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ISSN: 1888-9891

Revista de

REVISTA DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL


Eficacia en cada fase del1
tratamiento antidepresivo
Psiquiatría Órgano Oficial
de la Sociedad Española
de Psiquiatría
y de la Sociedad Española
de Psiquiatría Biológica

y Salud Mental Volumen 4, Número 1. Enero-Marzo 2011

EDITORIALES
Terciarismo en psiquiatría: el Programa de Trastornos Bipolares del Clínic de Barcelona
Comentario: el estado actual de la psicofarmacología y la psiquiatría
ORIGINALES
Validación de la versión española de la escala de Funcionamiento Personal y
Social en pacientes ambulatorios con esquizofrenia estable o inestable
Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos.
Concordancia entre la percepción de médicos y pacientes sobre prevalencia,
impacto clínico y su respuesta a los fármacos antidepresivos actuales
REVISIONES
Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en la

ψ
esquizofrenia
Oxitocina y autismo: una hipótesis para investigar. ¿La alteración de la producción
de oxitocina endógena en torno al parto puede estar involucrada en la etiología del
autismo?
Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento
electroconvulsivo
ARTÍCULO ESPECIAL
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación
CARTA CIENTÍFICA
Venlafaxina y secreción inadecuada de hormona
antidiurética
ENERO-MARZO 2011

AGRADECIMIENTOS
Agradecimientos a los revisores de Revista de
Psiquiatría y Salud Mental 2010
- VOLUMEN 4 - NUMERO 1

www.elsevier.es/saludmental
THY-02-10/009

Indexada en SSCI/JCR (Social Science Citation Index / Journal of Citation Reports)

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Volumen 4, Número 1/2011
Sumario
EDITORIALES
1 Terciarismo en psiquiatría: el Programa de Trastornos Bipolares del Clínic
de Barcelona
E. Vieta
5 Comentario: el estado actual de la psicofarmacología y la psiquiatría
R.J. Baldessarini

ORIGINALES
9 Validación de la versión española de la escala de Funcionamiento Personal
y Social en pacientes ambulatorios con esquizofrenia estable o inestable
M.P. Garcia-Portilla, P.A. Saiz, M. Bousoño, M.T. Bascaran, C. Guzmán-Quilo y
J. Bobes, en nombre del grupo de validación de la versión española de la escala
de Funcionamiento Personal y Social (PSP)
19 Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos
circadianos. Concordancia entre la percepción de médicos y pacientes
sobre prevalencia, impacto clínico y su respuesta a los fármacos
antidepresivos actuales
L. San Molina, J.M. Montes-Rodríguez, F. Caballero-Martínez, F. Álvarez Lozano y
M. García Manrique

REVISIONES
28 Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en
la esquizofrenia
J.T. Rodríguez Sosa, M. Acosta Ojeda y L. Rodríguez Del Rosario
38 Oxitocina y autismo: una hipótesis para investigar. ¿La alteración de
la producción de oxitocina endógena en torno al parto puede estar
involucrada en la etiología del autismo?
I. Olza Fernández, M.Á. Marín Gabriel, F. López Sánchez y A.M. Malalana Martínez
42 Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento
electroconvulsivo
F.J. Sanz-Fuentenebro, I. Vidal Navarro, D. Ballesteros Sanz y E. Verdura Vizcaíno

ARTÍCULO ESPECIAL
53 Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación
A. Ciudad, J. Bobes, E. Álvarez, L. San e I. Gilaberte

CARTA CIENTÍFICA
66 Venlafaxina y secreción inadecuada de hormona antidiurética
J.M. Prieto de Paula y S. Franco Hidalgo

AGRADECIMIENTOS
68 Agradecimientos a los revisores de Revista de Psiquiatría y Salud Mental 2010
Volume 4, Number 1/2011

EDITORIALS
Contents
1 Tertiarism in Psychiatry: The Barcelona Clínic Bipolar Disorders
Programme
E. Vieta
5 Commentary: The Current State of Psychopharmacology and Psychiatry
R.J. Baldessarini

ORIGINAL ARTICLES
9 Validation of the Spanish Personal and Social Performance scale (PSP)
in outpatients with stable and unstable schizophrenia
M.P. Garcia-Portilla, P.A. Saiz, M. Bousoño, M.T. Bascaran, C. Guzmán-Quilo
and J. Bobes, on behalf of Spanish PSP Scale Validation Group
19 Depressive symptoms associated with changes in circadian rhythms.
Concordance in perception between doctor and patient, clinical
impact and its response to current antidepressant drugs
L. San Molina, J.M. Montes-Rodríguez, F. Caballero-Martínez, F. Álvarez Lozano
and M. García Manrique

REVIEW ARTICLES
28 Theory of mind, facial recognition and emotional processing in
schizophrenia
J.T. Rodríguez Sosa, M. Acosta Ojeda and L. Rodríguez Del Rosario
38 Oxytocin and autism: a hypothesis to research. Can perinatal
oxitocinergic manipulation facilitate autism?
I. Olza Fernández, M.Á. Marín Gabriel, F. López Sánchez and
A.M. Malalana Martínez
42 Effectiveness and risks of combining antipsychotic drugs with
electroconvulsive treatment
F.J. Sanz-Fuentenebro, I. Vidal Navarro, D. Ballesteros Sanz and
E. Verdura Vizcaíno

SPECIAL ARTICLE
53 Clinical meaningful outcomes in schizophrenia: remission and recovery
A. Ciudad, J. Bobes, E. Álvarez, L. San and I. Gilaberte

SCIENTIFIC LETTER
66 Venlafaxine and inappropriate antidiuretic hormone excretion
J.M. Prieto de Paula and S. Franco Hidalgo

ACKNOWLEDGEMENTS
68 Acknowledgements to reviewers Revista de Psiquiatría y Salud Mental
2010
Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):1—4

www.elsevier.es/saludmental

EDITORIAL

Terciarismo en psiquiatría: el Programa de Trastornos Bipolares


del Clínic de Barcelona
Tertiarism in Psychiatry: The Barcelona Clínic Bipolar Disorders Programme
Eduard Vieta

Programa de Trastornos Bipolares, Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, IDIBAPS, CIBERSAM, ENBREC,
Barcelona, Cataluña, España

Por terciarismo se entiende un conjunto de prestaciones estimulación del nervio vago, o la estimulación magnética
altamente especializadas o con un elevado requerimiento transcraneal, por no mencionar los progresos técnicos en
tecnológico o de experiencia profesional que, por su baja terapia electroconvulsiva, resulta evidente que existe una
prevalencia, riesgo, interrelación con otros procesos y/o psiquiatría de alta tecnología y complejidad, obviamente
elevados costes, aconsejan su concentración en un reducido reservada a una minoría significativa de los casos. El ter-
número de centros dentro del sistema público de salud1 . La ciarismo va de la mano de la especialización, o de lo que
definición de terciarismo en Psiquiatría es algo más ambigua, podríamos llamar ‘‘superespecialización’’. La psiquiatría
dado que la mayor parte de trastornos psiquiátricos son alta- actual está en pleno proceso de definición de subespecia-
mente prevalentes y el uso de la tecnología, más limitado lidades, algunas de ellas plenamente asentadas, como la
que en otras especialidades médicas, pero indudablemente psiquiatría infantil o las adicciones, otras recién nacidas
existen formas de trastornos mentales de altísima comple- en las últimas décadas, como la esquizofrenia, el trastorno
jidad clínica (por su gravedad transversal o longitudinal, bipolar, el autismo, los trastornos de la conducta alimenta-
comorbilidad, y complicaciones asociadas), que son menos ria, y otros más. El progreso del conocimiento ha provocado,
prevalentes que las formas leves o moderadas de la propia como ocurrió con la medicina interna primero, y con muchas
enfermedad, y los avances tecnológicos empiezan a introdu- especialidades médicas después, la aparición de unidades
cirse no sólo en el ámbito de la investigación, sino también especializadas en patologías específicas: ejemplos son las
en la práctica clínica. Aunque desde algunos sectores se unidades de epilepsia, las de infección por VIH, o las de tras-
tiende a ver la práctica de la psiquiatría como algo más arte- torno bipolar, por poner un ejemplo de nuestra especialidad.
sanal, subjetivo y poco tecnificado, la realidad es que tanto Las unidades especializadas van de la mano del terciarismo
el examen neuropsicopatológico, como las exploraciones y ofrecen intervenciones diagnósticas y terapéuticas a los
complementarias y las intervenciones farmacológicas y psi- pacientes de alta complejidad que no pueden ser atendi-
coterapéuticas han alcanzado un grado de sofisticación que, dos adecuadamente en los servicios de atención primaria o
en pacientes de alta complejidad, se ajustan claramente a especializada convencional. Una de las primeras unidades
la definición de terciarismo. Si a ello añadimos innovacio- especializadas desarrolladas en España en el ámbito de la
nes terapéuticas como la estimulación cerebral profunda, la psiquiatría es la unidad o programa de trastornos bipolares
del Hospital Clínic de Barcelona (PBC)2 .
El PBC nació en 1995 en el Hospital Clínic de Barce-
Correo electrónico: EVIETA@clinic.ub.es lona, un hospital general universitario bien conocido por su

1888-9891/$ – see front matter © 2011 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2011.01.002
2 E. Vieta

tradición de aunar de forma excelente la asistencia, la lencia europeas y nacionales, como ENBREC (European
docencia y la investigación. El Clínic y la Universidad de Network of Bipolar Research Expert Centers)52 y el Cen-
Barcelona comparten un Instituto de investigación llamado tro de Investigación Biomédica En Red de Salud Mental
Institut d’Investigació Biomèdica August Pi i Sunyer, que (CIBERSAM)53 . Las sinergias creadas en investigación cola-
canaliza sus recursos a través de la Fundació Clínic. El PBC borativa con otros centros españoles54—58 , europeos59—64 , e
no fue reconocido oficialmente hasta 2001, pero por enton- intercontinentales65—71 han sido cruciales para el desarrollo
ces ya contaba con una velocidad de crucero razonable de grandes proyectos multidisciplinares. Es importante des-
en cuánto a productividad asistencial, docente, e investi- tacar también la cooperación con la industria farmacéutica,
gadora. En el apartado investigador, los primeros trabajos llevada a cabo siempre con la máxima transparencia72—73 ,
eran muy clínicos, entre los cuales destacaba el desarro- que ha permitido poner a la disposición de los clínicos y sus
llo de un programa de psicoeducación que fue financiado pacientes un buen número de nuevos tratamientos para el
por un proyecto de los Fondos de Investigación Sanitaria trastorno bipolar22—32 .
(FIS) del Instituto de Salud Carlos III y el Stanley Medical Quizás algunos no estén todavía convencidos de la exis-
Research Institute de Maryland (Bethesda, Estados Unidos), tencia del terciarismo en psiquiatría, o lo vean como algo
que también apoyó la investigación neurocognitiva (un área innecesariamente sofisticado y caro. Nuestra experiencia
inexplorada entonces en esta enfermedad), epidemiológica, indica que las unidades especializadas son una necesidad y,
y algunos ensayos clínicos que nos permitieron adquirir expe- en algunos casos, una realidad, que contribuyen a la equidad
riencia para ampliar nuestra capacidad de analizar nuevos del sistema sanitario y que son eficientes cuando se delimita
fármacos y técnicas para el tratamiento del trastorno bipo- claramente su ámbito de actuación, que debe ser sobre todo
lar. Paralelamente, el PBC comenzó a ser conocido dentro el apoyo a los centros de salud mental y a la red de especia-
y fuera de nuestras fronteras, lo que atrajo a jóvenes clí- listas en psiquiatría comunitaria, y que permiten promover
nicos e investigadores de diversos países a formarse con con éxito la docencia y la investigación. Confiamos en que,
el equipo. La auténtica especialidad del PBC en la ver- en una época de restricción de gastos y prestaciones, las
tiente asistencial es el tratamiento de pacientes de alta instituciones sanitarias y sus gestores comprendan la impor-
complejidad (por ejemplo, cicladores rápidos); en la ver- tancia de apoyar este enfoque de la moderna psiquiatría, la
tiente docente, la formación de clínicos e investigadores que aúna los máximos estándares éticos, con la excelencia
jóvenes en el manejo de estos pacientes y en su formación en y el acceso a la tecnología, que es un derecho de todos.
psicofarmacología, neuropsicología, y psicoterapias especí-
ficas; y en la vertiente investigadora, en dar respuesta a
preguntas surgidas desde la cabecera del enfermo y llenar Bibliografía
el hueco entre la investigación de carácter más experimen-
tal y sus aplicaciones a la práctica clínica. El PBC cuenta 1. Guarga A, Pla R, Benet J, Pozuelo A. Planificación de los ser-
hoy día con 23 miembros estables, y los recursos en per- vicios de alta especialización en Cataluña. Med Clin (Barc).
sonal y dispositivos del Hospital Clínic y sus instituciones 2008;131 Suppl 4:55—9.
2. Vieta E. Bipolar Units and Programmes: Are they really needed?
asociadas. Además de proveer asistencia especializada de
World Psychiatry. En prensa 2011.
calidad con una continuidad asistencial imposible de lograr
3. Tabarés-Seisdedos R, Mata I, Escámez T, Vieta E, López-Ilundain
sin una organización por programas, en lugar de disposi- JM, Salazar J, et al. Evidence for association between struc-
tivos, el PBC ha conseguido, a lo largo de su existencia, tural variants in lissencephaly-related genes and executive
generar conocimiento en áreas como la neurobiología, la deficits in schizophrenia or bipolar patients from a Spanish
epidemiología, la metodología y el tratamiento del tras- isolate population. Psychiatr Genet. 2008;18:313—7.
torno bipolar. El PBC atiende a casi 800 pacientes, la mitad 4. Vieta E, Martínez-De-Osaba MJ, Colom F, Martínez-Arán A,
de los cuales acuden a él como centro de referencia para Benabarre A, Gastó C. Enhanced corticotropin response to
casos de alta complejidad, y el resto por pertenecer al corticotropin-releasing hormone as a predictor of mania in
área geográfica asignada al hospital y su centro de salud euthymic bipolar patients. Psychol Med. 1999;29:971—8.
5. Rosa AR, Frey BN, Andreazza AC, Ceresér KM, Cunha AB,
mental. En los últimos 15 años ha aportado casi 400 artícu-
Quevedo J, et al. Increased serum glial cell line-derived neu-
los publicados en revistas científicas de primer nivel, más
rotrophic factor immunocontent during manic and depressive
de 1300 puntos de factor de impacto y unas 8.000 citas. episodes in individuals with bipolar disorder. Neurosci Lett.
El foco clínico permanece pero se ha ampliado a aspectos 2006;407:146—50.
claramente traslacionales, incluyendo aportaciones rele- 6. Benabarre A, Vieta E, Martín F, Lomeña F, Martínez-Aràn A,
vantes en genética3 , biomarcadores4,5 , neuroimagen6,7 , Colom F, et al. Clinical value of 99mTc-HMPAO SPECT in depres-
neuropsicología8—11 , metodología12,13 , psicopatología14—18 , sed bipolar I patients. Psychiatry Res. 2004;132:285—9.
epidemiología19—21 , psicofarmacología22—32 , y psicoterapia, 7. Phillips ML, Vieta E. Identifying functional neuroimaging bio-
en forma de psicoeducación33—37 . El PBC ha contribuido markers of bipolar disorder: toward DSM-V. Schizophr Bull.
también de forma notable en el desarrollo y validación 2007;33:893—904.
8. Martínez-Arán A, Vieta E, Reinares M, Colom F, Torrent C,
de instrumentos psicométricos específicos38,39 , el funciona-
Sánchez-Moreno J, et al. Cognitive function across manic or
miento psicosocial de los pacientes40—43 , la evaluación de
hypomanic, depressed, and euthymic states in bipolar disorder.
la adherencia terapéutica44 , y la preparación de guías para Am J Psychiatry. 2004;161:262—70.
la práctica clínica de ámbito local e internacional45—51 . En 9. Torrent C, Martínez-Arán A, Daban C, Sánchez-Moreno J, Comes
los últimos años el PBC ha sido reconocido como grupo M, Goikolea JM, et al. Cognitive impairment in bipolar II disor-
consolidado de investigación por la Generalitat de Cata- der. Br J Psychiatry. 2006;189:254—9.
lunya, y ha aumentado sus recursos y colaboraciones a 10. Sanchez-Moreno J, Martinez-Aran A, Colom F, Scott J, Tabares-
través de su participación en redes de centros de exce- Seisdedos R, Sugranyes G, et al. Neurocognitive dysfunctions
Terciarismo en psiquiatría: el Programa de Trastornos Bipolares del Clínic de Barcelona 3

in euthymic bipolar patients with and without prior history of bipolar depression: a multicenter, double-blind, placebo-
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19. Vieta E, Colom F, Corbella B, Martínez-Arán A, Reinares M, with adjunctive psychological therapies compared to usual
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2001;62:818—25. clinical trial. Br J Psychiatry. 2009;194:260—5.
23. Vieta E, Martinez-Arán A, Goikolea JM, Torrent C, Colom F, 38. Torrent C, Vieta E, Crespo JA, Gonzalez-Pinto A, del Valle
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prophylaxis trial of oxcarbazepine as adjunctive treatment to Disord. 2007;101:43—55.
lithium in the long-term treatment of bipolar I and II disorder. 40. Vieta E, Cieza A, Stucki G, Chatterji S, Nieto M, Sánchez-
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divalproex for maintenance of patients with bipolar I disorder Torrent C, Reinares M, et al. Validity and reliability of the Func-
(international trial 126). J Affect Disord. 2008;109:251—63. tioning Assessment Short Test (FAST) in bipolar disorder. Clin
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4 E. Vieta

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Bipolar Disorders: Update 2010 on the treatment of acute bipo- with Bipolar Disorder and their relatives. J Affect Disord. 2010
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Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):5—8

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EDITORIAL

Comentario: el estado actual de la psicofarmacología y la


psiquiatría
Commentary: The Current State of Psychopharmacology and Psychiatry

Ross J. Baldessarini a,b

a
Professor of Psychiatry and in Neuroscience, Harvard Medical School, Boston
b
Director, Psychopharmacology Program, McLean Hospital Belmont, Massachusetts, Estados Unidos

La psiquiatría clínica moderna ha pasado a estar dominada de siete carbonos que modificaba radicalmente las carac-
por la psicofarmacología a múltiples niveles a lo largo de las terísticas estereoquímicas y las acciones de estos fármacos
últimas décadas, tras una época de hegemonía psicodiná- respecto a los agentes antagonistas de los receptores prin-
mica en muchos países. La inauguración de una importante cipalmente de dopamina D2 que tenían abundantes efectos
revista de psiquiatría internacional, la Revista de Psiquia- adversos neurológicos, para pasar a ser un agente antago-
tría y Salud Mental española, nos brinda la oportunidad de nista débil de la dopamina y antiserotoninérgico potente
analizar el estado actual de la psiquiatría en relación con la (clozapina) o un inhibidor del transporte neuronal de nora-
psicofarmacología. drenalina o serotonina (antidepresivos tricíclicos)1,2 .
El inicio de la psicofarmacología moderna puede fecharse Estos descubrimientos clínicos, en gran parte acciden-
en el momento de la reintroducción del carbonato de litio tales, aunque recogidos con gran perspicacia, estimularon
(utilizado anteriormente para tratar la gota) en la medi- fuertemente toda una generación de investigaciones bási-
cina clínica para el tratamiento y la prevención de la manía cas y aplicadas destinadas a aclarar las acciones de los
por parte de John Cade en Melbourne en 1949, o en los nuevos fármacos y a orientar el desarrollo de nuevos tra-
descubrimientos iniciales de los efectos antimaníacos y tamientos que se esperaba que fueran mejores. Además,
antipsicóticos de clorpromazina en París por Pierre Deni- un concepto central asociado a esta investigación bioló-
ker et al1 en 1952. El fármaco neuroléptico-antipsicótico gica fue que lo contrario a las acciones farmacodinámicas
clorpromazina y sus múltiples análogos químicos aparecidos de los fármacos antipsicóticos, antimaníacos o antidepresi-
en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo proce- vos podría aportar una pista respecto a la fisiopatología, si
dían de agentes antihistamínicos-sedantes conocidos desde no la etiología, de los trastornos psiquiátricos importantes
finales de la primera década del siglo xix. Esto constituyó que todavía eran idiopáticos. Esta estrategia cuestionable
una importante contribución de la tecnología química y far- concuerda con lo que se ha realizado a lo largo de la histo-
macéutica, pero también intervino en ello la observación ria de la investigación biomédica en psiquiatría a lo largo
clínica casual. Su descubrimiento condujo finalmente al des- de los dos últimos siglos, que han estado marcados por
arrollo de los antidepresivos, empezando con la imipramina oleadas de intentos de aplicar desarrollos técnicos en ese
a finales de los años cincuenta, y de los fármacos antipsicó- momento innovadores de la biología y la medicina general a
ticos de segunda generación («atípicos»), el primero de los la psiquiatría3 . En el caso de la psicofarmacología, surgió la
cuales fue la clozapina, en 1960. Ambos fármacos diferían esperanza de que una gama limitada de acciones farmaco-
de los neurolépticos tricíclicos por tener un anillo central lógicas identificadas fuera necesaria y a la vez suficiente
para explicar sus efectos y para introducir innovaciones
adicionales. Este planteamiento condujo a avances extraor-
Correo electrónico: rbaldessarini@mclean.harvard.edu dinarios en el conocimiento de la neurobiología básica de la

1888-9891/$ – see front matter © 2011 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2011.03.001
6 R.J. Baldessarini

neurotransmisión de las sinapsis químicas cerebrales4 , ade- lógico sobre trastornos todavía idiopáticos, sino también
más de respaldar una eficiencia cada vez mayor en la incluso como fundamento satisfactorio para avanzar en el
identificación precisa de nuevos compuestos con acciones tratamiento clínico. La fácil disponibilidad en todo el mundo
similares a las de los más antiguos1,2 . de una gama creciente de tratamientos farmacológicos para
Este proceso, aparentemente plausible, muy atractivo la mayor parte de los trastornos psiquiátricos ha tenido
e incluso convincente, se desarrolló a lo largo de varias enormes repercusiones en la conceptualización y la prác-
décadas, impulsado por un círculo de pensamiento cerrado, tica de la psiquiatría clínica, gran parte de ellas favorables o
cuyos orígenes quedaban a menudo olvidados. Este proceso incluso revolucionarias, pero también algunas cuestionables
se ha caracterizado, por ejemplo, por considerar práctica- o incluso contraproducentes. Plantear las teorías biológi-
mente de forma exclusiva los fármacos antidopaminérgicos cas basándose en las acciones de los fármacos psicotropos
como posibles tratamientos para los trastornos psicóticos ejerce unos efectos estimulantes y, a la vez, limitadores
o la manía, y los fármacos potenciadores de aminas como sobre la investigación biomédica en psiquiatría, y además
posibles antidepresivos. Aunque las características quími- tiene repercusiones importantes en la terapéutica y en la
cas involucradas en ello han sido cada vez más diversas, las práctica clínica psiquiátricas.
acciones farmacológicas básicas han continuado siendo simi- Durante varias décadas hemos dispuesto de fármacos
lares a las de los fármacos que se conocían en 1960. Cabe para tratar una amplia gama de enfermedades mentales
argumentar que la innovación real se ha visto dificultada por graves, incluidas las psicosis, los trastornos bipolares y
este pensamiento circular y cerrado, ciertamente en cuanto depresivos, y los diversos síndromes de ansiedad y adicción.
al desarrollo de fármacos, pero también en cuanto al plan- Los fármacos aprobados para el uso clínico y la comerciali-
teamiento de hipótesis biológicas, puesto que las dos líneas zación han cumplido generalmente los criterios de eficacia
de investigación han estado cada vez más entrelazadas. El convencionalmente aceptados. Esos criterios incluyen de
resultado ha sido una notable disminución de la innovación forma característica el hecho de ser estadísticamente supe-
real durante la pasada década, a pesar de las inversiones rior a un placebo inactivo en al menos algunos ensayos
masivas en investigación y desarrollo y de la introducción clínicos controlados y aleatorizados, y el de ser aparente-
de nuevas tecnologías muy potentes de investigación y de mente similares en sus efectos beneficiosos a los fármacos
búsqueda sistemática5 . Es decir, son muy pocos los nue- ya aceptados para un uso clínico amplio. Sin embargo, este
vos fármacos psicotropos que constituyen mecanismos de tipo de evidencia tiene importantes limitaciones. Muchos
acción novedosos, y los candidatos que ha habido han fra- productos candidatos a un empleo como medicación supe-
casado a menudo en el ámbito clínico. Además, los costes ran al placebo de manera poco uniforme, y pueden producir
del desarrollo han pasado a ser enormes, sobre todo para los unos efectos paliativos marginales sobre algunos síntomas.
ensayos clínicos, que cada vez más son incapaces de mostrar Estos efectos favorables pueden ser estadísticamente acep-
una eficacia clara de nuevos agentes1,2,5 . Además, existe un tables, pero pueden tener una magnitud del efecto bastante
paralelismo en los avances manifiestamente desalentadores limitada o pasar por alto aspectos clínicamente importantes
en el conocimiento biológico de la posible fisiopatología, y de la enfermedad, como la capacidad cognitiva, la función o
no digamos ya de la etiología, de los principales trastornos la mayor mortalidad. Obtener una evidencia adecuada sobre
psiquiátricos, o en la aplicación de nuevos principios bioló- la efectividad profiláctica a largo plazo resulta aún más difí-
gicos al desarrollo directo de tratamientos mejores o con un cil que demostrar la eficacia a corto plazo en las fases agudas
mayor fundamento racional6—9 . de unas enfermedades que se reconocen cada vez más como
Este proceso científico se ve gravemente limitado por la recurrentes o crónicas. Ha habido una tendencia a aceptar
falta de pistas plausibles respecto al fundamento biológico como evidencia a este respecto los resultados de ensayos clí-
coherente de los síndromes psiquiátricos principales idiopá- nicos en los que se suspenden los tratamientos que se están
ticos. A pesar de su aparente plausibilidad y productividad empleando y ello va seguido de una recaída clínica. Estos
en tantos aspectos de la medicina moderna, la confianza en ensayos se realizan a menudo en pacientes cuidadosamente
la posibilidad de que los enfoques biológicos contribuyan a seleccionados que apenas se recuperan de la enfermedad
aumentar el conocimiento básico de los principales trastor- aguda y no son necesariamente representativos. Además,
nos psiquiátricos parece requerir un verdadero acto de fe. muchos ensayos no parecen tener en cuenta la demostra-
Sin una patología tisular o una fisiopatología coherente que ción repetida de que, con prácticamente todos los tipos de
permitan orientar tanto la investigación básica, orientada a fármacos psicotropos, al suspender la administración, sobre
la etiología, como la terapéutica experimental racional, la todo si se hace rápidamente, se produce de forma temprana
psiquiatría continúa a la espera de descubrimientos impre- un riesgo excesivo de recurrencia o recaída10—12 , lo cual
vistos y de las consecuencias del tipo de observaciones plantea cuestiones tanto clínicas-científicas como éticas1 .
casuales que llevaron al descubrimiento de la práctica tota- El establecimiento de una terapéutica racional y basada
lidad de las clases de fármacos psicotropos modernos hasta en la evidencia13 , cuando menos en psiquiatría, continúa
19601,2 . El conocimiento cada vez más sofisticado de las siendo una esperanza lejana, puesto que resulta difícil orde-
acciones farmacológicas parece ser la luz con la cual se nar según su eficacia los fármacos disponibles de una misma
intenta encontrar las llaves perdidas, aun cuando haya pocas clase. Es decir, los intervalos de confianza de las valora-
razones para pensar que este enfoque (por muy atractivo y ciones de la mejoría o de las tasas de «respondedores»
plausible que sea) vaya a resultar superior a ningún otro. (porcentajes de pacientes que muestran una mejoría sin-
Por expresarlo de manera concisa, la psicofarmacología tomática parcial en ensayos de una duración limitada)
puede haber estado y continuar estando sobrevalorada, no suelen solaparse, incluso en muchas de las poco frecuen-
sólo como vía para la obtención de un conocimiento bio- tes comparaciones directas de fármacos antidepresivos14—16 ,
Comentario: el estado actual de la psicofarmacología y la psiquiatría 7

antipsicóticos17 y antimaníacos18 . Este punto muerto en Por último, aunque sea doloroso tener que considerarlo,
el que nos encontramos puede reflejar las considerables la aparición de los tratamientos farmacológicos modernos
limitaciones que tienen los métodos de ensayos clínicos para la mayoría de las enfermedades mentales graves ha
cuando se aplican a los trastornos psiquiátricos, basándose interaccionado de maneras complejas con la práctica clí-
de manera casi exclusiva en las valoraciones de los sínto- nica y con la economía de los sistemas actuales de asistencia
mas altamente subjetivas (que son, a su vez, una imagen clínica. La clasificación rápida, aunque sea de forma super-
bastante limitada de las repercusiones clínicas que tienen ficial en grupos diagnósticos poco seguros, seguida de una
los trastornos psiquiátricos). Además, hay una gran hetero- prescripción, evitando tener que ocuparse de una asisten-
geneidad incluso en los diagnósticos asignados de manera cia global, y con un cuidado posterior muy limitado, puede
muy cuidadosa sobre la base de los sistemas nosológicos ser atractiva desde el punto de vista económico, pero com-
modernos, que continúan siendo descriptivos y fenomenoló- porta el riesgo de fomentar una práctica clínica minimalista
gicos, y tienen un valor predictivo variable19,20 . Cabe esperar y relativamente irreflexiva1,25 . Aunque se han señalado las
una heterogeneidad adicional de los diagnósticos como con- graves limitaciones del movimiento «biopsicosocial» como
secuencia de la tendencia recientemente popularizada de base para una mejora del diagnóstico o como método de
hacer participar a múltiples centros internacionales en los investigación26 , existen abundantes razones clínicas para
ensayos de medicamentos21 . Esta tendencia aparentemente adoptar un enfoque más global frente a los pacientes con
eficiente ha sido potenciada al hacer participar en los estu- trastornos psiquiátricos importantes de causa desconocida,
dios a centros de menor coste, aunque de áreas remotas y que es característico que sean complejos y que comporten
menos desarrolladas, con lo que es incierta la posibilidad de una alteración de la vida del paciente. En pocas palabras,
generalización de los resultados a los mercados clínicos prin- sería una tragedia que la simplicidad, la eficiencia y el
cipales. En los países desarrollados, cada vez se recurre más ahorro de costes continuaran dando una influencia indebida
a las organizaciones de investigación bajo contrato (CRO) a la psicofarmacología clínica, incluso si se olvidaran los
para gestionar los ensayos clínicos dentro de las consultas avances que se han producido en los dos últimos siglos en
clínicas, habitualmente con pocos pacientes por centro y con la psicopatología y los enfoques psicosociales.
una afectación relativamente leve por la enfermedad. Otra
posibilidad es que muchos centros académicos o especializa-
dos tiendan a incluir a pacientes cada vez más complejos y Financiación
atípicos en los que han fracasado los tratamientos previos22 .
Todas estas tendencias pueden aumentar la heterogeneidad Financiado en parte por una subvención de la Bruce J.
y la inconsistencia en los resultados de los ensayos clíni- Anderson Foundation y por el McLean Private Donors Psy-
cos, con un descenso de las comparaciones del fármaco chopharmacology Research Fund.
con placebo y una menor posibilidad de generalización. A
su vez, estos resultados tienen probablemente su origen en
la tendencia de las observaciones heterogéneas a presentar Conflicto de intereses
una regresión a la media del resultado23,24 . Es de destacar
que el problema del diagnóstico y la clasificación psiquiátri- El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.
cos no es sólo un problema importante para la terapéutica
experimental, sino también para la mayor parte de for-
mas de investigación psiquiátrica, incluida la dificultad para Bibliografía
encontrar formas de identificar «fenotipos» relativamente
homogéneos para los estudios genéticos y de otro tipo. 1. Baldessarini RJ. Chemotherapy in Psychiatry. 3rd ed. New York:
La falta de una separación clara, según su eficacia, de Springer Verlag; 2012. En prensa.
los diversos fármacos para la mayoría de tipos de psico- 2. Baldessarini RJ, Tarazi FI. Drug therapy of depression and
tropos comporta la necesidad de realizar más ensayos de anxiety disorders and drugs for psychosis and mania. En: Brun-
ton LL, Lazo JS, Parker KL, editores. Goodman and Gilman’s
comparación directa en vez de comparaciones de los resul-
the pharmacological basis of therapeutics. 11th ed. New York:
tados de distintos ensayos, y tal vez la conveniencia de McGraw-Hill; 2005. p. 429-500.
considerar características de subgrupos que representen a 3. Baldessarini RJ. American biological psychiatry and psy-
los pacientes con mayor o menor capacidad de respuesta o chopharmacology 1944-1994. En Menninger RW, Nemiah JC,
tolerancia del tratamiento. Ambas sugerencias han encon- editores. American Psychiatry after World War II (1944-1994),
trado una fuerte reticencia por parte de la industria. Es a volume celebrating the 150th anniversary of the founding
improbable que un fabricante tenga interés en someter a of the American Psychiatric Association. Washington DC: APA
su producto a ensayos comparativos destinados a identificar Press; 2000. p. 371-412.
cuál es el mejor medicamento. De igual modo, muchos direc- 4. Iversen LL, Iversen SD, Bloom FE, Roth RH. Introduction to neu-
tivos de corporaciones parecen preferir las posibilidades de ropsychopharmacology.. 9th ed. New York: Oxford University
Press; 2009.
comercialización amplia de fármacos que pueden aportar un
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beneficio mensurable, aunque no necesariamente óptimo, New York Times, January 23, 2011, p. 1 y 21.
en categorías amplias de pacientes con trastornos heterogé- 6. Agarwal N, Port JD, Bazzocchi M, Renshaw PF. Update on the
neos. Sin embargo, un número cada vez mayor de expertos use of MR for assessment and diagnosis of psychiatric diseases.
en marketing perciben el valor de diferenciar sus productos Radiology. 2010;255:23—41.
de otros fármacos muy similares mediante la demostración 7. Dick DM, Riley B, Kendler KS. Nature and nurture in neuropsy-
de una eficacia o tolerabilidad superiores en subgrupos clí- chiatric genetics: where do we stand? Dialogues Clin Neurosci.
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Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):9—18

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ORIGINAL

Validación de la versión española de la escala de Funcionamiento


Personal y Social en pacientes ambulatorios con esquizofrenia
estable o inestable
María Paz Garcia-Portilla a,∗ , Pilar Alejandra Saiz a , Manuel Bousoño a ,
María Teresa Bascaran a , Carlos Guzmán-Quilo b y Julio Bobes a ,
en nombre del grupo de validación de la versión española de la escala de
Funcionamiento Personal y Social (PSP)

a
Departamento de Psiquiatría, Universidad de Oviedo, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, CIBERSAM,
Oviedo-Asturias, España
b
Departamento Médico, Janssen-Cilag SA, Madrid, España

Recibido el 3 de noviembre de 2010; aceptado el 8 de noviembre de 2010

PALABRAS CLAVE Resumen


PSP; Introducción: Uno de los objetivos terapéuticos principales a largo plazo en la esquizofrenia
Funcionamiento incluye la mejoría en el funcionamiento psicosocial y la calidad de vida del paciente. El objetivo
social; de este estudio fue validar la versión española de la escala de Funcionamiento Personal y Social
Funcionamiento (PSP, del inglés Personal and Social Performance) en pacientes ambulatorios con esquizofrenia.
personal; Material y métodos: Estudio naturalístico, de 6 meses de seguimiento, multicéntrico, en el que
Esquizofrenia; se evaluó a 244 pacientes ambulatorios y 76 controles con la PSP, la Escala de Evaluación del
Propiedades Funcionamiento Social y Ocupacional (SOFAS, del inglés Social and Occupational Functioning
psicométricas Assessment Scale) y la Escala de Evaluación de Gravedad de la Enfermedad (ICG-G, en sus siglas
en inglés)/Impresión Clínica Global del Cambio (ICG-C).
Resultados: La consistencia interna fue de 0,87, la fiabilidad test-retest, de 0,98, y la validez
de constructo, 1, componente que explicaba el 73,2% de la varianza. Validez convergente:
coeficiente de correlación entre las puntuaciones PSP y SOFAS = 0,95 (p < 0,0001), y entre PSP e
ICG-G = —0,88 (p < 0,0001). Validez discriminante: la PSP diferenció entre pacientes y controles
(50,3 frente a 91,9; p < 0,0001), y entre pacientes con esquizofrenia leve, moderada y grave en
función de la puntuación en la ICG-G (73 frente a 56,6 frente a 37,5; p < 0,0001). El área bajo
la curva fue de 0,986. Para un punto de corte de 79, la PSP identificó a pacientes y controles
según su nivel de funcionamiento con una sensibilidad del 94,3% y una especificidad del 96,1%
En el sexto mes se observaron mejorías significativas (p < 0,0001) en las puntuaciones PSP, SOFAS
e ICG-C. La PSP demostró ser sensible a los cambios; una puntuación de mucha mejoría en la
ICG-C correspondía a una mejoría de 34 puntos en la PSP.

