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Análisis crítico del discurso y arqueología del saber:


dos opciones de estudio de la sociedad1

Critical Analysis of the Discourse and Archeology of Knowledge:


Two Options for Studying Society

David Alberto Londoño-Vásquez2


Ladis Yuceima Frias-Cano3

Resumen Abstract

El presente artículo se divide en tres partes. En la primera This article is divided into three parts. The concepts re-
se desarrollan los conceptos relacionados con el análisis lated to a critical analysis of the discourse and archeo-
crítico del discurso y la arqueología del saber, haciendo logy of knowledge are developed in the first part, with
énfasis en las principales características y elementos con- an emphasis on the main characteristics and conceptual
ceptuales propuestos por diferentes autores adscritos elements proposed by different authors who subscribe
a dichos enfoques. En la segunda, se realiza un análisis to those approaches. The second part offers a qualitative
cualitativo de las diferencias y similitudes encontradas analysis of the differences and similarities between both
entre ambos enfoques. Finalmente, en la tercera parte se approaches. Finally, the third part offers conclusion on
proporcionan las conclusiones relacionadas con los dos both approaches to discourse analysis as applied to a stu-
enfoques de análisis discursivos aplicados al campo del dy of society.
estudio de la sociedad.
Key words: Critical analysis of discourse, archeology
Palabras clave: análisis crítico del discurso, arqueo- of knowledge, statements, structures of attitude, mental
logía del saber, enunciados, estructuras de actitud, mode- models, power.
los mentales, poder.

1 El presente artículo es el resultado de la reflexión teórico-metodológica de los SMN I y II de Posestructuralismo,


llevados a cabo en el Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud de Cinde-Universidad de Manizales durante
el 2010.
2 Candidato a Doctor en Ciencias Sociales. Magíster en lingüística. Profesor, Institución Universitaria de Envigado,
Colombia. dalondono@iue.edu.co
3 Bibliotecóloga; candidata a Magíster en Comercio Internacional. Profesora, Institución Universitaria de Envigado, Recibido: 08/03/11
Colombia. Aceptado: 25/05/11

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ISSN 0122-8285

Introducción parten de un estado del arte distinto: el análi-


sis crítico del discurso (ACD) como resultado
El análisis del discurso es una disciplina de las de la interdisciplinariedad de la lingüística, el
ciencias humanas y sociales que estudia siste- cognitivismo, la cultura del texto, los elementos
máticamente el discurso escrito y oral como sociales y el contexto, y la arqueología del sa-
una forma del uso de la lengua, como evento de ber (AS) como opción de análisis de la realidad
comunicación y como interacción, en sus con- que parte de la de-construcción del conocimien-
textos cognitivos, sociales, políticos, históricos to moderno como propuesta posestructuralista
y culturales. El análisis del discurso (AD) como que se aleja de la lingüística y propone su pro-
disciplina independiente surgió simultáneamen- pio marco de definición conceptual.
te en los años sesenta y setenta, alimentándose
de múltiples disciplinas como: antropología, lin- Por último, los distintos enfoques en cuestión
güística, filosofía, poética, sociología, psicología difieren en su interpretación de los sucesos dis-
cognitiva y social, historia y las ciencias de la co- cursivos. Los procedimientos de índole más
municación. El desarrollo teórico y metodológico hermenéutica o interpretativa se oponen a las
del AD fue paralelo a los intereses de otras inter- interpretaciones más orientadas al texto. Sin
embargo, en este artículo, la atención se centra
disciplinas como la semiótica, la pragmática, la
en los estudios sociocognitivos (van Dijk, 1980),
sociolingüística, la psicolingüística, la socioepis-
el método histórico discursivo (Fairclough y
temología y la etnografía de la comunicación. En
Wodak, 2000) y el análisis crítico político (Chil-
los últimos años, el AD se ha hecho muy impor-
ton y Schäffner, 2000).
tante como aproximación cualitativa en las cien-
cias humanas y sociales.
Antecedentes
Según el enfoque sobre el discurso (como texto,
Para la lingüística, el texto es la unidad superior
estructura verbal, proceso mental, acción, inte- de comunicación y de la competencia organi-
racción o conversación), hay muchas líneas en zacional del hablante. Su extensión es variable
el AD, como la gramática del texto, el análisis de y corresponde a un todo comprensible que tie-
la conversación, la psicología del procesamiento ne una finalidad comunicativa en un contexto
del texto, la psicología discursiva, la retórica, la dado. El carácter comunicativo, pragmático y
ideología, el análisis de la argumentación y de estructural permite su identificación. Ahora
la narración, y la teoría de géneros, entre otras. bien, en la descripción de un texto hay que con-
Es común que se use el texto como enfoque para siderar factores en relación con la competencia
un análisis de discurso; sin embargo, es necesa- discursiva, la situación y las reglas propias del
rio conocer la diferencia entre texto y lenguaje. nivel textual. Es de anotar que este concepto es
replanteado por el ACD y el AS, según sus dife-
El interés del presente artículo es la compara- rentes marcos de interpretación. Sin embargo, se
ción entre dos opciones de análisis que permiten aprecia que el contexto juega un rol fundamen-
identificar, estudiar y construir una reflexión in- tal en la descripción y explicación de los textos
vestigativa de las realidades sociales, las cuales escritos y orales. A pesar de que no existe una
utilizan diferentes vías, conceptos y marcos ló- teoría del contexto, el concepto es utilizado por
gicos, pues sus intereses, si bien son semejantes: diversos expertos en una variada amplitud de
el discurso, se dispersan desde la construcción significados. En la línea de enfoque de van Dijk
conceptual de cada una estas opciones, ya que (2000a, p. 15), se puede definir como “la estruc-

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tura que involucra todas las propiedades o atri- comunicativo, en una situación específica (tiem-
butos de la situación social que son relevantes po, lugar, circunstancias) y determinado por
en la producción y comprensión del discurso”. otras características del contexto.

Desde una perspectiva sociolingüística, el lengua- De una forma más simple, este evento comu-
je es un hecho social, ya que “surge en la vida del nicativo (discurso) se puede definir como un
individuo mediante un intercambio continuo de producto verbal, oral o escrito, del acto comuni-
significados con otros significantes” (Halliday, cativo, es la unidad de uso (lenguaje) que perte-
1982, p. 9). En otras palabras, la construcción de nece a la unidad teórica abstracta (texto) dentro
realidad es inseparable de la construcción del de la esfera del conocimiento lingüístico.
sistema semántico en que se halla codificada
dicha realidad. En este sentido, “el lenguaje es En síntesis, esta diferencia permite ver cómo, si
un potencial de significado compartido, a la vez bien el lenguaje es el producto social de una in-
tanto una parte como una interpretación inter- teracción, este no es igual para todos los indivi-
subjetiva de la experiencia” (p. 10). Esto permite duos que pertenecen a dicho grupo social, ya que
que el lenguaje se convierta en uno de los sis- variables como la educación, la familia, el barrio,
temas semióticos que constituyen una cultura, los amigos, es decir, el contexto, nos permiten
ya que simboliza activamente el sistema social, realizar diferentes tipos de textos, tanto orales
representando metafóricamente en sus patrones como escritos, los cuales llevan un acto de ha-
de variación lo que caracteriza a las culturas hu- bla ilocutivo determinado y generan diferentes
manas; “eso es lo que permite a la gente jugar tipos de interpretaciones y sensaciones depen-
con la variación en el lenguaje, utilizándola para diendo de quién sea o dónde esté el público, el
crear significados de tipo social” (p.11). interlocutor, el otro. Es esta riqueza de inter-
pretaciones la que permite proponer y utilizar
De igual forma, el discurso ha sido generalmente diversos métodos o enfoques de análisis en un
confundido con el lenguaje y el texto. Algunos determinado discurso y, por tanto, en los resul-
lingüistas estructuralistas proponen que la dife- tados del respectivo análisis.
rencia entre discurso y texto es que el primero se
utiliza para referirse al escrito o la conversación Finalmente, durante el desarrollo y la teoriza-
concretos, socialmente desplegados, y el segun- ción del AD de los últimos años han surgido
do se refiere a sus estructuras abstractas (por numerosas propuestas de análisis, las cuales
ejemplo, gramaticales). Sin embargo, bajo una proponen, complementan o se enfocan en objeti-
mirada multidisciplinaria, que combina un aná- vos diferentes al análisis crítico del discurso y la
lisis de aspectos lingüísticos, cognitivos, sociales arqueología del saber. Los lingüistas Humber-
y culturales del texto y la conversación en con- to López (1994) y Omer Silva (2002) coinciden
texto, desde una perspectiva sociopolítica crítica en proponer la siguiente división: etnografía
como la de van Dijk, el discurso se define como (Saville-Troike, 1982), estructuralismo y semió-
un evento comunicativo específico, que es en sí tica (Tobin, l990), sociolingüística y pragmáti-
mismo bastante complejo, y al menos involucra ca (Salkie, l995; Leech, l996), etnometodología
a una cantidad de actores sociales, esencialmen- (Giles, l979; Stubbs, l993), psicología cognitiva
te en los roles del hablante / escribiente y oyente (Green,1989; Turner, 1996), psicología social y
/ lector (pero también en otros roles, como ob- discursiva (Giles, 1979), y estudios de la comu-
servador o escucha), que intervienen en un acto nicación (Brown, 1994).

