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Educadores Comunitarios
El eje de la formación son los Principios Pedagógicos que comprenden el diálogo e interés y que se
pueden ver reflejados en un trabajo de aprendizaje por cuenta propia, en un trabajo de
aprendizaje grupal y en el aprendizaje que se ofrece uno a uno a través de la Relación tutora. Es
importante que para cada modalidad de organización (individual, grupal o tutoría uno a uno) se
profundice sobre cómo se trabaja a partir de la reflexión de las experiencias concretas. En la
medida que se aterrice en la práctica concreta para los Educadores Comunitarios es más
significativo.
De acuerdo a las observaciones en campo en las visitas a los estados, los informes de las
Coordinaciones territoriales y lo que se ha avanzado en la Evaluación del Modelo ABCD, los
principales retos que enfrentamos son los siguientes:
Para contar con elementos y herramientas para poder planificar las sesiones de formación del
Colegiado, ofrecemos las siguientes orientaciones:
En el tiempo de pandemia es probable que la frecuencia con la que un estudiante haya leído o
escrito haya disminuido y esto afecta en la disposición para la concentración o estudio. Es
necesario animar a la participación en el grupo y motivar a que deseen regresar al día siguiente los
estudiantes. Llevar a cabo en algún momento de la jornada actividades relajantes, divertidas que
fomenten la convivencia puede ser de gran ayuda. Del mismo modo actividades grupales como
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lecturas en voz alta, caminatas, excursiones, realización de experimentos pueden contribuir a
animar la presencia consistente de los estudiantes. Cuando algún estudiante aún no sabe leer y
escribir porque aún es pequeño de edad o porque todavía continúa en el proceso de adquisición
de la lengua escrita, es importante acompañarlo a través del diálogo. A través de la relación
tutora, uno a uno, el estudiante puede leer a su ritmo, expresarse por escrito como lo puede
asimilar hasta ese momento y también apoyarse con el dibujo. En el caso del razonamiento
matemático, es deseable que los estudiantes que todavía lo requieren utilicen material concreto
para comprender mejor las reglas del sistema decimal de numeración, las operaciones básicas y
las nociones de geometría.
En el caso de adultos, madres, padres, cuidadores que acudan a las sesiones de reflexión sobre
Prácticas de crianza y no sepan leer y escribir, pueden contar también con el tiempo y la
oportunidad para aprender. A través de la relación tutora y con temas de su interés pueden ir
decodificando los textos con apoyo del tutor y comenzar a expresarse por escrito, también en su
caso el dibujo puede ser un recurso.
CONAFE tiene la misión de educar y las destrezas culturales básicas como leer, escribir, escuchar,
hablar, hacer cuentas son de suma importancia. Si el estudiante no las adquiere, difícilmente
podrá seguir aprendiendo.
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La propuesta de montar “rincones o centros de interés” con lo que se tenga a la mano, ya sea por
los materiales con los que cuente el aula como por los recursos diversos que haya en la
comunidad, pueden servir para que los estudiantes elijan trabajar con algún material de manera
libre. Asimismo, el EC puede diseñar el trabajo por estaciones donde en diferentes mesas de
trabajo provee de oportunidades de trabajo específicas que puedan realizar los estudiantes. En el
trabajo por estaciones siguen alguna consigna o pauta o guion de trabajo, en los centros de interés
o rincones, los estudiantes deciden qué hacer y cómo hacerlo. Tanto en las estaciones como en los
rincones o centros de interés el trabajo puede ser individual o grupal, en el caso de ser grupal no
más de cuatro o cinco es óptimo.
Una recomendación para experimentar esta manera de usar el tiempo y espacio, es que organicen
la agenda de su colegiado para trabajarlo de esta forma. Pueden diseñar estaciones en las que
profundicen temas, tener materiales para consultar de manera libre en centros de interés o
rincones y de manera simultánea algunos ofrecer y/o recibir tutoría y, posteriormente alternar los
tiempos; quienes estuvieron en tutoría participen después en estaciones y rincones o centros de
interés. De esta manera somos congruentes con los Principios pedagógicos y con los Principios de
actuación.
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Entre los EC puede haber algunos que ya tengan una larga experiencia como tutores y se sientan
atraídos por el reto de elaborar un desafío. En la presente administración se ha querido llevar más
lejos la posibilidad de aprender, y con “más lejos” queremos decir que no se estudie únicamente
los contenidos del plan y programas de estudio, sino que se pueda acceder a conocer a mayor
profundidad los temas que forman parte de los saberes de la comunidad. Asimismo, si una
persona tiene interés por comprender algún contenido o concepto más a fondo puede darse la
oportunidad de investigarlo y compartir sus conocimientos. El recorrido que se sigue al diseñar un
tema es la ruta que siguió esa persona para aprenderlo, y la manera de acompañar a otro a que
aprenda es poder poner en común, compartir las estrategias, preguntas, dificultades que el mismo
enfrentó. En pocas palabras, la tutoría es un diálogo en donde no sólo se comparte lo que se
aprende sino cómo se aprende. La elaboración de un desafío nos permite tomar conciencia de
este proceso, es por eso que para completar, profundizar y ampliar la formación de un EC es
deseable que tenga la oportunidad de elaborar un desafío. Sin embargo, es preciso que haya
experimentado varias veces la relación tutora a profundidad y con ciclos completos para que
pueda sentirse confiado en hacerlo. El colegiado puede brindar tiempo para este reto y que unos y
otros compartan los avances de cómo van en la elaboración de sus desafíos puede ser un aliciente
para seguirlo completando. Más aún, quienes tengan nuevos desafíos elaborados tienen la
oportunidad de compartirlos en el Colegiado.