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1. INTRODUCCIÓN
2. SISTEMAS INTEGRALES E INTEGRADOS DE SANEAMIENTO
3. ELEMENTOS DE UN SISTEMA DE SANEAMIENTO
3.1. Redes unitarias y separativas
3.2. Caudales y contaminación en las redes de alcantarillado: tiempo seco y tiempo de
lluvia
3.3. Las Técnicas de Gestión de las Aguas Pluviales
4. LEGISLACIÓN, NORMATIVA Y SISTEMAS DE SANEAMIENTO EN TIEMPO DE LLUVIA
4.1. Legislación Europea
4.2. Legislación Estatal
4.3. Legislación Autonómica
1. INTRODUCCIÓN
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 1/47
40% 38%
EVAPOTRANSP. EVAPOTRANSP.
10% 20%
ESCORR. ESCORRENTÍA
SUPERF. SUPERFICIAL
35%
EVAPOTRANSP.
30%
EVAPOTRANSP.
30% 55%
ESCORRENTÍA ESCORRENTÍA
SUPERFICIAL SUPERFICIAL
Ante esta problemática se ha generado una progresiva, aunque lenta, concienciación de que es
imprescindible realizar una planificación del saneamiento urbano para permitirle cumplir
adecuadamente sus tres funciones esenciales (protección ante inundaciones, protección
ambiental del medio receptor y protección sanitaria de los habitantes de la ciudad), tanto en
tiempo seco como en tiempo de lluvia.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 2/47
Un compromiso entre los recursos hídricos y las demandas de la sociedad debe considerar todos
los tipos de contaminación. La gestión de las aguas pluviales y residuales debe ser vista en su
totalidad. Así, mientras la eliminación de las fuentes puntuales de contaminación se puede
solucionar mediante la construcción de las infraestructuras y el uso de tecnologías existentes, la
consideración de la contaminación difusa (como es la producida en las zonas urbanas en tiempo
de lluvia) y su eliminación es un problema mucho más difícil. Es imperativo que la solución del
problema pase por estrategias que incorporen la totalidad de las fuentes.
El sistema, desde el sumidero, las conducciones hasta la planta de depuración y las últimas
consecuencias sobre la calidad del agua, debe ser analizado en su integridad.
La planificación y gestión integrada debe basarse en asumir nuevos puntos de vista. Los objetivos
de mejora en el diseño y operación de los sistemas de saneamiento y las plantas depuradoras se
establecen en función de las necesidades percibidas. En función de los objetivos de calidad
fijados. Los objetivos, muy abiertos a debate, deben referirse claramente al uso potencial
del agua y reflejarán la voluntad de pagar, ó «invertir», para obtener el «buen estado
ecológico de las aguas». Técnicamente hay muchas cuestiones relacionadas con la naturaleza
estocástica de los elementos del sistema con los que es necesario trabajar. La interacción óptima
entre las «variables instrumentales» y las «variables ambientales» permitirán llegar a resultados
óptimos en la gestión de las aguas residuales tanto en tiempo seco como en tiempo de lluvia.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 3/47
Los ingenieros, científicos y medioambientalistas deben unir sus esfuerzos, tanto en las fases de
planificación, diseño y explotación, para obtener el máximo beneficio de la gestión del sistema.
Las mejoras finales, el cumplimiento de objetivos con la máxima relación eficacia-coste, los
beneficios por el uso de los sistemas acuáticos, así como la mejora o el mantenimiento de la
calidad de los ecosistemas, deben ser apreciadas por el ciudadano.
Un sistema de saneamiento debe ser operado con criterios de coste-eficacia para solucionar los
problemas de contaminación, con unos objetivos de calidad y con unos estándares realistas con
los usos de las aguas receptoras (entre estos usos se deben incluir la protección y mejora de los
ecosistemas acuáticos afectados). La gestión se debe orientar hacia la calidad de las aguas
receptoras, para facilitar su uso por el hombre y su «salud ecológica o ambiental».
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 4/47
Los dos tipos de redes de alcantarillado más habituales que se encuentran en los sistemas de
saneamiento son las unitarias y las separativas. Una red de alcantarillado unitaria transporta aguas
residuales en tiempo seco, y aguas residuales y pluviales mezcladas en tiempo de lluvia; mientras
que una red de alcantarillado separativa tiene conducciones independientes para las aguas
residuales y para las aguas pluviales.
Figura 1.5. Esquema de las acometidas en una red de saneamiento de tipo separativa
(izquierda) y de tipo unitaria (derecha) (Adaptado de Bourrier, 1997).
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 5/47
• Se eliminan completamente los reboses con lo que se evita que contaminación de tiempo
seco sea vertida a las aguas receptoras en tiempo de lluvia.
35%
EVAPOT RANSP.
35%
EVAPOTRANSP.
Figura 1.6. Comparación entre la filosofía del sistema de saneamiento unitario y el separativo.
Ahora bien, a pesar de todas estas ventajas que tiene el sistema separativo, existen también
inconvenientes:
• El control de vertido debe ser mucho mayor para evitar que existan acometidas mal
realizadas.
• Las redes pluviales pueden producir importantes contaminaciones, sobre todo durante
las primeras lluvias.
• El coste del sistema separativo es, como norma general, superior al del sistema unitario,
ya que obliga en muchas zonas a doblar los metros lineales de colectores a colocar y
duplicar las acometidas.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 6/47
3.2. Caudales y contaminación en las redes de alcantarillado: tiempo seco y tiempo de lluvia
En redes unitarias las interacciones entre los principales componentes del sistema son más
importantes que en los sistemas separativos. En tiempo de lluvia las redes unitarias deben
transportar, además de las aguas residuales de tiempo seco, las aguas pluviales. La red de
saneamiento se ha dimensionado tradicionalmente para transportar hacia un determinado punto
(generalmente hacia una EDAR) el caudal de agua residual y el caudal de lluvia correspondiente a
una lluvia con un determinado período de retorno. Cuando la lluvia genera un caudal de agua
que la red no puede transportar, la práctica tradicional consistía en verterlo al medio receptor
mediante aliviaderos. El conjunto de estos aliviaderos, situados aguas arriba de la EDAR,
determinan las cargas hidráulicas y de contaminación que llega a la depuradora y el impacto
sobre el medio receptor.
El caudal de cálculo máximo de diseño del alcantarillado de una subcuenca es fijado en base a
criterios de drenaje con el fin de evitar inundaciones pero, sin embargo, el diseño de los caudales
máximos de diseño de los colectores interceptores principales o los emisarios terrestres, que
recogen aguas de diferentes subcuencas, se basa en criterios que permitan alcanzar
determinados objetivos ambientales en el sistema acuático receptor. La posible existencia de
sistemas de control y tratamiento de reboses permitirá laminar y regular caudales en la red.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 7/47
Dimensionamiento hidráulico
SUBCUENCA CON SUBCUENCA CON
RED DE ALCANTARILLADO RED DE ALCANTARILLADO
UNITARIO UNITARIO
E.D.A.R.
COLECTOR INTERCEPTOR
MEDIO RECEPTOR
Dimensionamiento ambiental
Figura 1.7. Criterios de dimensionamiento de colectores en función de la situación
dentro del sistema de saneamiento.
El cálculo de los caudales máximos para cumplir los objetivos de drenaje anti-inundaciones en un
determinado alcantarillado no es el máximo que puede producirse en la cuenca a drenar, pues
ello conllevaría la adopción de grandes secciones de conductos que encarecerían
extraordinariamente la obra. En el caso en que existan grandes variaciones de caudales en tiempo
de lluvia respecto a tiempo seco se debe tener especial cuidado en el diseño de los conductos
para que se cumplan ciertos criterios de funcionamiento hidráulico.
Cuanto mayor es el caudal de cálculo adoptado mayor será el coste de las infraestructuras de
saneamiento pero se provocarán menos inundaciones por insuficiencia en las conducciones y, en
consecuencia, menos perjuicios económicos y sociales.
En los barrios comerciales de grandes poblaciones, en los que las interrupciones del tráfico, los
trastornos a la actividad comercial o el anegamiento de los sótanos ocasionan pérdidas de valor
considerable, es necesario considerar una lluvia de cálculo que solo se presente una vez cada
bastantes años. En otras zonas urbanas se podrá descender a lluvias que tengan una probabilidad
de presentarse en menos tiempo. En zonas en contacto con el campo, pequeñas poblaciones y
zonas rurales podrá adoptarse como caudal de escorrentía para el cálculo uno que pueda
producir algunas inundaciones de breve duración al año, si bien, para decidir el número de
inundaciones anuales admisibles habrá que comparar el valor de los perjuicios que puedan
causarse con el sobrecoste de las alcantarillas de mayor sección. Las consideraciones anteriores
son tenidas en cuenta en los periodos de retorno recomendados por la norma UNE-EN-752 que
aparecen reflejados en la tabla siguiente.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 8/47
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 9/47
la contaminación que era vertida al medio acuático a través de este tipo de vertidos («Cost
Methodology of Combined Sewer Overflows and Storm Discharges», US-EPA ,1979). A pesar de
que desde esos años se llevan invertidos muchos recursos en el conocimiento y control del
problema, todavía hoy sigue siendo una de las principales causas de contaminación del agua
(Moffa, 1990; Malgrat, P., 1995; Witte, J., 1997).
En Europa el control de la contaminación del agua de origen urbano siguió pautas similares a las
de EE.UU. y concluyó también, al término de la década de los 80, que la eliminación o
minimización de los reboses de los sistemas unitarios debía considerarse como objetivo
prioritario en los planes de saneamiento y mejora de la calidad del agua de los sistemas acuáticos
(Ellis, 1991).
Las características de la contaminación de las descargas de los sistemas unitarios (DSU) o reboses
de alcantarillados unitarios (RAU) está fuertemente determinada por las características de las
aguas residuales urbanas de tiempo seco, de los usos que se realizan en la superficie de las
cuencas urbanas que luego van a ser lavadas por las aguas de escorrentía, y por el arrastre de
materiales y fangos depositados en las conducciones durante períodos secos.
Los impactos de las DSU pueden ser muy negativos. Determinan una pérdida muy importante de
la eficacia del sistema, cuyo fin es la protección del medio acuático receptor. Las insuficiencias de
la red de drenaje frente a la lluvia dan lugar a inundaciones en la cuenca, con las consiguientes
molestias al ciudadano y los demás problemas que en general conllevan. La incorporación de
sistemas de control y tratamiento de estos reboses, determina una nueva relación entre las
fuentes de contaminación y caudal, los sistemas de transporte y el medio receptor.
Actualmente se admite que el control de las DSU debe realizarse bajo el principio de la «gestión
integrada», considerando todas las relaciones que se establecen entre (Marsalek-Sttimhar, 1994):
a) Lluvia
b) Superficie de cuenca
c) Sistema de colectores
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 10/47
d) Aliviaderos
e) Estación depuradora
f) Medio receptor
Debemos, por lo tanto, considerar nuevos elementos en los sistemas de saneamiento; elementos
que no era habitual encontrar hasta ahora. Se denomina tanques de tormenta o SCTR a los
sistemas de control y tratamiento de los reboses de los alcantarillados unitarios y de las aguas de
escorrentía urbana.
Una visión integral de la gestión del sistema que minimice los impactos y permita alcanzar los
objetivos de calidad del agua fijados obliga a desarrollar una estrategia de control total de la
contaminación. La contaminación que se permita entrar a la red de saneamiento desde la cuenca
(por escorrentía o por aguas residuales urbanas), las transformaciones que dicha contaminación
sufra en la red, la capacidad de transporte de la red y las diluciones que se permitan en los
reboses, los sistemas de control y tratamiento que se implanten a lo largo de la red, determinarán
qué tipo de aguas residuales, caudales y cargas recibirá la EDAR, los cuales condicionarán su
diseño y sus estrategias de explotación. La gestión de las aguas pluviales es difícil si se tiene en
cuenta la naturaleza estocástica de las lluvias, lo que podría hacer imposible una protección
absoluta del medio receptor.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 11/47
Fuentes de
Precipitaciones contaminación Evapotranspiración
TGAP
Aguas de Fuentes de
abastecimiento contaminación
SUPERFICIE DE LA CUENCA
infiltración TGAP
TGAP TGAP
EDIFICACIONES
AGUAS PLUVIALES INSTALACIONES INDUSTRIALES
S
AGUAS RESIDUALES URBANAS
U
TGAP
B
S
U TGAP TGAP TGAP
E
exfiltración RED DE ALCANTARILLADO UNITARIA
L AGUAS RESIDUALES Y
O AGUAS PLUVIALES
infiltración TGAP
TGAP TGAP
TGAP
E.D.A.R.
Los sistemas de control y tratamiento de reboses son una técnica más de las denominadas
Técnicas de Gestión de Aguas Pluviales (TGAP). Las TGAP pueden consistir bien en la
construcción de nuevas infraestructuras (por ejemplo depósitos, que son anti-DSU), en la
modificación de prácticas de diseño tradicionales, o en la modificación de hábitos (por ejemplo
los de limpieza viaria de la cuenca). En la literatura anglosajona las TGAP son denominadas «Best
Management Practices» (BMP) y su uso está ampliamente extendido. Las TGAP se pueden
clasificar desde numerosos puntos de vista; en la literatura nos encontramos con clasificaciones
diferentes según los autores y con terminología aún no consensuada, sobre todo en castellano. En
el capítulo 4 se propondrá una clasificación de las mismas.
Ante la situación presentada, en la que queda de manifiesto que aun utilizando sistemas de
control y tratamiento de reboses se generan vertidos (con concentraciones y cargas de
contaminación significativas) parece razonable establecer un «planteamiento combinado» para el
control de estos vertidos: mejores técnicas disponibles, control de estándares de emisión
(sustancias y concentraciones) y, si se impacta sobre el medio receptor, impidiendo alcanzar el
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 12/47
«buen estado ecológico de sus aguas», controles más estrictos. Llegados a este punto podemos
hacernos una serie de preguntas:
• ¿El vertido en tiempo de lluvia desde aliviaderos de las redes de alcantarillado unitario
(aun existiendo un sistema de control y tratamiento de reboses) cumple con la legislación?
