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Legislación y normativa sobre gestión de la contaminación asociada a la aguas pluviales

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA SOBRE


CONTAMINACIÓN ASOCIADA
A LAS AGUAS PLUVIALES
Autores: Joaquín Suárez, Jerónimo Puertas, Alfredo Jácome, José Anta, Héctor del Río

1. INTRODUCCIÓN
2. SISTEMAS INTEGRALES E INTEGRADOS DE SANEAMIENTO
3. ELEMENTOS DE UN SISTEMA DE SANEAMIENTO
3.1. Redes unitarias y separativas
3.2. Caudales y contaminación en las redes de alcantarillado: tiempo seco y tiempo de
lluvia
3.3. Las Técnicas de Gestión de las Aguas Pluviales
4. LEGISLACIÓN, NORMATIVA Y SISTEMAS DE SANEAMIENTO EN TIEMPO DE LLUVIA
4.1. Legislación Europea
4.2. Legislación Estatal
4.3. Legislación Autonómica

1. INTRODUCCIÓN

La concentración de la población en las ciudades ha conllevado un aumento brutal de la


urbanización de suelos y, por tanto, de su impermeabilidad, produciendo un aumento en los
volúmenes de escorrentía y un aumento de las velocidades de los flujos naturales, reduciendo los
tiempos de concentración, produciendo temperaturas más altas, caudales de base más bajos
durante la época de estiaje, y niveles de contaminación mayores. Estos efectos tienen
consecuencias drásticas en cuanto a los volúmenes y los caudales punta que se producen en la
red de alcantarillado.

Figura 1.1. Confluencia de conducciones en la red de alcantarillado de Barcelona (CLABSA).

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Si el sistema de saneamiento es separativo la contaminación que es arrastrada por las aguas de


escorrentía, que procede tanto de las actividades que se desarrollan en la superficie de la cuenca
como de la resuspensión de sedimentos en la red, será vertida directamente al medio receptor,
pudiendo causar impactos significativos. Si la red es unitaria se producirán reboses de la red a
través de los aliviaderos, que introducirán a los medios receptores cargas de contaminación
importantísimas, parte procedentes de los caudales de aguas residuales circulantes en el
momento del suceso de lluvia, parte de la contaminación de la superficie de la cuenca y parte de
los sedimentos acumulados en la red durante el tiempo seco.

SUELO NATURAL 10-20% DE IMPERMEABILIZACIÓN

40% 38%
EVAPOTRANSP. EVAPOTRANSP.

10% 20%
ESCORR. ESCORRENTÍA
SUPERF. SUPERFICIAL

25% ESCORRENTÍA 25% INFILTRACIÓN 21% ESCORRENTÍA 21% INFILTRACIÓN


SUBSUPERFICIAL PROFUNDA SUBSUPERFICIAL PROFUNDA

30-50% DE IMPERMEABILIZACIÓN 75-100% DE IMPERMEABILIZACIÓN

35%
EVAPOTRANSP.

30%
EVAPOTRANSP.

30% 55%
ESCORRENTÍA ESCORRENTÍA
SUPERFICIAL SUPERFICIAL

20% ESCORRENTÍA 15% INFILTRACIÓN 10% ESCORRENTÍA 5% INFILTRACIÓN


SUBSUPERFICIAL PROFUNDA SUBSUPERFICIAL PROFUNDA

Figura 1.2. Efectos de la impermeabilización sobre la escorrentía y la infiltración


(adaptado de Arnold y Gibbons, 1996).

Además, estas sobrecargas hidráulicas y variaciones de las concentraciones de contaminación que


se generan en la red de alcantarillado también llegan a la depuradora, produciendo en ella
perturbaciones importantes que acabarán afectando a los rendimientos de la misma.

Ante esta problemática se ha generado una progresiva, aunque lenta, concienciación de que es
imprescindible realizar una planificación del saneamiento urbano para permitirle cumplir
adecuadamente sus tres funciones esenciales (protección ante inundaciones, protección
ambiental del medio receptor y protección sanitaria de los habitantes de la ciudad), tanto en
tiempo seco como en tiempo de lluvia.

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2. SISTEMAS INTEGRALES E INTEGRADOS DE SANEAMIENTO

La gestión efectiva, y sostenible, requiere una aproximación integrada que considere la


interrelación y dependencia entre todos los elementos del sistema. En la actualidad, cuando se
aborda un estudio de saneamiento, ya ha sido superada la visión parcial que se preocupaba
exclusivamente de la recogida de las aguas residuales y su posterior conducción hasta la masa de
agua receptora. La visión actual es, o debe ser, más global y permite hablar de «sistemas
integrales e integrados de saneamiento».

Los sistemas de saneamiento y drenaje han ido evolucionando a lo largo de la historia,


representando un compromiso entre las necesidades higiénicas, el bienestar humano, las
necesidades técnicas y los recursos disponibles. No obstante, las técnicas y las demandas sociales
han ido cambiando, con más intensidad en los últimos 20 años y alguna de las antiguas prácticas
ya no son aceptadas. Cuando se rompe la tradición es necesario revisar los conceptos básicos y los
hábitos implantados. Los nuevos diseños en ingeniería del saneamiento urbano son motivados,
fundamentalmente, por el nuevo conjunto de objetivos con respecto a la calidad de los sistemas
acuáticos. Si la sociedad demanda nuevos objetivos habrá que establecer nuevas estrategias y
desarrollar nuevas tecnologías que satisfagan las nuevas demandas.

Un compromiso entre los recursos hídricos y las demandas de la sociedad debe considerar todos
los tipos de contaminación. La gestión de las aguas pluviales y residuales debe ser vista en su
totalidad. Así, mientras la eliminación de las fuentes puntuales de contaminación se puede
solucionar mediante la construcción de las infraestructuras y el uso de tecnologías existentes, la
consideración de la contaminación difusa (como es la producida en las zonas urbanas en tiempo
de lluvia) y su eliminación es un problema mucho más difícil. Es imperativo que la solución del
problema pase por estrategias que incorporen la totalidad de las fuentes.

El sistema, desde el sumidero, las conducciones hasta la planta de depuración y las últimas
consecuencias sobre la calidad del agua, debe ser analizado en su integridad.

La planificación y gestión integrada debe basarse en asumir nuevos puntos de vista. Los objetivos
de mejora en el diseño y operación de los sistemas de saneamiento y las plantas depuradoras se
establecen en función de las necesidades percibidas. En función de los objetivos de calidad
fijados. Los objetivos, muy abiertos a debate, deben referirse claramente al uso potencial
del agua y reflejarán la voluntad de pagar, ó «invertir», para obtener el «buen estado
ecológico de las aguas». Técnicamente hay muchas cuestiones relacionadas con la naturaleza
estocástica de los elementos del sistema con los que es necesario trabajar. La interacción óptima
entre las «variables instrumentales» y las «variables ambientales» permitirán llegar a resultados
óptimos en la gestión de las aguas residuales tanto en tiempo seco como en tiempo de lluvia.

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CALIDAD DEL AGUA Y DE


SU ESTADO ECOLÓGICO

Figura 1.3. Diagrama básico de control de la calidad del agua.

Los ingenieros, científicos y medioambientalistas deben unir sus esfuerzos, tanto en las fases de
planificación, diseño y explotación, para obtener el máximo beneficio de la gestión del sistema.
Las mejoras finales, el cumplimiento de objetivos con la máxima relación eficacia-coste, los
beneficios por el uso de los sistemas acuáticos, así como la mejora o el mantenimiento de la
calidad de los ecosistemas, deben ser apreciadas por el ciudadano.
Un sistema de saneamiento debe ser operado con criterios de coste-eficacia para solucionar los
problemas de contaminación, con unos objetivos de calidad y con unos estándares realistas con
los usos de las aguas receptoras (entre estos usos se deben incluir la protección y mejora de los
ecosistemas acuáticos afectados). La gestión se debe orientar hacia la calidad de las aguas
receptoras, para facilitar su uso por el hombre y su «salud ecológica o ambiental».

3. ELEMENTOS DE UN SISTEMA DE SANEAMIENTO

3.1. Redes unitarias y separativas

Los elementos básicos de un sistema de saneamiento urbano se muestran en la figura siguiente.


Los componentes principales, y tradicionales, que se pueden identificar son: cuenca de
aportación, redes de alcantarillado (pluviales o residuales, en la figura una red unitaria), estación
de depuración de aguas residuales (EDAR) y masas de agua receptoras.

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Figura 1.4. Componentes de un sistema de saneamiento en una cuenca urbana.

Los dos tipos de redes de alcantarillado más habituales que se encuentran en los sistemas de
saneamiento son las unitarias y las separativas. Una red de alcantarillado unitaria transporta aguas
residuales en tiempo seco, y aguas residuales y pluviales mezcladas en tiempo de lluvia; mientras
que una red de alcantarillado separativa tiene conducciones independientes para las aguas
residuales y para las aguas pluviales.

Figura 1.5. Esquema de las acometidas en una red de saneamiento de tipo separativa
(izquierda) y de tipo unitaria (derecha) (Adaptado de Bourrier, 1997).

En principio parece que la red separativa tiene ventajas:

• Sólo se transporta el caudal de agua residual hasta la depuradora, lo que disminuye


diámetros de los conductos.

• La depuradora trabaja con unas variaciones de cargas contaminantes «mínimas».

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• El volumen de tratamiento es menor, con el consiguiente ahorro en la explotación y


mantenimiento.

• Se eliminan completamente los reboses con lo que se evita que contaminación de tiempo
seco sea vertida a las aguas receptoras en tiempo de lluvia.

35%
EVAPOT RANSP.

35%
EVAPOTRANSP.

Figura 1.6. Comparación entre la filosofía del sistema de saneamiento unitario y el separativo.

Ahora bien, a pesar de todas estas ventajas que tiene el sistema separativo, existen también
inconvenientes:

• El control de vertido debe ser mucho mayor para evitar que existan acometidas mal
realizadas.

• Las redes pluviales pueden producir importantes contaminaciones, sobre todo durante
las primeras lluvias.

• El coste del sistema separativo es, como norma general, superior al del sistema unitario,
ya que obliga en muchas zonas a doblar los metros lineales de colectores a colocar y
duplicar las acometidas.

• La posibilidad de realizar un verdadero sistema separativo en una zona ya construida es


muy difícil.

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• Mayores gastos de conservación y mantenimiento.

La posibilidad de mantener un sistema de colectores urbanos unitarios es una opción real, y


muchas veces la única, que puede acometerse dentro de una economía global de la solución
(Salaverría, 1995).

La NTE de «Instalaciones de salubridad: Alcantarillado», de 1973, establece que los sistemas


separativos deben instalarse en los siguientes casos:
a) En zonas con edificabilidad inferior a 1 m3/m2.
b) En zonas contiguas a las riberas de mar o río.

También se puede hablar de sistemas de alcantarillado pseudoseparativo y sistemas doblemente


separativos. Se entiende por sistemas pseudoseparativos aquellos diseñados para la evacuación
conjunta de las aguas residuales y de las pluviales procedentes de la edificación, pero no las aguas
de escorrentía de la vía pública. Por sistema doblemente separativo se entiende aquel en el que
las aguas residuales domésticas, las industriales y las pluviales, son evacuadas
independientemente.

3.2. Caudales y contaminación en las redes de alcantarillado: tiempo seco y tiempo de lluvia

En redes unitarias las interacciones entre los principales componentes del sistema son más
importantes que en los sistemas separativos. En tiempo de lluvia las redes unitarias deben
transportar, además de las aguas residuales de tiempo seco, las aguas pluviales. La red de
saneamiento se ha dimensionado tradicionalmente para transportar hacia un determinado punto
(generalmente hacia una EDAR) el caudal de agua residual y el caudal de lluvia correspondiente a
una lluvia con un determinado período de retorno. Cuando la lluvia genera un caudal de agua
que la red no puede transportar, la práctica tradicional consistía en verterlo al medio receptor
mediante aliviaderos. El conjunto de estos aliviaderos, situados aguas arriba de la EDAR,
determinan las cargas hidráulicas y de contaminación que llega a la depuradora y el impacto
sobre el medio receptor.

El caudal de cálculo máximo de diseño del alcantarillado de una subcuenca es fijado en base a
criterios de drenaje con el fin de evitar inundaciones pero, sin embargo, el diseño de los caudales
máximos de diseño de los colectores interceptores principales o los emisarios terrestres, que
recogen aguas de diferentes subcuencas, se basa en criterios que permitan alcanzar
determinados objetivos ambientales en el sistema acuático receptor. La posible existencia de
sistemas de control y tratamiento de reboses permitirá laminar y regular caudales en la red.

