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TEMA 72. LA LITERATURA EN LENGUA CATALANA,
GALLEGA Y VASCA.

ÍNDICE.

1. INTRODUCCIÓN.
2. LITERATURA CATALANA.
3. LITERATURA GALLEGA.
4. LITERATURA VASCA.
5. ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA LITERATURA CATALANA,
GALLEGA Y VASCA EN LOS ÚLTIMOS DECENIOS.
6. CONCLUSIÓN.
7. BIBLIOGRAFÍA.

1. INTRODUCCIÓN.

Establecer los inicios de una literatura no es una labor precisa; se considera que el
primer texto escrito conservado marca el arranque literario de una lengua. Pero no hay
que relegar la literatura de transmisión oral, aunque no se encuentre documentada. En el
caso catalán no se pone en duda la existencia de una expresión literaria de tradición oral
previa a los primeros documentos, aunque no se puede afirmar con rotundidad. Una
prueba de su existencia son los restos de antiguos poemas, especialmente de género
épico, que se encuentran prosificados en las crónicas.

Como en la mayoría de las lenguas románicas, las primeras manifestaciones de la


literatura gallega están escritas en verso. Forman parte de lo que se conoce como lírica
galaicoportuguesa, una poesía de carácter culto conservada en cancioneiros. Este periodo
de gloria se extiende desde principios del siglo XIII hasta mediados del XIV. Por estas
fechas se inicia el abandono de esta expresión lírica a favor de una poesía de influencia
castellana e italiana.

Por último, por diversas razones, la literatura vasca ha experimentado un


desarrollo muy particular frente a la de lenguas próximas. Influyen en ello algunas
peculiaridades políticas (la propia división administrativa del territorio vasco) o sociales
(la importante presencia clerical determina el carácter de los primeros textos en eusquera,
muy centrados en la predicación religiosa).

2. LITERATURA CATALANA.

2.1. EDAD MEDIA.

En la Edad Media hay una clara separación entre poesía y prosa. Hasta la llegada de
Aussías March se usará el provenzal para la primera, mientras que la segunda se
redactará en catalán.
 
 
Hay un acontecimiento histórico que condiciona fuertemente la literatura catalana
en sus inicios: por vía matrimonial, Ramón Berenguer III recibe el condado de Provenza
en 1113. La literatura en lengua provenzal se impone entre la aristocracia catalana; de
hecho, muchos de los principales poetas en lengua provenzal son catalanes (Guillem de
Berguedá, Cerverí de Girona, Ramon Vidal de Besalú). Los mayores logros de los
trovadores catalanes suelen situarse al margen del amor cortés, aunque utilizan los
tópicos provenzales. Es una poesía conocida como “poesía cortés” sometida a unas
normas muy estrictas que se detallan en el texto provenzal Razós de trobar, de Vidal de
Besalú. Suele ser de temática amorosa, o de tipo satírico o mordaz, como el sirventés, y
plors funebres, de los que el plant es un buen ejemplo.

En cuanto a la prosa, las primeras manifestaciones en prosa las encontramos con


las crónicas históricas, desprovistas, casi en su totalidad, de componente literario. Será a
mediados del siglo XIII, cuando la lengua catalana se muestra asentada y madura en la
obra de Ramon Llull, autor de más de doscientos libros de géneros diversos (astronomía,
poesía, teología, geometría...) y creador de una lengua literaria de extraordinaria calidad.
No sólo aporta textos narrativos y poéticos en lengua vernácula, sino también –algo que
era excepcional en la época, pues se solía escoger el latín para estos menesteres– sus
grandes tratados de filosofía y ciencia.

Ramón Llull es considerado como el creador de la prosa literaria en este idioma.


Su obra es fundamentalmente religiosa, como consecuencia de unas visiones que tuvo.
Busca principalmente composiciones que muestren la superioridad de la fe católica y
aboga por la conversión de la poesía cortés a "lo divino". Destacamos de su obra el Llibre
del gentil e de los tres savis (1272), en el que el autor intenta buscar similitudes entre las
tres principales religiones; el Llibre de l'ordre de cavalleria (1275-1276), sobre la
formación moral de los caballeros, y el Llibre d'Evast e d'Aloma de Blanquerna son fill,
de carácter fuertemente autobiográfico.

