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LA ORACIÓN

“UN LUGAR DONDE DIOS SIEMPRE OYE Y CONTESTA”

¿QUÉ ES REALMENTE LA ORACIÓN?

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La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios.

Es bidireccional. Es un diálogo en el que hablamos con Dios y Él nos escucha y


nos responde. Esta comunicación con el Creador nos permite generar una
relación que se cultiva en el presente y es continua.

Esta comunicación es la que da vida a nuestra relación con Dios. Cuando la


comunicación cesa, nuestro conocimiento de Dios, de su persona, se detiene.
Entonces comenzamos a asumir cosas de Él porque abandonamos la manera de
conocerlo. La falta de comunicación nos desconecta del Señor, y la relación
empieza a morir.

Además, si nos pasamos todo el tiempo hablándole a Dios, y no dejamos tiempo


para escuchar lo que Él está respondiendo, en realidad estamos teniendo un
monólogo. Solo podemos oírle cuando tenemos una relación cercana, íntima, cara
a cara con Él. El tener una relación continua con Dios produce un fruto en nuestras
vidas.

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La prueba de haber estado con Dios y haberle escuchado son los frutos que
muestran Su amor, Su poder y un cambio, una transformación en nuestro corazón.

Es posible hoy tener una relación estrecha con Dios pero no es algo que ocurra
inmediatamente, de un momento a otro. Como toda relación, hay que invertir
tiempo para que crezca. Para ello debemos darle prioridad. No puede ser
mecánica, ni estar basada en una fórmula o un ritual.

Juan 15.7 (AMP)

“Si permaneces en Mí y Mis palabras permanecen en ti [es decir, si


estamos vitalmente unidos y Mi mensaje vive en tu corazón], pide lo
que quieras y se hará por ti.”

Este es el lugar donde todas nuestras oraciones pueden ser oídas y contestadas.
El permanecer vitalmente unidos a Dios y al mensaje de Jesús es un asunto
dinámico y del corazón. Es dinámico porque no está regido por un método sino
por una relación que nos guía a descubrirle y es un asunto del corazón porque es
donde depositamos nuestra fe, nuestra confianza en Dios. Pero Él no es una
máquina expendedora donde tú depositas tu dinero y recibes la respuesta a tu
deseo, no es la lámpara de Aladino. Él quiere tener una relación permanente con
nosotros.

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JESÚS UN HOMBRE DE ORACIÓN

La vida de Jesús es un ejemplo de oración continua:

Marcos 1.35 (PDT)

Muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y fue a un


lugar solitario para orar.

La oración mantenía a Jesús en una relación estrecha con Su Padre. En


consecuencia recibía respuesta a sus oraciones.

Juan 11:41-44 (PDT)

41 Entonces quitaron la piedra. Jesús miró hacia arriba y dijo:


—Padre, te agradezco porque me has escuchado. 42 Sé que siempre me
escuchas, pero lo digo por toda la gente que está alrededor. Así creerán
que tú me enviaste.
43 Después de decir esto, Jesús gritó:
—¡Lázaro, sal de ahí!
44  El hombre que había estado muerto salió. Sus manos y pies estaban
todavía atados con vendas, y su cara estaba envuelta en un lienzo. Jesús le
dijo a la gente:
—Desátenlo y déjenlo ir.

Jesús tenía la convicción en su corazón de que estaba continuamente conectado


con el Padre. Él sabía que iba a recibir respuesta. Llega un momento donde la
confianza es tan grande que ya tienes certidumbre de que recibirás lo pedido.

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La oración fue el medio por el cual Jesús, como hombre, se mantuvo siempre
cerca del Padre.

EL LUGAR DE LA ORACIÓN

Mateo 6:6 (NTV)

Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu
Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.

Cuando Jesús estaba en la tierra solía apartarse para estar a solas y ahí oraba. A
veces se iba al desierto, a la montaña… Nosotros también podemos tener nuestro
lugar dedicado a la oración, un lugar donde nos encontramos a diario con Dios.
No hay lugar en la tierra donde la Presencia de Dios no esté, pero Él no se
manifiesta en todos lados. Dios manifiesta Su presencia donde es adorado en
“espíritu y en verdad”.

Jesús nos enseñó que cuando oremos, entremos en nuestro lugar secreto y
hablemos con Dios con fe y confianza como un niño pequeño haría con su padre.
Nuestro Padre celestial está siempre ahí esperándonos.

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¿CÓMO ES EL LUGAR SECRETO DE LA ORACIÓN?

