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Y
ANTICRISTIANO DEL "ÁRBOL DE NAVIDAD"
Durante la antigüedad el culto a los árboles jugó un papel importante, Europa estaba llena de
inmensas selvas. Se cree que entre los germanos, los más viejos santuarios fueron los bosques
naturales. Para los celtas el árbol más sagrado era el roble y era común el pensar que los árboles
eran espíritus. Se atribuían cualidades benéficas a estos, de este hecho deriva la costumbre de salir
a los bosques y traer un unas ramas a la casa, similar al del árbol mayo. Según el calendario juliano
se computó el solsticio de invierno el 25 de diciembre, considerado como el renacer del sol, por
razón de comenzar los días a alargarse. Al igual que en el solsticio de verano era costumbre realizar
festivales ígnicos de purificación y de buena suerte. Como ejemplo más significativo está el del leño
trashoguero pascual. Este leño era encendido en el hogar de las casas y se mantenía ligeramente
carbonizado entre la Navidad y la Epifanía. En la actualidad se sigue haciendo en Inglaterra,
Westfalia, Francia e incluso en nuestro país en algunos pueblecitos del Pirineo. Allí también
encontramos una especie de espíritu arbóreo que trae juguetes y regalos a los niños a través de un
tronco hueco por estas fechas.
Todas las fuentes señalan a los sacerdotes druidas, los mismos del Halloween, los que sacrificaban
seres humanos a sus dioses paganos, como los autores del “árbol del universo”, aunque para ellos
era: “celebrar el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol perenne (fresno),
coincidiendo en cercanía con la fecha de la Navidad cristiana”. Este árbol simbolizaba al árbol del
Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses nórdicos) y el
Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaba Helheim (el infierno o reino de los
muertos).
Concepción moderna del Yggdrasil y sus nueve mundos (Dibujo hecho por Solaroid, tomado
de DeviantArt)
La falsa leyenda del árbol navideño de San Bonifacio, similar a la de “Santa Claus”
San Bonifacio (675 -754) era un obispo inglés que marchó a la Germania en el siglo VIII
(Concretamente a Hesse), para predicar la fe cristiana. Después de un duro período de predicación
del Evangelio, aparentemente con cierto éxito, Bonifacio fue a Roma para Entrevistarse con el papa
Gregorio II. A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió profundamente dolido al
Comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua idolatría y se preparaban para celebrar el
solsticio de invierno sacrificando a un hombre joven en el “sagrado roble de Thor” o Donar, ubicado
cerca a la aldea de Geismar (hoy parte de la ciudad Fritzlar, en el estado de Hesse). Encendido por
una ira santa, como Moisés ante el becerro de oro, el obispo Bonifacio tomó un hacha y se atrevió a
cortar el roble sagrado frente a los idólatras, plantando en su lugar la Santa Cruz. Éstos, al
presenciar que sus dioses nada hicieron contra el santo, se rindieron ante la evidencia y se hicieron
bautizar en la Fe Católica.
San Bonifacio talando el roble de Donar
Hasta aquí lo que está documentado históricamente. A san Bonifacio se le representa bautizando a
los conversos, con un pie encima de un roble abatido que simboliza el sometimiento de la religión
pagana. Sin embargo, en los últimos años, la Neo Iglesia moderna ha dejado crecer una absurda
leyenda, falsamente atribuida a San Bonifacio. Pero no explica esta fábula qué sentido tiene que el
Santo cortara un árbol (roble), para plantar otro árbol (pino) y cargarlo con las mismas viandas que
los paganos.
Resulta necio y contradictorio. ¿Por qué son tan generosos en llenar de manzanas (pecados) el
árbol, similar al Árbol del Edén? ¿Por qué, si la “tradición” inició en el siglo VII, duró oculta casi un
milenio, hasta que fue “rescatada” por los protestantes luteranos en el siglo XVI, y no por los
católicos?
La segunda pregunta; ¿Qué tiene ese “árbol de navidad” en común con el “árbol del universo”
druídico representante del árbol del Edén, utilizado por los enemigos de Cristo para adorar a sus
demonios? TODO.