¿Qué valores de estándares de emisión se deben aplicar?
A continuación se presenta una selección de legislación y normativas que de una forma directa o
indirecta hace referencia o afecta, a la gestión de los sistemas de saneamiento o a la calidad del
agua de los sistemas acuáticos en tiempo de lluvia. En la legislación o normativa seleccionada se
han destacado aquellos aspectos de interés y se han valorado sus implicaciones. Se han revisado
las siguientes referencias:
- Directiva 91/271 del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas
residuales urbanas.
- Directiva Marco del Agua (2000/60/CE).
Manuales Impress de CC.HH. y Organismos Autónomos
- Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de julio de 2006,
relativa a las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas y por la
que se modifica la Directiva 2000/60/CE.
- Directiva 2006/11/CE relativa a la contaminación causada por determinadas sustancias
peligrosas vertidas en el medio acuático de la Comunidad.
- Directiva 96/61/CE de prevención y control integrados de la contaminación (IPPC).
- Directiva 98/83/CEE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano.
- Directiva 2006/7/CE relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño.
- Grupo de trabajo en Directiva sobre reutilización de aguas.
4.1.1.-Directiva 91/271 del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas
residuales urbanas
La Directiva 91/271 se orienta a los vertidos y en menor medida al medio receptor (éste se tiene
en cuenta a la hora de definir objetivos), por lo que tiene una influencia muy relevante sobre los
sistemas de saneamiento y drenaje. Sobre el tratamiento de aguas residuales es poco explícita en
relación con los vertidos en tiempo de lluvia desde los sistemas de saneamiento unitarios.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 13/47
En su artículo 2 define las “aguas residuales urbanas” como “las aguas residuales domésticas o la
mezcla de las mismas con aguas residuales industriales y/o aguas de escorrentía pluvial”, y en el
artículo 4 comenta que “los Estados miembros velarán por que las aguas residuales urbanas que
entren en los sistemas colectores sean objeto, antes de verterse, de un tratamiento secundario o de un
proceso equivalente” y describe unos plazos de cumplimiento en función del tamaño de las
aglomeraciones.
En su artículo 10 dice que las depuradoras habrán de ser diseñadas, construidas, utilizadas y
mantenidas de manera que en “todas las condiciones climáticas normales de la zona tengan
rendimiento suficiente” y que se tengan en cuenta “las variaciones de la carga propias de cada
estación”.
Cabe destacar también el apartado A del Anejo 1, donde se indica que “El diseño, construcción y
mantenimiento de los sistemas colectores deberá realizarse de acuerdo con los mejores conocimientos
técnicos que no redunden en costes excesivos, en especial por lo que respecta:
En el apartado D de dicho anejo, en su punto 5 se indica que no se tendrán en cuenta los valores
extremos de la calidad del agua que se trate cuando éstas sean consecuencia de situaciones
inusuales, como las ocasionadas por lluvias intensas.
En el cuadro 3 del mismo anejo, cita “Dado que en la práctica no es posible construir los sistemas
colectores y las instalaciones de tratamiento de manera que se puedan someter a tratamiento la
totalidad de las aguas residuales en circunstancias tales como lluvias torrenciales inusuales, los
Estados miembros decidirán medidas para limitar la contaminación por desbordamiento de
aguas de tormenta. Tales medidas podrían basarse en coeficientes de dilución, capacidad en
relación con el caudal en época seca o podrán especificar un determinado número aceptable de
desbordamientos al año.” Por lo que deja a los estados miembros la libertad de limitar la
contaminación de las aguas residuales urbanas en tiempo de lluvia.
El texto es lo suficientemente ambiguo como para que en la práctica, y hasta la fecha de hoy, los
esfuerzos se hayan centrado en la depuración de las aguas residuales olvidando la gestión de las
aguas pluviales y su problemática.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 14/47
Tal y como hoy en día se concibe el funcionamiento de un sistema de saneamiento queda clara su
interrelación directa con el medio acuático receptor. También es claro que esa relación es
diferente en función de si el sistema es unitario o si es separativo, y si el sistema trabaja en tiempo
seco o en tiempo de lluvia.
El desarrollo de la Directiva Marco de Agua (DMA) implicará una mayor protección de la calidad
del agua, ya que no sólo consolida las obligaciones ya existentes de control de la contaminación
puntual y difusa sino que amplía dicha protección, estableciendo un objetivo medioambiental
relativo al “estado ecológico” de las aguas superficiales.
Uno de los objetivos principales de la DMA es desarrollar una política comunitaria integrada de
aguas. No contiene referencias explícitas a los sistemas de drenaje urbano, ya que es un texto más
bien pensado “desde y para el medio acuático” y no de carácter instrumental. Así, la DMA remite a
la Directiva 91/271/CEE cuando en el artículo 10 “Planteamiento combinado respecto a las fuentes
puntuales y difusas” dice que los estados miembros velarán por el establecimiento y/o aplicación
de los controles de los impactos establecidos en dicha norma.
La DMA como “marco de la política de aguas” tiene, como objetivo último, proteger o recuperar el
buen estado ecológico de las masas de agua, y con la inclusión de un Programa de medidas de
todo tipo dentro de su Plan de gestión, tiene efectos sobre los siguientes aspectos de los sistemas
de drenaje urbano:
Reducción de las DSU: aspecto que puede resultar crítico para la consecución del buen
estado ecológico en algunas masas de agua, sobre todo las receptoras del drenaje pluvial
de grandes y medianas ciudades.
La DMA ordena también un uso eficiente y sostenible del agua, aplicando aquellos recursos de
mayor calidad a los usos más exigentes (consumo humano), y los de menor calidad a otros usos.
De aquí que la reutilización del agua haya tomado fuerza en los últimos años como una fuente
real de afloramiento de recursos, como un procedimiento eficiente de aprovechamiento del agua
y, por ende, en una buena práctica para la mejora del buen estado ecológico de las masas de
agua. No obstante, esta nueva función en el ciclo del agua requiere de los sistemas de
saneamiento:
Control de contaminación vertida a los alcantarillados: una vez más, es una cuestión clave
ya que la presencia de sustancias peligrosas en el agua imposibilita su reutilización.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 15/47
Si bien la DMA define el “marco común” y unos principios y objetivos generales, es consciente de
que existen condiciones y necesidades diversas en la Comunidad que requieren soluciones
específicas. Los programas de medidas deben ajustarse a las condiciones regionales y locales
(ámbito de demarcación hidrográfica, ámbito autonómico e incluso ámbito local). Queda claro
que la problemática de los vertidos en tiempo de lluvia desde sistemas de saneamiento deben ser
objeto de “programas de medidas específicas locales” (en el Artículo 11 se especifica en qué
consisten los programas de medidas), que podrían relacionarse, en principio, con el régimen de
lluvias, el tipo de sistema acuático y su clasificación y los objetivos de calidad fijados.
