Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NATURALEZA Y CONTENIDO
Tanto las personas como los diversos elementos y organismos sociales actúan ajenos a la
existencia de unos órganos jurisdiccionales encargados de resolver las controversias que
puedan surgir entre aquellos.
La comunidad ha previsto todo un sistema ad hoc (compuesto de órganos, profesionales y
mecanismos específicos), con objeto de preservar y restablecer la paz social afectada.
Caso contrario, ante la ausencia de conflicto jurídico, el Derecho procesal no se manifiesta,
pues la aplicación del Derecho material se produce sin discusión.
La función se atribuye al Estado, como comunidad organizada, y en ningún caso se admite que
los ciudadanos se administren justicia por sí mismos, se califica a esta rama del Derecho como
pública.
Esta disciplina jurídica no se circunscribe en exclusiva al estudio del proceso como medio para
la resolución de los conflictos, extiende su ámbito a los órganos y a los sujetos que participan
en la Administración de Justicia, así como a los actos de los que se sirven.
Tantas ramas como las que componen en términos generales el ordenamiento jurídico:
Derecho procesal civil, Derecho procesal penal, Derecho procesal social o laboral y Derecho
procesal administrativo.
También se reconocen determinadas modalidades:
En el ámbito fundamental: Derecho procesal constitucional; en el supranacional: Derecho
procesal internacional; en el especializado: Derecho procesal de menores; y en el especial:
Derecho procesal militar.
Todos los contenidos procesales obedecen a unos patrones comunes, aunque con sus
específicas peculiaridades. Se ha intentado, y sin éxito, la construcción de un Derecho procesal
único, debido a la clara diferencia entre el Derecho privado y el público.
DENOMINACIÓN
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Por lo que respecta a España, siglos XVI a XVIII, aparecen autores que se dedican a la
descripción de la práctica forense.
Los autores enseñaban la práctica de los tribunales a quienes trabajaban en la curia (jueces,
abogados…) utilizando el castellano, mientras que en las universidades se estudiaba el Derecho
romano, enseñanza muy teórica y considerada superior al mero aprendizaje de la tarea judicial
cotidiana.
Las obras de los llamados prácticos iban dirigidas a España y a los territorios de ultramar, y en
ellas se insistía en aspectos de primordial interés para quienes desarrollaban su trabajo en el
ámbito de los tribunales.
Después, siglo XIX, se pasa a la etapa del procedimentalismo. Los procedimientos judiciales
responden a una concepción jurídica más general, se centra en el estudio de la ley, utilizando
la exégesis como método. Explicar la ley, para su mejor aplicación. El procedimiento es el
conjunto de formas solemnes reguladas por la ley, por medio de las cuales actúan los
tribunales, y el procedimentalista centra en ellas su estudio y correspondiente explicación.
A principios siglo XX, autores dan un paso adelante, insistiendo en el examen del
procedimiento, acudiendo a la interpretación y regulación legal, y comprobando su adecuación
a la ley.
Su correcta aplicación resulta fundamental para la vigencia del principio de legalidad. De ahí la
importancia de que los juristas conocieran adecuadamente los procedimientos judiciales
recogidos en los textos legales, superando las diversas prácticas existentes en los diferentes
tribunales patrios.
Más tarde, por influencia germana e italiana, comienza en España el estudio de un incipiente
Derecho procesal que irá experimentando un notable desarrollo.
PALABRAS PREVIAS
Según nuestro CC, las fuentes del ordenamiento jurídico son la ley, la costumbre y los
principios generales del derecho.
Los jueces y tribunales tienen el deber de resolver los asuntos de que conozcan, ateniéndose al
sistema de fuentes.
Esto que se aplica al Derecho material, no es trasladable en todo su contenido al Derecho
procesal.
Art. 3 CC dispone que las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en
relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del
tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo al espíritu y finalidad de aquellas.
LA LEY
Art. 1 LEC – principio de legalidad procesal: en los procesos civiles, los tribunales y quienes
ante ellos acudan e intervengan deberán actuar con arreglo a los dispuesto en esta ley.
Art. 1 LECrim – no se impondrá pena alguna por consecuencia de actos punibles cuya represión
incumba a la jurisdicción ordinaria, sino de conformidad con las disposiciones del Código o de
leyes especiales y en virtud de sentencia dictada por juez competente.
A) LA CONSTITUCIÓN
Contiene diversos preceptos referidos a la organización judicial. Como los arts.:
9 – sometimiento al ordenamiento jurídico
26 – prohibición de Tribunales de Honor
54 – Defensor del Pueblo
106 - control judicial de la Administración
117 – jueces y magistrados integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles,
responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley; el ejercicio de la potestad
jurisdiccional juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado; unidad y exclusividad jurisdiccional;
jurisdicción militar y prohibición de los tribunales de excepción
121 – error judicial
122 – organización judicial y CGPJ
123 - TS
124 – Ministerio Fiscal
125 – jurado y tribunales consuetudinarios
126 – policía judicial
127 – asociacionismo judicial y fiscal
136 – Tribunal de Cuentas
152.1 – Tribunal Superior de Justicia
159 a 165 – TC
Merece destacarse el Convenio de Roma, 4 noviembre 1950, para la Protección de los DDHH y
de las Libertades Fundamentales, ratificado en España 26 septiembre 1979.
B) ORGANIZACIÓN JUDICIAL
LO 6/1985, 1 julio, Poder Judicial, constituye la principal regulación de esta materia,
completada principalmente Ley 38/1988, 28 diciembre, Demarcación y Planta Judicial y por LO
2/1987, 18 mayo, Conflictos de Jurisdicción.
También, Asistencia Jurídica Gratuita, Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, Estatuto General
de los Procuradores de los Tribunales de España, Estatuto General de la Abogacía Española y
Reglamento Orgánico del Cuerpo de Secretarios Judiciales, así como diversos Reglamentos del
CGPJ.
C) JUSTICIA CIVIL
Su principal regulación se encuentra recogida en la Ley 1/2000, 7 enero, Enjuiciamiento Civil.
Existe un disperso articulado procesal por numerosos textos legales: CC, Ley sobre Propiedad
Horizontal, Ley Cambiaria y del Cheque, Ley de Arrendamientos Urbanos, Ley de Arbitraje, Ley
Concursal, Ley sobre Condiciones Generales de la Contratación, Ley de la Jurisdicción
Voluntaria, etc.
D) JUSTICIA LABORAL
Ley 36/2011, 10 octubre, reguladora de la jurisdicción social.
E) JUSTICIA CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
Ley 29/1998, 13 julio, reguladora de la Jurisdicción Contenciosa-administrativa.
F) JUSTICIA PENAL
Ley de Enjuiciamiento Criminal, 14 septiembre 1882, importantes reformas, está reclamando
un nuevo texto que adapte la justicia penal a la actualidad y delimite definitivamente el
modelo procesal a seguir.
También en materia penal, LO 5/1995, 22 mayo, Tribunal del jurado – introdujo un nuevo
procedimiento ordinario para una determinada relación de delitos.
G) JUSTICIA DE MENORES
LO 5/2000, 12 enero, reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores.
H) JUSTICIA MILITAR
LO 4/1987, 15 julio, Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar y LO 2/1989, 13
abril, Procesal Militar.
Ambas fueron modificadas por LO 9/2003, 15 julio.
I) JUSTICIA INTERNACIONAL
Convenio 4 noviembre 1950, Protección de los DDHH y LLFF, ratificado 26 septiembre 1979.
Pacto Internacional 19 diciembre 1966, Derechos Civiles y Políticos, ratificado 13 abril 1977.
Acuerdo de Schengen, 14 junio 1985, ratificado 5 abril 1994.
LA JUSTICIA
En los primeros momentos históricos, los hombres dirimieron sus conflictos conforme a
sencillos ritos y pautas surgidos entre ellos.
Esos modos de comportamiento social se convirtieron en normas no escritas, con el transcurso
del tiempo, darían lugar a un modo de proceder estable y consolidado.
Esto resulta inaceptable dentro de la actual concepción del Estado. La convivencia entre los
seres humanos se rige por la ley – precisa, escrita e igual para todos.
La solución de contiendas referentes a la persona, a su libertad, a su patrimonio, a su trabajo y
a sus relaciones con los demás, no pueden quedar sustraídos a la regulación de la ley, garantía
de la paz y de la convivencia, ni pueden dejarse al arbitrio de los individuos o a la decisión
incontrolada de la colectividad.
En España, la ley procesal une a su naturaleza pública el ser una de las materias reservadas a la
regulación nacional, no delegable a nivel autonómico.
La costumbre no constituye fuente del Derecho procesal, sobre todo si es contra legem, que se
opone al principio de legalidad y, no cabe su admisión.
La praeter legem (más allá de, o fuera de) y a la secundum legem tampoco son fuentes del
Derecho procesal.
