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PONENTE:

LICENCIADA LENNIN TORREALBA


INTEGRANDO EL MINDFULNES EN EL AMBIENTE

ESCOLAR

¿Qué es el mindfulness?

Historia del término

En diferentes idiomas Mindfulness ha sido traducida al español en diferentes


formas, todas compuestas a falta de una palabra que dé con el significado
original. Las traducciones más comunes son Atención Plena, Plena Conciencia,
Presencia Mental y Presencia Plena/Conciencia Abierta entre otras.
Emplearemos la traducción más utilizada en este momento que es "Atención
Plena" y, en la generalidad de los casos, directamente el vocablo inglés
Mindfulness.

La palabra Mindfulness es también una de las primeras traducciones que se


hicieron de la palabra "sati" en pali, un idioma vernacular similar al sánscrito que
se hablaba en la época en que el Buda comenzó a enseñar hace 2500 años. Sati
es la nominalización del verbo "sarati" que significa rememorar o recordar.
Puesto que recordar es precisamente traer al presente, en su concepción última
sati o mindfulness es la capacidad humana básica de poder estar en el presente
y de "recordarnos" estar en el presente, es decir, constantemente estar volviendo
al aquí y ahora.

Vivir en el presente

No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es la que nos permite


recordar a dónde estamos yendo mientras caminamos, aun cuando durante el
trayecto nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Sin Mindfulness sería
imposible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo.
Sin embargo, y aunque creemos tener control consciente de nuestra atención, lo
que normalmente sucede es que estamos constantemente atendiendo a
pensamientos acerca del pasado o del futuro o bien, reconociendo solo una
pequeña porción de lo que está sucediendo en el presente: si lo que estoy
experimentando me gusta, quiero que continúe o si lo que estoy experimentando
me desagrada, quiero que desaparezca.

Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está


sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está
dando. Así es que, aunque experimentemos algo desagradable (por cierto, algo
inevitable en la medida en que estemos vivos), podremos ahorrarnos el
sufrimiento añadido de tener que lograr que aquello desagradable desaparezca.
Quedarse solo con lo que experimentamos sin agregar nada más es lo que la
práctica de mindfulness permite.

Aunque comúnmente se asocia mindfulness o sati con el budismo, muchas de


las tradiciones religiosas del mundo utilizan mindfulness de manera implícita o
explicita, pues es una capacidad básica y humana de conexión con el presente.
La asociación con el budismo debe su razón a que fue en el seno de esta
tradición que se generaron un corpus amplio de prácticas que permiten refinar y
profundizar esta capacidad hasta grados altísimos. La meditación mindfulness o
de insight es una de ellas y se practica en una gran cantidad de formas.

Mindfulness en Occidente

Durante los últimos 30 años, la práctica de Mindfulness o Atención Plena está


integrándose a la Medicina y Psicología de Occidente. Es aplicada, estudiada
científicamente y por ello reconocida como una manera efectiva de reducir el
estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos
asociados al estrés y mejora el bienestar general.
Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a
la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon
Kabat-Zinn, conocido referente mundial de Mindfulness por haber introducido
esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó
la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de
Massachusetts. Allí introdujo a los pacientes a la práctica de Mindfulness para el
tratamiento de problemas físicos, y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas
asociados al estrés.

Jon Kabat-Zinn define Mindfulness como:

“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin


juzgar”.

Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con
aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento
presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la
oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad,
pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que
no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que
ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al
aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa.

La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo


de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu.
Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de
discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia
nuevas posibilidades, nos trae al aquí y al ahora, nos invita a vivir una vida de
manera plena y en el presente.
Motivar para aprender

Motivar para aprender en el aula

El aprendizaje tiene cuatro pasos:

1. Incompetencia inconsciente: uno no sabe que no sabe.

2. Incompetencia consciente: uno sabe que no sabe.

3. Competencia consciente: uno sabe que sabe.

4. Competencia inconsciente: uno no sabe que sabe.

Ayudar a los jóvenes a que deseen adquirir nuevos conocimientos (el papel de
la motivación), ayudarles a saber dónde encontrarlos, a distinguir los buenos de
los malos, a saber, qué hacer con ellos cuando los encuentren: todo esto
compone el papel del educador del siglo XXI.