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Dimensionamiento hidráulico
SUBCUENCA CON SUBCUENCA CON
RED DE ALCANTARILLADO RED DE ALCANTARILLADO
UNITARIO UNITARIO

E.D.A.R.
COLECTOR INTERCEPTOR

MEDIO RECEPTOR

Dimensionamiento ambiental
Figura 1.7. Criterios de dimensionamiento de colectores en función de la situación
dentro del sistema de saneamiento.

El cálculo de los caudales máximos para cumplir los objetivos de drenaje anti-inundaciones en un
determinado alcantarillado no es el máximo que puede producirse en la cuenca a drenar, pues
ello conllevaría la adopción de grandes secciones de conductos que encarecerían
extraordinariamente la obra. En el caso en que existan grandes variaciones de caudales en tiempo
de lluvia respecto a tiempo seco se debe tener especial cuidado en el diseño de los conductos
para que se cumplan ciertos criterios de funcionamiento hidráulico.

Cuanto mayor es el caudal de cálculo adoptado mayor será el coste de las infraestructuras de
saneamiento pero se provocarán menos inundaciones por insuficiencia en las conducciones y, en
consecuencia, menos perjuicios económicos y sociales.

En los barrios comerciales de grandes poblaciones, en los que las interrupciones del tráfico, los
trastornos a la actividad comercial o el anegamiento de los sótanos ocasionan pérdidas de valor
considerable, es necesario considerar una lluvia de cálculo que solo se presente una vez cada
bastantes años. En otras zonas urbanas se podrá descender a lluvias que tengan una probabilidad
de presentarse en menos tiempo. En zonas en contacto con el campo, pequeñas poblaciones y
zonas rurales podrá adoptarse como caudal de escorrentía para el cálculo uno que pueda
producir algunas inundaciones de breve duración al año, si bien, para decidir el número de
inundaciones anuales admisibles habrá que comparar el valor de los perjuicios que puedan
causarse con el sobrecoste de las alcantarillas de mayor sección. Las consideraciones anteriores
son tenidas en cuenta en los periodos de retorno recomendados por la norma UNE-EN-752 que
aparecen reflejados en la tabla siguiente.

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Tabla 1.1. Periodos de retorno recomendados por la Norma UNE-EN-752.


Periodo de retorno Periodo de retorno
PARÁMETRO para sobrecarga para inundación
(años) (años)
Áreas rurales 1 10
Áreas suburbanas 2 20
Áreas urbanas con riesgo de
2 30
inundación conocido
Áreas urbanas sin riesgo de
5 30
inundación conocido
Pasos subterráneos de tráfico y
10 50
ferroviarios

Históricamente, el criterio de diseño de los aliviaderos en una solución de saneamiento se ha


basado en la dilución. Las hipótesis básicas de este método es que las aguas de lluvia procedentes
de la cuenca están limpias. En el momento en que se inicia el rebose, tanto el caudal vertido como
el que sale por el orificio de desagüe presentan la misma dilución, que es la de diseño. Una
dilución de cuatro veces, por ejemplo, significa que en el rebose están presentes una parte de
agua residual y tres partes de agua de lluvia; frecuentemente se escribe: 1+3. Dependiendo de la
bibliografía que se consulte el valor de la dilución de diseño varía notablemente. En la tabla
siguiente se presentan valores de diseño tradicionales.

Tradicionalmente también, en lo referente a la contaminación que era vertida a través de los


aliviaderos, se consideraba que era diluida por las aguas «blancas» de lluvia. Hoy en día es sabido
que las aguas «blancas» no son tales y que la contaminación movilizada en las mismas es muy
importante y que los vertidos al medio receptor en tiempo de lluvia aportan al mismo fuertes
cargas de contaminación.

Tabla 1.2. Valores tradiciones de dilución para vertido por aliviadero.

COEFICIENTE DE DILUCIÓN REFERENCIA

Entre 3 y 6 Ranchet J. y Ruperd Y., (1983)


5 Paz Maroto J. y Paz Casañé J. Mª. (1968)
Entre 2 y 5 Camp (1959)
7 Pecher R. (1992)

Los primeros esfuerzos en depuración de aguas residuales se centraron en el control de los


vertidos puntuales de origen urbano e industrial. Después de un fuerte desarrollo en sistemas de
tratamiento se comprobó que en muchos países la calidad de las aguas no era todavía
satisfactoria. Se observó que una gran parte del problema era originado por los vertidos
intermitentes que se producían durante y después de las lluvias desde los alcantarillados unitarios
de los núcleos urbanos. Este tipo de vertidos se denominan reboses de alcantarillado unitario
(RAU), descargas de sistemas unitarios (DSU), alivios de tormenta (C.H.N., 1995), o «Combined Sewer
Overflows» (CSO), en la literatura anglosajona. Fue en EE.UU. donde por primera vez se reconoció
la importancia de este problema en la «Federal Water Control Act Amendments» de 1972.
Después de años de estudios de caracterización de este tipo de sucesos se propusieron las
medidas de control pertinentes y se comprobó el elevado coste económico que suponía minorar

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la contaminación que era vertida al medio acuático a través de este tipo de vertidos («Cost
Methodology of Combined Sewer Overflows and Storm Discharges», US-EPA ,1979). A pesar de
que desde esos años se llevan invertidos muchos recursos en el conocimiento y control del
problema, todavía hoy sigue siendo una de las principales causas de contaminación del agua
(Moffa, 1990; Malgrat, P., 1995; Witte, J., 1997).

En Europa el control de la contaminación del agua de origen urbano siguió pautas similares a las
de EE.UU. y concluyó también, al término de la década de los 80, que la eliminación o
minimización de los reboses de los sistemas unitarios debía considerarse como objetivo
prioritario en los planes de saneamiento y mejora de la calidad del agua de los sistemas acuáticos
(Ellis, 1991).

En España, en donde predomina el alcantarillado unitario, el problema es evidente pero no se


empezó a analizar hasta hace unos 20 años. Los primeros estudios de caracterización de la
contaminación de las aguas pluviales fueron llevados a cabo por Hontoria y Hernández (1985) en
pequeñas cuencas piloto en calles de Madrid. Cabe destacar el «workshop» realizado en
Benicassim en 1995, en el que se puso de manifiesto la importancia de este problema (Malgrat, P.
1995). Asimismo, a partir de comienzos de los años noventa se comenzaron a realizar estudios en
las Escuelas de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Cantabria, la
Universidad de La Coruña y la Politécnica de Cataluña, orientados a la caracterización de sucesos
de lluvia en redes de alcantarillado unitario y a la modelización de la contaminación en tiempo de
lluvia en las redes de alcantarillado. En la Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento
(AEAS) el «Grupo Avanzado de Drenaje Urbano (GADU)» empezó, también a mediados de la
década, a analizar el problema y como fruto de ello se propuso al Ministerio de Medio Ambiente la
realización del «Programa Nacional de Medición de las Descargas de los Sistemas Unitarios»
(PROMEDSU). Este programa tuvo dos años de duración y puso de manifiesto la grave
problemática de la contaminación movilizada en tiempo de lluvia en redes unitarias.

Las características de la contaminación de las descargas de los sistemas unitarios (DSU) o reboses
de alcantarillados unitarios (RAU) está fuertemente determinada por las características de las
aguas residuales urbanas de tiempo seco, de los usos que se realizan en la superficie de las
cuencas urbanas que luego van a ser lavadas por las aguas de escorrentía, y por el arrastre de
materiales y fangos depositados en las conducciones durante períodos secos.

Los impactos de las DSU pueden ser muy negativos. Determinan una pérdida muy importante de
la eficacia del sistema, cuyo fin es la protección del medio acuático receptor. Las insuficiencias de
la red de drenaje frente a la lluvia dan lugar a inundaciones en la cuenca, con las consiguientes
molestias al ciudadano y los demás problemas que en general conllevan. La incorporación de
sistemas de control y tratamiento de estos reboses, determina una nueva relación entre las
fuentes de contaminación y caudal, los sistemas de transporte y el medio receptor.
Actualmente se admite que el control de las DSU debe realizarse bajo el principio de la «gestión
integrada», considerando todas las relaciones que se establecen entre (Marsalek-Sttimhar, 1994):

a) Lluvia
b) Superficie de cuenca
c) Sistema de colectores

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d) Aliviaderos
e) Estación depuradora
f) Medio receptor

3.3. Las Técnicas de Gestión de las Aguas Pluviales

Debemos, por lo tanto, considerar nuevos elementos en los sistemas de saneamiento; elementos
que no era habitual encontrar hasta ahora. Se denomina tanques de tormenta o SCTR a los
sistemas de control y tratamiento de los reboses de los alcantarillados unitarios y de las aguas de
escorrentía urbana.

La incorporación de los sistemas de control y tratamiento de estos reboses, como aparece en la


figura anterior, determinará una nueva relación entre las fuentes de contaminación y caudales
circulantes, los sistemas de transporte, los vertidos y el medio receptor. En apartados posteriores
se analizan las características de flujos transitorios en tiempo de lluvia y cómo condiciona el
diseño de la EDAR.

Una visión integral de la gestión del sistema que minimice los impactos y permita alcanzar los
objetivos de calidad del agua fijados obliga a desarrollar una estrategia de control total de la
contaminación. La contaminación que se permita entrar a la red de saneamiento desde la cuenca
(por escorrentía o por aguas residuales urbanas), las transformaciones que dicha contaminación
sufra en la red, la capacidad de transporte de la red y las diluciones que se permitan en los
reboses, los sistemas de control y tratamiento que se implanten a lo largo de la red, determinarán
qué tipo de aguas residuales, caudales y cargas recibirá la EDAR, los cuales condicionarán su
diseño y sus estrategias de explotación. La gestión de las aguas pluviales es difícil si se tiene en
cuenta la naturaleza estocástica de las lluvias, lo que podría hacer imposible una protección
absoluta del medio receptor.

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Fuentes de
Precipitaciones contaminación Evapotranspiración

TGAP
Aguas de Fuentes de
abastecimiento contaminación
SUPERFICIE DE LA CUENCA
infiltración TGAP
TGAP TGAP

EDIFICACIONES
AGUAS PLUVIALES INSTALACIONES INDUSTRIALES

S
AGUAS RESIDUALES URBANAS
U
TGAP
B
S
U TGAP TGAP TGAP
E
exfiltración RED DE ALCANTARILLADO UNITARIA
L AGUAS RESIDUALES Y
O AGUAS PLUVIALES
infiltración TGAP

TGAP TGAP
TGAP

E.D.A.R.

SISTEMA ACUÁTICO RECEPTOR

Figura 1.8. Componentes de un sistema de saneamiento que incorpora técnicas de gestión


de las aguas de escorrentía urbana.

Los sistemas de control y tratamiento de reboses son una técnica más de las denominadas
Técnicas de Gestión de Aguas Pluviales (TGAP). Las TGAP pueden consistir bien en la
construcción de nuevas infraestructuras (por ejemplo depósitos, que son anti-DSU), en la
modificación de prácticas de diseño tradicionales, o en la modificación de hábitos (por ejemplo
los de limpieza viaria de la cuenca). En la literatura anglosajona las TGAP son denominadas «Best
Management Practices» (BMP) y su uso está ampliamente extendido. Las TGAP se pueden
clasificar desde numerosos puntos de vista; en la literatura nos encontramos con clasificaciones
diferentes según los autores y con terminología aún no consensuada, sobre todo en castellano. En
el capítulo 4 se propondrá una clasificación de las mismas.

4. LEGISLACIÓN, NORMATIVA Y SISTEMAS DE SANEAMIENTO EN TIEMPO DE LLUVIA

Ante la situación presentada, en la que queda de manifiesto que aun utilizando sistemas de
control y tratamiento de reboses se generan vertidos (con concentraciones y cargas de
contaminación significativas) parece razonable establecer un «planteamiento combinado» para el
control de estos vertidos: mejores técnicas disponibles, control de estándares de emisión
(sustancias y concentraciones) y, si se impacta sobre el medio receptor, impidiendo alcanzar el

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«buen estado ecológico de sus aguas», controles más estrictos. Llegados a este punto podemos
hacernos una serie de preguntas:

• ¿El vertido en tiempo de lluvia desde aliviaderos de las redes de alcantarillado unitario
(aun existiendo un sistema de control y tratamiento de reboses) cumple con la legislación?
¿Qué valores de estándares de emisión se deben aplicar?

• ¿Qué concentraciones máximas, o de concentraciones medias de suceso (CMS), pueden


verterse a través de un aliviadero?

