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TEMA15-rev060201-ajb.

doc INGENIERÍA SANITARIA Y AMBIENTAL

TEMA 15
CAPTACIONES, CONDUCCIÓN Y BOMBEO
DE AGUA PARA ABASTECIMIENTO.
BOMBEO DE AGUAS RESIDUALES

15.1.- CAPTACIONES DE AGUA. INTRODUCCIÓN


15.1.1.- Captaciones de aguas superficiales
15.1.1.1.- Captación de agua de lluvia
15.1.1.2.- Captación de manantiales
15.1.1.3.- Captación de agua de ríos
15.1.1.4.- Captación de agua de lago
15.1.1.5.- Toma de agua de embalses
15.1.2.- Captación de aguas subterráneas
15.1.2.1.- Captación mediante pozos verticales
15.1.2.2.- Galerías de agua
15.2.- CONDUCCIONES. INTRODUCCIÓN
15.2.1.- Conducciones rodadas o canales
15.2.2.- Conducciones forzadas. Sifones
15.2.3.- Tipología de las conducciones
15.2.3.1.- Tuberías de fundición
15.2.3.1.1.- Juntas de fundición
15.2.3.2.- Tuberías de hormigón
15.2.3.2.1.- Juntas de hormigón
15.2.3.3.- Tuberías de acero
15.2.3.3.1.- Juntas de acero
15.2.3.4.- Tuberías de fibrocemento
15.2.3.4.1.- Juntas de fibrocemento
15.2.3.5.- Tuberías de plástico
15.2.3.5.1.- Tuberías de PVC
15.2.3.5.1.1.- Juntas de PVC
15.3.- BOMBAS. INTRODUCCIÓN
15.3.1.- Tipología de bombas
15.3.2.- Potencia para el bombeo
15.3.3.- Bombas de desplazamiento positivo
15.3.3.1.- Bombas alternativas
15.3.3.1.1.- Bombas de pistón o émbolo
15.3.3.1.2.- Bombas de diafragma o membrana
15.3.3.2.- Bombas rotatorias
15.3.3.2.1.- Bombas de engranajes
15.3.3.2.2.- Bombas de paletas
15.3.3.3.- Bombas de tornillo
15.3.3.4.- Eyector neumático
15.3.4.- Bombas centrífugas
15.3.4.1.- Clasificación de las bombas centrífugas
15.3.4.2.- Velocidad específica
15.3.4.3.- Cavitación. Altura Neta de Succión ó NPSH
15.3.4.4.- Curvas características de una bomba. Diagramas de selección
15.3.4.4.1.- Parámetros característicos de una bomba
15.3.4.4.2.- Curvas características de una bomba centrífuga.
15.3.4.5.- Bombas especiales
15.3.5.- Accesorios de las bombas
15.4.- ESTACIONES DE BOMBEO
15.4.1.- Ubicación de la estación de bombeo
15.4.2.- Caseta de bombeo
15.4.3.- Capacidad de bombeo

15.1.- CAPTACIONES DE AGUA. INTRODUCCIÓN

Un abastecimiento de agua potable puede dividirse en cinco partes: captación,


conducción, tratamiento, regulación y almacenamiento y distribución.

La captación puede ser superficial, profunda o subterránea o de otro tipo como son
hielo, rocío, etc. Suelen consistir en un orificio, colador o rejilla a través del cual entra
el agua que por una conducción pasa por gravedad a un pozo o sumidero, desde el

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cual se eleva hasta las tuberías maestras o a la instalación de tratamiento. Las


captaciones deben ubicarse y proyectarse de manera que se eliminen en cuanto sea
posible las probables interferencias con el suministro. Cuando no exista certeza de
que el servicio puede prestarse con continuidad, las captaciones deben diversificarse.

La conducción comprende los elementos de transporte desde la captación hasta:


• La estación de tratamiento.
• Los depósitos de almacenamiento.
• La propia red de distribución.
• El depósito de cabecera de la estación de tratamiento.

Asimismo, puede comprender los elementos incluidos en el transporte desde el


depósito de agua tratada de la estación de tratamiento a los depósitos de
almacenamiento para la distribución. Las conducciones pueden ser por gravedad o por
impulsión. Las conducciones por gravedad son aquellas en las que la propia energía
potencial del agua se encarga del transporte, estas a su vez se subdividen en forzadas
( a presión mayor que la atmosférica ) y rodadas ( a presión atmosférica ). Las
conducciones por impulsión son aquellas en las que la energía necesaria para el
proceso es suministrada externamente ( bombas ).

El tratamiento del agua captada se puede llevar a cabo en tres instalaciones


diferentes: depósito de cabecera, estación de tratamiento en sí y depósito de cola. El
depósito de cabecera tiene como misión desechar aguas con una eventual mala
calidad sin interrumpir el funcionamiento de la estación. El depósito de cola puede
servir para realizar reparaciones breves en la estación sin interrumpir el suministro de
agua tratada.

La regulación y almacenamiento se lleva a cabo mediante los depósitos de


almacenamiento. En ellos se trata de resolver el problema de los consumos punta. Si
estas instalaciones no existieran todos los elementos del abastecimiento deberían
estar dimensionados para el consumo máximo instantáneo (momento punta del día
máximo) con el consiguiente abaratamiento de construcción. Además almacenan agua
que puede resultar necesaria en ciertos momentos, como, por ejemplo, incendios. Por
último, permite realizar reparaciones breves sin interrumpir el abastecimiento.

La distribución de agua se lleva a cabo mediante redes que tienen por objeto conducir
y repartir agua entre los usuarios de una cierta comunidad. El problema básico de una
red de distribución es conseguir que cada usuario disponga de la cantidad de agua
con una calidad determinada que precise en el lugar y en el momento que la necesite.

Los posibles lugares de toma de agua dependen del tipo de agua de la que estemos
hablando. Así si hablamos de aguas superficiales las captaciones pueden ser de :
- Agua de lluvia.
- Manantiales.
- Agua en ríos.
- Agua en lagos de agua dulce.
- En embalses.