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Lo anterior evidencia que desde diferentes disci- Elementos generadores del discurso
plinas del siglo XX, el AD se ha desarrollado de en el ACD
forma interdisciplinaria, proponiendo diferen-
tes perspectivas teóricas e intereses investigati- El ACD propone las estructuras de actitud y los
vos. Entre ellos el análisis crítico del discurso, el modelos mentales como elementos generado-
cual se desarrolla a continuación. res del discurso, ya que cada uno de los indivi-
duos se refiere a estos en los diferentes contextos
El análisis crítico del discurso de interacción. Además, dichos elementos en-
cuentran en la ideología el marco de generación
El análisis crítico del discurso (ACD) es un en- e interpretación de construcciones discursivas
foque especial que toma posición política y ana- de legitimación, manipulación y oposición al po-
liza el papel del discurso en la reproducción de der. Por tanto, a continuación se verá qué son las
la dominación (como abuso de poder), así como estructuras de actitud y cómo se relacionan con
en la resistencia contra la dominación. Es un en- los modelos mentales en los discursos.
foque interdisciplinar del análisis del discurso
Estructuras de actitud
que considera “el lenguaje como una forma
de práctica social” (Fairclough, 1989, p. 20), y Teun van Dijk (1998) elabora una teoría com-
analiza cómo la dominación se reproduce y se prensiva de la ideología en el marco de las re-
resiste con los discursos. El ACD se desarrolló laciones que se dan entre cognición, discurso y
alrededor de 1980 desde la lingüística crítica, y sociedad; desde este punto de vista, las ideolo-
se fundamenta en el acceso desigual a los recur- gías se entienden como sistemas de creencias, lo
sos lingüísticos y sociales, que son controlados cual implica que pertenecen al campo simbólico
por las instituciones. Los patrones de acceso al y del pensamiento, es decir, al nivel cognitivo.
discurso y a los eventos comunicativos son un Su carácter social proviene de la manera como
elemento esencial para el ACD. se relacionan con los conflictos, los intereses y
las expectativas de grupos, organizaciones e
En términos de método, el ACD se puede des- instituciones.
cribir como hiper o supralingüístico, en el senti-
do de que los profesionales del ACD consideran Ahora, siendo sociales y con frecuencia aso-
el contexto discursivo de manera no restringida, ciadas a los intereses, conflictos o luchas de un
o el significado que existe más allá de las estruc- grupo determinado, las ideologías legitiman o
turas gramaticales. Esto incluye la considera- posibilitan oponerse al poder y al dominio, des-
empeñando funciones de manipulación, legiti-
ción del contexto político e incluso económico
mación, oposición y resistencia, que se expresan
del uso de la lengua. Fairclough (1989, p. 15)
privilegiadamente como prácticas sociales dis-
destaca que “la lengua conecta con lo social por
cursivas, por lo que el discurso cumple un im-
ser el dominio primario de la ideología y por ser portante papel en el proceso de su reproducción.
tanto el interés principal como el lugar en que
tienen lugar las luchas de poder”. Esa relación En este marco, la ideología es “la base axiomáti-
ideología-conocimiento-contexto se materializa ca de las representaciones sociales compartidas
a través de las estructuras de actitud y los mo- por los miembros de un grupo” (van Dijk, 1998,
delos mentales de los individuos y los discursos p. 163). Esto implica que el concepto de repre-
que ellos generan. sentación social se entienda en términos de con-

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juntos de creencias socialmente compartidas: Las estructuras de actitud con frecuencia re-
así, los grupos organizan sus creencias sociales gulan a los grupos humanos y les indican for-
en términos de lo bueno o lo malo, lo correcto o mas de valoración en términos de lo bueno y lo
lo incorrecto, y actúan conforme a esos princi- malo, lo correcto o lo incorrecto, lo bello y lo feo
pios. Además, la ideología puede incidir en lo (como se referenció anteriormente), y, por tan-
que se acepta como verdadero o falso, particu- to, incluyen creencias evaluativas u opiniones
larmente cuando tales creencias son relevantes que en alguna medida son también sociales y
para el grupo (Condor y Antaki, 2000). se basan en valores y normas compartidas. Esto
es, las ideologías incluyen opiniones grupales
Las creencias, como producto del pensamiento o sociales, las cuales son generales y abstractas
humano, tienen dimensiones cognitivas, discur- y se agrupan en campos específicos de la reali-
sivas y sociales: “son unidades de información y dad social. Según van Dijk (1998, p. 84) “estos
procesamientos, así como condiciones y conse- grupos de opiniones son las actitudes”. Puesto
cuencias mentales del discurso y la interacción que las opiniones son creencias con las que se
social” (Pardo, 1999, p. 67). De esta manera, las puede o no estar de acuerdo, ellas no dicen nada
creencias son unidades o representaciones cons- acerca del mundo sino acerca de las personas
truidas en el procesamiento de la información que las poseen o de sus relaciones con el mundo.
que los seres humanos generan en la mente
como seres cognoscentes, sociales y discursi- La conceptualización de la opinión se diferen-
vos. Las creencias, en tanto constructos menta- cia de otro tipo de creencias socialmente com-
les, son la base desde donde se constituyen las partidas, como el conocimiento sociocultural, el
ideologías que se expresan en discursos y, en cual construye creencias fácticas que se basan
general, en las prácticas sociales y culturales. En en criterios de verdad socialmente reconocidos.
consecuencia, las creencias forman parte de los El conocimiento sociocultural se asocia con las
tejidos sociales que constituyen los hechos de la creencias fácticas compartidas y con los criterios
realidad social y cultural. compartidos para la determinación de su ver-
dad. Esta diferencia clásica se relaciona con la
Se pueden diferenciar dos clases básicas de distinción entre el saber (episteme) y la opinión
creencias: las individuales o personales, y las (doxa), lo cual posibilita distinguir teóricamente
entre creencias evaluativas socialmente compar-
sociales. Las primeras se almacenan en la me-
tidas, opiniones y actitudes, y creencias fácticas
moria episódica o personal en la que se repre-
socialmente compartidas o conocimiento5.
sentan y procesan hechos, situaciones o eventos
concretos en los que el sujeto participa directa
La cognición social, en palabras de van Dijk
o indirectamente, o construye desde la infor-
(1998, p. 162), “está constituida por el conjunto
mación referida por otros. Las segundas son
de representaciones mentales socialmente com-
las que se comparten con otros miembros de la
partidas y los procesos de su uso en contextos
comunidad constituyendo las creencias sociales
sociales”. Pero, por una parte, no todas las for-
que conforman el vasto conocimiento del mun-
mas de conocimiento sociocultural son contro-
do del que dispone el sujeto, y se almacenan en
la memoria social4.
5 En este sentido, las creencias evaluativas están en el orden de lo mo-
ral y lo regulativo de la sociedad, en tanto que se basan en el sistema
4 Tanto los conceptos de memoria episódica como de memoria social axiológico de la comunidad, mientras que las creencias fácticas se
serán desarrollados en el siguiente apartado. dirigen al orden epistémico.