• Las masas de contaminación enviadas a medio receptor ¿tienen impactos significativos?


¿están impidiendo que se alcance el «buen estado ecológico del sistema acuático»?

4.1. Legislación Europea

A continuación se presenta una selección de legislación y normativas que de una forma directa o
indirecta hace referencia o afecta, a la gestión de los sistemas de saneamiento o a la calidad del
agua de los sistemas acuáticos en tiempo de lluvia. En la legislación o normativa seleccionada se
han destacado aquellos aspectos de interés y se han valorado sus implicaciones. Se han revisado
las siguientes referencias:

- Directiva 91/271 del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas
residuales urbanas.
- Directiva Marco del Agua (2000/60/CE).
 Manuales Impress de CC.HH. y Organismos Autónomos
- Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de julio de 2006,
relativa a las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas y por la
que se modifica la Directiva 2000/60/CE.
- Directiva 2006/11/CE relativa a la contaminación causada por determinadas sustancias
peligrosas vertidas en el medio acuático de la Comunidad.
- Directiva 96/61/CE de prevención y control integrados de la contaminación (IPPC).
- Directiva 98/83/CEE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano.
- Directiva 2006/7/CE relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño.
- Grupo de trabajo en Directiva sobre reutilización de aguas.

4.1.1.-Directiva 91/271 del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas
residuales urbanas

La Directiva 91/271 se orienta a los vertidos y en menor medida al medio receptor (éste se tiene
en cuenta a la hora de definir objetivos), por lo que tiene una influencia muy relevante sobre los
sistemas de saneamiento y drenaje. Sobre el tratamiento de aguas residuales es poco explícita en
relación con los vertidos en tiempo de lluvia desde los sistemas de saneamiento unitarios.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 13/47

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En su artículo 2 define las “aguas residuales urbanas” como “las aguas residuales domésticas o la
mezcla de las mismas con aguas residuales industriales y/o aguas de escorrentía pluvial”, y en el
artículo 4 comenta que “los Estados miembros velarán por que las aguas residuales urbanas que
entren en los sistemas colectores sean objeto, antes de verterse, de un tratamiento secundario o de un
proceso equivalente” y describe unos plazos de cumplimiento en función del tamaño de las
aglomeraciones.

En su artículo 10 dice que las depuradoras habrán de ser diseñadas, construidas, utilizadas y
mantenidas de manera que en “todas las condiciones climáticas normales de la zona tengan
rendimiento suficiente” y que se tengan en cuenta “las variaciones de la carga propias de cada
estación”.

Cabe destacar también el apartado A del Anejo 1, donde se indica que “El diseño, construcción y
mantenimiento de los sistemas colectores deberá realizarse de acuerdo con los mejores conocimientos
técnicos que no redunden en costes excesivos, en especial por lo que respecta:

 El volumen y características de las aguas residuales urbanas


 La prevención de escapes
 La restricción de la contaminación de las aguas receptoras por el desbordamiento de
aguas de tormenta.”

En el apartado D de dicho anejo, en su punto 5 se indica que no se tendrán en cuenta los valores
extremos de la calidad del agua que se trate cuando éstas sean consecuencia de situaciones
inusuales, como las ocasionadas por lluvias intensas.

En el cuadro 3 del mismo anejo, cita “Dado que en la práctica no es posible construir los sistemas
colectores y las instalaciones de tratamiento de manera que se puedan someter a tratamiento la
totalidad de las aguas residuales en circunstancias tales como lluvias torrenciales inusuales, los
Estados miembros decidirán medidas para limitar la contaminación por desbordamiento de
aguas de tormenta. Tales medidas podrían basarse en coeficientes de dilución, capacidad en
relación con el caudal en época seca o podrán especificar un determinado número aceptable de
desbordamientos al año.” Por lo que deja a los estados miembros la libertad de limitar la
contaminación de las aguas residuales urbanas en tiempo de lluvia.

En esta Directiva también se habla de “sistemas de alcantarillado conformes”; podría replantearse


qué es en realidad un “alcantarillado conforme”; el análisis puede llegar a ser mucho más complejo
que el necesario para calificar como conforme a una estación depuradora de aguas residuales.

El texto es lo suficientemente ambiguo como para que en la práctica, y hasta la fecha de hoy, los
esfuerzos se hayan centrado en la depuración de las aguas residuales olvidando la gestión de las
aguas pluviales y su problemática.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 14/47

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4.1.2.- Directiva Marco del Agua (2000/60/CE)

Tal y como hoy en día se concibe el funcionamiento de un sistema de saneamiento queda clara su
interrelación directa con el medio acuático receptor. También es claro que esa relación es
diferente en función de si el sistema es unitario o si es separativo, y si el sistema trabaja en tiempo
seco o en tiempo de lluvia.

El desarrollo de la Directiva Marco de Agua (DMA) implicará una mayor protección de la calidad
del agua, ya que no sólo consolida las obligaciones ya existentes de control de la contaminación
puntual y difusa sino que amplía dicha protección, estableciendo un objetivo medioambiental
relativo al “estado ecológico” de las aguas superficiales.

Uno de los objetivos principales de la DMA es desarrollar una política comunitaria integrada de
aguas. No contiene referencias explícitas a los sistemas de drenaje urbano, ya que es un texto más
bien pensado “desde y para el medio acuático” y no de carácter instrumental. Así, la DMA remite a
la Directiva 91/271/CEE cuando en el artículo 10 “Planteamiento combinado respecto a las fuentes
puntuales y difusas” dice que los estados miembros velarán por el establecimiento y/o aplicación
de los controles de los impactos establecidos en dicha norma.

La DMA como “marco de la política de aguas” tiene, como objetivo último, proteger o recuperar el
buen estado ecológico de las masas de agua, y con la inclusión de un Programa de medidas de
todo tipo dentro de su Plan de gestión, tiene efectos sobre los siguientes aspectos de los sistemas
de drenaje urbano:

 Mayor control de la presencia de sustancias prioritarias en los sistemas de drenaje urbano.

 Reducción de las DSU: aspecto que puede resultar crítico para la consecución del buen
estado ecológico en algunas masas de agua, sobre todo las receptoras del drenaje pluvial
de grandes y medianas ciudades.

La DMA ordena también un uso eficiente y sostenible del agua, aplicando aquellos recursos de
mayor calidad a los usos más exigentes (consumo humano), y los de menor calidad a otros usos.
De aquí que la reutilización del agua haya tomado fuerza en los últimos años como una fuente
real de afloramiento de recursos, como un procedimiento eficiente de aprovechamiento del agua
y, por ende, en una buena práctica para la mejora del buen estado ecológico de las masas de
agua. No obstante, esta nueva función en el ciclo del agua requiere de los sistemas de
saneamiento:

 Un cambio de mentalidad: dejar de “depurar para verter” y pasar a “regenerar para


suministrar”.

 Control de contaminación vertida a los alcantarillados: una vez más, es una cuestión clave
ya que la presencia de sustancias peligrosas en el agua imposibilita su reutilización.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 15/47

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Si bien la DMA define el “marco común” y unos principios y objetivos generales, es consciente de
que existen condiciones y necesidades diversas en la Comunidad que requieren soluciones
específicas. Los programas de medidas deben ajustarse a las condiciones regionales y locales
(ámbito de demarcación hidrográfica, ámbito autonómico e incluso ámbito local). Queda claro
que la problemática de los vertidos en tiempo de lluvia desde sistemas de saneamiento deben ser
objeto de “programas de medidas específicas locales” (en el Artículo 11 se especifica en qué
consisten los programas de medidas), que podrían relacionarse, en principio, con el régimen de
lluvias, el tipo de sistema acuático y su clasificación y los objetivos de calidad fijados.

Cuando en el Artículo 2 (38) se da una definición de los “servicios relacionados con el agua” deja
fuera a las redes de drenaje de aguas pluviales.

Es en el Artículo 4 en donde la Directiva establece los “objetivos medioambientales” y en donde


definen los “objetivos medioambientales menos rigurosos”. Este tipo de objetivos podrían
establecerse en masas de agua determinadas cuando estén tan afectadas por la actividad
humana, o su condición natural sea tal que alcanzar dichos objetivos sea inviable o tenga un coste
desproporcionado, y se cumplan en su totalidad una serie de condiciones. Aparece el concepto
de “objetivos medioambientales menos rigurosos” junto con la idea de “objetivo inviable” o “coste
desproporcionado”. Como ya se ha citado, la apreciación actual es que conseguir “vertido cero”
en tiempo de lluvia en sistemas de saneamiento unitario implica un “coste desproporcionado”.

En el Artículo 8, junto con el Anejo 5, se define cómo debe ser el “seguimiento del estado
ecológico y del estado químico de las aguas superficiales” y la “periodicidad de los controles”.
Se habla de que “se optará por una periodicidad de control que tenga en cuenta el carácter
variable de los parámetros debido a las condiciones naturales y antropogénicas”. Cuando se
analizan los periodos de muestreo se ve que son del orden de meses, no se consideran sucesos
transitorios del orden de días y horas. Sin embargo, la presencia de las DSU, o de los vertidos
directos de las redes de alcantarillado de pluviales, pueden condicionar de forma transitoria o
crónica a los sistemas acuáticos. Sería necesario, por lo tanto, desarrollar procedimientos
específicos de vigilancia.

En el Artículo 10, “planteamiento combinado respecto a fuentes puntuales y difusas”; se


introduce el concepto de “mejores técnicas disponibles” y “mejores prácticas
medioambientales”. Se debe proceder a una catalogación y valoración de técnicas disponibles,
tanto en el control y tratamiento de los DSU ó reboses de alcantarillado unitario, como para tratar
la contaminación de las aguas pluviales. Son necesarias unas directrices de diseño.

En el Artículo 11 se establece el contenido de los “programas de medidas”. Entre las medidas


básicas está la necesidad de que los vertidos de fuente puntual dispongan de autorización previa
o registro, estableciendo controles de la emisión de los contaminantes. Este aspecto se ha
materializado para los vertidos en tiempo de lluvia en la Orden MAM/1873/2004, de 2 de junio,
por la que se aprueban los modelos oficiales para la declaración de vertido. Aunque se consideran
los vertidos desde aliviaderos y los flujos de aguas pluviales se duda del tratamiento que se dará
administrativamente. Los aspectos considerados anteriormente de “excepcionalidad” deberían ser
tenidos en cuenta.
DMA y la identificación de presiones e impactos

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 16/47

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La Directiva Marco de Aguas establece la necesidad de identificar y valorar las presiones e


impactos que sufren nuestros medios acuáticos. Para ello estableció la fecha de diciembre de
2004, en la cual los países miembros debían elaborar un informe en el que se identificasen las
presiones en las demarcaciones hidrográficas definidas. Entre las presiones a identificar,
lógicamente, estaban los vertidos de aguas residuales o aguas contaminadas, tanto puntuales
como difusas. De hecho, la Directiva establece que dentro de los Programas de Medidas que se
elaboren para cada demarcación se haga especial incidencia en:

 Control de vertidos puntuales (autorización previa y registro).


 Control y prevención de contaminación por fuentes difusas.
 Prohibición de vertidos directos de contaminantes en las aguas subterráneas.
 Eliminación o reducción, en su caso, de sustancias peligrosas.

Con el fin de orientar la identificación de presiones e impactos se elaboró la guía “Common


Implemntation Strategy for the Water Framework Directive (2000/60/ec). Guidance Document
nº 3. Analysis of Pressures and Impacts”, que fue trasladada, en parte, al contexto español
mediante el documento “Manual para el análisis de presiones e impactos relacionados con la
contaminación de las masas de agua superficiales”, de 3 de junio de 2004, de la Subdirección
General de Tratamiento y Control de la Calidad de las Aguas, del Ministerio de Medio Ambiente.

En el documento español se dan las siguientes definiciones:

• Presión: cualquier actividad humana que incida sobre el estado de las aguas.
• Presión significativa: toda presión que pueda causar el incumplimiento de los objetivos
medioambientales de la Directiva Marco de Aguas.
• Impacto: resultado de una presión sobre el estado de la masa de agua con los criterios de
calidad previstos en la Directiva Marco de Aguas
• Evaluación de riesgo: valoración de la probabilidad de no alcanzar los objetivos
medioambiente les de la Directiva Marco de Aguas.