Cuando hablemos de aguas subterráneas, las posibles formas de captación serán:


- Pozos verticales.
- Galerías filtrantes.
Actualmente, ante la escasez del recurso se empiezan a utilizar nuevas estrategias
para la obtención de agua dulce: la desalinización del agua marina y la reutilización de
aguas residuales urbanas regeneradas.

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El criterio de selección de un modo de captación es muy complejo y se basa en varios


aspectos. Se debe tender a la solución más económica teniendo en cuenta los costes
tanto en la construcción como en la explotación. Así, mientras el agua subterránea
requiere inversiones iniciales pequeñas sus costes de operación son, por el contrario,
grandes. Por otra parte las inversiones iniciales en aguas superficiales son altas,
mientras que los costes de operación son normalmente reducidos.

De la totalidad de recursos hidrológicos del planeta los que resultan fácilmente


explotables son los lagos de agua dulce, buena parte del agua de los ríos y una
pequeña parte del agua subterránea, que tan sólo requieren una corrección de la
calidad para su uso relativamente pequeña. Para establecer estos baremos, además
de lo anteriormente citado ha de tenerse en cuenta la calidad del agua en origen.
También es importante su emplazamiento lejano o cercano al lugar a suministrar, así
como su accesibilidad. Un recurso muy lejano o poco accesible lleva a realizar obras
muy costosas que no resultan rentables, aunque el concepto de rentabilidad tiene una
componente social en cuanto a la necesidad de agua de la comunidad a suministrar.
Sirva como ejemplo ilustrativo que una población con clima seco estará dispuesta a
realizar infraestructuras económicamente más costosas que otra de clima húmedo.

Un aspecto importante, en la selección de los recursos de agua a utilizar puede ser el


análisis de los impactos ambientales de la solución adoptada. Para evaluar los
impactos puede utilizarse cualquier modelo que relacione las acciones precisas para la
captación de los recursos con las características del medio tales como: aspectos
físicos y ecológicos, uso del suelo, aspectos de aprovechamiento, aspectos estéticos,
etc..

La utilización conjunta de aguas superficiales y subterráneas ha sido muy reducida y


está limitada a unos pocos países y a determinadas áreas geográficas. Sin embargo
las realizaciones existentes son lo suficientemente satisfactorias para que sirvan como
modelos a posibles soluciones análogas.

Parece claro que debe imponerse su aplicación sistemática en sistemas complejos,


junto con una planificación hidrológica integral.

15.1.1.- CAPTACIÓN DE AGUAS SUPERFICIALES

La tendencia normal ha sido la de captar las aguas superficiales con caudales


mejor conocidos y más accesibles, pero la aparición de la contaminación afecta de
forma más directamente y de forma más inmediata a las aguas superficiales. La
contaminación, sin duda, y la necesidad de localizar nuevos recursos va modificando
la tendencia hacia el uso de aguas subterráneas. Las diferencias entre aguas
subterráneas y superficiales pueden resumirse en el siguiente cuadro:

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Características Agua subterránea Agua superficial


Costes localización Alto Bajo
Coste proyecto Alto Bajo
Garantía de caudales según estudio Medio Alto
Composición físico-química Constante y en general Variable y en general
buena mala
Temperatura Constante Variable
Riesgo de polución Mínimo Grande
Permanencia de la polución Grande Mínima
Consecuencia de su captación para Variable Variable
agricultura, naturaleza y medio
Coste de captación, depuración y Bajo Más elevado
almacenamiento
Coste de transporte principal Generalmente menor
Coste de control de las aguas Bajo por constancia de Alto
calidad

15.1.1.1.- Captación de agua de lluvia

La captación del agua de lluvia es un recurso extremo, que tan sólo se emplea
en aquellos casos justificados por circunstancias especiales. Se aplican siempre a
edificaciones aisladas, caseríos o pequeños pueblos. Puede constituir una solución
aceptable como reserva de estiaje en las regiones de lluvias escasas y desiguales,
resolviéndose de esta forma la escasez estacional de otros recursos más fácilmente
captables.

Una captación de agua pluvial consta de las siguientes partes:

• Una superficie de recogida de agua, que debe estar limpia y ser lo


suficientemente impermeable como para no permitir que cierta parte
importante del agua precipitada se pierda por infiltración en el terreno.
Puede ser un tejado ( que no sea de paja, cartón o metal ) un patio
empedrado o de hormigón, una ladera no cultivada o, en general,
cualquier superficie preparada con tal fin.

• Un depósito en el que se almacene el agua, denominado aljibe, que se


construye subterráneo para minimizar las pérdidas por evaporación y
preservar la temperatura del agua.

• Un tratamiento del agua recogida que generalmente se reduce a una


simple filtración sobre lecho de arena y se realiza en el interior del
propio aljibe. En ocasiones se añade un depósito de decantación.

• Un desagüe de fondo que permita su vaciado y un aliviadero que


permita evacuar las cantidades sobrantes. Además deben estar
dotados de registros de limpieza y ventilación.

Pueden definirse los siguientes tipos de cisternas o aljibes:

• Aljibe veneciano. Se denomina así por haber sido usado de forma


intensiva en la ciudad de Venecia, bajo los patios de sus casas. Consta
de un volumen revestido, lleno de material filtrante, con un pozo central
de toma y canales laterales de entrada donde se produce una
decantación elemental. El agua pasa de los canales al interior de la
masa filtrante, recorriéndola de arriba a abajo y entrando por su parte

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inferior. El material filtro se subdivide en 3 o 4 capas de granulometría


diferente.
Tiene la ventaja de que su bóveda se apoya directamente sobre el
material filtro y el inconveniente de que su capacidad útil es del 30% al
40% de su volumen total.

• Aljibe de filtro superior. Recoge el agua y ésta pasa por un filtro


situado en su parte más alta que desemboca en el aljibe propiamente
dicho. De esta forma el agua no permanece en el filtro más tiempo del
necesario para su filtración. Su bóveda es exenta, pero su capacidad es
casi el 100% de su volumen.

• Aljibe americano. Recoge el agua directamente, y ésta pasa por un


filtro de arena de granulometría creciente, que se constituye en anillos
cilíndricos superpuestos en torno al tubo de aspiración, en el momento
de su salida.

• Aljibe alemán. Está compuesto por un depósito de recogida de agua,


un filtro de arena y una cámara o pozo de toma además de un
aliviadero.

15.1.1.2.- Captación de manantiales

El agua de infiltración puede seguir varios caminos:

• Se infiltra al terreno y se mantiene con una superficie libre a presión


atmosférica. Constituye de esta manera un acuífero libre. Un caso
especial son las aguas subálveas, alimentadas directamente por un
cauce fluvial.

• Sale al exterior en determinados puntos. Formando de esta manera


manantiales.

• Pasa a capas más profundas situándose entre estratos de diferente


permeabilidad, formando acuíferos confinados.

Los manantiales pueden clasificarse en tres grupos:

• Manantiales de afloramiento. Estos manantiales suelen aparecer en


las laderas de los valles, o en los afloramientos de formaciones
impermeables, saliendo el agua a través de sus discontinuidades. Si
aparecen a lo largo de curvas de nivel de un valle suelen presentar
líneas de humedad a lo largo de la ladera aunque lo más corriente es
que solo aparezcan en los puntos bajos de los valles. Si el valle está
labrado en un sinclinal pueden aparecer manantiales en ambas laderas.
Si lo está en un anticlinal es imposible que haya manantiales. Si el valle
es monoclinal lo normal es que aparezcan los manantiales en los
puntos aguas arriba del buzamiento de los estratos aunque si hay
próximo un anticlinal pueden aparecer aguas abajo.

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AFLORAMIENTO

• Manantiales de emergencia. Estos manantiales proceden de la


elevación de la capa freática hasta alcanzar la vaguada. Están, pues,
sujetos a las modificaciones de caudal correlativas a las del manto y a
las variaciones estacionales del nivel de agua.

EMERGENCIA

• Manantiales de grieta o filón. Los manantiales de grieta o filón surgen


cuando hay veneros ascendentes que tienen carga suficiente para salir
al exterior. La mayor parte de las fuentes termales y medicinales son de
este tipo. En terrenos muy permeables las salidas al exterior de las
aguas de infiltración pueden ser resurgencias o exurgencias. Las
primeras provienen de veneros encajados en diaclasas y las segundas
son alimentadas por absorciones múltiples y a veces por
condensaciones internas. Los manantiales de filón por provenir de
terrenos fisurados suelen ser abundantes, pero con grandes variaciones
de caudal, y sus aguas sufren casi siempre turbiedades que obligan a la
filtración. Las fuentes vauclusianas son las que presentan semejanza
con la famosa Vaucluse (Francia).
FILON O GRIETA

ZONA FISURADA

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FUENTE
VAUCLUSIANA

Las tomas o arquetas para captación de manantiales deben construirse con materiales
inertes, que no se disgreguen, evitando la producción de obstrucciones de las venas
líquidas.

En las obras de captación propiamente dichas, así como en las casetas de


manantiales a la vez de facilitar y conducir las aguas que se pretenden captar, debe
prestarse atención muy especial a la operación contraria, la impermeabilización en el
sentido más amplio, buscando el cumplimiento de las siguientes condiciones
necesarias en toda obra de captación:

a) Impedir la contaminación de las aguas, por penetración de aguas


exteriores o elementos extraños como tierras, seres vivos, productos
orgánicos e inorgánicos de cualquier tipo.

b) No permitir cambio alguno en la calidad del agua como consecuencia


del empleo de materiales inadecuados en la construcción.

c) Conservación de las condiciones físicas del agua captada,


especialmente en cuanto a temperatura y gases. Esta condición se ve
incrementada en el caso de aguas minerales y termales.

d) Eliminación de arenas. Esto se lleva a cabo mediante un elemento, a


veces imprescindible, que se llama arenero. Su función es recoger toda
la arenilla que arrastre el agua.

e) Regulación automática del caudal a conducir.

f) Imposibilidad de penetración de organismos extraños, tierra u objetos.


Cuando la obra de captación está próxima a la superficie del terreno es
aconsejable protegerla tanto en cubierta como en los paramentos
exteriores con una capa de arcilla de 25 cm. de espesor, que
desempeña un papel impermeabilizante a la vez que actúa como
aislante térmico. Los elementos de ventilación que se coloquen estarán
protegidos mediante rejillas y tamices u otro dispositivo tendiente a
evitar la entrada de insectos, roedores o incluso a los lanzamientos de
tierra u objetos desde el exterior.

15.1.1.3 - Captaciones de agua en ríos

Las captaciones fluviales son, sin duda, las más delicadas obras de toma. Por
una parte, el agua de los ríos presenta problemas de calidad: variaciones estacionales
de la temperatura, contaminación por efluentes urbanos e industriales ( vertidos de
A.R.U. o A.R.I. ) aguas arriba, fuertes puntas de turbiedad en avenidas y aguas con

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gran carga de materiales en suspensión o en forma disuelta, además de


contaminación bacteriológica. Por tanto, debe seleccionarse cuidadosamente el punto
de captación. Por otra parte, las variaciones estacionales de caudal pueden ocasionar
serios problemas a la hora de conseguir el caudal de captación durante el estiaje, sin
perjudicar a terceros ( pesca, riegos, navegación, etc. ). En alguno de estos casos
puede ser necesario regular el río por medio de un embalse. Finalmente otros factores
hidrológicos que condicionan la captación son la inestabilidad del fondo, las
variaciones del nivel de agua, la navegación y la flora acuática.

Así pues, en las captaciones fluviales sin vegetación debe bastar con el caudal de
estiaje para abastecimiento, sin que el curso del agua resulte perjudicado por esta
toma.

