Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LECTURAS
JURÍDICAS
36
2
3
LECTURAS
JURÍDICAS
Época VI
Número 36
Noviembre, 2016
ISSN: 1870-6487
Reserva: 04-2007-051012164100-102
4
5
CONTENIDO
6
119 EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y
SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
Manuel Benjamín GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Imelda ALCALÁ SÁNCHEZ
Luis Alfonso RAMOS PEÑA
Óscar Francisco YÁÑEZ ORTEGA
Cenobio TERRAZAS ESTRADA
7
GENERALIDADES SOBRE LOS PRINCIPIOS RECTORES Y LA REIN-
SERCIÓN SOCIAL DE CONFORMIDAD CON LA LEY NACIONAL DE
EJECUCIÓN PENAL
SUMARIO:
I. Notas Introductorias II. Principios Rectores III. Medios Para Alcanzar La Reso-
cialización De Las Partes, Según La Ley Nacional De Ejecución Penal IV. Fuentes
De Información
I. NOTAS INTRODUCTORIAS
Consideramos de importancia dedicar aunque sea unas breves líneas, para anali-
zar el tema inherente a la reinserción social, bajo el marco de la nueva Ley Nacional
de Ejecución Penal. Este cuerpo normativo fue publicado en el Diario Oficial de la
Federación el día 16 de junio de 2016, y tiene por objeto establecer las normas que
deben de observarse durante el internamiento por prisión preventiva, en la ejecución
de penas y en las medidas de seguridad impuestas como consecuencia de una resolu-
ción judicial; establecer los procedimientos para resolver las controversias que sur-
jan con motivo de la ejecución penal, y regular los medios para lograr la reinserción
8
GENERALIDADES SOBRE LOS PRINCIPIOS RECTORES Y LA REINSERCIÓN SOCIAL DE CONFORMIDAD CON LA LEY NACIONAL DE
EJECUCIÓN PENAL
social.1
Esta nueva ley debe aplicarse tanto en el fuero federal, como en el orden local,
según lo establece su ordinal segundo, en particular tratándose de nuestra Entidad
Federativa, debemos recordar que por medio del Decreto número 1441/2016 P.E., la
Sexagésima Cuarta Legislatura del Congreso del Estado de Chihuahua, con funda-
mento en el artículo segundo transitorio, párrafos primero, cuarto y quinto, de la Ley
Nacional de Ejecución Penal, declaró el inicio de vigencia de dicho ordenamiento
en todo el territorio del Estado, a partir de las cero horas del día 30 de noviembre de
2017.
De tal suerte, que a unos meses del inicio de la vigencia del referido cuerpo
legal, conviene analizar los principios que forman su columna vertebral, así como su
concepción sobre la reinserción social, a la que se refiere el ordinal 18 de la Consti-
tución Política de los Estados Unidos Mexicanos2.
El contenido del artículo cuarto del ordenamiento en estudio, establece los prin-
cipios rectores que deberán impregnar al sistema penitenciario en todo el territorio
nacional, como lo son:
1 Artículo 1 de la Ley Nacional de Ejecución Penal.
2 Artículo 18. […]
El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el
mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar
que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley. Las mujeres compurgarán sus penas en lugares
separados de los destinados a los hombres para tal efecto.
[…]
9
Jaime Ernesto GARCÍA VILLEGAS
Roberto AUDE DÍAZ
9. La apariencia física.
10. Las características genéticas.
11. La situación migratoria.
12. El embarazo, la lengua.
13. Las opiniones.
14. Las preferencias sexuales.
15. La identidad o filiación política.
16. El estado civil.
17. La situación familiar.
18. Las responsabilidades familiares.
19. El idioma.
20. Los antecedentes penales.
21. Cualquier otra que atente contra la dignidad humana y con el objeto de
anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas.
i. Reinserción social. En este punto, la ley nacional en cita, refiere en torno a este
principio la “Restitución del pleno ejercicio de las libertades tras el cumplimiento de
una sanción o medida ejecutada con respeto a los derechos humanos”, descripción
que en base a las definiciones de resocialización que hemos manejado en líneas an-
teriores, consideramos no alcanza a transmitir la verdadera esencia de la reinserción
social, misma que va más allá de restituirle al sentenciado el ejercicio de sus liberta-
des, sino que además persigue la necesidad de lograr que el sentenciado se encuentre
en aptitud de convivir de manera productiva y armónica con el tejido social.
3 AMUCHATEGUI REQUENA, Griselda, Diccionario de Derecho Penal, Segunda Ed., Oxford, México, 2013, p. 146.
13
Jaime Ernesto GARCÍA VILLEGAS
Roberto AUDE DÍAZ
4 BERGALLI, Roberto, Reinserción Social por Medio de la Ejecución Penal, Notas acerca de la Ley Penitenciaria Nacional
Argentina y del Proyecto de Reformas a la Parte General del Código Penal 1974, Instituto de Criminología, Universidad de
Madrid, Madrid, 1976, p. 33.
5 TRUJILLO SOTELO, José Luis, La cárcel y la reinserción social, mitos y realidades, Flores Editor y Distribuidor, México,
2014, p. 10.
14
GENERALIDADES SOBRE LOS PRINCIPIOS RECTORES Y LA REINSERCIÓN SOCIAL DE CONFORMIDAD CON LA LEY NACIONAL DE
EJECUCIÓN PENAL
En cuanto a las bases del sistema penitenciario mexicano, si bien es cierto, nues-
tra Ley Fundamental establece a la salud, la educación, el deporte el trabajo y la
capacitación para el mismo como mecanismos para conseguir la resocialización, re-
sulta la ley secundaria en estudio aquella que profundiza sobre la aplicación práctica
de estos mecanismos.
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y será uno de los servicios
fundamentales en el sistema penitenciario y tiene el propósito de garantizar la inte-
gridad física y psicológica de las personas privadas de su libertad, como medio para
proteger, promover y restaurar su salud.
Desde luego, los servicios médicos habrán de ser tanto obligatorios, como
gratuitos, por lo que existe el impedimento legal para realizar la exigencia de alguna
aportación o cuota con cargo al interno o su familia:
Artículo 77. Características de los Servicios de Atención Médica Los ser-
vicios de atención médica serán gratuitos y obligatorios para las personas
privadas de su libertad. Éstos contemplarán actividades de prevención, cu-
17
Jaime Ernesto GARCÍA VILLEGAS
Roberto AUDE DÍAZ
que se imparta en los Centros Penitenciarios será laica, gratuita y tendrá contenidos
de carácter académico, cívico, social, higiénico, artístico, físico y ético, orientados
en el respeto a la ley, las instituciones y los derechos humanos. Será, en todo caso,
orientada por las técnicas de la pedagogía y quedará a cargo de profesores o maestros
especializados.8
En cuanto al nivel de la educación que debe impartirse, los arábigos 84 y 85, es-
tablecen que las personas privadas de su libertad podrán acceder al sistema educativo
con la finalidad de obtener grados académicos o técnicos, y tendrán derecho a reali-
zar estudios de enseñanza básica y media superior sin costo alguno. Para tal efecto, la
autoridad penitenciaria deberá fomentar la enseñanza media superior y superior, por
medio de convenios de colaboración con instituciones educativas del sector público,
8 Artículo 83 de la Ley Nacional de Ejecución Penal.
19
Jaime Ernesto GARCÍA VILLEGAS
Roberto AUDE DÍAZ
II. Las actividades productivas no remuneradas para fines del sistema de rein-
serción.- En esta arista, el legislador se refiere a distintas actividades establecidas,
dirigidas y supervisadas por parte de la autoridad penitenciaria, que tiene como fina-
lidad la creación de un hábito de trabajo en los internos, mismas que no generarán
contraprestación en favor del recluso, y que en ningún caso la Autoridad Penitencia-
ria podrá ser considerada como patrón, ni tampoco como patrón solidario, subsidia-
rio o sustituto.
actividad bajo una relación subordinada a terceros externos, las personas privadas de
la libertad tendrán acceso a seguros, prestaciones y servicios de seguridad social, con
base en la legislación en la materia, cuyo ejercicio sea compatible con su situación
jurídica.
El ordinal 207 de la norma antes precisada, prevé los servicios post - penales,
por medio de centros de atención e integración de redes de apoyo, con el objetivo de
prestar a los liberados, externados y a sus familiares, el apoyo necesario para facilitar
la reinserción social, procurar su vida digna y prevenir la reincidencia. Con estos me-
canismos, se pretende impulsar la creación y promoción de espacios de orientación,
apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación
para todas las áreas relacionadas con los ejes establecidos por el artículo 18 Constitu-
cional a fin de facilitar la reinserción social, pero como un diverso extremo, se busca
además difundir y promover en toda la colectividad una mentalidad de aceptación
25
Jaime Ernesto GARCÍA VILLEGAS
Roberto AUDE DÍAZ
Coincidimos con Ruiz Ortega, quien sostiene que resulta importante decir que
los retos que se nos presentarán no sólo necesitarán vocación de servicio sino tam-
bién –como toda implementación– el apoyo y la colaboración de todas las autori-
dades locales y federales. Para nosotros el reto será doble, ya que al mismo tiempo
estaremos atendiendo esta ley y los cambios que han sido marcados para la autoridad
penitenciaria desde la reforma al sistema de justicia penal; por lo tanto, se requerirán
recursos humanos, materiales y financieros que permitan potencializar el ejercicio
diario de los operadores del sistema penitenciario.
26
GENERALIDADES SOBRE LOS PRINCIPIOS RECTORES Y LA REINSERCIÓN SOCIAL DE CONFORMIDAD CON LA LEY NACIONAL DE
EJECUCIÓN PENAL
27
28
29
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
SUMARIO:
I. La Norma Jurídico Penal II. El Delito III. La Pena IV. La Medida De Seguridad
V. Comentarios Finales VI. Fuentes
aplican como consecuencia de la peligrosidad criminal del autor del delito, así como
complemento de la pena o bien como sustitutivo de ésta en los supuestos de autores
de delito que son total o parcialmente irresponsables1.
Debe decirse entonces, que cuando hablamos del Derecho Penal, lo hacemos
al mismo tiempo de la norma jurídico penal. Pues como se dijo antes, se entiende
como la regla estatal que sanciona con una pena o una medida de seguridad conduc-
tas humanas que atacan gravemente la convivencia, denominadas delitos. Teniendo
consecuentemente en su definición, la estructura misma de la norma jurídico penal, a
saber: un supuesto de hecho y una consecuencia jurídica, el primero lo constituye el
delito, y el restante, una pena o medida de seguridad. En ese sentido, los elementos
de la norma jurídica penal son: el delito y la pena o medida de seguridad.
II. EL DELITO
La palabra delito deriva del verbo latino delicto o delictum, supino del verbo delin-
quo, delinquiere, que significa desviarse, resbalar, abandonar, abandono de la ley3.
Diversas ramas del saber han tratado a lo largo de la historia del hombre de ocuparse
del delito y otorgarle una definición. Algunos de los conceptos que se han generado
fuera del contexto jurídico tenemos:4
3 Reynoso Dávila Roberto, Teoría General del Delito, Ed. Porrúa, México, 2006, p. 21.
4 García Pablos, Antonio, Tratado de Criminología, Ed. Tirant Lo Blanch, Madrid, 2003, pp. 85 -106
32
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
Y una vez dentro del ámbito jurídico, tenemos que la definición del delito se ha
establecido en una vertiente formal o nominal y una material o sustancial.
5 Bacigalupo, Enrique, Manual de Derecho Penal, Ed. Temis, Santa Fe de Bogotá, 1996, p. 2.
33
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
El concepto nominal o formal define al delito como una conducta humana que
se opone a lo que la ley manda o prohíbe bajo la amenaza de una pena. Es la ley la
que establece que hechos son delitos, fija caracteres delictuales a un hecho, si en
algún momento esta ley es abrogada el delito desaparece6.
En tal contexto, todo delito presenta cuatro elementos comunes: conducta, tipi-
cidad, antijuridicidad y culpabilidad, a los cuales puede añadirse algunos casos un
ulterior presupuesto de la punibilidad. Las citadas categorías básicas le dan a la ma-
teria jurídica, un considerable grado de orden y de principios comunes. Su contenido
concreto y su relación recíproca son discutidos y, según los distintos puntos de vista
científicos de que se parta, presentan un aspecto diferente para cada una.
decir, el delito que, además de sus elementos estructurantes, admite que se lo castigue en el caso concreto por satisfacer las
otras condiciones establecidas por la ley para que proceda el castigo. Con arreglo a lo dicho hasta aquí, el delito, como hecho
punible, se puede definir como el hecho (acción en sentido amplio), típico, antijurídico, culpable y punible”.