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ladas u organizadas por el sistema ideológico, lenguaje o las actitudes de su grupo o cultura.
ya que el conocimiento general y cultural es la Por tanto, las ideologías se adquieren gradual-
base de todas las creencias específicas de un mente, se desarrollan y cambian en y por prácti-
grupo, incluyendo las ideologías. Así, el conoci- cas sociales situadas, y se reflejan especialmente
miento cultural es el conjunto de creencias com- en el discurso gracias a los modelos mentales.
partidas por todos los miembros competentes
de una cultura, de las cuales se sostiene su ver- Los expertos insisten en dos conceptos impor-
dad bajo criterios de veracidad también com- tantes para los modelos mentales: a) la memoria
partidos. Este es el conocimiento que todos los personal, y b) la memoria social. La primera es
miembros de una cultura tienen que aprender y conocida como episódica, pues señala al mode-
el que, en el discurso, se puede presuponer; lo lo mental como representaciones de episodios
conforman las creencias aceptadas y de sentido en la memoria personal. Este modelo es subjeti-
común, al igual que las creencias especializadas vo y representa la experiencia personal y la in-
(científicas) adoptadas por toda la cultura (Gar- terpretación del acontecimiento que efectúa el
ton, 1994). participante. El segundo tipo de memoria tam-
bién es llamada semántica.
En consecuencia, el conocimiento cultural se re-
fiere a un fenómeno social y colectivo. Por otra La interrelación entre cognición, discurso y so-
parte, el conocimiento de un grupo se construye ciedad, y su articulación en las interfaces a tra-
a partir del conocimiento general cultural, y se vés de modelos mentales, permite la integración
verifica a través de los criterios de verdad, que de los modelos episódicos y los de contexto de
pueden ser culturales pero aplicados en forma manera privilegiada en los modelos textuales,
distinta, o a través de los criterios específicos
conectando las representaciones personales de
del grupo, consensualmente determinados, ge-
la memoria episódica con las representaciones
nerando categorías de juicios.
de la memoria social para fundirse en los mo-
delos textuales o discursivos que recuperan la
Finalmente, es importante señalar que la selec-
práctica sociocomunicativa de los miembros de
ción y el orden de las categorías de juicio no es
una cultura.
arbitrario, sino una función de la posición so-
cial, los objetivos, los recursos, las actividades
Un modelo mental episódico es la representa-
y otros intereses del grupo que comparten tal
ción de eventos en la memoria personal, cons-
actitud. Ahora, es necesario que se observen los
modelos mentales y su papel en las construccio- truidos en torno a la categoría sí mismo, lo que
nes discursivas. le da su carácter subjetivo. En este sentido, re-
presenta la experiencia personal y la interpre-
Modelos mentales tación del evento por parte del participante,
así como su perspectiva y opinión acerca del
Según el concepto de ideología trabajado ante- mismo. Esto se formula como un modelo epi-
riormente, las ideologías, con el conocimiento, sódico. Aquí, en realidad, lo que el sujeto hace
las actitudes y los valores, son representaciones es construir el modelo para el evento acerca del
sociales compartidas por miembros de un gru- cual trata el discurso, generando las condicio-
po (Garton, 1994; van Dijk, 1998; Pardo, 1999), nes para su comprensión o interpretación. For-
pero las personas las utilizan de modo indivi- man parte del modelo episódico los modelos de
dual, tal como hacen con su conocimiento del experiencia, acontecimiento y descriptivo.

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Los modelos de acontecimiento interpretan si- las condiciones de los actos de habla, de cortesía,
tuaciones en eventos comunicativos; son perso- los factores y las circunstancias institucionales, el
nales, subjetivos y posiblemente parcializados, y sentido de pertenencia, el conocimiento mutuo,
tienen la misma estructura del modelo episódico las opiniones acerca de los otros, las metas e in-
del que forman parte circunstancias, participan- tenciones del evento comunicativo, entre otras.
tes y acción. Según van Dijk (1998, p. 109), “Los De mayor importancia, incluso, resulta el hecho
modelos descriptivos representan acontecimien- de que los modelos de contexto operan como el
tos en los cuales el sujeto cognoscente no ha parti- sistema de control del procesamiento del dis-
cipado, por lo que provienen de una experiencia curso. La estructura del modelo de contexto es
indirecta, en particular de o que oye o lee”. Ade- similar a la del episódico, pero su eje interpre-
más, los modelos de experiencia también dan tativo es la categoría participante, en la que se
cuenta de la noción de conciencia, es decir, dotan instaura el sí mismo, la que “define la subjeti-
de los recursos para construir interpretaciones vidad del discurso, monitorea la perspectiva y
sobre nosotros mismos y sobre el ambiente que el punto de vista y organiza las características
nos rodea, ayudando a dar forma a los modelos subjetivas del texto” (van Dijk, 1998).
episódicos para comprender eventos que no son
familiares a la luz de aquellos que se conocen En otras palabras, a pesar de las dimensiones
personalmente. generales, sociales y culturales, es la construc-
ción personal de esos criterios de relevancia la
Los modelos garantizan la comprensión de la que, para cada discurso, ejerce la restricción
realidad que nos rodea y, además, proporcio- real del texto. Para esta construcción personal,
nan los elementos para hablar de ella. Es lo que según van Dijk (1998), existen 16 parámetros
cotidianamente se expresa como historias, las situacionales que pueden constituir categorías
cuales portan las categorías básicas de los mo- de modelos de contexto, estos son los siguien-
delos, los participantes y sus roles, acciones, tes: dominio, interacción global y tipo de evento
ubicación espaciotemporal y circunstancias. comunicativo, funciones, intención, propósito,
Estas últimas estructuran y organizan diversas tiempo, lugar, circunstancias, soportes, rol de
formas de comprender los eventos, y determi- participante, rol profesional, rol social, afilia-
nan las maneras en que se habla acerca de ellos6. ción, pertenencia, los otros sociales y las repre-
sentaciones sociales.
Los modelos de contexto son la interfaz entre los
Actos de habla: un aporte
modelos episódicos y el discurso. Representan
desde la pragmática
las restricciones pragmáticas que “influyen en
el significado y la forma del discurso”7, así como
La pragmática y la influencia del contexto en los
actos discursivos son elementos primordiales
6 Según van Dijk (1998, p. 108) “comprender un discurso consiste sim-
plemente en la construcción de un modelo” y para poder construir ese en la identificación de las intenciones. Es impor-
modelo se deben tener en cuenta las representaciones mentales social- tante recalcar que la pragmática nace desde la
mente compartidas. Aunque claro está, prima sobre este el modelo de
contexto de quien realiza el discurso acerca de un acontecimiento. filosofía del lenguaje (Austin, 1971) que se inte-
7 Además, cuando se produce o se comprende un discurso se cons- resa por el modo en que el contexto influye en la
truye un modelo mental de la situación comunicativa en la que es
posible dicho evento comunicativo: es el modelo de contexto. van interpretación del significado. El contexto pue-
Dijk (1998) propone que “Los modelos de contexto representan la de incluir cualquier aspecto extralingüístico:
experiencia personal del sujeto frente a la situación social presente en
su discurso, las cuales determinan las restricciones pragmáticas que situación comunicativa, conocimiento compar-
dan sentido al discurso: condiciones de cortesía, condiciones del acto
de habla, condiciones institucionales y relaciones socioculturales, en-
tido por los hablantes, y relaciones interperso-
tre otras”. nales, entre otros.

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La pragmática toma en consideración los facto- Algunos estudios del ACD consideran la multi-
res extralingüísticos que condicionan el uso del funcionalidad de los textos con una característi-
lenguaje, esto es, todos aquellos factores a los ca importante. En la línea de Halliday (1982), se
que no se hace referencia en un estudio pura- cree que los textos cumplen y representan varias
mente formal como lo propone la teoría de los funciones al mismo tiempo (ideativa, interper-
actos de habla. Austin (1971) y Searle (1980) dis- sonal y textual; véase lo expuesto más adelante).
tinguen tres clases principales de actos que rea- En contraste, algunos investigadores se ocupan
liza una persona como hablante: locucionarios, solamente del nivel discursivo sin adoptar un
ilocucionarios y perlocucionarios. enfoque funcional como punto de partida.

Cabe recordar que el ACD se preocupa de cómo Estudios sociocognitivos


los textos orales o escritos funcionan dentro de
la práctica sociocultural, esto es, de la descrip- La mayor parte de la obra crítica de van Dijk
ción y el análisis del nivel textual, de la estruc- en la década de los ochenta estuvo dedicada al
tura y organización de los niveles fonológico, estudio de la reproducción de los prejuicios ét-
sintáctico y lexicosemántico del lenguaje, de los nicos y del racismo en el discurso y en la comu-
sistemas de intercambios, junto a las estructuras nicación, comenzando por el análisis crítico de
pragmáticas y sociolingüísticas. En otras pala- las noticias que se difundían sobre los ocupan-
bras, el ACD considera el lenguaje como el pro- tes ilegales de inmuebles, los refugiados, etc.; en
ducto de la organización lingüística en todos los otro estudio de los primeros tiempos, van Dijk
niveles de análisis. Por tanto, su campo de estu- (1980) analizó cómo hablaban los holandeses
dio incluye la pragmática, además del análisis y los californianos acerca de las minorías. En
conversacional, la sociolingüística y la etnogra- 1991, examinó el papel de los noticiarios mediá-
fía, con algunas variaciones como se describe en ticos en la reproducción del racismo, combinan-
el siguiente apartado. do análisis cualitativos y cuantitativos de miles
de noticias de la prensa británica y holandesa.
Enfoques del ACD
van Dijk (1993) descubrió que los temas más
A continuación se presenta una breve reseña frecuentes en la prensa correspondían a prejui-
de los principales enfoques teóricos del ACD, cios étnicos predominantes en las conversacio-
comparándolos en términos de algunas de sus nes cotidianas: la inmigración como invasión,
características fundamentales. Por ejemplo, al- los inmigrantes y refugiados como el crimen, la
gunos de los enfoques poseen una perspectiva violencia y las diferencias culturales problemá-
histórica en su teoría y su metodología; otros la ticas. En su último libro sobre el discurso y el
tienen en menor grado o carecen de ella total- racismo, van Dijk (1993) investigó una hipótesis
mente. Algunos hacen hincapié en la repetición, que era cada vez más evidente a partir de los
la previsibilidad y la reproducción de ciertas estudios previos, a saber, que los discursos de
prácticas; otros, en la creatividad y la innova- las élites desempeñan un papel decisivo en la
ción. Los enfoques también difieren en su ma- reproducción del racismo.
nera de interpretar la mediación entre el texto
y lo social. Por un lado, se considera que los En sus trabajos más recientes, van Dijk se volcó
procesos sociocognitivos controlan las relacio- al estudio de cuestiones más generales relati-
nes discursivas; por el otro, se supone que los vas al abuso de poder y la reproducción de la
mediadores entre lo social y las prácticas discur- desigualdad por medio de la ideología. Desde
sivas son géneros discursivos específicos. su perspectiva, que integra elementos de sus