El impacto es resultado de una presión sobre el estado de la masa de agua. Este efecto depende
de la susceptibilidad del medio y de los objetivos medioambientales que debe alcanzar una masa
de agua. La susceptibilidad de la masa de agua superficial puede depender de muchos aspectos,
pero uno de los más influyentes es el caudal circulante. Por otro lado, el efecto producido debe
valorarse con los criterios de calidad previstos en la Directiva Marco de Aguas, es decir,
comparando con los objetivos medioambientales, que pueden sintetizarse de la siguiente
manera: a) alcanzar un buen estado, b) alcanzar el buen potencial ecológico y buen estado
químico, c) prevenir el deterioro, y d) cumplir los requerimientos sobre las sustancias prioritarias.

El “Manual para el análisis de presiones e impactos relacionados con la contaminación de las masas
de agua superficiales” habla, por ejemplo, de la “Evaluación impress cualitativa”. La evaluación de
impress debe incluir los siguientes estudios:

1. Identificación de las masas de agua.


2. Identificación de las presiones significativas.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 17/47

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3. Análisis del impacto.


4. Evaluación del riesgo de incumplir los objetivos medioambientales.

El documento español, siguiendo el documento guía de referencia, presenta un diagrama del


procedimiento a seguir que se refleja en la figura siguiente.

En el Anexo II de la DMA, se establecen las tareas necesarias para realizar la identificación de las
presiones, en el apartado 1.4, y para la evaluación de los impactos, en el apartado 1.5. Respecto a
la identificación de las presiones, en la directiva se estable que los estudios deben centrarse en las
presiones significativas, recopilando información sobre el tipo y magnitud de los mismos. Entre
las presiones que se deben considerar significativas se establecen las fuentes de contaminación
puntual y las fuentes de contaminación difusa.

El manual presenta una tabla de «valores umbral para identificar las presiones significativas
procedentes de fuentes puntuales» y otra de fuentes difusas. Estas tablas también figuran en el
documento guía de referencia de la Unión Europea. El documento español es relativamente corto.
Considera como presiones del tipo “fuentes puntuales” los “vertidos urbanos de poblaciones
mayores de 2000 h-e” y cita como último parámetro “efectos de la escorrentía urbana”, lo cual
implica que los vertidos en tiempo de lluvia deben ser considerados, tanto las DSU como los
procedentes de los sistemas separativos.

1 2 3 4
Identificación Identificación Análisis
EVALUACIÓN
de las masas de presiones del
DEL RIESGO
de agua significativas impacto

- IMPACTO COMPROBADO
- SOMETIDAS ALTO
MASAS - IMPACTO PROBABLE
DE AGUA
- NO SOMETIDAS MEDIO
- SIN IMPACTO APARENTE
- SIN DATOS
- SIN DATOS
BAJO

Figura 1.9. Procedimiento de evaluación impress cualitativo.

En cuanto a fuentes difusas especifica como presiones significativas las autopistas y autovías,
(utiliza como umbral el % de terreno ocupado) y fija como parámetros el porcentaje respecto a la
cuenca y el tipo de contaminantes, en especial hidrocarburos, PAHs, Plomo y herbicidas.

La “Guidance Document nº 3. Analysis of Pressures and Impacts” es más completa a la hora de


identificar presiones e impactos. En presiones significativas de fuentes puntuales relacionadas con
los vertidos en tiempo de lluvia identifica los “Storm water and emergency overflows” y en

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 18/47

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presiones significativas de fuentes difusas identifica las generadas por el “urban drainage
(including runoff)”, que incluiría: “industrial/commercial estates, urban areas (including sewer
networks), airports, trunk roads, railway tracks and facilities” y “harbours”.

Cabe destacar que se han revisado los documentos de “Análisis de presiones e impactos”
elaborados por las distintas Confederaciones Hidrográficas y por las Comunidades Autónomas
con competencias transferidas en materia de aguas y en ningún caso, excepto el informe de la
Agencia Catalana del Agua (ACA), contempla las descargas de los sistemas unitarios (DSU) como
un tipo de presión sobre las masas de agua.

4.1.3. Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de julio de 2006,
relativa a las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas y por la que se
modifica la Directiva 2000/60/CE.

La presente propuesta de Directiva tiene por objeto establecer normas de calidad ambiental
relativas a la presencia, en las aguas superficiales, de sustancias o grupos de sustancias
identificadas como prioritarias en razón del riesgo significativo que presentan para el medio
acuático, o a través de él, y de otros contaminantes determinados.

Las sustancias prioritarias están definidas por la Directiva 2000/60/CE (o Directiva marco de
aguas); en 2001 se elaboró una lista de 33 sustancias prioritarias. La propuesta abarca 41
sustancias químicas o grupos de sustancias -las 33 sustancias prioritarias y otras 8 sustancias-
entre las cuales se encuentran el cadmio, el plomo, el mercurio, el níquel y sus componentes, el
benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) e, incluso, el DDT total. Entre las
sustancias prioritarias, 13 están clasificadas como peligrosas.

Las normas de calidad ambiental consideradas son límites de concentración; es decir, la cantidad
de las sustancias en cuestión en el agua no debe superar determinados umbrales.

Dos son los tipos de normas propuestas:

 Concentración media anual: el objetivo de esta norma es garantizar la calidad del medio
acuático a largo plazo;

 Concentración máxima admisible de la sustancia, medida de forma puntual: el objetivo de


esta segunda norma es limitar los picos de contaminación.

Las normas de calidad propuestas difieren según se trate de aguas superficiales continentales
(ríos y lagos) y de otras aguas superficiales (de transición, costeras y aguas territoriales). Además,
se prevén normas específicas para los metales y determinadas sustancias.

Los Estados miembros deben velar por que se cumplan las normas citadas. También han de
comprobar que la concentración de las sustancias consideradas no aumente en los sedimentos y
organismos que viven en las aguas superficiales.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 19/47

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4.1.4. Directiva 2006/11/CE relativa a la contaminación causada por determinadas sustancias


peligrosas vertidas en el medio acuático de la Comunidad

La presencia de sustancias prioritarias y peligrosas prioritarias en las aguas residuales de un


sistema de saneamiento implica, casi de forma directa, que las mismas van a estar presentes en los
vertidos en tiempo de lluvia a través de aliviaderos. Así mismo, en determinadas cuencas urbanas,
con mucha presión antrópica, en las aguas de escorrentía aparecen gran cantidad de las mismas,
que si no se controlan y tratan van de forma directa a los sistemas acuáticos.

El propósito de la Directiva es reducir y eliminar las sustancias peligrosas del medio. Para ello se
establecen límites estrictos en las autorizaciones de vertido directo de tales sustancias al medio.
No obstante, la propia directiva hace extensivas las restricciones a los vertidos al alcantarillado, ya
que indica que en la autorización de vertido al sistema público de saneamiento también se fijarán
las normas de emisión.

El objetivo básico de esta directiva es establecer que el control de la contaminación por


determinadas sustancias (peligrosas) debe hacerse en origen, antes del vertido a sistemas de
saneamiento públicos. Para ello la propia instalación industrial debe diseñar y gestionar sus
procesos de producción de manera que no se produzca la superación de los límites fijados, o bien
dotarse de sistemas de depuración propios y específicos para la reducción de dichas sustancias en
el vertido. A los efectos del sistema de drenaje urbano, la directiva implica la necesidad de un
eficiente y estricto control de vertidos, ya que el sistema público de saneamiento no cuenta, por
definición, con instalaciones de depuración que permitan la eliminación de dichas sustancias una
vez que han sido vertidas al sistema.

Debe ejercerse pues un control de la gestión del vertido vía autorización, inspección y control
para verificar el cumplimiento. La existencia de sanción en caso de incumplimiento, e incluso la
prohibición y eliminación del vertido, es condición necesaria para el ejercicio de dicho control.

4.1.5. Directiva 96/61/CE de prevención y control integrados de la contaminación (IPPC)

Los efectos de esta Directiva para las redes de saneamiento en tiempo de lluvia son:

 Detección y gestión de los posibles “lavados” por agua de lluvia de sustancias presentes en
instalaciones industriales. Recogida de dichas aguas y tratamiento previo al vertido.

 Los planes de prevención de accidentes y de vertidos contaminantes en tiempo de lluvia


también deberían ser verificados en los procesos de autorización, sin perjuicio de las
competencias que concurran en la aprobación de los planes de emergencia de la industria.

4.1.6. Directiva 98/83/CEE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 20/47

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El buen funcionamiento de los sistemas de saneamiento tiene gran influencia en las directivas
que tienen relación con la calidad del agua, y viceversa, las directivas que regulan esa calidad
pueden tener incidencia sobre los sistemas de saneamiento.

Esta relación se da en ríos donde las aguas son empleadas en más de una ocasión a lo largo del
río. En ocasiones, los caudales son bajos (para la dilución de los vertidos) y cortas las distancias
entre vertidos y usos (para la autodepuración natural), entonces, llega a ocurrir que la exigencia
de la calidad del agua en el uso aguas abajo incide sobre los límites de vertido admisibles aguas
arriba (algo ya previsto por la directiva 91/271/CEE).

Así, la regulación más estricta de determinadas sustancias en la directiva 98/83/CE puede obligar
a reducir los límites de emisión, de éstas o de sus precursoras, en los vertidos aguas arriba. Esto es
especialmente importante en tiempo de lluvia debido a la posible existencia de DSU.

4.1.7. Directiva 2006/7/CE relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño

De la nueva Directiva 2006/7/CE relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño destacan
los siguientes principios:

1. La modificación y endurecimiento de los estándares de calidad del agua. Con ello la


directiva pretende minimizar el impacto constante de la actividad humana sobre la calidad
de las aguas de baño y reducir al máximo posible el nivel normal de contaminantes en una
zona de baño determinada, paliando las repercusiones de un evento contaminante
imprevisto.

2. La anterior directiva se basa sólo en un seguimiento de la calidad, lo cual constituye uno


de sus puntos débiles. La nueva directiva enfatiza en cambio la gestión de la calidad del
agua, coherentemente con los principios de la directiva marco sobre la política de aguas.
Ello implica la necesidad de actuar en caso de incumplimiento. Estas acciones podrán ser
estructurales (implantar tratamientos terciarios en depuradoras para disminuir la
contaminación bacteriológica, depósitos anti-DSU, etc.) o acciones no estructurales (avisos
por contaminación desaconsejando el baño, llegando a implicar el cierre de la playa para
eventos excepcionales).

3. La gestión de la calidad de las aguas de baño que requiere la Directiva implica algo más
que actividades de muestreo y control. Las autoridades tendrán un papel importante para
desarrollar los perfiles de las aguas de baño, detectar las posibles fuentes de
contaminación y su impacto en las aguas de baño, y adoptar las medidas correctoras
oportunas. También deberán recopilar, analizar e interpretar los datos sobre la calidad del
agua y proporcionar información al público. Además deberán reaccionar ante las
situaciones de emergencia y, en particular, informar al público si el baño no es
recomendable.

Los gestores del sistema de saneamiento y drenaje urbano en ciudades con playas urbanas,
deberán tener un control estricto de las DSU (número, cantidad y calidad del agua vertida) y de las

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 21/47

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emisiones de la depuradora, analizando el posible incumplimiento de la Directiva de Aguas de


Baño debido a estas descargas y en caso de que se produzcan estos incumplimientos se deberán
planificar las actuaciones y acciones necesarias para evitarlos. El lugar apropiado para integrar
estos del impacto del alcantarillado y depuradora sobre las aguas d e baño urbanas y las acciones
correctoras pertinentes, son los planes directores de drenaje urbano.

Estos estudios integrales obligarán a utilizar modelos de simulación integrados, es decir, se


deberán utilizar los modelos individuales de alcantarillado, depuradora y medio receptor de
forma que los resultados de uno sean los datos de entrada de los otros modelos. De las
interacciones entre los diferentes modelos individuales se podrá simular de forma integral todo el
ciclo del drenaje urbano.

La Directiva obligará a desarrollar sistemas más o menos sofisticados de predicción, información y


alerta de la calidad de las aguas de baño en tiempo casi real. En aquellas aguas de baño urbanas
es claro que las principales fuentes de contaminación son los vertidos en tiempo de lluvia (entre
ellos las DSU) y las emisiones de las depuradoras y por tanto estos sistemas de predicción,
información y alerta deberán contar con información cuantitativa y cualitativa en tiempo real
sobre el funcionamiento del alcantarillado y depuradora, especialmente en lo que se refiere a las
fuentes de contaminación (DSU, “by-passes” de la depuradora y salidas de emisarios).

4.1.8. Grupo de trabajo en Directiva sobre reutilización de aguas

Actualmente, existe un grupo de trabajo que está elaborando una Directiva europea de
reutilización de aguas. Se espera la publicación de un borrador en breve plazo.

