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DERECHO CIVIL I Alfonso Etayo carrasco/72190777-X

CURSO ACADÉMICO 2021/2022. PRIMER CUATRIMESTRE.


Caso práctico evaluable R. extracontractual. Diciembre 2021
PROFESOR ASOCIADO: José Luis Sánchez Gall.

Valorar si existe la responsabilidad de los demandados en el accidente de D. Manuela, las


posibilidades de que la demanda prospere y el importe de la indemnización que le pudiera
corresponder con arreglo al Baremo de tráfico (aprobado por el texto refundido de la Ley
sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor de 29 de octubre
de 2004, según redacción dada por la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del
sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de
circulación).

En este supuesto de hecho se presenta una situación de accidente de tráfico creada por el
atropello de D. Manuel a D. Manuela tras salir esta por una zona de poca visibilidad y no
reservada para el paso de peatones, mientras el conductor D. Manuel conducía por el lugar sin
permiso de conducir y a una velocidad de 60 Klm/h en una vía con limitación a 50 Klm/h, con
un vehículo que es propiedad de D. Silvia asegurado por la compañía “Seguritos S.A.”. D.
Manuela tras reclamar una indemnización por las lesiones sufridas a D. Manuel y no recibir
respuesta interpone demanda judicial frente a D. Manuel, D. Silvia y la compañía de seguros
“Seguritos S.A.” por accidente de tráfico, oponiendo ésta la prescripción de la acción y la
responsabilidad exclusiva de D. Manuela en el accidente sufrido.

Conociendo ya el supuesto de hecho podemos comprobar que nos encontramos ante una
situación de responsabilidad extracontractual, ya que entre los sujetos no existe ningún
contrato y se responde a la idea de producción de daños, en este caso físicos, producidos por
el conductor hacia la demandante D. manuela por negligencia, que produce el deber de
indemnizarlos, lo cual responde a la propia definición de responsabilidad extracontractual que
nos proporciona el artículo 1902 del Código Civil. Esto se justifica porque existe un
comportamiento humano de omisión de ciertas reglas de tráfico tanto por la parte
demandada, no respetando el límite de velocidad y circulando sin permiso de conducir como
por la demandante en menor culpa, al no respetar los pasos reservados para peatones y cruzar
la calle sin existencia de estos, y por una zona en la que la visibilidad es reducida, por lo que
podemos decir que las acciones derivadas de este accidente son antijurídicas ya que violan
conductas que imponen conductas en la vía, como la ya citada de respetar el límite de
velocidad, conducir con el permiso de conducir o respetar los pasos reservados a peatones,
todas estas reguladas en la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de
Vehículos a Motor de 29 de Octubre de 2004.

Por otra parte, la culpabilidad de este supuesto cae en casi toda su totalidad en la negligencia
del conductor D. Manuel, pues además de circular a una velocidad que excede el límite
regulado en la calle por la que circulaba, no poseía el permiso de conducir, lo cual es una falta
muy grave que podemos ver regulada en el artículo 384 del código penal, falta la cual puede
significar más que una simple sanción administrativa, puede significar delito y por lo tanto
crear antecedentes. Sin embargo, es cierto que la omisión de diligencia se da por ambas
partes, ya que las dos no respetan las conductas a seguir.
Por estas razones se nos plantea un caso de concurrencia de culpas, ya que en este caso la
relación causal entre la acción u omisión del agente interfiere con la acción culposa de la
víctima. En estos casos la jurisprudencia dice que la obligación a reparar del agente debe verse
disminuida en base al artículo 1103 del Código Civil que faculta a los tribunales a moderar la
responsabilidad por culpa, analizando la gravedad de las culpas para determinar quién ha
causado predominantemente el daño, sin embargo, en este caso el agente posee casi en su
totalidad toda la culpa del accidente y no puede quedar exonerado de la responsabilidad, por
los motivos ya dictados anteriormente.