Las siete claves de la motivación escolar:

1. Ayudemos a que se descubra cuál es el objetivo y la importancia de lo


que enseñamos.
2. Enseñemos estrategias para la definición de objetivos y sirvamos de
modelo de ellas.
3. Ayudemos a los alumnos a fijarse sus propias metas.
4. Fomentemos y adoptemos unas expectativas y unos niveles altos y
positivos.
5. Seamos conscientes de los retos que plantea el mundo exterior en la
escuela.
6. Dejemos que fracasen de forma positiva.
7. Más que premiar las cosas, celebrémoslas.
Los beneficios de la práctica de Mindfulness en las aulas

Para el Dr. Jon Kabat-Zinn, fundador del programa de reducción de estrés


basado en esta técnica, (MBSR), Mindfulness podría ser “la conciencia que
aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin
juzgar, a cómo se despliega la experiencia momento a momento”. Por tanto,
Mindfulness consiste en conectar con el aquí y el ahora, sin emitir juicios,
aceptando la realidad tal y como es.

Los resultados obtenidos de un estudio reciente realizado por el Centro Médico


de la Universidad de Massachusetts, muestran una reducción directa del
malestar psicológico de más del 50%.

En su libro Meditación para niños, Luis López González comenta: “Un niño que
practica el Mindfulness sabe aprovechar mejor su inteligencia, rinde mejor en sus
estudios, se relaciona con más habilidad con sus compañeros y con sus
familiares, y sabe afrontar, con más éxito, las experiencias difíciles con las que
todos los seres humanos hemos de enfrentarnos.”

Mucho más que Meditación, una filosofía de vida

Para poner en marcha un programa de Mindfulness en el centro educativo,


conviene contar con la ayuda de profesores y familias. Más allá de las sesiones
que Instructores expertos impartan a los alumnos, el hecho de tener una
continuidad en el día a día es fundamental para potenciar los beneficios.

El hecho de que todos los docentes en su actividad diaria incorporen técnicas,


estrategias y herramientas alineadas y en consonancia a la práctica del
Mindfulness ayuda a que nuestros alumnos consigan niveles mayores de
concentración y un aprendizaje más profundo y significativo. El uso de los
silencios, la concienciación de los sentidos y del cuerpo, utilizar un lenguaje
positivo y métodos de enseñanza constructivistas, sin duda son grandes aliados
para tener entornos saludables en los que la empatía y el respeto deben ser
pilares fundamentales.

La práctica del Mindfulness en el aula, no solo consiste en llevar a cabo ejercicios


de respiración y atención plena, para los que lo único que se requiere es silencio,
introspección, y un tiempo dedicado a ello; sino que favorece, gracias a la
utilización de cuentos y reflexiones grupales, una mejor conexión con uno mismo
y con los demás a través del trabajo en valores.

Beneficios demostrados

A través de la práctica del Mindfulness enseñamos a nuestros alumnos a tomar


conciencia de ellos mismos: observando sus pensamientos, sus emociones y las
reacciones del cuerpo sin emitir juicio ninguno.

Estos son algunos de los beneficios que se obtienen al practicar


Mindufness en el aula:

Mejora del rendimiento académico.

Mejora de la capacidad atencional y de la concentración.

Reducción de los niveles de ansiedad ante los exámenes.

Aumento de la calma y la claridad mental.

Mejora en el autocontrol y disminución de la reactividad e impulsividad.

Mejora en las relaciones sociales y en la relación con uno mismo.

Aumento de la tolerancia a la frustración.


Mayor capacidad de empatía.

Mayor capacidad para comprender y adaptarse las diferentes situaciones,


aumento de la resiliencia.

