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GUIÓN LITÚRICO

SEMANA SANTA 2018


Seminario San Buenaventura
Semana Santa 2018

Seminario Mayor San Buenaventura de


Mérida
Comisión de Liturgia
DIRECCIÓN
Final calle 25 con Pasaje Ayacucho 5101. A-105
Mérida – Venezuela
Teléfonos: 0274 –252.96.33/ 252.96.53
Fax: 0274- 252.99.27

DISTRIBUCIÓN
Comisión de Liturgia del Seminario Mayor

ARZOBISPO METROPOLITANO
S.E.R. Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo

OBISPO AUXILIAR
Excmo. Mons. Luis Enrique Rojas Ruiz

SEMINARIO SAN BUENAVENTURA

CRÉDITOS
Pbro. Alexander Rivera
Rector del Seminario de Mérida

ASESOR GENERAL DE COMISIÓN DE LITUGIA


Pbro. Wuilliam Vázquez
Vice-Rector Académico

DIRECTOR DE COMISIÓN
Smta. Guzmán Contreras
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Mérida - Venezuela.
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Seminario Mayor San Buenaventura de Mérida
Comisión de Liturgia
Semana Santa 2018

Presentación

 Domingo de Ramos de la Pasión del Señor 05


 Lunes Santo 14
 Martes Santo 16
 Miércoles Santo 20

Triduo Pascual
 Jueves Santo: La cena del Señor 23
 Viernes Santo: Conmemoración de la Pasión del Señor 28
 Sábado Santo: Vigilia Pascual 44

 Domingo de Resurrección 66

Hora Santa (ante el monumento) 70

Viacrucis 72

Cantos para la Semana Santa 77


ÍNDICE

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PRESENTACIÓN

Aunque todo el tiempo del año litúrgico viene marcado como tiempo sagrado, Cuaresma,
Semana Santa y Pascua, adquieren una particularidad, quizás por la naturaleza del mismo,
pero que ha de ser vivido no como un tiempo triste y de luto como lo expresa el Papa, sino
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también de alegría, en cuanto que tiene como fin, el acontecimiento salvífico de la


resurrección.

Los prefacios litúrgicos de los domingos de cuaresma, resumen lo que este tiempo
significa, no es algo estático sino un camino, “la pasión es el camino de la resurrección, II
domingo de cuaresma” “conducir al género humano, peregrino en tinieblas al esplendor de
la fe, IV domingo de cuaresma”. Por eso, la Iglesia, más allá de una exigencia, propone lo
que ha sido desde siempre a manera de subsidios espirituales, la oración, el ayuno y la
penitencia, desde allí el creyente intenta y busca poner a Dios en el centro de su existencia a
quien por el pecado y su condición humana desplaza transformando su vida espiritual en
tiniebla.

La mayor contribución para la reflexión cuaresmal la encontramos en la Palabra, de tal


manera que la liturgia lo ordena con el fin de presentarnos la riqueza de los textos bíblicos
y además la importancia de este tiempo necesario para llegar a la pascua. Cinco domingos a
manera de estaciones nos permiten hacer ese camino, presentando diversos aspectos del
misterio y vida de Jesús, Hijo de Dios. El paso del desierto a Galilea como camino para
superar la tentación; la contemplación del Jesús transfigurado, donde la Iglesia busca
mostrarlo también en su rostro; la expulsión de los mercaderes del templo, intentando
transformarlo en la casa del Padre y lugar de comunión entre los creyentes; en el diálogo
con Nicodemo queda expresado el mayor don y regalo que el mismo Dios ha hecho a la
humanidad y a los creyentes: tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único;
finalmente cierra este ciclo con la proximidad de la fiesta de pascua en Jerusalén, donde
unos griegos piden y suplican a Felipe: Señor, quisiéramos ver a Jesús, la respuesta se
concreta en el anuncio de su muerte como don fecundo de la vida.

Toda esta riqueza es el preludio de lo que encierra el centro de estos días, el triduo pascual
no solo en la liturgia de la Iglesia, sino en la vivencia personal de la fe, una riqueza
marcada además por la religiosidad popular donde el creyente intenta hacer suya en
expresiones sencillas del Nazareno, o el viacrucis viviente, la misma pasión del Señor,
gente sencilla de los que quizás poco asisten a la Iglesia, pero convencidos de lo que
significa Jesús de Nazaret.

Las circunstancias nuestras parecieran no pintar nada alentador, eso dará pie para estar más
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cerca no solo de quien carga la cruz, sino del que puede darnos fuerza para llevar también
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las nuestras, a veces pesadas e insoportables. Desde el Seminario San Buenaventura,

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comunidad formativa, hacemos llegar a ustedes este apoyo pastoral con la finalidad de
ayudarles a vivir con mayor entrega estos días de crecimiento en la fe y de ayuda espiritual.

Pbro. Alexander Rivera Vielma


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Rector del Seminario mayor San Buenaventura de Mérida

25 de Marzo: DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR / B

Color litúrgico: Rojo.

HOSANA EN LAS ALTURAS


En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor en Jerusalén para consumar su misterio
pascual. Por lo tanto, en todas las misas se conmemora esta entrada del Señor por medio de una procesión (I)
o de una entrada solemne (II), antes de la misa principal, y por medio de una entrada sencilla (III) antes de
algunas otras misas que se celebran con gran asistencia del pueblo.

Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén

Primera forma: Procesión


A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar adecuado, fuera del templo
hacia el cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan ramos en la mano. El sacerdote y los ministros,
revestidos con los ornamentos rojos requeridos para la misa, se acercan al lugar donde el pueblo está
congregado. Entretanto se canta la siguiente antífona u otro canto adecuado:

Antífona

Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel.
¡Hosanna en el cielo! (Mt 21,9).

Enseguida el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve exhortación para invitar
a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día. Puede hacerlo con estas o
semejantes palabras.

Queridos hermanos: Después de habernos preparado desde el principio de la Cuaresma con


nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con
toda la Iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y resurrección de nuestro
Señor Jesucristo, misterios que empezaron con la entrada de Jesús en Jerusalén.
Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada triunfal a la ciudad
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santa, para que, participando ahora de su cruz, podamos participar un día de su gloriosa
resurrección y de su vida.

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MONICIÓN A LA BENDICIÓN DE LOS RAMOS
Después de esta exhortación, el sacerdote, teniendo juntas las manos, dice la siguiente oración:

Oremos:
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Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir estos ramos † y concede a cuantos


acompañamos ahora jubilosos a Cristo, nuestro rey y Señor, reunirnos con él en la Jerusalén
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita. Enseguida se dice el Evangelio de la entrada del Señor en
Jerusalén, según alguno de los cuatro evangelistas. Lo lee el diácono, o, en su defecto, el sacerdote, de la
manera acostumbrada.

MONICIÓN AL SANTO EVANGELIO

Con el texto del Evangelio que escucharemos a continuación, nos situamos ante la entrada
triunfal de Jesús en Jerusalén. Cristo es reconocido como Rey en medio de su pueblo, como
el Mesías esperado, para que se cumplieran los designios del amor de Dios. Alabémoslo
también nosotros diciendo ¡Hosanna en el cielo! Bendito el que viene a salvarnos.

Evangelio: Mc 11,1-10.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos

A Gloria a ti, Señor.

Cuando Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé y Betania, cerca
del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: “Vayan al pueblo que ven allí
enfrente; al entrar; encontrarán amarrado un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo
y tráiganmelo. Si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: ‘El Señor lo necesita y
lo devolverá pronto’. Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta y
lo desamarraron. Alguno de los que allí estaban le preguntaron: “¿Por qué sueltan al
burro?” Ellos le contestaron lo que había dicho Jesús y ya nadie los molestó. Llevaron el
burro, le echaron encima los mantos y Jesús montó en él. Muchos extendían su manto en el
camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jesús
y los que lo seguían, iban gritando vivas: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del
Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en el cielo!”.
Palabra del Señor.

A Gloria a ti Señor Jesús.

Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede hacerse una breve homilía. Al iniciar la procesión, el
celebrante u otro ministro idóneo puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
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Queridos hermanos: Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos también


nosotros, con júbilo, al Señor.

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MONICIÓN ANTES DE LA PROCESIÓN

Que esta procesión que vamos a comenzar ahora, nos haga comprender lo que debe ser
nuestra vida de bautizados; aclamar al Señor nuestro salvador, por una vida dedicada a su
servicio, siguiéndolo fielmente, paso a paso.
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Y se inicia la procesión hacia el templo donde va a celebrarse la misa. Si se usa el incienso, el turiferario va
adelante con el incensario; enseguida, un ministro con la cruz adornada y, a su lado, dos acólitos con velas
encendidas. Sigue luego el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las manos. Al
avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros apropiados.

Antífona 1.
Los hijos de Israel, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando:
“Hosanna en el cielo”.
Al entrar la procesión en la Iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro cántico alusivo a la entrada del
Señor en Jerusalén:

Responsorio
R Al entrar el Señor en la ciudad santa, los hijos de Israel, anticipándose a la resurrección
del Señor de la vida, con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo.
S Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro con palmas
en las manos, clamando: Hosanna en el cielo.

El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, si lo juzga oportuno, lo inciensa. Luego se dirige a
la sede (se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone la casulla) y, omitida toda la otra ceremonia, da fin a la
procesión diciendo la oración colecta y prosigue la misa de la manera acostumbrada.

Segunda forma: Entrada solemne


Donde no se pueda hacer la procesión fuera de la Iglesia, la entrada del Señor se celebra dentro del templo por
medio de una entrada solemne, antes de la misa principal. Los fieles se reúnen ante la puerta del templo, o
bien, dentro del mismo templo, llevando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos fieles, va
a algún sitio adecuado del templo, fuera del presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente la ceremonia.
Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta la antífona Hosanna al Hijo de David, o algún otro
cántico adecuado.

Después se bendicen los ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén. Después del
Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia el presbiterio a través del templo, acompañado por los
ministros y por algunos fieles, mientras se canta el responsorio. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida
reverencia. Enseguida va a la sede y, omitida toda otra ceremonia, dice la oración colecta de la misa, que
prosigue luego de la manera acostumbrada.

Tercera forma: Entrada sencilla


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En todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada solemne, se recuerda la entrada
del Señor en Jerusalén por medio de una entrada sencilla. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la
antífona de entrada u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida
reverencia, va a la sede y saluda al pueblo. Luego sigue la misa de la manera acostumbrada.

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Antífona de entrada

Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron los niños a su
encuentro llevando en sus manos hojas de palmera y gritando: Hosanna en el cielo. Bendito
tú que vienes lleno de bondad y de misericordia.
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¡Portones!, alcen los dinteles, levántense, puertas antiguas: porque va a entrar el Rey de la
gloria. Y ¿quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria.
Bendito tú que vienes lleno de bondad y de misericordia (Sal 23,9-10).

La Santa Misa
Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a
Cristo, nuestro salvador, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las
enseñanzas de su pasión, para participar con él, un día, de su gloriosa resurrección. Por
nuestro Señor Jesucristo.

No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor, ni se hace al principio el saludo, ni se
signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por
lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo. Solamente los diáconos
piden la bendición del celebrante antes del canto de la Pasión, como se hace antes del Evangelio. Después de
la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve homilía. Se dice Credo. La Misa de hoy
tiene tres lecturas, y es muy recomendable leerlas todas, a no ser que alguna razón pastoral aconseje lo
contrario. Dada la importancia de la Pasión del Señor, el sacerdote, en las Misas con el pueblo, y de acuerdo
con las características de los fieles de cada asamblea, puede omitir una de las dos primeras lecturas, o ambas,
y leer sólo la Pasión del Señor.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

El relato de la pasión del Señor introduce la Semana Santa bajo los misterios de la pasión y
muerte de nuestro Señor Jesucristo. Cristo a pesar de su condición divina se rebajó y pasó
como uno de tantos haciendo el bien, entregando su vida en el madero de la cruz por amor a
nosotros. ¿Cómo respondemos al gran amor de Dios? Escuchemos.

1ª Lectura: Is 50,4-7

Lectura del profeta Isaías


Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de
aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor
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Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda


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a los que me golpeaban, la mejilla a los que jalaban mi barba. No oculté el rostro a insultos
y salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro
como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Palabra de Dios.

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A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 21)


R Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
L Al verme se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza: «Acudió al Señor, que le
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ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere.» /R


L Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores: me taladran las
manos y los pies, puedo contar mis huesos. /R
L Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza
mía, ven corriendo a ayudarme. /R
L Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alábenlo, linaje de Jacob, glorifíquenlo, témanlo, linaje de Israel. /R

2ª Lectura: Fil 2,6-11

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses


Hermanos: Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al
contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de
tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el
«Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el
Cielo, en la Tierra, en el Abismo, y toda lengua proclame: « ¡Jesucristo es Señor!», para
gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.
A Te alabamos, Señor.

Evangelio: Mc 14, 1 – 15,47

Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.


C: Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos sacerdotes
y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a traición y darle muerte,
pero decían: S: “No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse". C: Estando
Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania, llegó una mujer con un
frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y derramó el perfume en la
cabeza de Jesús. Algunos comentaron indignados: S: "¿A qué viene este derroche de
perfume? Podría haberse vendido por más de trescientos denarios para dárselos a los
pobres". C: Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó: †:"Déjenla. ¿Por qué la molestan?
Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y
pueden socorrerlos cuando quieran; pero a mí no me tendrán siempre. Ella ha hecho lo que
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podía. Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en


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cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se recordará también en su


honor lo que ella ha hecho conmigo".
C: Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a

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Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero; y él andaba buscando una buena
ocasión para entregarlo. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, cuando se
sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos: S: "¿Dónde quieres
que vayamos a prepararte la cena de Pascua?" C: Él les dijo a dos de ellos: †: "Vayan a la
ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño
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de la casa en donde entre: ‘El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que
voy a comer la Pascua con mis discípulos?’ Él les enseñará una sala en el segundo piso,
arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena".
C: Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho
y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa,
cenando, les dijo: †: "Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo,
me va a entregar". C: Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro: S: “¿Soy
yo?" C: Él respondió: †: "Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que
yo. El Hijo del hombre va a morir, como está escrito: pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo
del hombre! ¡Más le valiera no haber nacido!"
C: Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus
discípulos, diciendo: †: "Tomen: esto es mi cuerpo". C: Y tomando en sus manos una copa
de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo: †: “Esta es mi
sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volveré a
beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
C: Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les dijo: †:
"Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: Heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas; pero cuando resucite, iré por delante de ustedes a Galilea". C:
Pedro replicó: S: "Aunque todos se escandalicen, yo no". C: Jesús le contestó: †: "Yo te
aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, tú me negarás
tres". C: Pero él insistía: S: "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré". C: Y los
demás decían lo mismo. Fueron luego a un huerto, llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus
discípulos: †: "Siéntense aquí mientras hago oración".
C: Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les dijo: †:
"Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense aquí, velando". C: Se adelantó un
poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara de él aquella hora. Decía: †:
"Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero,
sino lo que tú quieres". C: Volvió a donde estaban los discípulos, y al encontrarlos
dormidos, dijo a Pedro: †: "Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora?
Velen y oren, para que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es
débil". C: De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras. Volvió y otra
vez los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño; por eso no sabían qué
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contestarle. Él les dijo: †: "Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora.
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Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense!
¡Vamos! Ya está cerca el traidor".
C: Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él, gente con

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espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había
dado una contraseña, diciéndoles: S: "Al que yo bese, ése es. Deténgalo y llévenselo bien
sujeto". C: Llegó, se acercó y le dijo: S: "Maestro". C: Y lo besó. Ellos le echaron mano y
lo apresaron. Pero uno de los presentes desenvainó la espada y de un golpe le cortó la oreja
a un criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo: †: "¿Salieron ustedes a
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apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un bandido? Todos los días he estado
entre ustedes, enseñando en el templo y no me han apresado. Pero así tenía que ser para
que se cumplieran las Escrituras".
C: Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada más
con una sábana, y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontífices, los
escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo
sacerdote y se sentó con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse. Los sumos
sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban una acusación contra Jesús para condenarlo a
muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban falsas acusaciones contra él,
los testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron: S: "Nosotros
lo hemos oído decir: 'Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días
construiré otro, no edificado por hombres' ". C: Pero ni aun en esto concordaba su
testimonio. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le preguntó a Jesús:
S: “¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?" C: Pero él no le respondió
nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar: S: "¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios
bendito?" C: Jesús contestó: †: "Sí lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está
sentado a la derecha del Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo". C: El sumo
sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando: S: "¿Qué falta hacen ya más testigos?
Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les parece?"
C: Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la
cara, lo abofeteaban y le decían: S: "Adivina quién fue". C: Los criados también le daban
de bofetadas. Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Llegó una criada del sumo
sacerdote, y al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y le dijo: S: "Tú también
andabas con Jesús Nazareno". C: Él lo negó, diciendo: S: "Ni sé ni entiendo lo que quieres
decir". C: Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, se puso de
nuevo a decir a los presentes: S: "Ese es uno de ellos". C: Pero él lo volvió a negar. Al poco
rato, también los presentes dijeron a Pedro: S: "Claro que eres uno de ellos, pues eres
galileo". C: Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar: S: "No conozco a ese hombre del
que hablan".
C: Enseguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó entonces de las palabras que
le había dicho Jesús: 'Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres', y
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rompió a llorar. Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos,
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los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo


entregaron a Pilato. Este le preguntó: S: "¿Eres tú el rey de los judíos?" C: Él respondió: †:
"Sí lo soy". C: Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de

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nuevo: S: "¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan".
C: Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado. Durante la fiesta
de Pascua, Pilato solía soltarle al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la cárcel un
tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en un motín. Vino la
gente y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo: S: "¿Quieren que les suelte
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al rey de los judíos?" C: Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por
envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de
Barrabás. Pilato les volvió a preguntar: S: "¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los
judíos?" C: Ellos gritaron: S: "¡Crucifícalo!" C: Pilato les dijo: S: "Pues ¿qué mal ha
hecho?" C: Ellos gritaron más fuerte: S: "¡Crucifícalo!" C: Pilato, queriendo dar gusto a la
multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo
crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a
todo el batallón. Lo vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de
espinas que habían trenzado, y comenzaron a burlarse de él, dirigiéndole este saludo: S:
"¡Viva el rey de los judíos!"
C: Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban
ante él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa
y lo sacaron para crucificarlo.
Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo,
Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere
decir "lugar de la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo aceptó. Lo
crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El
rey de los judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su
izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores. Los
que pasaban por ahí lo injuriaban meneando la cabeza y gritándole: S: "¡Anda! Tú que
destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo y baja de la cruz" C:
Los sumos sacerdotes se burlaban también de él y le decían: S: "Ha salvado a otros, pero a
sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que
lo veamos y creamos"
C: Hasta los que estaban crucificados con él también lo insultaban. Al llegar el mediodía,
toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las tres, Jesús gritó
con voz potente: †: "Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?" C: que significa: “Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?” Algunos de los presentes, al oírlo, decían: S: "Miren, está
llamando a Elías". C: Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y
se la acercó para que bebiera, diciendo: S: "Vamos a ver si viene Elías a bajarlo". C: Pero
Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
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(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes).


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Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El oficial romano que estaba
frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo: S: "De veras este hombre era Hijo de
Dios". C: Había también hay unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre

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ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José) y Salomé, que
cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además de ellas, otras muchas
que habían venido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea,
miembro distinguido del sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios. Se presentó con
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valor ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto, y
llamando al oficial, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el
oficial, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana, bajó el cadáver, lo envolvió en
la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca y tapó con una piedra la entrada
del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José, se fijaron en dónde lo ponían.
Palabra de Señor.
A Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Acudamos a Jesús, nuestro Rey y Mesías, nuestro único Salvador, y sabiendo que sube a
Jerusalén para consumar nuestra liberación definitiva, salgamos a su paso diciendo:
R/. Bendito el que viene en nombre del Señor.