Cuando en el Artículo 2 (38) se da una definición de los “servicios relacionados con el agua” deja
fuera a las redes de drenaje de aguas pluviales.
En el Artículo 8, junto con el Anejo 5, se define cómo debe ser el “seguimiento del estado
ecológico y del estado químico de las aguas superficiales” y la “periodicidad de los controles”.
Se habla de que “se optará por una periodicidad de control que tenga en cuenta el carácter
variable de los parámetros debido a las condiciones naturales y antropogénicas”. Cuando se
analizan los periodos de muestreo se ve que son del orden de meses, no se consideran sucesos
transitorios del orden de días y horas. Sin embargo, la presencia de las DSU, o de los vertidos
directos de las redes de alcantarillado de pluviales, pueden condicionar de forma transitoria o
crónica a los sistemas acuáticos. Sería necesario, por lo tanto, desarrollar procedimientos
específicos de vigilancia.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 16/47
• Presión: cualquier actividad humana que incida sobre el estado de las aguas.
• Presión significativa: toda presión que pueda causar el incumplimiento de los objetivos
medioambientales de la Directiva Marco de Aguas.
• Impacto: resultado de una presión sobre el estado de la masa de agua con los criterios de
calidad previstos en la Directiva Marco de Aguas
• Evaluación de riesgo: valoración de la probabilidad de no alcanzar los objetivos
medioambiente les de la Directiva Marco de Aguas.
El impacto es resultado de una presión sobre el estado de la masa de agua. Este efecto depende
de la susceptibilidad del medio y de los objetivos medioambientales que debe alcanzar una masa
de agua. La susceptibilidad de la masa de agua superficial puede depender de muchos aspectos,
pero uno de los más influyentes es el caudal circulante. Por otro lado, el efecto producido debe
valorarse con los criterios de calidad previstos en la Directiva Marco de Aguas, es decir,
comparando con los objetivos medioambientales, que pueden sintetizarse de la siguiente
manera: a) alcanzar un buen estado, b) alcanzar el buen potencial ecológico y buen estado
químico, c) prevenir el deterioro, y d) cumplir los requerimientos sobre las sustancias prioritarias.
El “Manual para el análisis de presiones e impactos relacionados con la contaminación de las masas
de agua superficiales” habla, por ejemplo, de la “Evaluación impress cualitativa”. La evaluación de
impress debe incluir los siguientes estudios:
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 17/47
En el Anexo II de la DMA, se establecen las tareas necesarias para realizar la identificación de las
presiones, en el apartado 1.4, y para la evaluación de los impactos, en el apartado 1.5. Respecto a
la identificación de las presiones, en la directiva se estable que los estudios deben centrarse en las
presiones significativas, recopilando información sobre el tipo y magnitud de los mismos. Entre
las presiones que se deben considerar significativas se establecen las fuentes de contaminación
puntual y las fuentes de contaminación difusa.
El manual presenta una tabla de «valores umbral para identificar las presiones significativas
procedentes de fuentes puntuales» y otra de fuentes difusas. Estas tablas también figuran en el
documento guía de referencia de la Unión Europea. El documento español es relativamente corto.
Considera como presiones del tipo “fuentes puntuales” los “vertidos urbanos de poblaciones
mayores de 2000 h-e” y cita como último parámetro “efectos de la escorrentía urbana”, lo cual
implica que los vertidos en tiempo de lluvia deben ser considerados, tanto las DSU como los
procedentes de los sistemas separativos.
1 2 3 4
Identificación Identificación Análisis
EVALUACIÓN
de las masas de presiones del
DEL RIESGO
de agua significativas impacto
- IMPACTO COMPROBADO
- SOMETIDAS ALTO
MASAS - IMPACTO PROBABLE
DE AGUA
- NO SOMETIDAS MEDIO
- SIN IMPACTO APARENTE
- SIN DATOS
- SIN DATOS
BAJO
En cuanto a fuentes difusas especifica como presiones significativas las autopistas y autovías,
(utiliza como umbral el % de terreno ocupado) y fija como parámetros el porcentaje respecto a la
cuenca y el tipo de contaminantes, en especial hidrocarburos, PAHs, Plomo y herbicidas.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 18/47
presiones significativas de fuentes difusas identifica las generadas por el “urban drainage
(including runoff)”, que incluiría: “industrial/commercial estates, urban areas (including sewer
networks), airports, trunk roads, railway tracks and facilities” y “harbours”.
Cabe destacar que se han revisado los documentos de “Análisis de presiones e impactos”
elaborados por las distintas Confederaciones Hidrográficas y por las Comunidades Autónomas
con competencias transferidas en materia de aguas y en ningún caso, excepto el informe de la
Agencia Catalana del Agua (ACA), contempla las descargas de los sistemas unitarios (DSU) como
un tipo de presión sobre las masas de agua.
4.1.3. Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de julio de 2006,
relativa a las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas y por la que se
modifica la Directiva 2000/60/CE.
La presente propuesta de Directiva tiene por objeto establecer normas de calidad ambiental
relativas a la presencia, en las aguas superficiales, de sustancias o grupos de sustancias
identificadas como prioritarias en razón del riesgo significativo que presentan para el medio
acuático, o a través de él, y de otros contaminantes determinados.
Las sustancias prioritarias están definidas por la Directiva 2000/60/CE (o Directiva marco de
aguas); en 2001 se elaboró una lista de 33 sustancias prioritarias. La propuesta abarca 41
sustancias químicas o grupos de sustancias -las 33 sustancias prioritarias y otras 8 sustancias-
entre las cuales se encuentran el cadmio, el plomo, el mercurio, el níquel y sus componentes, el
benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) e, incluso, el DDT total. Entre las
sustancias prioritarias, 13 están clasificadas como peligrosas.
Las normas de calidad ambiental consideradas son límites de concentración; es decir, la cantidad
de las sustancias en cuestión en el agua no debe superar determinados umbrales.
Concentración media anual: el objetivo de esta norma es garantizar la calidad del medio
acuático a largo plazo;
Las normas de calidad propuestas difieren según se trate de aguas superficiales continentales
(ríos y lagos) y de otras aguas superficiales (de transición, costeras y aguas territoriales). Además,
se prevén normas específicas para los metales y determinadas sustancias.
Los Estados miembros deben velar por que se cumplan las normas citadas. También han de
comprobar que la concentración de las sustancias consideradas no aumente en los sedimentos y
organismos que viven en las aguas superficiales.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 19/47
El propósito de la Directiva es reducir y eliminar las sustancias peligrosas del medio. Para ello se
establecen límites estrictos en las autorizaciones de vertido directo de tales sustancias al medio.
No obstante, la propia directiva hace extensivas las restricciones a los vertidos al alcantarillado, ya
que indica que en la autorización de vertido al sistema público de saneamiento también se fijarán
las normas de emisión.
