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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
EXTENSIÓN ACADÉMICA EL TIGRE

CONCEPCIÓN TEÓRICA DE LA
EDUCACIÓN, LA INNOVACIÓN Y SUS
APLICACIONES EN EL ÁMBITO DE LA
EDUCACIÓN VENEZOLANA Y
LATINOAMERICANO

Fundamentos de la Innovación Educativa


Facilitador: MSc. Valeria Santiago Camacho
Maestrante: Jesús Bladimir Dávila C.
C.I. 9.472.658

Maturín, 2022
CONCEPCIÓN TEÓRICA DE LA EDUCACIÓN, LA INNOVACIÓN Y SUS APLICACIONES

EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN VENEZOLANA Y LATINOAMERICANO

La teoría científica ocupa una posición importante en el sistema del conocimiento


científico, y tiene el efecto de explicar, definir y casi predecir el campo de la verdad.
Cualquier teoría científica que recoja en sí misma todo el conocimiento que la humanidad
ha acumulado en cada momento del desarrollo de la ciencia (respecto a este campo de la
realidad), permite dar una descripción científica del presente y, al mismo tiempo, tiene
propiedades predictivas, teniendo la función de predecir nuevos fenómenos o la vida de
acontecimientos no estudiados por la ciencia. También es la base para la transformación e
incluso la creación de la verdad, como algunos sugieren ahora a través de desarrollos
científicos como la nanotecnología y la biotecnología.
Gargallo (2003) al referirse a la Teoría de la Educación, la presenta y delimita
“como disciplina científica, como teoría sustantiva de la educación, tiene como objeto
describir, explicar, interpretar, comprender (dimensión «teórico-científica») y transformar
(dimensión «normativo-tecnológica») el proceso educativo general.” (p.1). Desde esta
perspectiva, la teoría de la educación se nos presenta entonces como una colección
sistemática de conocimientos proyectados en una intervención educativa, y por tanto el
conocimiento científico y el conocimiento tecnológico son modos de conocimiento
inseparablemente integrados en la teoría de la educación.
En el cuerpo teórico que ha sustentado la ciencia de la educación son varias las
corrientes que, a lo largo de los años, se han ido desarrollando. El proceso del aprendizaje
se ha estudiado fundamentalmente desde las perspectivas de la Teoría Conductista, la
Teoría Cognoscitiva y la Teoría Constructivista.
En resumen, la teoría educativa representa una colección sistemática de
conocimientos destinados a mejorar la práctica educativa proponiendo siempre patrones
de comportamiento que presuponen un determinado nivel de concepto tecnológico.
Partiendo de esta conceptualización, se puede indicar que la Innovación educativa
es parte de ese conjunto sistemático de conocimientos que pretenden mejorar la práctica
educativa. Es importante acercarse al concepto de Innovación para luego detallar con
mayor claridad lo que se entiende por Innovación Educativa.
Cuando se trata de innovación, a menudo nos encontramos con términos como
reforma, cambio y mejora. Los matices son diferentes, pero son conceptos
interrelacionados. La reforma, por su parte, está asociada a cambios que ocurren a nivel
global o en la estructura del sistema educativo, y la innovación está asociada a áreas más
específicas. Por ejemplo, la reforma es un cambio completo en el plan de estudios de un
nivel o curso, y la innovación es un cambio en ese aspecto en particular, como por ejemplo
métodos de enseñanza de programas para integrar materias de matemáticas o
estudiantes y necesidades.
La innovación educativa tiene entonces como fin la implementación planificada y
sistemática de procesos, estrategias, ideas, etc., con el objetivo de marcar la diferencia en
las prácticas educativas actuales. Por tanto, su razón de ser es la transformación de la
realidad educativa para su mejora; propiciar cambios en actitudes y métodos que no
favorecen el proceso de educación y aprendizaje.
La innovación conduce a cambios cualitativos en la práctica educativa. Innovación
educativa significa cambio, pero no todos los cambios que se producen en el proceso
educativo pueden considerarse innovación. Por ejemplo, la innovación educativa no se
trata solo de introducir nuevas tecnologías y materiales. En definitiva, la innovación no
tiene por qué ser adecuada por ser nueva, sino que debe ayudar a mejorar el proceso de
educación y aprendizaje, y resolver problemas educativos de diferentes formas.
La innovación educativa siempre, siempre, implica cambio; nace para dar respuesta
a un diagnóstico, a un desafío o a una necesidad, y por lo tanto se entiende como mejora
y crecimiento continuo, y no como un debate entre tradición versus modernidad. Su
puesta en marcha debe ser evaluado teniendo como referencia o última instancia de
medida el éxito en la vida, proyecto y competencias de todos los alumnos, sin distinción, y
el desarrollo de un ambiente organizacional que favorezca al docente en este proceso
creativo. En los procesos de innovación educativa juegan un gran papel los
administradores escolares que son, en definitiva, quienes tienen en sus manos la
asignación de recursos y la optimización de procesos gerenciales que permitan a la
organización, incorporar en el quehacer docente las nuevas prácticas, mejoras y cambios
que surjan de la innovación en sí mismas.
