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Piensa en la necesidad de ser rescatados. Todos en algún momento necesitan ser rescatados. Los
hebreos necesitaban ser rescatados de la cruel opresión de Egipto. Los que estamos haciendo este
estudio pudiéramos necesitar liberación de patrones de pensamiento discapacitantes, hábitos
dañinos o circunstancias nocivas. Conforme
estudies Éxodo, recuerda que el Dios que rescató a los israelitas es tu redentor también. Clama a Él pidiendo
que te rescate. Posiblemente Él no actúe cuando tú lo deseas ni como tú esperas, pero puedes estar seguro de
que Él acudirá a rescatarte.
El segundo gran tema de Éxodo es el pacto. Dios le había prometido a Abraham que Él haría que su
descendencia fuera más numerosa que las estrellas del cielo. Dijo que les daría su propia tierra (véase Génesis
15).
El tercer tema importante del Éxodo es adoración. Dios redimió a Israel de una manera personal, poderosa.
Los israelitas vieron de primera mano Quién era Él. Llegaron a entender cuán digno era Él de la adoración de
ellos. Gran parte del libro de Éxodo está dedicado a la construcción y el significado del tabernáculo. Dios se
encontraba con los israelitas en esta tienda portátil. Adondequiera que iban, iba también la tienda. El pueblo
se reunía allí para adorar y para ofrecer sacrificios al Señor. Por medio del tabernáculo aprendieron acerca de
la muerte de un sustituto, la necesidad de la purificación diaria y el privilegio de comulgar íntimamente con
Dios.
Levítico: La Naturaleza y la Santidad de Dios
El nombre Levítico implica que este libro tiene relación con los levitas. Los levitas eran la tribu sacerdotal de
los israelitas. Mientras que el libro sí da detalles de los deberes sacerdotales, Levítico es más amplio que eso.
El nombre hebreo del libro significa “y Él llamó”. El libro inicia con estas palabras: “El S EÑOR llamó a
Moisés”.
El tema principal de Levítico es la santidad de Dios. De hecho, el versículo lema para el libro podría ser 19:2:
“Hablará con toda la asamblea de los israelitas y les dirá: ‘Sean santos, porque yo, el S EÑOR su Dios, soy
santo’”. La santidad está estrechamente relacionada con la pureza moral de Dios. Se aplica a nosotros
también. Ser santos es darle nuestra espalda al mal. Incluye buscar a Dios sobre todas las cosas, y reflejar Su
gloria en nuestra conducta. Jesús citó Levítico cuando expresó el segundo gran mandamiento: “Ama a tu
prójimo como a ti mismo” (19:18).
El sacrificio es otro de los grandes temas de Levítico. Ningún ser humano jamás podría cumplir con la norma
de santidad de Dios. Por tanto, Dios exigió purificación periódica para poder ser restaurados a una relación
íntima con Él. Esta purificación se realizaba mediante la ofrenda de sacrificios diarios, semanales, mensuales
y anuales de animales. Los sacrificios prefiguran el sacrificio supremo de Jesucristo por el pecado (véase Juan
1:29; Hebreos 10:10).
Dios no diseñó las leyes como sacrificios para cubrir la brecha entre Él mismo y la humanidad. Dios las dio
para mostrarle a la humanidad que la brecha existe. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo lo expresó así:
“Nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley
cobramos conciencia del pecado” (Romanos 3:20).
Piensa en el requisito establecido por Dios de un sacrificio por el pecado. Levítico es un libro
sangriento. Trata de imaginar lo que hubiera sido vivir en el tiempo antes de Cristo, cuando los
sacrificios de animales eran una parte tan cotidiana de la vida. Cada pecado, intencional o no
intencional, requería un sacrificio de sangre para que el pecador pudiera
ser perdonado. A medida que leas Levítico, no evites los aspectos desagradables de los sacrificios de
animales. Más bien, pide a Dios que te ayude a entender el horror del pecado y que te dé un nuevo espíritu de
gratitud por el amoroso sacrificio de Jesús. Fue la muerte de Él en la cruz la que proveyó el sacrificio
supremo y final por el pecado (véase Hebreos 7:27).
¡Personaliza la VERDAD!
Durante 40 años, el pueblo de Dios vagó por el desierto. Dios nunca quiso que pasaran tanto
tiempo en el desierto. Pero su rebeldía tuvo consecuencias. No obstante, Dios usó
su tiempo en el desierto para refinarlos y purificarlos, y para revelarles más de Sí mismo. ¿Sientes que tú estás
en un tiempo de vagancia por el desierto? ¿Estás experimentando consecuencias dolorosas a causa de tu
propio pecado o el de otros? No pierdas la esperanza. Aun cuando Él te pudiera permitir pasar por un tiempo
de pruebas en el desierto, Dios nunca te abandonará. Él caminará junto a ti, así como caminó junto a los
israelitas cada día de esos 40 años. ¡Y Él te sacará adelante! Si te encuentras en un desierto hoy, habla acerca
de eso con Dios. Pídele que Él te ayude a dejar de resistir y sentir resentimiento por tus circunstancias. Pide
más fe para confiar en que Él traerá algo bueno como resultado de este tiempo difícil. Y luego busca
conocerlo a Él más profunda e íntimamente.
Si no se especifica lo contrario, en esta traducción todos los pasajes bíblicos son tomados de la Nueva Versión Internacional en
español.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
3. ¿Qué evidencia encuentras en estos versículos de la bendición de Dios sobre el pueblo de Israel?
Se multiplicaron en descendencia, se hicieron muy poderosos
5. Enumera las diferentes maneras en las que el rey intentó atacar su preocupación. ¿Tuvieron éxito sus planes?
Explica.
1. Una de las estrategias fue ponerlos a trabajar en la construcción de los edificios de faraón, peo no sirvió de
nada. Otra fue darles mas trabajos como obligarles a hacer mezcla, ladrillos y todas las labores del campo.
Otra fue mandar a las parteras que cuando ayuden a las hebreas en sus partos si es niño, que los matasen,
pero tampoco sirvió porque las parteras temía a Dios mas que a faraón. Como ultimo recurso faraón mando
tirar a los bebes que fueran niños al río Nilo y a las niñas las dejasen con vida.
6. ¿Por qué desafiaron las parteras la orden del rey? ¿Cómo sabemos que sus acciones agradaron a Dios?
Temían a Dios más que al faraón,
Porque estas parteras fueron bendecidas con muchos hijos
¡Aprende la VERDAD!
Las parteras temían a Dios. Su santa reverencia por el Señor afectó sus decisiones.
Porque temían a Dios más que a la gente, estuvieron dispuestas a correr los riesgos para poder
honrar a Dios. ¿Tú temes a Dios? Si es así, ¿tu reverencia por Dios afecta tu manera de vivir y de tomar
decisiones? Esta semana, haz que tu temor del Señor conserve un lugar prominente en tus pensamientos y tu
conducta. ¿Qué es lo que más importa? Prepárate para hablar con tu Grupo Pequeño acerca de tu experiencia.
DÍA 3: Éxodo 2:1-10—Nacimiento de Moisés
7. ¿Por qué escondió la madre a su bebé? ¿Qué hizo cuando comprendió que ya no era posible seguirlo ocultando?
Poque faraón dio una orden de matar a los bebe varones,
Preparo un canasto de papiro y la embadurno con brea y asfalto. Después puso en ella al niño y lo dejo en el rio Nilo
9. A pesar de que no se menciona a Dios en estos versículos, ¿puedes ver Su participación? Si es así, ¿de qué manera?
Su participación esta en muchos de los gestos: 1, en que mientras que el niño estaba en el rio no ubo que lamentar
que ningún cocodrilo se lo arrebatase, 2 Dios puso en el corazón de la hija de faraón el sentimiento de adoptar al
bebe, 3 Dios puso en la hija de faraón el escuchar a la hermana del bebe
15. ¿Qué hicieron los israelitas debido a su esclavitud, y cómo respondió Dios?
Ellos le suplicaban a dios que les ayudara
Dios lo solo y recordó el pacto que hizo con Abraham , Isaac y Jacob
16. ¿Qué fortalezas y debilidades observas en Moisés? ¿Qué has podido aprender de él hasta aquí?
La Fortalezas: La determinación, la empatía hacia el más débil, y actúa ante las injusticias, servicial. las debilidades: falta de
dominio propio, temor,
¡Aplica la VERDAD!
Moisés sintió justa indignación ante el abuso que estaba sufriendo su pueblo. Él les quería ayudar.
Pero en su arrebato de pasión, cometió un terrible error al asesinar a un egipcio. Nuestro versículo
de memorización dice: “El afán sin conocimiento no vale nada;
mucho yerra quien mucho corre” (Proverbios 19:2). Si observas alguna injusticia en esta semana, habla con
Dios acerca del asunto antes de cualquier otra cosa. Pide Su sabiduría y entendimiento sobre la situación.
Pregunta si Él quiere que te involucres. Si es así, pregúntale cómo. Deja la situación en Sus manos.
Prepárate para hablar acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 2 Comentario
Piensa en los conflictos éticos. Las parteras tenían que escoger entre obedecer la ley de Egipto y
obedecer las leyes más altas de Dios. Para obedecer la ley más alta de Dios, se vieron en la
necesidad de desobedecer la ley menor, inmoral, del rey. Cuando enfrentamos decisiones morales
difíciles, la ley moral más alta debe tener prioridad sobre
la menos importante (Hechos 5:29). Todas las leyes menores deben ceder ante las leyes más altas de Dios.
quizá—que era un bebé hebreo. Miriam observaba mientras ocurría todo esto. Pensando rápidamente, sugirió
que llamaran a una mujer hebrea para que amamantara al bebé. Obviamente, estaba pensando en su propia
madre. La hija de Faraón aceptó. Cuando Miriam volvió a casa con Moisés, Jocabed aprendió el hermoso
principio de que cuando le soltamos algo a Dios, podemos confiar en que Él hará lo que es mejor.
En el versículo 11, el texto se adelanta varios años. Moisés ahora era un hombre adulto. Hechos 7:23
menciona que su edad era de 40 años en el momento de Éxodo 2:11 e indica que de alguna manera sabía la
verdad respecto a su verdadera identidad. En ese momento desarrolló interés en lo que estaba sucediendo con
los hebreos. Mientras que probablemente estaba consciente de que eran esclavos, quizá no fue sino hasta que
los visitó personalmente que comprendió cuán infelices eran sus vidas en realidad.
Cuando vio a un mayordomo egipcio que golpeaba a un hebreo, Moisés se enfureció. Mató al egipcio y luego
enterró el cuerpo en la arena para ocultar su delito. Al día siguiente, Moisés regresó para ver a los hebreos.
Encontró a dos de ellos peleando y los confrontó. La respuesta de ellos debe haberlo aterrorizado: “¿Quién te
ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio?” El esclavo vio
a Moisés como un asesino, no como un libertador (Hechos 7:25). Además, si los esclavos hebreos sabían del
homicidio, no pasaría mucho tiempo antes de que lo supieran las autoridades también. Y así fue. Faraón
pronto se enteró del homicidio y buscó vengarse de Moisés.
Moisés huyó para salvar su vida. Pudiera haber viajado casi 500 kilómetros para llegar hasta Madián. Allí se
detuvo junto a un pozo. Pronto había conocido a siete hijas del “sacerdote de Madián”. Se menciona a este
mismo hombre con varios nombres en las Escrituras. En Éxodo 2:18 y en Números 10:29, se le llama Reuel.
En Éxodo 18:6, aparece como Jetro. Pudiera ser el que se menciona en Jueces 4:11 como Jobab.
Probablemente éstos hayan sido apodos y Jetro haya sido su nombre propio.
Las hijas de Jetro cuidaban de los rebaños de su padre cuando llegó Moisés. Algunos pastores esperaban hasta
que las muchachas hubieran terminado el trabajo pesado de llenar los bebederos. Luego los hombres corrían a
las ovejas de Jetro para que bebieran los de ellos. Moisés vio que los hombres habían tratado mal a las
jovencitas. Él se opuso a los hombres y defendió a las hijas de Jetro.
A Jetro le sorprendió que sus hijas regresaran tan pronto. Explicaron que un egipcio las había defendido y les
había ayudado a sacar agua para su rebaño. (Deben haber dado por hecho que Moisés era egipcio por su
vestimenta y por su manera de hablar.) El que finalmente salvaría a toda una nación, comenzó por salvar a
siete jovencitas.
Piensa en ser fiel en las cosas pequeñas. Los que quieren hacer grandes cosas por Dios pueden
aprender de la experiencia de Moisés. La realización de una obra espiritual importante típicamente
comienza con hacer bien las cosas pequeñas. La mejor manera de servir a Dios es hacer énfasis en
la calidad del servicio antes que su alcance. Pon
atención a la profundidad de tu ministerio y Dios se encargará de su anchura.
Jetro invitó a Moisés a acompañar a su familia en una comida. Con el paso del tiempo le entregó a Moisés a
una de sus hijas, Séfora, como esposa. Juntos tuvieron un hijo, al que Moisés le puso Gerson. Durante los
siguientes 40 años, Moisés permaneció en Madián. Quizá creía que pasaría el resto de su vida allí como
pastor. Si alguna vez había tenido ambición por salvar al pueblo hebreo, esos sueños pudieran haber muerto
en Madián.
Mientras Moisés estuvo en Madián, murió el faraón. Israel clamó a Dios. Él los oyó y recordó Su pacto con
los antepasados de ellos. Pronto les respondería en formas tan asombrosas que nadie hubiera sido capaz de
imaginarlas.
¡Personaliza la VERDAD!
¿Alguna vez te has sentido como si Dios se hubiera olvidado de ti? Así podrían haberse sentido
los israelitas mientras sufrían como esclavos. Pero Dios no se había olvidado de
ellos. Cuando ellos clamaron a Él, Dios envió a un libertador. Dios no te ha olvidado a ti tampoco.
¿Le has contado acerca de tu sufrimiento? Aparta tiempo en esta semana para derramar tu corazón ante Dios.
Sé honesto respecto a tus sentimientos. Cuando hayas compartido tu dolor, espera en silencio para oírle a Él.
Ten la seguridad de que Él te oye, te recuerda, te ve y sabe lo que estás sintiendo. ¡Él tiene cuidado de ti!
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué le dijo Dios a Moisés acerca de Su pueblo, Israel? ¿Qué te enseña esto acerca de Dios?
Lo llamo, y le dijo que se quitara el calzado porque estaba pisando tierra santa, e visto lo mucho que a sufrido mi
pueblo en Egipto, y e escuchado su lamento.
Que escucha las peticiones de su pueblo y el lamento , que actúa para responder a su peticion
3. ¿Qué plan tenía Dios, y qué papel tenía en mente para Moisés?
Ahora voy a bajar y salvar a mi pueblo de los egipcios, los voy a sacar de allí para llevarlos a una tierra buena y
espaciosa donde flulla leche y miel.
5. ¿Cómo respondió Dios? ¿Qué seguridad crees que Dios quería que recibiera Moisés de esta promesa?
Iras porque yo estaré con tigo.
La seguridad de que estando Dios con el todo es posible
6. ¿Cuál fue la siguiente objeción de Moisés? ¿Por qué crees que esto le preocupaba a Moisés?
Que ellos le iban a preguntar qué nombre tiene el Dios de sus antepasados
Moises no sabia cual es el nombre de Dios
¡Aprende la VERDAD!
Dios llamó a Moisés a una tarea muy difícil. Moisés no quería obedecer. Sin embargo, no hizo
caso omiso al mandamiento de Dios. Cuando Dios le pidió a Moisés que hiciera algo
que él no quería hacer, Moisés habló con Dios acerca del asunto. Le contó a Dios todos sus temores. Y
permitió que Dios le impartiera la confianza que necesitaba para obedecer. Esta semana, si Dios te pide que
hagas algo que no quisieras hacer, habla con Él acerca del asunto. Sé honesto con Él respecto a tus temores.
Permite que Él te dé lo que necesitas para obedecer.
Prepárate para hablar acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
12. Piensa en las cinco objeciones de Moisés. ¿Qué te enseña esto acerca de Moisés? ¿Qué te enseña acerca de Dios?
Que no se veía capaz de hacerlo, y que estaba muy acomodado con su vida actual
Que ante la respuesta de Moises Dios le suple lo que pide
13. ¿Dios alguna vez te ha pedido que hicieras algo que no querías hacer? ¿Cómo le respondiste a Dios? ¿Cómo te
respondió Él a ti?
Si, me veo muy reflejado en la actitud que tuvo Moises
Recordándome que con el todo es posible
15. ¿Cómo tranquilizó y preparó Dios a Moisés antes de que él saliera para Egipto?
Le recordó toda las señales que iban con el
16. Cuando Moisés y Aarón llegaron a Egipto, ¿cómo reaccionó el pueblo de Israel a lo que les dijo Aarón?
El pueblo les creyó y se dieron cuenta que el señor les había escuchado su clamor y se inclinaron y adoraron al Señor
¡Aplica la VERDAD!
Moisés enfrentó una tarea abrumadora. Guiar a más de un millón de personas habría sido intimidante.
Probablemente haya sido incluso más difícil porque Moisés era conocido
como asesino y fugitivo de la justicia—¿podría alguien confiar en él? Los israelitas habían rechazado su
liderazgo cuando había estado en Egipto (véase Hechos 7:25) Además, no era elocuente para hablar. ¡No es
sorprendente que Moisés se haya sentido incapaz de guiar! Pero las ineptitudes de Moisés no le importaban a
Dios. Según Dios, lo único que importaba era que Él iría con él. ¿A qué tarea difícil te ha llamado Dios? Así
como Dios prometió acompañar a Moisés, también promete acompañarte a ti (véase Mateo 28:20). Así que,
cuéntale a Dios tus temores y preocupaciones. Permite que Él te ayude con ellos. Luego confía en Él. Confía
en Su presencia, y haz lo que Él te ha llamado a hacer. Comenta esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 3 Comentario
Piensa en el nombre de Dios. Hasta el día de hoy, muchos judíos consideran que el nombre de
Dios es demasiado santo como para pronunciarlo o escribirlo. Al referirse a Jehová, suelen sustituir
la palabra hebrea Adonai—que significa “Señor”—como para no tomar en vano el santísimo
nombre de Dios. Las Escrituras mencionan con frecuencia el
“santo nombre” de Dios. Debemos confiar en, dar gracas a, bendecir, alabar, glorificar y jamás profanar ese
nombre (Salmo 33:21; 106:47; 145:21; 103:1; 1 Crónicas 16:10; Levítico 22:32). La manera en que usamos
el santo nombre de Dios manifiesta nuestro amor y reverencia por Él.
Después de revelarle Su nombre a Moisés, Dios reveló el primer paso de Su plan. Moisés debía reunir a los
ancianos de Israel e identificarse a Sí mismo cono uno enviado por el Dios de sus antepasados. Él les daría el
mensaje de la liberación de parte de Dios y Su promesa de guiarlos a una “tierra que fluye leche y miel”. Dios
dijo que los ancianos de Israel recibirían su mensaje. Ellos le explicarían al Faraón que el Señor les había
llamado a ellos para encontrarse con Él en adoración y sacrificio. Faraón rechazaría esta petición. Pero el
Faraón descubriría que los israelitas tenían lealtades más altas que las que le debían a él.
¿Y qué hago si no me creen? A pesar de todo lo que Dios le había dicho, Moisés aún dudaba. Ahora estaba
cuestionando si los israelitas le creerían, a pesar de que el Señor había dicho que sí le creerían. Dios usó dos
señales dramáticas para contestar a la pregunta de Moisés. Primero, le dijo a Moisés que arrojara su vara al
suelo. Al hacerlo, se transformó en serpiente. Luego Dios le ordenó a Moisés que lo tomara por la cola. Al
tomarlo, se convirtió de nuevo en una vara inofensiva. Luego Dios le dio a Moisés una segunda señal. A la
instrucción de Dios, Moisés colocó su mano en su túnica. Al sacarla, estaba cubierta de lepra. Luego Dios
restauró la mano a su condición normal. Dios le aseguró a Moisés que Él ayudaría a Israel a creer. Y Dios le
dijo a Moisés que Él estaba preparado para hacer aún más. Si aun así no creyeran a Moisés, él debía tomar
agua del Nilo y derramarla sobre la tierra seca, donde se convertiría en sangre.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 3 4
¿Y qué de mi dificultad para hablar? Luego Moisés puso objeción al plan de Dios debido a su incapacidad
para hablar. Con una serie de preguntas, Dios tiernamente reprendió a Moisés. Al fin y al cabo, Dios había
hecho la boca de Moisés. Él podía darle a Moisés las palabras que debía decir y la capacidad para decirlas
bien. Él estaría con Moisés y compensaría por sus debilidades.
Por favor envía a otra persona. Moisés finalmente llegó a su verdadera razón: simplemente no quería ir. Dios
había respondido pacientemente a cada una de las objeciones de Moisés, pero Moisés se seguía resistiendo. El
versículo 14 dice que Dios se enojó contra Moisés. No obstante, Dios aceptó permitir que Aarón hablara por
Moisés. Dios estaría con ellos dos y les enseñaría lo que tenían que hacer.
Regreso a Egipto
Por fin Moisés aceptó obedecer. Regresaría a Egipto, pero primero necesitaba buscar el permiso de su suegro,
Jetro. Jetro consintió en su salida. Aun antes de que Moisés se fuera, Dios le aseguró que aquellos que habían
querido matarlo en Egipto ya estaban muertos. Con este obstáculo eliminado, Moisés tomó a su esposa y a sus
hijos y salió para Egipto. Moisés también llevó consigo su vara que sería el instrumento que Dios usaría para
realizar Sus maravillas.
Dios le advirtió a Moisés que a pesar de que Él mostraría Su poder por medio de Moisés y su vara, Faraón no
cedería. Los esclavos hebreos eran un gran beneficio económico para Egipto. Ningún gobernante dejaría ir
voluntariamente a 600,000 esclavos sin salario. Faraón ya estaba decidido a no soltarlos, y Dios fortalecería
aún más esa determinación. El rey no permitiría que los israelitas salieran hasta que Dios estuviera listo para
que salieran.
A estas alturas el viaje de Moisés tomó un rumbo inesperado. Un día, cuando se habían detenido por el
camino, el Señor se encontró con Moisés y estaba a punto de matarlo, posiblemente por medio de una
enfermedad. Dios había ordenado a los israelitas que circuncidaran a sus hijos (Génesis 17:14), pero Moisés
no había obedecido. Estaba intentando guiar a Israel cuando había sido negligente como líder de su propia
familia. Por alguna razón, a Séfora le había parecido desagradable el requisito de la circuncisión. Pero lo
aceptó para salvar la vida de Moisés.
Piensa en integridad en el liderazgo. Liderazgo es más que sólo palabras. Los mejores líderes
guian con su ejemplo. A la gente se le olvida fácilmente lo que los líderes enseñan, pero recordarán
por mucho tiempo lo que los líderes hacen. Por eso Santiago 3:1 advierte: “Hermanos míos, no
pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben,
seremos juzgados con más severidad”. ¿Tienes una función de liderazgo en tu familia, centro de trabajo,
iglesia o comunidad? Entonces puedes tener la certeza de que la gente te está observando. Pide a Dios que te
ayude a vivir con integridad de tal manera que cualquiera que siga tu ejemplo aprenda a vivir de una manera
que honra a Dios.
Dios envió a Aarón para encontrarse con Moisés en Horeb, el mismo lugar en el que Moisés se había
encontrado con Dios en la zarza que ardía. Aarón recibió a Moisés cálidamente. Los dos hermanos
comentaron todo lo que el Señor le había dicho a Moisés. Siguiendo los mandamientos de Dios, Moisés y
Aarón fueron a Egipto. Aarón informó a los ancianos respecto al plan de Dios de rescatar a Israel. Moisés
demostró las señales que Dios le había dado para exhibir. Los israelitas creyeron, tal como Dios había
prometido. El Señor había visto sus aflicciones, había oído su clamor, y estaba listo para actuar a su favor.
Ellos respondieron con adoración.
¡Personaliza la VERDAD!
Dios no le habló a Moisés desde la zarza que ardía hasta que Moisés se apartó para ver el
“fenómeno increíble”. ¿Qué hubiera sucedido si Moisés no hubiera tomado el tiempo
para reflexionar sobre esta maravilla? ¿Será posible que en ocasiones te pierdas un encuentro con Dios porque
no apartas el tiempo? Pide a Dios que te ayude a estar más consciente de las maneras en las que Él trata de
conseguir tu atención. ¿Es por medio de la belleza o el poder de la naturaleza? ¿Los eventos de tu vida diaria?
¿Un pensamiento o idea inesperada de la Escritura?
Cuando sucede algo así, deja lo que estés haciendo. Toma tiempo para reflexionar en oración. Pregunta a
Dios qué es lo que Él quiere que veas. Luego adórale en “tierra santa”.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
3. ¿Cómo castigó Faraón a los israelitas por la petición que le habían hecho Moisés y Aarón?
Incrementándoles las tareas y teniendo que buscar ellos mismos el material para hacer ladrillo sin bajar la
producción y decían que eran unos holgazanes
6. Después de hablar con Faraón, ¿a quién culparon los mayordomos? ¿Cuál era la queja de ellos?
a Moisés y Arón, Así que, al encontrarse con Moisés y Aarón, que los estaban esperando a la salida,
les dijeron: «¡Que el SEÑOR los examine y los juzgue! ¡Por culpa de ustedes el faraón y sus siervos nos odian!
¡Ustedes mismos les han puesto la espada en la mano, para que nos maten!».
¡Aprende la VERDAD!
Es fácil culpar a otras personas cuando las circunstancias se vuelven difíciles. Pero acusar a otros
no ayuda en nada, ni tampoco honra a Dios. ¿Cuál sería una mejor manera de responder a las dificultades?
Esta semana, cuando vengan las pruebas, decide no responsabilizar a nadie más. Más bien, pregunta a Dios
cómo puedes responder a la dificultad de una manera que le agrade a Él. Prepárate para hablar sobre esto en
tu grupo pequeño.
DÍA 3: Éxodo 6:1-13—Dios de Nuevo Promete Librar
8. ¿Cómo respondió Dios a la queja que había hecho Moisés en 5:22-23?
El SEÑOR respondió:—Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón. Realmente, solo por mi mano
poderosa va a dejar que se vayan; solo por mi mano poderosa va a echarlos de su país.
9. ¿Con qué nombre se había revelado Dios a Abraham, Isaac, y Jacob? ¿Con qué nombre se reveló a Moisés y a Su
pueblo? ¿Qué significan estos nombres para ti?
Dios todopoderoso,
Yo soy el Señor,
El primero: me habla del poder que tiene Dios ante cualquier situación
El segundo: de que el tiene el Señorío de todo
10. ¿Qué detalles reveló Dios respecto a la manera en la que planeaba librar a los israelitas de Egipto? ¿Cómo
respondieron ellos, y por qué respondieron de esta manera?
voy a quitarles de encima la opresión de los egipcios. Voy a librarlos de su esclavitud; voy a liberarlos con
gran despliegue de poder y con grandes actos de justicia.
pero por su desánimo y las penurias de su esclavitud ellos no hicieron caso.
11. Dios le dijo a Moisés que visitara a Faraón de nuevo. ¿Cómo respondió Moisés? ¿Cómo crees que hubieras
respondido tú si hubieras estado en el lugar de Moisés?
—Ve y habla con el faraón, el rey de Egipto. Dile que deje salir de su país a los israelitas.
Pero Moisés respondió al SEÑOR: —¿Y cómo va a hacerme caso el faraón si ni siquiera los
israelitas me creen? Además, no tengo facilidad de palabra.
Viendo el resultado de la primera vez reaccionaria como Moisés, que no me haría caso
13. En Génesis aprendemos que los primeros tres hijos de Jacob le acarrearon desgracia (véase Génesis 34:30 y 35:22).
Cuando consideras este hecho, así como la importancia del orden de nacimiento en Israel en la antigüedad, ¿qué es
lo que resulta sorprendente respecto al linaje de los hombres a quienes Dios llamó para guiar a Israel? ¿Cómo podría
esto alentarte a ti?
Que no tenía en cuenta la primogenitura para elegir al libertador,
Dios al escoger a alguien no mira su posición de rango en la jerarquía familiar
15. ¿Qué dijo Dios que sucedería cuando Moisés y Aarón fueran con Faraón en esta ocasión? ¿Cómo dijo Dios que
respondería?
Yo endureceré el corazón del faraón y, aunque haré muchas señales milagrosas y prodigios en Egipto,
él no les hará caso. Entonces descargaré mi poder sobre Egipto; ¡con grandes actos de justicia sacaré de
allí a los escuadrones de mi pueblo, los israelitas!
16. ¿Por qué crees que algunas personas se niegan a creer en Dios, aun cuando lo ven hacer milagros? ¿Cómo podemos
protegernos contra tal incredulidad?
Les ciega tener el corazón endurecido,
No dejándonos llevar por su incredulidad y tener presente los milagros que Dios a hecho en nuestras vidas
¡Aplica la VERDAD!
Las circunstancias difíciles y los espíritus quebrantados de los israelitas hacía difícil que oyeran el
aliento que Moisés intentaba darles. Pero Dios no los reprendió por no recibir
Su aliento. Él simplemente siguió trabajando para cumplir Sus promesas hechas a ellos. ¿Alguna vez has
intentado alentar a tus amigos o miembros de la familia que están tan desalentados que parecen no escuchar?
No te dejes abatir por el desaliento de ellos. Y no seas impaciente con ellos. Dios comprende su dolor.
Permite que Él manifieste Su misericordia por medio de ti, sigue orando por ellos, y luego observa cómo Dios
los libra. “Si somos infieles, Él sigue siendo fiel” (2 Timoteo 2:13). Comenta esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 4 Comentario
Piensa en la oposición a nuestra fe. Satanás suele colocar obstáculos en nuestro camino cuando
damos pasos para confiar en Dios. Precisamente cuando empezamos a intensificar nuestras
oraciones y ejercitar nuestra fe, el enemigo intenta derrotarnos. No seas engañado por la astucia del
enemigo. A veces Dios tarda un poco en librarnos. A
veces pareciera que las cosas empeoran antes de que llegue la respuesta de Dios. Sin embargo, Dios sí oye
nuestras oraciones. Él nos apoyará y nos alentará mientras esperamos en Él—¡y Sus promesas siguen
siendo válidas!
Moisés les dijo todo esto a los israelitas. Pero ellos no querían escuchar porque sus espíritus estaban
quebrantados. Aquellos que antes habían adorado a Dios después de recibir el mensaje de Moisés, ahora no
podían ni siquiera oírlo. “La esperanza frustrada aflige al corazón” (Proverbios 13:12), y la nación de esclavos
estaba demasiado entristecida para escuchar nada de lo que tuviera que decir Moisés.
Moisés estaba descorazonado también. Cuando Dios llamó a Moisés y Aarón para que visitaran de nuevo al
rey, Moisés respondió con desaliento. ¿Por qué había el rey de escucharlo a él cuando él no podía conseguir
que ni siquiera su propio pueblo escuchara? Moisés se sentía incapaz de hacer lo que el Señor le ordenaba.
Pero Dios pacientemente le recordó a Moisés que Él sacaría a Su pueblo de Egipto. Y Él usaría a Moisés y a
Aarón para hacerlo.
Piensa en los corazones endurecidos. Muchas personas han luchado con el concepto del corazón
endurecido de Faraón. ¿Lo endureció él? ¿Lo endureció Dios? No hay respuesta sencilla a esta
pregunta. Sin embargo, ésa no es en realidad la raíz de la preocupación de la mayoría de las
personas. Nuestra verdadera preocupación es que nosotros pudiéramos
tener un corazón tan duro que jamás se pueda volver a ablandar. Esa es una preocupación innecesaria. ¡La
conciencia de un corazón endurecido es el primer paso para que Dios lo pueda ablandar! Si a ti te preocupa
que tu corazón se vaya a endureceer, cuéntaselo a Él. Recuerda que Dios puede quitar tu “corazón de piedra”
(Ezequiel 36:26) y darte un corazón que sea más sensible y responda a Él.
¡Personaliza la VERDAD!
Dios pidió mucho de Moisés. Pero también equipó a Moisés y mostró gran paciencia para con él
mientras su fe y su obediencia se fortalecían. Reflexiona sobre tu propia
vida. ¿Qué ha requerido Dios de ti? ¿De qué manera te ha equipado y ha sido paciente contigo? Da gracias a
Dios por Su bondad, y luego pídele todo lo que tú sientas que aún te falta para poder seguirle en el camino
que Él ha puesto delante de ti.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué le dijo el Señor a Moisés que hiciera debido a la obstinación de Faraón? ¿Por qué seguía endurecido el corazón
de Faraón, aún después de esto?
1, como no quiso obedecer el Señor dice ahora, y pone en marcha la primera plaga.
2, porque al ver que sus magos realizaban los mismos milagros no hizo efecto en el faraón la primera plaga
3. ¿Alguna vez ha obrado Dios pacientemente para persuadirte a ti cuando has sido obstinado? ¿Qué sucedió?
1, si
2, le dije a Dios que nunca mas tendría un coche viejo, y luego tuve que aceptar un reglo de un coche viejo
5. ¿Cómo estaría obstaculizada la persona esclavizada para no poder servir plenamente a Dios?
El pueblo de Israel al estar esclavizados por faraon no pueden servir plenamente a Dios
7. ¿Qué les suplicó Faraón a Moisés y Aarón que hicieran? ¿Qué sucedió como resultado?
1, Que oraran a su Dios para que se alejen las ranas de mi y mi pueblo
2, el Señor contesto pero cuando sintió alivio faraon se volvió a endurecer
¡Aprende la VERDAD!
Faraón le dijo a Moisés que obedecería a Dios, si Él librara a Egipto de la plaga de las ranas. Dios
sí los libró, pero Faraón no cumplió su promesa. Como resultado, su corazón se endureció aún más. ¿Tú le has
hecho alguna promesa a Dios que no has cumplido todavía? Pide a Dios que te ayude a cumplir las promesas
que le has hecho. Ser fiel en esto te ayudará a conservar blando tu corazón. Prepárate para platicar sobre esto
en tu Grupo Pequeño.
12. ¿En qué era diferente esta plaga a las anteriores? ¿Qué quería Dios que comprendiera Faraón como resultado de esta
diferencia?
