Prof.

Sol Simon- ISPN-Catequesis

¿Qué es la Cuaresma? ¿Qué sucede en la Semana Santa y por qué es tan importante para
nosotros, los cristianos? ¿Qué es la Pascua y qué significa?

Antes de responder a todas estas preguntas, miremos esta rueda litúrgica:

La rueda litúrgica, que es Cristo céntrica, nos indica que estamos, según la época y el mes, en
tiempos de Cuaresma. Este tiempo empezó el 2 de marzo de este año (2022), el miércoles de ceniza.
Ese día comenzaron los cuarenta días previos a la Pascua. Pero, ¿qué es “cuaresma” y que significa
la “ceniza”?

En primer lugar, el día miércoles de ceniza, se leyó el evangelio Mt 6, 1-6.16-18. Este evangelio
nombra todos los antecesores a Jesús, hijo de Abraham y David. Es el versículo 18 el que anuncia el
origen de Cristo: María, quien estaba comprometida con José, se encontró encinta por el poder del
Espíritu Santo.

Por lo tanto, el miércoles de ceniza inició el tiempo de cuaresma.

La ceniza es símbolo de humanidad. Nos recuerda que somos creación de Dios. Reconocernos
“CENIZA” es asumir nuestra humildad ante Dios, nuestra pequeñez frente a Él, así como nuestra
dependencia en el ser. Nos asumimos como seres creados, como seres que “venimos desde el polvo,
y al polvo volveremos” (Gen 3, 19). Esta cita bíblica nos recuerda que, como lo es el polvo, la vida
en la tierra es pasajera.

De hecho, durante la celebración de la santa misa, el miércoles de ceniza, el sacerdote nos unta
ceniza en la frente, haciendo la señal de la cruz.

La ceniza representa muerte, nos hace concientizar acerca del final de las cosas. No obstante,
cuando nuestra vida en la tierra finaliza, continúa nuestra vida espiritual de nuestra alma separada
del cuerpo, debido a que somos seres corpóreo-espirituales.

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Con esta aclaración, quiero decir que cada “muerte” es para nosotros un “comenzar una vida
nueva”, la muerte es un “dejar atrás lo que fui”, para “ser renovado, ser alguien nuevo”. La ceniza
podría representar la “muerte” de nuestros pecados y errores, para, luego de identificarlos, dar
comienzo a un tiempo de cuarenta días en los que preparamos nuestro corazón para vivir con Jesús
su PASO de la muerte hacia la vida.

Entonces, ¿qué debo hacer como cristiano durante estos cuarenta días en los que debo preparar mi
corazón para “renacer”?

Para empezar, el miércoles de ceniza debo ayunar, es decir, ingerir una sola comida fuerte durante
el día, y el resto del día no comer. Tampoco se debería comer carne roja, ni el miércoles de ceniza
ni los viernes dentro de los 40 días de la cuaresma, especialmente el viernes santo no se debe
consumir carne roja.

Por ende, podemos considerar a este período cuaresmal, como un período de:

-Penitencia y arrepentimiento

-Oración

-Obras de piedad

-Caridad y limosna

-Ayuno. Es importante aclarar que están exceptuados del ayuno de alimentos los enfermos, las
embarazadas y los ancianos. Además, el ayuno no es exclusivamente de alimentos, puedo ayunar
de malos comportamientos, de insultos, de un uso excesivo de la tecnología, de las quejas, etc.

Es decir, durante el transcurso de estos cuarenta días previos al día de pascua (este año es el
domingo 17 de abril) debo implementar acciones relacionadas a la lista antes mencionada.

¿Qué actividades se les ocurren para practicar oración, piedad, penitencia…etc.?

Actividad 1: Armar un calendario que incluya 26 días, de lunes a domingo, y cada día, coloco al
menos una actividad que fomente oración, piedad, ayuno, etc. Luego de armar el calendario
completo, coloco la actividad cuaresmal que me propongo hacer en el día de hoy. Se debe poner sí
o sí una acción cuaresmal por día. En total, serán 26.

