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Contexto de Mateo 11:28-30

Mientras estaba en una campaña de predicación por Galilea en el


 

año 31 de nuestra era, Jesús dijo las palabras que se encuentran


en Mateo 11:28-30. El apóstol Mateo fue el único escritor de los
Evangelios que registró esta cariñosa invitación de Jesús. Como
Mateo era judío y había sido cobrador de impuestos, sabía muy
bien lo oprimida que se sentía la gente por culpa del sistema
religioso judío y los impuestos que exigían los romanos. Así que,
cuando vio a Jesús usar la autoridad que le había dado su Padre,
Jehová,a para invitar a los humildes y a los oprimidos a acercarse
 

a él, debió de sentirse muy aliviado (Mateo 11:25-27).


El Evangelio de Mateo destaca las increíbles cualidades de Jesús
 

como el Mesías prometido y futuro Rey del Reino de Dios (Mateo


1:20-23; Isaías 11:1-5
“Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro y están
sobrecargados, y yo los aliviaré. Pónganse bajo mi yugo y
aprendan de mí, porque soy apacible y humilde de corazón.
Conmigo encontrarán alivio. Porque mi yugo es fácil de llevar y mi
carga pesa poco” (Mateo 11:28-30, Traducción del Nuevo
Mundo).
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y
 

yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí,


pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán
descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es
liviana” (Mateo 11:28-30, Nueva Versión Internacional).

