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Ministerio Público de la Nación

“GARCÍA ÁNGEL ROBERTO Y OTRO C/ MINISTERIO DE TRABAJO Y


EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL S/ LEY DE ASOC. SINDICALES”
EXPTE. NRO. CNT 53147/2017/CA1 – SALA IX

E X C M A. C Á M A R A:

V.E. solicita mi opinión acerca de la cuestión planteada en autos


(ver fs. 100).
En el marco del presente recurso “por denegatoria tácita
derivada del silencio del MTEySS” fundado en el art. 62 ley 23551 (ver fs. 1), la parte
actora peticionó “con carácter de medida precautoria, en los términos del art. 232 CPCCN,
se ordene la suspensión cautelar del proceso electoral iniciado por el actual Delegado
Normalizador de la Unión Personal de Seguridad de la República Argentina (UPSRA) Sr.
Patricio Lombilla” destacando que aquél ha convocado a asamblea general extraordinaria
para el 08/10/2018 “cuando aún no se encuentra resuelta por el Poder Judicial la validez o
no del acto comicial celebrado en la UPSRA el día 21/10/2016” (ver fs. 95 y 96).
Recuerdo, ante todo, por si alguna hesitación cupiere con
relación a la radicación de la causa, que la utilidad de la radicación por conexidad cesa
cuando se ha dictado sentencia en una de ellas, por lo que la asignación es improcedente
cuando media la noticia de que ello ha ocurrido, aun cuando se ignore si la dictada se
halla firme (Fallos 319:1397; 326:4594; 330:1895, entre otros y sentencia del 16/02/2016
en autos “Provincia A.R.T. S.A. c/ Gómez Aldo Walter y otros s/ daños y perjuicios”,
resuelta de conformidad con el dictamen de la Procuración General de la Nación).
Es válido memorar entonces, ante el pronunciamiento
jurisdiccional dictado en la causa que corre por cuerda con fecha 20/09/2018, que la
admisión del fórum conexitatis constituye una causal de excepción a las reglas generales
que determinan la competencia. (Fallos 298:447; 302:1380; 307:1057, entre muchos otros).
Por lo tanto “su aplicación debe ser restrictiva” (CNAT Sala III Expte n° 31985/06 sent.
58362 28/9/07 “Villordo, Damián c/ Gibaut Hnos. Manufactura de Cueros SA s/ despido”).
Despejado aquello, pongo de resalto que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha establecido en forma reiterada que la procedencia de una medida
cautelar está determinada por la existencia de cuestionamientos formulados sobre bases
prima facie verosímiles acerca de la ilegitimidad del acto cuya suspensión se requiere
(Fallos 250:154; 251:336; 307:170-2; etc.), y cuando se advierte la existencia de un daño
inminente y grave a consecuencia de actos que lucen en apariencia arbitrarios (conf. CSJN,
25/02/92, “Asociación Personal Sup. de SEGBA c/Minist. de Trabajo”), para cuya
valoración no es menester un examen de la certeza del derecho invocado, sino una
suficiente apariencia de verosimilitud en el planteo del impugnante (CSJN, 05/002/94,
“Obra Social Docentes Particulares c/ Pcia. de Córdoba”), acorde con la naturaleza,
contenido y alcances del acto en cuestión.
En este sentido, el Máximo Tribunal tiene dicho que “como
resulta de la naturaleza de las medidas cautelares, ellas no exigen de los magistrados el
examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su
verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la
finalidad del instituto cautelar, que no es otra que la de atender a aquello que no excede
del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad.” (Fallos
306:2060).
Sobre la base de dichas premisas, considero que en el singular
caso concreto que nos reúne, no se verifican sumariamente los presupuestos legales de los
artículos 195 y 230 del C.P.C.C.N., como para viabilizar la petición.
Digo esto advirtiendo que corre por cuerda el expediente Nro.
102832/2016, de trámite por ante la Sala VI del Fuero, caratulado “Unión Personal de
Seguridad República Argentina c/ Ministerio de Trabajo Empleo Seguridad Social s/ Ley
de Asoc. Sindicales”; en el cual, el tribunal (luego de denegar la certificación provisoria de
autoridades que había sido requerida) decidió rechazar la impugnación deducida contra la
resolución que hubo de designar delegado normalizar en la citada entidad sindical por
encontrarse acéfala (Res. 998/2016), con facultades administrativas y ejecutivas de
conducción (ver fs. 409/411).
A mi juicio, el pronunciamiento en cuestión –en el cual, reitero,
se convalidó la medida de excepción tomada por la Autoridad del Trabajo Nacional con
fundamento en el art. 56 LAS– disipa terminantemente el “fumus bonis iuris” de la
petición sub examine amén de lo que eventualmente se resuelva en instancia extraordinaria;
máxime teniendo en cuenta que en el decisorio se ponderó expresamente –y evaluó de
manera positiva– el llamamiento a asamblea general extraordinaria a la que refiere el
peticionario, avalándose no sólo su realización (con la publicidad adecuada, cierto es) sino,
también, agrego, sellando la suerte de la incidencia, la finalidad con la que fuera
convocada.
Rememoro que los Dres. Pose y Raffaghelli han considerado,
ante las circunstancias fácticas particulares de la controversia sindical (de larga data)
suscitada en el seno de la asociación profesional, y sin perjuicio del derecho invocado por
la parte accionante en el sub lite, que “resultaba aconsejable adoptar medidas de excepción
a través del organismo de Estado facultado para ese contralor (art. 58 LS), sin que ello
implique legitimar un avance sobre principios esenciales de los sindicatos como lo son la
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libertad, la autonomía y la democracia sindical, sino más bien para tutelar la axiología de
los mismos”.
No obstante, como pusiera de resalto en ocasión de expedirme en
las actuaciones acollaradas, lo cierto y concreto es que la cuestión presenta aristas
debatibles y complejas, de difícil desentrañamiento en el marco de una incidencia cautelar,
y que conciernen al examen de la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora; cuya
elucidación reposa en facultades de estricta estirpe jurisdiccional, de exclusiva incumbencia
de esa Sala (arg. arts. 1, 31 y concs. ley 27148).
En estos términos, dejo evacuada la vista conferida.
Buenos Aires, 22 de noviembre de 2018.

Juan Manuel Domínguez


Fiscal General interino
Dictamen N° 85.309
GHQ - V
Expte Nro. 53.147/17

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