuando
estudiábamos la prenda y la hipoteca, sabíamos que el deudor prendario e hipotecario
tenía la obligación mejorarlas. En general, son reglas que evitan el enriquecimiento del
deudor, por la vía del fraude o la vía de impedir el deterioro.
Es por esto que tienden a garantizar los derechos auxiliares del acreedor, a auxiliar a un
acreedor de manera de que aumente su posibilidad de pagarse con los bienes del deudor.
Pero no solamente dejar que se pierdan o se deterioren, el derecho auxiliar del acreedor
también puede tener como finalidad (algunos de ellos) el aumentar el patrimonio del
deudor, incorporando bienes, o reincorporando bienes al patrimonio. No solamente vamos
a evitar que salgan, sino que también deben reincorporarse bienes a la masa que están
obligados al pago de las deudas.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Asistir a la confesión del inventario por parte de los acreedores, en el art. 1455.
- Las medidas precautorias de los arts. 290 y siguientes del CPC, la prohibición de
celebrar actos y contratos. También está el nombramiento de un interventor, etc.
El secuestro de la cosa (cuando se litiga sobre una cosa).
En ciertas ocasiones, el deudor tiene derecho a cobrar ciertos créditos que a su vez le
debían, entonces la pregunta es la siguiente; ¿ese deudor tiene real interés en ir a
cobrar, si todo lo que obtenga, se lo va a quitar el acreedor?
El código no tiene una norma en general que prescriba la acción oblicua, pero
entiende que como confiere una acción especial, debe solo competer en los casos en
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
que la ley la establece. Los acreedores pueden subrogarse en los derechos reales de
usufructo, prenda e hipoteca del deudor.
Así, obviamente que el deudor puede tener en su posición bienes ajenos, que
están fuera del alcance de los acreedores, pero sobre esos bienes podría haber
un derecho real de usufructo, prenda o hipoteca, y los acreedores están
autorizados para ejercer esos derechos.
- Los acreedores del que repudia una asignación, en perjuicio de sus derechos
podrán hacerse autorizar por el juez para aceptar por el deudor.
- Los acreedores pueden sustituir al deudor para aceptar o repudiar una herencia o
legado. Esto es importante, porque no querrá aceptar una herencia o legado si
sabe que los bienes se irán al acreedor, y mediante esta acción pueden
subrogarse (mediante autorización judicial) en una herencia o legado.
- La actitud del deudor, que es una actitud negligente, le cause perjuicio a los
acreedores, porque si no acepta una herencia o no cobra la renta y los bienes del
deudor alcanza de sobra para pagarlo, no tiene derecho a ejercer la acción
oblicua o subrogatoria.
- No necesariamente debe ser con autorización judicial, pero de igual forma tendrá
que hacerlo porque nadie le pagará por presentarse nada más.
112
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Que sea subrogatoria significa que el acreedor se pone en el mismo lugar del deudor,
y ese es el efecto, por lo tanto los pagos hechos por esta persona, son pagos bien
hechos.
En el derecho romano servía para que el ejecutado exportaba (en sentido jurídico), se
empobrecía sacando bienes de su patrimonio, normalmente a terceros de mala fe, y
el pretor en ese entonces le daba un interdicto recuperatorio, de manera que esos
bienes volvieran a la masa de bienes del deudor, y que esa masa terminara siendo lo
que realmente era.
Para evitar el fraude, el pretor creó el interdicto fraudatorio, que hoy en día es nuestra
acción pauliana. Si vamos a las leyes de quiebra, nos vamos a encontrar con estas
acciones concursales que forman el concurso de acreedores en una quiebre personal,
y normalmente fijan un periodo llamado “periodo sospechoso” en donde todas las
enajenaciones entran en sospecha justo antes de la sucesión de pago; “todo lo que se
vendió 200 días antes del día de la sucesión de pago, está sujeto a acciones
revocatorias, porque se presume que son hechas para defraudar al acreedor”.
Si el deudor enajena sus bienes, causa daño al acreedor, incluso más daño que si deja
de ejercer ciertos derechos que le permiten la subrogación, porque si antes tenía 100,
ahora tiene 50. El empobrecimiento perjudica directamente las expectativas de pago
de los acreedores.
El problema es que cuando los enajena, dejan de estar perseguibles por decreto
judicial, por lo tanto quedar casados de la prohibición del objeto ilícito; salieron antes
de decretar la embargación, pero ni el pretor ni los legisladores son tontos, por lo
tanto siempre fijan un periodo hacia atrás en que normalmente esas operaciones son
sospechosas, y permiten al acreedor dirigir acciones con la finalidad que esos bienes
vuelvan a la masa del deudor, con la finalidad de que pueda responder a los créditos.
La finalidad es que se dejen sin efectos ciertas enajenaciones hechas por el deudor, de
manera que como quedan sin efecto, retornen al patrimonio, y vuelvan a estar afectas
al derecho de prenda general.
Cuando el acreedor ha contratado en el deudor sin las medidas caucionales, sin las
garantías reales que correspondan, como una hipoteca o una prenda, se expone a que
el deudor en uso de sus facultades propias del dueño, disponga de sus bienes.
Normalmente las disposiciones de bienes no debieran ser complejas, porque es un
derecho, sin embargo, en ocasiones esas disposiciones llevan a empobrecer de tal
manera al deudor, que causan daño al acreedor.
El deudor, por lo tanto, debe comportarse de buena fe; si se comporta de mala fe, es
decir, se empobrece voluntariamente, tendrá problemas, porque cumpliéndose
ciertos requisitos los acreedores podrán ejercer las acciones revocatorias
correspondientes, dejando sin efecto dichas enajenaciones.
113
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El art. 2468 dice que el acreedor tiene derecho a dejar sin efecto, en la medida que
tanto el deudor como el tercero estén de mala fe:
- Los contratos onerosos
- Las hipotecas y las prendas
- Anticresis
Si está de mala fe el deudor, será rescindibles, mientras se pruebe dicha mala fe:
- Los contratos gratuitos
- Las remisiones
La prueba del fraude pesa sobre el acreedor, sobre quien intenta la acción revocatoria;
el fraude no se presume.
La sentencia que acoge la acción revocatoria, revoca el acto (la venta, o la hipoteca,
etc.), y reintegra el bien al patrimonio del deudor, incorporándose ese bien al derecho
de prenda general.
23/05
Las obligaciones también se extinguen, y el legislador las extingue por un modo especial, que es la
extinción. El art. 1567 dispone que toda obligación puede extinguirse por una convención en que
las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por
nula, y se extinguen, además, en todo o parte, por:
− Solutio o pago efectivo
− Novación
− Transacción
− Remisión
− Compensación
− Confusión
− La pérdida de la cosa que se debe
− La declaración de nulidad o por la rescisión
− Por el evento de la condición resolutoria
− Por la prescripción
114
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
La dación en pago también es un modo de extinguir. El plazo extintivo tampoco está ahí, pero
también es una forma de extinguir la obligación, y en algunos casos, la muerte del acreedor o del
deudor extingue la obligación, y por eso se ha sostenido que no es una lista taxativa, sino
incompleta.
Hay otros modos que extinguen la obligación, como la prescripción y la pérdida de la cosa
debida, los cuales no satisfacen al acreedor, ya que éste no gana nada, y ambos son modos de
extinguir las obligaciones.
Los que extinguen la obligación de manera directa son la prescripción, el pago, la pérdida de la
cosa debida; aquellos que extinguen la obligación misma.
1. Pago
En derecho romano, estudiamos que la traditio solventi causa era la manera de extinguir
las obligaciones de dar, y más todavía una cantidad cierta. En cambio, cuando era una
obligación de hacer, era una satisfacere, es decir, que se declara suficiente el hecho.
El pago es la prestación de lo que se debe, sea que lo que se deba sea dar, hacer o no
hacer. Paga el que extingue la obligación de dar, el que satisface la obligación de hacer y el
que se abstiene en la obligación de no hacer.
En el lenguaje jurídico del CC, paga el que extingue toda clase de obligaciones de lo que se
debe, no de lo que no se debe. Si pago lo que no debo, no pago, sino que se generan
otros efectos.
Si la obligación es de dar, paga quien transfiere el dominio, y por ello veremos que quien
no es capaz de transferir dominio (no tiene potestad alienandi), no puede pagar, y si la
obligación es de hacer, dependerá de si hemos tomado o no en consideración el talento
especial.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Para efectos del estudio de esta materia, el CC divide la cuestión en los siguientes párrafos
(MEMORIZAR):
En principio, por lo tanto, es indiferente quien pague, ya que puede ser el deudor (o
sus herederos, etc.) o cualquiera por él.
Sin embargo, los efectos del pago de un tercero son distintos, en el sentido de que
una cosa es que el vínculo jurídico, cuando un tercero paga se extinga, y otra cosa es
cuáles serán los efectos a favor de ese tercero, en contra del deudor original.
Si se agota esa vía, debe pagar él, y si paga él, podrá pedir reembolso de lo
pagado, mediante una acción subrogatoria, porque el art. 1610 Nº3 y el art.
2670 dispone que el fiador se subroga contra el deudor principal en lo que ha
dado o pagado.
116
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
en los derechos del acreedor legalmente, y por ello, goza de todos los
privilegios y beneficios.
Por ello, según el art. 2158, puede pedir el reembolso con intereses
corrientes. Sin embargo, el art. 1610 Nº5 dice que opera la subrogación
legal cuando pagando una deuda ajena, con consentimiento expreso o
tácito, opera una subrogación legal.
Pero, ¿no habíamos dicho que había mandato? Lo que pasa es que lo que
se genera acá básicamente es una elección de acciones, y dependerá de
qué acción se elija, dependiendo de si están prescritas o no, o si tiene
mayor garantía y privilegios, y ahí elegiré la subrogación, porque se
subroga en todos sus beneficios, privilegios e hipotecas, etc., pero se me va
a acortar el plazo de prescripción porque es la misma acción del acreedor.
En cambio, la acción del mandato surgirá desde que hay acuerdo expreso o
tácito, y me permitirá perseguir intereses corrientes.
Quien paga sin conocimiento del deudor (art. 1573) tendrá derecho al
reembolso, pero lo que no tiene es subrogación. Tampoco puede pedirle al
acreedor que le de la subrogación convencional, otra cosa es que se lo de,
pero no puede obligarlo a cederle la acción.
117
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Esta norma parece ser contradictoria contra la norma del art. 2291; quien
administra negocio ajeno contra la expresa prohibición del interesado, no
tiene demanda contra él, sino cuando se cumplen dos requisitos:
° Que la gestión le hubiere sido útil
° Que al momento de la demanda, persista la utilidad.
A opinión del profesor, el art. 1574 se refiere sólo al pago, y el art. 2291 se
refiere a todo tipo de gestiones de negocios contra la voluntad del
acreedor.
° Leopoldo Urrutia dice que el art. 2291 se aplica cuando el pago es útil
al acreedor, y si no es útil, se aplica el art. 1574.
° Claro Solar dice que no hay contradicción, porque el art. 1574 dice
que el tercero no tiene derecho a reembolso, y el art. 2291 no
contempla reembolso, sino para pedir la utilidad de la agencia
oficiosa, que puede ser perfectamente pedir la utilidad de lo pagado.
¿Qué requisitos debe contemplar este pago para ser válido? (art. 1575)
- Que el que paga sea dueño de la cosa pagada, o pague con consentimiento del
dueño cuando ese pago debe transferir la propiedad.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Si el tradente no es dueño, no transfiere más derecho que los que tiene, y como
no es dueño, no se transfiere el dominio, por lo que no hay pago, salvo que
obre con consentimiento del dueño.
Por ello:
El problema es que cuando recibí esa cosa que no era del pagador, es que en
ese mismo momento comencé a poseer, y dependiendo de si poseo regular o
irregularmente me pongo en el camino de la prescripción ordinaria o
extraordinaria.
Además, como el pago es tradición, sabemos que para que opere una tradición
válida se requiere no solo intención, sino que también la capacidad para
transferir el dominio.
Un pago hecho por un incapaz, puede valer por excepción, cuando siendo nula
la convención:
⋅ Se sanea por el transcurso del tiempo.
119
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Para que el pago sea válido, menester es que si hay que cumplir ciertas
solemnidades que la ley prescribe, se cumplan dichas solemnidades.
Así como es irrelevante quién puede hacer el pago (sin perjuicio de sus efectos y su
siempre naturaleza extintiva), no es para nada irrelevante y no siempre tiene
naturaleza extintiva el pago que es hecho sin observación de las reglas que van a
expresarse, y que son mucho más detalladas, porque el tema es más complejo y
delicado.