1. Por la Iglesia, para que sea testigo fiel de la cruz del Señor en medio de los
hombres: R./
2. Por todos los que sufren en el cuerpo o en el alma, para que en la pasión del Señor
encuentren la fuerza y la esperanza: R./
3. Por todos nosotros que, unidos a toda la Iglesia, celebramos la semana santa, para
que podamos abrir a Cristo, de par en par, las puertas de nuestro corazón: R./
4. Por Venezuela, para que deje entrar en sus ciudadanos e instituciones, sin miedo, la
majestuosa potestad del Señor, cuya ley es el amor, la misericordia, el servicio y la
justicia: R./
5. Por el eterno descanso de nuestros hermanos difuntos, para que lleguen a participar
de la triunfante resurrección de nuestro Señor: R./

Adéntranos, Señor, en el misterio de tu amor, haz que te descubramos presente en nuestras


vidas como el enviado de Dios, y escucha nuestras oraciones de alabanza, súplica y acción
de gracia. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R./ Amén

Oración sobre las ofrendas


13

Que la pasión de tu Hijo, actualizada en este santo sacrifico que vamos a ofrecerte, nos
Página

alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por nuestras obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Seminario San Buenaventura


Oración después de la comunión

Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das
la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de
la resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Semana Santa 2018

26 de Marzo: LUNES SANTO

Color litúrgico: Morado.

MONICIÓN DE ENTRADA

Estamos empezando la Semana Santa y es preciso disponer nuestro espíritu con mayor
recogimiento para el Señor. El Señor viene para manifestar en medio del pueblo su fuerza
salvadora y redentora, nosotros debemos ser como Marta, estar dispuestos al servicio, y
como Lázaro, sin miedo ni temores, ser testigos de las maravillas que ha hecho Dios en
nuestra vida, iniciemos con alegría esta celebración eucarística.

Oración colecta

Concédenos, Señor, nueva fuerza para no sucumbir a nuestras humanas debilidades, por los
méritos de la pasión de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

Jesús se establece como aquél que restaura y devuelve la vida, que saca de las tinieblas y
nos pone delante de su luz. Quieren asesinarlo porque anuncia la verdad, ese mismo riesgo
corremos nosotros. Debemos dar hasta la vida, como Marta y Lázaro para ser testigos de su
mensaje.

1ª Lectura: Is 42, 1-7.

Lectura del profeta Isaías

Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él


he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni
clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la
mecha que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se doblegará,
14

hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su
enseñanza. Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza a
Página

la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y la
respiración a cuanto se mueve en ella: “Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te
llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las

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naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la
mazmorra a los que habitan en tinieblas”. Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.
Semana Santa 2018

Salmo responsorial (Sal 26)


R El Señor es mi luz y mi salvación

L El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa


de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? /R

L Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios,


tropiezan y caen. /R

L Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun cuando hagan la guerra
contra mí, tendré plena confianza en el Señor. /R

L La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el
Señor confía. /R

Evangelio: Jn 12, 1-11.

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

A Gloria a ti, Señor.

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno
de los que estaban con él en la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo
auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y
la casa se llenó con la fragancia del perfume. Entonces Judas Iscariote, uno de los
discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: “¿Por qué no se ha vendido ese perfume
en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” Esto lo dijo, no porque le importaran
los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban
en ella. Entonces dijo Jesús: “Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura;
porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán”.
Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo
por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de entre los
muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él,
muchos judíos se separaban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
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A Gloria a ti, Señor Jesús.


Página

Seminario San Buenaventura


ORACIÓN DE LOS FIELES

A Cristo, que muriendo nos da nueva vida y nos reconcilia con Dios, su Padre, oremos con
total confianza, diciendo:
R./ Ten piedad y escúchanos
Semana Santa 2018

1. Para que en su misericordia, Dios purifique a la Iglesia y le conceda el don de la caridad


hasta el extremo de dar su vida por todos los hombres, especialmente por los más pobres y
olvidados. Oremos al Señor.
2. Para que el Espíritu de Jesús impulse la transformación de nuestra sociedad, y la justicia,
el derecho y la libertad sean una realidad estable y duradera. Oremos al Señor.
3. Para que el Señor sea luz y salvación de los enfermos y agonizantes, la vida y la posesión
plena de los que han muerto. Oremos al Señor.
4. Para que Jesús, que fue ultrajado y maltratado, ayude a los que hoy cargan con la cruz de
la marginación, la desesperanza y la propia debilidad, les dé valor y los haga discípulos de
su Reino. Oremos al Señor.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; bendícenos con tu mano
poderosa y haz que, purificados en este tiempo cuaresmal, vivamos tu Pascua con pureza de
corazón. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R./ Amén.

Oración sobre las ofrendas

Mira, Señor, con bondad, este sacrificio que tú instituiste misericordiosamente para reparar
el daño de nuestros pecados, y hazlo producir en nosotros abundantes frutos de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión

Quédate, Señor, con nosotros y protege con tu amor infatigable nuestros corazones
santificados por esta Eucaristía, para que podamos conservar siempre las gracias que hemos
recibido de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

27 de Marzo: MARTES SANTO


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Color litúrgico: Morado.


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En esta santa misa se hace la recepción de los santos óleos en la comunidad parroquial. Y, si se juzga
oportuno, puede administrarse el sacramento de la Unción del los enfermos. En ausencia del sacerdote, sólo se
reciben los santos óleos.

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MONICIÓN DE ENTRADA

Queridos hermanos, cada vez estamos más cerca de celebrar los misterios que fundamentan
nuestra fe, el paso de la muerte a la vida de nuestro Señor. Hoy la liturgia nos invita a poner
nuestra esperanza en Jesús, él quiere salvarnos. Démonos como el Señor, no a migajas,
Semana Santa 2018

sino, ofreciendo nuestra vida entera.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con
tal fe y arrepentimiento, que podamos merecer tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.

MONICIÓN A LA RECEPCIÓN DE LOS ÓLEOS

En todas las culturas, el aceite es signo de abundancia, de alegría, purifica antes y después
del baño, suaviza la piel, cicatriza las heridas, da agilidad, signo de curación y al mismo
tiempo causa en quien lo recibe la pureza y la fuerza.

Sagrado Crisma: Crisma, en latín, significa cabeza, este aceite consagrado, está elaborado
con plantas aromáticas perfumadas y aceites, que expresan su realidad para quien es
ungido. Cristo mismo fue ungido y consagrado por el Padre para la Misión que le
encomendaba. Este aceite será utilizado para ungir en la cabeza de los recién bautizados y
para aquellos que son confirmados, le concede la plenitud del Espíritu Santo. Se utiliza,
también, en Ordenación de los presbíteros, ellos son ungidos en las manos y en la
consagración episcopal, los obispos son ungidos en la cabeza.

Óleo de los Enfermos: Este Aceite Sagrado es extraído del aceite de oliva, o con aceite de
otras plantas vegetales. Es signo de purificación y fortaleza cuando el cristiano es probado
en la enfermedad, robustece la fe, expresa curación y consuelo y, al mismo tiempo, es signo
de la presencia de Dios en el necesitado no sólo de sanación física sino también espiritual.

Óleo de los Catecúmenos: Este Óleo es también extraído del aceite de oliva, se utiliza en
el pecho de los que van a recibir el Sacramento del Bautismo. Es signo de valentía, para
que el cristiano no tenga miedo ni temor ante los peligros, tentaciones y pecados. Es signo
de fortaleza y entrega a Cristo y a la Iglesia. La unción con este aceite expresa también
purificación.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA


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Nuestra vocación, así como la de Isaías, nos lleva a creer que Dios nunca abandona, más
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bien recompensa a quien se dispone a servirle. Jesús es la mayor expresión de ese servicio,
afirma que ha venido para dar la vida por nosotros. Escuchemos.

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1ª Lectura: Is 49,1-6.

Lectura del profeta Isaías

Escúchenme, islas; pueblos lejanos atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de


Semana Santa 2018

mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre. Hizo de mi


boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha
puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti
manifestaré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he
gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la
tenía mi Dios”. Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que
fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo -
tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza- Ahora, pues, dice el Señor: “Es
poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los
sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación
llegue hasta los últimos rincones de la tierra”. Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 70)


R En ti, Señor, he puesto mi esperanza.

L A ti, Señor, me acojo:


no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. /R

L Sé tú mi roca de refugio,
la fortaleza donde me salve,
porque mi peña y mi defensa eres tú,
Dios mío, líbrame de la mano perversa. /R

L Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza


y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno, tú me sostenías. /R

L Mi boca contará tu auxilio,


y todo el día tu salvación.
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Dios mío, me instruiste desde mi juventud,


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y hasta hoy relato tus maravillas. /R

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Evangelio: Jn 13,21-33.36-38.

Lectura del santo Evangelio según san Juan

A Gloria a ti, Señor.


Semana Santa 2018

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: «En verdad, en verdad les digo
que uno de ustedes me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de
quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa a su lado.
Simón Pedro le hace una señal y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él,
recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?» Le responde Jesús: «Es
aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, lo toma y se lo da a
Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le
dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué
se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra
lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el
bocado, salió. Era de noche. Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo
del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios
también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto». «Hijos míos, ya poco tiempo
voy a estar con ustedes. Ustedes me buscarán, y, lo mismo que les dije a los judíos, que
adonde yo voy, ustedes no pueden venir, les digo también ahora a ustedes. Simón Pedro le
dice: «Señor, ¿a dónde vas? »Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme
ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré
mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te
digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces». Palabra del Señor.

A Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Antes de compartir el memorial de la muerte y resurrección de Jesús, reconozcamos


nuestras limitaciones y necesidades, y pidamos a Dios que nos escuche y bendiga al pueblo
que Él redimió con la sangre de Jesús. Digamos:
R./ Escúchanos, Padre.

1. Para que Jesús, que nos llamó a ser sus testigos, nos dé su gracia para dar frutos de
santidad y buenas obras. Oremos al Señor
2. Para que cuantos, de alguna manera, han traicionado su fe y sus principios, arrastrados
por la seducción del pecado y la indiferencia, contemplando a Cristo que dio su vida por
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ellos, vuelvan a Él y le invoquen como Dios y salvador. Oremos al Señor.


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3. Para que los que trabajan social o apostólicamente en favor de los más pobres, no cesen
en su empeño por transformar nuestra sociedad. Oremos.

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4. Por nuestros familiares y amigos que han emigrado a otros países, para que el Señor les
proteja y socorra en sus necesidades y les ayude en sus tareas. Oremos al Señor.

Acepta, Señor, nuestras oraciones y haz que la colaboración de los misterios de nuestra fe
nos haga cada vez más fieles en la vivencia de nuestra vocación cristiana, y más firmes en
Semana Santa 2018

el seguimiento de Jesús, el crucificado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R./ Amén.

Oración de las ofrendas

Acepta, Señor, con bondad este pan y este vino que te presentamos, y concede a cuantos
quieres hacernos partícipes del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, llegar a poseerlo plenamente
en tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión

Por medio de este sacramento, que ya desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos,
Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

28 de Marzo: MIÉRCOLES SANTO

Color litúrgico: Morado.

MONICIÓN DE ENTRADA

En nuestra Iglesia venezolana hoy se celebra a Jesús Nazareno. Es el Señor como siervo
sufriente quien carga en su cruz todas nuestras inseguridades, dolores, tristezas, hambre e
impotencias, en resumen, toda la pobreza de nuestro pueblo. Que a su paso los venezolanos
podamos sentir que no estamos solos en el camino de la vida, que el Señor camina con
nosotros y quiere salvarnos.

Oración colecta

Padre misericordioso que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo sufriera
por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por
nuestro Señor Jesucristo.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA


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La palabra hoy nos ofrece una doble reflexión. La primera, muestra a Isaías como
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instrumento de consuelo y fortaleza para su pueblo. Luego, se nos presenta a Judas que

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quiere entregar a Jesús. Preguntémonos ¿en qué momentos de nuestra vida entregamos
nosotros al Señor cuando creamos tantos ídolos materiales? Escuchemos

1ª Lectura: Is 50,4-9.
Semana Santa 2018

Lectura del profeta Isaías

En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda
confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi
oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y
yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me
golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y
salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi
rostro como roca y sé que no quedare avergonzado. Cercano está de mí el que me hace
justicia, ¿Quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me
enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?” Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 68)


R Por tu bondad, Señor, socórreme.

L Por ti he sufrido injurias


y la vergüenza cubre mi semblante.
Extraño soy y advenedizo,
aun para aquellos de mi propia sangre;
pues me devora el celo de tu casa,
el odio del que te odia, en mi recae. / R

L La afrenta me destroza el corazón y desfallezco.


Espero compasión y no la hallo;
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre. / R

L En mi cantar exaltaré tu nombre,


proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren,
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quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,


Página

porque el Señor jamás desoye al pobre,


ni olvida al que se encuentra encadenado. /R

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Evangelio: Mt 26,14-25.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

A Gloria a ti, Señor.


Semana Santa 2018

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes
y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?” Ellos quedaron en darle treinta
monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para
entregárselo. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a
Jesús y les preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?” Él
respondió: “Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está
ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’”. Ellos hicieron lo que
Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa
con los Doce y mientras cenaban les dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes va
entregarme”. Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno:
“¿Acaso soy yo, Señor?” Él respondió: “El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése
va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de
aquel por quien el Hijo del Hombre va ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber
nacido”. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Acaso soy yo, Maestro?”
Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”. Palabra del Señor.

A Gloria a ti Señor, Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A Dios, que en su bondad nos escucha y bendice, dirijamos nuestras oraciones y las de todo
el mundo, diciendo:
R./ Jesús Nazareno, escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia: para que por medio de sus pastores y ministros sepa consolar y predicar
teniendo siempre los mismos sentimientos que Cristo. Oremos al Señor.
2. Por todos los que buscan a Dios. Para que descubran que Jesús que Jesús dio su vida por
ellos y le confiesen como Dios y salvador. Oremos al Señor.
3. Por los que padecen deficiencias físicas o psicológicas, por los que se sienten tentados de
no creer, por los que experimentan la desesperación y la ausencia de Dios: para que Jesús
se les manifieste, les enseñe a vivir como Él y les ayude a cargar su cruz de cada día.
Oremos al Señor.
4. Por Venezuela, para que en Jesús Nazareno, que carga con nuestros sufrimientos y
dolores, encontremos nuestra fuerza y esperanza Oremos al Señor.
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Padre, derrama tus bendiciones sobre este pueblo que te suplica, muéstranos tu rostro y
danos tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. R./ Amén.
Página

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Oración sobre las ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos la gracia de traducir en una vida
de amor y de obediencia a tu voluntad, el misterio de la pasión de tu Hijo, que estamos
celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Semana Santa 2018

Oración después de la comunión

Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte de tu Hijo,
padecida en el Calvario y anunciada en cada Eucaristía, tú nos has dado la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

29 de Marzo: JUEVES SANTO. LA CENA DEL SEÑOR.

Color litúrgico: Blanco.

Misa vespertina de la Cena del Señor.


Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíbe todas las misas sin asistencia del pueblo.
En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor, con la participación de toda la
comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada
comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a
cualquier hora del día.

MONICIÓN DE ENTRADA

La Iglesia tiene hoy tres motivos para celebrar. El Señor instituye el mandamiento del
amor, pues nuestra vida sin amor, se vuelve estéril y un entero fracaso, por eso se abaja de
su categoría de Dios y lava los pies a sus discípulos. También, instituye el Señor el eterno
memorial para nuestra salvación, la Eucaristía, donde él mismo se ofrece en cuerpo y
sangre para salvarnos. Y finalmente, el Orden sacerdotal; en sus apóstoles, va fundando una
Iglesia que adquiere sentido desde el servicio, estableciendo pastores para apacentar a su
pueblo. Empecemos pues con alegría esta celebración, que el amor nos una, la eucaristía
nos fortalezca y en el servicio de los sacerdotes podamos sentir cómo el Señor nos bendice
grandemente.

Ritos iniciales y liturgia de la Palabra


El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrese en esta misa suficientes hostias, de modo que
alcancen para la comunión del clero y del pueblo, hoy y mañana. Se dice Gloria. Mientras se canta este
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himno, se tocan las campanas. Terminado el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia
Pascual.
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Oración colecta

Dios nuestro, que nos ha reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu Hijo único, antes
de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su
amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y
Semana Santa 2018

de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

Con la muerte de los primogénitos el Señor da una clara señal que su misión es salvar a su
pueblo, dar una señal para que se vuelvan a él de corazón. En el lavatorio de los pies, Jesús
quiere lavar nuestros pecados para que quedemos limpios, es su cuerpo y su sangre
presentes en la Eucaristía verdadero memorial que sirve para nuestra salvación.

1ª Lectura: Ex 12,1-8.11-14.

Lectura del libro del Éxodo.

En aquellos días, el Señor les dijo a Moisés y Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será
para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la
comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno
por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y
elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda
comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta
el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará al
atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa
donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin lavadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del
Señor. Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país
de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo,
el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habiten ustedes. Cuando yo vea
la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la
tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en
honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución
perpetua.” Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 115)


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R Gracias, Señor, por tu sangre que nos salva.


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L ¿Cómo le pagaré al Señor

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todo el bien que me ha hecho?
Levantaré el cáliz de salvación e
invocaré el nombre del Señor. / R

L A los ojos del Señor


Semana Santa 2018

es muy penoso que mueran sus amigos.


De la muerte, Señor, me has librado,
a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. / R

L Te ofreceré con gratitud un sacrificio


e invocaré tu nombre.
Cumpliré mis promesas al Señor
ante todo su pueblo. / R

2ª Lectura: 1Co 11,23-36

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía.” Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la
nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban
de él.” Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la
muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Evangelio: Jn 13,1-5.
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
A Gloria a ti, Señor.
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este
mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el
extremo. En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de
Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había
puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se
levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en
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una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se
había ceñido. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los
Página

pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo
comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le

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contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En este
caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se
ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están
limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos
están limpios”. Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la
Semana Santa 2018

mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman
Maestro y Señor, y dicen bien, porque yo lo soy. Pues si yo, que soy Maestro y el Señor, les
he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado
ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes los hagan”. Palabra del
Señor.
A Gloria a ti, Señor Jesús.

En la homilía se exponen los grandes hechos que se recuerdan en esta misa, es decir la institución de la
Sagrada Eucaristía y el Orden Sacerdotal y el mandato del Señor sobre la caridad fraterna. Después de la
homilía, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio de los pies.

Lavatorio de los pies

MONICIÓN AL LAVATORIO DE LOS PIES

En la escena del lavatorio de los pies, Jesús lo que hace es ofrecer su amor sin límites y
quiere decirnos algo nuevo a los que nos hemos reunido con Él para celebrar la pascua. Al
mundo de hoy le resulta muy difícil entenderlo, pero sólo este es el verdadero amor. Para
amar en serio hay que despreciar los puestos de honor, hay que doblar las rodillas para
servir y hay que abrir las manos para compartir. En nosotros, ha de resonar el imperativo de
Jesús: “Hagan esto en memoria mía”.
Los varones y mujeres designados para el rito van, acompañados por los ministros, a ocupar los asientos
preparados para ellos en un lugar visible. El celebrante, quitada la casulla si es necesario, se acerca a cada una
de las personas designadas y, con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca. Mientras tanto, se
hace algún canto apropiado. Inmediatamente, después del lavatorio de los pies o, si éste no tuvo lugar,
después de la homilía, se hace la Oración universal. No se dice Credo.

Liturgia Eucarística

Al comienzo de la Liturgia Eucarística, puede organizarse una procesión de los fieles, en la que se lleven
dones para los pobres.

ORACIÓN DE LOS FIELES

En esta tarde en la que anticipemos el misterio pascual de Cristo y celebramos su amor,


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oremos con cordial confianza al autor de nuestra salvación. Digamos:


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R./Cristo, Pan de vida, escucha nuestra oración.

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1. En esta tarde santa, en la que Cristo hecho Eucaristía se da a su Iglesia pidamos por ella,
para que proclame a nuestra humanidad la fuerza salvadora del Sacramento del Amor.
Oremos a Cristo, Pan de vida.
2. En esta tarde santa, en que Jesús quiso prolongar su sacerdocio eterno, oremos por el
santo Padre y por todos los que han sido ungidos para actualizar el sacrificio redentor de
Semana Santa 2018

Cristo, para que encarnen en sus vidas lo que celebran en el altar. Oremos a Cristo, Sumo y
Eterno Sacerdote.
3. En esta tarde, en la que Cristo fue entregado por uno de sus amigos, oremos por los que
hoy le traicionan derramando sangre inocente, profanando el amor, renegando de su fe;
para que la fuerza del misterio que celebramos se haga vida en sus corazones y en los de
todos los que fuimos predestinados para el amor. Oremos a Cristo, nuestra Víctima Pascual.
4. En esta tarde santa, en la que Jesús nos quiere unidos en comunión, oremos por el pueblo
de Israel y por los que no le reconocen como el Mesías de Dios, el Salvador que tenía que
venir. Oremos a Cristo, nuestro Salvador.
5. En esta tarde, en la que Cristo oró por sus amigos, oremos por nuestra Comunidad
parroquial, por nuestros enfermos, por los que entregan su vida por el Evangelio y por los
que viven alejados de Dios; para que el paso del Señor les alcance la paz, la salud, el
perdón y el gozo de su cercanía y amistad. Oremos a Cristo, nuestro hermano.
6. En esta tarde santa, en que Jesús nos dejó en mandato del amor, oremos por todo el
pueblo de Dios, para que reunido en torno al banquete Pascual, y alimentado de su Cuerpo
y de su sangre, seamos capaces de crear una fraternidad universal siendo constructores de la
paz y la justicia que Él nos mereció. Oremos a Cristo, Príncipe de la paz.

Señor Jesús, que antes de derramar tu Sangre por nuestra salvación quisiste quedarte en la
Eucaristía para ser nuestro alimento y nuestra vida, concédenos gustar el Sacramento del
amor y ser signos de tu presencia en medio de los hombres. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
R./ Amén

Oración sobre las ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que
celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión


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Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida da la Cena instituida por tu Hijo,
concédenos participar también del banquete celestial en tu Reino. Por Jesucristo, nuestro
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Señor.

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Traslación del Santísimo Sacramento
Dicha la oración después de la Comunión, el sacerdote, de pie ante el altar, pone incienso en el incensario y,
arrodillado, inciensa tres veces al Santísimo Sacramento. Enseguida recibe el paño de hombros, toma en sus
manos el copón y lo cubre con las extremidades del paño. Se forma entonces la procesión para llevar al
Semana Santa 2018

Santísimo Sacramento a través del templo, hasta el sitio donde se le va a guardar. Va adelante un acólito, con
la cruz alta; otros acólitos acompañan al Santísimo Sacramento con ciriales e incienso. El lugar de depósito
debe estar preparado en alguna capilla convenientemente adornada. Durante la procesión, se canta el himno
Pangue lingua (excepto las dos últimas estrofas) a algún otro canto eucarístico. Al llegar la procesión al lugar
donde va a depositarse el Santísimo Sacramento, el sacerdote deposita el copón y, poniendo de nuevo
incienso en el incensario, lo inciensa arrodillado, mientras tanto se canta la parte final del himno Tantum ergo.
Para resaltar el sentido litúrgico del monumento evítese exponer el Santísimo en la custodia. Enseguida se
cierra el tabernáculo o la urna del depósito. Después de unos momentos de adoración en silencio, el sacerdote
y los ministros hacen genuflexión y vuelven a la sacristía. Enseguida se desnuda el altar y, si es posible, se
quitan del templo las cruces. Si algunas no se pueden quitar, es conveniente que queden cubiertas con un velo.
Exhórtese a los fieles, según las circunstancias y costumbres del lugar, a dedicar alguna parte de su tiempo, en
la noche, a la adoración delante del Santísimo Sacramento. Esta adoración, después de la media noche, hágase
sin solemnidad.

30 de Marzo: VIERNES SANTO, CONMEMORACIÓN DE LA PASIÓN DEL


SEÑOR.
Color litúrgico: Rojo.

Viernes Santo
de la Pasión del Señor

El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por completo la celebración del
sacrificio eucarístico. El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles.
Después del mediodía, alrededor de las tres de la tarde, a no ser que por razón pastoral se elija una hora más
avanzada, se celebra la Pasión del Señor, que consta de tres partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la
Cruz y Sagrada Comunión. En este día la sagrada comunión se distribuye a los fieles únicamente dentro de la
celebración de la Pasión del Señor; pero a los enfermos que no puedan tomar parte en esta celebración, se les
puede llevar a cualquier hora del día. El sacerdote y el diácono, revestidos de color rojo, como para la misa, se
dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y
todos oran en silencio durante algún espacio de tiempo. Después el sacerdote, con los ministros, se dirige a la
sede, donde, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas dice la siguiente oración:
(No se dice “Oremos”)

Oración
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Padre nuestro misericordioso, santifica y protege siempre a esta familia tuya, por cuya
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salvación derramó su Sangre y resucitó glorioso Jesucristo, tu Hijo. El cual vive y reina por
los siglos de los siglos. R Amén.

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Primera parte
Liturgia de la Palabra

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA


En Cristo crucificado y ensangrentado se presentan los dolores y sufrimientos de toda la
Semana Santa 2018

humanidad. Su pasión nos enseña a vivir los sufrimientos sin huir de nuestra misión y
realidad, y con su muerte quedan purificados todos nuestros pecados. Con recogimiento
escuchemos en la Palabra el gran sacrificio de amor que presenta el madero de la cruz.

1ª Lectura: Isaías 52,13 -53, 12

Lectura del profeta Isaías

Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él,
porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano; así asombrará a muchos
pueblos: ante El los reyes cerrarán la boca, al ver algo que no se puede narrar y contemplar
algo insólito. ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor? Creció
en su presencia como un brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos
sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de dolores,
acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos
leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por
nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable vino sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca;
como un cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría
la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron. ¿Quién meditó en su destino? Lo
arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron
sepultura con los malhechores; porque murió con los malvados, aunque no había cometido
crímenes, ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando
entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años; lo que el
Señor quiere prosperará por sus manos. A causa de los trabajos de su alma, verá y se
saciará; con lo aprendido, mi Siervo justificará a muchos, cargando con los crímenes de
ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes, con los poderosos tendrá parte en los
despojos; porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, y él tomó el
pecado de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (Sal 30)


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R Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

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L A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. /R
Semana Santa 2018

L Soy la burla de todos mis enemigos,


la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cacharro inútil. /R

L Pero yo confío en ti, Señor,


te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen. /R

L Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,


sálvame por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón,
los que esperan en el Señor. /R

2ª Lectura (Hb 4,14-16; 5,7-9).

Lectura de la carta a los Hebreos

Hermanos: Tenemos un Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús el Hijo de Dios-.
Mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no
pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo, igual que nosotros,
excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de
alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo oportuno. Cristo, en
los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que
podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su actitud reverente. Él, a pesar de ser
Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para
todos los que obedecen en autor de salvación eterna. Palabra de Dios.
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A Te alabamos, Señor.
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Evangelio: Jn 18,1-19,42.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
C. En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde
había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el
sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Entonces Judas tomó un
Semana Santa 2018

batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el


huerto con linterna antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se
adelantó y les dijo: †: ¿A quién buscan? C: Le contestaron: S: A Jesús, el nazareno. C: Les
dijo Jesús: †: Yo soy. C: Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles ‘Yo soy’,
retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar: †: ¿A quién buscan? C: Ellos
dijeron: S: A Jesús, el nazareno. C: Jesús contestó: †: Les he dicho que yo soy. Si me
buscan a mí, dejen que éstos se vayan. C: Así se cumplió lo que Jesús habla dicho: ‘No he
perdido a ninguno de los que me diste’. Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la
sacó e hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se
llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:†: Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber
el cáliz que me ha dado mi Padre?
C: El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo ataron y lo
llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás
era el que había dado a los judíos este consejo: ‘Conviene que muera un solo hombre por el
pueblo’. Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era conocido
del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se
quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote,
habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro: S: ¿No eres tú
también uno de los discípulos de ese hombre? C: Él dijo: S: No lo soy.
C: Los criados y los guardias habían encendido una hoguera, porque hacía frío, y se
calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote
interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó: †: Yo he
hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo,
donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas
a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo qué les he hablado. Ellos saben lo que he
dicho. C: Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús diciéndole: S:
¿Así contestas al sumo sacerdote?
C: Jesús le respondió: †: Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he ha-
blado como se debe, ¿por qué me pegas? C: Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el
sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron: S: ¿No eres tú
también uno de sus discípulos? C: Él lo negó diciendo: S: No lo soy. C: Uno de los criados
del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo: S:
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¿Cómo, no te vi yo con él en el huerto? C: Pedro volvió a negarlo y enseguida canto un


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gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana; ellos no entraron
en el palacio para no incurrir en impureza y poder así comer la cena de Pascua. Salió
entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:

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S: ¿De qué acusan a este hombre? C: Le contestaron: S: Si éste no fuera un malhechor, no
lo hubiéramos traído. C: Pilato les dijo: S: Pues llévenselo y júzguenlo según su ley. C:
Los judíos le respondieron: S: No estamos autorizados para dar muerte a nadie. C: Así se
cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez
Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: S: ¿Eres tú el rey de los judíos? C: Jesús le
Semana Santa 2018

contestó: †: ¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros? C: Pilato le respondió:
S: ¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es
lo que has hecho?
C: Jesús le contestó: †: Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo,
mis servidores habrían luchado para que yo no cayera en manos de los judíos. Pero mi
Reino no es de aquí. C: Pilato le dijo: S: ¿Conque tú eres rey? C: Jesús le contestó: †: Tú lo
has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de
la verdad, escucha mi voz. C: Pilato le dijo: S: Y ¿qué es la verdad? C: Dicho esto, salió
otra vez a donde estaban los judíos y les dijo: S: No encuentro en Él ninguna culpa. Entre
ustedes es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que le suelte al
rey de los judíos? C: Pero todos ellos gritaron: S: ¡No, a ése no! ¡A Barrabás!
C: El tal Barrabás era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los
soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un
manto color púrpura, y acercándose a Él, le decían: S: ¡Viva el rey de los judíos! C: Y le
daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo: S: Aquí lo traigo para que sepan que
no encuentro en Él ninguna culpa. C: Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el
manto color púrpura. Pilato les dijo S : Aquí está el hombre. C: Cuando lo vieron los sumos
sacerdotes y sus servidores, gritaron: S: ¡Crucifícalo, crucifícalo! C: Pilato les dijo: S:
Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro en Él ninguna culpa. C: Los
judíos le contestaron: S: Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque
se ha declarado Hijo de Dios.
C: Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio,
dijo a Jesús: S: ¿De dónde eres tú? C: Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces: S:
¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para
crucificarte? C: Jesús le contestó: †: No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la
hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor. C:
Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: S: ¡Si sueltas a ése,
no eres amigo del César! C: Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el
tribunal, en el sitio que llaman el Enlosado (en hebreo Gábbata). Era el día de la
preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: S: Aquí tienen a su
rey. C: Ellos gritaron: S: ¡Fuera, fuera!, ¡Crucifícalo! C: Pilato les dijo: S: ¿A su rey voy a
crucificar?
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C: Contestaron los sumos sacerdotes: S: No tenemos más rey que el César. C: Entonces se
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lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús y Él, cargando con la cruz, se dirigió
hacia el sitio llamado la Calavera (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y
con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y

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ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito: ‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’.
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y
estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le
dijeron a Pilato: S: No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: ‘Este ha dicho: Soy rey de los
judíos’ C: Pilato les contestó: S: Lo escrito, escrito está.
Semana Santa 2018

C: Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una
para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza
de arriba abajo. Por eso se dijeron: S: No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a
quién le toca. C: Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi ropa y echaron
a suerte mi túnica. Y eso hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre,
la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y
junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: †: Mujer, ahí tienes a tu
hijo. C: Luego dijo al discípulo: †: Ahí tienes a tu madre. C: Y desde entonces el discípulo
la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término,
para que se cumpliera la Escritura dijo: †: Tengo sed. C: Había allí un jarro lleno de
vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se
la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo: †: Todo está cumplido.
C: E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
(Todos se arrodillan y hacen un momento de adoración en silencio)
C: Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los
cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un
día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido
crucificados con Él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las
piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente
salió sangre y agua. El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe
que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo
que dice la Escritura: No le quebraran ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice:
Mirarán al que traspasaron. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús,
pero de oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato el cuerpo de Jesús y Pilato se lo
concedió. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a
verlo de noche, y trajo unos cincuenta kilos de una mezcla de mirra y áloe. Tomaron el
cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar
entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un
sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día
de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Palabra del
Señor.
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A Gloria a ti, Señor Jesús.


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Oración universal

La Liturgia de la Palabra se termina con la Oración Universal, que se hace de esta manera: el diácono, junto al

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ambón, dice el invitatorio, en el cual se expresa la intención. Enseguida oran todos en silencio durante un
breve espacio de tiempo y luego el sacerdote, de pie junto a la sede o ante el altar, dice la oración con las
manos extendidas. Los fieles pueden permanecer arrodillados o de pie durante todo el tiempo de las
oraciones. Cuando hay una grave necesidad pública, el Ordinario del lugar puede permitir o prescribir que se
añada alguna intención especial.
Semana Santa 2018

I. Por la santa Iglesia


Oremos, hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la
unidad, la proteja en todo el mundo y nos conceda una vida serena, para alabar a Dios
Padre todopoderoso.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva
la obra de tu amor, para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe
inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

II. Por el Papa


Oremos también por nuestro santo Padre el Papa Francisco, para que Dios nuestro Señor,
que lo eligió entre los obispos, lo asista y proteja para bien de su Iglesia, como guía y pastor
del pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas, atiende a nuestras
súplicas y protege con tu amor al Papa que nos has elegido, para que el pueblo cristiano,
confiado por ti a su guía pastoral, progrese siempre en la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R Amén.

III. Por el pueblo de Dios y sus ministros


Oremos también por nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros, diáconos, por
todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia y por todo el pueblo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia,
escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia, para que todos, según nuestra vocación,
podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

IV. Por los catecúmenos


Oremos también por los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro Señor los ilumine
interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen
todos sus pecados y queden incorporados a Cristo nuestro Señor.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, aumenta en
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los (nuestros) catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el
bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.
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V. Por la unidad de los cristianos

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Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor
les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo
rebaño, bajo un solo pastor.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la
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unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un
solo bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

VI. Por los judíos


Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas,
para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la
fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abraham y a su
descendencia, escucha las súplicas de tu Iglesia, y concede al pueblo de la primitiva alianza
alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

VII. Por los que no creen en Cristo


Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,
puedan encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente
agradarte, para que encuentren la verdad; y a nosotros tus fieles, concédenos progresar en el
amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu
amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

VIII. Por los que no creen en Dios


Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren siempre con bondad y
rectitud y puedan llegar así a conocer a Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que en todo, aún sin
saberlo, te busquen y sólo al encontrarte hallen descanso, concédenos que, en medio de las
adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y, estimulados por el
testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de creer en ti, único Dios verdadero y
Padre de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.
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IX. Por los gobernantes


Oremos también por los jefes de Estado y todos los responsables de los asuntos públicos,
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para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común, en un
ambiente de paz y libertad.

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Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuya mano está mover el corazón de los hombres y
defender los derechos de los pueblos, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que,
con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una verdadera
libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.
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X. Por los que se encuentran en alguna tribulación


Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todas sus
miserias, dé salud a los enfermos y pan a los que tienen hambre, libere a los encarcelados y
haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un pronto retorno a los
que se encuentran lejos del hogar y la vida eterna a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha
a los que te invocan en su tribulación, para que experimenten todos la alegría de tu
misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

Segunda parte
Adoración de la Santa Cruz

Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz. De las dos formas que se
proponen a continuación para el descubrimiento de la cruz, elíjase la que se juzgue más apropiada
pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
Primera forma de mostrar la santa Cruz
Se lleva al altar la cruz, cubierta con un velo y acompañada por dos acólitos con velas encendidas. El
sacerdote, de pie ante el altar, recibe la cruz, descubre un poco su extremo superior, la eleva y comienza a
cantar el invitatorio Mirad el árbol de la Cruz, cuyo canto prosigue juntamente con los ministros sagrados, o,
si es necesario, con el coro. Todos responden: Venid y adoremos. Terminado el canto, todos se arrodillan y
adoran en silencio, durante algunos instantes, la cruz que el sacerdote, de pie, mantiene en alto. Enseguida el
sacerdote descubre el brazo derecho de la cruz y, elevándola de nuevo, comienza a cantar (en el mismo tono
que antes) el invitatorio Mirad el árbol de la Cruz, y se prosigue como la primera vez. Finalmente descubre
por completo la cruz y, volviéndola a elevar, comienza por tercera vez el invitatorio Mirad el árbol de la
Cruz, etc., como la primera vez. Enseguida, acompañado por dos acólitos con velas encendidas, el sacerdote
lleva la cruz a la entrada del presbiterio o a otro sitio adecuado y la coloca ahí, o la entrega a los ministros o
acólitos para que la sostengan, y se colocan las dos velas encendidas a los lados de la cruz. Se hace luego la
adoración de la santa Cruz como se indica más abajo.
Segunda forma de mostrar la santa Cruz
El sacerdote, el diácono y otro ministro idóneo, va a la puerta del templo juntamente con los acólitos. Ahí
recibe la cruz ya descubierta. Los acólitos toman los ciriales encendidos, y todos avanzan en forma de
procesión hacia el presbiterio a través del templo. Cerca de la puerta del templo, el que lleva la cruz la levanta
y canta el invitatorio Mirad el árbol de la Cruz. Todos responden Venid y adoremos y se arrodillan después
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de la respuesta, adorando un momento en silencio. Esto mismo se repite a la mitad de la iglesia y a la entrada
del presbiterio (El invitatorio se canta las tres veces en el mismo tono).Enseguida se coloca la cruz a la
Página

entrada del presbiterio y se ponen a sus lados los ciriales.

Invitatorio al presentar la santa Cruz

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Adoración de la santa Cruz
R Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavado Cristo el Salvador del mundo.
R Venid y adoremos.

El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una
Semana Santa 2018

genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla), según la costumbre de la región.
Mientras tanto, se canta la antífona Tu Cruz adoramos, los Improperios, u otros cánticos apropiados. Todos,
conforme van terminando de adorar la cruz, regresan a su lugar y se sientan. Expóngase solamente una cruz a
la adoración de los fieles. Si por el gran número de asistentes no todos pudieren acercarse, el sacerdote,
después de que una parte de los fieles haya hecho la adoración, toma la cruz y, de pie ante el altar, invita a
todo el pueblo, con breves palabras, a adorar la santa cruz. Luego la levanta en alto por un momento, para que
los fieles la adoren en silencio. Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en su lugar. Los
ciriales encendidos son colocados a los lados del altar o junto a la cruz.