Durante la segunda mitad del siglo XIV se registra un cambio en las estructuras
políticas y también en la cultura. Los planteamientos medievales comienzan a ceder a
favor de nuevas posturas más acordes con un humanismo que terminará por imponerse.
En este período destacan un buen número de obras en prosa destinadas a la clase media, y
tres autores principales: Francesc Eiximenis (Lo Crestià), Bernat Metge (Lo somni) y
Sant Vicenç Ferrer, con sus sermones en lengua vernácula.

La poesía, inicialmente expresada en lengua provenzal, va moldeando también el


catalán para la expresión lírica. A caballo de los siglos XIV y XV se vive una etapa de
influencia italiana, que se recoge en las obras de Andreu Febrer, Mercior de Gualbes y
Jordi de Sant Jordi. Con su producción se prepara la llegada de una gran figura de la
lírica catalana, Aussías March, poeta que abandona definitivamente la lengua de los
trovadores y halla una expresión personal, densa e introspectiva, que influirá
poderosamente en la poesía castellana del Siglo de Oro. Su obra está dividida
temáticamente en Cants d’amor, Cants de mort, Cant espiritual, Cants morals y Poesia
de circumstàncies.

La prosa narrativa del XV también acusa la influencia italiana. En la segunda


mitad del siglo aparecen dos novelas capitales para la literatura catalana, Curial e Güelfa,
 
 
anónima y Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell y Martí de Galba, que suelen
denominarse como de caballerías con una extraordinaria tendencia a la verosimilitud. En
ambas se refiere la iniciación de jóvenes caballeros.

Hay muy pocas muestras de teatro medieval catalán, y corresponden al ámbito


religioso. Algunas de estas formas dramáticas se instituyeron en el marco de algunas
fiestas de la Iglesia y aún hoy se representan (el Cant de la Sibil-la, de mediados del XIII
y el Misteri d’Elx, posterior, ya que su forma actual data del XVII).

2.2. LA DECADÈNCIA.

Durante los siglos XVI al XIX, se produce la Decadència, época en que la


expresión literaria en catalán se debilita, aunque se mantuvo viva en algunos géneros
populares. Hay un buen número de autores relevantes, pero escriben en castellano:
Guillén de Castro, Rey de Artieda, Timoneda...

El motivo de esta decadencia habría que buscarlo en la política castellanista de los


Reyes Católicos. Más tarde, con la llegada de los Borbones, especialmente tras la cruenta
y sanguinaria invasión de Barcelona de 1713, se irá prohibiendo el uso público, literario y
administrativo de la lengua catalana.

En esta dura época para el Principado surge la "Escuela Poética Castellana",


institución creada tras la triste imposición de la lengua cervantina en los Países Catalanes,
en la que destaca Francesc Viçens García, de cuya obra se ha dicho que revela un gran
dominio de la lengua castellana barroca.

2.3. LA RENAIXENÇA Y EL MODERNISME.

Como punto de partida del resurgimiento de la literatura catalana se cita la


publicación del poema “A la pàtria”, de Carles Aribau, en 1833. Es muy importante en
este renacer la ideología romántica, que fomenta el interés por la tierra propia, por las
tradiciones, por la historia. La llamada Renaixença.

Se retoman los Jocs Florals en 1859, primero en Cataluña y poco después en


Valencia y en Baleares. En esta primera etapa de certámenes cabe destacar la obra de
Rubió i Ors, Boix y Balaguer. Precisamente en los juegos de 1877 obtiene el primer
premio el poema épico L’Atlàntida, de Jacint Verdaguer. Con sus siguientes obras
(Canigó, Flors del calvari, Aires del Montseny), el escritor consolida su dignificación el
catalán como lengua literaria.