Nos estamos preparando, durante este período, nuestro propio camino que nos conduce hacia
Jesús. Queremos vivir la pascua de resurrección con nuestro cuerpo y alma renovados y bien
dispuestos.

Continuemos con la cuaresma.

Durante estos cuarenta días, en las lecturas de los evangelios, se lee la vida de Jesús, su nacimiento,
bautismo, milagros, relación con sus discípulos, sabiduría y obras, hasta sus últimos días de vida en
la Tierra. Estos días, que finalizaron en la crucifixión, los llamamos la semana santa.

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Se denomina a esta semana “santa” porque es una semana de mucha intensidad y vivencia
espiritual. Durante la misma, los fieles pasamos por momentos triunfales, trágicos y momentos de
fiesta, llamados gloriosos.

La semana santa de este año, comienza el 10 de abril con el domingo de ramos y finaliza el 17 de
abril con el domingo de pascua.

Como mencioné, el 10 de abril celebraremos el domingo de ramos (Lc 22, 14-23.56).

Recordatorio: ¡ir a misa con una rama de olivos en la mano, así el sacerdote me la bendice!

Este día se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, con sus discípulos, montado en un burro. Los
ciudadanos de Jerusalén ya lo conocían como Mesías, como Rey, como una amante de los niños,
como sabio y como auxilio de los enfermos. Los ciudadanos ya habían oído de su sabiduría y, por
eso, cuando Jesús ingresó a Jerusalén con su sonrisa de paz y humildad, montado en su burro, los
ciudadanos exclamaron: ¡Viva! ¡Aquí llega el Rey! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Cada
persona que recibía a Jesús, tenía en su mano una rama de palma o de olivo, y la agitaban con alegría
mientras Jesús pasaba.

Cuesta pensar que así fue el recibimiento de Jesús, sabiendo cuál va a ser su final.

Durante la misa del domingo de ramos, el sacerdote bendice nuestra rama de olivos, con agua
bendita. Luego de la misa, debemos llevar esa rama de olivos a nuestra casa y la debemos colocar
en un lugar importante para nosotros. Puede ser en la puerta, en la biblioteca, en una repisa, al lado
de una imagen de un santo, de María, etc. La rama de olivo es símbolo de paz y de fecundidad.

El próximo día de la semana, es el jueves santo (14 de abril de 2022-evangelio Jn 13, 1-15)

En este día, recordamos la última cena de Jesús con sus discípulos y la realización de varias obras:

-Jesús instaura la Eucaristía (el pan y el vino son su cuerpo y su sangre)

-Jesús les lava los pies a sus discípulos.

-Jesús reza en el huerto de Getsemaní o monte de los olivos.

Durante la última cena, Jesús anuncia su muerte y la futura traición de uno de sus discípulos.

Con sus palabras, instaura el sacramento de la eucaristía diciendo: “tomen y coman todos de él,
porque este es mi cuerpo que será entregado por ustedes”. Luego, Jesús dice: “tomen y beban todos
de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada
por ustedes y por muchos, para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía” (Lc
22, 15-20).

Luego, durante esta misma reunión, Jesús procede a lavarle los pies a sus discípulos, como gesto de
humildad, entrega y servicio hacia ellos.

En esta cena, Jesús les anuncia a sus discípulos, aprendices, testigos y amigos, que morirá para
salvar a toda la humanidad del pecado y reunirla todo lo posible con su Padre del cielo.

Luego de la cena, Jesús se dirige al monte de los olivos o también conocido como huerto de
Getsemaní, acompañado por los discípulos Pedro, Juan y Santiago.

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Ellos, luego de un rato se quedan dormidos, pero Jesús no podía dormir, sabiendo que le quedaba
poco tiempo de vida. Padecía un gran dolor y mucha angustia al saber que se acercaba su hora de
entregarse.

De hecho, con este suceso comienzan los misterios dolorosos del rosario, que se rezan los días
martes y viernes, siendo el último misterio el de la crucifixión.

(Continúa en el próximo archivo “cuaresma parte 2 ISPN”.)