La colecta para los lugares santos


La Sagrada Congregación de la Iglesia Oriental, que coordina la solicitud pastoral de la
Iglesia Católica a favor de toda la comunidad cristiana de Tierra Santa, recuerda cada año la
importancia vital de la jornada del Viernes Santo para la supervivencia del cristianismo en
el país de Jesús. La colecta por los Santos Lugares, no va dirigida principalmente a sostener
los santuarios, que recuerdan el paso histórico de Jesús, sino el sostenimiento de la
comunidad cristiana que, por la dramática situación actual, se encuentran en estado de
marginación y cuya supervivencia depende de la solidaridad del mundo cristiano. Esta
colecta se realiza, mientras se hace el gesto de adoración de la Santa Cruz.

Tercera Parte
Sagrada comunión
Se extiende un mantel sobre el altar y se pone sobre él un corporal y el libro. Enseguida el diácono o, en su
defecto, el mismo sacerdote, trae el Santísimo Sacramento del lugar del depósito directamente al altar,
mientras todos permanecen de pie y en silencio. Dos acólitos, con candelabros encendidos, acompañan al
Santísimo Sacramento y depositan luego los candelabros a los lados del altar o sobre él. Después de que el
diácono ha depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y ha descubierto el copón, se acerca al sacerdote
y, previa genuflexión, sube al altar. Ahí teniendo las manos juntas, dice con voz clara:
Fieles a la recomendación del Salvador,
y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
El sacerdote, con las manos extendidas, dice junto con el pueblo:
Padre nuestro, que estás en el cielo…
El sacerdote, sigue con las oraciones:
Líbranos de todos los males, Señor…
El pueblo concluye la oración, aclamando:
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Tuyo es el reino,
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tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.


Hoy no se hace el gesto de la paz.
Seguidamente hace genuflexión, toma una partícula, la mantiene un poco elevada sobre el pixis y dice en voz

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alta, de cara al pueblo:
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena
del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade una sola vez:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Semana Santa 2018

Luego, comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después distribuye la comunión a los fieles. Durante la
comunión se pueden entonar cantos apropiados. Acabada la comunión, un ministro idóneo lleva el pixis a
algún lugar especialmente preparado fuera de la iglesia, o bien, si lo exigen las circunstancias, lo reserva en el
sagrario. Después el sacerdote, guardando, si lo cree oportuno un breve silencio, dice la siguiente oración:

Oración después de la comunión


Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de
Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue en nosotros la
obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R Amén.

Como despedida, el sacerdote, de pie y vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos sobre él dice la
siguiente oración:

Oración sobre el pueblo


Envía Señor, tu bendición sobre estos fieles tuyos que han conmemorado la muerte de tu
Hijo y esperan resucitar con él; concédeles tu perdón y tu consuelo, fortalece su fe y
condúcelos a su eterna salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

Y todos se retiran en silencio. A su debido tiempo se desnuda el altar.

SERMÓN DE LAS SIETE PALABRAS

SIETE PALABRAS,
Por el Pbro. Cándido Contreras Ochoa
Enero, 2018

Desde hace varios siglos, se ha mantenido en muchas comunidades cristianas católicas la


bella devoción/tradición de meditar, orar, reflexionar, con las últimas palabras
pronunciadas por el Señor Jesús, en su Pasión/crucifixión. El orden en que las pronunció no
se sabe ya que ninguno de los evangelios las guardó. Cada evangelista de acuerdo a su
criterio nos trasmitió aquellas que le parecieron más importantes para su relato. En estas
pequeñas reflexiones se mantendrá el orden tradicional.
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1.- PADRE, PERDÓNALES PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN

Seminario San Buenaventura


Esta llamada primera palabra nos la trasmite sólo el evangelio según san Lucas, conocido
también como el evangelio de la Misericordia. Desde el inicio de su ministerio, hasta el
final, el Señor Jesucristo fue repartiendo a manos llenas la ternura misericordiosa del Padre
Dios. La Buena Noticia que él proclamó en la sinagoga de Nazareth se sigue haciendo
presente, aún en ese momento más difícil de la vida del Maestro. En vez de pronunciar
Semana Santa 2018

sentencias condenatorias, su primera palabra en la Cruz es de perdón, de una infinita


compresión.
La excusa para la humanidad es “no saber lo que está haciendo” al crucificar a su Señor y
Salvador. Quienes ejecutaban tan vil sentencia y quienes se empeñaron en asesinarlo, creían
que estaban ejecutando a un blasfemo, a un malhechor, a un subversivo, a alguien que había
perdido en el derecho a vivir por su doctrina, por su conducta o por desestabilizar con su
forma de pensar y de actuar a la sociedad de su tiempo.
El Señor nos enseña a cambiar la sociedad con el perdón. Esto no implica renunciar a
reclamar los justos derechos y reivindicaciones. Pero sin el perdón real, guardando
resentimientos y buscando venganzas, la humanidad seguirá empeñada en su propia
destrucción.
La creación y utilización de las armas, desde las más elementales hasta las más sofisticadas,
significa que no se quiere el perdón. El poder basado en las armas es ilegítimo porque está
basado en el miedo, en el terror, en la fuerza bruta, en la irracionalidad. Quien hace uso de
la armas ha perdido su humanidad pues deja de comportarse como hijo del Dios que es
misericordia y perdón.
Siempre estamos necesitando del perdón pues ¿quién no se equivoca? Todos cometemos
errores, desde los muy pequeños hasta los peores que pasan por nuestra mente. Todos
queremos ser comprendidos y perdonados. Todos, desde la fe cristiana, tenemos derecho a
ser perdonados.
El verdadero arrepentimiento, el que permite recibir el perdón, conlleva la rectificación de
la conducta y, en la medida de lo posible, la restitución por el mal causado.

Gracias Señor Jesucristo por darnos tu perdón. Ayúdanos a arrepentirnos de palabra y de


obra. Ayúdanos a perdonar a todos y a perdonarlo todo. Ayúdanos a saber resarcir a los
demás por el daño que les hemos causado. Haz que la garantía de tu perdón nos lleve a
construir una sociedad humana y verdaderamente libre. Amén.

2.- EN VERDAD, EN VERDAD TE DIGO, HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL


PARAÍSO

Esta palabra sólo la encontramos en el evangelio de san Lucas. La misericordia de Dios no


tiene límites y el Dios crucificado, el que trae la auténtica salvación a la humanidad, no
rechaza a quien se acerca a Él. Un malhechor, probablemente un activista violento del
grupo de los zelotes, se arrepiente en el momento definitivo de su existencia y reconoce en
el carpintero de Nazaret, compañero de crucifixión, al dueño del Paraíso. La piedad
cristiana le ha quitado al malhechor su faceta de violento y lo ha convertido en el “buen
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ladrón”, tan bueno que hasta se robó el Paraíso.


Es importante en que meditemos cómo el Señor cree en el verdadero arrepentimiento.
Página

Aquel malhechor que probablemente buscaba, por la vía violenta, cambiar la situación
política, económica, social y religiosa de su pueblo Israel, en vez de sentirse fracasado en
su intento y por tanto mostrarse resentido, como su compañero de lucha armada también

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crucificado, descubre en el Maestro nazareno, al Dios de la bondad misericordiosa y
confiesa haberse equivocado de camino. Reconoce que es justo morir crucificado porque
seguramente la sangre de sus víctimas la llevaba en sus manos, en su mente y en su
corazón.
Lo que sí reconoce como injusto es que a Jesús de Nazareth, siendo inocente, lo hayan
Semana Santa 2018

condenado a morir y además crucificándolo. El malhechor arrepentido nos da una lección


de lo que es la grandeza del corazón y la apertura de la mente. En el aparente último
instante de su existencia da el salto a la verdadera fe. La razón de su lucha no era
equivocada, sus métodos sí. Su pueblo debía cambiar lo político, lo económico, lo social y
lo religioso; pero debía cambiar desde el corazón y no solo desde las estructuras. El cambio
debía darse en cada persona, buscando la justicia desde la fraternidad, la solidaridad, la
cordialidad y el trato respetuoso de los unos por los otros.
La lección que emerge desde este episodio del calvario nos hace profundizar en la realidad
actual venezolana. Hemos tomado caminos equivocados, y nos siguen proponiendo
caminos equivocados, para solventar nuestros problemas políticos, económicos y sociales.
La verdadera fe lleva a un auténtico compromiso de cambio teniendo al ser humano, en
toda su complejidad, como centro del accionar. A nadie se le debe imponer una forma de
pensar y de actuar. Todos necesitamos respeto, tolerancia y aceptación.

Señor Jesús Crucificado: todos queremos gozar del paraíso. Tú nos prometes que hoy
podemos tenerlo. Gracias por darnos ese regalo. Ayúdanos a construir, con nuestra
manera de ser, pensar, obrar y orar, una sociedad donde nos sintamos a gusto los unos
junto a los otros. Amén.

3.- MUJER, HE AHÍ A TU HIJO; HIJO HE AHÍ A TU MADRE

Esta palabra la encontramos en el evangelio según san Juan, quien nos relata esta escena,
desde su experiencia personal.
Al Señor Jesús lo fueron despojando de todo, pero en este evangelio ese despojo es querido
y aceptado por el mismo Señor. A él no le quitan nada, ni la vida; él la da voluntariamente.
En ese instante él sigue enseñando con el ejemplo lo que es la verdadera y auténtica
generosidad. Ahora nos regala a sus santísima Madre y nos regala como hijos a ella, fuente
de la ternura divina.
En la crucifixión, misteriosamente, se juntan la ferocidad del maligno ejecutada por manos
humanas y la ternura misericordiosa divina, igualmente ejecutada por corazones humanos.
En la escena de la Madre de Dios, junto a la cruz del Señor, todo el horror querido y
ejecutado por el maligno enemigo es vencido por este gesto de entrega generosa.
El Hijo de Dios es acompañado y fortalecido por la Virgen Madre que no se aparta de Él,
en ningún momento. Esta madre dolorosa, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de su
Divino Hijo, no lanza imprecaciones y amenazas contra nadie. Su presencia es reclamo de
justicia, libertad, misericordia y perdón. Este reclamo sólo lo perciben el misterio de Dios y
aquellos humildes seguidores, mujeres y hombres, que teniendo un corazón humilde y
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sencillo arriesgaron su vida siguiendo al Señor y Maestro que está expirando en la cruz
El reclamo de la Madre Virgen se convierte en donación y aceptación. Solo compartiendo
Página

lo que somos y tenemos se construye un mundo lleno de felicidad para todos. En el calvario
se nos enseña cómo compartir. El Hijo de Dios nos hace un regalo y nos convierte en un
regalo. Con su palabra crea la comunidad que luego es alimentada con su cuerpo y su

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sangre, simbolizados en el costado abierto del cual brotan sangre y agua. La comunidad
cristiana recibe a la Virgen María por madre y recibe a los creyentes como hermanos.
Quien recibe a la Virgen recibe a sus hijos; quien recibe a los hijos recibe a la Madre.
En la humanidad, y en Venezuela en particular, este regalo se torna imprescindible.
Haciendo señalamientos y exclusiones no se resuelve nada y se hace imposible la
Semana Santa 2018

convivencia. La humanidad siempre ha estado tentada en dividirse en buenos y malos;


quienes se dicen buenos terminan por negarles hasta el derecho a vivir a quienes son
considerados malos. En el calvario solo hay hijos a los cuales se les invita a reconciliarse
entre ellos, recibiendo el abrazo lleno de ternura de la Virgen Madre Dolorosa.

Santa María del Calvario, madre de la iglesia y de la humanidad. Tu Hijo nos ha hecho tus
hijos y en su testamento de amor nos hizo este hermoso regalo. Queremos como el
discípulo amado recibirte en nuestra casa y hacer de nuestras comunidades casa abierta
para todos. Ayúdanos Madre Dolorosa a aceptarte y a aceptarnos. No permitas que las
divisiones nos sigan separando. Ayúdanos a reconocernos como hijos y hermanos. Amén.

4.- DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

Esta es la única palabra del Señor Jesús en la cruz que nos trasmiten los evangelios según
san Mateo y san Marcos. Los evangelistas Lucas y Juan la omiten. La frase está tomada del
inicio del salmo 22 (21) y algunos comentaristas afirman que es probable que el Señor haya
recitado todo el salmo durante su agonía en la cruz.
Es una frase desgarrada y desgarradora; lo limitado del ser humano encuentra en esa
pregunta toda su fuerza y su misterio. La mente humana es incapaz de explicar la mayoría
de los por qué, convertidos en angustia, dolor, lágrimas, oscuridad y desconsuelo. El Señor
Jesús quiso compartir también esa realidad límite de la condición humana. Se sintió
terriblemente solo y desamparado. No era una obra teatral que estaba representando; se
sintió derrotado, humillado, vejado, escarnecido, desechado. En la cruz diera la impresión
que no solo las tinieblas físicas se hicieron presente; lo más fuerte de todo era esa tiniebla
mental y espiritual que impedía superar tanto el dolor de la mente, como del cuerpo y el
alma.
¿Por qué, Dios mío, por qué? Es una pregunta que los creyentes a lo largo de la historia la
han pronunciado. En esta hora menguada del país los creyentes la seguimos haciendo. Nos
sentimos abandonados de Dios y tendemos a creer que él está muy disgustado con nosotros.
La falta de lo necesario para llevar una vida humana con dignidad, nos hace gritar de
miedo, de desesperación, de desilusión.
Al contrario de las tinieblas que atenazaron la mente y el espíritu de nuestro Señor y
Salvador, nuestras tinieblas son fruto de nuestro pecado. Las tinieblas de nuestro Señor
surgían del dolor físico y del agotamiento producto de esa dolorosa pasión a la que fue
sometido siendo inocente y como víctima de la impotencia humana que descarga toda su
maldad en el que cree más débil.
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Pienso que la pregunta del Señor también está dirigida a todo ser humano. ¿Por qué hace
sufrir a tus semejantes? ¿Por qué sigues sembrando dolor, lágrimas, angustia y muerte a tu
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alrededor? ¿Por qué encuentras diversión en la humillación de tus semejantes? Y la


respuesta es que la humanidad ha abandonado al verdadero Dios; ha abandonado al Dios
del amor, la justicia, la libertad y el perdón.

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Señor Jesucristo ¡ten misericordia de nosotros! No permitas que nos sigamos alejando del
verdadero Dios. No permitas que la oscuridad en la que nos quiere envolver el maligno,
nos haga perder de vista que tú eres el Dios del amor, la justicia, la libertad y el perdón.
No permitas que la irresponsabilidad nos lleve a culparte a ti de lo que somos culpables
Semana Santa 2018

nosotros. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

5.-TENGO SED

El evangelista Juan nos trae esta palabra que ya había pronunciado de otra forma y en otro
contexto. Este evangelista nos narra el encuentro del Maestro con la samaritana y la palabra
que le dirige es muy semejante: dame de beber. Este evangelista hace del tema del agua uno
de sus temas favoritos para hablarnos de la vida, del amor, del Espíritu Santo.
Este Dios sediento parece una contradicción y un absurdo. Siendo Él todopoderoso ¿qué
necesidad tiene de algo que le pueda dar el ser humano? Sin embargo es así. Dios ha
querido hacerse prójimo. Siente necesidad del amor de la humanidad en general y de cada
ser humano en particular. Tiene sed de tu amor y de mi amor.
La sed física que sentía el crucificado, producto de su deshidratación luego de una noche de
torturas y de su permanencia en la cruz, se torna en el evangelio en una sed espiritual. El
Señor nos creó para amar y ser amados. El ser humano se deja engañar por el capricho y el
egoísmo, se olvida de Dios y del prójimo, se sumerge en sus intereses muy particulares y
termina por perderse.
El Señor no quiere que nadie se pierda, así lo expresó bellamente san Pablo. Pero Él no
obliga a nadie a responderle con amor. Hasta el último instante de su existencia terrena
estuvo invitando a vivir en su amistad. La resequedad que produce el egoísmo nos
deshumaniza y nos conduce a todo tipo de fracaso. El Señor es consciente de esa dolorosa
realidad y, tanto de palabra como de obra, nos invita a abrir los ojos para que salgamos de
allí.
El capricho y el egoísmo son muy malos consejeros que terminan por hacer estériles las
vidas de quienes optan por ellos. Es la tragedia que azota sin piedad al pueblo venezolano.
El Señor tiene sed de honestidad, rectitud, solidaridad, misericordia, perdón, por parte de
todos sus hijos. Evadiendo las responsabilidades y culpando a los demás por lo mal que
vivimos, es dejar que el Señor siga padeciendo de sed.
En la cruz nuestro Señor es consciente de la validez de su opción y no se cansa de seguir
proclamando la buena noticia de salvación que él trae. La sed del Señor Jesús asume la sed
de toda la humanidad que busca y quiere ser feliz. Esa sed de felicidad solo puede ser
saciada desde el bien expresado de múltiples formas y maneras. Todos nos podemos
empeñarnos en hacer el bien, comenzando por eso tan simple: hacer las cosas bien.

Señor Jesús crucificado y sediento. Hoy acercamos a tus santísimos labios no una esponja
empapada en vino agrio para adormecerte; te acercamos nuestros corazones para decirte
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que te queremos amar sobre todas las cosas. Queremos sinceramente seguir tu camino de
solidaridad y entrega generosa a los demás. Queremos obrar desde la justicia y equidad.
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Queremos construir, con la fuerza de tu Santo Espíritu, comunidades auténticamente


cristianas donde brille siempre el bien. Amén.

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6.- TODO ESTA CONSUMADO

El cuarto evangelista hace de esta palabra, la última que el Señor pronuncia antes de morir.
Luego de pronunciarla, siguiendo este evangelio, el Señor inclina la cabeza y entrega su
espíritu. Él ha culminado su camino y su trabajo; ahora le toca reposar. Intuimos la alegría
Semana Santa 2018

que se siente al acabar una tarea y haberla hecho muy bien. Según este evangelista, el Señor
que libremente ha entregado su existencia, termina su camino entregándonos su Espíritu, su
fuerza, para que nosotros también realicemos con alegría la tarea que se nos ha
encomendado.
El Señor Jesús no muere quejándose ni reprochándole a nadie su mala conducta. No
condena, ni culpa a nadie; no amenaza con castigos, ni quiere amedrentar a quienes lo
crucificaron físicamente. Según este evangelista muere con la serenidad de quien ha sido
testimonio, desde el principio hasta el final, del amor del Padre Dios. No guardó nada, lo
entregó todo.
Una de las grandes fallas que tenemos tanto en nuestras comunidades cristianas, como en la
realidad social en la que nos hallamos inmersos, es la mediocridad. Nos conformamos con
hacer las cosas a medias, pudiendo hacerlas bien. Siendo niño y adolescente, recuerdo que
la meta en los estudios era sacar el mínimo aprobatorio con el famoso lema: “diez es nota…
lo demás es lujo”. Así pretendimos construir una sociedad donde la mediocridad es
convirtió en sinónimo de excelencia. Es una de las causas de nuestro fracaso como país.
Nos olvidamos del esfuerzo, del trabajo tesonero, de la honestidad a toda prueba, de la
validez de la palabra empeñada. Nos dedicamos a dejar las cosas a la mitad y a buscar que
las admitan como terminadas. No cumplimos con la palabra dada y nos damos por
satisfechos.
El Señor crucificado nos invita a hacer las cosas de diferente manera. Él nos propone la
rectitud y la honestidad como los mejores márgenes para realizar nuestra diaria actividad.
Desde lo que parece ser lo más pequeño e insignificante de cada día, hasta las grandes
responsabilidades que la sociedad y la iglesia nos encomiendan. Las pequeñas cosas del día
hechas con cariño, responsabilidad y dedicación, nos llenan de paz y serenidad. Cuando las
dejamos a medio hacer, comienzan a llenarnos de tristeza, intranquilidad, desasosiego y a
reflejar en el ambiente desorden, suciedad y hasta asco.