La tipología de captaciones de agua en ríos es la siguiente:

• Captaciones de fondo. En las captaciones de fondo se coloca el punto


de toma, que deberá ir dotado con una alcachofa que impida el paso de
impurezas de gran tamaño, sobre el lecho del río. Esta solución se ve
afectada por los siguientes factores:

- La estabilidad del lecho del río. Deben prevenir se los


aterramientos o el arrastre de la tubería de toma. Esta solución
será tanto más recomendable cuanto más estable sea el lecho
fluvial.

- El nivel mínimo de estiaje. Es conveniente que el punto de toma


quede sumergido, al menos un metro, por debajo del nivel de
agua. Esta solución será tanto más recomendable cuanto mayor
sea el nivel mínimo de estiaje.

- El nivel máximo de avenidas. Es necesario situar los elementos


más delicados de la captación ( caseta de compuertas, estación
elevadora, etc. ) fuera del alcance de las riadas. A este respecto
es también de gran importancia la topografía de las riberas,
escogiéndose con preferencia las orillas escarpadas y demás
lugares donde el agua sea profunda y fluya con rapidez.

- La navegación. Si ésta existe, no debe poner en peligro la


captación. A este respecto este tipo de solución debe
rechazarse si no es posible realizarla sin que existan
interferencias entre ella y la navegación.

La toma de agua puede realizarse directamente sobre el fondo del río.


En este caso la alcachofa o coladera se coloca cubierta con una capa
de 50 cm. de gravilla y la tubería de salida enterrada en el fondo. Es
necesario para esta solución un lecho estable y la no existencia de
riesgo alguno por parte de arenas o limos.

• Captaciones de orilla. La toma se coloca sobre una de las márgenes


del río. Para ello se realiza una protección con escollera, gaviones u
otros elementos, sobre la que se abre la boca de entrada al pozo de
toma, donde se encuentra la alcachofa y la tubería de salida. La boca
de entrada debe quedar protegida por una rejilla que impida el paso de
objetos de gran tamaño al pozo. Esta solución no se ve tan influenciada
como la anterior por los niveles mínimos del río y se interfiere mucho

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menos con la navegación ( salvo en la formación de remolinos). En este


tipo de captación, es frecuente instalar un proceso de predecantación a
continuación de la boca de entrada, sobre todo cuando se utilizan
bombas de elevación a fin de preservar éstas del desgaste.

• Captaciones en canal derivado. Esta solución consiste en derivar un


canal del río. Sobre este canal se sitúa suficientemente alejada la toma
de agua. De esta forma es posible independizarse de todos los
problemas que origina el propio río: niveles máximos y mínimos,
navegación, inestabilidad de lechos y riberas, etc..

• Captaciones en torre de toma. Este tipo de captaciones consiste en


una torre cimentada sobre el fondo del río con entradas a diversas
profundidades, de tipología muy similar a las usadas en los embalses.
Tienen la gran ventaja de poderse seleccionar la profundidad de calidad
óptima en cada momento, pero exigen un fondo adecuado para la
cimentación y grandes profundidades de agua en el río.

• Captaciones mediante pozos subálveos. En este caso las aguas del


río se captan mediante uno o varios pozos realizados en el subálveo del
río. De esta forma se independiza la captación de los problemas propios
del río y se consigue un agua de mejor calidad debido a la filtración
natural a través del terreno, dependiendo de la granulometría del
acarreo y la distancia de filtración.

15.1.1.4.- Captación de agua en lagos

El agua de los lagos suele presentar, en general, buenas características de


calidad debido a la autodepuración por sedimentación que experimenta durante su
largo reposo en ellos.

Sin embargo, si el lago es pequeño, poco profundo o sus riberas están densamente
pobladas, la captación debe localizarse donde el peligro de contaminación sea
mínimo, lo que puede exigir el estudio de las corrientes y de los vientos, y
especialmente el movimiento de las aguas residuales o residuos industriales que
puedan descargarse sobre el lago.

Las principales condiciones que debe cumplir una captación de agua lacustre son:

a) Situarse a una distancia no menor de 600-900 metros de la ribera en


zona de aguas no contaminadas.
b) Situarse a una profundidad no menor de nueve metros a fin de evitar la
actuación perturbadora del hielo, oleaje, etc.. Si es posible resulta
recomendable llegar a 30-40 metros donde pueda obtenerse agua de
buena calidad y temperatura constante.
c) Situar la abertura de captación a más de dos metros sobre el nivel del
fondo del lago, a fin de que el agua captada no arrastre limos o barro.
d) La velocidad de entrada del agua debe ser baja para que no se
produzcan excesivos arrastres de cuerpos flotantes, sedimentos, hielo,
peces, etc.. Es recomendable una velocidad de entrada menor que 15
centímetros por segundo.

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Las captaciones de aguas lacustres pueden ser de tres tipos:

• Captaciones de torre. Son especialmente indicadas para aquellos


casos en los que la toma está por encima de los quince metros bajo el
nivel del lago.
• Captaciones de alcachofa. Están constituidas por una tubería que
termina en codo de noventa grados y una alcachofa situada por encima
de los dos metros sobre el fondo.
• Captaciones de rejilla. Estas tomas están constituidas por una rejilla
horizontal situada sobre una bancada de escollera que la eleva varios
metros sobre el fondo.

15.1.1.5.- Toma de agua en los embalses

Aunque no existe inconveniente alguno en que en los embalses para


abastecimiento de poblaciones puedan instalarse centrales a pie de presa, en cuyo
caso el caudal de conducción arrancaría de la cámara de salida de turbinas, lo más
corriente es que, dados los no grandes caudales de abastecimiento aislados, no sea
importante el aprovechamiento de la energía y haya que efectuar la toma
exclusivamente para el abastecimiento.

El número y capacidad de las tomas de agua dependen esencialmente del volumen


embalsado, de la profundidad del embalse y de los caudales a servir.