Por otra parte, cabe señalar que el daño causado por la acción de omisión del demandado a la
víctima se prueba mediante un informe pericial médico emitido por el doctor D. Francisco en el
que se muestra la multitud de lesiones y secuelas que ha sufrido la víctima D. Manuela, por lo
que los daños pueden ser indemnizables. La posibilidad de reparación de estos daños se ve
recogida en la ley orgánica 1/1982, que tiene en cuenta la difusión del medio a través del que
se ha producido el daño o el beneficio obtenido como consecuencia, siendo, en este caso,
ninguno. Por lo tanto, los daños deben ser reparados, y son de aplicación los criterios del
artículo 1107. Como el causante del daño iba en un vehículo que no es de su propiedad y esta
asegurado por una compañía de seguros, en este caso, “Seguritos S.A.” la víctima tiene
derecho a reclamar la indemnización a la compañía, y para la determinación del importe de la
indemnización, se aplica jurisprudencial y analógicamente el baremo de tráfico del Real
Decreto Legislativo 8/2004, según la redacción dada por la Ley 25/2015. Finalmente por lo que
respecta a la acción para reclamar la responsabilidad civil, que podemos ver en el artículo
1968.2, está sujeta a un plazo de prescripción de un año desde el conocimiento del daño por
parte de la víctima, por lo que no empieza a correr el plazo hasta que el daño no está objetiva
y definitivamente determinado, por lo que podemos comprobar que la demanda está en plazo,
ya que encarga un informe pericial médico que es emitido el 7 de marzo de 2018 y la demanda
se presenta en fecha 14 de noviembre de 2018 tras no recibir respuesta del burofax
reclamando indemnización enviado al conductor con fecha 3 de mayo de 2018.

Por todo lo dicho, podemos concluir afirmando que la demanda interpuesta por D. Manuela
hacia D. Manuel, D. Silvia y la compañía “Seguritos S.A.” es viable, ya que el artículo 1902
posee mucha fuerza en este supuesto de hecho y además nos encontramos con una serie de
ocurrencias en las que se dan culpa o negligencia a D. Manuel, que provocan en mayor medida
un daño grave a D. Manuela. Por tanto, en este caso se dan los presupuestos necesarios para
afirmar que estamos ante un caso de responsabilidad extracontractual y que se podrá
reclamar una indemnización, por lo que demanda tiene posibilidades de prosperar.

En cuanto al importe de la indemnización, debemos recurrir como he dicho con anterioridad al


baremo de tráfico. D. Manuela en el momento del accidente, 18 de marzo de 2017, tenía una
edad de 60 años. Para comenzar, debemos el perjuicio personal particular por lesiones
temporales a observar, la cual ha sido de 10 días graves, puesto que se les califica así al haber
estado hospitalizada y no haber podido realizar casi la totalidad de las actividades esenciales
de la vida ordinaria, a indemnizar 75 euros por día, todo ello hay que agregarle 60 días
moderados debido a la escayola perdiendo capacidad de desarrollo personal a 52 euros
aproximadamente por día, más otros 120 días básicos a 30 euros aproximadamente por día. A
todo esto, debemos sumar las secuelas, más las secuelas estéticas. En este caso la víctima
quedó con secuelas de material de osteosíntesis en tibia y peroné que suman 12 puntos según
el baremo de tráfico más las secuelas estéticas, que son un acortamiento de 2 centímetros de
la pierna izquierda, una cicatriz de 10 centímetros en la pierna izquierda, y una cicatriz de 3
centímetros en la frente, sumando un total de 14 puntos. Por todo lo expuesto anteriormente
el cálculo de la indemnización asciende a aproximadamente 31.130 € todo este cálculo
habiendo consultado las respectivas tablas correspondientes al baremo de tráfico regulado en
la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor de 29 de
octubre de 2004, según redacción dada por la Ley 35/2015, de 22 de septiembre.

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