1, en que menciona que en la única región de gosen no habría moscas, porque allí vivía el pueblo hebreo
2, la diferencia es que menciona que al pueblo hebreo no le afectaría.
13. Cuando Faraón por fin le dijo a Moisés que permitiría que los hebreos hicieran sacrificios, ¿por qué se negó Moisés
a aceptarlo? ¿En qué insistió Moisés en lugar de lo que había ofrecido Faraón?
1, porque el faraón quería que lo hicieran en Egipto
2, insistió en que los dejara ir por tres días para adorar a su Dios pues así se lo avía ordenado
15. ¿Alguna vez has visto que Dios muestre misericordia especial a Su propio pueblo, que otros no experimentan?
Explica.
Si, la provisión, sanidad y protección
El Señor nos a provisto de las cosas que necesitábamos, me a sanado de una adicción y de algunas cosas más, y e
visto la mano de Dios protegiéndome de algunas cosas
16. Al estudiar las primeras cinco plagas, ¿qué has observado acerca de Moisés? ¿Acerca de Dios? ¿Cómo quieres
responder a lo que Dios te está enseñando?
1, la paciencia, la actitud de orar por faraón, deja de cuestionar las ordenes de Dios
2, la misericordia hacia faraón, la protección hacia su pueblo, el poder de hacer lo imposible para doblegar el corazón duro de
faraón
3, con la actitud de humildad y obediencia, respeto a las obras que Dios puede hacer a través de nosotros
¡Aplica la VERDAD!
Obedecer a Dios le honra a Él, pero no siempre trae los resultados que nosotros esperamos. Moisés
persistió en obedecer a Dios, aun cuando Faraón obstinadmente se
negaba a escuchar. Los resultados desalentadores no disuadieron a Moisés—él confió en que Dios cumpliría
Su palabra. ¿En qué áreas te has visto tentado a darte por vencido porque los resultados no han sido lo que tú
esperabas? Pide a Dios que te conceda la fe para perseverar. Él es fiel. Él cumplirá Su palabra. Confía en Él y
sigue obedeciendo. Él responderá en Su propio tiempo perfecto. Comenta sobre esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 5 Comentario
La primera plaga fue tan sorprendente como incapacitante. Tan pronto como la vara de Aarón golpeó el Nilo,
el agua se convirtió en sangre. No era sólo el río el que se vio afectado, sino también el agua extraída del río
en cubos de madera o de piedra. El lenguaje de 7:20-21 sugiere que sucedió rápidamente, a la vista de Faraón
y sus siervos. El efecto fue devastador: peces muertos, un río putrefacto y agua no consumible.
Admirablemente, los magos de Faraón de alguna manera duplicaron este milagro. La Escritura no explica
cómo lo hicieron. Pero sí dice cuál fue el efecto que tuvo sobre Faraón. Su corazón fue aún más endurecido.
Faraón parece haber desechado a Moisés como sólo un hábil mago.
En medio de esta segunda plaga, Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón. Les pidió que rogaran al Señor de
parte de él. Si Dios respondía y las ranas se alejaban, dijo que él permitiría que los hebreos salieran para hacer
sus sacrificios a Dios. Moisés aceptó orar por Faraón y le permitió a él escoger el momento para hacerlo. Al
decidir el tiempo preciso, Faraón se vería obligado a reconocer la relación entre la oración de Moisés y el
alivio de la plaga.
En el momento indicado, Moisés clamó al Señor respecto a las ranas. Dios escuchó su oración. Por todas
partes empezaron a morir las ranas. Eran tantas que la gente las juntaba en apestosos montones. Sin embargo,
en el momento que el rey vio que hubo alivio, faltó a su promesa. Endureció su corazón de nuevo y no quiso
dejar ir a los esclavos.
La tercera plaga siguió rápidamente a la segunda. En esta ocasión vino en forma de pequeños insectos que
infestaban por igual a la gente y a los animales. La palabra hebrea para estos insectos no es clara. Podría
referirse a piojos, mosquitos o zancudos. En esta ocasión los magos egipcios no pudieron duplicar el milagro,
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 5 4
ni tampoco pudieron detenerlo. Ellos declararon a su rey: “Esto es el dedo de Dios.” Pero el corazón de
Faraón permaneció endurecido en su resistencia ante las evidencias de que Dios estaba obrando.
La cuarta plaga, lo mismo que la primera, empezó con una confrontación matutina cercana al Nilo. Moisés
repitió el mandato de Dios de dejar ir a Israel. Si Faraón no cedía, el Señor enviaría enjambres de moscas
sobre Egipto y sobre la casa real. Las moscas serían tan abundantes que cubrirían el mismo suelo en el que se
paraba Faraón. Con la cuarta plaga, Dios agregó una distinción entre Su pueblo y los egipcios. Él apartó a la
tierra de Gosén, donde vivían los israelitas. Los israelitas quedarían libres de las moscas que cubrirían a
Egipto. De esta manera, Dios mostraría tanto su favor hacia Israel, como su poder a Faraón.
Tan pronto como descendieron las densas nubes de moscas sobre Faraón, vaciló de nuevo en su decisión.
Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dio permiso de adorar su Dios. No obstante, se negó a dejarlos salir al
desierto como ellos habían pedido. Dijo que tenían que realizar su adoración dentro de la tierra de Egipto. Este
ofrecimiento era inaceptable, porque los egipcios verían lo que estaban haciendo y reaccionarían de manera
negativa. Mientras los egipcios de la antigüedad sí practicaban sacrificios de animales, evitaban sacrificar
cabras y ovejas. Según Génesis 46:34: “Los egipcios detestan el oficio de pastor,” lo cual sugiere que al
mencionar Moisés una abominación en Éxodo 8:26 pudiera haberse estado refiriendo a ovejas. Por otra parte,
la “abominación” podría haber sido simplemente las prácticas religiosas de Israel en general. Moisés predijo
que la reacción de los egipcios sería violenta y que podrían hasta apedrear a los hebreos. Moisés insistió en
que Israel debía salir a tres días de camino en el desierto para adorar a Dios.
La respuesta de Faraón muestra que él todavía creía estar en control. Respondió: “Voy a dejarlos ir para que
ofrezcan sacrificios al SEÑOR su Dios en el desierto, con tal de que no se vayan muy lejos”. El rey agregó una
petición de que Moisés orara a Dios por él. A pesar de la duplicidad de Faraón, Moisés no se negó a orar por
él. Él pediría a Dios que eliminara las moscas, pero antes de hacerlo, le advirtió al rey que no volviera a tratar
con engaños a Israel. Sin embargo, en cuanto desaparecieron las moscas, Faraón endureció su corazón y no
dejó ir al pueblo.
Piensa en la oración por líderes impíos. Es fácil criticar a los funcionarios de gobierno que se
oponen a los caminos de Dios. Pero en lugar de criticar, Dios nos llama a orar. Jesús nos ordena que
oremos por los que nos persiguen y nos maltratan (Mateo 5:44; Lucas 6:28). Y el apóstol Pablo nos
insta a interceder por “los gobernantes y por todas las
autoridades” (1 Timoteo 2:1-2). Si Moisés estuvo dispuesto a orar por Faraón, quizá nosotros también
debemos estar dispuestos a orar por aquellos que nos ridiculizan—aún cuando nos hagan más difícil la vida.
¡Personaliza la VERDAD!
¿En tu corazón hay algún punto endurecido? El Salmo 95:8 dice: “Si ustedes oyen hoy su voz, no
endurezcan el corazón”. El endurecimiento del corazón no sucede en un
instante. Es una condición gradual, y evitable. Lo único que tenemos que hacer es pedir a Dios que nos
muestre dónde se empieza a endurecer nuestro corazón, y luego arrepentirnos sinceramente de esas cosas. Las
posibles causas de endurecimiento del corazón incluyen ingratitud, orgullo, dudas, quejas, egoísmo y no
perdonar. Escucha lo que Dios te revele, luego pídele que Él ablande de nuevo tu corazón.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Cuál es una razón por la que los magos de Faraón no podían duplicar este milagro?
Porque los magos y totos los egipcios habían sido dañados con ulceras, por eso no podía enfrentar a Moisés.
4. ¿En qué aspecto le ofreció el Señor misericordia a Faraón, en el mismo momento de anunciar la siguiente plaga?
En darle mas tiempo para que cediera a dejar ir a su pueblo
5. ¿Cómo fue esta tormenta de granizo? ¿En qué fue diferente a granizadas comunes?
Nunca se había visto nada igual, eran granizos enormes acompañados de rayos, no toco la tierra de Gosen
6. ¿Qué dijo Faraón que sugiere que posiblemente se estuviera ablandando su corazón? ¿Era un verdadero
ablandamiento? Explica.
Reconoció su pecado y suplico que parara de caer granizo, que ya tuvieron de sobra
No, en cuanto vieron que ceso la tormenta volvieron a endurecer su corazón
¡Aprende la VERDAD!
Faraón reconoció que había pecado. Pero no estaba auténticamente arrepentido. Quería librarse de las
consecuencias dolorosas del pecado, pero no quería cambiar sus
caminos. El verdadero arrepentimiento incluye pesar por el pecado y abandono del pecado. Esta semana,
cuando hagas algo malo, pide a Dios que te ayude a arrepentirte verdaderamente. No sólo confesar tu
pecado a Él y a otros, sino abandonarlo. Prepárate para compartir acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
8. ¿Quién más intentó persuadir a Faraón? ¿Qué querían que hiciera él y por qué?
Los funcionarios, que dejara ir al pueblo a adorar a Dios por que Egipto estaba arruinado
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Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 6 2
9. ¿Cómo intentó Faraón negociar con Moisés? ¿Por qué crees que Moisés rechazó sus condiciones?
Os dejo, pero quiero saber quién va air, porque solo dejaba ir a los hombres, según Dios tenia que salir todo el
pueblo y sus animales
10. ¿Qué confesó Faraón? ¿Qué le pidió a Moisés? ¿Crees que Moisés le creyó? Explica.
E pecado contra el Señor su Dios y contra ustedes, les pidió perdón y le rogo que rueguen al Señor con la intención
de que alejase de donde el estaba la plaga, puede ser que si porque enseguida Moisés intercedió de nuevo por faraón
12. ¿Cómo intentó Faraón negociar con Moisés? ¿Qué razones dio Moisés para no aceptar las condiciones de Faraón?
Dejando marchar al pueblo menos al ganado, por que necesitaban al ganado para hacer los sacrificios o ofrendas
15. Describe los detalles de la décima plaga que estaba a punto de ocurrir.
Hacia la media noche pasare por todo Egipto y todo primogénito morirá, incluso de los animales y de los esclavos
¡Aplica la VERDAD!
Dios quería que Moisés se asegurara de que su hijo y su nieto estuvieran tomando nota de las
maravillas que Él estaba realizando. ¿Para qué? Para que supieran que “Yo soy el
Señor”. ¿Qué “historias acerca de Dios” podrías relatar tú? ¿Cómo ha obrado Dios personalmente en tu vida y
en la de tu familia? Asegura que tus hijos, nietos, familia más extensa y amistades conozcan estos relatos.
¿Cómo y con quién podrías compartir alguna de estas historias en la próxima semana? Comenta esto con tu
Grupo Pequeño.
Lección 6 Comentario
Piensa en los efectos de la obstinación. Los magos de la corte de Faraón sufrían porque sus líderes
obstinadamente se negaban a obedecer a Dios. La nación entera sufrió. De hecho, hasta la naturaleza
sufrió debido a la terca desobediencia del rey. Cuando una persona se niega a temer y a obedecer a
Dios, no es él o ella solamente que sufre las
consecuencias—gente inocente suele sufrir también.
Las úlceras pudieran haber estado todavía abiertas cuando Dios envió a Moisés a Faraón una vez más. En este
encuentro, Dios claramente anunció Sus propósitos al rey. Moisés, hablando de parte de Dios, exigió la
liberación de los israelitas, y luego añadió el propósito de Dios: “para que sepas que no hay en toda la tierra
nadie como yo.”
La séptima plaga traería una severa granizada. Sin embargo, en esta ocasión, Dios le dio al pueblo una
oportunidad para escapar. Entre el momento de la advertencia de Moisés y el primer granizo, podían proteger
a sus esclavos y a su ganado para que no fueran destruidos. Algunos de los egipcios escucharon el consejo.
Otros no lo hicieron y sufrieron pérdida.
Piensa en el hecho de que otros están observando. No todos los egipcios eran tan obstinados
como lo era Faraón. Ellos estaban observando cómo vivían los israelitas. Estaban observando el
poder de Dios en acción. A medida que observaban, algunos de ellos empezaron a creer en el
poder del único Dios verdadero. Conforme las personas
vean a Dios obrando en ti, ellos también pudieran depositar su confianza en Él. ¿Tu vida encamina a las
personas a Dios?
Al día siguiente, Dios le ordenó a Moisés que extendiera su brazo hacia el cielo. Inmediatamente, Dios envió
truenos y granizo mezclado con fuego. A pesar de que Egipto había visto granizo antes, jamás había ocurrido
algo tan severo como esto. Mató a todos y a todo lo que quedó expuesto. Cultivos y árboles fueron destruidos.
Sin embargo, Dios protegió a la tierra de Gosén, donde vivían los israelitas. Por primera vez, Faraón confesó
que el Señor tenía razón y que él estaba en el error. Le dijo a Moisés que dejaría ir a los hebreos, si tan solo
Moisés le pidiera a Dios que detuviera el granizo.
Moisés concedió la petición del rey, pero él sabía que el corazón de Faraón no había cambiado. “Yo sé que tú
y tus funcionarios aún no tienen temor de Dios el S EÑOR,” dijo Moisés al salir. Aun así, en cuanto Moisés
salió de la ciudad, elevó sus manos a Dios, aparentemente en una petición para que Dios pusiera fin a la plaga.
Dios actuó de inmediato. La lluvia, los truenos y el granizo se detuvieron. Lo abrupto del final del juicio, así
como su espantoso comienzo, dio testimonio de que la tierra pertenecía al Señor. No obstante, cuando el
granizo se detuvo, Faraón “reincidió en su pecado, y endureció su corazón” tal como Moisés lo había
predicho.
las generaciones futuras. La resistencia de Egipto y el poder aún más grande de Dios habían sido diseñados
para convencer a Israel de que su Dios era y es el Dios verdadero.
En preparación para la octava plaga, Moisés y Aarón visitaron de nuevo a Faraón. Le advirtieron que vendría
una nube de langostas si se negaba a humillarse ante Dios. Los insectos acabarían con la destrucción que
había iniciado el granizo. Por primera vez, los siervos de Faraón confrontaron al rey. ¿Iba a permitir la
destrucción total de Egipto? Sus palabras surtieron efecto en Faraón. Mandó llamar a Moisés y Aarón y
preguntó quiénes exactamente irían a adorar al Señor. Si fueran únicamente los hombres y si dejaran atrás a
sus esposas y a sus hijos, quizá él aceptaría.
Moisés respondió que irían todos—jóvenes y ancianos, hijos e hijas, rebaños y ganado. Faraón sabía que los
hijos de los hebreos serían garantía de que sus esclavos regresarían. Si iban todos, el rey suponía que sería
más que una excursión breve al desierto. Faraón negó el permiso y despachó a Moisés y Aarón.
Como resultado de la obstinación de Faraón, vinieron las langostas. Los efectos fueron devastadores.
Destruyeron la exuberante vegetación del valle del río Nilo. La destrucción fue tan completa que Faraón llamó
apresuradamente a Moisés y Aarón. Él sabía que la única manera de poner fin a la plaga era que Moisés orara.
Rápidamente confesó su pecado y suplicó ser perdonado. Sin embargo, una vez que desaparecieron las
langostas, Faraón de nuevo estaba decidido a no permitir que Israel saliera.
¡Personaliza la VERDAD!
Faraón había hecho promesas vacías en tantas ocasiones que ya nadie le creía más.
Por otra parte, Jesús dijo que nosotros seríamos conocidos por cumplir nuestras promesas. Según
Sus palabras en Mateo 5:37, nuestro “Sí” debe significar “Sí”, y nuestro “No” debe significar “No”. ¿Tú
cumples tu palabra? Si le dices a alguien que vas a hacer algo, ¿cumples tu promesa? Si dices que vas a dejar
algún hábito dañino, ¿realmente cambias? Cuando prometes orar por alguien, ¿lo haces en realidad? Si
existen áreas en las que debes fortalecer tu integridad, pídelo a Dios. Con gusto Él te ayudará a llegar a ser
una persona que cumple su palabra.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
¡Libres de Esclavitud!
¡Memoriza la VERDAD!
“Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: ¡Aquí tienen al Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo!” Juan 1:29
2. Según 12:13, ¿qué dijo Dios que sería la sangre de los corderos? ¿Qué lograría?
La sangre en los marcos de sus puertas será mi señal: cuando la vea pasaré de largo. No habrá ninguna plaga que los
destruya a ustedes cuando yo ataque a Egipto.
3. Lee el versículo de memorización, junto con 1 Corintios 5:7: “Desháganse de la vieja levadura para que sean masa
nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado.”
¿Hacia quién señalaban los corderos pascuales de Éxodo 12? ¿Cómo redimiría a las personas este Cordero pascual
supremo?
Cristo redimirá al mundo sacrificándose como un cordero y nos libra de todo pecado
DÍA 2: Éxodo 12:29-42—La Última Plaga del Éxodo
4. ¿Qué sucedió a medianoche cuando los israelitas observaron la Pascua? ¿Quiénes se vieron afectados?
Que todo primogénito egipcio Moria e incluso los primogénitos de los animales
Desde es hijo del faraón hasta los hijos de los que estaban encarcelados,
5. ¿Qué les dijo Faraón a Moisés y Aarón? ¿Te sorprende algo de lo que él dijo? Si es así, ¿qué cosa?
Les dijo a gritos que se fueran, que los dejaran en paz y que se llevaran a todos los israelitas a todo su ganado.
que al salir los bendijeran. Entendieron que el Dios de los israelitas podía maldecirlos o bendecirlos. La maldición la
experimentaron, ahora querían la bendición, posiblemente para contrarrestar la maldición
¡Aprende la VERDAD!
Por fin Faraón hizo lo que Dios había ordenado. Pero su larga tardanza le costó a él—y a todo
Egipto—mucho dolor, pesar y muerte. ¿Tú obedeces a Dios de inmediato? ¿O tiene Dios que decirte las cosas
muchas veces y hacerte advertencias repetidas? Esta semana, decide obedecer a Dios de inmediato. No
demores. Prepárate para compartir tu experiencia con tu Grupo Pequeño.
8. ¿Se les permitiría a los extranjeros comer alguna vez de la Pascua? (Compara 12:43-45 con 12:48.)
Si pero tenían que estar circuncidados todos los barones de la casa
9. En Génesis 17:10 Dios le dijo a Abraham: “Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que
todos deberán cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados.” ¿Cuál era la importancia de la
circuncisión?
Seria la señal del pacto eterno que hacia Dios con el pueblo de Israel
12. Dios usó su “mano fuerte” para librar a Israel de la esclavitud. ¿De qué maneras siguen esclavizadas las personas
hoy? ¿Cómo has visto que Dios libra a una persona con su mano extendido?
Siguen en no reconocer su desobediencia a Dios y por eso siguen esclavizados al pecado
Cuando una persona entrega su vida completamente al Señor Jesucristo y decide seguirle sin condiciones
15. ¿Tú eres primogénito? ¿Conoces primogénitos a quienes amas? ¿Cómo afecta esa realidad tu reacción ante la última
plaga y la consagración de los primogénitos?
Si, no e tenido la experiencia porque solo tengo hijas, pero e visto como no se valora este principio de la bendición a los
primogénitos, y me atrevería a decir que se hace todo lo contrario, yo personalmente intento que las dos se sientan igual de
querida y atendidas.
¡Aplica la VERDAD!
Cuando Dios estableció las observaciones de la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura, Él
hizo énfasis en Su deseo de que Su pueblo recordara Su milagrosa
liberación y que contara a generaciones futuras acerca de Su tierno cuidado de ellos. ¿Cómo podrías
conmemorar la bondad de Dios para contigo? ¿El Señor ha hecho algo por ti o por tu familia que quisieras
celebrar cada año y dejar para generaciones futuras? Planea una celebración. Comenta sobre esto en tu Grupo
Pequeño.
Lección 7 Comentario
¡Libres de Esclavitud!
Éxodo 12:1–13:16
A través de la Pascua, Dios quería que los israelitas aprendieran que la redención tenía un precio, y que ese
precio era la sangre de un tercero.
Cada año, el décimo día del mes de Abib, toda cabeza de hogar hebreo debía seleccionar un cordero que
sirviera como sacrificio pascual. El sacrificio era tan sagrado que ninguna parte de él debía quedar para el día
siguiente. Cualquier parte que quedara debía ser quemada para evitar que se echara a perder. Junto con la
carne, los israelitas debían consumir hierbas amargas. Éstas eran para recordarles su dolorosa esclavitud en
Egipto. Para completar la cena, los israelitas también debían comer pan sin levadura. El pan simbolizaba la
prisa con la que saldrían de Egipto. Su partida sería tan apresurada que no tendrían tiempo para esperar a que
el pan se leudara.
Por medio de la Pascua Dios estaba estableciendo el fundamento para Su plan más grande de salvación. Era
un plan que libraría a todo el mundo del pecado. El cordero pascual serviría como un anticipo del Cordero
supremo de Dios, el Señor Jesucristo: “Cristo, nuestro cordero pascual, ya ha sido sacrificado” (1 Corintios
5:7).
La Última Plaga
Después de muchas advertencias y nueve terribles plagas, cayó el golpe final sobre Egipto. Todos los hijos
primogénitos de Egipto fueron muertos en una misma noche. Faraón reaccionó exactamente como Dios había
dicho que lo haría. El rey no sólo permitió que los israelitas salieran, sino que les ordenó que salieran. Por fin
el rey se sometió al plan de Dios, pero fue un camino muy triste el que lo llevó hasta allí. La muerte había
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 7 4
tocado cada hogar de Egipto. Pero ni una sola familia hebrea estaba haciendo luto por la pérdida de un hijo.
La diferencia no podía haber sido más clara.
El Éxodo
Más de 400 años después de su llegada a Egipto, los descendientes de Jacob salieron de esa tierra. Los
600,000 hombres descritos en 12:37 probablemente se refiere a los varones israelitas con edad de pelear, 20
años o más (véase Números 1:3). Suponiendo que la mayoría de estos hombres eran casados, el número total
de israelitas que salieron de Egipto habría sido más de 1.5 millones y posiblemente hasta 2 millones de
personas.
El tiempo que pasó Israel en Egipto fueron 430 años. Habían llegado como campesinos azotados por una
hambruna. Con el tiempo llegaron a ser una fuerza de trabajo esclavizada por Egipto. Sin embargo, al salir,
eran “los escuadrones del Señor”. Este término es una identificación militar. Por ellos mismos, habían sido un
pueblo fácilmente oprimido. Con el poder de Dios detrás de ellos, se convirtieron en una fuerza imposible de
detener.
Habría otra conmemoración asociada a los primogénitos. Israel debía celebrar la ceremonia formal de
“redimir” del Señor a las personas y los animales primogénitos que le pertenecían a Él.
¡Personaliza la VERDAD!
Por Éxodo 13, vemos que Moisés mencionó “la mano fuerte del Señor” cuatro veces. La mano de
Dios es poderosa. Es fuerte. El Salmo 136 recuerda la manera en la que Dios
libró a Su pueblo de la esclavitud egipcia. Dice que Él “sacó de Egipto a Israel; su gran amor perdura para
siempre. Con mano poderosa y con brazo extendido; su gran amor perdura para siempre” (versículos 11-12).
¿Cuándo has experimentado la “mano poderosa” de Dios en tu vida?
¿Dónde necesitas que Él te toque con Su mano poderosa el día de hoy? Pídele que Él haga eso por ti. Luego
dale gracias por las maneras en que Él te ha rescatado en el pasado y las maneras en las que Él te ayudará el
día de hoy y en el futuro.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. El patriarca José murió 400 años antes del Éxodo. Pero Génesis 50:25 registra una petición que él hizo a sus hijos
justo antes de morir. Él dijo: “Pueden contar ustedes con que Dios vendrá en su ayuda. Cuando eso suceda, llévense
de aquí mis restos.” Según 13:19, ¿qué hizo Moisés? ¿Cómo muestran estos versículos la fe de José y la fidelidad de
Dios?
Moisés hizo según la petición de Jose, Jose tenía claro que Dios vendría a ayudarles, Dios cumple sus promesas
3. ¿De qué maneras estaba Dios con Su pueblo? ¿Qué les proveyó la presencia de Dios?
Formando una columna de nube y fuego, protección ante el ataque de los egipcios y alumbraba de noche y los protegía del sol
de día
¡Aprende la VERDAD!
Dios nos conoce. Dios conoce los peligros y las oportunidades que tenemos ante nosotros. Él
quiere ser nuestra luz y nuestro guía. Él desea guiarnos en los caminos mejores. No tenemos una columna de
nube y fuego que nos guíe, pero Él nos ha provisto un guía aún mejor— Su Santo Espíritu viviendo en
nosotros. Esta semana, haz un esfuerzo consciente por permitir que Él te guíe. Antes de tomar una decisión,
¡ora! Pide a Dios que te guíe. Escucha y espera que Él te dé instrucciones. ¡Luego síguelo! Prepárate para
hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
5. Según 14:5-9, ¿cuál de las cinco predicciones de Dios se cumplió de inmediato? ¿Cuál seguía pendiente de
cumplirse?
1, La confusión, 2, la manifestación de la gloria de Dios
6. Cuando el pueblo de Israel vio que se acercaba el ejército de Faraón, ¿qué hicieron?
Tuvieron miedo y clamaron a Dios, también reclamaron a Moisés
8. ¿Qué hizo Dios cuando Moisés extendió su mano sobre el mar? ¿Qué detalle de esto te llama la atención de manera
especial?
Las aguas se separaron y se formaron dos muros de aguas a cada lado, la tierra se secó y se convirtió en tierra firme
para que pudieran pasar,
Que cuando terminaron de pasar y Moisés elevo la vara se volvieron a cerrar las aguas y anegaron a los egipcios
10. ¿Qué efectos tuvo sobre los israelitas la liberación que obró Dios, según 14:31?
Se llenaron de temor reverente y pusieron su fe en el Señor y en su siervo Moisés
12. ¿Qué efecto esperaba Moisés que tuviera la liberación de Dios sobre las naciones de alrededor, según 15:14-16?
Que les viniese miedo, terror, respeto y perdieran el animo
13. Según 15:13 y 15:17, ¿qué creía Moisés que Dios aún tenía planes de hacer por Su pueblo?
Para que tu vieran la vida eterna reservada para ellos
16. ¿Cómo celebras tú una respuesta a la oración o una victoria que Dios te da?
Con verdadero gozo y cantando y dando testimonio
¡Aplica la VERDAD!
Los israelitas se encontraban en una situación imposible. Por temor, clamaron a Dios primero,
luego se quejaron con Moisés. Por lo menos se acordaron de orar primero—pero
sus quejas no les ayudaron a ellos ni a nadie más. ¿Qué haces tú cuando tienes temor? ¿Tu reacción es orar?
¿Quejarte? ¿Las dos cosas? Esta semana, si algo te causa ansiedad o temor, frena tu impulso de quejarte. Pide
a Dios que te ayude a cultivar una respuesta de oración. Dios es un poderoso libertador. Las quejas nunca te
ayudarán, ¡pero Él sí puede ayudarte!
Lección 8 Comentario
Piensa en las demoras y las desviaciones. Dios es quien mejor sabe cómo llevarnos a salvo hasta
nuestro destino. Pero no siempre es la ruta más rápida ni la más directa. A Él le interesa tanto el
viaje como el destino. En sabiduría y amor, Él traza para nosotros
nuestros caminos, pensando, tanto en lo que es mejor para nosotros como en lograr Sus propósitos divinos.
Las demoras y las desviaciones, aun cuando sean inconvenientes, incómodas y hasta espantosas, son maneras
en las que Él nos protege y nos cuida, conduciendo al ideal de Él para todos los involucrados.
Es imposible determinar la ruta exacta que siguió Israel. Lo que sí sabemos es que los israelitas acamparon
junto a la ribera del Mar Rojo. Con el desierto de un lado y el mar del otro, parecían estar atrapados. Pero la
trampa en realidad era para Faraón. Dios estaba preparando una última oportunidad para manifestar Su gloria
al rey de Egipto y a través de él, que aún no había entendido el poder y la autoridad de Dios. Faraón pronto
se lanzaría a la persecución de los israelitas, y Dios usaría la persecución del Faraón para realizar un
poderoso milagro.
Cuando los israelitas vieron venir a los egipcios, su primera reacción fue clamar al Señor. En Egipto habían
aprendido acerca del poder de Dios para protegerlos. Pero pronto fueron inundados por temor. Cayeron en
pánico. Se volvieron contra su líder, Moisés, y lo culparon a él por lo que parecía que sería su muerte
inminente.
Meses antes, Moisés pudiera haberse desalentado bajo la presión. Sin embargo, en esta ocasión, se sostuvo
firme. Exhortó a su pueblo a confiar en Dios. Les dijo que los egipcios que venían a destruirlos serían
destruidos ellos mismos. Estaba a punto de realizarse su salvación de parte del Señor—una vez más—ante sus
propios ojos. Dios pelearía por ellos, y los israelitas sólo tenían que permanecer en silencio y observar cómo
sucedería.
En cuanto Dios terminó de explicar lo que estaba a punto de suceder, el ángel de Dios—apareciendo como
una columna de nube y de fuego—cambió de lugar. En este momento los israelitas necesitaban una
retaguardia aún más de lo que necesitaban un guía. Así que eso fue lo que llegó a ser la columna para ellos. En
lugar de moverse delante de ellos, el Señor se colocó atrás de ellos. Se puso como escudo entre Su pueblo y el
ejército y los carros de Egipto. La columna produjo tinieblas para los egipcios. Mientras tanto, iluminó la
noche para el pueblo de Dios mientras se preparaban para caminar hacia las espantosas aguas.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 8 4
Piensa en Dios como nuestro escudo. El asombroso relato de la Biblia es que Dios rescata a
quienes no podían rescatarse a sí mismos. Se puso como escudo entre Su pueblo y sus enemigos.
Como una columna de nube, Dios se puso entre Israel y Egipto, salvando a Israel de la destrucción.
De una manera aún más grande, Jesús nos escuda de
Satanás, el más grande enemigo de todos. Satanás nos persiguió, buscando tomar nuestras almas para la
destrucción y para el infierno. Pero Jesús se colocó entre nosotros y Satanás. Por medio de Su preciosa sangre
y Su muerte en la cruz, Jesús funcionó como nuestro escudo. Todo el que cree en Él será rescatado de
nuestros más grandes enemigos: el pecado, la muerte y el infierno.
Dios usó un fuerte viento oriental para dividir el mar. Se amontonaron muros de agua a la izquierda y a la
derecha. Dios hizo un gran camino para que Su pueblo pasara. ¡Incluso tenía tierra seca! Con lo que debe
haber sido admiración y asombro increíble, el enorme grupo de personas inició la travesía. Luego, el ángel de
Dios aparentemente se hizo a un lado. Cuando se eliminaron las tinieblas, los egipcios pudieron ver a los
israelitas delante de ellos, y de nuevo iniciaron la persecución.
Pero los egipcios no fueron suficientemente veloces. Cuando los israelitas terminaron la travesía a salvo, Dios
le dijo a Moisés que de nuevo extendiera su mano sobre el mar. Al hacerlo, los niveles de agua empezaron a
volver a su normalidad. Al amanecer el siguiente día, las aguas volvieron a su lugar, ahogando así al ejército
egipcio. El temible ejército egipcio fue aplastado. Dios había triunfado. Una vez más había mostrado a Su
pueblo que Él es digno de confianza.
Un Canto de Celebración
Para celebrar y agradecer a Dios el milagro que acababan de experimentar, los israelitas adoraron a Dios por
medio del canto. Éste es el primer canto de alabanza registrado en la Biblia. Es tan significativo que un día los
santos lo entonarán de nuevo cuando conquisten a Satanás (véase Apocalipsis 15:3-4). El canto relata la
asombrosa liberación que Dios realizó. También habla de Su fama ante otras naciones. No eran sólo Egipto e
Israel los que reconocieron la gloria de Dios. El canto también menciona a los filisteos, edomitas, moabitas y
cananeos. Todas estas naciones pronto temblarían ante el Dios de Israel. La prostituta, Rahab, confirmó esta
predicción como 40 años más tarde cuando ella confesó a los espías que todos en Canaán habían oído acerca
de la gran victoria de Israel en el Mar Rojo (véase Josué 2:9-11).
Cuando toda la comunidad había terminado de entonar su canto, Miriam, hermana de Aarón y Moisés, dirigió
a las mujeres en una animada celebración. Usando panderos, que deben haber traído con ellas desde Egipto,
las mujeres danzaron y cantaron al Señor. Su canto hacía eco a la primera línea del canto anterior: “Cantaré al
SEÑOR, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes.”
Miriam es identificada como profetisa. El mismo término se usa también para referirse a Débora (Jueces 4:4),
Huldá (2 Reyes 22:14), Noadías (Nehemías 6:14), la esposa de Isaías (Isaías 8:3), y Ana (Lucas 2:36). Estas
mujeres no sólo eran esposas de profetas; ellas hablaban de parte de Dios en su propio derecho. Sin embargo,
cabe señalar que a Miriam se le llama hermana de Aarón y no hermana de Moisés, lo cual también era. Nadie
compartía el mismo nivel que Moisés. Él no tenía igual entre los profetas. Posteriormente, la envidia de
Miriam por Moisés crearía grandes problemas para ella y para Aarón (véase Números 12).
¡Personaliza la VERDAD!
¿Qué parte juega Dios en la pelea de tus batallas? ¿Qué parte juegas tú? Dios prometió pelear por
Su pueblo—ellos sólo tenían que guardar silencio. Dios tiene Su parte en pelear las batallas nuestras. Por
supuesto que la parte de Él es más grande y más importante que la nuestra. Pero también nosotros tenemos
nuestra parte. Moisés dijo al pueblo: “No tengan miedo.
Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de
ustedes.” Debemos depositar nuestra confianza en el amor eterno de Dios por nosotros (Romanos 8:31-32).
También tenemos que vestir la armadura, tomar nuestros escudos, y usar espadas (véase Efesios 6:10-18).
¿Qué luchas enfrentas? ¿Estás confiando en Dios para que Él haga Su parte? ¿Estás haciendo tu parte
valientemente? Habla con Él respecto a cualquier cosa que necesita balancearse. Luego enfrenta tus batallas
sabiendo que Él está a tu lado, peleando por ti y contigo.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué hizo Moisés en respuesta a las quejas del pueblo? ¿Qué hizo Dios? ¿Cuál era el mandamiento y la promesa de
Dios?
Clamo al Señor por ayuda, le mostro la solución, si ustedes escuchan atentamente la voz del Señor su Dios y hacen
lo que es correcto ante sus ojos, obedeciendo sus mandamientos sus mandatos y cumpliendo todos sus decretos,
entonces no les enviare ninguna de las enfermedades que envié a los egipcios; porque yo soy el Señor, quien los
sana.
3. ¿A dónde guio Dios al pueblo, según 15:27? ¿Cómo mostró este lugar la provisión y cuidado de Dios?
Viajaron hasta el oasis de Elim, donde encontraron 12 manantiales y setenta palmeras, símbolo de provisión y
cuidado, abundancia de agua y gran cantidad de sombra con las palmeras.
5. ¿De qué acusó el pueblo a Moisés y Aarón? ¿Crees que en realidad creían esto? ¿Por qué crees que lo dijeron?
Parece ser de que pensaban de que morirían en el desierto de hambre, y hubieran preferido morir en Egipto, no, fue
su manera de expresar la necesidad que tenían de comer algo más sólido.
¡Aprende la VERDAD!
¿Cómo te hace sentir cuando piensas que Dios te oye cada vez que te quejas? Esta semana, pide a
Dios que te ayude a substituir quejas por gratitud. ¿Cómo cambia esto tu relación con Dios? ¿Con otros?
Prepárate para hablar sobre esto en tu grupo pequeño.
9. ¿Cuántos días de cada semana envió Dios maná? ¿Qué era diferente en la recolección de maná el sexto día?
Seis días, la diferencia era que tenían que recoger el doble para tener alimento el día séptimo
10. ¿Qué nos dice la instrucción que Dios dio respecto al sexto día sobre la manera que Dios quiere que viva Su pueblo?
Cada grupo familiar juntará todo lo que necesite. Recojan dos litros por cada persona en su carpa, el séptimo día será un día de
descanso absoluto, un día sagrado y reservado para el Señor
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Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 9 2
12. ¿Qué acusación hizo Moisés contra el pueblo según 17:2? ¿A qué crees que se refería?
Porque se quejan contra mí y ponen a prueba al Señor, de alguna manera estaban poniendo a prueba una vez más al
Señor reclamando una necesidad, pero no lo hacían directamente al Señor sino arremetían contra Moisés
17. ¿Qué nombre le puso Moisés al altar que construyó para el Señor? ¿Qué crees que significa este nombre?
Lo llamó Yahveh-nisi (que significa “el Señor es mi estandarte o venderá”,
¡Aplica la VERDAD!
Moisés era el líder espiritual de Israel, y Josué era el líder militar. Pero Israel no hubiera ganado la
victoria en Refidim sin Aarón y Hur. Aarón y Hur sostuvieron los brazos de
Moisés cuando él se cansó. Sin el apoyo de estos dos hombres, Josué no hubiera ganado la batalla. ¿Cuál de
los líderes en tu vida necesita de tu humilde apoyo? ¿Están cansados? ¿Qué servicio les podrías ofrecer para
ayudarles a llevar sus cargas? ¿Están desalentados? La oración es una manera obvia en la que los puedes
alentar. Pide a Dios que te muestre quién necesita que le sostengan los brazos en la batalla que enfrentan.
Luego, para brindar apoyo y aliento, haz lo que Él te ordene.
Lección 9 Comentario
El pueblo dirigió sus quejas contra Moisés. En lugar de defenderse, Moisés clamó a Dios por ayuda. Dios
respondió inmediatamente. Señaló un tronco, o un árbol que Moisés debía arrojar al agua inservible. Al
hacerlo, el agua se volvió dulce y potable. Dios le demostró a Su pueblo que Él podía usar algo tan común
como un tronco para proveer para ellos, siempre y cuando ellos se volvieran hacia Él como lo había hecho
Moisés.
Luego, a través de Moisés, Dios estableció una regla general que había de normar las jornadas de Israel y su
vida futura. Si ellos obedecían Sus mandamientos y escuchaban Su voz, Él los protegería contra las terribles
enfermedades que habían visto entre los egipcios. Aquí vemos que Dios era su sanador—Rafa. Esta era la
primera vez que Dios se aplicaba este nombre a Sí mismo. En este contexto se refería a sanidad física. Más
adelante en la Biblia, Rafa también se usó para referirse a sanidad en un sentido más amplio. Isaías 53 predijo
que un día el Mesías traería, no sólo sanidad física, sino también sanidad espiritual—por medio de Sus propias
heridas. Dios siempre ha sido el sanador de Su pueblo, y nunca fue exhibida esta realidad más dramáticamente
que en la cruz.
Piensa en las quejas. Es fácil quejarse por el clima, la economía, el gobierno u otras situaciones
que no nos gustan. ¿Pero qué dicen realmente nuestras quejas respecto a nosotros? En este pasaje
vemos que las quejas son una ofensa contra Dios. Él toma muy personalmente nuestras
inconformidades. ¿Por qué? Porque Él es el que decide nuestras
circunstancias. Él es el que promete cuidar de nuestras necesidades y asegurar nuestros futuros. Cuando nos
quejamos manifestamos nuestra ingratitud por Su provisión. Expresamos nuestra desconfianza en Su cuidado
de nosotros. Vez tras vez Dios había rescatado a Su pueblo y les había provisto. Pero en cada ocasión que
ellos enfrentaban una nueva prueba, olvidaban Su fidelidad pasada. Aprendamos de los errores de ellos. En
lugar de quejarnos, podemos presentarle nuestras preocupaciones a Dios. Él es fiel. Él nos escuchará y nos
responderá.
Pero Dios proveyó: Cada día, los israelitas encontraban el alimento que necesitaban allí en el mismo centro
del campamento. Comían carne por la noche y pan en la mañana.
Esta admirable provisión tenía un propósito más grande que el de meramente nutrir sus cuerpos. Les enseñaba
también la importancia de observar el sábado, algo que con el tiempo los distinguiría de las demás naciones.
Cinco días de la semana tendrían exactamente lo que requerían para comer cada día. Todo lo que sobrara se
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 9 4
echaría a perder. Este era un recordatorio de que Dios supliría cada día lo que necesitaran. Pero el sexto día, la
gente encontraría el doble de maná en el campo, suficiente para durarles dos días, para que pudieran reposar
el séptimo día.
Manifestando gran paciencia, el Señor le dijo a Moisés que tomara su vara y llamara a algunos de los ancianos
y le siguieran a Él. Por instrucción de Dios, Moisés golpeó cierta roca, y fluyó agua de ella. En 1 Corintios
10:4, Pablo nos dice que esa roca era Cristo. Pudiera ser que este incidente en Horeb sea una imagen de Jesús
golpeado por nuestros pecados para que nosotros pudiéramos recibir el agua que produce vida para satisfacer
nuestra sed espiritual. Comoquiera que sea, el pueblo bebió todo lo que quiso, y Moisés le puso a ese lugar un
nombre que les recordaría su necedad. Le puso por nombre “Masah” que significa prueba, y “Masah” que
significa rencilla.
Dios les mostró lo que debían hacer. Moisés puso a Josué—mencionado aquí por primera vez—en el mando.
Le dijo a Josué que escogiera hombres que pudieran pelear contra Amalec. Mientras Josué y sus hombres
peleaban mano a mano, Moisés jugó un papel espiritual clave. Él estaba en la cima del monte con su vara, el
instrumento escogido por Dios para revelar Su poder. Mientras Moisés sostuviera en alto la vara en su mano,
Josué y sus hombres prevalecían. Cuando caían las manos de Moisés, los enemigos empezaban a prevalecer
en la batalla. Reconociendo rápidamente que los brazos elevados de Moisés eran la clave del éxito militar de
Israel, Hur y Aarón se pararon a cada lado de Moisés y apoyaron sus brazos. Su esfuerzo en equipo permitió
que Israel hiciera su parte peleando la batalla, pero su victoria comoquiera dependía de la ayuda de Dios.
¡Personaliza la VERDAD!
Moisés declaró que el Señor era su estandarte. Un estandarte es como una bandera. Es un símbolo
de la nación a la que representa. Para los ciudadanos bajo ese estandarte, representa identidad, protección,
poder, honor, y pertenencia. Jesús es el estandarte para todo el que le confía su vida a Él. Somos ciudadanos
de Su reino. Somos titulares de todos los beneficios que provee.
¿Qué significa para ti vivir bajo el estandarte de Cristo? Considera los beneficios que son tuyos por ser
ciudadano del reino de Dios. ¿Qué diferencia hay en tu vida por el hecho de que el Señor es tu estandarte?
Habla con Él sobre el asunto. Dale gracias por Su compromiso contigo. Expresa tu amor y compromiso con
Él.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
4. ¿Qué te dice la respuesta de Jetro a Moisés respecto al tipo de influencia piadosa que tenía Moisés sobre su suegro?
Ya no le queda más dudas a Jetro de que el Señor es más grande que los demás dioses, después de lo que Moisés le
conto
7. Además de quitarle parte de la carga a Moisés, ¿puedes pensar en algún otro beneficio que tendrían los israelitas por
seguir el consejo de Jetro?
Estos responsables estaban siempre disponibles para el pueblo y no tenían que esperar a que Moisés los atendieran
Y la gente regresaría a su casa en paz
8. ¿Qué cualidades aconsejó Jetro que buscara Moisés en los hombres que escogiera para ayudar a juzgar?
Hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno
¡Aprende la VERDAD!
Números 12:3 dice que Moisés era más humilde que todos los demás hombres sobre la tierra. Una
de las evidencias de humildad es la disposición para ser enseñado y recibir consejo.
Moisés aceptó consejo de su suegro. Esta semana, si alguien te ofrece consejo, debes estar dispuesto a
aprender, y escuchar. Ora y revisa la Escritura para discernir si es buen consejo. Si lo es, ponlo en práctica.
Prepárate para hablar sobre esto con tu Grupo Pequeño.
10. ¿Qué prometió Dios que Él haría por los israelitas si obedecían Su voz (19:5)?
Ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra;
11. ¿Qué papel dijo Dios que tendría el pueblo de Israel, según 19:6?
El papel de sacerdocio y nación santa
13. ¿Cómo dijo Dios que Él vendría a Moisés y al pueblo? ¿Qué dijo Dios que se lograría con que Él viniera de esta
manera?
Yo me presentare ante ti en una densa nube, para que el pueblo oiga como Dios habla con Moisés y así confiaran en
Moisés
14. ¿Cómo le dijo el Señor al pueblo que se preparara para este encuentro?
Conságralos hoy y mañana, y haz que laven sus ropas. Que se preparasen para el tercer día y se abstuvieran de tener
relaciones sexuales
¡Aplica la VERDAD!
No sabemos mucho acerca de la relación de Jetro con Dios antes de que conociera a Moisés. Sí
sabemos que no era israelita. Era un sacerdote. Era un hombre espiritual.
Pero pareciera que pudiera haber adorado a múltiples dioses. Sin embargo, después de 40 años de vivir al
lado de Moisés en Madián, y luego ver cómo era la relación de Moisés con Dios mientras guiaba al pueblo de
Israel, Jetro adoraba a Dios junto con Moisés y reconoció: “Ahora sé que
el SEÑOR es más grande que todos los dioses” (Éxodo 18:11). La fe que Moisés tenía en Dios era una
influencia positiva sobre la fe de su suegro. ¿Cómo te motiva Moisés cuando piensas en tu propia familia?
¿Tu vida da expresión tangible de tu fe en Dios y en Su bondad? ¿Qué pudiera querer Dios que hagas
mientras procuras vivir por Jesús frente a tu familia en esta semana?
Lección 10 Comentario
Después de salir de Refidim, los israelitas llegaron a la región del Sinaí. Aquí es donde Moisés había oído por
primera vez el llamado de Dios desde la zarza que ardía (véase 3:12). Dios había cumplido Su promesa de
sacar a Su pueblo de Egipto para que pudieran adorar en el Monte Sinaí. Uno de los temas recurrentes de las
Escrituras es la fidelidad de Dios a Sus promesas.
Cuando Moisés salió de Egipto, su esposa, Séfora, y sus dos hijos fueron con él. Sin embargo, con el tiempo
Moisés los envió de nuevo a Madián. Madián era donde vivía la familia de Séfora. Según Éxodo 18:1, su
padre, Jetro, había oído acerca del tiempo de Moisés en Egipto y cómo había sacado al pueblo de allí. Así que
se llevó a Séfora y a sus nietos y fue a Sinaí para encontrarse con Moisés. Una vez que los israelitas habían
llegado al desierto de Sinaí, Moisés fue reunido con su familia.
Moisés mostró respeto y afecto por su suegro Jetro. Moisés le dijo a Jetro acerca de las dificultades y cómo
había librado Dios al pueblo de Israel de Egipto. Moisés dio un gran ejemplo de la importancia de recordar y
celebrar las victorias que Dios ganó para su pueblo y lo que estas victorias comunican acerca de Dios.
Jetro escuchó con entusiasmo el relato de Moisés. Se gozó, diciendo: “¡Alabado sea el SEÑOR, que los salvó a
ustedes del poder de los egipcios! ¡Alabado sea el que salvó a los israelitas del poder opresor del faraón!”
Incluso fue más allá y declaró su propia creencia en el Dios de Israel: “Ahora sé que el S EÑOR es más grande
que todos los dioses.”
Gran parte del tiempo de Moisés se consumía con las disputas del pueblo unos contra otros. No es
sorprendente que más que un millón de personas que trataban de vivir juntas en el desierto tuvieran algunos
desacuerdos. Moisés, su líder, era el indicado obvio para resolver esas disputas.
Pero Jetro le recordó Moisés su papel vital entre los israelitas: “Tú debes representar al pueblo ante Dios y
presentarle los problemas que ellos tienen.” En otras palabras, Moisés debía hacer lo que sólo él podía hacer.
Él debía servir de mediador entre el pueblo y Dios. También debía instruir al pueblo. Como señaló Jetro: “Los
debes instruir en las leyes y en las enseñanzas de Dios, y darles a conocer la conducta que deben llevar y las
obligaciones que deben cumplir.” Sin embargo, en los asuntos menores, Moisés podía (y debía) compartir la
tarea con otros.
Piensa en el hecho de que el pueblo llevaba sus disputas ante Moisés. La intención de Dios es que
Su pueblo resuelva sus diferencias entre ellos mismos (véase 1 Corintios 6:1- 7). Cuando el pueblo
de Dios logra reconciliar sus diferencias sin escándalo—cuando
vivimos con justicia y paz unos con otros—mandamos un poderoso mensaje al mundo. ¿Será que tendríamos
menos conflictos, menos guerra y divisiones, si el pueblo de Dios hoy manejara sus disputas como Dios
manda?
Jetro aconsejó a Moisés que encontrara ayudantes capaces. Estos hombres debían contar con tres cualidades
principales. Primero, debían temer a Dios y respetar y obedecer Su palabra. Segundo, debían ser confiables.
Debían tener una trayectoria comprobada de fidelidad. Y, tercero, debían ser incorruptibles—debían aborrecer
el soborno. Moisés hizo lo que le aconsejó Jetro. Estableció un sistema de tribunales inferiores. De esta
manera, él quedaba libre de la carga de los asuntos legales rutinarios.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 10 4
Los israelitas estaban a punto de establecer un pacto con Dios, pero Dios no les pidió que lo hicieran a ciegas.
Ellos habían visto lo que Dios había hecho por ellos. Ahora Él les estaba pidiendo que reconocieran esos
beneficios y que entraran a una relación de pacto con Él. Les ofreció un lugar único entre las naciones si ellos
escogían obedecer Su voz y guardar Sus leyes. Si ellos aceptaban, ellos llegarían a ser Su especial tesoro.
Ellos serían para Dios “un reino de sacerdotes y una nación santa”. Aún no había sido establecido el
sacerdocio levítico, así que esto no se refería a una sola tribu. El plan de Dios era que toda la nación de Israel
sirviera como “sacerdotes”. Habían de ser mediadores de Su gracia para las naciones vecinas.
Seguir las leyes de Dios los distinguiría de todos los demás. Pueblos de otras naciones tomarían nota. La
presencia de Dios entre Israel sería evidente. Los israelitas serían un puente, un medio para que la gente que
anduviera en las tinieblas de la idolatría podrían venir a la luz de Dios. El apóstol Pedro posteriormente usaría
este mismo lenguaje para la iglesia neotestamentaria: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó
de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). No existe ningún propósito más grande que el de servir
como representantes de Dios en el mundo.
Piensa en lo que significa ser parte de un sacerdocio. Dios les dijo a los israelitas que ellos eran
un reino de sacerdotes. Pedro llamó a todos los creyentes “real sacerdocio”.
Piensa en los deberes que tiene un creyente como sacerdote. Ellos interceden por el pueblo ante
Dios. Pastorean al pueblo y lo guían espiritualmente. Enseñan a la gente acerca de Dios. Quizá nunca te has
identificado como sacerdote, pero el Nuevo Testamento sí lo hace, si eres seguidor de Jesús. ¿Cómo estás
expresando en la práctica tu vocación de sacerdote?
El día señalado, Dios descendió sobre el Monte Sinaí. El pueblo vio relámpagos y una espesa nube. Oyeron
truenos y un sonido de trompeta tan fuerte que los hizo temblar. Dios estaba convocando a la reunión.
Dios vino con fuego, humo, truenos y relámpagos. Hebreos nos dice: “Tan terrible era este espectáculo que
Moisés dijo: ‘Estoy temblando de miedo’” (Hebreos 12:21). En una manifestación poderosa, Dios atrajo a Su
pueblo hacia Sí mismo, declarando que ellos eran de Él. Pero a pesar de que podían acercarse a los límites, no
la podían cruzar. El límite los distanciaba de Dios.
Posteriormente un segundo pacto derribaría esa barrera. Bajo ese pacto Dios manifestaría poder aún más
espectacularmente que lo que había manifestado en Sinaí. Él enviaría a Su Hijo para morir por los pecados
del mundo. Luego lo levantaría de los muertos. Finalmente sería eliminada la barrera que separaba a todos de
Dios. Por medio de Jesús, el mediador de este nuevo pacto, ahora podemos acercarnos libremente a Dios.
¡Personaliza la VERDAD!
Ya no tenemos que lavar nuestra ropa literalmente antes de encontrarnos con Dios.
Pero sí necesitamos ser limpiados. La limpieza que practicaban los israelitas sí simboliza la limpieza que hace
Jesús de nosotros. Cuando confiamos en Él para que nos perdone, Su sangre “nos limpia de todo pecado” (1
Juan 1:9). Y Él no sólo nos viste de ropa nueva—¡Él nos viste de Sí mismo! Romanos 13:14 nos ordena:
“revístanse ustedes del Señor Jesucristo”. ¿Qué conducta en tu vida necesita ser lavada? (Véase Colosenses
3:5-9 para algunas sugerencias útiles.) ¿De qué nuevas actitudes necesitas ser vestido? (Véase Colosenses
3:12-17.) Habla con Jesús. ¡Permite que Él te haga nuevo!
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Enumera los cuatro mandamientos que dio Dios según se registra en 20:3-11. ¿Con quién se ocupan principalmente
estos mandamientos?
3. Dios dio Sus mandamientos para nuestro bien. Escoge dos de estos cuatro mandamientos y explica el beneficio que
experimentaría una persona con obedecerlas.
¡Aprende la VERDAD!
El primer mandamiento de Dios es que no debemos tener ningún otro dios delante de Él.
Pregúntale si hay cualquier cosa que quita tu concentración de Él. ¿Confías en algo o alguien fuera de Él para
proporcionarte seguridad? ¿Tu principal fuente de deleite viene de algo o de alguien fuera de Él? ¿Qué o
quién recibe lo mejor de tu tiempo, talento, o tesoro? Si Dios te muestra cualquier cosa que está compitiendo
por el lugar que por derecho le corresponde a Él en tu vida, confiésalo a Él. Luego haz algo específico y
práctico cada día de esta semana para demostrar tu deseo de darle a Él el primer lugar en tu vida. Prepárate
para compartir respecto a esto con tu Grupo Pequeño.
5. ¿Por qué crees que Dios dio estos mandamientos específicos en esta etapa temprana de la historia de Israel como
nación?
6. Piensa en uno de estos mandamientos que hayas obedecido o desobedecido. ¿Qué bendición experimentaste por
obedecer? O, ¿qué dificultad experimentaste por haber desobedecido?
8. ¿Qué crees que tú pudieras haber sentido, pensado o hecho si hubieras estado presente en esta misma escena
dramática?
10. ¿Qué dijo Moisés que Dios quería lograr con esta exhibición de Su poder?
12. ¿Qué dijo el pueblo que mostró que aceptaban los términos del pacto de Dios con ellos?
13. Muchos siglos más tarde, Jesús nos dio un nuevo pacto. En la última cena, Jesús dijo que la copa era Su sangre, la
“sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados” (Mateo 26:28). ¿Por qué era necesario
este nuevo pacto?
¡Aplica la VERDAD!
El décimo mandamiento resulta difícil de obedecer para muchos de nosotros. Es difícil no desear las
cosas buenas que tienen otros—sus posesiones, posición o relaciones. Sin
embargo, podemos combatir la codicia mediante el cultivo de la gratitud. En lugar de concentrarte en lo que
no tienes, concéntrate en lo que sí tienes. Dale gracias a Dios por ellas. Entre más agradecidos seamos, más
contentamiento tendremos también. Y cuando tengamos contentamiento y gratitud, no estaremos consumidos
con el deseo de tener lo que otros tienen. Prepárate para hablar sobre esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 11 Comentario
Piensa en lo que significa acercarse a Dios. Dios advirtió a los israelitas que si ellos se acercaban
demasiado a Él, morirían. No es sorprendente, entonces, que ni siquiera querían oír la voz de Dios
debido a las consecuencias aterradoras. Pero es diferente para
los creyentes en la actualidad. Efesios 2:13 dice que “en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios
los ha acercado mediante la sangre de Cristo.” La Escritura nos insta a acercarnos a Dios (véase Santiago 4:8).
Como ovejas de Jesús, nos toca oír la voz de Dios (véase Juan 10:27). Dios nos invita a acercarnos
“confiadamente” al trono de la gracia de Dios siempre que tengamos alguna necesidad. (véase Hebreos 4:16).
¡Qué gran diferencia ha hecho Jesús! Nosotros tenemos acceso directo a Dios debido a Su muerte y
resurrección. Podemos—y debemos—acercarnos a Él.
En una ocasión Jesús resumió la totalidad del contenido del Antiguo Testamento—“la Ley y los Profetas”—
con dos grandes mandamientos (véase Mateo 22:35-40). El primero es amar al Señor con todo nuestro
corazón (véase Deuteronomio 6:5). El segundo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (véase
Levítico 19:18). Los 10 Mandamientos amplían estos dos elementos esenciales. Los primeros cuatro se
enfocan sobre nuestra relación con Dios, y los últimos seis sobre nuestras relaciones unos con otros.
Ningún otro dios. Dios ya había demostrado Su amor por Su pueblo. No les pidió que se comprometieran con
Él a ciegas. En respuesta a Sus actos repetidos de cuidado por ellos antes del encuentro en el Monte Sinaí, Él
quería que ellos demostraran su devoción por Él. Él insistió en no ser considerado el primero entre varios
dioses; Él es el único Dios.
No te hagas ningún ídolo. El Segundo mandamiento se desprende de manera natural del primero. Los egipcios
habían hecho imágenes visuales de sus dioses. Los israelitas se encontrarían con muchas diferentes culturas
que harían lo mismo, pero a Israel se le prohibió estrictamente fabricar o inclinarse ante cualquier objeto
hecho por hombres.
El uso del nombre del Señor. El tercer mandamiento de Dios literalmente prohíbe “pronunciar el nombre del
SEÑOR tu Dios a la ligera.” El pueblo de Dios no debía hacer declaraciones falsas y fingir que eran ciertas por
haber usado el nombre del Señor. Debían respetar a Dios, usando honorablemente Su nombre—jamás
irreverentemente, irrespetuosamente ni con ligereza.
Observar el Sábado. Dios ordenó formalmente un día de reposo. Mediante la observación de ese día de
reposo, los israelitas manifestarían su dependencia del Señor y se distinguirían claramente de otras naciones.
La observación del sábado los identificaría abiertamente como pueblo de Dios por pacto.
Honrar a los padres. El fundamento de las comunidades son las familias. Dios ordenó a los israelitas que
amaran a sus padres, honrándolos. Los hijos debían mostrar respeto por sus padres en sus palabras y acciones,
y debían cuidar de sus padres ancianos.
Homicidio. El sexto mandamiento recalca el valor que Dios le asigna a la vida humana. El verbo hebreo usado
en este sexto mandamiento típicamente se usa para el asesinato intencional con intención maliciosa.
Adulterio. El adulterio es una violación del pacto matrimonial mediante la participación intencional en
cualquier clase de actividad sexual fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 11 4
Robo. Dios les confía a los individuos ciertos recursos y posesiones. Él quiere que la gente esté protegida
contra personas que pudieran engañar o robarles esas cosas.
Falso testimonio. El falso testimonio se puede dar en público o en privado. Este mandamiento tiene que ver
con acusaciones falsas públicas, hechas en un tribunal de justicia. También se aplica a la calumnia, que suele
ocurrir en privado.
Codicia. Desear lo que le pertenece a otro—con más frecuencia ocurre en secreto. Aunque pudiera parecer la
menos dañina de las prohibiciones de Dios, puede ser precursor de otros pecados, además de ser un pecado en
su propio derecho.
El Pacto Confirmado
Había llegado el momento de que Dios pidiera un compromiso de parte de Israel. ¿Estarían dispuestos a
seguirle a Él exclusivamente? ¿Vivirían conforme a Sus mandamientos? Moisés leyó el libro del pacto frente
a toda la asamblea. De nuevo, todo el pueblo prometió hacer todo lo que el Señor había pedido. Ambas partes
quedaban así ligadas por “la sangre del pacto” (24:8)
Piensa en la confianza del pueblo en sí mismo. No dudaron ni titubearon cuando Dios dio Sus
santos mandamientos. Rápidamente respondieron: “Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le
obedeceremos”. ¿Realmente sabían a lo que se estaban comprometiendo?
Simplemente el último mandamiento—“No codiciarás”—es difícil de cumplir para cualquier ser
humano. ¿Tan seguros se sentían de sí mismos? ¿Considerarían en algún momento suplicar: “¡Dios, ten
misericordia! ¡Eso es más de lo que nosotros somos capaces de hacer! Tu Ley es buena—pero nosotros
somos pecadores. A menos que Tú nos ayudes, fracasaremos!”? Muy pronto se darían cuenta de que las
buenas intenciones no serían suficientes para santificarlos.
Hoy día, los cristianos están unidos con Dios por medio del pacto de la sangre de Su Hijo, Jesús. Esta era la
única manera en que podíamos ser realmente reconciliados con Dios. La Ley, que resultaría imposible de
cumplir, demostró que no bastaban las acciones humanas. El nuevo pacto hace más que sólo refinar nuestra
conducta. Nos purifica interiormente también (véase Hebreos 10:22). Hace por nosotros lo que ningún código
moral jamás podría hacer.
¡Personaliza la VERDAD!
Maldecir no es la única manera de tomar el nombre del Señor en vano. Cualquier referencia
insincera a Dios podría ser una manera de deshonrar Su nombre. Es fácil
decir “Voy a orar por ti” o “hay que confiar en Dios”. Pero si nuestro corazón no es honesto y no le damos
seguimiento, estamos tomando el nombre de Dios en vano. Cuando hablamos como cristianos pero no
vivimos vidas que honren a Dios, abusamos del nombre de Dios. Esta semana, pide a Dios que te haga
consciente de cada vez que pronuncias, cantas, escribes o piensas en Él. Pídele que te dé un sentido de
asombro por lo que Él es y todo lo que Su nombre representa.
¿Cómo afecta esto tu manera de pensar acerca de Dios y relacionarte con Él?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Cómo respondió Aarón, el líder de Israel, ante su demanda? ¿Cómo respondió el pueblo?
6. ¿Cómo respondió Dios a la intercesión de Moisés por el pueblo? ¿Qué te dice esto respecto a la importancia de la
oración?
7. A pesar de la misericordia que había mostrado Moisés al interceder por el pueblo, ¿cómo manifestó también su justa
indignación contra ellos?
8. ¿La misericordia y la justa indignación son opuestos? ¿Cómo pueden ser compatibles entre sí?
¡Aprende la VERDAD!
El pueblo sabía que estaba pecando. Como sumo sacerdote, Aarón especialmente lo sabía.
Realmente no habían olvidado quien había sacado a Israel de Egipto. No obstante, cuando la gente se volvió
impaciente, exigieron que Aarón les hiciera un dios, y Aarón cedió a la presión. En lugar de sostenerse a
favor de Dios, Aarón conspiró con el pueblo y condujo a la nación a la idolatría. ¿Qué hubiera sucedido si
Aarón hubiera resistido a la pecaminosa petición del pueblo? Hubiera podido librar a Dios, Moisés y a toda la
nación de mucho dolor y pesar, y su propio legado no hubiera sido manchado. Se requiere integridad y valor
para hacer lo que no es popular ni fácil, diciendo “no” al mal—pero eso es lo que Dios nos llama a hacer.
10. ¿Cómo respondió Dios? ¿Qué te dice Su respuesta acerca de Su manera de ver la responsabilidad individual?
11. Según 33:12-15, ¿cómo expresarías en tus propias palabras las peticiones que Moisés le hizo a Dios?
12. ¿Cuál fue la última petición de Moisés, según 33:18? ¿Cómo respondió Dios a esta petición?
14. ¿Qué reveló Dios acerca de Sí mismo cuando pasó frente a Moisés?
16. ¿Cómo resumirías en pocas palabras los puntos principales del pacto que Dios renovó con Israel, según 34:11-27?
d. ¿Qué es lo que hace que sea quitado el velo del corazón de una persona?
¡Aplica la VERDAD!
Nuestras oraciones son importantes. Moisés intercedió valiente y apasionadamente por un pueblo
muy rebelde. A pesar de que Dios había declarado que Él los destruiría, oyó la petición de Moisés
y desistió de enviar el juicio severo que justamente merecían. ¿A
quién conoces tú que necesite de un intercesor? Para todos hay esperanza. Analiza de nuevo la oración de
Moisés. Anota algunas cosas que te llaman la atención. Luego empieza a orar por alguien que conozcas que
necesita urgentemente de la misericordia de Dios.
Lección 12 Comentario
Los israelitas se estaban rebelando contra los mandamientos específicos que Dios les había dado. Como
resultado, Dios le dijo a Moisés que Él iba a destruir a toda la población y en su lugar haría de Moisés una
gran nación. Moisés inmediatamente intercedió por su pueblo. No basó su apelación sobre mérito, ni siquiera
sobre misericordia, sino en el carácter y la gloria de Dios mismo.
Dios escuchó a Moisés y prometió concederle lo que él había pedido. La Escritura reporta que el Señor
“escuchó a Moisés y prometió darle lo que había pedido. La Escritura reporta que el Señor “desistió del
desastre que había hablado de traer sobre Su pueblo”.
Piensa en lo que hizo que la intercesión de Moisés fuera tan poderosa. Moisés no basó su
apelación sobre la justicia del pueblo. Ellos eran completamente culpables. De hecho, más tarde
veremos lo enojado que estaba Moisés con ellos. Moisés tampoco basó su apelación sobre ninguna
justicia de él mismo. Más bien, Moisés pidió a Dios que desistiera
de destruir al pueblo por amor a Su propio nombre. Moisés sentía celo por el honor de Dios. No quería
que se viera comprometida la reputación de fidelidad de Dios. La oración motivada por el honor de Dios y
enfocada sobre la reputación de Diios es muy poderosa.
Cuando Moisés llegó al campamento y vio a la gente bailando alrededor del becerro de oro, estaba tan
enojado que rompió las tablas sagradas. A pesar de que Moisés rompió las tablas con ira, es muy significativo
que el pueblo estaba violando los mandamientos de Dios. Él tomó la estatua, la quemó y lanzó los restos al
agua potable. Luego obligó a los israelitas a beberla.
Después de esto, Moisés le hizo a Aarón la pregunta que debe haber estado ardiendo en su mente desde que
Dios le dijo por primera vez acerca de la idolatría. ¿Cómo se había atrevido Aarón a introducir semejante
pecado al campamento? Aarón le echó la culpa al pueblo, pronunciando lo que pudiera ser la declaración más
ridícula registrada en la Escritura: “Ellos me dieron el oro, yo lo eché al fuego, ¡y lo que salió fue este
becerro!”
Aun cuando Dios había prometido no destruir por completo al pueblo, comoquiera habría consecuencias
serias de su rebelión. Moisés llamó al campamento, buscando a los que aún estaban “de parte del Señor”.
Este era el momento para que los inocentes fueran separados de los culpables. La tribu de Leví respondió. No
se nos dice, pero posiblemente otros de los que no habían participado en el adulterio se pasaron al lado de
Moisés también. Moisés ordenó a los levitas que se armaran y que recorrieran el campamento, matando a
hermano, compañero y vecino—a todo el que fuera culpable de la rebelión. Para cuando terminaron los
levitas, 3,000 habían muerto. Al día siguiente, Moisés intercedió de nuevo por el pueblo delante del Señor.
Dios desistió de Su plan de destruirlos a todos y dijo que juzgaría únicamente a aquellos que realmente habían
pecado contra Él. Luego Dios le dijo a Moisés que era tiempo de seguir avanzando hacia la Tierra Prometida.
