Está en la página 1de 3

¿Cómo está tu lámpara?

Mateo 25:1-13

En esta tarde quiero tocar un tema dirigido a ustedes que tiene que ver con el estar
preparado para la venida del Señor. Hay un dicho popular que dice: “no dejes para mañana
lo que puedes hacer hoy”.

Pero antes de concentrarme en lo que la parábola tiene que decirnos a nosotros la Iglesia,
quiero explicarles lo que la parábola le dice al pueblo de Israel, a quién está la parábola
dirigida de forma primaria:

Se trata de una advertencia que Jesús le hace a la nación judía en el tiempo de la gran
tribulación. Será difícil mantener la lámpara encendida en el tiempo de la gran tribulación.
En este tiempo el pueblo israelita le tocará esperar la segunda venida del Señor para que sea
instaurado el Reino de Dios en la Tierra. Los creyentes judíos deberán mantenerse fieles a
Dios en medio de la prueba de la tribulación. El que permanece fiel entrará a la fiesta de las
Bodas del Cordero, al Milenio. El que deja apagar su lámpara no podrá entrar, sino que será
echado fuera, allí será el crujir de dientes. Es lo que quiere decir: “el que perseverare hasta el
fin este será salvo”.

Ahora vamos a ver lo que esta parábola tiene que decirnos a nosotros la Iglesia:

I. EL TRASFONDO CULTURAL DE LA PARÁBOLA

Un matrimonio en la cultura judía en la época antigua consistía en tres etapas:

1. El compromiso: Aquí los padres de ambas familias (el del joven y el de la joven)
concertaban una especie de contrato familiar. Era un acuerdo legal entre ambas
familias.

2. El desposorio: Se llevaba a cabo una gran ceremonia a la casa de los padres de la


novia. Ambos futuros esposos se hacían sus promesas de fidelidad en presencia de
muchos testigos. Aquí el novio entregaba regalos a la novia. El desposorio era tan
serio que si en esta etapa el novio llegara a morir, a la novia se la consideraba
legalmente como viuda. De igual manera si ocurriera una relación con otra persona
eso se consideraba adulterio.

3. El matrimonio: Esto ocurría un año después. El novio, con sus amigos iba a la casa
del padre de la novia a buscar a su novia para tomarla. La llevaba de regreso a su
propia casa en una procesión. Cuando el novio y la novia con los amigos estaban cerca
de la casa matrimonial se pregonaba ¡ya vienen! Unas doncellas estaban en la casa
matrimonial esperando a los novios para entrar a la casa y celebrar la fiesta de Bodas,
que duraba una semana (como la de Canaán). Nadie que no estuviera acorde a esa
ocasión podría participar de la fiesta de las Bodas.

II. DOS GRUPOS DE VIRGENES

Esta parábola presenta a dos clases de creyentes, los que son fieles y los que son infieles en la
vida espiritual. La vida espiritual es vivir la vida en este mundo desde la perspectiva del
espíritu. Es cuando el Espíritu de Dios dirige nuestras vidas a Su modo. Lo contrario a la vida
espiritual es la vida carnal, es cuando vivimos la vida en este mundo desde nuestros propios
pensamientos. Es cuando el espíritu del mundo dirige nuestras vidas.

En esta parábola el Señor Jesús va a revelar dos actitudes que el creyente puede adoptar que
van a determinar si está preparado o no está preparado para la venida del Señor: la prudencia
y la insensatez.

1. Creyentes prudentes: “prudente” proviene de la raíz (gr. φρεν)1 y significa una


persona que hace las cosas con corazón, con entendimiento, con ganas, con diligencia,
con determinación.

1.1. Esta actitud que hace al creyente tomar la vida cristiana y esperar la venida
del Señor con todo el corazón, con diligencia, con determinación es causada
por la influencia del Espíritu Santo.
1.2. Se necesita que el creyente se llene del Espíritu Santo para que viva la vida
espiritual con determinación. El que vive así está preparado para la venida del
Señor.
1.3. Un creyente prudente entonces es aquel que vive preparado para el
arrebatamiento de la Iglesia. Se mantiene activo en la oración, en el estudio y
meditación de la Palabra. Se preocupa por dar los frutos del Espíritu, se
preocupa en vivir amando a los demás (Gn 5:21-24; He 11:5; 1 Ts 5).

2. Creyentes insensatos: “insensatez” proviene de la raíz (gr. μῶρος)2 y significa una


persona que actúa locamente (que hace las cosas sin entenderlas previamente), una
persona que no le haya sentido a la vida, “hace las cosas por hacerlas”.

2.1. Gracias a Dios que soy pastor de una iglesia que la componen unas vírgenes
prudentes y no insensatas. Aquí todos sabemos dónde estamos, todos
sabemos que estamos aquí sirviéndole al que es el Novio y que pronto nos
llevará a Su casa a celebrar las bodas del Cordero, poque Su Novia se está
preparando.
2.2. Aquí en esta iglesia “no hacemos las cosas por hacer”. Sabemos que pronto se
escuchará la Voz que diga: ¡Viene el Novio! Aquí sabemos que ya se está
escuchando la marcha celestial de Cristo que viene a levantar Su Iglesia amada.

1
En Diccionario Manual Griego clásico Vox, pág. 630
2
Ibid, pág. 404
2.3. Aquí sabemos lo que estamos haciendo, somos prudentes, estamos velando.
En la semana cuando no hay servicio, seguimos velando en oración, en una
vida santa, NUESTRAS LÁMPARAS SE MANTIENEN ENCENDIDAS, CON EL
FUEGO DEL ESPÍRTU SANTO.

Aplicación: ¿Cómo está tu lámpara? Las insensatas fueron a buscar aceite cuando ya el Novio
estaba para llegar, no creas que cuando venga el Señor y se lleve a Su amada podrás allí
empezar a consagrarte para Dios, a querer meterte en oración, a preocuparte por llenarte
con el Espíritu Santo, a querer escudriñar la Biblia, No… será demasiado tarde!!!

Ahora es el momento de encender tu vida espiritual, únete a los que estamos esperando al
Novio, al Señor Jesucristo.

“así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.”
Hebreos 9:28

También podría gustarte