a n tro p o ló g ica e n fi lo so fí a

Brevemente puede decirse que la vía antropológica es como la esfera

que engloba todas las explicaciones elaboradas desde el punto de vista
del espíritu humano y a partir de su libertad.

Descartes,
Kant y Kierkegaard
son los iniciadores
de esta manera de filosofar

fenomenología y del existencialismo

contemporáneos

características más difundidas y más generales

de la cultura actual.
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4 SUBJETIVIDAD Y ANTROPOCENTRISMO

Para desarrollar este tema, es necesario y

pertinente hablar de la reflexión subjetivista, ubicándonos en el pensamiento
sofista, específicamente en la célebre frase de Protágoras: “el hombre es la
medida de todas las cosas”, lo que nos indica que el hombre es el centro de todo,
que cada persona determina su propia realidad y que todo depende de la
interpretación que tiene el individuo frente a su propia realidad, incluso, según las
perspectivas de cada individuo, se puede evidenciar la realidad desde puntos de
vista distintos, pudiendo divagar la concepción de la misma según la perspectiva
de la conciencia de quien haga el juicio, cosa que puede ser alterada por sus
creencias, costumbres o tipo de educación, como por ejemplo: La belleza, de la
cual no existe una verdad absoluta, porque lo que es “bello” para unos, puede no
serlo para otros. Partiendo de que el conocimiento humano nace del sujeto, puesto
que éste surge a partir de lo que el sujeto interpreta, la comprensión de la realidad
depende del sujeto, tomando como factor primario la individualidad mental, lo que
quiere decir que va depender de lo que el individuo conoce, sabe o ignora.

Esto tiene una relación muy próxima con el antropocentrismo que propone y
desarrolla «Andre Leonard» en la «Via Antropológica», puesto que todas las
situaciones giran en torno al Ser Humano, siendo este el fin último y centro de la
atención moral que, desde el posicionamiento de la ética y su marco de valores
considerados, contempla que los intereses de cada ser humano están por encima
de toda circunstancia como de otros seres vivos con la facultad de experimentar,
sentir y padecer; esta postura emana de la fuerte vinculación que persiste de que
el Ser Humano es semejante al Dios que lo creó, y por esta razón toda creatura
viva se encuentra a su disposición, lo que da muestra de la discriminación y la
inferioridad con que aprecia el hombre a los animales y a las plantas.

Esto surge en primera instancia del Teocentrismo, que dicta que Dios es el centro
de la realidad, así como de toda reflexión y acción humana, bajo esta línea de
pensamiento se justifican todas las actividades del Ser Humano, ya que se
constituyen sus relatos como en preceptos de ordenanza, esto procede
especialmente de la Edad Media, época denominada también del Oscurantismo,
que a su vez, debido al avance de la ciencia y la divulgación de la misma en la
sociedad durante el renacimiento dio pauta al antropocentrismo, que sería
entonces una nueva corriente de pensamiento y movimiento social que postularía
al ser humano como núcleo del universo, he aquí, que desde entonces hasta
ahora, la Iglesia Católica ha tenido un fuerte vínculo con esta línea de
pensamiento filosófico.