Sin embargo, le informó a Moisés que Él no iría con ellos, “porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo
destruirlos en el camino”. Cuando el pueblo oyó esto, se lamentaron.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 12 4
Mientras el pueblo observaba desde cierta distancia, Moisés suplicó a Dios que no abandonara a Israel: “O vas
con nosotros, o mejor no nos hagas salir de aquí.” Luego Moisés agregó otra petición: “Déjame verte en todo
tu esplendor.” Dios aceptó ambas peticiones. Como Moisés había hallado gracia ante Sus ojos, Dios prometió
guiarlos hasta la tierra que Él les había prometido. Además, prometió mostrarle a Moisés toda Su bondad, y
proclamar Su nombre delante de Él. Dios le dio a Moisés instrucciones respecto a cómo encontrarse con Él, y
le dijo que subiera al Sinaí de nuevo la siguiente mañana.
Piensa en lo que hace grande a un líder. Cuando Dios le informó a Moisés que Él no tenía
intenciones de acompañar a Su pueblo a la Tierra Prometida, Moisés protestó enérgicamente. En
esencia dijo: “Si Tú no vas con nosotros, ¡nosotros no vamos!” Moisés muy sabiamente desconfiaba
de su propia capacidad para guiar. Él conocía la verdad de
Juan 15:5, que registra las palabras de Jesús: “Sin mí nada pueden hacer.” Los mejores líderes no son las
personas que tienen mucha confianza en sí mismos—sino los que manifestan la más grande confianza en
Dios.
En una escena que supera cualquier cosa que pudiéramos imaginar, Dios le reveló a Moisés Su esencia
divina. El Señor pasó delante de Moisés, proclamando Su nombre. Reveló Su misericordia, gracia, paciencia,
amor, fidelidad, perdón, justicia y amor perdurable. No obstante, Dios dijo que eso no significa que pasaría
por alto al pecador culpable. Su justicia requiere que el pecado sea castigado. Sin embargo, Dios demostró Su
grande misericordia cuando dio a Su Hijo como pago por nuestro pecado. Por medio de Jesús, Él ha abierto
un camino para que el pecador culpable pueda estar delante de Él, completamente perdonado.
¡Personaliza la VERDAD!
Moisés y Dios tenían una relación formidable. “Y hablaba el SEÑOR con Moisés cara a cara, como
quien habla con un amigo” (Éxodo 33:11). ¿Puede un ser humano ser amigo de Dios? Por increíble que parezca,
¡Sí! Jesús recalcó esta verdad cuando dijo: “Ya no los llamo siervos … los he llamado amigos” (Juan 15:15).
Piensa en la relación que tenía Dios con Moisés—las conversaciones que tuvieron, las expectativas que tenían uno
del otro, la estima que sentían uno por otro. ¿Qué podrías aprender de la manera en que Moisés se relacionaba con
Dios que puedes incorporar a tu propia relación con Él? Escoge una cosa, coméntalo con Dios, y luego empieza a
practicarlo en tus interacciones diarias con Él.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
DÍA 1: Éxodo 25:1-8; 35:4-29; 36:2-7—Dios Revela Su Plan de Habitar con Su Pueblo
1. ¿Qué quería Dios que el pueblo construyera?
4. ¿Qué detalle de Éxodo 36:2-7 muestra el entusiasmo del pueblo para este proyecto?
¡Aprende la VERDAD!
¿Qué concepto tienes tú de la ofrenda para la obra de Dios? ¿Es un privilegio y un deleite participar
en lo que Él está haciendo? ¿O es sólo un deber? Pide a Dios que te dé gozo al dar y al servir en Su obra.
Prepárate para hablar con tu Grupo Pequeño acerca de esto.
6. Según 31:1-6, ¿qué era lo que calificaba a estas personas para su trabajo?
7. ¿Qué detalle respecto a su calificación se agrega en 35:34? ¿Por qué crees que esto era importante?
8. ¿Crees que Dios ve cierto trabajo como más santo o más sagrado que otros tipos de trabajo? ¿Cómo afecta el estudio
de hoy tu manera de ver eso?
DÍA 3: Pasajes Seleccionados de Éxodo 27, 30, 38—Planes para el Tabernáculo y Su Mobiliario
9. Lee 27:9-19; 38:8-20. Anota abajo las dimensiones del atrio del tabernáculo de reunión.
10. Se consideraba que un codo era la longitud del antebrazo de un hombre, desde el codo hasta la punta del dedo
medio. ¿Cuánto estimas que sería esa medida en centímetros?
11. Convierte la respuesta que diste a la pregunta 10 a medidas modernas. ¿De qué tamaño era el atrio del tabernáculo?
12. Dios le dio instrucciones a Moisés para dos muebles que debían ser colocados en el atrio exterior del tabernáculo.
Lee los siguientes pasajes, luego menciona y describe los muebles a los que se refieren.
a. 27:1-8; 38:1-7
b. 30:18; 38:8
DÍA 4: Pasajes Seleccionados de Éxodo 25, 30, 37—El Lugar Santo y el Lugar Santísimo
13. Dios le dio instrucciones a Moisés para tres muebles que debían ser colocados en el “Lugar Santo” del tabernáculo.
Lee las siguientes Escrituras, luego menciona y describe los muebles a los que se refieren.
a. 25:23-30; 37:10-16
b. 25:31-40; 37:17-24
c. 30:1-10; 37:25-29
14. Dios le dio instrucciones a Moisés para el único mobiliario que debía colocarse dentro del “Lugar Santísimo” del
tabernáculo. Lee Éxodo 25:10-22; 37:1-9, luego enumera y describe el mobiliario mencionado.
16. ¿Qué sucedió una vez que el tabernáculo ya estaba construido y consagrado?
17. ¿Qué crees que la gente habrá pensado y sentido cuando ocurrieron los eventos descritos en 40:34-38?
¡Aplica la VERDAD!
El tabernáculo era un proyecto masivo que requería muchas horas de trabajo físico de muchas
personas. Hombres y mujeres aportaban sus habilidades en carpintería,
metalmecánica, perfumería, tejido, costura y mucho, mucho más. Si ellos no hubieran puesto su parte, se
hubieran perdido la oportunidad de ser parte de la adoración que Dios ordenó. ¿Quiénes son los que están tras
bastidores haciendo posible que tú adores a Dios? Piensa en uno o dos de ellos. Dale gracias a Dios por ellos.
Pídele que Él los llene de Su Espíritu. Luego encuentra una manera de agradecerles y alentarles—escríbeles
una carta, expresa algún pensamiento amable, presenta un regalo como símbolo de tu aprecio. Pero de
cualquier manera posible, ¡comunícales que sabes que su trabajo es valioso para ti y para Dios!
Lección 13 Comentario
El pueblo proveyó estos materiales que incluían oro, plata, bronce, telas finas, piedras preciosas, especias
exóticas e incienso fragante. Dios le dijo a Moisés que recogiera una ofrenda, pidiendo a “todos los que en su
interior se sintieran movidos a hacerlo,” a dar ofrendas. Éxodo 35:21-29 nos dice que el pueblo obedeció
generosamente y con corazones dispuestos. Cada mañana dieron ofrendas voluntarias hasta que finalmente los
artesanos le pidieron a Moisés que suspendiera las ofrendas: “La gente está trayendo más de lo que se necesita
para llevar a cabo la obra que el SEÑOR mandó hacer.” Así que Moisés les dijo que se detuvieran porque ya
tenían más que suficiente para hacer la obra que Dios había ordenado.
Piensa en las actitudes hacia la ofrenda. ¿Por qué fueron tan entusiastas las personas para dar?
¿Era porque sabían que estaban aportando para algo realmente importante?
¿Era porque querían devolverle a Dios algo por haberles bendecido tan abundantemente?
La Escritura dice que Dios ama al dador alegre (véase 2 Corintios 9:7). Los israelitas son un
ejemplo maravilloso de esto.
Cada detalle del tabernáculo tenía un propósito específico. Cada detalle requería de una gran cantidad de
trabajo de precisión. Había que tejer telas. Había que forjar piezas metálicas. Había que cortar madera y
cubrirla de oro, plata y bronce. Se tenían que mezclar aceites e incienso. Una vez completadas cada una de las
piezas, los artesanos tenían que armarlos en la forma exacta que Dios había ordenado. Dios dio a muchas
personas el privilegio de trabajar sobre este sagrado santuario, y todos podían aportar para él mediante sus
donativos.
El tabernáculo era un recordatorio visual de la santidad de Dios. Nadie podía ver el interior desde afuera. El
atrio exterior estaba cercado con una cortina de lino fino. Esta gruesa cortina aseguraba que nadie entrara de
manera no autorizada. La única manera de entrar era a través de la Puerta de Entrada. Ésta también estaba
cerrada por una cortina, pero era de lino rojo, azul y púrpura. Esta coloración característica señalaba el camino
mediante el cual un pecador podía entrar al santuario de Dos.
El Atrio. Cualquier israelita podía entrar al atrio, pero sólo Aarón, sus hijos y los descendientes sacerdotales
de ellos podían entrar a la tienda. El atrio representaba juicio por el pecado. Antes de que el pueblo pudiera
adorar apropiadamente al Señor, tenían que lidiar con su pecado primero mediante dos de los muebles del
atrio.
El Altar del Holocausto. Los sacerdotes ofrecían la sangre de los corderos y cabras sacrificados sobre este
altar. Como primer mueble en el atrio, esta sangre comunicaba un mensaje muy claro: Nadie entra a la
presencia de Dios sin un sacrificio.
El Lavamanos de Bronce. Los sacerdotes usaban este lavabo, que estaba hecho de espejos de bronce y lleno
de agua, para lavarse. Los pecadores no sólo necesitaban perdón para poderse encontrar con Dios—también
necesitaban ser limpiados. Es importante tomar nota del detalle de que el altar aparece antes que el lavamanos.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 13 4
No era posible expiar el pecado mediante lavamientos—intentando vivir una vida más santa. El pecado sólo
podía ser expiado con un sacrificio de sangre. El perdón tiene que venir antes de la limpieza.
El Lugar Santo. El atrio era el único lugar al que podía entrar el ciudadano común. El tabernáculo mismo
estaba dividido en dos piezas. La cámara exterior se llamaba el Lugar Santo. La cámara interior se llamaba el
Lugar Santísimo. Dios sólo permitía que entraran los sacerdotes a la tienda.
En el Lugar Santo estaba un candelabro, una mesa y un altar para incienso. Los sacerdotes usaban este
mobiliario dorado para la adoración del Señor. El candelabro simboliza a Jesús, la luz del mundo. La mesa,
sobre el cual había 12 panes (uno por cada tribu de Israel), representa la mesa del Señor y a Jesús, el pan de
vida. El altar, donde se quemaba incienso fragante delante del Señor cada día, representa las oraciones de los
santos.
El Velo. Un hermoso pero imponente velo estaba entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El término “velo”
indica que algo se está ocultando. En este caso, el velo hacía separación entre Dios santo y seres humanos
pecaminosos.
El Lugar Santísimo. Este era el lugar donde moraría Dios. Debido a que Él es espíritu y no tiene forma física,
Él Se haría representar mediante el Arca del Pacto. El propiciatorio era la tapa del arca. El día de la Expiación,
el sumo sacerdote rociaba la sangre del sacrificio sobre el Propiciatorio, buscando misericordia por los
pecados de Israel.
Piensa en lo que presagiaba el tabernáculo. Hebreos nos dice que “Cristo, al presentarse como
sumo sacerdote de los bienes definitivos en el tabernaculo más excelente y perfecto, no hecho por
manos humanas (es decir, que no es de esta creación), entró una sola vez y para siempre en el Lugar
Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros,
sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.” (Hebreos 9:11-12). La sangre de animales no pagó
por nuestro pecado—lo hizo la propia sangre preciosa de Jesús. Hebreos procede a explicar que “Cristo no
entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo
mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro” (9:24). El tabernáculo es un cuadro precioso de lo
que Jesús hizo en última instancia por nosotros por medio de Su muerte y resurrección—una vez por todas.
Consagración y Gloria
Dios dio a Moisés instrucciones detalladas respecto a la colocación de todo. Dios le ordenó que consagrara el
tabernáculo, su mobiliario y todos sus utensilios con un aceite de unción especial. De esta manera, todo era
santificado. De manera similar, Moisés ungió a Aarón y a sus hijos, apartándolos como sacerdotes.
El primer día del primer mes, Moisés y el pueblo levantaron el tabernáculo. El santuario terrenal de Dios
estaba preparado, los sacerdotes estaban lavados, y el Señor vino, tal como había dicho que lo haría. Vino en
una nube que cubrió la tienda de reunión, y “la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo” (Éxodo 40:35).
¡Personaliza la VERDAD!
Dios prometió que Él habítaría con Su pueblo. Sin embargo, ellos no podían obligarlo a que lo
hiciera. Lo único que podían hacer era preparar un lugar y un espacio para Él. De
manera similar, Dios ha prometido estar presente con nostros también. Nosotros somos Su templo, Su
tabernáculo, el lugar en el que Él mora por medio del Espíritu Santo. A veces estamos poderosamente
conscientes de Su presencia. En otras ocasiones no estamos tan conscientes.
Pero, como los israelitas, podemos preparar un camino para Él. Podemos crear un lugar y un espacio para que
Él esté con nosotros para que podamos experimentar Su presencia. ¿Qué es lo que te ayuda a ti a
experimentar la presencia de Dios? ¿La oración? ¿La adoración? ¿Esperar al Señor en silencio? ¿Meditar en
Su Palabra y Sus obras de creación? ¿La práctica de períodos de reposo sabático? Aparta tiempo
intencionalmente para hacer alguna de estas cosas en esta semana? Pide a Dios que Él haga que Su presencia
sea real para ti.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué dijo Dios acerca de cada uno de los siguientes temas en relación con los holocaustos?
a. El propósito del holocausto (versículo 4)
b. ¿Qué parte del animal debía ser consumido sobre el altar (versículos 9, 13, 17)
3. ¿Qué detalles del pasaje sugieren que tanto los ricos como los pobres debían participar para ofrecer holocaustos a
Dios?
b. 2:4-8
c. 2:14-15
6. ¿Qué se debía agregar al cereal cuando era ofrecido a Dios? ¿Qué se debía omitir?
¡Aprende la VERDAD!
Dios ya no exige holocaustos. Jesús cumplió todos los requisitos de los sacrificios. Sin embargo,
quizá podrías pensar en alguna manera de hacer una ofrenda especial simbólica para Dios. ¿Cómo podrías
hacer esto? ¿Qué significaría para ti? Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
9. Las ofrendas de cereal y de paz no se requerían para el pecado. Eran ofrendas voluntarias para Dios. ¿Por qué crees
que las personas hacían estas ofrendas? ¿Qué crees que significaban para los adoradores?
11. ¿Qué tipos de personas pudieran necesitar hacer esta ofrenda, según los siguientes versículos? ¿Qué clase de
ofrendas se requerían de cada uno?
a. 4:3
b. 4:13-14
c. 4:22-24
d. 4:27-33
12. ¿Qué pensamientos y sentimientos tienes al considerar cómo ve Dios el pecado no intencional?
14. Según 6:2-3, ¿de qué otras maneras podría una persona cometer “una falta y pecar contra el SEÑOR”?
15. ¿Qué tipo de restitución se debía hacer por el daño ocasionado a otra persona? ¿Qué te dice este requisito respecto al
concepto que Dios tiene de nuestras relaciones con otras personas?
16. Hebreos 10:10 dice que “somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para
siempre.” Dios ya no nos pide que ofrezcamos sacrificios de animales por nuestros pecados. ¿Qué reacción despierta
en tu corazón esta maravillosa verdad?
¡Aplica la VERDAD!
Para Dios es importante que estemos en una correcta relación con Él y con otras personas. Ya no es
necesario que sacrifiquemos animales cuando pequemos contra Dios.
Jesús fue el sacrificio supremo, ofreciéndose a Sí mismo por nuestro pecado. No obstante, cuando pecamos
contra nuestro prójimo, sigue siendo nuestra obligación arreglar las cosas. Eso no ha cambiado. Pide a Dios
que te muestre si has dañado a otra persona intencional o no intencionalmente. Si Él te muestra algo,
pregúntale cómo hacer restitución. Luego hazlo. ¿Cómo afectará esto tu relación con la otra persona? ¿Con
Dios? Prepárate para compartir sobre esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 14 Comentario
Ofrendas Voluntarias
Holocaustos. Como da a entender el nombre, el holocausto era totalmente consumido por el fuego (excepto la
piel, que se entregaba a los levitas). La ofrenda podía ser un toro joven, un cordero, una cabra, una tórtola o
una paloma, dependiendo de los recursos que tuviera el adorador. El animal tenía que estar perfectamente
sano y sin defecto. Ofrecer a Dios cualquier cosa que no fuera de lo mejor sería un insulto terrible.
Cuando el adorador colocaba su mano sobre la cabeza del animal, se identificaba con el castigo que el animal
estaba a punto de sufrir. En efecto, era como si el adorador dijera: “La muerte que este animal está a punto de
padecer, debía ser la mía, pues yo soy culpable ante mi Dios santo.” Estas ofrendas servían como
recordatorios constantes de que el pecado requiere de un sacrificio. Los animales ofrecidos en el tabernáculo
satisfacían ese requisito. Sin embargo, no podían resolver el problema más grande de la relación eterna del
humano con Dios. Se necesitaba mucho más que la sangre de animales para reconciliar con Dios a hombres y
mujeres caídos. Eso solamente podía ocurrir por medio del sacrificio del perfecto Cordero de Dios, Jesucristo,
el Hijo de Dios.
El holocausto, como todas las ofrendas en Levítico, nos señalan a Jesucristo. Jesús mismo fue un holocausto.
Él se ofreció en Su totalidad como un sacrificio por nuestro pecado. Él entregó todo Su cuerpo al Padre (véase
Hebreos 10:10). Dios quiere que nosotros nos entreguemos por completo. Sin Cristo, seríamos totalmente
consumidos como castigo por nuestro pecado. En respuesta a lo que Él ha hecho, nosotros nos podemos
entregar por completo a Él (véase Romanos 12:1-2), sin reserva alguna.
Ofrenda de cereal. La única ofrenda no animal que se ofrecía en el tabernáculo era la ofrenda de cereal.
También se conocía como la ofrenda de flor de harina. El grano, probablemente de trigo o de cebada, se usaba
para hacer panes o tortas. La ofrenda de grano debía cubrirse con aceite e incienso. El incienso produciría un
“olor grato para el Señor.”
Igual que con el holocausto, sólo lo mejor era aceptable. Dios requería “las primicias,” lo mejor de lo que
tuviera el pueblo. El pan no podía contener nada de levadura ni miel. Sin embargo, sí debía contener sal. Una
vez preparada, la ofrenda no se quemaba por completo. Una parte de la ofrenda, la “ofrenda memorial,” se
quemaba, pero los sacerdotes consumían el resto.
Piensa en las ofrendas voluntarias a Dios. La ofrenda de cereal no hacía expiación por el pecado.
No se requería de nadie. Simplemente era un regalo para Dios. Asociado a la cosecha, ayudaba a
los adoradores a expresar su gratitud por la generosa y fiel provisión de Dios. La adoración no es
únicamente asunto de dar lo que se requiere—se trata de dar
a Dios porque deseamos hacerlo, en vista de toda Su bondad para con nosotros.
Como esta era la única ofrenda que no requería de muerte, los eruditos asocian la ofrenda de cereal con la vida
pura de Cristo. El esfuerzo invertido en moler el grano para hacer harina sirve como símbolo de la devoción
de Cristo a la voluntad de Su Padre. El aroma fragante del incienso pudiera representar las oraciones de Jesús
al Padre. Se considera que el aceite simboliza la presencia del Espíritu Santo.
La ofrenda de paz. A diferencia de las demás ofrendas, se le permitía al adorador consumir una porción de la
ofrenda de paz (o de comunión) durante un tiempo de comunión con el Señor. El tipo de animal que se ofrecía
variaba, pero en cada ocasión, la sangre, la grasa y los riñones se presentaban a Dios. El sacerdote recibía el
pecho y el muslo derecho como su porción. Lo demás se asaba sobre el altar y se devolvía, para que lo
disfrutara el adorador en una comida de comunión con su familia y sus invitados.
La última cena de Jesús con Sus discípulos fue simbólica porque era una cena de Pascua, y Él era el cordero
pascual. También fue simbólica como una ofrenda de comunión. En las últimas horas de Su vida, mientras se
preparaba para ser la ofrenda suprema de una vez por todas, Jesús se sentó con Sus amigos más íntimos y
compartió una cena con ellos.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 14 4
Piensa en la comunión con Dios. La ofrenda de paz invitaba al pueblo de Dios a adorarle
alrededor de una mesa. Dios recibía parte del sacrificio, y los adoradores disfrutaban lo demás.
Jesús frecuentemente compartió comidas con Sus discípulos. Y aún ahora, Él invita a todos a “abrir
la puerta de su corazón para que Él pueda entrar a él y cenar con él
y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Nosotros no adoramos a un Dios distante, lejano y apartado de nosotros.
Adoramos a un Dios que anhela acercarse a nosotros para tener comunión.
Ofrendas Obligadas
Ofrenda por el pecado. Mientras las primeras tres ofrendas descritas en Levítico eran opcionales, las últimas
dos no lo eran. Se requería que cada israelita hiciera una ofrenda por el pecado para cubrir cualquier violación
inadvertida de la ley de Dios. Los pecados intencionales se castigarían más severamente (véase Números
15:30), pero Dios sabía que frecuentemente el pueblo pecaría sin saberlo.
Si el sacerdote o la nación entera pecaba, la ofrenda era compleja y costosa. Los sacerdotes llevaban parte de
la sangre al interior del tabernáculo. Sacaban al toro mismo del campamento y lo quemaban en una fogata. En
el caso de una violación cometida por la comunidad entera, los ancianos servían de representantes. Al
presentar la ofrenda por el pecado, los representantes colocaban sus manos sobre la cabeza del animal,
reconociendo que servía como sustituto. Las ofrendas por el ciudadano común y por los líderes eran similares,
aunque se requería que los líderes ofrecieran una cabra. Una persona común más pobre podía usar un cordero,
un ave o una ofrenda de harina como ofrenda. Dios impone a los líderes una norma más elevada (véase
Santiago 3:1).
La ofrenda por el pecado nos imparte una lección muy valiosa. Sea que intencionalmente violemos los
mandamientos de Dios o que cometamos pecados inadvertidos, Dios exige expiación. Pudiéramos vernos
tentados a comparar algunos pecados con otros y verlos como inadvertidos o pequeños, y por tanto no
importantes ante los ojos de Dios. Sin embargo, seríamos sabios si no nos concentramos en el tamaño de
nuestro pecado ni en la intención que esté detrás. Más bien, debemos concentrarnos en el tamaño del pago que
se tuvo que hacer por él. Todo pecado debe ser expiado—y Jesús hizo eso por su muerte en la cruz.
La ofrenda por la culpa. La ofrenda por la culpa hacía que el pueblo se concentrara en el daño ocasionado por
su pecado. Hacía restitución cuando alguien había dañado a otra persona. También restauraba la relación de la
persona con Dios mismo si el daño había sido ocasionado contra “las cosas santas del Señor.” Esta ofrenda
consistía de tres partes: (1) se ofrecía a Dios un carnero, (2) se hacía restitución por la ofensa cometida, y (3)
se agregaba a la restitución una sanción del 20 por ciento. Cualquiera que no pagara podía ser vendido como
esclavo a otro israelita (véase Éxodo 22:3). Dios quiere que amemos a nuestro prójimo tanto como nos
amamos a nosotros mismos (véase Levítico 19:18). La ofrenda por la culpa enseñaba este principio de una
manera práctica. El carnero sin mancha de la ofrenda por la culpa presagia la manera en la que Jesús pagaría
por todos los pecados del mundo y quitaría la culpa de todos los que Le reciban (véase Isaías 53:6-7).
Estas cinco ofrendas, todas requeridas, señalan directamente a Cristo. Jesús no sólo cumplió los requisitos
para la adoración, sino que les dio significado. Él fue totalmente consumido por nosotros, como una ofrenda
que expía nuestro pecado. Él es el “cordero sin mancha ni arruga” (1 Pedro 1:19). Como la ofrenda de cereal,
Él es las “primicias” (1 Corintios 15:20). Él es nuestra “paz” (Juan 16:33). Él nos ofrece comunión perdurable
en la mesa del Señor (véase Apocalipsis 3:20). Él nos limpia (véase 1 Juan 1:7). En la cruz, Él cumplió
perfectamente y satisfizo todos los requisitos de la ley y del culto. Nosotros ya no practicamos los rituales de
sacrificios del Antiguo Testamento porque nosotros seguimos a Cristo.
¡Personaliza la VERDAD!
Permite que la verdad de esta lección penetre profundamente en tu corazón. ¿Cómo habría
sido tener que matar un animal cada vez que pecaras? Considera el costo, la
sangre, lo que sería que el público se enterara de tu pecado. ¿En qué ha cambiado Jesús todo eso? Medita
Su sacrificio por ti y lo que realmente significa. Pídele que Él te ayude a amar y apreciarlo aún más por
todo lo que Él ha hecho por ti.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué le ordenó Dios a Moisés que hiciera? ¿Qué detalles específicos incluyó en esta instrucción?
3. ¿Cuál tribu tenía el mayor número de hombres? ¿Cuántos eran? ¿Qué tribu tenía menos? ¿Cuántos eran? ¿Cuál era el
número total de hombres de 20 años y más que Moisés contó en este censo?
7. ¿Qué era lo que estaba en el centro del campamento? ¿Por qué es importante esto?
8. ¿Crees que a Dios le preocupan tanto los detalles de dónde vives y cómo organizas tu vida ahora como le interesaba
en tiempos de Moisés? Explica tu respuesta.
¡Aprende la VERDAD!
Dios es un Dios de orden. A Él le interesan los detalles de nuestra vida. ¿Hay algún aspecto de tu vida o
ministerio que requiere que Él lo organice? Toma el tiempo en esta semana para hablar con Dios acerca de tus
recursos, fortalezas y oportunidades como un siervo en Su reino. Habla con Él también acerca de cualquier
debilidad, obstáculo y peligro que enfrentes en tu andar con Él. Pide a Dios que te “organice” para que puedas ser
más efectivo para Él. Prepárate para hablar acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
9. ¿Cómo se llamaban los hijos de Aarón? ¿Cuáles eran los deberes de Aarón y sus hijos?
10. ¿Qué declaró Dios respecto a los levitas, según 3:11-13? ¿Qué razón dio Él para esto?
11. ¿Cuáles eran los deberes de los levitas que no eran sacerdotes?
13. Compara Números 3:39 con 3:43. ¿Cuál era la diferencia entre el número de levitas y de varones primogénitos
mayores de un mes de edad? ¿Cómo le indicó Dios a Moisés que compensara por esta diferencia?
14. Efesios 1:7 dice que en Cristo “tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a
las riquezas de la gracia.” ¿De qué manera simboliza el “precio de redención” lo que hizo Jesús por nosotros?
16. ¿Qué instrucciones dio Dios respecto al cuidado y transportación de las “cosas sagradas”? ¿Qué le sucedía a
cualquiera que miraba a estas cosas sagradas, aun cuando fuera por sólo un instante?
17. ¿Cómo pudieran haber afectado los mandamientos de Dios respecto a las “cosas sagradas” la actitud de los levitas
hacia Dios mismo?
¡Aplica la VERDAD!
Números 4:49 concluye diciendo que “Conforme al mandato del SEÑOR por medio de Moisés, a cada
uno se le asignó lo que tenía que hacer y transportar.” Los levitas fueron apartados
para las tareas sagradas—no para predicar ni dirigir—sino para servir y cargar. Desde nuestra perspectiva,
servir y cargar no siempre es importante. Pero ante los ojos de Dios, sí son importantes. Esta semana, pide a
Dios oportunidades de servir o ayudar a llevar la carga de otros. Cualquier cosa que Él te asigne, ten la
seguridad de que es importante y santo. Prepárate para compartir acerca de esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 15 Comentario
Piensa en Dios en el centro. Dios ordenó que el tabernáculo—donde moraba la presencia de Él—
estuviera en el centro del campamento. Las tiendas en las que vivía la gente tenían el frente hacia el
tabernáculo. Al salir de sus tiendas cada mañana, lo primero que veían era el tabernáculo con la
columna de nube arriba. Lo último que veían antes de acostarse
en la noche era el fuego de la presencia de Dios iluminando el tabernáculo (véase Éxodo 40:38). La vida con
Dios en el centro es la manera como Dios la diseñó. ¿Cuál es el centro de atención en tu vida? ¿Qué es lo
primero que ves cada mañana y lo último que ves en la noche?
Dios también dio a Israel instrucciones acerca de la manera de avanzar. Cuando Él los movía, el grupo del
oriente, encabezado por la tribu de Judá, debía salir primero. Este grupo contenía el número más grande de
hombres de guerra: 186,400. Les seguía la tribu de Rubén. El tabernáculo mismo, rodeado por los levitas iba
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 15 4
después. El tabernáculo permanecía en el centro, aun cuando estaban en movimiento. Era seguido por las
tribus de Efraín, con el grupo del norte, encabezado por Dan, en la retaguardia.
Dios apartó a los Levitas para que fueran Sus representantes en Israel. Los tres hijos de Leví llegaron a ser tres
grandes clanes: Gersón, Coat y Merari. Los gersonitas acampaban del lado occidental del tabernáculo. Ellos
eran responsables de la estructura del tabernáculo. Los parientes de Merari acampaban del lado norte del
Tabernáculo. Ellos se encargaban de las tablas, barras y columnas del tabernáculo.
Aarón, el primer sumo sacerdote de Israel, era de la tribu de los coatitas. Todos los futuros sumos sacerdotes
vendrían de este clan y descendían directamente de Aarón. Los sacerdotes que servían en el tabernáculo, eran
todos de Coat. Este segmento sacerdotal de los levitas era el que ocupaba la posición de mayor honor en el
campamento. Ellos protegían la entrada del tabernáculo en el lado oriente del campamento. También había
coatitas que no eran sacerdotes. Ellos estaban encargados del lado sur del tabernáculo. Ellos cuidaban del arca
del pacto y el resto del mobiliario, así como los altares y los utensilios sacerdotales.
Cualquier israelita podía entrar al atrio del tabernáculo. Sin embargo, sólo los sacerdotes podían entrar a la
tienda misma, el lugar santo. Ellos estaban encargados de “las cosas más santas,” incluyendo el arca, el
candelero y los altares. Cuando el campamento se preparaba para moverse, Aarón y sus hijos debían empacar
estos artículos sagrados. Envolvían cada pieza en telas de colores. Si alguien que no fuera sacerdote se atrevía
siquiera a mirar a estas cosas sagradas, moriría. Una vez que los artículos sagrados estuvieran envueltos y a
salvo, los coatitas que no eran sacerdotes los transportaban, usando varas o un armazón para cargarlos. ¿Por
qué se requería de tanta precaución? Las cosas sagradas representaban al Dios santo. Como tales, no debían
manejarse descuidadamente, como se manejarían cosas comunes. Eran una clara demostración de la santidad
y separación de Dios.
Piensa en la santidad de Dios. El arca del pacto era el lugar donde moraba la presencia de Dios.
Sólo Aarón y sus hijos podían ver y cuidar del arca y las otras cosas sagradas utilizadas en el culto a
Dios. Si alguien más llegara a mirar estas cosas, moriría.
Diariamente, estas severas instrucciones recordaban claramente al pueblo quién es Dios.
Él es alto y exaltado. Él es absolutamente perfecto. Él es completamente impecable. Nadie se puede
comparar con Él. Él no debe ser tomado a la ligera ni con descuido.
Dios le dijo a Moisés que tomara un censo separado de los varones levitas mayores de un mes de edad.
Durante la décima plaga de Egipto, Dios quitó la vida a todos los varones primogénitos de Egipto mientras
que libró a los primogénitos de Israel por medio de la sangre del cordero pascual. Como recordatorio, Dios
requirió que los primogénitos de Israel—tanto de hijos como de animales—le fueran dedicados a Él (véase
Éxodo 13:2). Cuando los levitas fueron ordenados para servicio al Señor después del incidente del becerro de
oro, (véase Éxodo 32:28- 29), Dios los usó para sustituir a los primogénitos. Sin embargo, había 22,273 hijos
primogénitos pero sólo 22,000 levitas. Dios ordenó que los faltantes fueran completados redimiéndolos a un
precio de cinco ciclos cada uno.
Números 4 describe otro censo más. Éste también era para los levitas. Sin embargo, en este censo eran
contados únicamente los hombres entre las edades de 30 y 50 años. Para ser contados, los varones también
debían ser físicamente capaces de hacer todo el trabajo del tabernáculo. Desarmar, empacar y transportar el
tabernáculo requería de mucho trabajo y coordinación. Los coatitas tenían el trabajo más pesado y más
peligroso. Si ellos manejaban mal los artículos sagrados, la pena era muerte. Los clanes de Gersón y Merari
también tenían funciones importantes. En total, eran 8,580 hombres los que estaban involucrados en el
ministerio del tabernáculo.
Personaliza la VERDAD!
El cuidado del lugar donde moraba la presencia de Dios era una responsabilidad enorme. Se hacía con
reverencia y gran cuidado. En la actualidad, Dios mora en nosotros (véase Juan 1:14). Al reflexionar
sobre esta asombrosa verdad, considera el cuidado que dedicas al
tabernáculo de tu corazón. ¿Tu corazón está libre de impurezas y distracciones? ¿Recibes a Dios con reverencia y
sin prisas? Al encontrarte con Dios en esta semana, recuerda Su santidad. Prepara adecuadamente tu corazón.
¿Cómo afecta esta preparación tu manera de experimentarlo a Él y relacionarte con Él?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
Pureza y Dedicación
¡Memoriza la VERDAD!
“Sean santos, porque yo, el SEÑOR su Dios, soy santo.” Levítico 19:2a
2. ¿Dónde ves aplicado en la actualidad el principio descrito en 5:1-4? ¿Por qué es importante?
3. En pocas palabras, resume los principios que Dios dio a Israel en 5:5-10.
4. ¿Cómo proveyeron justicia, tanto para el hombre como para la mujer, las instrucciones que Dios dio en 5:11-31?
