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Diálogo con el Espíritu Santo


Divino Espíritu Santo,
consuelo de los hombres,
de los huérfanos y de las viudas.

En un momento de extrema confianza,


imploro tu protección.

Ampárame para que, aunque esté sufriendo


y me desespere, pueda confiar en la fuerza
liberadora de mi Dios.

Espíritu de los corazones puros y alegres,


lléname de alegría para poder festejar,
cantar y alabar siempre al Dios de mi vida
y de mi salvación.

Espíritu de los dones y del fuego


que calienta los corazones perturbados,
apodérate de mi pobre cuerpo cansado
para que pueda recuperar mis fuerzas
y continuar creyendo en la cruz que cargo.

Espíritu del don de lenguas,


apodérate de mi boca y de mi habla,
para que pronuncie palabras arrancadas
de mi corazón en fiesta de fraternidad.

Espíritu de luz, ilumina mi camino


para que vea las maravillas
que creó Dios en el universo
para enriquecer la vida de los hombres.

Espíritu de bendición,
bendice a todos los enfermos y sufrientes,
renovando sus fuerzas,
realimentando sus esperanzas,
reconfortándolos en las horas
de angustia y de dolor,
encendiendo nuevamente en ellos
el fuego de tu amor.

Espíritu de paz y de armonía,


derrama tu paz sobre los corazones,
sobre las naciones, sobre los gobiernos,
sobre la Iglesia y sobre los pobres,
los que más esperan y necesitan
de tu bendición misericordiosa.

Espíritu de tolerancia,
calma los corazones afligidos
y desesperados de las familias en apuro
y desunidas, calma los países
que se encuentran en guerra
y están eliminando lo más bello que Dios creó:
el hombre.

Espíritu santificador,
santifica mi vida en tu amor,
en tu santidad.
Amén, aleluya; amén, aleluya; amén, aleluya.

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