En la narrativa es trascendental para este empeño la producción de Narcís Oller, a


quien muchos críticos consideran el creador de la novela catalana moderna (La
papallona, Pilar Prim, L’escanyapobres, Vilaniu, La febre d’or). En el ámbito teatral, la
figura más destacada es Ángel Guimerá, creador de una nueva expresión dramática en
catalán, como reflejan Gala Placídia, Mar i cel, María Rosa y Terra baixa.

En los últimos años del siglo XIX, tanto en la literatura como en las artes plásticas,
surge una tendencia artística interesada en la decoración, la cerámica, la naturaleza: el
 
 
Modernisme o Decadentisme. En poesía es Joan Maragall la figura más representativa.
Su obra se caracteriza por su intimismo y por la intensa presencia de la naturaleza. Está
recogida en Poesies, Visions i cants, Les disperses, Enllà y Seqüències. También hay
que reseñar la obra de la llamada “escuela mallorquina”, con Costa i Llobera y Alomar a
la cabeza.

La narrativa tiene como figuras principales a Rusiñol y Casellas. Con L’auca del
senyor Esteve del primero y Els sots feréstecs del segundo, la novela catalana inicia una
tendencia que se verá continuada magistralmente por Victor Cátala, Joaquim Ruyra o
Pere Corominas.

En el teatro destacan Felip Cortiella, que utiliza el teatro como modo de difusión
política en Els artistes de la vida; Joan Puig i Ferreter, que comenzó haciendo teatro
psicológico para abandonar más tarde en aras de la rentabilidad.

2.4. SIGLO XX.

En 1906, Eugeni d’Ors propone la denominación de Noucentisme para designar


una tendencia artística que propone la ruptura con las formas expresivas del siglo
anterior. En el mismo año, Prat de la Riba publica su manifiesto sobre la nacionalidad
catalana, y al año siguiente se crea el Institut d’Estudis Catalans, de capital importancia
normativa –por la fijación de criterios ortográficos– y lexicográficos; su principal valedor
es Pompeu Fabra.

En la poesía de este periodo destacan Joseph Carner, por su expresión elegante y


trabajada (Nabí, Els fruits saborosos), Carles Riba, denso y refinado (Estances, Del joc
i del foc) y Guerau de Liost (Muntanya d’amatistes).

En la prosa del momento se advierten influencias de la novela psicológica, de


Proust y de Joyce, como se aprecia en las obras de Puig i Ferrater, Soldevila, Arbó y
Villalonga. Este último está considerado como una de las máximas figuras de la novela
catalana, por su ironía y su excelente prosa (Mort de dama, Bearn). A partir de 1920
comienza a publicar Josep Pla, otra gran figura de las letras catalanas, cultivador de
todos los géneros con un estilo vivaz, agudo e irónico, como se observa en Nocturn de
primavera o El quadern gris. En el teatro también es notable la influencia europea. En la
corriente modernista se inscriben Rusiñol, Gual e Iglesias. Por otro lado, hay que
considerar a Josep María de Sagarra como autor de grandes públicos.

La Guerra Civil supone un fuerte golpe para la cultura catalana, sometida a


prohibición y censura. El exilio será destino obligado para muchos escritores. En este
contexto surge una corriente de realismo comprometido con su época. La obra más
representativa es La pell de brau, de S. Espriu. En la poesía catalana de esta época hay
que mencionar también a Bartra, Vinyoli, Torres, Oliver o Estellés; Brossa y Ferrater
destacan por su fuerte voluntad de renovación. Es obligado citar a Gimferrer, poeta
personal, preciosista y exquisito.

En la narrativa tiene un lugar eminente Mercè Rodoreda. La plaça del Diamant,


hermosísima novela, es quizá la más conocida de su producción. M. A. Capmany, M. de
 
 
Pedrolo, J. Perucho, J. Sales o P. Calders son eminentes narradores de esta misma
época. En teatro cabe hablar de un extraordinario auge en la segunda mitad del XX, con
autores como el mismo Espriu, Pedrolo, Teixidor y Benet y Jornet.

