Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL NOMBRE DE CÚCUTA
Es un vocablo de origen indígena con el cual se distinguen varios significados:
Documentos antiguos demuestran que ese nombre se le dio a una quebrada
tributaria del Río Pamplona (hoy Pamplonita).
También se determinó que con el nombre de Cúcuta se llamó a unos árboles
gigantes que los naturales llamaban con ese nombre.
El cacique y señor del Valle también fue reconocido como Cúcuta al igual que
la tribu que comandaba.
Con el mismo nombre se señalaban a unas minas de tierra negra, que
posiblemente sea el carbón tan abundante en la región.
Según la interpretación de las lenguas nativas el nombre de Cúcuta se traduce
como: La Casa del Duende.
TIERRAS DE CÚCUTA
Después de fundada Pamplona el 1 de noviembre de 1549 las tierras de los Valles
de Cúcuta y el Zulia fueron siendo objeto de posesión y de dominio por parte de
los conquistadores y fundadores venidos de aquella ciudad.
Otro de los pobladores de Pamplona nombrado Juan Ramírez de Andrade,
considerado como “El primer colonizador de Cúcuta y ascendiente legítimo del
general Francisco de Paula Santander” recibió en 1561 del Ayuntamiento de
Pamplona una merced de tierras “la más antigua de que se tiene noticia en el
Valle de Cúcuta” según opinión del investigador Luis Eduardo Pacheco.
Para principios del siglo XVII gran parte de los valles de Cúcuta pertenecieron al
Capitán Don Cristóbal de Araque Ponce de León cuyas tierras pasaron por
herencia a su hijo el Maestro Don Fernando de Araque Ponce de León “Dueño
que fue de todas las tierras que hay desde el valle de Cúcuta hasta Puerto de San
Joseph jurisdicción de la ciudad de San Faustino” las cuales habían sido donadas
como merced del Capitán Araque por el gobernador de la Nueva Provincia de
Mérida de la Grita mediante título de 9 de septiembre de 1630.
Avanzando la conquista, desde 1550 hasta principios del siglo XVIII, esos valles
fueron ocupados progresivamente por encomenderos y herederos que fueron, en
la medida que les fue posible, depredando a los indígenas y fundando haciendas
para el cultivo del cacao, el añil y la cría de ganados sobre todo de la especie
caballar.
EL CACAO DE CÚCUTA
Se dice por estudiosos modernos que el cacao tuvo origen en el Amazonas hace
cuatro mil años pero su uso sistemático sólo se hizo en la zona de lo que hoyes
Méjico y Nicaragua.
El cacao es de origen americano y se sabe que desde muchísimo antes de la
llegada de los españoles el cacao ya era conocido por los aborígenes
particularmente de las regiones calientes y húmedas y de climas de selva. Fue
traído de Méjico a esta parte de lo que hoy es Colombia y Venezuela por los
religiosos españoles, especialmente la variedad de “cacao criollo” que sirvió de
base a la producción comercial del siglo XVI. El cacao se tuvo como alimento
cotidiano y sirvió de base a la economía y sociedad colonial. Los valles de Cúcuta,
el Zulia y San Faustino fueron tierras muy aprovechadas para su cultivo durante
los siglos XVIII y XIX, en condiciones de que ese producto se constituyó en la
base de la economía y del comercio en aquellos tiempos. Desde los valles de
Cúcuta hasta las tierras que comprenden el entorno del Lago de Maracaibo el
teobroma fue la base de la actividad agrícola. Las haciendas de los Capuchinos y
de los Jesuitas fueron campo propicio para el ejercicio de aquellas labores.
Los territorios del Pamplonita, del Zulia, de Salazar de las Palmas y de San
Faustino se vieron en aquellos siglos invadidos por gentes de Pamplona, San
Cristóbal, Mérida, El Socorro y San Juan de Girón, así como de otras poblaciones
y ciudades de esta parte del Virreinato, las cuales gentes vinieron a fundar
plantaciones de cacao que con el tiempo constituyeron la gran riqueza de la
región. La necesidad de transportar el producto fomentó la navegación fluvial, el
establecimiento de puertos y de asentamientos humanos.