Señor Jesús crucificado, gracias por enseñarnos con tu ejemplo a pasar por la vida
haciendo el bien, haciendo las cosas bien hechas y a tener la paz fruto del trabajo bien
hecho. Danos la gracia de cambiar la manera de pensar y actuar; danos la gracia de salir
de la mediocridad buscando la excelencia en el pensar, actuar y hablar. No permitas que
la pereza siga haciendo el trabajo maligno de deshumanizarnos. Amén.

7.- PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU

Según el evangelista Lucas esta es la última palabra que el Señor pronuncia en la cruz.
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Curiosamente afirma que la dijo con fuerte voz. La expresión nos desconcierta pues,
inconscientemente, o por leer un tanto de prisa los textos evangélicos, no percibimos ciertos
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matices con los cuales los evangelistas nos trasmiten profundas vivencias.

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Para la comunidad que nos regala el tercer evangelio la entrega confiada en manos del
Padre Dios, por parte de Jesús de Nazaret, es lo que todo ser humano debe hacer. Todo,
absolutamente todo, debe estar en manos del Padre Dios.
Desde el momento en que, según el relato del evangelio de san Lucas, el Señor Jesús entra
en la historia, hasta el momento en que sale de ella, el Espíritu Santo lo conduce, lo guía, lo
Semana Santa 2018

fortalece. Es concebido por obra del Espíritu Santo y muerte entregando el Espíritu Santo.
No es el momento para tratar de explicar lo que, humanamente, no tiene explicación. El
misterio de Dios hecho hombre rebasa toda humana explicación pero nos abre al misterio
del amor, de la confianza, de la libertad y de la paz.
Este grito particular del Señor en la cruz se contrapone al silencio de Nazaret, donde la
Virgen María es cobijada por la sombra del Altísimo y el Espíritu Santo fecunda sus
purísimas entrañas. En Nazaret todo transcurre en silencio y en el Calvario, con un fuerte
grito de confianza ilimitada en el Padre; allí culmina el trabajo evangelizador más hermoso
y fructífero que se ha realizado en la tierra.
Es el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, la fuerza interna de la obra salvadora realizada por
nuestro Señor Jesucristo. El misterio de amor no se subdivide en tareas particulares,
exclusivas, aisladas, independientes. Dios, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, actúa en
favor del ser humano para conducirlo desde su primer instante de la existencia hasta la
plenitud de la vida en la eternidad.
Al entregar su Espíritu en manos del Padre, el Hijo nos entrega todo el misterio de amor
divino. Como afirmaba anteriormente, el crucificado no guarda nada para sí. Nos entrega su
espíritu para que los creyentes, a lo largo de la historia, lo sigamos entregando con nuestras
palabras y obras. Esta donación total es la gran enseñanza final. El que ama nada guarda
para sí.

Santo Espíritu de Dios, regalo del Padre y del Hijo. Gracias por habitar en cada corazón
humano que ama y se deja amar. Gracias por guiar nuestras vidas como guiaste al Señor y
Maestro, a quien hoy contemplamos crucificado. Gracias por enseñarnos el camino de la
entrega confiada. Gracias por hacernos sentir la alegría al darnos sin esperar nada a
cambio. Gracias por permitirnos confiarnos totalmente en los brazos maternales del Padre
Dios. Amén.

31 de Marzo: SÁBADO SANTO, VIGILIA PASCUAL.


Color litúrgico: Blanco.

Sábado Santo
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte,
y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que,
después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya
exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a
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modo de viático.
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Vigilia Pascual
Según una tradición muy antigua, ésta es una noche de vigilia en honor del Señor (Ex 12,42). Los fieles,
llevando en la mano lámparas encendidas, se asemejan a quienes esperan el regreso de su Señor para que,

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cuando él vuelva, los encuentre vigilantes y los haga sentar a su mesa. La celebración de la Vigilia se
desarrolla de la siguiente manera: después de la breve liturgia de la luz o “lucernario” (primera parte de la
Vigilia), la santa Iglesia, llena de fe en las palabras y promesas del Señor, medita los portentos que él obró
desde el principio a favor de su pueblo (segunda parte o liturgia de la Palabra) y cuando el día de la
resurrección está por llegar, encontrándose ya acompañada de sus nuevos hijos, renacidos en el bautismo
Semana Santa 2018

(tercera parte), es invitada a la mesa que el Señor ha preparado para su pueblo, por medio de la muerte y
resurrección (cuarta parte). Toda la celebración de la Vigilia pascual se hace en la noche, de modo que no
debe comenzar antes del principio de la noche del sábado, ni terminar después del alba del domingo. La misa
de la Vigilia, aunque se celebre antes de la medianoche, es ya la misa pascual del Domingo de Resurrección.
Los fieles que participan en la misa de la Vigilia Pascual, pueden comulgar también en la misa diurna de la
Pascua. El sacerdote que celebra o concelebra la misa de la Vigilia, puede también celebrar o concelebrar la
misa diurna de la Pascua. El sacerdote y los ministros se revisten desde el principio con los ornamentos
blancos de la misa.

MONICIÓN DE AMBIENTACIÓN
Hermanos: ya entrada la noche, nos hemos reunido para celebrar la solemne Vigilia
Pascual, la noche más santa, la fiesta más importante del año litúrgico, la “Solemnidad de
las solemnidades”: celebramos la Resurrección de Cristo y nuestra propia resurrección. Es
una vigilia de gozosa celebración de la resurrección de Jesús, que nos hace pasar a cada uno
de nosotros, de la muerte a la vida. El templo está a oscuras. Es la oscuridad de la vida
alejada de Dios. Pero, en esta oscuridad surge una luz: Cristo que ilumina a todos los que le
siguen. En la solemne Vigilia Pascual, toda la Iglesia se alegra y canta con el triunfo de
Jesús. En Él, Dios Padre nos ha mostrado su voluntad de que la muerte no tiene la última
palabra. Por eso, esta es la noche para regocijarnos en el amor de Dios, amor que siempre
quiere la vida, la libertad y la alegría. Muchos gestos acompañan el festejo de esta noche: el
fuego de la luz nueva, el pregón pascual, la Palabra, el agua de la vida nueva, la eucaristía;
en fin, todo aquello con lo cual queremos alabar a Dios y renovar nuestra vida de hijos e
hijas de Dios. Celebremos, pues, a Cristo Resucitado, velando, cobrando ánimo al vivir los
signos de la liturgia.

Primera parte:
Lucernario o solemne comienzo de la Vigilia
Bendición del fuego
MONICIÓN A LA BENDICION DEL FUEGO

La primera parte de esta Vigilia celebra a Cristo, luz que ilumina a todo hombre,
simbolizado en el cirio pascual, alegórico a la resurrección. Miremos hacia la entrada del
templo, el celebrante bendecirá el fuego nuevo, signo de la presencia de Dios y expresión
de luz, calor, fuerza y vida.
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Se apagan todas las luces de la Iglesia. En un lugar adecuado, fuera de la Iglesia, se enciende el fuego.
Congregado allí el pueblo, llega el sacerdote con los ministros. Uno de los ministros lleva el cirio pascual. Si
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las circunstancias no permiten encender el fuego fuera de la Iglesia, todo este rito se desarrolla como se
indicará más adelante. El sacerdote saluda, como de costumbre, al pueblo congregado y le hace una breve
exhortación, con estas palabras u otras semejantes:

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Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida,
la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en
oración. Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su palabra y
participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo
sobre la muerte y de vivir con él para siempre en Dios.
Semana Santa 2018

9. Enseguida bendice el fuego:


Oremos.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo nos has comunicado el fuego de tu vida divina,
bendice † este fuego nuevo y haz que estas fiestas pascuales enciendan en nosotros el deseo
del cielo, para que podamos llegar con un espíritu renovado a la fiesta gloriosa de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.
Con el fuego nuevo se enciende el cirio pascual. Una vez bendecido el fuego nuevo, un acólito o uno de los
ministros lleva el cirio pascual ante el celebrante. Éste, con un punzón, graba una cruz en el cirio. Después,
traza sobre él la letra griega Alfa, y debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro
números del año en curso, mientras dice:

1. Cristo ayer y hoy,


traza la línea vertical;
2. Principio y fin,
traza la línea horizontal;
3. Alfa
traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega.
traza la letra Omega, abajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo
traza el primer número del año en curso,
en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad.
traza el segundo número del año,
en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder,
traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén.
traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho. Ω
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote puede incrustar en el cirio cinco granos de
incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo.
1. Por sus santas llagas
2. gloriosas,
3. nos proteja
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4. y nos guarde
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5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El celebrante enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:

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Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de
nuestro espíritu.
Procesión
Semana Santa 2018

MONICIÓN A LA PROCESION CON EL CIRIO


En la procesión que iniciamos, Jesucristo nos precede como luz que alumbra las naciones.
Por eso, toda nuestra celebración estará presidida por el cirio pascual, símbolo de Cristo
resucitado.
A continuación el diácono o, en su defecto, el sacerdote, toma el cirio pascual y, manteniéndolo elevado,
canta él solo:
S Cristo, luz del mundo.
A Demos gracias a Dios.
Todos entran en la Iglesia, precedidos por el diácono (o el sacerdote) que lleva el cirio pascual. Si se emplea
el incienso, el turiferario precederá al diácono. En la puerta de la Iglesia, el diácono se detiene y elevando el
cirio, canta por segunda vez:
S Cristo, luz del mundo.
Y todos responden:
A Demos gracias a Dios.
Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por tercera vez:
S Cristo, luz del mundo.
Y todos responden:
A Demos gracias a Dios.
Entonces se encienden las luces del templo.

Pregón Pascual
El sacerdote se dirige a la sede. El diácono pone el cirio pascual en el candelabro, que está preparado en
medio del presbiterio o junto al ambón. Después de poner incienso en el incensario, si éste se ha utilizado, el
diácono pide y recibe, como lo hace en la misa antes del Evangelio, la bendición del sacerdote, el cual dice en
voz baja:

S El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que proclames dignamente su pregón
pascual; en el nombre del Padre, y del Hijo † y del Espíritu Santo. A Amén.
Esta bendición se omite si el pregón pascual es proclamado por otro que no sea el diácono. Si se usa el
incienso, el diácono o, en su defecto, el sacerdote, inciensa el libro y el cirio. Luego proclama el pregón
pascual desde el ambón o desde el púlpito. Todos permanecen de pie teniendo en sus manos las velas
encendidas. El pregón pascual puede ser proclamado, en caso de necesidad, por un cantor que no sea diácono.
En este caso, el cantor omite desde las palabras Por eso, queridos hermanos hasta el final del invitatorio: el
resplandor de su luz, así como el saludo El Señor esté con vosotros. El pregón puede cantarse también en su
forma breve.
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Forma larga del pregón pascual


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Exulten por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo, y por la victoria de
Rey tan poderoso que las trompetas anuncien la salvación.

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Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del Rey
eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este
templo con las aclamaciones del pueblo.
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(Por eso queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz santa, invoquen
conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel que, sin merito mío, me
agregó al número de los diáconos, infundiendo el resplandor de sus luz, me ayude a cantar
las alabanzas de este cirio)

S El Señor esté con ustedes. A Y con tu espíritu.


S Levantemos el corazón. A Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán y, derramando su
sangre, canceló el recibo del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las
que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar
a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche en que, por toda la tierra, los que confiesan su fe en Cristo son arrancados
de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son
agregados a los santos.
Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del
abismo. ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados? ¡Qué
asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para
rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la
culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los
muertos. Ésta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la
noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los
caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos.
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En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, este sacrificio vespertino de alabanza que la
santa Iglesia te ofrece por medio de sus ministros en la solemne ofrenda de este cirio, hecho
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con cera de abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama
viva para gloria de Dios.

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Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de esta cera
fundida, que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa. ¡Qué noche tan
dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!
Te rogamos, Señor, que este cirio, consagrado a tu nombre, arda sin apagarse para destruir
la oscuridad de esta noche, y, como ofrenda agradable, se asocie a las lumbreras del cielo.
Semana Santa 2018

Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo, ese lucero que no conoce ocaso y es Cristo, tu
Hijo resucitado, que, al salir del sepulcro, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina
glorioso por los siglos de los siglos. R Amén.

Segunda parte
Liturgia de la Palabra

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

Las lecturas continuas que escucharemos en este momento manifiestan cómo Dios toma la
iniciativa de intervenir en nuestra historia para hacer verdadera historia de salvación con
nosotros. Él siempre es fiel a sus promesas. En los momentos de opresión, donde falta la
esperanza y llega la duda, él siempre asista a su pueblo para llevarlo de la oscuridad de sus
pecados a una vida irradiada desde su luz. Escuchemos.

En esta vigilia: “madre de todas las vigilias” (San Agustín, Sermón 219), se proponen nueve lecturas, siete del
Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la Epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden,
puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Testamento; pero téngase siempre en cuenta que la lectura
de la Palabra de Dios es parte fundamental de esta Vigilia de Pascua. Debe leerse, por lo menos, tres lecturas
del Antiguo Testamento y, en casos muy urgentes, por lo menos dos. Pero nunca se omita la tercera lectura,
tomada del capítulo 14 del Éxodo. Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Antes de
comenzar las lecturas, el sacerdote exhorta a la asamblea con estas palabras u otras semejantes:

S Hermanos, con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la


resurrección del Señor. Escuchemos con recogimiento la Palabra de Dios. Meditemos
cómo, en la Antigua Alianza, Dios salvó a su pueblo y, en la plenitud de los tiempos, envió
al mundo a su Hijo para que nos redimiera. Oremos para que Dios, nuestro Padre, conduzca
a su plenitud esta obra de salvación, iniciada con la muerte y resurrección de Jesucristo.

Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y lee la primera lectura. Después el salmista o cantor dice el
salmo, alternando con las respuestas del pueblo. Enseguida todos se levantan, el sacerdote dice Oremos y
después de que todos han orado en silencio durante unos momentos dice la oración colecta. Lo mismo se hace
en cada lectura. En lugar de decir el salmo responsorial, se puede guardar un breve espacio de silencio para
hacer oración. En este caso, se omite la pausa después del Oremos.
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1ª Lectura: Gén 1,1 – 2,2.

Lectura del libro del Génesis

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En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del
abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios:
“Que exista la luz.” Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz
de la tiniebla; llamó Dios a la luz “día”; a la tiniebla, “noche”. Pasó una tarde, pasó una
mañana: el día primero. Y dijo Dios: “Que exista una bóveda entre las aguas, que separe
Semana Santa 2018

aguas de aguas.” E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las
aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda “cielo”. Pasó una tarde,
pasó una mañana: el día segundo. Y dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.” Y así fue. Y llamó Dios a los continentes
“tierra”, y a la masa de las aguas la llamó “mares”. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios:
“Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según
su especie y que lleven semilla sobre la tierra.” Y así fue. La tierra brotó hierba verde que
engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su
especie. Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. Y dijo Dios: “Que existan lumbreras en la
bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra.” Y así fue. E hizo
Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para
regir la noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la
tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de las tiniebla. Y vio Dios que era
bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. Y dijo Dios: “Pululen las aguas un
pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.” Y creó
Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular según sus
especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los
bendijo, diciendo: “Crezcan, multiplíquense, llenen las aguas del mar; que las aves se
multipliquen en la tierra.” Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.

Y dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles
y fieras según sus especies.” Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los
animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine
los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.” Y
creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los
bendijo Dios y les dijo: “Crezcan, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los
peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.” Y dijo Dios:
“Miren, les entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos
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los árboles frutales que engendran semilla les servirán de alimento; y a todas las fieras de la
tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la
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hierba verde les servirá de alimento.” Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y era
muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Y quedaron concluidos el cielo,

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la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había
hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. Palabra de Dios./

A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (Sal 103)

R Bendice al Señor, alma mía.

L Bendice al Señor, alma mía;


Señor y Dios mío inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. /R

L Sobre bases inconmovibles


asentaste la tierra para siempre.
Con un vestido de mares la cubriste
y las aguas en los montes concentraste. /R

L En los valles haces brotar las fuentes,


que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves,
que cantan entre las ramas. /R

L Desde tu cielo riegas los montes


y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados,
y pasto para los que sirven al hombre. /R

L ¡Qué numerosas son tus obras, Señor,


y todas las hiciste con maestría!;
la tierra está llena de tus creaturas.
Bendice, al Señor, alma mía. /R

Oración
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras
admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua,
es una obra más maravillosa todavía que la misma creación del universo. Por Jesucristo,
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nuestro Señor. R Amén.


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2ª Lectura: Gén 22, 1-8.


Lectura del libro del Génesis

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En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole:“¡Abrahán!” Él respondió:
“Aquí me tienes.” Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país
de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.” Abrahán
madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para
el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó
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Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: “Quédense
aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con
ustedes.” Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el
fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: “Padre.” Él
respondió: “Aquí estoy, hijo mío.” El muchacho dijo: “Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde
está el cordero para el sacrificio?” Abrahán contestó: “Dios proveerá el cordero para el
sacrificio, hijo mío.” Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había
dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso
sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;
pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “¡Abrahán, Abrahán!” Él contestó: “Aquí me
tienes.” El ángel le ordenó: “No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé
que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.” Abrahán levantó los
ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y
lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó aquel sitio “El Señor provee”,
por lo que se dice aún hoy “El monte del Señor provee”. El ángel del Señor volvió a gritar a
Abrahán desde el cielo: “Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por
no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las
estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia,
porque me has obedecido.” Palabra de Dios./A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 15)

R Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

L El Señor es la parte que me ha tocado en herencia:


mi vida está en sus manos.
Tengo siempre presente al Señor,
y con él a mi lado jamás tropezaré. /R

L Por eso se me alegran el corazón y el alma,


Y mi cuerpo vivirá tranquilo,
Porque tú no me abandonarás a la muerte,
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ni dejarás que sufra yo la corrupción. /R


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L Enséñame el camino de la vida,


sáciame de gozo en tu presencia,

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y de alegría perpetua junto a ti. /R

Oración
Oremos. Señor Dios, Padre de los creyentes, que por medio del sacramento pascual del
bautismo sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham de multiplicar su descendencia
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por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las naciones, concede a tu pueblo responder
dignamente a la gracia de tu llamado. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

3ª Lectura: Éx 14, 15 –15,1.

Lectura del libro del Éxodo

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los
israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y
divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie seco. Que yo voy a endurecer
el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y
de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el
Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus
guerreros.” Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y
pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó
detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas.
La nube era tenebrosa, y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar
contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas
entraron en medio del mar a pie seco, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e
izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del
mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras velaban al
amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y
sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo
avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su
favor contra Egipto.” Dijo el Señor a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan
las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.” Y extendió Moisés su mano sobre el
mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su
encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y
cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el
mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar;
las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de
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las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la
Página

mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en
el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico
al Señor. Palabra de Dios./ A Te alabamos, Señor.