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: albert@uniovi.es (M.P. Garcia-Portilla).

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.11.003
10 M.P. Garcia-Portilla et al

Conclusión: La versión española de la PSP es un instrumento fiable, válido y sensible para medir
el funcionamiento de los pacientes ambulatorios con esquizofrenia. Dada su brevedad, es un
instrumento apropiado para ser utilizado en la práctica clínica cotidiana para cuantificar y
controlar el funcionamiento de los pacientes.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Validation of the Spanish Personal and Social Performance scale (PSP) in outpatients
PSP; with stable and unstable schizophrenia
Social functioning;
Abstract
Personal functioning;
Introduction: The main long-term therapeutic goals of schizophrenia should go beyond the
Schizophrenia;
symptoms and include the improvement of patients’ psychosocial functioning and quality of
Psychometric
life. The aim of this study was to validate the Personal and Social Performance (PSP) scale in
properties
Spanish outpatients with schizophrenia.
Materials and methods: Naturalistic, 6-month follow-up, multicentre study. 244 patients and
76 controls were evaluated using the PSP, the Social and Occupational Functioning Assessment
Scale (SOFAS), and the Clinical Global Impression — Severity (CGI-S) and Change (CGI-C) scales.
Results: Internal reliability = 0.87. Test-retest reliability = 0.98. Construct validity = 1 compo-
nent that explained 73.2% of the variance. Convergent validity: Pearson correlation coefficient
between PSP and SOFAS = 0.95 (p < 0.0001), between PSP and CGI-S = -0.88 (p < 0.0001). Discrimi-
nant validity: the PSP discriminates between patients and controls [50.3 versus 91.9, p < 0.0001]
and among patients with mild, moderate, and severe schizophrenia according to CGI-S scores [73
versus 56.6 versus 37.5, p < 0.0001]. Area under the curve = 0.986. A cut-off point of 79 on the
PSP scale provided good sensitivity (94.3%) and specificity (96.1%) for identifying patients and
controls according to their level of functioning. At month 6 significant improvements (p < 0.0001)
were seen in PSP, SOFAS, and CGI-C scores. The PSP was sensitive to improvement; a score of
very much improved in the CGI-C corresponds to a improvement of 34 points in the PSP.
Conclusion: The Spanish PSP is a reliable, valid and sensitive instrument for measuring func-
tioning in outpatients with schizophrenia. As a brief, clinician-rated instrument, the PSP scale
seems to be appropriate for use in everyday clinical practice as a mean of identifying and
monitoring changes in patient’s functioning.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

Introducción esquizofrenia. Sin embargo, la mejora de los síntomas no


implica directamente una mejora del funcionamiento3,11,12
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico e invali- y, por consiguiente, la remisión funcional continúa siendo un
dante que conduce con frecuencia a deficiencias importan- objetivo de resultado difícil de medir y que queda fuera del
tes en el funcionamiento personal, social y ocupacional. De alcance de la práctica clínica cotidiana.
hecho, el deterioro del funcionamiento psicosocial es una de Desde 1980 han habido diversos intentos de desarro-
las características nucleares del Manual Diagnóstico y Esta- llar instrumentos más exactos y sofisticados para medir
dístico de los Trastornos Mentales (DSM) desde el DSM-III1 el nivel de funcionamiento (o deterioro) en los pacientes
y ha sido bien descrito en pacientes con trastornos menta- con trastornos mentales graves. Los primeros y más senci-
les, en especial la esquizofrenia2,3 . Así pues, los principales llos instrumentos de medición, como la Evaluación Global
objetivos terapéuticos a largo plazo en la esquizofrenia del Funcionamiento (GAF, del inglés Global Assessment of
deben ir más allá de los síntomas y deben incluir la mejora Functioning)13 y la Escala de Evaluación del Funcionamiento
del funcionamiento psicosocial y la calidad de vida de los Social y Ocupacional (SOFAS, del inglés Social and Occupa-
pacientes4—8 . Los tratamientos psicosociales, ocupaciona- tional Functioning Assessment Scale)14 , han sido superados
les y farmacológicos de la esquizofrenia están en continua por la nueva generación de instrumentos, como la escala de
evolución en un intento de actuar comprensivamente para Funcionamiento Personal y Social (PSP, del inglés Personal
modificar las expectativas de resultados entre los clínicos, and Social Performance15 ), la Entrevista de Funcionamiento
los pacientes y sus familias, y de atenerse a la definición y Resultados de la Esquizofrenia (SOFI, del inglés Schi-
de la Food and Drug Administration (FDA)9 de «beneficio zophrenia Outcomes Functioning Interview16 ) y la escala
del tratamiento», es decir, el efecto del tratamiento sobre de Remisión Funcional de la Esquizofrenia General (FROGS,
la supervivencia, los sentimientos o las funciones del Functional Remission of General Schizophrenia17 ). Estos ins-
paciente. trumentos se caracterizan por no depender de los síntomas
Para poder detectar los cambios en los resultados, Van (es decir, no incluyen ítems que reflejen síntomas clínicos) y
Os et al10 propusieron un conjunto de criterios operativos por ser multidimensionales y sólidos desde el punto de vista
para identificar la remisión sintomática en pacientes con psicométrico.
Validación de la versión española de la escala PSP 11

Utilizando la escala SOFAS como modelo, Morosini et al15 inclusión para los individuos control fueron los siguientes:
desarrollaron la PSP con las siguientes ventajas sobre su a) edad ≥ 18 años; b) ausencia de trastornos mentales
predecesora: una definición más clara de las áreas funcio- y de trastornos somáticos relevantes; c) puntuación en la
nales a medir y de las preguntas a realizar, e inclusión de escala Impresión Clínica Global, gravedad de la enfermedad
grados de discapacidad con criterios operativos a utilizar (ICG-G) = 1, y d) consentimiento informado por escrito para
en el proceso de evaluación, lo cual proporciona una exce- participar en el estudio.
lente fiabilidad interevaluadores, sin perder la brevedad de Los criterios de exclusión se diseñaron para que fueran
aplicación (5-10 minutos). La escala ha sido validada en mínimos, dada la naturaleza del estudio, y solamente inclu-
pacientes ambulatorios y en pacientes hospitalizados con yeron la negativa a participar en el estudio por parte de los
una enfermedad aguda18—20 , así como en pacientes esta- sujetos.
bles en la comunidad18,21,22 . Se utilizó también en ensayos
clínicos en los que se indicó que paliperidona de libera-
ción prolongada aportaba un efecto beneficioso en cuanto Parámetros de valoración clínicos
a mejora del funcionamiento personal y social en pacientes
con esquizofrenia23,24 . Para todos los pacientes y los controles, se obtuvieron los
La escala SOFI16 mostró una validez de constructo y datos demográficos y clínicos y se completaron los ins-
una fiabilidad interevaluadores aceptables y una buena fia- trumentos siguientes en la situación basal. Los pacientes
bilidad test-retest. Sin embargo, para administrarla hace inestables fueron evaluados de nuevo a los 3 y 6 meses, y
falta bastante tiempo (30-45 minutos con un entrevistador los pacientes estables lo fueron en la semana 1. Todos los
adecuadamente entrenado) lo que constituye un obstáculo evaluadores estaban adecuadamente formados para aplicar
importante para su uso en la práctica clínica diaria en los la PSP.
servicios de psiquiatría públicos. Por otra parte, la escala La PSP15 es un instrumento puntuado por el clínico que
FROGS original17 necesitará nuevos estudios que demuestren evalúa el funcionamiento del paciente en las siguientes 4
su aceptabilidad, valor predictivo y sensibilidad al cambio. áreas: a) autocuidado; b) actividades sociales habituales,
A la vista de esta situación, decidimos llevar a cabo el incluidos trabajo y estudio; c) relaciones personales y socia-
presente estudio con el objetivo de traducir al español y les, y d) comportamientos perturbadores y agresivos. Junto
validar la escala PSP en pacientes ambulatorios españoles con la PSP, los autores desarrollaron una entrevista semies-
con esquizofrenia, estables e inestables, bajo tratamiento tructurada que ayuda a los clínicos a obtener la información
estándar. pertinente en cada área.
Teniendo en cuenta la información obtenida, los clínicos
Pacientes y métodos puntúan las 4 áreas según los criterios operativos estableci-
dos, utilizando una escala Likert de gravedad de 6 puntos,
que va del 1 (ausente) al 6 (muy grave). Las áreas 1-3 tie-
Diseño del estudio
nen los mismos criterios operativos, mientras el área 4 tiene
sus propios criterios operativos para facilitar a los clínicos la
Se trata de un estudio de validación de tipo naturalístico y evaluación de la gravedad de las dificultades que presenta
con un seguimiento de 6 meses, llevado a cabo en 13 centros el paciente.
de España. Fue aprobado por el Comité Ético de Investiga- La puntuación de la PSP es un proceso en tres eta-
ción Clínica de uno de los centros, el Hospital Clínico San pas: a) en primer lugar, utilizando los criterios operativos,
Carlos de Madrid (España), y se llevó a cabo cumpliendo lo los clínicos puntúan la gravedad de las dificultades exis-
establecido en la Declaración de Helsinki de 1975, modifi- tentes en las 4 áreas; b) en segundo lugar, usando un
cada en 1983. Se obtuvo el consentimiento informado por algoritmo de puntuación estas 4 puntuaciones se transfor-
escrito de todos los participantes antes de su inclusión en el man en una puntuación con un intervalo de 10 puntos,
estudio. que va de 1-10 (falta de autonomía para el funcionamiento
básico) a 91-100 (funcionamiento excelente en las 4 áreas
Sujetos principales), y c) en tercer lugar, teniendo en cuenta el
funcionamiento en una relación de otras 9 áreas de la
Los participantes fueron 320 sujetos (244 pacientes ambula- vida, se elige una puntuación específica del intervalo de
torios con esquizofrenia [145 inestables y 99 estables] y 76 10 puntos.
controles sanos). Se definieron como inestables los pacientes La PSP proporciona puntuaciones para cada una de las 4
que iniciaban un tratamiento antipsicótico o que cambiaban áreas, de tal manera que las puntuaciones más altas indi-
su tratamiento antipsicótico actual a causa de una falta de can un funcionamiento peor, y una puntuación global en
eficacia en los 3 meses previos. Se consideraron estables los la que los valores más elevados reflejan un mejor funcio-
pacientes que estaban clínicamente estables y no habían namiento personal y social. En el Apéndice se adjuntan la
necesitado ningún cambio de su tratamiento antipsicótico escala PSP en español y las instrucciones para la asignación
actual durante los 3 meses previos. de la puntuación. Puede solicitarse al autor señalado para
La inclusión de los pacientes en el estudio se realizó entre la correspondencia la entrevista semiestructurada de la PSP.
julio y diciembre de 2008. Los criterios de inclusión fue- La escala SOFAS14 es una versión modificada de la GAF13
ron los siguientes: a) edad ≥ 18 años; b) diagnóstico CIE-10 que se incorporó al Eje V del DSM-IV25 . Con la escala SOFAS
de trastorno esquizofrénico; c) en tratamiento ambulatorio se evalúa el nivel de funcionamiento social y ocupacional de
actual por esta enfermedad, y d) consentimiento informado un individuo, sin tener en cuenta los síntomas del paciente,
por escrito para participar en el estudio. Los criterios de ni su funcionamiento psicológico26 . Proporciona una única
12 M.P. Garcia-Portilla et al

puntuación global que va de 1 a 100; cuanto mayor es la Propiedades psicométricas


puntuación, mejor es el funcionamiento.
La ICG27 es uno de los instrumentos de evaluación breves Estadística descriptiva
más ampliamente utilizados en psiquiatría. Nosotros utiliza- En la tabla 2 se presentan las medias y las desviaciones
mos la ICG-G, que mide la gravedad de la enfermedad, y la estándar (DE) de las 4 áreas principales de la PSP, tanto para
ICG-C, que mide el cambio. Ambas las puntúa el clínico con la muestra total como para los pacientes y los controles por
el empleo de una escala Likert de 7 puntos de intensidad separado.
(en el caso de la ICG-G, 1 = normal y 7 = entre los pacientes La media de la puntuación total de la PSP fue de 60,2
más graves; y en el caso de la ICG-C, 1 = muchísimo mejor y (DE 24,3). En los pacientes inestables la puntuación fue
7 = muchísimo peor). significativamente inferior a la de los pacientes estables
y los controles; y los pacientes estables obtuvieron tam-
bién unas puntuaciones significativamente inferiores a las
Análisis estadístico de los controles (43,4 frente a 60,3 frente a 91,9; F = 259,34;
p < 0,0001).
El análisis estadístico se llevó a cabo con el programa SPSS
15. El nivel de significación estadística bilateral utilizado Fiabilidad
fue de 0,05. Se utilizó la prueba de ␹2 , la prueba de t La escala PSP tuvo una buena consistencia interna, con
para muestras independientes y apareadas, y el ANOVA para un valor de la alfa de Cronbach de 0,874. La fiabilidad
determinar las diferencias estadísticamente significativas test-retest fue también excelente, con un coeficiente de
según el estado clínico del paciente. correlación intraclase de 0,979 (intervalo de confianza [IC]
Se calculó la consistencia interna para la PSP total con del 95%, 0,969-0,986).
el empleo del coeficiente alfa de Cronbach. La fiabilidad
test-retest se calculó mediante el coeficiente de correla- Validez de constructo
ción intraclase, utilizando los datos de los pacientes estables El análisis de componentes principales identificó un único
(n = 99). El período de intervalo entre el test y el retest fue componente, el «nivel de funcionamiento» que incluía los 4
de 1 semana. ítems de la PSP. Este componente explicaba el 73,2% de la
Para el análisis de la estructura dimensional de la PSP, varianza. Se realizó un segundo análisis en el que se encon-
utilizamos el análisis de componentes principales (PCA) con traron 2 componentes forzados: «actividades personales y
rotación Varimax. relaciones» (componente 1) y «comportamiento agresivo»
La validez convergente se calculó con el empleo del coe- (componente 2). Estos dos componentes explicaban el 58,5
ficiente de correlación de Pearson entre la puntuación total y el 30,2% de la varianza, respectivamente. Los pesos se
de la PSP y las puntuaciones de las escalas SOFAS y ICG-G. indican en la tabla 3.
Para el análisis de la validez discriminante, se clasificó a
los pacientes en tres grupos en función de sus puntuaciones Validez convergente
en la ICG-G: a) leve (puntuaciones ICG-G 2-3); b) moderada El coeficiente de correlación de Pearson entre la pun-
(puntuación ICG-G 4), o c) grave (puntuación ICG-G 5-7). Se tuación de la PSP y la de la escala SOFAS fue de 0,954
utilizó el ANOVA para identificar las diferencias estadísti- (p < 0,0001). En el caso de la ICG-G, el coeficiente fue de
camente significativas de las puntuaciones de la PSP entre —0,878 (p < 0,0001).
los distintos grupos de gravedad. Se aplicó la prueba de t
para muestras independientes para determinar las diferen-
Validez discriminante
cias estadísticamente significativas en las puntuaciones de
La PSP diferenciaba a los pacientes respecto a los controles
la PSP entre los pacientes y los controles.
(p < 0,0001). Además, permitía diferenciar entre los pacien-
El rendimiento diagnóstico de la PSP para distinguir entre
tes con un trastorno esquizofrénico leve, moderado y grave,
pacientes y controles se analizó con el empleo de la curva
según las puntuaciones de la ICG-G (p < 0,0001). En la tabla 4
de características operativas del receptor (ROC).
se muestran las puntuaciones medias de la PSP en los pacien-
Por último, se evaluó la sensibilidad al cambio en fun-
tes y los controles y para cada grupo de gravedad de los
ción de una mejora de 1 categoría en la puntuación de la
pacientes.
ICG-C. Se utilizó la prueba de t para muestras apareadas
Por último, examinamos la exactitud de la PSP para dife-
para determinar la media de cambio de la puntuación de la
renciar a los controles de los pacientes. El área bajo la curva
PSP por cada categoría de la ICG-C. Para este análisis, se
era de 0,986 (IC del 95%, 0,9772-0,9959), lo cual indicaba
utilizaron solamente los datos de los pacientes inestables
una buena exactitud de la prueba. Un valor de corte de 79
(n = 126, se perdió el seguimiento de 19 pacientes).
en la escala PSP aportaba una buena sensibilidad (94,3%) y
especificidad (96,1%) (fig. 1). Los valores predictivos eran
los siguientes: positivo del 98,7% y negativo del 83,9%.
Resultados
Sensibilidad al cambio
Muestra A los 6 meses de seguimiento, la puntuación total de la PSP
y las puntuaciones de cada área de esta escala habían pre-
En la tabla 1 se indican las características demográficas y sentado una mejoría significativa (p < 0,0001), al igual que
clínicas de la muestra total y de los pacientes y los controles ocurría con las puntuaciones de la ICG-G (p < 0,0001) y de la
por separado. SOFAS (p < 0,0001).
Validación de la versión española de la escala PSP 13

Tabla 1 Características demográficas y clínicas de la muestra total y de los pacientes y los controles por separado.
Muestra Pacientes Pacientes Controles Prueba p
total inestables estables (n = 76) estadística
(n = 320) (n = 145) (n = 99)
Media de edad (DE) 37,7 (11,8) 38,9 (12,1) 37,2 (10,4) 35,9 (12,8) 1,74a 0,176
Sexo, varones (n [%]) 209 (65,3) 101 (69,6) 75 (75,7) 33 (43,4) 20,388b < 0,0001
Raza, caucásicos (n [%]) 282 (88,1) 132 (91,0) 86 (86,9) 64 (84,2) 7,587b 0,022
Nivel de estudios (n [%]) 58,983b < 0,0001
Sin estudios formales 15 (4,7) 10 (6,9) 4 (4,0) 1 (1,3)
Enseñanza primaria 142 (44,4) 79 (54,9) 45 (45,4) 18 (23,7)
Enseñanza secundaria 92 (28,7) 41 (28,3) 33 (33,3) 18 (23,7)
Universidad 66 (20,6) 12 (8,3) 16 (16,2) 38 (50,0)
Situación laboral (n [%]) 160,717b < 0,0001
Trabaja 90 (28,3) 11 (7,6) 19 (19,2) 60 (80,0)
No trabajae 203 (63,8) 126 (87,5) 75 (75,7) 2 (2,7)
Ama de casa 8 (2,5) 4 (2,8) 2 (2,0) 2 (2,7)
Estudiantef 32 (10,1) 9 (6,2) 4 (4,0) 19 (25,3)
Subtipo de esquizofrenia, paranoide (n [%]) 201 (82,3) 121 (83,4) 80 (80,8) N/D 3,913b 0,271
Número medio de episodios previos (DE) 5,6 (5,9) 6,6 (6,2) 5,0 (5,3) N/D 1,78c 0,076
Media de puntuación de ICG-G (DE)g 3,7 (1,7) 4,9 (1,0) 3,8 (0,9) 1.0 (0,0) 526,20a,d < 0,0001
Media de puntuación de SOFAS (DE)g 59,9 (23,5) 43,6 (15,7) 59,8 (15,7) 91,7 (5,9) 287,25a,d < 0,0001
DE: desviación estándar.
a Valor F de ANOVA.
b Prueba de ␹2 .
c Prueba de la t de Student.
d Prueba de Duncan.
e Incluye discapacidad permanente o transitoria, jubilación y desempleo.
f Nueve pacientes inestables, 1 paciente estable y 8 controles trabajan y estudian.
g La prueba de Duncan indicó que los 3 grupos eran diferentes entre sí.

Tabla 2 Media y desviación estándar de la puntuación de las áreas principales y la puntuación total de la escala PSP para la
muestra global y para los pacientes y los controles por separado.
Muestra total Pacientes Pacientes Controles ANOVA, p
(n = 320) inestables estables (n = 76) valor de F
(n = 145) (n = 99)
Media DE Media DE Media DE Media DE
Autocuidado 2,1 1,2 2,8 1,6 2,0 0,9 1,0 0,2 90,00 < 0,0001
Actividades sociales habituales 2,9 1,5 3,9 1,1 2,9 1,2 1,0 0,2 203,51 < 0,0001
Relaciones personales y sociales 2,9 1,4 3,8 1,1 2,9 1,0 1,1 1,0 218,87 < 0,0001
Comportamientos perturbadores y agresivos 1,9 1,3 2,5 1,4 1,6 1,0 1,1 0,3 43,33 < 0,0001
Puntuación total de la PSP 60,2 24,3 43,4 17,4 60,3 15,6 91,9 7,0 259,34 < 0,0001
DE: desviación estándar; PSP: escala de Funcionamiento Personal y Social.
La prueba de Duncan indicó que en todas las áreas y en la puntuación global, los 3 grupos eran diferentes entre sí.

Tabla 3 Análisis de componentes principales de los ítems de la escala de PSP. Pesos de los factores.
Análisis factorial 1 Análisis factorial 2
Componente Componente
I I II
PSP
Ítem 1. Autocuidado 0,8756 0,7578
Ítem 2. Actividades sociales habituales 0,9177 0,9230
Ítem 3. Relaciones personales y sociales 0,9027 0,9189
Ítem 4. Comportamientos perturbadores y agresivos 0,7099 0,9546
Eigenvalue 2,9278 2,3405 1,2080
Porcentaje de varianza explicado 73,19 58,51 30,19
PSP: escala de Funcionamiento Personal y Social.
14 M.P. Garcia-Portilla et al

Tabla 4 Puntuación total media de la escala PSP según el estado clínico (paciente o control) y según la gravedad evaluada con
las puntuaciones de la escala de Impresión Clínica Global, gravedad de la enfermedad (ICG-G).

Pacientes (n = 244) Controles (n = 76) Prueba estadística p


Media de la puntuación total de la PSP (DE) 50,3 (18,6) 91,9 (6,7) 28,91 a
< 0,0001

Pacientes (n = 244)

Enfermedad Enfermedad Enfermedad Prueba estadística p


leve (n = 41) moderada grave
(n = 87) (n = 116)
Media de la puntuación total de la PSP (DE) 73,0 (8,4) 56,6 (14,5) 37,5 (13,2) 128,18b,c < 0,0001
DE: desviación estándar; PSP: escala de Funcionamiento Personal y Social.
La prueba de Duncan indicó que en todas las áreas y en la puntuación global, los 3 grupos eran diferentes entre sí.
a Prueba de t para muestras independientes.
b Valor de F de ANOVA.
c Prueba de Duncan.

Curva ROC La mejoría en la puntuación de la ICG-G fue de 0,945 puntos


1 (IC del 95%, 0,708-1,181) y de la SOFAS —10,25 puntos (IC
del 95%, —13,17 a —7,340).
0,8
La media de la puntuación de la ICG-C en el sexto mes
fue de 2,8 (DE = 1,3). Un total de 86 pacientes (68,2%) expe-
rimentaron una mejoría de algún grado, 29 pacientes (23%)
Sensibilidad

0,6 no presentaron ningún cambio en absoluto y 11 pacientes


(9,7%) experimentaron algún grado de empeoramiento. En
la tabla 5 mostramos el cambio de la puntuación total de la
0,4
PSP para cada categoría de la ICG-C.

0,2

Área estimada Discusión


C = 0,98639
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 Dado que tanto las sociedades científicas5 como los orga-
1-especificidad nismos reguladores de los medicamentos (EMA28 y FDA9 )
resaltan la importancia de proporcionar a los clínicos ins-
Figura 1 Curva de características operativas del receptor trumentos adecuadamente desarrollados, válidos y fiables
(ROC) de la puntuación total de la Escala de Funcionamiento para medir otros resultados aparte de los síntomas, como el
Personal y Social (PSP). funcionamiento y la calidad de vida, decidimos llevar a cabo
este estudio con el objetivo de validar la versión española
La mejoría en las puntuaciones de la PSP fue la siguiente: de la escala PSP en una muestra de pacientes ambulato-
autocuidado 0,433 puntos (IC del 95%, 0,279-0,587), acti- rios con esquizofrenia, estables o inestables, que recibían
vidades sociales habituales 0,551 puntos (IC del 95%, un tratamiento estándar. Observamos unas propiedades psi-
0,360-0,742), relaciones personales y sociales 0,583 puntos cométricas adecuadas, que hacen que la PSP se presente
(IC del 95%, 0,391-0,775), comportamientos perturbadores como un instrumento fiable, válido y sensible para la eva-
y agresivos 0,646 puntos (IC del 95%, 0,409-0,882), y pun- luación del funcionamiento personal y social en los pacientes
tuación total —11,39 puntos (IC del 95%, —14,44 a —8,327). con esquizofrenia en la práctica clínica diaria.

Tabla 5 Cambio de la puntuación total de la escala PSP para cada categoría de la Impresión Clínica Global del Cambio (ICG-C).

Categoría de la ICG-C Pacientes Mejoría de puntuación total de la PSP Valor de ta p


(n = 126) Media de diferencia basal - seguimiento (IC del 95%)
1. Muchísimo mejor 23 —34,0 (—43,0 a —24,9) —7,79 < 0,0001
2. Mucho mejor 32 —15,7 (—18,6 a —12,7) —10,88 < 0,0001
3. Levemente mejor 31 —8,4 (—11,6 a —5,2) —5,41 < 0,0001
4. Sin cambios 29 0,4 (—1,6 a 2,4) 0,39 0,6993
5. Levemente peor 8 3,7 (—7,7 a 15,2) 0,77 0,4657
6. Mucho peor 3 19,0 (—30,9 a 68,9) 1,64 0,2428
IC: intervalo de confianza; PSP: escala de Funcionamiento Personal y Social.
a Prueba de t para muestras apareadas.
Validación de la versión española de la escala PSP 15

La puntuación total de la PSP en los pacientes esta- pacientes con una enfermedad grave obtuvieron una puntua-
bles (60,3) fue muy similar a las puntuaciones descritas por ción significativamente inferior a la de los pacientes con una
Apiquian et al18 y por Kawata y Revicki21 en los pacien- enfermedad moderada o leve, y a su vez los pacientes con
tes ambulatorios estables (64,5 y 64,9, respectivamente). una gravedad moderada obtuvieron una puntuación signifi-
En el caso de los pacientes inestables, obtuvimos una pun- cativamente inferior a la de los que tenían una enfermedad
tuación total ligeramente inferior (43,4) en comparación leve. Este gradiente de puntuaciones fue observado tam-
con lo descrito por Apiquian et al18 y por Patrick et al20 bién por Nasrallah et al22 y por Patrick et al20 en pacientes
en pacientes con una enfermedad aguda (52,7 y 49,6, con una enfermedad estable y con una enfermedad aguda,
respectivamente). respectivamente.
La consistencia interna para la puntuación total de la PSP La sensibilidad y la especificidad de la PSP en la iden-
supera ampliamente el valor de 0,70 (0,87), que es el límite tificación de los pacientes y los controles en función de su
inferior ampliamente utilizado para indicar una fiabilidad nivel de funcionamiento fueron muy buenas. Una puntuación
adecuada. Este resultado confirma los resultados previos de total de la PSP de 80 o superior era indicativa de un nivel
otros estudios de validación6,18,21 , y refuerza el argumento de funcionamiento compatible con una persona española de
de utilizar la PSP en pacientes con esquizofrenia. La fiabili- más de 17 años y sin ningún trastorno mental ni trastorno
dad test-retest fue excelente (0,97) y superior a la descrita físico relevante.
en estudios previos (de 0,7922 a 0,9120 ). El coeficiente intra- Por último, demostramos que la PSP es sensible al cam-
clase muy alto obtenido en este estudio puede deberse al bio en la intensidad de los síntomas, según las evaluaciones
hecho de que los evaluadores dispusieran de información efectuadas con la ICG-G y la ICG-C. Por cada punto de mejora
respecto a las puntuaciones basales. Sin embargo, también en la ICG-G, la puntuación total de la PSP aumenta en 11
es necesario considerar el hecho de que el intervalo entre puntos. En el caso de la ICG-C, la presencia de «muchísimo»
las dos evaluaciones fue de 1 semana; se trata de un período mejor correspondía a un aumento de la puntuación total
muy corto en el que era muy improbable que se produjeran de la PSP de 35 puntos; «mucho» mejor correspondía a un
cambios en el funcionamiento personal y social en pacientes aumento de 15 puntos; «mínimamente» mejor correspondía
estables. Nasrallah et al22 obtuvieron un coeficiente infe- a un aumento de 8 puntos, y la «sin cambios» correspondía a
rior. Es importante resaltar que, en ese estudio, el intervalo un aumento de 0,4 puntos en la puntuación total de la PSP.
entre las dos evaluaciones fue de 150 días. El estudio de Sin embargo, su capacidad de identificar el empeoramiento
Patrick et al20 mostró un coeficiente muy próximo al nues- no se puso de manifiesto en este estudio. Posiblemente esto
tro, a pesar de que se realizó en pacientes con exacerbación se debió al número muy bajo de pacientes que presentaron
aguda de la sintomatología en los que era muy probable que un empeoramiento en la ICG-C; solamente se clasificó a 8
se produjeran cambios significativos en las áreas de la PSP de pacientes en la categoría de mínimamente peor y 3 en la de
actividades sociales habituales y de comportamientos per- mucho peor.
turbadores y agresivos, incluso en el intervalo de tiempo La versión española de la PSP tiene varias ventajas
corto (48-72 horas) utilizado en el estudio. respecto a otros instrumentos para la evaluación del fun-
El análisis de componentes principales realizado con- cionamiento en los pacientes con esquizofrenia. Además de
firma la existencia de un solo componente. Tal como había ser un instrumento multidimensional, breve, puntuado por
ocurrido en el caso de Kawata y Revicki21 , los comporta- el clínico, con una entrevista semiestructurada para faci-
mientos perturbadores y agresivos tenían un peso inferior litar a los clínicos el proceso de evaluación, y de utilizar
al de los otros tres ítems, lo cual indica que esta área unos criterios operativos claramente definidos para facili-
evalúa un tipo de funcionamiento diferente. Así pues, rea- tarles la tarea de la puntuación, tiene unas propiedades
lizamos un segundo análisis forzado, con objeto de obtener psicométricas adecuadas, como se muestra en este artículo.
2 componentes, las actividades personales y relaciones, y La validez externa de este estudio puede considerarse
el comportamiento agresivo. Con este modelo de dos com- buena puesto que los pacientes incluidos son similares a los
ponentes, el porcentaje de varianza explicado aumentó del pacientes ambulatorios estables e inestables, tratados por
73,2 al 88,7%. una esquizofrenia, que se encuentran en la práctica clínica
El coeficiente de correlación entre la puntuación total de diaria en toda España. Por un lado, los criterios de inclusión
la escala PSP y la puntuación de la escala SOFAS, tal como y exclusión en el estudio fueron muy poco restrictivos. Por
se preveía, fue positivo y de una magnitud elevada, y casi otro lado, se trató de un estudio multicéntrico que incluyó
idéntico al descrito por Juckel et al6 . En cambio, el coefi- a pacientes de 9 ciudades distintas de España. Además, el
ciente de correlación con la ICG-G fue superior al esperado, diseño del seguimiento y la inclusión de un grupo control
y mayor que los coeficientes descritos en otros estudios de son otros dos puntos fuertes del estudio. Sin embargo, el
validación (DE —0,44 a —0,60)18,20—22 . Esto puede explicarse hecho de que la escala PSP no fuera puntuada por un evalua-
por el hecho de que ambos instrumentos fueron aplicados dor con un diseño ciego puede ser una debilidad de nuestro
por los mismos evaluadores, como en el estudio de Patrick estudio.
et al20 , por lo que se produjo un efecto de halo. De ser así, En resumen, pudimos demostrar que la versión española
el efecto de halo afectaría también a la excelente validez de la PSP es un instrumento fiable, válido y sensible para
convergente observada con la escala SOFAS (0,954). medir la función personal y social en pacientes con trastor-
Observamos que la PSP es capaz de diferenciar entre nos esquizofrénicos. Al tratarse de un instrumento breve,
pacientes y controles, así como entre los distintos niveles que se basa en una valoración realizada por el clínico, la
de gravedad de la enfermedad en el sentido esperado. Los escala PSP parece apropiada para el uso en la práctica clínica
pacientes obtuvieron una puntuación total de la PSP sig- cotidiana como medio para identificar y seguir los cambios
nificativamente inferior a la de los controles. Además, los en el funcionamiento en esta población.
16 M.P. Garcia-Portilla et al

Conflicto de intereses Balanzá (Unidad de Salud Mental de Catarroja [Valencia]),


Alfonso Rodríguez (Centro Forum [Barcelona]), Julio San-
Janssen-Cilag financió esta investigación. El personal de Juan (Hospital Clínico Universitario [Valencia]), Juan de
investigación de Janssen-Cilag participó en el análisis, así Dios (Hospital Rodríguez Lafora [Madrid]), Silvia González
como en la revisión del manuscrito. (Hospital Rodríguez Lafora [Madrid]), Jesús de la Gán-
dara (Complejo Hospitalario de Burgos), Bradislao García
(Complejo Hospitalario de Burgos), Olga Sanz (Complejo
Agradecimientos
Hospitalario de Burgos), Rocío Pérez (Hospital Marqués de
Valdecilla [Santander]), Emilio Sánchez (Hospital Gregorio
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a todos los
Marañón [Madrid]), Eloy Rodríguez (Centro de Salud Mental
investigadores que participaron en este estudio, el cual
Limonar [Málaga]), Marina Díaz (Hospital Clínico San Car-
incluye los siguientes centros e investigadores principales
los [Madrid]), Rosario de Arce (Hospital Puerta de Hierro
como parte de la validación de la escala PSP en español:
[Madrid]), Miguel Ruiz (Unidad de Agudos, Hospital Princesa
José Manuel Olivares (Hospital Meixoeiro [Vigo]), Vicente
de España [Jaén]).

Apéndice 1.

Escala de Funcionamiento Personal y Social (PSP) y algoritmo de puntuación.


1. Puntúe el grado de disfunción del paciente durante el último mes en las siguientes 4 áreas principales. Para determinar
el grado de disfunción ha de utilizar los criterios operativos que se facilitan a continuación. Observe que hay unos criterios
comunes para las áreas a-c y otros criterios específicos para el área d.

