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¿Cuándo nació Yeshúa el Mesías?
La imposibilidad del 25 de diciembre.
Actualmente, los más serios estudiosos y eruditos de la Biblia coinciden en que Yeshúa no nació el 25 de Diciembre como la tradición cristiana nos dice. ¿Por qué? Es sencillo. Porque los pastores tenían a sus rebaños fuera, en el campo lo que implica que esto sucedió antes de Octubre. Y asimismo hay que tener en cuenta de que la razón del peregrinaje de José y su esposa embarazada, Miriam, fue para ser censado. Ningún administrador romano que se respetara, hubiera requerido hacer un censo que implicara el viajar por Judea en la temporada en que ésta era intransitable.
En las SS.EE. no hay una palabra sobre el día de su nacimiento, ni sobre la época del año en que nació. Sea como fuere, el tiempo en que tuvo lugar, no pudo ser el 25 de diciembre. Cuando el ángel anunció su nacimiento a los pastores de Belén, ellos estaban pastoreando sus rebaños, de noche y a campo raso (Lc. 2, 8). En Palestina, el frío de la noche de diciembre a febrero es muy penetrante y no se acostumbraba que los pastores cuidaran sus rebaños a campo abierto desde fines de octubre. Entonces es increíble desde todo punto de vista que el Mesías pudiera haber nacido a fines de diciembre. Hay gran unanimidad entre los comentaristas e historiadores, en que el 25 de diciembre no puede ser la fecha del nacimiento del Mesías. El famoso Joseph Mede dice: “Cuando ocurrió el nacimiento, toda mujer y todo niño iban a ser censados en la ciudad a la cual pertenecían, a algunas de las cuales había largas jornadas; pero a mediados del invierno no era la época apropiada para tales asuntos, especialmente para una mujer embarazada, ni para que viajaran los niños. .. Además…. los pastores permanecían afuera para cuidar sus rebaños… Si alguien cree que el viento en invierno no era tan difícil de soportar en estas regiones, que recuerde las palabras del Mesías en el Evangelio: ‘Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno.’ Si el invierno era un tiempo tan malo para huir, parece que no era un tiempo adecuado para que los pastores permanecieran en los campos, ni para que viajaran las mujeres y los niños.” Los más instruidos y sinceros escritores de todas partes están de acuerdo en que el día de nacimiento del Mesías no puede determinarse. Y no hay noticia de que dentro de la iglesia cristiana hubiera alguna fiesta como la navidad hasta el siglo III, ni que ella se guardara mucho hasta bien avanzado el siglo IV.
¿De donde vienen entonces la Navidad y el 25 de Diciembre?
Mucho antes del S. IV y antes de la Era cristiana se celebraba entre los paganos la fiesta del nacimiento del hijo de la “Reina del cielo” babilónica. La Navidad como otras fiestas católicas, es babilónica
En Egipto, el hijo de Isis, la reina del cielo, nació en esta misma época, “cerca del solsticio de invierno”. El mismo nombre,- el día de Yule- conocido así en Gran Bretaña, es el nombre para “niño o “bebé”. El 25 de dic. fue adoptado por los Anglosajones: “Yule-day” o “el día del niño”. La noche precedente era la “noche de la Madre”.
Entre los paganos esta fecha no era tanto de carácter astronómico (fin e inicio de año), sino que hacia referencia a una conmemoración del día del nacimiento del sol en el renacimiento de su curso, y sobre todo del nacimiento del gran libertador.
Entre los Sabeos de Arabia, que tenían a la luna como su “dios” favorito, se observa el mismo periodo como la fiesta de su nacimiento, que fue el 24 de diciembre. Entre los Sajones, ese día era el nacimiento de algún señor de las huestes celestiales. Ellos consideraban al sol como una divinidad femenina, y la luna como masculina. Entonces es posible que celebraran a la luna. El nombre del Señor Luna en Oriente era Meni. Por esto diría Isaías 65, 11: “Pero vosotros los que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para Fortuna (Gad) y suministráis libaciones para el Destino (Meni).” Gad sería el dios-sol y el Destino alude la divinidad lunar. Meni o Manai, significa “el que numera”, pues por los cambios de la luna se numeran los meses, como dice el Salmo 104; 19: “Hizo la luna para los tiempos, el sol conoce su ocaso”. El nombre del “hombre de la luna” es Hogmanay, el dios que presidía sobre la luna entre los sajones (Mané y Mani). Aun hoy en Escocia la fiesta del último día del año, es conocida por los pasteles Nur y pasteles de nacimiento. En caldeo “Hog-Manai” signica “la fiesta del que numera”; o sea la fiesta del deus lunus o del hombre luna. Jerónimo al comentar Isaías 65 observa que esa “era la costumbre, tan antigua como su época (siglo IV) en todas las ciudades, especialmente en Egipto y Alejandra de poner mesas el último día del mes y del año… con variados y suculentos manjares alimenticios y con grandes copas que contenían una mezcla de vinos nuevos y mesas en que hacían presagios sobre la fertilidad del año”. Algo parecido se hace aun en Escocia, y en todo el mundo.
