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EL DERECHO ROMANO

El Derecho Romano es el nombre que damos al conjunto de normas que rigieron la vida
de la Antigua Roma durante los catorce siglos que el Imperio se mantuvo en pie. En la
actualidad, entendemos por Derecho Romano el ordenamiento jurídico que reguló las
actividades de los ciudadanos del Imperio, desde su fundación —en el año 753 a. C.—
hasta su caída en el siglo V d. C., siendo un cuerpo legal vivo que se adaptó para cubrir
las necesidades sociales de cada momento histórico.

Según Álvaro D´Ors se entiende por Derecho Romano a todos aquellos documentos
que escribieron quienes eran considerados como autoridades en el discernimiento de lo
justo o injusto (Iuris Prudentes), especialmente la colección realizada por Justiniano,
quien recopilo las leyes emitidas con anterioridad y adhirió las creadas por él. Dicha
compilación es llamada en siglo XII Corpus Iuris Civilis. (Alveño et al., 2020, pág. 61)

El derecho romano se caracterizó porque: establecía normas que imponían deberes


sociales y establecían las bases de la convivencia de la población. Además reflejaban
importantes cambios del orden jurídico de la Antigua Roma. Antecedía de la división de
poderes y Derecho Civil de la actualidad. Manejaba la bilateralidad, es decir, que
requería de a interactividad de dos o más partes como el Estado, y el pueblo que
debían cumplir obligaciones de manera recíproca.

El compendio de normas de la Antigua Roma siguió vigente hasta la caída del Imperio
bizantino, en el año 1453, pero sus fundamentos se han mantenido vivos a lo largo de
los últimos siglos. Primero, a través de su inclusión en los textos jurídicos germánicos y,
después, como parte del ius commune y de los diversos derechos nacionales, sirviendo
de base no sólo para el desarrollo de la legislación civil de gran parte de Europa y de
toda América Latina, sino también para el desarrollo de múltiples instituciones y
principios de derecho público como la separación de poderes, la regulación de los
bienes públicos, crímenes, la organización administrativa, la materia urbanística o el
sistema impositivo, entre otros. Para ello el Derecho Romano ha tenido dos objetos
esenciales.
“Explicar e identificar el origen de la mayor parte de instituciones del Derecho Civil
moderno, sobre todo en los pueblos de origen latino, las que aún tienen vigencia y una
estructura e importancia difícil de mejorar”. (Alveño et al., 2020, pág. 62)

Estudiar el proceso evolutivo de formación de las instituciones jurídico de Roma, como


un ejemplo de imitarse por los ordenamientos jurídicos modernos, no propiamente en
cuanto a la objetividad o materialidad de las instituciones, sino por el criterio de
evolución científica y adaptación del Derecho a las necesidades sociales de cada
época. (Alveño et al., 2020, pág. 62)

Las principales bases que dieron origen al derecho romano de la Antigua Roma fueron:
Las Costumbres, como las primeras normas sociales adoptadas. La Ley, consideradas
como reglas establecidas por las autoridades, dado el cobro de impuestos o la privación
de derechos para los considerados esclavos. Los Plebiscitos, estos a su vez fueron los
procedimientos jurídicos en los que se convocaban a votación popular. La
jurisprudencia, manejada como la adopción del derecho como ciencia, conformada por
sentencias y decisiones a cargo de un tribunal de justicia. Los Senadoconsultos,
representaban de la clase gobernante que tomaban deliberaciones del Senado con
valor de ley. Las Constituciones Imperiales, ellas fueron las normativas establecidas por
los emperadores.

El Derecho Romano debe ser considerado como la base de la cultura jurídica del
mundo occidental, es decir de las principales culturas europeas. La causa de ella es la
dominación jurídico político qu tuvo Roma de bastas regiones y que señalo los
principios sobre los que se desarrolan los ordenamientos jurídicos mas importantes en
la actualidad tales como es español, el francés, portugués, inglés e italiano. (Alveño et
al., 2020, pág. 65)

Los más de mil años de legislación y formas de entender la ley del Imperio romano
abarcan desde el primer código de leyes de la Antigüedad, la Ley de las XII Tablas,
hasta la compilación jurídica que realizó el emperador Justiniano en el siglo VI d. C.,
conocida como Corpus Iuris Civilis y considerada como una de las obras jurídicas más
importantes de la historia. Para construir el ordenamiento jurídico que forma el Derecho
Romano se tomó como base la costumbre, es decir, los actos socialmente aceptados y
que a través de la repetición quedaban validados como una forma de actuar legítima
para responder a una necesidad jurídica.