4.2. Legislación Estatal

La legislación española revisada ha sido la señalada a continuación:

- Orden del 13 de julio de 1993: Instrucción para el proyecto de conducciones de


vertidos desde tierra al mar.
- Real Decreto-Ley 11/1995 y Real Decreto 509/1996 (Transposición de la Directiva
91/271/CE).
- Normativa “UNE-EN 752: SISTEMAS DE DESAGÜES Y DE ALCANTARILLADO EXTERIORES
A EDIFICIOS”.
- Código Técnico de la Edificación. Marzo 2006.
- Orden MAM/1873/2004.
- Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio, por el que se aprueban los Planes Hidrológicos
de cuenca. Plan Hidrológico del Tajo.
- Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (1995-2005).
- Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración (2007-2015).
- Real Decreto 907/2007, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la
Planificación Hidrológica.
- Borrador de “Instrucción de planificación hidrológica” (19 julio de 2007) en el marco de
la valorización de aguas pluviales.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 22/47

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- Proyecto de Real Decreto por el que se establece el régimen jurídico de la Reutilización


de las Aguas Depuradas.

4.2.1. Orden del 13 de julio de 1993: Instrucción para el proyecto de conducciones de vertidos
desde tierra al mar

Establece los siguientes aspectos:

“Características del efluente.

Con objeto de determinar las características del efluente, el proyectista deberá recabar y
completar la información disponible sobre la población o industria que genera el agua
residual, el tipo y cantidad de descargas singulares que vierten a las conducciones colectoras, la
población y su variabilidad estacional y el tipo de depuración prevista. Si el sistema colector
es de tipo unitario, deberá tenerse en cuenta también la pluviometría de la zona.

Se harán estimaciones del caudal y de la carga contaminante para el año de entrada en


funcionamiento, así como para diez y treinta años después, indicando claramente para estos
tres años los valores estimados en condiciones de caudal medio, mínimo y punta en tiempo
seco

En sistemas colectores de tipo unitario se indicará también el caudal punta en tiempo de lluvia
con períodos de retorno de diez y cincuenta años.

Además, se explicará el modo de funcionamiento previsto del emisario para cada uno de estos
casos.

Para primeros tanteos y en vertidos urbanos procedentes de poblaciones con menos de


10.000 h-e se puede considerar que el caudal punta en tiempo seco es de 7 l/s por cada
1.000 h-e y que las características del agua residual corresponden a las indicadas en la tabla
siguiente:

 Características orientativas de los efluentes urbanos que se podrán adoptar en


poblaciones de menos de 10.000 h-e:

Materia orgánica como DBO5: 350 mg/L.


Materias en suspensión: 600 mg/L.
Nitrógeno total: 30 mg N/L.
E. coli: 108/100 mL.

 Para poblaciones de más de 10.000 h-e y para vertidos industriales deberán evaluarse
las características del agua residual, los caudales vertidos y su viabilidad a partir de una
campaña de medidas, cuyos resultados formarán parte integrante del proyecto.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 23/47

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 En el caso de que exista depuradora en la localidad o se construya con el emisario, las


cargas anteriores se reducirán de acuerdo con las especificaciones de funcionamiento
de aquélla, justificando el proyectista los valores adoptados.

En los sistemas colectores de tipo unitario, si la capacidad de éstos es superior a la del


emisario, podrá existir un aliviadero que, a través de una conducción de desagüe,
evacue al mar el exceso de caudal. Para ello deberán cumplirse las siguientes
condiciones:

a) La capacidad del emisario debe ser suficiente para que con caudales de lluvia
correspondientes al período de retorno de diez años, el aliviadero funcione menos de
cuatrocientas cincuenta horas al año, en el caso general, y menos del 3 por 100 de
la horas de la temporada de baños, cuando el aliviadero esté situado en una zona de
baño y el efluente contenga contaminantes regulados para este tipo de zonas. A estos
afectos, puede resultar conveniente la construcción de balsas de retención para el
caudal excedente.
Para el cálculo de la capacidad del emisario en un momento dado se tendrán en cuenta
la potencia de bombeo instalada en condiciones fiables de operación y las variaciones
del nivel del mar debidas a mareas astronómicas y meteorológicas. Naturalmente, la
capacidad podrá variarse en años sucesivos modificando la potencia de bombeo.

b) El aliviadero sólo podrá entrar en funcionamiento con caudales superiores al


caudal punta en tiempo seco.

c) Con el aliviadero funcionando, el vertido realizado a través del emisario debe seguir
cumpliendo los criterios establecidos por la normativa vigente en cuanto a
normas de emisión y objetivos de calidad.

d) El caudal vertido por el aliviadero debe haber pasado por un sistema de rejas para
su desbastado.

Por otra parte, la capacidad de los distintos tramos de los colectores será suficiente para que los
aliviaderos situados en cabecera de tramo, cuando viertan al mar, funcionen con las mismas
limitaciones que los aliviaderos de emisarios.

Usos de la zona

Dentro de la zona potencialmente afectada por el vertido que se proyecta se delimitarán las
áreas homogéneas, en cuanto a usos habituales y permitidos, tales como el esparcimiento, el
disfrute estético, la navegación, la pesca y el cultivo de especies marinas, la preservación y
promoción de la vida marina y la desalación, potabilización y abastecimiento industrial de
aguas.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 24/47

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Se hará constar expresamente la existencia de cualquier otro vertido de aguas residuales en la


zona afectada por el emisario y los datos que permitan establecer su naturaleza, características
e incidencias sobre la calidad ambiental.”

4.2.2. Real Decreto-Ley 11/1995 y Real Decreto 509/1996 (Transposición de la Directiva


91/271/CE)

Los reales decretos RD-L 11/1995 y RD 509/1996 transponen al derecho español la Directiva
91/271. En ellos se cita que “se impone a determinadas aglomeraciones urbanas la obligación de
disponer de sistemas colectores para la recogida y conducción de las aguas residuales, y de aplicar a
éstas distintos tratamientos antes de su vertido a las aguas continentales o marítimas”. A las “aguas
residuales urbanas” las define igual que en la Directiva, como “las aguas residuales domésticas o la
mezcla de éstas con aguas residuales industriales o con aguas de escorrentía pluvial”.

En lo referente a los sistemas de saneamiento y drenaje en tiempo de lluvia se suscribe lo mismo


que en la Directiva 91/271. No obstante, el RD 509/1996 en su artículo 2 es más explícito y dice
textualmente que: “El proyecto, construcción y mantenimiento de los sistemas colectores deberá
realizarse teniendo presente el volumen y características de las aguas residuales urbanas y utilizando
técnicas adecuadas que garanticen la estanqueidad de los sistemas e impidan la contaminación de
las aguas receptoras por el desbordamiento de las aguas procedentes de la lluvia”.

4.2.3. Normativa “UNE-EN 752: SISTEMAS DE DESAGÜES Y DE ALCANTARILLADO EXTERIORES A


EDIFICIOS”

La norma europea EN-752 se gestó a lo largo de los años 90, y sus sucesivos apartados fueron
apareciendo desde el año 1995 hasta el año 1998. Es pues una norma relativamente reciente y sus
miras, por lo tanto, coinciden con los criterios que han sido apuntados en los capítulos anteriores.
Las diferentes normativas vigentes en distintos países europeos y, por encima de otras, las
inglesas y alemanas, que han calado fuertemente en otros países, tienen su reflejo en esta norma
que tiende a unificar por inclusión, es decir, admite de un modo más o menos explícito las
distintas formas de hacer de los distintos países, bajando sólo muy esporádicamente a la
cuantificación. Es una norma de conceptos. Se pueden destacar dos ideas clave:

• el respeto al medio ambiente como punto de referencia del saneamiento,


• el aseguramiento de la calidad como criterio de proyecto y gestión.

De estas ideas se desprenden otras, de mayor aplicación, como la consideración del medio
receptor a la hora de plantear un saneamiento, la seguridad y salud, la planificación de las
actuaciones, la organización de la información, etc.
Bajo una aparente generalidad, la norma, y en particular algunos de sus apartados, contiene una
información valiosa sobre cómo planificar el proyecto de construcción o rehabilitación de una red
de alcantarillado. Se plantean voluntades y grandes líneas, pero sin cuantificar. Se apela a las
normas nacionales y a directivas marco para centrar en cada caso concreto los valores que, dentro
de la filosofía general de esta norma, deban imponerse.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 25/47

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La norma se estructura en las siguientes partes:


• UNE-EN 752-1: Generalidades y definiciones
• UNE-EN 752-2: Requisitos de comportamiento
• UNE-EN 752-3: Proyecto
• UNE-EN 752-4: Diseño hidráulico y consideraciones medioambientales
• UNE-EN 752-5: Rehabilitación
• UNE-EN 752-6: Instalaciones de bombeo
• UNE-EN 752-7: Operaciones y mantenimiento

Es interesante resaltar que en el apartado de generalidades de esta norma ya se destaca que se


considera el sistema de saneamiento como un sistema integral, incluyendo las redes de
colectores, los sistemas de tratamiento, el control de vertidos y el medio receptor. Los requisitos
de comportamiento están, pues, condicionados por los impactos al medio receptor.

La norma cita que los requisitos básicos de comportamiento a los que deben ajustarse los
sistemas de desagües y de alcantarillado son:

a) los conductos funcionarán sin obstrucción;


b) la frecuencia de rebosamiento estará limitada a los valores prescritos;
c) estarán protegidas la salud pública y la vida;
d) la frecuencia de sobrecarga de los colectores debería limitarse a los valores prescritos,
e) la salud y seguridad del personal laboral estarán salvaguardadas,
f) el medio receptor deberá protegerse de la contaminación dentro de los límites
prescritos,
g) los conductos de agua no beberán poner en peligro las estructuras y redes existentes en
las proximidades;
h) deberán lograse la durabilidad y la estabilidad mecánica exigible,
i) los desagües y conductos deben ser estancos de acuerdo a las exigencias de los ensayos;
j) no deben producirse gases malolientes ni tóxicos;
k) deberá facilitarse el acceso apropiado para el mantenimiento.

Respecto del cálculo se dan pautas muy generales. Se reconocen dos tipos de funcionamiento
irregular: el que da lugar a sobrecargas y el que da lugar a inundaciones (insuficiencias de drenaje
de la red). Se recomienda utilizar un modelo de simulación para poder evaluar los riesgos a la hora
de diseñar una red, utilizando distintas lluvias de proyecto, sobre todo en redes grandes o cuando
exista un riesgo contra la salud pública.

Tras incidir de nuevo en el objetivo último, que es el producir una mínima afección al medio
ambiente, se entra en materia, distinguiendo entre tres tipos de sistema de alcantarillado:
• separativo
• unitario
• parcialmente separativo

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 26/47

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La elección del tipo de red depende, según la norma, de una serie de factores, como la capacidad
del medio receptor, la necesidad de un tratamiento previo, la topografía, etc., pero no da las
bases para la elección.

Se presentan aspectos tecnológicos sobre topografía, geotecnia, pendientes de las


canalizaciones, diámetros mínimos, etc. Los párrafos dedicados a estos aspectos no pasan de ser
reglas de buena práctica, sin cuantificar en absoluto. Así, por ejemplo, al hablar de pendientes se
comenta que es importante lograr una cierta autolimpieza, pero no se entra a valorar cuál es el
rango de pendientes que lo garantizan. Esta es la tónica general de esta norma: llama la atención
sobre aspectos importantes pero no ofrece soluciones.

Conviene resaltar el apartado dedicado a los aliviaderos. Se apuntan como factores a considerar
para el diseño de los aliviaderos los siguientes:

• los caudales
• el volumen, duración y frecuencia de las descargas
• las concentraciones de contaminantes y las cargas contaminantes
• la presión hidrobiológica

Tras esta relación de factores se ocultan todas las tendencias que se han ido desarrollando en
Europa para fijar los caudales que deben llevarse a depurar y los que pueden ser vertidos al medio
receptor en situaciones de lluvia a través de aliviaderos. En ausencia de un criterio de consenso, la
norma cita los aspectos conceptuales a tener en cuenta, de modo que prácticamente todas las
fórmulas empleadas por las distintas administraciones encajan en la norma. Más adelante, al
mencionar los volúmenes unitarios de estas estructuras de control y tratamiento de reboses, se
hará una referencia a los criterios alemán e inglés, sin citarlos explícitamente y sin plantear las
bases conceptuales que los motivan.