Ausente Leve Manifiesta Marcada Grave Muy grave


a. Autocuidado      
b. Relaciones personales y sociales      
c. Actividades sociales habituales, incluidos trabajo y estudio      
d. Comportamientos perturbadores y agresivos      

Niveles de gravedad áreas a-c


(i) Ausente
(ii) Leve: solamente conocido por alguien muy cercano a la persona
(iii) Manifiesto: dificultades claramente perceptibles por cualquiera, aunque no interfieren sustancialmente con la capacidad de
la persona para realizar su actividad en dicha área, teniendo en cuenta el contexto sociocultural, edad, sexo y nivel de
educación de la persona
(iv) Marcado: las dificultades interfieren considerablemente con el desempeño de la actividad en esa área; sin embargo, la
persona todavía es capaz de realizar algunas cosas sin ayuda profesional o social, si bien inadecuada u ocasionalmente; si es
ayudada por alguien es capaz de alcanzar el nivel de funcionamiento anterior
(v) Grave: dificultades que hacen que la persona sea incapaz de realizar cualquier actividad en esa área, si no es ayudada
profesionalmente, o lleva a la persona a una actividad destructiva; sin embargo, no hay riesgos de supervivencia
(vi) Muy grave: deterioros y dificultades de tal intensidad como para poner en peligro la supervivencia de la persona
Niveles de gravedad área d
(i) Ausente
(ii) Leve: grosería, insociabilidad o quejas leves
(iii) Manifiesto: hablar demasiado alto o hablar con otros de una forma demasiado familiar o comer de una forma socialmente
inaceptable
(iv) Marcado: insulta a otros en público, rompe o tira objetos, actúa frecuentemente de una forma socialmente inapropiada,
pero no peligrosa (p. ej., desnudarse u orinar en público)
(v) Grave: amenazas verbales o agresiones físicas frecuentes, sin intención ni posibilidad de lesiones graves
(vi) Muy grave: actos agresivos frecuentes, dirigidos a causar lesiones graves

2. Seleccione un intervalo de 10 puntos. La selección del intervalo de 10 puntos se basa en los grados de disfunción que
ha determinado para las 4 áreas principales: a) autocuidado; b) relaciones personales y sociales; c) actividades sociales
habituales, incluidos trabajo y estudio; y d) comportamientos perturbadores y agresivos.

100-91 Funcionamiento excelente en las 4 áreas principales. Se le tiene en elevada consideración por sus buenas cualidades,
afronta adecuadamente los problemas de la vida, está involucrado en un amplio rango de intereses y actividades
90-81 Funcionamiento bueno en las 4 áreas principales, presencia tan sólo de problemas o dificultades comunes
80-71 Dificultades leves en una o más áreas a-c
70-61 Dificultades manifiestas, pero no marcadas en una o más áreas a-c o dificultades leves en d
Validación de la versión española de la escala PSP 17

60-51 Dificultades marcadas en una de las áreas a-c, o dificultades manifiestas en d


50-41 Dificultades marcadas en 2 o más áreas, o dificultades graves en una de las áreas a-c, con o sin dificultades manifiestas
en d
40-31 Dificultades graves en una área y dificultades marcadas en al menos una de las áreas a-c, o dificultades marcadas en d
30-21 Dificultades graves en 2 áreas a-c, o dificultades graves en d, con o sin deterioro en las áreas a-c
20-11 Dificultades graves en todas las áreas a-d o muy graves en d con o sin deterioro en las áreas a-c. Si la persona reacciona
a provocaciones externas las puntuaciones sugeridas son 20-16; si no, las puntuaciones sugeridas son 15-11
10-1 Falta de autonomía en el funcionamiento básico con comportamientos extremos, pero sin riesgos de supervivencia
(puntuaciones 6-10) o con riesgo de supervivencia, p. ej. riesgo de muerte por malnutrición, deshidratación,
infecciones, incapacidad para reconocer situaciones de peligro manifiesto (puntuaciones 1-5)

3. Ajuste dentro del intervalo de 10 puntos 9. Food and Drug Administration (FDA). Guidance for Industry:
Patient Reported Outcome Measures: Use in Medical Product
• El nivel de disfunción en otras áreas deberá tenerse en Development to Support Labeling Claims. Disponible en:
cuenta para ajustar la puntuación dentro del intervalo http://www.fda.gov/downloads/Drugs/GuidanceCompliance
RegulatoryInformation/Guidances/UCM193282.pdf.
decimal (p. ej., de 31 a 40), como:
10. Van Os J, Burns T, Cavallaro R, Leucht S, Peuskens J, Helldin L,
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día/residencial 12. Mueser KT. Cognitive functioning, social adjustment and
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4. Registre, entre 0-100, la puntuación final:
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www.elsevier.es/saludmental

ORIGINAL

Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos


circadianos. Concordancia entre la percepción de médicos y
pacientes sobre prevalencia, impacto clínico y su respuesta a los
fármacos antidepresivos actuales
Luis San Molina a,∗ , José Manuel Montes-Rodríguez b,∗ , Fernando Caballero-Martínez c ,
Fernando Álvarez Lozano d y Marta García Manrique d

a
Servicio de Psiquiatría y Psicología, Hospital Sant Joan de Déu, CIBERSAM, Barcelona, España
b
Servicio de Psiquiatría, Hospital del Sureste, Madrid, España
c
Unidad de Investigación Clínica, Facultad de Medicina, Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España
d
Departamento Médico, Laboratorios Servier, España

Recibido el 5 de mayo de 2010; aceptado el 3 de enero de 2011

PALABRAS CLAVE Resumen Se trata de un estudio descriptivo, transversal y multicéntrico realizado mediante
Depresión; encuestas autoadministradas para recoger de forma concurrente las opiniones de dos grupos de
Ritmos circadianos estudio (psiquiatras y pacientes) y analizar sus discordancias.
El ámbito de estudio lo constituyen servicios hospitalarios, centros ambulatorios, consultas
profesionales individuales y cualquier otro dispositivo asistencial, público o privado, donde se
presta atención psiquiátrica en España. En el presente estudio participaron 319 psiquiatras
y 957 pacientes diagnosticados de depresión, de procedencia estratificada por comunidades
autónomas. Las poblaciones a las que se pretenden inferir los resultados de este estudio son
el conjunto de pacientes diagnosticados de depresión y en tratamiento antidepresivo, y el
colectivo de especialistas en psiquiatría responsables de su seguimiento clínico, a nivel estatal.
En la muestra de estudio, los síntomas depresivos relacionados con los ritmos circadianos
resultan muy comunes: son percibidos por más del 65% de los pacientes encuestados, excepto el
«insomnio de despertar precoz» (54%) y la «fatiga, anergia y apatía» (37%). En general, y refren-
dando la hipótesis de estudio, la prevalencia de la práctica totalidad de los síntomas depresivos
analizados es significativamente infravalorada por los psiquiatras, respecto a la percepción de
los propios pacientes. Sólo la presencia de «fatiga, anergia y apatía» es más frecuentemente
considerada por los profesionales que por los pacientes, quizá por resultar síntomas de especial
carácter somático que pueden indicar al clínico la necesidad de descartar la presencia de una
afección orgánica subyacente.

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: lsan@hsjdbcn.org (L. San Molina), j m montes@hotmail.com (J.M. Montes-Rodríguez).

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2011.01.001
20 L. San Molina et al

A la luz de los resultados presentados, cabe concluir que los trastornos de los ritmos circadianos
son aspectos nucleares de la depresión y causa frecuente de síntomas clave y síntomas residuales
de los pacientes en tratamiento. Estos trastornos parecen insuficientemente considerados por
los profesionales y sólo parcialmente resueltos con los fármacos antidepresivos actuales.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Depressive symptoms associated with changes in circadian rhythms. Concordance in


Depression; perception between doctor and patient, clinical impact and its response to current
Circadian rhythms antidepressant drugs

Abstract This is a descriptive, transversal and multicenter study using self-administered sur-
veys concurrently to collect the opinions of two groups (psychiatrists and patients) and discuss
their disagreements.
The scope of study are hospital services, outpatient centers, individual professional consul-
tation and other assistance system, public or private, which provides psychiatric care in Spain.
Participated in this study 319 psychiatrists and 957 patients with the diagnosis of depression,
stratified by autonomous communities. The populations they are intended to infer the results
of this study were all patients diagnosed with depression and antidepressant treatment, and
the group of specialists in psychiatry responsible for clinical monitoring at the national level.
In the study sample, depressive symptoms related to circadian rhythms are very common:
they are perceived by more than 65% of patients surveyed, except the «early morning awakening
insomnia» (54%) and «fatigue, anergy and unresponsiveness» (37%). In general, and endorsing
the study hypothesis, the prevalence of almost all analyzed depressive symptoms is significantly
underestimated by psychiatrists about the perception of the patients themselves. Only the
presence of «fatigue, anergy and unresponsiveness» is more often observed by professionals
than by patients, perhaps by nature be of particular somatic symptoms that may suggest to the
clinician to rule out underlying organic pathology.
In light of the results presented it is concluded that disturbances in circadian rhythms are core
aspects of depression and frequent cause of key symptoms and residual symptoms of patients
in treatment. These disorders appear to be underestimated by professionals and only partially
solved with existing antidepressant drugs.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

Introducción variaciones marcadas del estado de ánimo y de la ener-


gía a lo largo del día, lo que produce una discapacidad
La enfermedad depresiva es considerada hoy como una manifiesta de predominio matutino para las actividades coti-
enfermedad crónica con tendencia a recidivas frecuentes, dianas. Estos síntomas se suelen acompañar de alteraciones
lo que para muchos pacientes supone la necesidad de man- del sueño3 . Otras alteraciones habituales de los ritmos bio-
tener el tratamiento antidepresivo activo durante largos lógicos son los cambios en el apetito (con modificación
períodos1 . Por ello, una línea fundamental de la investi- subsiguiente del peso) y la alteración del deseo sexual.
gación psicofarmacológica ha sido la destinada al análisis Muchos de estos síntomas derivados de la alteración de
del beneficio-riesgo de los fármacos antidepresivos, que los ritmos circadianos no son totalmente controlados con
deben conjugar efectividad, ausencia de efectos adversos los tratamientos antidepresivos habituales y se mantienen
que afecten a la funcionalidad de los pacientes y riesgo bajo durante largo tiempo como síntomas residuales del cuadro
de interacciones medicamentosas, de iatrogenia en afeccio- depresivo. En ocasiones, el propio empleo de ciertos anti-
nes concomitantes y de síndrome de discontinuación en caso depresivos resulta determinante en la evolución negativa de
de abandono o retirada del tratamiento. algunos de estos síntomas, como las alteraciones del sueño
En muchos de estos aspectos, los antidepresivos actual- o los problemas sexuales, síntomas residuales frecuentes de
mente disponibles representan un avance respecto a los estos pacientes4,5 .
agentes antidepresivos clásicos (tricíclicos y tetracíclicos). La hipótesis subyacente en el presente estudio es que los
Sin embargo, pese a ello, muchos pacientes no logran la pacientes depresivos presentan una percepción de síntomas
plena remisión de su cuadro clínico y mantienen a largo relacionados con la alteración de los ritmos circadianos más
plazo la presencia de síntomas depresivos residuales y sub- frecuente que la sospechada por los psiquiatras clínicos en
clínicos, un factor asociado a la probabilidad de presentar condiciones de práctica habitual. Es posible que, por varias
una recidiva posterior del cuadro depresivo2 . causas, los profesionales valoren de distinta forma la pre-
Entre las manifestaciones nucleares del cortejo sin- sencia y el impacto de estos síntomas en la vida diaria del
tomático depresivo se encuentran las relacionadas con paciente, y su potencial influencia en la satisfacción y en la
los trastornos de los ritmos circadianos, como son las adherencia al tratamiento6—13 .
Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos. Concordancia entre la percepción 21

En este contexto, resulta especialmente oportuno rea- semanas anteriores, con capacidad para entender y cumpli-
lizar estudios que pongan de manifiesto la necesidad de mentar el cuestionario de estudio. Se excluyó a los pacientes
explorar la opinión del paciente depresivo acerca de su con episodio depresivo en el contexto de un trastorno bipo-
vivencia de enfermedad y sobre las decisiones terapéuticas lar y los que estaban incluidos en un ensayo clínico en
que les afecten, sobre todo considerando que la depresión el momento de la consulta. El paciente pudo recibir, bajo
es uno de los paradigmas de afección crónica que genera criterio de su médico, otros tratamientos concomitantes
discapacidad, deterioro de la calidad de vida, dependencia relacionados o no con la enfermedad de estudio, que se
y riesgo iatrogénico. Con esta intención, se está impulsando mantuvieron bajo las condiciones de uso habitual, previas
una creciente iniciativa destinada a reorientar la práctica a su inclusión en el estudio.
médica hacia la consideración activa de las necesidades sen- Mediante una encuesta escrita, el estudio recogió estric-
tidas por los pacientes en la toma de decisiones clínicas, tamente información y opiniones anónimas suministradas
conocida como patient centred medicine, de amplio arraigo por psiquiatras y pacientes que voluntariamente aceptaron
en el ámbito clínico anglosajón14—20 . participar, previa obtención de un consentimiento infor-
Por todo ello, el objetivo principal del presente estudio mado reglado. No se recogieron datos de identificación
se dirige a la identificación de las posibles diferencias de personal, ni se efectuó ninguna otra intervención en los
percepción subjetiva existentes entre los pacientes en tra- pacientes, o modificación de prácticas clínicas habituales
tamiento antidepresivo en condiciones naturalísticas y los de los profesionales.
psiquiatras que efectúan su seguimiento clínico, sobre la La recogida de información se efectuó mediante sen-
percepción e impacto en la vida diaria de síntomas depresi- dos cuestionarios estructurados, cumplimentados en una
vos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos, única ocasión por cada médico y paciente participantes. El
así como del grado de satisfacción de ambos grupos encues- psiquiatra realizó su encuesta profesional antes de selec-
tados con el tratamiento antidepresivo actual, usado en cionar a los pacientes, para preservar su criterio profesional
condiciones de práctica clínica habitual. libre de la influencia que pudiera suponer el conocimiento
expreso de la opinión de los usuarios en sus encuestas. Tras
ello, se inició la selección de los tres pacientes previstos,
Material y métodos que realizaron su encuesta durante la misma consulta de
inclusión como caso de estudio, sin efectuarse ningún tipo
Se trata de un estudio descriptivo, transversal y multicén- de seguimiento ni intervención posterior.
trico realizado mediante encuestas autoadministradas para Se recogieron y analizaron cuestionarios válidos de 319
recoger de forma concurrente, como variables centrales de especialistas en psiquiatría y de 957 pacientes depresivos,
estudio, las opiniones de ambos grupos de informadores (psi- muestras que permiten una alta precisión en la estima-
quiatras y pacientes) sobre los mismos aspectos, y analizar ción de resultados (con un error aleatorio de ± 5,5% en la
sus posibles discordancias. encuesta a psiquiatras, y de ± 3,2% en la encuesta a pacien-
El ámbito de estudio lo constituyen servicios hos- tes, para un intervalo de confianza (IC) del 95%, supuesta
pitalarios, centros ambulatorios, consultas profesionales una selección aleatoria de los encuestados y la condición
individuales y cualquier otro dispositivo asistencial, público matemática más desfavorable en los resultados esperados:
o privado, donde se presta atención psiquiátrica en España. p = q = 0,5).
Las poblaciones a las que se pretenden inferir los resultados Ambas encuestas incluyeron una descripción inicial de
de este estudio son el conjunto de pacientes diagnosticados las características básicas de los colectivos cuyas opinio-
de depresión y en tratamiento antidepresivo, y el colectivo nes se comparan. La encuesta al psiquiatra comenzó con
de especialistas en psiquiatría responsables de su segui- una descripción inicial del perfil profesional, de la actividad
miento clínico, a nivel estatal. asistencial y de la experiencia clínica en depresión del par-
Para ello se solicitó la participación voluntaria de una ticipante, incluidos edad y sexo, tipo de centro sanitario,
muestra de 320 médicos psiquiatras, estratificada por comu- ámbito asistencial, años de ejercicio, presión asistencial,
nidades autónomas en proporción a la población de cada y opiniones del encuestado sobre su experiencia personal
territorio, mediante la distribución de solicitudes de parti- en el tratamiento de pacientes depresivos. La encuesta
cipación a un grupo de profesionales seleccionados de forma al paciente se inició con variables descriptivas de su per-
sistemática a partir del listado cronológico de especialis- fil demográfico y clínico-terapéutico, como edad y sexo,
tas visitados por la red comercial del promotor durante el estado civil, descendencia, nivel educativo, historia natural
período de estudio. Aunque el grupo profesional resultante del trastorno (primer episodio/episodios previos), tiempo
de este proceso no está exento de un posible sesgo de auto- de evolución del episodio depresivo actual y tiempo en
selección, por tamaño y distribución geográfica se considera tratamiento antidepresivo, y fármaco actual (antidepresivo
que se trata de una muestra suficientemente representativa tricíclico, tetracíclico, inhibidores selectivos de la recap-
de los psiquiatras españoles. tación de la serotonina [ISRS], Inhibidores Selectivos de la
A su vez, cada investigador incluyó en el estudio a los Recaptación de Noradrenalina y Serotonina [ISRNS], atípi-
primeros tres pacientes elegibles que aceptaron colaborar, cos y otros), así como otros tratamientos concomitantes
de entre los atendidos de modo habitual en su consulta, a (benzodiacepinas, agonistas selectivos de ácido gamma-
partir de una fecha determinada de forma aleatoria (7 de aminobutírico [GABA] u otros).
septiembre de 2008). Los criterios de elegibilidad estableci- Tras ello, ambas encuestas evaluaron como varia-
dos fueron: varón o mujer de edad mínima de 18 años, con bles independientes de estudio la opinión de cada
diagnóstico de trastorno depresivo mayor, en tratamiento colectivo sobre la prevalencia de síntomas depresivos
activo con cualquier fármaco antidepresivo al menos en las 6 relacionados con la alteración de los ritmos circadianos
22 L. San Molina et al

(variable lógica —–si/no—– para percepción individual de La significación de las diferencias en la opinión de médi-
cada síntoma en el caso del paciente, estimación de pro- cos y pacientes sobre el impacto en la vida diaria de los
porción para la impresión clínica de prevalencia global síntomas relacionados con la alteración de los ritmos cir-
en el caso del profesional). Se valoraron específicamente cadianos se efectúa mediante un test U de Mann-Whitney
cada uno de los síntomas siguientes: variación diurna del (cuya hipótesis nula plantea la igualdad de distribución de
humor, alteraciones del ritmo sueño-vigilia (insomnio de opiniones de ambos colectivos, recogidas mediante la escala
conciliación, insomnio de mantenimiento, despertar pre- ordinal de 7 puntos empleada en los cuestionarios).
coz), cambios en el apetito, desorganización en los ritmos
sociales (familiares, laborales, etc.) y percepción de sínto-
mas constitucionales (fatiga, anergia o apatía). Resultados
Para enjuiciar la repercusión en la vida diaria de los sínto-
mas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos En el presente estudio han participado 319 especialistas en
circadianos, médicos y pacientes emplearon una idéntica psiquiatría y 957 pacientes diagnosticados de depresión, de
escala ordinal de intensidad de 7 puntos con cuantificadores procedencia estratificada por comunidades autónomas.
lingüísticos de anclaje en sus puntos extremos (1 = ninguna,
7 = muy alta), como herramienta probadamente consistente
para el buen uso de técnicas paramétricas21 . Perfil profesional y asistencial de los psiquiatras
Además, los pacientes enjuiciaron la respuesta de estos encuestados
síntomas al tratamiento antidepresivo prescrito en condi-
ciones de práctica habitual, y los profesionales valoraron la La edad media de los psiquiatras encuestados fue de
necesidad de indicar tratamientos adicionales para su alivio. 47 años (IC del 95%, 46,1-47,9), con una mediana de 48
Finalmente, cada encuesta incluyó una valoración de la años y un amplio intervalo comprendido entre los 30 y los
satisfacción del psiquiatra con los antidepresivos disponi- 73 años. La mayor parte del grupo fueron varones (en propor-
bles en la fecha de estudio y con los resultados obtenidos ción cercana a 3:1 respecto a las mujeres), con dedicación
en su utilización en condiciones de práctica habitual, así profesional mayoritaria pública (59,7%), aunque el 34,9% de
como una valoración personal de la satisfacción global del los individuos compaginaba este trabajo con el sector pri-
paciente (considerando el beneficio/riesgo percibido) con vado y un 5,3% restante declararon tener práctica privada
su tratamiento antidepresivo vigente. En ambos casos se exclusiva. El ámbito asistencial más frecuente de los encues-
usaron las mismas escalas ordinales de 7 puntos descritas tados fueron centros de salud mental ambulatorios (57,5%),
anteriormente. seguido de servicios de psiquiatría hospitalarios (27%) y con-
Una versión preliminar de los cuestionarios del estu- sultas privadas (15,4%).
dio fueron evaluados en sendas pruebas piloto (pretest La experiencia profesional previa de los encuestados
cognitivo) efectuadas en 20 pacientes y 10 psiquiatras, osciló entre 1 y 42 años, con una media de 17,4 años (IC del
respectivamente. Se efectuó una valoración expresa del 95%, 16,5-18,4) y una mediana de 17 años. En promedio, la
cuestionario tras la experiencia de uso, respecto a la ade- submuestra de varones resultó significativamente más expe-
cuación del tipo de preguntas para los fines de estudio, la rimentada (18,9 años) que la de mujeres (14,3 años) (U de
comprensión y la extensión de los enunciados, la correcta Mann-Whitney, p < 0,001). En la tabla 1 se describen algu-
categorización de las respuestas, la lógica de su ordena- nos indicadores de actividad asistencial estimados por los
miento interno y la duración de administración. Tras dicho propios encuestados.
proceso se introdujeron cambios para mejorar la aplica-
bilidad del cuestionario. En lo referente a la escala de
repercusión de los síntomas depresivos en la vida diaria de Perfil demográfico y clínico-terapéutico de los
los pacientes y en la satisfacción con el tratamiento actual, pacientes encuestados
se efectuó un test-retest mediante la aplicación repetida de
la escala en ambos grupos con al menos 15 días de intervalo, La edad media de los pacientes encuestados fue de 47,9
con lo que se demostró una alta repetibilidad de resulta- años (IC del 95%, 47,1-48,7), con una mediana de 47 años y
dos (coeficientes de correlación intraclase, en cada grupo y un amplio intervalo comprendido entre los 19 y los 82 años.
ambas variables, superiores a 0,85). Por sexos, la muestra se compuso de una proporción superior
Para el análisis estadístico se empleó la versión 13.0 de de varones (68,1%). La mayoría de los encuestados estaban
paquete integrado SPSS-W. Se describen las variables cua- casados (61,8 frente a un 18,5% de solteros, un 12,7% de
litativas mediante el cálculo de distribución de frecuencias divorciados/separados y un 7% de viudos) y tenían un nivel
relativas (porcentaje). La descripción de variables cuantita- educativo autodeclarado que se detalla en la figura 1.
tivas se efectúa mediante las medidas de centralización y El 66,6% de los encuestados estaba en seguimiento por
dispersión al uso. Para cada estimador estadístico descrip- una recurrencia de una enfermedad depresiva previa. El pro-
tivo se construye su IC del 95%. Se valora la significación medio del número de episodios previos fue de 3,6 (IC del
de las diferencias de prevalencia estimada por el profe- 95%, 3,3-3,8), con una mediana de 3 episodios y un inter-
sional y la prevalencia percibida por el paciente (de los valo comprendido entre 1 y 20 episodios. El promedio del
síntomas relacionados con alteraciones de los ritmos circa- tiempo de evolución del episodio depresivo actual fue de 8,1
dianos) mediante la comparación de los recorridos de los meses (IC del 95%, 7,5-8,7), con una mediana de 6 meses.
IC del 95% de los porcentajes correspondientes (considerán- El promedio del tiempo de duración del tratamiento anti-
dose el solapamiento de estos intervalos indicativo de no depresivo actual fue de 7,5 meses (IC del 95%, 6,8-8,2) con
significación de la diferencia apreciada). una mediana de 4 meses.
Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos. Concordancia entre la percepción 23

Tabla 1 Descripción de la actividad asistencial y de la experiencia clínica de los profesionales participantes con sus pacientes
depresivos.
Indicadores Promedio IC del 95% Mediana
Total de pacientes atendidos/día 16,2 15,3-17,1 15
Porcentaje de pacientes atendidos con depresión 47,7 45,7-49,7 50
Tratamientos antidepresivos prescritos a la semana 35,6 32,8-38,4 30
Duración media objetivo de un tratamiento antidepresivo (meses)a 13,1 12,2-14,0 12
Permanencia real en tratamiento antidepresivo de los pacientes 8,4 7,5-9,3 6
Porcentaje de pacientes depresivos tratados con fármacos 92,3 91-93,5 95
Porcentaje de pacientes depresivos tratados con psicoterapia 34,2 31,4-37,0 30
Porcentaje de pacientes depresivos tratados con otras alternativas 6,8 5,6-8,0 1
Retiradas de tratamientos antidepresivos antes del tiempo deseado (%)b 28,4 26,9-30 30
Porcentaje de pacientes depresivos que presentan disfunción sexual 57,8 54,7-60,9 60
Porcentaje de pacientes depresivos que presentan aumento de peso 37,2 34,1-40,3 30
Porcentaje de pacientes depresivos que presentan insomnio 50,6 47,4-57,3 60
IC: intervalo de confianza.
a Se entiende por duración media objetivo la que se pretendía al inicio del proceso de tratamiento.
b Los profesionales identifican como motivos de retirada del tratamiento, en orden de prevalencia decreciente (según sus puntuaciones

promedio en la escala de Likert de 7 puntos: 1 = muy poco frecuente; 7 = muy frecuente) los siguientes: mejoría insuficiente, efectos
secundarios, recaída o recurrencia y mal cumplimiento.

Tabla 2 Valoración de las diferencias entre el criterio profesional del médico y la percepción del paciente sobre la prevalencia
de los síntomas depresivos relacionados con alteraciones de los ritmos circadianos.
Prevalencia del síntoma Psiquiatras Pacientes

Porcentaje medio IC del 95% Porcentaje IC del 95%


Variación diurna del humor 49,8 47,2-52,4 79,1 76,5-81,7
Insomnio de conciliación 49,9 47,3-52,5 79,1 76,4-81,7
Insomnio de mantenimiento 44,3 41,7-47,0 64,3 61,2-67,3
Despertar precoz 39,3 36,9-41,8 54,0 50,8-57,2
Cambio de apetito 51,1 48,6-53,6 68,8 65,8-71,7
Desorganización de los ritmos sociales 55,8 53,0-58,7 83,7 81,3-86,1
Fatiga, anergia y apatía 67,3 64,8-69,8 37,1 32,2-42,0
IC: intervalo de confianza.

25%

20%

15%

24% 23%
10%
18%
13%
5% 12%
9%

0%
Lee/escribe Educación Educación Bachillerato Estudios Estudios
primaria secundaria universitarios universitarios
de grado superiores
medio

Figura 1 Nivel de estudios de los pacientes encuestados.


24 L. San Molina et al

30% 40% 50% 60% 70% 80% 90%

diurna humor conciliación mantenimien


Variación
Paciente
49.8% 79.1%
Insomnio Psiquiatra

Paciente
49.9% 79.1%
Psiquiatra
Insomnio

Paciente
44.3% 64.3%
Psiquiatra
Despertar

Paciente
precoz

39.3% 54.0%
Psiquiatra
Cambios en Desorganiza

Paciente
apetito

51.1% 68.8%
Psiquiatra
sociales

Paciente
ritmos

55.8% 83.7%
Psiquiatra
anergia y

Paciente
Fatiga,
apatía

37.1%
Psiquiatra
67.3%

Nota explicativa: Se indica, para cada síntoma, la media de la prevalencia estimada (por psiquiatras) y el porcentaje real
percibido (por pacientes), con sus correspondientes IC 95%.

Figura 2 Comparación del criterio profesional del médico y la percepción del paciente sobre la prevalencia de síntomas depresivos
relacionados con alteraciones de los ritmos circadianos.

El fármaco antidepresivo que los pacientes estaban reci- presentan cada uno de los síntomas asociados a trastornos de
biendo en el momento del estudio era el primer tratamiento los ritmos circadianos, con el porcentaje real de pacientes
para ese episodio en un 49,5% de los casos, un tratamiento encuestados que declararon haber percibido esos síntomas.
distinto de otro fármaco anterior en el 40% y un trata- Los síntomas analizados en esta comparativa son: variación
miento adicional de un nuevo fármaco antidepresivo (por diurna del humor, insomnio de conciliación, insomnio de
insuficiente respuesta al primero) en el 10,5% restante. Los mantenimiento, insomnio de despertar precoz, cambios en
grupos terapéuticos más prescritos a los pacientes del estu- el apetito, desorganización social (familiar, laboral, etc.)
dio fueron los ISRS (44,6%) y los IRSN (36%), seguidos por los relacionada con el desequilibrio de los ritmos biológicos,
antidepresivos tricíclicos (6,6%), mirtazapina (5,2%), tetra- y síntomas constitucionales (fatiga, anergia o apatía).
cíclicos (4,8%), reboxetina (0,7%) y otros. En la tabla 2 se comparan las diferencias entre el criterio
El 92% de los pacientes encuestados recibía, además, profesional del médico y la percepción del paciente sobre
otros tratamientos concomitantes. De ellos, el grupo far- la prevalencia de los síntomas depresivos relacionados con
macológico más frecuente fue el de las benzodiacepinas, en alteraciones de los ritmos circadianos.
un 73% de los casos. En la figura 3 se compara la estimación por el médico
psiquiatra del grado de afectación que produce cada uno
Comparación de las opiniones de médicos y de esos síntomas por alteración de los ritmos circadianos
pacientes sobre los síntomas depresivos asociados en el funcionamiento cotidiano (actividades de la vida dia-
a trastornos de los ritmos circadianos ria) de los pacientes depresivos, respecto a la percepción
realmente sentida por los propios pacientes de estudio,
En la figura 2 se compara la estimación previa que los empleando ambos evaluadores una idéntica escala de cali-
psiquiatras encuestados (basada en su experiencia clínica) ficación ordinal tipo Likert de 7 puntos, entre 1 (nada)
efectúan del porcentaje de sus pacientes depresivos que y 7 (mucho).
Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos. Concordancia entre la percepción 25

Muy poco importante Muy importante


1 2 3 4 5 6 7
diurna humor conciliación mantenimien
Variación Paciente
5.08
Psiquiatra
4.93
Insomnio

Paciente
5.44
Psiquiatra
5.40
Insomnio

Paciente
5.03
Psiquiatra
5.50
Despertar

Paciente
precoz

4.87
Psiquiatra
5.52
Cambios en Desorganiza

Paciente
apetito

4.45
Psiquiatra
4.33
Paciente
sociales
ritmos

5.67
Psiquiatra
5.25
anergia y

Paciente
Fatiga,
apatía

6.10
Psiquiatra
5.92

Nota explicativa: Se indica, para cada síntoma, el promedio de las puntuaciones otorgadas por los médicos y los pacientes,
en la escala valorativa ordinal 1(nada)-7(mucho), con sus correspondientes IC 95% de la media.

Figura 3 Comparación del criterio profesional del médico y la percepción del paciente sobre la repercusión que los síntomas
depresivos relacionados con alteraciones de los ritmos circadianos tienen en el funcionamiento diario del paciente.

Tabla 3 Valoración de las diferencias entre el criterio profesional del médico y la percepción del paciente sobre la repercusión
que los síntomas depresivos tienen en el funcionamiento cotidiano del paciente (en sus actividades de la vida diaria).

Impacto de los síntomas en la actividad diaria del paciente Psiquiatras Pacientes pb

Mediaa Medianaa Mediaa Medianaa


Variación diurna del humor 5,08 5 4,98 5 0,057
Insomnio de conciliación 5,44 6 5,40 6 0,232
Insomnio de mantenimiento 5,03 6 5,50 6 0,125
Despertar precoz 5,52 6 4,87 5 0,010
Cambio de apetito 4,33 4 4,45 4 0,248
Desorganización de los ritmos sociales 5,25 5 5,67 6 < 0,001
Fatiga, anergia y apatía 5,92 6 6,10 6 0,061
a Media y mediana calculadas sobre las puntuaciones de ambos grupos encuestados (psiquiatras y pacientes) en una escala de calificación
ordinal tipo Likert de 7 puntos, entre 0 (nada) y 7 (mucho).
b Significación estadística de las posibles diferencias en la distribución de respuestas de ambos grupos mediante una prueba U de

Mann-Whitney para escala ordinales de datos). Se considera significativo el nivel p < 0,05.
26 L. San Molina et al

Tabla 4 Porcentaje de psiquiatras que consideran que los síntomas depresivos relacionados con trastornos de los ritmos
circadianos suelen requerir un tratamiento adicional al antidepresivo convencional.
Síntoma Porcentaje de psiquiatras IC del 95%
Insomnio de conciliación 99 97,9-100
Insomnio de mantenimiento 93 90,2-95,8
Insomnio de despertar precoz 51 45,5-56,5
Fatiga, anergia y apatía 43,6 38,2-49,0
Variación diurna del humor 43 37,6-48,4
Desorganización de los ritmos sociales 28,3 23,4-33,2
Cambios en el apetito 25,6 20,8-30,4
IC: intervalo de confianza.

