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CARRERA: LICENCIATURA EN DERECHO

ASIGNATURA: DERECHO DE INTEGRACIÓN ONLINE

CÓDIGO DE CLASE: DIE-1026

MODULO I
DERECHO COMUNITARIO Y ORGANIZACIONES DE
INTEGRACIÓN

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UV: 3

Requisitos para cursar la asignatura: Derecho Constitucional

Objetivo general:
Que el alumno conozca el derecho comunitario y las organizaciones, lo cual le
permitirá tener un conocimiento básico del derecho de integración.

Objetivo específico:
Conocer Derecho comunitario y las organizaciones regionales de integración.
Identificar las Características de las organizaciones internacionales clásicas y
de integración.

Competencia a desarrollar.
Que el estudiante conozca y analice el derecho comunitario, las organizaciones
regionales y características de las organizaciones internacionales clásicas y de
integración.

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Introducción
El derecho internacional público contemporáneo tiene en sus estructuras
normativas elementales la aparición de procesos de integración entre los
estados y organizaciones internacionales, esos procesos integrativos son
columna transversal de las relaciones internacionales de la actualidad.
El derecho de integración es pues clave para conocer, analizar, y comprender
la manera en la cual la comunidad internacional lleva a cabo sus
interdependencias políticas, económicas, migratorias, y todo tipo en el
escenario internacional.

Bibliografía
Manual de Derecho Comunitario Centroamericano
Cesar Ernesto Salazar Grande, Enrique Napoleón Ulate Chacón

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DERECHO COMUNITARIO Y ORGANIZACIONES DE INTEGRACIÓN
Este módulo tiene como propósito introducir en el manejo de conceptos
esenciales que rigen el Derecho comunitario y las organizaciones de
integración regional, con el fin de lograr una mejor comprensión del Sistema
de la Integración Centroamericana (SICA), sus Instituciones, sus competencias
orgánicas y funcionales, así como la toma de decisiones.
Por ello se establecen algunas distinciones entre las organizaciones
internacionales clásicas, que surgen de las relaciones de cooperación entre los
Estados, y que normalmente se rigen institucionalmente mediante órganos
intergubernamentales, de aquellas organizaciones de integración regional,
mediante las cuales se da origen a una Comunidad de Estados, dotando a sus
órganos e instituciones con características especiales. Veremos cómo las
instituciones comunitarias no nacen, precisamente, de un concepto
preconcebido de separación de poderes estatales, donde las competencias
legislativas, ejecutivas y judiciales están claramente delimitadas.
Por el contrario, la creación de una Comunidad de Estados, conlleva,
necesariamente, a establecer mecanismos institucionales más complejos, en
vista de que los Estados, al establecer competencias a órganos e Instituciones
comunitarias, para alcanzar fines o propósitos comunes a la integración,
requieren de algún modo garantizar su participación en las decisiones propias
de la Comunidad.
La división de funciones, dentro de una estructura institucional comunitaria,
responde en consecuencia a la necesidad de los Estados miembros de
preservar un control sobre las Instituciones receptoras de la competencia
(anteriormente soberana de los Estados), a garantizar la participación

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democrática de la sociedad civil en la toma de decisiones, y finalmente, a
establecer un mecanismo de control jurisdiccional dentro de la Comunidad.
De ahí que encontremos, dentro de esta perspectiva, órganos propiamente
comunitarios, y órganos conformados mediante una estructura
intergubernamental, pero que pese a ella, al reunirse en cuerpo colegiado y
tomar decisiones, lo hacen en nombre de esa Comunidad de Estados. Es decir,
coexisten órganos conformados por representantes gubernamentales, pero
con competencias comunitarias, con los órganos a los cuales los tratados les
asignan características de supranacionalidad, como es el caso de la Corte
Centroamericana de Justicia.
Por ello las relaciones entre el Derecho comunitario y el Derecho interno de los
países miembros, se fortalecen en la medida que el acervo (acquis) de la
Comunidad se vea enriquecido por esa justa y necesaria relación de
complementariedad entre el método comunitario y el gubernamental.

I.- Derecho comunitario y organizaciones regionales de integración


El Derecho comunitario se origina en un ordenamiento jurídico nuevo y
autónomo, caracterizado en modo particular por la naturaleza de sus
Instituciones, sus atribuciones y competencias limitadas, capaces de emanar
actos jurídicos normativos, ejecutarlos y exigir su cumplimiento en la entera
Comunidad, en una estrecha relación de complementariedad con los poderes
públicos nacionales. Su fin primordial es construir el bien común regional
basado en relaciones de solidaridad, mediante la persecución de fines,
objetivos, propósitos y políticas comunes a un proceso de integración global.
Los procesos de integración tienen su origen normativo en la suscripción de
Tratados Internacionales (STROZZI, 1991) por parte de los Estados miembros,

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que hacen uso de sus facultades soberanas para negociar y dar su
consentimiento (FERRER, 2006, 258) en la creación de nuevos Órganos e
Instituciones, cuyas competencias y funciones deberían estar debidamente
establecidas por su respectivo tratado constitutivo, señalando también las
políticas públicas regionales o comunes que deben cumplir.