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estudios anteriores sobre la cognición, los que la planificación y la comprensión de textos). Si


controlan la mayoría de las dimensiones del bien las formas del discurso racista o prejuicioso
discurso (preparación, marco, participantes, pueden ser similares, el contenido varía según
temas, estilo, retórica, interacción, etc.) son los los grupos estigmatizados y los marcos que ha-
que tienen más poder. Fairclough y Wodak cen posibles determinadas relaciones lingüísti-
(1997, p. 376) sostienen que “no se puede y no cas. Para Wodak (2000, p. 131), “La metodología
se debe establecer una relación directa entre las histórico-discursiva fue ideada para ser posible
estructuras del discurso y las estructuras socia- el análisis de emisiones prejuiciosas implícitas,
les: la cognición social y personal opera siempre y también para identificar y poner de manifiesto
como una interfaz mediadora entre ambas”. Se- los códigos y las alusiones contenidos en el dis-
gún van Dijk (1999), la cognición es el eslabón curso prejuicioso”.
perdido en muchos estudios sobre la lingüística
crítica y ACD que no logran dar cuenta de cómo El análisis del discurso se ha enriquecido desde
las estructuras sociales influyen sobre las estruc- diferentes formas de ver el mundo y con con-
turas del discurso ni de cómo, precisamente, la cepciones teórico-metodológicas, cada una de
conversación y el texto escrito ponen en acto, ellas igualmente válidas, dependiendo de los
instituyen, legitiman, confirman o cuestionan intereses investigativos; sin embargo, en esta
las estructuras sociales. ocasión los estudios sociocognitivos (van Dijk,
2000, 2001) y el método histórico discursivo
Método histórico discursivo (Fairclough y Wodak, 2000) son los dos pilares
del ACD. Claro está que esta propuesta tiene un
En un estudio interdisciplinario acerca del an- complemento más en el discurso político, como
tisemitismo en Austria después de la guerra, se presenta a continuación.
Wodak y sus colaboradores (1990) idearon un
procedimiento que denominaron “método his- El discurso político desde el ACD
tórico discursivo”. El rasgo característico de este
enfoque consiste en un intento de integrar sis- El análisis del discurso político se ocupa de rela-
temáticamente toda la información disponible cionar las particularidades del comportamiento
del contexto (background information) al análisis lingüístico con lo que normalmente se entien-
y la interpretación de las numerosas capas que de por política o comportamiento político. Este
constituyen un texto hablado o escrito. plantea dos problemas que podrían llamar la
atención al lector: 1) lo que se considere político
Después de este primer intento, se sucedieron dependerá del punto de vista del comentarista,
otros estudios sobre el prejuicio y el racismo y 2) se puede interpretar que los múltiples actos
que llevaron al grupo de Viena a consideracio- llevados a cabo mediante el lenguaje (es decir, el
nes más generales de carácter teórico sobre la discurso) cumplen diversas funciones, no solo
naturaleza (formas y contenido) del discurso ra- políticas, sino también heurísticas, lúdicas, in-
cista (acerca de los extranjeros, las minorías au- formativas, etc. Cualquiera de los dos problemas
tóctonas, los trabajadores inmigrantes, etc.). En podría ser el tema de extensas exposiciones, pero
lo fundamental, este grupo elaboró el enfoque aquí se limita a los siguientes puntos.
sociocognitivo de van Djik, suponiendo la exis-
tencia de distintos tipos de esquemas que tienen En cuanto al primer problema, Chilton y Schäff-
importancia para la producción y comprensión ner (1997, p. 297) definen como potencialmente
del texto (teorías sociopsicológicas acerca de políticas “aquellas acciones (lingüísticas o no)

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que involucran el poder o su opuesto, la resis- La arqueología del saber


tencia”. Desde luego, no existe una única defini-
ción del concepto de poder que sea compartida El trabajo de Foucault ha sido de interés inves-
por la totalidad de los teóricos políticos. tigativo desde diferentes disciplinas, y se ha lle-
vado a la práctica con diversos propósitos. Sin
En cuanto al segundo problema, Chilton Schäff- embargo, se podría decir que dos ejes centrales
ner (1997, p. 297) relacionan “situaciones y pro- han dinamizado la obra de Michel Foucault: el
cesos políticos con tipos discursivos y niveles saber y el poder. Claro está que durante este ar-
de organización del discurso mediante una ca- tículo la atención se centrará, principalmente,
tegoría intermedia, a la que se denomina fun- en el saber. En 1969, Foucault publicó el libro
ciones estratégicas”. La noción de funciones Archéologie du Savoir, allí estableció los elemen-
estratégicas les permite a los analistas del texto tos que le permitieron dar origen a la formula-
y del habla concentrarse en aquellos elementos ción de su método arqueológico11. En esta obra,
que contribuyen a los fenómenos que las perso- Foucault hace referencia a la filosofía analítica
nas consideran intuitivamente como políticos, y angloamericana, en particular a la teoría del acto
obviar otras funciones como la informativa, la discursivo. Dirige su análisis hacia el enuncia-
lúdica, etc. Teniendo en cuenta las enunciacio- do, la unidad básica del discurso que considera
nes anteriores, Chilton y Schäffner (1997, p. 298) ignorada hasta ese momento. Los enunciados
postulan las siguientes funciones estratégicas en dependen de las condiciones en las que emer-
forma provisional: coerción8; resistencia, oposi- gen y existen dentro del campo del discurso.
ción y protesta9; encubrimientos10; legitimación No son proposiciones, ni declaraciones ni actos
y deslegitimación. discursivos, a diferencia de lo propuesto en el
ACD, como se vio en el apartado anterior.
Estas cuatro funciones estratégicas están estre-
chamente relacionadas con funciones que se en- En su análisis, Foucault (1973) considera los ac-
cuentran en la vida social en general y no solo tos discursivos serios en cuanto a su análisis li-
en la política. No obstante, analizar en términos teral, en lugar de buscar algún significado más
de funciones estratégicas el comportamiento lin- profundo. Pero ¿qué entiende Foucault en su
güístico y otras formas de comportamiento co- obra por saber? El saber por el que se pregunta
municativo equivale a considerar políticamente no se identifica con el conjunto de los conoci-
dichos comportamientos, a politizarlos. Se puede mientos científicos y filosóficos propios de una
considerar a las cuatro funciones como interpre- determinada época:
tativas o productivas y de diferentes maneras.
En una sociedad, los conocimientos, las ideas
8 Son ejemplos claros los actos de habla respaldados por sanciones filosóficas, las opiniones cotidianas. Así como
(legales y físicas): órdenes, leyes, edictos, etc. Formas menos obvias las instituciones, las prácticas comerciales y
de comportamiento coercitivo son aquellos roles discursivos que las
personas no pueden evitar fácilmente, o que es posible que ni siquie- policiacas, las costumbres, todo se refiere a un
ra perciban, como contestar preguntas espontáneamente, cumplir saber implícito propio de esta sociedad. Este
con pedidos, etc.
9 Quienes se consideran opositores al poder pueden desplegar en un
sentido contrario muchas de las estrategias discursivas utilizadas por 11 Álvarez (1995, p. 2) sugiere que en la arqueología “rastreamos unas
los poderosos. Sin embargo, pueden existir formas específicas del huellas o unos vestigios, tanto las que dan cuenta del surgimiento de
discurso características de los que carecen de poder. la escuela y de los sistemas de instrucción pública […] la arqueología
10 El control político supone el control cuantitativo o cualitativo de la se encargaría entonces de mostrar aquellos vestigios de lo que se ha
información, el cual es, por definición, una forma de control discursi- institucionalizado, de lo que se ha hecho prácticas, de lo que se ha so-
vo. Se utiliza la estrategia del secreto para impedir que la gente reciba lidificado como verdad en un momento histórico”. En otras palabras,
información; el caso inverso es la censura, que impide que las perso- el arqueólogo encuentra indicios de lo que surgió y se quedó en la
nas brinden información. sociedad.