La introducción del “árbol del universo” en España e Inglaterra, obra de
criptohebreos
El “árbol del universo” ahora llamado “árbol de navidad” fue introducido por primera vez en la
Alemania luterana a principios del siglo XVII. Fue hasta el siglo XIX cuando apareció en los países
protestantes de Finlandia, Rusia e Inglaterra. Primeramente en el castillo de los Windsor (los
hebraizados von Battemberg, cuya rama inglesa se cambió el apellido en 1917) quienes lo hicieron
parte de su ornamentación navideña a mediados del siglo XIX.
Igualmente fueron los borbonistas hebraizados leales a la dinastía isabelina quienes lo llevaron a
España hacia 1870. Se sabe que fue introducido por la duquesa “rusa” no católica Sofía Sergeïevna
Troubetzkoy, mujer de un líder de la restauración borbónica; José Isidro Osorio y Silva Bazán, hijo de
la marrana Inés Francisca de Silva Bazán (1806 -1865),hija a su vez del hebreo marrano José
Gabriel de Silva Bazán y Waldstein y de la marrana Joaquina María Téllez Girón y Alfonso Pimentel.
José Isidro Osorio y Silva Bazán y su esposa Sofía Sergeïevna Troubetzkoy, Duques de Sesto,
Marqueses de Alcañices y cuatro veces Grande de España; introdujeron el árbol de Navidad en
España. (Foto contemporánea a la Restauración isabelina)
En España hubo grandes detractores de esta tradición como Dolors Cos en 1930 o Ramón Violant
en 1948 que se quejaba de que mezclado entre los puestos de venta de figuras y adornos también
aparecieran árboles de Navidad.
La reintroducción del árbol en Alemania, atribuida al heresiarca Martín Lutero
La cultura alemana reconoce a Martín Lutero como fundador de la “fe” Protestante y como “padre
del árbol de Navidad”. Se cuenta que Lutero regresaba a Wittenberg, una silenciosa y fría noche de
vigilia, y quiso recrear, adornando con pequeñas velas un abeto doméstico, la impresión fabulosa
que tuvo al observar los árboles helados del bosque que resplandecían bajo la luz de las estrellas…
quizá haya sido un intento de la iglesia alemana reformada por conservar una costumbre pagana,
viva en el pueblo, atribuyéndole un carácter cristiano (es de saber que el norte de Alemania y los
países del Báltico llevaban apenas doscientos años de haber sido evangelizados). Las crónicas
relatan que el primer árbol de Navidad fue colocado en la Catedral de Estrasburgo en 1539, bajo el
liderazgo de Martín Lutero.
La costumbre (popularizada por los protestantes, que la veían como oposición a la representación
Católica del Nacimiento) se arraigó en Alemania y los países escandinavos en los siglos XVI y XVII,
y de allí paso a Inglaterra: primero fueron los soberanos de la casa de Hannóver, Jorge III (y sobre
todo su esposa Carlota de Mecklenburg Strelitz) en 1800, y más tarde el Príncipe Consorte Alberto
de Sajonia Coburgo Gotha, celebre marido de la reina Victoria. Cabe pensar que el abeto decorado
en los hogares, podría considerarse entonces, en cierto sentido, como una prueba de fidelidad a la
Casa Real.
En Francia, el primer árbol de se introdujo en 1840 por la princesa luterana Elena de Mecklenburgo
Schwerin, esposa de Fernando Felipe, hijo del rey Luis Felipe de Orléans. Un diario danés asegura
que el primer árbol en el país fue erigido en 1808 por la condesa Guillermina de Holsteinborg, la cual
refirió su experiencia al escritor Hans Christian Andersen en 1865. Andersen había publicado un
cuento de hadas llamado El Abeto en 1844, acerca del destino de un abeto usado como árbol de
navidad.
En los Estados Unidos, la costumbre del árbol de navidad tiene un origen debatido en cuanto a la
fecha (tan temprano como en 1777, o tan tarde como en 1842), pero la constante es la atribución del
mismo a un alemán. De hecho, un antiguo dicho estadounidense reza que “Los luteranos alemanes
trajeron consigo el árbol de navidad, y los moravos le pusieron las luces a esos árboles”. La
popularidad vino a raíz de un grabado que representa a la Familia Real Británica con su árbol en el
Castillo de Windsor, publicado inicialmente en la edición de Diciembre de 1848 de The Illustrated
London News, y reproducido dos años después en la revista Godey's Lady's Book (Libro para Damas
de Godey).