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1. ES EL LUGAR DONDE DIOS MUESTRA SU PRESENCIA

Hebreos 10:19-23 (NTV)

19  Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar
Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. 20 Por su muerte,
Jesús abrió un nuevo camino —un camino que da vida— a través de la
cortina al Lugar Santísimo. 21  Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote
que gobierna la casa de Dios, 22 entremos directamente a la presencia de
Dios con corazón sincero y con plena confianza en Él. Pues nuestra
conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de
purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

El sacrificio de Jesús en la cruz nos da acceso a la presencia de Dios, y la oración


es el lugar donde esto ocurre. Antes de orar debemos reconocer que estamos en
la Presencia de Dios. Aún si no sentimos su Presencia, Él está ahí.

La sangre que Jesús vertió en la cruz nos purifica, nos da el derecho de entrar a
ese lugar. La muerte de Jesús abrió un camino que da vida, es tu relación con
Dios.

La condición que tú necesitas es presentarte con un corazón sincero. Sin


esconder tu realidad. Si has pecado, Jesús con sus sangre te limpia. Si estás
alegre por tus victorias Él se alegra contigo. Si estás en dificultad, ahí hallarás
consuelo. Ya no hay culpa en ti, la sangre de Jesús purifica tu conciencia y te
lleva a la I-NO-CENCIA.

Y la segunda condición que necesitamos es confianza plena de que somos


aceptados por nuestro Padre.

Jesús nos prometió que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Para eso
necesitamos poner nuestra mirada en Él, fijar toda nuestra atención y
pensamientos en Él, enfocarnos por completo en Su persona.

Lucas 5:16-17 (RVR1960)

16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.


17  Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los
fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas
de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él
para sanar.

Jesús se aseguraba de estar en íntima comunicación con el Padre y lleno de Su


presencia. Cuando las personas se acercaban a Él buscando sanidad y liberación
Jesús declaraba la palabra y las cosas ocurrían.

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La prueba de que estamos orando en la presencia de Dios es que nos


convertimos en portadores de Su presencia.

La presencia de Dios habita en cada creyente en todo momento, no está limitada


a un edificio bajo llave. Cuando estamos totalmente conscientes de esto y
pasamos tiempo en comunión con Dios, en el lugar secreto, donde quiera que
vamos portamos esa Presencia.

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2. ES EL LUGAR DONDE DIOS RESPONDE CON PODER

Hechos 4: 31-33 (AMPC)

31 Y cuando oraron, el lugar en que se reunieron se sacudió; y todos fueron


llenos del Espíritu Santo, y continuaron hablando la Palabra de Dios con
libertad, audacia y coraje.
33 Y con gran fuerza, habilidad y poder, los apóstoles dieron su testimonio
de la resurrección del Señor Jesús, y una gran gracia (bondad amorosa,
favor y buena voluntad) descansó sobre todos ellos.

Cuando oramos tenemos acceso al poder y a la gracia sobrenatural de Dios con el


objetivo de hablar la Palabra con libertad, audacia y con coraje, viendo a los
perdidos llegar a Jesús, a los cargados y enfermos siendo tocados por Su poder.
Esto es una herencia que tenemos como hijos de Dios, pero sólo podemos usarlo
legalmente a través de la oración, que forma parte de una relación íntima con el
Padre.

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Antes de darnos poder Dios quiere que tengamos una relación con Él.

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3. ES EL LUGAR DONDE RECIBIMOS EL FAVOR DE DIOS Y NOS EXPANDIMOS

Salmo 5:12 (AMPC)

12 Porque tú, Señor, bendecirás al justo [intransigente] [el que es recto y se


encuentra en una posición de justicia contigo]; como con un escudo, lo
rodearás de buena voluntad (gracia y favor).

El Favor y la Gracia de Dios vienen como resultado de la comunión y relación


íntima con Dios. Hay territorios que como creyentes y como iglesia necesitamos
conquistar y avanzar y los cuales va a ser IMPOSIBLE alcanzar si no es por medio
de este escudo de Favor que Dios otorga a quienes le buscan en intimidad. Hay
avances en nuestras vidas y en nuestra iglesia que se van a dar a causa de este
favor que Dios está poniendo sobre nuestras vidas y no es gracias a que eres muy
bueno en lo que haces, es gracia y favor inmerecido que Dios está poniendo sobre
tu vida para alcanzar victorias, para cerrar contratos, para darte acceso a
personas que de otra manera no lo obtendrías.

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ENTREMOS AL LUGAR SECRETO

Dios espera que diariamente entremos a su Presencia, ese lugar donde nos
encontramos con nuestro Creador y somos Transformados. Ahí conocemos Su
corazón y recibimos su gracia, su poder y su favor.

Necesitamos ir a ese lugar secreto para que luego Dios nos pueda recompensar
en público. Esa recompensa es una relación cercana y eterna con el Señor que
nos hace portadores continuamente de su Presencia.

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