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Tema:

Pasaje bíblico:
«Las Llaves del
Mateo 16:13-19
Reino de los Cielos»

En esta preciosa tarde quiero enseñ arles sobre las Llaves del Reino de los Cielos. La “llave” es
el símbolo que representa al conocimiento y a la libertad Lc 11:52. Las “llaves” son para
proporcionar acceso directo a un lugar o estado. Por tanto, las Llaves del Reino de los Cielos
es nada mas y nada menos que el Conocimiento que viene de parte de Dios que te puede
dar entrada al Gobierno de Dios y así empezar a experimentar la verdadera libertad.
Es la manera que Dios ha revelado para iniciar una nueva vida en la Presencia de Dios.

Esta revelació n le fue dada de forma primaria al líder entre los apó stoles: Pedro, cuyo
nombre en griego es Petros = un trozo de roca. Pedro fue quien recibió de Dios la revelació n
de quién era Jesú s. El ungido, el Hijo del Dios viviente. Esta revelació n acerca de Jesú s de su
identidad es la base en donde Jesú s mismo edificaría su Iglesia. La “Roca” que sostiene la
Iglesia es el Ungido, el Hijo del Dios viviente, JESÚ S.

Pedro entonces recibiría la Llaves en un momento dado, recibiría otra revelació n de Dios
para abrirle la Puerta del Reino de los Cielos a todo aquel que creyera. ¿Cuá ndo Pedro
recibiría estas Llaves? Eso sucedería cuando Cristo comenzara a edificar su Iglesia, en el día
de Pentecostés. Lo que arrancó la edificació n de la Iglesia fue el derramamiento del Espíritu
Santo. Allí Pedro recibe la revelació n: Hechos 2:1-38. Las llaves pues son: el
arrepentimiento, el bautismo y la llenura con el Espíritu Santo.

A lo largo y ancho del libro de Hechos vemos estas llaves:

I. Pedro entregó las Llaves del Reino a los judíos (Hch 2:36-42)
II. Felipe entregó las Llaves del Reino a los samaritanos (Hch 8:4-17)
III. Pedro entregó las Llaves del Reino a los Gentiles (Hch 10:34-48)
IV. Pablo entregó las Llaves del Reino a unos discípulos de Juan el Bautista (Hch
19:1-7)

Aplicación: Si quieres entrar al Reino de los Cielos, apá rtate de este mundo de pecado, deja
de vivir en pecado, ven a los pies de Cristo y pídele que te perdone y te transforme el alma.
Bautízate en el nombre de Jesú s, y llénate con el Espíritu Santo, y vive cada día lleno del
Espíritu Santo (Ro 14:17).

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