Juan Pablo II inició el uso del árbol en el Vaticano en 1982, en medio de la oposición de algunos
obispos a erigir un símbolo de origen y significación protestante en el otrora centro de la Iglesia
Católica Romana.
Desde entonces, el árbol de Navidad del Vaticano, donado cada año por un país europeo (más que
todo de Alemania e Italia), es parte integral de las navidades vaticanas, y Benedicto XVI en la
Audiencia General del 21 de Diciembre de 2005 habló de él como parte de la decoración normal
de los hogares “católicos” para la Navidad.
El año anterior, Wojtyla ( PAPA JUAN PABLO II ) afirmó que el árbol de Navidad era un “símbolo
de Cristo”, toda vez que “Se trata de una costumbre igualmente antigua, que exalta el valor de la
vida,
Porque en la estación invernal el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no
muere. Por lo general, en el árbol adornado y en su base se ponen los regalos navideños. Así, el
símbolo se hace elocuente también en sentido típicamente cristiano: nos recuerda el "árbol de la
vida" (cf. Gn 2, 9), figura de Cristo, don supremo de Dios a la humanidad.
Por tanto, el mensaje del árbol de Navidad es que la vida permanece "siempre verde" si se
convierte en don: no tanto de cosas materiales, cuanto de sí mismos: en la amistad y en el afecto
sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca”.
(Juan Pablo II, Ángelus, Diciembre 19 de 2004).
En la Bendición Urbi et Orbi de la Navidad de 2003, Wojtyla ( PAPA JUAN PABLO II ) dijo:
“Junto al pesebre, el árbol de Navidad con el centelleo de sus luces, nos recuerda que con el
nacimiento de Jesús florece de nuevo el árbol de la vida en el desierto de la humanidad. El
pesebre y el árbol: símbolos preciosos, que transmiten a lo largo del tiempo el verdadero
sentido de la Navidad”.
Cuando Nemrod murió en forma violenta, su "madre esposa" lo sepultó y erigió un monumento en
su memoria. Pero al paso del tiempo creció un árbol en donde éste había sido sepultado. Semíramis
comenzó a enseñar a sus súbditos que su "hijo esposo" había encarnado en ese árbol y cada día
de su natalicio visitaba su tumba y llevaba un sinnúmero de dones, colgándolos en ese árbol (por
ello a Nemrod se le representaba con un árbol en su mano). Esta doctrina se propagó por todos
los pueblos, siendo uno de ellos Babel en la tierra de Senaar, que posteriormente se llamó Babilonia.
De esta forma vino a existir el "árbol" del natalicio de Nemrod. Lo que hoy se hace con el árbol es
recordar indirectamente el nacimiento de este hombre que fue un déspota y pecador.
Es otra artimaña del diablo para hacer desterrar a Jesús de la mente y los corazones y
restablecer el paganismo, y la pseudoiglesia lo prefiere en odio de la Tradición católica. .
A medida que el mundo se vuelve más y más oscuro, a medida que se aleja cada vez más de la
sociedad católica, el verdadero significado de la Navidad va desapareciendo poco a poco ante los
ojos del mundo. Sin embargo, no podría haber sido posible presenciar la plena difusión de esto sin el
anticristo conocido como Santa Claus. ¿Qué es la Navidad para el mundo pagano moderno y la
América pagana moderna? Se trata de un Santa Claus que reparte regalos a la gente. ¿Qué vemos
a nuestro alrededor? Vemos que la gente se viste de Santa Claus en su estúpido disfraz y adornan
su casa con su imagen y muñecos decorativos en su honor.