Debe ejercerse pues un control de la gestión del vertido vía autorización, inspección y control
para verificar el cumplimiento. La existencia de sanción en caso de incumplimiento, e incluso la
prohibición y eliminación del vertido, es condición necesaria para el ejercicio de dicho control.
Los efectos de esta Directiva para las redes de saneamiento en tiempo de lluvia son:
Detección y gestión de los posibles “lavados” por agua de lluvia de sustancias presentes en
instalaciones industriales. Recogida de dichas aguas y tratamiento previo al vertido.
4.1.6. Directiva 98/83/CEE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 20/47
El buen funcionamiento de los sistemas de saneamiento tiene gran influencia en las directivas
que tienen relación con la calidad del agua, y viceversa, las directivas que regulan esa calidad
pueden tener incidencia sobre los sistemas de saneamiento.
Esta relación se da en ríos donde las aguas son empleadas en más de una ocasión a lo largo del
río. En ocasiones, los caudales son bajos (para la dilución de los vertidos) y cortas las distancias
entre vertidos y usos (para la autodepuración natural), entonces, llega a ocurrir que la exigencia
de la calidad del agua en el uso aguas abajo incide sobre los límites de vertido admisibles aguas
arriba (algo ya previsto por la directiva 91/271/CEE).
Así, la regulación más estricta de determinadas sustancias en la directiva 98/83/CE puede obligar
a reducir los límites de emisión, de éstas o de sus precursoras, en los vertidos aguas arriba. Esto es
especialmente importante en tiempo de lluvia debido a la posible existencia de DSU.
De la nueva Directiva 2006/7/CE relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño destacan
los siguientes principios:
3. La gestión de la calidad de las aguas de baño que requiere la Directiva implica algo más
que actividades de muestreo y control. Las autoridades tendrán un papel importante para
desarrollar los perfiles de las aguas de baño, detectar las posibles fuentes de
contaminación y su impacto en las aguas de baño, y adoptar las medidas correctoras
oportunas. También deberán recopilar, analizar e interpretar los datos sobre la calidad del
agua y proporcionar información al público. Además deberán reaccionar ante las
situaciones de emergencia y, en particular, informar al público si el baño no es
recomendable.
Los gestores del sistema de saneamiento y drenaje urbano en ciudades con playas urbanas,
deberán tener un control estricto de las DSU (número, cantidad y calidad del agua vertida) y de las
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 21/47
Actualmente, existe un grupo de trabajo que está elaborando una Directiva europea de
reutilización de aguas. Se espera la publicación de un borrador en breve plazo.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 22/47
4.2.1. Orden del 13 de julio de 1993: Instrucción para el proyecto de conducciones de vertidos
desde tierra al mar
Con objeto de determinar las características del efluente, el proyectista deberá recabar y
completar la información disponible sobre la población o industria que genera el agua
residual, el tipo y cantidad de descargas singulares que vierten a las conducciones colectoras, la
población y su variabilidad estacional y el tipo de depuración prevista. Si el sistema colector
es de tipo unitario, deberá tenerse en cuenta también la pluviometría de la zona.
En sistemas colectores de tipo unitario se indicará también el caudal punta en tiempo de lluvia
con períodos de retorno de diez y cincuenta años.
Además, se explicará el modo de funcionamiento previsto del emisario para cada uno de estos
casos.
Para poblaciones de más de 10.000 h-e y para vertidos industriales deberán evaluarse
las características del agua residual, los caudales vertidos y su viabilidad a partir de una
campaña de medidas, cuyos resultados formarán parte integrante del proyecto.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 23/47
a) La capacidad del emisario debe ser suficiente para que con caudales de lluvia
correspondientes al período de retorno de diez años, el aliviadero funcione menos de
cuatrocientas cincuenta horas al año, en el caso general, y menos del 3 por 100 de
la horas de la temporada de baños, cuando el aliviadero esté situado en una zona de
baño y el efluente contenga contaminantes regulados para este tipo de zonas. A estos
afectos, puede resultar conveniente la construcción de balsas de retención para el
caudal excedente.
Para el cálculo de la capacidad del emisario en un momento dado se tendrán en cuenta
la potencia de bombeo instalada en condiciones fiables de operación y las variaciones
del nivel del mar debidas a mareas astronómicas y meteorológicas. Naturalmente, la
capacidad podrá variarse en años sucesivos modificando la potencia de bombeo.
c) Con el aliviadero funcionando, el vertido realizado a través del emisario debe seguir
cumpliendo los criterios establecidos por la normativa vigente en cuanto a
normas de emisión y objetivos de calidad.
d) El caudal vertido por el aliviadero debe haber pasado por un sistema de rejas para
su desbastado.
Por otra parte, la capacidad de los distintos tramos de los colectores será suficiente para que los
aliviaderos situados en cabecera de tramo, cuando viertan al mar, funcionen con las mismas
limitaciones que los aliviaderos de emisarios.
Usos de la zona
Dentro de la zona potencialmente afectada por el vertido que se proyecta se delimitarán las
áreas homogéneas, en cuanto a usos habituales y permitidos, tales como el esparcimiento, el
disfrute estético, la navegación, la pesca y el cultivo de especies marinas, la preservación y
promoción de la vida marina y la desalación, potabilización y abastecimiento industrial de
aguas.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 24/47
Los reales decretos RD-L 11/1995 y RD 509/1996 transponen al derecho español la Directiva
91/271. En ellos se cita que “se impone a determinadas aglomeraciones urbanas la obligación de
disponer de sistemas colectores para la recogida y conducción de las aguas residuales, y de aplicar a
éstas distintos tratamientos antes de su vertido a las aguas continentales o marítimas”. A las “aguas
residuales urbanas” las define igual que en la Directiva, como “las aguas residuales domésticas o la
mezcla de éstas con aguas residuales industriales o con aguas de escorrentía pluvial”.
La norma europea EN-752 se gestó a lo largo de los años 90, y sus sucesivos apartados fueron
apareciendo desde el año 1995 hasta el año 1998. Es pues una norma relativamente reciente y sus
miras, por lo tanto, coinciden con los criterios que han sido apuntados en los capítulos anteriores.
Las diferentes normativas vigentes en distintos países europeos y, por encima de otras, las
inglesas y alemanas, que han calado fuertemente en otros países, tienen su reflejo en esta norma
que tiende a unificar por inclusión, es decir, admite de un modo más o menos explícito las
distintas formas de hacer de los distintos países, bajando sólo muy esporádicamente a la
cuantificación. Es una norma de conceptos. Se pueden destacar dos ideas clave:
De estas ideas se desprenden otras, de mayor aplicación, como la consideración del medio
receptor a la hora de plantear un saneamiento, la seguridad y salud, la planificación de las
actuaciones, la organización de la información, etc.
