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2. ¿Con qué sentidos habían experimentado Juan y los primeros discípulos a éste que había sido “desde el principio”?
3. ¿A quién es más probable que le creas—a un testigo presencial o a alguien que ha oído de segunda mano? ¿Por qué?
6. ¿De qué manera crees que compartir una experiencia que has tenido con Dios podría hacer crecer tu relación con
otro creyente? ¿Cómo podría aumentar tu gozo?
¡Aprende la VERDAD!
¿Qué habría sido ser testigo presencial de Jesucristo? ¿Haberle visto, oído y tocado? ¿Haberle
observado interactuando con la gente? Juan escribió estos versículos años después de haber
caminado y vivido con Jesucristo, sin embargo, aún podemos percibir su emoción. Esta semana, escoge tu
relato favorito acerca de Jesús. Léelo y medítalo. Imagina que eres parte del relato. ¿Qué es lo que ves?
¿Oyes? ¿Tocas? ¿Sientes? ¿Cómo cobra vida la historia para ti? ¿De qué manera es más real Jesús para ti?
Comparte tu experiencia con tu Grupo Pequeño.
8. ¿Por qué crees que Juan usó la imagen de luz para describir a Dios?
11. ¿Por qué crees que es importante que las acciones del cristiano correspondan a lo que el cristiano dice creer?
12. ¿Cuáles son los dos beneficios de andar en la luz? ¿Por qué crees que Juan relacionó estos dos beneficios entre sí?
13. Según 1:8, ¿cómo describió Juan a la persona que dice que “no tiene pecado”?
15. ¿Cuáles dos cosas suceden cuando confesamos nuestros pecados a Dios? ¿En qué difieren estas dos cosas?
16. ¿Cómo crees que hacemos a Dios mentiroso cuando insistimos en que no hemos pecado?
17. ¿Cómo nos protege contra el pecado y el auto-engaño, tener la Palabra de Dios en nosotros?
¡Aplica la VERDAD!
Juan usó la imagen de caminar para describir el viaje espiritual continuo que compartimos con
otros creyentes. ¿Tienes tú un compañero espiritual? Hay gran gozo en compartir anécdotas
sobre el viaje espiritual con otra persona. ¿Con quién podrías hacer esto en esta semana? Si es tu primera
vez con esta persona, podrías hablar sobre algunas áreas en las que has visto a Dios obrar recientemente.
Si conoces bien a la persona, podrías profundizar más, haciendo preguntas como: ¿Cómo te ha estado
retando Dios a crecer últimamente? Anota cualquier idea buena o perspectiva nueva que proceda de tu
conversación.
Lección 3 Comentario
La Realidad de Jesús
Juan amaba a sus lectores como un padre ama a sus propios hijos. Quería que ellos confiaran en la verdad de
su fe para que pudieran reconocer el engaño si se encontraran frente a él.
La introducción en 1 Juan es similar a sus palabras iniciales en el Evangelio de Juan. Presentó a Jesús como el
Verbo de Dios y la vida de Dios en acción. Jesús había revelado a Dios al mundo, entrando al mundo como
bebé recién nacido, viviendo una vida humana y muriendo una muerte humana sobre la tierra. Juan insistió en
que Jesús era un auténtico ser humano. Alguien a quien él había visto y tocado. Él quería compartir con sus
lectores respecto a su experiencia personal, de la vida real con Jesús.
Vida Cristiana – Lección 3 4
Juan estaba ansioso por recordar a sus lectores que en Jesucristo, ellos habían sido hechos nuevos. Eran gente
de la luz y gente de la verdad. Gracias al increíble poder de Dios, ellos podían ser vencedores sobre el pecado
y el mal en su mundo. Podían llegar a Él confiadamente y podían amar a Su pueblo con sinceridad.
Luz y Tinieblas
Juan sabía que “Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.” Para Juan, luz y tinieblas ilustraban el absoluto
contraste entre la verdad y las mentiras. Él volvería a esta idea varias veces en su carta.