3. LITERATURA GALLEGA.

3.1. LÍRICA GALAICO-PORTUGUESA.

La denominación de galaicoportuguesa obedece a razones lingüísticas, más que


geográficas o políticas. Este territorio lingüístico abarcaba la actual Galicia y casi todo
Portugal. La lengua común es el aglutinante de esta lírica, pero se trata de una lengua
culta, que no refleja con exactitud la que se hablaba en la época. Durante siglos esta
lengua fue el vehículo de expresión empleado no sólo en la corte de los reyes
portugueses, sino también de los castellanos, hecho del que dan cuenta las Cantigas de
Santa María, de Alfonso X el Sabio.

Los principales mentores de esta tradición poética son trovadores, generalmente


agrupados en torno a un mecenas, en buena medida influidos por los poetas provenzales.
Los más importantes son Airas Nunes, Meendiño, Pero Meogo, Paio Gómez Chariño,
Martín Codax y Bernardo de Bonaval, entre otros.

Las composiciones galaicoportuguesas están recogidas en Cancioneiros. Los más


importantes de los profanos son el de Ajuda, recopilación de finales del siglo XIII
constituida en su mayor parte por cantigas de amor, el de Colocci-Brancuti,
extraordinariamente importante porque contiene un Arte de trovar, y el Cancioneiro da
Vaticana, copia del XVI de una compilación portuguesa del siglo XIV. Finalmente, del
Cancioneiro religioso de Alfonso X se conservan 4 manuscritos, con expresión musical y
delicadamente miniados.

Este tipo de expresión lírica se puede considerar extinguido a mediados del XV, en
que se inician unos siglos oscuros para la literatura gallega, afectada por el proceso de
castellanización del pueblo. Hasta el XIX no se puede volver a hablar de una verdadera
expresión literaria en gallego.

3.2. SIGLO XIX. RESURDIMIENTO.

El momento de este resurgir se sitúa entre 1863 y 1890, años en que se dan a
conocer las obras de Rosalía de Castro, Eduardo Pondal y Manuel Curros Enríquez,
principales activadores de este renacimiento literario gallego. La represión intelectual y el
aislamiento, la pobreza que fuerza a la emigración, la conciencia de abandono, son
algunos de los factores sociopolíticos que condicionan el resurgimiento de la literatura en
gallego. En este marco nacen la poesía de denuncia, el costumbrismo que reivindica la
búsqueda de raíces gallegas, la saudade que impregna gran parte de la producción
literaria, etc.

El primer texto lírico en gallego es del poeta prerromántico, Nicomedes Pastor


Díaz: A alborada. Se inicia entonces una corriente galleguista que abrirá el camino
literario hacia el pleno Rexurdimento. La primera publicación conjunta de todos estos
 
 
escritores tiene lugar tras los Juegos Florales de 1861, con poemas en gallego y en
castellano. Manuel Murguía es uno de los principales instigadores de este despertar
literario. Con su obra Los precursores da a conocer la producción de Añón, Pintos
Villar, Rosalía de Castro (su esposa), Sánchez Deus y tantos otros. Las obras poéticas
más representativas de este período son Follas novas, de Rosalía; Aires da miña terra,
de Curros Enríquez, y Queixumes dos pinos, de Pondal.

La prosa literaria en el Rexurdimento no está muy ampliamente representada. Es


un periodo literario en el que el género por excelencia es la poesía. No obstante, es
destacable la importancia de dos obras: Catecismo do labrego, de fray Marcos da
Portela, y Maxina, ou a filla espúrea, de Marcial Valladares.
3.3. SIGLO XX.

Ya en el siglo XX, la conocida como etapa agrarista ocupa los primeros quince
años del siglo y es más un movimiento ideológico, que defiende el campo como
inspiración, que literario. Destaca Ramón Cabanillas, que puede ser considerado como
un autor de transición entre la etapa decimonónica y las vanguardias.