⋅ Al acreedor mismo bajo cuyo nombre se entienden todos los que le hayan
sucedido en el crédito
En general, este pago siempre es válido cuando se cumplen con los requisitos.
Sin embargo, el art. 1578 establece tres excepciones:
El pago hecho al acreedor incapaz, salvo que se probare por quien paga
que la cosa con que se pagó se ha empleado en provecho del acreedor, y
en cuanto este provecho se justifique con arreglo al art. 1688, esto es:
o Que se probare que haya sido en provecho del acreedor
o Cuando probare haberse hecho más rica la persona incapaz, y eso
ocurrirá cuando:
▪ Las cosas pagadas hubieran sido necesarias
▪ Las cosas pagadas no hubieran sido necesarias, subsistan y se
quisiera retener.
120
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Reciben legítimamente:
- Los tutores y curadores por sus respectivos representados.
- Los albaceas (las personas que los testadores nombran, con o sin bienes,
para administrar y cumplir ciertas disposiciones testamentarias) que
tuvieren este encargo especial o la tenencia de los bienes del difunto.
- El marido por su mujer en cuanto tengan la administración de sus bienes.
- Los padres o madres que ejerzan la patria potestad por sus hijos.
- Los recaudadores fiscales o de comunidades o establecimientos públicos,
por el Fisco o las respectivas comunidades o establecimientos.
- Las demás personas que por ley especial o decreto judicial estén
autorizadas para ello.
Por ello, por acreedor se entienden todas las personas que representan al
acreedor, sea judicial, sea legal o convencionalmente.
El art. 1580 señala que la diputación para recibir el pago puede conferirse:
° Por poder general para la libre administración de todos los negocios del
acreedor
Según el art. 2133 inc. 2º, confiere al mandatario sólo las facultades que la
ley le autoriza, entre las cuales se encuentran cobrar los créditos del
mandante, vale decir, recibir el pago siempre que se trate de créditos
pertenecientes al giro ordinario del acreedor.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Por ello, la dictación del pago que emana de un poder general, sólo da
derecho a cobrar los créditos y a recibir pagos que formen parte del giro
ordinario del acreedor.
° Poder especialísimo
En el caso del mandatario, hay un caso especial; el art. 1582 dice que el poder
conferido por el acreedor a una persona para demandar en juicio al deudor, no
le faculta por sí solo para recibir el pago de la deuda. Cuando estudiamos las
facultades especiales, estudiamos la facultad de percibir, si el mandatario no
tiene facultad de percibir, no puede recibir válidamente un pago, sea que conste
en el mismo escrito en que se confiere el mandato judicial autorizado ante el
Secretario del Tribunal o una escritura pública, la facultad de percibir es la que
confiere al mandatario judicial la capacidad de diputarse.
Puede ser diputado para el pago cualquier persona a quien el acreedor cometa
el encargo, aunque al tiempo del conferírsele no tenga la administración de sus
bienes ni sea capaz de tenerla. La constitución de la diputación del pago (el
mandato) no requiere capacidad de ejercicio en el diputado, esta norma debe
ser leída en conjunción con el art. 2128, ya que si es un menor adulto, será
valido respecto de terceros.
TÉRMINO DE LA DIPUTACIÓN
La diputación para el pago termina por las mismas razones que termina un
mandato, pero en especial por la muerte o incapacidad sobreviniente del
diputado y por la revocación.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
REVOCACIÓN DE LA DIPUTACIÓN
La diputación puede terminar por revocación (art. 2163). El art. 1584 dice que
hay una excepción a la revocación, cuando la persona designada por ambos
contratantes para recibir, no pierde esta facultad por la sola voluntad del
acreedor, salvo que el juez lo autorice en todos los casos en que el deudor no
tenga interés en oponerse a ello.
El efecto del pago del diputado, es el mismo efecto del pago del acreedor, ya
que cualquiera de los dos es igualmente válido.
El pago hecho a quien estaba en posesión del crédito, será valido aunque
después aparezca que el crédito no le pertenecía.
Hay ciertas formas de pago que en principio son nulas, pero que se validan (art.
1577); el pago hecho a una persona distinta de las dichas anteriormente, es válido si
el acreedor lo ratifica de modo expreso o tácito, pudiendo legítimamente hacerlo, y
si el que ha recibido el pago sucede en el crédito como heredero del acreedor, o
legatario.
La regla general es que si se acordó un lugar, debe hacerse en ese lugar estipulado
en la convención. Típicamente, la voluntad de las partes priman sobre las
disposiciones legales.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Si no hay estipulación, rige el art. 1588, y que distingue si la cosa que se paga es una
especie o cuerpo cierto, o si es un género:
- Si se trata de una especie o cuerpo cierto, se hará el pago en el lugar en que
dicho cuerpo existía al tiempo de hacerse el contrato.
- Si se trata de un género, se hará en el domicilio del deudor.
El art. 1571 que los gastos que proceden del pago son de cuenta del deudor, salvo
que se haya estipulado lo contrario. Cuando hay que transportar la cosa, debe pagar
el transporte, y por eso es que es importante el lugar.
- Al tenor de la obligación
El art. 1569 no está en dicho párrafo, pero es muy importante, ya que dice que
se hará bajo todos los respectos en conformidad al tenor de la obligación, sin
perjuicio de lo que en casos especiales dispongan las leyes. El acreedor no
podrá ser obligado a recibir otra cosa que lo que se le deba, ni aún a pretexto
de ser la cosa de igual o mayor valor a la ofrecida.
Paga bien el que paga a lo que se obligó, el objeto del debitum limita el objeto
del pago, y por ello el acreedor no puede ser compelido a recibir una cosa
distinta.
- Íntegramente
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
La segunda norma que gobierna esto es el art. 1569; el pago debe ser íntegro,
no puede obligar a recibir por partes, a no ser que acuerden en ello y sin
perjuicio de lo que digan las leyes especiales. La integridad del pago comprende
el capital, los intereses y las indemnizaciones que se deban.
Las partes pueden disponer de las normas sobre integridad del pago, lo dice el
mismo art. 1591, sin perjuicio de la convención contraria. Si la obligación es de
pagar a plazo, se entenderá dividido el pago en partes iguales, a menos de
haberse pactado la parte o cuota que haya de pagarse a cada plazo.
Pero la ley también puede derogar esta norma (art. 1592), ya que el pago de la
suma disputada, si hay controversia sobre la integridad, acerca de cuánto es lo
que se debe, como de los intereses o indemnizaciones, el juez podrá ordenar el
pago de la cantidad no disputada, mientras se dispute el resto; esto quiere decir
que puede obligarlo a recibir por partes, mientras se resuelve la indivisibilidad
del pago en lo disputado.