La Biblia frecuentemente se refiere a luz y tinieblas para simbolizar el bien contra el mal y conocimiento
espiritual contra ceguera espiritual. Dios es completamente bueno y puro, y Él es la Fuente de todo verdadero
conocimiento y discernimiento. En su Evangelio, Juan dijo que cuando vino Jesús, la “luz verdadera” vino al
mundo. En Jesús estaba la vida, y esa vida era luz para todo hombre (Juan 1:4, 9). La gente que escogió la
oscuridad en lugar de escoger la luz de Jesús mostraba que sus obras eran malas (Juan 3:19). Jesús declaró,
“Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan
8:12).
La Escritura también usa la luz como una ilustración de la diferencia en nuestras vidas cuando pertenecemos a
Dios y podemos disfrutar de comunión con Dios. Pablo recordó a los seguidores de Cristo que sin Él somos
“tinieblas,” pero que ahora somos “luz en el Señor” (Efesios 5:8). “Anden como hijos de luz,” insistía. Juan
recordó a sus lectores que sus palabras y sus acciones están conectadas. “Si afirmamos que tenemos comunión
con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.” Nuestros encuentros con
la pura y verdadera luz de Dios pueden transformar nuestra manera de vivir.
Piensa en las lámparas de aceite. La gente en los tiempos de Juan casi no tenían acceso a la luz
artificial. Sus lámparas eran pequeños jarros de barro, llenos de aceite y con una mecha
flotante. Las lámparas daban sólo suficiente luz para iluminar el siguiente paso. Como el aceite
era escaso, la gente muchas veces compartía una lámpara y caminaban muy cerca uno del
otro. Cualquier alejamiento de la lámpara significaba oscuridad. Juan les decía a los creyentes que Dios es
nuestra luz. Para permanecer en Su luz y evitar tropezar en las tinieblas, tenemos que caminar cerca de Él.
Ya no tenemos que seguir encubriendo nuestro pecado. No tenemos que ceder a la tentación de mentir acerca
de nuestro pecado. Reconocemos que todos han pecado y han quedado fuera de la perfecta santidad de Dios
(Romanos 3:23). Pero Jesucristo abrió el camino para que seamos limpiados ante Dios. Jesús ha hecho un
camino para que seamos restaurados a la comunión con Dios. Sólo tenemos que reconocer que lo que Dios
llama pecado es pecado.
Cuando decimos que no hemos pecado, a pesar de que Su Palabra dice que sí hemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos. Cuando reconocemos que lo que hemos estado haciendo es pecaminoso, confesamos
nuestros pecados a Dios y nos alineamos con Su verdad. La palabra confesar significa estar de acuerdo con.
Cuando coincidimos con Dios en que necesitamos perdón y se lo pedimos a Él, Él inmediatamente nos
perdona. Él nos limpia de toda maldad. No tenemos que conquistar nuestros pecados en nuestras propias
fuerzas. Dios quiere darnos nuevos corazones, nuevos deseos y nuevas vidas.
Debido a Su amor, Dios hizo que Su Hijo único—quien jamás pecó—fuera hecho pecado por nosotros. Cristo
pagó la pena de nuestro pecado para que nosotros pudiéramos ser perdonados y limpiados (1 Pedro 2:24).
¡Personaliza la VERDAD!
Juan les dijo a los seguidores de Jesús que es importante reconocer y confesar nuestros
pecados a Dios. También es importante creer Sus promesas de perdonarnos y hacernos
nuevos. Tanto la confesión como la confianza nos ayudan a seguir caminando en la luz de
Dios y en íntima comunión con Él. ¿Te resulta difícil reconocer áreas en las que te has alejado de Dios? ¿O
luchas para aceptar la verdad de que Dios en realidad te perdonará y te limpiará? Habla con Él acerca de
cómo puedes recibir ambas verdades importantes.