En caso de grandes embalses y mucho caudal requerido por los servicios, si la toma
fuese única, sería forzoso colocarla a la máxima profundidad útil de la presa. Ello
requeriría grandes secciones transversales de los conductos de toma, con las
consiguientes dificultades de funcionamiento, coste de los aparatos de cierre y falta de
seguridad en la permanencia de los servicios al originarse una avería en dicha toma.
En este caso es evidente que conviene multiplicar las tomas y disponer éstas a
diferentes alturas.

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Por otra parte, la principal característica de las aguas embalsadas es su calidad,


variable según a la profundidad a la que se encuentre. Efectivamente las aguas de la
superficie presentan una importante vida acuática, pueden estar contaminadas por
sustancias flotantes y presentan variaciones de temperatura. Las aguas de fondo en
cambio pueden estar contaminadas por los productos de la descomposición anaerobia
de las materias orgánicas sedimentadas. Habitualmente el agua de un embalse se
toma unos pocos metros por debajo de la superficie.

Por todo lo anteriormente citado y por las variaciones de nivel del embalse, la tipología
de las captaciones de agua en los embalses es siempre de tomas múltiples a
diferentes alturas, ya que de esta forma es posible seleccionar el punto más
adecuado. El número de tomas es muy variable pero generalmente oscila entre tres y
ocho.

Se distinguen dos tipos principales: los adosados al trasdós de la presa y los de torre.
Ambos tienen una tipología muy similar puesto que constan de un conducto vertical de
forma aproximadamente cilíndrica en el que se sitúan las distintas tomas, dotadas de
válvulas a diferentes profundidades que se manejan desde la parte superior, fuera del
nivel máximo del embalse. Este conducto cilíndrico se consigue, bien realizado sobre
el trasdós de la presa, cuando la tipología de ésta lo permita (es inviable en presas de
materiales sueltos, por ejemplo) o bien mediante la construcción de una torre
cilíndrica, que se une a la coronación de la presa o a una de las laderas por medio de
una pasarela.

15.1.2.- CAPTACIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS

Las aguas subterráneas son una importante fuente de abastecimiento de agua


potable y promete serlo aún más en el futuro con el desarrollo de las técnicas de
perforación y explotación con el progresivo agotamiento de las aguas superficiales, las
aguas subterráneas irán cubriendo, en un porcentaje cada vez mayor, las necesidades
humanas.

En 1994, en España, las aguas subterráneas (según ITGE, J. M. Perrúa)


suministraban agua potable para un 32% de la población y para un 29% de las
hectáreas de regadío.

Por otra parte cabe destacar que las aguas subterráneas representan un coste muy
bajo en cuanto a la construcción de infraestructuras, debido a su cercanía a los puntos
de consumo. Además presentan una escasa oscilación de caudales en el tiempo y una
uniformidad en la calidad dada la oscilación lenta en el tiempo de los niveles de los
acuíferos.

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15.1.2.1.- Captación mediante pozos verticales

Bajo la denominación de pozos verticales pueden entenderse comprendidos


todos aquellos que se proyectan y construyen para obtener agua, por penetración
vertical de la obra de captación en una capa acuífera, pudiendo disponer o no de
obras horizontales que faciliten la entrada de agua en el pozo.

La extracción del agua en ellos se realiza, en general, por medio de bombas, movidas
por motores eléctricos. El proyecto de un pozo vertical comporta la definición de varios
parámetros, alguno de los cuales están ligados entre sí, como son:

- Profundidad.
- Método de perforación.
- Entubado.
- Diámetro.
- Longitud de la zona de captación.
- Área libre de captación ( rejilla ).
- Relleno de grava.
- Aspectos constructivos.
- Desarrollo.
- Protección sanitaria.
- Caudal a extraer y su variación en el tiempo.

Los tipos de pozos verticales son fundamentalmente dos: pozos excavados y pozos
perforados.

• Pozos excavados: La excavación de pozos a mano fue el único sistema de


construcción en tiempos pasados, y aun sigue utilizándose en aquellos lugares
donde aún no ha llegado o no es posible la mecanización. Un pozo excavado
se caracteriza por el hecho de que en su construcción la mecanización es
escasa y, en general, por su gran diámetro (mayor que 1.5 metros ).

Veamos algunos aspectos a considerar de este tipo de pozos:

Profundidad: La profundidad que deba ser alcanzada por un pozo vertical


vendrá definida fundamentalmente por las características de la formación a
explotar. Únicamente cabe señalar que este tipo de pozo suele penetrar tan
sólo ligeramente en la capa acuífera, debido a su carestía y gran diámetro. Sin
embargo, puede decirse que a partir de unos pocas decenas de metros, este
tipo de pozos es difícilmente rentable. Si no son totalmente penetrantes se
requiere un tratamiento hidráulico específico. Los órdenes de magnitud, en el
concepto de profundidad, son de veinte a treinta metros en condiciones
normales y más de cien metros en rocas poco permeables o con niveles
freáticos profundos.

Sistemas de construcción: Podemos distinguir dos sistemas fundamentales:

- Tradicional: Conocido popularmente bajo la denominación " a pico y


pala ", si bien pueden adoptarse ciertas mecanizaciones: uso de
explosivos, extracción de materiales con torno eléctrico, etc., sobre todo
en terrenos duros.
Los problemas básicos de este tipo de excavación los constituyen el
achique de agua, que implican la necesidad de bombas en algunos
casos muy potentes, y la seguridad del personal. En este último aspecto
debe considerarse la problemática del desprendimiento evitándola

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mediante revestimientos de anillos de ladrillo u hormigón. También es


importante el posible sifonamiento del fondo que nos obliga a limitar la
profundidad o bien a colocar tablestacas provisionales en la
construcción y un cierre de fondo para la explotación.

b c d
a

NF

a. reci‚n constru¡do

b. en explotaci¢n. sifonamiento
c. pozo aterrado

d. construcci¢n de cierre de fondo

- Sistema indio: En este tipo de pozos el revestimiento se realiza en


superficie, introduciéndose, a medida que se va excavando, el pozo
mediante un encofrado deslizante. También se utilizan anillos de
hormigón prefabricado. El extremo inferior del revestimiento suele llevar
una zapata cortante de acero que se va hincando mediante el peso
propio del revestimiento o bien mediante empuje mecánico. Su
construcción se hace de forma rápida y segura. Si hay mucho
rozamiento lateral es necesario mayor esfuerzo en la hinca.