Disminución de los problemas de conducta.

Mejora de la gestión emocional propia y de los demás.

Genera un clima óptimo en el aula.

Aumento de la creatividad y la curiosidad.

Potencia la proactividad, la participación y la implicación del niño en su propio


proceso de aprendizaje.

Principios básicos del mindfulness

Kabat- Zinn propone siete actitudes que constituyen los principales soportes de
la práctica del Mindfulness: no juzgar, la paciencia, la mente de principiante, la
confianza, el no esforzarse, la aceptación y el ceder. Estas actitudes son
interdependientes, cada una influye en las demás y cultivar alguna mejora a las
otras. Otras actitudes, tales como la generosidad, la gratitud, el dominio de uno
mismo, el perdón, la amabilidad, la compasión, la ecuanimidad, etc. se
desarrollan mediante el cultivo de aquellas siete actitudes fundamentales.

1- N O J U Z G A R Observar y retroceder. Asumir una postura de observador


imparcial, sin juicios mecánicos y dicotómicos ni etiquetas que pueden
conducirnos a posturas precipitadas de posicionarnos a favor, en contra o
indiferentes. Podremos ver mejor la realidad si no nos vinculamos tan
emocionalmente con ella. Tampoco hay que juzgar los juicios y complicar más
todavía las cosas. Hay que tomar conciencia del flujo constante de juzgar y
reaccionar a experiencias internas y externas en las que normalmente estamos
atrapados retrocediendo. Te propongo que pares 10 minutos a observar las
críticas y presiones que te pones a ti mismo, por ejemplo, antes de una
actuación.
2- L A P A C I E N C I A Aceptar el hecho de que a veces las cosas deben
desarrollarse en su propio tiempo. Nos damos espacio para tener estas
experiencias. Tenemos paciencia con el proceso, ya que lleva algún tiempo
adquirir lo que se está aprendiendo; y con uno mismo, cultivando el amor hacia
nosotros, tal y como somos, permaneciendo abierto a cada momento y
aceptándolo en plenitud. La paciencia demuestra que comprendemos y
asumimos que las cosas tienen que desplegar a su debido tiempo. Es una forma
de sabiduría. Te propongo que te recuerdes intencionalmente no ser impaciente
contigo mismo porque te encuentras tenso, agitado o asustado.

3- L A M E N T E D E L P R I N C I P I A N T E Observar los detalles. Ver las


cosas como un niño, sin prejuicios. Se trata de contemplar las cosas de un modo
nuevo, con curiosidad, como si fuese la primera vez que las vemos,
abandonando las expectativas basadas en experiencias previas, para poder así,
captar que ningún momento es igual a otro y que posee posibilidades únicas. De
toda circunstancia se puede aprender algo. Una mente abierta nos permite ser
receptivos a las nuevas posibilidades y nos impide quedar atrapados en la rutina
de nuestra propia experiencia. Ningún momento es igual a cualquier otro, cada
uno es único y contiene posibilidades únicas. Te propongo que intentes ver cada
repetición de la obra que estás preparando como algo novedoso. Cada clase
como un momento único. Despeja tu mente y no dejes que esté en el pasado o
en el futuro.

4- C O N F I A N Z A Confía en ti mismo y en tus sentimientos, en tu sabiduría,


recursos y bondad naturales, escucha tu propio ser. Es preferible confiar en uno
mismo, confiar en tu intuición y tu propia autoridad, aunque se cometan algunos
“errores”, que buscar siempre ayuda exterior o seguir a rajatabla a los demás. Si
en algún momento sentimos que algo no nos va bien, no tenemos por qué
hacerlo. Es imposible convertirse en otro, la única esperanza es ser nosotros
mismos pero con mayor plenitud. Te propongo que, cuando dudes sobre tus
capacidades, recuerdes otras ocasiones en las que fuiste capaz de resolver algo
similar y en lo preparado que estás para hacerle frente.