En la tabla 3 se identifican los síntomas en los que estudio compara la impresión profesional de los psiquiatras
dichas diferencias resultan estadísticamente significativas (basada en su experiencia clínica) sobre la importancia de
(p < 0,05) mediante un test de hipótesis apropiado para el estos síntomas depresivos asociados a la alteración de los
contraste de las distribuciones de una variable de carácter ritmos circadianos y la información obtenida por los pro-
ordinal entre dos grupos de comparación (U de Mann- pios pacientes cuando se les pregunta específicamente al
Whitney). respecto, bajo la hipótesis de que existen diferencias rele-
En la tabla 4 se resume el criterio profesional de los vantes de percepción entre ambos agentes de la relación
psiquiatras encuestados sobre la necesidad de efectuar tra- terapéutica. La identificación de las posibles discordancias
tamientos adicionales para el control de los síntomas depre- de criterio entre ambos puede ayudar a los clínicos a identifi-
sivos residuales relacionados con los ritmos circadianos, per- car mejor las necesidades reales de los pacientes depresivos
sistentes a pesar de un tratamiento antidepresivo efectivo. y a reorientar la práctica asistencial psiquiátrica, tomando
Por último, se solicitó la opinión a ambos grupos encues- en consideración las opiniones de los pacientes.
tados sobre el grado de satisfacción global con el trata- En la muestra de estudio, los síntomas depresivos rela-
miento antidepresivo actual (integrando los resultados tera- cionados con los ritmos circadianos resultan muy comunes:
péuticos logrados, el posible mantenimiento de síntomas son percibidos por más del 65% de los pacientes encues-
residuales y los efectos adversos ocurridos), mediante una tados, excepto el «insomnio de despertar precoz» (54%) y
escala ordinal de tipo Likert de 7 puntos, entre 1 (totalmente la «fatiga, anergia y apatía» (37%). En general, y refren-
insatisfecho) y 7 (totalmente satisfecho), en el que la pun- dando la hipótesis de estudio, la prevalencia de la práctica
tuación grupal de los profesionales resultó más alta (prome- totalidad de los síntomas depresivos analizados es significa-
dio = 5,1; mediana = 5) que la de los pacientes (media = 4,6; tivamente infravalorada por los psiquiatras, respecto a la
mediana = 4), p = 0,01 (prueba U de Mann-Whitney). percepción de los propios pacientes. Sólo la presencia de
«fatiga, anergia y apatía» es más frecuentemente conside-
rada por los profesionales que por los pacientes, quizá por
Discusión resultar síntomas de marcado carácter somático que pueden
indicar al clínico la necesidad de descartar la presencia de
En el presente estudio se analiza y se compara la opinión una afección comórbida subyacente.
de dos grandes muestras multicéntricas paralelas de ámbito Respecto a la repercusión negativa de los síntomas depre-
estatal: un grupo de pacientes con una enfermedad depre- sivos circadianos en la funcionalidad de los pacientes y en
siva personal de larga evolución (promedio de 3 episodios su actividad diaria, salvo en lo referente a los trastornos
anteriores de depresión por sujeto) y un grupo de especialis- del sueño (tanto el «insomnio de mantenimiento» como el
tas en psiquiatría, responsables de sus tratamientos, con una «insomnio de despertar precoz»), los psiquiatras tienden
prolongada trayectoria profesional previa (en promedio 17 también a infravalorar el impacto de estos síntomas res-
años). Por todo ello, con independencia del carácter inten- pecto a la percepción de sus pacientes. No obstante, no
cional del procedimiento de selección de los participantes todas las diferencias de opinión apreciadas en este punto
en el estudio, se considera que ambos grupos garantizan un resultan significativas: en sentido estricto, sólo el «insomnio
criterio experimentado suficiente sobre la depresión y su de despertar precoz» (sobrevalorado por los psiquiatras) y la
tratamiento como para representar adecuadamente a sus «desorganización de ritmos sociales» (infravalorado por los
respectivas poblaciones de origen y permitir el análisis de psiquiatras) alcanzan el nivel de significación convencional
los objetivos planteados en el estudio. en una prueba de contraste cuya hipótesis nula presupone la
La desincronización de los ritmos sociales, el insomnio, no existencia de diferencias en la opinión de ambos colecti-
las variaciones del estado de ánimo, los problemas sexua- vos (valorada a través de la distribución de puntuaciones de
les, los cambios en el apetito, la anergia y la apatía, son cada grupo en una idéntica escala ordinal 1-7). Estos resulta-
algunos de los síntomas frecuentes de la depresión, general- dos pueden considerarse un correlato de una actitud clínica
mente asociados con la alteración de los ritmos circadianos bien descrita en la mayoría de las especialidades: los clínicos
propia de la enfermedad, aunque, en ocasiones, también tienden a focalizar preferentemente su atención e interven-
relacionados con el propio fármaco antidepresivo utilizado. ciones en las quejas de los pacientes para las que disponen
En muchos pacientes, estos problemas persisten como sín- de alternativas terapéuticas eficaces (como los hipnóticos,
tomas residuales pese a recibir tratamientos adecuados. El en el caso que se comenta).
Síntomas depresivos relacionados con la alteración de los ritmos circadianos. Concordancia entre la percepción 27

En lógica consonancia con su criterio profesional, casi la Bibliografía


totalidad de los pacientes de estudio (92%) son tratados con
fármacos antidepresivos. En general, la satisfacción perso- 1. Serna MC, Galván L, Gascó E, Santafé P, Martín E, Vila T. Evo-
nal con los resultados logrados con su tratamiento concreto, lución en el consumo de antidepresivos durante los años 2002
declarada por los pacientes del estudio, resulta discreta- a 2004. Aten Primaria. 2006;38:456—60.
mente inferior a la satisfacción global que manifiestan los 2. Kennedy N, Paykel ES. Residual symptoms at remission from
psiquiatras con los recursos terapéuticos de que disponen y depression: impact on long-term outcome. J Affect Disorders.
con los resultados logrados con ellos en su práctica clínica. 2004;80:135—44.
3. Thase ME. Depression and sleep: pathophysiology and treat-
En cualquier caso, alrededor de un 40% de los tratamientos
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farmacológicos pautados son retirados antes de tiempo por
4. Montejo AL. Más allá de la eficacia en lo síntomas de la depre-
mejoría insuficiente de los síntomas, o por la aparición de sión: beneficios en la disfunción sexual y en las alteraciones
efectos secundarios. Por tanto, la persistencia de síntomas del sueño. Psiq Biol. 2007;14 Suppl 2:12—5.
residuales en pacientes que responden insuficientemente 5. Wernwke U, Northey S, Bhugra D. Antidepressants and
a un fármaco parcialmente efectivo resulta un escenario sexual dysfunction. Acta Psychiatr Scand. 2006;114:
clínico común en la práctica habitual de los profesionales 384—97.
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estudio debe entenderse de aplicación a los fármacos actual-
2002;47:179—85.
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mente ISRS (en especial, escitalopram) e IRSN (en especial, tion studies. Patient Educ Couns. 2004;52:7—16.
venlafaxina). 9. Haynes RB, Devereaux PJ, Guyatt GH. Physicians and
A la luz de los resultados presentados, parece legítimo patients choices in evidence based practice. BMJ. 2002;324:
sospechar que los trastornos de los ritmos circadianos pue- 1350.
den ser un aspecto relevante de la depresión, así como la 10. Holmes-Rovner M, Valade D, Orlowski C, Draus C,
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de los pacientes en tratamiento. Estos trastornos pare- making in routine practice: barriers and opportunities. Health
Expect. 2000;3:182—91.
cen insuficientemente considerados por los profesionales y
11. Stevenson FA, Cox K, Britten N, Dundar Y. A systematic review
sólo parcialmente resueltos con los fármacos antidepresivos
of the research on communication between patients and health
actuales. En este sentido, resultaría de utilidad incluir en care professionals about medicines: the consequences for
la práctica psiquiátrica habitual la valoración activa y per- concordance. Health Expect. 2004;7:235—45.
manente de la presencia de estos síntomas en las visitas de 12. Krupat E, Rosenkranz SL, Yeager CM, Barnard K, Putnam
seguimiento y control del tratamiento antidepresivo, y, en SM, Inui TS. The practice orientations of physicians and
caso necesario, considerar con el paciente la oportunidad de patients: the effect of doctor-patient congruence on satisfac-
completar el tratamiento con fármacos específicos que los tion. Patient Educ Couns. 2000;39:49—59.
mejoren. La práctica totalidad de los psiquiatras encuesta- 13. Bowling A, Ebrahim S. Measuring patients preferences for treat-
dos reconocen que la presencia de síntomas residuales en sus ment and perceptions of risk. Qual Health Care. 2001;10:
12—8.
pacientes depresivos y, en concreto, los relacionados con el
14. Stewart M, Brown JB, Weston WW, McWhinney IR, McWilliam
sueño, suelen requerir un tratamiento específico adicional
CL, Freeman TR. Patient-centred medicine. London: Sage
al antidepresivo. Publications; 1995.
Una práctica psiquiátrica centrada en las necesidades 15. Coulter A, Fitzpatrick R. The patient’s perspective
percibidas por el paciente podría indicar la necesidad de regarding appropriate health care. En: Albrecht GL,
reorientar el tratamiento de muchos pacientes depresivos Fitzpatrick R, Scrimshaw RC, editors. The hand-book of
para intentar alcanzar la remisión más completa y rápida social studies in health and medicine. London: Sage; 2000.
posible del cuadro, especialmente dirigido a controlar los p. 454—64.
síntomas más resistentes a los fármacos convencionales. 16. Arora NK, Ayanian JZ, Guadagnol E. Examining the Relations-
Nuevos desarrollos farmacológicos de reciente introducción, hip of Patient’s Attitudes and Beliefs With Their Self-Reported
Level of Participation in Medical Decision-Making. Med Care.
con una acción específica en la alteración de los ritmos cir-
2005;43:865—72.
cadianos descritos (como agomelatina), pueden tener un
17. NHS Department of Health. Better information, better choi-
claro protagonismo cierto en la necesaria optimización tera- ces, better health. Putting information at the centre of health.
péutica de la enfermedad depresiva. La efectividad clínica London: Department of Health; 2004.
mostrada hasta la fecha en condiciones de práctica natu- 18. Coulter A, Ellins J. Patient-focused Interventions. A review of
ralística parece confirmar las buenas expectativas creadas the evidence. London: The Health Foundation and Picker Insti-
en torno a este nuevo agente en los recursos terapéuticos tute Europe; 2006.
antidepresivos. 19. McNutt RA. Shared medical decision making: problems, pro-
cess, progress. JAMA. 2004;292:2516—8.
Conflicto de intereses 20. Delbanco TL. Enriching the doctor-patient relationship
by inviting the patient’s perspective. Ann Intern Med.
1992;116:414—8.
Los laboratorios Servier han prestado soporte logístico y eco-
21. Cañadas Osinski I, Sánche Bruno A. Categorías de respuesta en
nómico para el desarrollo de este estudio, y han participado escalas tipo Likert. Psicothema. 1998;10:623—31.
en la distribución y la recogida de materiales de campo.
Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):28—37

www.elsevier.es/saludmental

REVISIÓN

Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento


emocional en la esquizofrenia
Juana Teresa Rodríguez Sosa ∗ , Miguel Acosta Ojeda y Luciano Rodríguez Del Rosario

Servicio de Psiquiatría, Equipo de Interconsulta y Enlace, Hospital Universitario Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria, España

Recibido el 11 de junio de 2010; aceptado el 21 de noviembre de 2010

PALABRAS CLAVE Resumen La cognición social se refiere a los procesos que subyacen en las interacciones socia-
Cognición social; les, en las que se incluye la habilidad humana de percibir las intenciones y estados mentales de
Esquizofrenia; los otros (Brothers 2000). La cognición social incluye otras áreas como la Teoría de la mente, el
Teoría de la mente procesamiento emocional, reconocimiento de caras, estilo atribucional y la percepción social.
Es un hecho conocido que la cognición social está deteriorada en los individuos con esqui-
zofrenia. Recientes investigaciones sobre cognición social en esquizofrenia han mostrado una
relación entre la cognición social, la neurocognición y el funcionamiento psicosocial. El propó-
sito de este estudio es ofrecer una revisión de la cognición social en la esquizofrenia, prestando
mayor atención al déficit de la Teoría de la Mente propuesto por Frith así como en los recientes
estudios de neuroimagen. De hecho investigaciones en neuroimagen han demostrado de forma
consistente la relación entre regiones específicas cerebrales mientras se realizan tareas ToM.
También presentamos algunos de los instrumentos válidos para evaluar la cognición social y
revisar y mejorar los principales programas de intervención. La cognición social podría ser un
importante objetivo en el tratamiento farmacológico y psicosocial en el futuro.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Theory of mind, facial recognition and emotional processing in schizophrenia


Social cognition;
Schizophrenia; Abstract Social cognition can be understood as ‘‘the mental operations underlying social inte-
Theory of mind ractions, which include the human ability to perceive the intentions and dispositions of others’’
(Brothers, 1990). Theory of mind, atributtional style, social perception are involved in social
cognition.
It is wellknown that social cognition is impaired in individuals with schizophrenia. Recent
investigations for social cognition in schizophrenia has showed that there is a relationship among
social cognition, neurocognition and psychosocial functioning. The purpose of this article is
to provide a review of social cognition in schizophrenia focusing on the deficit in Theory of
mind described by Frith and recent neuroimaging studies. In fact neuroimaging research has

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: rodriguez.teresa9@gmail.com (J.T. Rodríguez Sosa).

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.11.005
Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en la esquizofrenia 29

demonstrated specific brain regions consistently engaged during theory of mind tasks.We also
present some of the instruments avalaible to evaluate social cognition and to review and
improve the main intervention programs.
Social cognition may be an important target for pharmacological and psychosocial treatments
in the future.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

Introducción y con cuatro factores fundamentales: la abstracción, la


familiaridad, la complejidad de la situación, así como el
El estudio de la cognición social se desarrolla de forma procesamiento semántico. Por otro lado, hay estudios que
más extensa en la década de 1990, cuando Frith en su señalan la cognición social como variable mediadora entre la
libro Cognitive Neurophychology of Schizophrenia recoge neurocognición y el funcionamiento social (Brekke et al10 ),
un modelo explicativo en el que señala que los pacientes la existencia de un sustrato neuronal específico de la cog-
esquizofrénicos presentan dificultades en la interpretación nición social (Adolphs11 ) y la relación entre el déficit en la
de su conducta, como resultado de sus propias intenciones percepción del afecto y la solución de problemas cognitivo-
y pueden interpretar sus actos bajo control ajeno. Paralela- sociales (Spaulding et al12 ). Según esto, se puede concluir
mente a este trabajo surgen otros nuevos estudios que, de que el déficit en la cognición social podría estar en el ori-
forma empírica, demuestran la relevancia funcional de la gen de las dificultades interpersonales y en el deterioro del
cognición social y la erigen como variable mediadora entre funcionamiento psicosocial que se observa en la esquizo-
la neurocognición y el nivel de funcionamiento social. Asi- frenia. El aislamiento y el aplanamiento afectivo podrían
mismo se desarrollan nuevas intervenciones centradas en los estar relacionadas con este déficit. Asimismo, el aislamiento
diferentes componentes que conforman la cognición social que precede con gran frecuencia al inicio de la enfermedad
(procesamiento emocional, percepción social, teoría de la podría ser una variable influyente en la evolución de ésta.
mente, conocimiento social y estilo atribucional), así como De hecho, algunos estudios sostienen que las alteraciones
diferentes proyectos de rehabilitación. en el comportamiento social empeoran durante la evolución
La cognición social empieza a tener una relevancia de la enfermedad y contribuyen a aumentar el número de
cuando, desde el proyecto MATRICS1 (Investigación en recaídas (Pinkham et al13 ). Por todo ello, la cognición social
la medición y tratamiento para mejorar la cognición en se presenta como un nuevo y prometedor campo de estudio
esquizofrenia), en su reunión de abril de 2003, iden- que ofrece una posible explicación teórica del origen de la
tifica siete ámbitos cognitivos críticos en los que los psicopatología en la esquizofrenia y que aporta novedosas
pacientes con esquizofrenia presentan déficit: velocidad posibilidades de rehabilitación.
de procesamiento, atención/vigilancia, memoria de tra-
bajo, aprendizaje y memoria verbal, aprendizaje y memoria
visual, razonamiento y solución de problemas, y cognición El concepto de teoría de la mente
social. El término cognición social no se ha encontrado
exento de discusión en su definición; no obstante, ya Wyer y El término «teoría de la mente» (ToM en sus siglas en inglés)
Skrull2 señalaban que había numerosas definiciones de cog- lo utilizaron por primera vez Premack y Woodruff, y poste-
nición social. Una de ellas sería la habilidad que tiene el ser riormente dio lugar a la «hipótesis del cerebro social» de
humano para percibir las emociones de los demás, inferir Brothers14 , como una respuesta evolucionista a los cambios
que es lo que están pensando, comprender e interpretar las que presenta el cerebro frente a un entorno social cada
intenciones del otro y las normas que gobiernan las interac- vez más complejo. Los estudios iniciales y más importan-
ciones sociales3,4 . tes sobre la ontogenia de la ToM se han llevado a cabo en el
Hay numerosos estudios que recogen la presencia de alte- trastorno del espectro autista (Baron-Cohen et al15 ), aunque
raciones en la cognición social en la esquizofrenia. Respecto también hay estudios recientes en pacientes con demen-
a la percepción social, Penn et al5 refieren que los pacientes cia frontotemporal y trastorno bipolar, entre otros. Según
desestiman el contexto social cuando procesan los estímu- este modelo, los niños alrededor de los 18 meses utilizan
los sociales. Asimismo, Nuechterlein y Dawson6 comentan gestos protodeclarativos y juegos simulados. A los 3-4 años
que presentarían problemas para captar la información que distinguen entre las propias creencias y la de los demás
requiere un razonamiento abstracto. En este sentido, Ziv (creencia falsa de primer orden). A partir de los 6-7 años
et al7 señalan que el deterioro de la cognición social en se aprende a comprender progresivamente representacio-
la esquizofrenia se debe a deficiencias en varios mecanis- nes de orden superior, como la ironía, la metáfora (creencia
mos, incluida la capacidad para pensar analíticamente, y falsa de segundo orden). Este modelo continuista explicaría
para procesar la información relativa a emociones y señales. los síntomas del espectro autista que son visibles desde los
Acerca del estilo atribucional, Fenigstein8 demuestra la dis- primeros años del desarrollo; sin embargo, resultaría defi-
torsión selectiva que presentan los esquizofrénicos sobre ciente para la explicación de la esquizofrenia, ya que sería
los aspectos hostiles de los demás. Leonhard y Corrigan9 controvertido admitir como explicación única un modelo
señalan las dificultades que los pacientes con esquizofre- continuista, si bien es verdad que podría encontrar sus-
nia presentan en relación con el procesamiento emocional tento en las diversas teorías del neurodesarrollo. Por otra
30 J.T. Rodríguez Sosa et al

parte, este modelo resulta incompleto, ya que desdeña el Otras propuestas alternativas se encuentran en Bailey y
impacto social en el desarrollo de la ToM. Frith16 (1992) Abu-akel21 , que proponen un modelo de continuidad en el
hace una interesante analogía entre autismo y la esquizo- déficit de la ToM y hacen una clasificación que comprende
frenia para explicar los síntomas ante una lesión de la ToM; desde la ToM verdaderamente deteriorada, a la hiper-ToM
el esquizofrénico sabe que existen los estados mentales del asociada con la sobreatribución de estados mentales que se
otro, pero pierde la capacidad de deducirlos; sin embargo, plantea como factor causal de estados paranoides.
el niño autista no sabe que existen dichos estados menta-
les, porque el déficit está presente desde su nacimiento.
Aparece entonces una disfunción en la metarepresentación, Teoría de la mente y esquizofrenia
o lo que es lo mismo, un déficit cognitivo en el reconoci-
miento de los contenidos de su propia mente y la de los Frith desarrolla un modelo basado la existencia de posibles
demás, que se traduce en la dificultad para describir las pro- alteraciones en la capacidad de metarepresentar y, con-
pias experiencias internas y la falta de control del proceso secuentemente, la producción de una ToM deficitaria y la
atencional. correlación de este hecho con la sintomatología de la esqui-
zofrenia. Señala que los pacientes esquizofrénicos presentan
dificultades en la interpretación de su conducta como resul-
Diferentes modelos explicativos de la teoría
tado de sus propias intenciones y pueden interpretar sus
de la mente actos bajo control ajeno. Frith22 hace una clasificación entre
los trastornos de la «acción deseada» (síntomas negativos y
Respecto a la ToM han surgido numerosos constructos teó- desorganización), las alteraciones de la automonitorización
ricos que han tratado de conceptualizar las diferentes (delirios de control externo y alucinaciones de voces que
hipótesis existentes. Las dificultades en este aspecto se comentan, así como otros síntomas de pasividad) y trastorno
hacen evidentes. Los modelos más conocidos se enumeran a de la monitorización de los pensamientos. Frith expresa que
continuación. hay un fallo en el seguimiento tanto de la acción, como de la
intención de la acción. Según este modelo, Frith pronosticó
1. La perspectiva modular: desarrollada por Fodor17 , pro- que los pacientes con predominio de síntomas negativos o
pone la existencia de una ToM independiente. Al igual que de desorganización serían los más deficitarios en la ejecu-
determinadas capacidades cognitivas se encuentran aso- ción de la ToM. Algunos de los síntomas psicóticos, como
ciadas a funciones específicas del cerebro, se presupone los delirios de control y persecución, la desorganización del
que la ToM se limita al procesamiento únicamente de la pensamiento y el lenguaje, se podrían entender desde la
información con contenido social. Desde esta perspectiva existencia de una incapacidad para explicar las intenciones
surge el llamado «procesador de selección» que separa de los demás y de uno mismo, o sea desde una alteración
la información contextual relevante de la irrelevante. de la ToM. Hay estudios de la ToM en los que se mues-
La falta de este procesador en la esquizofrenia podría tran que los déficits en esta capacidad están asociados a
explicar la dificultad de filtrado que se observa en estos la tipología sintomática de la enfermedad. Basado en esta
pacientes. Esta concepción funcional-computacional de hipótesis, los pacientes con síntomas negativos nunca lle-
la mente se baraja como deficiente para explicar la orga- garon a desarrollar una ToM. Sin embargo, otros autores
nización cerebral. indican que es necesario tener una ToM sin deterioro para
2. La perspectiva teoría-teoría o «metarepresentacional»: posteriormente poder desarrollar ideas delirantes de perse-
Perner18 describe un modelo no modular que sugiere cución (Walston et al23 ). Esta hipótesis se basa en algunos
que durante la infancia se adquieren distintos niveles de estudios que corroboran que los pacientes con esquizofrenia
habilidades representacionales. El hecho de tener autén- paranoide no muestran síntomas deficitarios en la capacidad
ticas metarepresentaciones permite teorizar acerca de ToM. Se ha indicado que estos pacientes pudieran compensar
las representaciones de los otros. su déficit ToM mediante la utilización de la inteligencia gene-
3. El modelo de Hardy-Baylé19 : este modelo hipotetiza ral. Por otro lado, Brüne24 señala que el hecho de tener una
sobre una ToM deficitaria que estaría en relación con ToM sumamente desarrollada puede suponer una inferencia
un déficit ejecutivo. Según esta hipótesis, los pacien- excesiva en las presuntas intenciones de los demás, y desen-
tes con desorganización del pensamiento, el lenguaje cadenar interpretaciones erróneas del entorno. Por su parte,
y las habilidades sociales son los que peor realizarían Langdon et al25 llegan a la conclusión de que la alteración
las tareas ToM, ya que son incapaces de controlar sus de la ToM podría proceder de una incapacidad para inhibir
propias acciones. Siguiendo este modelo el déficit en cognitivamente la información principal o de un déficit en
ToM, se presentaría únicamente en los pacientes con la capacidad para razonar sobre estados hipotéticos.
predominio de la desorganización de pensamiento y de Otro de los debates actuales es la consideración del défi-
lenguaje; sin embargo, hay estudios controvertidos al cit ToM como rasgo o estado. Según Frith, los pacientes
respecto. psicóticos en remisión y los pacientes que únicamente pre-
4. Teoría de la simulación: este modelo se respalda en la sentan síntomas de pasividad pueden mostrar rendimientos
observación mediante resonancia magnética funcional de normales en las tareas ToM. Del mismo modo, Hardy-Baylé
la existencia de neuronas espejos encargadas de la empa- postula que los pacientes sin síntomas de desorganiza-
tía, localizadas predominantemente en la corteza frontal ción realizarían las tareas ToM de forma adecuada. Esto
inferior izquierda, que se activan cuando se observan en indica que una ToM deficitaria representaría una variable de
los demás determinados movimientos de las manos o la estado, más que de rasgo. Sin embargo, el hecho de que no
boca (Gallese y Goldman20 ). sólo los pacientes con exacerbaciones agudas realicen mal
Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en la esquizofrenia 31

las tareas ToM, sino también los pacientes con un cuadro percepción «en línea» (durante la realización de tareas de
crónico de larga evolución, sugiere la hipótesis de la ToM contenido social y de mentalización) de las emociones bási-
como estado (Drury et al26 ). cas de otras personas (Blair y Cipolotti35 ), especialmente
cuando estas emociones son negativas en el caso de miedo,
tristeza, asco o rabia (Adolphs36 ; Calder et al37 ). Más con-
Neuroimagen funcional cerebral de la teoría trovertido es su papel en estados mentales epistémicos (sin
de la mente contenido afectivo). Los focos de activación de la amíg-
dala durante tareas ToM y reconocimiento de emociones
A la luz de los diversos estudios basados en neuroimagen, se encuentran dispersos y algunos de ellos se extienden a
hay tres regiones clave involucradas en los déficits cogniti- la región hipocampal y el polo temporal. De este modo,
vos sociales mostrados por los pacientes esquizofrénicos: la la percepción de información explícita sobre los estados
corteza prefrontal medial (CPFM), la amígdala y el lóbulo emocionales de otras personas también involucra a la amíg-
parietal inferior (LPI). Aunque existen experimentos que dala. En numerosos estudios se describe la importancia de la
han probado que muchas otras regiones están altamente modulación prefrontal en la actividad de la amígdala, mos-
involucradas en la cognición social (surco temporal supe- trando una fuerte influencia «de arriba a abajo» (Ochsner
rior, polos temporales, LPI, etc.), la importancia de las tres et al38,39 ). Se sugiere que aunque la amígdala podría tener
regiones citadas se basa en sus altamente documentadas un papel en el desarrollo apropiado de la ToM, tal vez no se
contribuciones a los tres aspectos fundamentales de los défi- involucre en la mentalización per se (Gallagher y Fritz40 ). Sin
cit sociales que aparecen en la esquizofrenia: deterioro en embargo, otros autores indican que los pacientes esquizofré-
la ToM, percepción de emociones y seguimiento de acciones nicos presentan déficits en atribuir tanto estados mentales
(Brunet-Gouet27 ). epistémicos, como estados mentales afectivos, y que esto
La importancia de la CPFM radica en que se trata de se refleja por actividad anormal prefrontal y amigdalar
uno de los hallazgos más frecuentemente encontrados en (Brunet-Gouet27 ). De modo que la actividad prefrontal anor-
los estudios de neuroimagen sobre la ToM. Ocupa una gran mal que se describe en pacientes esquizofrénicos durante
sección del lóbulo frontal y engloba muchas áreas corticales la cognición social resultaría por una disfunción en el
diferentes (corteza cingulada anterior, gyrus paracingulado, papel modulador de la corteza prefrontal anterior sobre la
CPFM dorsal, corteza ventromedial), también involucra- amígdala.
das en muchos casos en la cognición social. La porción Uno de los primeros hallazgos en neuroimagen respecto
«emocional» en la región prefrontal medial se activa en a la función de la amígdala en el reconocimiento facial
casi el 90% de los estudios sobre ToM (Steele y Lawrie28 ). fue el encontrado por Schneider et al41 , que demostraron
Gallagher y Frith29 establecen que la CPFM, en concreto la una hipoactivación amigdalina durante la evaluación de la
corteza paracingular anterior, es la región clave para la ToM, emoción de tristeza con el visionado de fotografías que
y proponen el «mecanismo de separación», ya postulado ini- expresaban esta emoción. Esos hallazgos fueron confirma-
cialmente por Leslie30 , encargado de distinguir el propio dos por Gur et al42 , los cuales profundizaron en este modelo
estado mental de la realidad. Brunet-Gouet27 establece que y demostraron que la hipoactivación amigdalar izquierda
las tareas de la teoría de la mente a menudo involucran coac- era específica en las tareas de discriminación emocional.
tivaciones en la CPFM y estructuras temporales, como el polo Takahashi et al43 y Paradiso et al44 replicaron esta hipoacti-
temporal y circunvolución temporal superior. Esto indica que vación relativa. Sin embargo, Kosaka et al45 y Taylor et al46
la CPFM no sólo media el razonamiento sobre los estados obtuvieron resultados diferentes. Los hallazgos, por tanto,
mentales, sino que además su función debería comprenderse son dispares e incluyen hipoactivación, hiperactivación o
en términos de interacción entre la cognición de alto nivel normoactivación, lo que podría indicar una disfunción aún
y el procesamiento social y emocional. Cada subregión de la por determinar. Por otro lado, el miedo es la expresión
CPFM seleccionada por la ToM puede también involucrarse que produce mayor activación en la amígdala. Los estudios
en mantener una representación contextual global de las realizados del reconocimiento facial de las emociones en
representaciones mentales propias y de los otros. Algunos pacientes con lesiones de la amígdala mostraron un déficit
autores proponen que la ToM es el resultado de una interac- específico para la identificación del miedo. Sin embargo, en
ción entre capacidades de dominio general y mecanismos de trabajos posteriores se comprobó que el déficit se extendía
nivel más básico representando información social (Stone y a todas las emociones negativas.
Gerrans31 ). Algunos estudios a su vez han teorizado acerca de que
Por otro lado, se han mostrado anormalidades en la el grado de activación amigdalar podría estar en relación
activación hemodinámica en la CPFM durante tareas invo- con el alelo del gen transportador de serotonina y se han
lucradas en procesos de la ToM en pacientes esquizofrénicos relacionado portadores del alelo corto del gen con una hipe-
(Brunet-Gouet27 ; Hempel et al32 ). Estos resultados indi- ractivación amigdalar durante estas tareas47 . Otros estudios
can que los pacientes esquizofrénicos fallan al procesar la asocian la activación amigdalar a determinados neurotrans-
información social cuando se requieren proceso contextual, misores cerebrales, como Salgado-Pineda et al48 , los cuales
mecanismo de separación o inhibición de respuestas. indican un papel clave de la dopamina en la función de la
Respecto a la amígdala, actualmente no hay dudas de amígdala. Otros autores han sugerido el ácido gammami-
que la amígdala está involucrada en la experiencia emo- nobutírico (GABA) como neurotransmisor que disminuye la
cional y percepción emocional. Se ha indicado que podría actividad amígdalar49 . Asimismo, es interesante señalar la
desempeñar un papel en el desarrollo y la función de la existencia de conexiones entre las proyecciones GABA de
ToM (Baron-Cohen33 ; Fine et al34 ). Por un lado, la amígdala la amígdala basolateral sobre el cingulado y su regulación
es un componente clave en el proceso emocional y de la con las proyecciones dopaminérgicas procedentes de la cor-
32 J.T. Rodríguez Sosa et al

teza prefrontal. Se ha indicado que un mal equilibrio en esta ciones cognitivas, se aprecia una asociación positiva con el
red de conexión podría conducir a una hiperactivación del coeficiente intelectual, atención y resistencia a la interfe-
cingulado anterior. rencia con independencia de la memoria de trabajo, fluencia
Sobre el LPI hay estudios que han demostrado la invo- o aprendizaje verbal52 . Estos datos apoyarían los resulta-
lucración, entre otras regiones, del LPI derecho, el cíngulo dos de Langdon et al52 que mediante historias en fotografías
posterior y la corteza frontopolar derecha, en las represen- encontraron un subgrupo de pacientes que presentaban un
taciones compartidas y sistemas específicos para distinguir deterioro específico en tareas ToM de forma independiente
entre el yo y los otros. Este tipo de sistema de seguimiento del déficit de planificación ejecutiva y confirman el recono-
nos previene de ser contaminados por los pensamientos cimiento facial como un parámetro diferenciado respecto
o sentimientos de otros (Decety y Jackson50 ). Del mismo algunas áreas de la cognición. Por otro lado, los pacien-
modo, otras investigaciones han mostrado que la concien- tes que han sido sometidos a la identificación de números
cia de ejecución de una determinada acción por parte del proyectados no cometieron error, lo que mantiene la hipó-
individuo involucra al LPI derecho. Los pacientes esquizo- tesis de la existencia de un deterioro específico en las áreas
frénicos fallan a la hora de activar ciertos componentes de de cognición social. Respecto a hallazgos significativos en
sistemas motores implicados en dichos actos voluntarios. la cognición social entre sexos, Weiss et al53 encontraron
Asimismo, tienen alterado el control de sus propias acciones una diferencia significativa respecto al sexo en el reconoci-
y de la capacidad de realizar distinciones yo/otro. Se hipote- miento de expresiones neutrales. Las mujeres interpretaban
tiza que los delirios esquizofrénicos de control se muestran erróneamente los rostros neutrales como tristes con mayor
cuando los déficit en el seguimiento de acciones se combinan frecuencia que los varones. Los varones, en comparación
con representaciones anormales del estado mental propio y con las mujeres, señalaban erróneamente como enfadados
de las otras personas (Brunet-Gouet27 ). los rostros neutrales.
Respecto a la asociación de reconocimiento de emocio-
nes y la psicopatología, los resultados son contradictorios.
Reconocimiento y procesamiento de las Respecto a los síntomas negativos, Green y Nuechterlein54
emociones sostienen que hay una fuerte correlación entre éstos, el
déficit neurocognitivo y el procesamiento visual.
Entre las estructuras cerebrales implicadas en el recono- Sobre el procesamiento de las emociones, se vislum-
cimiento de las emociones destacan, principalmente, la bra una complejidad mayor, dentro de la cual los circuitos
corteza temporo-occipital, en especial el giro fusiforme, las amigdalino y de la CPFM desempeñan un papel principal
zonas órbito-frontal y parietal derecha, la amígdala y los en el procesamiento de la emoción del miedo, pero a su
ganglios basales, entre otras. Según Adolphs51 , el recono- vez este circuito está modulado por el sistema de activa-
cimiento de las emociones faciales se consigue por medio ción autonómica que crea una retroalimentación entre la
de tres estrategias complementarias: la percepción, el aná- representación interna del estímulo emocional y el estado
lisis y la identificación, que consisten en la activación de somático. De hecho, el aumento de la reactividad cutánea
zonas de la corteza motora y visual que tendrían el efecto de como marcador de la actividad autonómica se correlacionó
representar interiormente las posturas observadas y generar con mayor nivel de persecución y suspicacia ante el miedo y
el estado emocional correspondiente al observado. Diversas el enfado. En la esquizofrenia, la disminución de la respuesta
investigaciones han encontrado rendimientos inferiores a la del circuito amígdala-CPFM al miedo se asocia con una acti-
población general en la capacidad de reconocer las expresio- vación excesiva autonómica, en especial en los pacientes
nes de las caras, si bien el defecto también se ha encontrado con sintomatología paranoide. A su vez, se ha determinado
en otras enfermedades. A su vez, se ha postulado una rela- la presencia de desconexiones entre la activación auto-
ción entre el estado clínico y la capacidad de reconocer las nómica y el circuito ínsula/ganglios basales-CPFM para la
emociones faciales. Los pacientes estabilizados tendrían un emoción del desagrado y la corteza cingulada anterior-CPFM
desempeño mejor respecto a las fases agudas. Sin embargo, para la emoción del miedo.
la dificultad para reconocer las emociones faciales sería a
su vez una característica permanente de la esquizofrenia,
presente desde el inicio clínico de la enfermedad y observa- Relación entre cognición social y
ble en los familiares de primer grado. Se ha indicado que las neurocognición básica
personas enfermas de esquizofrenia no percibirían los ros-
tros de manera integradora, sino como una suma de partes Una de las cuestiones principales y más controvertidas es
y que el déficit radicaría en este análisis configuracional. la posibilidad de la existencia de una diferenciación entre
Sin embargo, respecto al examen fragmentado de los ros- la cognición social y la cognición básica como parámetros
tros, los pacientes tendrían un desempeño similar al de la independientes. Varios estudios se muestran favorables a
población general. Estos datos indican que la dificultad se esta distinción55—59 . Haciendo más consistente esta separa-
encontraría en niveles superiores de procesamiento e inte- ción, se ha visto distinción en el dominio cognición social
gración, en áreas de asociación. Otra explicación se podría entre pacientes esquizoafectivos y esquizofrénicos sin modi-
encontrar en la presencia de errores iniciales en la fase de ficaciones en el ámbito de cognición básica60 . Mientras, en
análisis de los rasgos faciales. En numerosos estudios se ha otros estudios se encuentra como factor limitante de la
demostrado que los pacientes tienen mayor dificultad para cognición social los déficits en la atención continuada y
reconocer las emociones negativas, como ira o miedo, e de la ToM que repercutirían en el funcionamiento a nivel
interpretarían de forma errónea las expresiones neutrales. social (Bae et al60 ). En este sentido, una mejora neuro-
En cuanto a la relación del reconocimiento facial con las fun- cognitiva y de la cognición social implicaría una mejoría a
Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en la esquizofrenia 33