Diámetro: Cuando en el interior del pozo ha de instalarse maquinaria o han de


realizarse trabajos que requieran intervención humana, ha de ponerse un
diámetro de unas ciertas dimensiones mínimas. También en acuíferos de muy
poco espesor, para conseguir una velocidad de entrada no muy elevada no
queda otro remedio que aumentar considerablemente el diámetro.

Zona de admisión de agua: La entrada de agua se realiza a través de aberturas


en el revestimiento ( ladrillos y hormigón con perforaciones, juntas abiertas,
mechinales, etc. ). Las rejillas de doble capa solo son aptas para diámetros
pequeños, en torno a un metro. Consisten en dos tuberías perforadas
concéntricas unidas por pasadores, para aportar la rigidez necesaria, rellenas
de grava que actúa como filtro estabilizador y lastre que ayuda en la
colocación.

Tipología: Dentro de la tipología de los pozos excavados pueden distinguirse


los pozos normales y los especiales. Los llamados normales pueden, a su vez,
dividirse en pozos de bomba superior al nivel de agua ( hombre por encima del
nivel de agua ) y en pozos con cámara estanca para el alojamiento de bombas
( hombre situado bajo el nivel del agua en esta cámara ).

Los pozos especiales son aquellos que se utilizan para la construcción de


drenes radiales. Estos pozos constan de dos partes fundamentales:

a) Un pozo vertical con pared de hormigón armado y solera de


hormigón en masa de diámetro comprendido entre 1.6 y 6 metros.

b) Un conjunto de drenes horizontales radiales situados en uno o más


niveles y conectados con el pozo vertical, en el que desaguan a través
de válvulas de compuerta.

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El diámetro está entre 20 y 30 cm y los drenes horizontales se hincan con


empuje desde la pared opuesta.

Los procesos constructivos son tres fundamentales: Ronney, Fehlmann y


Clause.

El proceso Ronney es debido al ingeniero americano Leo Ronney que lo


desarrolló en 1934 en California. En este proceso se hincan directamente los
drenes definitivos en el terreno, dotándolos de cabezas especiales de avance.
Su espesor es de 8 mm. ( muy gruesos ) y su diámetro estará entre 216 mm y
316 mm.

El procedimiento desarrollado por H. Fehlmann, de Berna, en 1947 utiliza tubos


de perforación de 267 mm de diámetro y 3 mm de espesor que se retiran
después de la colocación de los filtros. Con ello se consigue que el material y la
abertura de las ranuras de los tubos filtrantes, puedan ser elegidos de acuerdo
con las características químicas del agua y con la granulometría y
permeabilidad del acuífero.

Por último está el procedimiento francés de Clause que consiste en una hinca
inicial de tubos metálicos para posteriormente realizar un desarenado coaxial
con aire comprimido y por último, una retirada del tubo inicial.

• Pozos perforados: Sus principales características son

Profundidad: La profundidad que deba ser alcanzada vendrá definida


fundamentalmente por las características de la formación a explotar.
Generalmente la perforación alcanza hasta el estrato impermeable. Cuando la
zona de filtración abarca la totalidad del espesor del acuífero el pozo es
totalmente penetrante. Si tan sólo abarca una parte del acuífero el pozo se
llamará incompleto. Si el pozo es incompleto pero su zona filtrante se inicia en
el techo o en la base del mismo, el pozo se denomina parcialmente penetrante.
S N S N

Los métodos de perforación serán función, en general, de la profundidad a


alcanzar, el diámetro necesario y la naturaleza del terreno. Sin embargo, puede
apuntarse el interés, en principio, del método de percusión en zonas
compactas, friables y de dureza media, así como en formaciones fisuradas. La
perforación por rotación es recomendable, en general, para terrenos
incoherentes y también en casos de elevada dureza y fragilidad.

La naturaleza de los terrenos atravesados o condiciones de funcionamiento del


pozo, pueden aconsejar, o incluso exigir, el revestimiento de las paredes del
mismo. Para sostener los tramos ya perforados durante la construcción del
pozo puede ser necesaria una entubación provisional. El entubado definitivo de
un pozo desempeña, en general, dos misiones: sostener las paredes de la

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perforación y constituir la conducción hidráulica que pone en comunicación el


acuífero con el exterior.

Diámetro: Un gran diámetro aumenta mucho el coste y no tanto el caudal.


Sirvan como ejemplo estos órdenes de magnitud:

Diámetro en Caudal (l/s)


pulgadas
6 10
8 15
10 25
12 40
14 60
16 80
20 120
24 190
30 >190

Por otra parte el diámetro disminuye normalmente con la profundidad. Además


en todo pozo se pueden distinguir tres tramos, dependiendo del diámetro, no
siempre bien definidos, que son, de abajo a arriba:

a) El tramo en que se produce la entrada, procedente de la capa


acuífera. Este diámetro deberá ser aquel que disponga de un área libre
para el paso del agua tal que las pérdidas de carga por dicho paso sean
mínimas.

b) El tramo que enlaza con el anterior hasta el punto de situación de la


bomba si ésta existe, que será siempre menos en el caso de pozos
surgentes.

c) El tramo que comprende desde la bomba al exterior. El diámetro en


este tramo debe permitir el paso de la bomba con las holguras
recomendables, y, por lo tanto, vendrá condicionado por las
características de ésta última.

Características de la zona de captación: La zona de admisión del agua al pozo


constituye, sin duda, la parte esencial del mismo no debiendo quedar nunca en
seco. Aún cuando, en ocasiones, no se coloca elemento alguno en esta zona,
lo más frecuente es realizar un revestimiento al que suele denominarse rejilla.
Una rejilla bien proyectada debe permitir que pase al interior del pozo agua
limpia de materiales sólidos y con una pérdida de carga admisible.
La selección de la rejilla para un determinado pozo comprende la elección de la
longitud, diámetro, tamaño de abertura y metal que satisfagan las condiciones
de proyecto.