¡Aprende la VERDAD!
Dios quería que Su pueblo se tratara entre ellos de manera justa. ¿Él no quería que los cónyuges fueran
infieles unos con otros. No quería que las personas se robaran unos a otros.
Cuando las personas se ofendían unos a otros, Él quería que repararan la relación. ¿Tienes tú alguna relación
que necesita ser reparada? ¿Necesitas confesar pecados? ¿Tienes algo que debes restituir? Pide a Dios que te
muestre cualquier relación que Él quiere que atiendas. Luego haz lo que Él te indique para corregir las cosas.
Prepárate para hablar acerca de esto con tu Grupo Pequeño.
7. ¿Qué te sugiere este pasaje respecto a lo serio de hacer un voto para Dios?
10. ¿Alguna vez has pronunciado o recibido una bendición verbal? ¿Cómo fue esa experiencia para ti?
12. Los israelitas acababan de salir de la esclavitud en Egipto. ¿Cómo eran capaces de presentar ofrendas tan
espléndidas al Señor? (Repasa Éxodo 12:35-36.)
13. Al terminar la dedicación del tabernáculo, ¿adónde fue Moisés para hablar con el Señor? ¿Desde dónde respondió el
Señor?
15. Describe la ceremonia pública en la que los levitas debían ser consagrados a Dios.
16. Primera de Pedro 2:9 dice que todo el que confía en Jesús es parte del “sacerdocio real” de Dios. ¿De qué maneras
ha sido consagrada a Dios tu vida? ¿En qué sentido estás “separado” de los demás?
¡Aplica la VERDAD!
Cuando Dios sacó a los israelitas de Egipto, les dio favor ante los egipcios para que cuando les
pidieran plata u oro, los egipcios lo dieran. En esta lección vemos por qué:
Dios había bendecido a Su pueblo para que posteriormente, ellos pudieran bendecirlo a Él devolviéndole lo
que les había sido dado. Piensa en maneras en las que Dios te ha bendecido. ¿Te ha dado dones espirituales?
¿Más posesiones o dinero del que necesitas? ¿Tiempo de sobra? Él te da estas cosas para que puedas ser
bendición para Él y para otros. Pídele que Él te muestre cómo puedes compartir estos dones con alguien más
en esta semana—luego aplica lo que Él te muestre. Prepárate para compartir acerca de esto con tu Grupo
Pequeño.
Lección 16 Comentario
Pureza y Dedicación
Números 5:1–8:26
Para preparar a los israelitas para entrar a Canaán, Dios puso aparte tanto al pueblo como al tabernáculo donde
ellos lo buscarían. Esta consagración requirió de limpieza, y Dios es el único que puede proveer tal
purificación.
La inmundicia a la que se refieren estos versículos es ceremonial, no moral. Los israelitas podían
contaminarse ceremonialmente por alguna enfermedad o emisión corporal y aun así amar a Dios y querer
tener comunión con Él. Pero no se les permitía acercarse a la presencia del Señor. Más bien, tenían que vivir
fuera del campamento hasta que dejaran de estar impuros.
Piensa en contener infecciones. La lepra es contagiosa. Al enviar a los leprosos fuera del
campamento, lejos de la población sana, se evitaba que la enfermedad se diseminara. Vemos la
sabiduría práctica del mandamiento de Dios cuando, aún hoy, aislamos a las personas que
tienen infecciones peligrosas hasta que se recuperen.
Además, la lepra es una imagen fuertemente representativa de la naturaleza destructiva del pecado. Si no se
confronta al pecado, se disemina. Dios quiere que Su pueblo sea puro y esté protegido física y
espiritualmente.
En 5:5, la instrucción de Dios pasa de la limpieza ritual a la infidelidad espiritual. Él requería que cualquiera
que se hubiera apartado de la fe en Él y hubiera pecado, confesara su pecado e hiciera restitución. Si habían
robado, tenían que devolver lo robado y agregar otra quinta parte como castigo (véase también Levítico 6:1-
7). Ellos pagaban la sanción a la persona cuyos bienes habían robado, o a sus parientes cercanos. Si no
hubiera pariente cercano, el pago se hacía al sacerdote.
Los versículos 11-20 se refieren a la sospecha de adulterio. La infidelidad al cónyuge es una ofensa seria
contra Dios. Como el adulterio típicamente ocurre sin testigos, Dios diseñó una prueba para determinar si ha
habido infidelidad. Si un marido sospechara que su esposa hubiera sido infiel, no debía acusarla públicamente.
Más bien debía llevarla al sacerdote para una prueba de fidelidad. La esposa no sería juzgada por su marido ni
por la opinión pública. Más bien, estaba en manos del Dios justo y santo. Una mujer inocente no tenía nada
que temer.
El Voto Nazareo
Números 6–8 desarrollan el tema de la consagración. Consagrar es apartar para el servicio a Dios. Los
israelitas pertenecían a Dios. Vivían en una relación de pacto con Él. Sin embargo, en ocasiones los
individuos querían tomar un voto personal de consagración a Dios. Estos votos eran voluntarios y
generalmente temporales.
Números 6:2 introduce este tipo especial de voto. El que los hace es un “nazareo,” que significa “separado.”
La mayoría de las personas hacían este voto por un tiempo limitado. Sin embargo, tres personas mencionadas
en las Escrituras fueron nazareos de por vida: Sansón, Samuel y Juan Bautista.
Durante el período de su voto, el nazareo evitaba ciertas cosas. Ayunaban de todos los productos de la vid:
vino, vinagre, jugo de uva, uvas. También evitaban cortarse el pelo. Finalmente, el nazareo debía evitar
contaminarse ritualmente por acercarse a un cuerpo muerto. Si el nazareo llegaba a estar en presencia de
alguna persona que muriera súbitamente, el voto tenía que suspenderse y tomarse de nuevo.
Piensa en ir más allá de los que Dios requiere. Dios no exigía que las personas tomaran el voto de
nazareo. Pero algunas personas, por amor a Él, eligieron hacerlo. Para mostrar su amor compromiso
con Él, hicieron más de lo que Él exigía. Aunque la mayoría de nosotros no eligiremos tomar
semejante voto en la actualidad, hay un principio que hay
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 16 4
que considerar. ¿Ofrecemos nuestro amor a Dios y nuestro servicio a Él por deber o por devoción? Dios se
agrada cuando hacemos más de lo que Él nos pide, tan sólo porque le amamos.
Después de estas instrucciones, el Señor les dio a Aarón y a sus hijos una bendición especial. Era para toda la
congregación. Al dar esta bendición, los sacerdotes debían usar el nombre personal de Dios, Yahvé. Luego
debían pronunciar las siguientes palabras: “El S EÑOR te bendiga y te guarde; el SEÑOR te mire con agrado y te
extienda su amor; el SEÑOR te muestre su favor paz.”
La última palabra de esta bendición en hebreo, shalom, es muy rica. Además de ausencia de conflicto,
significa “prosperidad, bienestar, salud, seguridad.” Sugiere plenitud. Dios anhelaba poner aparte a Israel, no
sólo por Sus reglas, sino por Su bondad y tierno cuidado al suplir sus necesidades. Dios prescribió esta
bendición sacerdotal como una manera de colocar Su nombre sobre Su pueblo. Él los identificó como Su
pueblo mediante todos los beneficios que están asociadas a pertenecer totalmente a Él.
Los regalos eran muy espléndidos: platos de plata, ollas de oro, harina fina, incienso, y muchos animales.
Números 7 nos ayuda a apreciar la medida de los regalos que los egipcios dieron a los israelitas al salir (véase
Éxodo 12:35-36). Éstos no eran artículos que típicamente hubieran poseído unos esclavos. Procedían de los
egipcios, cuyos corazones habían sido movidos por Dios para dar generosamente a Su pueblo.
La ceremonia de las ofrendas fue un evento grandioso que se prolongó por 12 días. Números 7 menciona al
líder de cada tribu por nombre. Se hizo un registro meticuloso de cada ofrenda. Este listado nos enseña algo
acerca de Dios: Él tomó nota de cada dádiva y de cada dador. Su generosidad tenía tanta importancia para Él
como para que lo registrara en Su santa Palabra.
Al final de esta celebración, Moisés entró al tabernáculo recién consagrado. Al hacerlo, “escuchó su voz de
entre los dos querubines, desde la cubierta del propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto.” Moisés habló
a Dios y Dios le habló a él. Dios había bendecido el tabernáculo con Su presencia personal. Como
manifestación de esto, les dijo a Moisés y Aarón que colocaran el candelabro en el Lugar Santo. Uno de los
regalos más grandes de Dios a Israel y a todos los creyentes es iluminar nuestros lugares oscuros: “Tú,
SEÑOR, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas” (Salmo 18:28).
Todo el pueblo participó en la ceremonia. Se reunieron frente al tabernáculo y les impusieron las manos a los
levitas, reconociendo formalmente que los levitas los representaban ante Dios. El Sumo Sacerdote Aarón los
presentó entonces a Dios como una ofrenda. Los levitas son ejemplos para nosotros de los que significa ser un
“sacrificio vivo.” El Nuevo Testamento amplía este llamamiento a todo creyente: “Por lo tanto, hermanos,
tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca
su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Romanos 12:1).
¡Personaliza la VERDAD!
Números 7:89 describe una conversación entre Dios y Moisés. Moisés habló al Señor y el Señor
le habló a él. ¿Tu relación con Dios incluye tanto hablar como escuchar, como en el caso de Moisés? ¿De qué
manera podrías poner más atención sobre escuchar a Dios? Esta semana, cuando hables con Dios, invítalo a
Él a hablarte a ti también. Él hace esto por medio de Su Palabra y por medio de Su Espíritu Santo que vive en
cada creyente. ¿Cómo cambia tu capacidad para oír la voz de Dios, cuando escuchas mientras oras (véase
Juan 10:16)?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
Un Pueblo Santo
¡Memoriza la VERDAD!
“El SEÑOR le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: Sean
santos, porque yo, el SEÑOR su Dios, soy santo.” Levítico 19:2
2. ¿Qué exigía Dios siempre que los israelitas mataran animales? ¿Cómo pudiera este requisito ayudar a la gente a
recordar y a reverenciar a Dios?
¡Aprende la VERDAD!
Dios mandó a los israelitas que fueran santos porque Él es santo. Ser santo significa ser diferente a
la gente que no conoce a Dios. Significa vivir conforme a una norma diferente—y más elevada. Considera
delante de Dios tu propia vida. ¿Tus palabras, hábitos, actitudes y conductas te marcan como diferente a
quienes no conocen a Dios? El pueblo de Dios no debe confundirse con el mundo—debe ser diferente.
Pregunta a Dios si Él quiere que hagas algún cambio. Luego obedécele—¡porque Él es santo! Prepárate para
hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
6. ¿Qué razones crees que haya para que Dios le asigne tanta importancia a la sangre? De ser posible, menciona bases
bíblicas para apoyar tu respuesta.
8. Según 19:8, ¿qué instrucciones específicas dio Dios para vivir una vida santa?
9. ¿Cómo podríamos aplicar el principio de 19:9-10 en la actualidad, aunque no seamos viñadores o agricultores?
11. ¿Qué mandamientos encuentras en 19:13-16? ¿Qué dicen respecto al carácter de Dios y lo que Él valora?
12. ¿Cómo expresarías en tus propias palabras el mandamiento dado en 19:17? ¿De qué manera se propiciarían mejores
relaciones si obedeciéramos este mandamiento?
13. ¿Qué mandamientos y prohibiciones dio Dios, según 19:18? ¿De qué manera nos ayudaría a evitar las actitudes y
conductas negativas mencionadas en la primera parte del versículo si viviéramos conforme al mandamiento
positivo?
15. ¿Qué frase se repite a través de todo este pasaje? ¿Cuántas veces la encuentras? ¿Por qué podría ser que Dios quiso
recalcar este punto?
16. ¿Cuáles de los mandamientos en este pasaje muestran el cuidado de Dios por las personas a quienes la sociedad
tiende a olvidar o maltratar? ¿Alguno de estos mandamientos te desafían o te alientan a ti personalmente? Explica.
¡Aplica la VERDAD!
Esta lección muestra lo normal y lo práctico que debe ser nuestra santidad. Repasa los
mandamientos que Dios dio en Levítico 19. Anota algunos que te llamaron la atención.
Luego encierra en círculo el que Dios pareciera estarte invitando a obedecer más completamente. Pregúntale
a Dios cómo quisiera Él que aplicaras ese mandamiento esta semana en una situación específica. Luego
aplícalo. Prepárate para compartir acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 17 Comentario
Un Pueblo Santo
Levítico 17 y 19
Dios llama a Su pueblo a ser santo porque Él es santo. En Levítico 17 y 19, Dios describió cómo debían vivir
los israelitas la santidad día a día. Muchos de estos mandamientos hubieran parecido radicales en contraste
con la manera en la que vivían los pueblos de las naciones que los rodeaban. Estas distinciones marcaban a
los israelitas como pertenencia exclusiva de Dios.
Cualquier israelita o extranjero que ofreciera un sacrificio fuera del tabernáculo debía ser cortado de entre su
pueblo. Sin embargo, cuando el pueblo se repartió en todo Canaán, Dios hizo provisión para sacrificio de
animales que no fuera para ofrenda sino para consumo de la carne (véase Deuteronomio 12:20-25). Los que
vivían demasiado retirado del tabernáculo (o, posteriormente, del templo) podían comer carne cuando
quisieran. Lo podían consumir en sus propios pueblos, sin tener que ofrecerlo en el tabernáculo.
Piensa en la sangre preciosa de Jesús. El castigo por el pecado es la muerte (véase Romanos 6:23).
Como pecadores todos merecemos la pena de muerte. Pero, desde el principio, Dios manifestó
misericordia. En los tiempos de Moisés, Él permitió el derramamiento de la sangre de un animal
inocente en lugar del pecador culpable. El
animal moría por pecados que no había cometido. Muchos de nosotros nos lamentamos el
derramamiento de sangre inocente, la pérdida de una vida inocente. Pero cuánto más se conmueve
nuestro corazón por el hecho de que Jesús, impecable, “un cordero sin mancha ni arruga,” ¡dio Su
preciosa sangre vital por nosotos (1 Pedro 1:19)!
Santidad Cotidiana
Los israelitas debían ser distintos en su manera de relacionarse con Dios y unos con otros. Levítico 19
comienza con cuatro ejemplos prácticos de la conducta santa que Dios esperaba de Su pueblo. Cada una de
estas conductas marcaba a Israel como diferente a las naciones alrededor. La primera era honrar a los padres y
guardar el sábado. La santidad comienza con un respeto por los padres. La reverencia por los padres era el
primer deber social del israelita. Su primer deber religioso era observar el sábado.
El tercer mandamiento dado en Levítico 19 tenía que ver con el culto apropiado: “No se vuelvan a los ídolos
inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido.” Los israelitas no debían adorar a ninguno de los ídolos locales,
ni debían crear sus propios ídolos. La razón de esto era muy sencilla: “Yo soy el Señor tu Dios.” El único
Dios verdadero no iba a competir por el culto de Israel. Sólo Él era digno. El cuarto mandamiento en este
capítulo especificaba que el alimento ofrecido a Dios no debía ser tratado como algo común. Las ofrendas de
paz debían ser consumidas el día que se ofrecían, o al día siguiente. Consumir una ofrenda de alimentos
después del segundo día era “profanar lo que es santo para el Señor,” en otras palabras, volverlo común.
Los versículos 9-18 contienen reglas en cuanto a la manera en que el israelita debía tratar a su prójimo.
Primero, el pueblo de Dios debía ser generoso. Debían dejar algo de la cosecha en sus campos y uvas en la vid
para que los pobres pudieran recogerlos y comer. Dios se preocupaba por los pobres, y Él quería que Israel los
cuidara también (véase también Levítico 23:22). Después de esto, Dios le recordó a Su pueblo que no robara,
que no estafara, ni se mintieran unos a otros. Hacer estas cosas sería deshonrar el nombre de Él.
El siguiente conjunto de mandamientos tenían que ver con la justicia. Los fuertes no debían explotar a los
débiles. Los amos debían pagar a sus trabajadores cada día y no retenerles nada de dinero. Los sanos y fuertes
no
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 17 4
debían maldecir a los sordos o ciegos. Los jueces debían conceder juicios justos y tratar a las personas con
imparcialidad. La comunidad debía evitar la calumnia que pudiera conducir a falsas acusaciones contra los
inocentes. El pueblo de Dios debía conducirse como si Él estuviera observando todo lo que hacían—porque de
hecho lo estaba haciendo.
El siguiente conjunto de mandamientos establecían que hasta los pensamientos de una persona debían ser
puros. Los israelitas no debían odiarse unos a otros. Cuando surgiera un conflicto, debían “razonar
honestamente” unos con otros. Pero no debían aferrarse a los resentimientos. No debían buscar venganza. Ni
siquiera debían “guardar rencor” contra otros. La última parte del versículo 19:18 resume todos estos
mandamientos: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Jesús repetiría estas palabras siglos más tarde en lo
que ahora conocemos como el segundo gran mandamiento (véase Marcos 12:31).
Piensa en la diferencia entre evitar conflictos y resolverlos. Callar para evitar un conflicto
frecuentemente conduce a ira, amargura y odio. La solución de Dios es “razonar honestamente” con
la persona o personas que nos hayan ofendido. Él quiere que resolvamos, no sólo evitemos, el
conflicto. Jesús amplió este mandamiento cuando dijo:
“Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta” (Mateo 18:15)—y luego dio
instrucciones adicionales en cuando a lo que se debía hacer si el conflicto persiste sin resolver. Dios nos
llama a hablar la verdad en amor. Él nos llama a resolver los conflictos y no sólo a evitarlos.
Más Leyes para Permanecer Diferentes
El lema principal de Levítico es: “Sean santos.” Cuando Dios creó el mundo, Él estableció límites. Él separó
la luz de las tinieblas, el hombre de la mujer. Él puso a la humanidad aparte del resto de la creación. Dios
quería que Israel respetara lineamientos y distinciones también, hasta en asuntos tan ordinarios como la
agricultura, la costura, la cría de animales y la presentación personal.
El pueblo de Dios no debía cruzar diferentes razas de ganado. No debían sembrar cultivos diferentes lado a
lado. Las prendas no debían confeccionarse de diversos tipos de géneros. Estas distinciones nos pudieran
parecer extrañas a nosotros, pero servían para recordarle a la nación que estaban apartados. El pueblo de Dios
también debía ser diferente en cuando a su apariencia. Dios estableció reglas respecto al cabello, barbas,
tatuajes y hacerse heridas en el cuerpo. No debían seguir la práctica cananea de vender a sus hijas para
prostitución. Debían proteger su tierra de la depravación. Debían evitar a los adivinos y hechiceros. Estas
leyes distinguían a Israel de las naciones paganas.
Como vimos antes, Israel sería diferente en cuanto a su manera de tratar a la gente. Dios les ordenó que
honraran a los ancianos y que fueran amables con los extranjeros. Debían amar incluso a los no judíos como a
sí mismos. Ésta sería una conducta radical para quienes vivían en clanes tan íntimamente unidos. Sin embargo,
Dios quería que ellos cuidaran a los extranjeros, ya que ellos también habían sido extranjeros en Egipto. Dios
también quería que Su pueblo hiciera tratos comerciales justos. No debían estafar a otros mediante el uso de
normas y medidas cuestionables. Sus tratos debían ser justos y honestos.
Levítico 19 termina con un último encargo: “Obedezcan todos mis estatutos. Pongan por obra todos mis
preceptos. Yo soy el SEÑOR.” En todas las cosas, los israelitas debían honrar a Dios, quien les había amado y
rescatado, mediante vidas de santidad.
¡Personaliza la VERDAD!
¿Recuerdas con cuánta frecuencia Dios dijo: “Yo soy el S EÑOR” después de dar un
mandamiento? La motivación más pura para la obediencia se puede resumir en
cuatro palabras: “Yo soy el SEÑOR.” Piensa en tu motivación para obedecer a Dios.
¿Obedeces para evitar el castigo? ¿Para recibir bendición? ¿U obedeces simplemente porque Dios es
Dios y Él merece ser honrado? Esta semana, ofrece tu obediencia a Dios como un acto de adoración.
¿Cómo afecta esto tu actitud respecto a la obediencia?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué palabra fuerte usó Dios para describir este pecado, según 20:5? ¿Por qué describiría este pecado de esta
manera?
3. ¿Hay algún pecado que toleras en tu vida? ¿Qué acción pudiera estarte pidiendo Dios que tomes en cuanto a esto?
¡Aprende la VERDAD!
Jesús valora muy altamente a los niñitos. Él dijo que cualquiera que daña espiritualmente a un niño
está en grave peligro: “Más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo
profundo del mar” (Mateo 18:6). Considera tu actitud hacia los niños en tu familia y en tu comunidad. ¿Los
proteges? ¿Les estás ayudando a crecer sanos física y espiritualmente? ¿Hay cambios que necesitas hacer?
Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
5. ¿Por qué crees que las personas buscan a quienes practican el ocultismo? ¿Por qué los seguidores de Jesús nunca
necesitan hacer eso?
6. Según 20:7, ¿por qué debían las personas ser consagradas y santas? En tus propias palabras, ¿cómo explicarías lo
que esto significa?
7. ¿Cuál era la pena para los hijos que maldecían a sus padres? Repasa Éxodo 20:12. ¿Qué prometió Dios a los hijos
que honraban a sus padres?
9. El pecado sexual era común en la cultura cananea alrededor de Israel. ¿Por qué es importante que el pueblo de Dios
viva conforme a normas más elevadas que las personas de la cultura impía que les rodea?
10. Israel era una teocracia—esto significa que Dios era el rey de Israel. Él hizo las leyes. En la actualidad, vivimos en
naciones gobernadas por autoridades humanas. Nosotros no tenemos la autoridad para administrar la justicia—la
tienen nuestros líderes. No obstante, el pecado sexual tiene consecuencias serias. ¿Cuáles son algunas de las
consecuencias que tú recuerdas?
Nota: Ser “eliminado” de la comunidad pudiera referirse a ejecución, pero más probablemente se refiere al exilio.
12. ¿Por qué sería un castigo severo la exclusión de la comunidad?
13. El Nuevo Testamento también prohíbe pecado sexual. Nuestro versículo de memorización explica una razón
importante. ¿Cuál es esa razón?
15. ¿Cómo describió Dios la tierra que heredarían los israelitas? ¿Qué crees que significaría esto?
16. ¿Qué tema se repite en 20:24-26? ¿Por qué crees que se hace énfasis en esto?
¡Aplica la VERDAD!
Dios nos llama a separarnos del mundo para que podamos estar dedicados por completo a Él.
Pídele que Él te examine y te muestre áreas en las que te has conformado a “las
costumbres de la nación” (Levítico 20:23) en lugar de conformarte a la vida santa de Él. Si Él te muestra algo,
confiésalo, luego pídele que Él te ayude a dejarlo para que puedas dedicarte más completamente a Él.
Prepárate para compartir acerca de esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 18 Comentario
Piensa en la santidad. Cuando decimos que Dios es santo, nos referimos a que Él es distinto
a todo y a todos los demás. Nada ni nadie jamás podrá compararse con la perfección de Él
(véase Salmo 40:5). Pero, ¡Dios repetidas veces nos dice a nosotros también que seamos
santos! (Véase Levítico 19:2; Efesios 1:4; 1 Pedro 1:16.) ¿Cómo
puede el ser humano pecaminoso aspirar a semejante santidad? No podemos—aparte de Jesús. Pero cuando
recibimos Su salvación, Él cancela nuestro pecado, nos llena de Su Espíritu, y poco a poco, nos hace más
como es Él. A nosotros nos corresponde aceptar Su salvación y aceptar las normas de Él, no las del mundo. A
medida que nos apartamos para Él, Él nos hace santos.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 18 4
El siguiente tema que trata este capítulo es el de los hijos rebeldes. En el 5o mandamiento, Dios había
mostrado el alto valor que Él asigna al respeto por los padres. Aquí, Él enumera las consecuencias por
desobedecer este mandamiento: muerte. Esto consiste en más que sólo una palabra áspera ocasional contra
los padres. Es más probable que se refiera a un acto serio de rebeldía.
Piensa en la influencia que tiene el pueblo de Dios sobre su cultura. Mientras Dios quizá no llame
a todos los creyentes en la actualidad a expulsar literalmente a los malvados (véase Levítico 20:23),
sí nos llama a ser sal y luz en un mundo oscuro (véase Mateo 5:13- 16). En lugar de imitar el pecado
que nos rodea, podemos permitir que “nuestra luz brille
ante otros” para señalarles a Él por medio de nuestras vidas santas, cristianas.
¡Personaliza la VERDAD!
Los israelitas tenían ante ellos una “tierra que fluía leche y miel.” Si iban a entrar a poseerla,
necesitaban aprender a vivir como Dios manda. Si vivían conforme a las
costumbres de las naciones que los rodeaban, ¡la tierra los vomitaría! ¿Te está preparando Dios para alguna
nueva área de bendición? ¿Qué percibes que Él te está pidiendo que hagas para prepararte? Pídele que te
muestre cualquier cosa de la que debes separarte. Luego invítalo a Él a guiarte hacia las cosas buenas que Él
tiene planeadas para ti.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Cómo decidió Moisés qué hacer respecto a la petición de ellos? ¿Qué te enseña el ejemplo de él que podrías aplicar
a tu propia toma de decisiones o liderazgo?
3. ¿Qué representaba la nube sobre el tabernáculo? (Repasa Éxodo 40:34-38.) ¿De qué manera servía la nube para
guiar a la gente?
¡Aprende la VERDAD!
Dios guió a Su pueblo. Respondió a la petición de Moisés pidiendo sabiduría. Dirigió a la
congregación yendo delante de ellos en la nube. Esta semana haz un esfuerzo por seguir la dirección de Dios
y ser guiado por Él. ¿Cómo cambia esto las cosas? Prepárate para comentar acerca de esto en tu Grupo
Pequeño.
6. Trata de visualizar la escena descrita en estos versículos. ¿Qué detalles vienen a tu mente?
8. ¿Qué puedes aprender acerca del liderazgo por la interacción de Moisés con Hobab?
9. ¿Cómo demuestra la oración que hacía Moisés cada vez que el arca emprendía un viaje, su dependencia de Dios?
11. Según 11:4-6, ¿qué indica que el pueblo aún no había aprendido su lección?
12. ¿Cómo respondió Moisés a la queja del pueblo y la ira del Señor en esta ocasión? ¿Qué te llama la atención de su
respuesta?
13. ¿Cómo respondió Dios a Moisés? ¿Te sorprende que Dios haya respondido a Moisés como lo hizo? ¿Qué te dice
esto acerca de Dios?
15. ¿Cómo les mostró Dios al pueblo Su desagrado? ¿Por qué estaba Dios irritado?
16. ¿Cómo respondió Josué a los que hizo Dios por Elda y Medad? ¿Cómo respondió Dios a Josué?
17. El Señor respondió a la gente que demandaba carne (véase 11:4-6) pero no resultó tan bien como ellos esperaban.
¿Por qué no? ¿Qué aprendes de este incidente?
¡Aplica la VERDAD!
Cuando Dios se movía, la gente se movía. Cuando Dios se detenía el pueblo se detenía. De la
misma manera, nosotros somos llamados a “mantenernos en sintonía con el
Espíritu” (Gálatas 5:25). ¿Tiendes a adelantarte a Dios? ¿A veces te quedas atrás de Él? Toma un minuto
para reflexionar respecto a tus respuestas a estas preguntas, luego pregúntale qué podrías hacer para estar
más en sintonía con Él. Prepárate para hablar sobre esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 19 Comentario
Celebración de la Pascua
Números no está escrito en orden estrictamente cronológico. La Pascua descrita en el capítulo 9 ocurrió el día
14 del primer mes. El censo registrado en 1:1 se realizó posteriormente, el primer día del segundo mes. Veinte
días después de que se hizo el censo, Israel salió de Sinaí. Todos los eventos ocurrieron un año después de que
los israelitas huyeron de Egipto.
Antes de que salieran para Sinaí, los israelitas celebraron su primera Pascua. Dios le había dado instrucciones
a Moisés respecto a esta Pascua en cuanto el pueblo hubo cruzado a salvo el Mar Rojo. Había llegado el
momento de seguir esas instrucciones. En el momento señalado, el día 14 del primer mes, los israelitas
celebraron la Pascua tal como Dios había ordenado.
Cuando algunos de los hombres no pudieron celebrar la Pascua porque no estaban ceremonialmente limpios,
apelaron a Moisés. No querían ser excluidos de este memorial tan importante. Moisés preguntó a Dios qué
debían hacer. Dios les permitió observar la Pascua un mes más tarde. Esta opción estaría abierta para
cualquiera que hubiera estado inmundo o anduviera en un largo viaje durante la Pascua. Pero esta fecha
alternativa para la Pascua era únicamente para aquellos que estuvieran inmundos o de viaje.
Salida de Sinaí
Después de acampar en Sinaí durante casi 14 meses, Israel comenzó su viaje rumbo a la Tierra Prometida.
Dios los organizó por familias, clanes y tribus. La tribu de Judá iba adelante, y las otras tribus le seguían en
orden. Moisés apeló a Hobab, (quien aparentemente era su cuñado) para que viajara con ellos. La familiaridad
de Hobab con la tierra sería útil para ellos. Jueces 1:16 sugiere que Hobab finalmente aceptó.
Cada vez que el pueblo salía, cargando con el Arca del Pacto, Moisés oraba: “¡Levántate, S EÑOR! Sean
dispersados tus enemigos; huyan de tu presencia los que te odian.” (Números 10:35). Este “grito de batalla”
les recordaba que necesitaban depender totalmente de Dios al marchar hacia una tierra por la que tendrían que
pelear para conquistarla. Además, la oración de Moisés los motivaba, recordándoles que Dios mismo iba
delante de ellos, preparando el camino. En el lugar en que se detenían cada día, Moisés oraba:
“¡Regresa, SEÑOR, a la incontable muchedumbre de Israel!” La presencia de Dios sería un consuelo al
reposar, así como Su fuerza había sido un consuelo en el viaje.
Piensa en la dependencia de Dios. Moisés era muy claro en cuanto a su dependencia de Dios. En
Éxodo 33:15 vimos que le dijo a Dios: “O vas con todos nosotros, o mejor no nos hagas salir de
aquí.” Y aquí en Números 10:35-36 vemos que inicia y concluye cada día
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 19 4
con una plegaria de que Dios esté con ellos. ¿Cómo podrías tú invitar más de la presencia de Dios a tus idas y
venidas cotidianas?
Murmurando de Nuevo
El viaje de los israelitas a través del desierto fue un gran reto. Pronto se empezaron a quejar de nuevo. Es
cierto, las condiciones eran difíciles. El agua era escasa y los enemigos abundaban. Pero Dios quería que Su
pueblo confiara en Él, no que temieran y se quejaran. Dios se enojó debido a las quejas y la desconfianza de
Israel. Él envió fuego al campamento, haciendo que la gente clamara a Moisés para que intercediera por ellos.
En cuanto Moisés oró, el fuego se apagó.
Poco tiempo después, algunos miembros de la caravana empezaron a quejarse del maná que Dios había
provisto. Llorando, clamaron: “¡Quién nos diera carne!” Mientras el pueblo se quejaba, la ira del Señor se
encendió contra ellos. En desesperación Moisés le pidió a Dios que le ayudara o lo matara. Dios prometió
ayudarle. Le dijo a Moisés que le trajera a 70 líderes al tabernáculo de reunión. Dios tomaría algo del poder
espiritual que reposaba sobre Moisés y lo compartiría con estos líderes. Serían ungidos para llevar parte de la
carga de Moisés, ayudando a guiar a la comunidad.
Pero Dios también prometió disciplinar a los israelitas quejumbrosos, dándoles lo que habían pedido. Durante
un mes tendrían carne para comer hasta que les saliera por las narices y les provocara náuseas. Moisés no
podía imaginar cómo pudiera Dios proveer carne en semejantes cantidades. La respuesta de Dios le debe
haber recordado la grandeza de aquel a quien él seguía: “¿Acaso el poder del S EÑOR es limitado? ¡Pues ahora
verás si te cumplo o no mi palabra!”
Dios cumplió Su palabra facultando a los 70 ancianos para gobernar. Cuando Su Espíritu cayó sobre ellos,
profetizaron. Dos de estos hombres habían estado afuera de la tienda cuando el Señor los comisionó. Cuando
estos dos empezaron a profetizar, Josué se alarmó. Le pidió a Moisés que los detuviera. La respuesta de
Moisés muestra su humildad y sabiduría: “¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo
del SEÑOR profetizara, y que el SEÑOR pusiera su Espíritu en todos ellos!”
Piensa en compartir la unción de Dios. Las personas en puestos de liderazgo fácilmente pueden
volverse celosos y orgullosos. Pero no así Moisés. Él sabía que Dios elige a quienes Él facultará con
Su Espíritu. Moisés se negó a ponerse celoso cuando Dios
decidió poner Su Espíritu en otras personas—de hecho, él consideraba que entre más personas hubiera con el
poder del Espíritu, mejor sería. Los más grandes líderes espirituales reconocen de dónde viene el don que han
recibido. Sienten gusto, no celos, cuando Dios dispersa Sus dones entre Su pueblo.
Dios cumplió Su promesa y le dio carne a Israel. Un fuerte viento arrastró a tantas codornices al campamento
que se acumularon sobre la tierra hasta alcanzar una altura de “dos codos” (casi un metro). Dios respondió a
su glotonería y su ingratitud con una gran plaga. La plaga cobró las vidas de los que habían sentido el “apetito
voraz.” Como un recordatorio, el lugar donde acamparon se llamó Quibrot-hatavá, un término hebreo que
significa “lugares de entierro del deseo vehemente.”
¡Personaliza la VERDAD!
Cuando el pueblo se quejó contra Dios, Él se enojó. Cuando Moisés se quejó con Dios, Dios
respondió con misericordia. La vida en ocasiones suele ser difícil—Jesús prometió eso (véase Juan 16:33).