10 Roxin, Claus, op. cit., pp. 193 - 197.
11 Quintino Zepeda, Rubén, Diccionario de Derecho Penal, Ed. MaGister, México, 2006, p. 21.
35
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
Por tanto, no son acciones en sentido jurídico los efectos producidos por fuer-
zas naturales o por animales, pero tampoco los actos de una persona jurídica. No
son acciones los meros pensamientos o actitudes internas, pero tampoco sucesos del
mundo exterior que —como por ejemplo los movimientos reflejos o los ataques con-
vulsivos— son sencillamente indominables para la voluntad humana. Al respecto,
la doctrina especializada ha congregado las causas de ausencia de conducta en tres
grandes rubros, los llamados actos de inconsciencia, movimientos reflejos y la fuerza
irresistible13.
cación, o bien, por no afectar el bien jurídico tutelado que subyace en cada
tipo penal. Siguiendo esa lógica, la antijuridicidad será formal o material.
La primera noción se refiere a la simple contradicción de la conducta típica
al orden jurídico, y la restante, consagrando el principio de lesividad, se
traduce en que tenga la potencialidad de dañar o poner en riesgo ese bien
jurídico tutelado15.
Las causas de justificación generalmente las encontramos en los diferentes
ordenamientos, bajo la figura de la legítima defensa, estado necesidad, con-
sentimiento, ejercicio de un derecho y cumplimiento de un deber16.
Ante una conducta típica y antijurídica se habla de “injusto” penal, concep-
to que comprende por tanto las tres primeras categorías.
4. Culpabilidad: Por último, la conducta típica y antijurídica ha de ser cul-
pable, esto es, ha de poderse, como mayoritariamente se ha dicho, “repro-
char”.
En materia de culpabilidad, no existe una opinión unánime respecto de
cómo definirla, sobre todo en materia de los elementos que la integran des-
de la óptica formal y su significado material, propiciado precisamente por
la evolución de la teoría de la culpabilidad a la luz de conceptos causales,
sicologistas, normativistas y finalistas. En lo que sí resulta coincidente la
doctrina, es respecto de que mientras la antijuridicidad constituye un juicio
despersonalizado de desaprobación sobre el hecho, la culpabilidad requiere,
15 Velásquez V., Fernando, Manual de Derecho Penal, Parte General, Ed. Themis, Bogotá, 2004, pp. 343 -346.
16 Plascencia Villanueva, Raúl, Teoría del Delito, UNAM, México, 1998, pp. 139-156.
38
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
hibida. Únicamente no se castiga, pero por regla general no tiene por qué ser tolerada
por quien es víctima de una conducta antijurídica.
Las categorías básicas descritas han sido desarrolladas por la ciencia en un pro-
ceso de discusión de décadas. Así aparece el concepto de acción por primera vez en
el manual de Albert Friedrich Berner en 1857, como piedra básica del sistema del de-
lito. La exigencia de reconocimiento de una antijuridicidad objetiva e independiente
de la culpabilidad la formula poco después el gran jurista Rudolph von Jhering en su
escrito Das Schuldmoment im römischen Privatrecht (“El momento de culpabilidad
en el Derecho privado romano”, 1867), abriendo el camino para la época siguiente.
El concepto del tipo lo crea Ernst Beling en el año 1906 en su monografía, aun cé-
lebre hoy, Die Lehre vom Verbrechen (“La teoría del delito”). Para el desarrollo de
la teoría de la culpabilidad tuvo especial importancia el escrito del gran doctrinario
alemán Reinhard Frank en 1907, denominado “Über den Aufbau des Schuldbegri-
ffs” (“Sobre la estructura del concepto de culpabilidad”). La evolución del sistema
en su totalidad ha contado en la primera mitad del siglo con impulsos especialmente
intensos por parte de Franz v. Liszt y Ernst Beling, de Max Ernst Mayer y Edmund
Mezger, así como de Hans Welzel20.
III. LA PENA
La palabra “pena” procede del latín poena, su significado está plenamente iden-
tificado con la idea de castigo y sufrimiento21. Esta idea surge a partir de la evolución
misma de la humanidad, estando presente desde los orígenes de nuestra civilización,
atribuyéndoles en principio a dioses, o bien, a entes supremos, la facultad de imponer
penas a los hombres22.
ción de bienes jurídicos, prevista en la Ley, impuesta por los órganos jurisdiccionales
competentes al responsable de un hecho delictivo24.
Esta definición no explica la naturaleza de la pena o por qué o para qué se im-
pone. La respuesta a estas cuestiones es uno de los problemas más discutidos de la
ciencia del derecho penal y la polémica desborda incluso los límites jurídicos, para
convertirse en un tema de interés general para otras ciencias, sociología y filosofía
principalmente. Si se quiere conseguir algo de claridad en este asunto, deberán dis-
tinguirse, desde el principio, tres aspectos de la pena: su justificación, su sentido y
su fin. Mientras que con relación al primer aspecto puede decirse que existe unani-
midad, no ocurre lo mismo con respecto a los otros dos. La pena se justifica por su
necesidad como medio de represión indispensable para mantener las condiciones de
vida fundamentales para la convivencia de personas de una comunidad25. Sin la pena,
la convivencia humana en la sociedad actual sería imposible. En cuanto al verdadero
sentido y fin que le corresponde a la pena, se ha establecido una nutrida y constante
discusión, constituyendo incluso el objeto de la llamada “Lucha de Escuelas”, que
durante muchos años ha ocupado el centro de gravedad de las discusiones y polémi-
cas en la ciencia del derecho penal. Los tres puntos de vista principalmente manteni-
dos y el estado actual del problema en la más reciente doctrina, se envuelve entre las
llamadas teorías absolutas, teorías relativas y teorías eclécticas o de la unión, acerca
de la pena, siendo sus principales postulados26
1. Teorías absolutas: Son las que atienden sólo al sentido de la pena, pres-
cindiendo totalmente de la idea de fin. Para ellas, el sentido de la pena ra-
dica en la retribución, imposición de un mal por el mal cometido. En esto
se agota y termina la función de la pena. Entonces, la imposición de una
pena al que ha cometido un delito, debe ser entendida como una exigencia
de justicia. Desde este punto de vista, pretender lograr fines distintos a la
mera retribución del hecho cometido supone una utilización del hombre que
contradice el valor que él tiene en sí mismo, al equipararle a una cosa27.
léctica, la pena resulta de una necesidad lógica, como la negación del delito
y afirmación del derecho; y así, cuando el sujeto comete un delito niega el
derecho y la voluntad general del ordenamiento jurídico, pero la pena que se
le impone viene a restaurar el orden alterado las teorías absolutas, en cuanto
tales, carecen de vigencia en la actualidad y se estima, con razón, que sólo
explican el por qué se castiga, el fundamento de la pena, pero no aclaran el
contenido de los fines
2. Teorías relativas: Son las que atienden al fin que se persigue con la pena,
en concreto, evitar la comisión de nuevos hechos delictivos, tanto a nivel
individual como colectivo. En ambos casos la pena está orientada hacia
el futuro; aspira a prevenir determinadas conductas, manteniendo de este
modo la convivencia social que, a diferencia del carácter absoluto de la
justicia, es algo históricamente determinado y por tanto, relativo del latín
referre, que implica “referirse a”.
29 Zaffaroni, Eugenio, Tratado de Derecho Penal, Parte General, Tomo I, Ed. Ediar, Buenos Aires, 1998, pp. 77 - 88.
44
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
33 Pérez Tolentino, Jorge Alberto, “La Inocuizacion como Prevención Especial Negativa”, Revista Archivos de Criminología,
Criminalística y Seguridad Privada Núm. 8, México, 2012, pp. 1-6.
34 Roxin, Claus, op. cit., p. 87.
47
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
35 Silva Sánchez, Jesús, Aproximación a Derecho penal contemporáneo, José María Bosch Editor, Barcelona, 1992, p. 180.
36 García Cavero, Percy, “Acerca de la Función de La Pena”, en Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penales,
Núm. 06, Lima, 2005, pp. 1 - 6.
48
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
Dentro del derecho penal encontramos, además de las penas, las llamadas me-
didas de seguridad; figura que dentro del presente trabajo se erige como parte de los
tópicos torales, siendo objeto de un capítulo específico y detallado más adelante. Por
lo que en este punto, solo se abordarán algunos aspectos introductorios.
49
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
Bajo el arropo de dichas ideas, las medidas de seguridad en Derecho Penal, son
aquellas sanciones complementarias o sustitutivas de las penas, que el juez puede
imponer con efectos preventivos a aquél sujeto que comete un injusto, un hecho típi-
co y antijurídico; pero, que de acuerdo con la teoría del delito, al ser inimputable no
puede ser culpado por un defecto en su culpabilidad. La medida se refiere así, no a un
37 Barreiro, Jorge, Las medidas de seguridad en el Derecho español, Ed. Civitas, Madrid, 1976, pp. 33-36.
38 En la actualidad se habla también de un sistema denominado “vicarial” que permite compatibilizar ambas vías computando
el tiempo de cumplimiento de la medida de seguridad como parte de tiempo de pena.
39 Cerezo Mir, José, op. cit., p. 39.
50
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
40 Luzón Peña, Diego Manuel, Curso de Derecho Penal, Ed. Universitas, Madrid, 1996, pp. 54-58.
41 Landrove Díaz, Gerardo, Las consecuencias jurídicas del delito, Ed. Tecnos, Madrid, 2005, p. 116.
42 Plascencia Villanueva, Raúl, op. cit., p. 203.
51
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
V. COMENTARIOS FINALES
Los seres humanos han creado un sistema de pautas de convivencia social, con
el fin de orientar su conducta a los fines que han considerado valiosos para su sub-
sistencia y desarrollo, acorde desde luego a cada tiempo, espacio y cultura. Cuando
ese sistema se formalizó con el surgimiento del Estado mismo, las normas se insti-
tucionalizaron dotadas principalmente de coercibilidad, y con ello, a la luz la norma
jurídica. Así, dentro del mundo jurídico, tenemos un sector de gran relevancia, se
trata del orden jurídico penal. Importante porque representa la violencia legítima del
Estado, como reacción a una conducta socialmente intolerable, es decir, la posibili-
dad de restringir derechos fundamentales de una persona de manera justificada.
La norma jurídico penal describe entonces, una acción humana que al presentar-
se, deberá sancionarse de forma enérgica por lacerar los intereses, bienes y valores
mínimos indispensables de una sociedad, y de ahí su función de tutelar bienes jurídi-
cos y motivar a los individuos de respetar a los mismos.
Con dicha lógica, cuando una persona se coloca en el supuesto llamado delito,
el Estado reacciona con la imposición de una pena o medida de seguridad, ello, a
52
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
54
BREVES REFLEXIONES EN TORNO A LA NORMA JURÍDICO PENAL
VI. FUENTES
55
Francisco GONZÁLEZ ARREDONDO
23. Quintino Zepeda, Rubén, Dogmática Penal para Principiantes, Ed. Magister,
México, 2006.
24.Quintino Zepeda, Rubén, Manual de Derecho Penal, CEFORAJ, Chihuahua,
2010.
25.Reynoso Dávila Roberto, Teoría General del Delito, Ed. Porrúa, México,
2006.
26. Roxin, Claus, Derecho Penal. Parte General, Tomo I, Ed. Civitas, Madrid,
1997.
27. Santiago Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito en el estado social
y democrático de Derecho, Casa Editorial Bosch, Barcelona, 1982.
28. Silva Sánchez, Jesús, Aproximación a Derecho penal contemporáneo, José
María Bosch Editor, Barcelona, 1992.
29. Velásquez V., Fernando, Manual de Derecho Penal, Parte General, Ed. The-
mis, Bogotá, 2004.
30. Zaffaroni, Eugenio, Tratado de Derecho Penal, Parte General, Tomo I, Ed.
Ediar, Buenos Aires, 1998.
57
58
59
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
SUMARIO:
I. Introducción II. Derecho a la integridad corporal III. Derecho a la disposición
del cuerpo IV. Derecho a la imagen V. Derecho al respeto de la correspondencia y
al secreto VI. Derecho al hombre VII. Derechos de autor VIII. Derecho al honor
IX. Derecho a la integridad física X. Bibliografía
I. INTRODUCCIÓN
camente los que están legitimados por tutelarlos una vez fallecido el sujeto de tales
derechos (en los delitos contra el honor, en las violaciones del derecho de autor);
son imprescriptibles, por lo que no se extinguen por el no uso, y finalmente, no son
susceptibles de renuncia.
Los derechos de la personalidad, así como los bienes o atributos que protegen –
señalan por su parte Díez-Picazo y Gullón- son innatos a la persona, intransmisibles,
irrenunciables e imprescriptibles. De ahí la restricción que sufre el radio de acción
de la autonomía de la voluntad en todo lo que suponga quebranto de aquellos carac-
teres. En algunos casos es el propio ordenamiento jurídico quien estatuye la nulidad
de actos o negocios jurídicos que vulneren los atributos personalísimos (artículos del
Código Civil del Estado de Chihuahua), pero de manera genérica existe el recurso
técnico apto para protegerlos en este campo: el recurso a la ley, orden público o mo-
ral (artículo 1255 del Código Civil del Estado de Chihuahua).