Posteriormente, triunfa la llamada época “Nos”, que recibe su nombre del


concepto de "nostridad", que hace referencia a la solidaridad y entusiasmo que unía a
todos los decididos a sacar adelante el gallego. Estaba formado el grupo por una serie de
intelectuales que se unieron al movimiento nacionalista y por jóvenes que introdujeron el
vanguardismo. Entre los autores destacan Vicente Risco, por la importancia de sus textos
teóricos; y Castelao, humorista sin excesivas pretensiones literarias que intenta ofrecer
una visión global del alma gallega a través de sus textos y dibujos.

La guerra y la posguerra tienen una fuerte repercusión para la literatura gallega. La


censura es muy rígida con las literaturas peninsulares no castellanas. Esta enorme presión
social empuja a los escritores gallegos al exilio o al silencio literario. La primera vía, el
destierro, se dirigió fundamentalmente hacia América, en especial hacia Argentina. Los
que permanecen en la Península se ven obligados a expresarse en castellano para seguir
publicando.

En la década de los 50, lentamente, la literatura gallega va recuperando su antigua


posición. En el exilio destaca una corriente de poesía política cultivada principalmente
por Luis Seoane, autor de Fardel d’eisiliado. En los 50 y 60, la poesía pasa del
existencialismo de la Escola da Tebra a la inquietud social. Una fecha clave en este
sentido es 1962, año de publicación de Longa noite de pedra, de Celso Emilio Ferreiro,
quizá el poeta más representativo de la lírica gallega del XX. En su obra trata los
problemas seculares del pueblo gallego: la miseria, que empuja a dejar la tierra, y el
desarraigo.

La narrativa de posguerra está constituida fundamentalmente por narraciones


cortas. Es difícil establecer agrupaciones generacionales o estilísticas. Quizá se puede
hablar de una corriente de realismo social, impulsada por la obra de Neira Vila y Blanco
Amor, y de otra que recrea la Galicia mágica, el mundo fantástico fabulado por el
escritor Álvaro Cunqueiro: Merlín e familia o As crónicas do Sochantre.
 
 
4. LITERATURA VASCA.

4.1. SIGLOS XVI Y XVII.

El primer texto en eusquera que se conserva es una colección de poemas en torno a


tres temas principales: la religión, el amor y la evocación autobiográfica. Se trata del
Linguae vasconum primitiae, de Bernard Echepare. Esta obra se ha comparado con la
del Arcipreste de Hita. Otra figura relevante en este siglo es el clérigo Joanes
Leizarraga, que, consciente de las dificultades que para la difusión de la lengua vasca
suponía su fragmentación, escogió para la expresión literaria el labortano, el dialecto de
más fácil comprensión, e intentó establecer un sistema normativo para la lengua escrita.
A lo largo del siglo XVII, las aportaciones a la literatura proceden en su mayoría
de hombres de la Iglesia. El dialecto labortano queda definitivamente consolidado como
vehículo de expresión literaria. Entre los prosistas destaca Pedro de Azular, cuyo tratado
ascético Guero proporciona una meditada formación religiosa. A pesar de que sólo se
conserva una obra suya, Azular está considerado uno de los clásicos de la literatura
vasca.

La lírica de este periodo se enriquece con la aportación de Oihenart, que recurre a


la temática amorosa en Oihenarten gastaroa neurthitzetan, intentando alcanzar los
cánones del clasicismo francés. Otro destacado poeta es Joannes de Etcheberri, autor de
unos singulares villancicos.

4.2. SIGLO XIX.

Hay que destacar, sobre todo, la importancia capital de la obra del padre
Larramendi, a pesar de que escribió buena parte de su producción en castellano. Son
fundamentales su Diccionario trilingüe de castellano, vascuence y latín y su tratado
gramatical Arte de la lengua vascongada. Larramendi es el principal representante de un
movimiento denominado “de los apologistas”, que defiende una ideología posteriormente
adoptada por Sabino Arana. Se crea en este siglo la Sociedad Vascongada de Amigos
del País, que impulsará notablemente el teatro culto (Munibe, Barrutia).

