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Oremos:
Secuencia de Pentecostés
Laudes de Pentecostés
Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.
Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas,
y levanta testigos en el pueblo
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.
Llama profunda
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza
hasta que el Señor vuelva.
Espíritu de la verdad,
y lo llenas todo,
Espíritu Santo, dulce huésped del alma, muéstranos el sentido profundo del Gran
Jubileo y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe, en la esperanza que no
defrauda, en la caridad que no espera recompensa.
Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios, memoria y profecía
de la Iglesia, dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el
Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la culminación de la historia.
Espíritu creador, misterioso artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus
santos dones para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio y llevar a las
generaciones venideras la luz de la Palabra que salva.
Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo, ven y renueva la faz
de la tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser
verdaderamente en el mundo signo e instrumento de la íntima unión con Dios y
de la unidad del género humano.
Espíritu Santo,
tú eres el aliento del Padre y del Hijo
en la eternidad dichosa;
tú nos has sido enviado por Jesús
para hacernos comprender lo que él nos ha dicho
y guiarnos hacia la verdad completa;
tú eres para nosotros aliento de vida,
aliento creador, aliento santificador;
tú eres quien renueva todas las cosas.
Humildemente te pedimos
que nos animes y habites en nosotros:
en cada uno y cada una de nosotros,
en cada uno de nuestros hogares,
en cada uno de nuestros equipos;
para que podamos vivir el sacramento del matrimonio
como un lugar de amor,
un camino de felicidad
y un medio de santidad.
AMÉN.
Caminar en el Espíritu
Espíritu Santo,
eres viento:
llévame donde quieras;
eres brisa:
déjame respirar lo nuevo;
eres fuerza:
levántame del suelo;
eres vida:
dame pasión por la vida;
eres alimento:
nútreme de tu savia;
eres luz:
ilumíname con tus rayos;
eres calor:
calienta mi existencia;
eres libertad:
hazme libre;
eres fecundidad:
cúbreme con tu sombra;
eres respuesta:
dame fuerza para decir sí
al Padre,
al Hijo
y a ti, Espíritu Santo.
Espíritu divino
Luz de Dios,
disipa la tiniebla de mis dudas
y guíame.
Fuego de Dios,
derrite el hielo de mi indiferencia
y abrásame.
Torrente de Dios,
fecunda los desiertos de mi vida
y renuévame.
Fuerza de Dios,
rompe las cadenas de mis esclavitudes
y libérame.
Alegría de Dios,
aleja los fantasmas de mis miedos
y confórtame.
Aliento de Dios,
despliega las alas de mi espíritu
y lánzame.
Vida de Dios,
destruye las sombras de mi muerte
y resucítame.