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saber es profundamente distinto de los conoci- […] el enunciado no es una unidad del mismo
mientos que se pueden encontrar en los libros género que la frase, la proposición o el acto de
científicos, los temas filosóficos, las justificacio- lenguaje; Es, en su modo de ser singular, indis-
nes religiosas, pero es el que hace posible, en pensable para que se pueda, decir si hay o no
un momento dado, la aparición de una teoría, frase, proposición o acto de lenguaje; […] una
de una opinión, de una práctica (Foucault, 1973, función que cruza un dominio de estructuras
p. 10). y de unidades posibles y las hace aparecer con
contenidos concretos, en el tiempo y el espacio
Es decir, el saber que le interesa estaría consti- (Foucault, 1969, pp. 105, 114).
tuido por una cierta red de enunciados implíci-
tos que proyectarían su influencia determinante Claro está que estos enunciados tienen, al igual
sobre el conjunto de la cultura. Para Sánchez que los lingüísticos, características que los di-
(1990, p. 114), “Las historias tradicionales del ferencian de otras cosas, elementos y objetos.
saber pretenden dejar constancia de lo que efec- Estos enunciados son raros, “son inseparables
tivamente se dijo, aclarar su contenido, descu- de una ley y de un efecto de rareza; estos enun-
brir los presupuestos implícitos y formular sus ciados son inseparables de un espacio de rareza
implicaciones lógicas”. Pero, ¿qué es un enun- en el que se distribuyen según un principio de
ciado? y ¿en qué se diferencian los enunciados parsimonia” (Deleuze 1987, p.29); además, los
foucaultianos de los enunciados lingüísticos? enunciados se producen de forma voluntaria al-
gunos, otros no, solo son el producto de la suma-
Los enunciados foucaultianos toria de un grupo o familia de enunciados12 que
como enunciados no lingüísticos se van consolidando en uno más fuerte, pero es-
tos no parten normalmente de lo común, y pue-
Al hablar de enunciados, en la teoría foucaultia- den tardar años para que se produzcan; hasta
na, lo primero que se debe hacer es alejarse del que sean considerados como una multiplicidad,
mundo lingüístico como tal, y centrarse en la ad- pero bajo la perspectiva AS, este grupo de enun-
quisición de conceptos resemantizados en una ciados nunca se convertirá en un sistema o una
propuesta teórica que utiliza términos amplia- estructura, como sí ocurre en el ACD.
mente trabajados en otras áreas del saber, pero
que dentro de su arqueología adopta denota- Esta formación parsimoniosa, en algunos casos,
ciones diferentes y, en algunos casos, contra- no requiere de originalidad, la verdad es que se-
rias. Deleuze (1987, p. 27), en su libro titulado ría difícil que así fuese, ya que los enunciados
Foucault, comienza afirmando que “Un nuevo en los diferentes discursos se van alimentando
archivista es nombrado en la ciudad […] El nue- de otros enunciados que se repiten, contradi-
vo archivista anuncia que ya solo considerará cen, trasladan, retribuyen, exploran, comprue-
enunciados”. Sin embargo, este archivista no ban, reprueban o desechan. Esta característica
se preocupa por problemas de significación, de de no originalidad reclama una emisión de sin-
elementos ocultos, malas interpretaciones, figu- gularidades13, “de puntos singulares” (Deleuze,
ras literarias, persuasión lingüística o argumen-
12 Según Deleuze (1987, p. 32) “lo que forma un grupo o familia de
tación, este archivista se centra en otro análisis enunciados son reglas de transformación o de variación del mismo
de la realidad, pero a través de los enunciados nivel, que convierten a la familia como tal en un medio de dispersión
y de heterogeneidad, justo lo contrario de una homogeneidad”.
que aparecen en los discursos. 13 Para Deleuze (1987, p. 30) “lo fundamental es la regularidad del
enunciado: no una media, sino una curva. En efecto, el enunciado no
se supone con la emisión de singularidades que supone, sino con el
¿Cuál ha sido el objetivo de mi investigación? aspecto de la curva que pasa por su entorno, y más generalmente con
¿Qué es lo que estaba en mi propósito describir? las reglas del campo en el que se distribuyen y se reproducen”.

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1987, p. 30) que se distribuyen en un espacio, y de a necesidades comunicativas y se materializa


a través de un tiempo se van fortaleciendo con en diversos actos de habla ilocutivos, los cuales
diferentes y diversos enunciados. Esta emisión pueden ser entendidos gracias al contexto.
de singularidades no significa que cada indivi-
duo tenga una propia, sino que producen o to- Así pues, Foucault intenta llegar más allá de los
man enunciados ya existentes y, por ese preciso contenidos y de los significados, hasta las fun-
instante, los hacen suyos; es decir, hay un em- ciones enunciativas que determinan lo decible y
plazamiento del sujeto en los enunciados que lo visible en un determinado momento históri-
constituye una variable intrínseca del mismo, co16. Es allí donde Foucault pretende poner en
una función derivada (una tercera persona)14. relación esas funciones enunciativas configurado-
ras del discurso con las estructuras y las relacio-
Por otro lado, una de las relaciones enunciados- nes de poder subyacentes a ese discurso. Para
saber parte de la aseveración de que “los enun- Sánchez (1990, p. 114), Foucault “no se detiene
ciados remiten a un medio institucional sin el en el logro de una mera contextualización del
cual no podrían formarse ni los objetos que sur- saber o del señalamiento de sus presupuestos
gen en tales localizaciones del enunciado, ni el conceptuales. Su empeño fundamental es la de-
sujeto que habla desde tal emplazamiento” (De- nuncia de las estructuras y de las relaciones de
leuze, 1987, p. 36). En otras palabras, el saber poder subyacentes a un determinado discurso”.
como espacio, al cual pertenecen las institucio-
nes y los acontecimientos15, y está relacionado El saber y el método arqueológico
con los sujetos, objetos y conceptos, construye y
se construye a través de las relaciones discursi- Desde esta perspectiva, la pregunta por el saber
vas con los medios no discursivos. es arqueológica, y la tarea del arqueólogo consis-
te en “sacar a la luz este pensamiento anterior
Cuando uno se adentra en los dominios fou- al pensamiento […] ese trasfondo sobre el cual
caultianos inmediatamente se aleja del mundo nuestro pensamiento ‘libre’ emerge y centellea
lingüístico. Otro ejemplo de ello es la formación durante un instante” (Foucault, 1966, p. 34).
discursiva, ya que se entiende como una verda- Asimismo, este autor considera que el saber de
dera práctica, que se forma dentro de “lenguajes una época se halla constituido por el conjunto
mortales, capaces de promover y en ocasiones de los regímenes de enunciados posibles, que
de expresar mutaciones […] además, el enun- encuentran sus límites en lo visible y lo decible
ciado es una multiplicidad que atraviesa los ni- en un tiempo y lugar determinados, y que re-
veles, que cruza un dominio de estructuras y de sultan del interjuego de reglas que hacen que
unidades posibles y hace que aparezcan, con con- emerjan algunos enunciados y no otros. En este
tenidos concretos, en el tiempo y en el espacio” sentido, “el saber para Foucault es aquel pen-
(Deleuze, 1987, pp. 39, 41). Mientras que desde samiento implícito en la sociedad, un pensa-
la pragmática discursiva esta formación respon- miento anónimo configurado a partir de ciertas
reglas de formación y transformación, y que re-
14 Sujeto, objeto y concepto solo son precisamente funciones derivadas sulta condición de posibilidad tanto de una teo-
del enunciado. La pura emisión de singularidades como puntos de
indeterminación es considerada como otra cosa, con un afuera, el cual ría como de una práctica o de una ciencia” (De
puede ser a su vez un enunciado. la Fuente y Messina, 2003, p. 1). Es así como el
15 Claro que “un acontecimiento no es lo que acontece, sino mucho más
que eso, sería la expresión de un cambio de época, algo que marcaría
un hito, algo extraordinario que, justamente, rompería con aquello 16 Para Álvarez (1995, p. 3) las huellas de la historia son “vestigios de
que simplemente estaba aconteciendo de manera rutinaria y acepta- algo que sería radicalmente nuevo que irrumpe y altera las verdades
da” (Álvarez, 1995, p. 4). y relaciones de poder establecidas hasta el momento”.

