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La discriminación en México:

Antecedentes e Historia

Alumna Cristina Márquez Calderon

Escuela Fray Matías de Córdova

Materia: Metodología de la Investigación


La discriminación en México: Antecedentes e Historia

La discriminación es toda aquella distinción, sin causa racionalmente justificable, que causa un
daño o perjuicio a una persona en la esfera de su dignidad. Usualmente, las distinciones se
basan en ciertas situaciones que las personas no pueden o no quieren cambiar, como podrían
ser: origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, religión, condiciones de salud,
opiniones, condición social o económica, estado civil, preferencias sexuales, así como cualquier
otra que atente contra la dignidad humana. Se trata, pues, de un listado abierto, con posibilidad
de ampliarse para incluir cualquier distinción cuyo efecto dé como resultado la humillación del
individuo. De esta forma, el derecho a la no discriminación está integrado por tres elementos:

a) un trato desigual,

b) un efecto negativo directo, y

c) la ausencia de una razón aceptable que sustente la distinción, de tal forma que se
produce una desigualdad no justificada.

Como en la mayoría de los países, en México existe racismo y discriminación. La Encuesta


Nacional sobre Discriminación en México (2010) establece que nueve de cada diez mujeres,
discapacitados, indígenas, homosexuales, adultos mayores y pertenecientes a minorías
religiosas, opinan que padecen discriminación por su condición; una de cada tres personas
pertenecientes a dichos grupos dice haber sido segregada, y han sido discriminadas en el
ámbito laboral.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) refiere que "la discriminación
es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a
determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la
hemos causado o recibido". La discriminación es asociada a situaciones de marginación,
apartamiento, diferencia, exclusión, distinción, preferencia y segregación.

Una de las manifestaciones evidentes de la exclusión social se verifica en la discriminación


estructural de ciertos grupos sociales, como las personas que viven en la pobreza y en la
extrema pobreza, las personas adultas mayores, los pueblos indígenas, las personas lesbianas,
gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI), las personas con discapacidad, las personas
migrantes, la infancia, los jóvenes, las poblaciones callejeras, las personas víctimas de trata y
explotación sexual, entre otros grupos. En ese sentido, la discriminación debe dejar de ser
considerada solamente como una práctica cultural denigrante y concebirse como forma de
desigualdad estructural, es decir, una relación social de dominio inaceptable que viola derechos
humanos y que pone en situación de desventaja y desigualdad a grupos humanos completos,
impidiéndoles el goce efectivo de sus derechos y su desarrollo humano.

En efecto, representaciones culturales, históricamente asentadas y socialmente compartidas


como los estigmas y prejuicios, dan lugar a la desigualdad de trato padecida por los grupos
discriminados y explican la desventaja social que padecen. De este modo, la desigualdad de
trato posee una condición fundamentalmente cultural, aunque a la vez tiene poderosos efectos
materiales en el ejercicio de los derechos humanos y la calidad de vida de las personas y grupos
que la padecen.

A manera de ejemplo, la discriminación histórica que afecta a los pueblos indígenas de América
se sustenta en construcciones ideológicas de dominación que asumen como “naturales” las
desigualdades entre los grupos, y no refieren a que estas constituyen una consecuencia de una
estructuración social dada. Los pueblos indígenas por sus características se sitúan entre los
grupos históricamente discriminados, marcados por una supuesta inferioridad que ha
contribuido a profundizar la desigualdad y la discriminación en el tiempo. La discriminación
étnico-racial tampoco puede ser entendida sin los factores estructurales e históricos de su
conformación. Así, la dominación colonial y la esclavitud de la que fueron objeto los pueblos
indígenas y afrodescendientes, entre otros, son antecedentes que contribuyen a entender en
perspectiva histórica los procesos actuales de exclusión económica, política y social.

En la actualidad, la mayoría de las democracias occidentales han incorporado en sus


Constituciones el derecho a la no discriminación, el cual, sobra decir, ha sido reconocido en
diversos tratados y convenciones internacionales. En México dicho derecho tuvo una recepción
tardía en nuestro orden jurídico, pues fue hasta 2001 cuando se incorporó en el párrafo
tercero, artículo 1o. de la Constitución mexicana. Esta omisión de reconocimiento no se
sustentaba en la ausencia de un fenómeno discriminatorio en el país, sino en la falaz convicción
de que los mexicanos éramos un pueblo homogéneo, perfectamente integrado, donde no
existían las diferencias. Tuvieron que transcurrir varias décadas e incluso la irrupción de un
movimiento armado para que México reconociera no sólo su composición multicultural, sino
también el hecho de que la inequidad en la distribución de la riqueza, la desigualdad de
oportunidades, el subdesarrollo y el machismo habían gestado prácticas discriminatorias de
fuerte arraigo, especialmente hacia los grupos más vulnerables de nuestra sociedad: indígenas,
mujeres, personas con orientación sexual distinta a la heterosexual, portadores de VIH, niños,
adultos mayores, discapacitados, minorías religiosas, entre otras.

No obstante, lo anterior, México ha dado importantes avances en estas materias. A partir de la


incorporación del derecho a la no discriminación a la Constitución mexicana, la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) conoce de quejas por presuntos hechos
discriminatorios cometidos por autoridades federales. Adicionalmente, el 12 de junio de 2003
entró en vigor la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual, como su
nombre lo indica, fue expedida para combatir el fenómeno discriminatorio y promover la
igualdad de oportunidades y trato en México.
Bibliografía

 Desigualdad e Inclusión Social en las Américas. 14 ensayos ; OEA ; 2011


Disponible en https://www.oas.org/docs/desigualdad/libro-desigualdad.pdf
Accedido en 13 de septiembre 2022

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 SOBERANES FERNANDEZ, José Luis. Igualdad, discriminación y tolerancia en


México. Cuest. Const., Ciudad de México ,  n. 22, p. 261-274,  jun.  2010 .  
Disponible en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
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Accedido en 22 sept. 2022.

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