En la parte 4 de la norma, (UNE-EN 752-4) dedicada al diseño hidráulico y consideraciones


medioambientales incluye algunas definiciones y se vuelve sobre los objetivos que se persiguen
en el sistema de saneamiento, que son:

• protección contra la sobrecarga y la inundación


• protección contra la contaminación de los medios receptores por encima de su
capacidad de autodepuración
• protección contra la septicidad: se incide en lo indeseable de las condiciones anaerobias
que den lugar a la formación de ácido sulfhídrico, y se destacan una serie de factores a
controlar, como son las temperaturas, aireación, velocidad del flujo, pH, presencia de
sulfatos, entre otros.

En esta parte se distingue entre limitaciones generales de contaminación aplicables a título


general, y limitaciones aplicables a zonas sensibles (tomas de aguas potables, zonas de baño,
de pesca, ecosistemas especiales) en las que se requiere un seguimiento exhaustivo de los
límites de emisión, y una evaluación de los impactos a corto, medio y largo plazo. En este
párrafo aparentemente trivial se esconde la aportación conceptual más exigente de la norma.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 27/47

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Las principales cargas de contaminación provienen de los reboses o descargas de saneamientos


unitarios (DSU). Se propone un primer criterio para el diseño de aliviaderos de descarga basado en
el concepto de lluvia crítica, que se plasma en una capacidad de retención en el sistema de 10-
30 L/s.ha drenada, según el grado de protección requerida. Otro criterio, propuesto para zonas
menos sensibles, es el vertido de caudales por encima de 5-8 veces el caudal medio en
tiempo seco.

Tras estas cifras subyacen los criterios de distintas normativas europeas. Así, en el Reino Unido,
rige como criterio fundamental el minimizar los vertidos directos al medio receptor, asumiendo
que las aguas más diluidas pueden ser tratadas sólo con un tratamiento primario, mientras que
cuando la concentración es importante se realiza un tratamiento más completo. Esto lleva a
intercepciones relativamente generosas, que se obtienen de distintas formulaciones, y a vertidos
en depuradora que en algunos casos pueden tener cierto nivel de contaminación.

Al considerar zonas sensibles, la norma opta por el criterio alemán de imponer una lluvia crítica, y
dimensionar una estructura para retener el volumen asociado a dicha lluvia, de modo que toda el
agua correspondiente a esa lluvia se tratará junto con el agua residual. Se propone el uso de
sistemas de control y tratamiento de reboses o descargas de saneamiento unitarios, como
pueden ser depósitos de retención en línea o fuera de línea, en una clara referencia a la norma
ATV-128.

La lluvia crítica es aquella que no debe generar reboses y se plasma, según la norma alemana,
en una escorrentía del orden de 7.5-15 L/s/ha drenada. Este valor depende del tiempo de
concentración. La intercepción hacia la depuradora es según esta filosofía del orden de 2-3 veces
el caudal medio, con lo que el resto del volumen debe ser almacenado en un tanque que para
lluvias pequeñas se comportará como un tanque de laminación. En función del tamaño de la
cuenca el volumen de estos tanques ronda, para la lluvia crítica, los 5-10 m3/ha.

Para lluvias mayores que la crítica el depósito no retiene todo el caudal y vierte una parte. En este
caso el depósito trabaja como un elemento de retención del primer lavado, y su eficiencia queda
supeditada a la capacidad autodepuradora del medio receptor.

La norma ATV-128 sugiere como criterio para garantizar que las afecciones al medio no
serán excesivas la construcción de un volumen de depósito que garantice que la carga anual
total vertida por reboses de saneamientos unitarios en los tanques más la carga anual
vertida por el efluente de la depuradora, ambas en términos de DQO, no superarán la carga
contaminante de la escorrentía superficial de la cuenca, supuesta vertida directamente al
río.

El cumplimiento del balance supone un sistema equivalente formado por un saneamiento


separativo con vertido directo de las aguas pluviales (sin ningún tipo de conexión parásita) al
medio y un saneamiento ideal (con contaminación cero) de las aguas residuales tratadas. No cabe
duda de que se trata de un objetivo ambicioso, y los tanques necesarios suponen volúmenes en

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 28/47

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general en el entorno de los 15-30 m3/Ha drenada. Estos valores son citados por la norma EN-752
como recomendables en zonas sensibles.

Cabe aquí apuntar que las dos filosofías impresas en la norma, la inglesa y la alemana, son
perfectamente reconciliables, ya que nada impide diseñar los interceptores para caudales
intermedios (del orden de 4-5 Qm), construir depósitos pequeños (del orden de 5-8 m3/Ha
drenada), y aprovechar los decantadores primarios de las depuradoras, e incluso los propios
colectores, como elementos de laminación adicional, con lo que el volumen efectivo aumenta a
veces hasta niveles satisfactorios. Los diseños de la Confederación Hidrográfica del Norte siguen
este criterio mixto, que está perfectamente de acuerdo con el espíritu de la norma EN-752, que
sólo acota posibles tendencias.

Mención aparte requieren los tanques de laminación de avenidas, como los que CLABSA ha
construido en la ciudad de Barcelona, y a los que la norma europea menciona sin cuantificar sus
volúmenes. La norma ATV-128 plantea como críticas lluvias remarcables pero no extremas desde
un punto de vista hidráulico. La misión de los depósitos mencionados en este apartado no es
mitigar los efectos de la insuficiencia de drenaje de los colectores. El diseño de depósitos de
laminación parte de una filosofía completamente distinta, y se basa en el análisis de los
hidrogramas incidentes, exige una modelización previa en régimen variable y ofrece en general
volúmenes específicos muy por encima de los aquí presentados.

El agua retenida en un depósito de laminación no es derivada en su totalidad a la estación


depuradora, sino que puede ser aliviada al medio receptor ya que su grado de dilución alcanza
valores muy altos. Este tipo de depósitos tienen sentido en redes con insuficiencia de drenaje o
climas que propicien lluvias muy explosivas, cuyo caso paradigmático es el litoral mediterráneo.

Tanto los tanques de retención de contaminación como los tanques de laminación de avenidas
forman parte de las llamadas BMPs “Best Management Practices” (métodos de gestión adecuada
o racional) que la norma cita más adelante.

4.2.4. Código Técnico de la Edificación

El Código Técnico de la Edificación (CTE) señala en el Documento Básico de Salubridad en su


Sección HS 5 de Evacuación de aguas lo siguiente:

“3.2 Configuraciones de los sistemas de evacuación

1. Cuando exista una única red de alcantarillado público debe disponerse un sistema mixto o
un sistema separativo con una conexión final de las aguas pluviales y las residuales, antes de su
salida a la red exterior. La conexión entre la red de pluviales y la de residuales debe hacerse con
interposición de un cierre hidráulico que impida la transmisión de gases de una a otra y su
salida por los puntos de captación tales como calderetas, rejillas o sumideros. Dicho cierre
puede estar incorporado a los puntos de captación de las aguas o ser un sifón final en la propia
conexión.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 29/47

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2. Cuando existan dos redes de alcantarillado público, una de aguas pluviales y otra de aguas
residuales debe disponerse un sistema separativo y cada red de canalizaciones debe conectarse
de forma independiente con la exterior correspondiente.”

4.2.5. Orden MAM/1873/2004

La “ORDEN MAM/1873/2004, de 2 de junio, por la que se aprueban los modelos oficiales


para la declaración de vertido y se desarrollan determinados aspectos relativos a la
autorización de vertido y liquidación del canon de control de vertidos regulados en el Real
Decreto 606/2003, de 23 de mayo, de reforma del Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, por
el que se aprueba el Reglamento de Dominio Público Hidráulico, que desarrolla los Títulos
preliminar, I, IV, V, VI y VII de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas”, establece la
necesidad de controlar los vertidos de “redes separativas de pluviales” y “vertidos desde aliviaderos”.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 30/47

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La pregunta que debemos hacernos es, ¿existe un criterio racional de valores de masas de
contaminación o de concentraciones máximas a verter desde por aliviadero?

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 31/47

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4.2.6. Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio, por el que se aprueban los Planes Hidrológicos de
cuenca. Plan Hidrológico del Tajo.

El Plan Hidrológico del Tajo en su artículo 28 cita textualmente lo siguiente: “todas las
depuradoras, existentes o futuras, deberán tener una capacidad de tratamiento superior, como
mínimo, a la carga, estimada o medida, del influente correspondiente al valor medio diario de la
semana de máxima carga del año, y sin tener en cuenta circunstancias excepcionales como, por
ejemplo, una lluvia intensa. Por otra parte, el sistema de decantación debe ser capaz de tratar, al
menos, un caudal triple del caudal medio diario en tiempo seco”. Como puede verse, obvia
prácticamente el tiempo de lluvia en las redes de saneamiento y drenaje y, simplemente dice,
en este mismo artículo “todos los aliviaderos de crecida de la red de saneamiento (o previos a la
depuradora), limitarán la salida de sólidos”.

4.2.7. Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (1995-2005)

El objetivo básico de este Plan fue el de garantizar la calidad de la depuración y del vertido de las
aguas residuales urbanas, acorde con los criterios de la Unión Europea, mediante la integración y
coherencia de las inversiones de los tres niveles de la Administración.

En el apartado de “Diagnóstico de la situación actual”, cita como uno de “los principales problemas
relativos a las aguas residuales” la “insuficiente consideración y gestión de las aguas de
tormenta, que impide en ocasiones el cumplimiento de los objetivos de calidad”. Por lo que en
su Memoria afirma lo siguiente:

- “En aquellas zonas donde las lluvias producen frecuentes impactos adversos, tanto en el propio
rendimiento de las instalaciones como en el cauce receptor, se aconseja la incorporación de
sistemas físicos de retención o estanques de tormentas que aliviarán en parte el
problema”.

- Hace referencia a la Directiva 91/271, recordando que ésta “aboga por la restricción de la
contaminación de las aguas receptoras causada por el desbordamiento de las aguas de
tormenta y establece que los Estados miembros deberán adoptar medidas basadas en
coeficientes de dilución, capacidad en relación con el caudal en época seca, o podrán
especificar un determinado número de desbordamientos al año.”

- Incluye dentro del capítulo de “Otros Conceptos” a las “actuaciones específicas en redes de
pluviales, laminación de aguas de tormenta, etc.” pero establece la necesidad de
considerar estas actuaciones en Planes complementarios como el de “tratamiento de
aguas de tormenta”.

Este Plan pone de manifiesto la existencia de la problemática de la contaminación vertida desde


los sistemas de saneamiento en tiempo de lluvia pero no profundiza ni en el tipo de medidas a
adoptar ni en los criterios a seguir para minimizar dicha contaminación como establece la
Directiva 91/271 para los Estados miembros.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 32/47

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4.2.8. Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración (2007-2015)

Este Plan Nacional recoge la obligación de la Unión Europea de disponer de un instrumento de


planificación-programación que defina el camino que se va a seguir para cumplir las obligaciones
de las Directivas Europeas en materia de calidad de las aguas de nuestros ríos o nuestras costas.
En este sentido, este segundo Plan continúa la labor realizada por el Plan de Saneamiento y
Depuración 1995-2005.

La propuesta de actuaciones del Plan Nacional de Calidad de las Aguas (PNCA) 2007-2015
contempla inversiones por valor de casi 18.000 millones de euros.

En el apartado de “Estado actual del tratamiento de las cargas de episodios de lluvia” recuerda los
resultados obtenidos en el PROMEDSU señalando que “En un estudio reciente del Ministerio de
Medio Ambiente del año 1999 denominado “Experiencia piloto de medición y estudio de las
descargas de sistemas unitarios (DSU)”, se puso de manifiesto la importancia del control de la
contaminación producida por descargas de sistemas unitarios, provocadas por el alivio de la mezcla
de agua residual con pluvial durante tormentas. Con esta primera experiencia se comprobó el
apreciable impacto que estas descargas tienen sobre la biota fluvial, especialmente por los elevados
caudales, su rápida ocurrencia y dificultad de dilución. Dentro de las inversiones ejecutadas dentro del
Plan Nacional de Saneamiento y Depuración (1995-2005), han sido pocas las actuaciones en
materia de control de las aguas de tormenta”. Y a continuación, afirma “por ello obligación también
señalada en la Directiva 91/271/CEE y por la constatación de la evidente contaminación aportada
en los alivios por los episodios de tormenta, el nuevo PNCA ha identificado las actuaciones
necesarias para que las aglomeraciones urbanas dispongan de tanques de retención o tormenta”.