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Salmo responsorial (Éx 15)

R Alabemos al Señor por su victoria

L Cantemos al Señor, sublime es su victoria:


Semana Santa 2018

caballos y jinetes arrojó en el mar.


Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación;
él es mi Dios, y yo lo alabaré,
es el Dios de mis padres, y yo le cantaré. /R
L El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
Precipitó en el mar los carros del Faraón y a sus guerreros;
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. /R
L Las olas los cubrieron,
cayeron hasta el fondo, como piedras.
Señor, tu diestra brilla por su fuerza,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo. /R
L Tú llevas a tu pueblo para plantarlo
en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada,
en el santuario que construyeron tus manos.
Tú, Señor, reinarás para siempre. /R

Oración
Oremos. Señor, que con el Evangelio nos has hecho comprender el sentido profundo del
Antiguo Testamento, dejándonos ver en el paso del mar Rojo una imagen del bautismo y en
el pueblo liberado de la esclavitud, un símbolo del pueblo cristiano, haz que todos los
hombres, mediante la fe, participen del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por
la acción santificadora de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

4ª Lectura: Is 54, 5-14.

Lectura del profeta Isaías

“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es 'Señor de los ejércitos'. Tu redentor es
el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'. Como a una mujer abandonada y
abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tú
Dios. Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar. En un
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arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me he apiadado de ti,
dice el Señor, tu redentor. Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las
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aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni
volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor

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por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el
que se apiada de ti. Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He aquí
que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré
almenas de rubí y puertas de esmeralda y murallas de piedras preciosas. Todos tus hijos
serán discípulos del Señor, y será grande su prosperidad. Serás consolidada en la justicia.
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Destierra la angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se
acercará a ti”. Palabra de Dios./A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 29)

R Te alabaré, Señor, eternamente.

L Te alabaré, Señor, eternamente,


pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte
y a punto de morir, me reviviste. /R
L Alaben al Señor quienes lo aman,
den gracias a su nombre,
porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida.
El llanto nos visita por la tarde;
por la mañana, el júbilo. /R
L Escúchame, Señor, y compadécete;
Señor, ven en mi ayuda.
Convertiste mi duelo en alegría,
te alabaré por eso eternamente. /R

Oración
Oremos. Señor Dios, siempre fiel a tus promesas, aumenta, por medio del bautismo, el
número de tus hijos y multiplica la descendencia prometida a la fe de los patriarcas, para
que tu Iglesia vea que se va cumpliendo tu voluntad de salvar a todos los hombres, como
los patriarcas lo creyeron y esperaron. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

5ª Lectura: Is 55, 1-11.

Lectura del profeta Isaías

Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el
dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme atentos y
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comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí,


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escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que
hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y soberano de
las naciones, así tú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían

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acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha honrado.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el
malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y Él tendrá
piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los pensamientos
de ustedes, sus caminos no son mis caminos. Porque así como aventajan los cielos a la
Semana Santa 2018

tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la
tierra, de fecundarla y hacerla germinar a fin de que dé semilla para sembrar y pan para
comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará
mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios./A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Is 12)

R El Señor es mi Dios y salvador.

L El Señor es mi Dios y salvador:


con Él estoy seguro y nada temo.
El Señor es mi protección y mi fuerza, y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. /R
L Den gracias al Señor, invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. /R
L Alaben al Señor por sus proezas,
anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión,
porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. /R

Oración
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú que anunciaste por la
voz de tus profetas los misterios que estamos celebrando esta noche, infunde en nuestros
corazones la gracia de tu Espíritu, para que podamos vivir una vida digna de tu redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.

6ª Lectura: Ba 3, 9-15. 32 –4, 4.

Lectura del profeta Baruc

Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué se
debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que te
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hayas contaminado por el trato con los muertos, que te veas contado entre los que
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descienden al abismo? Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los


senderos de Dios, habitarías en paz eternamente. Aprende dónde están la prudencia, la
inteligencia y la energía, así aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga vida, y

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dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar de la sabiduría y tuvo
acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado.
El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos; el que
envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los astros, que brillan
jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden: “Aquí estamos”, y refulgen
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gozosos para aquel que los hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como Él. Él ha
escudriñado los caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto.
Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió con los hombres. La sabiduría es el
libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna; los que la guardan, vivirán; los que
la abandonan, morirán. Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su
luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero. Bienaventurados
nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha sido revelado. Palabra de Dios. /A
Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 18)

R Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

L La ley del Señor es perfecta del todo


y reconforta el alma;
inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. /R
L En los mandamientos del Señor
hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor
para alumbrar el camino. /R
L La voluntad de Dios es santa
y para siempre estable;
los mandatos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. /R
L Más deseables que el oro y las piedras preciosas
las normas del Señor,
y más dulces que la miel
de un panal abundante. /R

Oración
Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llamados de
todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has hecho renacer en el
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bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.


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7ª Lectura: Ez 36, 16-28.
Lectura del profeta Ezequiel

En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: “Hijo de hombre,
cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta y con
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sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi furor
contra ellos, por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado con sus
idolatrías. Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los
juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se
fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Éste es el pueblo
del Señor, y ha tenido que salir de su tierra’. Pero, por mi santo nombre, que la casa de
Israel profanó entre las naciones a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa
de Israel: ‘Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo mostraré la
santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las naciones. Entonces ellas
reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a su
tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus
inmundicias e idolatrías. Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi
espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos.
Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios’”.
Palabra de Dios./A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 41 y 42)

R Estoy sediento del Dios que da la vida.

L Como el venado busca el agua de los ríos,


así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. /R
L Del Dios que da la vida está mi ser sediento.
¿Cuándo será posible ver de nuevo tu templo? /R
L Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor,
cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. /R
L Envíame, Señor, tu luz y tu verdad;
que ellas se conviertan en mi guía
y hasta tu monte santo me conduzcan,
allí donde tú habitas. /R
L Al altar de Señor me acercaré,
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al Dios que es mi alegría,


y a mi Dios, el Señor, le daré gracias
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al compás de la cítara. /R

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Oración
Oremos. Señor Dios nuestro, que con las enseñanzas del Antiguo y del Nuevo Testamento
nos has preparado a celebrar el misterio de la Pascua, haz que comprendamos tu amor, para
que los dones que hoy recibimos confirmen en nosotros la esperanza de los bienes futuros.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.
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Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responsorio y la oración
correspondiente, se encienden las velas del altar. El sacerdote entona solemnemente el Gloria, que todos
prosiguen. Se tocan las campanas, de acuerdo con las costumbres de cada lugar. Después del Gloria, el
sacerdote dice la Oración COLECTA, como de ordinario.
Oración colecta
Oremos. Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor
resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos
entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.

Epístola : Rom 6, 3-11.


Lectura de la carta de san Pablo a los romanos

Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su
muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo
fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos
en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya,
lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja
condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de
pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado
absuelto del pecado. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos
con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más;
la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez
para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al
pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios./A Te alabamos, Señor.

Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos
repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el
mismo salmista canta el Aleluya.

Salmo responsorial (Sal 117)

R Aleluya, aleluya.

L Den gracias al Señor porque es bueno,


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porque es eterna su misericordia.


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Diga la casa de Israel:


eterna es su misericordia. /R

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L La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré,
para contar las hazañas del Señor. /R
Semana Santa 2018

L La piedra que desecharon los arquitectos,


es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. /R

Evangelio: Mc 16,1-7.

Proclamación del santo Evangelio según san Marcos

Transcurrido el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago) y Salomé,


compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de madrugada, el primer día de la
semana, a la salida del sol, se dirigieron al sepulcro. Por el camino se decían unas a otras:
“¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?” Al llegar, vieron que la piedra ya
estaba quitada, a pesar de ser muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven,
vestido con una túnica blanca, sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él
les dijo: “No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No está aquí;
ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirle a sus discípulos
y a Pedro: ‘Él irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les dijo’”. Palabra del
Señor.

A Gloria a ti, Señor Jesús.

Tercera parte
Liturgia Bautismal
El sacerdote con los ministros se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuentra a la vista de los
fieles. De lo contrario, se pone un recipiente con agua en el presbiterio. Si hay catecúmenos adultos, son
llamados por su nombre y presentados por los padrinos o, si son niños, llevados por los padres y padrinos
frente a toda la asamblea. Después, el sacerdote exhorta a los presentes, con estas u otras palabras semejantes.
Si están presentes los que se van a bautizar:
S Hermanos, acompañemos con nuestra oración a estos catecúmenos que anhelan renacer a
nueva vida en la fuente del bautismo, para que Dios, nuestro Padre, les otorgue su
protección y su amor.

Si se bendice la fuente, pero no va a haber bautizos:


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S Hermanos, pidamos a Dios todopoderoso que con su poder santifique esta fuente
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bautismal, para que cuantos en el bautismo van a ser regenerados en Cristo, sean acogidos
en la familia de Dios.

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Dos cantores entonan las letanías, a las que todos responden estando en pie (por razón del tiempo pascual).
Si la procesión hasta el bautisterio es larga, se cantan las letanías durante la procesión; en este caso se llama a
los catecúmenos, antes de comenzar la procesión. Abre la procesión el diácono, con el cirio pascual; siguen
los catecúmenos, con los padrinos; después, el sacerdote con los ministros. En este caso la exhortación
precedente se hace antes de la bendición del agua. Si no hay bautizos ni bendición de la fuente, omitidas las
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letanías, se procede inmediatamente a la bendición del agua.

MONICIÓN A LA LETANIAS DE LOS SANTOS

La liturgia bautismal tiene como preludio el canto de las letanías de los santos. Imploremos
la intercesión de los santos, para que un día merezcamos compartir, en su compañía, la vida
eterna y cantar las alabanzas del Señor.
Letanías de los Santos
En las letanías se pueden se pueden añadir algunos nombres de santos, especialmente el del titular de la
iglesia, el de los patronos del lugar y el de los que van a ser bautizados.

Señor, ten piedad Señor, ten piedad.


Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad Señor, ten piedad.
Santa María Madre de Dios ruega por nosotros.
San Miguel ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios rueguen por nosotros.
San Juan Bautista ruega por nosotros.
San José ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo rueguen por nosotros.
San Andrés ruega por nosotros.
San Juan ruega por nosotros.
Santa María Magdalena ruega por nosotros.
San Esteban ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía ruega por nosotros.
San Lorenzo ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad rueguen por nosotros.
Santa Inés ruega por nosotros.
San Gregorio ruega por nosotros.
San Agustín ruega por nosotros.
San Atanasio ruega por nosotros.
San Basilio ruega por nosotros.
San Martín ruega por nosotros.
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San Benito ruega por nosotros.


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Santos Francisco y Domingo rueguen por nosotros.


San Francisco Javier ruega por nosotros.
San Juan María Vianney ruega por nosotros.

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Santa Catalina de Siena ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús ruega por nosotros.
Santos y santas de Dios rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio líbranos Señor.
De todo mal líbranos Señor.
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De todo pecado líbranos Señor.


De la muerte eterna líbranos Señor.
Por tu encarnación líbranos Señor.
Por tu muerte y resurrección líbranos Señor.
Por el don del Espíritu Santo líbranos Señor.
Nosotros que somos pecadores, te rogamos óyenos.
Si hay bautizados:
Para que te dignes comunicar tu propia te rogamos óyenos.
vida a quienes has llamado al bautismo.
Si no hay bautizados:
Para que santifiques esta agua te rogamos óyenos.
por la que renacerán tus nuevos hijos.
Si hay bautizos, el sacerdote con las manos juntas, dice la siguiente oración:
S Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento del bautismo y envía tu Santo
Espíritu, para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nuevos hijos tuyos, que van a
ser santificados por tu gracia, mediante la colaboración de nuestro ministerio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición del agua bautismal


S Dios nuestro, que con tu poder invisible realizas obras admirables por medio de los
signos de los sacramentos y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas
maneras la gracia del bautismo. Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de
las aguas en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el agua recibiera
el poder de dar la vida. Dios nuestro, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio
prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres, al hacer que de una manera misteriosa, un
mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud. Dios nuestro, que hiciste pasar a
pie enjuto por el mar Rojo a los hijos de Abraham, a fin de que el pueblo liberado de la
esclavitud del faraón, prefigurara al pueblo de los bautizados. Dios nuestro, cuyo Hijo, al
ser bautizado por el precursor en el agua del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo;
suspendido en la cruz, quiso que brotaran de su costado sangre y agua; y después de su
resurrección mandó a sus apóstoles: "Id y enseñad a todas las naciones bautizándolas en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo." Mira ahora a tu Iglesia en oración y
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abre para ella la fuente del bautismo. Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera
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la gracia de tu Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su antiguo


pecado por el sacramento del bautismo, renazca a la vida nueva por el agua y el Espíritu
Santo.

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Si lo cree oportuno, introduce el cirio pascual en el agua una o tres veces, diciendo:
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo, descienda sobre el agua de
esta fuente,
Manteniendo el cirio dentro del agua, prosigue:
para que todos los que en ella reciban el bautismo, sepultados con Cristo en su muerte,
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resuciten también con él a la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. R Amén.


Enseguida saca el cirio del agua y el pueblo dice la siguiente aclamación o alguna otra adecuada:
Fuentes del Señor, bendigan al Señor, alábenlo y glorifíquenlo por los siglos.

Bendición del agua común


Si no hay bautizos ni bendición de la fuente bautismal, el celebrante invita a1 pueblo a orar diciendo:
Pidamos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, que bendiga esta agua, con la
cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve interiormente,
para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos juntas:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en oración en esta noche
santísima, recordando la obra admirable de nuestra creación y la obra más admirable
todavía, de nuestra redención. Dígnate bendecir + esta agua, que tú creaste para dar
fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tu, además, has convertido el
agua en un instrumento de tu misericordia: a través de las aguas del mar Rojo liberaste a tu
pueblo de la esclavitud; en el desierto hiciste brotar un manantial para saciar su sed; con la
imagen del agua viva los profetas anunciaron la nueva alianza que deseabas establecer con
los hombres; finalmente, en el agua del Jordán, santificada por Cristo, inauguraste el
sacramento de una vida nueva, que nos libra de la corrupción del pecado. Que esta agua nos
recuerde ahora nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos,
que han sido bautizados en esta Pascua del Señor, el cual vive y reina por los siglos de los
siglos. R Amén.

Renovación de las promesas del bautismo


Terminada la ceremonia del bautismo (y de la confirmación) o, si no hubo bautizos, después de la bendición
del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas encendidas hacen la renovación de las promesas del
bautismo. El sacerdote se dirige a la comunidad con estas palabras u otras parecidas:
S Hermanos, por medio del bautismo, hemos sido hechos participes del misterio pascual de
Cristo; es decir, por medio del bautismo, hemos sido sepultados con él en su muerte para
resucitar con él a una vida nueva. Por eso, al terminar el tiempo de preparación de la
Cuaresma, es muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las
cuales un día renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios, en
la santa Iglesia católica.
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Para hacer la renuncia se toma la siguiente fórmula que se propone a continuación:


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S ¿Renuncian ustedes a Satanás?

A Sí, renuncio.

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S ¿Renuncian a todas sus obras?

A Sí, renuncio.

S ¿Renuncian a todas sus seducciones?


Semana Santa 2018

A Sí, renuncio.

Prosigue el sacerdote:

S ¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?


A Sí, creo.

S ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María,
padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?
A Sí, creo.

S ¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en


el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
A Sí, creo.
Y el sacerdote concluye:
S Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y
nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia unidos a
Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna.
A Amén.

El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras se entona un canto bautismal. Mientras tanto los
neófitos son conducidos a su lugar entre los fieles. Si la bendición del agua bautismal se hizo en el presbiterio,
los ministros llevan a la fuente, con toda reverencia, el recipiente del agua. Si no hubo bendición de la fuente,
el agua bendita se coloca en su lugar apropiado. Hecha la aspersión, el sacerdote vuelve a la sede, en donde
dirige la Oración Universal, en la cual toman parte los neófitos por primera vez.
No se dice Credo.

Oración de los fieles


En esta noche de resurrección y vida, pidamos a Jesús que nos ayude a renacer a la gracia y
nos dé la fuerza de su Espíritu. Digamos: R./ Señor Resucitado, escúchanos.

1. Por todos los hombres y mujeres del mundo: para que la vida de Cristo se les manifieste
y los transforme por la fuerza de su amor. Oremos al Señor Resucitado
2. Por los que sufren, por los que en estos días han permanecido asociados a la pasión de
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Cristo: para que la gracia de su resurrección los fortalezca y libere. Oremos al Señor
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Resucitado

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3. Por los que con buena fe trabajan por la paz y luchan por la justicia: para que la gracia
salvadora que surge del sepulcro vacío y del mensaje del ángel los ayude a no desfallecer.
Oremos al Señor Resucitado
4. Por los que en esta noche recibirán el Bautismo y se incorporarán a la vida de la Iglesia:
para que la vida de Cristo los transforme y los haga signos de su amor. Oremos al Señor
Semana Santa 2018

Resucitado
5. Por los difuntos: para que puedan contemplar cara a cara al Dios de la vida, y desde Él
intercedan por sus familiares y amigos. Oremos al Señor Resucitado
6. Por todos los cristianos que celebramos con gozo la Pascua del Señor: para que
renazcamos a la vida del Resucitado. Oremos al Señor Resucitado
Señor Resucitado, Tú que eres el Sumo Sacerdote que vive para interceder por nosotros,
escucha nuestras oraciones, intercede ante el Padre por tu Iglesia, y danos tu Espíritu para
que anunciemos al mundo el triunfo de tu resurrección sobre el pecado y la muerte. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. R./ Amén.

Cuarta parte
Liturgia Eucarística
El sacerdote va al altar y comienza la Liturgia Eucarística, en la forma acostumbrada. Es conveniente que el
pan y el vino sean presentados por los neófitos, si los hay.

Oración sobre las ofrendas


Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que el memorial de la muerte y
resurrección de Jesucristo, que estamos celebrando, nos obtenga la fuerza para llegar a la
vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión


Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad para que vivamos siempre unidos en tu amor los
que hemos participado en este sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo, que
vive y reina por los siglos de los siglos.

Bendición solemne
S Que Dios todopoderoso los bendiga
en esta noche solemnísima de Pascua y,
compadecido de ustedes, los guarde de todo pecado.
A Amén.
S Que les conceda el premio de la inmortalidad
quien los ha redimido, para la vida eterna,
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con la resurrección de su Hijo.


A Amén.
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S Que quienes, una vez terminados los días de la Pasión,


celebran con gozo la fiesta de la Pascua del Señor,

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puedan participar, con su gracia, del júbilo de la Pascua eterna.
A Amén.
S Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
Semana Santa 2018

A Amén.

Pueden ir en paz, ¡aleluya, aleluya!


A Demos gracias a Dios, ¡aleluya, aleluya!

1 de abril: DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.

Liturgia de las Horas: Propio – Color litúrgico: Blanco.

MONICIÓN DE ENTRADA

La Iglesia está de fiesta. El Señor ha resucitado. La muerte para un cristiano no tiene la


última palabra porque sabemos que Dios ha dispuesto para nosotros en su Hijo algo más
grande, la salvación. Que podamos ver y creer que con el Señor también debemos vivir
como resucitados, llenos de alegría y contagiando al mundo de esta gran noticia. Con el
saludo de ¡Felices Pascuas! iniciamos este tiempo de alegría en nuestra Iglesia.

