Leamos el versículo 1 de este capítulo 11 de Isaías, donde comienza a hablarse de:
La persona y el poder del rey "Saldrá una vara del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces" Otra traducción lo expresa de esta manera: "Y brotará un retoño del trono de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto". Observemos que aquí se menciona una "vara" o un retoño, pero no se hace referencia a David; se menciona al padre de David. Quiere decir que el Señor Jesucristo como la Vara, el Vástago y el Tronco que procede del mismo rey David. Bueno, el linaje real comenzó con David. Isaí era un agricultor, un pastor de ovejas, vivía en una pequeña población llamada Belén. El linaje real, la línea de descendencia de David se había rebajado al nivel de un campesino. Ya no pertenecía a un príncipe criado en un palacio, sino a Alguien criado en el taller de un carpintero. Por lo tanto, Isaías escribió, con delicadeza, que el retoño procedería del tronco de Isaí. Ahora, leamos el versículo 2, de este capítulo 11 de Isaías, donde podemos ver algunas características del Rey: "Y reposará sobre él el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor." Éstos son las siete características del espíritu que reposó sobre el Señor Jesucristo, y que expresan la plenitud del poder: (1) es del Señor; (2) de sabiduría; (3) de inteligencia; (4) de consejo; (5) de poder; (6) de conocimiento y (7) de temor del Señor. El número siete en las Sagradas Escrituras no representa necesariamente a la perfección. La idea principal significa plenitud, algo que es completo. En el Evangelio de Juan 3:34 leemos: "Dios no da el Espíritu por medida". Y en la carta del apóstol Pablo a los Efesios 5:18 se nos aconseja sed llenos del Espíritu. En el recipiente de nuestra vida cristiana, algunos de nosotros tenemos sólo unas gotas allí en el fondo, otros tienen una cuarta parte del vaso, otros la mitad. Realmente uno encuentra a pocos cristianos que estén verdaderamente llenos del Espíritu Santo. Una niña solía decir en su oración: "Señor, lléname de Tu Espíritu Santo. Yo no puedo tener mucha cantidad, pero puedo rebosar mucho". Y hay muy pocos creyentes que están tan llenos que rebosan por todas partes. En este sentido, el Señor Jesucristo fue una excepción. (1) Se nos dice aquí que en primer lugar reposará sobre Él el Espíritu del Señor. El Señor Jesucristo, en su humanidad, vivió en el poder del Espíritu. Cuando Él regrese, va a gobernar en el poder del Espíritu. (2) Aquí vemos que es el espíritu de sabiduría. En la primera epístola de Pablo a los Corintios 1:30 dice que Dios le ha hecho nuestra sabiduría. En el día de hoy, Él es el único que puede guiarnos a través de esta vida. La realidad, amigo oyente, es que, ni usted ni yo podemos enfrentarnos al mundo del presente. El Señor Jesucristo pudo decir en Juan 14:30, "viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí". Satanás no tiene ningún poder ni dominio sobre Él, pero sí puede encontrar algo en nosotros. Necesitamos el espíritu de sabiduría y el Señor Jesucristo es ese espíritu de sabiduría. (3). Aquí se menciona también un espíritu de inteligencia, lo cual se refiere a un discernimiento espiritual. Es algo realmente entristecedor descubrir que pocos creyentes tienen alguna clase de discernimiento. Nos sorprende ver la forma en que algunas personas siguen a un individuo, basándose solamente en experiencias humanas. Parece que valoran su apariencia o el sonido de su voz, pero no comprenden realmente lo que está diciendo, o si lo que está diciendo está de acuerdo con la Palabra de Dios. Los cristianos necesitan ese espíritu de inteligencia. Ésta es una de las cosas por las cuales siempre hemos orado y que parece ser más necesaria que nunca antes. Necesitamos ser conscientes de quienes están de parte del Señor, y quienes no lo están. Esta falta de inteligencia para considerar los asuntos espirituales se manifiesta de muchas maneras. Algunos cristianos evidencian una falta de comprensión del carácter, o de la situación de otros cristianos. En otros se nota una falta de comprensión de los alcances y posibilidades de la obra de Dios. Hay algunos que juzgan las cosas a primera vista, sin profundizar y emiten juicios u opiniones apresuradas. A veces los creyentes se dejan influenciar fácilmente por las opiniones de los demás, no distinguen las motivaciones ni perciben si éstas son espirituales o simplemente egoístas. Amigo oyente, cuan importante es la Inteligencia espiritual. ¿Ha orado usted alguna vez por eso? Pídale a