La misma protección que la vida tiene como el valor jurídico supremo, se puede
observar a propósito de la integridad corporal. En el Código Penal en su título pri-
mero, libro segundo, capítulo II destina a los “delitos contra la vida y la integridad
corporal” el delito de lesiones.
61
Othoniel ACOSTA MUÑOZ
Sea en una u otra de las posibilidades apuntadas, lo cierto es que el sujeto dis-
pone de partes de su cuerpo y sólo él es quien puede tomar alguna resolución en
relación con ello. En efecto, así fuere un reo condenado a muerte, no le corresponde
a persona alguna, ni siquiera a la autoridad misma, de no ser el interesado, decidir
sobre el destino de las partes del cadáver.
En relación con los trasplantes de órganos, debemos tener en cuenta lo estable-
cido por los artículos 321 al 328 de la Ley General de la Salud, de los que su respec-
tivo texto transcribimos a continuación:
ART. 321.- Los trasplantes de órganos o tejidos en seres humanos vivos podrán
llevarse a cabo con fines terapéuticos solamente cuando hayan sido satisfactorios los
resultados de las investigaciones realizadas al efecto, representen un riesgo aceptable
para la salud y la vida del disponente originario y del receptor, y siempre que existan
62
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
64
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
El retrato de una persona solo puede ser usado o publicado, con fines lucrativos,
con su consentimiento expreso, el de sus representantes o causahabientes, o en caso
de muerte, el de sus herederos en el orden de sucesión que establecen las leyes ci-
viles. La autorización podrá revocarse por quien la otorgó, quien responderá de los
daños y perjuicios que ocasionare con la revocación.
Los fotógrafos profesionales pueden exhibir los retratos de sus clientes como
muestra de su trabajo si no hay oposición de su parte o de sus representantes (¿Y los
artistas?).
65
Othoniel ACOSTA MUÑOZ
66
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
ART. 2°.- Son derechos que la Ley reconoce y protege a favor del autor de cual-
67
Othoniel ACOSTA MUÑOZ
Como podrá observarse, las dos primeras fracciones del precepto transcrito con-
tienen sendas manifestaciones de un derecho de la personalidad, es decir, el recono-
cimiento a la persona de su creación intelectual así como el respeto a la integridad
de la misma.
68
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
Aunque tal redacción dejaba a salvo los Tribunales Militares de Honor (creados
por Real Decreto del 3 de enero de 1867, y que se extendieron a la administración
con la Ley de funcionarios civiles de 1918 y posteriormente a los colegios profesio-
nales), incluso esos primeros fueron suprimidos posteriormente por la Ley Orgánica
70
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
Todas las personas poseen una autoestima determinada, la que sea, algunos
la tendrán más elevada que otros, pero ello no obsta a que cada cual tenga
la suya y que ello sea de suma importancia para los hombres. Es la valora-
ción como persona que cada uno tiene de sí mismo, ya en la psiquis, ya en
el espíritu, por el solo hecho de ser tal. Cuando es dañada esta valoración,
es decir, cuando una persona es deshonrada, como esta afección consiste
en ofender moralmente, esto es, menospreciar a una persona, desestimarla,
2 Artículo 12, de “La Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Decretada el 10 de diciembre de 1948, por La Asam-
blea General de las Naciones Unidas.
71
Othoniel ACOSTA MUÑOZ
Por otra parte, el honor objetivo es la reputación como ser social que tiene una
persona, ello es, la fama que ha sabido ganarse con relación a sus pares y de la cual
goza, sea la que fuere, pero connotada positivamente. “Es la valoración que los de-
más tienen de una persona, el status que socialmente le es asignado y que ha sabido
ganarse, consecuencia de una línea de conducta llevada adelante por el sujeto, de
una forma dada de vida”4. Este aspecto del honor se ve afectado a través de la difa-
mación, del quitar crédito, vale decir, del desprestigio, con ello se perjudica la fama
3 RESCIGNO, Conclusión, en “II Diritto alla identita personale”, Italiano, Nàpoli. 1975. p. 185.
4 DOGLIOTTI, Alberto, “Trattato de Dirirro Privato “.Le Persone Fisiche en Rescigno. Italiano, Nàpoli. 1981. P. 143.
72
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
del sujeto. Es por esta razón que se habla de la “desacreditación” del sujeto. Así, la
idea o imagen que la sociedad o el entorno poseen sobre una persona determinada
estará representada por su reputación o fama, concepción en la cual, para afirmar la
presencia del honor deben entenderse estos términos en sentido valorativo. Por tan-
to, el honor será la buena reputación o la buena fama de que goza una persona en el
entorno social en el que le corresponde desenvolverse.
El derecho a la salud puede definirse como aquel derecho por virtud del cual la
persona humana y los grupos sociales -especialmente la familia-, en cuanto que titu-
lares del mismo, pueden exigir de los Órganos del Estado y de los grupos económi-
cos y profesionales, en cuanto que sujetos pasivos, que establezcan las condiciones
adecuadas para que aquellos puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico,
mental y social y garanticen el mantenimiento de esas condiciones.
74
DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONALIDAD (PARTE I)
X. BIBLIOGRAFÍA
75
76
77
LAS TEORÍAS COGNOSCITIVAS DEL APRENDIZAJE Y SU
APORTACIÓN A LA TEORÍA PEDAGÓGICA
SUMARIO:
I. Breves antecedentes II. Características del cognoscitivismo
III.- Aportaciones a la Teoría Pedagógica IV. Conclusiones V. Bibliografía
RESUMEN
En el presente trabajo se exponen brevemente los fundamentos de los pos-
tulados de las teorías cognoscitivistas o cognitivas, para la mejor comprensión del
proceso de enseñanza-aprendizaje, en la panorámica de sus principales antecedentes,
sus características y sus aportaciones a la Teoría Pedagógica.
I. BREVES ANTECEDENTES
A partir de esta nueva etapa, como sucedió con el conductismo, cada autor
aporta sus experiencias y reflexiones y a la vez, su concepción del proceso de en-
señanza-aprendizaje. Así, de los trabajos de Piaget3 obtenemos que el aprendizaje
no es una manifestación espontánea de formas aisladas, sino que es una actividad
indivisible de adaptación, entre el mundo y los esquemas cognoscitivos del suje-
to, conformada por los procesos de asimilación, es decir la incorporación de nueva
información a sus esquemas preexistentes, y de acomodación, cuando el esquema
preexistente es insuficiente y se modifica para asimilar la nueva información; de tal
suerte que el equilibrio resultante le permite a la persona adaptarse activamente a la
realidad, lo cual constituye el fin último del aprendizaje, ya que para este autor la ten-
dencia innata de los individuos a modificar sus esquemas de forma que les permita
dar coherencia al mundo percibido, o equilibración, es lo que constituye el verdadero
impulso del aprendizaje.
2 Confróntese: http://definicion.de/gestalt/
3 Arancibia, Violeta; Herrera, Paulina, y Strasser, Katherine: “Psicología de la Educación”, Editorial Alfaomega, México, 1999.
79
César RODRÍGUEZ CHACÓN
Para otros autores, como el estadounidense Jerome Seymour Bruner5, más re-
levante que la información obtenida, son las estructuras que se forman a través del
proceso de aprendizaje, de tal suerte que define a éste como el proceso de reordenar o
transformar los datos de modo que permitan ir más allá de ellos, hacia una compren-
sión o insight nuevos, enfatizando el descubrimiento como el más importante aspec-
to acerca de la forma en que el ser humano aprende, por eso su teoría es conocida
como la teoría del aprendizaje por descubrimiento; sin embargo, es poco lo que dice
acerca de las condiciones que se necesitan para que se produzca en el aprendiz tal
descubrimiento, y finalmente no está demostrado que todos los procesos sugeridos
por este autor rindan siempre los mismos resultados.
desarrollo cognoscitivo.
II. CARACTERÍSTICAS DEL COGNOSCITIVISMO
Nótese pues, como frente a las teorías conductuales del aprendizaje que sólo
atribuían al sujeto de conocimiento una actitud pasiva frente a agentes externos oca-
sionadores o moldeadores de sus meras conductas, las teorías cognoscitivistas nos
muestran ya un interés en los procesos mentales, y psicológicos, que se dan durante
el curso de este proceso de enseñanza-aprendizaje, pasando del aprendizaje memo-
rista-mecánico conductual, a un proceso en el cual se reconoce la influencia del sig-
nificado que el sujeto atribuye a los conocimientos recientemente adquiridos y se
reconoce la retroalimentación de cada nuevo conocimiento, que importa a su vez un
nuevo significado en el sujeto y cuyo procesamiento va incidiendo en la modifica-
ción de los arquetipos o significados anteriores.
Sin embargo, las teorías cognoscitivistas del aprendizaje han soslayado aún los
procesos emocionales y sociales que tienen lugar en la escuela, por lo que si bien
es cierto que implican un gran avance en materia pedagógica, no logran en suma
darnos una visión integral y acabada, del proceso de enseñanza-aprendizaje y to-
82
LAS TEORÍAS COGNOSCITIVAS DEL APRENDIZAJE Y SU APORTACIÓN A LA TEORÍA PEDAGÓGICA
Así, para nosotros existe, en las reflexiones de los autores citados, una verdadera
línea de avance en la investigación del proceso de enseñanza-aprendizaje: a partir
de Piaget se reconoce en la equilibración al elemento impulsor del aprendizaje, un
83
César RODRÍGUEZ CHACÓN
proceso mental del sujeto que le permite estructurar los conocimientos adquiridos
para obtener de ellos algo más que el resultado de la mera experiencia, descubrien-
do los nuevos valores o aportaciones que le brinda el saber adquirido, conforme
las exposiciones de Bruner, lo que a su vez le permite al sujeto pasar a un proceso
mental de jerarquización de la información, proceso que crea conocimientos nuevos,
naciendo así el concepto de aprendizaje significativo, del que habla Ausubel y que
se da cuando el sujeto descubre el valor de las nuevas prácticas relacionadas con su
saber previo para permitirle un verdadero avance reflexológico en lo que Vygotsky
denomina Zona de Desarrollo Próximo, para relacionar los aprendizajes adquiridos
con el entorno sociocultural que lo rodea y revalorarlos de acuerdo a ésa relación.
IV. CONCLUSIONES
84
LAS TEORÍAS COGNOSCITIVAS DEL APRENDIZAJE Y SU APORTACIÓN A LA TEORÍA PEDAGÓGICA
V. BIBLIOGRAFÍA
85
86
87
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
SUMARIO:
I. El Derecho Administrativo II. El Derecho Financiero III. La Administración
Pública IV. Consideraciones Finales
I. EL DERECHO ADMINISTRATIVO
1.1. Definición
Se define como la actividad que desarrolla el Estado en base a los actos que
realiza los cuales están sustentados en el orden jurídico, mismos que consisten en la
ejecución de los actos materiales o actos que se aplican de las situaciones jurídicas
a casos individuales3. Una vez que el Derecho Administrativo nace con motivo de
la existencia del Poder Ejecutivo, podemos analizarla desde dos puntos de vista, el
punto de vista formal y el punto de vista material.4
a) Punto de vista formal: Es toda aquella función administrativa que realiza el
Poder Ejecutivo.5
b) Punto de vista material: ya que no todos los actos emanados por determinado
poder son homogéneos, definir su función por el órgano que lo realiza, es igualarlo a
2 Ídem.
3 Ibídem, p. 62.
4 Ibídem, p. 53.
5 Ibídem, p. 53.
89
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
6 Ibídem, p. 53.
7 Ibídem, p. 61.
8 Ibídem, p. 61 y 62.
90
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
La función administrativa, entonces, está prevista por las normas jurídicas, mis-
mas que al encontrarse alguna persona en el supuesto de derecho, se aplicará en lo in-
dividual, además de que la función administrativa no se limita a actividades propias
del Poder Ejecutivo, sino que en ocasiones tendrá actividades de índole legislativa o
jurisdiccional.
9 Ibídem, p. 62.
10 Ídem.
11 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel, Compendio de Derecho Administrativo, Sexta
Edición, México, 2003, p. 53.
91
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
12 Ídem.
13 Ibídem, p. 54.
14 Ídem.
15 Ibídem, p. 55.
16 Ibídem, p. 56.
92
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
Una vez puntualizadas algunas de las disciplinas con las que se auxilia el Dere-
cho Administrativo, para efectos del tema que nos ocupa, las más relevantes resultan
ser en las ramas del derecho constitucional, derecho tributario, derecho procesal y
derecho civil.