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saber constituye aquella experiencia social que, tipo que, a su vez, las caracterizan y delimitan
aunque no se inscriba de manera elocuente en sus especificidades18. En palabras de Foucault:
algún enunciado concreto, sí puede ser recons-
truida a partir de una descripción de las líneas No cuestiono los discursos sobre aquello que, si-
de visibilidad y de enunciación que caracterizan lenciosamente, manifiestan, sino sobre el hecho
y las condiciones de su manifiesta aparición.
la masa discursiva de un periodo (documentos
No los cuestiono acerca de los contenidos que
provenientes de distintos campos). Para Álvarez pueden encerrar sino sobre las transformacio-
(1995, p. 7), “el concepto de saber está propues- nes que han realizado. No los interrogo sobre
to para mostrar cómo las ideas o los conceptos el sentido que permanece en ellos a modo de
surgen por fuera de una tal epistemología”. origen perpetuo, sino sobre el terreno en el que
coexisten, permanecen y desaparecen. Se trata
En este sentido, Foucault propone un trabajo de de un análisis de los discursos en la dimensión
de su exterioridad (Foucault, 1969, p. 58).
descripción sobre el archivo, entendiendo por él
no la masa de textos recuperados de una época
Al llamar arqueológico al método de análisis de
sino el conjunto de las reglas que en un tiempo y
la historia, Foucault propone invertir las relacio-
lugar definen sobre qué se puede hablar, cuáles nes que caracterizaron a ambas disciplinas. En
discursos circulan y cuáles se excluyen, cuáles palabras del autor:
son válidos, quiénes los hacen circular y a través
de qué canales. Así, el método arqueológico re- Hubo un tiempo en que la arqueología, como
curre a la historia, pero “esta estrategia no impli- disciplina de los monumentos mudos, de los
ca buscar las verdades del pasado sino el pasado restos inertes, de los objetos sin contexto y de
de nuestras verdades” (Murillo, 1996, p. 39), y las cosas dejadas por el pasado, tendía a la
por ello para el análisis arqueológico no resulta historia y no adquiría sentido sino por la res-
titución de un discurso histórico: podría decir-
relevante la veracidad de los documentos sino
se, jugando un poco con las palabras, que, en
las condiciones de su aparición, “pues lo que in- nuestros días, la historia tiende a la arqueolo-
teresa es ver cómo estamos constituidos, desde gía, a la descripción intrínseca del monumento
qué mecanismos; ya que aquello que damos por (Foucault, 1969, p.11).
verdadero tiene un cierto efecto en qué somos y
cómo somos” (Foucault, 1966, p. 39). Es obvio que el saber entendido de esta mane-
ra no puede, desde luego, ser abordado con los
El análisis arqueológico se focaliza en la dimen- métodos-historiográficos tradicionales, y sobre
sión de exterioridad17 de los discursos y busca sus todo, teniendo presente la inclusión de la pro-
condiciones de existencia en las prácticas dis- puesta foucaultiana del concepto de estrato. Esta
cursivas que son, asimismo, sociales. Las prác- redefinición es construida por Deleuze (1987,
ticas discursivas producen saberes de distinto p. 75) de la siguiente forma: “Los estratos son
formaciones históricas, positividades o empiri-
17 Foucault expone los cuatro principios de método reguladores del
cidades, capas sedimentarias; hechas de cosas
análisis de los discursos; cuatro principios que se oponen a las no- y de palabras, de ver y de hablar, de visible y
ciones que han dominado la historia de las ideas, a saber: de trasto-
camiento, de discontinuidad, de especificidad y de exterioridad. Este
último propone “no ir del discurso hacia su núcleo interior y oculto, 18 Álvarez (2005) propone una serie de orientaciones metodológicas
hacia el corazón de un pensamiento o de una significación que se para la lectura de fuentes primarias dentro de la arqueología del
manifiestan en él sino, a partir del discurso mismo, ir hacia sus con- saber. Ellas son: identificación de fuentes, revisión y selección de
diciones externas de posibilidad, hacia lo que da motivo a la serie documentos, prelectura y tematización, fichaje, establecimiento de
aleatoria de esos acontecimientos y que fija los límites” (De la Fuente agrupaciones o cortes históricos, análisis de las fichas y articulación
y Messina, 2003, p. 24). de la información para la redacción del informe.

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de decible, de superficies de visibilidad y de El discurso, en este sentido, es un evento co-


campos de legibilidad, de contenidos y de ex- municativo específico que implica actores so-
presiones”. Este método arqueológico descubre ciales en sus diversos roles, tomando parte de
un conjunto de enunciados que configuran los un acto social dentro de un contexto específico.
distintos saberes y constituyen la episteme pro- El acto comunicativo puede ser escrito u oral, y
pia de un determinado momento histórico; es puede incluir dimensiones no verbales. En este
decir, “estas epistemes se irían sucediendo unas sentido, el discurso es una actualización, o el
a otras mediante un proceso discontinuo de cor- producto logrado en el proceso del acto comu-
te o mutación, productor de transformaciones nicativo. El discurso, por tanto, refiere objetos
radicales en las mismas” (Sánchez, 1990, p. 115). comunicativos particulares u ocurrencias úni-
  cas que involucran actores particulares en con-
Similitudes y diferencias textos y escenarios específicos y concretos. Los
límites metodológicos del discurso se formulan
En esta oportunidad, el interés de comparación en términos de su unidad (de significado), el
se centró en dos opciones de análisis que permi- continuo en el tiempo, la participación sosteni-
ten identificar, analizar y construir una reflexión da de los mismos interlocutores, y el deslinde
investigativa de las realidades sociales, las cua- de principio a fin.
les utilizan diferentes vías, conceptos y marcos
lógicos pues sus intereses, si bien son semejan-
Por otro lado, el AS es una propuesta que parte
tes: el discurso, se dispersan desde la construc-
de una definición diferente del discurso, si bien
ción conceptual de cada una de estas opciones,
se centra en los enunciados y las formaciones
ya que parten de un estado del arte distinto: el
discursivas como elementos reales de la socie-
ACD como el resultado de la interdisciplinarie-
dad, se desprende de la lingüística para con-
dad de la lingüística, el cognitivismo, la cultura
ceptualizarlos y no sigue patrones de análisis
del texto, los elementos sociales y el contexto,
lingüísticos, sino arqueológicos. Su objetivo no
y la AS como opción de análisis de la realidad
es descriptivo ni interpretativo, sino histórico-
que parte de la de-construcción del conocimien-
to moderno como propuesta posestructuralista reconstructivo, lo que demanda del arqueólogo
que se aleja de la lingüística y propone su propio remitirse a los archivos, es decir, esos documen-
marco de definición conceptual. A continuación tos, panfletos, noticias, instituciones, aconteci-
se trabajarán algunas similitudes y diferencias mientos, intervenciones, entre otros elementos
encontradas en dichas propuestas de análisis. de divulgación, que le permitieron a los enun-
ciados formar discursos no lingüísticos.
Discurso y realidad social
En esta perspectiva, el ACD exige una postura
El ACD define el discurso como una práctica so- interdisciplinaria amplia en la que se integran
cial y, en consecuencia, la tarea central del ana- lo cognitivo, lo social, lo cultural, lo lingüístico
lista es develar cómo actúa en las otras prácticas y lo comunicativo; en este sentido, el discurso
sociales, esto es, cómo se construyen los acon- es una práctica pluridimensional que se explica
tecimientos sociales, cómo se formulan, estable- simultáneamente como producto sociocomuni-
cen, mantienen o se transforman las relaciones cativo, esto es, como acto social y discursivo que
sociales, y cómo se constituye la identidad del vive en una situación concreta, y como práctica
sujeto o, más puntualmente, cómo se expresan y cognitiva que estructura y construye formas de
reproducen las ideologías en el discurso. saber individual y colectivo.

