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Dime el juego que juegas….

Los juegos de los niños son un lenguaje. A través de los juegos los niños van
comunicando lo que les sucede, y cómo está su mundo interno.
El jugar es una necesidad que traemos desde que damos los primeros pasos, es un
impulso natural que vamos desarrollando desde la imitación con lo que nos rodea.
El niño a través de los distintos juegos que va desarrollando, desde jugar con un
sonajero, una ruedita, un peluche, va realizando diferentes búsquedas ya sea de sus
emociones, de sus pensamientos, de sus habilidades necesarias e imprescindibles para
su desarrollo en la vida.
Los materiales que le brindamos para desarrollar el juego, los juguetes, son medios para
comunicar lo que le sucede, el juego es el lenguaje.
El juego además tiene un valor educativo que ayuda al niño a desarrollar sus
capacidades cognoscitivas. El niño jugando puede explorar, experimentar, aprender,
actuar y pensar en forma creativa.
Los niños aprenden a comunicarse con los demás y expresar sus sentimientos, en la
comparación con los otros puede resolver sus dificultades ya que el espacio lúdico les
ofrece una distancia psicológica segura de sus problemas.
Pero el “anda a tu cuarto a jugar” no resuelve nada. Esto tranquiliza a las mamás pero
no quiere decir que el estar tranquilo, jugando en el cuarto, nos diga que el niño “juega
bien”.
Hay muchas mamás que interfieren en el juego de los niños pensando que lo ayudan, y
no siempre es así. Lo importante es ayudarlo pero sin substituirlo, sin imponer nuestras
preferencias, sin pretender de él lo imposible. Acompañar sería el término adecuado
para que el juego se convierta en una experiencia capaz de desarrollar en la forma más
completa posible sus capacidades.
El juego se ha ido, por los tiempos que corren, despojado de espacios, la vereda y las
plazas ya no son una muestra de los diferentes juegos de los niños. Los niños, ya no
salen a jugar. Pero también hacen falta tiempos para jugar, por que también han sido
reemplazados por otras cosas.
Entonces en este punto deberíamos preguntarnos nosotros, los padres, ¿qué estamos
haciendo con el juego de los niños? De a poco estamos dejando que pierda
protagonismos en el cuarto o en las plazas, estamos dejando que cada vez más sea
reemplazado por instrumentos electrónicos que no los ayudan educativamente como lo
hace el juego.
Los niños necesitan adultos que acompañen el juego, lo estimulen y lo compartan.
Sí.,esto quiere decir jugar con ellos, compartir el armado, un juego reglado ,etc. Que el
niño interno del papá también se puede, con los años, poner en “juego” de vuelta.

Lic. Laura L. Leva


Directora de Grupo Ludoteka

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