2.1. Concepto
Para Pugliese:
El Derecho Financiero es la disciplina que tiene por objeto el estudio sis-
temático del conjunto de las normas que reglamentan la recaudación, la
gestión y la erogación de los medios económicos que necesitan el Estado y
los entes públicos para el desarrollo de sus actividades, y el estudio de las
relaciones jurídicas entre los poderes y los órganos del Estado, entre los
ciudadanos y el Estado, y entre los mismos ciudadanos, que derivan de la
aplicación de esas normas.19
18 DE LA GARZA, Sergio Francisco, Derecho Financiero Mexicano, 28ª edición, Editorial Porrúa, México, 2010, p. 17.
19 Ídem.
20 Ídem.
94
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
De lo cual, podemos deducir que la actividad financiera son todos los actos en-
caminados a la obtención, gestión y erogación de recursos o bienes ya sea del Estado
o de un particular, los cuales tienen el propósito de satisfacer de determinados fines.
2.2. Divisiones
Las divisiones del derecho financiero van estrechamente ligadas a las tres fases
o momentos en los que se clasifica la actividad financiera, los cuales son:22
a) Derecho Fiscal, Derecho Patrimonial y Derecho presupuestario: los cua-
les van encaminados a la obtención, manejo y erogación de recursos del
21 Ídem.
22 Ídem.
95
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
Estado.23
Para efectos prácticos, se considera necesario analizar cada una de estas tres
fases que integran al derecho financiero, para que de esta manera, sea más fácil su
comprensión respecto a qué materias lo integran.
Se refiere al derecho fiscal, todos aquellos ingresos que obtiene el Estado con
motivo de su actividad, cualquiera que sea la naturaleza de éstos.24
Sin embargo, el derecho tributario no abarca todos los ingresos que obtiene el
estado, ya que se exceptúan aquellos que provienen de empréstitos públicos o présta-
mos privados, en relación a que estos ingresos se rigen por el derecho constitucional
y administrativo y en ocasiones también por el derecho internacional. Asimismo,
tampoco forman parte del derecho tributario los ingresos obtenidos por el Estado con
motivo de la acuñación de moneda, certificados de Tesorería, emisión de billetes, y
bonos de las instituciones de crédito oficiales.25
23 Ídem.
24 Ibídem, p. 19.
25 Ídem.
96
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
normas jurídicas por medio de las cuales se establecen tributos, que pueden clasifi-
car en impuestos, derechos o tasas y contribuciones especiales, las cuales se derivan
de la relación jurídica del Estado con los particulares con motivo de su nacimiento,
cumplimiento o incumplimiento, así como todos aquellos procedimientos que surjan
con motivo del incumplimiento generado por el ilícito o por la violación a alguna
disposición, lo cual tendrá como consecuencia una sanción.26
egresos, y el control que se tiene sobre su personal para que los recursos que ejerce
se utilicen para lo que se generaron.
Esta rama del derecho financiero, tiene como finalidad que el Estado dentro
de su actividad financiera, adquiera bienes muebles o inmuebles, los administre y
les dé el uso adecuado y, cuando dejen de ser útiles los pueda enajenar para de este
modo hacerse de otros que si le produzcan alguna utilidad, además de que incluye
los bienes muebles o inmuebles de sus organismos descentralizados y las entidades
paraestatales.
validez al derecho financiero, como son la facultad del poder legislativo de imponer
tributos, la obligación de los mexicanos de contribuir al gasto público en materia
federal, estatal y municipal, entre otras.30
b) Derecho Administrativo: Ya que el derecho financiero, deriva del derecho
administrativo, resulta clara la interrelación que guardan la una con la otra, pues, el
derecho administrativo se encarga de la estructura, organización y funcionamiento
de los diversos órganos que conforman la administración pública. Aunado lo ante-
rior, las autoridades financieras, sin duda, son autoridades administrativas.31
Además el proceso contencioso-administrativo, tiene como función estudiar la
estructura, organización y funcionamiento de las autoridades administrativas con
facultades jurisdiccionales, como lo es el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Ad-
ministrativa, y las materias que encuadran dentro de este proceso y, corresponde al
derecho financiero, atender a la estructura, organización y funcionamiento de los
encargados de la actividad financiera del Estado, derivado de su relación entre sus
mismos órganos y su relación con los gobernados.32
c) Derecho Penal: Se refiere a aquellos delitos cometidos por los servidores pú-
blicos o gobernados, cuya comisión afecte los ingresos o gasto público del Estado.33
d) Derecho Procesal: Derivado de los múltiples procedimientos que se generan
con motivo de delitos financieros y las controversias suscitadas en el contencioso-ad-
ministrativo, como consecuencia del ilícito financiero, se auxilia de manera integral
30 Ídem.
31 MARABAK, Cerecedo, Doricela, Derecho Financiero Público, Segunda Edición, Editorial Mc Graw-Hill, México, 2000,
p. 10.
32 Ídem
33 Ídem.
99
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
con normas provenientes del derecho procesal penal, y en ocasiones, de manera su-
pletoria, con disposiciones del derecho procesal civil.34
e) Derecho Social: Varias actividades del Estado se generan con motivo de su
hacer diario, y engloba dentro de sus ingresos y gasto público diversas ramas del
derecho, como lo son, el derecho agrario, el económico, derecho del trabajo, de la
seguridad social, derecho ecológico o turístico.35
f) Derecho financiero privado: El derecho financiero, se vincula con el derecho
civil, mercantil y financiero privado. Se refiere a las cuestiones bancarias, bursátiles,
y demás actividades financieras, tanto del sector social como privado, que se encuen-
tran reguladas por normas y/o autoridades pertenecientes al derecho financiero.36
g) Derecho internacional: Con el paso de los avances en diferentes áreas, la
tendencia moderna es una economía globalizadora, y se guarda un vínculo estrecho
con los convenios y tratados internacionales, ya que, influyen en las decisiones finan-
cieras del Estado.37
h) La economía: Esta disciplina origina el surgimiento del derecho financiero,
pues, constituye la base de sustentación de la ciencia de las finanzas públicas.38
i) La ciencia política: Se encarga de la estructura de los grupos sociales y sus
instituciones, su vinculación se genera en el momento que los ingresos del Estado
provienen de una importante proporción de la sociedad, y los gastos públicos están
enfocados a la satisfacción de necesidades.39
34 Ibídem, p. 11.
35 Ídem.
36 Ídem.
37 Ibídem, p. 11 y 12.
38 Ibídem, p. 12.
39 Ídem.
100
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
3.1. Concepto
40 Ídem.
41 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., p. 89.
101
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
Para el tema que nos ocupa, aún y cuando la administración pública se aplique
en todos los órganos dependientes del Estado, nos enfocaremos en ella, desde su
punto de vista administrativo, es decir, de la función administrativa que deriva del
Poder Ejecutivo.
42 Ídem.
43 Ídem.
44 Ídem.
102
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
47 Ibídem, p. 109.
48 Ídem.
49 GARCÍA, Maynez, Eduardo, Introducción al Estudio del Derecho, 58ª. Edición, Editorial Porrúa, México, 2005, p. 140.
104
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
Es pues claro que cada poder tiene sus funciones bien definidas por las normas
que para su desarrollo se formularon, empezando jerárquicamente por la Constitu-
ción Federal, y en caso de incumplimiento o errores en el ejercicio de la función pú-
blica, intervendrán los otros Poderes para dar certeza y satisfacción a los gobernados.
Los servidores públicos son las personas físicas que ejercen el poder del Estado
dentro de sus diferentes ámbitos de competencia, los cuáles deben observar las per-
misiones que les otorgan los ordenamientos jurídicos.51
Si bien es cierto, para poder llevar a cabo el ejercicio de la función pública ad-
ministrativa, es necesario la intervención de personas físicas, las cuáles se encarga-
52 Ibídem, p. 207.
53 Ídem.
54 Ídem.
55 Ídem.
56 Ídem.
106
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
rán del despacho de los asuntos relativos al órgano o dependencia del Estado que se
les encomendó y, como hemos venido analizando en temas anteriores, su actuar está
sujeto a lo establecido en los ordenamientos jurídicos, los cuáles a su vez contemplan
sanciones para el caso en el que un servidor público incumpla ya sea por comisión u
omisión, a una disposición expresa.
Sin embargo, también existen ocasiones, en que en lugar de verse afectado algu-
no de los intereses protegidos por el Estado dentro del ámbito de sus competencias,
se lesiona algún interés del servidor público, como a continuación se describe.
Asimismo, el Código Penal Federal tipifica las conductas en las que el sujeto
de la comisión del delito es el servidor público, como lo son: el abuso de autoridad,
tráfico de influencia, cohecho, intimidación, ejercicio indebido del servicio público,
coalición de servicios públicos, entre otros.62
Dentro de las comisiones de estos delitos, hay sanciones como la destitución, in-
habilitación, sanción económica, privación de la libertad o el decomiso de los bienes
de procedencia que no se haya acreditada como legal.63
59 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., nota 11, p. 208.
60 Constitución Política de la Estados Unidos Mexicanos, Op. Cit.
61 Ídem.
62 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., p. 208.
63 Ídem.
109
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
Como es sabido por todos, toda acción lleva una consecuencia, y en el caso del
servidor público, al manejar recursos, ya sea, de la federación, estados o municipios,
deberá observar las disposiciones legales que para su puesto se establecen conforme
a su actuar, ya que en caso de la comisión de alguno de los delitos descritos, se hará
acreedor a las sanciones que para tal efecto se hayan dictado.
Sin embargo, no todos los servidores públicos son tan fácilmente procesados, ya
que el artículo 111 primer párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, da protección constitucional a puestos de alta jerarquía, los cuales se
desglosan en el numeral descrito, y el sentido de dicha disposición, es proteger al
ejercicio de la función pública que tienen a su cargo dichos servidores públicos, pero
esta protección no es total, ya que se habla de que para poder proceder penalmente
contra estos servidores públicos, se necesitará la autorización previa de la Cámara de
Diputados, la cual se le denomina Declaración de Procedencia.64
Se trata de cargos de alto nivel jerárquico, y se les otorga tal protección para
defender las funciones mismas del puesto o dependencia y no estar desbalanceando
el sistema cada vez que algún ciudadano emita una denuncia en contra de un servidor
público de esta categoría, sin embargo, es una protección parcial, puesto que si del
análisis del ilícito, la Cámara de Diputados considera que son procedentes los he-
chos que se le imputan al servidor público en cuestión, se sigue el procedimiento de
declaración de procedencia, a través del cual, si derivado de este análisis el servidor
64 Ibídem, p. 208 y 209.
110
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
Este tipo de responsabilidad surge del principio de que “nadie tiene derecho a
dañar a otro”, además de que cuenta con sus fundamentos Constitucionales en varios
artículos de la Carta Magna de nuestro país, en el sentido de que todos son iguales
ante la ley, la inviolabilidad de los derechos humanos contenidos en la misma, la
imposibilidad de prerrogativas o ventajas de un individuo sobre otro, el derecho a la
propiedad privada, entre otras67. Aunado a lo anterior, si nadie está obligado a so-
portar daño alguno en su vida o patrimonio con causa justificada o justa, cuando un
servidor público lo haga incurrirá en responsabilidad, así como lo marca el artículo
1912 del Código Civil Federal, que a la letra dice68:
65 Ibídem, p 210.
66 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Op. Cit.
67 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., p. 210.
68 Ibídem, p. 210 y 211.
111
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
Tenemos pues, que si algún servidor público, con motivo de su actividad dentro
de la administración pública, causa un daño en su patrimonio a otro, el cual fue dolo-
so y sin utilidad para él, incurrirá en este tipo de responsabilidad, y será a través del
Estado que se subsidiará tal indemnización, además de la sanción que se le imponga
al servidor público que actuó de mala fe.
De lo anterior, podemos observar que el Estado por medio de sus servidores pú-
blicos y con motivo de la actividad irregular de los mismos, pueden causar un detri-
mento en el patrimonio de los particulares, los cuales tendrán que ser indemnizados
conforme a las leyes que para tal efecto se hayan creado.
71 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., p. 214.
113
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
72 Ibídem, p. 216.
73 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Op. Cit.
74 Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos<http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
pdf/240_180716.pdf>, 09 Octubre 2016, 02:06.
75 DELGADILLO, Gutiérrez, Luis Humberto, LUCERO, Espinoza, Manuel Op. Cit., p. 217.
114
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
Ahora bien, partiendo de la idea anterior, tenemos que el Estado como persona
moral, necesita de personas físicas para realizar las actividades necesarias para el
cumplimiento de las obligaciones delimitadas por los ordenamientos jurídicos, para
lo cual, contrata a dichas personas físicas, a las cuales se les asigna el nombre de
servidor público.