Como puede verse este Plan sí toma seriamente en consideración la gestión de las aguas de
tormenta y tiene presente que una presión importante sobre los medios receptores son las
descargas de aguas pluviales en sistemas unitarios (DSU), por lo que considera la implantación de
“tanques de tormenta” como una técnica válida y eficiente de gestión de las aguas pluviales para
evitar impactos transitorios en tiempo de lluvia de las mismas que dañan la calidad del medio e
impide en muchos casos la consecución del buen estado ecológico de las masas de agua. Por ello,
la partida presupuestaria general para “tanques de tormenta es de algo más de 3.000 millones
de euros.

Es destacable también la inversión en “actuaciones encaminadas a fomentar la I+D+i en el


campo del saneamiento y depuración” ya que “en los presupuestos del año 2007 se han recogido
específicamente 12,5 millones de euros para la subvención de la investigación en estas materias en
2007, que en la Orden de Convocatoria publicada el 19 de marzo de 2007, se acompañan de 8,75 para
2008 y 7,5 para 2009, lo que implica la adjudicación de subvenciones en este año 2007 por importe de
28,75 millones de euros”. El presupuesto total para esta partida es de unos 365 millones de euros
y se incluyen en este capítulo los “nuevos diseños de tanques de tormenta”.

En la siguiente tabla se presenta un resumen de inversiones previstas por Comunidades


Autónomas.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 33/47

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Tabla 1.3. Propuesta de actuaciones en el PNCA 2007-2015.


INVERSIÓN ACTUACIONES ENCAMINADAS A
PREVISTA EN FOMENTAR LA I+D+i EN EL
TANQUES DE CAMPO DEL SANEAMIENTO Y
TORMENTA DEPURACIÓN
ANDALUCÍA 157.600.000 45.008.456
ARAGÓN 60.000.000 13.344.000
CANARIAS 0 21.185.000
CANTABRIA 0 10.000.000
CASTILLA Y LEÓN 145.995.000 25.000.000
CASTILLA-LA MANCHA 15.000.000 16.000.000
CATALUÑA 1.048.712.100 25.241.500
CIUDAD AUTÓNOMA DE CEUTA 0 0
CIUDAD AUTÓNOMA DE MELILLA 0 0
COMUNIDAD DE MADRID 580.000.000 51.000.000
COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA 22.895.517 1.760.000
COMUNIDAD VALENCIANA 650.000.000 39.000.000
EXTREMADURA 15.000.000 14.000.000
GALICIA 130.000.000 30.000.000
ISLAS BALEARES 11.900.000 12.200.000
LA RIOJA 3.900.000 3.500.000
PAÍS VASCO 65.043.524 21.000.000
PRINCIPADO DE ASTURIAS 0 16.000.000
REGIÓN DE MURCIA 207.819.760 21.000.000
TOTAL NACIONAL 3.113.865.901 365.238.956
Valores en €

Cataluña, Valencia y Madrid son las Comunidades Autónomas con mayor inversión en tanques de
tormenta, representan más del 70% del presupuesto total.

Inv ers ión en Tanques de Tormenta A c tuac iones en I+D+i en s aneamiento y depurac ión

R EGIÓN D E MU R C IA
P R IN C IP AD O D E AS TU R IAS
P AÍS VAS C O
L A R IOJA
IS L AS B AL E AR E S
GAL IC IA
E XTR E MAD U R A
C OMU N ID AD VAL E N C IAN A
C OMU N ID AD FOR AL D E N AVAR R A
C OMU N ID AD D E MAD R ID
C IU D AD AU TÓN OMA D E ME L IL L A
C IU D AD AU TÓN OMA D E C EU TA
C ATAL U Ñ A
C AS TIL L A-L A MAN C H A
C ASTIL L A Y L E ÓN
C AN TAB R IA
C AN AR IAS
AR AGÓN
AN D AL U C ÍA

0 2 0 0 .0 0 0 4 0 0 .0 0 0 6 0 0 .0 0 0 8 0 0 .0 0 0 1 .0 0 0 .0 0 0 1 .2 0 0 .0 0 0
e n m ile s d e €

Gráfica 1.1. Propuesta de actuaciones en el PNCA 2007-2015.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 34/47

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4.2.9. Real Decreto 907/2007, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la


Planificación Hidrológica.

La planificación hidrológica tiene por objetivos generales conseguir el buen estado y la adecuada
protección del dominio público hidráulico y de las aguas. Debe guiarse por criterios de
sostenibilidad en el uso del agua mediante la gestión integrada y la protección a largo plazo de
los recursos hídricos, prevención del deterioro del estado de las aguas, protección y mejora del
medio acuático y de los ecosistemas acuáticos y reducción de la contaminación.

Este Reglamento es muy poco explícito con respecto a los sistemas de saneamiento en tiempo de
lluvia y su problemática. Tan solo cita en su artículo 52 de “Medidas para prevenir o reducir las
repercusiones de los episodios de contaminación accidental”, en su primer apartado, que “se
adoptarán las medidas para prevenir o reducir los efectos de las contaminaciones accidentales,
causadas por la industria, por instalaciones ganaderas, por los tanques de aguas pluviales de las
depuradoras urbanas y otras. Estas medidas incluirán el uso de sistemas automáticos para detectar
esos fenómenos o alertar sobre ellos.”

El análisis del texto de este artículo puede introducir la duda de si un vertido es “accidental”
cuando es consecuencia de una avería o de una mala gestión, que tiene como consecuencia una
descarga al medio receptor, o cuando habla de “accidental” en realidad se refiere a vertidos
ocasionales, como los que se producen a través de los aliviaderos de una cuenca a partir de un
determinado tipo de suceso de lluvia, que es consecuencia de la estrategia de gestión del sistema
de saneamiento diseñada para ello.

Cabe destacar que en el artículo 4, donde se establece el “Contenido obligatorio de los planes
hidrológicos de cuenca”, se expone la exigencia de la presentación de un “resumen de las medidas
tomadas para prevenir o reducir las repercusiones de los incidentes de contaminación accidental.”

Además, en el artículo 44 se presenta como una de las “medidas básicas” la prevención o


reducción de las repercusiones de los episodios de contaminación accidental.

En el artículo 15 de “Presiones sobre las masas de agua superficial” dicta que “en cada demarcación
hidrográfica se recopilará y mantendrá el inventario sobre el tipo y la magnitud de las presiones
antropogénicas significativas a las que están expuestas las masas de agua superficial” y arguye que
esta información incluirá entre otras “la estimación e identificación de la contaminación
significativa originada por fuentes difusas, producida especialmente por las sustancias
enumeradas en el anexo II del Reglamento de Dominio Público Hidráulico, procedentes de
instalaciones y actividades urbanas, industriales, tales como zonas mineras, suelos contaminados o
vías de transporte”.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 35/47

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4.2.10. Borrador de “Instrucción de planificación hidrológica” (19 julio de 2007) en el marco de


la valorización de aguas pluviales.

Este Borrador de la “Instrucción de planificación hidrológica” del Ministerio de Medio Ambiente


sigue la doctrina y estructura establecida por la DMA y la metodología seguida en su
implantación. A continuación se analizan varios apartados de este borrador y se destacan
aquellos aspectos que podrían ser de interés.

Apartado “3.2. PRESIONES”


“En cada demarcación hidrográfica se recopilará y mantendrá el inventario sobre el tipo y la magnitud
de las presiones antropogénicas significativas a las que están expuestas las masas de agua.”
“3.2.2. PRESIONES SOBRE LAS MASAS DE AGUA SUPERFICIAL
Las presiones sobre las masas de agua superficial (ríos, lagos, aguas de transición y aguas costeras)
incluirán, en especial, la contaminación originada por fuentes puntuales y difusas…”
“3.2.2.1. Contaminación originada por fuentes puntuales
Se estimará e identificará la contaminación significativa originada por fuentes puntuales,
producida especialmente por las sustancias enumeradas en el Anexo II del Reglamento del
Dominio Público Hidráulico, procedentes de instalaciones y actividades urbanas, industriales,
agrarias y otro tipo de actividades económicas.
Para ello se partirá de los censos de vertidos autorizados en cada demarcación hidrográfica y
de la información sobre vertidos efectuados desde tierra al mar que figure en el censo nacional de
vertidos, según los datos proporcionados por las comunidades autónomas, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 254 del Reglamento del Dominio Público Hidráulico.”
Identifica como presiones debidas a fuentes de contaminación puntual los “vertidos de
tormentas pluviales procedentes de poblaciones, zonas industriales, carreteras u otro tipo
de actividad humana, a través de aliviaderos de depuradoras y otras canalizaciones o
conducciones, que tengan un caudal de diseño superior a 100 m3/hora.”

“3.2.2.2. Contaminación originada por fuentes difusas


Se estimará e identificará la contaminación significativa originada por fuentes difusas,
producida especialmente por las sustancias enumeradas en el Anexo II del Reglamento del
Dominio Público Hidráulico, procedentes de instalaciones y actividades urbanas, industriales,
agrícolas y ganaderas, en particular no estabuladas, y otro tipo de actividades, tales como
zonas mineras, suelos contaminados o vías de transporte.

Se considerará, al menos, la contaminación procedente de las siguientes fuentes difusas:



e) Transportes e infraestructuras asociadas sin conexión a redes de saneamiento: área
ocupada y estimación de fitosanitarios u otros contaminantes permitidos. Deberá
distinguirse entre barcos, trenes, automóviles y aviones y sus respectivas
infraestructuras fuera de áreas urbanas.”

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 36/47

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“3.2.3. PRESIONES SOBRE LAS MASAS DE AGUA SUBTERRÁNEA


Se indicarán las presiones antropogénicas significativas a que están expuestas las masas de agua
subterránea, entre las que se cuentan las fuentes de contaminación difusa, las fuentes de
contaminación puntual…”

“3.2.3.1. Fuentes de contaminación difusa


Se identificarán las fuentes difusas significativas de contaminación en las masas de agua
subterránea de la demarcación, debidas a:

d) Usos de suelo urbano. Uso del suelo en zonas de recarga natural a partir de las cuales
la masa de agua subterránea recibe su alimentación, referidas a las alteraciones
antropogénicas de las características de la recarga natural, como por ejemplo la
desviación de las aguas pluviales y de la escorrentía mediante la
impermeabilización del suelo, la alimentación artificial, el embalsado o el drenaje.”

Apartado “6. OBJETIVOS MEDIOAMBIENTALES


El plan hidrológico contendrá la lista de objetivos medioambientales para las aguas superficiales, las
aguas subterráneas y las zonas protegidas, incluyendo los plazos previstos para su consecución, la
identificación de condiciones para excepciones y prórrogas, y las informaciones complementarias que
se consideren adecuadas.”

“6.4. DETERIORO TEMPORAL DEL ESTADO DE LAS MASAS DE AGUA


Se podrá admitir el deterioro temporal del estado de las masas de agua si se debe a
causas naturales o de fuerza mayor que sean excepcionales o no hayan podido preverse
razonablemente, en particular graves inundaciones y sequías prolongadas, o al resultado de
circunstancias derivadas de accidentes que tampoco hayan podido preverse razonablemente.”

Apartado “8. PROGRAMAS DE MEDIDAS

8.3. MEDIDAS BÁSICAS”


En este subapartado cabe destacar:

“h) Medidas para prevenir o reducir las repercusiones de los episodios de contaminación
accidental”

“8.3.2.4.1. Medidas para prevenir o limitar las entradas de contaminantes en las aguas
subterráneas
Siempre que sea técnicamente posible, se tendrán en cuenta las entradas de contaminantes
procedentes de fuentes de contaminación difusa que tengan un impacto en el estado químico de
las aguas subterráneas.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 37/47

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8.3.2.7. Medidas para prevenir o reducir las repercusiones de los episodios de


contaminación accidental
El plan hidrológico recogerá las medidas para prevenir o reducir los efectos de las
contaminaciones accidentales, causadas por la industria, por instalaciones ganaderas, por los
tanques de aguas pluviales de las depuradoras urbanas y otras.
Las contaminaciones accidentales procedentes de inundaciones incluirán, entre otras medidas, el
uso de sistemas automáticos para detectar esos fenómenos o alertar sobre ellos.
Se incluirán todas las medidas apropiadas que deban adoptarse para reducir el riesgo de daños
al ecosistema acuático en caso de accidentes que no pudieran haberse previsto
razonablemente.”
Al igual que en el Reglamento de Planificación Hidrológica anteriormente citado, no queda claro
si el significado de vertido “accidental” desde tanques de aguas pluviales se refiere a la
consecuencia de fuertes lluvias, averías o mala gestión de la red de saneamiento.