Pero lo que hace la diferencia es nuestra manera de responder a los problemas. El pueblo se quejó contra
Dios, manifestando su falta de fe en Él. Pero Moisés llevó sus frustraciones directamente a Dios. ¿Moisés te
enseña algo respecto a la manera de responder ante los problemas? ¿Cómo podrías seguir su ejemplo en tu
propia vida? Pide a Dios que cambie tu corazón en este sentido.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Antes de describir los diferentes días festivos, ¿de qué otras observancias le recordó Dios a Moisés? ¿Por qué crees
que esto era tan importante para Dios?
5. ¿Cuándo podría el pueblo celebrar la Fiesta de las Primicias por primera vez? ¿Por qué tendrían que esperar hasta
entonces?
6. ¿Por qué crees que Dios exigía que el pueblo le ofreciera a Él la primera parte de la cosecha de grano, aun antes de
que ellos mismos hubieran comido?
¡Aprende la VERDAD!
A Dios no le honran nuestras sobras. Él quiere que le glorifiquemos dándole lo primero y lo mejor
de lo que Él nos confía. Cuando le damos a Él la primera parte de nuestras ganancias, mostramos que
confiamos en Él. Podemos darle a Él nuestra ofrenda primero, sabiendo que Él suplirá todo lo que
necesitamos. ¿Cómo puedes practicar la aplicación de este principio en esta semana? Prepárate para hablar
sobre esto en tu Grupo Pequeño.
9. ¿Cómo mostró Dios Su cuidado por los pobres y los forasteros durante la temporada de esta fiesta?
11. ¿Cómo se debían observar cada uno de estos dos días? ¿Qué actitud debía tener la gente en cada uno?
12. Lee Levítico 16. ¿Qué otra cosa aprendiste acerca del Día de Expiación?
13. ¿Cuál hubiera sido la condición de los israelitas si Dios no hubiera provisto un medio para la expiación?
15. ¿Qué hacía que esta fiesta fuera diferente a todas las demás?
¡Aplica la VERDAD!
Los días festivos hebreos eran importantes para Dios. Él dijo: “Son fiestas solemnes en
mi honor” (énfasis añadido). Él las ordenó para Sí Mismo. Fueron idea de Él, y Él deseaba que
fueras observadas. ¿Qué festivos celebras tú? ¿Qué significan para ti? ¿Qué significan para Dios? ¿Habrá algo
que quisieras hacer para conseguir que estos festivos fueran más significativos, tanto para ti como para el
Señor? Cuando llegue el próximo día festivo, recuerda celebrarlo “como para el Señor” (Colosenses 3:23).
Prepárate para comentar esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 20 Comentario
Los tres festivales primaverales se celebraban todos en la misma semana. Primero era la Pascua. Se celebraba
el día 14 del primer mes. (El primer mes corresponde a marzo o abril en el calendario moderno.) La Fiesta de
los Panes sin Levadura le seguía inmediatamente. Este evento de siete días comenzaba el día 15 del primer
mes. Cada día el pueblo presentaba una ofrenda de alimento al Señor. El día primero y séptimo eran sábados,
cuando nadie trabajaba. Durante toda la semana, los israelitas no debían comer nada de pan leudado.
Ambas ocasiones eran recordatorios vívidos del amor de Dios por Israel. Dios había rescatado poderosamente a
los israelitas de la esclavitud en Egipto. La Pascua era un recordatorio del ángel de la muerte que había
pasado de largo a los hogares de los israelitas, librando a sus primogénitos. La Fiesta de los Panes Sin
Levadura recordaba su apresurada huida de Egipto, sin tiempo para dejar que el pan se leudara.
La tercera celebración, la Fiesta de las Primicias, se celebraba durante la semana de la Fiesta de los Panes sin
Levadura. El pueblo celebraría esta fiesta por primera vez cuando llegara a la Tierra Prometida y comenzara a
sembrar y a cosechar allí. Los israelitas debían presentar la primera parte de su cosecha de grano al sacerdote.
El sacerdote lo mecía ante el Señor como una señal de gratitud. Junto con esta ofrenda mecida, se sacrificaba
un cordero macho de un año con ofrendas de grano y vino. El pueblo no debía comer nada de sus primeras
cosechas hasta que hubieran presentado esta ofrenda. Las primicias le recordaban a Israel que Dios debe
recibir la primera prioridad en sus vidas. Debían ofrecerle a Él lo mejor de lo que tenían, y no las sobras.
Piensa en las primicias. Cuando el pueblo de Dios le ofrecía a Él lo primero de sus cosechas,
declaraban su fe en que Él les daría más. Su ofrenda manifestaba su confianza. Es interesante
que el Nuevo Testamento se refiere tanto a Jesús, como al
Espíritu Santo como “las primicias.” Romanos 8:23 dice que “tenemos las primicias del Espíritu,” y
que “esperamos ansiosamente la adopción de hijos, la redención de nuestros cuerpos.” El Espíritu de
Dios es la promesa de que aún habrá más. Y 1 Corintios 15:23 dice que Cristo es las primicias, y
“luego en su venida aquellos que son de Él.” Jesús resucitó de los muertos primero—y Su
resurrección prometió que habría más posteriormente. ¡Nosotros también experimentaremos la
resurrección!
La Fiesta de las Semanas (posteriormente llamada Pentecostés en Hechos 2:1; 20:16 y 1 Corintios 16:8) se
debía celebrar siete semanas después de que terminara la Fiesta de los Panes sin Levadura. Dios pedía a los
adoradores que le dieran dos teleras de pan a Él como una ofrenda. En este día el pan se podía hacer con
levadura. Sin embargo, la pieza central de la ofrenda, debía ser siete corderos perfectos, un toro y dos machos
cabríos. Junto con la ofrenda de grano y de bebidas, éstos serían un aroma grato al Señor. Partes de la ofrenda
se entregaban al sacerdote. Las porciones de estos sacrificios de animales y grano que correspondía a los
adoradores constituían los platillos principales de la Fiesta de las Semanas.
Al final de las instrucciones para estas cuatro fiestas, Dios les recordó a los israelitas que debían cuidar de los
pobres. Él no quería que ellos segaran absolutamente todo el producto del cultivo. Más bien, Él les ordenó que
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 20 4
dejaran una parte de la cosecha en el campo para los pobres y los extranjeros. Dios quería que todo mundo
estuviera incluido en estas santas convocaciones. Quería que hasta los más pobres entre ellos, junto con
cualquier forastero que estuviera entre ellos, fuera incluido.
Piensa en la generosidad intencional. Dios quiso que Su pueblo hiciera planes de ser
generosamente compasivos. Dios ordenó a Su pueblo que sembrara suficiente para tener algo de
sobra—los rebuscos en los límites del campo—para los pobres o forasteros. La
mayoría de nosotros en la actualidad no somos agricultores—pero aún podríamos establecer la práctica de
vivir intencionalmente por debajo de nuestras posibilidades con el fin de tener algo de sobra para compartir.
¡Personaliza la VERDAD!
Dios ya no exige que observemos el Día de Expiación con su autonegación, sacrificios de sangre
y lamento solemne por el pecado. Jesús pagó el precio por nuestros pecados,
de una vez por todas (véase Hebreos 10:10-14). Pero, ¿no habrá algún beneficio en tomar el tiempo para
confesar nuestros pecados, lamentarlos, y conscientemente reconocer el sacrificio que hizo Jesús para hacer
expiación por nosotros? Sean 30 minutos, un par de horas o un día entero en esta semana, pasa tiempo
reflexionando seriamente sobre tus pecados. Agradece a Jesús Su costoso regalo de perdón. ¿Cómo afecta
este tiempo de reflexión y oración tu consciencia de lo serio que es el pecado? ¿Cómo afecta tu amor por
Jesús como tu Salvador?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
3. ¿Qué juicio trajo Dios sobre Miriam? ¿Cómo respondió Aarón a esto? ¿Cómo respondió Moisés?
¡Aprende la VERDAD!
Moisés probablemente se sintió lastimado por la crítica y los celos de su hermana. Pero cuando
Dios reivindicó a Moisés y castigó justamente a Miriam, Moisés no se gozó. Más bien oró para que Dios la
sanara. Moisés nos provee un excelente ejemplo de lo que significa “amar a tus enemigos y orar por los que
os ultrajan” (Mateo 5:44). Esta semana, si alguien te llegara a ofender o lastimar, pide a Dios que te ayude a
responder como respondió Moisés. Pídele que te ayude a amarles y orar por ellos. Prepárate para comentar
acerca de esto con tu Grupo Pequeño.
5. A su regreso, ¿qué cosas buenas reportaron los espías respecto a la tierra? ¿Qué cosas malas reportaron?
6. A pesar de que todos los espías habían visto las mismas cosas, tenían dos perspectivas diferentes. ¿Cuáles eran esas
dos perspectivas?
7. ¿Qué estaban olvidando los espías temerosos? ¿Qué hubiera sido diferente si hubieran recordado—y creído—esta
importante verdad?
8. ¿Cómo mostró el pueblo su falta de fe en Dios? Enumera todos los detalles que puedas encontrar respecto a lo que
hicieron y dijeron. ¿Cuál te llama la atención de manera especial, y por qué?
9. ¿Cómo intentaron Josué y Caleb restaurar la confianza del pueblo en Dios? ¿Cómo respondió el pueblo a este
intento?
10. Compara las circunstancias de la oración de Moisés registrada en 14:11-19 con las circunstancias de su oración
registrada en Éxodo 32:9-13. ¿Qué similitudes puedes ver? ¿Qué diferencias?
11. ¿Qué puedes aprender sobre la oración con base en el ejemplo de Moisés?
13. ¿Por qué dijo Dios que libraría a Caleb de este juicio?
15. ¿Por qué crees que Dios permitió que el pueblo fuera derrotado por sus enemigos?
16. ¿Qué te enseña este pasaje acerca de la obediencia, el arrepentimiento o las consecuencias del pecado?
¡Aplica la VERDAD!
¿Cuál es tu actitud hacia la obediencia? ¿Obedeces con prontitud? ¿O a veces demoras la
obediencia y luego sufres las consecuencias de tu desidia? Pide a Dios que te dé un
corazón que le obedezca a Él a la primera y siempre. Luego busca oportunidades para poner en práctica
esta actitud. Prepárate para comentar esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 21 Comentario
Los israelitas estaban a punto de entrar a su nueva tierra de abundancia y bendición. Pero su rebeldía los hizo
demorar. Primero, Miriam y Aarón desafiaron a Moisés y sufrieron consecuencias espantosas. Luego, 10 líderes
cuidadosamente escogidos dudaron y se rebelaron contra Dios, conduciendo a una rebelión masiva y 40 años de
peregrinación en el desierto.
Miriam y Aarón Desafían a Moisés
El capítulo 12 inicia con un conflicto en la familia de Moisés. Miriam y Aarón desaprobaron la elección de
esposa que hizo Moisés. Arrogantemente insinuaron que Moisés no era mejor que ellos. Pero Dios no estaba
dispuesto a tolerar sus quejumbres. Ordenó a los tres hermanos que se presentaran ante Él. Allí, Dios confirmó
a Moisés como Su profeta elegido. Dios había hablado a otros profetas en visiones y sueños, pero se había
revelado a Moisés directamente. La actitud de Miriam y Aarón hizo enojar a Dios. Cuando Dios terminó de
hablar, se fue—pero dejó a Miriam con lepra. Aarón se alarmó. Le confesó a Moisés que él y Miriam habían
sido necios y habían pecado. Le pidió a Moisés que orara para que Dios sanara a su hermana.
Sin ninguna insinuación de venganza, Moisés oró por su hermana. Dios misericordiosamente les concedió
quitar su lepra. Pero primero Miriam tendría que vivir fuera del campamento con los demás leprosos durante 7
días. Dios le explicó que este castigo sería comparable con la de un hijo que hubiera avergonzado a su padre.
Sin embargo, Miriam no sufrió sola por su rebeldía. Todos los israelitas tuvieron que esperar para continuar su
viaje después de que hubieran pasado los siete días.
Israel Duda de la Promesa de Dios
Finalmente había pasado la larga semana y se reanudó el viaje. Al acercarse Israel a los límites de la tierra de
Canaán fueron enviados 12 espías para reconocer la tierra. Dios había dejado muy claro que Él le estaba
dando la tierra a Su pueblo, pero la conquista requeriría de conflicto militar, e Israel necesitaba saber por qué
estaban peleando.
Moisés seleccionó a 12 hombres, uno de cada tribu, para realizar esta tarea. Josué era uno de los miembros del
equipo. Moisés les dio instrucciones a los hombres de que tendrían que reunir la información que requerirían
para invadir la tierra y ocuparla. Él quería que reportaran sobre la fuerza de la milicia de los cananeos, la
utilidad de la tierra y la manera en que vivía la gente. Quería que evaluaran la calidad del suelo y que trajeran
muestras de frutas.
Los espías hicieron como Moisés ordenó. Exploraron la tierra. Observaron su productividad y tomaron muestras
del fruto de la tierra. Vieron de primera mano que lo que Dios había dicho acerca de la tierra era cierto. Sin
embargo, se fijaron más en la gente de la tierra que en su abundancia. Cuando regresaron a salvo 40 días y
350 kilómetros más tarde, sólo hablaron acerca de la fuerza y el tamaño de la gente que vivía en Canaán. Las
ciudades eran grandes y fortificadas. La gente era como gigantes—y eran numerosos y estaban prestos para
defender su tierra. En lugar de gozarse con la buena tierra que Dios había prometido darles, vieron
únicamente los obstáculos. Ante toda la congregación, pronosticaron la derrota de Israel.
Sin embargo, uno de los espías tenía una perspectiva diferente. Caleb sabía que la gente no iba a ceder su
tierra sin una lucha, pero él creía que Israel los podía conquistar. En medio de su clamor temeroso, Caleb
valientemente animó a la gente. Él quería ir de inmediato y tomar la tierra. Caleb sabía que nada era imposible
si Dios estaba con ellos.
Sin embargo, las voces de incredulidad eran fuertes y persistentes. Los reportes de los otros espías se
volvieron más exagerados: “Es una tierra que devora a sus habitantes.” Ésta era una evaluación muy
interesante, ya que los 12 espías regresaron intactos después de casi seis semanas de exploración. Los
gigantes también parecían estar haciéndose más grandes con cada minuto que pasaba. Ahora los espías se
decían “langostas” en comparación con la gente de Canaán.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 21 4
Piensa en el valor que tuvo Caleb para hablar por Dios ante una multitud airada de incrédulos.
Caleb creyó la palabra de Dios. A pesar de lo intimidante que parecían las circunstancias, él sabía
que Dios era más grande. Si Dios había podido abrir el Mar Rojo y hacer maná en el desierto,
seguramente que podía ayudarles a tomar posesión de la
tierra. Así que Caleb levantó la voz por Dios. No logró persuadir al pueblo. Pero fue un éxito ante los ojos de
Dios. Años más tarde, Caleb entró a la Tierra Prometida y dio testimonio de la fidelidad de Dios: “Todavía
mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió” (Josué 14:11). Dios es fiel para con
aquellos que depositan su fe en Él.
¡Personaliza la VERDAD!
¿Tus problemas parecen ser tan grandes como gigantes y tan impenetrables como ciudades fortificadas? ¿Te
sientes como una langosta ante las circunstancias que enfrentas? Recuerda
que Dios aún es más grande que nuestros problemas y más fuerte que nuestras debilidades. Si cambiamos nuestro
enfoque, mirando a Jesús en lugar de contemplar nuestros problemas, nuestra perspectiva cambiará completamente.
Luego, como Caleb, podremos decir: “Podremos superarlo.” ¿Qué es lo que a ti te intimida o te hace querer darte por
vencido? Pide a Dios que te ayude a confiar en Él para hacer lo que tú no puedes hacer. Confía en que Él derrotará al
enemigo y te llevará al lugar donde Él quiere que estés.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
Más Rebelión
¡Memoriza la VERDAD!
“Háganlo todo sin quejas ni contiendas.” Filipenses 2:14
2. ¿Cómo mostró Dios que Él aceptaba a los forasteros no israelitas? ¿Qué se requería de estos no-israelitas?
3. ¿Se trataban de la misma manera los pecados intencionales y los no-intencionales? Explica tu respuesta.
4. ¿Cómo afecta este pasaje tu manera de ver tus “errores” o pecados no-intencionales?
¡Aprende la VERDAD!
Dios reveló Su amor principalmente a los israelitas durante los tiempos del Antiguo Testamento.
No obstante, incluso en ese tiempo Él ofrecía Su misericordia a todos los pueblos que creyeran en el único
Dios verdadero. Isaías declaró que el pueblo de Dios debía ser una “luz para las naciones, a fin de que lleves
mi salvación hasta los confines de la tierra” (Isaías 49:6). Dios aceptó a los gentiles que eran considerados
“extranjeros” por Israel. Ellos eran libres de adorar junto con el resto de Israel. Estaban invitados a participar
en la vida de la comunidad. ¿De qué manera estás tú recibiendo a los de fuera? Hay alguien que conoces que
necesita que tú les des la bienvenida? Pregúntale a Dios cómo puedes recibir a esta persona, familia o grupo.
Pide a Dios que otros experimenten el amor de Dios mientras tú los recibes y los alcanzas. Prepárate para
hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
6. ¿Por qué crees que Dios ordenó que la congregación entera participara en su lapidación?
7. ¿Por qué les dijo Dios a los israelitas que pusieran flecos en los bordes de sus vestidos?
8. ¿Qué crees que significa “no dejarse llevar por los impulsos de su corazón ni por los deseos de sus ojos”? ¿Qué
debemos hacer en lugar de esto?
10. ¿Cómo respondió Moisés ante las críticas de Coré? ¿Cómo respondió a las críticas de Datán y Abiram?
11. ¿Qué les dijo Moisés a los rebeldes que hicieran al siguiente día?
14. ¿Cómo pudo saber el pueblo a quién juzgó Dios como justo y a quién como equivocado?
17. ¿Cómo intervinieron Moisés y Aarón? ¿Qué hubiera sucedido si no lo hubieran hecho?
¡Aplica la VERDAD!
El pueblo de Israel tenía una mala costumbre. Siempre olvidaban obedecer. ¿Alguna vez has
batallado tú para recordar que hay que obedecer? Dios les dijo a los israelitas que
pusieran flecos en sus vestidos para ayudarles a recordar. Él quería que ellos Le obedecieran en lugar de
seguir sus propios corazones y ojos. ¿Hay cierto pecado en el que pareces caer con frecuencia? ¿Hay algo que
podrías hacer—como usar un cordón atado a la muñeca o un recado en un lugar visible—para recordar que
hay que obedecer a Dios? Un recordatorio tangible además de la oración y un constante estudio de la Palabra
es una excelente manera de ayudarte a vivir más plenamente en los caminos de Dios. Prepárate para compartir
acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 22 Comentario
Más Rebelión
Números 15–16
Los adultos de Israel jamás entrarían a la Tierra Prometida. Sin embargo, Dios quería que les enseñaran a
sus hijos cómo tener comunión con Él allí. Pero, aún mientras le daba estas instrucciones a Moisés, ¡el
pueblo se seguía rebelando!
Leyes sobre Sacrificios
Números 15 comienza con los mandamientos de Dios respecto a las ofrendas que Él quería que los israelitas
ofrecieran cuando entraran a su tierra. Dios confirmó Su promesa a Israel: “Cuando hayan entrado en la tierra
que les doy para que la habiten.” Dios dejó claro que era “cuando” no “si es que.” A pesar de su rebeldía e
incredulidad, Dios sería fiel para introducirlos a la tierra.
Luego el Señor le dijo a Moisés que hiciera ofrendas de grano y vino junto con holocaustos y ofrendas de paz.
El grano, aceite y vino no se podían producir en el desierto. Sin embargo, serían abundantes en la Tierra
Prometida. Junto con el sacrificio de carne, esta ofrenda completaría una comida. Sería similar a lo que un
anfitrión le serviría a los invitados de honor en un banquete. Estas reglas se aplicaban a los israelitas nativos,
visitantes o forasteros que vivieran entre ellos. El pueblo debía ofrecer lo primero de sus panes al Señor.
Como las ofrendas de primicias en Levítico, este mandamiento era para asegurar que los israelitas recordaran
darle a Dios lo primero y lo mejor.
Comenzando con Números 15:22, Dios explicó cómo hacer expiación por pecados no intencionales. Los
pecados corporativos (por ejemplo, cuando alguien era asesinado pero no se sabía quién fuera el asesino,
como se describe en Deuteronomio 21:1) se podían expiar con el sacrificio de un toro, un macho cabrío y
ofrendas de grano y bebida. Dios perdonaría al pueblo por semejantes “errores.” Los individuos también
podían ofrecer ofrendas por pecados accidentales. En este caso Él requería una cabra de un año de edad. Los
mandamientos, como todas las ofrendas, eran aplicables a los israelitas nativos así como también a cualquier
otra persona que viviera entre ellos. El Señor hacía diferencia entre las personas que pecaban
espontáneamente y accidentalmente y aquellos que pecaban deliberadamente. Pecados cometidos
“deliberadamente” (Números 15:30) no podían ser expiados. Estos pecadores serían “eliminados de la
comunidad.”
Un Violador del Sábado
Los israelitas pronto serían probados en relación con el tema de pecados intencionales. Detuvieron a un
hombre recogiendo leña en sábado. Claramente había desobedecido el mandamiento de Dios respecto a
encender fuego en sábado (véase Éxodo 35:3). Los testigos trajeron al hombre ante Moisés y Aarón. Moisés y
Aarón sabían que era culpable, pero no sabían cuál debía ser el castigo. Así que Moisés y Aarón fueron ante
Dios buscando una sentencia. Dios decretó que la congregación entera debía apedrear al hombre. El pecado
intencional no debía pasarse por alto. Él tenía a toda la comunidad por responsable de la conducta de sus
miembros. Él exigía que todos se unieran en la administración de la justicia. Y así lo hicieron.
Con Miriam, Dios había dejado claro que Él no permitiría que desafiaran el liderazgo de Su siervo, Moisés.
Pero este hecho no impidió que otros desafiaran a su líder. Un grupo encabezado por el levita Coré acusó a
Moisés y Aarón de excederse de su autoridad. Ellos sostenían que se debía permitir a todos los israelitas hacer
la obra sagrada de Dios. Ellos no aceptaban que Moisés y Aarón tuvieran más privilegios que todos los demás.
Ellos creían que Dios debía permitir que cualquiera realizara los deberes sagrados. Dios dio a la tribu de Coré,
los coatitas, la responsabilidad de cuidar de los artículos del tabernáculo. Pero no les permitía ofrecer los
sacrificios sacerdotales.
Así que Moisés ordenó una prueba. Les dijo a Coré y a sus hombres que quemaran incienso delante de Dios.
Dios había dicho que únicamente los sacerdotes podían ofrecer incienso. Pero ahora Coré y sus hombres
realizarían esta tarea sacerdotal como una prueba. Dios mostraría a quién escogía Él como Sus sacerdotes.
Moisés sabía que semejante rebelión no terminaría favorablemente para Coré y sus hombres.
Coré y sus hombres no eran los únicos que estaban desafiando la autoridad de Moisés. Dos rubenitas, Datán y
Abiram acusaron a Moisés de engañarlos. Ellos decían que en lugar de guiarlos a la tierra de leche y miel, los
había llevado al desierto para matarlos. Su calumnia enojó severamente a Moisés. Pero Moisés no les
respondió—él fue directamente a Dios. Moisés apeló a su inocencia delante de Dios y le pidió que no aceptara
las ofrendas de ellos.
Los hombres de Coré, junto con el grupo de Datán y Abiram, eran en total 250 personas. Al día siguiente se
reunieron en el tabernáculo de reunión. Allí, Dios manifestó Su Gloria—y Su ira. Los 250 hombres
presentaron su incienso. Inmediatamente, el Señor les dijo a Moisés y Aarón que se alejaran de los rebeldes y
de la congregación para que Él pudiera consumirlos. Pero Moisés y Aarón intercedieron. Rogaron a Dios que
no destruyera a toda la nación por causa de “un hombre,” probablemente Coré. Dios desistió y le dijo a la
congregación que se apartara de las tiendas de Coré, Datán y Abiram.
Moisés obedeció. Ordenó al pueblo que se alejaran de las tiendas de Datán y Abiram para que no fueran
destruidos junto con ellos. Luego Moisés explicó la prueba. Si los hombres morían catastróficamente—si la
tierra se los tragaba vivos—entonces todos sabrían que los hombres habían “menospreciado al Señor.” Si no
morían de una manera extraordinaria, entonces todos sabrían que Dios no había elegido a Moisés. Apenas
había acabado Moisés de hablar cuando Dios juzgó, tal como Moisés lo había predicho. La tierra se abrió y
consumió a los hombres, sus familias y sus posesiones.
La ira de Dios ante esta rebelión no podía haber sido más clara o dramática. Sin embargo, al día siguiente,
toda la congregación acusó a Moisés y Aarón de haber “matado al pueblo del Señor.” Dios inmediatamente
envió una plaga. De nuevo, Moisés y Aarón intercedieron. Moisés le dijo a Aarón que rápidamente ofreciera
incienso para apaciguar la ira del Señor. Con incensario en mano, Aarón literalmente se paró entre los vivos y
los muertos. La plaga se detuvo, pero no antes de que hubieran muerto 14,700 personas.
Piensa en la necesidad que tiene el pecador de un mediador. Dos veces en Números 16 vemos a
un pueblo rebelde en necesidad de un mediador que los salve del juicio de Dios. Dios había llamado
a Moisés y a Aarón para que fueran esos mediadores. Primero intercedieron para que Dios no
hiciera que la tierra se tragara a la congregación entera.
Posteriormente Moisés ordenó a Aarón que corriera entre la asamblea afligida por la plaga para expiar por
ellos. Moisés y Aarón son tipos de Cristo. Ellos se pusieron entre el pueblo y la ira de Dios. De manera
similar, pero mucho mayor, Jesús se interpuso entre nosotros y la ira de Dios. Nosotros merecíamos morir a
causa de nuestro pecado. Pero Jesús apeló a Dios de parte nuestra. Aun más, Él llevó el castigo que nosotros
merecíamos. Él murió para que nosotros pudiéramos vivir (véase 1 Pedro 2:24).
¡Personaliza la VERDAD!
La sujeción y el respeto por la autoridad es un asunto del corazón. Aun cuando las acciones
externas manifiesten nuestra desobediencia, el problema inicia en el corazón. La rebeldía está arraigada en el
orgullo, temor, o incredulidad. El orgullo, cuando pensamos que nosotros podríamos dirigir mejor que las
personas a las que Dios ha puesto al frente. Temor, cuando nos preocupa que nuestros líderes de alguna
manera nos dañarán. Incredulidad, cuando no confiamos en Dios para obrar por medio del liderazgo que
nosotros juzgamos como malo. ¿Cuál es tu actitud hacia los que están en autoridad? Si batallas para seguir a
tus líderes, pide a Dios que te muestre la causa de tu dificultad. Pídele que Él desarrolle en ti la actitud de
corazón que necesitas para obedecerle a Él sometiéndote a ellos (véase Hebreos 13:17).
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
Un Sacerdocio Santo
¡Memoriza la VERDAD!
“Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de
bondad, humildad, amabilidad y paciencia.” Colosenses 3:12
2. ¿Cómo debían ser representados los nombres de los hijos de Israel en las vestiduras del sumo sacerdote (28:12-14,
29)? ¿Por qué pudiera haber querido Dios que los sumos sacerdotes llevaran los nombres de los hijos de Israel en sus
vestiduras al ministrar delante de Él?
3. ¿Qué debía usar el sumo sacerdote en su frente (28:36-37)? ¿Cuál era la importancia de este artículo?
¡Aprende la VERDAD!
Nuestro versículo de memorización describe las vestiduras que Dios ha provisto para la vestimenta
de cada creyente. Elige alguna de estas cualidades para vestirla en esta semana. Pide a Dios que te ayude.
¿Qué observas al permitir que este aspecto de Su gloria y hermosura fluya de ti hacia otras personas?
Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
b. 8:6
c. 8:7-9
d. 8:10-11
e. 8:12
5. Repasa la lista que elaboraste en la pregunta 4. ¿Qué cosa te parece especialmente importante a ti? ¿Por qué?
6. Enumera los diversos sacrificios ofrecidos en la ceremonia de consagración y el propósito de cada uno.
8. ¿Por qué crees que se requerían sacrificios antes de que el Señor revelara Su gloria?
10. Si tú hubieras sido parte de la congregación ese día, ¿qué crees que hubieras pensado, sentido, o hecho?
12. ¿Cómo respondieron Aarón y sus hijos al juicio de Dios sobre Nadab y Abiú?
13. ¿Por qué crees que Moisés estaba enojado contra Eleazar e Itamar? ¿Cuál parece haber sido su preocupación?
14. ¿Qué explicación dio Aarón por la conducta de sus hijos? ¿Satisfizo a Moisés? Explica.
¡Aplica la VERDAD!
Como sumo sacerdote, cada vez que entraba a la presencia de Dios Aarón usaba un efod y pectoral
especialmente elaborados. En su pectoral estaban los nombres de las
personas a las que él guiaba y pastoreaba. Sus nombres servían como recordatorios tangibles para presentarlos ante
Dios e interceder por ellos. ¿Por quiénes eres espiritualmente responsable tú?
¿Cómo podrías llevar contigo los nombres de ellos como recordatorio tangible para hacer intercesión por
ellos? Prepárate para platicar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 23 Comentario
Un Sacerdocio Santo
Éxodo 28 y Levítico 8–10
Los israelitas siguieron pecando y rebelándose. Esa es una de las razones por las que Dios separó a la familia
de Aarón como sacerdotes. El pueblo necesitaba a alguien que intercediera por ellos delante de Dios y que
ofreciera sacrificios para hacer expiación por su pecado. En Éxodo, cuando describió cómo construir el
tabernáculo, también dio instrucciones detalladas en cuando a la vestimenta de los sacerdotes. En Levítico, lo
vemos describiendo la manera en que los sacerdotes debían ser consagrados y cómo ofrecerían estos
sacrificios necesarios. Pero hasta los sacerdotes resultaron ser infieles. Ellos tampoco vivieron vidas santas,
como veremos en Números 10.
Vestiduras para Gloria y Hermosura
Dios había dado instrucciones detalladas y precisas para el tabernáculo. Su descripción de lo que debían vestir
los sacerdotes en su servicio en el tabernáculo era igualmente clara. Aarón y su hijo debían llevar vestiduras
sagradas, hechas “para honra y dignidad.” Éstas no serían túnicas ordinarias. Darían testimonio de la “honra y
dignidad” del Señor.
Artesanos hábiles a quienes el Espíritu Santo había capacitado confeccionarían las vestiduras sacerdotales.
Hacían la ropa de lino azul, purpura y escarlata en el cual entretejían hilos dorados. La pieza principal era un
efod, una prenda a manera de mandil que se usaba encima de una túnica. En cada hombro los artesanos
colocaban una piedra de ónice grabado. Inscribieron los nombres de seis de las tribus de Israel en cada una de
las piedras. Una faja del mismo material se ataba a la cintura del sacerdote.
El sacerdote usaba un pectoral por encima del efod. Los artesanos lo confeccionaban de un cuadro de tela que
plegaban para formar una bolsa. Dentro de esta bolsa colocaban las piedras del Urim y el Tumim. Los
sacerdotes pudieran haber usado estas piedras para discernir la voluntad de Dios. La porción delantera del
pectoral estaba cubierta con cuatro hileras de tres joyas, cada una de ellas inscritas con el nombre de uno de
los hijos de Israel. El sumo sacerdote llevaba los nombres de las tribus en sus hombros y sobre su corazón.
La túnica que llevaba el sacerdote debajo del efod y el pectoral era azul. Los artesanos lo bordaron con
dibujos de granadas, y cosieron pequeñas campanitas de oro en la bastilla. Cuando el sumo sacerdote
ministraba en el tabernáculo, las campanas le recordaban sus actividades sagradas. Las campanas también
servían como un medio de comunicación con los que esperaban afuera. Si él entraba y la gente escuchaba que
sonaban las campanitas, sabrían que el Señor había aceptado su ofrenda. Sin embargo, si las campanas
súbitamente dejaran de sonar, sabrían que el sacerdote había muerto.
El último componente de la vestimenta sacerdotal era un turbante. Su característica más importante era una
placa de oro grabada con las palabras “Santidad al Señor”. Sólo los santos pueden presentarse ante un Dios
santo, y únicamente Dios los puede santificar. Aarón no había hecho nada para santificarse, pero Dios lo había
escogido. Dios los marcó a él y a sus hijos, literalmente, con Su santidad.
Aarón y Sus Hijos
En Levítico 8, en la ceremonia de consagración para Aarón y sus hijos, leemos que los sacerdotes vistieron
sus prendas por primera vez. Después de que la congregación se había reunido para la ceremonia de siete
días, Moisés lavó a Aarón y a sus hijos con agua. Luego los vistió con la vestimenta que había sido
confeccionada para ellos de conformidad con las instrucciones de Dios. Luego Moisés ungió el tabernáculo,
su mobiliario, y finalmente, el altar. Por último, Moisés ungió a Aarón.
Luego Dios ordenó una serie de ofrendas. La primera era una ofrenda por el pecado. Aun cuando Aarón y sus
hijos eran sacerdotes, ellos también eran pecadores. No podían servir a Dios sin antes hacer expiación por sus
propios pecados. Así que se ofrecía un toro. Después de eso se sacrificaban dos carneros. El primero era
ofrecido a Dios como un holocausto. El segundo era ofrecido para el evento especial de la consagración. La
última ofrenda era una ofrenda mecida de pan no leudado.
Dios Acepta los Sacrificios de los Sacerdotes
Después de su consagración, Aarón y sus hijos permanecieron en el Lugar Santo, a solas con Dios. Ocho días
más tarde, Moisés los llamó. Era tiempo de más ofrendas. Los preparativos para esta ocasión incluían ofrendas
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 23 4
por los sacerdotes así como por el pueblo. Aunque Dios mismo los había apartado para su trabajo, los
pecadores eran meros humanos pecadores. Como todos los demás, tenían que hacer ofrendas por sus propios
pecados (véase Hebreos 5:1-3). Aarón presentó un becerro como su ofrenda. Metiendo su dedo en la sangre,
cubrió con sangre los cuernos del altar. Luego derramó la sangre sobre la base. Sólo después de hacer esto
podía Aarón realizar el trabajo de sacerdote, representando al hombre delante de Dios.