nivel de funcionamiento psicosocial en la esquizofrenia y del volumen en el giro temporal fusiforme izquierdo (región
tendría implicaciones a nivel del tratamiento rehabilitador relacionada con el reconocimiento de caras) en pacientes en
(Brekke et al61 ). Por otra parte, hay estudios que relacio- su primer episodio psicótico. Por otro lado, Corcoran et al70
nan la cognición social con alteraciones en la atención y en proponen un modelo explicativo para incluir la capacidad
el procesamiento de la información. Algunos autores sostie- de los pacientes para recordar acontecimientos autobiográ-
nen que la atención no se deber considerar en esencia una ficos, y afirman que la interferencia de los estados mentales
función cognitiva, sino una «actividad direccional» que faci- de los demás suele implicar la utilización de experien-
litaría el desarrollo de los procesos cognitivos. Cornblatt y cias previas en interacciones sociales. En este contexto,
Keilp62 proponen como modelo etiopatogénico y evolutivo han aparecido diversos modelos que tratan de explicar la
de la esquizofrenia la existencia de un déficit atencional interrelación entre neurocognición, cognición social y fun-
que comenzaría en la infancia que condicionaría el pro- cionamiento social. Por un lado, el modelo de Vatu, Rüsch,
cesamiento de la información vinculada a la comunicación Wirtz y Corrigan (2004) muestra resultados a favor de que
interpersonal. Este modelo explicaría la presencia de ras- la cognición social puede ser un mediador entre neurocogni-
gos de evitación existentes en algunos pacientes. Asimismo, ción básica y funcionamiento social. Por otro lado, el modelo
postulan que los trastornos atencionales constituirían un de Brekke, Kay, Lee y Green (2005) utiliza como predictores
rasgo de enfermedad heredable, específico y estable en el en la evolución de la enfermedad tanto el funcionamiento
tiempo, independientemente de las fluctuaciones de la clí- social global, como el de alguno de sus aspectos específicos,
nica. Por otro lado, Calev63 enfatiza sobre la dificultad de la neurocognición, la cognición social, la competencia social
los pacientes con esquizofrenia para seleccionar los estímu- y el soporte social. Por último, el modelo de Green y Nue-
los importantes, filtrar los irrelevantes y el procesamiento chterlein (1999) es un modelo complejo que presenta por
posterior para categorizar la información. Asimismo, los separado los subcomponentes de la neurocognición básica,
trastornos de la memoria y del aprendizaje estarían rela- la cognición social y el funcionamiento social.
cionados con trastornos en la codificación y la recuperación
de los recuerdos. Retomando esta idea propuesta inicial-
Lateralizacion cerebral
mente por Berze, Hemsley64 plantea que el trastorno básico
de la esquizofrenia radicaría en una disrupción en la inte-
La lateralización cerebral se ha presupuesto como otras de
gración de la percepción actual con el material mnésico
las explicaciones de la dificultad que presentan los esquizo-
almacenado.
frénicos en el reconocimiento facial. Los estudios realizados
Respecto a la percepción visual, ésta se inicia en parte
en pacientes con daño hemisférico cerebral unilateral mos-
con la atención. Posteriormente, será necesario la memoria
traron un predominio del hemisferio no dominante en el
visual para evaluar los contenidos afectivos de las facies,
reconocimiento de estímulos visuales faciales. Los pacientes
representando un punto común entre el vínculo afectivo
diestros, con lesión cerebral derecha unilateral, presentan
primario y el desarrollo cognitivo del proceso visual. Esta
una incapacidad notable para evaluar expresiones facia-
conexión entre la cognición social y no social se encontraría
les conservando la capacidad para evaluar las emociones
ubicada en la memoria de trabajo localizada en el lóbulo
expresadas a través de pautas no faciales (corporales) y
prefrontal, entre otras áreas65 . La falta de atención visual
no visuales (auditivas). La hipótesis predominante sostiene
o las limitaciones en la ejecución motora podrían ser la
que el hemisferio no dominante es primariamente el encar-
razón del funcionamiento deficiente en la lectura correcta
gado del reconocimiento de los aspectos emocionales del
de expresiones faciales. Shimizu et al66 estudiaron los movi-
estímulo. Sin embargo, ambos hemisferios procesan estí-
mientos oculares durante la exposición de diferentes facies.
mulos relacionados con la emoción: el derecho en diestros,
Según sus resultados, los pacientes con esquizofrenia rea-
con predominio en la percepción de afectos negativos y el
lizaban el análisis de las facies en intervalos más cortos
izquierdo, en la percepción de los positivos. Consecuente-
que los grupos control. Asimismo, observaron que los movi-
mente, los errores en la decodificación de las expresiones
mientos antisacádicos presentaban un mayor tiempo de
emocionales faciales en los pacientes con esquizofrenia se
latencia. Schawrtz y Evans67 comprobaron que los pacien-
deberían a una lesión unilateral hemisférica derecha en los
tes con esquizofrenia requerían un mayor nivel de control
pacientes diestros. La lateralización del cerebro también
voluntario para filtrar los estímulos distractores que los con-
explicaría las dificultades en el lenguaje.
troles, y mostraban una disminuida capacidad de filtrado
de la información irrelevante. La dirección de focalización
también estaría alterada en estos pacientes. Adolphs et al68 Evaluación de la cognición social
han observado que los pacientes con lesiones bilaterales en
la amígdala no reconocen el miedo, porque no miran a los En el momento actual no hay instrumentos elaborados para
ojos durante las pruebas de reconocimiento facial, lo que evaluar globalmente la cognición social; en cambio, hay
ocasiona una disfunción en el sistema de recogida de infor- una gran diversidad de instrumentos focalizados en aspectos
mación. Sugieren que la amígdala no reconoce, porque no concretos de este constructo. Entre los instrumentos de eva-
busca de forma primaria. Estos resultados estarían en rela- luación se encuentran numerosos tests, que en la mayoría
ción con el patrón alterado de escaneado de la cara que de ocasiones resultan difícilmente utilizables en la práctica
presentan los esquizofrénicos. Por otro lado, respecto a la clínica por la duración que supone su utilización. Asimismo,
localización de las regiones de asociación visual encargadas la mayoría de ellos carecen de validación y resultan insu-
del reconocimiento de las facies, estudios de la prosopag- ficientes por la evaluación de mecanismos que aún están
nosia la ubican en la corteza occipitoparietal. En esta línea por determinar y por la dificultad evidente de representar
de investigación, Lee et al69 identificaron una disminución las situaciones reales. Se pueden clasificar según el área
34 J.T. Rodríguez Sosa et al

Tabla 1 Instrumentos de evaluación


1. Instrumentos que evalúan el reconocimiento facial
Pictures of facial affect (FEDT) (Ekman, 1976)
Face Emotion Discrimination Test (FEDT) (Kerr and Neale, 1993). Test diseñado por Baron-Cohen
Face Emotion Identification Test (FEIT) (Kerr y Neale, 1993)
2. La cognición social
Interpersonal perception task (IPT) creado por Archer y Constanzo en 1998
Mayer-Salovery-Caruso Emocional Intelligence Test (MSCEIT) (Mayer, Salovey y Caruso,2002) Geopte
3. La percepción social
The Schema compression sequencing test-revised (SCRT-R) (Corrigan y Addis, 1995)
Situational feature recognition test (SFRT) (Corrigan y Green, 1993)
Videotape affect percepción test (Bellack, Blanchard y Mueser, 1996)
4. La teoría de la mente
La historia de Sally y Anne (Wimmer y Perner, 1983) y la historia de Cigarettes (Happé,1994), la historia del
Ice-Cream Van store (Baron-Cohen, 1989) y del Burglar Store (Happé y Frith, 1994)
The Hinting Task (Corcoran, Mercer y Frith, 1995)

Tabla 2 Estudios empíricos más significativos, metodología y resultados


Corcoran et al, 199571 . Pruebas de insinuación, deducción de las intenciones utilizando el estilo indirecto. No se controla CI.
Encuentran déficit en ToM en pacientes con síntomas negativos, trastornos del pensamiento o ideas delirantes de persecución
Frith et al, 199672 . Viñetas de primer y segundo orden. Se controla CI y tratamiento con psicofármacos. Alteración más grave de
ToM en pacientes con síntomas negativos o trastornos del pensamiento. Déficit en ToM: variable de estado
Corcoran et al, 199773 . Viñetas humorísticas. Alteración mayor en pacientes con síntomas negativos o trastornos del
pensamiento. Sin alteración en individuos asintomáticos
Drury et al, 199826 . Pruebas de falsa creencia de segundo orden y prueba de metáforas para evaluar creencias de primer orden.
Se controla el CI. Alteración en la ejecución de las pruebas en pacientes de mayor gravedad y con mayor intensidad
sintomática. Variable de estado
Pickup et al, 200174 . Tareas de falsa creencia de primer y segundo orden. Se controla el CI. Esquizofrénicos con delirios tienen
alteración en ToM pero menor CI. Esquizofrénicos con alteraciones del comportamiento tienen mayor dificultad en la
realización de las tareas de ToM, pero menos que en autismo
Pollice et al75 , 2002. Tareas de falsa creencia de primer y segundo orden. Medición de función social mediante AD y DAS. Se
controla CI. Las tareas de ToM pueden ser útiles para desarrollar programas para reducir el deterioro social
ToM: teoría de la mente.

que evalúen. A continuación, enumeramos los instrumen- social del paciente, así como enseñar estrategias de afron-
tos de evaluación, así como algunos estudios empíricos que tamiento eficaces. Por otra parte, el Integrated Psicological
pretenden medir ToM (tablas 1 y 2). Therapy es un programa integral para la mejora tanto del
funcionamiento cognitivo, como del funcionamiento social.
Comprende cinco programas: diferenciación cognitiva, per-
Programas de rehabilitación cognitiva cepción social, comunicación verbal, habilidades sociales y
resolución de problemas interpersonales. El último de los
Debido al aumento en la relevancia de la cognición social en programas aparecidos en este ámbito es el Social Cognition
el ámbito de la investigación, se han desarrollado programas and Interaction Training. Este programa también diferen-
de rehabilitación que se centran en la recuperación de estos cia la intervención en dos fases: la primera, comprensión
aspectos cognitivos. Estos programas se pueden clasificar de emociones, y la segunda, estilo de cognición social. Por
en dos tipos: a) el primero incluiría intervenciones focali- último, la integración tiene como objetivo la consolidación
zadas en mejorar el reconocimiento de emociones, como de las habilidades y su generalización a la vida diaria.
el Training of Affect Recognition, en el que los pacientes
aprenden a identificar y diferenciar los principales signos
faciales de las seis emociones básicas, y b) el segundo Conclusiones
grupo correspondería a programas de intervención más com-
plejos, como el Emotion Management Training. Entre los Ya desde la década de 1990 se apuntaba la necesidad de
objetivos de este programa se encuentra la recuperación elaborar un modelo cognitivo que aportara una teoría gene-
de los déficits en percepción de emociones y el pobre ajuste ral sobre la esquizofrenia, que fuera consistente con la
Teoría de la mente, reconocimiento facial y procesamiento emocional en la esquizofrenia 35

diversidad de síntomas y que permitiera su evaluación en Conflicto de intereses


seres humanos con una serie de técnicas convergentes. En
2003 es cuando se acepta la cognición social como uno Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
de los siete ámbitos cognitivos determinantes para mejo-
rar la cognición en la esquizofrenia. Se entiende como
cognición social, en suma, la «habilidad para percibir las Bibliografía
emociones de los demás, inferir lo que están pensando,
comprender e interpretar sus intenciones, y las normas que 1. Green MF, Penn DL, Bentall R, Carpenter WT, Gaebel W, Gur RC,
gobiernan las interacciones sociales», si bien todavía sigue et al. Social Cognition in schizophrenia: an NIMH workshop on
siendo necesaria una definición precisa y operativa del tér- definitions, assessment, and research opportunities. Schizophr
mino. La cognición social es un ámbito cognitivo a tener en Bull. 2008;34:1211—20.
cuenta en la esquizofrenia, con implicaciones importantes a 2. Wyer RS, Skrull TK.Handbook of social cognition. Basic Proces-
nivel pronóstico y de tratamiento rehabilitador. Hay diver- ses, 1. Hillsdale, NJ: Lawrence Earlbaum Associated Publishers;
sas controversias a la hora de considerar las alteraciones 1994.
3. Adolphs R. The neurobiology of social cognition. Curr Opin Neu-
en la cognición social en la esquizofrenia. Está aún sujeto
robiol. 2001;11:231—9.
a discusión si se trata de un proceso de alteración en el
4. Brothers L. The neural basis of primate social communication.
neurodesarrollo (como se propone en el autismo) o un pro- Motivation and Emotion. 1990;14:81—91.
ceso neurodegenerativo. Por otro lado, si las alteraciones 5. Penn DL, Ritchie M, Francis J, Combs D, Martin J. Social per-
de la ToM observadas son rasgos dados en la enfermedad, cepction in schizophrenia:the role of context. Psychiatry y
aún presentes en remisión de los síntomas psicóticos, o se Research. 2002;109:149—59.
trata de un factor de estado, dependiente del curso de la 6. Nuechterlein KH, Dawson ME. Information processing and
enfermedad obtiene resultados contradictorios en los estu- attentional functioning in the developmental course of
dios revisados. Además, no se ha conseguido definir si la schizophrenic disorders. Schizophrenia Bulletin. 1984;10:
cognición social es un ámbito independiente de la cognición 160—203.
7. Ziv I, Leiser D, Levine J. Social cognition in schizophrenia: Cog-
básica o está influida por ella. Estas controversias servirían
nitive and affective factors. Cogn Neuropsychiatry. 2010:1—21.
de sustrato para futuras investigaciones.
8. Fenigstein A. Paranoid thought and schematic processing. J
Hay áreas neuroanatómicas clave implicadas en los pro- Social Clinical Psychology. 1997;16:77—94.
cesos cognitivos sociales: la CPFM, la amígdala y el LPI, como 9. Leonhard C, Corrigan PW. Social Perception in schizophre-
relevantes. El concepto hipotético previo de la existencia de nia. En: Corrigan PW, Penn DL, editors. Social Cognition and
un módulo específico encargado de la cognición social daría schizophrenia. Washington, DC: American Psychological Asso-
paso a otras perspectivas, en las que se involucran diversas ciation; 2001. p. 73—96.
áreas cerebrales para llevar a cabo el proceso de la infor- 10. Brekke JS, Kay D, Lee K, Green MF. Biosocial pathways to
mación social. Además, se propone que las alteraciones en functional outcome in schizophrenia: a path analytic model.
las distintas funciones de la cognición social y áreas cere- International Congress on schizophrenia Research, Colorado
Springs; 2005.
brales implicadas pueden tener importantes repercusiones
11. Adolphs R. The neurobiology of social cognition. Current Opi-
no sólo en el funcionamiento social del individuo, sino tam-
nion in Neurobiology. 2001;11:231—9.
bién en el desarrollo de algunos de los síntomas psicóticos, 12. Spaulding WD, Weiler M, Penn D. Symptomatology, neuropsy-
como delirios, alteraciones conductuales y del lenguaje o chological impairment, social cognition, and performance in
experiencias anómalas presentes en la esquizofrenia. Asi- chronic schizophrenia. Reunión annual de la American Psycho-
mismo, sería interesante dilucidar si hay diferencias desde el pathological Association; 1990.
punto de vista neurocognitivo en relación con los diferentes 13. Pinkham AE, Penn DL, Perkins DO, Lierbeman JA. Implications
subtipos de esquizofrenia. of a neuronal basis for social cognition for the study of schi-
Dada la complejidad del campo de estudio, actualmente zophrenia. Am J Psychiatry. 2003;160:815—24.
no hay instrumentos de evaluación debidamente validados 14. Brothers L. The social brain: A Project for integrating primate
behavior and neurophysiology in new domain. Concepts in Neu-
que integren todos los aspectos, o al menos los más rele-
roscience. 1990;1:27—61.
vantes, para valorar la cognición social desde un punto
15. Baron-Cohen S. The autistic child’s theory of mind: a case
de vista global en sus procesos básicos. Los modelos hipo- of specific developmental delay. J Child Psychol Psychiatry.
téticos de la ToM son constructos teóricos pendientes de 1989;30:285—97.
validación científica. De cara a la investigación, sería impor- 16. Frith CD. The Cognitive Neuropsychology of Schizophrenia.
tante desarrollar herramientas validadas en este sentido. Hove: Lawrence Erlbaum Associates; 1992.
Las investigaciones futuras podrían encaminarse hacia el 17. Fodor J. The modularity of mind. Cambrigde, MA: MIT Press;
reconocimiento de la importancia de la cognición social 1983.
como factor pronóstico en la esquizofrenia y la búsqueda de 18. Perner J. Understanding the representational Mind. Cam-
la relación existente entre aquélla, la neurocognición básica bridge; 1991.
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y el desarrollo psicosocial del paciente durante la evolución
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de la enfermedad.
zophrenes. Actualités psychiatriques. 1994;20:393—400.
El criterio kraepeliniano, que consideraba el deterioro 20. Gallese P, Goldman A. Mirror neurons and the simulation theory
cognitivo como síntoma nuclear de la esquizofrenia, y la of mind-reading. Trends in cognitive Sciencie. 1998;2:493—501.
visión de Bleuler, en la que daba especial énfasis a las altera- 21. Abu-akel A. Impaired theory of mind in schizophrenia. Pragma-
ciones en la esfera afectiva, se renuevan en los últimos años tics and cognition. 1999;7:247—82.
y se plantean interesantes aproximaciones a la etiología y 22. Frith CD. The cognitive Neuropsychology of schizophrenia.
conocimiento de la esquizofrenia. Hove. UK: Lawrence Erlbaum associates; 1992.
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www.elsevier.es/saludmental

REVISIÓN

Oxitocina y autismo: una hipótesis para investigar. ¿La alteración


de la producción de oxitocina endógena en torno al parto puede
estar involucrada en la etiología del autismo?
Ibone Olza Fernández a,∗ , Miguel Ángel Marín Gabriel b , Francisco López Sánchez c y
Ana María Malalana Martínez b

a
Psiquiatra infantil, Servicio de Psiquiatría, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España
b
Neonatólogo, Servicio de Pediatría, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España
c
Obstetra, Servicio de Obstetricia y Ginecología, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España

Recibido el 2 de junio de 2010; aceptado el 27 de octubre de 2010

PALABRAS CLAVE Resumen La neurobiología del apego investiga la comprensión de los procesos conductuales y
Oxitocina; los mecanismos neurales afectados en el origen y el mantenimiento del apego entre el lactante
Autismo; y su madre, padre y hermanos. La oxitocina desempeña un papel central en la regulación de
Neurobiología; las conductas sociales, incluidas la conducta sexual, el apego materno infantil y la memoria
Apego; social y el reconocimiento. Los valores máximos de oxitocina endógena en las horas siguientes
Vínculo al parto fisiológico en el cerebro del recién nacido se han relacionado con el período sensitivo
y el inicio del vínculo materno filial. La manipulación del sistema oxitocinérgico en el período
perinatal puede alterar de por vida las respuestas sociales y sexuales en los modelos animales.
En el presente artículo se revisan los efectos de la oxitocina endógena y exógena en el período
perinatal. Se plantea la hipótesis de que la alteración del sistema oxitocinérgico podría ser uno
de los posibles múltiples factores perinatales involucrados en la etiopatogenia del autismo. La
alteración del sistema oxitocinérgico se puede producir mediante la administración de oxitocina
sintética intraparto o la cesárea programada sin trabajo de parto previo. Se apuntan líneas
futuras de investigación en esta área.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

KEYWORDS Oxytocin and autism: a hypothesis to research. Can perinatal oxitocinergic


Oxytocin; manipulation facilitate autism?
Austism;
Neurobiology; Abstract The study of the neurohormonal and behavioral processes and neural mechanisms
Attachment; involved in the development of attachment between the infant and the mother has received
Bonding increased attention over the last years. Oxytocin has been shown to play a central role in the
regulation of affiliate social behavior, including sexual behavior, mother infant bonding and

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: ibone.olza@salud.madrid.org (I. Olza Fernández).

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.10.004
Oxitocina y autismo: una hipótesis a investigar. 39

social memory and recognition. Following normal physiological vaginal birth highest levels plas-
matic endogenous oxytocin are achieved, which has been related to the presence of a sensitive
period which seems to facilitate bonding and initial mother and newborn attachment. Perinatal
manipulation of peptidic hormones like oxytocin can have life long lasting effects on social and
sexual behaviors in animal models. Disregulation of oxytocinergic system has been observed in
individuals with autistic disorders. A review of the possible effects of oxytocinergic perinatal
manipulation in human newborns is discussed in the present review article. The hypothesis of
the possible effect of perinatal oxytocin manipulation on the ethiology of autism is discussed.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

La neurobiología del apego investiga la comprensión de en cerebro materno en la hora que sigue al parto8 . Este
los procesos conductuales y los mecanismos neurales afec- fenómeno se ha asociado con la existencia de un período
tados en el origen y el mantenimiento del apego entre el sensitivo temprano durante el cual se produce un escena-
lactante y su madre, padre y hermanos. rio neurohormonal específico, tanto en el cerebro materno,
La oxitocina (OT) es un péptido formado por nueve ami- como en el del recién nacido, destinado a facilitar el inicio
noácidos que se sintetiza en los núcleos paraventricular y del vínculo materno filial, con algunas características simi-
supraóptico del hipotálamo y que se segrega a la sangre lares a la impronta observada en otras especies11,12 . En los
desde las terminaciones axonales de la hipófisis posterior. nacimientos por cesárea programada sin trabajo de parto
Tradicionalmente se conocían sus efectos en las contraccio- previo, no se produce este pico de OT endógena. En tra-
nes uterinas y en la eyección de leche. Ahora sabemos que bajos experimentales con mamíferos se ha observado que
la OT y la vasopresina desempeñan un papel central en la las hembras que dan a luz por cesárea programada pueden
regulación de las conductas sociales, incluidas la conducta mostrarse indiferentes hacia la cría recién nacida, lo que
sexual, el apego materno infantil y la memoria social y el se ha relacionado con la ausencia de OT endógena3 . Se ha
reconocimiento1,2 . En los mamíferos la interacción madre- especulado que las mujeres que no presentan este aumento
infante y otros aspectos del período posnatal pueden afectar de OT endógena podrían igualmente mostrarse indiferentes
profundamente a la conducta, y estos efectos pueden a su hacia el cuidado de los hijos o tener más dificultades en la
vez producir cambios persistentes en los sistemas neuroa- interacción temprana con el lactante3 .
natómicos y neuroendocrinos3 . La OT, la vasopresina y sus Diversas manipulaciones en el período perinatal pueden
receptores parecen ser el sustrato de la transducción de alterar el escenario neurohormonal fisiológico, tanto de la
experiencias tempranas en cambios conductuales a corto madre, como del bebé, sin que sean bien conocidas las impli-
y largo plazo mediante mecanismos de epigenética en el caciones de estas manipulaciones. La cesárea programada,
período sensitivo temprano4 . el parto inducido con OT sintética o el parto detenido por
El inicio de la lactancia, la eyección de leche y el ini- antagonistas oxitocinérgicos, como el atosibán, alteran el
cio del vínculo dependen, entre otras cosas, de la secreción equilibrio de OT y vasopresina en el recién nacido. Igual-
pulsátil de OT desde la hipófisis posterior5,6 , junto con la sín- mente la separación madre-infante, la lactancia artificial
tesis de OT por parte de las células mioepiteliales mediante o la ausencia de contacto piel con piel inmediato conlle-
un mecanismo local de retroalimentación positivo7 . En situa- van disrupción de la liberación endógena de OT, sin que se
ciones de estrés, como la pérdida de sangre abundante, el conozcan en profundidad los efectos a medio y largo plazo
parto prolongado o la cesárea, la secreción pulsátil de OT se de estas manipulaciones en humanos3,13 . En otros mamíferos
sustituye por una secreción continua que reduce la estimu- se han estudiado en profundidad los efectos de la manipu-
lación de las células mioepiteliales8,9 . La OT parece ser la lación peptídica perinatal en las crías, e incluyen cambios
hormona mediadora de la conducta maternal en los mamí- a largo plazo en la conducta social y sexual14 . Además se
feros. El aumento fisiológico de OT en el cerebro materno ha comprobado que los efectos son diferentes en las crías
tras el parto produce en la madre una sensación de eufo- hembras de los varones13 .
ria, sueño más ligero y aumento del umbral del dolor, así La OT sintética se utiliza en un elevado porcentaje
como un incremento de la sensación de cariño hacia su hijo de partos, especialmente en nulíparas15 . El uso de la OT
y disminución de la sensación de estrés mediante reducción, sintética está tan extendido y generalizado que hay una
entre otros, de los valores de cortisol. Los niveles de esta tendencia a asumir que sus efectos son bien conocidos y
hormona se encuentran más aumentados en las mujeres que benignos, e incluso se ha recomendado el uso en dosis mayo-
mantienen a sus hijos en contacto piel con piel y, asimismo, res para evitar las cesáreas. Sin embargo, se considera que
presentan nuevas elevaciones de los valores de OT en rela- es la droga que con más frecuencia se asocia con efectos
ción con los períodos de amamantamiento10 . Por tanto, estos adversos prevenibles o evitables en el parto16 .
procesos (contacto piel con piel precoz y succión) pueden El impacto de la OT exógena en la conducta y en la lac-
facilitar el apego de las madres por sus hijos por elevación tancia no se ha estudiado en profundidad3 . La OT exógena
de la OT, además de mejorar el tono uterino tras el parto y puede: aumentar o imitar la respuesta de estrés; interrum-
disminuir la posibilidad de hemorragia puerperal. pir la secreción pulsátil de OT y la actividad subsiguiente
La OT endógena se libera de forma pulsátil y creciente de las células mioepiteliales necesaria para el inicio de la
durante el parto fisiológico, y alcanza los valores máximos lactancia8,17 ; alterar las señales en el receptor de OT de
40 I. Olza Fernández et al

las células mioepiteliales y endoteliales18 ; estimular y luego ses restringidos. El número de individuos diagnosticados de
vaciar las neuronas que segregan oxitocina19,20 ; alterar el autismo se ha incrementado en los últimos años28 , y la dis-
equilibrio de OT y los cambios en la arquitectura neuro- tribución entre sexos es de cuatro varones por cada cinco
nal en el período sensitivo del nacimiento, afectando a la afectados. En estudios poblacionales se ha observado que,
adaptación maternal21,22 . En síntesis, la OT exógena puede por ejemplo, el aumento de la incidencia acumulada de
alterar el inicio de la lactancia mediante: alteración de la autismo en la población danesa y californiana se inició entre
secreción pulsátil de OT y de las oscilaciones de la concen- 1988 y 1989 y ha seguido aumentando28 . Hay una importante
tración, desensibilización de los receptores y, de manera controversia científica sobre el aumento del diagnóstico de
más especulativa, alterando la conducta infantil o maternal. trastornos del espectro autismo.
La administración de OT intraparto produce una disminución El potencial de los posibles agentes exógenos tóxicos
de los valores de OT en el segundo día del parto y un aumento ambientales en la génesis del autismo está recibiendo gran
de la prolactina23 . atención. Se ha observado una posible relación entre alte-
A nivel de la conducta del lactante, asumir que la mani- raciones ambientales en el período perinatal y autismo, sin
pulación perinatal con OT no tiene efectos es algo por que esté clara la interpretación de esta asociación29—31 . Así
demostrar y los pocos estudios en animales señalan que esta la presentación de nalgas y la prematuridad, la cesárea y la
afirmación probablemente sea inválida3 . Los experimentos edad materna se han asociado con un incremento del riesgo
con perritos de las praderas han mostrado que la manipula- de trastornos del espectro autista (TEA). La asociación entre
ción del sistema oxitocinérgico en el período perinatal puede la presentación de nalgas y los TEA se cree que se debe a un
producir cambios de por vida en las conductas de apego y factor etiológico común y no a una asociación causal30 .
en las conductas sociales, incluidos el emparejamiento de En el debate actual sobre la etiología y la patogénesis del
los adultos y las conductas parentales, así como la reacti- autismo, se discuten dos aspectos importantes: el papel de
vidad del eje HPA, hallazgos que se han repetido en otros la OT y la posible implicación de mecanismos epigenéticos.
mamíferos14 . Algunos autores han planteado la hipótesis de que la mani-
Se suele considerar que hay dos barreras que evitan el pulación de OT perinatal pueda desempeñar un papel en la
paso potencial de la OT al cerebro del bebé: la barrera génesis del autismo32 . La naturaleza de la desregulación epi-
materno-placentaria y la barrera hematoencefálica (BHE) genética es hasta la fecha desconocida, pero si se describe
del feto. Por una parte, la barrera placentaria tiene oxi- podría explicar por qué hasta ahora no se han podido iden-
tocinasas que parecen efectivas en degradar la OT. Malek tificar alteraciones secuenciales en un huésped con genes
et al24 estudiaron la difusión madre-feto y feto-materna de candidatos4,33 .
OT y encontraron que el transporte es mayor en dirección La utilización de la OT sintética intraparto, junto con
madre feto, es decir, que la OT sintética administrada a la el uso de la anestesia epidural, se generalizó en la mayo-
madre puede llegar a la circulación fetal. Por otra parte, ría de los países en la década de 1990, sin que hasta la
durante tiempo se pensaba que la OT no podría pasar la BHE, fecha se haya estudiado la posibilidad de que ambos fac-
pero se han encontrado importantes excepciones25 . La más tores combinados desempeñen algún papel en la génesis
importante es que, durante el parto, hay una situación de del autismo. El efecto de la OT sintética en experimentos
estrés para madre e hijo que puede producir un aumento de animales es sexualmente dismórfico, y se desconoce si hay
la liberación de citocinas, o lo que es lo mismo, producir un diferencias en el efecto según el sexo en humanos. Merece
estrés oxidativo que ha demostrado que hace que la BHE sea ser investigada la posibilidad de que la administración de OT
más permeable de lo habitual. Además, la BHE del lactante intraparto en combinación con fármacos anestésicos pueda
no está tan desarrollada como la de los adultos y puede ser estar involucrada en la patogénesis de los trastornos del
que sea más permeable para pequeñas moléculas lipídicas espectro autista, dado que cada vez es mayor la evidencia
insolubles. En síntesis, es posible que durante el parto la OT de que la OT desempeña un papel crucial en la interacción
sintética administrada a la madre pueda pasar las barreras y social de los humanos. Por otra parte, la posible utilidad
llegar al cerebro del bebé26 . A su vez, diversos estudios han de la OT en el tratamiento de los síntomas nucleares del
demostrado que el exceso de OT circulante puede desen- autismo también ha comenzado a investigarse. Se está uti-
sibilizar los receptores de OT por diversos mecanismos y, lizando experimentalmente OT sintética intranasal como
por tanto, disminuir los efectos beneficiosos derivados de su posible tratamiento sintomático en adultos con autismo con
actuación. resultados prometedores34,35 .
En el recién nacido humano, las conductas de apego más
tempranas son las destinadas a mantener la proximidad de
la madre e iniciar la lactancia materna (reflejos neonatales
Conflicto de intereses
primitivos)27 , así como las conductas de interacción social
con la madre (descritas por Brazelton, NBAS). Los recién Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
nacidos sanos tienen la capacidad de reptar sobre el abdo-
men materno para encontrar por sí solos el pecho materno Bibliografía
en las primeras dos horas de vida y establecer contacto
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Oxitocina y autismo: una hipótesis a investigar. 41

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www.elsevier.es/saludmental

REVISIÓN

Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con


el tratamiento electroconvulsivo
Francisco Javier Sanz-Fuentenebro a,∗ , Ignacio Vidal Navarro b ,
Daniel Ballesteros Sanz a y Ernesto Verdura Vizcaíno a

a
Servicio de Psiquiatría, Hospital 12 de Octubre, Madrid, España
b
Servicio de Psiquiatría, Hospital de Getafe, Madrid, España

Recibido el 23 de septiembre de 2010; aceptado el 13 de diciembre de 2010

PALABRAS CLAVE Resumen


Tratamiento Introducción: La aplicación simultánea de tratamiento electroconvulsivo (TEC) y psicofármacos
electroconvulsivo; se sustenta en datos escasos. A pesar de ello, y de la actitud restrictiva de las guías y consensos,
Psicofármacos es de un uso generalizado en la práctica clínica.
Método: Se revisan los resultados de búsqueda sobre el tema en MEDLINE, PsychINFO, EMBASE y
Cochrane, así como las principales guías sobre el tema y se analizan por grupos farmacológicos.
Resultados: Salvo cierta reserva respecto a los inhibidores de la monoamino oxidasa clásicos, los
antidepresivos resultan seguros y eficaces potenciadores del TEC. Resulta deseable la retirada
de las benzodiacepinas siempre que sea clínicamente viable antes del curso de TEC, por riesgo
de interferencia en la estimulación; si no es posible, habrá que emplear la técnica apropiada
que asegure estímulos eficaces. Es recomendable interrumpir o reducir la dosis de litio previo
al TEC a partir de un análisis coste-beneficio del riesgo de recaída; en caso de mantenerse,
se ajustarán valores menores y técnica minimizadora de efectos cognitivos. La combinación
con antipsicóticos «clásicos» y «atípicos» potencia los efectos clínicos positivos y el riesgo de
uso combinado es bajo. Los datos más positivos se recogen con clozapina y TEC en psicosis
resistente, con escasa presencia de efectos derivados del descenso del umbral de convulsión
por clozapina, e importante efecto de potenciación, aunque de duración limitada.
Conclusiones: Aunque es preciso individualizar rigurosamente las situaciones en función de fár-
macos, paciente y técnica de TEC, y necesario desarrollar ensayos metodológicamente cuidados
que ofrezcan datos firmes, el uso conjunto de TEC y psicofármacos presenta en general un nivel
de riesgo asumible y datos de eficacia por potenciación esperanzadores.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: javisanz@terra.es (F.J. Sanz-Fuentenebro).