4.2.11. Proyecto de Real Decreto por el que se establece el régimen jurídico de la Reutilización
de las Aguas Depuradas

Este proyecto de Real Decreto tiene por objeto establecer el régimen jurídico para la reutilización
de las aguas depuradas, de acuerdo con el artículo 109.1 del texto refundido de la Ley de Aguas,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio.

Actualmente se encuentra pendiente de aprobación y en el capítulo 5 de este documento se


desarrollará su contenido.

4.3. Legislación Autonómica

De la legislación autonómica destacan los siguientes textos:

CATALUÑA

- Documento de presiones e impactos, y análisis del riesgo de incumplimiento de


los objetivos de la DMA. Agencia Catalana del Agua (ACA).
- Resolución MAH/2370/2006 por la que se aprueba el “Programa de
Saneamiento de Aguas Residuales Urbanas 2005” (PSARU 2005).
- Decreto 21/2006 de Ecoeficiencia en Edificios.

MADRID

- Resolución de 23 de mayo de 1995, sobre saneamiento. Aprueba el Plan de


Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Comunidad 1995-2005.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 38/47

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CATALUÑA

4.3.1. Documento de presiones e impactos, y análisis del riesgo de incumplimiento de los


objetivos de la DMA. Agencia Catalana del Agua (ACA).

Este documento es una síntesis de los trabajos de caracterización y definición de las masas de
agua (unidad de gestión sobre la que recaerá el Programa de Medidas para alcanzar los objetivos
de la DMA), y del riesgo de incumplimiento de objetivos de la DMA, conocido como documento
IMPRESS, que responde a los artículos 5, 6 y 7 de la Directiva marco del agua. De cada una de las
masas de agua se analizan las presiones existentes (que pueden provocar impactos) y los
impactos medidos, y se analiza el riesgo de incumplimiento de los objetivos de la Directiva marco
del agua (2000/60/CE) en las cuencas internas de Cataluña. El análisis del riesgo de
incumplimiento de objetivos permitirá articular el posterior Programa de Medidas y elaborar el
futuro Plan de Gestión de la Demarcación Hidrográfica de las cuencas internas de Cataluña.

Las masas de agua dentro de la demarcación hidrográfica se dividen en categorías: masas de


agua superficiales continentales, masas de agua superficiales costeras, masas superficiales
de transición y masas de agua subterráneas.

En el apartado 4.1. se realiza el “Análisis de presiones e impactos sobre las masas de agua
superficiales continentales”.

Figura 1.10. Esquema de análisis de presiones e impactos sobre las masas de agua de la categoría ríos
(modificado a partir de Guidance Document No. 3; EC, 2003d).

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 39/47

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Una de las presiones consideradas en este apartado es la de vertidos de descargas de


sistemas unitarios (DSUs).

Figura 1.11. Presiones consideradas en el análisis de presiones e impactos en las


masas de agua fluviales de las cuencas internas de Cataluña.

El análisis de las Descargas de Sistemas Unitarios (DSUs) es el siguiente:

“La aglomeración urbana es uno de los grandes consumidores de agua y el gran generador de
aguas negras, que por razones sanitarias y ecológicas se tienen que canalizar y evacuar fuera
de las áreas urbanizadas. Las redes de saneamiento necesarias para afrontar estas necesidades
pueden ser unitarias o separativas. Las redes separativas tienen un colector para residuales y
otro para pluviales, mientras que las unitarias tienen un solo sistema de colectores.

Ambos tipos de red son muy vulnerables a las lluvias, ya que están dimensionados para
períodos de retorno pequeños, que corresponden a lluvias frecuentes (Pié et al., 2005). Por
otro lado, son muy susceptibles a colapsarse por la formación de tapones debido a la carga
sólida del agua (Pié et al., 2005). Cuando se producen estas contingencias, el agua llega, con
frecuencia, a la red fluvial sin pasar por ningún sistema de saneamiento. Además, las
descargas de sistemas unitarios conllevan la aportación de elementos químicos
contaminantes producto del lavado de calles, edificios urbanos y de la actividad propia
de estos aglomerados urbanos (plomo, cadmio, zinc, hidrocarburos, etc.) (PROMEDSU,
2001).

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 40/47

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Últimamente se empiezan a construir depósitos de laminación, con el objetivo de disminuir


el caudal máximo que circula por un determinado colector en momentos cumbre. Por otro
lado, también se está replanteando los sistemas unitarios, ya que estropean la calidad de las
aguas pluviales, que podrían ser aprovechadas.

Las descargas de sistemas unitarios representan una fuente de contaminación puntual


considerable para los sistemas fluviales y se han valorado en función del volumen de
escorrentía superficial y la concentración media de los contaminantes. Los
contaminantes que se han considerado y que ejercen una presión a partir de las DSUs son
básicamente DQO, Plomo y Zinc. El objetivo se ha fijado en 20 mg DQO/L. Este objetivo se
determina asumiendo que no todo el volumen de escorrentía va a parar a los sistemas fluviales.
Por otro lado, cuando en un mismo sistema hay varias DSUs, sólo se ha considerado la que
recoge la máxima superficie urbana.”

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 41/47

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Figura 1.12. Descargas de sistemas unitarios inventariados en Cataluña (julio de 2005).

Figura 1.13. Riesgo de incumplimiento de la Directiva Marco del Agua por DSUs.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 42/47

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En el punto 4.1.3.1. de “Análisis de presiones” se afirma que “las presiones que


comprometen más seriamente el cumplimiento de los objetivos de la Directiva son las
derivaciones por minicentrales, el efecto conjuntos de los vertidos biodegradables y las
descargas de sistemas unitarios” y cita que “las DSUs provocan un riesgo alto en el 11%
de las masas de agua.”

Figura 1.14. Riesgos de incumplimiento según el análisis de las descargas de sistemas unitarios.

En el apartado 4.1.4. “Análisis del riesgo de incumplimiento de los objetivos de la


Directiva Marco del Agua en embalses” se afirma que “El análisis de presiones en embalses
se basa en el análisis de presiones realizado en ríos. A causa de las diferencias entre ríos y
embalses, no se han considerado todas las presiones usadas para ríos.” De este modo, las
presiones consideradas han sido:

Figura 1.15. Presiones consideradas en el análisis de presiones e impactos en los


embalses de las cuencas internas de Cataluña.

Como puede observarse en la figura anterior, en el caso de los embalses también se


considera como presión los vertidos de descargas de sistemas unitarios (DSUs).

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 43/47

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El apartado 4.2. es el correspondiente a “Análisis de presiones e impactos sobre el estado de


las masas de agua superficiales costeras” en el cual se han analizado tanto las aguas costeras
como las aguas de transición de tipo Bahía.

Las DSUs son consideradas como un tipo de presión de contaminación puntual:

Figura 1.16. Presiones consideradas en el análisis de presiones e impactos en las


masas de agua costeras y de transición – tipo Bahía- de Cataluña.

Las descargas directas superficiales de aguas residuales urbanas en episodios de


fuertes lluvias son fuentes de contaminación puntual y se considera que las masas de
agua que presentan una presión significativa por este factor son “aquellas que son
susceptibles de sufrir alteraciones en su calidad sanitaria durante episodios de fuertes lluvias.
En todas ellas se detectan, de manera puntual, niveles altos de contaminación fecal en
las aguas costeras o de transición (tipo Bahía), motivados por los aportes de aguas
residuales vertidas al mar a través de los pluviales, aliviaderos, ríos y rieras. En la mayor
parte de los casos, la calidad sanitaria del agua de baño de las playas se restituye,
completamente, a las 72 horas de la precipitación. En Cataluña hay nueve masas de agua
costeras que presentan presión significativa por este factor”

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 44/47

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Figura 1.17. Presión por vertidos de aguas residuales por deficiencia en los sistemas de saneamiento y/o
por descargas directas superficiales en episodios de fuertes lluvias
en las masas de agua costeras y de transición (Bahía) de Cataluña.
Las masas de agua con presión significativa se muestran en rojo.

En el apartado 4.3. se establece el “Análisis de presiones e impactos sobre el estado de las


masas de agua superficiales de transición” y en los tres tipos de aguas de transición, Bahía, Río-
estuario y lagunas costeras se analizan como tipo de presión los vertidos de descargas de
sistemas unitarios (DSUs).

Como conclusión cabe destacar que la Agencia Catalana del Agua ha catalogado a las descargas
de los sistemas unitarios (DSU) como uno de los elementos de riesgo principales para las
masas de agua superficiales por lo que una de las medidas principales que se pondrán en marcha
para alcanzar los objetivos de la DMA es la redacción de un Plan de control anti-DSU para
minimizar los efectos de los vertidos de los sistemas unitarios en tiempo de lluvia.

4.3.2. Resolución MAH/2370/2006 por la que se aprueba el “Programa de Saneamiento de


Aguas Residuales Urbanas 2005” (PSARU 2005)

El Programa de saneamiento de aguas residuales urbanas (PSARU) es un instrumento de la


planificación hidrológica que desarrolla el Plan de saneamiento de Cataluña y que tiene por

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 45/47

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objeto la definición de todas las actuaciones destinadas a la reducción de la contaminación


originada por el uso urbano del agua.

El PSARU 2005 realiza un diagnóstico del estado del saneamiento en Cataluña y establece
deficiencias en los sistemas en tiempo de lluvia. En su apartado de “diagnosis” cita textualmente:
“En un país de clima con marcado carácter mediterráneo, los episodios de lluvia son inesperados y a
menudo intensos. En estas condiciones, los efectos de los rebosamientos sobre la calidad del
medio evidencian las carencias de previsión en los sistemas de saneamiento. Ya el PSARU 2002
ponía de manifiesto la necesidad de conocer con detalle las redes de alcantarillado con la finalidad de
identificar los puntos donde se requiera la intervención de los responsables para controlar y disminuir
los efectos mencionados. De hecho es preciso lamentar que el saneamiento en Cataluña funcione
350 días al año, y que episodios de lluvia, con el arrastre de los depósitos acumulados en las
tuberías y en el propio suelo en sistemas de saneamiento unitarios, acaben oscureciendo tan
intensa y costosa tarea. Es necesario actuar”.

Por lo que en su apartado de “medidas de gestión” establece como una línea de actuación
prioritaria los vertidos desde aliviaderos y cita textualmente: “no podemos dejar de lado el
saneamiento de los vertidos producidos en tiempo de lluvia. La mayoría de sistemas de
alcantarillado y colectores son unitarios lo que provoca que, por encima de una determinada dilución,
el sistema vierte al medio un volumen de agua que tiene incorporada una contaminación ya sea de
aportación de los depósitos en las propias tuberías como de la arrastrada por “limpieza” del suelo en el
desagüe. Eso produce que, aunque en tiempo seco el sistema de saneamiento funcione
correctamente, con una cierta frecuencia el medio recibe unos vertidos de los aliviaderos que
provoca el incumplimiento de los objetivos de calidad unos 10, 15, 30 días al año según los
casos. Desde la Agencia se promueve un futuro Programa de prevención de vertidos de descarga de
sistemas unitarios en tiempo de lluvia (AntiDSU), en el que se identificarán los puntos donde se
producen estos vertidos y se recomienden las actuaciones que permitan reducir los efectos a la mayor
proporción posible a un coste asumible”.

4.3.3. Decreto 21/2006 de Ecoeficiencia en Edificios

Este Decreto de la Generalitat de Cataluña establece como exigencia obligatoria para cualquier
edificio la “separación de las aguas pluviales de las grises y negras en el interior del edificio”.

MADRID
4.3.4. Resolución de 23 de mayo de 1995, sobre saneamiento. Aprueba el Plan de Saneamiento
y Depuración de Aguas Residuales de la Comunidad 1995-2005.

El Plan de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Comunidad de Madrid (1995-


2005) en su apartado de “Garantía del servicio de depuración”, establece los siguientes aspectos a
considerar en las redes de saneamiento y drenaje en tiempo de lluvia:

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 46/47

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 Prevenir la contaminación de los cauces receptores por el desbordamiento de los


sistemas colectores unitarios por aguas de tormenta, que se podría acometer con un
abanico de posibilidades complementarias:

 aliviaderos con una relación de dilución elevada (en la planificación de actuaciones


del arroyo Culebro se consideran unos valores de 7:1 en relación al caudal medio de
aguas residuales).
 instalación de equipos de desbaste en el vertido de los aliviaderos, en orden a separar y
retirar los elementos gruesos que proporcionan un peor efecto estético a los caudales
aliviados.
 construcción de balsas de tormentas para almacenar y regular la incorporación de los
caudales excepcionales a las instalaciones de tratamiento primario de las depuradoras.

Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 47/47

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