La costumbre tendría un ámbito territorial reducido, por lo que admitirla como fuente del
Derecho procesal significaría reconocer la posible existencia de diversos ordenamientos
procesales, lo que resultaría incompatible con la consideración nacional del mismo, afectando
al principio de igualdad entre todos los españoles.
No existen costumbres procesales y el debate en torno como fuente o no del Derecho procesal
carece de sentido, podría haber pretendidos usos o hábitos forenses, exigidos por
determinados funcionarios de segundo rango.
Cuando el CC dice que la costumbre solo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea
contraria a la moral o al orden público y que resulte aprobada, se refiere a la cuestión material
discutida en el proceso, no a la sustanciación del mismo.
LA JURISPRUDENCIA
Art. 1.6 CC: “la jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que
establezca el TS al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho”.
Art. 5.1 LOPJ prescribe que todos los jueces y tribunales “interpretarán y aplicarán las leyes y
los reglamentos según los preceptos y principios constitucionales”.
De ello se desprende que la jurisprudencia no completa el ordenamiento jurídico, no es fuente
del Derecho procesal.
Los pronunciamientos de los tribunales están dirigidos a supuestos concretos. Por ello, no se
puede afirmar que la jurisprudencia es fuente directa del Derecho procesal. De esta forma, un
órgano judicial inferior puede decidir en contra del conocido criterio de un tribunal superior,
con la posibilidad de que este, modifique más tarde aquella resolución al resolver el
correspondiente recurso.
Sin embargo, no se puede desconocer el importante papel que la doctrina de los tribunales ha
venido representando en nuestra realidad judicial.
Una serie de pronunciamientos judiciales en una determinada dirección puede inducir al
legislador a la reforma o a la innovación legislativa. Ello no significa que las resoluciones de los
tribunales sean fuente del Derecho procesal.
Por lo que respecta a las decisiones adoptadas en las Juntas de jueces, o en el seno de los
órganos de gobierno de los tribunales, a efectos de establecer orientaciones o criterios
generales de funcionamiento, no son normas de obligado cumplimiento, cuya infracción pueda
suponer un quebrantamiento formal del Derecho, con la posibilidad de impugnación.
Se trata de meros acuerdos gubernativos, tendentes a facilitar la aplicación de un nuevo texto
legal.
Los principios generales del Derecho constituyen fuente del Derecho procesal.
El CC prescribe además que estos principios se aplicarán en defecto de ley o costumbre sin
perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico.
EN EL TIEMPO
Así suele establecerse en las diferentes legislaciones procesales, sin que se admita la
retroactividad de la norma procesal.
Nuestro CC dispone que las leyes no tendrán efecto retroactivo, si no dispusieren lo contrario.
Art. 9.3 CE prohíbe le retroacción de las normas restrictivas de derechos individuales.
La Ley de Enjuiciamiento Civil dispone que, salvo que otra cosa establezca en disposiciones
legales de Derecho transitorio, los asuntos que correspondan a los tribunales civiles se
sustanciarán siempre por estos con arreglo a las normas procesales vigentes, que nunca serán
retroactivas.
EN EL ESPACIO
Lo afirmado puede sufrir excepciones. Nos referimos al supuesto en el que una fuerza militar
de un país se traslada a un tercero para el cumplimiento de determinadas tareas. Entonces se
produce la aplicación del ordenamiento procesal del país extranjero para la sustanciación de
los litigios surgidos entre sus propios ciudadanos.
En lo que se refiere a los españoles, en el curso de las citadas estancias temporales en el
exterior, respaldadas por organismos supranacionales, la norma procesal aplicable será la
propia.
Otro supuesto, cuando un Estado recibe en su territorio la presencia de una fuerza extranjera.
Entonces, en el Tratado de mutuo acuerdo suscrito se regularán todos los aspectos políticos,
económicos e, incluso, jurídicos.
Cuestión bien distinta es la ocupación que un Estado realiza por la fuerza sobre todo o parte
del territorio de otro Estado. La historia demuestra que la ley aplicable suele ser la del país
invasor.
Nos referimos a las actuaciones procesales practicadas ante un tribunal internacional y que
son aceptadas por los Estados signatarios del tratado de creación. Las materias sometidas a
arbitraje internacional escapan a la competencia de los órganos judiciales nacionales.
En ambas situaciones estamos ante una renuncia de soberanía, voluntariamente asumida.
La Ley de Enjuiciamiento Civil establece que, con las solas excepciones que puedan prever los
Tratados y Convenios internacionales, los procesos civiles que se sigan en el territorio nacional
se regirán únicamente por las normas procesales españolas.