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TEMA 15
CAPTACIONES, CONDUCCIÓN Y BOMBEO
DE AGUA PARA ABASTECIMIENTO.
BOMBEO DE AGUAS RESIDUALES
La captación puede ser superficial, profunda o subterránea o de otro tipo como son
hielo, rocío, etc. Suelen consistir en un orificio, colador o rejilla a través del cual entra
el agua que por una conducción pasa por gravedad a un pozo o sumidero, desde el
La distribución de agua se lleva a cabo mediante redes que tienen por objeto conducir
y repartir agua entre los usuarios de una cierta comunidad. El problema básico de una
red de distribución es conseguir que cada usuario disponga de la cantidad de agua
con una calidad determinada que precise en el lugar y en el momento que la necesite.
Los posibles lugares de toma de agua dependen del tipo de agua de la que estemos
hablando. Así si hablamos de aguas superficiales las captaciones pueden ser de :
- Agua de lluvia.
- Manantiales.
- Agua en ríos.
- Agua en lagos de agua dulce.
- En embalses.
La captación del agua de lluvia es un recurso extremo, que tan sólo se emplea
en aquellos casos justificados por circunstancias especiales. Se aplican siempre a
edificaciones aisladas, caseríos o pequeños pueblos. Puede constituir una solución
aceptable como reserva de estiaje en las regiones de lluvias escasas y desiguales,
resolviéndose de esta forma la escasez estacional de otros recursos más fácilmente
captables.
AFLORAMIENTO
EMERGENCIA
ZONA FISURADA
FUENTE
VAUCLUSIANA
Las tomas o arquetas para captación de manantiales deben construirse con materiales
inertes, que no se disgreguen, evitando la producción de obstrucciones de las venas
líquidas.
Las captaciones fluviales son, sin duda, las más delicadas obras de toma. Por
una parte, el agua de los ríos presenta problemas de calidad: variaciones estacionales
de la temperatura, contaminación por efluentes urbanos e industriales ( vertidos de
A.R.U. o A.R.I. ) aguas arriba, fuertes puntas de turbiedad en avenidas y aguas con
Así pues, en las captaciones fluviales sin vegetación debe bastar con el caudal de
estiaje para abastecimiento, sin que el curso del agua resulte perjudicado por esta
toma.
Sin embargo, si el lago es pequeño, poco profundo o sus riberas están densamente
pobladas, la captación debe localizarse donde el peligro de contaminación sea
mínimo, lo que puede exigir el estudio de las corrientes y de los vientos, y
especialmente el movimiento de las aguas residuales o residuos industriales que
puedan descargarse sobre el lago.
Las principales condiciones que debe cumplir una captación de agua lacustre son:
En caso de grandes embalses y mucho caudal requerido por los servicios, si la toma
fuese única, sería forzoso colocarla a la máxima profundidad útil de la presa. Ello
requeriría grandes secciones transversales de los conductos de toma, con las
consiguientes dificultades de funcionamiento, coste de los aparatos de cierre y falta de
seguridad en la permanencia de los servicios al originarse una avería en dicha toma.
En este caso es evidente que conviene multiplicar las tomas y disponer éstas a
diferentes alturas.
Por todo lo anteriormente citado y por las variaciones de nivel del embalse, la tipología
de las captaciones de agua en los embalses es siempre de tomas múltiples a
diferentes alturas, ya que de esta forma es posible seleccionar el punto más
adecuado. El número de tomas es muy variable pero generalmente oscila entre tres y
ocho.
Se distinguen dos tipos principales: los adosados al trasdós de la presa y los de torre.
Ambos tienen una tipología muy similar puesto que constan de un conducto vertical de
forma aproximadamente cilíndrica en el que se sitúan las distintas tomas, dotadas de
válvulas a diferentes profundidades que se manejan desde la parte superior, fuera del
nivel máximo del embalse. Este conducto cilíndrico se consigue, bien realizado sobre
el trasdós de la presa, cuando la tipología de ésta lo permita (es inviable en presas de
materiales sueltos, por ejemplo) o bien mediante la construcción de una torre
cilíndrica, que se une a la coronación de la presa o a una de las laderas por medio de
una pasarela.