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.12.001
Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento electroconvulsivo 43

KEYWORDS Effectiveness and risks of combining antipsychotic drugs with electroconvulsive


Electroconvulsive treatment
therapy;
Abstract
Psychotropic drugs
Introduction: The simultaneous application of electroconvulsive therapy (ECT) and psychotro-
pic drugs is based on sparse data. Despite this, and the restrictive approach of the Guidelines
and Consensus is widespread in the usual care, it is widely practiced in routine clinical.
Method: We reviewed the results of search on the topic in MEDLINE, PsychINFO, EMBASE and
Cochrane, and the main guidelines on the subject and analyzed for drug groups.
Results: Except some reservation with regard to classical MAOIs, antidepressants are safe
and effective enhancers of the TEC. It is desirable to discontinuation of BZD whene-
ver clinically possible before the course of ECT for risk of interference, if not possible
will have to use proper technique to ensure effective incentives. It is advisable to stop
or reduce the dose of lithium prior to ECT based on a cost-benefit analysis of the risk
of relapse, if maintained will be adjusted lower levels and cognitive effects minimizing
techniques. The combination with ‘‘classic’’ and ‘‘atypical’’ antipsychotics power posi-
tive clinical effects and the risk of combined use is low. The positive data are collected
with clozapine and ECT-resistant psychosis, with little presence of effects of the decrease
of seizure threshold by clozapine, and important effect of empowerment, but of limited
duration.
Conclusions: Although it is strictly necessary to identify situations in terms of drugs, patient
and ECT technique, and care necessary to develop tests that provide methodologically sound
data, the combined use of ECT and psychotropic drugs in general presents an acceptable risk
level and efficacy data by encouraging empowerment.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

Introducción Resultados

En un contexto como el actual, en que el interés por el tra- Antidepresivos


tamiento electroconvulsivo (TEC) parece renovarse, resulta
llamativo que fuera de los circuitos más específicamente La actitud respecto a la combinación de TEC y antidepre-
dedicados al tema se aborde tan poco una situación fre- sivos es un buen ejemplo de esa quizá excesiva cautela a
cuente en la clínica: el empleo simultáneo o próximo en el la que aludíamos. Numerosos autores presentan datos de
tiempo de TEC y psicofármacos. riesgo bajo y posible potenciación del efecto antidepre-
Los criterios publicados por las sociedades científicas, sivo con la suma de tratamientos, que estaría justificada,
basados esencialmente en consensos de expertos, series de al menos en situaciones de resistencia y en solapamiento
casos, y sólo excepcionalmente en ensayos controlados1 , al final de una tanda de TEC6 . Welch7 mantiene que
suelen ser conservadores. resulta adecuado tanto el descenso paulatino de dosis
Sin embargo, la experiencia de los clínicos interesa- de antidepresivo, como la combinación buscando poten-
dos apunta más en la línea de las escasas y generalmente ciación, y sólo habría que evitar la supresión brusca del
poco actualizadas revisiones del tema: hay un riesgo bajo fármaco.
e incluso frecuente potenciación con el empleo simultáneo Sin embargo, encontramos que, en general, sigue pri-
de ambos recursos, tanto en situaciones urgentes por inevi- mando el criterio contrario al uso conjunto de ambos
table solapamiento, como en tratamiento agudo de casos tratamientos, tanto en prudentes revisiones como la de Prit-
resistentes a monoterapia o durante el TEC de manteni- chett et al8 de 1993 y Klapheke9 en 1997, como en referentes
miento. básicos como el propio Abrams en su texto de 200210 .
Nos proponemos una revisión actualizada —–incluidos los Respecto a las guías y consensos, el Consenso Español
escasos datos disponibles sobre las últimas generaciones de sobre TEC de 1999 recomienda no suspender tratamientos
antidepresivos y antipsicóticos—–, de un tema que conside- con tricíclicos o inhibidores selectivos de la recaptación de
ramos de utilidad en la actividad clínica habitual. serotonina (ISRS) ya instaurados, e individualizar la decisión
en el caso de los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO)
Metodología clásicos5 . La guía NICE de abril 20032 recoge que la combi-
nación de TEC con farmacoterapia no demostró ser superior
Se han revisado de modo exhaustivo los resultados de al TEC solo, aunque la duración de los ensayos utilizados fue
búsqueda sobre el tema en MEDLINE, PsychINFO, EMBASE insuficiente. Comparado con el placebo, la continuación con
y Cochrane así como las principales guías sobre el tricíclicos y/o litio reduce la tasa de recaídas en personas
tema1—5 . que habían respondido al TEC.
44 F.J. Sanz-Fuentenebro et al

La Guía de 2005 del Royal College británico1 concluye que suspenderlos. A considerar que se trata de pacientes en tra-
la falta de grandes ensayos o medidas de resultado comunes tamiento crónico con IMAO, y en tratamiento recientes la
entre los estudios limita la interpretación de la disposición respuesta podría diferir.
pruebas. Los datos disponibles indican que la respuesta tera- Tampoco Monaco y Delaplaine24 en 1964 encuentran com-
péutica al TEC puede ser ampliada por los antidepresivos, el plicaciones en un ensayo doble ciego con 26 pacientes en
litio y pindolol sin grandes riesgos para los pacientes, y que tratamiento con 10 mg de tranilcipromina, y las revisiones
hay una clara necesidad de ensayos clínicos aleatorizados de Freese25 en 1985, Welch7 en 1995 y Remick et al26 en
sobre intervenciones farmacológicas administradas durante 1987 apoyan también esta opinión de riesgo bajo. La Ameri-
un ciclo de TEC. can Psychological Association (APA)4 , aunque mantiene a los
Al revisar el tema por grupos farmacológicos, la biblio- IMAO en el apartado de «medicaciones que suelen reducirse
grafía de la década de 1960 sobre tricíclicos suele ser o suprimirse», considera la combinación segura observando
metodológicamente discutible. Por lo general se trata de ciertas precauciones.
casos aislados con datos contradictorios sobre el probable No obstante, globalmente se sigue propugnando
beneficio del uso conjunto, que refieren escasas interaccio- prudencia9,15 . Desde luego muy pocos datos apoyan la
nes problemáticas11 . aislada opinión de Muller y Nardil27 en 1961 respecto
De esos primeros trabajos, cabe destacar el de Seager y a que la suma de IMAO con TEC pueda resultar en una
Bird12 en 1962 que, en un trabajo aleatorizado, doble ciego, potenciación de eficacia tal, que permita asumir el riesgo
con una muestra de 43 pacientes, no encuentran respuesta de la anestesia. No obstante, en situaciones de necesidad
diferente en la fase aguda con la suma de imipramina y TEC es posible saltarse las dos rigurosas semanas de lavado con
frente a TEC más placebo. ciertas precauciones9 .
Ya en 1989, Nelson y Benjamín13 comparan TEC sólo Pero va a ser con los ISRS donde la polémica resulta más
frente a TEC con dosis bajas o altas de tricíclicos y encuen- enconada. Los primeros datos sobre convulsiones prolonga-
tran una mejoría mayor y un número menor de sesiones das con ISRS se refieren lógicamente a fluoxetina. En 1991
precisas en los casos de tratamiento combinado, además se habían descrito 3 casos15 , ninguno de ellos grave, y pocos
de observar escasos efectos secundarios. Sin embargo, más proporcionalmente, dado el uso masivo de este fármaco,
recientemente Mayur et al14 no encontraron diferencias sig- pero que provocan numerosas réplicas y trabajos prospecti-
nificativas en términos de velocidad de respuesta al TEC en vos buscando aclarar la seguridad del empleo combinado.
pacientes con o sin discontinuación de antidepresivos tricí- En conjunto, los trabajos que confirman algún nivel de
clicos, aunque el grupo tratado con antidepresivos tuvieron riesgo con la combinación ISRS y TEC resultan minoritarios.
mayores efectos secundarios anticolinérgicos. Con fluoxetina tan sólo en situaciones de mantenimiento con
Respecto a las posibles interacciones de los tricíclicos y TEC, se propugna evitar la suma, aunque más por el posible
los tetracíclicos con la situación anestésica, hemos encon- riesgo de interacción con los niveles de anestésicos que por
trado un goteo de casos que refieren variadas alteraciones acción en los parámetros de la convulsión32 .
del ritmo cardíaco —–aunque hay que recordar el empleo Respecto a paroxetina, Curran33 en 1995 comunica un
frecuente de medicación concomitante y edad avanzada ensayo que compara a 7 pacientes que reciben paroxetina
de los pacientes—–, así como posibles alteraciones debidas entre 20 y 50 mg más TEC bilateral, con 7 controles en tra-
al cese brusco del psicofármaco, etc.15 . Por el contrario, tamiento con tricíclicos y TEC. Las convulsiones del primer
Glassman16 describe en 1987 cierto efecto antiarrítmico pro- grupo duraron una media de 38,4 segundos, frente a los 23,4
tector durante el TEC tras el uso mantenido de ADTicíclicos. segundos del segundo grupo. No refieren otros efectos de
Globalmente, los posibles riesgos cardiovasculares de interés.
anestesiar a pacientes en tratamiento con tricíclicos son Folkerts34 en 1995 comunica un caso de convulsiones
considerados por Selvin17 en 1987 como bajos cuando se espontáneas al inducir anestesia con metohexital antes del
trata de tratamientos crónicos, y como moderados cuando estímulo, en una paciente en tratamiento con 40 mg de paro-
los antidepresivos se instauraron en el mes previo al TEC, en xetina y, aunque no encuentra datos para asociarlo y existen
concreto respecto a aparición de arritmias. precedentes de crisis espontáneas con metohexital, propone
La posible prolongación del tiempo de convulsión por el prudencia en general con la asociación de ISRS y TEC.
uso simultáneo de TEC y antidepresivos es otro tema parti- En 1996, la revisión de Serfaty et al35 presenta que los
cularmente polémico. No se describe con tricíclicos, a pesar ISRS (en concreto estudia 30 casos con fluoxetina, 12 paro-
del conocido efecto de disminución del umbral que tienen en xetina, 1 sertralina) prolongan claramente las convulsiones
general. Con trazodona es una interacción que se encuentra (dentro de límites normales), en comparación con otros psi-
a menudo, aunque en casos con medicación concomitante cofármacos aplicados a su muestra.
confusa o compleja18—20 . También se ha referido este efecto Los resultados que descartan riesgo en la suma de TEC
con bupropión21,22 . e ISRS son numerosos. Así, Kellner y Bruno28 comunican en
Respecto a los IMAO clásicos, ha existido un consenso 1989 dos casos de pacientes que presentan valores plasmá-
generalizado de no uso junto al TEC por los riesgos de inter- ticos de fluoxetina en rango terapéutico, y no presentan
acción con la anestesia10 , y tradicionalmente se han descrito efectos adversos al recibir TEC. También Harsch y Haddox29
casos de hipertensión e hipotensión, fiebre, hiperreflexia, en 1990 refieren un caso sin modificación de los parámetros
convulsiones y hepatotoxicidad. Sin embargo, El-Ganzouri et de la convulsión. Gutierrez-Esteinor y Pope30 en 1989 publi-
al23 en 1985 con un estudio prospectivo amplio de anestesia can un sólido trabajo en el que 12 pacientes reciben TEC y
con IMAO es menos pesimista, de hecho encuentra que, salvo fluoxetina a dosis entre 20 y 140 mg, y 25 controles sólo el
un cierto aumento de presión arterial y frecuencia cardíaca, TEC, sin encontrar en los tiempos de convulsión diferencias
no hay serios problemas, y concluye que no es imprescindible significativas. Describe de hecho cierta tendencia a menores
Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento electroconvulsivo 45

tiempos de convulsión en el grupo de altas dosis de fluoxe- al usar tricíclicos, y escaso de prolongación de convulsio-
tina. Zis31 en 1992 también publica un estudio prospectivo nes con ISRS. También venlafaxina (a dosis no elevadas)
de 7 pacientes con depresión que reciben placebo o fluo- y mirtazapina parecen resultar eficaces y razonablemente
xetina antes del tercer o cuarto TEC, sin diferencias en la potenciadores seguros. Como siempre, la decisión de com-
duración de las convulsiones. binar TEC con antidepresivos, y el momento de iniciarlo,
En un trabajo metodológicamente complejo de 1996, deberá individualizarse en función de la clínica y situación
Lauritzen et al36 comparan respuesta precoz y recaídas en médica del paciente, e incluso de la capacidad técnica del
87 pacientes con depresión tras TEC con 30 mg de paroxe- medio en que se administra.
tina, 150 de imipramina o placebo. La respuesta precoz es
mejor con imipramina, pero las recaídas son mucho meno-
res si el mantenimiento es con paroxetina. No se presentaron Benzodiacepinas
efectos problemáticos en ningún caso.
En conjunto, podemos resumir que, aunque hay datos que Las benzodiacepinas tienen un efecto anticonvulsivante, por
orientan a cierta prolongación del tiempo de convulsión con lo que tradicionalmente se ha planteado que pueden inter-
la suma de TEC e ISRS, se describen incrementos no pro- ferir en la duración de las convulsiones provocadas por el
blemáticos, por lo que, en general, se propugna mantener TEC, e incluso en la eficacia misma de la técnica15 .
los ISRS durante el TEC si son clínicamente precisos por el En esta línea, el Consenso Español sobre TEC de 1999
bajo riesgo clínico existente7 . Hay que considerar además recomienda evitar su uso durante el TEC, salvo si se
el posible empeoramiento depresivo al suprimir de forma toman de forma crónica5 . Los criterios de la APA indi-
precipitada los antidepresivos previamente al TEC37 . can que sólo deberían emplearse conjuntamente si resulta
Finalmente, y respecto a los últimos en nuestro mer- imprescindible3,4 , en cuyo caso se indica que son preferibles
cado, Farah38 comunica en 1997 combinación de TEC con como ansiolíticos las de vida media corta sin metabolitos
mirtazapina. Aunque se trata de únicamente dos casos, tan tipo loracepam46 , y como hipnóticos los ultracortos en la
sólo un total de 7 tratamientos y uno de los pacientes está línea del triazolam47 . Las recomendaciones de la APA 2001
seriamente polimedicado, el resultado fue satisfactorio, sin indican una disminución o interrupción de benzodiacepinas
complicaciones atribuibles a la interacción. Con escitalo- siempre que sea clínicamente posible, antes del curso de
pram, Masdrakis39 en 2008 comunica tres casos a dosis de TEC4 .
20 mg sin complicaciones. La mayor parte de los estudios que hemos revisado
Los datos sobre venlafaxina son interesantes. Por un apoyan esta práctica. Así, Stromgren48 compara a 23 pacien-
lado, respecto a los riesgos de la suma, se recogen datos tes que reciben benzodiacepinas como hipnóticos o como
consistentes de alteraciones cardíacas en pacientes con ansiolíticos con 20 controles, empleando TEC unilateral,
dosis variables de venlafaxina, especialmente en rango y encuentra en aquellos una clara diferencia con menor
elevado40—44 . Sin embargo Farah y Colenda40 en 1995 refieren duración de las convulsiones, mayor número de sesiones
la aplicación de la combinación en dos casos de depresión necesarias para obtener mejoría y más sesiones ineficaces,
resistente a tricíclicos, fluoxetina y litio, dos ancianos de 67 recomendando que se evite el uso conjunto. Los resultados
y 72 años. La respuesta clínica fue parcial, pero la tolerancia de D’Elia et al49 en 1983, y Ottosson50 o Standish-Barry et
fue excelente. Bernardo et al41 no encontraron diferencias al51 en 1985 son muy parecidos.
en cuanto al número de sesiones de TEC, la duración de Pettinati et al52 en 1990 comparan a 34 pacientes en
la convulsión media y el aumento promedio de la presión tratamiento con benzodiacepinas más TEC y 14 controles
arterial después del TEC, en estudio con venlafaxina com- sin fármacos. Se observa una clara relación de convulsiones
parada con imipramina y clorimipramina, y concluyeron que ineficaces y menor mejoría depresiva con el uso de ben-
es seguro el uso concomitante de venlafaxina con el TEC. zodiacepinas en los casos en que se aplicó TEC unilateral,
Sobre eficacia con la potenciación, en un muy intere- aunque no cuando se utilizaba localización bilateral. El tra-
sante, reciente y bien estructurado trabajo, Sackeim et al45 bajo ha tenido una repercusión notable a pesar de ciertas
en 2009 encontraron que la combinación de TEC más nor- limitaciones metodológicas, como el escaso número de TEC
triptilina es más eficaz que la combinación con placebo. El bilaterales o la no determinación del umbral11 .
trabajo recoge un efecto similar con la combinación de ven- Klapheke9 en 1997 concluye que las benzodiacepinas ele-
lafaxina y TEC, aunque de una magnitud algo inferior que van el umbral, disminuyen la duración de las convulsiones y
con nortriptilina. No encontró un aumento importante de la eficacia del TEC unilateral, aunque indica que hay que ser
efectos adversos, aunque para venlafaxina se describe un conservadores al suprimirlas, empleando quizá como alter-
posible empeoramiento de la amnesia retrógrada, que sin nativas neurolépticos sedantes si es preciso.
embargo mejora con nortriptilina. El único caso que hemos encontrado en el que se indique
Finalmente, respecto a TEC con bupropión, Conway y un efecto clínico potenciado del TEC con las benzodiacepi-
Nelson22 en 2001 comunican un caso de convulsiones prolon- nas es el de Petrides et al53 de 1997, pero se refiere a 5 casos
gadas, si bien se trataba de un paciente medicado además de catatonía tratada con TEC y loracepam, no a cuadros
con litio y venlafaxina. afectivos como la mayor parte de los trabajos.
En conjunto, salvo con los IMAO clásicos, de uso escaso A pesar de todo lo referido, el uso combinado sigue siendo
en nuestro medio, y que resultan mayoritariamente cues- práctica común en la clínica diaria, pues resulta arriesgado
tionados, la respuesta al TEC puede potenciarse con los suspender de forma brusca las benzodiacepinas por el riesgo
antidepresivos, especialmente con tricíclicos. Respecto a de rebotes ansiosos e incluso abstinencia, y es problemático
interacción en técnica o efectos secundarios aumentados, se posponer el TEC hasta al menos descender dosis de ellas11 .
encuentra un bajo nivel de riesgo cardiovascular y cognitivo En esta situación, ante el riesgo de que las benzodiacepinas
46 F.J. Sanz-Fuentenebro et al

supongan menor eficacia del TEC, se plantea que es prefe- recurrente, la discontinuación de litio puede ser desacon-
rible suprimirlas, y si no es posible se recomienda emplear sejable, así que la decisión de continuar con el litio debe
estimulación bilateral y cargas claramente supraumbral46 . hacerse caso a caso, valorando los riesgos de neurotoxicidad
En conjunto, parece preferible una disminución o cese contra los riesgos de recaída afectiva si la medicación se sus-
de benzodiacepinas, siempre que sea clínicamente posible pende. En caso de necesidad, podría aplicarse suspendiendo
antes del curso de TEC. Si no es posible habrá que ajustar las últimas tomas para disminuir niveles, y empleando téc-
la técnica para asegurar convulsiones eficaces minimizando nica de TEC que minimice el riesgo de efectos cognitivos63 .
efectos secundarios.
Anticomiciales
Litio
Por definición los anticomiciales disminuyen el inicio, la
proliferación y la duración de las crisis epilépticas7 . Se ha
La bibliografía en torno al uso de litio durante el TEC sigue
establecido cierto consenso sobre la interferencia de los
siendo contradictoria. La mayor parte de los casos de inter-
anticomiciales en la duración de las convulsiones del TEC64 ,
acción comunicados alude a situaciones de delirio o al riesgo
o el aumento de efectos cognitivos, que en su conjunto afec-
de prolongación del efecto de los bloqueadores neuromus-
tan a la respuesta clínica65 .
culares durante la anestesia. Se recogen desde informes de
Algunos autores (entre ellos la propia APA en 2001)4
neurotoxicidad franca, como los asociados a una prolongada
propugnan disminuir dosis; otros sólo si se observa que
actividad convulsiva54 , a autores que han documentado la
hay interferencia para obtener convulsiones suficientes7 .
seguridad y los efectos beneficiosos de continuar el litio
Para mantener adecuadas convulsiones, además de ajus-
durante el TEC55—57 .
tar dosis de anticomicial, se puede aumentar la energía
En 1980 Small et al58 presentan 25 casos de TEC simul-
administrada10 o disminuir el umbral de convulsión con
táneo al empleo de litio, frente a 25 TEC controles. Con la
hiperventilación66 . Sin embargo, hay controversia al res-
suma de tratamientos encuentra peores medidas de memo-
pecto. La APA en 20014 plantea que la «convulsión
ria, más confusión y alteraciones neurológicas atípicas. En
adecuada» no está bien definida, y recomienda evitar los
1990 vuelve a revisar el tema y a concluir que hay que evi-
efectos negativos de los anticonvulsivantes en el umbral
tarlo en lo posible, aunque en situaciones de emergencia
(siempre que éstos estén pautados con una indicación psi-
puede aplicarse con un seguimiento riguroso de efectos59 .
quiátrica, por ejemplo, como estabilizadores de ánimo)
En 1990 Penney et al60 estudian 27 casos de uso conco-
y Abrams10 alerta de un aumento del riesgo de estado
mitante de litio y TEC, 49 casos que lo suspenden 24 horas
epiléptico tras una abrupta discontinuación de antiepilép-
antes del TEC o que lo reinician 48 horas tras las sesiones, y
ticos.
100 TEC sin litio. Tan sólo encuentran mayor confusión, sin
Sin embargo, no disponemos de datos obtenidos de ensa-
otros riesgos mayores, y proponen precaución, aunque no
yos prospectivos, tan sólo revisiones de series de casos.
lo consideran completamente contraindicado. Sin embargo,
Así, ya desde 1997, con Zárate et al67 , en su modesta
más recientemente, Dolenc y Rasmussen61 en 2005 descri-
serie de TEC aplicado junto con valproico y con carbamace-
ben a 12 pacientes en los que la combinación de litio y TEC
pina, se acepta que, en caso de necesidad, la combinación
fue segura.
no resulta especialmente tóxica ni interfiere significativa-
El mecanismo de la interacción no está claro. Se propone
mente en la técnica, salvo la conocida prolongación del
que el riesgo de delirio se debe al paso masivo de litio al
efecto de succinilcolina con carbamacepina64 . También la
espacio intracelular por la apertura de los canales de sodio
revisión de Sienaert y Peuskens68 de 2007 sobre carbama-
por la convulsión62 . Asimismo, se han implicado mecanismos
cepina, gabapentina, lamotrigina, topiramato y valproico
colinérgicos, descenso del umbral con aumento de las con-
descarta riesgos con la combinación, aunque tampoco se
vulsiones, y especialmente aumento de la permeabilidad de
encuentra potenciación, esperanza que aún se mantiene
la BHE al paso de litio, aunque los trabajos muestran que
abierta recientemente69 . No disponemos de datos clara-
los valores intracerebrales no aumentan realmente, ni los
mente diferenciados con distintas sustancias, a señalar
plasmáticos descienden14 .
lamotrigina, con dos series que indican buena tolerancia clí-
En conjunto, a pesar de que revisiones optimistas, como
nica y baja interferencia en la técnica65,70 . Así, en conjunto,
la de Rudofer et al63 en 1987, que analiza especialmente
encontramos que los anticomiciales no parecen interferir
las interacciones farmacocinéticas del litio con el TEC, sólo
significativamente en la técnica, ni provocar efectos secun-
encuentran casos puntuales de potenciación de anestesia y
darios importantes, aunque tampoco se demuestra que haya
bloqueadores neuromusculares, la Conferencia de Consenso
potenciación de efecto.
sobre TEC de 198571 recomienda también que se evite, al
igual que Abrams en su texto de 2002, aunque admite que no
hay pruebas firmes que contraindiquen esta combinación10 . Antipsicóticos
En conjunto, podemos destacar que el Consenso Español
sobre TEC de 1999 no considera contraindicado su uso con- La aplicación de TEC en esquizofrenia sigue siendo un tema
comitante con TEC, con ciertas precauciones respecto al discutido. Se asume una eficacia global baja, aunque auto-
estímulo y el seguimiento de la función cognitiva5 . La APA res significativos72,73 cuestionan esta impresión por basarse
en 20014 advierte del riesgo de delirio con la combinación en trabajos antiguos, con muestras heterogéneas de pacien-
e indica interrumpir o reducir la dosis de litio previo al TEC tes deteriorados. En general se acepta que los plazos de
basado en análisis coste-beneficio del riesgo de recaída afec- respuesta son cortos, pero el efecto, efímero74 . En los últi-
tiva. Para los pacientes con un trastorno afectivo grave y mos años se retoma el TEC como opción en pacientes con
Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento electroconvulsivo 47

síntomas graves o refractarios, e incluso en primeros episo- Meltzer90 y Fink en 1990 —–cuando el segundo plantea al pri-
dios psicóticos con resultados prometedores75,76 . mero si no resultaría más eficaz y menos arriesgado emplear
Los criterios de la APA en 20014 indican el TEC en esqui- TEC en esquizofrenia resistente que clozapina, y a pesar de
zofrenia, si hay catatonía, clínica afectiva, antecedente de los temores que podrían suscitar los datos de anormalidades
buena respuesta y cuando los síntomas psicóticos tienen un electroencefalográficas y convulsiones espontáneas depen-
comienzo abrupto y/o reciente en el episodio presente. Con- dientes de la dosis en pacientes tratados con clozapina—–,
clusiones similares se encuentran en una revisión Cochrane los estudios sobre combinación de TEC con esta sustancia
de 200577 . Las restrictivas guías NICE no consideran el TEC son proporcionalmente numerosos y en general, positivos.
como opción en el manejo de la esquizofrenia2 ; no obstante, Masiar y Johns91 comunicaron en 1991 un caso de convul-
la Guía del Royal College de 20041 lo acepta como posibili- siones tardías tras aplicar TEC a un paciente psicótico que
dad en esquizofrenia resistente, y como primera línea en había recibido 800 mg de clozapina hasta 14 días antes del
catatonía. TEC. Los propios autores son cautos al atribuir las crisis a la
A diferencia de los demás grupos de psicofármacos revi- suma de tratamientos, sobre todo teniendo en cuenta que
sados, con los antipsicóticos encontramos un generalizado el paciente también recibía altas dosis de diacepam, y éste
consenso de que el riesgo de uso combinado con el TEC es se suspendió de forma inmediata antes del TEC.
bajo, e incluso la combinación potencia los efectos clínicos Frankenburg et al92 en 1993 revisan 12 casos de uso
positivos7 ; revisaremos ambos aspectos sobre antipsicóti- combinado en psicosis resistentes, con dosis de clozapina
cos «clásicos» y los denominados «atípicos» (mantenemos medias de 550 mg; la respuesta clínica es variable, sin efec-
una diferenciación ya insostenible78—80 para clarificar la revi- tos secundarios reseñables. También los 14 casos similares
sión). de Kales et al93 , 2 de Factor et al94 , 7 de Cardwell y Nakai95 ,
Respecto a posibles riesgos de la combinación con antipsi- 4 de Benatov et al96 , 1 de Bathia97 , y 10 de Kho98 en un
cóticos clásicos, la precaución más general deriva del efecto correcto ensayo abierto prospectivo de 2004, presentan un
de descenso del umbral de convulsión. Nobler y Sackeim46 buen porcentaje de respuestas favorables y un solo caso
en 1993 plantean la necesidad de disminuir las dosis de de taquicardia que persiste tras la TEC. Kupchik99 en 2000
antipsicóticos durante el TEC para prevenir posibles convul- comunica 36 casos de clozapina combinada con TEC, de los
siones prolongadas, pues parece ser un riesgo que aumenta cuales en 5 aparecen arritmias cardíacas (4 taquicardias
con dosis altas. El riesgo parece mayor con fenotiacinas y sinusales y una taquicardia supraventricular, en un paciente
reserpina7 , aunque se trata de estudios antiguos y contra- tratado a su vez con cafeína), por lo que propone que las
dictorios. Aunque se recogen algunos datos sobre aumento arritmias cardíacas pueden ser una contraindicación relativa
de mortalidad y morbilidad con la mezcla de clorproma- para la administración del tratamiento combinado.
cina y TEC, Janakiramaiah et al81 en 1982 comparan TEC En 2006, Havaki-Kontaxaki100 revisa los datos más sig-
y clorpromacina a varias dosis o CPZ sola en 60 pacientes, nificativos descritos hasta el momento sobre la suma de
y encuentran mayor eficacia con dosis suficientes de CPS clozapina con TEC y encuentra potenciación en el 67-72%
sola, salvo en rapidez de respuesta, pero sin datos sobre de casos, aunque el efecto positivo sólo se mantuvo a los 4
riesgo. En su revisión de 1973 sobre fenotiacinas, Turek82 meses en el 22%; se recogen efectos adversos en el 16% de
indica que, aunque en trabajos metodológicamente cues- casos.
tionables, suele encontrarse riesgo bajo y mayor eficacia Aunque se trata de una técnica poco utilizada, cuando se
clínica con la combinación. suma cafeína a clozapina con TEC por duración insuficiente
En cuanto a potenciación del efecto clínico con la suma de las convulsiones, los datos son contradictorios: Lurie101
de antipsicóticos típicos y TEC, sólo Sarkar et al83 en comunica un caso de uso combinado con buena respuesta sin
1994 presentan datos negativos tras un cuidadoso ensayo complicaciones, pero Klapheke9 apunta a potenciación de
doble ciego y prospectivo con pacientes esquizofrénicos complicaciones en el ritmo cardíaco, y Bloch et al102 comu-
empleando haloperidol a dosis de 15 mg solo o combinado nican un caso aislado de prolongación de convulsiones con
con 6 sesiones de TEC bilateral sinusoidal, sin encontrar la asociación.
diferencias a corto ni medio plazo en la respuesta clínica. Respecto al resto de los denominados antipsicóticos atí-
Considerando sólo los artículos más significativos, Kong y picos, al emplear risperidona, los datos experimentales con
Glatter-Gotz84 en 1990 encuentran buena respuesta con bajo ratas (comunicados por el laboratorio investigador de la
nivel de riesgo en 13 psicóticos resistentes a haloperidol, sustancia) plantean a priori una elevación del umbral de
zuclopentisol, flufenacina y droperidol solos, a los que se convulsión103 . En la práctica clínica, Farah et al104 en 1995
añade TEC. Chanpattana et al85 en 1999 encuentran que la comunican 10 casos de TEC bilateral junto con risperidona,
combinación de TEC con flupentixol es eficaz en el trata- de los que describe a 4 pacientes con cuadros afectivos o
miento de la esquizofrenia resistente. Estos resultados se esquizoafectivos que reciben dosis moderadas de risperi-
siguen confirmando en otros ensayos del grupo85—88 . Aunque dona (una media de 6 mg) y TEC de pulso breve unilateral
con un trabajo que sugiere ciertos sesgos metodológicos, o bilateral. No encuentran complicaciones y la respuesta,
Ravanić et al89 en 2009 concluyen que la combinación de en casos que eran previamente resistentes a la monotera-
antipsicóticos y ECT puede utilizarse con seguridad y efica- pia, fue favorable. Muy someramente, Madhusoodanan et
cia en el tratamiento de casos resistentes de esquizofrenia, al105 aluden en 1995 a un caso de trastorno bipolar de 79
e indican que los nuevos fármacos atípicos pueden ser más años, que recibe 2 mg de risperidona junto a TEC, sin efec-
convenientes que los antiguos. tos problemáticos, aunque tampoco beneficio clínico. En
Por lo general, hemos estado hablando de esquizofre- nuestro medio, Alcántara et al106 han comunicado un caso
nia resistente, y resulta preciso extendernos al hablar de de clínica psicótica en un paciente con Parkinson tratado
clozapina. Desde la polémica inicial entre nada menos que con L-dopa que recibió 8 sesiones de TEC junto a 1 mg de
48 F.J. Sanz-Fuentenebro et al

risperidona, con buena respuesta de la sintomatología y sin también reportados por un ensayo reciente de Bundy117 en
complicaciones. 2010.
Más recientemente, algunos autores107 indican que el
aumento de la eficacia de la risperidona y la olanzapina en Teofilina
combinación con TEC es menor que con otras estrategias de
potenciación farmacológicas.
La teofilina prolonga también las convulsiones inducidas
Respecto a aripiprazol, Masdrakis108 informa en 2008 de
por TEC, hecho que va a suponer cierto riesgo clínico
4 casos que avalan la seguridad de su tratamiento conco-
asumible118 en caso de combinar ambos tratamientos119,120 ;
mitante con TEC. Todos los pacientes se beneficiaron del
pero también una alternativa a la cafeína aún poco explo-
tratamiento y sólo presentaron los efectos cognitivos usua-
rada cuando buscamos ese efecto de forma deliberada121 .
les asociados a la TEC, mínimos y transitorios. Finalmente, al
En 2008 Schak122 concluye que con una adecuada evaluación
comparar en esquizofrenia resistente potenciación con TEC
pretratamiento y ciertas precauciones durante el procedi-
unilateral de olanzapina, risperidona y sulpiride, Ravanić et
miento, puede darse con seguridad TEC a los pacientes con
al89 recogen un efecto mayor según el orden indicado.
enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En conjunto, encontramos que con antipsicóticos
«clásicos» hay un consenso generalizado que la combina-
ción potencia los efectos clínicos positivos y que el riesgo Flumazenilo
de uso combinado es bajo, esencialmente relacionado con
el descenso del umbral de convulsión. Los datos más posi- Una alternativa propuesta cuando es preciso aplicar TEC
tivos se recogen con clozapina y TEC en psicosis resistente, en pacientes que están utilizando benzodiacepinas es el
con escasa presencia de efectos derivados del descenso del «lavado» de benzodiacepinas inmediatamente previo al TEC
umbral de convulsión por clozapina, e importante efecto con flumazenilo123—125 , si bien aún falta por determinar la
de potenciación, aunque de duración limitada. Con otros dosis, el momento de aplicación idóneo, e incluso el equili-
atípicos los datos disponibles son menores, en general no brio de riesgo de abstinencia11,126 .
se describe toxicidad por la suma y sí diversos grados de Cuando se usa flumazenilo para el lavado de ben-
potenciación. zodiacepinas, las recomendaciones de la APA de 2001
son administrar una benzodiazepina de acción corta
(p. ej., midazolam) inmediatamente después de la induc-
Algunos fármacos utilizados en la técnica de ción de la convulsión, para prevenir efectos de abstinencia
TEC postictales4 .