4.3. SIGLO XIX.

La falta de permisos gubernamentales para publicaciones origina cierta


inestabilidad en la edición de libros vascos. Se dan, pues, autores cuya obra conoce una
difusión oral, es decir, la poesía de este período está íntimamente unida al versolarismo,
con poetas como Juan Bautista Elinzaburu, Etxahun, Iparraguirre, Gracián Adema
o Hiribarren. En el teatro destaca la producción de Marcelino Soroa, gran impulsor de
la dramaturgia vasca con sus piezas de corte costumbrista (Antón Caicu). En cuanto a la
prosa, a principios de siglo surge entre el clero una corriente decidida al refinamiento
literario del eusquera, representada por Añíbarro, Guerrico, Aguirre…

A mediados de la centuria hay que destacar la labor del príncipe Bonaparte,


estudioso de la lengua vasca y promotor de diversas iniciativas en su favor, como el
patrocinio de las traducciones. En este clima se inicia la celebración de certámenes
literarios que inducen un notable resurgimiento literario, con escritores tan notables como
 
 
Manterola o Sagarmínaga, y con el nacimiento de publicaciones que se erigen en
órganos difusores de la cultura vasca, como la revista Euskara o la Revista de las
Provincias Euskaras.

4.4. SIGLO XX.

La producción literaria en eusquera durante esta centuria es muy rica y variada.


Desde principios de siglo influyen notablemente en diversos ámbitos, culturales y
políticos, las ideas nacionalistas de Sabino Arana, autor de muchos estudios histórico-
culturales sobre la realidad vasca. El movimiento nacionalista promueve el purismo de la
lengua, que se incrementará con neologismos y nuevas construcciones. Surgen a
comienzos de siglo importantes obras filológicas, como el Diccionario Vasco-Español-
Francés y la Morfología vasca, ambas de Azkue, gran erudito y folclorista.

En el primer período, la poesía es el género más cultivado. Destaca José María


Aguirre (conocido como Lizardi), renovador de la lírica con Biotz-Begietan. En la
narrativa anterior a la Guerra Civil no pueden reseñarse grandes hallazgos, aunque sí
debe destacarse la obra del padre Domingo Aguirre, autor de novelas históricas
(Auñemendiko lorea) y costumbristas (Kresala) que pueden considerarse de tesis. En el
teatro los autores más populares son Alzaga, Labayen y Barriola.

Tras la Guerra Civil, la actividad literaria en euskera sufre un considerable


descenso, por imposición política. Hasta aproximadamente los años 50 no puede hablarse
de resurgimiento importantes autores vascos (Otero, Celaya) publican su obra en
castellano. En poesía es muy impotante la influencia de Lizardi y la aportación de
autores como Mitxelena.

En los años 60 se publica una obra de absoluta trascendencia en la literatura vasca,


puesto que muchos críticos la mencionan como punto de inflexión: Harri eta Herri
(Piedra y pueblo) de Gabriel Aresti, un texto que renueva la temática y la lengua
poética. El gran renovador del género novelístico es Txillardegi, que con Leturiaren
egunkari ezkutua abre paso a nuevas técnicas. En el teatro, el grupo “Jarrai” supuso un
importante cambio en la concepción de los textos y las representaciones. Son importantes
dramaturgos Iriondo, Garmendi y el mismo Aresti.

5. ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA LITERATURA CATALANA,


GALLEGA Y VASCA EN LOS ÚLTIMOS DECENIOS.

En la literatura catalana, Salvador Espriu abre en 1962 una nueva etapa. El tema
ahora es las Españas, esa unión (en gran medida impositiva) de países marcada por la
guerra y sus secuelas. Espriu se lanza a construir puentes de diálogo y proclama anhelos
de paz entre los pueblos. Esta etapa desarrolla un realismo poético con fondo crítico,
paralela a la poesía social en castellano, pero que alterna con una poesía de la experiencia
de temática más amplia.