5- N O R E S I S T E N C I A El objetivo del mindfulness es que seas tú mismo.


La ironía es que ya lo eres. Es posiblemente la actitud más paradójica pues,
aunque meditar exige un esfuerzo, los mayores beneficios llegan del no esfuerzo.
Se trataría más bien de no esforzarse por alcanzar resultados, de conseguir
objetivos (calmar un dolor, tranquilizarse, hacerse mejor persona) y aceptar las
cosas tal como son y cómo se van presentando, poniendo más énfasis en el
proceso. Sería algo así como meditar no “para” si no “porque” (no medito “para”
calmar este dolor, si no “porque” siento dolor), asumiendo una postura humilde
y compasiva; sin intentar llegar a ninguna parte pues ya se está aquí. Se puede
entender también como un “no-hacer” y simplemente “ser”, una forma de
contrarrestar la tendencia que tenemos a hacer constantemente cosas. Y como
aún así, el concepto de “no esfuerzo” sigue siendo complejo, habitualmente se
sugiere “tirar por el camino de en medio”, ni mucho esfuerzo, ni poco esfuerzo.
Busca una nueva forma de verte a ti mismo, una en la que estás «intentando»
menos y «siendo» más. Te propongo que, por ejemplo, cuando te sientas
enfadado o nervioso, simplemente prestes atención a lo que está sucediendo.
Recuerda: si te resistes, persiste.

6- A C E P T A C I Ó N Ver las cosas tal como son en el presente. No oponer


resistencia al fluir de la vida. En la vida cotidiana desperdiciamos mucha energía
negando y resistiendo lo que ya está hecho. Forzamos las situaciones, lo que
sólo genera más tensión e impide que ocurra un cambio positivo. La aceptación
prepara el escenario para actuar apropiadamente en tu vida, sin importar lo que
esté sucediendo. Observar lo que ocurre y admitir lo que pasa tal cual es en el
presente, sin intentar que sea de otra manera. Cuando intentamos forzar las
situaciones para que sean como nos gustaría que fuesen, en vez de verlas tal y
como son, se gasta gran cantidad de tiempo y energía y se acumula tensión. No
obstante, no debemos confundir la aceptación con desesperanza, resignación o
pasividad. La aceptación de la que hablamos significa simplemente desarrollar
la disposición de ver las cosas como son para poder tomar mejores decisiones,
más sabias. Si partimos de premisas falsas es muy difícil que actuemos de forma
adecuada. Te propongo que aceptes no pretendas ser, vivir, pensar, sentir de
otra manera diferente a la que estás siendo, viviendo, pensando, sintiendo en
este momento. Y dentro de esa aceptación y confianza, hacer los cambios
necesarios para estar mejor.

7- C E D E R (d e j a r i r ) No apegarnos a determinadas cosas, ideas,


sensaciones y especialmente a los resultados. Hay ciertos pensamientos,
sentimientos y situaciones a las que la mente parece querer aferrarse. Hay otros
que tratamos de eliminar, prevenir o protegernos de tener. En mindfulness
trabajamos el dejar que nuestra experiencia sea como es, sin aferrarnos ni
alejarnos. Cuando comenzamos a prestar atención a nuestra experiencia
interna, es muy frecuente darnos cuenta de que nuestra mente tiende a aferrarse
a algunas cuestiones, del pasado o del futuro. En la práctica meditativa dejamos
ir esos pensamientos, soltamos, nos desasimos. Te propongo que pienses en
“dejar ir” como algo que haces cada noche cuando vas a dormir. Si no lo dejaras
ir, no podrías dormir. Intenta aplicar esta habilidad también en situaciones de
vigilia.

Kabat- Zinn , también nos indica que existen dos formas complementarias de
practicar mindfulness:

 la práctica formal o tiempo que se dedique a la meditación;

 y la práctica informal o cotidiana, actividades para realizar en el día a día,


permitiendo que la práctica vaya, paulatinamente, invadiendo e impregnando, de
manera sencilla y natural, diversas facetas de la vida cotidiana.