Satanás sabe que no puede acabar con la celebración de la Navidad. Él también sabe que, siempre
y cuando la Navidad sea celebrada, todo el mundo recordará profundamente a nuestro Señor
Jesucristo, de quien casi todos se han olvidado. Cada año, cuando se acerca la Navidad, todos se
recuerdan de nuestro Señor Jesucristo, les guste o no. Ya sea un gran pecador que ha dejado de
practicar la fe católica o un judío que intenta olvidarse de Cristo para no tener que creer en Él, todos
pensaban en Jesucristo en cada Navidad... al menos hasta cuando se creó el Satán Claus.
Santa Claus, un anticristo contra la Navidad
En vez de deshacerse de la Navidad por completo, que sabe es un intento inútil, Satanás inventó
una de la más ingeniosa de sus diabólicas ideas hasta el momento: sustituir a Jesús con Santa
Claus. Su plan ha sido asombrosamente exitoso al punto que, ahora donde se habla de la Navidad,
en la mayoría de los países, casi todo gira en torno a Santa Claus y el Árbol de navidad. Jesús
apenas es mencionado, y el público en general ni siquiera piensa lo incongruente que es todo esto.
Santa Claus ha sustituido exitosamente a Jesús especialmente en las vidas de incontables niños.
Esta sustitución anticristiana es quizás más identificable en la famosa canción, “Santa Claus is
coming to town” (o sea “Santa Claus llegó a la ciudad”).
La letra dice: Mejor cuídate Mejor no llores No pongas mala cara Te diré por qué Santa Claus llegó a
la ciudad Pero detengámonos un momento... ¿quién es el que llega a la ciudad en Navidad? Es
Jesucristo quien viene a la ciudad, por supuesto. Es Jesucristo el que llega al mundo en Navidad,
razón por la cual celebramos la fiesta
Navideña. Pero aquí se nos dice que es Santa Claus quien de hecho llegará. Es muy obvio que
Santa Claus es un falso Cristo. En realidad él es Satán Claus. Además dice la letra de la canción:
Él [Santa Claus] escribe una lista Y la revisa dos veces Para ver quién ha sido malo o bueno Santa
Claus llegó a la ciudad, Él sabe cuándo duermes Él sabe cuándo despiertas Él sabe cuándo has sido
malo o bueno Así que deberías ser bueno,
Vemos aquí que Santa Claus está investido con poderes sobrenaturales. Santa no sólo es capaz de
volar milagrosamente y repartir regalos a todos en el mundo, sino también conoce tu consciencia;
razón por la cual deberías ser bueno. En otras palabras, Santa Claus no solamente es el único que
llegará en la Navidad en vez de Cristo, sino que también es el „dios‟ a quien deberás dar cuentas
por tu conducta.
San Nicolás.
Las personas dicen que Santa Claus es simplemente una representación de San Nicolás. Pero sólo
podemos ver una similitud entre el Santa Claus moderno y San Nicolás. Con el fin de ayudar a
una familia pobre en sus necesidades (cuya pobreza estaba causando algunos graves problemas
espirituales), el verdadero San Nicolás visitó en tres ocasiones la casa de la familia a media noche, y
lanzaba una bolsa de dinero a través de la ventana (El Año Litúrgico de Dom Prosper Gueranger, p.
341).
Esto ayudaba a la familia espiritualmente como también en lo material. No obstante, de esta única
similitud, Satanás inventó el Santa Claus de hoy en día, que en efecto ha reemplazado a
Jesucristo en Navidad. Y las familias „cristianas‟ permiten que esto ocurra bajo el pretexto de que
Santa Claus representa a San Nicolás.
Los cristianos católicos deberían ver claramente que Santa Claus es un falso dios, un ídolo, un
falso Cristo, un Anticristo inventado por Satanás para sustituir al Niño Dios, nuestro Señor
Jesús. Siendo ese el caso, Santa Claus claramente es una de las cosas más reprensibles en el
mundo moderno. Ningún cristiano debería enseñarles a sus hijos o hijas sobre este ídolo. Ningún
católico debería promover esta mofa anticristiana de la Navidad.
Y ningún cristiano (por supuesto) debería colocar galletitas para Satán Claus ni nada que tenga
que ver con él. Sin embargo, es indudable que muchos „católicos‟ e incontables herejes
sustituirán a Jesús por Santa en esta Navidad, le prenderán una vela al demonio y otra a DIOS.