Oración colecta

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de
la vida eterna, concede, a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar
también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor
Jesucristo.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

Jesús resucitado quiso mostrarse a las mujeres, las que no tenían personalidad jurídica en la
antigüedad. Él siempre se revela a los sencillos de corazón. Que podamos como estas
mujeres y los discípulos ver y creer, y apresurarnos a anunciar a todas las personas que el
Señor ha resucitado y que debemos aspirar a los dones del cielo.

1ª Lectura: Hch 10,34.37-43)


Lectura de los Hechos de los Apóstoles
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En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “Hermanos: Ustedes conocen lo que sucedió
en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en
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Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,
que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con

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él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron
colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el
pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido
con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne
testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los
Semana Santa 2018

profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los
pecados”. Palabra de Dios.
A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 117)


R Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

L Den gracias al Señor porque es bueno,


porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. /R

L La diestra del Señor es poderosa,


la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. /R

L La piedra que desecharon los arquitectos,


es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. /R

2ª Lectura: Col 3, 1-4.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los colosenses
Hermanos: Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque han muerto; y la vida de ustedes está con Cristo escondida en Dios. Cuando
aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán, juntamente con él, en
gloria. Palabra de Dios.
A Te alabamos, Señor.
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Secuencia
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Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza

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a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado, que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla,
Semana Santa 2018

y muerto el que es la vida, triunfante se levanta.

“¿Qué has visto de camino, María en el mañana?”


“A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Vengan a Galilea, allí el Señor aguarda;


allí verán los suyos la gloria de la Pascua”.
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia
que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana
y da tus fieles parte en tu victoria santa.

Evangelio: Jn 20,1-9.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún
estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón
Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del
sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y
llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró. Llegó
también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el
sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado
en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al
sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de
resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
A Gloria a ti, Señor Jesús.
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ORACIÓN DE LOS FIELES

Cristo ha resucitado y vive para interceder por nosotros; por eso digámosle:

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R./ Te glorificamos, Señor

1. Por la Iglesia, para que la alegría de la Pascua la mueva a ser testigo fiel de Cristo: R./
2. Por el Papa Francisco, Obispos, Clero, religiosos y seminaristas, para que con su vida
anuncien la victoria pascual en medio del Pueblo de Dios: R./
Semana Santa 2018

3. Por Venezuela, para que en el gozo de la resurrección sea colmada de libertad, esperanza
y mejores condiciones de vida para todos sus ciudadanos: R./
4. Por todos nosotros al celebrar la Pascua del Señor, para que nuestras familias, trabajos y
proyectos estén iluminados por la luz de Jesucristo: R./
5. Por quienes han perdido la fe, la esperanza, la alegría y la paz, para que descubran que el
Señor, muerto y resucitado, nos ha abierto las puertas de una vida nueva: R./
6. Por los cristianos perseguidos, para que sus derechos sean respetados y en el Señor
resucitado se sientan fortalecidos: R./

Te glorificamos y te pedimos que tu gracia renueve nuestras vidas, las sumerja en tu


misterio y un día disfrutemos en plenitud de tu resurrección. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
R./ Amén.

Oración sobre las ofrendas


Regocijados con la alegría de la Pascua, te ofrecemos, Señor, esta Eucaristía, mediante la
cual tu Iglesia se renueva y alimenta de un modo admirable. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión

Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paterno, para que, renovada ya por los
sacramentos de Pascua, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

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HORA SANTA (ante el Monumento)

Una hora con Jesús Nazareno en el Huerto de Getsemaní


Introducción (5 minutos)
Semana Santa 2018

Lectura del Santo evangelio según San Juan (Lc 22, 39-46)
Después de la cena, Salió Jesús y se dirigió como de costumbre al monte de los Olivos y
sus discípulos lo siguieron. Al llegar al lugar, les dijo: “oren para no caer en la tentación”.
Se apartó de ellos como a distancia de un tiro de piedra, se arrodilló y oraba: “Padre, si
quieres, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Se le apareció un
ángel del cielo que le dio fuerzas. Y, en medio de la angustia, oraba más intensamente. Le
corría el sudor como gotas de sangre cayendo al suelo. Se levantó de la oración, se acercó a
sus discípulos y los encontró dormidos de tristeza; y les dijo: “¿Por qué están dormidos?
Levántense y oren para no caer en la tentación”. Palabra del Señor.
Meditación (15 minutos)
Señor Jesús, compadecidos del dolor y el sufrimiento que te acompañaron el jueves de tu
pasión, acudimos a ti. Hoy venimos a tu presencia, porque estás con nosotros, porque
todavía hoy sufres el abandono y la soledad de los que se han extraviado del camino de la
verdad, de la justicia y del amor. También hoy, Señor, después de compartir la Mesa con tu
Cuerpo y tu Sangre, te seguimos como tus discípulos al huerto de los Olivos.
No te apartes, no te vayas lejos, Señor, porque nos invade la tristeza. Sin ti, entramos en el
sueño del pecado que vela nuestros ojos y cierra nuestros oídos. ¿Cómo te vamos a ver y a
escuchar? Oramos contigo para que en nosotros no se haga lo que nuestro egoísmo quiere,
sino que se haga la voluntad de nuestro Padre. Concédenos fuerza para velar contigo y
esperar el cielo que nos has prometido. No dejes que por la desesperanza nos olvidemos de
ti.
Movidos por el servicio con el que lavaste los pies a tus discípulos, te acompañamos.
Ayúdanos, oh Jesús, a servir a nuestros semejantes. Ayúdanos a comprender que no hay
amor más grande que el que da la vida por los amigos. Queremos comprender que la
grandeza de este mundo, es hacerse pequeño, es servir y buscar el bien común.
Acto de perdón (20 minutos)
Bien sabes Señor la debilidad de nuestra vida. Por eso acudimos a ti, para que nos hagas
fuertes para vivir según tu voluntad. Te pedimos perdón por apartarnos de ti siguiendo un
camino errado, por eso te decimos: perdón señor perdón.
Perdón porque persiguiendo nuestros propios intereses e ideologías, también nosotros te
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negamos como Pedro te negó en aquella noche: perdón señor perdón.


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Te pedimos perdón Señor porque rompimos la promesa de seguirte hasta dar la vida por ti:
perdón señor perdón.

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Te pedimos perdón por la traición de este mundo para contigo, porque te sigue vendiendo
no por treinta monedas sino por falsas ideologías y por intereses que desfavorecen a tus
hijos predilectos: perdón señor perdón.
Perdón Señor, por huir ante la persecución que quiere callar la verdad y negar la justicia al
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oprimido, al pobre y al afligido: perdón señor perdón.


Perdón por abandonarte en la soledad de quienes son rechazados por este mundo, por
abandonarte en los hambrientos, en los pobres, en los presos y en los que padecen
necesidades: perdón señor perdón.
Perdón por condenarte a muerte cuando seguimos la mentira, defendemos la falsedad,
alabamos la maldad y negamos la verdad: perdón señor perdón.
Perdón por los desprecios y las burlas que te hacemos, cuando creyendo que somos mejores
y perfectos, dejamos que la soberbia dirija nuestros corazones: perdón señor perdón.
Oración: Tu que oraste al Padre por nosotros en la agonía de tu pasión, ten compasión de
nosotros, escúchanos con misericordia y repara nuestras faltas ya que nuestro corazón sufre
al estar lejos de tu gracia y de tu amor; danos la fortaleza para estar firme ante las
tentaciones de este mundo. Amén.
Meditación (15 minutos)
Señor, creemos firmemente que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento.
Creemos que entregaste tu vida para salvarnos de nuestros pecados. Al estar en tu presencia
Señor entregamos nuestra vida, todo lo que somos y tenemos, porque tuyos somos, porque
tú nos has comprado con tu sangre. Queremos apartar de nosotros todo lo que nos aleja de ti
y nos aparta del amor de Dios. Por tu pasión Señor llévate nuestro egoísmo, llévate la
indiferencia que tenemos ante el dolor y la necesidad ajena. Reponemos el daño que hemos
causado. Te ofrecemos nuestro corazón con un arrepentimiento sincero. Llénanos de tu paz,
de tu sencillez, de tu perdón. Ayúdanos a aceptar la corona de espinas para poder merecer
la corona de la eternidad junto a ti. Por tu Pasión, Señor, fortalece nuestra debilidad,
conforta nuestra fe para esperar tu Resurrección y tu venida gloriosa para alabarte y
adorarte en espíritu y en verdad sin que este mundo nos aparte de ti.
Oración final (10 minutos)
Nos unimos al dolor de María tu Madre, y con ella esperamos verte cara a cara. Como
María, estamos junto a la cruz, con ella meditamos tu dolor en nuestros corazones. Por
María, permite que te conozcamos, y obremos la voluntad de Dios para entrar en la fiesta
del cielo en el último día. Amén.
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VIACRUCIS

Oraciones iniciales

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser
quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
de haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían
aclamado poco antes. Y Él calla...Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos
inmediatamente...Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me
haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis
achaques, de mis dolencias, de mi soledad. Dame convertir en ofrenda amorosa, en
reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día. Señor,
pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ, BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


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Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando
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después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti! Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.

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Se reza a continuación un Padrenuestro

4ª ESTACIÓN: JESUS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


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Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con
ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día
de mi existencia. ¡Ayúdame Madre! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro y un Ave María

5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo
concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo?
Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de
ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo? Señor, pequé,
ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te
abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del respeto humano, cuando no me
atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que
ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no
dejarme llevar por el respeto humano, por el "qué dirán". Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ


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Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


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Caes, Señor, por segunda vez. El Vía Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el
Calvario. Tal vez fueran más. Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el
quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación? ¿Cuándo aprenderé que
también eso se puede convertir en ofrenda? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
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Se reza a continuación un Padrenuestro

8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares,
de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal
entendido, de egoísmo, de envidia. Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus
innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame
profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia. Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido,
Señor. Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz.
Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso
para otros, porque te lo doy a Ti para ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia de
tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida
de mis seres queridos. Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me
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desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo


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de mi propio egoísmo. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

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11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis
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hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas


también por ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro.

12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas
de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por salvarme,
por salvarnos. Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi
salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis
hermanos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable.


Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te
compadezcas de mí. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía! Señor, pequé, ten
piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro y un Ave María.

14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo


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transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así
sea. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
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Se reza a continuación un Padrenuestro

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15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-
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6).Unas piadosas mujeres fueron al sepulcro de Jesús muy temprano. El anuncio de la


resurrección convierte su tristeza en alegría. Jesús está vivo y nosotros vivimos en Él para
siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la humanidad una renovada primavera de
esperanza. Jesús, enséñame a mantener siempre la esperanza.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro.

ORACIÓN FINAL

Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez
que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú
has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda
mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

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CANTOS mírale, este es mi rostro; rostro de Cristo,
aunque esté escondido.

CUARESMA Y PERDÓN
DEBES PRIMERO PERDONAR.
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Sé que es difícil perdonar, cuando no


CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL
sabes amar, el rencor es algo tan amargo
SEÑOR
adentro.
Amo al Señor porque escucha mi voz
No te deja sonreír, ya no quieres vivir.
suplicante, porque inclina su oído hacia
¿Por qué no dejas eso atrás y empieza
mí el día que lo invoco.
amar?
Me envolvían redes de muerte, caí en
tristeza y angustia. Invoqué el nombre del
Señor: “Señor, salva mi vida”. Alguien que te amó, su propia vida la
entregó para que fueses libre de ese
El Señor es benigno y justo, nuestro Dios
cautiverio.
es compasivo, el Señor guarda a los
sencillos estando yo sin fuerzas me salvó. Él perdonó a los demás, sin importar si
hicieron mal. ¿Por qué en lugar de odiar
Alma mía recobra tu calma que el Señor
no decides hoy amar?
fue bueno contigo; arrancó mi alma de la
muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies
de la caída. Sólo tienes que amar, el perdonar es una
decisión que deja en libertad tu corazón y
limpia toda herida; la amargura en ti no
CRISTO ROTO
reinará.
Voz blanca:
Sólo Dios puede juzgar, tú no puedes
Tú querías conocer mi rostro, nunca condenar y mucho menos murmurar. Si tú
quisiste mirarme ¿Dónde estabas? En este quieres que el Señor te perdone, debes
rostro yo quiero que me veas, en este primero perdonar.
rostro también me encuentro yo.
Voz tenor:
HOY PEDÓNAME
No quisiste verme aquí, y aquí, también
Hoy perdóname, hoy por siempre; sin
yo me encontraba. En este rostro yo
mirar la mentira, lo vacío de nuestras
quiero que me veas, en este rostro
vidas; nuestra falta de amor y caridad.
también me encuentro yo.
Hoy perdóname, hoy por siempre; aun
Voz bajo:
sabiendo que he caído, que de ti siempre
Mira gente, este es mi rostro, aunque no había huido; hoy regreso arrepentido
lo veas tan claro. Si miraras con otros vuelvo a ti, vuelvo a ti.
ojos, contemplarías a tu Cristo roto.
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Vos soprano:
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Mírale, mírale, este es mi rostro, este es


mi rostro; el rostro de Cristo. Mírale,

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JESÚS DE NAZARET Mi corazón Señor renueva, pues sólo tú
das salvación. Y cuando sea rescatado, yo
En sus ojos la libertad tiene más luz, en
a los demás ayudaré.
sus labios toda verdad es más verdad. Su
corazón es siempre amor. (2)
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Nuestro amigo, nuestro hermano y NADIE TE AMA COMO YO (Martín


salvador. Jesús de Nazaret, Jesús de Valverde)
Nazaret. Cuanto he esperado este momento, cuanto
Sus caminos no tienen pérdida jamás, he esperado que estuvieras así.
sus pensamientos tienen el brillo de la Cuanto he esperado que me hablaras,
paz. Venid a ver quién es Jesús. (2) cuanto he esperado que vinieras a mí.
Por la vida voy queriendo explicar, quien Yo sé bien lo que has vivido, yo sé bien
me dio la luz, quien me dio la paz. No porque has llorado. Yo sé bien lo que has
quiero imponer a nadie mi fe, pero eso sí; sufrido, pues de tu lado no me he ido.
yo gritaré
Pues nadie te ama como yo,
el nombre de quien amé: Jesús de
Nazaret, Jesús de Nazaret. Pues nadie te ama como yo,
mira la cruz, esa es mi más grande
prueba. Nadie te ama como yo.
LÁVAME CON TU SANGRE
Pues nadie te ama como yo,
Lávame con tu sangre, sana mis heridas,
vuelve; escucha mi voz y háblame. Pues nadie te ama como yo.
Renovar quiero mi entrega, sentir ese Mira la cruz, fue por ti, fue porque te
amor primero; decirte que te quiero amo. Nadie te ama como yo.
conversar, escúchame. Yo sé bien lo que me dices, aunque a
Sentir de nuevo un viento cálido, verme veces no me hables. Yo sé bien lo que tú
en tus brazos, sonreír. Entregarte todos sientes, aunque nunca lo compartas. Yo a
mis problemas, volver a ser feliz, tu lado he caminado, junto a ti yo siempre
escúchame. he ido, aún a veces te he cargado, yo he
sido tu mejor amigo.

MISERICORDIA (Salmo 50)


PEQUÉ, PEQUÉ DIOS MÍO
Misericordia concédeme, oh Dios, y
muéstrame tu inmensa compasión. Pequé, pequé Dios mío, perdón, Señor,
piedad; si grandes son mis culpas mayor
De todo corazón te pido el perdón, de mi es tu bondad.
delito límpiame Señor.
Por tu preciosa Sangre, perdón. Señor,
Con el rocío del hisopo, mis culpas tu piedad; si grandes son mis culpas, mayor
podrás lavar; si tú me quitas el pecado. es tu bondad.
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Blanco cual la nieve quedaré.


Por tu costado abierto, perdón, Señor,
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Los sacrificios que te ofrezco, tú no los piedad; si grandes son mis culpas, mayor
puedes aceptar. Por eso yo en el futuro, es tu bondad.
mi corazón te inmolaré.

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Por tu Madre afligida, perdón, Señor, Peregrino que a veces vas, sin un rumbo
piedad; si grandes son mis culpas, mayor en tu caminar, peregrino, que vas cansado
es tu bondad. de tanto andar busca fuente para tu sed y
un rincón para descansar vuelve amigo
aquí en Egipto lo encontraras.
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PERDONA A TU PUEBLO.
Peregrino sin un porque, peregrino si una
Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu luz, peregrino por el camino que va a la
pueblo, perdónale, Señor. cruz. Dios camina en tu soledad ilumina
Por tu poder y amor inefable, por tu tu corazón, compañero de tus senderos
misericordia entrañable, perdónanos, buscando amor.
Señor.
Somos el pueblo que has elegido y con tu POR LA VÍA DOLOROSA
sangre lo has redimido, perdónanos,
Por la vía dolorosa, triste en Jerusalén, los
Señor.
soldados le abrían paso a Jesús;
Reconocemos nuestro pecado que tantas
más la gente se acercaba para ver al que
veces has perdonado, perdónanos, Señor.
llevaba aquella cruz.
Dios de la fiel y eterna Alianza, en ti
Las heridas le sangraban en la espalda del
ponemos nuestra esperanza, perdónanos,
Señor, su cabeza coronada de traición, y
Señor.
cada paso iba escuchando la burla de
Desde la Cruz nos diste a tu Madre, aquel pueblo sin amor.
vuélvenos al brazo del Padre, perdónanos,
Por la vía dolorosa, que es la vida del
Señor.
dolor, como oveja vino Cristo, Rey y
Señor. Y fue él quien quiso ir por su
PERDÓN POR AQUEL MENDIGO amor, por ti, por mí. Por la vía dolorosa,
Perdón, por aquel mendigo, por aquella al Calvario y a morir.
lágrima que hice brillar. Perdón, por Por la vía dolorosa, cayó al suelo con la
aquellos ojos que al buscar los míos no cruz; pero nadie ayudaba a Jesús. Él
quise mirar. cargaba con el odio de los que clamaban
Señor, no le di la mano, se encontraba por verlo morir.
sólo y le dejé partir. Perdón, por no dar (La sangre que hoy, nos limpia por fe, fue
cariño, por solo buscarlo tan lejos de ti. derramada por Él en Jerusalén).