Bajo una aparente generalidad, la norma, y en particular algunos de sus apartados, contiene una
información valiosa sobre cómo planificar el proyecto de construcción o rehabilitación de una red
de alcantarillado. Se plantean voluntades y grandes líneas, pero sin cuantificar. Se apela a las
normas nacionales y a directivas marco para centrar en cada caso concreto los valores que, dentro
de la filosofía general de esta norma, deban imponerse.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 25/47
La norma cita que los requisitos básicos de comportamiento a los que deben ajustarse los
sistemas de desagües y de alcantarillado son:
Respecto del cálculo se dan pautas muy generales. Se reconocen dos tipos de funcionamiento
irregular: el que da lugar a sobrecargas y el que da lugar a inundaciones (insuficiencias de drenaje
de la red). Se recomienda utilizar un modelo de simulación para poder evaluar los riesgos a la hora
de diseñar una red, utilizando distintas lluvias de proyecto, sobre todo en redes grandes o cuando
exista un riesgo contra la salud pública.
Tras incidir de nuevo en el objetivo último, que es el producir una mínima afección al medio
ambiente, se entra en materia, distinguiendo entre tres tipos de sistema de alcantarillado:
• separativo
• unitario
• parcialmente separativo
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 26/47
La elección del tipo de red depende, según la norma, de una serie de factores, como la capacidad
del medio receptor, la necesidad de un tratamiento previo, la topografía, etc., pero no da las
bases para la elección.
Conviene resaltar el apartado dedicado a los aliviaderos. Se apuntan como factores a considerar
para el diseño de los aliviaderos los siguientes:
• los caudales
• el volumen, duración y frecuencia de las descargas
• las concentraciones de contaminantes y las cargas contaminantes
• la presión hidrobiológica
Tras esta relación de factores se ocultan todas las tendencias que se han ido desarrollando en
Europa para fijar los caudales que deben llevarse a depurar y los que pueden ser vertidos al medio
receptor en situaciones de lluvia a través de aliviaderos. En ausencia de un criterio de consenso, la
norma cita los aspectos conceptuales a tener en cuenta, de modo que prácticamente todas las
fórmulas empleadas por las distintas administraciones encajan en la norma. Más adelante, al
mencionar los volúmenes unitarios de estas estructuras de control y tratamiento de reboses, se
hará una referencia a los criterios alemán e inglés, sin citarlos explícitamente y sin plantear las
bases conceptuales que los motivan.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 27/47
Tras estas cifras subyacen los criterios de distintas normativas europeas. Así, en el Reino Unido,
rige como criterio fundamental el minimizar los vertidos directos al medio receptor, asumiendo
que las aguas más diluidas pueden ser tratadas sólo con un tratamiento primario, mientras que
cuando la concentración es importante se realiza un tratamiento más completo. Esto lleva a
intercepciones relativamente generosas, que se obtienen de distintas formulaciones, y a vertidos
en depuradora que en algunos casos pueden tener cierto nivel de contaminación.
Al considerar zonas sensibles, la norma opta por el criterio alemán de imponer una lluvia crítica, y
dimensionar una estructura para retener el volumen asociado a dicha lluvia, de modo que toda el
agua correspondiente a esa lluvia se tratará junto con el agua residual. Se propone el uso de
sistemas de control y tratamiento de reboses o descargas de saneamiento unitarios, como
pueden ser depósitos de retención en línea o fuera de línea, en una clara referencia a la norma
ATV-128.
La lluvia crítica es aquella que no debe generar reboses y se plasma, según la norma alemana,
en una escorrentía del orden de 7.5-15 L/s/ha drenada. Este valor depende del tiempo de
concentración. La intercepción hacia la depuradora es según esta filosofía del orden de 2-3 veces
el caudal medio, con lo que el resto del volumen debe ser almacenado en un tanque que para
lluvias pequeñas se comportará como un tanque de laminación. En función del tamaño de la
cuenca el volumen de estos tanques ronda, para la lluvia crítica, los 5-10 m3/ha.
Para lluvias mayores que la crítica el depósito no retiene todo el caudal y vierte una parte. En este
caso el depósito trabaja como un elemento de retención del primer lavado, y su eficiencia queda
supeditada a la capacidad autodepuradora del medio receptor.
La norma ATV-128 sugiere como criterio para garantizar que las afecciones al medio no
serán excesivas la construcción de un volumen de depósito que garantice que la carga anual
total vertida por reboses de saneamientos unitarios en los tanques más la carga anual
vertida por el efluente de la depuradora, ambas en términos de DQO, no superarán la carga
contaminante de la escorrentía superficial de la cuenca, supuesta vertida directamente al
río.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 28/47
general en el entorno de los 15-30 m3/Ha drenada. Estos valores son citados por la norma EN-752
como recomendables en zonas sensibles.
Cabe aquí apuntar que las dos filosofías impresas en la norma, la inglesa y la alemana, son
perfectamente reconciliables, ya que nada impide diseñar los interceptores para caudales
intermedios (del orden de 4-5 Qm), construir depósitos pequeños (del orden de 5-8 m3/Ha
drenada), y aprovechar los decantadores primarios de las depuradoras, e incluso los propios
colectores, como elementos de laminación adicional, con lo que el volumen efectivo aumenta a
veces hasta niveles satisfactorios. Los diseños de la Confederación Hidrográfica del Norte siguen
este criterio mixto, que está perfectamente de acuerdo con el espíritu de la norma EN-752, que
sólo acota posibles tendencias.
Mención aparte requieren los tanques de laminación de avenidas, como los que CLABSA ha
construido en la ciudad de Barcelona, y a los que la norma europea menciona sin cuantificar sus
volúmenes. La norma ATV-128 plantea como críticas lluvias remarcables pero no extremas desde
un punto de vista hidráulico. La misión de los depósitos mencionados en este apartado no es
mitigar los efectos de la insuficiencia de drenaje de los colectores. El diseño de depósitos de
laminación parte de una filosofía completamente distinta, y se basa en el análisis de los
hidrogramas incidentes, exige una modelización previa en régimen variable y ofrece en general
volúmenes específicos muy por encima de los aquí presentados.
Tanto los tanques de retención de contaminación como los tanques de laminación de avenidas
forman parte de las llamadas BMPs “Best Management Practices” (métodos de gestión adecuada
o racional) que la norma cita más adelante.
1. Cuando exista una única red de alcantarillado público debe disponerse un sistema mixto o
un sistema separativo con una conexión final de las aguas pluviales y las residuales, antes de su
salida a la red exterior. La conexión entre la red de pluviales y la de residuales debe hacerse con
interposición de un cierre hidráulico que impida la transmisión de gases de una a otra y su
salida por los puntos de captación tales como calderetas, rejillas o sumideros. Dicho cierre
puede estar incorporado a los puntos de captación de las aguas o ser un sifón final en la propia
conexión.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 29/47
2. Cuando existan dos redes de alcantarillado público, una de aguas pluviales y otra de aguas
residuales debe disponerse un sistema separativo y cada red de canalizaciones debe conectarse
de forma independiente con la exterior correspondiente.”
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 30/47
La pregunta que debemos hacernos es, ¿existe un criterio racional de valores de masas de
contaminación o de concentraciones máximas a verter desde por aliviadero?