Aquel auge fue el origen para la fundación de poblados como Limoncito, San
Cayetano, Santiago, San Buenaventura, San José de Cúcuta, Villa del Rosario de
Cúcuta, San Antonio del Táchira y todos sus respectivos puertos fluviales. El
cacao fue la causa mediata y el origen de muchas de nuestras aldeas, parroquias,
villas y ciudades.
El producto del cacao era sacado inicialmente por la vía del río Magdalena pero
posteriormente se exportaba por las vías fluviales del Pamplonita, del Zulia y del
Catatumbo hasta el Lago de Maracaibo, para ser luego exportado por la
Compañía Guipuzcoana de Navegación que tenía el monopolio del transporte al
puerto de Veracruz de Méjico, y de allí a los puertos de la Península Ibérica. En
las alcabalas, bodegas y depósitos de entonces se comenzó a fomentar la
tradición aduanera de Cúcuta y se acrecentó el carácter comercial que tiene la
Ciudad. La presencia de guardas, alcabaleros, contrabandistas y monopolios de
Cúcuta tiene su antecedente en aquellas décadas. Una enfermedad llamada
“palometa” o “mancha” acabó con las plantaciones de cacao y por tanto con la
economía de aquel producto.
Al referirse al cultivo, producción y precios del cacao hacia 1800 Don Pedro
Fermín de Vargas, prócer visionario de la economía de aquellos días en estas
colonias, dijo: “De Pamplona y Cúcuta salen casi todos el cacao que se consume
en el Reino. El precio de una carga de este género de diez arrobas, o sesenta
millares, vale en el mismo Cúcuta de doce a quince pesos, y en Santafé treinta
poco más o menos. Lo mismo casi en lo restante del Reino, donde es de un
consumo general”. “Después de la Independencia de Caracas, (se refiere a la
separación del Virreinato de Santafé) redujo la saca de cacaos de Cúcuta para
Nueva España a seis mil arrobas, han decaído considerablemente aquellas
plantaciones que la seguridad del Despacho hacía próspera en otros tiempos”.
El Gobernador de Pamplona Doctor Joaquín Camacho y Lago, hombre ilustre
discípulo del Sabio José Celestino Mutis, decía en su Relación Territorial de dicha
Provincia en 1808 que “A la buena disposición de los valles de Cúcuta para la
agricultura se une el cuidado y esmero de aquellos vecinos en el cultivo de los
cacaos, sombreándolos con las ceibas, búcaros (especie de eritrinea), etc., cuya
precaución acreditada por la experiencia no se observa en otros países donde se
cultiva el fruto” … “Es una desgracia para los hacendados de Cúcuta no poderse
conservar allí los cacaos sin que los corrompa y destruya la palometa (tineo falsa)
lo que obliga a vender el fruto apenas se coge, aunque el precio es muy bajo.
El cacao de Cúcuta se hizo famoso en el mercado internacional por su fragancia y
sabor. José María Vergara y Vergara en sus “Tres Tazas” al referirse al chocolate
cucuteño dice que el prócer Camilo Torres dijo en latín: “Digitus Dei est hic” (La
mano de Dios está aquí). El mismo autor en otra parte de “Las Tres Tazas” dice:
“Sobre las servilletas dobladas reposaban grandes platos; entre éstos había platos
pequeños; y entre los pequeños había pozuelos en que hacía visos azules y
dorados la espuma de un chocolate que estaba guardado en pastillas hacía ocho
años, en grandes arcones de cedro. El cacao había venido de Cúcuta, y para
molerlo, se había observado todas las reglas del arte, tan descuidadas hoy por
nuestras cocineras”.