Es interesante, como con el paso del tiempo, evolucionó la idea de que el ser-
115
Lila MAGUREGUI ALCARAZ
vidor que inobservara o incumpliera las leyes y causara algún detrimento, ya sea a
algún particular o al Estado, retribuyera con una indemnización proveniente de su
patrimonio, sin embargo, ahora es el Estado el que responde solidariamente con estas
indemnizaciones, pero claro, imponiéndole alguna sanción al servidor público que
cometió u omitió tal conducta. Como pudimos percatarnos, hay 4 tipos de respon-
sabilidades a las cuales puede ser sujeto un servidor público, ya sea, de orden penal,
civil, político o administrativo.
116
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y EL DERECHO FINANCIERO
V. BIBLIOGRAFÍA
117
118
119
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU
ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN.
John Dewey solía desear -muy ingenuamente- que las escuelas pudieran
ser una comunidad mejor que la sociedad y que sirvieran como palanca de
los cambios sociales.
De hecho, nuestras escuelas reflejan nuestra sociedad, salvo porque en-
fatizan algunas de sus peores características y porque tienen también los
defectos típicos de las instituciones académicas de todos los tiempos y lu-
gares.
SUMARIO:
I. Introducción II. La Exclusión Social, la Coacción Psicológica/Moral, y el
Pensamiento Antisocial III. Teorías Críticas de la Educación (Emile Durkheim, el
Estructural Funcionalismo) IV. Influencia Social, Educación y Pensamiento Moral
del Estudiante V. El Papel de la Universidad en la Formación Ética del Estudiante
VI. Conclusiones
120
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
I. INTRODUCCIÓN
Vasconcelos, conocido como “El Maestro de las Américas” abandona las teorías
naturalistas de Rousseau, quien en su obra “El Emilio” propone la teoría de que el
niño es bueno por naturaleza y que a través de su actividad física es el creador de
su propio desarrollo. Este punto de vista de Rousseau influyó en el desarrollo de las
nuevas pedagogías, como es el caso del método Montessori en el que se sostiene que
es el educando quién elige sus actividades de aprendizaje bajo la atención clínica del
educador.
Este cambio de visión que enfatiza la formación integral del estudiante (carác-
ter, inteligencia, sentimientos y libertad), se refleja en la concepción de la educación
121
Manuel Benjamín GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Imelda Guadalupe ALCALÁ SÁNCHEZ
Luis Alfonso RAMOS PEÑA
Óscar Francisco YÁÑEZ ORTEGA
Cenobio TERRAZAS ESTRADA
Para Latapí, como lo señalan (Arias Gómez, Arias Gómez, & Arias Gómez,
2013), la Universidad es Pública en cinco sentidos:
• Por razón de su pertenencia; pertenece a todos, a la sociedad en su conjun-
to y por ello es sostenida con los recursos públicos.
• Por razón del acceso a ella; está abierta a todos sin más restricciones que
los requisitos que salvaguardan su calidad académica. En este sentido la
Universidad Pública es la respuesta institucional al derecho a la educación
superior de los jóvenes.
• Por razón de los valores que debe encarnar; En ella convergen las diversas
clases sociales y las diversas culturas del país, y por ello debe propiciar la
convivencia plural y la tolerancia, en un ambiente de respeto a las opinio-
nes e individualidades y de búsqueda de la verdad con base en el diálogo
122
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
Por otra parte, es posible suponer que el pensamiento delictivo se vincula con
la desigualdad social a través de la exposición a la violencia, tanto interpersonal
como estructural; aquella forma de pensamiento puede resultar de la exposición a
la violencia interpersonal que puede ocurrir en la escuela o como un tipo de presión
continua construida con la interacción y el dominio de clases sociales.
Aunque el bullying es una forma de violencia que es común entre los escolares,
la exposición a éste y a cualquier otro tipo de violencia deja secuelas entre las cuales
se encuentran los impedimentos para el razonamiento moral o ético, en donde el im-
pedimento consiste en que el estudiante piensa en satisfacer sus necesidades usando
los códigos sociales y morales para su propio servicio, sin considerar a los demás
126
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
El fomento a una cultura de Paz y Legalidad, una cultura en la que los adultos
detengan el acoso inmediatamente y en donde todos los estudiantes aprendan com-
portamientos positivos para que formen parte de la solución anti bullying, en donde
las necesidades de los estudiantes puedan satisfacerse adecuadamente, es una con-
traparte a la cultura de la violencia que favorece y mantiene este problema en las es-
cuelas (Feinberg, 2013). Es indispensable generar este cambio cultural para prevenir
el problema de violencia institucional y entre compañeros.
Para los estudiantes en desventaja social, los exámenes escolares pueden verse
como una manifestación de violencia institucional ya que implican una sobre carga
de tareas al combinarse el estudio con el trabajo y la atención a demandas familiares
130
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
Una forma sutil de agresión deriva del alto grado de fracaso escolar existente en
el sistema educativo como resultado de ineficacias del mismo sistema, éstas condu-
cen a muchos alumnos hacia la exclusión escolar y más tarde a la exclusión social.
132
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
Una de las perspectivas críticas del sistema educativo es la Marxista que sos-
tiene que la escuela sigue el modelo capitalista de explotación de la clase obrera o
trabajadora por parte de los dueños de los medios de producción (Cole, 2008). La
educación de acuerdo a esta crítica, sirve de instrumento para reproducir el estatus
social, conservando el estrato social de origen del educando al limitar las oportuni-
dades reales de acceder a competencias y oportunidades de trabajo por encima de su
clase social. Desde esta perspectiva se rechaza el análisis del sistema educativo en sí
134
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
mismo y se propone un análisis que contempla los condicionantes sociales que lo de-
finen como un quehacer histórico del ser humano, que se vincula estrechamente con
las actividades productivas de la sociedad. La reproducción de ideas, hábitos, cos-
tumbres y formas de interactuar se conciben como agentes de poder y dominación de
una clase social sobre otra y la escuela sirve de agente que facilita esta reproducción.
Otras críticas al sistema educativo las proponen Bowles y Gintis, quienes con-
sideran que este reproduce y legitima un patrón preexistente en la sociedad para
entrenar y estratificar la fuerza de trabajo. De acuerdo a ellos la correspondencia
entre la estructura de las relaciones de producción y la estructura escolar genera una
fuerza de trabajo sumisa y fragmentada. De acuerdo al nivel educativo se desarrollan
y premian las aptitudes y cualidades que caracterizan al buen estudiante y al buen
trabajador de forma que se asimilan como normas interiorizadas. Así, en los niveles
inferiores, de la escuela y del trabajo, predominan la sumisión y obediencia a nor-
mas externas impuestas. En el nivel medio se premia la seriedad y fiabilidad que
son aptitudes y cualidades que se requiere para un trabajo que se realiza con relativa
independencia. Finalmente, en los niveles superiores se premia la iniciativa y la au-
tonomía que son características de los dueños del capital.
relación entre los principios del poder pastoral y su dispositivo central: la confesión.
De este análisis pueden señalarse tres aspectos de importancia para los objetivos
de este ensayo. Por una parte consideramos que debe analizarse el papel de la escuela
como contexto que puede, o no, propiciar el desarrollo máximo del individuo; por
otra parte, en el análisis del papel de la escuela como facilitador del desarrollo del
estudiante debemos considerar la participación de la sociedad como un determinante
tanto de las características del estudiante que ingresa a la escuela, como de su incor-
poración a la comunidad a su egreso del sistema escolar, esto, sin dejar de considerar
que la sociedad también juega un importante papel en la determinación de la estruc-
tura y la labor escolar tanto en sus características, como en sus objetivos y metas;
finalmente, en la caracterización y atención de los estudiantes que no se conforman
al sistema, es indispensable considerar que ellos son fuente importante para identifi-
car los problemas del sistema en servir de contexto de desarrollo y crecimiento social
para todos los individuos, incluyendo aquellos que por la diversidad de condiciones
en las que se encuentran, no “encajan” en las expectativas del sistema educativo en
cualquiera de sus dimensiones .
o “valores culturales” que de acuerdo con Geert Hofstede (Hofstede & Hofstede,
2005) se pueden clasificar en seis dimensiones (indulgencia, distancia del poder,
masculinidad vs. feminidad, evitación de la incertidumbre, orientación a largo plazo
e individualismo vs. colectivismo). Aquí nos ocuparemos del Individualismo y del
Colectivismo que se refieren a la cultura o valores que enfatizan los intereses del
individuo en contraste con aquella cultura que enfatiza los intereses de la comunidad
o del grupo social.
La moral limitada, por otra parte, asume que las normas morales son válidas
solamente dentro de un grupo determinado, como la familia, el estrato social, la ins-
titución, el clan o la tribu. Al interactuar con las personas que no pertenecen al grupo,
esas normas no son aplicables y el comportamiento amoral y oportunista es acepta-
ble y justificado. Esta noción de moral limitada también se conoce como “familismo
amoral” (Banfield, 1958).
143
Manuel Benjamín GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Imelda Guadalupe ALCALÁ SÁNCHEZ
Luis Alfonso RAMOS PEÑA
Óscar Francisco YÁÑEZ ORTEGA
Cenobio TERRAZAS ESTRADA
niveles de desarrollo moral que cada uno ha alcanzado al ingresar al curso. El reco-
nocimiento de estas diferencias y la necesidad de atenderlas es ya un paso importante
en la mejora de la calidad en la docencia universitaria. Es importante la investigación
de las estrategias más efectivas para el trabajo docente, de nivel universitario, con
estudiantes que provienen de diversos contextos socioculturales a fin de estimular
adecuadamente su desarrollo.
VI. CONCLUSIONES
tos negativos de la exclusión social sobre las formas de razonamiento moral de los
universitarios y de sus instituciones. La consideración de la cultura particular de una
sociedad colectivista exige que la formación integral del universitario incluya for-
mas de maximizar las oportunidades del estudiante para vincularse de forma que se
facilite la movilidad social, que se presume es cualidad importante de la educación
superior.
VII. BIBLIOGRAFÍA
Arias Gómez, M. d., Arias Gómez, E., & Arias Gómez, J. (2013). La Educación
Superior en México: Financiamiento de Instituciones y Estudiantes. TECSISTE-
CATL, 5(14).
Austin, S., & Joseph, S. (1996). Assessment of bully/victim problems in 8 to 11
year-olds. British Journal of Educational Psychology, 66, 447-456.
Banfield, E. (1958). The Moral Basis of a Backward Society. Free Press.
Batsche, G. M., & Knoff, H. M. (1994). Bullies and their victims: Understan-
ding a pervasive problem in the schools. School Psychology Reviews, 165-174.
Batsche, G. M., & Knoff, H. M. (1994). Bullies and their victims: Understan-
ding a pervasive problem in the schools. School Psychology Review, 23, 165-174.
Berkowitz, L. (1989). Frustration-Aggression Hypothesis: Examination and re-
formulation. Psychological Bulletin, 106(1), 59-73.
Castillo Romero, J. R. (2012). Sociología de la Educación. (Primera ed.). Red
Tercer Milenio. doi:ISBN 978-607-733-045-5
147
Manuel Benjamín GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Imelda Guadalupe ALCALÁ SÁNCHEZ
Luis Alfonso RAMOS PEÑA
Óscar Francisco YÁÑEZ ORTEGA
Cenobio TERRAZAS ESTRADA
Cole, M. (2008). Marxism and Educational Theory, Origins and Issues. New
York: Routledge.
Feinberg, T. (2013). Bullying Prevention and Intervention. Counseling 101
Principal Leadership, 10-14r.
Galtung, J. (1985). Sobre la Paz. Barcelona: Fontamara.
Galtung, J. (1998). Tras la violencia, 3R: reconstrucción reconciliación, resolu-
ción. Bilbao: Gernika Gogoratuz.
Gigerenzer, G., & Reinhard, S. (2002). Bounded rationality. Cambridge MA:-
MIT.
Gorodnichenko, Y., & Roland, G. (2011). Understanding the individualism-co-
llectivism cleavage and its effects: Lessons from cultural psychology. Proceedings of
XVIth Congress of the International Economic Association. Beijing, China.
Hofstede, G., & Hofstede, G. J. (2005). Cultures and organizations: Software of
the mind. New York: McGraw Hill.
Hoover, J. H., Oliver, R., & Hazler, R. J. (1992). Bullying: Perceptions of ado-
lescent victims in the midwestern U.S.A. . School Psychoology International, 13,
5-16.
Kehneman, D. (2003). Maps of bounded rationality: Psychology for behavioral
economics. American Economic Review, 93(5), 1449-1475.
Kennedy, D. (2004). Legal Education and the Reproduction of Hierarchy; A
Polemic Against the System. New York University Press.
Kennedy, D. (2004). Legal Education and the Reproduction of Hierarchy; A
Polemic Against the System. New York: University Press.
