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Evidencia 2
Introducción:
La Comunicación es un proceso de intercambio de información, en el que un
emisor transmite a un receptor algo a través de un canal esperando que,
posteriormente, se produzca una respuesta de dicho receptor, en un contexto
determinado.
Elementos de la
comunicación
Empresarial Organizacional Interna
Antes de nada, es necesario saber lo que quieres. Sólo así sabrás cómo
conseguirlo y podrás trabajar en equipo para que éste asuma responsabilidades.
Define las metas a corto, medio y largo plazo para saber qué dirección tomar.
5. Ve al grano
6. Escuchar
Parece lo más obvio y es lo más importante. Si trabajas con más gente, hay que
escuchar y saber escuchar. Porque escuchar no es lo mismo que oír. Escuchar es
‘procesar’ lo que oímos, valorarlo y tenerlo en cuenta. Y si eres el jefe de ese
equipo, escuchar es aún más importante si cabe. Escuchando se encuentran
soluciones, se identifican incidencias, se analiza, se aporta. Es, en definitiva,
fundamental.
7. Impulsa la comunicación
Una consecuencia de lo anterior aunque no es lo mismo. Escuchar es una parte
del proceso de la comunicación. La otra es la emisión de información, y eso hay
que fomentarlo. No nos podemos guardar información, hay que compartirla para
que cada uno sepa y pueda hacer bien su trabajo. Imaginad que en un
restaurante, el camarero no transmite en cocina lo que le han pedido. Será
imposible que el trabajo salga bien. Por tanto habrá que favorecer los canales de
comunicación, fomentarlos, y por ejemplo tener siempre teléfonos abiertos,
correos a punto y sobre todo, disponibilidad.
Es muy difícil que un grupo (y más si es grande) tome una decisión por
unanimidad. Si no es así, hay que llegar al máximo consenso posible y eso
requiere tiempo, diplomacia… y las otras dos claves que os hemos dado. Hay que
intentar que sea una decisión del grupo, no de unos pocos o, lo que sería peor, de
uno solo.
Para llegar a un destino común, todo el mundo tiene que remar en la misma
dirección. Pero si uno tiene un rumbo, otro tiene otro, y un tercero se va hacia otro
sitio, pues al final cada uno acabará llegando a un lugar diferente. Y lo importante
es llegar al mismo destino, aunque otra cosa será poder llegar a través de
caminos diferentes. Por cierto, para establecer ese objetivo común hace falta
tomar una decisión en grupo, con los dos ingredientes mágicos: escuchar y
comunicar.
Toma el ejemplo de una nación. Sus miembros sienten que forman parte de ella
por una serie de factores comunes. Vamos a trasladar eso a pequeña escala, a un
grupo de trabajo. Y es que las personas necesitamos sentirnos parte de algo y
para crear un equipo fuerte es obligatorio desarrollar de una identidad común. Hay
que definir qué identifica a tus equipos, fijar valores y hacer que cada miembro sea
consciente de su impacto en el equipo.
Esto está muy relacionado con el liderazgo porque el ego del responsable del
grupo debe dejarse a un lado porque eso crearía mal ambiente. En un equipo,
todas las piezas son importantes porque la ausencia de una implicaría que el
resultado no sería el mismo, sería peor. El trabajo es de todas las personas,
aunque trabajen en distintas áreas y no dediquen el mismo tiempo en su cometido.
En este caso es muy importante la forma de hablar. El objetivo es que los
integrantes del equipo en lugar de decir ‘mi equipo’ digan ‘nuestro equipo’. Es un
matiz, pero importante.
Como todo, algo en este proceso podría salir mal y por eso tendríamos que tener
preparado un ‘plan b’. Es frecuente que cuando surgen problemas inesperados, el
equipo se resienta. Para ello tenemos que tener preparado ese ‘plan b’ que
permitirá que a pesar de los obstáculos que vayan surgiendo, el equipo se
mantendrá compacto, enfocado y motivado.
CONCLUSIÓN: