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“No prepares el camino para el niño, prepara

al Niño para el camino”

Lectura de un
camino con
vida
Material de lectura para realizar
una caminata por la Antigua
Capital de las Misiones.

Bach. Orientado provincial N°5


La piedra “Itacurú” de las reducciones jesuíticas
Su nombre científico es plintita, se utilizó para construir la reducción “Nuestra Sra.
De la Candelaria”. La piedra -denominada itaquí o itacurú por los guaraníes- se
obtiene únicamente en yacimientos ubicados en la provincia de Misiones, en el
caso de Candelaria se extrajo de la cantera ubicada en lo que hoy conocemos
como Salto Mandove. Está compuesta por una mezcla de arcilla, cuarzo y otros
diluyentes, rica en hierro y pobre en humus, lo que la convierte en un material
resistente y con capacidad de cementación. Una de las principales ventajas de la
itacurú -vocablo guaraní que podría traducirse como piedra granulada o
manchada- es que posee la capacidad de cementación, a través de ciclos de
humedecido y secado. “Tiene un endurecimiento natural, que no requiere energía.
Cuando se la saca en estado húmedo, puede formarse, porque tiene una textura
similar a la de un barro, pero cuando se seca, se endurece”, explicó Schvezov. 

El Padre Sepp observó que la piedra itacurú, al ser sometida al fuego a una
determinada temperatura, literalmente se fundía y generaba hierro. Entonces,
entusiasmado con este hallazgo, emprendió la tarea de idear un horno de
fundición para proceder a producir hierro de la piedra itacurú. Y a finales del siglo
XVII logró su objetivo, convirtiéndose en un pionero en la metalurgia”. La provincia
de Misiones es la única en la que se encuentran yacimientos de esta piedra,
investigadores del IMAM estudian alternativas para utilizarla en la construcción de
caminos y restauración de los restos de las reducciones ubicadas en la provincia.

El paso de Belgrano por Candelaria


Al producirse la revolución de Mayo, el gobernador de Misiones, Tomás de
Rocamora, adhirió de inmediato a la Primera Junta de Buenos Aires. Por su parte,
los cabildos guaraníes de Concepción, Yapeyú y Candelaria acompañaron, pero
con ciertas reticencias, debido a que Asunción desconoció a la junta porteña. En
virtud del peligro, Rocamora le solicitó a la Junta el envío de tropas. En septiembre
de 1810, esta designó a Manuel Belgrano al frente del ejército que se dirigiría al
Paraguay. Las tropas partieron desde Buenos Aires y pasaron por todo el litoral:
Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones, en donde Belgrano estableció su
campamento provisorio en Candelaria. El 06 de enero de 1811: Los corregidores
Ignacio Mbayhé y Miguel Gramajo de Concepción, se presentan ante la junta
gubernativa comunicando que entrevistaron a Manuel Belgrano en Candelaria,
haciendo presente adhesión a la primera junta de gobierno patrio.
Campaña militar de Belgrano al Paraguay
En Candelaria, estableció su cuartel general y el 19 de diciembre de 1810 cruzó el
río Paraná e ingresó en el Paraguay, venciendo en el combate de Campichuelo
una fuerza enemiga. Belgrano y sus tropas ocuparon Itapúa (hoy Villa
Encarnación) y fueron en busca del ejército español-paraguayo. El 19 de enero de
1811, atacó en Paraguary a las fuerzas de Velazco, terminó en derrota y se retiró
con sus tropas cruzando a nado el río Tacuarí, en cuya margen izquierda se
creyeron seguras.
La batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811) puso a prueba las fuerzas Belgrano y
las tropas patriotas se retiraron el 10 de marzo en dirección al paso que se hallaba
frente a Candelaria. A pesar del resultado adverso, la revolución no tardó en
producirse también en el Paraguay.
La yerba Mate en las Reducciones
Los españoles aprendieron a tomar mate y a hacer yerba de los guaraníes, y
conservaron las formas de producción que ellos tenían. Cuando llegaron los
jesuitas se dieron cuenta que la producción de yerba implicaba la esclavización de
los indios, por eso ellos combatieron la yerba y condenaron la costumbre del mate.
Era una actividad peligrosa porque en los yerbales naturales había pumas,
yaguaretés, víboras. Por eso los jesuitas decidieron intentar plantar la yerba mate:
germinar la semilla era muy difícil porque estaba recubierta de un gel que impedía
el ingreso del agua. Por ello comenzaron a sacar retoños del monte y los
trasladaban al pueblo, pero las plantas se morían. Observaron que si la semilla
pasaba por el tracto digestivo de los tucanes germinaba porque se disolvía la
película de gel.
Los jesuitas llegaron a vender su producto al doble de precio que la competencia
porque la calidad de su producto era superior al ser más controlada su producción.
Luego de la expulsión de los jesuitas, los cultivos entran en decadencia y no se
reponen.
Yerba Mate:
Las primeras plantaciones de Yerba la desarrollaron los Jesuitas, que terminaron
de explotarse cuando los expulsaron en 1768. Con el correr de los años disminuyó
la producción debido a la tala irracional de los árboles.
En la regla 27 del reglamento de Belgrano estableció la prohibición de talar el
árbol de la yerba mate, con el fin de regular y conservar este recurso natural. La
pena por incumplir esta norma era de diez pesos por cada árbol talado. Este
dinero debía dividirse la mitad para el denunciante y la otra mitad para las
escuelas.
11 de enero de 1821: Amadeo Bompland se instala en una propiedad entre
Candelaria y Santa Ana, e inició tareas con sus conocimientos científicos y ayuda
de los nativos para cultivar yerba mate como lo hacían en las reducciones. Pero
Gaspar Rodríguez de Francia mandó a prender fuego los yerbales y dispersó a los
indígenas.
El gobernador Lanusse estimuló a los colonos a reiniciar el cultivo, utilizando el
descubrimiento de Carlos thais de tratar la semilla con agua caliente. Las primeras
plantaciones comerciales en Candelaria fueron de pervinquiere y quitabyí
Barroco guaraní jesuita:
El edificio de la iglesia en la Reducción de Candelaria:

La iglesia era de tres naves, “con cubierta de teja a dos aguas, explica Blanco
Conde, presenta una fachada con triple arcada de medio punto, la central mayor
que las laterales y que simbolizan la Trinidad y tres puertas”. En la parte izquierda
del templo, separado del mismo propia de arquitectos italianos, una torre que
remata en campanario cuyo dibujo deja ver la escalera interior. En cambio las
construcciones realizadas por arquitectos españoles, el campanario se
encontraba integrado a la fachada de la iglesia.

Esta edificación incluye la Casa de los Padres, un patio, el huerto y por último el
cementerio. A su lado, una construcción independiente, la casa de Recogida.
Los guaraníes:
La provincia de Misiones lleva un nombre que recuerda a los pueblos jesuíticos,
pero su historia se funda en las raíces de la América indígena.
Los indios guaraníes, de la familia Tupí-Guaraní, provenientes del Amazonas,
llegaron a lo que es hoy territorio misionero hacia el año 1000. En su mítica
búsqueda de la “tierra sin mal” fueron asentándose a la vera de ríos y arroyos.
Desplazaron a pequeños grupos aislados que poblaban este territorio
prácticamente inhabitado e hicieron lo mismo con grupos más importantes, como
los guaycurues y kaingang.
Los guaraníes eran guerreros, cazadores y recolectores. Se llamaban a sí mismos
“avá”, que significa “hombre”. Pero también poseían grandes habilidades artísticas
y una tradición agrícola. Compartían una misma lengua y afianzaban sus
comunidades a través de lazos de parentesco.
La batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811) puso a prueba las fuerzas Belgrano;
rodeado por fuerzas diez veces superiores resistió todo el día y cuando ya no le
quedaban más que 200 hombres, respondió a la intimación de entregarse que: las
armas de la patria no se rendían en sus manos. Según algunos relatos, el niño
correntino Pedro Ríos de doce años solicitó en 1810 incorporarse como tambor a
las tropas de Belgrano en su expedición al Paraguay y cayó herido de muerte
mientras tocaba el redoble durante los combates. Se lo conoce como “el tambor
de Tacuarí.
Reglamento para los Naturales de Misiones

Durante la expedición al Paraguay, Manuel Belgrano tuvo ocasión de observar


cómo vivían las poblaciones que encontraba a su paso. Paraguay, Entre Ríos,
Corrientes y la Banda Oriental eran regiones en formación y, entre ellas era
necesario deslindar jurisdicciones, crear organismos administrativos y policiales,
instalar nuevos núcleos urbanos, asegurar la educación de niños y jóvenes.
Belgrano se encargó de dar respuesta a los problemas territoriales y también se
ocupó del miserable estado de los pueblos misioneros. Con la autoridad que le
confirió la Primera Junta, redactó desde el Campamento de Tacuarí el Reglamento
para los Naturales de Misiones el 30 de diciembre de 1810.

El Primer Congreso Argentino de Justicia Constitucional, realizado en Puerto


Iguazú en Octubre de 2018, declaró a la ciudad de Candelaria, como “Principio y
origen de la Constitución Nacional Argentina”, a partir de un pedido formal
efectuado por representantes de los tres poderes del Estado misionero, el
intendente de dicha localidad en ese momento Daniel Luna, escritores e
historiadores de la provincia.

Mediante el trabajo mancomunado de distintos estamentos provinciales, se logró


que el Congreso de Justicia Constitucional reconociera al “Reglamento para el
Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las Misiones”
redactado por Manuel Belgrano en diciembre de 1810, como principio y origen del
constitucionalismo argentino.

En el diploma que la Asociación Argentina de Justicia Constitucional le entregó al


intendente de Candelaria, Daniel Luna, se afirma que “ante los fundamentos
presentados por los escritores misioneros Pablo Camogli y Cary Macena; ante la
documentación que avala dicha presentación y ante las alocuciones de distintas
personalidades de la provincia de Misiones, con más la recepción del “Reglamento
para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las
Misiones”, del 30 de diciembre de 1810, facsímil del Archivo General del Senado
de la Nación; Biblioteca de Mayo, Guerra de la Independencia, Buenos Aires,
1963, Tomo XIV, págs. 12482-12483, considerado por Juan Bautista Alberdi como
el primer ensayo constitucional de la Argentina y entregado por Daniel Luna,
Intendente de Candelaria, provincia de Misiones”, es que se declara a dicha
localidad como “Principio y origen de la Constitución Nacional”.
Nuestra Señora de la Candelaria

Fueron los sacerdotes Pedro Romero y Roque González quienes fundaron el 2 de


febrero de 1628 la reducción jesuítica de Candelaria del Caazapaminí, en un valle
formado por los ríos Ijuy y Piratiní, ambos afluentes del río Uruguay, en la región
conocida como El Tapé (hoy Brasil). En 1627 ya se había fundado una reducción
bajo la advocación de la Virgen de la Candelaria, sobre la margen derecha del río
Ibicuy, también afluente del Uruguay, la cual tuvo una vida efímera.

En 1637, la reducción de Candelaria decide mudarse debido a los insostenibles


ataques de los bandeirantes. El primer destino fue el actual territorio de Paraguay,
en cercanías a la reducción de Itapúa.

No permaneció mucho tiempo del lado paraguayo y se realizó una nueva mudanza
al lado argentino y se instaló sobre el río Igarupá (Garupá). Durante ese
asentamiento provisorio se construyó el núcleo urbano definitivo que se ve hasta
hoy en su actual ubicación, en Candelaria.

Los documentos de la época revelan que en 1665 el pueblo jesuítico-guaraní de


Candelaria se instalaba definitivamente en su actual emplazamiento.
En el Cabildo de Candelaria, los religiosos a cuyo cargo quedaron las Misiones
luego de la expulsión de los jesuitas en 1768, reconocieron a la Junta de Gobierno
nombrada en Buenos Aires en 1810.
Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria
Luego de la Campaña de Belgrano a Misiones el capitán paraguayo Francisco
Antonio González se apoderó en agosto de 1815 violentamente de los pueblos de
Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio y Corpus. Posteriormente lo
reemplazó el comandante José Isasi.