26/05
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Estos son los pagos para la cosa cierta, el deudor, por lo tanto, es responsable de sus
deterioros por hecho o culpa, sea que lo haya causado él o sus dependientes. Hay
una excepción; cuando el deudor está en mora, responde de toda clase de
deterioros, salvo caso fortuito a que la cosa igualmente se hubiese expuesto en
manos del acreedor.
Las obligaciones de género rige el art. 1509, que debe ser confrontada con el art.
1590; el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el deudor
puede entregar cualquiera de ellas mientras sea de una calidad más o menos
mediana. No puede elegir qué saco de trigo, por lo tanto si el género se deteriora, el
deudor está igualmente a pagar con otra cantidad del mismo género, no hay que
entrar en la discusión si hubo culpa o no, etc., porque eso no es relevante.
La pérdida del género no extingue la obligación; mientras haya género para pagar, no
hay problema. En cambio, las especies se pierden o se deterioran, y cuando se
pierden por hecho o culpa, ese deudor se hace responsable salvo caso fortuito.
Esto está tratado en el art. 1597; a veces se debe el capital + intereses, entonces es
importante a quién le imputo primero, si el capital o los intereses, o a veces debe
tres deudas distintas, y me pasa 100, ¿a qué deuda van esos 100?.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
SI se deben capital + intereses, se rige en primer lugar las normas del contrato, y si
no pactan se imputa conforme las reglas de imputación legal, se imputará
primeramente a los intereses, salvo que el acreedor consienta expresamente que se
impute el capital.
Si el acreedor otorga carta de pago (el documento que dice que está pagando) sin
mencionar los intereses, se presumen éstos pagados. Con esto hay que tener
cuidado.
Si hay diferentes deudas, puede el deudor imputar el pago al que él elija, pero sin el
consentimiento del acreedor, no podrá preferir la deuda no devengada a la que lo
está. Puede pagar pero sólo respecto de las deudas exigibles, no puede pagarlas
antes de plazo salvo que lo permita el acreedor.
A veces los intereses superan por mucho al capital, y si los intereses siguen
generando intereses, nos interesa extinguir esa parte.
Las reglas están en los art. 1595 a 1597, a veces la imputación le corresponde al
deudor, otras veces al acreedor, y otras veces será legal.
− Prueba de pago
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- El recibo que acredite el pago del capital hace presumir el pago de los intereses
(art. 1595 inc. 2º); “si el acreedor otorga carta de pago del capital sin mencionar
los intereses, se presumen éstos pagados”.
¿Cómo se prueba? Con un documento, llamado “carta de pago” que tiene derecho a
exigir conforme al art. 120 del Código de Comercio. El hecho de exigir carta de pago
será prueba suficiente para acreditar el pago con ese documento.
Surge la duda de si se puede probar con testigos el pago; Claro Solar y Meza Barros
dice que no porque rige la prohibición del art. 1708 no se admitirá prueba de
testigos cuando vale más de 2 UTM, la doctrina chilena dice que si no consta de
prueba sino es en escrito. Jorge Barahona dice que eso es para los actos y contratos
que contiene la promesa de entrega de una cosa.
En la ley de protección al consumidor para hacer efectivo los derechos que la ley
concede, particularmente los de la triple opción (restitución, reparación o
reembolso), se exige que el consumidor presente la documentación respectiva, y se
parece mucho eso al documento del pago; ¿la boleta? Si el legislador hubiera
querido decir boleta, habría dicho eso, no documentación.
¿Qué pasa cuando el acreedor se niega a recibir el pago? Entendiendo que es una
convención que requiere de la voluntad de ambas partes, y podría suceder que el deudor
interesado en extinguir la obligación, se encuentre con un acreedor que se niega a recibir
el pago.
El repudio a recibir el pago podría traer consecuencias nocivas al deudor. La ley así como
considera que los deudores pueden estar en mora, también considera que el acreedor
puede estar en mora de recibir, es por ello que inventa el pago con consignación.
El repudio a recibir el pago no libera al deudor de pagar, lo pone en una situación más
ventajosa respecto de la pérdida de la cosa que se debe, pero no lo libera, entonces el
legislador dice que tiene que seguir un procedimiento para pagar contra la voluntad del
acreedor, llamado “pago con consignación”.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
La consignación (art. 1598 y 1599) es el depósito de la cosa que se debe hecho a virtud de
tres circunstancias:
- La repugnancia
- La no comparecencia del acreedor a recibir el pago
- La incertidumbre acerca de la persona del acreedor con las formalidades necesarias
en manos de una tercera persona.
LA OFERTA
El art. 1600 inc. 1º que la consignación debe ser precedida de la oferta, y para que la
oferta sea válida debe reunir las circunstancias que siguen.
FORMAS DE LA OFERTA
Para determinar la forma como debe hacerse la oferta, se hace necesario distinguir:
La oferta, en este caso, se rige por las reglas del art. 1602; se hará al tesorero
comunal respectivo, quien se limitará a tomar conocimiento de ella y el deudor
podrá proceder a la consignación en la forma prevenida en el artículo precedente.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El art. 1600 señala los requisitos intrínsecos o de fondo de la oferta, que son los propios
de todo pago:
- La obligación debe ser exigible, es decir, que haya expirado el plazo o se haya
cumplido la condición. Sin embargo, si la obligación es a plazo, la oferta podrá
también hacerse en los dos últimos días hábiles del plazo.
La oferta es solemne y la ley ha querido darle ese carácter para que de ella quede
constancia de modo indudable:
- La oferta debe hacerse por un notario o un receptor judicial, sin previa orden del
tribunal, y para efectuar la oferta, el deudor pondrá en sus manos una minuta de lo
que debe, con los intereses vencidos si lo hay, y demás cargos líquidos.
- Para efectos del pago por consignación de alguna obligación en moneda extranjera,
el deudor acompañará a la minuta un certificado del Banco.
Por lo tanto, cuando el acreedor demandó y se negó a recibir, para que el pago sea válido
contra la voluntad del acreedor basta con que se consigne judicialmente, mediante el
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
- Cuando se trate del pago periódico de sumas de dinero provenientes de una misma
obligación, las cuotas siguientes a las que se haya consignado, se consignarán en la
cuenta del tribunal, si necesidad de nuevas ofertas (1601 inc. 5).