Por otra parte cabe destacar que las aguas subterráneas representan un coste muy
bajo en cuanto a la construcción de infraestructuras, debido a su cercanía a los puntos
de consumo. Además presentan una escasa oscilación de caudales en el tiempo y una
uniformidad en la calidad dada la oscilación lenta en el tiempo de los niveles de los
acuíferos.
La extracción del agua en ellos se realiza, en general, por medio de bombas, movidas
por motores eléctricos. El proyecto de un pozo vertical comporta la definición de varios
parámetros, alguno de los cuales están ligados entre sí, como son:
- Profundidad.
- Método de perforación.
- Entubado.
- Diámetro.
- Longitud de la zona de captación.
- Área libre de captación ( rejilla ).
- Relleno de grava.
- Aspectos constructivos.
- Desarrollo.
- Protección sanitaria.
- Caudal a extraer y su variación en el tiempo.
Los tipos de pozos verticales son fundamentalmente dos: pozos excavados y pozos
perforados.
b c d
a
NF
a. reci‚n constru¡do
b. en explotaci¢n. sifonamiento
c. pozo aterrado
Por último está el procedimiento francés de Clause que consiste en una hinca
inicial de tubos metálicos para posteriormente realizar un desarenado coaxial
con aire comprimido y por último, una retirada del tubo inicial.
En cuanto a la longitud, la rejilla debe ser lo más larga posible, sin que sea tan
larga que pueda restringir el descenso del nivel dinámico en el pozo, puesto
que, a ser posible, una rejilla no puede quedar nunca en seco, a fin de
prolongar su vida. Las situaciones serán diferentes en función del acuífero.
En cuanto a los acuíferos libres el problema es más complejo ya que una rejilla
larga disminuirá la convergencia de las líneas de flujo y aumentará así la
capacidad específica del pozo. Por otra parte la instalación en el pozo de una
rejilla de menor longitud da la posibilidad de que el pozo pueda trabajar con un
mayor descenso dinámico. Se ha demostrado que existe una relación entre el
caudal sacado y el descenso del nivel del pozo. Generalmente, para un
acuífero libre de gran espesor y homogéneo es aconsejable una longitud de
rejilla entre un tercio y la mitad del espesor de la capa saturada.
Las características que deben tener los canales son (Paz y Paz, 1962):
Los canales que transportan agua potable deben estar cerrados, especialmente si
están situados aguas abajo de la ETAP. En general para caudales inferiores a 1 m3/s
se prefiere recurrir a tuberías.
Los canales presentan el inconveniente frente a una tubería forzada de que su perfil
longitudinal debe mantenerse entre unos valores límite de la pendiente para no
alcanzar velocidades excesivas. Por tanto, su trazado en planta debe ir buscando las
líneas de nivel e ir reduciendo cota progresivamente. Por el contrario, en terrenos muy
llanos sólo quedará la alternativa de construir conducciones rodadas.
Un elemento auxiliar de los canales son las almenaras. Son aliviaderos que permiten
dejar en seco un tramo de la conducción mediante el cierre de unas compuertas.
A veces la orografía impide la continuación de una conducción rodada sin efectuar una
obra especial. Entre estas destacan las siguientes:
En el caso de tener que cruzar una vaguada debe hacerse una valoración económica
entre la alternativa de usar un canal dando un rodeo (si la orografía lo permite) o la
construcción de un sifón. En general el sifón produce una mayor pérdida de carga y es
de mantenimiento más delicado que el canal (Paz y Paz, 1962). De hecho es frecuente
emplear una doble conducción en previsión del fallo de una, dejando suficiente
espacio entre ambas para poder realizar las reparaciones.
En los puntos bajos de la conducción se colocan desagües para poder dar salida al
agua en caso de avería. En los puntos altos se colocan ventosas para permitir la
salida del aire que pueda haber entrado en la conducción o el generado por bajadas
de presión en los tubos. Si la cota del punto alto en el que se sitúa la ventosa está muy
próxima a la línea piezométrica las ventosas funcionan mal, en este caso a veces se
construyen torres a modo de chimeneas de equilibrio en donde el agua está en la
parte superior a la presión atmosférica y se puede dar salida al aire.
Las cabezas y salidas de los sifones consisten en unas arquetas que reciben las
aguas de la conducción rodada y presentan el arranque del sifón en un punto inferior a
la superficie de la cámara. En la salida del sifón si el agua conserva energía suficiente
puede ser necesario dimensionar la cámara de llegada como una cámara de rotura de
carga.