Ofrecer sacrificios era una tarea mayormente sacerdotal. Pero Aarón también tenía otra función importante. Él
era ministro de las bendiciones del Señor sobre Israel. El texto no nos dice cuál haya sido el contenido de la
bendición de Aarón (la bendición famosa de Aarón viene posteriormente, en Números 6: 24-26), pero sí
vemos el efecto que tuvo. Después de la bendición, “apareció la gloria del SEÑOR.” Descendió fuego y
consumió la ofrenda sobre el altar. Fue una manifestación tan grande que los israelitas “cayeron sobre su
rostro.” La ordenación sacerdotal estaba completa, y Dios manifestó Su aprobación.
Una Violación Sacerdotal
Pero el gozo de esta ocasión fue muy fugaz. Al poco tiempo, los dos hijos mayores de Aarón desafiaron las
órdenes del Señor. Un día tomaron obstinadamente los censores y ofrecieron “fuego no autorizado” delante del
Señor. Ese fuego condujo a la muerte de ellos. Consumió inmediatamente a Nadab y Abiú. El mensaje era
muy claro: ni siquiera los sacerdotes deben retar Su santidad.
Piensa en lo que significa representar a Dios. Dios llamó a Aarón y a sus hijos a una norma elevada de vida y
de adoración. Sin embargo, el día de hoy, todo creyente es parte del “sacerdocio santo” de Dios (1 Pedro 2:9).
Como representantes de Dios, no nos toca decidir cuáles de Sus mandamientos queremos seguir y cuáles
podemos ignorar. Es tan vital que nosotros vivamos vidas
santas de obediencia e integridad como lo era para los hijos de Aarón.
No se le permitió a Aarón hacer luto ni contaminarse mediante contacto con los cuerpos muertos de sus hijos.
Aarón hubiera deshonrado a Dios si hubiera hecho luto como cualquier otro padre. La lealtad de los
sacerdotes a Dios siempre ocupaba primer lugar. Los primos de Aarón retiraron del campamento los cuerpos
de Nadab y Abiú. No se le permitió a Aarón ni siquiera salir del tabernáculo. No obstante, mientras estuvo
dentro de la tienda, Aarón oyó la voz de Dios mismo. Ésta es la única ocasión en la que se registra en
Levítico que Dios dio órdenes directamente a Aarón. Primero, Dios le ordenó a Aarón que evitara el consumo
de alcohol mientras estuviera sirviendo en el tabernáculo. Luego, Dios le dijo que distinguiera entre lo santo y
lo común. (Al desobedecer los mandamientos específicos del Señor, Nadab y Abiú habían hecho una ofrenda
común de lo que debía haber sido una ofrenda santa). Finalmente, Aarón debía enseñar los estatutos del Señor
al pueblo.
No sería sorprendente si Aarón y su familia perdieran el apetito en este trágico día. El Señor había hecho
provisión para que se reservaran alimentos para los sacerdotes. Pero cuando Moisés fue a ver si se había
cumplido con este mandamiento, descubrió que el sacrificio había sido quemado y no consumido. Los hijos
sobrevivientes de Aarón no habían cumplido con su responsabilidad. Moisés se enojó. Quizá le preocupaba
que el Señor destruyera a todos los hijos de Aarón que quedaran.
Aarón defendió la conducta de sus hijos. Dijo que aun cuando no se les permitía manifestar señales visibles
de luto, comoquiera estaban enlutados. Aarón razonaba que participar bajo estas condiciones pudiera haberles
hecho incurrir en la desaprobación del Señor. Moisés, satisfecho de que no estaban actuando por desobediencia,
no se opuso más a su hermano.
¡Personaliza la VERDAD!
Salmo 29:2 dice: “Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su
santuario majestuoso.” Adorar al Dios santo no es algo que debamos tomar a la ligera.
Gracias a Jesús, no tenemos que ofrecer sacrificios para podernos acercar a Dios. Pero nuestra actitud al acercarnos a
Dios sigue siendo importante. ¿Cuál es tu actitud cuando hablas con Dios a solas, cuando le adoras en compañía de otros,
o cuando participas en observancias especiales como la Cena del Señor, o el bautismo? Pídele que Él te ayude a adorarle
como Él lo merece.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera? ¿Qué dijo que sucedería? ¿Por qué dijo que haría esto?
3. ¿Qué milagro ocurrió al día siguiente? ¿Qué mensaje le comunicó Dios al pueblo a través de este milagro?
4. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera con la vara de Aarón? ¿Por qué quería que Moisés hiciera esto?
¡Aprende la VERDAD!
¡Dios aborrece la murmuración! Cuando nos quejamos, mostramos que no estamos contentos de
permitirle a Él que gobierne nuestra vida como Él quiera hacerlo. Esta lección la hemos aprendido a
principios de este estudio—pero como los israelitas, pudiera ser que necesitemos que se nos recuerde. Esta
semana, nuevamente, pide a Dios que te ayude a evitar las quejas. Sé especialmente cuidadoso de no quejarte
de los líderes y otros que tienen autoridad sobre ti. Observa cómo te ayuda Dios a vencer cualquier tendencia
que pudieras tener a quejarte y murmurar. Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
6. ¿Qué “regalos” le dio Dios a Aarón y a sus hijos, según 18:6-7? ¿En qué sentido considerarías que son “regalos”?
7. ¿En qué sentido era un privilegio ser sacerdote? ¿En qué sentido era una responsabilidad?
9. ¿Por qué era necesario que Aarón y su familia fueran sostenidos de manera diferente al resto de las tribus de Israel?
10. ¿Qué les dio Dios a Aarón y a sus hijos en lugar de darles tierras por heredad?
11. ¿Te resulta más fácil depender de ti mismo o depender del Señor para proveer para ti y cuidarte? Explica.
13. ¿Cuál debía ser la calidad de los regalos que el pueblo daba a los levitas?
14. ¿Se les permitía a los levitas quedarse con la totalidad de su compensación? Explica.
16. Repasa el versículo de memorización de esta semana. ¿Cómo presagiaba la ceremonia de purificación lo que Jesús
hizo por nosotros?
¡Aplica la VERDAD!
No es un gran sacrificio dar a otros las cosas que ya no usamos ni necesitamos. Pero a los israelitas
se les ordenó dar lo mejor que tenían a los levitas. Los levitas, a su vez,
debían dar al Señor lo mejor que tenían. Sólo lo mejor de lo mejor era un regalo digno del Señor.
¿Cómo podrías dar lo mejor de lo mejor al Señor en esta semana? ¿Cómo afecta a tu corazón el hecho de dar
de esta manera? Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 24 Comentario
Piensa en que Dios da personas como “regalos.” Los levitas eran el regalo de Dios a Aarón y sus
hijos, para ayudarles a realizar sus responsabilidades como sacerdotes de Israel. En el Nuevo
Testamento vemos que Cristo da el mismo tipo de regalos a la iglesia—es decir, apóstoles, profetas,
evangelistas, pastores y maestros (véase Efesios
4:8, 11). ¿Quiénes son los “regalos” humanos que Dios te ha dado para ayudarte a conocerle, adorarle y
servirle? ¿Cómo puedes apreciarlos y valorarlos como regalos que son?
Dios proveyó para los sacerdotes y levitas de manera diferente que para el resto de Israel. Una vez que
entraron a su nueva tierra, se repartiría conforme a cada tribu. Once tribus recibirían sus propias parcelas de
tierra rica y fértil. Pero los levitas y sacerdotes no. Su heredad no sería tierra física. Sería la cercanía con Dios
mismo. Dios dijo que Él mismo sería su porción y su heredad.
Las ofrendas que hacía Israel a Dios serían Su regalo para los sacerdotes y sus familias. Ellos recibirían lo
mejor del aceite, vino y grano. Algunas de las ofrendas debían ser comidas únicamente por los sacerdotes.
Otras podían
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 24 4
ser compartidas por todos los miembros masculinos de las familias sacerdotales, y otras más eran para ser
disfrutadas por todos los miembros de sus familias.
El Señor le recordó a Su pueblo que todos sus primogénitos—humanos y animales por igual—le pertenecían
a Él. Los sacerdotes tenían derecho a toda la carne de todos los animales limpios primogénitos que eran
ofrecidos a Dios. Los animales impuros, y por supuesto, los hijos primogénitos, no serían sacrificados, sino
que más bien serían redimidos a un mes de edad, por el precio de cinco ciclos. Redimir significa “volver a
comprar.” En este caso el pago sería en dinero, entregado al tabernáculo.
La provisión de Dios para los levitas sería por medio del diezmo pagado por el resto de Israel. Una décima
parte de las cosechas de la familia sería considerada santa para Dios. De esta manera Dios proveyó un ingreso
para los levitas que trabajaban para proteger el tabernáculo. Dios también esperaba que los levitas pagaran un
diezmo. El diezmo de ellos era para sostener el ministerio de los sacerdotes.
Limpieza para los Inmundos
Otra función de los sacerdotes era ayudar a los adoradores que se habían contaminado o que estaban
inmundos. El término inmundo no significa que una persona hubiera pecado o que estuviera físicamente
sucia. Más bien, significa que la persona afectada no estaba ceremonialmente pura. El efecto de la inmundicia
era la separación de la vida en comunidad hasta el día siguiente.
Dios estableció un proceso mediante el cual las personas inmundas podían ser purificadas y restauradas. El
primer paso requería el sacrificio de una vaca de piel rojiza, sin mancha. La vaca debía ser una hembra de
color rojo. Debía ser sacrificada y quemada fuera del campamento. Debía agregarse al fuego, cedro, hisopo, y
un paño escarlata. Cuando el sacerdote regresara al tabernáculo, debía rociar una parte de la sangre en la
entrada a la tienda. Tenía que hacer esto siete veces.
Irónicamente, el proceso requerido para purificar a las personas inmundas hacía que el sacerdote fuera inmundo
por el resto del día. Mientras el sacerdote se bañaba y lavaba sus vestiduras, otro hombre, una persona limpia,
tenía la responsabilidad de juntar las cenizas de la vaca de piel rojiza de un lugar fuera del campamento. Las
cenizas se dejaban allí para ser utilizadas cada vez que Israel las necesitara, aunque el tocar siquiera las
cenizas hacía que la persona que las juntara fuera inmunda hasta la noche. Las cenizas recolectadas se
mezclaban entonces con agua, produciendo así el “agua para la impureza” que se usaría para limpiar a
cualquier persona que se hubiera vuelto inmunda.
La contaminación era ocasionada por diversas causas, pero la que se recalca en Números 19 es el contacto
con un cuerpo muerto. Cualquiera que compartiera una tienda con una persona que hubiera muerto, sería
inmunda por siete días. Cualquiera que tocara un cuerpo muerto también sería inmundo por siete días. Lo
mismo era aplicable a cualquier persona que tocara un cuerpo muerto en un campo despoblado, o que tocara
un esqueleto o una tumba. La limpieza de una persona inmunda requería que una persona limpia tomara
“agua para la impureza” y usara hisopo para rociar a la persona afectada. Este rociamiento ceremonial debía
realizarse en los días tercero y séptimo, después del cual la persona afectada se lavaba a sí mismo y su ropa y
entonces podía nuevamente ser considerada limpia de nuevo.
La inmundicia se transmitía de una persona a otra. La persona que ayudaba a restaurar a la persona inmunda
se volvía inmunda en el proceso. Así es el pecado. Es infeccioso. Una persona tenía que sacrificar su propia
pureza para poder purificar a otra. Esta es una vista previa de lo que haría Cristo para restaurarnos a nosotros.
Él llevó nuestro pecado sobre Sí Mismo y Se entregó a Sí Mismo como un sacrificio perfecto para limpiarnos
del pecado (véase Hebreos 9:13-14).
¡Personaliza la VERDAD!
Los sacerdotes no tenían su propia tierra. Ellos tenían algo aun mejor: tenían a Dios mismo. El
Señor era su “porción y su heredad.” Posteriormente en la historia de Israel,
los salmistas también declararían que Dios era su “porción.” David dijo que el Señor era su “porción y su
copa” (Salmo 16:5), y Asaf dijo que esa era su “herencia eterna” (Salmo 73:26). Si somos hijos de Dios,
entonces Dios es nuestra porción también. ¿Qué significa para ti que Dios sea tu porción?
¿Cómo puedes vivir de tal manera que se manifieste que Él es tu porción y tu heredad?
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Recuerda lo que has estudiado sobre Miriam. ¿Qué lección quisieras recordar sobre la vida de ella?
3. ¿Qué dificultad enfrentó el pueblo, según 20:2? ¿Cómo respondieron? ¿Cuál hubiera sido una mejor respuesta?
4. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera para resolver el problema del pueblo? ¿En qué fueron diferentes Sus
instrucciones a las que había dado en una situación similar años antes? (Repasa Éxodo 17:1-6.)
¡Aprende la VERDAD!
Los israelitas seguían repitiendo los mismos errores. Pero el sabio aprende de la historia. Aprende
de los errores de otros. ¿Hay algún patrón de pecado que hayas observado en tu familia, pueblo o nación?
Pide a Dios que te guarde de repetir ese mismo patrón de pecado. Busca establecer un nuevo ejemplo para la
generación que siga a la tuya. Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
6. ¿En qué contradecían las acciones de Moisés las instrucciones que Dios le había dado? (Repasa tu respuesta a la
pregunta 4.)
7. Cuando el Señor reprendió a Moisés, ¿cuál era Su principal ofensa? ¿Cómo explicarías lo que significa esto?
9. ¿Cómo respondió el rey de Edom a la petición de Moisés? ¿Qué hizo Israel como resultado?
10. ¿Cuál es la importancia de que se le retiraran las vestimentas a Aarón y se colocaran sobre Eleazar, hijo de Aarón?
11. Piensa en lo que has aprendido acerca de Aarón en este estudio. ¿Qué lecciones quisieras recordar de su vida?
13. ¿Qué pecado familiar cometieron los israelitas al rodear Edom? ¿Cómo respondió el Señor?
14. ¿Qué medios de ayuda ofreció Dios en respuesta a la petición de Moisés por el pueblo?
15. En Juan 3:14-15, Jesús se refirió a este incidente. Dijo: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así debe
ser levantado el Hijo del hombre, para que todo aquel que en él cree tenga vida eterna.” ¿Qué quiso decir Jesús?
17. Repasa Éxodo 3:8, 17. ¿Cómo podrían los eventos de Números 21 haber alentado a los israelitas respecto a la
promesa que les hizo Dios cuando aún estaban en Egipto?
¡Aplica la VERDAD!
A pesar de que el ejército de Edom salió contra Israel con gran alarde de fuerza, Moisés se negó a
responder con violencia. Dos veces solicitó respetuosamente que le
concedieran permiso de pasar por la tierra de Edom. Dos veces el rey se lo negó. En lugar de pelear por el
asunto—especialmente puesto que Edom e Israel eran hermanos (véase Deuteronomio 23:7), Moisés decidió
tomar el camino largo y rodear. ¿Cuáles son algunas de las áreas de tensión y conflicto potencial en tu vida?
¿Qué aprendes del ejemplo de Moisés que te podría ayudar a responder respetuosamente y pacíficamente en
tus propios conflictos con otros? Prepárate para compartir sobre esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 25 Comentario
Piensa en el valor de hacer la paz. Jacob y Esaú habían contendido 500 años antes de este evento
(véase Génesis 27). La hostilidad entre los hermanos nunca se había resuelto por completo, y ahora
dos naciones enteras estaban en conflicto. Este triste patrón se
repite por todo el mundo: familia contra familia, tribu contra tribu, nación contra nación. ¡Cuán diferente sería
el mundo si perdonáramos las ofensas en lugar de transmitirlas a generaciones futuras!
Muerte de Aarón
Israel salió de Cades y se dirigieron hacia Edom. En el monte Hor, el Señor le dijo a Aarón que estaba a punto
de morir. Dios le recordó a Aarón que no entraría a la Tierra Prometida debido a su rebeldía en Meriba.
Moisés debía subir al monte Hor con Aarón y Eleazar, hijo de Aarón. Debía quitarle a Aarón su vestimenta
sacerdotal y ponérsela a Eleazar. No tenemos ninguna descripción de los últimos momentos de Aarón. El texto
simplemente dice: Aarón murió allí en la cima del monte.”
Primeras Victorias Militares
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 25 4
Dios concedió 30 días para llorar la muerte de Aarón. Sin embargo, pronto surgirían nuevos retos. Israel
estaba en los límites de Canaán, y una región amplia llamada Neguev, al suroeste del Mar Muerto. Allí, el
rey de la ciudad de Arad decidió atacar a Israel en lugar de esperar a ser atacada. A pesar de que el ejército
de Israel era mucho más grande que el de Arad, los israelitas tenían muy poca experiencia militar. Arad
capturó a algunos israelitas y los llevó a su ciudad amurallada.
El pueblo sabía que necesitaba la ayuda de Dios. Prometieron a Dios que destruirían cualquier ciudad que se
resistiera a ellos. Esto significaba que Israel aniquilaría a la población entera de estos pueblos impíos y
ofrecería los despojos al Señor, sin dejar nada para sí mismos (véase Josué 6:21). Dios de hecho les dio la
victoria, y Horma (“destrucción”) fue la primera ciudad cananea entregada a la destrucción. Seguirían muchas
más.
Debido a que Edom se negó a dejar pasar a Israel, los israelitas habían seguido una ruta más larga para llegar a
Canaán. Se impacientaron por el camino y su impaciencia condujo al pecado. El pueblo de nuevo se quejó
contra Moisés, e incluso contra el alimento que Dios les había provisto. Dios se negó a tolerar su ingratitud. Él
respondió enviando serpientes venenosas. Reconociendo su pecado, el pueblo le pidió a Moisés que orara para
que Dios quitara las serpientes. Moisés lo hizo. Sin embargo, Dios no quitó las serpientes. En lugar de eso, le
dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocara sobre una asta. Las personas que habían sido
mordidas podían mirar a la serpiente de bronce y vivirían.
El extraño mandamiento de Dios presagiaba nuestra salvación por medio de Jesucristo. Juan 3:14-15 dice:
“Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para
que todo el que crea en él tenga vida eterna.” Así como la serpiente fue levantada para salvar a los pecadores
en el desierto, Jesús fue levantado para salvar a pecadores en todo lugar.
Piensa en como algo bueno puede convertirse en un ídolo. Dios dio a Israel la serpiente de
bronce como un medio para ser sanados. El que obedeciera a Dios y mirara a la serpiente de bronce
viviría. La serpiente misma no tenía ningún poder. Sin embargo, ¡700
años más tarde Israel presentó ofrendas a una serpiente de bronce (véase 2 Reyes 18:4)! Convirtieron el
medio de la gracia de Dios en una superstición idólatra. Debemos tener cuidado de cómo tratamos objetos y
símbolos religiosos. No debemos pensar que nos traen buena suerte o que obliguen a Dios a hacer lo que
nosotros queramos. Más bien, deben recordarnos el poder y la gracia de Dios, y animarnos a mirar a Él para
todo lo que necesitamos.
Al seguir su camino hacia Canaán, Dios siguió proveyendo para Israel. Cuando Él les dio agua fresca de pozo,
Israel cantó para celebrarlo. Finalmente llegaron a la región de Moab, hacia el oriente del Mar Muerto. Dos
reyes amorreos poseían este territorio. Israel pidió al primero, Sehón, que les permitiera pasar. Sehón
respondió con un ataque militar. Pero Dios dio la victoria a Israel. Conquistaron el territorio que
posteriormente pertenecería a las tribus de Rubén y Gad (véase 32:33). La batalla contra Sehón fue la segunda
importante victoria militar. El pueblo entonó otro canto de celebración.
Israel siguió hacia el norte, del lado oriente del Mar Muerto. Luego se encontraron con otro rey amorreo en la
región de Basán (conocida como las alturas del Golán). Allí gobernaba el rey Og. Él reunió a su ejército para
pelear contra Israel en el pueblo de Edrei. La batalla que se libró condujo a otra victoria para Israel, dada por
Dios, y agregó terreno a la que ya poseían. Después de estas victorias, Israel acampó en las llanuras de Moab
más allá del río Jordán en Jericó. Ésta sería su área de preparación para lanzar su invasión contra la tierra de
Canaán.
¡Personaliza la VERDAD!
En dos ocasiones Israel “probó” a Dios respecto a la escacez de agua (Números 20:2- 13; Éxodo
17:1-7). Se quejaron y dudaron de Su fidelidad. Muchas veces en la Escritura, Dios se enojó y sintió pesar por
la manera que Su pueblo lo ponía a prueba (véase Deuteronomio 6:16; Salmo 95:9; 106:32; 1 Corintios 10:9;
Hebreos 3:9). Cuando nos quejamos, murmuramos, dudamos y discutimos, mostramos que no confiamos en
Dios. Pide a Dios que te muestre si tú lo estás “poniendo a prueba” de alguna manera. Confiesa dudas y pídele
que Él aumente tu fe. Pídele que te sustente, y luego, ¡observa lo que Él hará!
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
Profeta a Sueldo
¡Memoriza la VERDAD!
“Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni
lleva a cabo lo que dice?” Números 23:19
2. ¿Por qué razón llamó Balac a Balán la primera vez? ¿Cómo respondió Balán y por qué respondió así?
3. ¿Balán acordó ir con los hombres de Balac cuando regresaron por él en una segunda ocasión? ¿Por qué sí o por qué
no? ¿Qué pista en 22:19 sugiere que Balán dudó?
4. ¿Qué le dijo Dios a Balán esa noche? ¿Por qué crees que Dios le dijo esto?
¡Aprende la VERDAD!
Cuando Dios nos dice que no hagamos algo, tiene una buena razón para decirlo. Dios le dijo a
Balán que no fuera con Balac, pero Balán dudó. Él codiciaba el dinero que Balac había prometido (véase 2
Pedro 2:15 y Judas 11). ¿Alguna vez vacilas para obedecer algún mandamiento que Dios te ha dado? En esta
semana, observa cómo respondes a lo que Dios te dice que hagas (o que no hagas). Si observas que vacilas,
pide ayuda para obedecer. Píde a Dios que te dé un corazón que abrace plenamente Sus caminos. Prepárate
para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
6. Compara 11:18-20, 31-34 con este pasaje. ¿Qué te enseña acerca de exigir cosas contrarias a la voluntad de Dios?
7. ¿Qué sucedió que hizo que Balán finalmente reconociera que había pecado contra Dios? Menciona detalles.
11. ¿Qué detalles del segundo oráculo de Balán te llaman la atención (23:18-24)? ¿Por qué?
16. En los últimos tres oráculos de Balán, ¿qué profetizó respecto a los a) amalecitas; b) quenitas; y c) asirios?
17. El relato de Balán nos enseña que los profetas no siempre tienen motivaciones piadosas. ¿Qué te enseña la historia
de Balán y los siguientes versículos sobre profetas y profecía?
a. Lecciones de Balán
b. Mateo 7:15-23
¡Aplica la VERDAD!
La codicia de Balán hizo que estuviera dispuesto a desobedecer a Dios. Primera Timoteo 6:10 nos
advierte que “el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo,
algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.” ¿Alguna vez el deseo de tener más
dinero te ha tentado a hacer lo malo ante los ojos de Dios? ¿Qué podrías hacer cuando surgen esas
tentaciones? ¿Cómo quisiera Dios ayudarte? Prepárate para hablar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 26 Comentario
Profeta a Sueldo
Números 22–24
Balac, el rey de Moab, estaba muy preocupado por causa de los israelitas. Había visto cómo otros reyes
cananeos fueron derrotados cuando intentaron pelear contra Israel. Así que, en lugar de pelear contra ellos,
buscó ayuda sobrenatural. Intentó contratar los servicios de Balán, un profeta conocido en la tierra, para que
maldijera a Israel.
Balán Contratado
Después de derrotar a Og, los israelitas se establecieron en las llanuras de Moab. Al prepararse para entrar a
Canaán, Balac, rey de Moab, se enteró. Su nación “sintió mucho miedo de los israelitas.” Balac mandó llamar
a Balán, un profeta muy conocido. Por medio de sus mensajeros, Balac le pidió a Balán que maldijera a los
israelitas para que pudieran ser expulsados de la tierra. Los mensajeros llevaban “dinero para pagarle sus
conjuros,” con la esperanza de que la maldición de Balán pudiera ser comprada.
Balán es un personaje muy desconcertante. Parecía conocer a Yahvé, el Dios de Israel. Le llamó “el Señor mi
Dios.” Pero también estuvo dispuesto a considerar la petición de Balac de dañar al pueblo de Dios. En lugar
de negarse firmemente a la petición de Balac, Balán pidió a los hombres de Balac que se quedaran a pasar la
noche mientras él consultaba al Señor. La respuesta de Dios no era ninguna sorpresa: “No irás con ellos, ni
pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.” Así que, a la mañana
siguiente Balán despidió a la delegación a Balac.
Piensa en maldiciones. Dios prometió a Abraham que Él bendeciría a los que le bendijeren a él y
maldeciría a los que le maldijeran (véase Génesis 12:3). Además, Proverbios 26:2 nos asegura que
“la maldición sin motivo jamás llega a su destino.”
Como pueblo de Dios, nosotros no tenemos que temer a aquellos que intentan maldecirnos. Su
amor por nosotros es más grande y más poderoso que cualquier maldición. Por eso Jesús pudo decirnos
que oráramos por nuestros enemigos y que bendijéramos a los que nos maldicen (véase Mateo 5:44).
Balac envió a un grupo más impresionante de mensajeros a Balán. Los hombres del rey hicieron énfasis en el
honor que recibiría si cooperaba. Aunque Balán rechazó el ofrecimiento de ellos, sus acciones contradijeron sus
palabras. Siguió inquiriendo del Señor. En esta ocasión, Dios cedió, y le dio a Balán lo que quería—permiso
para visitar a Balac.
Balán Reprendido
El anhelo de Balán de alinearse contra Israel enojó a Dios. El Señor envió a un ángel para encontrarse con
Balán en su viaje. El asno en el que montaba Balán vio al ángel con espada en su mano y se negó a caminar.
Más bien, el asno se desvió del camino hacia un sembradío. Balán intentó conseguir la sumisión del animal a
golpes.
Cuando el asno aplastó el pie de Balán contra un muro para evitar al ángel, Balán lo golpeó de nuevo. Al
golpear al animal de nuevo en un tercer intento frustrado, Dios humilló al profeta haciendo que el asno abriera
su boca para hablar.
En lugar de preguntar a Dios por qué había permitido que ocurriera este milagro, Balán discutió con su asno.
El asno fue dotado de razón además de lenguaje. “¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado,
hasta el día de hoy? ¿Alguna vez te hice algo así?” preguntó el asno cuando Balán había deseado tener una
espada para matarla. Si el profeta hubiera sido tan sensible como su asno, hubiera percibido el mensaje que
Dios le estaba enviando. Era cierto que, como profeta, Balán hablaba de parte de Dios, pero ejercía esta
función sólo porque Dios se la había concedido. Balán no tenía nada de especial. Dios podía usar un asno
para hablar si así quisiera hacerlo.
Piensa en cómo habla Dios. Él le habló a Balán a través de un asno. Le habló a Moisés desde una
zarza que ardía. Le habló al rey Josías de Judá por medio de un rey pagano (véase 2 Crónicas 35:20-
24). Como habla de maneras diversas y a veces sorprendentes, es importante cultivar el
discernimiento espiritual. Pablo dijo que no “despreciáramos las
profecías, sino que probáramos todo, y nos quedáramos con lo que era bueno.” (1 Tesalonicenses 5:20-21).
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 26 4
Finalmente, Dios le abrió los ojos a Balán. Balán vio al ángel del Señor con la espada desenvainada.
Comprendió lo cerca que había estado de morir. El ángel lo reprendió. Le dijo que su camino era perverso
delante de Dios. Dios conocía el corazón de Balán. A pesar de sus palabras que parecían indicar que quería
obedecer a Dios en realidad tenía la mirada puesta sobre el dinero.
Balán comprendió que Dios pudo haber decidido matarlo. Reconoció su pecado, y luego ofreció un débil
intento por aplacar a Dios: “Si es malo ante tus ojos, me regresaré.” Ofreció volver atrás si sus acciones eran
malos ante el Señor—sin embargo, Dios le acababa de advertir que sus caminos eran “perversos.”
Increíblemente, el Señor permitió que Balán hiciera lo que quisiera. Pero le advirtió a Balán: “Habla
únicamente las palabras que yo te diga.”
Mientras tanto el rey Balac no lograba entender por qué se demoraba Balán. Después de todo, le había
ofrecido al profeta riquezas y honra. Balán le recordó a Balac que sólo podía decir lo que Dios le indicara que
dijera. No obstante, Balac sacrificó bueyes y ovejas. Él no entendía que las ofrendas sin obediencia eran
inútiles para el Santo Dios de Israel.
El Primer Oráculo de Balán
A la mañana siguiente, el rey llevó a Balán a un lugar elevado, Bamot-baal, desde el cual podía ver parte del
campamento de Israel. Balán le dijo al rey Balak que construyera siete altares y que se preparara para ofrecer
sacrificios complejos. Probablemente se trataba de sacrificios paganos asociados a la hechicería. Después de
ofrecer los sacrificios, Balán fue solo a un lugar elevado para ver si Dios hablaría. Y Dios habló. Ordenó a
Balán que regresara al rey, y que en ese momento Él le daría las palabras que debía hablar a Balac. Balán hizo
como Dios le ordenó. Pero Balác no estaba contento. A pesar de que Balac había llamado a Balán para que
maldijera a esta gran nación, Balán decía que no podía maldecir ni denunciar a aquellos a quienes Dios no ha
maldecido ni denunciado.
El Segundo y Tercer Oráculo
Balac estaba molesto, pero se negó a darse por vencido. Llevó a Balán a un nuevo lugar. Después de más
sacrificios, Balán consultó de nuevo con Dios. En esta ocasión, Dios declaró tres aspectos básicos de Su
carácter. El Dios verdadero no miente. No cambia de parecer. Él le prometió a Abraham, padre de Israel, que
Él los haría una poderosa nación y que les daría la tierra de Canaán, y tenía intenciones de cumplir Su
promesa. ¡Esto no era de ninguna manera lo que quería escuchar Balac!
Frustrado, Balac llevó a Balán de nuevo a otra ubicación y ofreció más sacrificios. En esta ocasión el
Espíritu de Dios le permitió a Balán ver al pueblo de Dios espiritualmente además de físicamente. Los
comparó a un jardín floreciente. Dios había sacado a los israelitas de Egipto. Él estaba del lado de ellos. Él
los defendería en el futuro como lo había hecho en el pasado. Él bendeciría a los que los bendijeran y
maldeciría a los que los maldijeran (véase también Génesis 12:1-3). Balac estaba furioso. Ordenó a Balán
que se fuera, sin pago ni honra. Pero Balán aún tenía más qué decir.
El Último Oráculo
El ultimo oráculo de Balán fue una visión del futuro distante en el cual un rey de Israel (representado por una
estrella y un cetro) aplastaría a los moabitas. La profecía se refiere al rey David, quien siglos más tarde
derrotó a Moab (véase 2 Samuel 8:2). En última instancia, esta profecía se refiere a Jesucristo, el gran Rey
que saldría de Israel y gobernaría sobre toda la tierra (véase Salmo 2). Balán entonces pronunció destrucción
sobre los amalecitas y los quenitas. Israel permanecería en el lugar de estas naciones cananeas. Las últimas
palabras de este oráculo no son claras. Pero la idea es clara: “¡Ay!, ¿quién seguirá con vida cuando Dios
determine hacer esto?” Después de estas últimas palabras, Balán regresó a casa. La siguiente vez que Balán
aparece en la Biblia, es cuando se relata su muerte (véase 31:8).
¡Personaliza la VERDAD!
La codicia de Balán por adquirir riqueza lo condujo a comprometer pecaminosamente sus
principios, que finalmente condujo a su muerte. Algunos deseos—como el deseo de
conocer a Dios, amarle, estar satisfecho con Él y escuchar su “bien hecho”—son buenos deseos que podemos
perseguir con todas nuestras fuerzas. Sin embargo, otros deseos—como el deseo de cosas materiales,
comodidades físicas, prestigio, poder o placer—pueden desviarnos espiritualmente. Pide a Dios que te
muestre los deseos que te motivan a ti. Pídele que te limpie de deseos egoístas y los substituya por deseos
piadosos. Cuando tus deseos estén alineados con los de Él, podrás confiar en que Él te “concedará los deseos
de tu corazón” (Salmo 37:4).
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Lee 31:16. ¿Cómo fue conducido Israel a este pecado tan serio? (Véase también Apocalipsis 2:14.)
3. ¿Cómo respondió Dios al pecado de Israel (25:3-4)? ¿Qué respuesta adicional dio Moisés (25:5)?
¡Aprende la VERDAD!
El apóstol Pablo dijo que nos airemos, pero no pequemos (Efesios 3:26). El pecado ofende a Dios.
Es apropiado enojarse cuando está presente el pecado. Si el pecado no te molesta,
¡algo anda mal! No obstante, cuando el pecado te hace enojar, asegúrate de no reaccionar pecaminosamente.
Eso sólo complicaría más el asunto. Si se trata de tu propio pecado, confiésalo humildemente a Dios. Él te
perdonará y te ayudará a no volver a pecar de la misma manera de nuevo. Si se trata del pecado de otro, sé
cauteloso. Pregunta a Dios qué es lo que debes hacer.
Quizá Él quiera que simplemente ores y le permitas a Él tratar con el asunto. O pudiera querer que tú lo
confrontes—y si fuera así, Él te mostrará la mejor manera de hacerlo. Hablen acerca de esto en su Grupo
Pequeño.
5. ¿Qué hizo Finés como respuesta a este flagrante acto de rebeldía? ¿Qué efecto tuvo su acción sobre el bienestar de
Israel?
6. ¿Por qué le dijo Dios a Moisés que matara a los madianitas? ¿Qué te dice esto respecto a Su lealtad a Sus hijos, aun
cuando sean desobedientes?
8. Repasa 1:1-4. ¿En qué ocasión anterior había ordenado Dios a Moisés que levantara un censo? ¿Cuántos hombres
contaron en esa ocasión? ¿Cómo esperarías que ese número se comparara con el número registrado en 26:51?
