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Informe

13-11-2022

Escuela: Centro De Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 246.


Docente: Narayany Montserrat Castañeda Aguilar
Alumno: Elvis Michel Ramírez López
Grado Y Grupo 3ro “C”.
INTRODUCCION
En el siguiente informe, hablaremos de la importancia del placer sexual, que a lo
largo del tiempo y de nuestra edad hemos llevado a cabo desde que estábamos
pequeños ya que sabemos que el placer sexual se puede definir desde un abrazo,
un beso o una caricia etc., al igual que cuando llevamos un vida sexual, por un
lado, porque el placer es una de las experiencias más maravillosas que forman
parte de la vida; y por el otro, porque en nuestra cultura existen discursos muy
contradictorios en torno a la vivencia del placer: por un lado parece que todo el
mundo sabe qué es, y que es algo muy importante, y por otro parece que no está
bien visto hablar abiertamente sobre el placer. Si preguntas sientes incomodidad,
te sientes culpable, se frivoliza y, sobre todo, no se proporciona información
correcta ni se habla de manera natural sobre él. Nuestro cuerpo es sexuado, las
personas estamos preparadas para el contacto corporal cuerpo a cuerpo, estamos
desprovistas de pelo, tenemos de pies a cabeza piel sensible al contacto, a las
caricias. Es importante que las personas nos sintamos contentas y a gusto con
nuestro cuerpo, pues es el vehículo a través del cual expresamos, damos,
recibimos y comunicamos. Lo que hace un cuerpo hermoso es su capacidad para
transmitir y sentir. Existen zonas del cuerpo que son muy sensibles sexualmente,
con muchas terminaciones nerviosas y que pueden producir sensaciones muy
placenteras; es lo que llamamos las zonas erógenas. Algunos ejemplos pueden
ser el pene, los testículos y el ano en el caso de los chicos; la vulva con los labios
mayores y menores, el clítoris, el pubis, la zona del ano, la vagina y los pechos en
el caso de las chicas. Pero si preguntáramos a cada persona y fuésemos
sumando lo que cada una nos dice veríamos que todo el cuerpo puede ser un
punto g o una zona erógena: cabeza, orejas, genitales, espalda, piernas, vientre,
pecho; es cuestión de gustos, momentos, experiencia. La imaginación y las
fantasías sexuales. La mente es un potente motor de nuestro deseo sexual y a
través de recuerdos de experiencias vividas, situaciones inventadas que pueden
resultarnos excitantes, puede evocar sensaciones tan reales que pareciera que
estuviéramos vivos, Los “expertos en sexualidad” se han negado a considerar la
subjetividad del pueblo indígena, por tanto no han tomado en cuenta sus
sensaciones, sus emociones y las cosmovisiones que operan simultáneamente en
la vida cotidiana y en la estructuración e interpretación de la experiencia colectiva
y personal, por eso es importante e indispensable transformar los marcos teóricos,
las modernas maneras de pensamiento, y la actitud de quien observa o investiga,
para comprometerse emocional y políticamente con los sujetos con quienes se
trabaja. Es importante abrir los ojos a las creencias, cosmovisiones e ideologías
que han sido catalogadas como atraso, pues el conocimiento de otras culturas
permite mirar y comprender desde otro lugar, para agregar otra dimensión o
perspectiva en su explicación y percepción sobre la realidad social es por eso que
a continuación hablaremos de este tema tan importante para la sociedad.
Cuando hablamos de placer sexual nos referimos a sensaciones de disfrute,
gusto, satisfacción que podemos experimentar en una relación afectivo-sexual: el
placer de tener relaciones sexuales con la persona que nos gusta, de imaginar,
fantasear, de sentirnos queridos y queridas, deseados y deseadas, el placer de
besar, mimar, oler, oír. Existen infinitas situaciones, experiencias, objetos,
estímulos, personas que pueden resultarnos placenteras. Algunas son bastante
comunes y están influenciadas por la cultura, los mensajes sociales, los medios de
comunicación, pero en el fondo lo que nos resulta placentero es una experiencia
única y personal: bailar pegaditos, una caricia más suave o más intensa, el coito
vaginal o anal, unas manos cálidas, el olor a colonia o el olor corporal recién
duchado, el sabor salado, el chocolate, una canción y otra, un gesto, un masaje en
las piernas, los besos, ver o sentir lo que me gusta, un recuerdo, acariciar una
zona u otra del cuerpo, masturbar, el sexo oral e infinidad de posibilidades más.