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 31/47
4.2.6. Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio, por el que se aprueban los Planes Hidrológicos de
cuenca. Plan Hidrológico del Tajo.
El Plan Hidrológico del Tajo en su artículo 28 cita textualmente lo siguiente: “todas las
depuradoras, existentes o futuras, deberán tener una capacidad de tratamiento superior, como
mínimo, a la carga, estimada o medida, del influente correspondiente al valor medio diario de la
semana de máxima carga del año, y sin tener en cuenta circunstancias excepcionales como, por
ejemplo, una lluvia intensa. Por otra parte, el sistema de decantación debe ser capaz de tratar, al
menos, un caudal triple del caudal medio diario en tiempo seco”. Como puede verse, obvia
prácticamente el tiempo de lluvia en las redes de saneamiento y drenaje y, simplemente dice,
en este mismo artículo “todos los aliviaderos de crecida de la red de saneamiento (o previos a la
depuradora), limitarán la salida de sólidos”.
El objetivo básico de este Plan fue el de garantizar la calidad de la depuración y del vertido de las
aguas residuales urbanas, acorde con los criterios de la Unión Europea, mediante la integración y
coherencia de las inversiones de los tres niveles de la Administración.
En el apartado de “Diagnóstico de la situación actual”, cita como uno de “los principales problemas
relativos a las aguas residuales” la “insuficiente consideración y gestión de las aguas de
tormenta, que impide en ocasiones el cumplimiento de los objetivos de calidad”. Por lo que en
su Memoria afirma lo siguiente:
- “En aquellas zonas donde las lluvias producen frecuentes impactos adversos, tanto en el propio
rendimiento de las instalaciones como en el cauce receptor, se aconseja la incorporación de
sistemas físicos de retención o estanques de tormentas que aliviarán en parte el
problema”.
- Hace referencia a la Directiva 91/271, recordando que ésta “aboga por la restricción de la
contaminación de las aguas receptoras causada por el desbordamiento de las aguas de
tormenta y establece que los Estados miembros deberán adoptar medidas basadas en
coeficientes de dilución, capacidad en relación con el caudal en época seca, o podrán
especificar un determinado número de desbordamientos al año.”
- Incluye dentro del capítulo de “Otros Conceptos” a las “actuaciones específicas en redes de
pluviales, laminación de aguas de tormenta, etc.” pero establece la necesidad de
considerar estas actuaciones en Planes complementarios como el de “tratamiento de
aguas de tormenta”.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 32/47
La propuesta de actuaciones del Plan Nacional de Calidad de las Aguas (PNCA) 2007-2015
contempla inversiones por valor de casi 18.000 millones de euros.
En el apartado de “Estado actual del tratamiento de las cargas de episodios de lluvia” recuerda los
resultados obtenidos en el PROMEDSU señalando que “En un estudio reciente del Ministerio de
Medio Ambiente del año 1999 denominado “Experiencia piloto de medición y estudio de las
descargas de sistemas unitarios (DSU)”, se puso de manifiesto la importancia del control de la
contaminación producida por descargas de sistemas unitarios, provocadas por el alivio de la mezcla
de agua residual con pluvial durante tormentas. Con esta primera experiencia se comprobó el
apreciable impacto que estas descargas tienen sobre la biota fluvial, especialmente por los elevados
caudales, su rápida ocurrencia y dificultad de dilución. Dentro de las inversiones ejecutadas dentro del
Plan Nacional de Saneamiento y Depuración (1995-2005), han sido pocas las actuaciones en
materia de control de las aguas de tormenta”. Y a continuación, afirma “por ello obligación también
señalada en la Directiva 91/271/CEE y por la constatación de la evidente contaminación aportada
en los alivios por los episodios de tormenta, el nuevo PNCA ha identificado las actuaciones
necesarias para que las aglomeraciones urbanas dispongan de tanques de retención o tormenta”.
Como puede verse este Plan sí toma seriamente en consideración la gestión de las aguas de
tormenta y tiene presente que una presión importante sobre los medios receptores son las
descargas de aguas pluviales en sistemas unitarios (DSU), por lo que considera la implantación de
“tanques de tormenta” como una técnica válida y eficiente de gestión de las aguas pluviales para
evitar impactos transitorios en tiempo de lluvia de las mismas que dañan la calidad del medio e
impide en muchos casos la consecución del buen estado ecológico de las masas de agua. Por ello,
la partida presupuestaria general para “tanques de tormenta es de algo más de 3.000 millones
de euros.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 33/47
Cataluña, Valencia y Madrid son las Comunidades Autónomas con mayor inversión en tanques de
tormenta, representan más del 70% del presupuesto total.
Inv ers ión en Tanques de Tormenta A c tuac iones en I+D+i en s aneamiento y depurac ión
R EGIÓN D E MU R C IA
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Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 34/47
La planificación hidrológica tiene por objetivos generales conseguir el buen estado y la adecuada
protección del dominio público hidráulico y de las aguas. Debe guiarse por criterios de
sostenibilidad en el uso del agua mediante la gestión integrada y la protección a largo plazo de
los recursos hídricos, prevención del deterioro del estado de las aguas, protección y mejora del
medio acuático y de los ecosistemas acuáticos y reducción de la contaminación.
Este Reglamento es muy poco explícito con respecto a los sistemas de saneamiento en tiempo de
lluvia y su problemática. Tan solo cita en su artículo 52 de “Medidas para prevenir o reducir las
repercusiones de los episodios de contaminación accidental”, en su primer apartado, que “se
adoptarán las medidas para prevenir o reducir los efectos de las contaminaciones accidentales,
causadas por la industria, por instalaciones ganaderas, por los tanques de aguas pluviales de las
depuradoras urbanas y otras. Estas medidas incluirán el uso de sistemas automáticos para detectar
esos fenómenos o alertar sobre ellos.”
El análisis del texto de este artículo puede introducir la duda de si un vertido es “accidental”
cuando es consecuencia de una avería o de una mala gestión, que tiene como consecuencia una
descarga al medio receptor, o cuando habla de “accidental” en realidad se refiere a vertidos
ocasionales, como los que se producen a través de los aliviaderos de una cuenca a partir de un
determinado tipo de suceso de lluvia, que es consecuencia de la estrategia de gestión del sistema
de saneamiento diseñada para ello.
Cabe destacar que en el artículo 4, donde se establece el “Contenido obligatorio de los planes
hidrológicos de cuenca”, se expone la exigencia de la presentación de un “resumen de las medidas
tomadas para prevenir o reducir las repercusiones de los incidentes de contaminación accidental.”