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En cuanto a la longitud, la rejilla debe ser lo más larga posible, sin que sea tan
larga que pueda restringir el descenso del nivel dinámico en el pozo, puesto
que, a ser posible, una rejilla no puede quedar nunca en seco, a fin de
prolongar su vida. Las situaciones serán diferentes en función del acuífero.

En acuíferos confinados lo ideal sería la colocación de la rejilla en todo el


espesor del acuífero siendo lo más económico y práctico ocupar entre un 70%
y un 80% de la longitud. La rejilla bien puede ser colocada entera o a tramos,
además la disposición será simétrica respecto al espesor del acuífero.

En cuanto a los acuíferos libres el problema es más complejo ya que una rejilla
larga disminuirá la convergencia de las líneas de flujo y aumentará así la
capacidad específica del pozo. Por otra parte la instalación en el pozo de una
rejilla de menor longitud da la posibilidad de que el pozo pueda trabajar con un
mayor descenso dinámico. Se ha demostrado que existe una relación entre el
caudal sacado y el descenso del nivel del pozo. Generalmente, para un
acuífero libre de gran espesor y homogéneo es aconsejable una longitud de
rejilla entre un tercio y la mitad del espesor de la capa saturada.

Para definir adecuadamente el tamaño de abertura de una rejilla deben


realizarse análisis granulométricos de muestras representativas de la formación
acuífera. La experiencia viene demostrando que para el caso de pozos sin
relleno de gravas debe seleccionarse un tamaño de ranura que retenga entre
un 40% y un 60% del material. Si se ha de colocar relleno de grava artificial son
recomendables aberturas que retengan al menos el 90% del material de
relleno.

El diámetro de una rejilla es un factor que se establece una vez definidas la


longitud y la abertura y disposición de las ranuras. Junto con ellas se define el
área de captación.

Una velocidad de admisión adecuada es un factor a tener en cuenta. Una


velocidad igual o menor a 3 cm/seg evita la formación de incrustaciones y

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constituye un valor recomendable. En la tabla contigua pueden verse las


velocidades recomendables de paso de agua por la rejilla en función de la
permeabilidad del terreno:

Permeab. terreno (m/día) Velocidad óptima (cm/seg)


>240 6
200 5
160 4.5
120 4
100 3.5
80 3
60 2.5
40 2
20 1.5
<20 1

El metal adecuado para la rejilla dependerá de tres factores:


- Composición química del agua ( grado de mineralización ).
- Presencia de limos bacterianos.
- Necesidad de resistencia de la rejilla que deberá soportar esfuerzos
de compresión, presión lateral y tracción.

Otros aspectos: En algunos casos no es suficiente con la colocación de una


rejilla para garantizar el correcto funcionamiento del pozo, sino que se hace
necesario colocar un relleno de grava, de características determinadas, en el
espacio anular que queda entre la pared del terreno perforado y la rejilla. Estos
rellenos de grava son especialmente recomendables en los siguientes casos:

- Acuíferos de arenas finas y uniformes.


- Formaciones muy estratificadas con capas alternativas de materiales
gruesos, medios y finos.
- Aguas muy incrustantes.
- Cuando el material del acuífero es arenisca pobremente cementada.

• Análisis comparativo entre pozos perforados y excavados

- Si el nivel del acuífero es profundo se impone el pozo perforado.


- En acuíferos poco permeables, con bombeo intermitente, es mejor el pozo
excavado, ya que actúa como depósito regulador.
- En acuíferos de muy poco espesor, para una velocidad de entrada
determinada, el aumento de caudal necesita un fuerte aumento de
diámetro.
- Los pozos excavados son generalmente más caros que los pozos
perforados.
- El peligro de colmatación es menor en un pozo excavado que en un pozo
entubado.
- Los pozos excavados (poco profundos ) se pueden ver muy afectados por
las variaciones estacionales del nivel freático.

15.1.2.2.- Galerías de agua

Las galerías de agua son túneles de sección reducida y ligera pendiente


ascendente que se internan en el interior de una montaña en busca de puntos

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inferiores al nivel freático, que permitan un cierto caudal de agua de procedencia


subterránea.

La ejecución de estas galerías es muy costosa por lo que su empleo ha quedado


reducido a casos muy concretos, como pueden ser las Islas Canarias. Las galerías
filtrantes tienen su origen en los llamados Kanats que se desarrollaron hace 2700 años
en América, Persia, Pakistán, Egipto, etc.. Los Kanats están constituidos por una
galería conectada a pozos de ventilación cada 50-100 m., hasta encontrar un punto
donde aflora el agua que era conducida por la propia galería hacia el exterior. Algunos
Kanats tienen casi 50 Km. de longitud y alcanzan una profundidad de hasta 120 m..
También se pueden considerar antecedentes históricos de este tipo de procedimientos
constructivos a las "minas" del llano de Barcelona y a los "viajes" de Madrid en el siglo
XVI.

El sistema consiste en la construcción de una galería en la zona próxima a la


emergencia del acuífero mediante los métodos constructivos habituales en minas
pudiendo ser revestidos o no dependiendo del terreno. Estas galerías se suelen
construir visitables y se pueden realizar sondeos adicionales.

En las Islas Canarias estas galerías se construyeron para captar manantiales y


rezumes, pero poco a poco se fueron prolongando hasta entrar en el cuerpo de agua
principal de las islas. Dado lo abrupto del terreno, es raro que tengan pozos de
ventilación, quedando como único acceso la boca de la propia galería. En Tenerife y
Gran Canaria son frecuentes longitudes de dos kilómetros pudiendo llegar incluso a
cinco kilómetros.

Una peculiaridad de este tipo de construcciones es que no permiten, generalmente,


controlar el caudal.

15.2.- CONDUCCIONES. INTRODUCCIÓN

El objetivo de las conducciones consiste en transportar el agua hacia la red de


distribución. A lo largo de este trayecto se encuentra la ETAP y termina, generalmente
en un depósito situado en cabecera de la red de abastecimiento.