¿Cómo integramos esta técnica en nuestras aulas?

Como docentes debemos guiar a los alumnos a través del aprendizaje de la


meditación, sin imposiciones ni con condicionamientos, simplemente como
alternativa, comportándonos en este proceso como guías, no como instructores,
tratando de que los niños, no solo la utilicen en el aula unos minutos al día, sino
que se integre en una forma de ser.
Actividades Mindfulness para realizar en el aula

Hay 2 enfoques fundamentales en la meditación, la atención plena y la


consciencia.

Para niños de la edad escolar se considera que es mejor la técnica de la atención


plena, pues dispone de apoyos (visuales, sonoros, etc…) que respetan la
naturaleza y capacidad del niño, así como para evitar permanecer mucho tiempo
realizando una actividad se sugieren actividades cortas.

Poco a poco, cuando el niño maneje la situación y vaya desarrollando sus


capacidades y vaya adquiriendo otras necesarias, podremos ir ampliando las
técnicas de meditación.

Las actividades que vamos a realizar con los niños en la escuela son:

RESPIRACIÓN

Es un ejercicio fundamental para realizar con los niños, puesto que es una
manera fácil y agradable de contribuir a que sean capaces de concentrarse y
focalizar la atención unos minutos, base de preparación para los ejercicios más
elevados de meditación.

Elegiremos para estas actividades lugares tranquilos, lo más aislado posibles de


ruidos e interrupciones. Los niños se sentarán en un círculo, para favorecer la
unión y conexión, con las piernas cruzadas y las manos con las palmas boca
arriba encima de las rodillas. Respiraremos profundamente durante tres veces
seguidas, llevando la atención a las partes del cuerpo que se mueven con la
respiración. Sentiremos como se llena la barriga, los pulmones al inspirar, y como
se relaja todo el cuerpo al espirar.

Sentiremos como expulsamos el aire lentamente por la boca al respirar. Después


de estas tres espiraciones profundas, seguiremos con otras respiraciones lentas
y calmadas. Las respiraciones deben hacerse por la nariz.
El tiempo adecuando para esta actividad es unos 5-10 minutos. Podemos
utilizarla como una técnica de meditación en sí misma para introducir a los niños
en el camino, o bien como introducción de otras actividades de meditación, o
simplemente como técnica de relajación.

La respiración es nuestra fuente de vida. Llenando nuestros pulmones de


oxígeno y llevándolo a todas las células de nuestro cuerpo, estamos llenándolas
de nueva vida y energía. Además, nos introduce en un estado de clama y ayuda
a centrar la atención, calma el sistema nervioso y desacelera el corazón,
ayudando a reducir estados de ansiedad, estrés, pánico o miedo.

MEDITACIÓN CREATIVA.

Para llevar a cabo esta técnica de meditación con niños, la manera óptima es
pintar mándalas.

El término “mándala” proviene del sánscrito y su significado en “círculo”. Aunque


en algunos momentos se le han atribuido orígenes religiosos, la verdadera
naturaleza del mándalas es cultivar el espíritu y ayudar a equilibrar la mente.

El mándala, originariamente, era una figura circular compuesta en su interior de


otras figuras geométricas, aunque en la actualidad existen numerosos tipos e
mándalas que se utilizan en multitud de ocasiones.

Y, ya que las actividades de creatividad, modelado o pintura entusiasman al niño,

pintar mándalas es una actividad de meditación muy adecuada para los niños.
En ella, no se busca la perfección ni que los alumnos “no se salgan de la raya”,
se trata más bien de que traten e trabajar su concentración a la hora de realizarla.
Se debe realizar en momentos en lo que los alumnos no estén demasiado
cansados, sino que dispongan de una energía correcta. Es una buena actividad
para los momentos de la mañana y se puede realizar con apoyos sonoros de
música meditativa, aunque lo ideal es el silencio para dejar que los niños solo
atiendan a una cosa.
Lo importante de esta técnica, no es el resultado de la pintura, sino el estado
meditativo que pueden alcanzar los niños si realmente alcanzan la
concentración. Es recomendable que, si un alumno está cansado o no tiene
ganas de realizar la actividad, no se le obligue a ello, pues eso no solo irá en
contra de su momento emocional, sino que es posible que su comportamiento
interrumpa la actividad del grupo.