En el artículo 15 de “Presiones sobre las masas de agua superficial” dicta que “en cada demarcación
hidrográfica se recopilará y mantendrá el inventario sobre el tipo y la magnitud de las presiones
antropogénicas significativas a las que están expuestas las masas de agua superficial” y arguye que
esta información incluirá entre otras “la estimación e identificación de la contaminación
significativa originada por fuentes difusas, producida especialmente por las sustancias
enumeradas en el anexo II del Reglamento de Dominio Público Hidráulico, procedentes de
instalaciones y actividades urbanas, industriales, tales como zonas mineras, suelos contaminados o
vías de transporte”.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 35/47
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 36/47
“h) Medidas para prevenir o reducir las repercusiones de los episodios de contaminación
accidental”
“8.3.2.4.1. Medidas para prevenir o limitar las entradas de contaminantes en las aguas
subterráneas
Siempre que sea técnicamente posible, se tendrán en cuenta las entradas de contaminantes
procedentes de fuentes de contaminación difusa que tengan un impacto en el estado químico de
las aguas subterráneas.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 37/47
4.2.11. Proyecto de Real Decreto por el que se establece el régimen jurídico de la Reutilización
de las Aguas Depuradas
Este proyecto de Real Decreto tiene por objeto establecer el régimen jurídico para la reutilización
de las aguas depuradas, de acuerdo con el artículo 109.1 del texto refundido de la Ley de Aguas,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio.
CATALUÑA
MADRID
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 38/47
CATALUÑA
Este documento es una síntesis de los trabajos de caracterización y definición de las masas de
agua (unidad de gestión sobre la que recaerá el Programa de Medidas para alcanzar los objetivos
de la DMA), y del riesgo de incumplimiento de objetivos de la DMA, conocido como documento
IMPRESS, que responde a los artículos 5, 6 y 7 de la Directiva marco del agua. De cada una de las
masas de agua se analizan las presiones existentes (que pueden provocar impactos) y los
impactos medidos, y se analiza el riesgo de incumplimiento de los objetivos de la Directiva marco
del agua (2000/60/CE) en las cuencas internas de Cataluña. El análisis del riesgo de
incumplimiento de objetivos permitirá articular el posterior Programa de Medidas y elaborar el
futuro Plan de Gestión de la Demarcación Hidrográfica de las cuencas internas de Cataluña.
En el apartado 4.1. se realiza el “Análisis de presiones e impactos sobre las masas de agua
superficiales continentales”.
Figura 1.10. Esquema de análisis de presiones e impactos sobre las masas de agua de la categoría ríos
(modificado a partir de Guidance Document No. 3; EC, 2003d).
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 39/47
“La aglomeración urbana es uno de los grandes consumidores de agua y el gran generador de
aguas negras, que por razones sanitarias y ecológicas se tienen que canalizar y evacuar fuera
de las áreas urbanizadas. Las redes de saneamiento necesarias para afrontar estas necesidades
pueden ser unitarias o separativas. Las redes separativas tienen un colector para residuales y
otro para pluviales, mientras que las unitarias tienen un solo sistema de colectores.
Ambos tipos de red son muy vulnerables a las lluvias, ya que están dimensionados para
períodos de retorno pequeños, que corresponden a lluvias frecuentes (Pié et al., 2005). Por
otro lado, son muy susceptibles a colapsarse por la formación de tapones debido a la carga
sólida del agua (Pié et al., 2005). Cuando se producen estas contingencias, el agua llega, con
frecuencia, a la red fluvial sin pasar por ningún sistema de saneamiento. Además, las
descargas de sistemas unitarios conllevan la aportación de elementos químicos
contaminantes producto del lavado de calles, edificios urbanos y de la actividad propia
de estos aglomerados urbanos (plomo, cadmio, zinc, hidrocarburos, etc.) (PROMEDSU,
2001).
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 40/47
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 41/47
Figura 1.13. Riesgo de incumplimiento de la Directiva Marco del Agua por DSUs.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 42/47
Figura 1.14. Riesgos de incumplimiento según el análisis de las descargas de sistemas unitarios.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 43/47
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 44/47
Figura 1.17. Presión por vertidos de aguas residuales por deficiencia en los sistemas de saneamiento y/o
por descargas directas superficiales en episodios de fuertes lluvias
en las masas de agua costeras y de transición (Bahía) de Cataluña.
Las masas de agua con presión significativa se muestran en rojo.
Como conclusión cabe destacar que la Agencia Catalana del Agua ha catalogado a las descargas
de los sistemas unitarios (DSU) como uno de los elementos de riesgo principales para las
masas de agua superficiales por lo que una de las medidas principales que se pondrán en marcha
para alcanzar los objetivos de la DMA es la redacción de un Plan de control anti-DSU para
minimizar los efectos de los vertidos de los sistemas unitarios en tiempo de lluvia.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 45/47
El PSARU 2005 realiza un diagnóstico del estado del saneamiento en Cataluña y establece
deficiencias en los sistemas en tiempo de lluvia. En su apartado de “diagnosis” cita textualmente:
“En un país de clima con marcado carácter mediterráneo, los episodios de lluvia son inesperados y a
menudo intensos. En estas condiciones, los efectos de los rebosamientos sobre la calidad del
medio evidencian las carencias de previsión en los sistemas de saneamiento. Ya el PSARU 2002
ponía de manifiesto la necesidad de conocer con detalle las redes de alcantarillado con la finalidad de
identificar los puntos donde se requiera la intervención de los responsables para controlar y disminuir
los efectos mencionados. De hecho es preciso lamentar que el saneamiento en Cataluña funcione
350 días al año, y que episodios de lluvia, con el arrastre de los depósitos acumulados en las
tuberías y en el propio suelo en sistemas de saneamiento unitarios, acaben oscureciendo tan
intensa y costosa tarea. Es necesario actuar”.
Por lo que en su apartado de “medidas de gestión” establece como una línea de actuación
prioritaria los vertidos desde aliviaderos y cita textualmente: “no podemos dejar de lado el
saneamiento de los vertidos producidos en tiempo de lluvia. La mayoría de sistemas de
alcantarillado y colectores son unitarios lo que provoca que, por encima de una determinada dilución,
el sistema vierte al medio un volumen de agua que tiene incorporada una contaminación ya sea de
aportación de los depósitos en las propias tuberías como de la arrastrada por “limpieza” del suelo en el
desagüe. Eso produce que, aunque en tiempo seco el sistema de saneamiento funcione
correctamente, con una cierta frecuencia el medio recibe unos vertidos de los aliviaderos que
provoca el incumplimiento de los objetivos de calidad unos 10, 15, 30 días al año según los
casos. Desde la Agencia se promueve un futuro Programa de prevención de vertidos de descarga de
sistemas unitarios en tiempo de lluvia (AntiDSU), en el que se identificarán los puntos donde se
producen estos vertidos y se recomienden las actuaciones que permitan reducir los efectos a la mayor
proporción posible a un coste asumible”.
Este Decreto de la Generalitat de Cataluña establece como exigencia obligatoria para cualquier
edificio la “separación de las aguas pluviales de las grises y negras en el interior del edificio”.
MADRID
4.3.4. Resolución de 23 de mayo de 1995, sobre saneamiento. Aprueba el Plan de Saneamiento
y Depuración de Aguas Residuales de la Comunidad 1995-2005.
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 46/47
Autor/es: J. Suárez, J. Puertas, A. Jácome, J. Anta, H. del Río Fecha: Enero 2009 Pagina 47/47