9. Compara 26:64-65 con 14:23-35. ¿Por qué murieron en el desierto casi todos los hombres que salieron de Egipto con
Moisés?
10. Repasa los siguientes pasajes de Números. Además de las muertes por vejez, ¿cuáles eran algunas de las otras causas
de muerte de los israelitas?
a. 11:18-20, 31-33
b. 16:1-7, 20-35
c. 16:41-50
d. 21:4-7
e. 25:1-9
12. ¿Qué le pidieron a Moisés? Por lo que sabes acerca de la historia y cultura bíblicas, ¿qué tenía de extraña su
petición?
14. ¿Cómo condujo este incidente a la protección y provisión para generaciones futuras de mujeres en Israel?
16. ¿Qué petición le hizo Moisés a Dios? ¿Qué te dice esto respecto a su actitud y carácter?
17. ¿Qué detalles recuerdas acerca de Josué por lo que ya has estudiado? Repasa Éxodo 17:8-14; 24:12-14; 32:15-17;
33:7-11; y Números 11:24-30; 13:1-16; 14:1-9, 30.
¡Aplica la VERDAD!
Finés era tan celoso del honor de Dios que estuvo dispuesto a realizar una acción drástica. ¿Cuánto
celo tienes tú respecto a tu pecado contra Dios? ¿Hay ciertos pecados
que permites que permanezcan en tu vida que deben morir? La Palabra de Dios nos ordena que “hagamos morir”
los pecados que intentan conquistarnos (véase Romanos 8:13; Colosenses 3:5).
¿Existe alguna área de pecado personal en tu vida que debes hacer morir? Pide a Dios que ponga en ti tal celo
por Su santidad que tengas el valor para clavar esos pecados a la cruz. El celo por el honor de Dios es la
mejor manera de lidiar con el pecado. Prepárate para compartir acerca de esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 27 Comentario
Piensa en el peligro real. Israel estaba rodeada de naciones hostiles. El pueblo de Dios no entraría
a la Tierra Prometida sin una lucha. Pero la amenaza más grande que enfrentaba Israel era su propio
pecado. Cuando Israel puso a Dios en primer lugar, Él peleaba sus batallas por ellos. Pero cuando se
fueron tras la idolatría y la inmoralidad, Dios permitió
que fueran derrotados. Salmo 34:7 dice que los ángeles de Dios librarán a los que le temen. Pero Romanos
2:8 dice que “los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad,
recibirán el gran castigo de Dios.” Por eso, para protección de ellos, Dios ordenó a
Israel que destruyera a las naciones inmorales y paganas que los rodeaban.
Notablemente, registró a su propia descendencia. Sus padres fueron levitas. Moisés también mencionó a
su hermana, hermano y a los cuatro hijos de su hermano. Incluyó detalles sobre las muertes de Nadab y
Abiú, quienes habían muerto cuando intentaron ofrecer a Dios un fuego no autorizado.
Este capítulo concluye con un recordatorio de que, con la excepción de Josué y Caleb, todos los miembros de
la generación anterior habían muerto. El juicio de Dios después de los eventos de Cades Barnea (véase
Números 14) se cumplió. Moisés mismo fue el último que quedó. Sin embargo, ni siquiera él cruzaría hacia la
Tierra Prometida.
Una Cuestión de Heredad
Los comentarios acerca de terreno hicieron surgir una pregunta de parte de las cinco hijas de un hombre
llamado Zelofejad. Le preguntaron a Moisés y a Eleazar si una mujer podría heredar una parcela de tierra. El
padre de las muchachas había muerto como parte de la generación anterior. Sin embargo, él no había sido
parte de la rebelión de Coré. Había muerto sin tener hijos. Si las cosas permanecían como estaban, su nombre
se acabaría. Así que las cinco jovencitas pidieron terrenos entre los de sus tíos.
Moisés le preguntó a Dios qué debía hacer. El Señor estuvo de acuerdo con las mujeres. Le dijo a Moisés que
les diera tierra entre los hermanos de su padre. El Señor agregó que esta regla también sería aplicable en el
futuro. Si un hombre muriera sin hijos, su propiedad se transferiría, primero a sus hijas, luego a sus hermanos,
tíos o finalmente al pariente más cercano de su clan,
Designación de un Nuevo Líder
Mientras los israelitas se preparaban para entrar a la Tierra Prometida, persistía una gran pregunta: ¿Quién
sería su nuevo líder? Pronto iba a morir Moisés. El Señor le permitiría escalar una montaña para ver la tierra
de la promesa. Después de eso, Dios le había dicho a Moisés, él moriría como había muerto también su
hermano Aarón. (A pesar de que este evento se relata en Números 27, el relato de la muerte de Moisés
realmente no aparece en la Biblia hasta Deuteronomio 34.) En el monte, Dios le recordó a Moisés que él no
entraría a la Tierra Prometida porque había desobedecido.
Piensa en la oración abnegada. Podemos imaginar que Moisés sintió una desilusión devastante cuando
Dios le dijo que él no podría entrar a la Tierra Prometida debido a su rebeldía pasada. Pero Moisés se
negó a permitirse ser consumido por la auto compasión.
Más bien, siguió trabajando a favor del pueblo al que Dios le había llamado a guiar. Le pidió a
Dios que designara a otro hombre para pastorear a Su pueblo—el mismo pueblo rebelde que se habían
quejado contra él durante los 40 años en el desierto.
El Señor respondió rápidamente. Le dijo que le impusiera las manos a Josué: “un hombre en quien está el
Espíritu.” Josué había sido el principal asistente de Moisés por muchos años. Josué velaba sobre la Tienda de
la Reunión mientras Moisés platicaba con Dios. Había dirigido batallas militares y misiones de espionaje.
Cuando los demás espías habían tenido temor de confiar en Dios después de haber visto los gigantes de
Canaán, Josué había intentado inspirar su fe. Josué había pasado décadas aprendiendo de Moisés. Él era uno
de sólo dos hombres de la generación anterior que cruzarían tanto el Mar Rojo como el Río Jordán con Israel.
Mientras Eleazar, el sumo sacerdote y el resto del pueblo observaban, Moisés puso su mano sobre Josué y lo
comisionó. En un tiempo en el que las transiciones políticas solían ser violentas, la primera transferencia de
poder ordenada por Dios en Israel, fue pacífica.
¡Personaliza la VERDAD!
Cuando las hijas de Zelofejad presentaron su problema a Moisés, él pudiera haber recurrido a su
propio juicio para tomar una decisión. Pero Moisés decidió no apoyarse en
su propio pensamiento. Más bien, llevó el asunto ante Dios (véase Proverbios 3:5-6). Cuando tú tienes que
tomar decisiones importantes ¿vas a Dios primero? Piensa en alguna decisión que tienes que tomar o un
problema que necesitas resolver. Antes de tratar de resolverlo por ti mismo, vé ante Dios. Pregúntale qué es lo
que debes hacer. ¡Él promete darnos sabiduría cuando se lo pedimos! (véase Santiago 1:5).
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Una efa era como 22 litros, y un hin era como 3.5 litros. ¿Aproximadamente cuántos animales y cuánto grano, aceite
y bebida se debía ofrecer en el curso de un año para las ofrendas diarias?
3. Considera el gasto que representaban estas ofrendas. Considera también las horas del día a las que se debían hacer
las ofrendas y lo que Dios dijo acerca de ellos. ¿Qué importancia práctica sugieren estos detalles para ti y para tu
manera de adorar a Dios el día de hoy?
¡Aprende la VERDAD!
Nuestro versículo de memorización describe cómo deben adorar a Dios los creyentes en la
actualidad. Gracias a Jesús, nosotros ya no ofrecemos sacrificios de animales para cubrir nuestros
pecados. Jesús pagó por nuestros pecados una vez por todas en la cruz. Pero, ¿ofrecemos nuestras vidas
a Dios como sacrificios vivos y activos? Cada mañana de esta semana, ofrece tu adoración a Dios
presentándole tu vida para que Él la use como Él quiera. ¿Cómo afecta esto tu manera de ver la
adoración? Prepárate para hablar acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
5. Por tus estudios anteriores de Mar Rojo al Río Jordán, ¿qué recuerdas sobre la importancia de la Pascua y lo que
conmemoraba? (Véase Éxodo 12.)
7. ¿Qué recordatorio hizo Dios respecto a los sacrificios de animales que debían ofrecerse durante estas fiestas
(Números 28:19, 31)? ¿Qué te dice esto respecto al tipo de adoración que Dios merece, no sólo entonces, sino ahora?
9. ¿Cuál era la importancia del Día de Expiación? ¿En qué difería de las demás fiestas (29:7, véase también Levítico
16:29-30)?
10. Haz los cálculos para determinar el número de toros, carneros y corderos que se requerían durante la celebración de
8 días de la Fiesta de las Enramadas.
13. Considera el costo, compromiso de tiempo y el involucramiento emocional que Dios esperaba de los israelitas
cuando le adoraban a Él. ¿Qué es lo que piensas y sientes tú cuando comparas la adoración israelita con la manera en
que tú adoras hoy?
14. Repasa lo que cada una de las fiestas conmemoraba para el pueblo de Israel (preguntas 5, 6, 7, 8 y 10). ¿Has
experimentado el cuidado de Dios en alguna de estas maneras? ¿Cómo podría eso influir sobre tu adoración de Él?
16. ¿Qué se requería de las mujeres que hacían votos? ¿Cómo afectaba el estado civil de la mujer estos requisitos?
17. ¿Por qué crees que es tan importante para Dios que cumplamos las promesas que hacemos?
¡Aplica la VERDAD!
Dios quiere que seamos personas que cumplimos nuestra palabra. Cuando decimos que
haremos algo, Él quiere que en realidad lo hagamos. Cuando prometemos no
hacer algo, Él quiere que cumplamos esa promesa. ¿Qué tan bueno eres para cumplir tu palabra? ¿Otros
dirían que tu sí significa sí y tu no significa no? (Véase Mateo 5:33-37; Santiago 5:12.) Pide a Dios que
te ayude a poner mucha atención a tus palabras. Pídele que te ayude a ser confiable en todo lo que dices.
Prepárate para comentar sobre esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 28 Comentario
Piensa en el culto tan abundante. Tan sólo en los holocaustos regulares diarios, semanales y
mensuales—no relacionados con el pecado y que no eran parte de ninguna fiesta—Israel
ofrecía aproximadamente 900 corderos. Estas ofrendas, junto
con los toros y los carneros, la harina y el aceite, se daban cada mes con el único propósito de adorar a
Dios. No expiaban pecados ni culpa. No se ofrecían con la expectativa de recibir nada a cambio. Se
ofrecían únicamente porque Dios es digno. Siglos después de que Israel se hubiera establecido en la
Tierra Prometida, el Rey David afirmó este princiío: “No voy a ofrecer al SEÑOR mi Dios holocaustos
que nada me cuesten,” (2 Samuel 24:24). ¿Te cuesta algo adorar a Dios?
Ofrendas Festivas
Además de las ofrendas diarias, semanales y mensuales para el Señor, los israelitas debían celebrar ciertos días
santos con ofrendas adicionales.
Como aprendimos en nuestro estudio anterior de las fiestas de Israel, la Pascua era la primera fiesta en el
calendario hebreo. Se celebraba a los 14 días de iniciado el Nuevo Año, seguida por la fiesta de los Panes sin
Levadura. Esta fiesta de 7 días comenzaba y concluía con una santa convocación. No se debía hacer ningún
trabajo en estos días. Cada día de la fiesta se ofrecían a Dios dos toros, un carnero y 7 corderos, junto con un
macho cabrío como ofrenda por el pecado. Estos sacrificios eran adicionales a las ofrendas diarias.
La Fiesta de las Semanas ocurría siete semanas después de la Pascua. En esta fiesta Israel ofrecía al Señor sus
primicias, que correspondían al inicio de la cosecha. Al ofrecer a Dios los primeros frutos de lo que producía
la tierra en lugar de consumirlo, expresaban fe en la capacidad de Dios para proveerles durante el resto de la
cosecha.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 28 4
La ofrenda establecida para esta fiesta eran 2 toros, un carnero, 7 corderos de un año, un macho cabrío como
ofrenda por el pecado, y la cantidad requerida de harina fina mezclada con aceite. (Este día llegaría a ser
conocido como Pentecostés—una palabra que significa 50—porque se celebraba 50 días después de la Pascua.)
La Fiesta de las Trompetas era el primero de tres festivales del otoño. El primer día del séptimo mes la gente
interrumpía su trabajo, sonaban trompetas y hacían ofrendas especiales: un carnero, 7 corderos de un año, y
ofrendas de grano. También sacrificaban un macho cabrío como ofrenda por el pecado. Las trompetas eran un
clamor a Dios para que los salvara de sus enemigos (véase 10:7-10). La Fiesta de las Trompetas conducía al
día más sagrado del año para Israel, el Día de la Expiación.
Nueve días después de la Fiesta de las Trompetas, todos los israelitas se debían humillar ante Dios y reunirse
para una santa convocación. Como en los demás días santos, hacían ofrendas especiales en este día, y no
hacían nada de trabajo. Sin embargo, a diferencia de los otros días, no había fiesta. Más bien, la gente debía
ayunar. Los sacerdotes conducían al pueblo en la celebración del ritual descrito en Levítico 16 y aplicaban la
ofrenda por la expiación por ellos. Además de las ofrendas que eran parte de la ceremonia de la expiación,
Israel también debía ofrecer un toro, un carnero, y 7 corderos de un año, sin mancha, junto con las ofrendas de
grano. Por supuesto que también se harían las ofrendas diarias.
La Fiesta de las Enramadas se celebraba ocho días después del Día de la Expiación. Duraba una semana. Se
hacían ofrendas especiales cada día. De hecho, las ofrendas durante la Fiesta de las Enramadas eran las más
abundantes de todo el año. Tan sólo en el primer día de la fiesta, los sacerdotes ofrecían 13 toros, 2
carneros, 1 macho cabrío, y 14 corderitos para sacrificio, junto con las ofrendas de grano.
Subsecuentemente, seguían ofreciendo gran número de sacrificios, aunque sólo se requería un toro cada día.
Éstos eran adicionales a las ofrendas que se requerían cada mañana y cada tarde.
Las listas de los sacrificios requeridos pudieran parecer muy repetitivas y demandantes. Pero Dios tenía Sus
razones para esto. Él quería ocupar el primer lugar en la mente de los israelitas. Los eventos de todo un año
calendario les ayudarían a no olvidar su relación con Él y Su prioridad en sus vidas. Sin embargo, estos
sacrificios no reconciliarían permanentemente al pueblo con Dios. Ni siquiera las ofrendas perpetuas podían
impartir al ser humano una justificación delante de Dios—ni era ése su propósito. Eso sólo lo podía lograr el
sacrificio de una vez para siempre hecho por el Hijo de Dios, Jesucristo (véase Hebreos 10:10).
Votos
Los votos son promesas condicionales que la gente hace a Dios. La gente suele hacer votos en momentos de
crisis. Sin embargo, cuando se resuelve la crisis, a veces se ven tentados a violar esos votos. Pero Dios le
asigna un alto valor al cumplimiento de los votos. Así que Él les dio a los israelitas reglas respecto a esto. El
principio general para los votos de los hombres israelitas aparece en Números 30:1-2. Los hombres que se
comprometían bajo un juramento o un voto estaban obligados a honrar ese voto. Las viudas y las mujeres
divorciadas también tenían que honrar sus votos. Sin embargo, si una mujer joven aún vivía en casa de sus
padres, su padre podía revocar el voto de ella si él no estaba de acuerdo con el voto. El marido podía anular el
voto de su esposa, pero tenía que actuar en el día en que él se enterara. Si demoraba, el voto permanecería.
Estas precauciones estaban diseñadas para proteger a la mujer.
Piensa en cómo ve Dios a la mujer. No era raro en tiempos bíblicos—ni ahora en algunas
culturas—que la mujer sea vista como inferior a los hombres. Pero Dios ve de muy diferente
manera a la mujer. Él creó a las mujeres a Su imagen, igual que al
hombre (véase Génesis 1:27). Dios permitía que las mujeres hicieran votos. Como Él permitía que las
viudas y las divorciadas hicieran votos sin la aprobación de un hombre, resulta claro que Él veía a la
mujer como capaz de tomar decisiones importantes. Él les dio el privilegio de tener su propia relación
con Él.
¡Personaliza la VERDAD!
La adoración de Dios era la pieza central en la vida de los israelitas. Ellos no sólo
adoraban en el sábado. Adoraban los 365 días del año, mañana y tarde, año tras año. ¿Cómo
sería si tú tuvieras un patrón diario, regular de adorar a Dios? ¿Qué
efecto tendría sobre tu fe? ¿Sobre tu santidad? ¿Sobre tu amor por Dios? Habla con Dios acerca de la
manera de incorporar más adoración en tu vida diaria. Empieza a practicar las ideas que Él te dé, y
observa cómo crecen tu fe y tu amor por Él!
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. Proverbios 20:22 dice: “Nunca digas: ‘¡Me vengaré de ese daño!’ Confía en el SEÑOR, y él actuará por ti.” ¿De quién
es la responsabilidad de vengar el daño? ¿Quién no debe tomar venganza? (Véase también Levítico 19:18 y tu
versículo de memorización.)
¡Aprende la VERDAD!
En Mateo 18:6 Jesús hizo una fuerte advertencia a la gente de que no condujeran a otros a pecar.
Dijo: “Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al
cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.” Probablemente nosotros no
llevemos a otras personas a pecar tan intencionalmente como lo hicieron los madianitas, pero si no estamos
caminando cerca de Jesús, puede suceder. Pide al Espíritu Santo que te haga sensible a tus hermanos y
hermanas en Cristo para que no les hagas tropezar con tus palabras, actitudes o conducta. ¿Cómo hace esta
oración que cambies lo que piensas, sientes, haces y dices? Prepárate para compartir acerca de esto con tu
Grupo Pequeño.
5. A pesar de esta increíble victoria, Moisés estaba enojado con los oficiales del ejército. ¿Por qué? ¿Qué les ordenó
Moisés a los oficiales que hicieran como resultado de esto? ¿Qué lección podemos aprender de esto?
6. ¿Qué sucedió con los despojos de la batalla? Menciona las diferentes maneras en que se distribuyó. ¿Ves algún
significado en lo que hicieron los israelitas con los despojos?
8. Según 32:6-7, ¿qué acusaciones directas e indirectas hizo Moisés contra las tribus de Rubén y Gad?
9. ¿Qué era lo que Moisés temía que sucedería, en última instancia, si se les concediera su petición a los rubenitas y los
gaditas?
11. ¿Sobre qué condiciones dio Moisés su aprobación a su petición? ¿Qué advertencia les hizo también?
12. ¿Cómo aseguró Moisés que el acuerdo al que habían llegado él y las dos tribus se cumplirían, aun después de que él
muriera?
14. Al recordar los diversos eventos que ocurrieron durante los 40 años en que Israel vagó por el desierto, ¿cuáles son
dos o tres ejemplos de la fidelidad de Dios que te llaman más la atención? Explica.
15. ¿Qué instrucciones y advertencia le hizo Dios a Moisés en la ribera del río Jordán? ¿Qué dijo Dios que sucedería si
Israel no escuchaba Su advertencia?
¡Aplica la VERDAD!
Parece que Moisés pudiera haber malinterpretado las motivaciones de los rubenitas y los gaditas. Él
reaccionó ante su petición súbita y airadamente. Él pensó lo peor de ellos,
comparándolos con hombres rebeldes del pasado de Israel, e incluso les llamó “caterva de pecadores.” Los
rubenitas y gaditas respondieron amablemente a las acusaciones de Moisés, y se llegó a un acuerdo pacífico.
No obstante, la reacción de Moisés nos recuerda la palabra sabia contenida en Santiago 1:19: “Todos deben
estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.” ¿Eres tú un buen oyente? ¿Piensas lo
mejor de otros, o eres pronto para juzagarlos? Esta semana, concéntrate en ser paciente al escuchar a otros.
Pide a Dios que te ayude a ver lo mejor en otros y no hablar o reaccionar con demasiada rapidez. Prepárate
para hablar acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
Lección 29 Comentario
Piensa en venganza. Recuerda siempre que ni Moisés ni Israel decidieron vengarse de Madián—
Dios tomó la iniciativa. A Dios le toca la venganza, no a nosotros. Levítico 19:18 dice: “No seas
vengativo con tu prójimo,” y en Deuteronomio 32:35 Dios dijo: “Mía es la venganza.” En el Nuevo
Testamento, Pablo dice claramente: “No tomen venganza,
hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo
pagaré’, dice el Señor. ” (Romanos 12:19). Dios se encargará de hacer justicia. Pero lo hará en Su propio
tiempo y a Su propia manera. Él es un juez justo (véase Salmo 9:8).
El botín de guerra tomado de los madianitas derrotados fue enorme. Dios dijo que lo dividieran en dos partes.
Una mitad era para los 12,000 hombres de guerra que habían ido a la batalla. La otra mitad de repartió entre
todos los demás, aplicándose un tributo a cada uno para darlo a los levitas y al tabernáculo. Después de esta
repartición, los comandantes del ejército reportaron la asombrosa noticia: “Tus siervos han pasado revista, y
no falta ninguno de los soldados que estaban bajo nuestras órdenes.” Por esta razón, el ejército quería hacer
una ofrenda al Señor. Le pidieron a Moisés que aceptara el botín de oro que habían recogido. El enorme
donativo, de unas 420 libras de oro, era para reconocer la asombrosa bondad de Dios en la preservación de las
vidas de los soldados israelitas.
La Petición de Rubén y Gad
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 29 4
Israel había estado acampando al lado oriente del Jordán. La tierra de ese lado del río era buena para que
pastaran los animales. Las tribus de Rubén y Gad, ambas tenían rebaños muy grandes. Ellos querían
establecerse en estas tierras. Le preguntaron a Moisés si podían vivir allí en lugar de cruzar al otro lado del
Jordán con el resto de Israel. Pero su petición irritó e hizo enojar a Moisés. Él creyó que si ellos se quedaban
atrás podrían desalentar a los demás israelitas. Él estimaba que también reduciría el número de hombres de
guerra que Israel necesitaba para conquistar Canaán. Moisés comparó a estos hombres con los espías cobardes
en Cades-Barnea. Ellos habían infundido temor y duda al corazón de Israel y habían provocado la ira del
Señor. Moisés no permitiría que se repitiera esa situación.
Los líderes de Rubén y Gad aclararon su petición. Ellos no abandonarían a sus compatriotas. Ellos dejarían a
sus familias y su ganado al lado oriente del Jordán y acompañarían al ejército de Israel para la invasión.
Prometieron su fidelidad por el tiempo que durara la guerra, prometiendo no volver a casa “hasta que cada
uno de los israelitas haya recibido su heredad.” Moisés aceptó, pero advirtió a las tribus que Dios les exigiría
que cumplieran su promesa. Abandonar a Israel sería rebelarse contra Dios. No obstante, una vez que la tierra
al poniente del Jordán fuera colonizada, los hombres de Rubén y Gad podrían regresar a sus familias y sus
rebaños. Las tribus al lado oriente vivirían en esta tierra llamada Galaad, también conocida como
Transjordania.
Revisando el Pasado
La mayoría de los israelitas eran demasiado jóvenes para recordar el viaje de su pueblo al salir de Egipto.
Para recordarles lo que Dios había hecho por ellos, Moisés documentó el viaje completo desde el Mar Rojo
hasta el Río Jordán. La mayoría de los 40 puntos en los que acamparon no son identificables en la actualidad.
Más importante que las ubicaciones mismas es la manera en la que Dios proveyó para más de un millón de
personas en su travesía del desierto durante 40 años. Como escritor de este relato, Moisés dio testimonio de
primera mano de la fidelidad de Dios a Israel.
Números 33:50-56 contiene algunas de las palabras más importantes de Dios a Moisés. Israel no debía vivir
junto a los habitantes de la tierra. Esta tierra había sido dada a Israel en el pacto que hizo Dios con Abraham
siglos antes. Israel debía expulsar a sus habitantes y tomar posesión de ella. Israel debía destruir a todos los
ídolos que encontraran allí. El culto a los dioses falsos representaba un riesgo mucho más grande que lo que
eran los ejércitos que los defendían. Dios quería proteger a Su pueblo contra esa amenaza.
Piensa en la eliminación del pecado de nuestras vidas. Dios dijo a Israel que expulsaran a los
habitantes de la tierra y que destruyeran todo ídolo. De manera similar, si hemos de vivir las vidas
santas a las que Dios nos ha llamado, tenemos que quitar toda influencia
pecaminosa de nuestras vidas. Romanos 8:13 dice: “Si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos
del cuerpo, vivirán.” Colosenses 3:5 nos manda “hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal:
inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia.”
Sin embargo, si el pueblo no acataba Sus instrucciones, sus vidas estarían plagadas de problemas. Si toleraban
entre ellos a los idólatras, esas personas “que dejan allí, esa gente les causará problemas, como si tuvieran
clavadas astillas en los ojos y espinas en los costados.” Si toleraban el mal en su tierra, ellos mismos
enfrentarían juicio severo de parte de Dios: “Yo haré con ustedes lo que había pensado hacer con ellos.”
¡Personaliza la VERDAD!
Al final de su vida, Moisés escribió un registro completo de los lugares por los que Dios lo había
guiado a él y a los israelitas durante sus 40 años en el desierto. Imagina lo que debe haber sentido Moisés al
reflexionar sobre todas las maneras en las que Dios le había ayudado y protegido. Israel había disfrutado
experiencias increíbles del poder, la gloria y la presencia de Dios.
¿Cómo sería si tú hicieras un registro de todos los lugares por los que Dios te ha llevado en tu viaje espiritual
hasta hoy? ¿Dónde has visto más claramente Su presencia? ¿Dónde llegaste a amarlo a Él más
profundamente? Mientras haces memoria, agradece y alaba a Dios por Su cuidado de ti en todas las etapas de
tu vida hasta ahora.
ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1
2. En el Salmo 16:6, David dijo: “Bellos lugares me han tocado en suerte; ¡preciosa herencia me ha correspondido!”
¿Qué crees que significa esto? ¿Cómo se podría interpretar esto como una alabanza a Dios?
¡Aprende la VERDAD!
Hechos 17:26-27 dice que Dios escogió los momentos y lugares exactos en los que vivirían las
personas, “para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren.” Dios determinó tu “heredad”—
la familia y la nación en la que naciste, los dones y talentos que tienes. Él determinó lo que era mejor para ti,
y ése es Su regalo para ti. Esta semana, reflexiona sobre la heredad que Él ha elegido para ti. ¿De qué manera
te han ayudado los “limites” que Él ha elegido para ti, a buscarle y encontrarle a Él? Prepárate para comentar
sobre esto en tu Grupo Pequeño.
5. ¿Por qué crees que Él no permitió que el pueblo seleccionara a los hombres que ayudarían a Josué y Eleazar?
6. ¿Cómo se deben elegir los líderes del pueblo de Dios hoy? (Véase Hechos 13:1-3; 1 Corintios 12:4-11; y Efesios
4:11-12.)
8. Repasa 18:20-24. ¿Por qué los levitas no recibieron heredad de tierras para ellos mismos?
9. ¿Cómo se expresa la justicia de Dios en Su manera de ordenar que se hiciera esta distribución? (Véase 35:8.)
11. ¿Cómo se distinguía a la persona que “mata a alguien inadvertidamente” del “asesino” (Números 35:11, 16)?
12. ¿Quién determinaba si una persona era culpable de homicidio? ¿Cuál era el castigo y cómo se ejecutaba? ¿Por qué
era necesario esto, según 35:33-34?
13. ¿Qué sucedía con la persona que era encontrada inocente de homicidio, pero culpable de homicidio imprudencial?
14. ¿De qué manera ofrecían justicia estos mandamientos, tanto a la persona acusada como a las familias que habían
sufrido la pérdida de un ser querido?
16. Aun cuando estos son los versículos finales del libro de Números, ¿qué evento importante aún no había ocurrido?
(Véase 27:12-13).
17. Al recordar la vida y el ministerio de Moisés, ¿qué es lo que más te impresiona? ¿Qué has aprendido de él que
quisieras aplicar en tu propia vida?
¡Aplica la VERDAD!
La fe de Moisés, Josué y Caleb creció aun mientras la mayoría de Israel se quejaba, dudaba y se
rebelaba. Todos experimentaron pruebas duras en el desierto. Pero algunos
profundizaron más en su fe y en su obediencia, mientras otros se alejaron más de Dios. Lee 1 Pedro 2:37; y
Santiago 1:2-4. ¿Qué es lo que hace que uno crezca y se fortalezca por medio de las pruebas y otro se aleje de
Dios? ¿Cómo podrías aplicar esta verdad a tus circunstancias el día de hoy? Prepárate para compartir acerca
de esto con tu Grupo Pequeño.
Lección 30 Comentario
Piensa en que la verdadera justicia requiere tanto la protección del inocente como el castigo del
culpable. La condenación del inocente es una falla de la justicia. Pero también lo es el pasar por
alto o absolver los delitos de los culpables. Mediante el establecimiento
de las ciudades de refugio, Dios proveyó justicia, tanto para el culpable como para el inocente.
Las ciudades de refugio no eran diseñadas para proteger a los asesinos. Más bien, proveían refugio para las
personas que no habían tenido intenciones de matar. Una vez que hubieran huido a una ciudad de refugio, la
persona acusada sería juzgada. Si era encontrado culpable, el “vengador de la sangre” lo ejecutaría.
No había ningún sacrificio que pudiera hacer expiación por el homicidio. La sangre de un animal no podía
expiar por el pecado de privar a un ser humano de su vida. Dios había dejado claro este principio desde los
tiempos de Noé: “Si alguien derrama la sangre de un ser humano, otro ser humano derramará la suya, porque
el ser humano ha sido creado a imagen de Dios mismo” (Génesis 9:6). No traer al homicida a juicio sería
robarle a la humanidad la dignidad de ser hechos a la imagen de Dios. También contaminaría la tierra que
Dios había separado para Israel.
Homicidios no intencionales se manejaban de manera diferente a los asesinatos. Si el pueblo determinaba que un
hombre había ocasionado la muerte de alguien, pero no lo había hecho a propósito, se le perdonaba la vida. La
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 30 4
ciudad de refugio sería su residencia hasta la muerte del sumo sacerdote. El homicida perdería la libertad, pero
podría seguir viviendo una vida normal dentro de los muros de la ciudad.
Si el homicida salía de la ciudad, el vengador podría matarlo. Pero después de la muerte del sumo sacerdote
de Israel, el homicida estaba en libertad para regresar a su lugar de origen. Algunos eruditos piensan que este
punto es importante. Piensan que presagia al Sumo Sacerdote supremo, Jesucristo, y la libertad del pecado
que Él adquirió para nosotros por Su muerte.
Piensa en Jesús como nuestra “Ciudad de Refugio.” Todos hemos cometido delitos que
ameritan la muerte (véase Romanos 3:23; 6:23). Nuestro pecado ocasionó la muerte de Jesucristo
(véase Isaías 53:4-5; 1 Corintios 15:3). Plenamente consciente de nuestra
culpabilidad, el acusador, Satanás (véase Apocalipsis 12:10), busca la ejecución de todos nosotros.
¡Pero Jesús es nuestro refugio! Hebreos 6:18 nos asegura que cuando nos refugiamos en Él, tenemos
una “firme y segura ancla del alma.” ¡Estamos seguros en Jesús, nuestra gran sumo sacerdote, para
siempre! ¿Has recurrido a Él para tu seguridad?
La Transferencia de la Tierra
El libro de Números termina con una descripción de la manera en que se traspasaría la tierra a las nuevas
generaciones. Como vimos en Números 27, Dios había dicho que las hijas que no tuvieran hermanos vivos
podían recibir la heredad de su padre después de la muerte de él. Luego los miembros de la tribu de Manasés
preguntaron qué debía suceder cuando tales mujeres—específicamente las hijas de Zelofejad—se casaban con
alguien de otra tribu.
La pregunta no era si las mujeres tenían derecho a heredar la propiedad—Dios ya había explicado eso. La
pregunta era respecto a los derechos a la propiedad en las generaciones futuras. La heredad de las mujeres
sería transferida a las tribus de sus maridos. A los líderes de Manasés les preocupaba que esto haría que
perdieran parte la tierra de su heredad. El año del jubileo (véase Levítico 27:17-25) no ayudaría. Cada 50
años, los derechos a la propiedad volvían a los dueños originales y se cancelaban todas las deudas. Sin
embargo, en el caso de matrimonio, la propiedad de una mujer se convertía en propiedad de su marido para
siempre.
Así que, Moisés consultó el asunto con Dios. Dios les indicó a tales mujeres que encontraran maridos de sus
propias tribus. Dios luego emitió el siguiente principio más amplio: “Ninguna heredad en Israel podrá pasar de
una tribu a otra.” Este reglamento llegó a ser parte de los mandamientos permanentes que el Señor dio a Israel
mientras acampaban en las llanuras de Moab.
Sólo le quedaba a Moisés una última tarea por completar. Predicó un largo sermón relatando todo lo que Dios
había hecho por Israel y lo que tenía planeado hacer por ellos—si tan sólo le seguían y le obedecían. Este
sermón constituye la mayor parte del libro de Deuteronomio. Cuando terminó el sermón, Dios le permitió ver
la Tierra Prometida desde el Monte Nebo en Moab. Luego, a los 120 años de edad, murió. Dios mismo lo
sepultó, pero nadie sabe dónde. Deuteronomio 34:7 dice que al final de su larga y admirable vida, “no se había
debilitado su vista ni había perdido su vigor.”
¡Personaliza la VERDAD!
Nuestro versículo de memorización y también 1 Corintios 10:11-12 explica que las cosas que les
sucedieron a los israelitas en el desierto son ejemplo para nosotros: “Todo eso les sucedió para servir de
ejemplo. . . Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer.” Recuerda todo tu estudio
de Mar Rojo al Río Jordán. ¿Qué has aprendido del ejemplo de los israelitas? ¿Qué advertencias estás
tomando a pecho? ¿Cómo piensas aplicar estas cosas a tu vida? No permitas que las experiencias de ellos se
desperdicien—aprende y crece por ellas.