Además, hay que tratar de que él mándala que elijamos para que el niño pinte,
debe de estar adecuado a su nivel de madurez y habilidad, pues no queremos
con esta actividad que el niño frustre ni su capacidad creativa.

A continuación, algunos ejemplos de mándalas, el docente debe escoger la


mándala según la edad y características del estudiante.
LA VISUALIZACIÓN CONTADA.

Entendemos por visualización la capacidad de representar mentalmente un


objeto o una situación real ficticia voluntad nuestra.

Los alumnos del tercer nivel del 2º ciclo de Educación Infantil ya tienen adquirida
la función simbólica, por lo que son capaces de realizar representaciones
mentales y servirse de ella.

Entendemos por contada, cuando lo que queremos que los niños visualicen es
algo en concreto. Y si esta visualización contada es un cuento, es mucho más
sencillo que lo alumnos sean capaces de llevarla a cabo.

Proponemos un fragmento de cuento para una de Visualización contada creada


por nosotros para este Proyecto:

“Imagina que hoy el cielo es de color blanco. En la calle hace mucho frio.
Comienza a nevar y todo lo que ves a tu alrededor se cubre de blanco. Unos
pequeños y fríos copos se posan dulcemente en tu cara, en tu nariz, en tus
orejas, en tus manos, pero tú te sientes calentito. El frio no entra en tu cuerpo.
Cada frio y suave copo está lleno de una luz brillante y parpadeante. Parece que
una estrella se haya caído del cielo. Abres los brazos, miras hacia arriba y
pequeñas y frías estrellas caen sobre ti, frías y parpadeantes…”

Las pautas para realizar este tipo de meditaciones son sencillas:

• La duración, dependerá del momento del día en el que se quiera realizar este
tipo de ejercicio. Si para el día escogido los niños están muy cansados o
estresados, es mejor elegir un cuento cortito, de unos 5-10 minutos. Cuando
veas que la marcha del grupo es más fluida y los niños están cargados de
energía, prueba con un cuento más largo, de unos 10-15 minutos.
• Utiliza un tono de voz relajado, pausado, deteniéndote en cada frase para que
la visualización mental del niño sea posible. Es más sencillo si bajamos la voz,
hablamos más despacio y nuestra entonación tiene un carácter tranquilizador.

PERDER EL CONTROL

Esta actividad de meditación tiene un nombre que parece una locura. Y es en lo


que consiste, en hacer la locura de perder el control. Muchas veces, nuestros
alumnos no son capaces de aguantar más cuando les pedimos que mantengan
la postura sentados durante grandes periodos de tiempo. En esos momentos es
cuando les debemos proponer que pierdan el control, y que, durante unos 10 o
15 minutos puedan moverse, chillar, bailar o saltar. La idea es que se vuelvan
completamente locos. La energía de la que disponen los niños de 5 años es
inmensa, y necesitan liberarse. Esta meditación puede contar también con la
participación del tutor, pues así, si ellos ven que su profesor también pierde el
control, lo disfrutarán aún más. Después de esta “locura”, les pediremos que
paren y guarden silencio. Este ejercicio será para ellos una gran meditación.

Esta actividad de meditación se puede realizar en la propia aula y a cualquier


hora. Es buen momento cuando notemos a los niños muy inquietos o después
de una actividad pasiva, pero también es recomendable realizarla cada día antes
de empezar las demás actividades lectivas como forma de preparación para
afrontar el día.

Diseñado por: Licenciada Lennin Torrealba.

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