La reproducción es una de las etapas del ciclo vital de los seres vivos, junto al
nacimiento, crecimiento y la muerte. Se trata de un proceso biológico mediante el
cual los organismos vivos crean nuevos organismos, más o menos similares a
ellos mismos, perpetuando así la especie y garantizando su supervivencia en el
tiempo. Todos los seres vivos están capacitados de una forma u otra para la
reproducción, aunque no todos la lleven a cabo de manera exitosa o no todos
deseen hacerlo, en el caso de la humanidad. De hecho, la etapa vital de la
maduración de las especies implica alcanzar el desarrollo necesario para permitir
la eventual reproducción. A dicho estadio se le conoce también como madurez
sexual, al menos en las especies animales. La reproducción implica un conjunto
de procesos más o menos complejos, que a un nivel más amplio permiten la
generación de nuevos individuos, pero que también ocurre cuando las células del
cuerpo de un mismo individuo se regeneran, es decir, son reemplazadas por
células más jóvenes. La reproducción de los seres vivos, a grandes rasgos, puede
ser de dos tipos: sexual y asexual, tomando en cuenta la información genética de
los nuevos individuos formados. Reproducción asexual. Esta es la forma de
reproducción más primitiva, típica de los organismos unicelulares. En ella un
individuo maduro, que ha alcanzado las condiciones idóneas y se encuentra en un
medio ambiente propicio para reproducirse, inicia algún tipo de bipartición, fisión o
replicación que arroja como resultado un individuo nuevo, joven, pero cuya
información genética es idéntica a la de su progenitor. Este proceso permite poca
variabilidad genética, como no sea a través de mutaciones. Algunos ejemplos de
reproducción asexual son la gemación, la bipartición, la fragmentación, la
esporulación y la partenogénesis. Reproducción sexual. Mucho más compleja
desde un punto de vista genético, este modo de reproducción permite el
intercambio genético y una alta tasa de variedad, ya que consiste en la creación
de células reproductivas o gametos, cada uno de los cuales posee la mitad de la
carga genética completa de un progenitor maduro. Dos de estos gametos deben
encontrarse y unirse (fecundación) para dar así origen a un individuo nuevo, cuya
información genética es propia y única, diferente de la de sus progenitores. Este
modo de reproducción se llama sexual porque los progenitores deben ser
organismos sexuados: macho y hembra respectivamente, para poder
reproducirse. La diversidad sexual es un aspecto ha acompañado a los seres
humanos a lo largo de su historia, sin embargo, hoy en día muchas personas son
discriminadas por su orientación sexual o su identidad de género. Cuando se
habla de diversidad sexual se hace referencia a las diferentes formas de expresar
el afecto, erotismo, deseo, las prácticas amorosas y sexuales entre las personas;
éstas no se limitan a las relaciones de pareja entre un hombre y una mujer, por lo
que incluye la heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad. El término
diversidad sexual cuestiona la idea de que hay una única forma de ejercer la
sexualidad y los afectos, haciendo visible la existencia de otras formas de
expresarlos. Incluye también la idea de que la identidad de género de una persona
puede ser independiente del sexo con el que nació y su orientación sexual. Es la
capacidad de cada persona de sentir atracción emocional, afectiva y sexual por
otra persona. Comúnmente se consideran las siguientes categorías: bisexualidad,
sentir atracción emocional, afectiva y sexual por otras personas ya sean hombres
o mujeres, independientemente de su sexo o género; heterosexualidad, sentir
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de sexo o género distinto al
propio; y homosexualidad, sentir atracción emocional, afectiva y sexual por
personas del mismo sexo o género. Esta categoría incluye a personas que se
identifican como gays y lesbianas. Cabe aclarar que la orientación sexual es
independiente del sexo biológico y de la identidad de género. Libres e iguales
“libres e iguales” es una campaña de educación pública mundial sin precedentes
de las naciones unidas en pro de la igualdad de las personas lesbianas, gay,
bisexuales y transgénero e intersexuales (lgbti). Este proyecto de la oficina de
derechos humanos de las naciones unidas, busca crear mayor conciencia de la