LA CONSIGNACIÓN
El art. 1599 define la consignación como el depósito de la cosa que se debe, hecho a
virtud de la repugnancia o no comparecencia del acreedor a recibirla, o de la
incertidumbre acerca de la persona de éste, y con las formalidades necesarias en manos
de una tercera persona.
FORMAS DE LA CONSIGNACIÓN
¿Qué participación tiene el acreedor en todo esto? Básicamente ninguna, en el pago por
consignación, no se admitirá gestión ni recurso judicial alguno del acreedor tendiente a
obstaculizar la oferta o la consignación, por lo que no se dará curso a ninguna oposición o
solicitud del acreedor.
- El deudor deberá pedir al juez competente que señala el art. 1601 inc. final que la
consignación se ponga en conocimiento del acreedor, con intimación de recibir la
cosa consignada.
- Si el acreedor no prueba, dentro del plazo de 30 días hábiles desde que fue
notificado de la consignación, la circunstancia de existir juicio en el cual deba
calificarse la suficiencia del pago, a petición del deudor, el juez que ordenó dicha
notificación lo declarará suficiente y ordenará alzar cauciones sin más trámite.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
La suficiencia del pago será calificada por el juicio que corresponda promovido por el
deudor o por el acreedor ante el tribunal que sea competente. Las resoluciones que
se dicten en virtud de este artículo serán apelables en el sólo efecto devolutivo.
La regla general del art. 1571 dice que los pagos por regla general son del deudor, pero las
expensas de toda oferta y consignación válidas serán a cargo del acreedor. El acreedor, en
su negativa para recibir el pago, es el causante de los gastos ocasionados.
RETIRO DE LA CONSIGNACIÓN
Está señalado en el art. 1606; mientras la consignación no haya sido aceptada por el
acreedor, o declarado suficiente el pago por sentencia firme, puede el deudor retirar la
consignación, y se mirará como de ningún valor y efecto respecto del consignante y de sus
codeudores y fiadores.
Incluso esto opera si el acreedor consiente en ello, habiéndose extinguido la deuda, pero
se produce un efecto novatorio (art. 1607); cesará la responsabilidad de los fiadores, y
codeudores y perderá el acreedor los privilegios y garantías de su crédito primitivo.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Está contemplado desde el art. 1608, y consiste, en general, en la sustitución de una cosa
o de una persona por otra que ocupa jurídicamente su lugar.
Compañías de seguro; Pedro choca con María, pero los gastos los paga la compañía de
seguro, y ahí el tercero en vez de demandarme a mi, demanda a la compañía de seguro.
Hay subrogaciones legales y convencionales; las legales están en el art. 1610 (no es
taxativa) y convencionales en el caso del art. 1611; el efecto está en el art. 1612, que es
ponerse en el lugar del otro.
Cuando nos ponemos en el lugar del otro, supone quedarnos con todos los beneficios que
tenía el acreedor, y la ficción que comporta toda subrogación supone el art. 1612;
traspasa al nuevo acreedor (el tercero que paga) todos los derechos, acciones, privilegios,
prendas e hipotecas del antiguo, así contra el deudor principal como contra cualquier
tercero, obligado solidaria o subsidiariamente a la deuda.
El art. 1608 define que la subrogación es la transmisión de los derechos del acreedor a un
tercero, que le paga. La subrogación es una ficción de la ley; el crédito se extingue
respecto del acreedor que recibió el pago, pero subsiste íntegramente en favor de un
tercero, con todos los accesorios, privilegios, prendas e hipotecas que aseguraban el
crédito del acreedor a quien se pagó.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Se trata de una ficción legal ordenada a darle por beneficio a un tercero que paga una
deuda ajena; el pago por subrogación supone, entonces, que un tercero se pone en el
lugar del acreedor original. Es una ficción porque hay una deuda, normalmente quien está
llamado a pagar esa deuda es el deudor, pero ya vimos cuando estudiamos “por quién
puede hacerse el pago” que también podía pagar un tercero, y los efectos serán distintos
si ese tercero estaba interesado o no, si paga con la voluntad o sin la voluntad o contra
ella, etc.
De tal manera que la subrogación si bien es pago, y extingue, entonces, la obligación que
había entre el acreedor original y el deudor, mantiene vigente la obligación respecto de
ese tercero que paga, quien obtiene todos los derechos y beneficios del acreedor. Juanito
le debe 100 a María, y viene Joaquín y se los paga a María sin conocimiento de Juanito.
Ocurre lo siguiente; el efecto del pago hecho por un tercero es el efecto extintivo del
pago, la obligación se extingue, pero cuando paga un tercero la obligación queda sujeta a
reglas especiales; el acreedor no puede exigir porque ya se extinguió, pero el tercero que
pagó se pone en una situación especial, dependiendo cómo haya pagado.
Por ello, la subrogación es una ficción, o por una ficción que está claramente establecida
en su definición del art. 1608. El legislador usa la voz “transmisión” que en nuestro
derecho se usa para los fenómenos mortis causa, ponerse en un mismo lugar es más que
transferir. La verdad es que la subrogación, contra lo que opina la mayoría de la doctrina,
a juicio del profesor está bien definida. Por ello, la subrogación necesita de una deuda, y
que sea un tercero que la pague (si la paga el deudor no hay subrogación de ninguna
clase). Ahora, no todo pago hecho por un tercero es subrogatorio, deben cumplirse
ciertos requisitos.
CLASES DE SUBROGACIÓN
Por eso, el art. 1609 dice cuáles son las fuentes de la subrogación; se subroga un tercero
en los derechos del acreedor en virtud de la ley, o en virtud de la convención del acreedor,
es decir, que se subrogue voluntariamente el acreedor. En este caso, la subrogación por
convención está sujeta a la convención de derechos y debe hacerse en la carta de pago.
● Subrogación legal
La subrogación legal es la que opera ipso iure, sin necesidad de convención, por
el solo hecho de cumplirse los requisitos establecidos en la ley. La subrogación
convencional es la que opera por convención del acreedor, o mejor dicho, en
virtud de un acuerdo de voluntades entre el acreedor y el tercero que le paga.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Los casos no taxativos están en el art. 1610, opera ipso iure, aún contra la
voluntad del acreedor. Los problemas que se generan entre ese tercero y el
deudor, son problemas de ellos. La misma norma deja claro que no hay
taxatividad, la subrogación operará, por lo tanto, como un efecto sui generis del
pago en los seis casos que están en el art. 1610.