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Por su parte, la AS considera el saber como un ideología impone partir de su papel en la socie-
elemento constituyente de aquella experiencia dad, esto es, implica desentrañar los conflictos
social que no necesariamente se encuentra ins- sociales entre los grupos, si se tiene en cuenta
crita en un enunciado específico, y que puede ser que la ideología es fundamento sociocognitivo
reconstruida a través de las formaciones discur- y discursivo para el dominio y la resistencia,
sivas de un espacio y tiempo determinados. Esto y que además funciona como el conjunto de
permite afirmar que para la AS, los enunciados principios de que se sirve la sociedad para la
y sus respectivas formaciones discursivas no se explicación del mundo en general y del mundo
rigen por conceptos como cognición, cultura y político, económico y social en particular.
comunicación, pero sí resaltan, aunque no direc-
tamente, el papel de lo social y de los sujetos. Es A partir de estas dimensiones, las relaciones
necesario destacar que estos sujetos no son lin- entre los grupos marcan la manera en que cada
güísticos, y son derivados de los enunciados, y uno se percibe y percibe a los demás; y si se tie-
no al contrario como sugiere el ACD. ne en cuenta que las ideologías tienen una di-
mensión normativa que señala y regula lo que
Por tanto, se podría afirmar que el ACD se rela- los miembros de un determinado grupo deben
ciona de maneras múltiples con descripciones y o no hacer, se evidencian las maneras de ser
explicaciones que provienen de la lingüística, las de las prácticas sociales que se asumen en re-
teorías cognitivas, la sociología cognitiva, la psi- lación directa con los intereses del grupo y las
cología cultural y la teoría de la comunicación, maneras en que se evita que otros interfieran en
entre otras disciplinas, y es desde esta perspecti- ellos; por tanto, se puede concluir que la ideolo-
va que la conceptualización del ACD se constru- gía puede representarse en esquemas de grupo
ye como una pirámide cuyos vértices integran la y, por ende, formular una estructura en la que
cognición, la sociedad y el discurso. Al contra- las categorías no jerarquizadas universalmente
rio, la AS parte de las formaciones discursivas como membrecía, actividades, metas, valores
que van surgiendo en la historia, con respecto a y normas, posición y relaciones de grupo o re-
un espacio y un tiempo determinados, a través cursos pueden hacer explícita la circulación de
de los enunciados no lingüísticos que son ras- ideologías grupales o sociales que dan cuenta
treables, analizables y comparables, no en el sen- de su identidad.
tido de quién lo dice o por qué lo dice así, sino
como elementos que emergen de la rareza, para Sin embargo, ni las ideologías ni el contexto son
romper o trascender eso que es común. elementos contemplados en la AS, ya que la no
originalidad de los enunciados sugiere la cua-
Ideologías y contextos lidad de la repetición, pero para que un enun-
ciado pueda ser repetido necesita de cuatro
Tal como se asumen las ideologías en el ACD condiciones: 1) el mismo espacio de repetición,
(van Dijk, 1998; Pardo, 1999), estas poseen es- 2) la misma distribución de singularidades, 3)
tructuras que son comparables con las demás el mismo orden de localizaciones y de empla-
representaciones sociales, es decir, organizan y zamientos, y 4) la misma relación con un medio
regulan las representaciones conceptuales acer- instituido:
ca de cómo son los grupos y las comunidades,
los sistemas axiológicos y las formas de relación Se objetará que Foucault no hace otra cosa que
intergrupales ancladas en los intereses grupa- afinar análisis muy clásicos basados en el con-
les. Recuperar analíticamente la estructura de la texto. Eso sería desconocer la novedad de los

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criterios que instaura, precisamente para de- Con respecto al ACD, analizar el discurso con
mostrar que se puede decir una frase o formu- la pretensión de comprender críticamente la
lar una proposición sin tener siempre el mismo cultura implica desentrañar las estructuras del
emplazamiento en el enunciado correspon- discurso para formular explicaciones sobre sus
diente, sin reproducir las mismas singularida- funciones y contextos cognitivos, sociales, polí-
des (Deleuze, 1987, p. 37).
ticos, históricos y culturales, dentro de los cuales
se enmarca el estudio de la expresión discursiva
Es claro que dentro de la AS, el contexto no pue-
y la reproducción de la ideología. Todas las per-
de ser el elemento clave de interpretación como
sonas tienen la capacidad tanto lingüística como
lo es para el ACD, porque en primera instancia,
social de realizar discursos en diferentes espa-
la interpretación no es su objetivo, como se ha-
cios y con diferentes propósitos. Estos discursos
bía afirmado y, además, las condiciones de repe-
no solo representan las ideologías a la cual per-
tición de los enunciados deben ser iguales —a
tenecen, sino también que proyectan las estruc-
diferente ideología o contexto, diferente enun-
turas o estrategias discursivas en varios niveles
ciado—. El contexto para Foucault no explica
y dimensiones. Hay tres formas de observar y
nada, puesto que no hay relación con la forma-
de analizar un discurso: a) como un diálogo co-
ción discursiva que se va a repetir en el enun-
tidiano, b) como estructura gramática, y c) como
ciado. De todas formas, es posible pensar sobre
propiedades de acción e interacción, es este úl-
la relevancia de esos enunciados que han sido
timo el que realmente importa para este trabajo.
producidos en momentos determinados históri-
camente (contexto), consolidando formaciones Subjetividades, identidades e
discursivas que demandan cambios (posible- identificación
mente cargados de una ideología determinada).
El poder19 es otro de los pilares del trabajo de
En otras palabras, al arqueólogo foucaltiano Foucault, y en este artículo aparece con la cons-
poco le interesa entrar a develar el contexto y la trucción conceptual de subjetividad. Cada época
ideología bajo la cual fueron apareciendo esos tiene un modo histórico de subjetivación porque
enunciados en la sociedad, sino qué es lo qué en cada noción de subjetividad se articulan las
reclaman determinados enunciados, qué cam- distribuciones de poder político que correspon-
bios sociales proponen, qué acontecimientos o den al momento histórico en que se construye-
instituciones producen, cómo se distribuyen, y ron. La subjetividad es el modo en que el sujeto
los enunciados a favor o en contra que reciben. hace la experiencia de sí mismo, pero esta no es
Todos estos espacios de enunciación son los igual para todos, es la experiencia del particu-
elementos que posibilitan las formaciones dis- lar mundo en el que se vive. En cada momento
cursivas, las cuales no pueden ser consideradas histórico, los individuos van construyendo dife-
como estructuras ni sistemas, es decir, la reali- rentes formas de subjetividad.
dad social en la AS se determina históricamen-
te a través de los enunciados que hacen parte Además, cabe resaltar que el poder para Foucault
de las formaciones discursivas que, a su vez, “carece de esencia, es operatorio. No es atributo,
componen los archivos. Son los quiebres de su
punto de investigación, quiebres que han inter- 19 En palabras de Deleuze (1987, pp. 51, 52), “el poder carece de ho-
mogeneidad, pero se define por las singularidades, los puntos sin-
venido y reformado la sociedad. Es posible afir- gulares por los que pasa […] el poder es local puesto que nunca es
global, pero no es local o localizable puesto que es difuso”. Por tanto,
mar que estas formaciones discursivas no solo dado que se puede afirmar que el poder es local pero no localizable,
la transformaron sino que, de igual forma, han responde a las relaciones de poder, las cuales no están en posición de
exterioridad, de superestructura, sino que están allí donde desempe-
mutado en la sociedad. ñan un papel directamente productor

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sino relación: la relación de poder es el conjun- ser un compuesto de varias identidades sociales)
to de las relaciones de fuerzas, que pasa tanto o sí mismo personal, por un lado, y las prácticas
por las fuerzas dominadas como por las domi- situadas reales de los actores sociales que pue-
nantes: las dos constituyen singularidades” (De- den ser consideradas como manifestaciones de
leuze, 1987, p. 53). Esas fuerzas dominantes no la identidad personal”. Por tanto, es importante
pueden confundirse con las ideologías; es decir, diferenciar la pertenencia entre identidad social
el poder no procede por ideologías20. En otras o de grupo21 e identidad personal22.
palabras, las relaciones de poder son los elemen-
tos constitutivos de las subjetividades, lo cual no Con respecto a lo anterior, la pertenencia es
está directamente conectado con las ideologías. principalmente ideológica (como en los partidos
políticos), el disenso ideológico habitualmente
Por otro lado las ideologías, según el ACD, con- implica abandonar el grupo por completo cuan-
sisten en un esquema fundamental del cual la do las opiniones en disidencia de un miembro
primera categoría define los criterios de perte-
son inconsistentes con las del grupo como un
nencia a un grupo. Junto con el contenido de
todo. Claro está que las ideologías son esencial-
las otras categorías, tales criterios definen la
mente compartidas y, por tanto, necesitan ser
identidad social de un grupo. Esto significa que
definidas a nivel grupal. A menudo, se consi-
tan pronto como un grupo ha desarrollado una
dera a la identidad de un modo individualis-
ideología, esta define la base para la identidad
del mismo. Desde un enfoque sociocognitivo, la ta, es decir, en términos de representaciones y
identidad es a la vez personal y un constructo procesos de identificación de los miembros de
social, es decir, una representación mental. Es su un grupo. Sin embargo, explica van Dijk (1999,
representación del sí mismo, la gente se constru- p. 155) “del mismo modo en que puede decirse
ye a sí misma como miembro de varias catego- que los grupos comparten conocimiento, acti-
rías y grupos. Para van Dijk (1999, p. 152) “Esta tudes y una ideología, podemos conjeturar que
autorrepresentación (o esquema de sí mismo) comparten una representación social que define
está ubicada en la memoria episódica (personal). su identidad o ‘sí mismo social’ como un gru-
Es una abstracción construida gradualmente po”. En otras palabras, la identidad de grupo se
desde las experiencias personales (modelos) de funde con su ideología, lo identifica.
los acontecimientos”; además, parte de nuestra
autorrepresentación se infiere de los modos en Lo anterior permitiría concluir que si la dimen-
que los otros nos ven, definen y tratan. sión cognitiva de la identidad de grupo se defi-
ne en términos de las representaciones sociales
Cabe señalar que las identidades de grupo pue- específicas compartidas, la noción de identidad
den ser más o menos abstractas y desligadas
del contexto, del mismo modo que lo son las re- 21 La identidad de grupo no parece estar limitada a representaciones
mentales compartidas, sino que incluye “una colección de prácticas
presentaciones sociales; van Dijk (1999, p. 153) típicas o rutinarias, acciones colectivas, vestimenta, objetos, lugares,
propone “distinguir entre identidad personal re- edificios, monumentos, acontecimientos históricos prominentes, hé-
roes y heroínas y otros símbolos” (van Dijk, 1999, p. 159).
lativamente desligada del contexto (la que puede 22 Para van Dijk (1999, p. 154), “La identidad personal adopta las dos
formas descriptivas informalmente: 1) una representación mental de
sí mismo (personal) como un ser humano único con sus experiencias
20 “Ni siquiera cuando se apoya en las almas; en el momento en el que y biografía propias, personales, como se lo representa en modelos
(el poder) influye sobre los cuerpos, no actúa necesariamente a tra- mentales acumulados, y el autoconcepto abstracto derivado de esta
vés de la violencia y de la represión. O más bien la violencia expresa representación, a menudo en la interacción con otros, y 2) una repre-
perfectamente el efecto de una fuerza sobre algo, objeto o ser. Pero no sentación mental del sí mismo (social) como una colección de per-
expresa la relación de poder, es decir, la relación de la fuerza con la tenencias a grupos, y los procesos que están relacionados con tales
fuerza, una acción sobre una acción” (Deleuze, 1987, p. 54). representaciones de pertenencia”.

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de grupo es más inclusiva que la de ideología23. es una construcción de diferentes espacios y se


Aquí es necesario resaltar que, al igual que las referencia en la formación discursiva.
identidades personales, las sociales pueden
cambiar; es decir, “mientras que algunos prin- Conclusiones
cipios básicos (ideológicos) pueden permanecer
relativamente idénticos por un período relati- El análisis del discurso ha sido, es y seguirá
vamente largo de tiempo, las representaciones siendo de interés académico e investigativo de
sociales más específicas, como las actitudes, múltiples disciplinas, ya que el discurso puede
pueden adaptarse estratégicamente al cambio encerrar posibilidades reales de análisis, bien
social y político” (van Dijk, 1999, p. 156). Si la sea a nivel estructural, semántico, pragmático,
identidad social24 está definida en términos de semiótico, cultural, psicológico o social, y es
representaciones sociales compartidas, y si es- gracias a esa riqueza de enfoques y métodos que
tas pueden cambiar continuamente, también la su auge y aportes a las ciencias sociales van en
misma noción de identidad debería ser más di- ascenso. Sin embargo, cada propuesta de análi-
námica que estática. Es allí donde la identidad sis lleva consigo matices y conceptos propios de
se convierte en un proceso en el cual la colec- cada una de sus disciplinas; por tanto, el ACD y
tividad está comprometida y se puede definir la AS no pueden ser la excepción.
como identificación25, como algo que se mueve,
dinámico, que fluye; esta conceptualización Por un lado, el ACD centrado en la interpreta-
concuerda con algunas de las características de ción de elementos semánticos y pragmáticos
las subjetividades foucaultianas. dentro de un marco compuesto por la triada
ideología-contexto-conocimiento, donde el indi-
Finalmente, es posible que en la actualidad, si- viduo genera actos comunicativos ligados a sus
guiendo las características descritas por van Dijk intereses, dependientes de elementos de poder
(1999), frente a las identidades se puedan consi- y dominación que influyen aspectos cognitivos
derar las subjetividades, ya que comparten la vo- como las estructuras de creencias y sus mode-
latilidad, el dinamismo, la fluidez y los cambios; los mentales, los cuales son analizables a través
sin embargo, se alejan, puesto que van Dijk da del discurso como en el caso de las ideologías
un peso protagonista al individuo, la persona, al que legitiman o posibilitan oponerse al poder y
sujeto. Mientras que en la AS el sujeto es deri- al dominio desempeñando funciones de mani-
vado de los enunciados, es una tercera persona, pulación, legitimación, oposición y resistencia,
no hay algo mío en el enunciado, este enunciado que se expresan privilegiadamente como prác-
ticas sociales discursivas, por lo que el discurso
23 A diferencia de las ideologías, las identidades sociales no necesitan
estar limitadas al campo cognitivo. Según van Dijk (1999, p. 158), “la
cumple un importante papel en el proceso de
identidad de grupo también puede definirse, al menos parcialmente, su reproducción. Es aquí donde las creencias, en
en términos de las prácticas sociales características de los miembros
de un grupo, incluyendo acciones colectivas”.
tanto constructos mentales, se constituyen en la
24 La identidad social como un constructo mental socialmente compar- base desde donde se construyen las ideologías
tido también “permite variaciones individuales de interpretación,
cambios históricos en el significado de las manifestaciones ‘externas’ que se expresan en discursos y, en general, en
de la identidad social, al igual que procesos de socialización de los las prácticas sociales y culturales; en consecuen-
miembros a nivel individual y formación de grupo a nivel social”
(van Dijk, 1999, p. 160). cia, las creencias forman parte de los tejidos so-
25 Por esta razón, el término identificación probablemente sería más sa- ciales que componen los hechos de la realidad
tisfactorio que aquel más estático de “identidad”. En palabras de van
Dijk (1999, p. 156), “Al igual que las personas, los grupos pueden, por social y cultural. Así, el conocimiento cultural
lo tanto, estar permanentemente ocupados en la ‘búsqueda’ de su
identidad, como una función de las estructuras sociales al igual que
es el conjunto de creencias compartidas por to-
de los cambios”. dos los miembros competentes de una cultura,

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de las cuales se sostiene su verdad bajo crite- pacios de enunciación son los elementos que
rios de verdad también compartidos. Este es posibilitan las formaciones discursivas, las cua-
el conocimiento que todos los miembros de les no pueden ser consideradas como estructu-
una cultura tienen que aprender y el que, en el ras ni sistemas; es decir, la realidad social en la
discurso, se puede presuponer; lo conforman AS se determina históricamente a través de los
las creencias aceptadas y de sentido común, al enunciados que hacen parte de las formaciones
igual que las creencias especializadas (científi- discursivas que, a su vez, componen los archi-
cas) adoptadas por toda la cultura. vos. Son los quiebres su punto de investigación,
quiebres que han intervenido y reformado la
Además, la interrelación entre cognición, dis- sociedad. Es posible afirmar que estas forma-
curso y sociedad, y su articulación en las inter- ciones discursivas no solo la transformaron sino
faces a través de modelos mentales, permite la que, de igual forma, han mutado en la sociedad.
integración de los modelos episódicos y los de
contexto de manera privilegiada en los modelos Es importante recordar que las subjetividades
textuales, conectando las representaciones per- propuestas por la AS no construyen los enuncia-
sonales de la memoria episódica con las repre- dos, ni participan de las formaciones discursivas
sentaciones sociales de la memoria social para sino que, por el contrario, estas subjetividades
fundirse en los modelos textuales o discursivos son derivadas de los enunciados. No hay un yo
que recuperan la práctica sociocomunicativa de sino un él. Son los cambios, los quiebres, las ins-
los miembros de una cultura. tituciones, los acontecimientos, la sociedad, los
que hacen que el sujeto realice, reutilice o ponga
En otras palabras, el ACD considera el lenguaje en práctica ciertos enunciados, y no al contrario,
como el producto de la organización lingüísti- como lo propone el ACD. Por tanto, a través del
ca en todos los niveles de análisis. Por tanto, su discurso no se busca describir a quien lo enun-
campo de estudio incluye la pragmática, además cia, sino los aspectos sociales e históricos que lo
del análisis conversacional, la sociolingüística, y han llevado a enunciarlo.
la etnografía, con algunas variaciones como se
describe en el siguiente apartado. Los enfoques Finalmente, tanto el ACD como la AS son pro-
del ACD también difieren en su manera de in- puestas viables y coherentes de análisis del dis-
terpretar la mediación entre el texto y lo social. curso, pero persiguen diferentes objetivos. El
Por un lado se considera que los proceso socio- primero se centra en el individuo dentro de un
cognitivos controlan las relaciones discursivas; contexto enmarcado por una ideología, y la otra,
por el otro, se supone que los mediadores entre en los elementos y espacios que afectan y dan
lo social y las prácticas discursivas son géneros forma a los enunciados que utiliza el sujeto. Sin
discursivos específicos. embargo, cada uno de ellos analiza la sociedad
y los elementos que la componen bajo perspecti-
Con respecto al AS, poco le interesa entrar a vas teórico-metodológicas que conjugan episte-
develar el contexto y la ideología bajo la cual mológica y ontológicamente con sus objetivos.
fueron apareciendo esos enunciados en la so-
ciedad, sino qué reclaman los determinados Referencias
enunciados, qué cambios sociales proponen,
qué acontecimientos o instituciones los produ- Álvarez, A. (1995). La genealogía y la arqueología
cen, cómo se distribuyen, y los enunciados a como herramientas para leer la hipótesis sobre la so-
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