“Artigas ordena a Andresito que impida el avance paraguayo y que los haga
repasar el río Paraná. Organizó una fuerza de 500 hombres (indios) de infantería y
caballería. Se recupera Candelaria; el asalto fue dirigido por fray José Acevedo y
el capitán Manuel Miño el 10 de Septiembre de 1815. Isasi se entrega” (1).
Durante la ocupación paraguaya gran parte el patrimonio de la reducción fue
enviado a Paraguay, otra parte fue saqueada. Candelaria se convirtió casi en un
desierto. Las autoridades nacionales le prestaban poca atención a esta región.
Hasta la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) en que se retoma la ocupación
de esta región
Luego del abandono, destrucción y saqueamientos de la Reducción Nuestra
Señora de la Candelaria, no quedó nada en pie de la antigua capilla jesuítica. Los
vecinos unieron sus fuerzas para la construcción del nuevo templo. Para la nueva
construcción se tomó como modelo las casas comunales en las tolderías indias:
Redonda, una puerta, dos ventanas sin vidrios, techo de paja.
“En octubre de 1865 fue retomado el pueblo de Candelaria por tropas argentinas.
La Legislatura de Corrientes se apresuró a promulgar la ley de creación del
Departamento de Candelaria y consiguió definir jurídicamente ese espacio que
aún contenía restos del antiguo patrimonio de las Misiones
En el último cuarto de siglo XX, apareció señalizado en el plano de la naciente
colonia nacional de Candelaria, mensurada a dos años de la federalización de las
Misiones.”(2)
Luego de la mensura en el año 1883 el templo quedó en el medio de una calle,
tras la plaza, hubo que demoler, reubicar y reconstruir. Según la entrevista que
realizamos a la Señora Dolores A. Romero, el primer sacerdote que venía a oficiar
la misa en los tiempos pos jesuíticos fue el padre Alberto Canás acompañado por
un sacristán Hipólito Godoy que también era policía.
En un principio la Iglesia Católica de Misiones dependía de la diócesis de Entre
Ríos, pero en 1905 pasó a la diócesis de Corrientes, hasta que en 1957 se creó la
Diócesis de Posadas bajo el obispado de Monseñor Kemerer.
Recién en 1916 se pudo reconstruir la capilla, y la casa parroquial, lo que permitió
realizar liturgias regularmente con la residencia del párroco en el pueblo, ya que
antes era muy difícil llegar a Candelaria. El sacerdote de esta época José Keiner
fue reemplazado en 1918 por Enrique Rohling, quien realizó reformas al edificio:
“Cambio las ventanas de hojas por las ventanas fijas estilo romano, ensanchando
los costados, formó el crucero y añadió el coro” (2) Luego se construyeron el
campanario y la torre.

Batalla de Candelaria:
Cuando Andrés Guacurarí asumió como comandante general de Misiones en
1815, se puso como objetivo prioritario la recuperación de los pueblos
pertenecientes a los departamentos de Concepción y Candelaria, que habían sido
ocupados por los paraguayos luego del acuerdo firmado por Manuel Belgrano en
1811.

En mayo de 1815 el ejército misionero avanzó con rumbo al norte, luego de


anunciar a las autoridades paraguayas de Concepción, que debían abandonar los
pueblos. Uno a uno, las tropas guaraníes fueron recuperando los poblados del
departamento.

Andresito debió esperar unos meses para emprender la campaña sobre la costa
del Paraná. En agosto, las tropas misioneras se pusieron en marcha, mientras que
los paraguayos concentraron sus fuerzas en Candelaria al mando del comandante
José Isasi. En los primeros días de septiembre las tropas misioneras se
reagruparon en San Carlos, en donde se sumaron otros líderes locales, como
Manuel Miño, Ignacio Mbaibé y Manuel Cayré.

El día 11, y antes de emprender el ataque a Candelaria, Andresito le escribió una


intimación a Isasi. El comandante paraguayo rechazó la intimación y se alistó para
el combate. El 12 de septiembre el ejército guaraní se lanzó sobre Candelaria. La
batalla duró tres horas y sólo se resolvió cuando los paraguayos se quedaron sin
municiones. Para la tarde de aquella jornada, la bandera tricolor de Misiones ya
flameaba en la capital histórica de la provincia. Las tropas paraguayas repasaron
el río y abandonaron todos los pueblos del departamento de Candelaria.
Sarandí Histórico:
El Sarandí Histórico de Candelaria, fue reconocido como árbol histórico por
parte  de las autoridades en 1947, en virtud de gestiones realizadas por
historiadores locales, creándose, en dicho año, la Comisión Pro-Reconocimiento
del Sarandí Blanco como árbol histórico para revalorizar ese testimonio de las
epopeyas revolucionarias del General Manuel Belgrano.

En 1996 Amenazado por el llenado del embalse de la represa Yacyretá, el


misionero Miguel Alterach, por entonces diputado de la Nación, presentó un
proyecto para declarar su trasplante de interés cultural, pero la iniciativa no
prosperó. Tras ese frustrado intento de Alterach por salvarlo de quedar bajo agua,
la Municipalidad de Candelaria por ordenanza 14/96, y el Concejo Deliberante
aprobaron el traslado. Durante ese mismo año, 1996, la Cámara de Diputados de
Misiones determinó que Ecología analice la posibilidad del traslado. Además, se
propuso que se implantaran retoños del sarandí aprovechando el privilegio de
contar en un árbol vivo un legado histórico.

Un proyecto del senador Ernesto Oudín propició que se considerara árbol histórico
nacional al ejemplar de sarandí blanco. Esto Se convirtió en ley el 3 de enero de
2001. El 31 de mayo de 2003 se concretó el operativo del traslado al centro de
Candelaria.

El 5 de junio de 2004 se pide hacer una clonación del sarandí para destinarlo al
Regimiento de Infantería 1 Patricios. Ese mismo año, muchos advirtieron que ya
estaba perdiendo vida. Es que de un ambiente húmedo, como el que necesita esa
especie, fue trasladado a un lugar árido, de muy altas temperaturas en verano, a
causa del cemento que lo rodeaba con el fin de preservarlo, pero al no tomarse los

El 31 de mayo de 2016, atendiendo un planteo formulado por el  Intendente


Municipal de Candelaria. Daniel Luna, y al Gobernador de la Provincia Hugo M.
Passalacqua, a efectos de revalorizar culturalmente al Sarandí Histórico; el
Gobernador da instrucciones precisas al ministro del Agro y la Producción José
Luis Garay para tomar conocimiento sobre el estado fitosanitario y las condiciones
de conservación del Sarandí Blanco de Candelaria. Desde el Ministerio del Agro y
la Producción, se pudo constatar un serio y avanzado deterioro de la estructura
leñosa principal del añoso ejemplar arbóreo, el tronco se encontraba seco y con
avanzado proceso fúngico.
El sarandí blanco volvió a Candelaria

La antigua capital de las misiones jesuíticas marcó una nueva página en la historia
al inaugurar el Centro de Interpretación Belgraniana sobre la avenida Mitre.
En el salón permanecerá el tronco ya tratado del histórico sarandí blanco bajo
cuyas sombras descansó Manuel Belgrano y donde comenzó a escribir la
Constitución Nacional.
La modernización de la comunidad misionera llevó a que con la puesta en marcha
de la represa de Yacyretá, el histórico árbol quedaría bajo agua. En 2003 se lo
trasladó al centro de la localidad de Candelaria donde comenzó su deterioro.
En 2016 comenzaron las tareas de preservación y a principios de 2018 se lo
trasladó a Eldorado, donde fue sometido a un intensivo tratamiento químico por la
Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Misiones (Unam)
junto al Laboratorio de Biotecnología y el Laboratorio de Tecnología de la Madera.
Hoy se encuentra en un sitio adecuado para su puesta en valor.
 
Foto del Escudo de Candelaria en la Plazoleta Gral. San Martín
El Escudo de Candelaria
El autor del escudo de Candelaria es Ricardo Esteban Zarsa
Significado:
Es un blasón dividido en cuarteto celeste y blanco en alusión a los colores de la
Bandera de BELGRANO.
En la parte superior sobre fondo VERDE (en alusión a la vegetación predominante
en Misiones y en especial en esta Zona, con letras rojas (alusión al color de la
tierra) REZA:“MUNICIPALIDAD DECANDELARIA CAPITAL HISTÓRICA DE
LA PROVINCIA”.
En el cuarteto superior izquierdo: La unión de los pueblos jesuíticos con el
Aborigen originario de estas tierras, representando el bastón de mando de los
caciques.
 En el cuarteto superior derecho: El “Sol de Mayo” es un sol renacentista que
representa el renacer de los pueblos.
En el cuarteto inferior izquierdo: las Ruinas Jesuíticas “Nuestra Señora de
la Candelaria” y el reloj de sol que fuera levantado por primera vez en estas
tierras.
En el cuarteto inferior derecho: El Sarandí histórico símbolo del paso del General
Belgrano por estas tierras, en su campaña al Paraguay y que trajera las primera
constitución.
CENTRAL: La “CRUZ CRISTIANA” símbolo de la religiosidad y la fé que movilizo
en estas tierras  la campaña evangelizadora. Representación inequívoca de la
Iglesia en este pueblo
Este mural se realizó para conmemorar el regreso de la Democracia en
Candelaria. El 20 de septiembre 1982 se convoca a los vecinos de
Candelaria a elecciones municipales para el 13 de octubre. Salomón Amiel
pasó a la historia al ser el primer intendente de la localidad tras el retorno
de la democracia en Argentina en 1983.

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