a mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos,

me fue dada esta gracia de anunciar a los gentiles

el Evangelio de la inescrutable riqueza de CRISTO,
y sacar a luz cuál es en DIOS,
que

por medio de la iglesia a los principados y potestades en los celestiales,

conforme al propósito de las edades,
que hizo en CRISTO JESÚS, nuestro Señor,
(Efesios 3:8-10)
BTX4

Parafraseando el prólogo de Juan, en el griego original, podríamos decir que en

Cristo se explica “la lógica de Dios” (el Logos Jn 1:1). Y es que todo el asunto de la
existencia humana debe tener un sentido lógico, no sólo en cuanto a la virtud que la
sostiene, o al orden de las cosas, sino en cuanto a su propósito, es decir, la razón por
la que todas las cosas son. Este conocimiento es, en última instancia, la revelación
capaz de cambiar nuestro entendimiento, y ubicarnos en la perspectiva correcta para
interpretar la vida y el universo, a la luz del mensaje del Evangelio.

Una nueva creación, a partir del postrer hombre, venido del cielo, un espíritu
vivificante. Un nuevo hombre. Y un Reino Eterno, que era pero no estaba aquí. ¡Oh
profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de DIOS!

Él ha creado todas las cosas, para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a
conocer ahora...

Si leemos este pasaje según la traducción común, quizás entendamos algo así como
esto: Pablo ha sido comisionado para sacar a luz el plan escondido por los siglos, para que la
multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer... pero esto no tiene lógica; no es la
revelación del plan lo que da a conocer Su multiforme sabiduría, sino su realización,
y ésta se cumple en la iglesia, es decir, en sus escogidos, el nuevo hombre, la nueva
creación. (Efe 2:14-16 / 2 Cor 5:16,18)

Una coma, un punto, hace la diferencia en la lectura. Un espacio que significa un

abismo en la comprensión del contexto. Aquí Pablo nos habla del propósito por el
cual el Altísimo ha creado todas las cosas, como parte de un plan; es por esto que
hace alusión a la multiforme sabiduría, la cual, se deja ver, conoce todas las cosas
antes de que estas sean, y discierne los vericuetos de la causalidad, ocultos a la mente
humana, y a la angélica también.
Tenemos aquí una razón para crear todas las cosas, y esta es “dar a conocer la
multiforme sabiduría de Dios”, pero... ¿a quién o a quiénes?... y la respuesta es ¡oh
sorpresa!: “a los principados y potestades en los cielos”

Tenemos que preguntarnos ¿quiénes son estos? Y, ¿cómo es que ignoran esto acerca
de Dios??

Sabemos que estos principados y potestades son seres que pertenecen a una (o varias,
no lo sabemos) creación espiritual (Col 1:16/2:10), y sabemos que, significan dominios
y señoríos sobre la tierra1 (Luc 4:5,6), y también, Pablo nos alerta acerca de su
antagonismo hacia nosotros (Efe 6:12). Resulta sorprendente, al menos para mí lo ha
sido, descubrir que estos poderes, que rigen sobre el sistema del mundo (política,
economía, cultura, religión, etc.) desconozcan la multiforme sabiduría de Dios, y es
ahora, que la iglesia ha comenzado a manifestar la vida de Cristo, a través del
misterio de la piedad (1 Ti 3:16) , por el Espíritu; que estos seres se maravillan y
comienzan a inquirir ¿qué es esto?. ¡Aquel ser inferior, incapaz de resistir a su
propia concupiscencia, ciego al mundo espiritual, sujeto a corrupción, ha sido
rescatado y convertido en un nuevo ser, en cuyo espíritu reside el mismo Espíritu,
la nobleza, la virtud, el amor, del Cristo de dios, aquel que vimos realizar la voluntad
del Padre, hasta la muerte! (1 Cor 6:17 / Gal 4:19)

Pues bien, a estos principados y potestades es a quienes está dirigido el propósito de

Dios, que hizo en Cristo Jesús, nuestro Señor. Nosotros, la iglesia, somo el objeto,
ellos son el objetivo. ¿Será acaso posible que la inmensurable riqueza de Su gracia les
alcance?

Bástenos saber que este es el propósito de las edades, el plan del misterio escondido por los
siglos, y que si hemos sido objeto de la gracia de la fe, también hemos sido incluidos
en el. Pero ojo: Existe un “sistema de engaño” diseñado por los principados y
potestades, e introducido sutilmente por hombres que emplean con astucia las
artimañas del error (Efe 4:14). Este sistema de enseñanza hace del hombre el
objetivo de Dios (antropocéntrico) y explota su concupiscencia, para poner un velo
sobre el corazón (2 Cor 3:14-17), e impedir así la comprensión de las cosas
espirituales (1 Cor 2:6-10 / 2:14) y el crecimiento de Cristo en él.

Es, pues, imperativo para el creyente, conocer el propósito de Dios, pues es a través
de este conocimiento que se dirige al pleno conocimiento de Él (Col 1:9-10).

Por esto también nosotros...no cesamos de orar por vosotros,

y de pedir que seáis llenos del pleno conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y
discernimiento espiritual, para andar como es digno del Señor, con el fin de agradarle en
todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el pleno conocimiento de DIOS;
(Colosenses 1:9-10)

Sigue: Melquisedec sacerdote del Dios Altísimo

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