Significado de Mateo 11:28-30


 Jesús invitó con cariño a los que le escuchaban a
que se acercaran a él. Les aseguró que, si
aprendían de él, encontrarían alivio y se sentirían
más tranquilos.
 “Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro
y están sobrecargados”. Estas personas a las que
Jesús les había dirigido esas cariñosas palabras se
sentían sobrecargadas por culpa de las reglas y las
tradiciones que les habían puesto sus líderes
religiosos (Mateo 23:4; Marcos 7:7). La mayoría de
las personas se sentían agobiadas y cansadas
porque tenían que trabajar muy duro tan solo para
sobrevivir.
 “Yo los aliviaré”. Jesús les prometió que, si
aceptaban su invitación, él les daría alivio, o
descanso. ¿Cómo? Les ayudaría a entender lo que
en realidad Dios esperaba de ellos (Mateo 7:24, 25).
Saber eso los ayudaría a dejar de ser esclavos de
las ideas falsas y de las tradiciones religiosas que
tanto los agobiaban (Juan 8:31, 32). Es verdad que
aprender lo que Dios les enseñaba y cumplir con ello
no era fácil, pero hacerlo los aliviaba.
 “Pónganse bajo mi yugo y aprendan de mí”. En
tiempos bíblicos, los trabajadores solían usar un
yugo, es decir, una barra de madera que se
colocaba sobre los hombros para llevar cargas
pesadas. De ahí que la palabra yugo se empezara a
usar para referirse a alguien que estaba bajo la
autoridad o la guía de otra persona (Levítico
26:13; Isaías 14:25; Jeremías 28:4). La expresión
“aprendan de mí” también puede traducirse “lleguen
a ser mis discípulos” o aprendices. Así que Jesús
estaba animando a los que lo escuchaban a
seguirlo, imitar su ejemplo y así llegar a ser sus
discípulos (Juan 13:13-15; 1 Pedro 2:21).
 “Conmigo encontrarán alivio”. Jesús no les
estaba diciendo que todos sus problemas iban a
desaparecer en ese momento. Pero sí les dijo cómo
encontrar consuelo y esperanza (Mateo 6:25-
32; 10:29-31). Los que se hicieron discípulos de
Jesús y aceptaron sus enseñanzas se dieron cuenta
de que servir a Dios no era una carga, sino que los
hacía realmente felices (1 Juan 5:3).
 “Porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga
pesa poco”. Jesús no se parecía en nada a los
líderes religiosos de su tiempo. Él era un hombre
humilde y apacible (Juan 7:47-49). Nunca fue una
persona áspera, sino que era amable y accesible.
Tampoco fue exigente, sino que tenía expectativas
razonables de sus seguidores (Mateo 7:12; Marcos
6:34; Lucas 9:11). Les enseñó los beneficios de la
misericordia de Dios y el alivio que sentirían al tener
una conciencia tranquila (Mateo 5:23, 24; 6:14). Las
hermosas cualidades de Jesús no solo hacían que la
gente se acercara a él, sino que, además, la
motivaban a aceptar su yugo —un yugo fácil de
llevar— y convertirse en sus discípulos
“Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro y
están sobrecargados, y yo los aliviaré. Pónganse
bajo mi yugo y aprendan de mí, porque soy apacible
y humilde de corazón. Conmigo encontrarán alivio.
Porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga pesa
poco” (Mateo 11:28-30, Traducción del Nuevo
Mundo).
 “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y
agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi
yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y
humilde de corazón, y encontrarán descanso para su
alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es
liviana” (Mateo 11:28-30, Nueva Versión
Internacional).
Significado de Mateo 11:28-30
 Jesús invitó con cariño a los que le escuchaban a
que se acercaran a él. Les aseguró que, si
aprendían de él, encontrarían alivio y se sentirían
más tranquilos.
 “Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro
y están sobrecargados”. Estas personas a las que
Jesús les había dirigido esas cariñosas palabras se
sentían sobrecargadas por culpa de las reglas y las
tradiciones que les habían puesto sus líderes
religiosos (Mateo 23:4; Marcos 7:7). La mayoría de
las personas se sentían agobiadas y cansadas
porque tenían que trabajar muy duro tan solo para
sobrevivir.
 “Yo los aliviaré”. Jesús les prometió que, si
aceptaban su invitación, él les daría alivio, o
descanso. ¿Cómo? Les ayudaría a entender lo que
en realidad Dios esperaba de ellos (Mateo 7:24, 25).
Saber eso los ayudaría a dejar de ser esclavos de
las ideas falsas y de las tradiciones religiosas que
tanto los agobiaban (Juan 8:31, 32). Es verdad que
aprender lo que Dios les enseñaba y cumplir con ello
no era fácil, pero hacerlo los aliviaba.
 “Pónganse bajo mi yugo y aprendan de mí”. En
tiempos bíblicos, los trabajadores solían usar un
yugo, es decir, una barra de madera que se
colocaba sobre los hombros para llevar cargas
pesadas. De ahí que la palabra yugo se empezara a
usar para referirse a alguien que estaba bajo la
autoridad o la guía de otra persona (Levítico
26:13; Isaías 14:25; Jeremías 28:4). La expresión
“aprendan de mí” también puede traducirse “lleguen
a ser mis discípulos” o aprendices. Así que Jesús
estaba animando a los que lo escuchaban a
seguirlo, imitar su ejemplo y así llegar a ser sus
discípulos (Juan 13:13-15; 1 Pedro 2:21).
 “Conmigo encontrarán alivio”. Jesús no les
estaba diciendo que todos sus problemas iban a
desaparecer en ese momento. Pero sí les dijo cómo
encontrar consuelo y esperanza (Mateo 6:25-
32; 10:29-31). Los que se hicieron discípulos de
Jesús y aceptaron sus enseñanzas se dieron cuenta
de que servir a Dios no era una carga, sino que los
hacía realmente felices (1 Juan 5:3).
 “Porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga
pesa poco”. Jesús no se parecía en nada a los
líderes religiosos de su tiempo. Él era un hombre
humilde y apacible (Juan 7:47-49). Nunca fue una
persona áspera, sino que era amable y accesible.
Tampoco fue exigente, sino que tenía expectativas
razonables de sus seguidores (Mateo 7:12; Marcos
6:34; Lucas 9:11). Les enseñó los beneficios de la
misericordia de Dios y el alivio que sentirían al tener
una conciencia tranquila (Mateo 5:23, 24; 6:14). Las
hermosas cualidades de Jesús no solo hacían que la
gente se acercara a él, sino que, además, la
motivaban a aceptar su yugo —un yugo fácil de
llevar— y convertirse en sus discípulos
Jesús extendió una nueva invitación a los
individuos
Este párrafo nos muestra una ruptura
definida y un cambio en el mensaje del
Señor. Hasta ese momento el Señor había
proclamado el siguiente mensaje:
"Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se ha acercado". El había
presentado sus credenciales y fue
rechazado como Mesías. Estas ciudades
que hemos mencionado le volvieron la
espalda y así lo haría también Jerusalén.
El Señor, entonces, adoptó la misma
actitud con la nación de Israel, y ya no
les presentó el reino. El se encaminaba
hacia la cruz y Su invitación comenzó a
dirigirse a los individuos. Escuchemos
sus palabras, en los versículos 28 al 30:
"Venid a mí, todos los que estáis
cansados y cargados, y yo os haré
descansar. Tomad mi yugo sobre
vosotros y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón, y hallareis
descanso para vuestras almas. Porque mi
yugo es fácil y mi carga ligera."
Este lenguaje presenta un contraste con
el expresado anteriormente en este
capítulo. Es como salir de una tempestad
y entrar en el ambiente cálido de un día
de primavera; es como pasar de la
tormenta a la calma apacible, y como
salir de las tinieblas y entrar en la luz.
Este fue un nuevo mensaje de Jesús,
quien se apartó de la nación, en un
sentido colectivo, para dirigirse al
individuo. Ya no proclamaba el anuncio
nacional de un reino sino una invitación
personal para encontrar el "descanso" de
la salvación.
Cuando El habló de los estaban
"cargados", se estaba refiriendo a estar
agobiados por el pecado. La misma figura
había sido utilizada por el profeta Isaías
en 1:4,
"¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de
iniquidad, generación de malvados! Han
abandonado al Señor . . . se han apartado
de Él."
Y también encontramos la misma imagen
en el Salmo 38:4; que dice: ". . . mis
iniquidades . . . como pesada carga,
pesan mucho para mí".
Estimado oyente, el pecado es demasiado
pesado como para que lo lleves. El único
lugar en el mundo donde puedes dejar tu
carga es en la cruz de Cristo. El la llevó
por ti, y te invita a venir a El trayendo tu
carga de pecado. El puede perdonarte
porque en la cruz llevó la carga de tu
pecado.
Esta invitación del Señor para los que
estaban muy cansados y cargados,
ofreciendo descanso, se refiere a la
salvación del pecador por medio de
Jesucristo. Y la siguiente declaración:
"Tomad mi yugo sobre vosotros . . y
hallaréis descanso para vuestras almas",
se refiere al proceso de santificación, en
el que el creyente va haciendo realidad
en su vida la santidad de Dios. Hay un
descanso que Jesús da, y que es el
descanso de la redención. Hay también
un descanso que el creyente
experimenta, que le llega a través de un
compromiso y consagración a Cristo.
Cuando te hayas comprometido con
Cristo, ya no tendrás que preocuparte por
ser reconocido por los demás, ni tendrás
que maniobrar para ocupar un
determinado lugar o posición. Cuando
estés unido a Cristo por ese yugo, El te
colocará exactamente donde El quiera
que estés, y que será el mejor lugar para
ti.12. UNA CARGA LIVIANA (Mateo 11:28-30)