Por tanto, los romanos regulaban tanto la esfera pública del ciudadano su relación con
el Estado, como la privada entre los propios ciudadanos, apoyándose en las soluciones
similares que habían resuelto de forma exitosa: conflictos de propiedad, compraventas
viciadas, adquisición por posesión continuada en el tiempo, hurtos, delitos violentos…
Situaciones que hoy en día han quedado reflejadas en nuestro ordenamiento en
el Código Civil, Código Penal y en el Código de Comercio, entre otras normas que
constituyen la base del sistema jurídico. Pero en la esfera del Derecho Romano ha
habido una división que se ha atenido a diversos criterios, pero una de las que
enmarcan son por los intereses que tutela, como las siguientes:

Ius Privatum o Derecho Privado: el Derecho Privado romano es Derecho Civil, es el


Derecho Civilizado común a todos los pueblos cultos hasta la época de las modernas
codificaciones, se difundió por la influencia de la enseñanza universitaria que principia
en Bolonia en el siglo XII con el gramático Irnerio. Este Derecho es el que rige las
relaciones privadas de los particulares. A su vez, el ius privatum se divide en ius
Gentium, ius civile y ius honorarium. (Alveño et al., 2020, pág. 63)

Su ordenamiento distinguía también entre: Derecho público, que era la parte del
ordenamiento jurídico que regulaba la acción del Estado en áreas del interés general y
velaba por su relación con el ciudadano u otras comunidades independientes. Derecho
privado, que era la esfera jurídica que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y
sus intereses particulares.

Etapas del desarrollo del derecho romano: Derecho antiguo (753 - 130 a. C). Fue la
etapa que se caracterizó por las normas basadas en costumbres y que fueron
plasmadas en la Ley de las XII Tablas que estaba dirigida a la población y resultaba un
orden jurídico rígido y severo. Derecho clásico (130 a. C. - 230 d. C.). Fue la etapa que
se caracterizó por la organización de jurisprudencias del orden jurídico, como el Senado
y por formalizar al derecho como una ciencia. Derecho posclásico (230 - 527 d. C.). Fue
la etapa que se caracterizó por el poder absoluto que ejerció el emperador para regular
los ámbitos de la vida pública y privada de los ciudadanos. Derecho Justiniano (527 -
565 d. C). Fue la etapa que se caracterizó por una reforma legislativa que permitió
recopilar las normas y leyes vigentes, de manera formal y codificada, en un solo texto.

Ni la caída del Imperio romano de Occidente, a finales del siglo V, ni del de Oriente, en
el siglo XV, supuso la pérdida de vigencia del Derecho Romano. Los Estados europeos,
a lo largo de los siglos posteriores, siguieron aplicando sus preceptos y recuperaron su
estudio e interpretación para adaptarlo a sus circunstancias contemporáneas. No es
hasta los siglos XVIII y XIX cuando países como Francia, Alemania o España impulsan
el movimiento codificador de sus propios ordenamientos y dan forma a nuevos cuerpos
legislativos. En el caso de España, el Código de Comercio vigente se promulgó en 1885
y el Código Civil en 1889. Ambos textos han sido modificados en estos más de 130
años para adaptarse al cambio social español, pero la base y la simplicidad de algunos
preceptos ha permanecido en el tiempo.

El Derecho Romano es la base de muchos de los ordenamientos legislativos actuales.


No solo desarrolló la división entre el derecho público y privado sino que también tuvo
relevancia en el derecho internacional o a procedimientos de defensa que siguen
vigentes en la mayoría de países, como el concepto de “una persona es inocente hasta
que se demuestre lo contrario”. Así, entre sus cuestiones más relevantes se pueden
señalar:

Por su origen: Derecho civil, eran las reglas de Derecho específicas de cada pueblo
romano con características propias, es el Derecho aplicable a la ciudadanía romana,
solamente a quienes habían nacido en la península itálica, es el Derecho de la civitas
tomando este término en el sentido del Estado. Por las fuentes donde se deriva:
Derecho Civil: el cual deriva de la costumbre y además está integrado por las
disposiciones emitidas por los comicios y el concilio de la plebe, por los senado-
consultos, la jurisprudencia y las decisiones del emperador, siendo fuente entonces del
derecho civil las costumbre la lex rogata, el plebiscito el senadoconsulto, la
jurisprudencia y las constituciones imperiales. (Alveño et al., 2020, pág. 64)

El Derecho Romano es la base del sistema jurídico actual ya que sentaron las bases
para que los ciudadanos pudiesen defender sus derechos a través de procedimientos
que buscaban la transparencia y la imparcialidad. Además, se crearon instituciones
jurídicas como la caducidad de instancias, la sentencia, la contestación de la demanda
o la apertura de lapsos probatorios. El derecho romano no sólo es la base de las
constituciones de los países de Occidente y de Oriente (especialmente de su derecho civil y
comercial) que fueron parte del Imperio colonial romano, sino que también dieron cuerpo a los
estatutos de la Iglesia católica que rigieron su funcionamiento incluso en el Medioevo, cuando el
Imperio Romano ya se había disuelto. Casi todas las instituciones republicanas que existen en
la actualidad tienen su origen en el Derecho Romano, y muchos ordenamientos como el
common law anglosajón también. En los que se refiere a aquel sistema legal que se basaba,
primordialmente, en las decisiones adoptadas por los tribunales, en contraste con los sistemas
de Derecho Civil.

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