Poniendo la mirada en la realidad Latinoamericana encontramos que estos
procesos innovadores se han venido aplicando desde los años 60, tal como lo describen
las autoras Blanco y Mesina (2000) en un primer momento concebidos como un proceso
externo, definido por los expertos; vistos más desde la óptica de la planificación que
moderniza la educación. En las décadas de los 70 y 80 los procesos innovadores tienen
como protagonistas a los propios docentes, produciendo un gran desarrollo de
experiencias innovadoras en la educación formal, no formal y comunitaria como respuesta
a la educación academicista, la cual se percibía rígida, incapaz de promover el
pensamiento crítico, la autonomía y no proporcionaba herramientas para transformar la
realidad.
A partir de los años 90 se va asociando la innovación con los procesos de cambio y
y la capacidad de promover niveles de competividad internacional y calidad; donde la
educación tiene la responsabilidad de responder a la necesidad de formar ciudadanos
productivos y competitivos para un mundo en permanente cambio. Esta época fue
representativa de grandes reformas en los sistemas educativos en la región que persiguen
mejorar la equidad y la calidad de la educación, y la eficacia y eficiencia del sistema
educativo.
Actualmente, tomando en consideración lo planteado por la UNESCO (2016); la
innovación se trata de aprender, porque implica transformar el trabajo en el mundo. Tiene
un profundo sentido de cambio ya que crea atributos que no se generan automáticamente.
Debe organizarse y planificarse de tal manera que el espacio para la innovación y el
aprendizaje tenga sus implicaciones en muchos ámbitos de la sociedad. Asimismo,
muestra que en el siglo XXI la innovación está asociada, por un lado, a la integración de
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación, y por
otro lado, al papel de las instituciones y la educación.
Ríos y Bolívar (2000) hacen unas propuestas sobre los lineamientos que deberían
tener las políticas públicas en la región, para garantizar, por así decirlo, el desarrollo de los
procesos innovadores. Indican como punto de partida, que es necesario “construir
consensos con la participación de los actores fundamentales de la sociedad, a fin de que
dichas políticas tengan relevancia, difusión y sostenibilidad”, pudiendo llegar a constituirse
en políticas de estado. En segundo lugar proponen que se asuma una visión sistémica y
contextualizada, bajo la premisa de que aun cuando se tengan metas y propósitos
comunes en el sistema educativo, cada institución tiene sus especificidades que pudieran
hacer que las innovaciones no resultaran adecuadas. La adecuada valoración del docente
como actores claves en la conducción de los procesos de innovación lo destacan como
un tercer aspecto que debe ser considerado en el establecimiento de las políticas públicas
y apuntan a que ésta valoración sea expresada en la adecuada disposición de recursos y
en la aplicación de estrategias formativas y de acompañamiento que coadyuven a su
desarrollo profesional. Como último aspecto a considerar sugieren que la apropiación de
las nuevas tecnologías de información y comunicación constituye un factor clave para el
éxito de los cambios planeados.
En nuestro país quiero destacar una experiencia de innovación educativa, que si
bien tuvo carácter de Política de Estado, no contó con suficiente voluntad política para el
sostenimiento en el tiempo. En 1979 fue creado el Ministerio para el Desarrollo de la
Inteligencia Humana, cuyo ministro fue Luis Alberto Machado, desarrollador del Proyecto
Inteligencia, el cual consistió en diseñar métodos y materiales para enseñar habilidades de
pensamiento durante el periodo de enseñanza secundaria. Este programa formativo
abordaba seis fases o temas: Fundamentos del razonamiento; Comprensión del lenguaje;
Razonamiento Oral; Solución de problemas; Toma de decisiones y Pensamiento Creativo.
La aplicación de este proyecto pretendía mejorar la calidad educativa, tomando
parte en la instrucción directa de los participantes y favoreciendo el desarrollo de nuevas
competencias no asociadas a la rigidez del currículo escolar.
La pandemia COVID-19 también ha suscitado en nuestro país, como en casi todo el
mundo, la aplicación de innovaciones educativas utilizando plataformas colaborativas
virtuales y donde el docente se ha visto forzado a dar un salto gigante para adentrarse en
el mundo de la tecnología y poder acompañar en el acto educativo a sus estudiantes,
desarrollando la creatividad, el ingenio y, sobre todo, la resiliencia.
REFERENCIAS
Blanco, R. y Mesina G. (2000) Estado del arte sobre las innovaciones educativas en
américa latina. Proyecto Andrés Bello. Colombia. Recuperado de:
https://es.scribd.com/document/256674866/Estado-Del-Arte-Sobre-Las-Innovaciones-
Educativas-en-America-Latina

Ríos, P. y Bolívar, C. (2020). La innovación educativa en América Latina: lineamientos


para la formulación de políticas públicas. Revista Innovaciones Educativas. 22(32), 199-
212. DOI: https://doi.org/10.22458/ie.v22i32.2828

UNESCO (2016). Innovación educativa. Recuperado de


Https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/ pf0000247005

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