CONTEXTO: El yugo significa un marco de


madera que ata dos bueyes juntos mientras
jalan arados o cargas.
1. ¿Hoy en día, cuáles son las cargas más
comunes que la gente lleva sobre sus
hombros?

 Imagine lo que tiene que cargar usted ahora. Si la


mochila más grande fuera de cien kilos, ¿cuántos kilos
lleva usted?

2. ¿Qué diferencia hay entre la carga de sufrir y la carga


del pecado? (¿Cuál es más difícil de cargar: sufrimiento o
mal conciencia?)

3. Imagine su vida sin cargas. ¿Qué cosas buenas y malas


hay en ese tipo de vida?

4. ¿Qué tipo de persona podría compartir las cargas con


usted?

 ¿Qué significa que usted va con su carga y la deja


frente a Jesús?

5. ¿A qué se refiere Jesús con el verso 29?

 ¿Usted ha encontrado paz en su alma? (Puede


contestar en silencio)

 ¿Por qué solamente una persona humilde puede


encontrar descanso en sus cargas? (¿Por qué tanta gente
se hace amarga mientras llevan sus cargas?)
 ¿Cómo podríamos ser humildes y bondadosos como
Jesús?

6. ¿Qué significan las siguientes palabras de Jesús:


“Aceptad el yugo que os impongo”? (¿Cuál es el yugo de
Jesús? ¿Qué tan diferente a nuestras cargas?)

 ¿Cómo cambia nuestra situación si cargamos el yugo


junto con Jesús?

7. ¿A qué se refiere Jesús diciendo que su yugo y carga


son ligeros?

8. ¿Qué hace la gente que no quiere llevarle las cargas a


Jesús?

 ¿Por qué hasta los cristianos no quieren llevarle sus


cargas a Jesús?

9. ¿Qué tanto más ligero piensa usted que su carga sería


si usted supiera que su carga no tuviera culpa y usted no
tuviera que pensar de quién fue la culpa?

 ¿Cuán más ligero sería su carga si usted pudiera creer


que Jesús cambiará todos sus sufrimientos para que
fuera lo mejor para todos?
BUENAS NUEVAS: El líder deberá leer Juan 19:17. La
cruz de Jesús fue la carga más pesada porque
contenía todas nuestras cargas

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