Es importante que quien paga, es decir, el tercero, pague bien, porque si paga
mal no hay subrogación ni legal ni convencional, y pierde todos sus derechos.
Quien querrá hacer esto será un acreedor común que quiere abandonar su
estado de acreedor balista (los que estaban en la cola), y esta subrogación
opera ipso iure, de hecho es la única manera que tiene el acreedor balista
para pagarse con los bienes del acreedor, porque lo que ocurre
normalmente es que los bienes del acreedor no alcanzan.
A compra en $150.000 una finca gravada con tres hipotecas por $100.000 a
favor de B, por $50.000 a favor de C, y por $100.000 a favor de D. Aplicando
el precio al pago de las hipotecas, sólo se satisfacen B y C; subsistirá la
hipoteca de D, a menos que la venta se haga en pública subasta a la que
haya sido oportunamente citado.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Cada vez que el fiador paga una deuda de su deudor principal, se pone en la
situación del acreedor principal. El fiador claramente paga una deuda ajena,
y quien paga una deuda ajena supone la siguiente situación; le debía a
Juanito 100 y María era su fiador, Juanito me demanda pero no tengo plata,
por lo que se dirige subsidiariamente a María. María paga la deuda, ¿puede
reembolsarse en contra mía? Sí, la ley le da un beneficio de subrogación ipso
iure, con los mismos privilegios que tenía Juanito.
Si son varios los fiadores, la obligación se divide por partes iguales, y si uno
paga más, se subroga en esa parte.
Hay una herencia que tiene deudas, y fue aceptada; cuando acepta una
herencia, se hace cargo de las deudas, incluso con su propio patrimonio,
salvo que lo haga con el beneficio de inventario.
Pero en caso que haya un heredero que sin embargo haber hecho el
beneficio de inventario, paga de igual forma las deudas de la herencia con su
propio patrimonio, y en ese caso se subroga contra los demás herederos.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El pago lo hace esta vez un tercero pero con el asentimiento del deudor, y el
tercero, en realidad, es un mandatario del deudor.
● Subrogación convencional
El art. 1611 dice que se efectúa la subrogación en virtud de una convención del
acreedor, cuando éste, recibiendo e un tercero el pago de la deuda, le subroga
voluntariamente en todos los derechos y acciones que le corresponden como tal
acreedor: la subrogación, en este caso, está sujeta a la regla de la cesión de
derechos, y debe hacerse en la carta de pago.
La subrogación, tanto legal como convencional, traspasa al nuevo acreedor todos los
derechos, acciones, privilegios, prendas e hipotecas del antiguo, así contra el deudor
principal, como contra cualesquiera terceros, obligados solidaria o subsidiariamente a
la deuda.
02/06
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El art. 1545 dice ..., en general en derecho sobretodo en contrato, las cosas se deshacen de la
misma manera que se hacen, y esto dicho tan vulgarmente forma lo que se llama un adagio
jurídico. A las partes se les está prohibido alterar el contrato, a los jueces también; no pueden
alterar lo pactado, el contrato es intangible.
La cuestión se traduce en que las cosas en derecho se deshacen de la misma manera en que
se hacen, pero hay ciertos negocios que no pueden deshacerse, como el pacto de sociedad
conyugal.
La sola voluntad de una de las partes es ineficaz, y hoy en el mundo del derecho del
consumidor, no se puede imponer por adhesión una cláusula que permita dejar sin efecto un
contrato por una de las partes.
Ahora, hay contratos que por excepción se le puede poner término unilateralmente, pero son
pocos:
- El arrendamiento mediante el procedimiento de desahucio.
- El mandato (art. 2163)
- El asegurado puede poner término unilateral al contrato, pero no el asegurador, salvo el
contrato de seguro de vida.
En general, entonces, los contratos no pueden terminar por la sola voluntad de una de las
partes.
− Es necesario que las partes sean capaces, obvio, porque si las partes no son capaces, no
pueden poner término al contrato; una persona perfectamente capaz celebra un
contrato, pero de repente se volvió loca y no puede deshacer el contrato, porque no
tiene capacidad.
Lo que normalmente van a hacer, será un finiquito, que es un documento donde conste de
todo esto; se declara que nada se adeuda y que renuncian a todo tipo de acciones existentes.
La cuestión está claramente determinada en el art. 1567 inc. 1º; ... (copiar inc). Esto no es lo
mismo a que una parte de por extinguida una obligación a la que tenga derecho, eso se llama
remisión (la condonación), y que también tiene efectos extintivos, pero esto es otra cosa.
Tampoco es una transacción, ya que aquí no existen concesiones recíprocas, simplemente se
pone término a la obligación que nació.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
3. Dación en pago
Hace alusión a la famosa regla de que no puedo obligar al acreedor a aceptar otra cosa que se
debe; el objeto del debitum es lo que soluciona la obligación, y no otra cosa, salvo que haya
una obligación facultativa y que sea del deudor, pero no existiendo esa situación, simplemente
el pago es la prestación de lo que se debe, no de lo que no se debe, por lo que se paga dando,
haciendo o no haciendo lo que la obligación señala, y debe cumplir al tenor de la obligación.
Es por esto que el art. 1569 inc. 2º dice que el acreedor no puede recibir otra cosa que lo que
se deba, ni aún a pretexto de lo que se está ofreciendo valga más.
La dación en pago hace excepción a este principio, y que es que el debitum se satisface
solamente con el objeto del debitum, pero esa excepción requiere del consentimiento del
acreedor, no puede ser impuesta.
− La existencia de una obligación; aquí hay una trampita, sea civil o natural. La ley
considera válido el pago de una obligación natural, lo cual permite retener.
− Que la cosa con la que se debe sea distinta que la cosa con la que se debía (deber X y
pagar con Y); incluso la naturaleza de la obligación podría ser distinta, como deber 100 y
pagar haciendo alguna cosa, o tener el deber de pintar un cuadro y pagarlo dando un
caballo, etc.
− Debe haber voluntad del acreedor de recibir una cosa distinta, es decir, de hacer
excepción a la regla del art. 1568 y 1569; “te voy a recibir esto como pago de esto otro”.
− Cuando lo que se da en pago es una cosa, el que la da debe ser capaz de disponer de la
cosa (ser dueño) y además tener capacidad de enajenarla (potestas alienandi).
