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Orientaciones generales para el Colegiado de Aprendizaje Integrado para

Educadores Comunitarios

En el Colegiado de Aprendizaje del mes de diciembre esperamos que participen Educadores


Comunitarios que trabajan desde Inicial hasta secundaria y los ECA Y ECAR que los acompañan.
Sugerimos considerar en la preparación de sus agendas tomar en cuenta todos los niveles
educativos, hay cuestiones específicas que merecen tiempo suficiente. Nos gustaría que
comiencen a vincular el trabajo de Inicial con Preescolar a fin de concebir como un continuo la
atención a la Primera infancia.

El eje de la formación son los Principios Pedagógicos que comprenden el diálogo e interés y que se
pueden ver reflejados en un trabajo de aprendizaje por cuenta propia, en un trabajo de
aprendizaje grupal y en el aprendizaje que se ofrece uno a uno a través de la Relación tutora. Es
importante que para cada modalidad de organización (individual, grupal o tutoría uno a uno) se
profundice sobre cómo se trabaja a partir de la reflexión de las experiencias concretas. En la
medida que se aterrice en la práctica concreta para los Educadores Comunitarios es más
significativo.

De acuerdo a las observaciones en campo en las visitas a los estados, los informes de las
Coordinaciones territoriales y lo que se ha avanzado en la Evaluación del Modelo ABCD, los
principales retos que enfrentamos son los siguientes:

a. Enfoque de aprendizaje profundo en el que el estudiante logre apropiarse de los


conocimientos porque comprende lo que lee, puede escribir y razona los desafíos que
resuelve.
b. Tutoría de calidad que implica ciclos de tutoría completos y diálogo auténtico.
c. Formación de la red de tutoría que fortalece la comunidad de aprendizaje.
d. Participación de adultos, madres, padres, cuidadores en sus procesos educativos, asumirse
como parte de la comunidad de aprendizaje.
e. Elaboración de desafíos que incluyan temas de interés de la localidad, de sus habitantes,
de sus regiones.
f. Trabajo en equipo, organización de visitas, colegiados, atención a microrregiones.

Para contar con elementos y herramientas para poder planificar las sesiones de formación del
Colegiado, ofrecemos las siguientes orientaciones:

a. Enfoque de aprendizaje profundo en el que el estudiante logre apropiarse de los


conocimientos porque comprende lo que lee, puede escribir y razona los desafíos que
resuelve.

En el tiempo de pandemia es probable que la frecuencia con la que un estudiante haya leído o
escrito haya disminuido y esto afecta en la disposición para la concentración o estudio. Es
necesario animar a la participación en el grupo y motivar a que deseen regresar al día siguiente los
estudiantes. Llevar a cabo en algún momento de la jornada actividades relajantes, divertidas que
fomenten la convivencia puede ser de gran ayuda. Del mismo modo actividades grupales como

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lecturas en voz alta, caminatas, excursiones, realización de experimentos pueden contribuir a
animar la presencia consistente de los estudiantes. Cuando algún estudiante aún no sabe leer y
escribir porque aún es pequeño de edad o porque todavía continúa en el proceso de adquisición
de la lengua escrita, es importante acompañarlo a través del diálogo. A través de la relación
tutora, uno a uno, el estudiante puede leer a su ritmo, expresarse por escrito como lo puede
asimilar hasta ese momento y también apoyarse con el dibujo. En el caso del razonamiento
matemático, es deseable que los estudiantes que todavía lo requieren utilicen material concreto
para comprender mejor las reglas del sistema decimal de numeración, las operaciones básicas y
las nociones de geometría.

En el caso de adultos, madres, padres, cuidadores que acudan a las sesiones de reflexión sobre
Prácticas de crianza y no sepan leer y escribir, pueden contar también con el tiempo y la
oportunidad para aprender. A través de la relación tutora y con temas de su interés pueden ir
decodificando los textos con apoyo del tutor y comenzar a expresarse por escrito, también en su
caso el dibujo puede ser un recurso.

CONAFE tiene la misión de educar y las destrezas culturales básicas como leer, escribir, escuchar,
hablar, hacer cuentas son de suma importancia. Si el estudiante no las adquiere, difícilmente
podrá seguir aprendiendo.

b. Tutoría de calidad que implica ciclos de tutoría completos y diálogo auténtico.

La mejor manera de ofrecer tutoría de calidad es seguir experimentándola. Una forma


contundente de saber si la tutoría fue de calidad es preguntarse si hubo aprendizaje, si se
presentó algún cambio, si están las ganas de compartir la experiencia a otro. Un Colegiado debiera
ser la oportunidad de revisar el avance de cada Educador Comunitario como tutor, cómo va su
catálogo, cómo lo ha enriquecido y, por lo tanto, debe darse el tiempo para vivir la tutoría.
Observar el desempeño de unos y otros puede enriquecer los referentes que se tengan, por
ejemplo, observar la capacidad de escuchar y de hacer preguntas que cada tutor promueve, las
estrategias que les han servido para que los estudiantes realicen sus registros de proceso de
aprendizaje, las diversas maneras de propiciar las demostraciones públicas, la oferta de temas,
etc.

c. Formación de la red de tutoría que fortalece la comunidad de aprendizaje

En la formación nacional y en los documentos que se han facilitado, se ha mencionado la


necesidad de que el Educador Comunitario pueda organizar el tiempo de la jornada diaria de
actividades a partir de la noción de “tiempo pedagógico” y la configuración de los espacios
educativos con la noción de construir “ambientes de aprendizaje”. Esto con la finalidad de que el
EC pueda ofrecer tutoría uno a uno y simultáneamente pueda tener un aula que permita que los
estudiantes trabajen por su cuenta, de manera autónoma y que cuente con el apoyo de madres,
madres o cuidadores para apoyar a los más pequeños.