PEREGRINO PUEBLO MÍO


Peregrino a dónde vas, sino sabes a donde Pueblo mío que te he hecho, en que te he
ir. Peregrino por un camino que va a ofendido, respóndeme.
morir. Si el desierto es un arenal el
Yo te saqué de Egipto y por cuarenta años
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desierto de tu vivir, quien te guía y te


te guié en el desierto, tú hiciste una cruz
acompaña en tu soledad.
para tu Salvador.
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Sólo El, mi Dios que me dio la liberta,


solo el mi Dios me guiara. (2)

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Yo te libré del mar, te di a beber del agua
que manaba de la roca, tú hiciste una cruz Señor, no estoy siempre alegre, no doy
para tu Salvador. luz a todos los que están junto a mí.
Yo te llevé a tu tierra, por ti vencí a los Perdón, por esta tristeza, por sentirme
reyes de los pueblos cananeos, tú hiciste solo cuando estás ahí. (2)
Semana Santa 2018

una cruz para tu Salvador. Perdón, por otros hermanos a quienes no


Yo te hice poderoso, estando yo a tu lado importan tu padecer. Están cerca del que
derroté a tus enemigos, tú hiciste una cruz sufre, pasan por tu lado pero no te ven.
para tu salvador. (2)

RENUÉVAME. TU SUEÑO DE MORIR


Renuévame, Señor Jesús, ya no quiero ser Estando cerca del momento allí te conocí,
igual. Renuévame, Señor Jesús, pon en mí miro tu rostro y tu silencio, sabría
tu corazón. aprender de ti. Tu cuerpo lento y
maltratado, el mundo te golpeó; sangre y
Porque todo lo que hay dentro de mí,
lágrimas mezcladas. Fue tu sueño de
necesita ser cambiado Señor. Porque todo
morir, fue tu sueño de morir.
lo que hay dentro de mi corazón necesita
más de ti. (2) El cielo anuncia el momento que marcará
ya el fin, la lluvia moja el sufrimiento, el
cielo oirá el gemir, el padre ve morir su
SALIENDO DEL PRETORIO. hijo, ve a su niño allí partir, el día se
Saliendo del pretorio marcha una convierte en luto; fue tu sueño de morir,
procesión con rumbo al Calvario fue tu sueño de morir.
sufriendo va un varón, la cruz en sus Sangre y silencio fue el precio, fue el
espaldas que a veces se le cae. No puede costo de mi vivir, no sabré cómo
dar un paso y cae sobre el camino, recibe agradecerte, yo mi vida daré a ti; en todo
un latigazo sobre su cuerpo herido. La tiempo seré tuyo, una ofrenda la entrego a
multitud insolente le grita sin cesar: ti, tu sueño hoy se hizo vida, tu sueño de
levántate maldito. morir.
No, no puede ser maldito aquel que en su Aunque no entienda el silencio, al dar tu
dolor exclama con un grito perdónale vida por mí, ayúdame a pagar el precio,
Señor, perdónale sus faltas no mires más quiero ser digno de ti, tú que estás allí en
su error; Señor ten compasión. el cielo, ayúdame a vivir; tú que pagaste
Sed tengo de un amigo, sed tengo de un por mi deuda, que tu sueño vive en mí,
amor, sed tengo de un hermano que tenga que tu sueño vive en mí.
compasión, que acepte esta sangre que
derramando estoy por su salvación.
UNA VEZ MÁS REZARÉ
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Una vez más rezaré, de rodillas me


SEÑOR, ¿POR QUÉ SOY ASÍ? pondré. Puede ser que una vez más él me
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Estoy como ciego, no se comprender. perdone.


Señor, tú eres mi esperanza, dame tu
mirada que te sepa ver (2)

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Le diré que lucho en vano, que pequé le das tu paz y tu perdón.
pues soy humano. Puede ser que una vez VICTORIA
más él me perdone.
Victoria tu reinarás, ¡oh cruz tú nos
Para un Dios que conoció la tentación, del salvarás!
amigo la traición; yo no dudo me perdone
Semana Santa 2018

Dios amigo. El verbo en ti clavado, muriendo nos


rescató; de ti madero santo, nos viene la
Yo vi sufrir a mi hermano cuando faltaba redención.
una mano. Puede ser que una vez más él
me perdone. Extiende por el mundo, tu Reino de
salvación. ¡Oh cruz fecunda, fuente de
Murió pobre y olvidado, yo con los vida y bendición!
brazos cruzados. Puede ser que una vez
más él me perdone. Impere sobre el odio tu reino de caridad.
Alcancen las naciones el gozo de la
unidad.
VENGO ANTE TI MI SEÑOR
Vengo ante ti mi Señor, PASCUA Y CANTOS DE ANIMACIÓN
reconociendo mi culpa.
Con la fe puesta en tu amor, ALABA A DIOS
que tú me das como a un hijo. Alaba a Dios, alzando las manos,
Te abro mi corazón inclínate ante tu Señor,
y te ofrezco mi miseria.
a tu hermano dale la mano, mueve tu pie
Despojado de mis cosas, en forma de cruz.
quiero llenarme de ti. Mueve tus manos,
Que tu Espíritu Señor mueve tu cabeza,
abrase todo mi ser, mueve tu cuerpo.
hazme dócil a tu voz,
transforma mi vida entera. ALZAD LAS MANOS
Hazme dócil a tu voz, Alzad las manos y dadle la gloria a Dios.
(2) Alzad las manos y alábale como un
transforma mi vida entera.
niño del Señor.
Puesto en tus manos Señor,
Dios dijo a Noé, construye una barca (2),
siento que soy pobre y débil hecha toda ella de madera como niño del
mas tú me quieres así, Señor.

yo te bendigo y te alabo. Los animalitos subieron de dos en dos.


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(2) los canguros y elefantes como niños


Padre, en mi debilidad, del Señor.
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tú me das la fortaleza. Si tú vas al cielo, primero que yo (2)


Amas al hombre sencillo,

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dile a todos esos angelitos, que también COMO LAS ÁGUILAS
yo iré. Los que esperan, los que esperan en
Jesús.
BAUTIZAME SEÑOR Los que esperan, los que esperan en
Semana Santa 2018

Jesús.
Bautízame, Señor con Tu Espíritu,
Bautízame, Señor con tu Espíritu Como las águilas, como las águilas, sus
alas levantarán (2)
Y déjame sentir el fuego de tu amor, aquí
en mi corazón Señor... Caminarán y no se cansarán
Satúrame Señor, con tu Espíritu (4) y Correrán y no se fatigarán.
déjame sentir el fuego de tu amor, aquí en Nueva vida tendrán, nueva vida tendrán
mi corazón, Señor (2)
Los que esperan, los que esperan en
El hombre de Galilea pasando va (2) y Jesús.
déjalo que te toque (3) dentro de tu
corazón (2)
EL AMOR DEL SEÑOR
COMO BUSCA LA SIERVA El amor del Señor es maravilloso (3).
Grande es el amor de Dios.
Así como busca la sierva corrientes de
agua viva; así te busca mi alma Espíritu Tan alto que no pudo estar arriba de él,
de Dios. tan bajo que no puedo estar abajo de él,
tan ancho que no puedo estar afuera de él.
Oh ven a mí Espíritu, oh ven a mí Grande es el amor de Dios.
Espíritu.
Oh ven a mí Espíritu de Dios. (2)
EL GRANO DE MOSTAZA
Si tuvieras fe como un granito de
COMO CORREN RIOS mostaza, eso dice el Señor. (2)
Como corren ríos dentro de mi ser. Tú le dirías a las montañas, muévanse,
Como corren ríos dentro de mi ser, muévanse, muévanse. (2).
es que yo confío en Cristo, mi Rey, Y las montañas se moverán, se moverán,
se moverán.
es que yo confío en Cristo, mi Rey.
Como ríos de agua viva
EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ.
que salta p’arriba,
El Espíritu de Dios está en este lugar, el
que llevo dentro,
Espíritu de Dios se mueve en este lugar.
Confirma, confirma en este momento Está aquí para consolar, está aquí para
liberar, está aquí para guiar, el Espíritu de
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el Espíritu Santo en su derramamiento.


Dios está aquí.
Dame del agua que brota para la vida
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eterna, dame del agua que brota para la Muévete en mí, muévete en mí; toca mi
vida eterna; del agua que le diste a la mente y mi corazón, llena mi vida de tu
mujer samaritana.

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amor, muévete en mí, Dios Espíritu Cuando sientas que tu hermano necesita
muévete en mí. de tu amor, no le cierres tus entrañas ni el
calor del corazón; busca pronto en tu
El Espíritu de Dios me lleva a la libertad,
recuerdo la palabra del Señor: mi ley es el
el Espíritu de Dios me lleva a caminos de
amor.
paz. Está aquí para enseñarme a amar,
Semana Santa 2018

está aquí para enseñarme a orar, está aquí Cristo dijo que quien llora su consuelo
para guiar, el Espíritu de Dios está aquí. encontrará; quien es pobre, quien es
limpio será libre y tendrá paz. Rompe
pronto tus cadenas, eres libre de verdad:
EL PADRE ABRAHAM empieza a caminar.
Muchos hijos tiene el padre Abraham, Si el camino se hace largo, si te cansas
el padre Abraham tiene muchos hijos, bajo el sol, si en tus campos no ha nacido
ni la más pequeña flor, toma mi mano y
yo soy uno, tú también, cantemos unidos por el amor, en nombre
alabemos todos al Señor. del Señor.
Mano derecha,….
HAY UNA UNCIÓN AQUÍ
ESPÍRITU DE DIOS. Hay una unción aquí, cayendo sobre mí,
Espíritu de Dios, toma mi vida, toma mi tocándome, sanando mi ser.
alma, toma mi ser. Mi espíritu y mi alma se están llenando,
Y lléname, lléname, lléname; de tu con el poder del Espíritu Santo. Mi vida
presencia lléname, lléname; de tu poder nunca más será igual.
lléname, lléname, de tu bondad.
¡HOSANNA HEY!
ESTE GOZO ¡Hosanna hey! ¡Hosanna ha!
Este gozo no va pasar, no va a pasar (2) ¡Hosanna hey! (2) ¡Hosanna ha!
Este gozo no va a pasar porque está
dentro de mi corazón. Él es el Santo, es el hijo de María,

El fuego cae, cae, cae; los males salen, es el Dios de Israel; es el hijo de David.
salen, salen y el creyente alaba al Señor Vamos a Él con espigas de mil trigos,
(2)
y con mil ramos de olivo, siempre
Esta obra no va pasar... Esta alegría no alegres, siempre en paz.
va a salir...Y Jesucristo me va a salvar...
Es la alegría, la razón de mi existir;
Y Jesucristo ya me salvó...
es la vida de mis días, es consuelo en mi
sufrir.
GLORIA, GLORIA, ALELUYA.
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Gloria, gloria, aleluya (3 veces) en


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nombre del señor.

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HOY ME QUIERO CUBRIR Y que yo me siento en Pentecostés, de la
cabeza a los pies. (2) Y déjalo que se
Hoy me quiero cubrir con la sangre de
mueva (3), que se mueva. (2)
Cristo. Hoy me quiero cubrir con la
sangre del Rey. El Espíritu de Dios se está moviendo. (4)
Semana Santa 2018

En el nombre del Padre, en el nombre del Se mueve, se mueve por aquí.


Hijo, en el nombre del Espíritu Santo. (2) Se mueve, se mueve por allá. (2)
na na na na na na.
ILUMÍNAME, SEÑOR.
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu, LLENA ESTE LUGAR
transfórmame, Señor, con tu Espíritu.
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu, Ven y lléname (4).
ilumíname, transfórmame, Señor. Llena este lugar con tu Espíritu Señor,
Y déjame sentir, el fuego de tu amor, aquí que se pueda respira de amor y tu perdón.
en mi corazón, Señor. (2) Ven llena todo mi ser de ti
Resucítame, Señor, con tu Espíritu, ven cambia todo en mí por ti.
conviérteme, Señor, con tu Espíritu.
Resucítame, Señor, con tu Espíritu,
resucítame y conviérteme, Señor. LLENO DE SU BENDICIÓN
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu, Mi mano está llena de su bendición,
consuélame, Señor, con tu Espíritu.
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu, Mi mano está llena de su bendición.
fortaléceme y consuélame, Señor. Y al hermano que toque bendito será,
Y al hermano que toque bendito será
LA SOMBRA DE PEDRO Mi mano está llena de su bendición.
Con la sombrea de Pedro los enfermos se Mi brazo…
sanaban. (2) No era la sombra, ni
Mi uña…
tampoco Pedro. (2) Era porque Pedro
tenía el Espíritu del Nazareno. (2) Mi pié…
Nazareno, Nazareno, el Espíritu del
Nazareno. (2) MIRA LO QUE HIZO MI JESÚS
¡Ha! Que tú lo tienes… que yo lo tengo. Mira lo que hizo mi Jesús (2)
¡Ha! Que tú le cantas, que yo le canto. Él me levantó y me liberó.
¡Ha! Que tú lo alabas, que yo lo alabo. Mira lo que hizo mi Jesús.
¡Ha! Que tú le danzas, que yo le danzo. Caminando con mi Cristo voy. (2)
Fluye, fluye, Espíritu Santo. (2)
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De prueba en prueba, victoria tras


Ese sí que da poder, ese sí que da poder. victoria.
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(2) Caminando con mi Cristo voy.


El enemigo ya vencido está. (2)

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Jesús lo venció, muriendo en la cruz. RESUCITÓ.
El enemigo ya vencido está. ¡Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya!
¡Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó!
NO HAY DIOS TAN GRANDE COMO La muerte, ¿dónde está la muerte?
Semana Santa 2018

TÚ. ¿Dónde está mi muerte?


No hay Dios tan grande como tú, no lo ¿Dónde su victoria?
hay, no lo hay. (2) No hay Dios que
pueda hacer las cosas como las que haces Gracias sean dadas al Padre,
tú. que nos pasó a su Reino,
No con espadas, ni con ejército; mas con donde se vive de amor.
tu Santo Espíritu. Y esos montes se
moverán más con tu Santo Espíritu. Alegría, alegría, hermanos,
que, si hoy nos queremos,
NUEVO PENTECOSTÉS es que resucitó.
Caminando ibas con tu silencio bajo el sol
de Palestina, tu vida gritaba la SI EN VERDAD ERES SALVO
resurrección de un día en ti encarnada;
conocí el amor, el sí de Dios se hizo Si en verdad eres salvo di AMEN,
esperanza entre los hombres. ¡AMEN! (2)
Acompáñanos como a los doce allá en Si en verdad eres salvo testifica con tu
Pentecostés, en Jerusalén. vida, si en verdad eres salvo di AMEN.
Madre de Jesús, la Iglesia espera un Si en verdad eres salvo da LAS
nuevo Pentecostés porque el temor nos va PALMAS...
callando. Madre de Jesús, los jóvenes
Si en verdad eres salvo di JESUS...
queremos darte un sí, quédate junto a
nosotros y unidos llamaremos: "Ven Si en verdad eres salvo TACONEA...
Señor Jesús". Si en verdad eres salvo di MARIA...
Ven Señor Jesús, que oscurece y los niños Si en verdad eres salvo da las CINCO...
tienen hambre; hoy los jóvenes necesitan
de tu luz para ser luz en el mundo actual,
de indiferencias y opresión entre SOPLA EN MÍ
hermanos. Queremos llevar la esperanza y
la fe en la caridad; dadnos el valor. Sopla en mí, sopla en mí,

Ven Señor Jesús que la violencia nos Espíritu Santo, sopla en mí. (2)
engendra más violencia, queremos ser Ayer ya pasó, te necesito hoy,
hombres que prediquen tu bondad con
Espíritu Santo sopla en mí.
valentía. Ven Señor Jesús, mi corazón le
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dice si a tu justicia y junto a María SOPLA SOBRE MÍ


llamaremos desde América latina “Ven
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Sopla sobre mí, oh viento de Dios


Señor Jesús"
expira sobre mí Espíritu de Amor,
haz mis manos como la de los músicos.

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Sopla sobre mí, oh viento de Dios con banderas y danzas,
expira sobre mí Espíritu de Amor, si en la tierra se canta, en el cielo se oye.
(2)
hazme escuchar melodías del cielo.
Así (como), así (como), así se alaba a
TENEMOS TANTO
Semana Santa 2018

Dios. (2)
Tenemos tanto, tanto, tanto, tanto, tanto,
Con mucha alegría todos…
tanto, tanto, tanto, tanto. Para estar
agradecidos. y dando a las palmas todos…
Tenemos al Padre, tenemos al Hijo, y dando a las palmas todos…
tenemos al Espíritu; para estar
agradecidos.
VEN ESPÍRITU SANTO
Tenemos los niños, tenemos adultos,
tenemos a los jóvenes; para estar Ven Espíritu Santo y envía desde el cielo
agradecidos. un rayo de tu luz. Ven Padre de los
pobres, ven dador de las gracias, ven
lumbre de los corazones
TÚ ERES EL AGUA VIVA Consolador buenísimo, dulce huésped del
Hna. Glenda alma, dulce refrigerio, descanso en el
trabajo; en el ardor tranquilidad, consuelo
Manifiesta tu santidad en mí,
en el llanto.
tómame dentro de lo que me dispersé
Oh luz santísima llena lo más íntimo de
Tómame de donde me perdí los corazones de tus fieles. Sin tu ayuda
y llévame de nuevo al corazón. nada hay en el hombre, nada que sea
inocente. Lava lo que está manchado,
Tú eres el agua viva, tú eres el agua pura, riega lo que es árido, cura lo que está
Inúndame y todo se transformará en mí. enfermo, doblega lo que es rígido calienta
Mi tierra se abrirá a tu lluvia, mis bocas lo que es frío, dirige lo que está
ya no darán daño a nadie, mis montes se extraviado.
harán camino para todos mi pasto Concede a tus fieles que en ti confían tus
abundante medicina será para todo el que sietes sagrados dones, dales el mérito de
coma de mí, yo seré la tierra que emana la virtud, dales el premio de la salvación,
leche y miel, dales el eterno gozo…
Me darás unas entrañas nuevas, mis hojas
ya no harán daño a nadie, sólo acariciarán
Infúndeme en tu espíritu Señor y haz que VEN ESPÍRITU, VEN,
se encariñe conmigo. Que quiero ser Ven Espíritu, Ven, y lléname Señor con
morada en ti y así tenga sabor a ti. tu preciosa unción (2)
Entonces habitaré en la tierra que es mía y
Purifícame y lávame, renuévame,
yo seré tu pueblo. Y tú serás mi Dios.
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restáurame, señor, con tu poder


Purifícame y lávame, renuévame,
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VAMOS ALABAR AL SEÑOR. restáurame, señor, Te quiero conocer.


Vamos alabar al Señor,

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VEN PROMESA DIVINA porque tengo tanto, tanto, tanto
Ven, promesa divina, para entregar.
que en tiempos pasados Yo creo que tu Señor vivirás en mí...
Jesús nos legó. (2) yo creo que tu Señor vencerás en mí...
Semana Santa 2018

Ven (9) a nuestro corazón. yo creo que tu Señor morarás en mí...


Ven (9) Espíritu de Amor. para siempre, para siempre Señor...
Ven Espíritu Santo, y llena nuestras Yo creo en tu resurrección
vidas. porque ni el dolor
Ven, Tú, dador de vida, oh fuego de ni mi propio error
Amor.
ninguna angustia podrá separarme
Hoy soy tan diferente,
de tu amor...
y veo a la gente con ojos de amor.
Yo creo en tu resurrección
Es que estoy tan unido
porque todo lo puedo con tu amor
a esa luz tan grande, la luz de mi Dios.
porque sé que cuidas de mi vida
Tú eres esa brisa,
mejor que yo...
eres la alegría de saber vivir. (2)
Yo creo en tu resurrección
porque puedo amar...
YO CREO EN TU RESURRECCIÓN.
porque puedo entregarme a pesar
Hna. Glenda de todo este dolor...
Yo creo en tu resurrección Yo creo en tu resurrección
porque puedo amar puedo reír porque puedo amar...
porque puedo abrazar mi mayor enemigo porque tengo tanto, tanto, tanto
y mirarlo en ti. para entregar
Yo creo en tu resurrección (Yo creo en ti señor,
porque tengo paz en mi corazón yo creo en la fuerza de tu vida,
porque puedo entregarme a pesar creo que donde sobreabundo el pecado
de todo este dolor... sobreabundo más tu gracia;
Yo creo en tu resurrección creo en la fuerza
porque soy feliz junto a ti de tu pequeña semilla en nuestro corazón
porque me amas tanto que da el ciento por uno,
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que hasta moriste por mí... creo que vives en nosotros


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Yo creo en tu resurrección yo creo en ti Señor).


porque puedo amar YO TE ALABO

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Yo te alabo con el corazón, yo te alabo
con la voz (2).
Y si me falta la voz yo te alabo con las
manos.
Semana Santa 2018

Y si me faltan las manos yo te alabo con


los pies.
Y si me faltan los pies yo te alabo con el
alma.
Y si me faltara el alma es que me he ido
con él (2)

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