A esto le llama la doctrina principio de “atribución de competencias” que es


fruto del apoderamiento que hace cada Estado miembro al suscribir, ratificar
o adherirse a los tratados (MANGAS, Aracelly y LIÑAN, Diego, 2011, 69). Los
tratados originarios forman parte del Derecho Internacional Público y están
sujetos a ratificación por parte de los poderes legislativos, de acuerdo al
procedimiento interno establecido en la Constitución de cada país.
Los Tratados Convencionales, ratificados y depositados, dan origen a nuevas
organizaciones internacionales (GUERRERO, 1999, 1). Dichas organizaciones
pueden cumplir fines puramente de cooperación regional, caso en el cual
siguen la estructura y competencias clásicas de las organizaciones
internacionales, sometidas al Derecho Internacional, o bien, pueden ser
constituidas para el cumplimiento de fines comunitarios o de integración
regional, caso en el cual pueden dar origen a nuevos Órganos o Instituciones
con características supranacionales, u órganos de conformación
intergubernamental, pero con competencias comunitarias, y por ende
sometidas a las reglas del Derecho Comunitario.

En este segundo caso, los Estados nacionales conceden parte de sus


competencias soberanas a los órganos de la Comunidad. Para ello requieren,
necesariamente, de una atribución o autorización constitucional expresa o

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implícita, generalmente dotada de un procedimiento más estricto de
aprobación legislativa, para ceder parte de sus competencias soberanas a
estos órganos supranacionales. Conforme se analizará, el SICA participa de una
doble naturaleza jurídica. Desde el ámbito del Derecho Internacional Público
es una organización internacional convencional en sus relaciones con otros
Estados u organizaciones internacionales.
En ese sentido, el SICA puede celebrar convenios, adquirir empréstitos,
participar en juicios, realizar su derecho de delegación activa o pasiva ante
organizaciones o Estados, es responsable internacionalmente y conserva su
personalidad jurídica como sujeto de derecho internacional.
En este aspecto, la vida jurídica del SICA ha llevado en su proceso de formación
el cumplimiento de los requisitos del Derecho internacional, mediante la
suscripción del Tratado, la ratificación de los Estados nacionales y su depósito
posterior ante la Secretaría de la Organización de Naciones Unidas. Desde al
ámbito interno del proceso de integración, para los siete países miembros, se
trata de una organización de carácter comunitario o de integración, con
objetivos y propósitos propios, lo cual se desarrollará en los próximos
apartados.

I.1. Características de las organizaciones internacionales clásicas


Las organizaciones internacionales clásicas se caracterizan por la
configuración intergubernamental de sus órganos, lo que significa que en cada
órgano, sea Asamblea General, Consejo Ejecutivo, Comité Consultivo, entre
otros, están representados los intereses individuales de cada Estado miembro.
Esto se debe a que los Estados quieren mantener sus poderes soberanos y les
interesa establecer relaciones de cooperación, sin arriesgar sus facultades

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soberanas. Ello comporta una segunda característica, que es la general
aplicación del requisito de la unanimidad en la toma de decisiones.
Esta regla implica limitaciones en la toma de decisiones pues un solo Estado
podría bloquear el interés de los demás Estados, por lo cual se ha ido
modificando a favor del simple consenso, que es la aprobación de una decisión
sin votación formal mediante una declaración concertada de los Estados
miembros.
La tercera característica es la ausencia, en la mayoría de casos, de poderes
normativos con eficacia directa y aplicación inmediata. Normalmente se dictan
normas de cooperación o de coordinación, pero subordinadas al respeto de los
sistemas jurídicos y principios constitucionales de cada Estado.
Excepcionalmente, dichos órganos son dotados de competencias normativas
cuyas normas sean de aplicación obligatoria pues normalmente, para su
entrada en vigor, deben pasar a través de los procedimientos legislativos
internos de cada Estado, a fin de adaptarlas y aplicarlas.
La cuarta característica de su carácter interestatal es que supone que sus
órganos están integrados por representantes de los gobiernos de los Estados
miembros, los cuales velan por los intereses del Estado que representan en la
organización y en el desempeño de su cometido, siguen instrucciones de sus
gobiernos.
Aunque en las organizaciones internacionales figuran órganos no
intergubernamentales, como la Secretaría General de la ONU, cuyas personas
no representan al gobierno y sus funciones son independientes de su Estado,
los órganos de naturaleza intergubernamental son los más importantes desde
el punto de vista jurídico político, ya que los Estados nacionales imponen una
orientación determinada en el ámbito institucionalizado de cooperación.