violencia y discriminación homofóbicas y transfóbicas y promover un mayor
respeto de los derechos de las personas lgbti en todo el mundo. En el marco de
esta campaña millones de personas están participando en conversaciones que
ayudarán a promover el trato equitativo de las personas lgbti y fomentarán el
apoyo a las medidas encaminadas a proteger sus derechos. En las relaciones
sexuales y amorosas hay que reconocer y considerar siempre la libertad y la
dignidad propia y de la pareja, sin instrumentalizar nunca a la otra persona para
buscar únicamente el propio beneficio, de manera que tanto nosotros como la otra
persona nos sintamos libres de aceptar o no esa relación. Los llamados principios
éticos pueden ser vistos como los criterios de decisión fundamentales que los
miembros de una comunidad científica o profesional han de considerar en sus
deliberaciones sobre lo que sí o no se debe hacer en cada una de las situaciones
que enfrenta en su quehacer profesional. Estos estándares tienen como propósito
garantizar que las distintas disciplinas estén al servicio de todos los seres
humanos y que en su esfuerzo por el progreso del conocimiento y por el
mejoramiento del bienestar de los destinatarios del servicio profesional, se
respeten los derechos humanos de todos los grupos involucrados.
Como conclusión considero que los adolescentes y jóvenes tienen derecho a
obtener información básica y acceso a los recursos que les permita vivir una vida
sexual y reproductiva satisfactoria. Reconocer que los varones tienen
responsabilidades que deben atenderse. Entender que en las decisiones de las
adolescentes y jóvenes acerca de temas de salud sexual y reproductiva influyen
directamente sus padres, sus parejas y deben abordar la necesidad de empoderar
a las mujeres para que tomen decisiones informadas. Entender las prácticas
sexuales y las diferencias de género puede aumentar la eficacia de los programas
de intervención diseñados para reducir embarazo no deseado, ofrecer servicios
integrales para la interrupción segura del embarazo en aquellas situaciones en
que la adolescente no desea seguir adelante con su embarazo, en especial
cuando éste es producto de violencia sexual e infecciones de transmisión sexual
en adolescentes y jóvenes de ambos sexos, siendo esta última causal la más
controversial. Se deben concebir programas para adolescentes y jóvenes activos
sexualmente, pero no unidos en pareja todavía, y que aspiran a impedir
embarazos y reducir su exposición a la transmisión de infecciones de transmisión
sexual. Estos programas deberían combinar la educación, sensibilización,
consejería, pues probablemente encontrarán resistencia en las fuerzas
socioculturales imperantes actualmente, y ofrecimiento de medios de regulación
de la fecundidad.
Los esfuerzos de los programas y de las intervenciones deberían estar
focalizados en los grupos más vulnerables de la población, porque es allí donde
los y las adolescentes y jóvenes suelen carecer de opciones vitales y
oportunidades alternativas a los comportamientos reproductivos tempranos. Los
factores socioculturales y la perspectiva de género que influyen en las opiniones
de los y las adolescentes y jóvenes acerca de la sexualidad, su acceso a la
información y a los servicios de salud influyen en la salud sexual y reproductiva y
en su bienestar, incluida su capacidad para protegerse de un embarazo no
planificado o adquisición de infecciones de transmisión sexual. La sexualidad se
construye a partir de la experiencia y práctica personal. A pesar de ser un tema
tabú, las mujeres, los hombres, la juventud y las personas de la tercera edad se
atrevieron a revelar sus pensamientos y sus prácticas. Cada grupo generacional
percibe de diferente manera la sexualidad y en el transcurso de la investigación
hubo la posibilidad de hablar de sus historias y experiencias, de sus pensamientos
y de sus sentimientos. Pusieron énfasis en su práctica individual, sus aspiraciones
y críticas. La juventud apuesta a la libertad para hablar sobre este tema.
Reconocen que es tema tabú, pero entre el grupo de amigas y amigos se
convierten en transgresores del orden social establecido porque se atreven a
hablar de temas íntimos. La juventud clama por ser informada para que la
curiosidad no deje huellas traumáticas en sus vidas.

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