Cafeína Fármacos potenciadores en psicofarmacología


y TEC
Como sabemos, la cafeína se emplea como potenciador de
las convulsiones por el efecto competidor de la adenosina
L-triptófano
que tienen las metilxantinas7 . Buscamos disminuir umbra-
les excesivos, o prolongar las crisis en los casos en que
resultan cortas, aunque ambos efectos resultan a veces Se ha planteado como posible potenciador del efecto anti-
independientes109 . depresivo del TEC. D’Elia et al127 en 1977 comunican un
Desde el artículo pionero de Shapira et al110 de 1987, se resultado positivo, aunque poco significativo clínicamente.
han publicado muchos más. En la práctica se utiliza gene- Se ha indicado el riesgo de aumentar las alteraciones
ralmente sal sódica de cafeína intravenosa a dosis entre 500 mnésicas128 , por lo que la mayor parte de los autores lo
y 2.000 mg inmediatamente previo al estímulo, con buena contraindican7 .
tolerancia cardiovascular y clínica en general, incluso en
poblaciones de riesgo111 . Triiodotironina T3 y TRH
Sin embargo, en los últimos tiempos, la técnica se cues-
tiona por varios motivos. Por una parte, se han descrito en También como potenciador de efecto antidepresivo del TEC
ratas lesiones en hipocampo y estriado112 , quizás atribuibles se comunicaron buenos resultados con T3. En concreto,
a la combinación; por otra, se recoge cierta anulación del se describen mejores parámetros de la convulsión, mejo-
efecto buscado en sucesivas sesiones113 ; pero sobre todo se ría cognitiva post-TEC y mejoría clínica subjetiva, aunque
critica la utilidad clínica real de su efecto114 y su necesi- quizá no hay datos suficientes para emplearlo de forma
dad con la nueva generación de estimuladores de TEC. Así, habitual7,129 .
en 1990 Coffey et al115 comparan a doble ciego la poten- Khan et al130 refieren el empleo de TRH en dosis bajas
ciación de TEC con cafeína frente al mantenimiento del (0,5 mg) en pacientes con depresión en tratamiento con TEC,
tiempo de convulsión a base de ajustar el estímulo, y no administrado 5 minutos después de la sesión. En un ensayo
encuentra diferencias en evolución ni en efectos cognitivo doble ciego se encuentra mejor rendimiento en baterías
o secundarios, en general. neuropsicológicas, lo cual plantea la posibilidad de cierto
En 2002, en una revisión sobre agentes proconvulsivan- efecto de disminución del daño cognitivo, sin modificación
tes, Datto et al116 concluyen que la estrategia de modificar del tiempo de convulsión131 . En una extensión y reanálisis del
los agentes anestésicos (el uso de fármacos como etomi- estudio de Papakostas et al132 , se indica que los pacientes
dato y ketamina, y el uso de hiperventilación) es más con respuesta de TSH bloqueada con administración de TRH
favorable que la del uso de cafeína. Estos resultados son pueden tener una susceptibilidad mayor a las crisis (medida
Eficacia y riesgos de la combinación de psicofármacos con el tratamiento electroconvulsivo 49

por duración de la convulsión), pero los resultados de un Potenciaciones como TRH, L-triptófano y T3 están en franco
ensayo posterior133 no apoyan el papel de la TRH en la modu- desuso; los anticomiciales no parecen interferir signifi-
lación de las crisis, al menos cuando la TRH se administra de cativamente la técnica, ni provocar efectos secundarios
modo exógeno. importantes, aunque tampoco se demuestra que haya poten-
ciación de efecto.
En conjunto, aunque es preciso desarrollar ensayos meto-
Conclusiones dológicamente cuidados que aseguren esta práctica, y la
decisión de combinar TEC con psicofármacos y el momento
El nivel de riesgo de la suma de psicofármacos al TEC resulta de iniciarlo deberá individualizarse en función de la clínica y
en general bajo, por lo que la presencia de aquellos no debe la situación médica del paciente —–e incluso de la capacidad
resultar, en general, un nuevo factor que retrase o impida la técnica del medio en que se administra—–, consideramos que
práctica de esta técnica. Además, en ocasiones se observa el uso conjunto de TEC y psicofármacos presenta en general
cierta potenciación del efecto con el uso simultáneo. un nivel de riesgo asumible y datos de eficacia esperanza-
Este es el caso de los antidepresivos. Salvo con los IMAO dores.
clásicos, que resultan cuestionados de forma mayoritaria
—–y teniendo en cuenta que los datos disponibles sólo en Conflicto de intereses
parte derivan de trabajos metodológicamente cuidados6 —–,
en general se recoge que la respuesta terapéutica a la TEC
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
puede ser potenciada por los antidepresivos, especialmente
con tricíclicos. Respecto a interacción en técnica o efec-
tos secundarios aumentados, se encuentra un nivel bajo de Bibliografía
riesgo cardiovascular y cognitivo al usar tricíclicos, y escaso
de prolongación de convulsiones con ISRS. También los más 1. Scott A (editor). The ECT Handbook. Second Edition.
recientes, como venlafaxina (a dosis no elevadas) y mirta- The Third Report of the Royal College of Psychia-
zapina, parecen resultar eficaces y razonablemente seguros trists’ Special Committee on ECT. 2005. Available in:
potenciadores. http://www.rcpsych.ac.uk.
2. National Institute for Clinical Excellence. Guidance on the use
Parece deseable una disminución o discontinuación de
of electroconvulsive therapy. Technology Appraisal Guidance
benzodiacepinas, siempre que sea clínicamente posible 59. London: April 2003.
antes del curso de TEC, por riesgo de menor duración de 3. American Psychyatric Association. The practice of electrocon-
las convulsiones, mayor número de sesiones necesarias para vulsive therapy: Recommendations for treatment, treaning
obtener mejoría y más sesiones ineficaces. Si no es posi- and privileging. Washintong DC: American Psychiatric Press;
ble, habrá que ajustar la técnica para asegurar convulsiones 1990.
eficaces y disminuir los efectos secundarios. 4. American Psychyatric Association. The practice of electrocon-
En conjunto, parece desaconsejable mantener un trata- vulsive therapy: Recommendations for treatment, treaning
miento con litio en niveles terapéuticos durante la TEC por and privileging. Washintong DC: American Psychiatric Press;
riesgo de neurotoxicidad. Será preciso interrumpir o reducir 2001.
5. Consenso español sobre la TEC Sociedad Española de Psi-
la dosis de litio previo a la TEC, a partir de un análisis coste-
quiatría. Bernardo M, coordinador. Documento de trabajo
beneficio del riesgo de recaída psicopatológica. En caso de REVISADO el 02.07.99.
mantenerse, se ajustarán niveles menores, especialmente 6. Loo CK, Kaill A, Paton P, Simpson B. The difficult-to-treat
en ancianos, y se empleará técnica de TEC que disminuya el electroconvulsive therapy patient - Strategies for augmenting
riesgo de efectos cognitivos. outcomes. J Affect Disord. 2010;124:219—27.
La indicación de TEC en esquizofrenia es secundaria; en 7. Welch CA. Electroconvulsive Therapy. En: Ciraulo DA, Shader
general, se acepta que los plazos de respuesta son cortos, RI, Greenblatt DJ, Creelman W, editors. «Drug interaction in
pero el efecto, efímero. En los últimos años se retoma el Psychiatry». Baltimore, USA: Sec EdWilliams & Wilkins; 1995.
TEC como opción en pacientes con síntomas graves o refrac- 8. Pritchett JT, Berstein HG, Kellner CH. Combined ECT and anti-
tarios, siempre conjuntamente con antipsicóticos. depressant drug therapy. Convulsive Ther. 1993;9:256—61.
9. Klapheke MM. Electroconvulsive therapy consultation: an
Con antipsicóticos clásicos hay un consenso generalizado
update. Convulsive Therapy. 1997;13:227—41.
que la combinación potencia los efectos clínicos positivos 10. Abrams R.Electroconvulsive Therapy. 2nd ed New York:
y que el riesgo de uso combinado es bajo, esencialmente Oxford University Press; 1992. p. 2002.
relacionado con el descenso del umbral de convulsión. 11. Kellner CH. Seizure interference by medications: How a big
Los datos más numerosos y positivos se recogen con clo- problem? (editorial). Convulsive Therapy. 1997;13:1—3.
zapina y TEC en psicosis resistente, con escasa presencia de 12. Seager CP, Bird RL. Imipramine with electrical treatment in
efectos derivados del descenso del umbral de convulsión por depression-a controlled trial. J Ment Sci. 1962;108:704.
clozapina, e importante efecto de potenciación, aunque de 13. Nelson JP, Benjamin L. Efficacy and safety of combined ECT
duración limitada. Con otros atípicos los datos disponibles and tricyclic antidepressant drugs in the treatment of depres-
son menores, en general no se describe toxicidad por la suma sed geriatric patients. Convuls Ther. 1989;5:321—9.
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y sí diversos grados de potenciación.
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Respecto a otras sustancias, destacaremos el escaso controlled study. J Affective Disorders. 2000;58:37—41.
soporte que mantiene el uso de cafeína en TEC con las 15. Kellner CH, Nixon DW, Bernstein HJ. ECT–drug interactions: a
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www.elsevier.es/saludmental

ARTÍCULO ESPECIAL

Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y


recuperación
Antonio Ciudad a,∗ , Julio Bobes b , Enric Álvarez c , Luis San d , Diego Novick e e
Inmaculada Gilaberte a

a
Departamento de Investigación Clínica, Lilly S.A., Madrid, España
b
Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Oviedo, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud
Mental (CiberSam), Oviedo, Asturias, España
c
Servicio de Psiquiatría, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Universidad Autónoma de Barcelona, Centro de Investigación
Biomédica en Red de Salud Mental (CiberSam), Barcelona, España
d
Servicio de Psiquiatría, Hospital San Joan de Déu, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CiberSam),
Barcelona, España
e
Lilly Research Centre, Erl Wood Manor, Sunninghill Road, Windlesham, Surrey GU20 6PH, Reino Unido

Recibido el 28 de junio de 2010; aceptado el 30 de diciembre de 2010

PALABRAS CLAVE Resumen La concepción de la esquizofrenia como una enfermedad incapacitante e indefecti-
Esquizofrenia; blemente progresiva está en proceso de revisión gracias a las evidencias acumuladas en estudios
Recuperación de seguimiento a largo plazo. Los avances en el tratamiento, por otro lado, permiten mejorías
funcional; funcionales contrastadas en algunos pacientes. Todo ello está provocando un aumento de las
Revisión; expectativas terapéuticas, orientadas hacia la recuperación funcional. Aunque la formulación
Investigación de unos criterios de remisión consensuados y válidos ha sido un paso importante en la definición
empírica de los objetivos del tratamiento y en la conceptualización de la recuperación, los conceptos
de remisión y recuperación aún se utilizan poco en el contexto de la práctica clínica habitual.
En el presente artículo se incluye una revisión breve de estos conceptos, y se presentan los
resultados de dos estudios observacionales europeos que aportan datos empíricos que permiten
conocer cuál es la situación real de los pacientes ambulatorios con esquizofrenia en términos
de remisión sintomática y, adicionalmente, avanzar en la conceptualización de la recuperación,
lo que contribuye al desarrollo de unos criterios de definición clínicos y de investigación. Según
estos resultados, la remisión de síntomas es un objetivo terapéutico realista en un número sig-
nificativo de pacientes y presenta una estabilidad considerable en el tiempo; por su parte, las
definiciones de recuperación deben incluir aspectos funcionales y subjetivos. En conclusión, la
remisión es un concepto viable y clínicamente válido, y que favorece notablemente la mejoría
funcional; mientras, el concepto de recuperación aún está en proceso de definición.
© 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

∗ Autor para correspondencia.


Correo electrónico: ciudad antonio@lilly.com (A. Ciudad).
1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.12.002
54 A. Ciudad et al

KEYWORDS Clinical meaningful outcomes in schizophrenia: remission and recovery


Schizophrenia;
Abstract The traditional view of schizophrenia as a disabling and irremediably progressive
Functional recovery;
disease is being reconsidered because of the evidences arising from long-term follow-up studies.
Review;
On the other hand, recent advances of therapies have yielded significant functional improve-
Empirical research
ments for some patients. Together, these facts are serving to raise treatment prospects, placing
the focus on functional recovery. Although the availability of a valid set of consensus remis-
sion criteria has been an important step toward the definition of therapeutic objectives and
the conceptualization of recovery, remission and recovery still are rare concepts in the set-
ting of routine clinical practice. The present article includes a brief review of these concepts,
and presents the results from two observational European studies that provide empirical data
about the actual situation of ambulatory patients with schizophrenia in terms of symptomatic
remission, and that help in advancing the conceptualization of recovery, contributing to the
development of clinical and research definitional criteria. Such results indicate that remission
of symptoms constitutes a realistic therapeutic goal in a number of patients, with a conside-
rable temporal stability; on the other hand, recovery definitions should include functional and
subjective dimensions. In conclusion, remission is a tenable and clinically valid concept, with
a significant contribution to functional improvement. Meanwhile, the recovery construct still
requires substantial development.
© 2010 SEP y SEPB. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.

Introducción artículo pretendemos realizar una reflexión sobre el empleo


de los conceptos de remisión y recuperación en la defini-
Tradicionalmente, los conceptos de remisión y recupera- ción de los objetivos terapéuticos de la esquizofrenia, e
ción, entendidos como la desaparición de las manifestacio- ilustrarla con las adaptaciones que se hicieron de éstos y
nes de la enfermedad y la rehabilitación sociolaboral de los resultados obtenidos en los dos estudios recientes que
los pacientes, se han empleado en afecciones crónicas no acabamos de mencionar1—4 , en cuya concepción contribuye-
psiquiátricas para definir los objetivos del tratamiento. En ron los autores. Puesto que cada uno de estos dos estudios
el ámbito de la psiquiatría, la aplicación exitosa de estos aporta información complementaria, en este artículo hemos
conceptos al tratamiento de los trastornos afectivos y de querido comentar las consecuencias de sus resultados en
ansiedad ha representado un salto cualitativo en su manejo conjunto, lo cual no resultó posible en las publicaciones
clínico, y ha estimulado también su aplicación en el área de separadas que se hicieron de cada uno de ellos.
los trastornos psicóticos.
Aunque el carácter y el curso de los trastornos psicóticos,
en general, y de la esquizofrenia, en particular, difieren de Perspectiva histórica
los de los trastornos afectivos, en la última década se han
logrado avances sustanciales, tanto en el establecimiento Aunque ya el propio Kraepelin observó remisiones espontá-
de la validez del concepto de remisión sintomática, como neas en algunos pacientes, en su descripción inicial de la
en la elaboración de un marco conceptual sobre la recupera- esquizofrenia presentó una enfermedad crónica e indefec-
ción funcional de los pacientes con esquizofrenia. Si a esto tiblemente progresiva en la mayoría de los casos5 . Si bien la
añadimos el desarrollo de nuevos fármacos y modalidades definición posterior del constructo de esquizofrenia preconi-
de servicios psicosociales, podemos entender el optimismo zado por Bleuler6,7 se hizo desde una perspectiva dinámica
terapéutico y la actitud más ambiciosa en cuanto a los obje- y, ya antes de la aparición de los fármacos antipsicóticos,
tivos del tratamiento de los últimos años. Como es natural, se defendía la hipótesis de la heterogeneidad del curso de
esto ha concitado sumo interés, no sólo en ámbitos clínicos esta enfermedad, aquella concepción inicial dominó la noso-
y de investigación, sino también ha trascendido al conjunto logía de la esquizofrenia durante los primeros dos tercios
de los pacientes y sus familiares, y más allá, al de la admi- del siglo xx8 . Ello tuvo importantes consecuencias prácticas,
nistración sanitaria que regula y planifica la asistencia, lo que incluyeron la resignación de los clínicos, los pacientes y
cual ha propiciado la aparición de intervenciones y mode- las familias ante un deterioro mental y social inevitable, la
los orientados a la rehabilitación y la reintegración social y estigmatización grave, y la falta de ambición en la definición
laboral de estos pacientes. de los objetivos terapéuticos.
En este marco se inscriben los estudios Estudio epide- Varios estudios epidemiológicos prospectivos de larga
miológico para evaluar la remisión de los síntomas y el duración realizados durante las pasadas décadas mostra-
funcionamiento social y laboral en pacientes ambulato- ron, por el contrario, que el restablecimiento sintomático y
rios con esquizofrenia (ESFERA) y Schizophrenia Outpatients social es posible en una proporción considerable de pacien-
Health Outcomes (SOHO), realizados en el ámbito europeo, tes, transcurridas varias décadas desde su hospitalización
en los que se investigaron los resultados clínicos de estos inicial9—15 ; si bien estos resultados deben interpretarse
pacientes durante 1 y 3 años, respectivamente. Con este teniendo en cuenta sus limitaciones, debidas a la
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación 55

heterogeneidad de estas investigaciones en cuanto a las vigente en la clasificación del Diagnostic and Statistical
poblaciones estudiadas y los criterios de definición de resul- Manual of Mental Disorders (DSM), que implica la agrupa-
tados empleados. Más recientemente, la maleabilidad del ción de los pacientes. Las tres dimensiones consideradas
curso de la esquizofrenia quedó reflejada en el modelo de —–negativa, desorganizada-ejecutiva y psicótica—– represen-
tres fases recogido en las directrices terapéuticas de la Ame- tan componentes relacionados, aunque diferenciables, en la
rican Psychiatric Association, que contempla la transición de presentación clínica de la esquizofrenia; abarcan los crite-
los pacientes entre las fases agudas y estables, con períodos rios diagnósticos, y subrayan el papel central de los síntomas
de remisión completa o parcial16 . negativos, afectivos y cognitivos. En la actualidad, esta
Las expectativas terapéuticas se han visto reforzadas con última cuestión es una de las novedades en el campo de
la llegada de los antipsicóticos de segunda generación y la la esquizofrenia, debido a la preponderancia que tradicio-
implantación generalizada de intervenciones psicosociales. nalmente se concedió a los síntomas psicóticos desde el
Por todo ello, la remisión mantenida de los síntomas consti- constructo de demencia precoz kraepeliniano24 . Al situar a
tuye el punto de partida para lograr mejorías funcionales17 . estos últimos como una dimensión más, resulta posible espe-
De este modo, nos encontramos ante un paradigma de tres rar buenos resultados terapéuticos sin necesidad de lograr
resultados terapéuticos jerarquizados18 : a) la respuesta, saltos cualitativos en el estado de los pacientes25 , con lo que
entendida como el control de los síntomas y la prevención de así se establece un paralelismo con el concepto de remisión
recaídas; b) la remisión, caracterizada por la desaparición en los trastornos afectivos en cuanto al continuo de síntomas
palmaria y mantenida de los signos y síntomas, y c) la recu- con la experiencia vital normal.
peración, objetivo que pretende el logro de la autonomía Los criterios propuestos de remisión permiten el uso de
funcional y social de los pacientes. cualquiera de las escalas frecuentemente empleadas para la
evaluación de los síntomas de la esquizofrenia: las escalas
para la valoración de los síntomas positivos (SAPS) y negati-
Los conceptos de remisión y recuperación en vos (SANS), la escala para la evaluación del síndrome positivo
la esquizofrenia y negativo (PANSS), o la escala para la valoración psiquiátrica
breve (BPRS). Una selección de ítems en cualquiera de las
Antecedentes: criterios de remisión en los tres opciones refleja las tres dimensiones mencionadas, así
trastornos afectivos y de ansiedad como los cinco criterios diagnósticos incluidos en el DSM-IV
(tabla 1). Como la remisión implica una contribución inde-
A imagen de las definiciones empleadas en enfermedades no pendiente de las tres dimensiones, los criterios requieren
psiquiátricas, en las que un estado residual «no mensurable» que la puntuación sea leve o inferior (≤ 3 en el caso de la
de la enfermedad puede permitir la recuperación funcional PANSS o la BPRS o ≤ 2 en el caso de la SAPS-SANS) en todos
del paciente, la remisión en los trastornos afectivos se con- los ítems seleccionados simultáneamente. Además, se exige
ceptualizó no como la ausencia total de síntomas depresivos, que este nivel mínimo de síntomas se mantenga al menos
sino como la presencia de síntomas de intensidad mínima durante 6 meses para la consecución de la remisión23 .
capaces, a lo sumo, de producir una interferencia funcional La formulación de los criterios de remisión ha constituido
leve19 . El empleo de estos criterios de remisión resultó ser un hecho de suma importancia, puesto que es en realidad
válido en posteriores estudios prospectivos, demostrando la primera definición formal y normalizada de un objetivo
su relevancia de criterio frente a los conceptos clásicos terapéutico en la esquizofrenia. Su publicación supuso un
de respuesta clínica y estabilidad, y su valor para estable- revulsivo para la investigación clínica, de tal manera que
cer un pronóstico20—22 . Este éxito llevó a la realización de estudios muy recientes han revelado que esta definición
aproximaciones similares para los trastornos de angustia, el operativa de remisión es una medida más rigurosa que la
trastorno de ansiedad generalizada y los trastornos de la estabilidad clínica26—30 , que se asocia con mejoras signifi-
conducta alimentaria. cativas funcionales31—33 y cognitivas34 , y que goza de buena
validez predictiva sobre la psicopatología35 .
La validación exitosa de estos criterios de remisión ha
Desarrollo de los criterios de remisión en la estimulado la incorporación de este concepto a los objetivos
esquizofrenia terapéuticos a largo plazo de la esquizofrenia. La remisión
es una meta ambiciosa, pero realista, y puede ayudar a con-
El aumento de las expectativas terapéuticas, unido al papel trolar el progreso del proceso terapéutico, lo que a su vez
relevante concedido a la remisión para la definición de tiene repercusiones positivas para los pacientes, sus familias
los resultados terapéuticos en psiquiatría, plantearon la y los clínicos36 . Sin embargo, estos criterios se circunscriben
necesidad de disponer de una definición estandarizada de a tres dimensiones de la psicopatología (negativa, desorgani-
ésta para la esquizofrenia. Con este objetivo, en 2003 se zación y positiva), y no contemplan otros componentes de la
estableció el Grupo de Trabajo para la Remisión en Esquizo- enfermedad que son determinantes para un funcionamiento
frenia, liderado por Andreasen, que culminó sus actividades psicosocial adecuado18 .
con la publicación en 2005 de unos criterios operativos
basados en la consecución de unos niveles mínimos de
intensidad de síntomas mantenidos en el tiempo23 . Ade- Desarrollo conceptual de los criterios de
más, esta definición incorpora un postulado novedoso que recuperación en esquizofrenia
permite la aproximación dimensional a la evaluación clí-
nica de la enfermedad, proponiendo agrupaciones de los También en analogía con el modelo de resultados en dos
síntomas, en contraste con la aproximación categórica aún fases empleado en los trastornos afectivos y de ansiedad,
56
Tabla 1 Criterios operativos de remisión en esquizofrenia propuestos por el Grupo de Trabajo para la Remisión en Esquizofrenia con su correspondencia y relación con los
constructos previos de las dimensiones fisiopatológicas y los criterios DSM-IV de esquizofrenia
Criterios operativos de remisión

SAPS-SANS PANSS BPRS

Dimensión psicopatológica Criterio DSM-IV Criterio Ítem Criterio Ítem Criterio Ítem
Psicótica (distorsión de Ideas delirantes Ideas delirantes 20 (SAPS) Delirios P1 Grandiosidad 8
la realidad) Suspicacia 11
Contenido inusual del G9 Contenido anormal 15
pensamiento del pensamiento
Alucinaciones Alucinaciones 7 (SAPS) Comportamiento P3 Comportamiento 12
alucinatorio alucinatorio
Desorganizativa Lenguaje desorganizado Trastorno formal del 34 (SAPS) Desorganización P2 Desorganización 4
pensamiento conceptual conceptual
Comportamiento catatónico Comportamiento 25 (SAPS) Manierismos y posturas G5 Manierismos y 7
o gravemente desorganizado extravagante adopción de posturas
Negativa (pobreza Síntomas negativos Aplanamiento afectivo 7 (SANS) Embotamiento afectivo N1 Embotamiento 16
psicomotriz) afectivo
Abulia-apatía 17 (SANS) Retraimiento social N4 Sin correspondencia
Anhedonia/insociabilidad 22 (SANS)
Alogia 13 (SANS) Falta de espontaneidad N6 Sin correspondencia
Adaptado de Andreasen NC y col.23 , empleando los términos adoptados en la edición española de la cuarta edición revisada del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
(DSM-IV-TR) y en las versiones validadas de las escalas para su uso en España. SAPS: escala para la evaluación de los síntomas positivos, SANS: escala para la evaluación de los síntomas
negativos, PANSS: escala para la evaluación de los síntomas positivos y negativos, BPRS: escala para la valoración psiquiátrica breve.

A. Ciudad et al
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación 57

Figura 1 Complejo de relaciones entre los síntomas, cognición y funcionalidad en la esquizofrenia. El desarrollo del concepto
de recuperación será posible con la ampliación de los conocimientos sobre la disfunción cognitiva y psicosocial de los pacientes
en relación con los síntomas nucleares de la enfermedad. El conocimiento de los resultados a largo plazo de las intervenciones
terapéuticas sobre estas disfunciones y su relación con los cambios en los patrones y la gravedad de los síntomas es aún escaso. La
relación entre los síntomas psicóticos y negativos, de naturaleza episódica y continua, respectivamente, con los síntomas cognitivos,
también de naturaleza continua, y la repercusión de todos ellos sobre la funcionalidad está aún por discernir. En estas relaciones son
muy importantes, asimismo, los elementos personales subjetivos de los pacientes, que se refieren a estados mentales mal definidos,
como la esperanza, el crecimiento personal o el ánimo, que plantean, por su parte, cuestiones relevantes que deben ser atendidas,
como el grado en que son precedentes o consecuencias de la recuperación, y la mejor manera de alcanzarlos en cada individuo.

la definición de remisión excluye los resultados funciona- Remisión y recuperación en los estudios SOHO
les y cognitivos, y considera que la primera es la base para y ESFERA
la consecución de los segundos. Este principio está guiando
actualmente el desarrollo del concepto de recuperación.
Los estudios disponibles en la bibliografía aportan datos Diseño y definiciones
sobre el aún escaso conocimiento del curso a largo plazo
de los resultados funcionales y psicosociales en pacientes Los estudios SOHO y ESFERA, financiados por Lilly Clinical
con esquizofrenia, y de su relación con los cambios en los Research Laboratories, se concibieron para evaluar de forma
patrones y la gravedad de los síntomas17,37 (ver la figura 1 y observacional los resultados clínicos obtenidos en pacientes
el texto explicativo acompañante). ambulatorios con esquizofrenia y relacionarlos con varia-
Los estudios epidemiológicos ya mencionados emplearon bles sociodemográficas y clínicas. A diferencia del estudio
definiciones de recuperación convergentes en un nivel fun- ESFERA, el protocolo original del estudio SOHO no preveía
cional adecuado o normativo, junto con otros aspectos más la evaluación de la remisión y la recuperación; sin embargo,
variables, como las relaciones sociales o la independencia38 . debido a la complementariedad de sus diseños (tabla 2), y a
Sin embargo, todos ellos adolecieron de una escasa atención la oportunidad que brindaron para evaluar el desempeño de
a la capacidad de los pacientes para enfrentar los desa- los pacientes tratados en la práctica clínica, se propusieron
fíos de la vida diaria18,39 . Hoy sabemos que esta capacidad y aplicaron, a posteriori, definiciones operativas a los datos,
tiene condicionantes internos (síntomas afectivos, déficits con el fin de obtener resultados empíricos para la evaluación
cognitivos) y externos (recursos de reinserción sociolaboral, de estos conceptos. La aplicación de los criterios de remisión
etc.) que han de ser tenidos en cuenta e incorporados en las consensuados y las definiciones de recuperación empleadas
definiciones de recuperación40 . se adaptaron a las características de diseño y a los instru-
Aún carecemos de una traducción adecuada del cons- mentos empleados en cada estudio (tabla 2). Así, la escala
tructo de recuperación en un concepto mensurable apto de impresión clínica global para la esquizofrenia (CGI-SCH),
para la investigación clínica37,39 . Las medidas sobre los resul- satisfactoriamente validada frente a la formulación de los
tados funcionales disponibles en la actualidad no abarcan criterios de remisión basados en la PANSS43 , se empleó en
todos los dominios relevantes y sus propiedades psicomé- lugar de esta última en el SOHO; y en el estudio ESFERA,
tricas no están demostradas41 , por lo que es necesario el dado el carácter transversal de la primera parte, no se con-
desarrollo de nuevas medidas centradas en conductas fácil- sideró el período mínimo de 6 meses (componente temporal)
mente observables, con adecuada validez psicométrica, que de los criterios de remisión. Por otra parte, gracias al largo
cubran todo el espectro de dominios relevantes, y que sean seguimiento del estudio SOHO (3 años), se confeccionó una
sensibles al deterioro funcional de los pacientes con esqui- definición exhaustiva y estricta de recuperación en la que
zofrenia (y a sus condicionantes antes mencionados)41 . Por se procuró reflejar los ingredientes mencionados en el apar-
otra parte, debido al impacto biográfico y subjetivo de la tado anterior (remisión y funcionamiento adecuado, junto
esquizofrenia, y a la influencia que los cambios cognitivos con el ambicioso requisito de una buena calidad de vida18 )
pueden tener en la experiencia subjetiva de los pacientes, (tabla 2). En el estudio ESFERA se siguió una aproximación
es asimismo necesario que estas medidas puedan capturar holística para definir la recuperación como un nivel óptimo
la influencia de elementos fenomenológicos subjetivos sobre de funcionamiento psicosocial a partir de la remisión de los
los resultados funcionales42 . síntomas. Se empleó un punto de corte de > 80 puntos en la
58
Tabla 2 Diseño, objetivos y resultados de interés de los estudios SOHO y ESFERA
Estudio Diseño Objetivos Concepto y criterios operativos Frecuencia de remisión/recuperación
SOHO 51
• Observacional, prospectivo, Principal: Remisión: Remisión:
de tres años de seguimiento Efectividad relativa de Puntuación ≤3 mantenida al menos N = 6516
• Pacientes ambulatorios con olanzapina frente a otros durante 6 meses en las siguientes 38,2% durante el primer año
esquizofrenia en visita de antipsicóticos subescalas de la escala CGI-SCH43 : 64,6% durante los tres años de
rutina en la que se modifica o Secundarios: CGI-SCH de gravedad global seguimiento
inicia medicación antipsicótica Relacionar los patrones de CGI-SCH de síntomas positivos
• Sobre-muestreo para incluir la uso de antipsicóticos con CGI-SCH de síntomas negativos
mitad de la muestra en la cohorte de resultados de salud CGI-SCH de función cognitiva
olanzapina Subanálisis: Recuperación: Recuperación:
Frecuencia y factores Mantenimiento de los tres criterios N = 6642
asociados a la remisión siguientes durante un periodo mínimo 32,5% criterios de remisión
Frecuencia y factores de 24 meses y hasta la visita final del 12,8% funcionamiento adecuado
asociados a la recuperación estudio: 26,8% calidad de vida adecuada
Criterios de remisión (los 4,0% recuperación (9,6% entre
mencionados arriba) los que iniciaron el tratamiento
Funcionamiento adecuado antipsicótico)
(empleo remunerado, estudiante
o amo de casa en activo, vida
independiente y mantener al
menos un contacto social en el
último mes o vivir con una
pareja)
Calidad de vida adecuada
(puntuación en la escala visual
del EuroQoL-5 Dimensiones ≥70)

A. Ciudad et al
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación
ESFERA52 • Corte transversal seguido de Principal: Remisión: Remisión:
seguimiento prospectivo de un año de Frecuencia de remisión Criterios del Grupo de Trabajo Momento basal (N = 1010)
duración Frecuencia de funcionamiento para la Remisión en 44,8% en remisión
• Pacientes ambulatorios con adecuado Esquizofrenia23 , sin incluir el Momento final (N = 376a ; 76 se
esquizofrenia clínicamente estables Secundarios: componente temporal: puntuación perdieron)
en visita de rutina. Seguimiento sólo Factores asociados a ≤2 en los siguientes ítems de las 89,9% de los que estaban en
de los pacientes que cumplieron remisión escalas: remisión en el momento basal
criterios de remisión en el corte Validez del constructo de 7, 20, 25 y 34 de la escala
transversal remisión SAPS53 (véase Tabla 1)
Subanálisis: 7, 13, 17 y 22 de la escala
Frecuencia y factores SANS54 (véase Tabla 1)
asociados a recuperación
Recuperación: Recuperación:
Cumplimiento de los dos criterios Momento basal (N = 1010)
siguientes en la evaluación final del 10,2% en recuperación (22,8%
estudio: dentro del subgrupo en
Criterios de remisión (los remisión)
mencionados arriba) Momento final (N = 376a ; 76 se
Puntuación total de la escala de perdieron)
Evaluación Global del 27,1% dentro del subgrupo en
Funcionamiento >80 remisión en el momento basal

CGI-SCH: escala de impresión clínica global para la esquizofrenia, ESFERA: Estudio epidemiológico para evaluar la remisión de los síntomas y el funcionamiento social y laboral en pacientes
ambulatorios con esquizofrenia, SANS: escala para la evaluación de los síntomas negativos, SAPS: escala para la evaluación de los síntomas positivos, SOHO: Schizophrenia Outpatients
Health Outcomes.
a En el estudio ESFERA sólo se siguió a los pacientes que cumplieron los criterios de remisión en la evaluación transversal basal, por lo que las proporciones al final del estudio se han

calculado solo dentro de este subgrupo.

59
60 A. Ciudad et al

escala de Evaluación Global del Funcionamiento (EGF, tabla porción fue menor (posiblemente por la incorporación del
2), siguiendo la noción recientemente propuesta de remi- componente temporal en los criterios); sin embargo, al final
sión funcional basada en el logro de valores mínimos en una de los 3 años de seguimiento, 2 de cada 3 pacientes habían
combinación de varios dominios funcionales44 . alcanzado los criterios de remisión. En su conjunto, estos
resultados muestran que la remisión es un resultado rea-
lista en el entorno de la práctica clínica habitual en Europa.
Resultados de remisión
Asimismo, el mantenimiento de los criterios de remisión en
el estudio ESFERA en 9 de cada 10 pacientes al cabo de un
En el estudio SOHO3 , de los 6.516 pacientes evaluados, más
año indica que la remisión es un resultado clínico con una
de un tercio cumplió los criterios de remisión durante el
considerable estabilidad, aspecto de suma importancia para
primer año, cifra que se duplicó durante los 3 años de segui-
apoyar la mejoría funcional de los pacientes.
miento (tabla 2). En la tabla 3 se muestran los factores
De forma coherente con las investigaciones recientes,
asociados a la remisión en análisis de regresión, entre los
los datos presentados apoyan que la operacionalización
que destaca una mayor probabilidad entre los pacientes que
de la remisión realizada para los criterios consensuados
no habían recibido antipsicóticos con anterioridad, los que
constituye un constructo clínicamente válido y de mayor
presentaban mejor funcionamiento social (pareja estable,
relevancia que las evaluaciones subjetivas y heterogéneas
empleo remunerado y contactos sociales), y en aquellos a
sobre la estabilidad clínica26—35 . De hecho, la remisión se
los que se prescribió olanzapina al inicio o durante el segui-
asoció a menores síntomas psicóticos y afectivos, y a un
miento del estudio (tabla 5).
menor número de factores de mal pronóstico.
En la evaluación basal del estudio ESFERA2 , 452 de 1.010
El apoyo a estos dos postulados (viabilidad y validez clí-
pacientes (44,8%) cumplieron el componente de gravedad de
nicas) es de gran interés, ya que fueron propuestos en el
los criterios de remisión en el momento basal. Al cabo de un
momento de la formulación de los criterios de remisión23 .
año, prácticamente el 90% de estos pacientes seguían cum-
Asimismo, y de acuerdo con estos autores, nuestros datos
pliendo los criterios de remisión (tabla 2). Entre los factores
refuerzan el valor de la idea del modelo, no exclusivo, de
asociados, además de los ya conocidos como el mejor ajuste
dos fases sobre los resultados terapéuticos en esquizofrenia
premórbido y la buena actitud hacia la medicación, destaca
(remisión seguida de recuperación), por el cual la ganancia
la influencia positiva de la mejoría de los síntomas depresi-
funcional puede obtenerse sobre la remisión mantenida de
vos y de la cognición social durante el año de seguimiento
los síntomas, y que inspiró las definiciones empleadas en los
(tabla 3).
estudios SOHO y ESFERA.
Por otro lado, la proporción de pacientes que cumplieron
Resultados de recuperación los criterios de recuperación fue sensiblemente menor en los
dos estudios, especialmente en el SOHO. En este trabajo se
En el estudio SOHO4 , el 4,0% de 6.642 pacientes evaluados incorporó una definición muy estricta de recuperación por
cumplió los criterios de recuperación previamente defini- requerir simultáneamente el cumplimiento de los requisitos
dos, siendo esta proporción más del doble en un pequeño de funcionalidad, sociabilidad y de impacto subjetivo posi-
grupo de pacientes (10%) que iniciaron el tratamiento antip- tivo medido en forma de calidad de vida durante un período
sicótico en el momento de su inclusión en el estudio (tabla mantenido de 2 años. Además, la mayoría de los pacientes se
2). Según el análisis de regresión, los pacientes con buen incluyeron en este estudio a propósito de una modificación
estado funcional inicial (buen nivel sociolaboral, residencia del tratamiento antipsicótico, mientras que en el ESFERA
independiente) tuvieron mayor probabilidad de cumplir los se incluyó a pacientes clínicamente estables. No obstante,
criterios de recuperación durante el estudio. Asimismo, la una vertiente positiva es que, según los datos del ESFERA,
probabilidad de recuperación fue mayor en los pacientes con la proporción de recuperación fue más del doble entre los
buena adherencia al tratamiento (tabla 4), y en los que se pacientes que estaban en remisión con respecto al total de
prescribió olanzapina, clozapina o amisulpiride (tabla 5). la muestra, y aún aumentó más entre los que mantuvieron
En el estudio ESFERA1 , de los 1.010 pacientes evaluados la remisión al final del seguimiento de un año. La remisión
en el estudio transversal, el 10,2% cumplió los criterios de de los síntomas por sí sola no es una garantía de un buen
recuperación (22,8% dentro del subgrupo en remisión), pro- funcionamiento psicosocial ni de la mejora de la calidad de
porción que aumentó al final del estudio a un 27,1% (tabla vida de los pacientes con esquizofrenia45 , pero la remisión
2). Además de otros factores de buen pronóstico ya cono- mantenida puede permitir que la mejora clínica se traduzca
cidos como el ajuste premórbido, la menor duración de la en cambios significativos del funcionamiento psicosocial y
psicosis no tratada o la buena actitud hacia la medicación de la calidad de vida46 .
(tabla 4), la mejoría de los síntomas depresivos y de la cog- La asociación observada entre el buen cumplimiento
nición social durante el seguimiento, se asociaron a una del tratamiento y los resultados terapéuticos favorables es
probabilidad mayor de recuperación al final del estudio. ya ampliamente conocida. Adicionalmente, en el estudio
SOHO, la elección del tratamiento antipsicótico ha mostrado
Discusión tener un papel relevante e independiente en la consecu-
ción de la recuperación. Además, las diferencias observadas
De los resultados obtenidos en estos estudios, es de gran entre los tratamientos indican que la individualización y el
interés que en el estudio ESFERA casi la mitad de una ajuste adecuados de los fármacos utilizados, con la pers-
muestra no seleccionada de pacientes con esquizofrenia pectiva de obtener resultados favorables a largo plazo, es
ambulatorios cumplían los criterios de remisión. Por su un aspecto importante, más allá de asegurar la estabilidad
parte, en el estudio SOHO, durante el primer año la pro- clínica.
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación
Tabla 3 Factores asociados a la remisión en los estudios SOHO y ESFERA
Estudio Variable dependiente Factor RO (IC 95%)a
SOHO Remisión durante 3 años de Menor tiempo desde el diagnóstico (cambio por cada año) 1,01 (1,01 — 1,02)b
seguimiento Menor edad en el momento del primer tratamiento (cambio por cada año) 1,01 (1,00 — 1,01)b
Sexo femenino (frente a masculino) 1,26 (1,14 — 1,40)b
Inicio del tratamiento antipsicótico en la inclusión en el estudio 1,60 (1,33 — 1,93)b
Menor índice de masa corporal (cambio por cada unidad) 1,02 (1,01 — 1,03)b
Pareja estable (frente a no tenerla) 1,24 (1,11 — 1,38)b
Empleo remunerado (frente a no tenerlo) 1,49 (1,32 — 1,69)b
Más de un contacto social durante las cuatro semanas previas (frente a no tenerlo) 1,26 (1,13 — 1,40)b
Sin tratamiento con estabilizadores del humor (frente a tenerlo) 1,39 (1,17 — 1,64)b
Sin tratamiento con ansiolíticos o hipnóticos (frente a tenerlo) 1,29 (1,16 — 1,43)b
Menor puntuación en la escala CGI-SCH de gravedad global (cambio por cada punto) 1,32 (1,21 — 1,43)b
Menor puntuación en la escala CGI-SCH de síntomas positivos (cambio por cada punto) 1,10 (1,05 — 1,15)b
Menor puntuación en la escala CGI-SCH de síntomas negativos (cambio por cada punto) 1,29 (1,23 — 1,36)b
Menor puntuación en la escala CGI-SCH de función cognitiva (cambio por cada punto) 1,12 (1,07 — 1,17)b
ESFERA Remisión en el momento basal Menor edad (cambio por cada cinco años) 1,10 (1,01 — 1,20)b
Sin abuso de sustancias o alcohol (frente a tenerlo) 1,49 (1,01 — 2,21)b
Participación actual en psicoterapia (frente a no haber participado nunca) 1,68 (1,05 — 2,69)b
Participación en psicoterapia en el pasado (frente a no haber participado nunca) 1,60 (1,02 — 2,52)b
Sin programas de rehabilitación (frente a participación en la actualidad) 1,47 (0,98 — 2,22)
Sin programas de rehabilitación (frente a participación en el pasado) 1,89 (1,20 — 2,94)b
Mejor cognición social (cambio por cada 5 puntos en la escala GEOPTE) 1,57 (1,44 — 1,71)b
Mejor ajuste premórbido (cambio por cada 0,1 puntos en la escala PAS) 1,39 (1,27 — 1,54)b
Remisión al final de 1 año de Sin modificaciones del tratamiento antipsicótico durante el seguimiento (frente a sí tenerlas) 2,16 (0,96 — 4,87)
seguimiento Mejor ajuste premórbido (cambio por cada 0,1 puntos en la escala PAS en el momento basal) 1,41 (1,09 — 1,86)b
Mejor actitud hacia la medicación (cambio por cada 5 puntos en la escala DAI-10) 1,63 (1,00 — 2,65)
Mejora de los síntomas depresivos durante el seguimiento (cambio por cada 5 puntos en la escala MADRS) 1,62 (1,19 — 2,36)b
Mejora de la cognición social durante el seguimiento (cambio por cada 5 puntos en la escala GEOPTE) 1,75 (1,04 — 2,94)b
CGI-SCH: escala de impresión clínica global para la esquizofrenia, DAI-10: inventario de actitudes hacia la medicación de 10 ítems, ESFERA: Estudio epidemiológico para evaluar la remisión
de los síntomas y el funcionamiento social y laboral en pacientes ambulatorios con esquizofrenia, GEOPTE: Grupo Español para la Optimización del Tratamiento de la Esquizofrenia, IC:
intervalo de confianza, MADRS: escala para la valoración de la depresión de Montgomery-Asberg, PAS: escala de ajuste premórbido de Canon-Spoor, RO: razón de odds, SOHO: Schizophrenia
Outpatients Health Outcomes.
a Las medidas de asociación (razones de odds) se obtuvieron mediante regresión logística binaria. Los factores se expresan en el sentido asociado a la mayor probabilidad de remisión.