En “Del Antiguo Cúcuta” dice Luis Febres Corderos que “es de notarse que entre
las gentes adineradas, la costumbre de la época, por lujo o por prejuicio, hacía
viajar las pastillas de chocolate a Maracaibo y aún a algún puerto de la Madre
Patria, a fin de que el ambiente y las brisas marinas, envejeciendo su elaboración
acrecentase su delicioso gusto”.
Don Salvador Camacho Roldán en “Bogotá en 1849” al referirse a los precios en
aquella época dice que el “cacao valía de cinco a seis reales el millar (cuatro
libras), y en las jambas de una tienda pequeña contigua a la librería Colombiana,
pude leer ahora pocos años un aviso manuscrito que decía: “Cacao de Cúcuta
Superior, a tres reales el millar”.
Una demostración de la alta calidad de aquel producto está en que la Reina
Victoria de Inglaterra pedía que le llevaran “Cacao de Cúcuta”, de donde puede
asegurarse sin exageración que el producto era el mejor del mundo.
Otro producto famoso en aquellos tiempos coloniales fue el añil, que se benefició
principalmente en San Faustino de los Ríos donde todavía se encuentran “Los
espaciosos tanques de mampostería” donde se procesaba la “Tinta generosa”. El
añil que se produjo en los valles cucuteños también se exportó y fue muy conocido
por su calidad.
El cultivo del cacao fue sustituido progresivamente por el del café, sin que se sepa
precisamente quién trajo los primeros cafetos a Cúcuta. Se sabe que el arbusto
del café es procedente de Abisinia, de donde pasó a París y de esta capital lo trajo
Desclieux a la Isla de Guadalupe en 1720. De Guadalupe paso a Cayena en 1725
y seguidamente a Venezuela a donde lo introdujeron los misioneros castellanos a
las orillas del Orinoco entre 1730 y 1732. Después en Venezuela se cultivó en
Guárico y Apure, luego en los Andes venezolanos, Trujillo, Mérida y Táchira, y de
esta parte llegó a los valles de Cúcuta al iniciarse el último tercio del siglo XVIII,
como puede deducirse de lo manifestado por la brevísima manifestación de Don
Joaquín Camacho y Lago en su referida Relación Territorial como corregidor de
Pamplona (1805-1808), época desde la cual se sabe que fue cultivado en tierras
cucuteñas, dándose esta primicia en Colombia para el Norte de Santander con
esta industria agrícola que está considerada como la base de la economía del
país. El café alcanzó buen precio para la última década del siglo XIX en el
mercado internacional, por lo que se favoreció su comercio externo; comercio que
se hizo principalmente por la vía fluvial al Lago de Maracaibo.
San José de Cúcuta fue reconocido como parroquia por licencia otorgada por
monseñor Antonio Claudio Álvarez de Quiñonez el 13 de noviembre de 1734.
El 18 de mayo de 1792 las parroquias de San José y el Rosario fueron
reconocidas por la colonia española y el Rey Carlos IV de España le otorgó a los
barrios de Cúcuta mediante cédula real el título “de muy noble, valerosa y real
villa”; esto fue el primer reconocimiento legal dado a nuestra ciudad.
EL FERROCARRIL DE CÚCUTA
Las diferentes líneas del Ferrocarril de Cúcuta tuvieron los siguientes itinerarios y
lapsos de duración:
1. La línea NORTE (1.888 a 1.960) iba de la Estación Cúcuta a la Estación de
Puerto Santander con un recorrido total de sesenta kilómetros. Esta línea
empalmó hacia Venezuela con el Ferrocarril del Táchira (La Grita-Encontrados)
que tuvo un total de ciento sesenta kilómetros.
2. La línea SUR (1.924 a 1.933) que iba de la Estación Cúcuta hasta la Estación
de Tescua (El Diamante) con un recorrido total de cuarenta y tres kilómetros.