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La propuesta de montar “rincones o centros de interés” con lo que se tenga a la mano, ya sea por
los materiales con los que cuente el aula como por los recursos diversos que haya en la
comunidad, pueden servir para que los estudiantes elijan trabajar con algún material de manera
libre. Asimismo, el EC puede diseñar el trabajo por estaciones donde en diferentes mesas de
trabajo provee de oportunidades de trabajo específicas que puedan realizar los estudiantes. En el
trabajo por estaciones siguen alguna consigna o pauta o guion de trabajo, en los centros de interés
o rincones, los estudiantes deciden qué hacer y cómo hacerlo. Tanto en las estaciones como en los
rincones o centros de interés el trabajo puede ser individual o grupal, en el caso de ser grupal no
más de cuatro o cinco es óptimo.

Esta estrategia de trabajo simultáneo se sugiere mientras se va conformando la red de tutoría.


Una vez que todos los estudiantes ya están en calidad de ser tutores, todo el grupo puede estar
recibiendo u ofreciendo tutoría. La posibilidad de que un estudiante ofrezca tutoría a otro es una
gran experiencia de aprendizaje. Pueden hacerlo desde pequeños, había la creencia de que sólo
podían hasta que estaban en secundaria.

Una recomendación para experimentar esta manera de usar el tiempo y espacio, es que organicen
la agenda de su colegiado para trabajarlo de esta forma. Pueden diseñar estaciones en las que
profundicen temas, tener materiales para consultar de manera libre en centros de interés o
rincones y de manera simultánea algunos ofrecer y/o recibir tutoría y, posteriormente alternar los
tiempos; quienes estuvieron en tutoría participen después en estaciones y rincones o centros de
interés. De esta manera somos congruentes con los Principios pedagógicos y con los Principios de
actuación.

d. Participación de adultos, madres, padres, cuidadores en sus procesos educativos, asumirse


como parte de la comunidad de aprendizaje.

Educadoras comunitarias que están formando comunidades de aprendizaje para trabajar en la


reflexión sobre prácticas de crianza, interacciones y relación tutora, deben estar enfrentando retos
y dificultades que es propicio compartan en grupo para que de unas a otras se intercambien ideas
y soluciones. Es preciso que revisen la manera en la que están trabajando para reflexionar si están
presentes los Principios pedagógicos. Dialogar es una habilidad que poco a poco podremos
desarrollar. El colegiado es una oportunidad de fortalecer la práctica del diálogo colectivo que se
pretende fomentar entre las APEC, la comunidad de aprendizaje y los grupos de padres/madres/
cuidadores que se reúnen a reflexionar sobre las prácticas de crianza. Entre más educadores
comunitarios participen de esta experiencia de trabajo colectivo, mejores habilidades tendrán
para la gestión, la generación de acuerdos y la toma de decisiones en comunidad. En el colegiado
se pueden dar tiempo para experimentar la reflexión sobre las prácticas de crianza, de ahí pueden
salir nuevos temas de interés y las EC tendrán elementos para elaborar nuevos desafíos.

e. Elaboración de desafíos que incluyan temas de interés de la localidad, de sus habitantes,


de sus regiones.

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Entre los EC puede haber algunos que ya tengan una larga experiencia como tutores y se sientan
atraídos por el reto de elaborar un desafío. En la presente administración se ha querido llevar más
lejos la posibilidad de aprender, y con “más lejos” queremos decir que no se estudie únicamente
los contenidos del plan y programas de estudio, sino que se pueda acceder a conocer a mayor
profundidad los temas que forman parte de los saberes de la comunidad. Asimismo, si una
persona tiene interés por comprender algún contenido o concepto más a fondo puede darse la
oportunidad de investigarlo y compartir sus conocimientos. El recorrido que se sigue al diseñar un
tema es la ruta que siguió esa persona para aprenderlo, y la manera de acompañar a otro a que
aprenda es poder poner en común, compartir las estrategias, preguntas, dificultades que el mismo
enfrentó. En pocas palabras, la tutoría es un diálogo en donde no sólo se comparte lo que se
aprende sino cómo se aprende. La elaboración de un desafío nos permite tomar conciencia de
este proceso, es por eso que para completar, profundizar y ampliar la formación de un EC es
deseable que tenga la oportunidad de elaborar un desafío. Sin embargo, es preciso que haya
experimentado varias veces la relación tutora a profundidad y con ciclos completos para que
pueda sentirse confiado en hacerlo. El colegiado puede brindar tiempo para este reto y que unos y
otros compartan los avances de cómo van en la elaboración de sus desafíos puede ser un aliciente
para seguirlo completando. Más aún, quienes tengan nuevos desafíos elaborados tienen la
oportunidad de compartirlos en el Colegiado.

f. Trabajo en equipo, organización de visitas, colegiados, atención a microrregiones.

El Colegiado es ante todo la posibilidad de reunirse, de verse, de compartir de manera presencial


cómo se han sentido, qué logros han tenidos, qué dificultades han enfrentado y qué soluciones
están aportando.

El colegiado integra una comunidad de aprendizaje que no sólo comparte conocimientos y


procesos de aprendizaje, sino que es además un equipo de trabajo que promueve la autogestión
en las comunidades y provee de servicios educativos con todos los procesos administrativos que
implica. Por tanto, es necesario se brinde un tiempo en el Colegiado para atender estas cuestiones
operativas administrativas incluyendo la participación de las y los integrantes de las APEC y otros
habitantes de la comunidad, por ejemplo, comisario ejidal.

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