Los factores que recogían el fármaco antipsicótico en el modelo del estudio SOHO se presentan en la Tabla 5.
b Asociación significativa.

61
62
Tabla 4 Factores asociados a la recuperación en los estudios SOHO y ESFERA
Estudio Variable dependiente Factor RO (IC 95%)a
SOHO Recuperación durante 3 años de Menor tiempo desde el diagnóstico (cambio por cada año) 1,02 (1,00 — 1,03)
seguimiento Sexo femenino (frente a masculino) 1,14 (0,86 — 1,53)
Empleo remunerado o desempeño diligente de las tareas del hogar (frente a no tenerlo) 8,72 (5,78 — 13,14)b
Residencia independiente (frente a no tenerla) 7,14 (4,76 — 10,71)b
Más de un contacto social durante las cuatro semanas previas (frente a no tenerlo) 1,51 (1,11 — 2,07)b
Modificación inicial de la medicación antipsicótica por causas diferentes a falta de eficacia 1,44 (1,06 — 1,96)b
Buena adherencia al tratamiento 2,25 (1,45 — 3,51)b
Menor índice de masa corporal (cambio por cada unidad) 1,05 (1,02 — 1,09)b
Menor puntuación en la escala CGI-SCH de síntomas negativos (cambio por cada punto) 1,23 (1,10 — 1,38)b
ESFERA Recuperación en el momento Mejor actitud hacia la medicación (cambio por cada punto en la escala DAI-10) 1,04 (1,01 — 1,08)b
basal Participación actual en psicoterapia (frente a no haber participado nunca) 1,35 (0,89 — 2,03)
Participación en psicoterapia en el pasado (frente a no haber participado nunca) 1,61 (1,11 — 2,33)b
Mejor cognición social (cambio por cada punto en la escala GEOPTE) 1,07 (1,04 — 1,11)b
Mejor ajuste premórbido (cambio por cada 0,1 puntos en la escala PAS) 1,41 (1,29 — 1,54)b
Menor severidad de los síntomas depresivos (cambio por cada punto en la escala MADRS) 1,10 (1,08 — 1,13)b
Recuperación al final de 1 año de Mejor actitud hacia la medicación (cambio por cada punto en la escala DAI-10 en la evaluación final) 1,09 (1,01 — 1,16)b
seguimiento Duración de la psicosis no tratada (≤3 frente a >12 meses) 2,28 (1,20 — 4,34)b
Duración de la psicosis no tratada (3-12 frente a >12 meses) 1,63 (0,85 — 3,12)
Monoterapia con ASG frente a monoterapia con APG 1,47 (0,66 — 3,30)
Monoterapia frente a politerapia antipsicótica 4,72 (1,42 — 15,63)b
Mejor ajuste premórbido (cambio por cada 0,1 puntos en la escala PAS en el momento basal) 1,39 (1,18 — 1,64)b
Mejora de los síntomas depresivos durante el seguimiento (cambio por cada punto en la escala MADRS) 1,06 (1,01 — 1,10)b
Mejora de la cognición social durante el seguimiento (cambio por cada punto en la escala GEOPTE) 1,09 (1,02 — 1,17)b
APG: antipsicóticos de primera generación, ASG: antipsicóticos de segunda generación, CGI-SCH: escala de impresión clínica global para la esquizofrenia, DAI-10: inventario de actitudes
hacia la medicación de 10 ítems, ESFERA: Estudio epidemiológico para evaluar la remisión de los síntomas y el funcionamiento social y laboral en pacientes ambulatorios con esquizofrenia,
GEOPTE: Grupo Español para la Optimización del Tratamiento de la Esquizofrenia, IC: intervalo de confianza, MADRS: escala para la valoración de la depresión de Montgomery-Asberg,
PAS: escala de ajuste premórbido de Canon-Spoor, RO: razón de odds, SOHO: Schizophrenia Outpatients Health Outcomes.
a Asociación significativa.
b Las medidas de asociación (razones de odds) se obtuvieron mediante regresión logística binaria. Los factores se expresan en el sentido asociado a la mayor probabilidad de recuperación.

Los factores que recogían el fármaco antipsicótico en el modelo del estudio SOHO se presentan en la Tabla 5.

A. Ciudad et al
Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación 63

Tabla 5 Factores correspondientes a la medicación antipsicótica asociados a la remisión y la recuperación en el estudio SOHO
Variable dependiente Factor (fármaco/grupos de fármacos) RO (IC 95%)a
Remisión durante 3 años de Olanzapina 1,00
seguimiento Amisulpiride 0,73 (0,56 — 0,94)b
Clozapina 0,78 (0,65 — 0,95)b
Quetiapina 0,66 (0,56 — 0,77)b
Risperidona 0,74 (0,66 — 0,83)b
Politerapia 0,64 (0,58 — 0,70)b
Cualquier APG depot 0,59 (0,51 — 0,69)b
Cualquier APG oral 0,64 (0,55 — 0,74)b
Recuperación durante 3 años de Olanzapina 1,00
seguimiento Amisulpiride 1,16 (0,51 — 2,65)
Clozapina 0,43 (0,13 — 1,45)
Quetiapina 0,20 (0,07 — 0,57)b
Risperidona 0,56 (0,37 — 0,85)b
Politerapia 0,56 (0,36 — 0,88)b
Cualquier APG depot 0,30 (0,10 — 0,85)b
Cualquier APG oral 0,44 (0,21 — 0,94)b
APG: antipsicóticos de primera generación, IC: intervalo de confianza, RO: razón de odds, SOHO: Schizophrenia Outpatients Health
Outcomes.
a Las medidas de asociación (razones de odds, RO) se calcularon mediante regresión logística binaria tomando olanzapina como

referencia. Una razón de odds <1 indica menor probabilidad de remisión o recuperación con el fármaco correspondiente que con
olanzapina.
b Asociación significativa.

La relación significativa entre los síntomas depresivos y ciente reconocimiento del impacto que los déficits de la
el funcionamiento observada en el estudio ESFERA es una cognición social tienen en el funcionamiento de los pacien-
cuestión relevante, aunque nuestro conocimiento actual tes con esquizofrenia49 . Con independencia de la remisión
sobre las relaciones entre los síntomas depresivos, la remi- sintomática, la psiquiatría comunitaria puede propiciar las
sión de los síntomas nucleares de la esquizofrenia y el condiciones externas requeridas para la recuperación. Como
funcionamiento de los pacientes es aún insuficiente. Sin se ha señalado anteriormente, el modelo de dos fases
embargo, resulta relevante la constatación de la existencia sobre los resultados terapéuticos no es exclusivo, y algu-
de una influencia independiente de los aspectos afecti- nos modelos considerados en los servicios de rehabilitación
vos de la recuperación (como proceso) sobre los buenos contemplan la viabilidad de la recuperación sin la premisa
resultados a largo plazo. El reconocimiento de la impor- de la remisión sintomática50 . Estos últimos modelos están
tancia de los síntomas depresivos sobre la remisión es fuera del alcance de esta revisión breve.
muy reciente47 . En este sentido, debe considerarse que A modo de resumen de la contribución de estos dos estu-
la mejora de la autonomía de estos pacientes podría cho- dios, podemos decir que la recuperación en la esquizofrenia
car con una realidad compleja que los supera. La ganancia debe incluir al menos tres áreas diferentes: la remisión
adicional de competencia personal podría evitar la desespe- de los síntomas, la mejoría funcional y la respuesta sub-
ranza y la frustración que podría producir un proceso mal jetiva de los pacientes. La remisión es viable y clínicamente
ordenado1 . relevante. Por su parte, los logros funcionales requieren adi-
También resulta de interés la relación observada en el cionalmente el desarrollo de ciertas competencias, aunque
ESFERA entre los déficits en la cognición social y el funcio- sobre el resultado final influyen otros factores tanto internos
namiento de los pacientes. La disponibilidad de habilidades (presencia de síntomas depresivos) como externos (entorno
sociales afecta directamente a la implicación activa de los sociolaboral propicio), que deben tenerse en cuenta en la
pacientes en su propio proceso de tratamiento, y al esfuerzo conceptualización de la recuperación y en el tratamiento
por mantener estilos de vida saludables y por fomentar de los pacientes.
las relaciones sociales1 . Precisamente en el estudio SOHO,
los pacientes que presentaban un mejor funcionamiento
social previo presentaron mayor probabilidad de remisión Conclusión
durante el seguimiento; la constatación de una asociación
en este sentido abunda en la conveniencia de incluir en La remisión de los síntomas en la esquizofrenia está bien
la conceptualización de la recuperación la idea del pro- conceptualizada en la actualidad, puede lograrse en una
ceso, en el que la interacción de los aspectos objetivos proporción importante de pacientes, presenta una conside-
y subjetivos es relevante para determinar el resultado46 . rable estabilidad y tiene un gran valor clínico.
Esta asociación es coherente con el principio de protec- Por otra parte, la remisión parece un hito relevante para
ción de las redes sociales48 , por el que la integración no alcanzar una mejor funcionalidad. La remisión mantenida
sólo es un buen resultado, sino también una garantía del puede, por sí sola, aumentar la proporción de pacientes que
logro de la autonomía como objetivo final, así como el cre- pueden alcanzar la recuperación.
64 A. Ciudad et al

La existencia de evidencias clínicas y en la bibliografía 9. Ciompi L. Catamnestic long-term study on the course of life
especializada sobre la viabilidad de la recuperación en una and aging of schizophrenics. Schizophr Bull. 1980;6:606—18.
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vely met DSM-III criteria for schizophrenia. Am J Psychiatry.
estudios SOHO y ESFERA, y en otras publicaciones recientes,
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indica que sólo una proporción pequeña de pacientes pueden 11. Harrison G, Hopper K, Craig T, Laska E, Siegel C, Wanderling J,
llegar a cumplir las definiciones propuestas en la actualidad. et al. Recovery from psychotic illness: a 15- and 25-year inter-
La remisión de síntomas, la mejora funcional y la national follow-up study. Br J Psychiatry. 2001;178:506—17.
respuesta subjetiva de los pacientes son categorías que 12. Harrow M, Grossman LS, Jobe TH, Herbener ES. Do patients
deberían incluirse en las definiciones de recuperación, tanto with schizophrenia ever show periods of recovery? A 15-year
como resultados, como indicadores del proceso hacia la con- multi-follow-up study. Schizophr Bull. 2005;31:723—34.
secución de la autonomía de los pacientes. 13. Huber G, Gross G, Schüttler R, Linz M. Longitudinal studies of
schizophrenic patients. Schizophr Bull. 1980;6:592—605.
14. Ogawa K, Miya M, Watarai A, Nakazawa M, Yuasa S, Utena H.
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special reference to the course of social adjustment. Br J Psy-
Antonio Ciudad e Inmaculada Gilaberte son empleados a chiatry. 1987;151:758—65.
tiempo completo de Lilly, S.A. 15. Robinson DG, Woerner MG, McMeniman M, Mendelowitz A, Bil-
Julio Bobes ha recibido pagos y honorarios como consul- der RM. Symptomatic and functional recovery from a first
tor de AstraZeneca, Bristol-Myers-Otsuka, GlaxoSmithKline, episode of schizophrenia or schizoaffective disorder. Am J Psy-
chiatry. 2004;161:473—9.
Janssen-Cilag, Eli Lilly, Pfizer, Sanofi-Aventis y Schering-
16. Practice guideline for the treatment of patients with schi-
Plough. zophrenia. American Psychiatric Association. Am J Psychiatry.
Enric Álvarez ha recibido pagos y honorarios como con- 1997;154:1-63.
sultor de Eli Lilly, Bristol-Myers-Otsuka, Lündbeck, Pfizer, 17. Remington G, Foussias G, Agid O. Progress in defining
Sanofi-Aventis, Almirall y GlaxoSmithKline. optimal treatment outcome in schizophrenia. CNS Drugs.
Luis San ha recibido becas de investigación, pagos y ha 2010;24:9—20.
participado como conferenciante y en consejos asesores 18. Leucht S, Lasser R. The concepts of remission and recovery in
de/para AstraZeneca, Bristol-Myers-Squib, Eli Lilly, Pfizer, schizophrenia. Pharmacopsychiatry. 2006;39:161—70.
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(redactor médico, Medicxact, SL) para la preparación del 21. Nierenberg AA, Wright EC. Evolution of remission as the new
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Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):65—66

www.elsevier.es/saludmental

CARTA CIENTÍFICA
Venlafaxina y secreción inadecuada de 300-900 mOsm/kg). El cortisol basal y la tirotropina fueron
hormona antidiurética normales.
Dada la sospecha inicial de un SIADH provocado por el
uso de venlafaxina, ésta se suspendió y se indicó restricción
Venlafaxine and inappropriate antidiuretic
hídrica y aporte de suero salino isotónico. La evolución fue
hormone excretion favorable, y en el momento del alta (5 días después) se mos-
traba asintomática, con un Na plasmático de 136 mmol/l.
Sr. Editor
Treinta días más tarde, con tratamiento con enalapril, el Na
plasmático seguía normal.
Venlafaxina es un inhibidor potente de la recaptación de
La ficha técnica de venlafaxina recoge, entre sus efectos
serotonina y noradrenalina, e inhibidor débil de la recapta-
adversos, la posibilidad poco frecuente (> 0,1% y < 1%) de
ción de dopamina. Su indicación principal es el tratamiento
hiponatremia1 . Roxanas et al6 encontraron, en un trabajo
y la prevención de los estados depresivos1 .
con diseño prospectivo, que 10 de 58 pacientes mayores de
El síndrome de secreción inadecuada de hormona anti-
65 años (17,2%) desarrollaron hiponatremia a los pocos días
diurética (SIADH) viene definido por la liberación mantenida
de iniciar el tratamiento con venlafaxina. Como ocurría en
de arginina-vasopresina (ADH) en ausencia de sus estímulos
nuestro caso, la incidencia del síndrome es mayor en per-
habituales, especialmente hiperosmolaridad e hipovolemia.
sonas de edad avanzada y sexo femenino. De igual modo,
Dado que se trata de un diagnóstico por exclusión, para
la ingesta concomitante de diuréticos supone un factor de
llegar a él deben descartarse previamente situaciones que
riesgo añadido7 . Se estima que la hiponatremia aparece alre-
cursan con disminución de la volemia eficaz (insuficien-
dedor de 1-2 semanas, aunque se han descrito casos desde
cia cardíaca, cirrosis con ascitis, hipovolemia, etc.), y
1 a 360 días8 .
demostrar la normalidad de la función renal, suprarrenal
Nuestra paciente tomaba simultáneamente enalapril
y tiroidea2 . Se caracteriza por hiponatremia, hipoosmo-
que, aunque muy raramente, se ha visto involucrado en esta
lalidad plasmática, osmolalidad urinaria inadecuadamente
reacción adversa9 . Sin embargo, al mes del alta (con ven-
elevada y natriuresis generalmente superior a 40 mmol/l.
lafaxina suspendida y tomando enalapril), la natremia fue
Los tumores —–especialmente el cáncer de pulmón de célu-
normal.
las pequeñas—– y los fármacos3 son causas habituales. Dentro
Nos parece importante finalizar insistiendo en que el
de este grupo, destacan los inhibidores de la recaptación
SIADH asociado a antidepresivos con acción serotoninér-
de serotonina. Su mecanismo de producción es diverso4,5 .
gica es frecuente y potencialmente grave10 . Por ello, y
Así, se ha descrito el efecto directo en las células tubulares
porque lo inespecífico de sus síntomas puede confundir al
renales, el papel de la serotonina en la síntesis de vasopre-
médico y hacer que se interprete como otro síntoma más
sina, el aumento de la producción hipotalámica de ADH o el
de la depresión, creemos que debe vigilarse atentamente
incremento del efecto de la vasopresina.
el estado neurológico del paciente y los valores de sodio,
Presentamos el caso de una mujer que desarrolló hipona-
especialmente en los primeros 15-30 días de tratamiento.
tremia grave durante el tratamiento con venlafaxina.
Muy especialmente si se trata de mujeres de edad avanzada
Mujer de 70 años de edad, con antecedentes de hiper-
o con otros factores de riesgo, como ingesta simultánea de
tensión arterial y síndrome depresivo. Llevaba tratamiento
diuréticos, bajo peso o hipotiroidismo.
desde 2 meses antes con 75 mg/día de venlafaxina y
20 mg/día de enalapril. Consulta por proceso de varios días
de evolución consistente en molestias epigástricas, sensa-
ción nauseosa, somnolencia y mareo. Bibliografía
La exploración física demostró únicamente obesidad
1. Ficha técnica. Venlafaxina. Agencia Española de Medicamentos
(índice de masa corporal 32 kg/m2 ) y bradipsiquia. No había
y Productos Sanitarios. Ministerio de Santidad y Consumo. Abril
edema ni signos de deshidratación. 2005.
Los parámetros analíticos básicos fueron todos normales, 2. Ybarra Muñoz J, De Leiva Hidalgo A. Enfermedades de la neu-
salvo: sodio (Na) plasmático de 111 mmol/l, osmolalidad rohipófisis y la epífisis. En: Rodés Teixidor J, Guardia Massó J,
plasmática de 231 mOsm/kg, Na urinario de 38 mmol/l editors. Medicina Interna. 2.a ed. Barcelona: Ed. Masson; 2004.
y osmolalidad urinaria de 330 mOsm/kg (valor normal: p. 2447—8.

1888-9891/$ – see front matter © 2010 SEP y SEPB. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rpsm.2010.11.004
66 CARTA CIENTÍFICA

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mona associated with the use of selective serotonin reuptake Autor para correspondencia.
inhibitors: a review of spontaneous reports. Can Med Assoc J. Correo electrónico: jmpripaula@yahoo.es
1996;155:519—27. (J.M. Prieto de Paula).
Rev Psiquiatr Salud Ment (Barc.) 2011;4(1):66

Agradecimientos
REVISTA DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL 2010

El editor y coeditores de REVISTA DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL


agradecen a los profesionales que a continuación se mencionan
haber colaborado como expertos en la evaluación de los manuscritos recibidos,
durante el periodo del 1 de enero de 2010 a 31 de diciembre de 2010:

Agüera, Luis González-Pinto, Ana Mª


Aguilar, Eduardo J. Gutiérrez, Blanca
Alamo Gonzalez, Cecilio Lahera, Guillermo
Álvarez, Enrique Meana, Javier
Amann, Benedikt Montes, José Manuel
Bioque Alcázar, Miquel Moreno, María José
Bulbena, Antonio Parellada, Mara
Calvo, Rosa Pifarré, Josep
Cardoner, Narcis Ramos Brieva, Jesús
Castro-Fornieles, Josefina Roca, Miquel
Crespo-Facorro, Benedicto Romero, Soledad
Eguiluz, José Ignacio Ruiz Veguilla, Miguel
Fernández-Egea, Emilio Salvador, Luis
Ferrin, Maite San Molina, Luis
García Campayo, Javier Sarramea, Fernando
García Rizo, Clemente Soutullo, César
García Toro, Mauro Trujols, Joan
García-Portilla, Mª Paz Urretavizcaya, Mikel
Giner Jiménez, Lucas Vaz Leal, Francisco
Goikolea, Jose Manuel Veciana, Misericordia
Revista de Psiquiatría y Salud Mental

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R EVISTA DE PSIQUIATRÍA Y SALUD M ENTAL (RPSM), órgano de expresión de Originales. Trabajos de investigación que aportan nuevos resultados
la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y de la Sociedad Española en las áreas de interés de la Revista. Los manuscritos deberán
de Psiquiatría Biológica (SEPB), es una publicación orientada al estructurarse en los apartados: Introducción, Material y métodos,
estudio de las enfermedades mentales, sus procesos patológicos Resultados, Discusión y Bibliografía. La extensión recomendada es de
y sus consecuencias psicosociales, y tiene como finalidad difundir 3.000-3.500 palabras (sin incluir resumen, tablas, figuras y bibliografía),
los avances científicos en todos los campos relacio nados con la que equivale a unas 12 páginas DIN A4 a doble espacio, con tipo de
enfermedad y la salud mental. Se publicarán trabajos inéditos letra Arial de tamaño 12. Se incluirá un máximo de 6 tablas y figuras
sobre la psiquiatría y salud mental y su repercusión médica, social (esquemas, gráficos o imágenes). También se recomienda limitar el
y de comportamiento. Por tal motivo, se da cabida en la Revista a número de referencias bibliográficas (en lo posible, a un máximo de
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La Revista se adhiere a las normas del Comité Internacional de máximo de 250 palabras estructurado en los apartados: Introducción,
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y que no ha sido previamente publicado ni está siendo evaluado para epidemiológicos descriptivos, trabajos con objetivos y resultados
su publicación en otra revista. No se aceptará material previamente muy concretos) pueden publicarse de forma abreviada. Su extensión
publicado. Los autores son responsables de obtener los oportunos no superará las 1.500 palabras, más 2 figuras y/o tablas y un máximo
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figuras). (máximo de 250 palabras).

Autoría. En la lista de autores deben figurar únicamente aquellas Revisiones. Puestas al día de un problema de relevancia biológica, clínica
personas que cumplan cada uno de los siguientes requisitos: o psicosocial mediante la aportación de la necesaria bibliografía para
este cometido. Si bien los trabajos de revisión serán preferiblemente
1. Haber participado en la concepción y realización del trabajo que ha encomendados por los Editores de la Revista, cabe la posibilidad de su
dado como resultado el artículo en cuestión. espontánea aportación. La extensión recomendada es la misma que para
2. Haber participado en la redacción del texto y en sus posibles los artículos originales. El resumen no estructurado de los trabajos de esta
revisiones. sección deberá ser lo más escueto posible (de unas 150 palabras), pero fluido
3. Haber aprobado la versión que finalmente será publicada. en su lectura y concluyente del tema en cuestión. No obstante, con el fin
de evitar esfuerzos innecesarios, conviene llegar a un acuerdo previamente
Conflicto de intereses. Los autores deben describir cualquier relación sobre el tema y la extensión del manuscrito con los Editores.
financiera o personal que pudiera dar lugar a un conflicto de intereses
en relación con el artículo publicado. Incluso si los autores consideran Cartas. La sección se divide en “Cartas científicas”, trabajos que
que no los hay, deberán indicarlo. contienen nuevos estudios que pueden exponerse de forma abreviada,
y “Cartas al Editor”, donde los lectores pueden expresar su opinión
Responsabilidades éticas. Cuando se describen experimentos que se argumentada, conforme o disconforme, de una publicación reciente,
han realizado en seres humanos se debe indicar si los procedimientos así como sobre un tema que consideren importante comentar por
seguidos se conformaban con las normas éticas del comité de su actualidad. Con esta sección se pretende fomentar y estimular el
experimentación humana responsable (institucional o regional) y con coloquio y la discusión entre los profesionales lectores de la Revista. Las
la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki (http://www. aportaciones deben ser precisas y convenientemente argumentadas,
wma.net/s/ethicsunit/helsinki.htm). No se deben utilizar nombres, preferentemente con citas bibliográficas en un número no superior a
iniciales o números de hospital, sobre todo en las figuras. Cuando se 10. La extensión de la carta no sobrepasará las 750 palabras, y se dará
describen experimentos en animales, se debe indicar si se han seguido preferencia para la publicación a las más concisas y de mayor brevedad
las pautas de una institución o consejo de investigación internacional, y claridad. La Revista se reserva el derecho de acortar el texto de la
o una ley nacional reguladora del cuidado y la utilización de animales carta, ya sea por haber sobrepasado la extensión establecida o por
de laboratorio. reiteraciones que afectan a la fluidez de su lectura.

Consentimiento informado. Los autores deben mencionar en la Editoriales. Esta sección es habitualmente por encargo. Sin embargo,
sección de métodos que los procedimientos utilizados en los pacientes el comité editorial puede considerar para publicación y someter
y controles se han realizado tras la obtención del consentimiento al proceso de revisión trabajos no solicitados, para lo que conviene
informado. Si se reproducen fotografías o datos de pacientes, los establecer un previo acuerdo.
autores son responsables de la obtención del consentimiento por
escrito, autorizando su publicación, reproducción y divulgación en PREPARACIÓN DE LOS MANUSCRITOS
soporte papel e Internet.
Todos los manuscritos se adecuarán a las normas de publicación. El
ENVÍO DE MANUSCRITOS manuscrito se escribirá en castellano y/o inglés, y se presentará a doble
espacio, con márgenes de 2,5 cm y páginas numeradas, de acuerdo con
Los manuscritos deben remitirse a través de la siguiente dirección el siguiente orden:
web: http://ees.elsevier.com/rpsm. Los autores pueden ponerse en
contacto con la secretaría técnica de la Revista a través de correo Primera página. Contiene el título del trabajo, nombre completo y uno
electrónico: repsiquiatria@elsevier.com o los dos apellidos de los autores, así como el centro de trabajo de cada
Normas de publicación. / Revista de Psiquiatría y Salud Mental

uno y la población en que se halla cada centro. También corresponde aquí inferior se describen las abreviaturas empleadas por orden alfabético.
escribir la dirección completa del autor al que se dirigirá la correspondencia, El contenido es autoexplicativo y l os datos que incluyen no figuran en
incluyendo teléfono, fax y correo electrónico. Esta página se adjuntará el texto ni en las figuras.
separada del resto del artículo en la web (http://ees.elsevier.com/rpsm).
Figuras (gráficos, esquemas o imágenes). No se aceptarán las
imágenes fotográficas o microscópicas de calidad insatisfactoria o de
Resumen. Se elaborará según la sección a la que pertenece el trabajo
insuficiente valor demostrativo. Es recomendable utilizar los formatos
(léase secciones de la revista). Al final de éste se escribirán no más de
jpg o tiff, de resolución no inferior a 300 puntos por pulgada (dpi). El
5 palabras clave (utilizando los términos del Medical Subject Headings
tamaño ha de ser también de 9 × 12 cm. No se aceptará cualquier tipo
(MeSH) de Index Medicus). Se añadirá la versión en lengua inglesa del
de material iconográfico presentado en color. Las figuras se numerarán
resumen, así como del título del trabajo y las palabras clave. Debido
con números arábigos, de acuerdo con su orden de aparición en el
a su importancia para alcanzar la mayor difusión de las publicaciones,
texto. Las leyendas de las figuras se incluirán en hoja aparte al final del
conviene que la versión inglesa del resumen presente la mayor claridad y
manuscrito, identificadas con números arábigos. Deben identificarse
calidad posible, por lo que se recomienda una revisión de estilo por parte
las abreviaturas empleadas por orden alfabético. Las fotografías
de un nativo, preferentemente un profesional del campo del artículo.
de personas deben realizarse de manera que no sean identificables
o se adjuntará el consentimiento de su uso por parte de la persona
Texto. De estructura y extensión según la sección del trabajo. Las citas
fotografiada.
bibliográficas se señalarán numéricamente, en superíndice, en el orden
de su aparición en el texto.
PROCESO EDITORIAL
La recepción del manuscrito será inmediatamente confirmada por la
Bibliografía. Las referencias bibliográficas se citan en secuencia
Revista. Tras su valoración por parte de los Editores, el trabajo será
numérica, en formato superíndice, de acuerdo con su orden de aparición
evaluado por expertos independientes. El resultado final conducirá a la
en el texto. La bibliografía se remitirá como texto estándar, nunca como
aceptación del manuscrito, a la devolución para introducir correcciones
notas al pie. No se deben incluir citas difícilmente asequibles o verifica-
para la reelaboración del trabajo o al rechazo de su publicación en
bles, como resúmenes de congresos o comunicaciones personales. Los
la Revista. Excepto en el primer caso, las otras decisiones serán
autores son responsables de la exactitud y adecuada presentación de
comunicadas al autor convenientemente argumentadas. Antes de la
las referencias bibliográficas, que seguirán el estilo recomendado por el
publicación del artículo, el autor indicado para la correspondencia en la
Comité Internacional de Editores de Revistas Biomédicas, que se puede
primera página del manuscrito recibirá una prueba de composición del
consultar en: http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html
artículo. El autor deberá responder en 48 horas dando su visto bueno
para la impresión o indicando las correcciones necesarias, si fuera
Lista de todos los autores. Si el número de autores es superior a seis,
preciso. Las correcciones deben limitarse a los errores de imprenta,
se incluirán los seis primeros, añadiendo la partícula latina “et al”. Por
nunca serán adiciones o cambios del original.
ejemplo:
7. Galache Osuna JG, Moreno Ambroj C, Sánchez-Rubio Lezcano J, Calvo
Acerca del manuscrito titulado _____________________________
Cebollero I, Portolés Ocampo A, Aured Guayar C, et al. Evolución a corto
_____________________________________________________
y medio plazo del infarto agudo de miocardio transmural en mujeres
ancianas. ¿Son tratadas correctamente? Rev Esp Geriatr Gerontol.
2007;42:142-8. Remitido para su publicación a la revista arriba menciona
da, sus autores, abajo firmantes,
Capítulo en libro. Autores, título del capítulo, editores, título del libro, DECLARAN:
ciudad, editorial, año y páginas. Por ejemplo:
32. Martínez-Murillo R, Rodrigo J. The localization of cholinergenic
neurons and markers in the CNS. En: Stone TW, editor. CNS — Que es un trabajo original.
neurotransmitters and neuromodulators: Acetylcholine. Londres: CRC — Que no ha sido previamente publicado.
Press; 1995. p. 1-37. — Que no ha sido remitido simultáneamente a otra publicación.
— Que todos ellos han contribuido intelectualmente en su elaboración.
Libro. Autores, título del libro, ciudad, editorial y año. Por ejemplo: — Que todos ellos han leído y aprobado el manuscrito remitido.
5. Gálvez Vargas R, Delgado Rodríguez M, Guillén Solvas JF. Concepto, — Que, en caso de ser publicado, transfieren todos los derechos de
importancia y futuro de la infección hospitalaria. Granada: Universidad autor al editor, sin cuyo permiso expreso no podrá reproducirse ninguno
de Granada; 1993. de los materiales publicados en la Revista.
— Que la editorial no comparte necesariamente las afirmaciones que
Material electrónico. Artículo de revista en formato electrónico. Por los autores manifiestan en el artículo.
ejemplo:
3. Morse SS. Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg A través de este documento ELSEVIER ESPAÑA, S.L. asume los derechos
Infect Dis. [revista electrónica] 1995 Jan-Mar [accedido 05 Jun 1996]. para editar, publicar, reproducir, distribuir copias, preparar trabajos
Disponible en: www.cdc.gov/nci-dod/EID/eid.htm derivados en papel, electrónicos o multimedia e incluir el artículo en
índices nacionales e internacionales o bases de datos.
Agradecimientos. Podrán ser expresados a personas o entidades que
hayan ayudado a la realización del trabajo. En su caso, de acuerdo con Firma Nombre Fecha
los criterios del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas,
se mencionarán las personas y el tipo de ayuda aportada, así como Firma Nombre Fecha
las entidades o instituciones que hayan financiado o suministrado
materiales. En caso de proyectos de investigación financiados es Firma Nombre Fecha
suficiente mencionar el código de registro y la entidad, institución o
fundación que lo apoya económicamente. Firma Nombre Fecha

Tablas. Se numerarán con números arábigos, de acuerdo con su orden Firma Nombre Fecha
de aparición en el texto. Cada tabla se escribirá en una hoja aparte,
al final del texto. Incluyen un título en la parte superior y en la parte Firma Nombre Fecha

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