148
EL PENSAMIENTO ÉTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y SU ENFOQUE A PARTIR DE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DE LA EDUCACIÓN
Kumpulainen, K., Rasanen, E., Henttonen, I., Almqvist, F., Kresanov, K., Linna,
S. L., . . . Puura, K. (1998). Bullying and psychiatric symptoms among elementary
school-age children. Child Abuse and Neglect, 22, 705-717.
Lasheras Ruíz, R., & Pérez Eransus, B. (2014). Jóvenes, desigualdades y exclu-
sión social. Fundación Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, Ed.
Universidad Pública de Navarra.
Loeber, R., & Dishion, T. (1983). Early predictors of male delinquency: A re-
view. Psychological Bulletin, 94, 68-99.
Magnusson, D., Stattin, H., & Duner, A. (1983). Aggression and criminality in a
longitudinal perspective. En M. S. (Ed.), Prospective studies of crime and delinquen-
cy (Pp. 277-301). The Hague, the Netherlands: Kluwer Nijhoff. (págs. 277-301). The
Hague, the Netherlands: Kluwer Nijhoff.
Mercier, H., & Sperber, D. (2011). Why do humans reason? Arguments for an
Argumentative Theory. Behavioral and Brain Sciences, 34(2), 57-74.
Milheim, K. L. (2014). Facilitation across Cultures in the Online Classroom.
International Journal of Learning, Teaching and Educational Research, 5(1), 1-11.
Morán Oviedo, P. (2011-2012). Pablo Latapí Sarre: estudioso, crítico e impul-
sor de la educación contemporánea. Revista de Investigación Educativa de la RE-
DIECH, Año II(3), 5-27.
Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and what we can do.
Oxford, UK: Basil Blackwell.
Olweus, D. (1994). Bullying at school: Basic facts and effects of a school based
intervention program. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 35, 1171-1190.
149
Manuel Benjamín GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Imelda Guadalupe ALCALÁ SÁNCHEZ
Luis Alfonso RAMOS PEÑA
Óscar Francisco YÁÑEZ ORTEGA
Cenobio TERRAZAS ESTRADA
151
152
153
REFLEXIONES DISCIPLINARES SOBRE LA FAMILIA
SUMARIO:
I. Resumen II. Consideraciones generales sobre el concepto de familia III.
Analogía en la diversidad de sentidos. IV. Semblanza histórica de la familia.
V. Reflexiones finales
I. RESUMEN
La familia ha sido objeto de estudio, además del Derecho, por otras importan-
tes disciplinas como la sociología, la filosofía, la religión y en algunos aspectos la
economía. En todos ellos encontramos que el término familia, presenta analogía en
la diversidad de sus sentidos, pues muestra un denominador común en los elementos
que se han empleado para analizar la figura.
conforman las normas jurídicas que nos hablan de las figuras e instituciones que
tienen que ver con la formación, estructura, funcionamiento y en un momento dado,
la extinción de la llamada célula de la sociedad.
El análisis nos llevará por los orígenes, sus distintas concepciones, su deli-
mitación como derecho propio dentro de la rama del derecho civil llamada Derecho
de Familia, en su connotación más tradicional conforme a los orígenes del Derecho,
hasta las implicaciones modernas que la globalización le impone, y que sin duda
llevarán al derecho de familia a tener que actualizarse.
La Enciclopedia Jurídica Mexicana señala que la familia no es, desde luego, una
creación jurídica, sino un hecho biológico, derivado de la procreación, reconocido y
diseñado social y culturalmente, al que le han atribuido funciones políticas, econó-
micas, religiosas y morales.
156
REFLEXIONES DISCIPLINARES SOBRE LA FAMILIA
Al parecer hay consenso entre los sociólogos, acerca de que la familia existe a
partir de que se tiene conocimiento del ser humano. Las tesis elaboradas por algunos
naturalistas y evolucionistas del siglo XIX sobre el origen de la familia primitiva,
han tenido que ser desechadas por la ciencia moderna que se basan en juicios toma-
dos, observando el comportamiento de pueblos actuales marginados o culturalmente
158
REFLEXIONES DISCIPLINARES SOBRE LA FAMILIA
atrasados y por lo tanto, carecen del rigor científico. Está comprobado que cuando el
hombre comienza a dejar rastros evidentes de su presencia en la faz de la tierra, ya
existe la familia.
Está superada la idea que en el estado primitivo no había familias sino indivi-
duos aislados. Igualmente que solo se reunían cuando sus instintos o necesidades
primarias los hacían buscar una pareja. Ahora predomina que en el análisis de la
familia, sociológicamente el elemento a estudiar debe ser el grupo, es decir, el indi-
viduo en su integración con otros individuos.
Más adelante los humanos se organizan en hordas con la forma más simple que
eran los grupos nómadas, éstos se conformaban con un número reducido de integran-
tes, sin tener determinación de paternidad. Posteriormente, viene a ser hasta la etapa
de la conformación de clanes, donde se dan lazos familiares y la obediencia a un jefe.
En pueblos primitivos nómadas dedicados a cazar para autoconsumo y sin espíritu de
permanencia en determinado lugar, existían grupos que bien pudieran considerarse
una familia integrada por un varón, una o varias mujeres y sus hijos.
El páter familias era el sacerdote del culto doméstico que se profesaba a los
muertos, resolvía los conflictos que se daban entre los integrantes y era el dueño del
patrimonio familiar. Como se advierte, la familia se concebía como la unidad reli-
giosa, política y económica fundada en el parentesco civil.
Media en el siglo XIII, es decir, muchos años después de la caída del imperio roma-
no, apareciendo redactado en Las Siete Partidas de Alfonso El Sabio, en la partida
cuarta sobre el derecho de familia, como estructura de la familia, la conformada por
el señor, su mujer, los que viven con él, aquellos sobre quienes manda, así como los
hijos, sirvientes y los otros criados.
Las invasiones bárbaras también van dejando su huella sobre la familia con
elementos propios de sus costumbres. Posteriormente al hacer sentir el cristianismo
su influencia, la familia tiene profundo sentido ético; se consagra el sacramento del
matrimonio, la igualdad entre la pareja y la indisolubilidad del vínculo, medidas con
que se que mitiga la rigidez del patriarcado.
161
Rodolfo TORRES MEDINA
Esa época, la más jurídica desde los romanos, exhibe en la familia y su derecho
la influencia del cristianismo, imponiéndole un amplio sentido ético. La familia y
en especial el matrimonio han sido regidos durante muchos siglos por ideas de una
concepción matrimonial cristiana.
Socialismo.- Hacia fines del siglo XIX, el modelo económico liberal basado
en el comercio y la industrialización entra en crisis debido a los excesos cometidos
por el capitalismo hacia los integrantes de las clases desprotegidas en especial los
obreros. Surge entonces como alternativa el modelo económico socialista que pro-
pone la intervención del estado en los procesos económicos, para equilibrar excesos
ocurridos durante la etapa del liberalismo económico.
Las ideas socialistas advierten una tendencia contraria al derecho familiar im-
perante en esa época. Marx y Engels proponen la indispensable necesidad de abolir
la propiedad privada. Engels en El origen de la familia, de la propiedad privada y
del Estado sostenía que fue la propiedad privada la que motivó el surgimiento del
patriarcado esclavizante en la familia, y que al desaparecer la propiedad privada, se
terminarían las estructuras familiares imperantes.
Engels escribió que la familia monogámica del capitalismo, en todo caso solo lo
era para la mujer, que debido a ello propicia el adulterio. Argumenta que la familia
en el capitalismo esquematiza la lucha de clases entre hombre y mujer, el marido es
considerado como el burgués y la mujer el proletariado. Se sostiene en el manifiesto
163
Rodolfo TORRES MEDINA
del partido comunista en 1848, que la sociedad comunista no necesita del papel de la
familia y que al final del proceso de cambio la comunidad será quien haga las veces
de la familia.
Los años sesenta de la época moderna, fue una etapa en que se relajan los con-
ceptos familiares, surgen grupos con posturas revolucionarias, pero más que nada
afectados por el uso de las drogas enervantes el amor libre del cual, surge una dispo-
sición contra el concepto familiar imperante hasta entonces.
A pesar de la fuerza del socialismo, y aun considerando los abusos de los dueños
del capital, el estado comunista protege y reconoce el valor que tiene la familia en
la sociedad, lo que implica el fracaso del socialismo en el intento de dirigir al grupo
familiar en la consecución de sus fines naturales, biológicos y espirituales.
V. REFLEXIONES FINALES
Pero lo importante es que en medio de los cambios acelerados que imponen los
tiempos actuales, las instituciones académicas o de investigación así como de estu-
diosos del derecho, deben asumir el compromiso de analizar a la familia y su proble-
mática dándole la importancia que requiere, ya que como señaló el Papa Juan Pablo
II en el año de 1997 en el encuentro mundial de la familia en Brasil: “la familia es al
mismo tiempo, fundamental comunidad de amor y de vida, sobre la que se apoyan
todas las demás comunidades y sociedades”.
La familia es una institución natural, de contenido ético, que como núcleo pri-
mario, constituye una comunidad humana de vida vinculada por lazos de matrimo-
nio, parentesco o concubinato y cuyas relaciones interpersonales y jurídicas, cons-
tituyen un conjunto de deberes, derechos y obligaciones, con respecto a la dignidad
de las personas y a su integridad física y psíquica cuyos miembros conviven en un
166
REFLEXIONES DISCIPLINARES SOBRE LA FAMILIA
167
168
169
REPERCUSIONES DE LA TUTELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS
A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
SUMARIO:
I. Introducción II. Antecedentes III. Derecho a la libertad de expresión y Dere-
cho a la privacidad IV. Tutela diferenciada en la constitución mexicana de ambos
derechos V. Consecuencias de la tutela diferenciada VI. Conclusiones; Fuentes de
consulta.
RESUMEN
171
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
I. INTRODUCCIÓN
Los derechos materia de nuestro estudio, tiene como origen cuestiones altamen-
te diferenciadas, que parecieran ubicarlos en los polos opuestos de la tutela de los
derechos; así, como sabemos, el derecho a la privacidad emerge, según opinan los
doctrinarios en el right of privacy2 del derecho norteamericano, que a su vez, surge
de un artículo publicado por Samuel D. Warren y Louis D. Brandeis3 en 1890, in-
titulado The right of privacy4, los mencionados, analizan en su artículo que dada la
factibilidad de que el gobierno y otros organismos públicos y privados estén en posi-
bilidad de invadir aspectos antes inaccesibles de la vida personal de los ciudadanos,
se hace necesario que el derecho evolucione a la par de los cambios tecnológicos, a
este tenor, se cuestionaron respecto a la protección que existía en la ley en lo relativo
a la vida privada de los ciudadanos y su alcance.
Pese a que se estima como punto de partida del mencionado derecho, al referido
artículo, es hasta 1965 cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos, reconoció el
derecho a la privacidad, en el caso “Griswod vs Connecticut State”5, el tribunal, en
dicha resolución, decretó la inconstitucionalidad de la norma que prohibía la venta
y utilización de anticonceptivos, en virtud de considerarla lesiva al derecho a la pri-
vacidad.
2 Derecho a la privacidad.
3 Warren, Samuel D. y Brandeis, Louis D., “The Right to Privacy”, Harvard Law Review, Boston, vol. IV, núm. 5, diciembre
de 1890
4 El derecho a la privacidad
5 Disponible en http://www.supremecourt.gov/ , consulta realizada el 9 de febrero de 2014.
172
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
Las derivaciones que fueron surgiendo de este punto de partida son incontables
y favorecieron en mucho al respeto del entorno privado de los ciudadanos, que es
finalmente lo que el referido derecho busca salvaguardar. No podemos olvidar que en
el contexto de la vida humana, hay de diferenciar lo que corresponde a la vida públi-
ca y lo que se circunscribe al ámbito de lo privado; resulta indiscutible que existen
cuestiones que integran éste último, el problema se centra en determinar cuáles son
esas esferas y delimitar su entorno, tarea nada sencilla, cuando de legislar y juzgar
se trata.
Por otra parte el derecho a la libertad de expresión parece cobrar relevancia en
los estados modernos a grado tal, que podríamos afirmar que se encuentra entre una
de sus prioridades como base para consolidar los derechos humanos y en particular
la democracia.
jurídica ha diferenciado claramente, véase al respecto: Cardaci Fabriio, Olivetti, Simone, Il diritto alla riservatezzain Italia,
1999, disponible en http://www.jus.unitn.it/ cardozo/obiter_dictum/Card1.htm , accedida el 20 de octubre de 2013; Suárez
Espino, María Lidia, El Derecho a la Intimidad Genética, Madrid, Ed. Marcial Pons, 2008, p. 52. También, Frosini, Vittorio,
Il diritto nella societá tecnologica, Milano, Giuffré, 1989, pp. 279-280; Macri, Pascuale Guisseppe, Diritto alla riservatezza e
diritto all’autodeterminazione: aspetti medico-legale ed etici, disponible en: http://www.privacy.it/ccasciamacri.html, accedida
el 10 de marzo de 2014; Alcaraz, Hubert, “El derecho a la intimidad en Francia en la época de la sociedad de información”,
Araucaria: Revista Iberoamericana de filosofía, política y humanidades, Nº 18, 2007 , págs. 6-28, entre muchos otros.