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Normalmente al órgano plenario (Asamblea General integrada por todos sus
miembros) le confieren ser el órgano supremo de la organización dándole
competencias importantes.
Otros órganos como el Comité Ejecutivo o las Secretarías tienen funciones de
variada índole administrativa y burocrática, no integrados por todos sus
miembros, pero que están supeditados a la misma competencia
institucionalizada de cooperación.
La mayor parte de las organizaciones internacionales clásicas tienen
personalidad jurídica internacional y son representadas por un Secretario
General, nombrado por acuerdo de los mismos Estados, generalmente a través
de una Asamblea, quien asume un rol individual e independiente del interés
particular de cada uno de los Estados y puede, a nombre de la organización,
suscribir otro tipo de convenios autorizados por el Tratado Constitutivo.
Además, muchos Tratados Institutivos de organizaciones internacionales
clásicas prevén mecanismos para la solución de conflictos, en algunos casos
órganos jurisdiccionales o arbitrales, cuyas decisiones son de observancia
obligatoria para los Estados involucrados en la decisión jurídica de las
controversias, eficacia que no se extiende a los particulares.

I.2. Características de las organizaciones internacionales de integración


Las obligaciones internacionales que vinculan a la UE y al SICA, son las mismas,
ambas tienen su origen en el derecho internacional general. La aplicación de
las reglas consuetudinarias y de los principios generales del Derecho
internacional es algo aceptado por la doctrina y admitido por las sentencias del
Tribunal Europeo y por la misma Corte Centroamericana de Justicia.

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Al igual que en el caso europeo, el centroamericano, específicamente en el
Protocolo de Tegucigalpa y los demás tratados que conforman el
ordenamiento jurídico del SICA, por ejemplo: cumplen con las formalidades
prescritas para la suscripción, adopción, ratificación y vigencia establecidas en
las normas referentes al Derecho de los Tratados; aplican los privilegios e
inmunidades de las organizaciones internacionales establecidos por la
Convención de Viena sobre Inmunidades y Privilegios; se pronuncian por el
respeto a los principios y normas contenidas en la Carta de la ONU; ejercen su
derecho de legación activa y pasiva; y, cumplen con su registro en el Secretaría
General de dicho órgano universal internacional.
No obstante, existen características diferenciadoras entre una organización
internacional general y una especial de integración. Las organizaciones
internacionales de integración que se han venido multiplicando a nivel regional
y con diversos grados de intensidad, aunque comparten algunos de esos
elementos, gozan de otras características muy diversas y, por su propia
naturaleza jurídica, se les ha llamado “sui géneris”.
En primer lugar, debe destacarse que estas organizaciones sui géneris van más
allá de las meras relaciones de cooperación o coordinación entre los Estados,
porque se orientan hacia una verdadera integración mediante el
establecimiento de políticas comunes. Ello significa que el método
intergubernamental para la toma de decisiones se reduce esencialmente al
órgano del que dependen las decisiones fundamentales de impulso y
orientación política del proceso de integración (vgr. Consejo Europeo, Reunión
de Jefes de Estado, etc.), prevaleciendo el método comunitario para la
formación de actos normativos comunitarios y su correspondiente aplicación
y ejecución.

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Ello comporta que los órganos creados representan a la entera Comunidad de
Estados, y tienen competencias normativas, ejecutivas o jurisdiccionales, en
este último caso supranacional, expresamente atribuidas en sus respectivos
tratados originarios, distintos e independientes de los Estados nacionales. La
transferencia o sesión de competencias que hacen los Estados a favor de los
órganos comunitarios tiene como consecuencia directa que éstos pueden
dictar actos normativos vinculantes (derivados), con características de
aplicación directa en el ordenamiento interno de cada Estado.
En la toma de decisiones, se tiende a superar la regla de la unanimidad para
exigir la mayoría absoluta o calificada, mediante procedimientos complejos en
los cuales se requiere la participación de dos o más órganos comunitarios, a fin
de garantizar la transparencia y legitimidad democrática de las Instituciones.
Ellas también gozan de personalidad jurídica internacional y, normalmente,
son representadas por el Presidente de una Comisión ejecutiva (integrada por
representantes absolutamente independientes de los Estados), o bien, por el
Secretario general del sistema de integración. Este órgano, que podríamos
llamar “Alto representante” actúa en modo independiente e imparcial y
representa la entera Comunidad en sus actuaciones internacionales.
En fin, las organizaciones supranacionales de integración regional son dotadas,
en la mayoría de los casos, de propios tribunales jurisdiccionales comunitarios,
encargados de hacer respetar el derecho comunitario o de integración, a cuya
competencia están sometidos no solo los Estados parte, sino también los
particulares, que pueden acudir directamente ante la Corte en defensa de sus
derechos. Dicha competencia puede ser exclusiva o compartida, pues los
mismos órganos jurisdiccionales nacionales deben velar por la aplicación de la
normativa comunitaria.

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