Donde el sol era el dios favorito, así como en Babilonia y otras partes, era adorado como el astro del día y el “dios encarnado.” Cuando Tamuz fue adorado como el dios encarnado, implicó que era la encarnación del sol. En la India, Surya o el Sol se representa como un ser encarnado que nace para someter a los enemigos de los dioses.
En Roma la llamaron la fiesta de Saturno y se celebraba de la misma forma. Fue reglamentada por Caligula y duraba cinco días con embriaguez y orgías. Los esclavos gozaban de libertad temporal. Era la fiesta de la borrachera del mes de Thebet (nuestro diciembre), la fiesta de Baco. Uno de los esclavos ejercía el gobierno de la casa, vestido de púrpura y como rey (¿papa Noel?) llamado Zoganes, era el hombre de la diversión y el libertinaje. El mismo que en la Edad Media dirigía el jolgorio de la Navidad. La velas encendidas en la víspera de Navidad, y usadas durante la fiesta se prendían también desde antes.
El árbol de navidad era común en Roma y en Egipto. En Egipto era la palmera y en Roma el abeto. La Palmera simbolizaba el mesías pagano como Baal-Berit. La madre de Adonis, el dios-sol, había sido transformada en un árbol y había dado a luz a su hijo, el “hombre-rama”. Lo que explica la quema del leño de navidad, la víspera de la fiesta y la aparición del árbol navideño. Zeroashta (la simiente de la mujer) que también significa “ignígena” o “nacido del fuego”, tenía que prender el fuego en la “noche- madre” para que pueda nacer al día siguiente como la “rama de dios” o el Árbol que produce todos los dones divinos para los hombres. Todo esto porque el niño divino nacido en el solsticio de invierno, fue la reencarnación del gran dios Nimrod, con el propósito de vengar su muerte. Este fue simbolizado como un árbol enorme, despojado de sus raíces y cortado casi a ras de tierra. Esculapio (la gran serpiente), símbolo de la restauración de la vida se enrosca en el tronco y a su lado brota un árbol joven de clase diferente, destinado a no ser derribado jamás, una palmera, símbolo de la victoria. En Roma el árbol de abeto muestra la misma idea, el Baal-Berit (Señor del pacto). El 25 de Dic. se guardaba en Roma recordando al dios que reapareció victorioso, considerado como “Natalis invicti solis” (el nacimiento del sol invencible). El leño de Navidad es el tronco muerto de Nimrod, deificado como dios-sol: Nimrod redivivo.
En algunos lugares hay la costumbre de besarse en la víspera de Navidad o la noche de Año Nuevo debajo de una rama (de muérdago). Entre los druidas esa rama, que procede de Babilonia, era una representación del Mesías, “el varón del Renuevo”. Se considera una rama divina que bajó del cielo y brotó de la tierra, uniendo el cielo y la tierra. El Beso es la señal de esta reconciliación. ¿No habrá venido esta idea del Salmo 85, 10 - 11: “La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron…”? Este salmo se escribió después del cautiverio babilónico, y miles de judíos aun quedaron allí. Como Babilonia era el centro del mundo civilizado y del paganismo, corrompió esta verdad.
En muchos países se sacrificaba un jabalí, pues corrían fábulas que un jabalí había herido al dios. Adonis, el Ates Frigio, el amado de Cibeles (identificado con Adonis) o Tamuz murieron de la herida causada por un jabalí. A Diana se la representaba como la cazadora, la madre de los dioses, y tiene como acompañante la cabeza de un jabalí, por su victoria contra el gran enemigo del sistema idolátrico. Venus (Diana) se reconcilió con el Jabalí que había matado a Adonis, porque este alegó que fue un accidente. Aun así, muchos jabalíes fueron ofrecidos como sacrificio a la diosa ofendida por lo que hicieron. EL grabado de Trajano ofreciendo sacrificio a Diana, muestra de forma prominente al jabalí. En Navidad, los Sajones ofrecían un