Hacia 1970 aparecen nuevas inquietudes formales. Como sucedía con los Novísimos
(en lengua castellana), se busca un nuevo lenguaje con influjos vanguardistas, lo que es
compatible con temas intimistas o con actitudes iconoclastas, aspectos que se dan en el
 
 
poeta Pere Ginferrer. Las últimas promociones son muy renovadoras y están muy
mezcladas. Destacan (en castellano): Baltasar Porcel con Los argonautas; Terenci
Moix con El día que murió Marilyn y Quim Monzó.

Por lo que respecta al teatro, destacar la aparición del género del absurdo marcado
por tintes existenciales o generalistas. Es por sus obras importante Jordi Teixidor y por
su labor en la recuperación de la dramaturgia cabe mencionar a la Escola d'Art Dramàtic
y a Els Joglars, sin olvidarnos de Llorenç Villalonga, que en castellano escribe Bearn o
la casa de muñecas.

Tras la transición se observa un aumento del número de escritores en gallego; sin


embargo, no hay tendencias generales, sino individualidades como Alfredo Conde.
En poesía hay una enorme producción que, junto a la falta de perspectiva histórica, es
difícil de clasificar. Destacan Alberto Avendaño y Manel Forcadela.

La narrativa es un género importante en la literatura gallega actual, con escritores


tan destacados como Carlos Casares, Manuel Rivas, Méndez Ferrín o Suso de Toro,
que avalan el excelente momento de las letras gallegas.

En cuanto al vaco, lo más significativo es que continuaron escribiendo los autores


de la etapa anterior. Entre las novedades cabe destacar a Bernardo Atxaga y Koldo
Izaquirre, que fundaron el grupo Ustela (Podrido) y más tarde Pott (Fracaso); entre sus
miembros sólo había en común el desdén por el compromiso social de la época anterior.
Se disolvieron rápidamente. Desde entonces ha aumentado la producción y el público
lector, pero la literatura vasca no deja de ser una literatura de individualidades entre las
que destacan Onaindía, Gárate...

El panorama actual de la literatura vasca es amplio y rico, en muchos aspectos


paralelo al de las demás literaturas peninsulares, y europeas en general. Enriquecen
notablemente la producción en euskera las obras de Atxaga, Urretabizkaia, Urkiz y
Lertxundi, entre otros.

6. CONCLUSIÓN.

En los libros sobre literatura española y de historia de la literatura española


siempre se incluyen los capítulos de Literatura Hispanoamericana y de literatura española
en lengua no castellana: literatura catalana, literatura gallega y literatura vasca. Para
poder conocer y apreciar estas tres literaturas dentro de la España peninsular, cuando no
se conocen las lenguas en las que están escritas, hay que depender de las traducciones.
Aun así, esto no es un inconveniente para acercarnos a estas literaturas que contienen
grandes obras maestras que no podemos obviar dentro de nuestra historia y que debemos
abordar con apetitoso deseo de conocer otros pensamientos, otras culturas, tan cercanas y
tan relacionadas con la nuestra.

En la actualidad, son muchos los escritores catalanes, gallegos y vascos que


triunfan en nuestras letras. Pongamos como ejemplo a Carlos Ruíz Zafón (La sombra
del viento, Marina) o Ildefonso Falcones (La catedral del mar) ambos catalanes, entre
 
 
otros muchos. También, Jordi Sierra i Fabra, autor también catalán, que dedica la
mayor parte de su producción al público adolescente.

7. BIBLIOGRAFÍA Y APLICACIÓN DIDÁCTICA.

El presente tema, en el que hemos expuesto las características y autores más


representativos de la literatura catalana, gallega y vasca, es aplicable todos los cursos de
Secundaria y Bachillerato, puesto que es un tema recurrente en todas las épocas de la
literatura.

La bibliografía que hemos consultado para la realización del tema, es la siguiente:

- TERRY, A., RAFEL, J. (1977): Introducción a la lengua y a la literatura


catalanas, Barcelona, Ariel.
- RIQUER, M. de, VALVERDE, J.M. (1984-1985): Historia de la Literatura
Universal, Barcelona, Planeta.
- CABRALES ARTEAGA, J.M. (1982), Literaturas catalana, gallega y vasca, Barcelona,
Ed. Playor.

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