Para realizar el transporte de agua pueden emplearse diferentes sistemas de


conducción:

• Circulación por gravedad, que puede ser de los tipos siguientes:

1. Conducciones con transporte en lámina libre o rodadas. Son canales


abiertos o cerrados que conducen el agua (su superficie se encuentra a
la presión atmosférica) gracias a la diferencia de nivel entre sus
extremos.

2. Conducciones con circulación del agua a presión o forzadas. En estos


sistemas el agua circula por gravedad pero a diferencia de los
anteriores, la línea piezométrica no coincide con la superficie del líquido
sino que se sitúa por encima.

• Circulación por impulsión. Gracias al empleo de una instalación de


bombeo las aguas pueden ganar cota. Obviamente en estas conducciones
el agua se encuentra a una presión superior a la atmosférica.

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Lo más habitual es la combinación de las conducciones con


circulación por gravedad y las impulsiones, así como dentro
de las primeras las rodadas y forzadas. Es decir, que en una
conducción desde la captación hasta el depósito de cabecera
no es infrecuente encontrar los tres sistemas. En la figura
siguiente se muestra un esquema de un perfil longitudinal de
una conducción en el que se muestran los tres tipos antes
comentados.

 



 





  
  

 

 
 
 


  
 





15.2.1.- CONDUCCIONES RODADAS O CANALES

Las características que deben tener los canales son (Paz y Paz, 1962):

• Sección transversal con formas redondeadas para evitar aterramientos.


• Velocidad mínima de 0,6 m/s a sección llena.
• Mínima rugosidad para evitar los depósitos de materia orgánica.
• Gran impermeabilidad.
• Inatacabilidad (tanto por las aguas conducidas como por las aguas
exteriores al canal) de los materiales de que estén constituidos.

Los canales que transportan agua potable deben estar cerrados, especialmente si
están situados aguas abajo de la ETAP. En general para caudales inferiores a 1 m3/s
se prefiere recurrir a tuberías.

Los canales presentan el inconveniente frente a una tubería forzada de que su perfil
longitudinal debe mantenerse entre unos valores límite de la pendiente para no
alcanzar velocidades excesivas. Por tanto, su trazado en planta debe ir buscando las
líneas de nivel e ir reduciendo cota progresivamente. Por el contrario, en terrenos muy
llanos sólo quedará la alternativa de construir conducciones rodadas.

Un elemento auxiliar de los canales son las almenaras. Son aliviaderos que permiten
dejar en seco un tramo de la conducción mediante el cierre de unas compuertas.

A veces la orografía impide la continuación de una conducción rodada sin efectuar una
obra especial. Entre estas destacan las siguientes:

• Túneles. Permiten el paso de la conducción salvando obstáculos como una


montaña. También se emplean en las conducciones a presión.
• Acueductos. Se emplean para cruzar una vaguada. Consisten en una
estructura resistente sobre la que se sitúa el canal.
• Sifones. Como los acueductos también sirven para cruzar una vaguada
(realmente deberían llamarse sifones invertidos) pero en este caso

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mediante una conducción forzada que discurre sobre el terreno (o enterrada


en zanja) de la vaguada. Como los sifones ya constituyen otro tipo de
conducción por gravedad los estudiaremos en el siguiente punto.

15.2.2.- CONDUCCIONES FORZADAS. SIFONES

Como ya se ha comentado las conducciones forzadas transportan agua a


presión con la ayuda de la fuerza de la gravedad. Su funcionamiento se basa en el
sifón invertido.

En el caso de tener que cruzar una vaguada debe hacerse una valoración económica
entre la alternativa de usar un canal dando un rodeo (si la orografía lo permite) o la
construcción de un sifón. En general el sifón produce una mayor pérdida de carga y es
de mantenimiento más delicado que el canal (Paz y Paz, 1962). De hecho es frecuente
emplear una doble conducción en previsión del fallo de una, dejando suficiente
espacio entre ambas para poder realizar las reparaciones.

El dimensionamiento de los sifones se hace de tal forma que la línea piezométrica


entre los puntos de salida y llegada no corte en ningún punto a la tubería. Se suele
dejar una distancia de seguridad (generalmente 2 m) entre el punto más desfavorable
de la tubería y la línea piezométrica para prevenir efectos secundarios que
incrementen la pérdida de carga y, por tanto, una bajada de dicha cota a un nivel
inferior al del punto más desfavorable. Obsérvese que si algún punto de la tubería está
por encima de la línea piezométrica se produciría una depresión que podría producir
problemas e incluso impedir la circulación del agua.

En los puntos bajos de la conducción se colocan desagües para poder dar salida al
agua en caso de avería. En los puntos altos se colocan ventosas para permitir la
salida del aire que pueda haber entrado en la conducción o el generado por bajadas
de presión en los tubos. Si la cota del punto alto en el que se sitúa la ventosa está muy
próxima a la línea piezométrica las ventosas funcionan mal, en este caso a veces se
construyen torres a modo de chimeneas de equilibrio en donde el agua está en la
parte superior a la presión atmosférica y se puede dar salida al aire.

Las cabezas y salidas de los sifones consisten en unas arquetas que reciben las
aguas de la conducción rodada y presentan el arranque del sifón en un punto inferior a
la superficie de la cámara. En la salida del sifón si el agua conserva energía suficiente
puede ser necesario dimensionar la cámara de llegada como una cámara de rotura de
carga.

Si la diferencia de cotas entre la entrada y la salida de una conducción es elevada


puede ser necesario ir rebajando gradualmente la línea piezométrica. Esto se realiza
con arquetas de rotura de carga o con elementos que originan una gran pérdida de
carga.

15.2.3.- TIPOLOGÍA DE LAS CONDUCCIONES

En función del tipo de construcción se pueden clasificar en:

• Fabricadas in situ. Actualmente sólo se realizan de esta forma


algunas conducciones destinadas a grandes obras.

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