3. La línea de FRONTERA (1.893 a 1.933) que iba de la Estación Cúcuta ´hasta
la Estación de La Frontera en la Villa del Rosario con un recorrido total de diez
y seis kilómetros.
En 1915 se proyectó la prolongación del ferrocarril hacia el río Magdalena,
proyecto que fracasó por las intrigas políticas de la región.
EL TRANVIA DE CÚCUTA
La compañía del Ferrocarril estableció en la ciudad de Cúcuta en 1.887 un servicio
de tranvía que tuvo 8,7 kilómetros de longitud, funcionó de la “Estación Cúcuta” a
la “Estación Rosetal”, a la “Estación de la Aduana Nacional”, al “Puente de San
Rafael” y a “Puente Espuma” y prestó servicio, sin costo alguno para el erario
público, hasta noviembre de 1.941 cuando el Concejo Municipal ordenó levantar
los rieles para pavimentar las calles.
LOS INMIGRANTES
La ciudad de Cúcuta siempre ha sido una población abierta a las diferentes
corrientes migratorias de diferentes países. Los principales poblamientos de
migrantes estuvieron señalados por la presencia de españoles, neogranadinos,
venezolanos, alemanes, italianos, franceses y sirio-libaneses; estos pobladores
desarrollaron la industria y el comercio en la ciudad, logrando un reconocimiento a
nivel nacional e internacional.
PROCESOS POLÍTICOS EN LOS VALLES DE CÚCUTA
El primero fue el llamado pueblo de Cúcuta, reconocido como encomienda en
1550, como reducción de indios motilones en 1620, doctrina y curato en 1660 y en
1870 reconocida como aldea.
De 1734 a 1792 fue la PARROQUIA DE SAN JOSE DE GUASIMAL EN EL VALLE
DE CUCUTA, en torno a la iglesia se conformó la aldea que dependió civilmente
de la antigua Provincia de Tunja en la jurisdicción de la ciudad de Pamplona en el
Nuevo Reino de Granada.
Desde 1792, hasta 1824, a partir del otorgamiento del título por Cédula del Rey
Carlos IV de España tuvo el carácter de VILLA DE SAN JOSE DE GUASIMAL y
por tanto el carácter de municipio integrante de la Provincia de Pamplona.
De 1824 a 1830 fue cabecera del Circuito de Cúcuta en la Provincia de Pamplona,
Departamento de Boyacá en la Nueva Granada, República de Colombia.
De 1830 a 1850 fue cabecera del cantón de San José en la Provincia de
Pamplona.
De 1850 a 1855 fue capital de la Provincia de Santander, usándose por primera
vez este apellido toponímico con el que se denominan actualmente los dos
Departamentos en honor al prócer cucuteño Francisco de Paula Santander.
De 1855 a 1857 fue capital del Cantón de Cúcuta en la Provincia de Pamplona.
De 1857 a 1859 fue capital del Distrito de Cúcuta en el Estado Soberano de
Santander.
De 1859 a 1869 fue capital del Departamento de Cúcuta en el Estado Soberano
de Santander.
De 1869 a 1896 fue capital del Distrito de San José en el Estado de Santander.
En 1900 fue capital del Distrito Federal de Cúcuta.
De 1905 a 1908 fue capital de la Provincia de Cúcuta en el Departamento de
Santander.
De 1908 a 1910 fue capital del Departamento de Cúcuta.
Desde 1910 es capital del Departamento Norte de Santander (Ley 25 de 1910).
METODOLOGÍA:
1. Lea cuidadosamente la información contenida en el texto.
2. Atendiendo a los siguientes contextos detalle los procesos más importantes
que se sucedieron en las épocas históricas, demarcadas como:
2.1 Conquista y Colonia.
2.2 Proceso Independista.
2.3 Época de la República.
2.4 Época de la modernidad y la posmodernidad
2.5 Evaluación
EVALUACIÓN:
Entregar un informe por escrito bien argumentado y con posiciones críticas bien
definidas.