174
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
Bernal Pulido7 dice que la ponderación es “la actividad consistente en sopesar dos
principios que entran en colisión en un caso concreto para determinar cuál de ellos
tiene un peso mayor en las circunstancias específicas, y por tanto, cuál de ellos de-
termina la solución para el caso.”
A su vez, según los doctrinarios en análisis, los límites externos pueden ser de
dos tipos:
a) Expresos: los cuales están consagrados en la Constitución13, y la misma
establece límites que son aplicables a la totalidad de los derechos fundamen-
tales y otros, que son aplicables únicamente a uno en particular, entre los
primeros podríamos ubicar la restricción cuando provoca la afectación de
derechos de tercero, o el interés público y, el segundo, cuando verbigracia,
permite la orden de cateo como limitante a la inviolabilidad del domicilio.
b) Implícitos: en este caso se alude a límites que, aunque no se encuen-
tran consagrados expresamente, “vienen impuestos por la propia lógica del
ejercicio de derechos y del ordenamiento.”14 Es claro que en el caso de lími-
tes implícitos, no se trata de imponer a la ligera, acotaciones a los derechos
fundamentales, sino que, por el contrario, se pretende la defensa de aquellos
bienes jurídicos que la Constitución tutela y que pueden, por la necesidad
de salvaguardar otros derechos de igual manera tutelados, es decir, se deter-
mina cuáles derechos deben prevalecer, punto que usualmente se resuelve
mediante la ponderación de los derechos en colisión.
16 DERECHO A LA INFORMACIÓN. NO DEBE REBASAR LOS LÍMITES PREVISTOS POR LOS ARTÍCULOS 6o.,
7o. Y 24 CONSTITUCIONALES, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tribunales Colegiados de
Circuito, t. XIV, septiembre de 2001, p. 1309.
17 Véase entre otras TESIS AISLADA CLI/2011. DERECHOS FUNDAMENTALES. SU VIGENCIA EN LAS RELACIO-
NES ENTRE PARTICULARES, Amparo directo en revisión 1621/2010, 15 de junio de 2011.
179
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
18 Véase entre otras TESIS AISLADA CLI/2011. DERECHOS FUNDAMENTALES. SU VIGENCIA EN LAS RELACIO-
NES ENTRE PARTICULARES, Amparo directo en revisión 1621/2010, 15 de junio de 2011.
19 Véase: New York Times contra Sullivan (376 U.S. 254 1964), en él la Corte introduce el requerimiento de una real o actual
malicia y desestima el de la veracidad, para limitar el ejercicio del derecho, fallo disponible en: http://www.uscourts.gov/mul-
timedia/podcasts/Landmarks/NewYorkTimesvSullivan.aspx , accedida el 19 de marzo de 2014.
180
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
definirlo como20:
“[E]l derecho de toda persona a mantener fuera del conocimiento de terce-
ros aquellos aspectos de su vida corporal o anímica que le provocan recato o
pudor, aun cuando no afecten su honor, imagen o integridad física o mental,
toda vez que le resultan íntimos, no obstante la falsedad o veracidad objeti-
va de su contenido”.
20 Suárez Crothers, Christian, “El concepto de derecho a la Vida Privada en el Derecho Anglosajón y Europeo”, Revista de De-
recho, Valdivia, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Austral de Chile, vol. XI, diciembre 2000, pp. 103-120.
21 García Morente, Manuel, Idea de la Hispanidad, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1938, p. 89
22 Cobos Campos Amalia Patricia, “Lo público y lo privado del paralelismo al antagonismo”, Lecturas Jurídicas, Facultad de
Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Época VI, No. 15, abril del 2011, pp. 151- 176.
181
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
Soria23 dice que la línea divisoria entre lo público y lo privado se modifica im-
pulsada por actos personales; puesto que existen personas que por la función que
desempeñan, o por otro tipo de circunstancias, concentran sobre ellos un nivel de
atención tal, que reduce su privacidad; en éste sentido se ha pronunciado la Suprema
Corte, al determinar:
En lo relativo a la protección y los límites de la libertad de expresión, esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha adoptado el
estándar que la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Co-
23 Soria, Carlos, “La información de lo público, lo privado y lo íntimo”, Cuenta y Razón. Del Pensamiento Actual, Ma-
drid, Fundación de Estudios Sociológicos, Núm. 44, 1989, disponible en: http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/044/
Num044_004.pdf, accedida el 18 de junio de 2011.
182
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
24 LIBERTAD DE EXPRESIÓN. QUIENES ASPIRAN A UN CARGO PÚBLICO DEBEN CONSIDERARSE COMO PER-
SONAS PÚBLICAS Y, EN CONSECUENCIA, SOPORTAR UN MAYOR NIVEL DE INTROMISIÓN EN SU VIDA PRI-
VADA. Amparo directo en revisión 1013/2013, Décima Época, Registro: 2004022, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis:
Aislada Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1, Materia(s): Constitucional,
Tesis: 1a.CCXXIII/2013 (10a.), Página: 562.
183
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
les 13 y 14, la ley considera como aquella cuya difusión pueda perjudicar gravemen-
te la estabilidad o economía nacional, entre otras; y por lo que se refiere a sujetos en
lo particular, únicamente la que ponga en peligro su vida, seguridad o salud.
Altman26, por su parte define la privacidad como “el control selectivo del acceso
a uno mismo o al grupo al que uno pertenece”.
Pareciera, como ya se dijo, que ambos derechos nacen enfrentados desde sus
orígenes, por razón natural, el derecho a la privacidad, restringe el derecho a la li-
bertad de expresión, con diferentes premisas, según el contexto social e histórico en
el que se actúa y la interpretación que los órganos jurisdiccionales le dan al interés
público.
25 Bajo Fernández, Miguel, “Protección del honor y de la intimidad”, en Cobo del Rosal, Manuel (coord.), Comentarios a la
Legislación penal. Derecho penal y Constitución, Madrid, Ed. Edersa, t. I, 1982, pp. 97-127.
26 Citado por Valera, Sergi, “Espacio privado, espacio público: Dialécticas urbanas y construcción de significados”, Tres al
Cuarto, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1999, pp. 22-24.
184
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
Así planteado, parecería sencillo, pero como sabemos, por el contrario, reviste
alta complejidad para el juzgador, quién carece de índices legislativos específicos
que le marquen las pautas a seguir; en consecuencia, se ha privilegiado el derecho
a la libertad de expresión, frente al derecho a la privacidad, y se limita al primero,
bajo premisas como por ejemplo la dignidad humana y el honor, cuya definición y
alcances no dejan de ser en sí mismas espinosas.
188
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
La redacción actual del artículo sexto constitucional deviene en una mayor com-
plejidad, el legislador a través de múltiples reformas al mismo, ha querido ampliar
el marco de tutela, a grado tal que el artículo determina con acuciosidad cuestiones
que bien pudieran haberse dejado únicamente para la respectiva ley orgánica, cuando
menos por lo que atañe al órgano regulador del acceso a la información.
numeral, en el mismo párrafo y en los dos subsecuentes deja en claro que existe la
obligación del estado de garantizar el derecho a la información y el acceso a ésta, en
forma plural y oportuna por cualquier persona sin importar el medio de expresión a
través del cual se articula, e incluso se establece a cargo del estado el implementar el
debido acceso a las TICs35 y la competencia en la prestación de los servicios.
beneficios que con ello se generan al interés público para que ciertos datos
38
sean difundidos a pesar de la afectación a los secretos tutelados.
Podemos inferir que la Corte considera que los derechos de terceros, evidente-
mente ligados a las cuestiones del ejercicio del derecho a la privacidad, para estimar-
los como límites al ejercicio del derecho al acceso a la información, deben visuali-
zarse en dos sentidos; el primero que obliga a la autoridad a justificar la limitación
de dicho acceso, y el segundo que la obliga a su vez a establecer con claridad los
beneficios al interés público con la difusión de los estimados como secretos.
El segundo párrafo, por su parte, remite para las limitantes del ejercicio del de-
recho, a los contenidos del precitado artículo sexto.
VII. CONCLUSIONES
43 Informes de Misión de las Relatorías Especiales de la ONU y la CIDH, sobre la Libertad de Expresión en México, ONU,
México, 2011, disponible en: http://www.pbi-mexico.org/fileadmin/user_files/ projects / mexico/files/Reports/1110Liberta-
dExpresion_ONUCIDH.pdf, accedida el 9 de marzo de 2014.
196
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
Estimamos que la solución más viable a toda esta problemática lo es una más
adecuada regulación a los derechos que forman el entorno mismo de los derechos
materia de nuestro análisis, verbigracia el derecho de réplica, toda vez que este no
44 Las negritas son nuestras.
45 DAÑO MORAL Y DERECHO A LA INFORMACIÓN, Amparo directo 14424/2002, No. Registro: 184.669, Tesis aislada
I.4o.C.57 C, Civil, Novena Época, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, XVII, Marzo de 2003, Página: 1709.
197
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
FUENTES DE CONSULTA
Bibliohemerográficas
BAJO Fernández, Miguel, “Protección del honor y de la intimidad”, en Cobo
del Rosal, Manuel (coord.), Comentarios a la Legislación penal. Derecho penal
y Constitución, Madrid, Ed. Edersa, t. I, 1982, pp. 97-127.
BERNAL Pulido, Carlos, El principio de proporcionalidad y los derechos
fundamentales, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid,
2003
CARBONELL Miguel, Los derechos fundamentales en México, Porrúa, Méxi-
co, 2006
Autónoma de Chihuahua, Época VI, No. 15, abril del 2011, pp. 151- 176.
GARCÍA Morente, Manuel, Idea de la Hispanidad, Buenos Aires, Espasa Cal-
pe, 1938
INFORMES DE MISIÓN DE LAS RELATORÍAS ESPECIALES DE LA ONU
Y LA CIDH, sobre la Libertad de Expresión en México, ONU, México, 2011,
disponible en: http://www.pbi-mexico.org /file admin/user_files/ projects / m
oc/xei
files/ Reports/ 1110 LibertadExpresion_ONUCIDH.pdf
ISLAS L, Jorge, “El derecho de réplica y la vida privada”, en: Alfonzo Jimé-
nez, Armando, Responsabilidad social, autoregulación y legislación e radio y
televisión,” México, UNAM, 2002, pp. 77-87
MEDINA Guerrero, Manuel, La vinculación negativa del legislador a los dere-
chos fundamentales, Madrid, Mc Graw Hill, 1996.
PECES-BARBA, Gregorio, Derechos fundamentales, 4a. ed., Madrid, Univer-
sidad Complutense, 1996
PENAGOS Robles, Nínive Ileana, “Límites a los derechos fundamentales
reflexiones para resolver posibles controversias que se presentan al enfren-
tarse dos o más de los citados derechos constitucionalmente reconocidos”,
disponible en: http://www.scjn.gob.mx/2010/ transparencia/ Documents/Be-
carios/ Becarios 086. pdf
SUÁREZ Crothers, Christian, “El concepto de derecho a la Vida Privada en el
Derecho Anglosajón y Europeo”, Revista de Derecho, Valdivia, Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Austral de Chile, v. XI, diciembre
2000, pp. 103-120.
201
Amalia Patricia COBOS CAMPOS
Octavio CARRETE MEZA
Carlos Severiano DÍAZ REY
Jurisprudenciales y Legislativas
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Caso Olmedo Bustos y otros Vs. Chile, “La Última Tentación de Cristo” Opi-
nión Consultiva OC-5/85, Corte Interamericana de Derechos Humanos
DERECHO A LA INFORMACIÓN. NO DEBE REBASAR LOS LÍMITES
PREVISTOS POR LOS ARTÍCULOS 6o., 7o. Y 24 CONSTITUCIONALES,
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tribunales
Colegiados de Circuito, t. XIV, septiembre de 2001, p. 1309
DERECHOS FUNDAMENTALES. SU VIGENCIA EN LAS RELACIONES
ENTRE PARTICULARES, TESIS AISLADA CLI/2011. Amparo directo en
revisión 1621/2010, 15 de junio de 2011.
DAÑO MORAL Y DERECHO A LA INFORMACIÓN, Amparo directo
14424/2002, No. Registro: 184.669, Tesis aislada I.4o.C.57 C, Civil, Novena Épo-
202
REPERCUSIONES DE LA TURELA DIFERENCIADA A LOS DERECHOS A LA PRIVACIDAD Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA
CONSTITUCIÓN MEXICANA
204
205
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PRO-
CEDIMIENTOS PENALES
I. NOTA INTRODUCTORIA
1 CNPP. Artículo 6o. Principio de contradicción. Las partes podrán conocer, controvertir o confrontar los medios de prueba,
así como oponerse a las peticiones y alegatos de la otra parte, salvo lo previsto en este Código.