− Debe concurrir, para los pagos solemnes, la misma solemnidad que concurría para
extinguir la obligación primitiva, y si la cosa con la que se da requiere de una solemnidad,
debe concurrir dicha solemnidad (si paga con una casa, no puede simplemente
entregarla; requiere de escritura pública e inscribirla en el Registro de Propiedad en la
comuna o agrupación de comunas).
El profesor opina que ni siquiera es un modo de extinguir, sino que simplemente una
modalidad del pago.
4. Novación
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Hay una obligación perfectamente válida, exigible (quizá esté sujeta a condición), y las partes
acordamos sustituir, como dice el art. 1631, su objeto por otro, el acreedor por otro, o el
deudor por otro.
De hecho, del nacimiento de esa obligación nueva es la que al mismo tiempo extingue la
obligación anterior, desde el momento en que opera la novación se debe otra cosa, le debe a
otra persona la misma cosa, o ya no le deben a usted sino que a otro.
Esto es importante, porque a veces la obligación anterior tenía garantías, habían codeudores
solidarios y veremos qué pasa, no es llegar y extinguir una obligación, por lo que hay ciertos
requisitos para que se produzca la novación.
REQUISITOS DE LA NOVACIÓN
Esa obligación destinada a extinguirse puede ser civil o natural; el art. 1630 lo deja claro,
ya que para que sea válida la novación, es necesario que tanto la obligación primitiva
como el contrato de novación sean válidos, al menos naturalmente.
Esto quiere decir que se pueden novar obligaciones naturales, ya sea una extinguida por
prescripción, una no reconocida en juicio por falta de prueba, una a la que faltaban las
solemnidades legales.
Esa novación debe tener causa, y esa obligación que queremos novar, debe ser válida al
menos naturalmente.
− Que nazca una nueva obligación que la reemplace, y que esa nueva obligación sea válida,
al menos, naturalmente.
Esto quiere decir que puedo novar con una obligación natural, no solamente una
obligación natural, pero probablemente no una obligación natural del Nº1 (aquellas en
donde no hay capacidad).
No es la misma obligación, sino que es otra distinta, aunque las partes de la obligación
sean las mismas. Si la obligación anterior se extinguió, y estaba garantizada con prenda o
hipoteca, también debería caducar lo accesorio puesto que lo accesorio sigue la suerte
140
DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
La novación opera como un pago, lo que pasa es que ese pago no produce un efecto
pacificador absoluto, sino que nace a su vez otra (quedo satisfecho como acreedor
porque la obligación se extinguió, pero ahora me debe otra cosa). Como efecto del art.
1633 llama “contrato de novación”, no solamente es una convención extintiva, sino que a
su vez una convención creadora.
Pero no solamente podría cambiar el objeto, ya que hay otras dos clases de novación;
podría cambiar el deudor o el acreedor, y para ello debe novar quien es capaz de novar,
en tal sentido el art. 1629 exige facultades especiales. Cuando vimos las reglas relativas a
los poderes de administración (art. 2132 y 2133) dijimos que solo daba ámbito general,
por lo que no es suficiente, requiere de una especial facultad para ello.
Es decir, que haya intención indubitada de novar, sino no hay novación, y se produce una
cosa compleja; se miran las dos obligaciones como existentes, y la segunda lo vale, valdrá
la obligación primitiva en todo aquello en que no se oponga a la posterior, subsistiendo
en esa parte (lo que no se opone) los privilegios y cauciones de la primera.
El ánimo de novar en el derecho romano clásico no existía como requisito, ya que podría
producirse incluso sin consentimiento, bastaba con que se produjera el escenario externo
requerido por la forma estipulatoria para que concurriendo la superposición de
estipulaciones, operara una novación.
Desde el derecho post clásico, se advierte que eso es injusto porque no se puede andar
extinguiendo acciones y haciendo que nazcan otras sin que las partes realmente
quisieran hacerlo, y hasta hoy, las partes deben tener la intención de novar, no basta con
los requisitos externos.
La intención de novar debe aparecer claramente, porque ese animus novandi se puede
colegir, porque la voluntad no necesariamente es expresa, sino que tiene que ser
ineludiblemente clara. La voluntad clara no necesariamente es escrita, ya que puede ser
tácita también.
El animo de novar es el propósito manifiesto, indudable y cierto; el art. 1634 dice que
para que haya novación es necesario que lo declaren las partes o que aparezca
indudablemente que su intención ha sido novar porque la nueva obligación envuelve la
extinción de la antigua.
Con ello, el animo de novar puede ser de manera expresa o tácita, pero en ambos casos
en forma clara.
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DANIELA SÁNCHEZ – DERECHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Hay un caso en que el ánimo de novar debe ser expreso; en el caso de la sustitución de
un deudor por otro, se necesita de voluntad expresa del acreedor de dar por libre al
primitivo deudor.
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FORMAS DE LA NOVACIÓN
− Sustituyéndose una nueva obligación a otra, sin que intervenga nuevo acreedor o deudor
(sustitución por cambio de objeto).
Lo que ocurre acá es que cambia el debitum, el dar hacer o no hacer muta entre mismo
acreedor y deudor. La distinción del objeto debe ser esencial, no basta una diferencia
accidental.
Así, por lo tanto, el art. 1646 expresa que no hay novación cuando se añade o quita una
especie, género o cantidad a la primera, como decir por ejemplo “ahora no me debes 30
sacos de trigo, sino 33 sacos de trigo”.
El art. 1467 referido a la cláusula penal pactada a posteriori, regula el caso y dice que si la
nueva obligación se limita a imponer una pena para el caso de no cumplirse la primera, y
son exigibles juntamente la primera obligación y la pena, los privilegios, fianzas y prendas
e hipotecas subsistirán (no hay novación), pero si dice que sólo es exigible la pena, se
entenderá que hay novación desde que el acreedor exige sólo la pena, y quedarán
extinguidos por el mismo hecho los privilegios, prendas e hipotecas.
El art. 1649 también dice que la mera ampliación del plazo no constituye novación, sin
embargo, pero pone fin a la responsabilidad de los fiadores y extingue las prendas e
hipotecas constituidas sobre otros bienes que los del deudor, salvo ...
Es por esto que la novación por cambio de objeto es esencial, no es un detalle; si cambia
algo accesorio, no hay verdadera novación.
Si hay un cambio de causa (antes me debía por venta, y ahora por mutuo), no hay
realmente una novación, puesto que la novación se mantiene, salvo que voluntariamente
lo indique.