Dios que le dé el espíritu de inteligencia, para aplicarlo a todos los asuntos personales de su vida y a los derivados de su relación con otros cristianos y no cristianos. (4) Luego, dice aquí en este versículo 2: Espíritu de consejo. Todos nosotros necesitamos consejo. ¿Ha notado usted que el Señor Jesucristo nunca le pidió consejo ni dirección a nadie? Él daba consejos a los demás. (5) Dice también: Espíritu de poder. ¡Cuánto necesitamos poder en el día de hoy! El Apóstol Pablo, escribiendo a los Filipenses, en 3:10, y hablando del Señor Jesucristo, manifestaba su deseo de conocerle, y de conocer el poder de su resurrección. Y tenemos que reconocer que necesitamos esa fuerza, esa energía espiritual, ese poder. (6 y 7) el versículo dos finaliza mencionando el espíritu de conocimiento y el espíritu de temor del Señor. Y aquí tenemos algo otra vez que es indispensable en la formación del carácter cristiano, que podemos adquirir mediante el estudio de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo. Continuemos leyendo ahora los versículos 3 y 4 de este capítulo 11 del libro del profeta Isaías, que comienzan a hablarnos sobre: El propósito del reino "Y le hará entender diligente en el temor del Señor. No juzgará según la vista de sus ojos ni resolverá por lo que oigan sus oídos, 4sino que juzgará con justicia a los pobres y resolverá con equidad a favor de los mansos de la tierra. Herirá la tierra con la vara de su boca y con el espíritu de sus labios matará al impío." Observemos aquí la última frase del versículo 4, en la que se dice que Él matará al impío. Esto se refiere a la época en que el enemigo tenga su apogeo sobre la tierra, durante la Gran Tribulación. Y humanamente hablando, no habrá liberación para el mundo en dicho período. Aun Israel clamará, y la ayuda no vendrá del norte ni del sur, ni del este, ni del oeste. La ayuda vendrá de arriba. En aquel tiempo llegará el Mesías y Él establecerá Su reino. El propósito de la venida del Señor a este mundo, será muy evidente. Es que este mundo necesita quién lo gobierne. El mundo no le ha elegido ni votado por Él, ni tampoco lo hará en el futuro. En lo que respecta a los creyentes, es decir, los que ya hemos encontrado la salvación gracias a la obra de Cristo en la cruz, como ya hemos dicho, tendremos que presentarnos tendremos que presentarnos ante el Señor Jesucristo. Todo lo que en nuestra vida cristiana haya sido falso o aparente, saldrá a relucir en aquel día. Por ello, sería conveniente que mientras estemos aquí en la tierra, nos sometamos al examen de Su Palabra y a la acción de Su Espíritu y nos despojemos de todo lo que no sea auténtico, y seamos transparentes ante esa luz divina y ante la mirada de los demás, ya que algún día todo quedará expuesto y a la vista. Leamos ahora el versículo 5 de este capítulo 11 de Isaías, que dice: "Y será la justicia cinto de sus caderas, y la fidelidad ceñirá su cintura." Es decir, que como el rey estará revestido de justicia y fidelidad, ése será el propósito de Su reino. Ese reinado caracterizado por la justicia y la fidelidad también tendrá el propósito de restaurar el dominio sobre la creación, perdido por Adán en el jardín del Edén cuando el pecado entró en la raza humana. Recordemos nuestras consideraciones al estudiar el libro del Génesis. Leamos ahora los versículos 6 y 7 de este capítulo 11 de Isaías, en los cuales se dan algunos: Detalles del reino "Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca pacerá junto a la osa, sus crías se recostarán juntas; y el león, como el buey, comerá paja." Durante el reinado del Señor sobre la tierra, el ternero y el cachorro del león andarán juntos. De todos son conocidos los instintos de estos animales. En la actualidad la única manera en que estén juntos es que el ternero se encuentre en el estómago del león. Y a nosotros, puede parecernos ridículo que el león coma paja, conociendo los hábitos alimenticios de este animal feroz. Sin embargo, en esta imagen vemos a los animales más incompatibles viviendo en paz, y a los más feroces transformados en animales dóciles y tranquilos. Este cambio, que va contra instintos naturales, y actualmente imposible, sólo puede ser logrado por el creador del león. Y el versículo 9 añade: "No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar." Estas palabras de la segunda parte del versículo 9 también fueron citadas por el profeta Habacuc, en su capítulo 2 versículo 14. Aquí se nos describe la enorme extensión de este reino, que abarcará la totalidad de la tierra.