206
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
4 Vid. Baytelman Aronowsky, Andrés, Duce Jaime, Mauricio, Litigación Penal. Juicio Oral y Prueba, Universidad Diego
Portales, Chile, 2004, p. 24
208
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
5 Ibídem., p. 72
6 Fontanet Maldonado, Julio E. , Principios y técnicas de la práctica forense, Jurídica Editores, San Juan de Puerto Rico, 2010,
p. 214
209
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
7 Cfr. MAUET, Trial..., op. cit., pp. 524-526, sobre la adecuada preparación del contraexamen, y en particular la plantilla prác-
tica en la que sugiere al litigante contrastar la información principal que el testigo proporcionará en el examen directo con las
respuestas buscadas a partir del contraexamen, p. 526.
8 Contreras Melara, José Rogelio, Manual del profesor para la materia Técnicas de litigación oral, Centro de Estudios sobre la
Enseñanza y el Aprendizaje del Derecho, A.C. (CEEAD), Monterrey, 2015 p.217
9 Neyra Flores, Jose Antonio. Manual de Juzgamiento, Prueba y Litigación Oral. Lima: Super Gráfica EIRL, 2009, p. 46
210
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
212
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
Estos artículos nos mencionan poco, para lo que debe de saber el litigante al
momento de desarrollar un contra examen de manera efectiva. No solamente se trata
de atender lo que se contempla en los numerales antes mencionados, pues no señalan
varios aspectos indispensables, por lo que como lo mencionaba con anterioridad hay
que atender al estudio que se hace al respecto, sobre todo habrá que atender la doc-
trina que emana de países impulsores10 de este nuevo sistema y que tienen mayores
avances, como lo es la doctrina chilena y colombiana en relación a las técnicas de
litigación oral.
11 Es importante mencionar que esos datos que el testigo ahora está manifestando ante el Juez son relevantes para el caso,
que tengan un fin de ser agregados en esta ocasión, además hay que notar que ese dato no nos ayuda a nuestras proposiciones
fácticas, pues en caso contrario no estaría mal dejar que el testigo proporcione datos que nos ayudan.
214
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
12 Es importante mencionar que en este ejercicio no se subraya ningún dato de la declaración pues se trata de hacer notar que
no existen esos datos que el testigo está incorporando a juicio.
13 Para este paso se requiere que el litigante se muestre seguro y se dirija al testigo de una manera fuerte y firme manifestando
algo como lo siguiente: “¿Podría señalar al tribunal con voz clara la parte en donde se encuentra este último dato que nos acaba
de mencionar?”
215
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
En cualquiera de los dos ejercicios se requiere de un control por parte del liti-
gante hacia el testigo, pues este último puede saber hacia dónde va el litigante con
sus preguntas y tratará de justificar su mentira o sus datos agregados, por eso se re-
quiere terminar de forma abrupta la línea del contraexamen una vez que obtengamos
el objetivo que se persigue.
14 En el contraexamen se permiten las preguntas de confrontación según la doctrina de litigación oral, como forma de encarar
el contraexamen con la utilización de declaraciones de otro testigo. Baytelman Aronowsky, Andrés, Duce Jaime, Mauricio,
Litigación Penal. Juicio Oral y Prueba, Universidad Diego Portales, Chile, 2004, p.84
217
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
Mauricio Duce15 señalan que se pueden utilizar en aquellas zonas seguras del con-
traexamen, donde no se requiere demasiado control del testigo, mientras que el autor
Julio Fontanet16, incluso sugiere que en ocasiones es deseable alejarse un poco de las
preguntas sugestivas, recomendando realizar algunas abiertas con cautela, en cues-
tiones que lo ameriten, logrando con ello que el Tribunal no solo note la sugestividad
por parte del abogado, sino que también escuche al testigo. Aunado a los criterios
de dichos autores, mi recomendación al respecto es utilizar solamente las preguntas
sugestivas, pues hay que recordar que el testigo que estamos contrainterrogando no
solamente no está apoyando nuestra teoría del caso, sino que en ocasiones tienden
a ser hostiles, teniendo la oportunidad tras una pregunta abierta de dar explicación
o argumentar a su favor, presentándose la oportunidad de que el abogado pierda el
control del contraexamen.
15 Ibídem, p.81
16 Fontanet Maldonado, Julio E. , Principios y técnicas de la práctica forense, Jurídica Editores, San Juan de Puerto Rico,
2010, p. 225
218
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
219
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
Habrá que aclarar que no todos los testigos son iguales, hay prácticas que re-
quieren de mayor aplicación que otras, hay que estudiar al testigo17 y el papel que
juega en juicio, aspectos desde la edad, el momento por el que está pasando, pudien-
do ser la victima u ofendido, es decir, el aspecto subjetivo. Independientemente de
lo anterior se pueden sugerir algunas prácticas para utilizar una estructura temática,
pues aquí lo que nos interesa son solo aquellos datos o fragmentos que son útiles para
nuestra teoría del caso.
17 Vid. Sotelo Salgado, Cipriano, Practica forense del contrainterrogatorio del Juicio Oral, Ed. Flores, México, 2014, p. 160
“No todos los contrainterrogatorios deben ser preparados de forma idéntica o similar, si no que en esta tarea se debe atender a
la naturaleza del dato de la prueba y al perfil del testigo o perito”.
220
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
Como puede observarse se requiere de una estructura que conlleva primero de-
tectar los objetivos que se quieren lograr, ya sea desacreditar al testigo, desacreditar
el testimonio, acreditar nuestras proposiciones fácticas, acreditar material propio u
obtener inconsistencias con otras pruebas de la contra parte. Una vez detectado el
objetivo hay que establecer las líneas, que son los temas respecto a nuestra versión,
en pocas palabras lo que queremos obtener de ese testigo.
221
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
Además las preguntas planeadas deben ser sencillas, para evitar confusión por
el testigo, así como las objeciones por la contra parte, con sencillas se debe enten-
der que el lenguaje que utiliza el abogado debe de incorporar palabras de sentido
común, pues el testigo no sabrá a qué hace referencia el litigante cuando hable con
tecnicismos y en lugar de explotar lo que queremos lograr con esa línea del contra,
vamos a confundirlo, así también el testigo puede utilizar palabras que el juzgador
no entienda, ya que pueden ser palabras que no son comunes y que solo en determi-
nados lugares son utilizadas, es aquí donde el abogado tendrá que dejarle en claro al
Tribunal qué es lo que expresa el testigo con esas palabras. En resumen el lenguaje
debe ser entendible para ambos, el Tribunal y el testigo, para que la información flu-
ya sin confusiones, e incluso repitiendo en el contra las mismas palabras utilizadas
en el directo por el testigo, es una buena opción si ya sabemos a lo que se refiere ,
las preguntas deberán ser cortas, limitadas a un hecho por pregunta, manteniendo un
buen ritmo y tono de voz.
- Otras sugerencias:
Aquellas líneas de contra que sean de mayor trascendencia para nuestra teoría
del caso, se recomienda dejarlas al inicio y al final, esto para empezar el contrainte-
rrogatorio captando el interés del juzgador y cerrando con lo que más queremos que
se quede en su memoria, cerrando con impacto.
No termine la línea del contraexamen con una pregunta de más, es decir con una
pregunta conclusiva, habrá que dejar esas conclusiones para el alegato final.
224
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
Con frecuencia vemos a los litigantes que suelen cometer ciertos errores en au-
diencias, ya sea por no conocer la carpeta de investigación, o bien porque muchos se
quedaron con el sistema anterior y carecen de actualización. El contrainterrogatorio
será efectivo cuando se cuente con una completa investigación, aunado a esto el abo-
gado requiere una preparación previa al juicio, lo cual es difícil, dado las cargas de
trabajo con que se cuenta, sobre todo los Ministerios Públicos.
Hay ocasiones en las que no sabemos qué nos va a contestar el testigo de la con-
traparte, es decir, cuando no conocemos la respuesta y aun así realizamos la pregunta
a manera de improvisación, en ese momento estamos en lo que los autores Andrés
Baytelman y Mauricio Duce denomina como “ir de pesca”18, esperando que nos
conteste lo que queremos escuchar y cuando no escuchamos lo que queremos, no
sabemos cómo refutar su dicho, perdiéndose el control sobre el testigo.
18 Baytelman Aronowsky, Andrés, Duce Jaime, Mauricio, Litigación Penal. Juicio Oral y Prueba, Universidad Diego Portales,
Chile, 2004, p. 89
19 Vid. Baytelman Aronowsky, Andrés, Duce Jaime, Mauricio, Litigación Penal. Juicio Oral y Prueba, Universidad Diego
Portales, Chile, 2004, Pp.90-106 en su capítulo de objeciones, menciona que el objetivo es evitar que al juicio se incorpore
información de mala calidad y que además sea errónea o basada en la confusión del testigo.
225
Mayra Paola SILVA CHAVÉZ
de manera decorosa, aun y cuando el testigo sea demasiado hostil. Los litigantes en
ocasiones piden el auxilio del Tribunal ante estas situaciones de hostilidad, para lo
cual considero que en ocasiones no es necesario, el testigo debe ser dirigido a través
de las preguntas del abogado, quien tiene la responsabilidad de saber manejar el con-
trainterrogatorio sin que se le salga de control el testigo pero si no cuenta con esa ha-
bilidad, además de que el testigo es sumamente hostil o simplemente irrespetuoso, se
puede pedir esa ayuda al Tribunal, ya una vez que sea necesario pedir dicho auxilio
es porque además la credibilidad de ese testigo será menor, dado su comportamiento,
aunque lo ideal es que el abogado aprenda a sobrellevar este tipo de testigos que con
frecuencia suelen presentarse a declarar.
Los abogados suelen dar sus opiniones en audiencias, lo cual no ayudará a que
el juez resuelva, mucho menos en aquellos casos donde el abogado habla por su
persona, es decir, que no habla como representante de la defensa o en su caso de la
razón social, si no que hace referencia a sí mismo: “yo pienso que si lo hubiera ma-
tado”, “yo creo que no fue suficiente prueba”, en lugar de “esta defensa demostró”
“esta representación social ha traído a juicio”, dejando la opinión y el “yo” fuera de
la audiencia por ser una mala práctica.
En relación al tema de los peritos, hay quienes sostienen, sobre todo los litigan-
tes de Estados Unidos que es conveniente hacerles preguntas respecto a quien los
llamo a declarar a juicio, tales como: “¿usted fue llamado a juicio por la fiscalía?”,
el 99% de los casos ¿usted ha dado su opinión para la fiscalía?” pretendiendo dejar
al perito en evidencia de que trabaja para el Ministerio Publico y que por lo tanto dirá
lo que a éste le convenga, pues bien no me parece un modo adecuado o acertado de
evidenciarlo; si bien es cierto que la fiscalía cuenta con peritos cada uno en su área,
no quiere decir que éstos no serán objetivos con respecto a su peritaje, en caso de que
así lo fuera, habrá manera de refutarlo por otros medios, de los que deberá encargarse
el abogado de la defensa, tan es así que puede llamar a su propio perito que contra-
ponga su dictamen con el de la fiscalía; porque si seguimos con esta lógica todos los
peritos serian comprados por las partes en las que les llaman a declarar y no tendría
caso que acudieran a juicio con un dictamen comprado. En resumen, al perito o lo
acreditamos más a nuestro favor o bien si no nos sirve lo que dice ponemos en duda
su experticia.
228
EL CONTRAINTERROGATORIO EN EL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES
en el tema del contrainterrogatorio, al señalar solo las reglas básicas, se trata pues de
un tema que abarca mucho y requiere de un estudio más amplio que solo unos pocos
artículos, es por eso que a través de doctrinas que emanan de distintos países, se ad-
quiere el conocimiento de nuevas prácticas, que se adoptan por los litigantes para un
mejor manejo de la información.
No contamos con reglas que nos obliguen a conducirnos de cierto modo frente
a los testigos en el momento de contrainterrogar, salvo lo que nos menciona el Có-
digo Nacional y la doctrina, esta última son tan solo recomendaciones para que los
litigantes desarrollen buenas prácticas; que una vez que sean adoptadas en juicio se
percibiera una mejor fluidez de la información.
Penal a partir del primero de enero del 2007, lo cual da lugar a que los litigantes en
la actualidad cuenten con las habilidades que se exigen en este sistema, pero lamen-
tablemente en la realidad no se aprecia y muchos de ellos actúan con malas técnicas.
IX. BIBLIOGRAFÍA
232
233
234
235
236
LECTURAS JURÍDICAS
Época VI, Número 36
Se terminó de imprimir
durante el mes de marzo de 2017.
237
238