Contra la opinión de Meza Barros, el profesor cree que sí hay novación cuando hay
cambio de causa, y la práctica bancaria y contractual lo indica así, porque cada vez que
hay cambio en una causa se expresa de manera clara que no hay ánimo de novar.
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Se opera la novación por cambio de acreedor cuando el deudor contrae una nueva
obligación para con un tercero, declarándole libre el acreedor de la primitiva obligación
(art. 1631 Nº2).
El primer acreedor libera al deudor, pero la obligación permanece con otro. Sin embargo,
el deudor debe lo mismo.
Si el acreedor simplemente diputa a una persona para que reciba por él, no hay
novación, y por ello tampoco hay novación cuando un tercero es subrogado en los
derechos del acreedor. La novación por cambio de acreedor se asemeja a la cesión
de créditos, pero la cesión de créditos no requiere del consentimiento del deudor.
El deudor puede quedar obligado para con un tercero, sin su consentimiento, por
una cesión del crédito o como resultado de una subrogación, pero en tales casos, la
obligación es la misma y no hay, por lo tanto, novación.
- Que el acreedor consienta en dar por libre al deudor, en vista de la nueva obligación
que contrae.
COPIAR MB
REQUISITOS
Que el acreedor consienta en liberar al primitivo deudor (art. 1635); la sustitución de un
nuevo deudor a ..
Esta tercera clase de novación puede efectuarse sin el consentimiento del primer deudor,
pero en ese caso, se llama “delegación”, y el segundo deudor es delegado del primero.
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EFECTOS DE LA NOVACIÓN
Cesa la responsabilidad de los fiadores y codeudores solidarios, a no ser que éstos accedan a
la obligación nuevamente constituida.
5. Remisión
La remisión es una renuncia gratuita que hace el acreedor en favor del deudor del derecho de
exigir el pago de su crédito. Está en uso del art. 12 del CC, ya que cualquier titular de un
derecho personal puede renunciar mientras mire en su propio interés.
Esta renuncia puede ser voluntaria o forzada, testamentaria o por acto entre vivos, total o
parcial.
− La remisión es regularmente voluntaria, y sólo por excepción puede ser forzada en
algunos tipos de insolvencia concursal de un deudor sometido a quiebra.
− La remisión puede ser intervivos o mortis causa; la remisión testamentaria se hace en el
testamento e importa un legado (le remito la deuda a usted)... MB
− La remisión es total o parcial ... MB
La remisión gratuita es una donación; el art. 1653 dice que la remisión que procede de la mera
liberalidad, está sujeta a las reglas de la donación entre vivos, y necesita de insinuación en los
casos en que la donación entre vivos la necesita.
Para evitar que las partes recurran a este método para evitar donaciones, se debe pagar cierto
impuesto para donar.
De aquí que se siguen, entre otras, las siguientes consecuencias (copiar las ultimas 3).
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La doctrina se discute si hay remisión tácita o no; la donación nunca puede ser tácita, pero sin
embargo la remisión sí puede ser tácita:
Remisión tácita por la entrega del título
Remisión tácita por la destrucción
Remisión tácita por la cancelación del título
Constituyen una presunción de remisión, pero es una presunción simplemente legal, porque
el art. 1654 dice que el acreedor es admitido a probar que la entrega, destrucción o
cancelación del título no fue voluntaria o no fue hecha con ánimo de remitir la deuda.
6. Compensación
Es un modo de extinguir las obligaciones que se opera cuando acreedor y deudor son a su vez,
deudor y acreedor de otra obligación, cumpliéndose los requisitos, extinguiéndose las
obligaciones totalmente (si son del mismo valor) o hasta el monto de la obligación de menor
valor, dejando subsistente, en tal caso, lo no extinguido (el monto superfluo).
La compensación opera como una especie de igualación a una asimilación del pago; me voy a
pagar con lo que tu me debes, hasta el monto de lo que me debes, si eso extingue todo, me
pagaré totalmente, y si no, lo extingue parcialmente.
TIPOS DE COMPENSACIÓN
La compensación legal se produce por el ministerio de la ley, desde que las obligaciones
reúnen los requisitos que ella señala, y estos requisitos son: (RELLENAR CON MEZA
BARROS)
Que las partes sean personal y recíprocamente deudoras; si es deudor a título de fiador,
no puede compensarse, porque no es personal, y recíprocamente significa que tu me
debes a mi y yo te debo a ti. El art. 1657 señala que para que haya lugar a la
compensación es preciso que las dos partes sean recíprocamente deudoras. No basta, sin
embargo, que las partes sean recíprocamente deudoras; es preciso
Que las obligaciones sean de dinero o de cosas fungibles, o indeterminadas de igual
género y calidad. Esto quiere decir que no se puede compensar la obligación de hacer un
cuadro, con la obligación de dar 100.
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Que ambas obligaciones sean líquidas. Que una obligación sea líquida singigica que sea
cierta, existente y determinada su cuantía, así por ejemplo una obligación sobre la cual se
está litigando no es líquida, proque no se sabe cuál es su valor.
Que ambas obligaciones sean actualmente exigibles. Así, por lo tanto, las obligaciones
naturales no se pueden compensar, porque no son actualmente exigibles, o una
obligación sujeta a plazo, etc. Las esperas concedidas al deudor impiden la
compensación, si le doy un plazo para pagar “te doy 10 días”, ahí hay un plazo, pero esto
no se aplica al plazo de gracia.
Que ambos créditos sean embargables. los bienes inembargables no admiten
compensación.
Que ambas obligaciones sean pagaderas en el mismo lugar. Cuando ambas deudas no son
pagaderas en el mismo lugar, no puede darse compensación, a no ser que ... (MB).
Que la compensación no se verifique en perjuicio de los derechos de terceros. En materia
de quiebras, por ejemplo, si se prefiere un acreedor no se puede compensar porque
perjudica a la masa.
Que la compensación sea alegada. Cuando dijimos que la compensación legal operaba
ipso iure, sin necesidad de declaración judicial, esto pareciera ser contradictorio; pero
una cosa es que opere sin necesidad de declaración judicial, y otra cosa es tener que
alegarlo, porque el juez ismplmenete la constata, y la constata al momento de ser
alegada, no al momento de dictarse sentencia. Esto está regulado en el art. 160 del CPC.
− Compensación voluntaria
− Compensación judicial
7. Confusión
8. Pérdida de la cosa debida
9. Prescripción extintiva
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